.
L r í t I e o
crucigramas , diagramas. Cuando quiere
describirse un espermatozoid e, se pinta
una línea torcida idéntica a la del bastón
de Sterne ; hay una página en bla nco
para que el lector pueda escribir sus pro-
pias op iniones ; hay escritura a dos co-
lumnas , escalona da o piramidal. Pero
más importante es el papel del " Elec-
tor " : cercano el final Fuentes nos dice a
nosotros, los E-lect ores (lectores que
elijen): " T u sabes que no he narrado
nada solo, porqu e tú has venido ayudán-
dome desde la primera página. Tu me-
diación es mi salud; imagínate, sin ti, mi
terror ". Así , som os nosot ro s quienes
decidimos si Cristó bal debe o no nacer.
La novela así se auto -nieg a: prime ro ,
porque el narrado r es un embrión que
describe al mundo sin co nocerlo ; se-
gundo, porque si ese embrión no nace,
¿cómo acaso puede conocer el mundo?
Literatura com o artifici o, como mentira.
Todo se vale pues han sido derrotadas
las teorías narrativas de Henry James.
Una piedra puede ser un narrador, un
calcetín, la Nada. Porque en realidad no-
sotros somos los narradores y también
la novela. Me gusta esta idea: el mundo,
el Todo abr umador que nos env uelve,
como algo incoherente , ilógico , irreve-
rente, anti-kabalist a, fictic io, y noso tros
como sus personajes, sus intérprete s y
sus autores .
Mientras Fielding y Richardson se de-
dicaban en el siglo XV III a reproducir vi-
das eliminando reflexi ones inter-genéri-
cas y metaliterarias, Tristram Shandy es
especialista en afirmar que la literatura
es sinón imo de artificio . Todo cabe en la
novela pero la novela no es nada y va a
ninguna parte. Igual Fuentes: t odo cabe
en su novela pero ¿qué es la novela? Los
diálogos reprod ucidos terminan siendo
diálogos repro ducidos, no real idades.
Cualquiera de nuestros pensami ent o s
puede integrarse, ahora y siempre. Pre-
cisamente eso es Cristóbal Nonato : un
precipitado donde convergen todas las
tradiciones novelística s para inmediata-
mente colapsarse . Cristóbal Nonato por
eso festeja el " Descubrimient o de Amé-
rica" sin fe stejarlo; describe des-escri-
biendo . Terra Nostra ya antes había sido
festejada como el final de esta jornada
novelística pero creo que Cristóbal No-
nato tiene mejor ofici o de telón: es el
ápice, la culm inación de un ciclo histó-
rico que empezó con su igual, The Life &
Opinions of Tristram Shandy, Gentle-
man. O
Carlos Fuentes . Cristóbal Nonato . México , FCE.
1987.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 51
listas sin dejar en ellos ninguna huella,
ésta nace muerta.
El autor del libro El pintor Luis Juárez;
su vida y su obra ve hoy cristalizado un
esfuerzo de largos años de traba jo y
UN ARTISTA docta dedicación en el vasto campo de
DE LA NUEVA la pintura . Así pues , cabe señalar que
caracteriza a Ruiz Gomar la erudita minu-
ESPAÑA ciosidad y la prolija acuc iosidad en lo
que se refiere al manejo de los datos,
Por Gustavo Cuné/ rasgos que le son propios 'en sus ya nu-
merosas publicaciones , donde el intere-
sado obtiene siempre amplia y rica infor-
Conviene recordar que todo libro es
mación 'para reflexionar.
considerado por su autor como una pro-
El libro que hoy tenemos entre nues-
longación o apéndice de su mismo ser,
tras manos es ,prueba fiel y reflejo de
Diríamos, hoy día, que se trata de un hijo
amor y paciente dedicación en la inves-
superdotado que nace pensante y ac-
tigación de la pintura novohispana , Si
tuante , que nace intelectual a diferenc ia
bien Ruiz Gomar no es el primero que
de los hijos bio lógicos; engendrado para
se ocupa del estudio del pintor Luis Ju á-
incidir en las mentes de quienes lo lean.
rez, sí lo es en tanto que aborda al ar-
En este sentido, es posible hablar, si la
tista en forma total y desde una pers-
obra cumple co n el cometido para el cual
pectiva moderna , al tiempo que se
fue creada, de buena fortuna del primo-
convierte en eslabón de la ilustre cadena
génito, de estrella en la Fortuna Crítica
de intelectuales que le .han precedido .
