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Taller Virtual: ¿Cómo acompañar a los niños en el aprendizaje de

la escritura y lectura?

Facilitadora: Alejandra Sandoval

Lic. Prof. En Psicopedagogía

Octubre de 2018
www.educacionycrianza.com

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Los procesos de aprendizaje de la lectura y la escritura

En principio, tendremos en cuenta los aportes de la neuropsicología

para poder entender y comprender los procesos que se ponen en

juego a la hora de aprender a leer y escribir.

En la formación de la lectura y la escritura participan múltiples

zonas del cerebro humano, cada uno de las cuales realiza su propio

aporte para este trabajo. A esta constelación funcional de diferentes

sectores cerebrales, se le denomina sistema funcional complejo,

mientras que al trabajo que realiza cada una de estas zonas

particulares del cerebro, se la denomina factor neuropsicológico.

El factor neuropsicológico es un concepto básico en la teoría de

Luria, el cual permite relacionar el nivel psicológico de la acción

humana con sus mecanismos psicofisiológicos. En los trabajos de

Luria y sus seguidores, se identificaron los siguientes factores

neuropsicológicos: el oído fonemático, la integración cinestésica, la

organización secuencial motora, la regulación y el control de la

actividad voluntaria, el análisis y la síntesis espaciales simultáneas,

la retención audio-verbal y la retención visuo-verbal (Luria, 1986;

Tsvetkova, 1985; Quintanar y Solovieva, 2003). Estos factores se

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relacionan con el trabajo de las zonas secundarias y terciarias de la

corteza cerebral.

El lenguaje es una función esencial que posee el cerebro en el que

interviene todo el encéfalo. Con el lenguaje la persona se comunica

con otras personas, nombra objetos, sentimientos y contribuye al

pensamiento, entre otras cosas.

En el hemisferio izquierdo, se localiza el centro del lenguaje de la

mayoría de las personas, pero esta dominancia en la recepción y

producción lingüística no siempre concuerda con la de la lateralidad

manual.

El hemisferio izquierdo es dominante en los aspectos sintácticos,

semánticos y fonéticos, mientras que el derecho predomina el

lenguaje connotativo (se usa de forma simbólica o figurada para

comunicar no solo información sino sensaciones y sentimientos) y

en la prosodia (pronunciación y acentuación). Ambos hemisferios

nos permiten usar la metáfora.

Paul Broca (antropólogo francés) y Wernicke (investigador alemán)

demuestran la asimetría cerebral. Esto significa que en cada acto se

activan los dos hemisferios pero no en la misma intensidad.

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Wernicke identificó el segundo centro del lenguaje en el lóbulo

temporal izquierdo, cercano a la zona auditiva.

El área de Wernicke es el centro receptivo que retroalimenta al

área de Broca encargándose éste de seleccionar y emitir las

palabras.

Estos dos centros, el de Broca y el de Wernicke, están unidos por

un haz de fibras nerviosas.

La palabra se genera de la siguiente manera: al escuchar una

palabra, el sonido llega al área temporal de la audición, que se

encuentra próxima al área de Wernicke. Aquí se produce la

comprensión y luego la emisión del lenguaje. Estas informaciones

son transmitidas al área frontal de Broca donde se genera la

expresión y la articulación de palabras.

La zona del plano temporal que forma parte de la zona donde se

desarrollan la escritura y el lenguaje hablado es más extensa a la

izquierda que a la derecha, en la mayoría de los casos.

El aprendizaje de la lectura requiere de funciones distintas de las

de la escritura pero ambas están influidas por procesos fisiológicos,

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psicológicos y pedagógicos que facilitarán u obstaculizarán el

normal proceso de aprendizaje.

En el aprendizaje de la lectura, el niño utiliza la comunicación verbal

que ha adquirido en los primeros años de vida y empieza a

diferenciar los distintos fonemas o sonidos que utilizamos al hablar.

Por ello, es importante la estimulación del lenguaje y la

comunicación del niño con su entorno.

