Sei sulla pagina 1di 13

LA VISIÓN GENERA DIRECCIÓN

PROVERBIOS 29;18

Estuve participando en una cena de varones donde vimos un video de


Nick Vujicic, una persona que no tiene piernas ni brazos, pero tiene
visión; le faltan sus miembros pero tiene gozo y paz. Es un hombre
emprendedor, empresario, enseña, predica, contagia a la gente con un
positivismo tal, porque es un hombre que cree en Dios. Él declara: “Yo
no tengo límites, quieren que yo esté triste pero no puedo estarlo
porque no tengo límites. Lo único que me falta son los brazos y las
piernas, ¡es lo único que me falta!” Es un hombre que ha encontrado
propósito en la vida, ha encontrado visión. Y es triste ver a muchos
cristianos que no ven por dónde salir, no encuentran una puerta que
abrir para salir adelante, y es triste decir que ellos creen que la culpa la
tiene Dios, o su padre, su madre, su tía, su abuela o su suegra. ¡Dios ha
inventado el personaje de la suegra para que podamos echarle la culpa
de todo!

El tema de la visión es muy importante: Quien no tiene visión, no avanza


o no sabe hacia dónde ir; o va pero no sabe a dónde va a llegar. ¡Sin
visión no hay dirección! Si estás estancado o estancada, si ves que no
avanzas y siempre estás en el mismo lugar, pídele a Dios que te dé visión.
No digas que es tu familia la que te impide o que el país donde te
encuentras te lo impide.
LA VISIÓN CAMBIA TU PERSPECTIVA

La visión provoca pasión y acción. Como dice el dicho popular: “Ojos


que no ven, corazón que no siente”. Cuando tú ves, comienza a palpitarte
el corazón. La visión provoca que las personas comiencen a planificar;
éstas se motivan y se vuelven activas en la dirección de la visión. ¿Te das
cuenta que la visión es importante? Pero no me refiero a la visión de los
ojos, aunque también es importante. Hay dos niveles de visión: Está el
nivel humano y el nivel divino; hay algunos que son visionarios
humanamente hablando, mas yo quiero hablarte de la visión de Dios.
Debes saber que Dios tiene una visión divina para cada persona y es
sobrenatural, no se mueve en el nivel chato sino en un nivel superior. ¡La
visión de Dios es extraordinaria y es eterna!

Cuando tú abrazas la visión de Dios no te detienes más de aquí y hasta


la eternidad, porque Dios comienza a moverte y se empieza a generar
dentro tuyo un potencial que si no tienes esa visión jamás podrás
desarrollarlo porque, ese potencial que hay adentro del hombre es como
una bomba atómica y solamente se desarrolla si la visión es de Dios. Si
la visión es de Dios ya nada te detiene, de lo contrario sólo estás
entretenido en estupideces; te detienes, te amargas, te preocupas, te
asustas; pero cuando tienes la visión de Dios, ¿quién te va a parar?

En todo se necesita visión, en cualquier cosa, pero algunos tienen mucha


visión y otros menos.
Presta atención a la visión

Un ejemplo los pollos asados estilo Sinaloa

te podría mencionar tantas cosas; yo me he dado cuenta que cuando


uno se apasiona por saber, por conocer, mejora su visión y esa visión te
produce pasión. Y te he hablado en términos naturales, humanos, y a
Dios le agrada que pongamos empeño en esas cosas. Yo he conocido
gente que vende tortas fritas, ¡qué no le da ni para el ómnibus! Pero en
la ciudad San Juan conocí una familia que vendía tortas fritas, ¡que se
hizo una casa! ¡Qué casa que se hicieron! Eran las mejores tortas fritas
de todo San Juan; me llevaron al lugar y a las siete y media de la mañana
había una cola de gente tremenda, en un barrio cualquiera. Me admiré
del lugar y les pregunté a los dueños de qué vivían, a lo que me
respondieron que su fuente de trabajo eran las tortas fritas. ¡La
excelencia, la visión te saca para arriba! Cuánto más si tienes una visión
de Dios. ¡Yo estoy loco con la visión de Dios! ¡Me encanta ver lo que Dios
hace con la gente! Me maravilla al ver para atrás, la obra que Dios ha
hecho.

