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Escuela Politécnica Nacional

Nombres: César Chiriboga.

Fecha: 12 de julio de 2017

Profesora: Dra. Carolina Guevara

Tema: Inside Job

Antecedentes
Después de la Gran Depresión, Estados Unidos tuvo una época de casi 40 años en la
que no se presentó una crisis. Además, existían regulaciones que prohibían especular
con el dinero de los clientes y los bancos de inversión eran pequeños y privados.
En la década de los 80, la industria financiera estallo, las ganancias de los trabajadores
de Wall Street erar demasiado altas en comparación con el resto de las personas. En
1981, Ronald Reagan elije al director de Merry Lynch como secretario del tesoro, lo que
dio paso a treinta años de desregularización financiera, empezando por poder realizar
inversiones de resiego con el dinero de los clientes. Al final de esta década cientos de
entidades financieras fracasaron.
De la mano de Greenspan, un economista estadounidense que fue elegido como
secretario del tesoro en el periodo en que Clinton fue elegido como presidente,
continuaron las desregulaciones. Wall Street acaparó la política tanto de los partidos
republicanos como de los demócratas. A fines de los años 90, el sistema financiero se
consolidó, pocas firmas grandes abarcaban la totalidad de los mercados. En 1998, se dio
la fusión de dos gigantes financieros Citicorp y Travelers Group, un año después
aprueba la ley Gramm-Leach, la que permitía realizar futuras fusiones las que
anteriormente estaban prohibidas. Los bancos de inversión crearon una burbuja
relacionadas con las empresas de internet que termino en un crac en 2001, lo que
produjo cinco billones de dólares en pérdidas. La desregulación en este periodo permitió
a los bancos de inversión lavar dinero, estafaron a sus clientes y camuflaron
información de sus libros contables.
Causas
Con la desregulación financiera y con el avance de la tecnología aparecieron los
derivados financieros que, según los economistas, estos harían que los mercados sean
más seguros pero lo que en realidad sucedió es que estos se volvieron más volátiles.
Usando estos derivados los banqueros podían especular con cualquier cosa. A fines de
esta década los derivados constituyeron un mercado de cincuenta billones de dólares,
además, es importante recalcar que este era un mercado no regulado. En junio del 2000,
Gramm pasó una ley que mantenía a los derivados desregularizados. En diciembre del
2000, aparecieron las titulizaciones. La cadena alimenticia de las titulizaciones
comprendía a los compradores de casa, prestadores, bancos de inversión e inversores.
Estos sistemas conectaban billones de dólares en hipotecas y otros préstamos con
inversores de todo el mundo. En el nuevo sistema los prestamistas vendían las hipotecas
a los bancos de inversión, estos combinaban miles de otros préstamos para crear
obligaciones de deudas colaterales (CDO). Los bancos vendían CDO a inversiones y
cuando los dueños pagaban las hipotecas el dinero iba a inversores de todo el mundo.
Los bancos de inversión pagaban a las calificadoras de riesgo para que pusieran a los
CDO como no riesgosos. Entre 2000 y 2003, la cantidad de hipotecas se cuadriplico.
Los bancos, preferían los prestamos subprime porque generaban una mayor cantidad de
intereses, lo que aumentó el número de préstamos predatorios. A su vez, los prestatarios
recibieron cantidades innecesarias de subprime y se otorgaron préstamos a personas que
no podían pagarlos.
Para 2007, los precios de las viviendas prácticamente se duplicaron. No se generaban
ingresos reales, por lo que muchos expertos lo denominaron como un esquema Ponzi
global. La comisión de valores no realizó investigaciones mayores sobre la participación
de los bancos sobre la burbuja. Durante esta, los bancos de inversión pedían más
créditos para crear CDO y su apalancamiento llego a una razón de 15:1. El 28 de abril
de 2004, la SEC analizo la posibilidad de quitar todo límite de apalancamiento de los
bancos, lo que condujo a que este indicador llegar a ser de 33:1. Para esta fecha,
