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Planes de Urbanismo

UNIDAD TEMATICA 13
VALORACIONES y TASACIONES
1. FINALIDAD DE LAS VALORACIONES.
Las valoraciones y tasaciones tienen como finalidad conocer el coste o valor de
bienes, riquezas, cosas útiles, privilegios, perjuicios o daños, y en general todo aquello
que pueda evaluarse económicamente:
• Solares, terrenos, montes.
• Construcciones, edificios, obras de fábrica, obras de tierra.
• Explotaciones agrícolas, pecuarias.
• Riquezas piscícolas, aprovechamientos de caza.
• Labores mineras, canteras, instalaciones auxiliares.
• Instalaciones, maquinaria.
• Explotaciones industriales, comerciales.
• Materias primas, productos transformados.
• Mano de obra.
• Patentes, concesiones u otros privilegios.
• Aprovechamientos hidráulicos o eléctricos.
• Proyectos, servicios.
• Daños, perjuicios, indemnizaciones.
Las valoraciones pueden realizarse sobre cosas existentes o hechos acaecidos, o
bien sobre elementos por construir o sucesos por acontecer; es decir, pueden ser en
tiempo pasado o en tiempo futuro. El bien a valorar, puede ser tangible o intangible.
Es posible que las valoraciones al poder basarse en criterios diferentes, en
ocasiones bastante subjetivos, a veces contrapuestos, pueden conducir a resultados
distantes, por tanto no es extraño que valoraciones realizadas por distintos técnicos
lleven a resultados y conclusiones bastante alejados.
Las valoraciones aunque tienen siempre el objetivo de evaluar el costo
económico de un bien, los criterios utilizados para su cálculo dependerán de la finalidad
por la que se realiza la valoración. Esta finalidad puede ser:
• Compra-venta o permuta.
• Financiación o crédito.
• Establecimiento de un seguro.
• Fiscalidad.
• Arrendamiento.
• Liquidación de una propiedad.
• Planificación de una Realización.
• Comparación entre dos bienes o dos formas de hacer lo mismo.
• Cálculo del deterioro sufrido por un bien.
• Indemnización por un perjuicio.
• Valor inventariable.
• Satisfacción personal.
En ocasiones se encarga la valoración a más de un técnico, con el fin de
comparar resultados, y facilitar acuerdos definitivos. Las diferencias son menores si la
valoración es de algo que hay que realizar o construir, que sea suficientemente tangible.
Para realizar una valoración ésta ha de ser físicamente posible, estar legalmente
permitida y ser financieramente realizable.

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Hay que distinguir entre valoración y presupuesto; la primera puede ser en


