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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS OCCIDENTALES
EZEQUIEL ZAMORA

UNELLEZ
VICE-RECTORADO DE PLANIFICACION Y DESARROLLO SOCIAL
PROGRAMA DE CIENCIAS SOCIALES
FACULTAD DE DERECHO

Derecho Internacional de los DDHH


Administración de Justicia.

CÁTEDRA: DERECHOS HUMANOS AUTORES:


PROFESORA: GREGORIA OSORIO ANDREINA MARTÍNEZ
ÁNGELICA FLAUDITA
GLORIBETSI GUEVARA
BIANNEY SANCHEZ
IVÁN J. PÉREZ M.

CIUDAD DE NUTRIAS, MAYO DE 2018.


EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.

LA JUSTICIA COMO DERECHO HUMANO: Justicia y Derechos Humanos son dos


conceptos en armonía que se pueden confundir cuando se equipara ley y Derechos
Humanos. No siempre la ley es justa ni se elabora para garantizar el pleno disfrute de
derechos ni para proteger a hombres y mujeres contra su transgresión.
Recientemente el mundo dejo atrás las décadas de la llamada “Guerra Fría” en cuyo
desarrollo no se podía formar un consenso para la ejecución de otros tribunales contra
crímenes de guerra. Esta situación cambio ahora. El tiempo ha permitido desarrollar el
proyecto de tribunales internacionales Ad- hoc-. Y en un futuro no muy lejano tal vez la
comunidad internacional instale un Tribunal Penal Internacional Permanente.
Un tratamiento equivalente como derecho humano, es sin duda, un elemento
importante de la justicia; a ningún país del mundo le debería ser permitido disculpar los
crímenes de sus soldados basándose en el derecho a la autodefensa, o el cumplimiento
de una “guerra justa”, o a la soberanía. A la luz de las normas internacionales de derechos
humanos ya no podemos admitir el principio según el cual: “El fin justifica los medios”.
No, insistimos en que tanto el fin como los medios tienen que ser justos y deben estar en
armonía con las normas de derechos humanos. Debería ser motivo de orgullo de cada
gobierno, condenar a aquellos soldados que deshonren su país con sus crímenes de
guerra. En este sentido es de significado decisivo seguir trabajando para el desarrollo de
una cultura universal de los derechos humanos y apoyar la construcción de mecanismos
nacionales de derechos humanos que apunten al cumplimiento de las convenciones de
La Haya y de Ginebra en cada país. Tales instituciones nacionales deberían asegurar
que los miembros de las Fuerzas Armadas y policiales, tanto los oficiales como los
soldados conozcan plenamente las normas del derecho internacional humanitario y de
los derechos humanos.
La palabra “impunidad” tiene un mal sonido para nosotros quienes esperamos que
nuestros derechos humanos sean garantizados.
Saber que los crímenes reconocidos oficialmente como delitos, conlleva a que los
culpables deban ser condenados, no es pensar que se trata de una identificación entre
pena y justicia sino más bien el reconocimiento de la necesidad de respetar al ser
humano. Cada víctima de tortura o de crímenes de guerra sufrió una violación a su
dignidad de ser humano. El respeto y la compasión para la victima exige que se investigue
profundamente el crimen y que esta investigación conduzca a una forma de reparación y
reivindicación de su dignidad. Entendiendo que la justicia, es un valor jurídico por
excelencia.
Ya muchas veces esta verdad ha sido dicha, pero nunca será demasiado repetirla:
La justicia es un Derecho Humano.
LOS DERECHOS ASOCIADOS A LA JUSTICIA: En el primer párrafo del preámbulo de
la Declaración Universal de Derechos Humanos se señala que la libertad y la paz en el
mundo tienen como base el reconocimiento de la dignidad intrínseca de los derechos
iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.
Aunque la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) no tuviera un carácter
de obligatoriedad jurídica, su preámbulo, suma en su consideración además de la
libertad y la paz, la dignidad e igualdad como andamiajes fundamentales de la
construcción y desarrollo de los Derechos Humanos asociados a la justicia, tanto por la
fuerza ética y moral de sus principios subyacentes, como por el grado de consenso que
suscita, constituyéndose en referencia obligada para el desarrollo normativo de Naciones