American International Group vendía las permutas de incumplimiento crediticio o
Credit Default Swap. Para los inversores de CDO, los CDS funcionaban como una
póliza de seguro; el inversor pagaba a AIG una prima trimestral. Si la CDO tenía
problemas, AIG se comprometía a pagar al inversor por sus pérdidas, pero a diferencia
de los seguros comunes, los especuladores podían comprar CDS a AIG para apostar por
el fracaso de las CDO que no tenían. Goldman Sachs vendió treinta y un mil millones
de estos CDO en 2006, pero esto no fue todo, Goldman Sachs comenzó a apostar sobre
su propio fracaso, e inclusive afectó al sistema público de pensiones de Misisipi. En
2007, Goldman Sachs, empezó a vender CDO, intencionalmente mal diseñadas para que
cuanto más dinero perdieran sus clientes. Mas dinero llenaría sus arcas. Las
calificadoras de riesgo también tuvieron su parte en la crisis, Moody’s ganó millones
calificando a estos CDO como inversiones AAA a inversiones riesgosas.
Consecuencias
En 2007, el FBI advirtió de la existencia de una epidemia de fraudes hipotecarios,
tasaciones desmedidas y documentaciones de préstamos falsificadas. En el artículo,
Who holds the bag?, se describió como la bolsa explotaría. Hacia 2008, las ejecuciones
de las viviendas aumentaron drásticamente y la cadena de la titulización implosiono.
Los bancos de inversión se quedaron con cientos de millones de dólares en préstamos,
CDO, y bienes raíces que no podían vender. En marzo de 2008, Bear Sterns se quedó
sin efectivo. El 7 de septiembre de 2008, Paulson anunció la adquisición de Fannie Mae
y Freddie Mac. Para el 20 de septiembre Lehman Brothers tuvo pérdidas históricas en el
precio de sus acciones. Un dato alarmante fue que las firmas días antes de quebrar
tenían calificaciones AA y AAA. La estabilidad del sistema financiero mundial
colapsaba a pasos agigantados. En Londres, se cerraron inmediatamente las oficinas de
Lehman Brothers y se cerraron todas sus transacciones. La quiebra de este gigante
financiero generó una crisis en los papeles comerciales que utilizaban muchas empresas
para cubrir sus gastos operativos como los salarios. AIG, de igual forma quebró y su
rescate costó a los contribuyentes cerca de ciento cincuenta mil millones de dólares. El
desempleo y las ejecuciones de casas en Estados Unidos aumentaron
considerablemente. Esta crisis afectó a empresas como General Motors, la que casi llegó
a declararse en quiebra.
Los ejecutivos responsables de esta crisis salieron de esta con sus fortunas intactas.
Aunque la empresa quiebre, estos directivos seguían recibiendo bonos astronómicos. En
la actualidad, los bancos de Estados Unidos son más poderosos, más grandes y más
concentrados que en toda la historia del país. Luego de la crisis financiera, esos grupos
trabajaron más que nunca para luchar contra las reformas que promovieran las
regulaciones. La industria financiera llegó a corromper incluso a la academia. Desde
1980, los economistas académicos fueron tornaron grandes defensores de la
desregularización y jugaron un papel clave a la hora de diseñar políticas en Estados
Unidos. Hubbard escribió un artículo de como los mercados de capitales ayudan a
mejorar el desempeño económico y facilitan la creación de plazas de trabajo. En este
estudio, elogia los derivados ya que mejoran la distribución de capital y fomentan la
estabilidad financiera, resultados claramente sesgados y que no compaginan en nada con
la realidad que se vivió en ese entonces.
A raíz de todo esto, la sociedad estadounidense se volvió menos igualitaria. Empresas
insignia de Estados Unidos fueron superadas por sus competidores internacionales,
especialmente los chinos. Decenas de miles de obreros estadounidenses fueron
despedidos, el costo de las matrículas a universidades subió de manera impresionante,
mientras que la política impositiva se reformó para beneficiar a los más ricos, las
familias de clase media respondieron a esto trabajando más o endeudándose en mayor
proporción.

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