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SURGIMIENTO Y DECADENCIA DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Qué es
Como consecuencia del auge del capitalismo nace el socialismo, una ideología política que
atacaba los cimientos del capitalismo como doctrina económica y social. Esta ideología apareció
al mismo tiempo en Francia e Inglaterra (1830 y 1840), pretendiendo convertirse en un
mecanismo de control de la burguesía y de la propiedad privada, aunque en un principio no
pretendía abolirlos sino simplemente vigilarlos en pro del beneficio de la clase trabajadora.
Contexto histórico en el que surgió
En el siglo XIX, tanto en Europa como en Estados Unidos, el capitalismo industrial fue un
hecho consumado del cual nació el proletariado industrial, una clase social que fomentó la
mayoría de movimientos sociales en un gran número de países de Europa, entre los que se
destacan la Revolución de 1848 y la Comuna de París de 1871, ambos en Francia. En el año de
1883, las ideas socialistas habían recorrido casi el mundo entero, caracterizándose por la
confrontación teórica que implicaban. Entre 1889 y 1914 el socialismo se arraigó
profundamente en países como Austria, Francia y Alemania, aunque estas ideas,
paradójicamente, dieron verdaderos frutos en la Revolución de Octubre, en Rusia, en 1917.
Debido a esta revolución nace la Unión Soviética, con lo que se convirtió en el primer país del
mundo en implantar un modelo socialista de gobierno en el mundo.
Quien lo menciona
El socialismo del siglo XXI es un concepto formulado en 1996 por el sociólogo alemán-
mexicano Heinz Dieterich Steffan. El término adquirió difusión mundial desde que fue
mencionado en un discurso por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez el 30 de
enero de 2005 desde el V Foro Social Mundial.
El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo revolucionario que
debe directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes:
el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia
participativa y protagónica y las organizaciones de base.
Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de Karl Marx sobre la
dinámica social y la lucha de clases. Dieterich revisa la teoría marxista con ánimo de
actualizarla al mundo de hoy, incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de
los intentos socialistas, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la
economía política como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una
sociedad libre de explotación. Resumiendo, el socialismo del siglo XXI supone que es necesario
un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para
avanzar el desarrollo.

Para contribuir a la búsqueda de dichos criterios, propone releer la historia de la economía


política, porque en su opinión algunos de ellos no logran hacerse manifiestos por confusiones
conceptuales en esa disciplina: la primera, ocurrida a lo largo de los doscientos últimos años,
identificó al capitalismo con el liberalismo; la segunda, ocurrida en este siglo, identificó
al socialismo con el estatismo. Su tesis es que el camino más expedito para alcanzar la sociedad
más justa a la que todos anhelamos, se consigue con una alianza entre el socialismo y el
liberalismo, una vez que el socialismo haya dejado a un lado al estatismo y el liberalismo haya
dejado a un lado al capitalismo.

De acuerdo con Heinz Dieterich, para avanzar hacia el socialismo del siglo XXI se «requiere la
combinación de tres políticas: su planificación y ejecución democrática (autogestión
coordinada); la medición del valor de sus productos y servicios (valorización) mediante
unidades de tiempo (valor de trabajo) y, el intercambio de equivalencias”. Por otra parte,
Dieterich señala que bajo el socialismo del siglo XXI la forma de propiedad se vuelve
secundaria debido a que la planificación democrática y el cumplimiento del valor-trabajo«quitan
a eventuales propietarios formales ---Estado, cooperativas, individuales--- la capacidad de
abusar de la propiedad».
Estructura ideológica
Dieterich no establece un modelo único y absoluto para lograr una sociedad democrática,
participativa, socialista y sin clases sociales. Más bien establece una metodología para elaborar
lo que denomina el «Nuevo Proyecto Histórico» cuyos pilares estratégicos son el Bloque
Regional de Poder (BRP) que sería la integración económica y política de los Estados
progresistas de la región y el Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) que correspondería a la
coordinación continental de los movimientos sociales que apoyen a la implementación del
socialismo del siglo XXI. A eso, se suma la colaboración igualitaria y solidaria entre los Estados
y los movimientos sociales, es decir, entre el BRP y el BRPP. La autogestión y la idea de
comunidades creativas y sostenibilidad, ideario de Ezio Manzini y la Red Mundial para el
Diseño Sostenible son igualmente prácticas tangibles de este nuevo modelo.
Economía de equivalencias
Dieterich en el Socialismo del Siglo XXI propone un modelo económico que no esté basado en
el precio de mercado, fundamento de la economía de mercado y del capitalismo, a los que
considera fuentes de las asimetrías sociales y de la sobre explotación de recursos naturales.
