Sei sulla pagina 1di 8

TEATRO Nº3 – HUDSON TAYLOR: UN JOVEN QUE MARCÓ LA HISTORIA

ESCENA 1: HUDSON TAYLOR – FAMILIA Y NIÑEZ


(Iglesia en la Merced)

Narrador: (Se para en frente del público y dice lo siguiente) Hoy contaremos una historia
que inspirará nuestros corazones, un testimonio de fe, de consagración y entrega.
Nuestro protagonista, descubrió su propósito en Dios y llevó su misión de manera
excepcional. Marcando un hito en la historia y poniendo el nombre de Dios en alto. Él
decidió hacer el cambio, en vez de juzgar la situación y contexto donde vivía. Vemos
ahora, como inició todo y como llegó a marcar la historia. Vamos a remotarnos al año
1831 para conocer la historia de.. ¡Hudson Taylor! ¡Acompánenme!

(Escena Inicial: Narrador se retira de escena. Entran en escena los padres de Hudson.
James y Amelia, haciendo su devocional en la mañana, hacen una pequeña oración y
leen la biblia en Éxodo 13: 11-12).

Narrador: Como todas las mañanas, muy temprano, el predicador James Taylor y su
esposa Amelia Taylor, se disponían a difrutar de su tiempo con Dios antes de iniciar sus
labores. En este tiempo buscaban la presencia de Dios y su dirección para sus vidas.
James y Amelia ya eran matrimonio consolidado y pensaban que ya era tiempo de crecer
como familia. Entonces, pedían al Señor que les concediese la bendición de ser padres.

James Taylor: Amada esposa, gracias al Señor por este nuevo día, oremos para que el
Señor nos bendiga hoy con su presencia.

Amelia Taylor: Claro que sí. Oremos.

James Taylor: Padre gracias por este nuevo día, por la bendición de ver un nuevo
amanecer y estar juntos buscando tu presencia. Háblanos en esta mañana y muestrános
tu voluntad para nosotros en este día. De antemano te agradecemos por tu bondad para
con nosotros, tu misericordia y por la alegría de la salvación que podemos disfrutar.
Junto con mi esposa te decimos que te amamos, y entregamos nuestra vidas a ti y si es
voluntad permítenos crecer como familia, si te agrada concédenos la bendición de ser
padres. Confíamos en ti Señor, en tus tiempos y tus propósitos, y sea cuál sea tu voluntad
nosotros siempre te amaremos y daremos nuestras vidas para tu servicio. Por siempre
alabaremos y predicaremos tu nombre y tu santo evangelio. Todo esto oramos y te lo
pedimos, en el nombre de tu Hijo Jesús. Amén y Amén.

Amelia Taylor: Amén así es querido Señor.

James Taylor: Querida Amelia, el Señor será fiel con aquellos que le son fieles,
esperemos en él, sé que el ama las familias y pronto nos concederá la dicha de ser
padres, confiemos y esperemos con paciencia. Ahora leamos la palabra y veamos lo que
el Señor quiere para nosotros hoy, tal vez en la lectura de hoy tengamos la respuesta
que tanto anhelamos. Ayer un amigo pastor me recomendó leer éxodo 13. Leamos
juntos este trecho de la palabra de Dios.

Amelia Taylor: Claro que sí, leamos.

James Taylor: A ver éxodo 13. (Busca en su Biblia y dice) Amelia, no puedo creerlo ¡Mira
este versículo en Éxodo 13: 11 y 12! “Cuando el SEÑOR cumpla la promesa que les juró a
ustedes y a sus antepasados, esto es lo que deben hacer: el día que él les dé la tierra
donde actualmente viven los cananeos, deberán presentar al SEÑOR todo primer hijo
varón y toda primera cría macho de los animales, porque a él le pertenecen”. Amelia,
esta es la respuesta del Señor, Él nos confirma, nos ha hecho una promesa y sé que la
cumplirá, pero también nos dice que tenemos que hacer se cumpla su promesa y así se
hará, cuando el Señor nos conceda un primogénito, lo consagraremos al Señor para su
servicio.