- término acuñado por Nicos Hadjinico-
Valga mencionar aquí nombres de la ta-
lau para las obras de arte- o bien de fra-
lla de Manuel Toussaint. Diego Ángulo
caso intelectual y edito rial que, como
íñiguez, Martín Soria y, en tiempos más
veremos, no es el caso. Dicho lo ante-
modernos , Jorge Alberto Manrique ,
rior, si la obra del invest igador no crea
Elisa Vargas Lugo y Xav ier Movssén :
polémica, no es reseñada, presentada
ilustre discípulo es Ruiz Gomar, que ha
" en soc iedad " , comentada, agredida ,
heredado de sus maestros el buen ha-
defendida, cr iticada o, por el contrario,
cer, lo crítico y el ojo fino .
tan sólo leída por unos cuantos especia-
Entrando ya en materia, dejemos que
sea el mismo autor quien nos introduzca
<In su investigación:
"No ofrezco [...) un trabajo exhaus-
tivo , ni respuesta a todas las interro-
gantes formuladas en torno al hom-
bre y al artista; presento tan sólo mi
, aproximación a ambos."
y prosigue el autor:
"En este sentido, sé perfectamente
que queda aún mucho por discut ir y
profundizar sobre la personalidad y-la
obra de este pintor; que bastantes
puntos y planteamientos habrán de
ser mod ificados y ampliados -verbi-
gracia, el referente al posible naci-
miento de .íu árez en ' España y, por
ende, su posible formación allá antes
de pasar al Nuevo Mundo ... "
Ante tan modesto juicio acerca de su
obra y de su propio trabajo solamente
podemos preguntarnos: ¿cómo es en-
tonces si no así como se hace la histo -
ria? En otro párrafo Ruiz Gomar 'confiesa
que hizo todo lo humanamente posible,
_

por lo que a investigar toca , en un afán
por comprender, desde su punto de
vista, a un artista y su producc ión pictó-
rica, tarea nada sencilla. Su escrito es la
puesta al día, 1987, en forma reflexiva y
harto crítica de todo lo que se ha dicho
11 acerca de uno de los pintores más con-
trovertidos, artista sobre el cual casi to-
dos los estudiosos e interesados en el
arte colonial han vertido, con su pluma,
juicios - erróneos o acertados- que vi-
nieron a conformar, poco a poco, la idea
de un semi-dios de la pintura novohis-
pana, proceso tan sólo equiparable con
lo escrito sobre la fama alcanzada por el
pintor oaxaqueño Miguel Cabrera.
Conviene advertir, sin embarqo, que
hasta hace algunos años no sabíamos
-a ciencia cierta- cuáles habían sido las
obras pintadas por el primero de la di-
nastía de los Juárez : ¿cuáles eran sus
rasgos distint ivos?, ¿cuáles las constan -
tes de su producción pictórica?, ¿cuál el
interesante problema de su origen y for-
mación artística? Problemáticas de rele-
vancia sobre las cuales incide crítica y
eruditamente con enorme éxito el autor.
De tal manera, Ruiz Gomar acomete dig-
namente la para nada sencilla tarea de
historiar a Juárez en el más amplio y be-
lio sentido que esa palabra pueda tener.
Así, se cuestiona , emite juicios y, aun-
que da muchas vueltas, por fin se com-
promete, rebate opiniones, otrora toma-
das como piedras de toque o pilares ,
contra las que como crítico tiene que lu-
char , corr ige fechas , al t iempo que ,
como él mismo confiesa , ofrece al lector
" su aprox imación en torno al hombre y
al artista ", tarea , repito , nada fácil de la
que s610 se puede decir : misión cum-
plida .
El libro consta de 366 páginas en las
que a lo largo de un ameno texto se in-
forma acerca de los acontecimientos
históricos más relevantes de la época
que tocó vivir al artista . Pasa entonces
Ruiz Gomar a ofrecer la necesaria y lar-
gamente esperada visión del desarrollo
de la pintura de finales del siglo XVI y
principios del siguiente . La segunda
parte del libro analiza al hombre y al ar-
tista, binom io donde se deja constanc ia
de los problemas referentes a su nacio-
nalidad : ¿Alcaudete o la Nueva España?
y el dedicado a su formación pictórica
y posibles maestros. Ya entrado en ma-
teria Ruiz Gomar analiza con bastante
profundidad el aspecto artístico, color ,
claroscuro, dibujo, pincelada, rostros ,
manos, telas , fondos , paisaje , seres
evanescentes -como él llama a los én-
e n a r
.