Propone lo que denomina una economía de valores fundado en el valor del trabajo que implica
un producto o servicio y no en las leyes de la oferta y la demanda. Este valor del trabajo se
mediría sencillamente por el tiempo de trabajo que precisa un determinado producto o servicio; 4
además de los valores agregados a dicho trabajo, es decir, el tiempo de trabajo que se usó para
producir las herramientas o servicios que se emplean en el trabajo mismo, lo cual a su vez lleva
a un ciclo complejo de tiempos de trabajo sumados recíprocamente. Para solucionar el problema
práctico que implica la teoría de la economía de valores Dieterich sugiere usar la Rosa de
Peters.
Para Dieterich, el modelo de mercado ha puesto su atención principalmente en los alcances de la
ganancia y la propiedad, desvirtuando completamente el sentido de la economía. En este
sentido, el modelo responde a lo que denomina «crematística», una perversión de la economía
donde el acento está puesto en la ganancia. Según él, la economía política no debe operar como
la forma en que unos pocos se hacen ricos, sino con un criterio de productividad.
En este sentido, el precio, como principio operativo y cibernético de la economía, determina
dónde invertir, por cuánto trabajar, cuánto y qué comprar, cuánto y cuándo ahorrar y es, por lo
tanto, la hebra ordenadora del sistema.
Para que el mercado funcione eficientemente, debería existir el suficiente poder adquisitivo para
comprar, una formación libre del precio, un mercado que no sea monopólico y un Estado de
derecho eficiente y no corrupto.
Ante la eficiencia ordenadora del sistema de libre mercado, la planificación de un modelo
socialista resulta insuficiente y deformadora de la interconexión en un mundo globalizado. Así,
los incesantes intentos históricos para remediar las injusticias de la economía de mercado han
fracasado sistemáticamente. Las correcciones del sistema a través de la educación, la
redistribución estatal, la expropiación y la democracia obrera, no han resuelto satisfactoriamente
la eficiencia cibernética que el modelo de libre mercado impone en las redes globales.
El modelo del socialismo del siglo XXI debería estar basado en una ecuación donde el valor
(precio) del producto, se vinculara la equivalencia sobre los tiempos de producción y a la
democracia participativa. De esta manera, la redistribución y los cambios a nivel de educación
deberían recoger los intereses reales de las personas que estructuran y definen los sistemas
político-económicos. Para Dieterich, el socialismo del siglo XXI es la ampliación y
profundización de la democracia participativa, donde las dimensiones de lo cotidiano, lo estético
y lo racional-crítico deben estar incorporadas al cambio social.
Objetivo: Una Democracia de Calidad Total
La Democracia de Calidad Total constituye una metodología de mejora continua del sistema
democrático. Esta metodología es aplicada desde un punto de vista de Democracia
representativa más la Democracia participativa.
Sus principios: [cita requerida]
1. Orientación al Ciudadano: el ciudadano es productor de Democracia. Constituye medio
y fin. La cadena se detiene cuando un ciudadano (?)
2. Identificación de Agentes: Comunidad ideológica o política, comunidad territorial,
comunidad socio-económica. Instrumento: Parlamento Tricameral(Senado/Parlamento/Cámara
Socio-Económica).
3. Principio de Autodeterminación: todos participan en la comunicación/determinación de
metas.
La Democracia de Calidad Total, objetivo del Socialismo del Siglo XXI, tiene como
metodología activa el Kauzolan. El Kauzolan combina la filosofía o metodología japonesa
del Kaizen, aplicada originalmente en el sistema productivo industrial, con las antiquísimas
experiencias participativas como el auzolan vasco, la andecha gallega, el coor irlandés o las
prácticas comunales andinas denominadas minka. Dos son por tanto las bases de la metodología
de una Democracia de Calidad Total: Kaizen + Auzolan, a saber:
Kaizen
La puesta en práctica de la metodología Kaizen tendría como efecto:
1. Flexibilidad y Adaptación el ciudadano en un contexto socio-político
globalizado: Shojinka.
2. Fomento de la Participación y de las ideas innovadoras: Soifuku.
3. Autocontrol o Veto de la ciudadanía ante los defectos político-gubernamentales: Jidoka.
Auzolan
Es una forma antiquísima de trabajo en común vecinal. Es el ayuntamiento o la simple reunión
de vecinos donde se determina cuándo y por quiénes ha de efectuarse la prestación. La
institucionalización del auzolan la vemos cristalizada en las cofradías administradoras de
montes y tierras comunales.
La caída del socialismo
Las Revoluciones de 1989 llevaron a la caída de los Estados socialistas aliados a la Unión
Soviética, del llamado Bloque del Este, e incrementaron la presión sobre Gorbachov para
implementar una mayor democracia y autonomía para las repúblicas constituyentes de la URSS.