Amelia Taylor: ¡Qué preciosa promesa! ¡Dios es tan bueno por contestarnos y darno paz
alegría y con su respuesta. No merecemos tanto amor, pero así querido esposo,
consagraremos a este precioso hijo para nuestro Señor, desde el vientre, le hablaremos
y siempre le diremos que ha sido dado por Dios y su vida será para el Servicio de nuestro
Señor. Le enseñaremos a amar a Dios y a la personas. ¡Qué alegría y que bondad del
Señor! (Ahora diga esta frase en actitud de oración) ¡Gracias Señor por tu misericordia,
siempre buscaremos agradarte y haremos como nos has pedido porque te amamos!

Narrador: Al poco tiempo, los Taylor recibieron la grandiosa noticia de que estaba en
camino, su primogénito prometido por el Señor, al que le pusieron por nombre James
Hudson Taylor. Hudson nació un 21 de mayo de 1832 en Barnsley, Yorkshire (Inglaterra).
Donde fue criado con mucho amor y dedicación. Sus padres le enseñaron a amar a Dios,
su palabra y la predicación el evangelio.
Desde muy pequeño, su padre, que era predicador, desde muy joven siempre tuvo una
gran carga por llevar el evangelio al lejano país de China, lo cuál era muy difícil en ese
tiempo pero soñaba con que su hijo un día pudiese cumplir ese sueño.

Así fue que Hudson fue creciendo y aprendiendo de sus padres el amor y dedicación al
servicio de Dios, en este ambiente saludable, lleno de amor y cuidados.

Hudson también tuvo una hermana y sus padres les ensañaban mucho acerca de la
oración y lo importante que era tener un relación con Dios. Así que James y Amelia
siempre oraban con sus hijos antes de dormir. James abrazaba a sus hijos y oraban todo
juntos, arrodillados agradeciendo al Señor y pidiendo su favor. Todo esto era guardado
en el corazón del pequeño Hudson y comenzó a imitar con inocencia todo este buen
ejemplo que le daban sus padres. Así que cuando tenía a penas 4 años edad asombró a
todos con esta frase: “¡Cuándo yo sea un hombre quiero ser un misionero en China!”.
Sus padres sonrieron y estaban seguros que Dios cumpliría ese deseo. La fe del Padre y
las oraciones de la madre significaron mucho, debido a que incluso antes de que el
naciera ellos habían orado consagrándolo precisamente para este fin.

ESCENA 2: HUDSON TAYLOR – ADOLESCENCIA Y JUVENTUD


(Iglesia en Tacna)

Narrador: Pero pronto el pequeño Taylor se volvió un muchacho, y aunque parezca


increíble a pesar de todo el buen ejemplo que recibió, él tomó sus propias decisiones y
se volvió un muchacho escéptico y mundano, debido a que se encontró en el camino
con muchas otras personas que se decían ser creyentes y profezaban creer todo lo que
la Biblia decía, sin embargo se compartaban como si tal libro no existiese. Al notar tanta
hipocresía llegó a dudar de todo lo que se le había sido enseñado y finalmente decidió
que no tenía que complicarse y tenía que empezar a disfrutar su vida. Así que a los 15
años quiso ganar su propio dinero y entró a un banco local donde trabajó como
empleado menor. Debido a que Hudson era un adolescente muy bien dotado y alegre
llegó a ser muy popular y sus amigos mundanos le ayudaron a convertirse en un
muchacho burlón y grosero. Pero gracias a la soberanía de Dios, en 1848 dejó el banco
para trabajar en la tienda de su padre, quien era farmaceútico.