En dicho aprendizaje interviene las gnosias visuoespaciales

(capacidad del cerebro para el reconocimiento de información

previamente aprendida a través de nuestros sentidos). Las gnosias

visuoespaciales son las que permiten reconocer los signos que

componen nuestro alfabeto, su diferenciación y disposición de las

formas de las letras. Hay mecanismos que permiten interpretar y

comprender lo que se lee y dar significación a las palabras.

El aprendizaje de la lectoescritura evoluciona a expensas del

lenguaje.

La lectura y la escritura son actividades complejas en las que

intervienen varios sistemas motores, visuales y perceptivos así

como habilidades lingüísticas y simbólicas.

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Aspecto automático de la lectoescritura

Aprendizaje de la lectura

El aprendizaje de la lectura y el de la escritura son concomitantes y

cada uno de ellos refuerza la adquisición del otro. Esto también

ocurre en las dificultades.

Los primeros pasos del aprendizaje de la lectura estará dada en la

capacidad de identificar elementos del lenguaje que ya posee el

niño y que usa en su comunicación verbal.

También el niño ha ido logrando una capacidad discriminativa visual

(tamaño, formas de las letras, etc.). Hay un determinado

entrenamiento en la capacidad de discriminar configuración a través

de la visión facilitando el reconocimiento, discriminación e

identificación de cada letra o palabra.

La capacidad de discriminación y reconocimiento de las formas

gráficas atraviesa por etapas de insuficiente consolidación en las

que hay confusiones de unas formas con otras.

En los comienzos del aprendizaje de la lectura tiene lugar una

síntesis entre los componentes del idioma y los signos gráficos. Hay

una correspondencia entre una configuración y un fonema o

palabra.

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En la consolidación de este proceso se pueden obtener resultados

distintos según se trate de un método fonético o global.

En el método fonético, el fonema se identifica por la existencia de

unos pocos rasgos que los niños verán en distintas

representaciones. De a poco irá captando características más

distintivas (como gnosia visuoespacial). Es decir, la disposición de

líneas, la ocupación de un círculo del lado derecho o izquierdo de

uno de los signos, etc. De a poco va a ir diferenciando la p de la q,

la d, de la b, etc. Al principio puede haber confusión entre estas

letras.

La consolidación se da cuando se añade una configuración de otro

fonema unido a otra configuración gráfica. Es en esta etapa donde a

veces se liga uno de los fonemas a la configuración gráfica correcta

y otras veces a la que no es.

En un momento, cuando se logra, se puede decir que se adquirió un

“grafema”. Esta nueva síntesis se llama “grafema leído o

“estereotipo de la lectura”.

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Para el método global, como participa una palabra u oración con

su significado, para realizar la síntesis intervienen distintos procesos

fisiológicos relacionados a ese significado.

Dadas ciertas condiciones positivas, se da una síntesis entre la

comprensión de la palabra, la capacidad de usarla, pronunciándola

y la representación gráfica.

A medida que avanza el aprendizaje surge mediante un proceso

analítico-sintético la capacidad de discriminar distintos fonemas y su

correlativa representación gráfica y esos rasgos gráficos, pueden

ser reconocidos en otras palabras que se van aprendiendo a leer.

De a poco se van logrando nuevos grafemas leídos que

anteriormente a su consolidación suelen ser confundidos.

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Aprendizaje de la escritura

Para este aprendizaje participan las praxias manuales (habilidades

motoras adquiridas. Son los movimientos organizados que

realizamos para alcanzar un objetivo) y un proceso de síntesis entre

los aspectos lingüísticos (fonemas, sílabas, palabras y organización

sintáctica) y los aspectos gnósicos visuoespaciales (configuraciones

de grafemas, de polisílabos y de organización de la frase).

El aprendizaje de la escritura se da por un sistema de praxias

asimilado al código lingüístico.

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Hay dos aspectos a considerar en este proceso: el gráfico y el

ortográfico.