Socialismo del siglo XXI en Latinoamérica

En América Latina, distintos Gobiernos han asumido por sí mismos interpretaciones del
socialismo del siglo XXI. No obstante, el propio Heinz Dieterich afirmó lo siguiente con
respecto a los presidentes de estos países:
La gran esperanza de que Hugo Chávez, Fidel, Evo y Rafael Correa fueran la vanguardia estatal que
ayudara a los pueblos y científicos a crear el nuevo Modo de Producción del Socialismo del Siglo XXI, se
ha desvanecido. Ninguno de los cuatro presidentes ha hecho un esfuerzo serio para avanzar la alternativa
anticapitalista del Siglo XXI y ninguno lo hará.
Heinz Dieterich
Venezuela
Artículos principales: Chavismo y Revolución bolivariana.
Véase también: Propiedad privada en Venezuela durante la Revolución Bolivariana
Durante el gobierno de Hugo Chávez, planteaba que su proyecto político la Revolución bolivariana estaba
basado en la tercera vía y el bolivarianismo hasta que Chávez decidió que avanzara hacia el socialismo del
siglo XXI sin dejar el bolivarianismo. El presidente Chávez dijo que el tipo de socialismo que se desarrolla
en Venezuela también se inspira en el cristianismo,11 incluso llamó a Jesús de Nazaret como «socialista».
Chávez señaló que para llegar a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como
«democracia revolucionaria». En un discurso a mediados de 2006, Hugo Chávez expresó:
“Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la
senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor,
en la libertad y en la igualdad”
Hugo Chávez
En el año 2007 Hugo Chávez planteó una reforma a la Constitución venezolana para modificar 69 artículos
donde se proponía la formación de un Estado socialista, cambios económicos, estructurales, institucionales,
políticos, entre otros, pero dicha propuesta fue rechaza democráticamente en el referéndum constitucional
de 2007.
Chávez afirmaba que el socialismo del siglo XXI acepta la propiedad privada a diferencia de la
postura marxista-leninista pero se dice que la nueva economía socialista se debe construir «sobre la base de
un amplio sustento público, social y colectivo de la propiedad sobre los medios de producción.
Chávez también afirmaba que el socialismo del siglo XXI debe nutrirse de las corrientes más auténticas
del cristianismo, dentro de una democracia participativa que debe conjugar igualdad con libertad.
El actual presidente Nicolás Maduro, también se ha comprometido en continuar el proyecto del socialismo
del siglo XXI en Venezuela tras el fallecimiento de Hugo Chávez en marzo de 2013.
Sobre el desarrollo del socialismo en su último programa de gobierno reconoció que «la formación socio-
económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista», y a su vez aseguró que
el «socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros”. Esta misma
tesis es defendida por Nicolás Maduro señalando que lo que está en crisis en Venezuela es el «modelo
capitalista-rentista”. Por su parte, Heinz Dieterich afirmó que «no hay ni habrá socialismo en Venezuela»
Ecuador
Artículo principal: Revolución Ciudadana
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa asegura que el desarrollo del socialismo del siglo XXI en su país
tiene características propias y «que difiere totalmente de ir una estatización de los medios de producción y
del socialismo tradicional», Correa afirma, que «el capital [debe estar] al servicio del ser humano y no al
revés “y se debe impulsar la democratización de los medios de producción. El presidente Correa también
apoya la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, acepta la propiedad privada pero
dice que debe ser democratizada y afirma que el socialismo del siglo XXI tampoco niega el mercado pero
que «hay que gobernarlo, para que no nos gobierne a nosotros”. Por otra parte, Correa señalaba que su
proyecto de socialismo del siglo XXI era distinto al de Chávez.
El actual presidente ecuatoriano Lenin Moreno aunque se ha distanciado de su predecesor Correa, también
ha manifestado en el pasado mientras formó parte del Gobierno de Correa que «el camino de Ecuador es el
socialismo del siglo XXI» y más recientemente ha expresado que hay que abandonar «la cuadratura del
socialismo del siglo pasado», apostando por lo que considera un socialismo nuevo, moderno e inclusivo.
Por otra parte, Moreno señala que su Gobierno está rescatando los principios fundacionales de la
Revolución ciudadana y defiende que el «socialismo de este siglo es distinto al del siglo pasado», donde se
creía que un líder tenía derecho «a seguir manteniéndose en el espacio de poder». Incluso Moreno ha
etiquetado a Correa como un «presidente del siglo pasado”. De igual manera Moreno considera que la
Revolución ciudadana continúa.