Finalmente a los 17 años, Hudson, experimentaría por fin su primer encuentro con Dios.
Cierto día, Hudson y su hermana se quedaron solos en casa mientras que su madre se
encontraba de viaje. Su madre, era una mujer de oración, muy sensible al Espíritu de
Dios y mientras realizaba unas labores fuera de la ciudad, sintió un llamado muy fuerte
en su espíritu, para orar por la conversión real de hijo, quién hasta ese momento no
había recibido al Señor voluntariamente y aún se encontraba envuelto en mucho
conflicto, confusión y malas influencias. Ella comenzó a clamar desesperadamente por
la salvación personal de su hijo y no pararía hasta Dios le confirmara que su hijo había
sido salvo.

(En esta escena aparecerá de forma paralela Amelia orando y a la par irá actuando
Hudson quien se encontrará en la biblioteca de su padre, buscando algo para
distraerse hasta que encuentra un folleto y comienza a leerlo)

Amelia Taylor: “Señor, tu que eres Padre, sabes mi dolor y preocupación, te ruego por
la salvación de mi amado hijo, este hijo que tu nos concediste y lo consagramos a ti,
desde el momento en que fue concebido. Él te pertenece y nadie puede robarlo de tu
mano, satanás ha intentado confundirlo, el mundo lo ha presionado a ser alguien que
no es, él no fue escogido para vivir como los mundo, él fue escogido por ti para cambiar
a este mundo, para ser luz, para llevar tu amor y tus buenas nuevas a todas las personas.
Tu sabes como me duele, que el ya no invoque tu nombre, y estoy segura que a ti te
duele más. Padre escucha mi clamor en esta ora, rescata a mi amado Hudson. Tu palabra
ha sido sembrada, y tu palabra dice que ella no volverá vacía. Yo me aferro a esa palabra
y la declaro para la vida de Hudson. En esta hora, yo te pido que actúes de manera que
hoy mismo los ojos de Hudson puedan ser abiertos y te reconozca como su único y
verdadero Señor. Toca su corazón, levántalo, limpialo y usalo nuevamente conforme a
tu voluntad. Que se entregue a ti con todo su ser. En este momento quita la venda de
sus ojos y sálvalo por favor Padre. Sálvalo amoroso Señor, abrázalo, no lo dejes. Por favor
Señor yo confío en ti. Hudson es tuyo. Hudson es liberado en esta hora y es salvo en el
nombre del Jesús y será el cambio que esta generación necesita. Gracias Señor por
escuchar mi oración. Te alabo Padre, eres bueno, tu siempre escuchas nuestro clamor,
te alabaré por siempre. Gracias.

Narrador: En paralelo a la oración de su madre, su hermana también fue llamada a


intercer por la condición de su hermano y Dios utilizó de una manera muy especial estas
oraciones para por fin traer al joven Hudson a los pies del Señor.

Mientras todo esto acontecía, Hudson que se encontraba en casa, meditando en lo que
sus amigos le decían sobre vivir la vida y lo complicado que es leer la Biblia, un libro lleno
de exigencias que nadie puede cumplir. Todos esos pensamientos estaban llenando el
corazón del joven de mucha confusión, así que decidió buscar algo para distraerse en la
biblioteca de su padre. Hasta que encontró un folleto que hablaba de la consumación
de la obra de Dios, este folleto llamó mucho su atención y comenzó a leerlo con
detenimiento.