El aspecto gráfico se refiere al dibujo, trazado, de la configuración

de letras, sílabas, palabras y luego estructuras oracionales en la

redacción libre. Dependen de la capacidad gráfica y de las praxias

que implican la precisión de los movimientos manuales.

El aspecto ortográfico se refiere al ordenamiento de los grafemas

de tal manera que su reproducción posibilita la inteligibilidad del

código lingüístico.

No se refiere solamente a la ortografía tradicional sino a todo lo

referente a la sucesión correcta de los grafemas. Se relaciona más

con la contribución lingüística que con las praxias manuales.

Los primeros intentos de escritura se caracterizan por una

intervención generalizada de todo el aparato muscular del niño.

Poco a poco se irá dando una inhibición gradual de todos los grupos

musculares que no intervienen en la ejecución de la praxia gráfica.

Los grupos musculares que sí intervienen en la praxia gráfica es

todavía deficiente. Esto se debe al proceso analítico-sintético que

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tiene lugar en el analizador motor y que dará como resultado el

grafema escrito o los estereotipos de la escritura.

“La consolidación de estos estereotipos proviene tanto de la

ejercitación reiterada (característica de la vieja pedagogía) como del

reforzamiento. Esto último resulta de las instrucciones del docente y

de la verificación de la coincidencia con los grafemas leídos. A

medida que el niño “reconoce” los grafemas escritos, como

coincidentes con los “leídos”, incorpora un reforzamiento (de

carácter fisiológico) que va consolidando paulatinamente los

estereotipos en proceso de aprendizaje.” J.E. Azcoaga en

“Alteraciones del aprendizaje escolar”

Los cambios de los estereotipos gráficos provocados por la

introducción de nuevos grafemas en proceso de aprendizaje indican

la insuficiente consolidación.

Los errores indican que todavía no habían sido consolidados los

estereotipos anteriores y en consecuencia suelen ser modificados

por la incorporación de otros nuevos.

Debido al reforzamiento provisto por la lectura y la ayuda o

acompañamiento en el aprendizaje, se irán reforzando los viejos y

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nuevos estereotipos gráficos y luego vendrá su consolidación.

También se evidencia en el autodictado.

Los avances en el aprendizaje de la escritura resultan de la

estabilización de los estereotipos gráficos, la fluidez provocada por

la inhibición de los grupos musculares que no intervienen en el

trazado de cada grafema y la secuencia de etapas desde la

escritura de letras a silábicas, luego a varias sílabas y luego las

oraciones.

La actividad muscular de la mano escribiendo con un lápiz actúa

como un factor más de consolidación en la adquisición de los

estereotipos. Este proceso se consolida más aún cuando los niños

musitan o repiten en voz alta el fonema o palabra que están

dibujando.

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MÉTODO FONOLÓGICO DE ENSEÑANZA DE LA LECTURA Y

ESCRITURA

El lenguaje tiene cuatro dimensiones, una de ellas es la

Metalingüística, que es la capacidad para reflexionar sobre

nuestra propia lengua.

Dentro de esta dimensión se encuentra la Habilidad

metafonológica o Conciencia Fonológica. Esta dimensión es

muy importante en la etapa inicial del aprendizaje de la lectura y

escritura.

Hay muchas definiciones respecto al significado de la Conciencia

Fonológica, pero todas coinciden en que el eje central es la toma de

conciencia de que las palabras están formadas por sonidos

(fonemas y sílabas) y su objetivo final es establecer una relación

entre grafema (letra) con fonema (sonidos de las letras).

Los Fonemas son las unidades sonoras de las palabras.

Los Grafemas son las representaciones gráficas de los

fonemas.

La identificación de los grafemas y fonemas es un proceso complejo

de decodificación que requiere casi todas las habilidades cognitivas

de los niños.

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¿Cómo se desarrolla esta conciencia fonológica?