Si no tienes visión, ¿a dónde vas? ¿Qué haces? ¿De qué te sirve ser
cristiano si estás estancado como cualquier persona, si estás patinando
en el mismo barro de siempre?

MOISÉS Y LA VISIÓN DE LA ZARZA


Leamos Hechos 7:30 al 32: “30Pasados cuarenta años, un ángel se le

apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una


zarza. 31Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y
acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: 32Yo soy el
Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios
de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar”.

Moisés era un creyente cualquiera, había metido la pata cuando era


joven, se había apresurado al llevar a cabo un deseo que había en su
corazón, y que era de Dios; él quería defender a su pueblo y terminó
matando a un egipcio, por lo que tuvo que huir yéndose a vivir al
desierto por cuarenta años; allí se casó y se dedicó a cuidar las ovejas de
su suegro. ¡Cuarenta años cuidando ovejas en el desierto, más aburrido
que Se levanta a la mañana, va a ver las ovejas, les abre la puertita, y les
dice: “Afuera, afuera…” Las lleva a pastar y las trae de regreso; cuarenta
años va y viene, va y viene. ¿Qué visión no? Un buen día, Dios lo atrae;
Moisés vio que se quemaba un arbusto, pero no le llamaba la atención
porque lo ha visto más de una vez. Después de un rato el arbusto sigue
ardiendo y Moisés estaba intrigado porque no se acababa de quemar,
entonces dice: “Subiré e iré y veré esta visión, qué pasa con esta zarza
que arde y no se consume”. ¡Dios usó eso para atraerlo hacia sí! Cuando
Moisés llegó a la zarza que estaba ardiendo, ahí estaba Dios. Él estaba
más cerca que nunca de Dios.
En ese lugar Dios le habló y le dijo: “Moisés quítate el calzado de tus pies
porque el lugar que estás pisando santo es”. ¡Moisés temblaba! ¡No se
animaba ni a mirar! ¡Ahora estaba en la misma presencia de Dios! Se
quitó el calzado, y Dios le dijo: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo, y
he visto cómo sus exactores lo oprimen; he visto sus lágrimas y su
gemido, por tanto, ahora, ve a Egipto y libera a mi pueblo”

Ese día se le terminó a Moisés la visión de las ovejas, como un día se le


termina la visión del trabajo que uno empeña; ese día, Moisés tuvo un
encuentro con Dios, el que le cambió la vida y la visión. Nunca más fue
el mismo, y nunca más siguió haciendo lo mismo, porque Dios lo
transformó en el libertador del pueblo hebreo.

Conclusión:

Mientras más cerca estoy de Dios, más clara es la visión para mi vida. La

intimidad con Dios produce visión porque cerca de Él, hay luz y no se

ven los gatos pardos sino que cada cosa se ve del color que
verdaderamente es.

¡Si quieres tener una buena visión y que tu vida tenga sentido, sea
excitante y que valga la pena ser vivida, acércate a Dios y Él te alumbrará
el camino por el que debes andar!

Si no ves bien en el mundo espiritual, resuelves mal las cosas.


Supongamos que eres una creyente que sufre dolores de cabeza, que
tiene opresiones, te sientes mal y no sabes qué te pasa; tú no entiendes
qué te sucede, no ves bien cuál es el problema, pero para tratarlo te
tomas una pastilla de Valium. Pero tú no tienes visión, no ves que detrás
de tu problema hay un demonio y tú estás tratando al demonio con
Valium. ¡La falta de visión es terrible! Es catastrófico no poder ver qué es
lo que me pasa o qué es lo que sucede en una situación dada, no poder
ver en el mundo espiritual. ¡Qué triste cuando los creyentes no tienen
discernimiento y no saben entender qué es lo que les sucede!