Hudson Taylor: ¿La obra ya ha sido consumada? ¿Yo ya no tengo que hacer nada? ¿Jesús
cumplió todas las exigencias? Y ¿Hoy quiere regalarme esa victoria? ¡Qués es esto!
¡Nunca había entendido esto! (En un voz quebrada y llena de emoción) ¡Ahora puedo
ver y por fin entender la obra de Jesús en la cruz. Soy un pecador y en mis fuerzas nunca
podré agradar a Dios y hacer lo que me pide. Pero para esto vino Jesús y nos su Espíritu
el consolador que puede hacer todo lo que yo no puedo hacer. Ahora Jesús que ya
venció, no solo me quiere regalar esta victoria sino que ahora quiere vivir dentro mi y
darme una vida más que vencedora. ¡No tengo hacer nada! ¡Jesús ya lo hizo! El dijo todo
ha sido consumado. ¡Gracias Señor! (Se arrodilla en oración y se humilla ante el Señor)
Señor Jesús perdóname, perdona todos mis pecados, ahora puedo ver cuán equivocado
estaba, mis padres siempre tuvieron razón. Ahora puede entender todo por eso, yo en
este momento, te reconozco como mi Señor y Salvador y al ver que que tu ya
consumaste todo, no me queda otra cosa que darte toda mi vida, recibe por favor mi
vida. Yo voluntariamente quiero darte mi vida entera y servirte por todos los días de mi
vida. Haz en mi tu voluntad Señor Jesús. (Se quiebra y llora arrodillado)

Narrador: Al día siguiente, su madre regresa a casa muy emociada de encontrar a su hijo
y ver la salvación de Dios. Al ver a su hijo corre a su encuentro y Hudson y le pide perdón,
llama a su hermana y les cuenta con mucha emoción lo que Dios le había mostrado y
todo lo que había experimentado.
A partir de ese día Hudson comenzó a tener una relación íntima con Dios y se involucró
más en las reuniones y servicios de la iglesia. Un tiempo después, Dios trajo a su corazón
un fuerte encargo por las almas perdidas y retomando el sueño de su querido padre,
surgió en él la fuerte carga en su corazón de llevar el evangelio al país de China. Hudson
entendió que para esto había sido llamado y que este era su propósito. No importaba lo
difícil que pueda ser llegar a China y llevar el evangelio, por amor al Señor y a esas
personas. Hudson estaba decido a hacer todo lo necesario para cumplir el deseo que
Dios había puesto tanto en su corazón como en el de su padre.

ESCENA 3: HUDSON TAYLOR – SU ADULTEZ Y MINISTERIO


(Iglesia en Pucalpa)

Narrador: Entonces ahora que la vida de Hudson había tomado otro rumbo y ya tenía
un nuevo propósito por el cual luchar. Comenzó a prepararse diligentemente para lo
que sería la gran misión de su vida.

Hudson Taylor: Si quiero llevar a cabo correctamente la misión que el Señor me ha dado,
la cuál es difícil, debe prepararme muy bien, tengo que convertirme en un misionero
dispuesto a soportar todo tiempo de necesidad y además así podré entender a los más
necesitados. Adaptaré mi vida lo más posible a lo que sería mi vida en China. Ya sé haré
más ejercicios al aire libre, cambiaré mi cama mullida por un colchón duro y me privaré
de los delicados manjares de la mesa. Eso me ayudará a irme a costumbrando a la vida
de un misionero dispuesto a todo y me ayudará a depender más de Dios. ¡Ah sí también
aprenderé a predicar el evangelio de puerta en puerta! Y distribuiré tratados en los
barrios pobres y organizaré reuniones en los hogares. Sí, eso haré. Mejor lo voy a anotar
para que no se me olvide. (Toma un cuaderno comienza a anotar todos sus metas y
propósitos)

Narrador: Hudson empezó esta nueva vida de preparación y fue muy diligente en el
proceso. De forma adicional era muy importante aprender el idioma chino, así que
comenzó a levantarse a las 5 de la mañana para estudiar el idioma y como no tenía
recursos para comprar un libro de grámatica o un diccionario, que eran muy caros en
ese tiempo, estudió el idioma con la ayuda de un ejemplar del evangelio de Lucas en
mandarín, y a la par también empezó el estudio del griego, hebreo y latín.