tiempo pasado, presente o futuro y está basada generalmente en criterios, hipótesis,
análisis y supuestos, mientras que el segundo ha de ser normalmente en tiempo futuro y
se basa en un proyecto.
Por ello la valoración en ocasiones no puede alcanzar una gran exactitud, y
siempre conlleva un riesgo de error que en algunos casos puede ser elevado, unas veces
detectable y comprobable y otras no.
El presupuesto debe conducir, como parece lógico, a un error, notablemente
menor, y según los casos, puede llegar a constituir un compromiso formal de la
realización del proyecto por una cantidad determinada. Esto último no quiere decir que
el costo se va a ajustar exactamente a lo presupuestado, sino que sea cual sea aquél, se
formaliza un compromiso de hacer el trabajo por una determinada cantidad.
Hay ocasiones en que el presupuesto se refiere a algo muy repetitivo y en el que
el técnico o la empresa donde trabaja tiene mucha experiencia en el tema, el proyecto
base puede ser muy somero, e incluso tomarse como partida otro trabajo similar.
El compromiso económico del presupuesto puede no existir en la valoración y
solamente esté por medio el prestigio profesional del técnico. Sin embargo, sobre esto
hay que resaltar que una valoración lleva consigo un error, lo cual conviene en
ocasiones recalcar en la propia valoración.
2. MÉTODOS PARA REALIZAR LA VALORACIÓN
Los métodos seguidos para realizar una valoración pueden ser los siguientes:
• Pormenorizado.
• Analítico.
• Sintético.
• Estadístico.
• Empírico.
El pormenorizado se realizará estudiando detalladamente los elementos que
entran en lo que se desea valorar, para conocer sus características, su número y su precio
unitario. Este método está próximo al presupuesto en cuanto a su desglose.
El método analítico consiste en distinguir y separar cada una de las partes de
aquello que se desea valorar, con el fin de conocerlo suficientemente a fondo, para
aplicar a cada unidad su precio, y así obtener un grado de exactitud bastante elevado.
El método sintético reside en la composición del todo por la reunión de sus
partes, a fin de dividirlo en partidas homogéneas más o menos grandes, sin entrar en un
análisis y pormenorización más profundo, con el fin de facilitar el trabajo. Se llama
también sumario.
El método estadístico se basa en datos y ratios conocidos, normalmente de
mercado, que se asimilan a lo que es necesario calcular.
Por último el método empírico se reduce a la utilización de la experiencia del
técnico para hacer la valoración de una manera cuasi intuitiva.
Como es lógico, las fronteras entre los diferentes métodos son, a veces, muy
sutiles. En determinados casos se utilizan procedimientos mixtos empleando distintos
métodos para cada parte.
El método a emplear depende del grado de exactitud requerido, del tiempo
disponible para la ejecución de la valoración, de lo que se desee gastar en realizarla, de
la índole del elemento a valorar y de los criterios del técnico redactor y de la persona o
empresa que hace el encargo.
3. CLASES DE VALOR
En una tasación hay que definir en primer término la clase de valor de que se
trata. Los tipos de valor fundamentales se explican a continuación.

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3.1.- Valor de mercado


Se refiere al justo valor que alcanza un bien en el mercado, cuando se produce la
transacción entre un comprador y un vendedor que actúan libremente y sin que medie
ningún tipo de presión, teniendo ambos conocimiento suficiente sobre lo que realizan.
Para realizar una valoración atendiendo al valor del mercado, por otra parte el
más utilizado, es preciso que se cumplan las siguientes premisas:
• Existencia de un vendedor y de un comprador.
• Período razonable de venta.
• Valor estático durante ese período.
• Publicidad suficiente.
• Ausencia de puja posterior.
3.2.- Valor en renta o valor de explotación
Resulta del cálculo del capital que genera el beneficio periódico que produce el
bien o podría generar. Su resultado se obtiene aplicando la siguiente expresión de la
matemática financiera:

"V r" es el valor en renta, "Rl" la primera cuota periódica, "r" el interés anual del dinero
en tanto por uno, "a" el incremento anual supuesto de la cuota en tanto por uno, "t" el
número de años de vida del bien o de su amortización y "n" el nº de cuotas anuales.
3.3.- Valor de reposición o de nuevo
Se refiere al valor del bien en el momento de realizar la valoración, es decir, lo
que costaría reponerlo en su situación actual en el caso de que desapareciera.
Comprende todo tipo de costos, incluyendo además del valor del bien en sí, transportes,
costos fiscales, instalación y otros.
3.4.- Valor real o de uso
Es el valor de nuevo o de reposición menos la depreciación por el uso. La
depreciación puede ser física debida a su antigüedad, uso, deterioro y estado de
conservación. También puede ser funcional, determinada por singularidades o
deficiencias en el diseño del bien, por su grado de obsolescencia.
Otro tipo importante de depreciación es la económica que se concreta en una
pérdida de rentabilidad del bien por diversas causas, normalmente externas, pero
fundamentalmente por haber aparecido en el mercado bienes más rentables.
Las depreciaciones pueden ser más o menos importantes según las posibilidades
que existan de paliar dichas deficiencias mediante arreglos o cambios.
3.5.- Valor contable o inventariable
Representa el valor que tiene el bien en el conjunto de valores de una empresa.
Es equivalente al valor de adquisición o histórico menos las amortizaciones. No
contempla el valor residual del bien al cabo de un cierto tiempo de uso, ni considera el
grado de conservación y mantenimiento. La amortización suele ser lineal.
3.6.- Valor de seguro
Es la cantidad que abonaría la empresa aseguradora si el bien desapareciera.
Corresponde al valor real.
La depreciación es diferente de la amortización pues contempla el valor residual
y el estado de conservación. La depreciación por otra parte puede ser variable e incluso
puntual y no lineal como en el caso anterior.