Muchas veces le explico a alguien: “Mira, en tu vida pasa esto y esto” y


me responde: “¿A usted le parece pastor?”

He viajado recientemente con una persona y estando con ella pude ver
dentro de su corazón. Vi una persona que ama a Dios, que tiene un gran
potencial de parte de Dios; es alguien que tiene una pequeña
congregación y me dijo: “Yo quiero ser fiel a Dios, si Él me ha dado que
tenga una iglesia de setenta personas, yo voy a serle fiel en eso”. Yo le
pregunto: “¿Por qué no más?” “Porque lo importante es que yo sea fiel
con lo que Dios me da”. Le agregué: “¿No sabes que Jesús dijo que la
mies es mucha? ¿Por qué piensas sólo en setenta? ¿Por qué no piensas
en setecientos, en siete mil? ¿Por qué no pensar a lo grande?” ¡Le
achacamos a Dios nuestra falta de visión! ¡Dios quiere salvar mucha
gente, créemelo!
Sabes que la Biblia dice: “Id y predicad el evangelio a toda criatura” Yo
te pregunto: ¿Tú le predicas a toda criatura? Yo te diré cómo piensan
algunos: “¡No, yo no tengo palabras! Yo siento que hablo y es como que
choca contra la pared. A mí no me van a creer. A mí no me van a
escuchar. A mí me da vergüenza” ¡Todas la estupideces que pensamos y
que decimos! Mas Dios dice: “Id y predicad el evangelio a toda criatura”.
Encima ponemos cara de humildes y decimos: “Si Dios quiere que yo
tenga una celulita de siete hermanos, ahí estaré con esos siete,
llenándome de moho con esos siete hermanos, ¡pero fiel ahí!”

Yo le aseveré a la persona que viajaba conmigo: “¡Mira que Dios tiene


algo grande para ti! ¡Tú lo vas a ver! ¡Dios te va a despertar!” Él me
escuchaba con atención y cuando me despedí de él, lo hice con la certeza
de que le había dejado clavado adentro un lindo puñal. Días después le
escribió a una de nuestras secretarias, diciéndole: “Dígale al pastor
Márquez que lo estoy esperando, quiero que venga a mi casa y conozca
a mi señora”. ¡Cuando hay un creyente que tiene visión, contagia! Si cada
uno de nosotros tuviéramos visión de Dios, sería grandioso.

Moisés se opuso todo lo que más pudo a la visión de Dios; él le señaló:


“Yo soy tartamudo, no tengo palabras, ¿cómo me voy a presentar
delante del faraón?” Pero Dios le contestó: “¿Quién le ha dado la boca al
hombre? Yo pondré palabras en tu boca”. “Ah pero yo no puedo, pero
yo no se, pero…” Al final le dijo a Dios: “Busca la persona correcta”. ¡Le
quería enseñar a Dios a quién había que elegir! Pero ya lo había elegido
a él. A pesar de su oposición, Moisés finalmente obedeció y Dios lo usó
tremendamente. Se han hecho películas en este siglo que muestran lo
que hizo Moisés con el pueblo de Israel en el desierto. O sea que,
después de muchos siglos se han hecho películas con las hazañas de
Moisés y el pueblo de Dios.

Si no puedes ver qué persona eres desde la perspectiva de Dios, tu vida


se perderá en estupideces. Si no puedes ver cuál es la persona que Dios
diseñó que tú seas, si no puedes ver cuál es la visión de Dios para tu vida,
vas a gastar tus años en vanidades. Te morirás sin haber hecho algo
extraordinario, pero Dios te ha creado para que hagas algo
extraordinario. No importa la edad que tengas, si eres muy joven o muy
viejo, yo debo decirte de parte de Dios que Él tiene cosas extraordinarias
para cada uno de nosotros. ¡Dios tiene una visión sobrenatural para
nosotros! ¡Él no nos ha hecho para vivir en un nivel chato! ¡Nos ha creado
para vivir en un nivel sobrenatural!