En cuanto a los estudios no solo era importante el aprender mandarín sino también una
profesión que pudiese ser útil en China, así que pensando en la escacez de médicos que
había en China, comenzó a trabajar como ayudante en medicina, continuando con lo
que le había enseñado su padre sobre farmacia, así que se esmeró mucho por aprender
todo lo posible.
Luego, para gastar menos en sí mismo y poder dar más a otros, arrendó un cuarto en un
modesto suburbio en las afueras del pueblo. Aquí empezó un régimen riguroso de
economía y abnegación oficiando parte de su tiempo como médico autonombrado en
lugares de mucha neccesidad. Fue en ese momento que se dio cuenta de algo muy
importante.

Hudson Taylor: Ahora que gracias a Dios cuento con un trabajo y tengo un salario, me
he dado cuenta que con un tercio de mi sueldo puedo vivir sobriamente. Además he
podido percatarme que cuanto menos gasto para mi y mas doy a otros, mayor es el gozo
y la bendición que recibe mi alma. Gracias Señor por mostrarme todo esto y por darme
la oportunidad de serte útil.

Narrador: Tras estudiar medicina y teología, realmente Taylor quería ser de ayuda
práctica para la gente. Así que finalmente fue a China en 1854 como misionero, por
aquel entonces se habían abierto amplias perpectivas para el evangelio en esa nación,
pues el emperador de China había hecho profesión de fe cristiana. Sus primeros tiempos
en Shangai fueron realmente difíciles, el apoyo económico prometido por la
Organización que lo envío, no llegaba y el chino era un idioma realmente complicado de
aprender. Todo se complicaba para Hudson. Así que Hudson oró al Señor y le pidió una
nueva dirección para continuar.

Hudson Taylor: Señor gracias por haber cumplido mi sueño de venir a China, ya estoy
aquí, está siendo difícil, pero no me rendiré, este es tu sueño, el mío y la necesidad de
muchos. Muéstrame que sigue ahora, que debo hacer, debo permanecer en Shangai. ¿A
dónde debería llevar tu evangelio?, ¿Dónde está tu mayor necesidad? Señor yo solo soy
un instrumento tuyo, úsame según tu voluntad, muéstrame el camino que debo seguir
y dame luz para saber como llevar a cabo la tarea que me has encomendado.

Narrador: Entonces rápidamente Dios respondió a la oración de Hudson y al ir a una


reunión con otros misioneros, se percató que eran muchos trabajando una misma
ciudad, y que China no era solo Shangai y que había mucha más necesidad que otros
lugares, lugares al interior de China. Pero esto representaba un nuevo reto para Hudson
porque al interior de China la gente era muy celosa de su cultura y no se relacionaban
mucho con los extranjeros o personas que no respetaban sus costumbres. Así comenzó
a planear viajes cortos a las ciudades del interior para observar y conocer más a la gente
de esos pueblos. Y se dio cuenta de lo siguiente.

Hudson Taylor: Para ganarme la confianza de estas personas y ellas me quieran oír,
tengo que seguir el ejemplo del apóstol Pablo, debe hacerme como ellos con tal de ganar
aunque sea uno. Voy a cambiar mi apariencia, para ser más familiar a ellos y acepten
escuchar el mensaje de Cristo que les traigo. Ellos normalmente se afeitan la cabeza, se
dejan una coleta y usan lentes. Bueno lo haré, me raparé la cabeza, ah también usaré
unas vestimentas similares.
Narrador: Y así fue como Hudson cambió su estrategia para ganarse la confianza de los
pobladores de China. Y al poco tiempo de interactuar con ellos logró ganarlos y
transmitirles el mensaje de las buenas nuevas de Cristo. Los pobladores abrieron su
corazón y valoraban el esfuerzo de Hudson por acercarse a ellos y no rendirse hasta que
ellos pudiesen conocer el evangelio de Cristo.