Bolivia
Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia dirigente del Movimiento al Socialismo
boliviano se ha declarado también a favor de construir el socialismo del siglo XXI a través de una
revolución cultural anticolonial en la que coexista la democracia representativa con formas comunales e
indígenas de democracia. El Gobierno de Evo Morales también se ha caracterizado por
la nacionalización de hidrocarburos,5051 aceptación de la propiedad privada e implementación de programas
sociales. Morales asegura también que su modelo socioeconómico «está basado en la solidaridad, la
reciprocidad, la comunidad y el consenso, porque la democracia es para nosotros un consenso».
En octubre de 2013, se aprobó una ley que permite a los trabajadores tomar empresas privadas quebradas o
liquidadas y convertirlas en empresas sociales, constituyéndose así en empresas recuperadas.
Socialismo del siglo XXI en Europa
El socialismo del siglo XXI ha sido especialmente acogido en España por parte del Partido Comunista de
España e Izquierda , en Alemania de mano del Die Linke, de diferentes movimientos universitarios y de
ex-altos cargos de la República Democrática Alemana como Egon Krenz, y en Rusia por el partido Rusia
Justa. También en Rusia, el Partido Comunista de la Federación Rusa ha manifestado como su «meta
estratégica» la «construcción de un renovado socialismo en Rusia, el socialismo del siglo XXI»
convirtiéndose así en una de sus ideologías oficiales, junto al marxismo-leninismo y el internacionalismo
En España destacan varios colectivos socialistas: Sortu, organización independentista vasca y de izquierda
abertzale, que adoptó el socialismo del siglo XXI en su línea política, y que tiene como personalidad más
conocida a Arnaldo Otegi, de notoria ideología marxista, ex miembro de la Mesa Nacional de Herri
Batasuna. Por su parte, el Partido Carlista con una ideología socialista-monárquica autogestionaria y de
nueva izquierda. Con una base sociológica mediana en el País Vasco, en 1998 fue uno de los partidos y
asociaciones firmantes del Pacto de Estella, y en 2005 se pronunció en contra de la Constitución Europea.
Venezuela fue destino de muchos militantes de esta formación durante la represión franquista. El
expresidente del Partido Carlista, Carlos Hugo de Borbón Parma, en 2004 publicó el libro Algunas
reflexiones sobre el socialismo del siglo XXI el cual, entre sus líneas, expresa textualmente lo siguiente:
El socialismo que ha muerto es el socialismo autoritario orientado hacia el control del ciudadano por una
política monopolizada o controlada desde el partido único, que reclamaba un reparto del fruto de la
propiedad y de la producción, pero no un simultáneo reparto del poder. Este socialismo sí ha muerto. El
socialismo como ideal humano de construcción política, basado en la participación del ciudadano, en el
control de su vida política y económica, así como en el reparto de los bienes, no ha muerto. Hay que decirlo
una y otra vez: un proyecto socialista se hace hoy imprescindible.
Carlos Hugo de Borbón Parma
También Noruega ha sido descripta como el único estado socialista del siglo XXI en Europa. El socialismo
del siglo XXI ha sido especialmente acogido en Alemania de mano del Partido de Izquierdas o Die
Linkspartei, diferentes movimientos universitarios.
Críticas
El socialismo del siglo XXI ha sido criticado desde diversas corrientes del pensamiento político, tanto desde
la derecha, el centro y la izquierda. Las críticas van dirigidas tanto a las teorizaciones propias de Heinz
Dieterich Steffan como a las interpretaciones aplicadas en distintos países cuyos gobiernos dicen haber
asumido este pensamiento, por otra parte, algunos sectores de izquierda lo han catalogado como reformista,
o han señalado específicamente su aplicación a través del chavismo en Venezuela como una «farsa» o un
«fraude» que no pretende realmente superar el capitalismo.
Algunas de las críticas al socialismo del siglo XXI provienen de sectores en contra que acusan al
movimiento de defender ideas «caducas» y «perimidas».
[
El proyecto de economía de valores no está profusamente detallado en el socialismo del siglo XXI, ni
considera el grado de complejidad de determinados trabajos que exigen especializaciones científicas, y cuyo
tiempo de trabajo no puede ser valorado de la misma manera que los trabajos no especializados.
Críticas liberales
Según Francisco Endara D., ingeniero ecuatoriano de ideología liberal libertaria, el socialismo del siglo XXI
pretende instaurar lo que llaman la economía equivalente, en donde cada ciudadano obtiene sus ingresos a
partir del intercambio de tiempo empleado para realizar un producto o servicio y en este marco los
ciudadanos pierden la facultad de decidir cuánto vale su trabajo.

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