Unidas en materia de Derechos Humanos.
La justicia es uno de los fines próximos o inmediatos del Derecho, junto con el bien común
y la seguridad jurídica. Entonces, se puede decir, que el derecho asociado a la justicia,
es la potestad que tiene toda persona de recibir lo que le corresponde, y de tener en su
vida igualdad, proporcionalidad y armonía.
El derecho; asociado a la justicia, es definido hoy en día, como el derecho a obtener
una tutela judicial efectiva, y de acuerdo con González Pérez consiste en: “El acceso a
órganos imparciales e independientes en demanda de justicia frente a otro,
cualquiera que sea la materia sobre que verse y la persona frente a que se pide.
Supone un proceso con las garantías debidas de defensa y supone que la decisión
del órgano judicial sea llevada a efecto. En definitiva, hacer justicia: juzgar y hacer
ejecutar lo juzgado”.
El reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y
de sus derechos iguales e inalienables constituye el fundamento de la libertad, de la
justicia y de la paz en el mundo.
América Latina ha pasado por épocas dramáticas en las que los derechos humanos han
sido violados en forma masiva por las instituciones del Estado. En América Latina todavía
subsisten graves problemas de violaciones a los derechos humanos, injusticia social,
corrupción administrativa, deficiencia de las instituciones del Estado, como el Poder
Judicial, por ejemplo. Una justicia que demora no es justicia. En consecuencia, América
Latina, que ha llegado a formalizar la democracia mediante elecciones populares, lo cual
es un paso excelente hacia la real democratización de nuestras sociedades, debe
continuar con vigor por ese camino, buscando perfeccionar sus sistemas, dándole mayor
participación al pueblo en las actividades del gobierno, establecer una verdadera justicia
a través de instituciones que transformen la realidad operativa de los Estados actuales.
Yo creo que en América Latina la dignidad del ser humano ha sido respetada. No siempre
se ha procedido de conformidad con este principio, pero en el fondo nuestros pueblos
aceptan la dignidad, la igualdad de la persona humana y deben seguir siendo
caracterizados por esta comprensión y por una lucha permanente para hacerla realidad.
LOS CONTENIDOS DE LA JUSTICIA COMO DERECHO HUMANO: Poder examinar
los diversos instrumentos jurídicos y procesales que comprende la justicia en lo atinente
a los derechos humanos no resulta sencillo. En efecto, la justicia comprende un conjunto
de instrumentos jurídicos y procesales para la tutela de los particulares frente a la
administración pública, en esa virtud, la justicia administrativa debe considerarse como
el género en el cual queda comprendida la jurisdicción para la solución de los conflictos
entre la administración pública y los administrados por conducto del proceso. Por tanto,
es posible señalar algunos sectores de instituciones que conforman su contenido
esencial. De una manera sucinta, entre estos instrumentos podemos destacar en primer
término a:
1) Las leyes de procedimiento administrativo (ya que las mismas tienen como objeto
regular de manera uniforme).
2) Los recursos administrativos (ya que son los medios de impugnación otorgados a
los afectados por la conducta de las autoridades).
3) Los medios; como una manera de lograr la responsabilidad patrimonial de las
autoridades administrativas.
4) Los Organismos no jurisdiccionales; en esencia pueden por conducto de un
procedimiento rápido, sencillo y de fácil acceso, recibir quejas y reclamaciones por los
afectados por la conducta administrativa de cualquier autoridad que lesione sus derechos
e intereses legítimos. Además, debe tomarse en cuenta que dichos organismos no
jurisdiccionales no sólo toman en cuenta la conducta de la autoridad para decidir si la
misma adolece de ilegalidad, sino también en los supuestos más amplios de injusticia,
error, inoportunidad, dilaciones indebidas o falta de racionalidad; y
5) Los derechos difusos o transpersonales; como mecanismo de protección a las
personas que no pertenecen a grupos organizados, sino que se encuentran dispersas e
inarticulada.