Hay varias teorías, una de ellas argumenta que la habilidad para

analizar la estructura fonológica de las palabras habladas facilitará

al niño el descubrimiento del principio alfabético. El argumento

contrario es que el contacto con la escritura alfabética provee

conocimientos explícitos acerca de la estructura fonológica del

lenguaje oral, que complementa el conocimiento implícito implicado

en los procesos de producción y percepción del habla. Una tercera

posibilidad es que la conciencia fonológica y la lectura y la escritura

se desarrollen en forma recíproca.

Se podría decir que la enseñanza del conocimiento fonológico

mejora el rendimiento de la lectura dado que el niño, al conocer los

sonidos de cada letra, le permite ir asociando la letra con su sonido

y con ello va construyendo a su tiempo, las relaciones entre sílabas,

palabras y oraciones.

La conciencia fonológica implica la estimulación del

aprendizaje mediante lo auditivo.

Es necesario que usemos todas las herramientas que podamos

para estimular las habilidades fonológicas.

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Los niños entre 3 y 6 años poseen una gran apertura mental y una

gran capacidad de aprendizaje, y aunque las funciones cerebrales

se encuentren en desarrollo, el aprendizaje sonoro o auditivo

favorece y ayuda a generar asociaciones mentales que propician la

incorporación de nuevos conocimientos.

¿Cuándo empezar a enseñar a leer y a escribir?

Cada niño tiene su propio ritmo y su propio estilo para aprender.

Cada niño tiene una particular forma de acercarse a los objetos de

conocimiento y sus propios tiempos para construir sus aprendizajes

y eso hay que respetarlo.

Los adultos que acompañamos este aprendizaje debemos crear las

condiciones para que se logren los aprendizajes y ser pacientes

para que finalmente éstos se concreten. Es decir, el niño tendrá su

propio momento para aprender a leer y escribir, nosotros podemos

acompañarlos sin presiones pero ofreciéndole una gama de

recursos y oportunidades para que el aprendizaje se logre en algún

momento. Todos los niños lo logran. El aprendizaje de la lectura y la

escritura va produciéndose en los primeros 8 años de vida.

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Por lo general, entre los 4 y los 7 años, los niños empiezan a

interesarse por nuestro sistema de lectura y escritura.

Vivimos en un mundo letrado, es esperable que en algún momento

empiecen a preguntar por las letras, sobre todo si se les ha

estimulado la lectura leyéndoles, dejándoles libros a su alcance,

que haya visto a los padres leer, etc.

Todo niño tiene curiosidad por aprender a leer en algún momento.

Los adultos deben estar dispuestos a proveerles de información y

estímulos para que el niño vaya aprendiendo a leer y a escribir.

¿Cómo nos damos cuenta que nuestro niño/a está motivado/a

para este aprendizaje?

Por lo general, los niños en alguna oportunidad empiezan a

preguntar: “¿Qué dice acá?”, “¿Qué letra es ésta?”, “¿Qué dice en

aquel cartel?”. También hay una época donde discrimina dónde hay

algo para leer y dónde hay números o solo imágenes. Éste es un

buen momento para facilitarles momentos, actividades y recursos

didácticos para que vaya reconociendo las letras.

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¿Cuáles son esos recursos didácticos o momentos propicios

para enseñar?

Todo debe surgir naturalmente y a partir del interés de los niños. En

cualquier momento o lugar puede aparecer esta motivación propia

acerca de nuestro sistema de escritura y lectura. Es importante que

cuando surja, estemos a su entera disposición y con mucha

tranquilidad le ofrezcamos distintas opciones.

Desde que son bebés e incluso antes de nacer, podemos leerles

cuentos, cantarles o escuchar canciones. Es imprescindible ese

encuentro con la lectura, con esas canciones que tanto disfrutan

padres e hijos.

Siempre es bueno compartir momentos de lectura porque ello les

despertará el interés por saber qué dice, dónde dice y para qué

leemos. Es importante que sientan y vivan la lectura como algo

placentero y que nos ayuda a comunicarnos, que tiene un fin.