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3.7.- Valor según el grado de satisfacción


Se calculará según la capacidad que posee de satisfacer un deseo o una
necesidad, es decir la utilización que se le esté dando en el momento de realizar la
valoración y el beneficio consiguiente que se está obteniendo de él.
3.8.- Valor según sus expectativas o potencialidad
Corresponde al valor que podría alcanzar un bien según las expectativas que
existan del mismo en un futuro más o menos próximo. Existen bienes que pueden
cambiar su valor notablemente al modificar determinadas circunstancias, algunas veces
ajenas a él mismo, y otros cuyo valor puede aumentar de manera importante por
determinadas circunstancias propias.
3.9.- Valor según un máximo legal
Existen determinados bienes cuyo valor no puede superar un tope por motivos
legales o administrativos.
3.10.- Valor de no-existencia
Existen bienes cuyo costo puede ser calculado a través del cálculo de los
perjuicios que ocasionaría si no existiera.
3.11.- Valor según su función histórica, simbólica o sentimental
Corresponde a factores de difícil cuantificación que dependen de parámetros
muy subjetivos. En determinados casos estos valores pueden tener un importante
mercado y en otros poseer solamente un valor personal.
3.12.- Valor catastral
Es un valor administrativo, que sirve de base o se toma como referencia en
relación con determinadas actuaciones de las Administraciones Públicas:
-De carácter fiscal: IBI, IRPF, IP e Impuesto sobre el Incremento de
Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, entre otros.
-De carácter no fiscal: expropiación, valoraciones urbanísticas,
determinadas ayudas, becas y subvenciones públicas, etc.
Se determina objetivamente para cada bien inmueble a partir de los datos
obrantes en el Catastro Inmobiliario.
Se fija tomando como referencia el valor de mercado, sin que en ningún caso
pueda exceder de éste. Normalmente el valor se calcula mediante la aplicación de un
coeficiente que reduce a la mitad el valor resultante de la Ponencia de valores.
Se calcula a través de un procedimiento reglamentariamente establecido, que
constituye el sistema de valoración catastral.
Está integrado por el valor del suelo y el de las construcciones y es corregido en
función de las características particulares del inmueble.
Los estudios de mercado tienen por objeto la investigación y recopilación de
datos económicos del mercado inmobiliario urbano a los efectos de establecer, en la
ponencia de valores, los distintos valores de suelo y de la construcción para la posterior
valoración de cada uno de los inmuebles inscritos en el catastro.
La ponencia de valores sirve para la determinación del Valor Catastral que
recogerá, según los casos y conforme a lo que se establezca reglamentariamente, los
criterios, módulos de valoración, planeamiento urbanístico y demás elementos precisos
para llevar a cabo dicha determinación, y que se ajustará a las directrices dictadas para
la coordinación de valores. Las ponencias de valores serán de ámbito municipal, salvo
que otras circunstancias justifiquen una extensión mayor. Dentro de su ámbito, existen
los siguientes tipos de ponencias:
a) Totales, cuando se extienda a la totalidad de los bienes inmuebles de una
misma clase.