EL PAPEL DEL JUEZ EN LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS: La


vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, expresa en su Preámbulo
que uno de los fines para la refundación de la República es asegurar la garantía universal
e indivisible de los derechos humanos; en su artículo 2° declara que Venezuela se
constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna
como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y,
en general, la preeminencia de los derechos humanos.....”
El Título III, “De los Derechos Humanos y Garantías, y de los Deberes”, en su Capítulo
I, “Disposiciones Generales”, artículo 19, establece que “El Estado garantizará a toda
persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y
ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos. Su
respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público, de conformidad
con esta Constitución, con los tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados
por la República y con las leyes que los desarrollen”, así mismo, se apuntala y amplía la
cobertura de estos derechos en los artículos 23, 27 y 31 ejusdem.
El juez ha de tener siempre presente los valores cardinales del ordenamiento, entre
los cuales al juez corresponde mediante la aplicación de una norma de medida (como es
la justicia) resolver los casos que le son sometidos, uno a uno, buscando hallar “la
solución justa” que corresponda, en cada ocasión.
En dicha tarea, el juez está obligado a prestar la “tutela judicial efectiva” porque la
Constitución no es un mero catálogo de principios declamatorios sino una aspiración ética
y real, de lograr una protección y defensa de los derechos ciudadanos, de modo
verdadero, es decir, efectivo, que es lo opuesto a nominal o aparente.
Constituye, por tanto, responsabilidad de los jueces garantizar la eficacia de los
mecanismos internos de protección de los derechos humanos, previstos en la
Constitución y en las leyes, a fin de que no sea necesaria la intervención supletoria o
complementaria de los órganos internacionales, cuya jurisdicción contenciosa ha sido
reconocida por el Estado. Son los jueces, que forman los tribunales nacionales, los
llamados por la ley, en primer lugar, a disponer las sanciones punitivas a los infractores
de la respectiva normativa y ordenar las reparaciones a que hubiere lugar.
En tal misión los jueces, además de tener un profundo conocimiento sobre derechos
humanos, deberán ejercer una función innovadora y creativa. “Ello es así porque de modo
inexorable le tocará esclarecer, desempolvar, compatibilizar, integrar y hasta adaptar a
la Constitución”
El Juez, al aplicar al caso concreto, la Constitución, las leyes y los Tratados, referidos
a los derechos humanos, debe ser creativo y sensible, y estar inmerso en la dinámica
social que cada vez exige con mayor fuerza el respeto a la dignidad del ser humano, a la
sociedad y a los bienes de la humanidad. En muchas ocasiones el Juez encontrará que
avanza con mayor celeridad el reclamo social por estos derechos y garantías, que la
formulación de los textos constitucionales o legales o de los Tratados que los establecen
y, dado el carácter universal, indivisible y progresivo de los derechos humanos, no podrá,
en ningún caso, invocar inexistencia de normas o de mecanismos de garantía, cuando
sea demandada la protección de los derechos individuales, sociales o de la humanidad.
Puede resumirse el rol fundamental del juez en la protección de los derechos
humanos, con las palabras de Francesco Carnelutti: “El juez es la figura central del
Derecho. Un ordenamiento jurídico se puede pensar sin leyes, pero no sin jueces.”
EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU APLICACIÓN
POR LOS JUECES NACIONALES: El derecho internacional de los derechos humanos
es un conjunto de normas internacionales que reafirman los derechos y la dignidad de
todos los seres humanos (mujeres, hombres y niños) sin discriminación. Fue desarrollado
tras la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y se apoya
actualmente en una serie de instrumentos universales y regionales como el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, entre otros tantos, para promover y proteger los derechos
humanos a nivel internacional, regional y nacional.
En cuanto al derecho internacional y su aplicación por los jueces nacionales; cabe
destacar, que estos son los primeros garantes de los derechos humanos que, como
agentes del derecho internacional, están encargados de su efectiva aplicación e
interpretación, que son responsables en el ámbito interno y en el internacional por sus
determinaciones, gozan de derechos y garantías especiales para el desempeño de su
función y que, además, son actores internacionales relevantes que participan en la
conformación de redes globales y en las diferentes forma de diálogo interjudicial, situando
así a los jueces nacionales, dentro del sistema internacional como sujetos activos,
independientes e imparciales, partiendo del análisis de las normas primarias y
secundarias que rigen su oficio, con la función específica de proteger y garantizar los
derechos humanos de manera efectiva. Finalmente, el juez puede actuar en carácter
subsidiario y complementario de las dimensiones sustantiva y procesal, influyendo en la
aplicación del derecho internacional y permitiendo comprender la forma en que el sistema
internacional se interrelaciona con los sistemas y operadores internos, en la conformación
de complejas redes y diálogos inter judiciales que caracterizan la función judicial en el
mundo contemporáneo.