I o
geles , etcétera . La quinta parte es el
Catálogo comentado de la producción
juarista , se consignan las obras de pa-
tern idad dudosa y aquellas que ya en
esta época no pudieron ser localizadas.
Por últi mo, cabe decir que la bibliografía
e índices resultan ser aplastantes apara-
tos críticos que sustentan paso a paso,
como en un dob le texto a manera de an-
damiaje , los juic ios emit idos por Ruiz
Gomar.
Si bien ya ha habido elogiosos traba-
jos que se ocupan del estudio de un solo
pintor , no es pos ible dejar de hacer men-
ción a los trabajo s de Francisc;:o de la
Maza y Abelardo Carrillo y Gariel sobre
Villalpando y Miguel Cabrera, respecti va-
mente . Los mérit os del libro que aquí
nos ocupa son su carácter exhaustivo y
el de ser un estudio moderno, hecho con
otros ojos y bajo otras perspectivas de
análisis. Conviene agregar que el Catá-
logo de las obras del pintor mulato Juan
Correa, de reciente aparición, que curio-
samente lleva por subt ítulo el mismo de
la obra de Ruiz Gomar, es decir, su vida
y su obra, viene a ser junto con este es-
tudio, ma terial que responde a la actual
necesidad del historiador de vincular al
artista y a su producción dentro del con-
texto de lo cot idiano, trat ando de enten-

ealcloneseera "lTuellif
R;~:~A
'11 , \ " "'''''Al 1A'U XII¡'-'NIO ,•., I "" U" p,,,,,
7

NOVEDAD ¿Postmode r n id a d ?
Octav io Paz • CornetiusCastoriad ts • Dan iel Bell

DAVID HUERTA LA MANERA COMO VIVIMOS AHO RA

Susa n Sontag

,I
INCURABLE
~
Hacía mucho tiempo Que la poesía no nos daba
un gran poema, e Incurable es un gran poema
con creces : una extraordinaria lección de
intimidad con la inspiración y de dominio sobre
la forma. Delirio, meditación, cascada, océano;
los tres lustros de trabajo poético de David
Huerta alcanzan en Incurable -poema precioso
sin preciosismos, poema llano Que no desdeña la
extravagante orfebrería de lo hermético ni la
violencia revelatoria, poema inspirado Que respira
por la herida l por el verbo- una mae stría
admirable y conmovedora.
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I
MbICO. D. F'I GUADALAJARA. JAL MONTERREY . N L
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-- 52 _
 .
L r í t I e o
der a los pinto res dentro de un devenir
más realis t a de la sociedad col o nial ,
donde se consignan aspectos ignorados
o dejados de lado por otros est udiosos
del arte . Valga para reforzar lo ante rior
recurrir a las palabras de justificación del
autor quien señala:
" ... no podemo s hablar de rigo r ni de
un criterio sist emát ico a la hora de
proceder a la selección de los nom -
bres , temas o datos [que of recen la
visión global de la época que t ocó vi-
vir a Juárez]; es más, ni siquie ra pen-
samos que los traídos a colaci ón ha-
yan sido los más significa tivos, ni los
que hubiesen influido más en nuest ro
pintor. Al reunirlos aquí, tan sólo he-
mos prete ndido rescatar trozos de
vida, personajes y acontec imient os
de aquellos días, acaso aislados e in-
conexos entre sí, pero que en con-
junto ... [pueden] ayudar a ambie nt ar y
completar el escenario, y con ello a
dar el tono al sabor de esa époc a" .
Grata pues es la labor de hist oriar en esa
forma. Los datos y noticias documenta-
les aparecen hábilmente distribuidos a lo
largo del te xt o; se nos informa sobre los
nombres de la mujer de Juárez, los de
sus hijos, las fechas de los bautismos de
estos y otros valiosos datos . Sin em-
bargo, extraño la falta de un rico Ap én-
dice Documental donde deberían estar
consignados otro s test imonio s de la
época, aparta dos utilísimos para el his-
tor iador donde siem pr e se encuentra
rico material que, co mo dice Ruiz Go-
mar, da el ton o al sabor de la época.