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b) Parciales, cuando se realice sobre los bienes de una misma clase en


alguna o varias zonas, polígonos discontinuos o fincas
c) Especiales, cuando afecten exclusivamente a uno o varios grupos de
bienes inmuebles de características especiales
El suelo se valora teniendo en cuenta las circunstancias urbanísticas que le
afecten respecto a su clasificación y calificación. Al valor de suelo así establecido, se
aplica al aprovechamiento permitido por el planeamiento urbanístico municipal.
La construcción se valora calculando su coste actual, teniendo en cuenta su
tipología, uso, calidad y carácter histórico-artístico, depreciándose cuando proceda en
función de la antigüedad, uso y estado de conservación. También se tienen en cuenta, si
es el caso, el carácter singular y las obras de reforma que se hayan realizado.
Para la valoración del inmueble, considerado como la suma del valor de suelo y
el de la construcción que soporte, se tienen en cuenta la existencia de determinadas
circunstancias que puedan concurrir en el mismo:
-Inadecuación por el uso o diseño, o su consideración de interior.
-El grado de protección por estar catalogado o formar parte de un
conjunto histórico-artístico.
-Afección por inconcreción urbanística: futuro vial, expropiación,
reparcelación, fuera de ordenación, etc.
-Apreciación o depreciación económica.
El valor catastral variará con el tiempo por alguno de los siguientes motivos:
-La evolución de los valores de mercado.
-La depreciación monetaria.
-Las modificaciones del planeamiento urbanístico municipal, como el
aumento o disminución de la superficie edificable de un solar, cambio en la
clasificación o calificación del suelo, etc.
La revisión del valor se lleva a efecto a través de uno de los siguientes
mecanismos, en función de las circunstancias que concurran:
-Actualización.
-Valoración colectiva de carácter general.
-Valoración colectiva de carácter parcial.
-Procedimiento simplificado de valoración colectiva.
4.- PROCEDIMIENTO PARA REALIZAR UNA VALORACIÓN
La forma de realizar una valoración, podría quedar definida por los siguientes
capítulos, a efectos de presentación.
• Introducción.
• Descripción y análisis de lo valorado.
• Criterios de valoración y selección del método o métodos adoptados.
• Cálculo de la valoración.
• Conclusión.
Estos capítulos irán precedidos del resumen e índice en el caso de que la
extensión del trabajo lo requiera.
La introducción contendrá:
1. Objetivo del trabajo.
2. Motivación, finalidad e importancia de la valoración.
3. Descripción somera de lo valorado y delimitación del mismo.
4. Grado de exactitud deseado.
5. Rápida explicación de la metodología seguida.
A continuación en la descripción, se describirá lo valorado con todo detalle,
analizándolo convenientemente, teniendo como mira el objetivo del trabajo. En este