¡No tener visión es terrible! ¡Es caminar a ciegas! Y para tener visión hay
que acercarse a Dios. Yo estoy convencido que Dios tiene grandes cosas
para la Misión, pero también estoy convencido de que si no oramos y
ayunamos nunca vamos a ver esas grandes cosas. Hemos estado en un
tiempo de ayuno y oración y lo que más hemos orado es: “Señor,
buscamos tu rostro”. No eres tú el que busca a Dios, es Él quien busca
atraerte. ¡Dios nos amó primero!

Dios atrajo a Moisés a su presencia y en su presencia le cambió la vida,


le cambió la visión.

Primer gran mal: No tener visión, es no ver. Y te voy a hablar de otro mal
que es peor, y éste es: Ver y no obedecer, ver y no creer, ver y no
actuar. ¡Esto acarrea condenación! Recordemos cuando Dios llevó a su

pueblo a la tierra prometida y nombraron doce espías para que la


examinaran; estos la vieron y dijeron: “es buena la tierra que Dios nos da,
pero es muy complicado, no lo vamos a poder lograr”. Cuando
regresaron le contaron a la gente lo que vieron y señalaron: “¡Es muy
difícil esto, hay ciudades muy amuralladas, hay gigantes, nosotros no
vamos a poder conquistar esa tierra!” Mas Dios les había dicho: “Vayan
y vean la tierra que yo les doy”. Ellos la vieron pero sacaron sus propias
conclusiones y no creyeron en el poder de Dios.

Quiero decirte que cuando Dios te da una visión, ésta siempre es más
grande que lo que tú puedes hacer, porque no es para llevarla a cabo
con fuerza humana, ni con inteligencia humana, ni con poder humano.
Asegúrate que cuando tengas una visión de parte de Dios sea más
grande de lo que tú puedes hacer, y que puedas creerla y declarar: “¡Con
Dios lo haré!”
Algunos están mirando la visión y diciendo: “¡No voy a poder!” “No es
para mi” o “¡Mis fuerzas no dan para esto!” Le estás diciendo a Dios:
“Cuando tenga más tiempo”, “Cuando tenga más dinero”, “Después que
compre mi casa”.

Leamos Números 14:21 al 25: “21Mas tan ciertamente como vivo yo, y

mi gloria llena toda la tierra, 22todos los que vieron mi gloria y mis
señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado
ya diez veces, y no han oído mi voz, 23no verán la tierra de la cual
juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la
verá. 24Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y
decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su
descendencia la tendrá en posesión. 25Ahora bien, el amalecita y el
cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto,
camino del Mar Rojo”.

La gloria de Dios llena la tierra pero hay algunos necios que no la ven,
en cambio otros sí la ven. ¡Así que no quieres abrazar la visión! Hay otra
verdad que quiero tengas en cuenta: Quien no puede ver el futuro que
Dios tiene para él o para ella, lo único que le queda es vivir en su pasado.

CONCLUSIÓN

¿Qué referencia tienes de tu futuro? ¿Qué visión tienes de tu futuro? Si


no lo ves y si te asusta el futuro que Dios te quiere dar, y es para
asustarse, te lo aseguro, porque nada de lo que Dios tiene en el futuro
es natural, lo único que te queda, es vivir de tu pasado. Pero todo lo que
Dios tiene para ti es gloria, es victoria, y es sobrenatural. Entonces, si
nada de eso quieres, si todo te asusta, lo único que te queda como
referencia es tu experiencia respecto del pasado. Serás como esos que
dicen: “¡No, no, a mí no me van a embromar! Yo sé cómo es esto porque
en aquella fecha tuve tal experiencia”. Estás marcado por tus vivencias y
vives de las experiencias del pasado pero eso no es fe.

Fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. O


eres una persona de fe o eres de los que ven la vaca y lloran, ¡te
quemaste con leche! ¡Lloras, la vaca te asusta! Y la Biblia lo dice así: “El
perro vuelve a su vómito” (Proverbios 26:11). ¡No vuelvas a comer lo que
comiste! Dios no quiere que vuelvas a vivir lo que ya has vivido, quiere
que vivas algo mejor; ahora, si tú no quieres, el Señor te dice: “Bueno, tú
no quieres, vuelve camino del mar Rojo, vuelve al desierto. Todos los que
me irritan, que no quieren creer mi visión, que no quieren hacer lo que
he planeado para ellos, tienen que morir en el desierto. ¡Vuelvan atrás y
vivan sus vidas! ¡Sean libres de mí! ¡Hagan lo que quieran, pero yo no los
dejaré entrar en la tierra prometida!”

Yo le hablo a gente que tiene visión de Dios pero no ha movido un pelo


por hacerla. ¡Te alimentarás de tu vómito! Dios ha traído hoy esta palabra
para que te apresures a llevar a los hechos la visión que te ha dado. Le
hablo a personas que no saben qué quiere Dios de sus vidas, que no
tienen visión; y les tengo que decir: “Busca a Dios, busca tener intimidad
con Él, acércate a Dios, porque solamente cerca de Él, será manifiesta su
visión. ¡No hay visión lejos de Dios!”

Que las actividades no te ganen el día, gánale tú al día y a las actividades;


busca a Dios con todo tu corazón. ¡Un encuentro con Dios cambiará tu
vida para siempre!

Quiero orar por aquellos que no tienen visión, que sinceramente se


presentan delante de Dios y le dicen: “Señor, no sé qué tienes tú, para
mi vida, yo te confieso que ahora se que no tenía visión porque me ha
faltado intimidad contigo”

Aquellos que no saben cuál es la visión de Dios para sus vidas


preséntense delante de Dios y díganle: “¡Señor, quiero saber!” Ahora
sabes que te falta intimidad con Dios, sabes que debes subir al monte a
donde está la zarza ardiendo. Quiero pedirle a Dios por ti, que encienda
esa zarza y que te dé fuerza para buscar el fuego:

“Padre, oro por ellos, atráelos a ti Señor, una vez más. Pon anhelos de ti
en ellos, como el que pusiste sobre Moisés, para ir a ver esa zarza, te lo
pido en el nombre de Jesús. ¡Tócales, bendíceles, Dios mío, te lo pido en
el nombre de Jesús! Espíritu Santo, obra con poder en sus vidas, líbrales
de ceguera espiritual, en el nombre de Jesús, amén”.
Repite esta oración y dile a Dios: “Señor, ¡quiero ver! Abre mis ojos, te lo

pido en el nombre de Jesús, abre mis ojos, yo quiero ver. Yo te voy a


buscar porque se que buscándote a ti, en intimidad contigo voy a recibir
visión, como recibió Moisés. Gracias Dios mío, amén”.

Ahora quiero orar por aquellos que tienen una visión de Dios y saben
que no la están haciendo. Repite está oración y dile a Dios: “Señor, me

ha faltado voluntad, me ha faltado obediencia, he sido rebelde a la


visión, hoy me inclino delante de ti, perdóname Señor. ¡Tócame con tu
Espíritu Santo! No quiero volver camino al mar Rojo, no quiero volver al
desierto, no quiero vivir de mi pasado. ¡Quiero ver el futuro! ¡Quiero la
visión! ¡Quiero abrazar la visión! Quita mi rebelión, te lo pido en el
nombre de Jesús. ¡Lléname de ti Señor, amén!”

Potrebbero piacerti anche