Podemos realizar actividades con rimas o identificar sonidos

iniciales o finales de las palabras.

Los juegos didácticos se convierten en un muy buen recurso para

fomentar este aprendizaje. Por ejemplo, rompecabezas de letras,

bingo de primeras letras, dominó de letras, etc.

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No hace falta comprar estos juegos didácticos. Con un poco de

creatividad podemos hacerlos en casa con cartón o cartulina.

También es un buen recurso hacer o comprar letras móviles (de

goma eva, velcro, cartón, cartulina, etc.). Hay algunas pizarras con

imanes que tienen letras y números que también ayudan al

aprendizaje.

Teniendo estos materiales, leyéndoles y dejándoles a disposición

todo tipo de textos (libros de cualquier tipo, revistas, folletos de

supermercados, mapas, panfletos, etiquetas de productos, etc.) son

recursos más que suficientes como acercarlos al mundo del

lenguaje lecto-escrito.

Los mismos niños nos guiarán su aprendizaje cuando estén listos y

motivados para hacerlo. ¡Y les puedo asegurar que este camino es

apasionante!

Este método fonológico se realiza con los sonidos de cada letra. El

niño debe aprender los sonidos y no el nombre de cada letra. Hay

que tener en cuenta que hablamos y leemos con sonidos y no con

los nombres de las letras. Por ejemplo, para decir MAMÁ, no

decimos “eme-a-eme-a”, decimos “mamá”.

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La conciencia fonológica es una habilidad que permite a los niños

aprender a leer. Por esta razón, se hace necesario trabajar este

aspecto. Para ello, es necesario tener en claro que los niños

adquieren habilidades a ciertas edades. Cabe destacar, que estas

edades son estimativas, pero es necesario que el adulto cree las

condiciones necesarias para que se establezca y se afiance el

aprendizaje de la lectura y la escritura.

A continuación, se expone el desarrollo esperado de los niños por

edades (estimativamente).

De los 3 a los 4 años

. Logra escuchar con atención y discriminar sonidos (pueden

discriminar los sonidos que hacen los animales y de a poco se

puede trasladar a los sonidos de las letras).

.Logran discriminar palabras de pseudopalabras (palabras sin

sentido ni significado).

.Pueden decir si dos palabras tienen rima.

.Pueden realizar una rima simple como ser, RAMA-CAMA.

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De los 4 a los 5 años

.Logran discriminar palabras largas y cortas (pueden contar

sílabas).

.Logran aislar y manipular sílabas iniciales y finales.

.Logran aislar y manipular el sonido inicial de una palabra.

.Pueden separar la pronunciación de los sonidos en palabras de

dos o tres fonemas (por ejemplo, SOL en [s][o][l]).

De los 5 a los 6 años

.Logran aislar y pronunciar todos los sonidos en palabras de dos,

tres y cuatro sílabas.

.Logran suprimir, añadir y sustituir sonidos iniciales y finales de

palabras. Por ejemplo, ¿Qué palabra queda si a PELOTA le

sacamos la P (decir el sonido, no el nombre “pe”): ELOTA; ¿Qué

palabra tenemos si a la palabra CASA le agregamos una O

adelante, o al principio?: OCASA; ¿Qué palabra tenemos si a SOL

le cambiamos la S por la C?: COL.

- Recuerden que siempre debemos acentuar los sonidos y no

decirles los nombres de las letras.

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¿Qué podemos hacer para estimular las distintas áreas de

desarrollo?

1) Escucha activa: Debemos entrenar la capacidad de escuchar

los sonidos. Debemos entrenar el oído de los niños. Para ello,

podemos empezar a jugar con los sonidos de los animales.

Otro juego que ayuda es pedirles que se tapen los ojos y

nosotros hacer un ruido de un objeto que tengamos. Por

ejemplo, el ruido de las llaves. Se puede tomar varios objetos

en una bolsita o caja (lápiz, monedas, frasquito de vidrio,

pelotita de goma, etc.) y de a uno se van sacando y dejando

caer sobre una mesa para que los niños adivinen qué objeto

es. Si ven que les cuesta reconocer el sonido, pueden

ayudarlos dándoles algunas pistas o ayudas.