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capítulo figurarán todos los datos de partida y condicionamientos que se presentan para
llevar a cabo la valoración, incluyendo las pautas impuestas por la persona o empresa
que haya encargado el trabajo.
Descrito lo que se ha de valorar, estudiadas las posibilidades y alternativas que
tiene el bien y teniendo en cuenta las premisas anteriormente expuestas llega el
momento de establecer los criterios conducentes a realizar el cálculo de la valoración.
Evidentemente es la parte fundamental del trabajo. En ella se concretan la clase de valor
y los criterios básicos de partida.
Teniendo en cuenta las circunstancias y posibilidades presentadas en la
valoración, se indica el método o métodos adoptados, razonando la elección. Según el
método a emplear se divide el bien en más o menos partes y éstas se subdividen a su vez
hasta llegar a las partidas a las que es preciso atribuir su precio unitario correspondiente.
Lo anterior significa que los criterios no han de ser sólo cualitativos sino que también
tienen que ser suficientes para llegar a cuantificar el número de unidades y su precio
unitario.
Los criterios de división en partes pueden ser cronológicos, espaciales, gremiales
o de otra índole, siempre con el fin de obtener el precio de las cosas.
Una vez conocidos los criterios a aplicar y los métodos a emplear se procede a
hacer el cálculo numérico de la valoración. El cálculo se presenta como un presupuesto,
dividido en los apartados, subapartados y partidas convenientes, donde aparezcan
cantidades, conceptos, precios unitarios y resultados.
No es bueno mezclar los criterios con los cálculos; es conveniente que figure,
además, un capítulo con el cálculo, exento de explicaciones.
En la conclusión figurará el resultado o resultados que hayan conducido los
cálculos y aquellas determinaciones importantes a las que se haya llegado.
El valor del suelo
El valor del suelo es un tema central de la ordenación urbanística, en tanto que las
expectativas de edificación y uso que se derivan de ésta influyen en el mismo, sea directamente,
indirectamente o por analogía.
Éste es un hecho inevitable, cuya intensidad depende del dinamismo económico de la
ciudad. Es responsabilidad del planeamiento orientar las plusvalías derivadas de la
transformación urbanística hacia la ejecución de sus propuestas, y hacia la mejora general de la
ciudad en beneficio de toda la colectividad urbana, evitando su apropiación exclusiva por los
propietarios y los promotores. El adecuado diseño de los sectores de suelo urbanizable o de
reforma interior y de los polígonos o unidades de actuación, es una medida que va en esta línea.
El problema de la determinación del valor del suelo se presenta en toda su dimensión en
la ejecución del planeamiento, cuando hay que comparar el valor de las fincas iniciales con los
gastos de urbanización y con el valor de los solares resultantes; o cuando hay que fijar el precio
de expropiación de un terreno.
El problema deriva de las propias características del suelo como bien inmueble
localizado y singular, con un mercado a menudo escaso y opaco, que no permite casi nunca la
utilización de referencias directas. Por otra parte, el suelo por sí mismo no tiene ningún valor
determinable racionalmente. Sólo cuando lo consideramos como soporte de actividades con
contenido económico tiene un valor de mercado. Valor que resulta del tipo de actividades
susceptibles de desarrollarse entre las que están permitidas por el planeamiento y en la medida
que éste lo autorice. Lógicamente, el valor de estas actividades varía de forma considerable
según la localización del suelo, y aquí radica la considerable singularidad de cada valoración.
Los procedimientos de valoración del suelo han sido, además, muy confusos a lo largo
de los años, y los criterios poco consolidados, como se puede percibir por las mismas
resoluciones de los jurados de expropiación. A esta situación han contribuido las diversas
regulaciones establecidas por las leyes del suelo de 1956, 1975 y 1990, y la pervivencia de los
criterios de la Ley de expropiación forzosa de 1957 para las expropiaciones de suelo que no se
considerasen urbanísticas. La Ley de régimen del suelo y valoraciones de 1998 ha simplificado