Pasando a otro punto , hay que señalar
que una de las caracte rísticas, diría ne-
cesaria y más difícil de desarrollar entre
los que al estu dio del arte de la pintura
se dedican , es el "ojo para ver pintu ra",
rara habilidad que junto con la memoria
visual se tra ducen en saber ver. Cabe
decir entonces que estam os frent e a un
historiador del art e que sabe ver ; así, le
fue posible corregir atribucion es, des-
mentir o confirmar aquéllas que desde
hace ya largo rato se tenían por obras
del pintor, a fuerza de repetir y vol ver a
repetir la pate rnidad apócrifa de J uárez.
Ruiz Gomar , cauto las más de las veces,
tajante otras , disient e de t ales opinio -
nes, pone en t ela de juicio todo aquello
que se ha dicho sobre el pint or, analiza
los hitos y ofrece su erudita opin ión
siempre fundamentada, ya en el dato, ya
en la solución plástica.
Para terminar , dejemo s que sea la
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 53
pluma de Mateo Alemán quien nos hable
de las pinturas del arco triunfal levan -
tado a la llegada del virrey Fray García
Guerra, en 1611 , a la Nueva España,
quien, al igual que el autor del libro que
reseñamos , tuvo como preocupación
primordial rescatar " t rozos de vida "
para la posteridad. Dice Alemán :
" ... llegaron a la entrada de la calle de
Santo Domingo, adonde la Ciudad ha-
bía mandado hacer un arco tr iunfal,
de grande majestad y traza, pintado a
el óleo, con Historias, Enigmas y Le-
tras Latinas y Españolas, muy elegan-
tes y sentenciosas , en que pudiera
toma r vuelo la pluma, si la ocasión y
tiempo lo permitieran. Lo que dentro
sentí digo, que de tal manera estaba
f abricad o que correspondían sus
miembros, con los ventanajes , azo-
teas y suelos de las casas colate-
rales, y porque los cuerpos vivos pin-
tados corrían en orden según el ven-
tanaje de la galería" . (> ,
Rogelio Ruiz Gomar , El pintor Luis Juárez; su vida y
su obra, México. UNAM , Instituto de Investigaciones
Estéticas, 1987, (Monografías de arte No. 15).
LIBRO PÓSTUMO
DE laMÍ GARCÍA
ASCOT
Por Santiago Espinosa
de los Monteros
Tres pintores es el título del último libro
de Jomí García Ascot que fue publicado
por Promexa. Póstumo, este volúmen se
presentó en la Galería Pecanins de 'la ca-
lle Durango el pasado 23 de mayo con la
obligada presenc ia de los tres entrevis-
tados para este volúmen: Pablo Amor,
Osear Gutman y Gabriel Macotela , quie-
nes vienen exponiendo desde hace algu-
nos años una pintura que hasta hace
poco no era común en el ámbito de la
plástica joven mexicana . .
El libro se desliza entre la charla ca-
sera y la entrevista periodíst ica en algu-
nos momentos inquisitiva y en otros li-
gerita, relajada . Las opiniones vert idas
por el propio García Ascot entre pre -
gunt a y pregunta nos dejan siempre ese
sabor de anécdota int eligent e, bien ci-
tada, traída a colación en el momento
exacto.
Este volumen había quedado term i-
nado por Jomí antes de su muerte el 14
de agosto de 1986 , al igual q ~~ las no-
tas que.conforman ,la novela La muen«
empieza en Palanca, que se publ icará
próxi":!amente.
Uno de los grandes méritos del libro
estriba en la selección de los entrevista-
dos : tres jóvenes pintores que están
siendo ya constata do s por plumas de
importancia en el medio no sólo a~ la
plástica" mex icana sino inclusive del
campo de la literatura , com 9 es el caso
del propio García Ascot .
Las transcripciones respetan desde
los vicios de lenguaje hasta las referen-
cias en charlas !Interiores a pintores, Ij-
.bros y lugares. Cada entrevista tiene su
prop io ambiente, su lugar, su tempera-
, tura y hasta nos podemos imaginar a
Jom í en el niomentode charlar; sus ade-
manes, sus caras, los gestos de quien le
respondía, las interrupciones y atrope-
llos tan reales en cualquier plática , en fin,
el enfrentamiento de personas inteligen - -
tes que siempre tienen una respuesta a
una idea.
En la sección correspondiente a
" Unas palabras prel iminares " , que
firma, por supuesto, García Ascot, lee-
mos : " ¿Por qué tres pintores? ¿por qué
Pablo Amor, Osear Gutrnan y Gabriel
Macotela ? Esta es la razón: México ha
dado y sigue dando al mundo una pin-
tura moderna de excepcional calidad y
_