Pobladores: Señor Hudson estamos tan agradecidos a Dios y a usted por insistir tanto
con nosotros, porque si no fuera por su perseverancia hoy nosotros y nuestras familias
nunca hubiéramos recibido a Cristo y nunca hiésemos podido disfrutar de la alegría de
la salvación. Nunca nadie se animó a venir hasta aquí para traernos este mensaje de
esperanza y salvación, si usted no hubiese tomado la decisión firme de venir hasta aquí
y hacerse como nosotros, nosotros nunca hubiésemos sido salvos y nunca hubiésemos
podido entender la obra de Jesús ni experimentar el verdadero amor de Dios. No sabe
cuán agradecidos estamos a Dios y a usted, por eso nosotros llevaremos este mensaje a
otros hasta que todo nuestro país sea ganado para Cristo.

Narrador: El corazón de Hudson estaba lleno de alegría, se volvió muy amigo de los
pobladores y le enseñó a orar, leer la biblia, amar y servir a Dios, así como sus padres le
enseñaron a él. Luego un tiempo después ya que dejó a buen grupo de hermanos en esa
región de China. Pero sabía que la obra no había terminado ahí, así que decidió volver a
Inglaterra para traer nuevos apoyos y más recursos para que estos nuevos hermanos
puedan predicar y tener biblias en su idioma natal. Así que en 1860 volvió a Inglaterra y
durante 5 años tradujo el nuevo testamento a la lengua Ningbó, durante su estancia en
su país siguió perfeccionándose en química y obstetricia para poder ayudar más a su
regreso y también recorrió Inglaterra dando numerosas conferencias y levantando la
misión a favor de China. En 1866, volvió a China con otros 16 misioneros llenos de amor
por Dios y por China, para fundar la misión al interior de China.

Finalmente, Hudson Taylor falleció en 1905 en Changsha, China. Habiendo cumplido el


sueño de Dios de ver a este pueblo que antes vivía segado, adorando a otro dios,
envueltos en cosas paganas. Ahora tenían a Cristo en su corazón, dsifrutaban esta
salvación y servían con alegría a Dios y su prójimo.

(El Narrador vuelve a entrar en escena se posiciona en el escenario y le habla al


público)

¡Realmente Dios cumplió su propósito en la vida de Hudson y también cumplió la


promesa que les había hecho a sus padres! Al término de sus días, Dios usó a Hudson
para establecer 205 bases misioneras, con más de 18,000 cristianos chinos bautizados y
el número total de misioneros que dejó trabajando por Cristo en China fue de 850
misioneros.
(Todos los actores comienzan a ingresar al escenario lenta y ordenadamente,
posicionándose detrás del narrador)

Los misioneros y los frutos del hermano Hudson Taylor continuaron diligentemente la
labor encomendada y 16 años después nuestro querido hermano Watchman Nee,
también del interior de China, conoció a la misionera británica, Margaret Barber, quién
fue una maestra para él. Inspirado por todo lo nuevo que aprendió de ella, decidió ser
uno con el avance del evangelio y con la gracia de Dios fundó más de 700 iglesia en el
interior de China. Watchman Nee fue un mártir de la fe, él fue encarcelado y muerto por
el comunismo pero su historia y legado fueron esenciales para la conversión y ministerio
de nuestro amado hermano Dong Yu Lan quién continuo llevando este evangelio ahora
a América del Sur y más tarde a nuestro país. Gracias al Señor por levantar tanto
hermanos con visión y encargo. Si ellos no hubieran renunciado al mundo y a sus propios
placeres, si ellos no hubieran sido perseverantes. Nosotros no estaríamos aquí. Ellos
conocieron y tuvieron un encuentro con el verdadero Dios que los llevó a esforzarse y
actuar, al entender la obra de Jesús no pudieron hacer otra cosa que entregarse a ÉL y
formar una generación santa que proclame el nombre de Jesús hasta los confines de la
tierra. ¡Hoy tu también tienes este llamado para cambiar la situación de este mundo de
ser y generar una nación santa, un pueblo exclusivo para Dios!
Y así como Hudson Taylor…

TODO JUNTOS A UNA VOZ: ¡Tu has sido consagrado y llamado para ser luz para las
naciones y ser el cambio que tu generación necesita!

Potrebbero piacerti anche