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positivamente el panorama, al menos por lo que respecta al valor de los terrenos urbanos y
urbanizables.
En todas las formulaciones legales se ha distinguido entre terrenos con aprovechamiento
urbanístico -urbanos y urbanizables- y terrenos sin aprovechamiento urbanístico -no
urbanizables-. Los valores correspondientes se han denominado desde hace mucho tiempo valor
urbanístico y valor inicial, si bien estas denominaciones no se utilizan en la Ley del suelo de
1998.
El cálculo de estos valores se hace lógicamente en función de las edificaciones y usos
que se pueden desarrollar sobre el suelo. En el caso del valor urbanístico, se usa el denominado
«método del valor residual», y para el valor inicial, el «método de capitalización de rentas».
Como su nombre indica, el método de capitalización de rentas consiste en capitalizar a
un interés razonable del dinero -que puede variar de unas épocas a otras- la renta neta que el
terreno produce, o puede producir, anualmente por el desarrollo de actividades adecuadas a su
naturaleza rústica -agricultura, ganadería, bosques, caza, etc.-. La renta neta es, lógicamente, el
producto bruto menos los gastos y el beneficio del explotador de los recursos.
La L98 admite, sin embargo, que estos terrenos se valoren por analogía de otras
transmisiones de terrenos de características similares. Hay que señalar que el mercado de
terrenos rústicos no suele ser lo bastante activo para proporcionar referencias fiables, y que esta
opción tiene el inconveniente de que en transmisiones de terrenos rústicos próximos a la ciudad
suele haber un componente especulativo derivado de hipotéticas expectativas urbanísticas no
reconocidas por el planeamiento.
El método del valor residual consiste en detraer del valor del mercado de la edificación
construible en el terreno de acuerdo con la ordenación urbanística, todos los gastos que implica
su construcción y puesta en el mercado: coste de ejecución material de la construcción,
beneficio del constructor, gastos de gestión y promoción, y beneficio del promotor. Esta técnica
se basa en el criterio de que, si bien no conocemos el valor del terreno, sí que podemos saber
por analogía el valor de mercado de la edificación que en él se podría construir, y que, restando
de este valor todos los gastos y beneficios que comporta, el residuo es el valor del solar.
El método del valor residual es el que se utiliza para determinar los valores básicos de
los polígonos catastrales a los efectos del impuesto de bienes inmuebles, y por ello la legislación
del suelo ha ido haciendo referencia a estos valores como forma inmediata de valoración. El
hecho de que estos valores no se hayan revisado con la periodicidad requerida ha impedido a
menudo su utilización. Sin embargo, sí que ha sido muy utilizada al menos para valoraciones
aproximativas la fórmula que propone el reglamento para el cálculo de los valores catastrales
(RD 1020/1993).
Vv
Vr = —— - Vc
1,4 F
Vr: valor residual del solar (euros/m2 de techo edificable, valor de repercusión)
Vv: valor en venta de la edificación posible (euros/m 2 construido)
Vc: coste previsible de la construcción (euros/m 2 construido)
Esta fórmula adopta como hipótesis general que los gastos y beneficios de la promoción
inmobiliaria representan un 40% del valor del suelo más el de la construcción. F es un factor
que tiene un valor próximo a 1, que aumentaría un poco si los gastos o beneficios de la
promoción se han de considerar superiores a lo que es normal, o que disminuirá algo en caso
contrario.
Hay que subrayar que el valor residual que se obtiene corresponde al de un solar
urbanizado y preparado para edificar; si no es así, habrá que restar del valor obtenido los gastos
pendientes para su conversión en solar edificable que deban ser a cargo de la propiedad. En
principio, la urbanización -que debe ser tenida especialmente en cuenta en las valoraciones de
suelo urbanizable- y también los gastos e indemnizaciones que comporte la supresión de
edificios antiguos que pueda haber en el solar, circunstancia frecuente en el suelo urbano. Queda
pues claro, en especial después de la L98, que las indemnizaciones que deberán abonarse a los
arrendatarios y los gastos de derribo, motivados por edificaciones existentes que hayan de

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desaparecer para construir las previstas por el planeamiento, restarán del valor que ha de
percibir el propietario del suelo.