2) Frases y palabras: Hacerles notar que nuestro lenguaje está

hecho de frases que a su vez están formadas por palabras.

Esto se puede estimular mediante la lectura compartida.

Cuando se cuente un cuento, indiquen con un dedo por donde

se vaya leyendo. Los niños verán y se familiarizarán con todo

lo que está escrito y más de una vez les llamará la atención

alguna palabra y eso será motivo para enseñarles los sonidos

de las letras y la comparación de esa palabra con algún

nombre u otra palabra que tenga la misma letra inicial.

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3) Rimas: Es la primera musicalidad con la que se encuentran

los niños. Suelen divertirse con frases donde hay muchas

palabras que rimen. Es un buen ejercicio para los adultos, el

pensar palabras que rimen y armar frases para después jugar

con los niños. ¡A ejercitar la creatividad e imaginación!

También se pueden valer de poesías y adivinanzas.

4) Conciencia de sílaba: es la habilidad para notar, analizar y

modificar las distintas sílabas que conforman las palabras. En

el otro apartado describiré algunas actividades para realizar.

5) Conciencia de fonema: el objetivo de todo el trabajo para

crear la conciencia fonológica es aprender a descifrar los

distintos fonemas (sonidos) que componen una palabra. Más

adelante, enumeraré algunas propuestas para trabajar la

conciencia de fonemas.

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¿Qué tipo de actividades podemos brindarles a los niños para

estimular la conciencia fonológica según las edades?

Entre los 3 y 4 años: Podemos realizar:

 Actividades de Escucha Activa


 Actividades de Frases y Palabras
 Actividades de Rimas

Entre los 4 y 5 años: Podemos realizar:

 Actividades de conciencia silábica


 Actividades de conciencia de fonema (inicio) El sonido de la
letra inicial de una palabra

Entre los 5 y 6 años: Podemos realizar:

 Conciencia de fonema (enfatizando el sonido de cada letra


que compone una palabra)

Propuestas y actividades que promueven el aprendizaje de la

lectura y la escritura con el método fonológico

De los 3 a los 4 años

1. Actividad de Escucha Activa “El Rey dice”. Este juego

consiste en hacer lo que dice El Rey. Si se dice “El Rey dice

que hagas dos aplausos”, los niños tienen que dar dos

aplausos. Algunas acciones pueden ser: Tocar la

cabeza, saltar sobre un pie, levantar un brazo, tocarse la

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nariz, etc. Es una actividad que no solo estimula la escucha

sino que también se está trabajando comprensión de

consignas y motricidad.

2. Actividad de frases y palabras: “Descubrir la palabra

falsa” Vamos a leer una serie de frases y les diremos a los

niños que hay una palabra que se ha “colado” en la frase y

que van a tener que descubrirla. Ejemplo:” Hoy fuimos a la

plaza bizcochuelo“. También es una forma de trabajar la

comprensión y los absurdos. Los niños suelen divertirse con

este tipo de actividad.

3. Rimas. “Los cazadores de rimas”. Se trata de buscar rimas.

Una de las actividades que suele gustarles a los niños es el

JUEGO CON RIMAS. Este tipo de actividades, que a veces se

puede encontrar en poesías o adivinanzas, puede ser un gran

motivador para favorecer la conciencia fonológica. También

pueden ser inventadas por el adulto. Se puede ofrecer las

siguientes actividades:

. Presentaremos varias imágenes y deberán unir aquellas que

riman.

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. Con la palabra OSO, puede indicar tanto imágenes como palabras

que terminen igual

OSO – Mimoso – Espejo – Filoso – Mesa – Miedoso

. Busquemos en una revista todas las palabras terminadas en ESA

.Pensemos palabras que terminen igual que PELOTA

(estas actividades se pueden realizar de forma individual o en

grupos).