LA FORMACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS:


Fueron los aberrantes hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial los que
sirvieron de catalizador para que se produjera la formación y desarrollo del llamado
derecho internacional de los derechos humanos que caracterizó la primera mitad del siglo
XX. Fue así en 1945, en el juicio de Nuremberg, que los aliados incluyeron los crímenes
contra la humanidad entre los cargos formulados contra los lideres nazis.
En el año 1948 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. La Carta de Naciones Unidas declara el respeto
por los derechos humanos como el principal objetivo de la Organización de las Naciones
Unidas, institución que se ha constituido en el foro principal de desarrollo de las normas
que regulan los derechos humanos.
En nuestro continente, en 1969 se aprobó la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, conocida como Pacto de San José de Costa Rica, que entró en vigencia en el
año 1978 y tiene una jurisdicción supraestatal para su tutela y preservación
Tres pactos acentúan esta tendencia, evidente desde la Carta de las Naciones Unidas,
cuando el derecho Internacional Público puso para el bien común internacional, la
protección internacional de los derechos del hombre, y comienza a darles cobertura
mediante tratados, convenciones, pactos y organizaciones.
Uno de esos tres pactos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (pacto de
San José de Costa Rica), tiene una jurisdicción supraestatal para su tutela y preservación,
por lo tanto, notamos que el respeto y la tutela de los derechos humanos integra el sector
del derecho internacional público.

FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS: Son


fuentes en esta materia:
Los Principios Generales del Derecho Internacional, la Doctrina de los autores, la
Costumbre Internacional, los Usos comerciales regionales e internacionales, las
Convenciones internacionales (tratados) tanto multi como bilaterales, la Ley, las
decisiones judiciales relevantes (Jurisprudencia), los actos unilaterales de los Estados y
las actuaciones y resoluciones de los organismos internacionales.