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R E S U M E N
Las valoraciones y tasaciones tienen como finalidad conocer el coste o valor de
bienes, riquezas, cosas, útiles, privilegios, perjuicios o daños, y en general todo aquello
que pueda evaluarse económicamente: solares, terrenos, montes, construcciones,
edificios, obras de fábrica, obras de tierra, explotaciones agrícolas, pecuarias,
instalaciones, maquinaria, mano de obra, etc.
Una valoración puede hacerse por los siguientes métodos: pormenorizado,
analítico, sintético, estadístico y empírico. El pormenorizado - próximo al presupuesto
en cuanto a su desglose- se realizará estudiando detalladamente los elementos que
entran en lo que se desea valorar. El método analítico consiste en distinguir y separar
cada una de las partes de aquello que se desea valorar. El método sintético reside en la
composición del todo por la reunión de sus partes. El método estadístico se basa en
datos y ratios conocidos. Por último el método empírico se reduce a la utilización de la
experiencia del técnico para hacer la valoración de una manera cuasi intuitiva.
Los tipos de valor fundamentales son:
El justo Valor de mercado que alcanza un bien, cuando se produce la
transacción entre un comprador y un vendedor que actúan libremente.
El Valor en renta o valor de explotación o capital que genera el beneficio
periódico que el bien podría generar.
El Valor de reposición o de nuevo se refiere al valor del bien en el momento de
realizar la valoración, es decir, lo que costaría reponerlo en su situación actual en el caso
de que desapareciera.
El Valor real o de uso es el valor de reposición menos la depreciación por uso.
El Valor contable o inventariable es equivalente al valor de adquisición o
histórico menos las amortizaciones lineales.
El Valor de seguro que abonaría la aseguradora si el bien desapareciera.
El Valor según el grado de satisfacción se calculará según la capacidad que
posee de satisfacer un deseo o una necesidad.
El Valor según sus expectativas o potencialidad corresponde al valor que
alcanzaría un bien según las expectativas del mismo en un futuro más o menos próximo.
El Valor según un máximo legal o tope por motivos legales o administrativos.
El Valor de no-existencia según los perjuicios que ocasionaría si no existiera.
El Valor según su función histórica, simbólica o sentimental (subjetivo)
El Valor catastral o valor administrativo, que sirve de base o se toma como
referencia en relación con determinadas actuaciones de las Administraciones Públicas:
Se determina a partirde los datos obrantes en el Catastro Inmobiliario.
El valor del suelo es un tema central de la ordenación urbanística, en tanto que las
expectativas de edificación y uso que se derivan de ésta influyen en el mismo, sea directamente,
indirectamente o por analogía. El método del valor residual se basa en el criterio de que, si bien
no conocemos el valor del terreno, sí que podemos saber por analogía el valor de mercado de
la edificación que en él se podría construir, y que, restando de este valor todos los gastos y
beneficios que comporta, el residuo es el valor del solar
Ha sido muy utilizada para valoraciones aproximativas la fórmula que propone el
reglamento para el cálculo de los valores catastrales
Vv
Vr = —— - Vc
1,4 F
Vr: valor residual del solar (euros/m2 de techo edificable, valor de repercusión)
Vv: valor en venta de la edificación posible (euros/m2 construido)
Vc: coste previsible de la construcción (euros/m2 construido)
F es un factor que tiene un valor próximo a 1

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C U E S T I O N A R I O
1. ¿Qué finalidad tienen las valoraciones y tasaciones?..................................................
……………………………………………………………………………………….
2. El método de valoración más próximo al presupuesto en cuanto a su desglose es
el....................................................................................................
3. ¿Cómo se llama el método de valoración que se reduce a la utilización de la
experiencia del técnico para hacer la valoración de una manera cuasi
intuitiva?.........................................................................
4. .........................................................................es el que alcanza un bien, cuando se produce
la transacción entre un comprador y un vendedor que actúan libremente.
5. El Valor real o de uso es el............................................................................menos la
depreciación por..........................
6. El Valor según el grado de satisfacción se calculará según la........................................que
posee de satisfacer un.............................o una.................................................
7. El Valor de no-existencia según los....................................que ocasionaría si no existiera
8. Para las expropiaciones, valoraciones urbanísticas, determinadas ayudas, becas y
subvenciones públicas suele tomarse como referencia………………………………
……………………………….
9. La forma de realizar una valoración, podría quedar definida por los siguientes
capítulos, a efectos de presentación.
• Introducción.
• .............................................................................
• Criterios de valoración y selección del método o métodos adoptados.
• .................................................................
• Conclusión.
10. Sabiendo que:
 Vr: valor residual del solar (euros/m2 de techo edificable, valor de repercusión)
 Vv: valor en venta de la edificación posible (euros/m2 construido)
 Vc: coste previsible de la construcción (euros/m2 construido)
 F es un factor que tiene un valor próximo a 1
Escribe la fórmula que propone el reglamento para el cálculo de los valores
catastrales

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