De los 4 a los 5 años. En esta etapa trabajaremos principalmente

la conciencia silábica. Se pueden presentar las siguientes

actividades:

1. Actividades que permitan notar. Palabras cortas o largas.

Presentaremos distintas imágenes a los niños y ellos van a

tener que clasificar las palabras si son palabras largas o

palabras cortas (exagerar las palabras).

2. Actividades que permitan segmentar. Actividades de

conteo con palmas. Tenemos una caja llena de imágenes de

palabras y cuatro bolsas con números (una bolsa tendrá el 1,

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otra el 2, otra el 3 y otra el 4). Cada niño saca una imagen,

palmea la palabra y la coloca en la bolsa según el número de

sílabas. Por ejemplo, la imagen con el PERRO deberá dar dos

palmadas y deberá colocarla en la bolsa con el número 2 (PE-

RRO).

3. Actividades que permitan modificar (añadir ó eliminar

sílabas). Palabras que después de dividirlas en sílabas

buscamos si eliminando o agregando sílabas podemos

encontrar una nueva palabra.

De los 5 a los 6 años.

 Fonema Inicial. Jugaremos al veo, veo ¿Qué palabra

empieza con…?

 Fonema Final . Jugaremos a las palabras encadenadas. El

niño dice una palabra y el siguiente una que empieza por el

fonema final (letra final) de la palabra que dijo el niño anterior.

Pueden jugar adultos y niños. Por ejemplo, alguien dice:

GIRASOL, la persona que sigue debe decir alguna palabra

que empiece con “L”.

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Una ayuda para asociar la letra con su sonido es posible hacerlo

enfatizando estos sonidos de manera divertida.

Por ejemplo, cuando se enseñe la M, les decimos: “mmmmm, lo

que decimos cuando algo nos gusta mucho”. La letra P: la que

explota” (por su sonido). La letra F: “es el gato enojado” (por su

sonido). La letra S: “la del viento (por su sonido) o la viborita (por su

forma). La letra R: “la de los motores” (por el sonido que hacen los

motores).

También es de ayuda aprender las letras con las iniciales de su

nombre asociándola a otras palabras, y luego se va trasladando las

iniciales de los nombres de sus familiares y/o amigos. Por ejemplo,

si se llama JUANA, cuando vea la palabra JIRAFA puede asociar su

inicial del nombre con la inicial de esta palabra.

Es muy necesario que se vaya pronunciando de manera muy

acentuada cada sonido de cada letra. Cuanto más lo gestualicemos

o teatralicemos, mejor se dará el aprendizaje.

Solo recuerden que la enseñanza debe ser de manera lúdica y

divertida, es cuando los niños encuentran la mayor motivación.

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Bibliografía de consulta

- Azcoaga, Juan E. “Alteraciones del aprendizaje escolar” Ediciones


Paidós, Buenos Aires, 1995.

- Boulu, Philippe “La dinámica del cerebro. Cómo mantener la salud


cerebral” Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1992.

- Materiales para trabajar las habilidades fonológicas. Equipo de Audición


y Lenguaje. Creena.

- Quintanar Rojas, Luis; Solovieva, Yulia “Análisis neuropsicológico de las


dificultades en la lecto-escritura”, Ponencia Animación a la
Lectoescritura, México.

- Tallis, Jaime; Soprano, Ana María “Neuropediatría, Neuropsicología y


aprendizaje” Editorial Nueva Visión, Buenos Aires, 1991.

Les deseo un feliz camino de aprendizaje. Han emprendido un desafío como familia,
pero si se hace a consciencia y con amor todo fluirá en armonía y los obstáculos que
puedan llegar a existir serán impulsos para mejorar y seguir aprendiendo.

Los saluda atentamente,

Alejandra Sandoval

Lic. Prof. En Psicopedagogía

Coordinadora General de www.educacionycrianza.com y


www.areapsicopedagogica.com.ar

Email: consultas@educacionycrianza.com
Whatsapp 3544615280

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