EL TRATAMIENTO A LAS VÍCTIMAS; BREVE RESEÑA: “La razón moderna ha


desarrollado la tesis de que cada uno es responsable de sus actos. Pero también somos
responsables de los actos que no hemos cometido. Las desigualdades existentes son
productos del hombre, y este mundo lo hicieron nuestros abuelos y nosotros lo
heredamos. Decía Walter Benjamín: ‘No nacemos inocentes’. No es que nazcamos
culpables, la culpabilidad es personal e intransferible, pero la responsabilidad puede
heredarse. Si mi abuelo ha sido un ladrón y heredo su riqueza, no heredo la culpabilidad
de mi abuelo, pero sí su responsabilidad. Visto desde esta perspectiva política, la justicia
consiste en responder a la injusticia del mundo. Esta idea de injusticia no se enseña en
las facultades de derecho, pero no hay que olvidar que las teorías de la justicia son cosa
de vencedores. Y lo primero que éstos hacen es olvidar el pasado para no
responsabilizarse de él. Por eso la justicia mundial ha creado una figura peligrosa: ‘hay
que pasar la página’. Esa es la teoría del vencedor. El vencido no se deja engañar con
este malabarismo, pues, aunque no haya ido a la escuela, sabe, gracias a la memoria,
que las desigualdades del presente responden a injusticias pasadas”.
En este orden de ideas, el Estado debe proporcionar capacitación al personal de la
fuerza pública, de justicia, de salud, organizaciones no gubernamentales, etc. para
responder en forma adecuada y eficaz a las necesidades de las víctimas, quienes tienen
derecho a recibir una adecuada asistencia médica, psicológica, psiquiátrica y social por
parte de organismos del Estado y de organizaciones no gubernamentales que
contribuyan al compromiso que la sociedad y cada uno de nosotros debe asumir frente a
las víctimas como consecuencia de nuestra propia responsabilidad en el delito. Se trata
de fomentar en cada uno de nosotros el sentido de la solidaridad, y de obligarnos a pagar
un impuesto de fraternidad a favor de las víctimas.

VÍCTIMA: La categoría víctima no posee un contenido esencial unívoco, su contenido es


variable. La identificación de una persona o un grupo como víctima no es natural, sino
que es parte de un proceso histórico, social, cultural, político y económico.
Se entenderá por "víctimas" las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido
daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera, o
menoscabo sustancial de los derechos fundamentales, como consecuencia de acciones
u omisiones que violen la legislación penal vigente en los Estados miembros, incluida la
que proscribe el abuso de poder.
Podrá considerarse "víctima" a una persona, independientemente de que se identifique,
aprehenda, enjuicie o condene al perpetrador e independientemente de la relación
familiar entre el perpetrador y la víctima.
En la expresión “víctima” se incluye además en su caso, a los familiares o personas a
cargo que tengan relación inmediata con la víctima directa y a las personas que hayan
sufrido daños al intervenir para asistir a la víctima en peligro, o para prevenir la
victimización.

PROCESOS DE VICTIMIZACIÓN: En Victimología se hace alusión a distintos tipos o


procesos de victimización que tratan de arrojar luz sobre las consecuencias del
acontecimiento (o acontecimientos) traumático en la víctima. Así se ha llegado a distinguir
tres niveles o procesos:
Victimización traumática: Consecuencias derivadas de los episodios de violencia (…)
en los que la mujer ha sentido amenazada su integridad física y psíquica o han atentado
directamente provocando secuelas físicas. En mujeres con discapacidad, pueden no ser
perceptibles de forma inmediata.
Victimización primaria: Consecuencias derivadas directamente de la relación de
dominio, control y violencia a la que ha estado sometida la mujer a lo largo del tiempo y
efectos sobre los hijos e hijas que son testigos de la misma. Tiene que ver con la
dificultad para desplegar estrategias de auto-protección, distorsiones de la función
cognitiva, falta de control sobre el propio cuerpo.
Victimización secundaria: derivada de las vivencias de la mujer tras pasar por los
diferentes itinerarios de la violencia (policía, centros de salud, juzgados, juicios, centros
de la mujer, asesoría legal, etc.) La falta de credibilidad que ostentan muchas mujeres
por tener discapacidad puede agravar aún más estas consecuencias.
Victimización terciaria: consecuencias y efectos provocados por el contexto social que
la rodea y derivadas del trato dado por el barrio, comunidad de vecinos, familia de origen,
hijos/as, centro de trabajo. Estos efectos pueden perpetuar la situación de violencia, por
ejemplo, minimizándola o ignorándola.
Victimización invisible: Provocada principalmente por actitudes y valores sociales
discriminatorios y estereotipados (medios de comunicación, principalmente). En las
mujeres con discapacidad fomentar y perpetuar su imagen de dependientes, carga
familiar, desgracia, etc. y cómo no, su invisibilidad como posibles y reales víctimas de
violencia.

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