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FISCALIA GENERAL DE LA NACIÓN

FISCALIA VEINTICINCO (25) DE MARIQUITA.


Tolima
E. S. D.

REF. SOLICITUD DE ARCHIVO DENUNCIA POR EL DELITO DE INASISTENCIA


ALIMENTARIA.
CODIGO UNICO DE INVESTIGACIÓN: 73-443-60-00469-2019-00043.
DENUNCIANTE: LUISA FERNANDA REYES BELTRAN
INDICIADO: DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ.

ERIKA NATHALIA JIMENEZ GRANADOS, mayor de edad, domiciliada en el Municipio


de Mariquita - Tolima, identificada con la cédula de ciudadanía No. 1014236519 expedida
en Bogotá, abogada Titulada, portadora de la Tarjeta Profesional No. 270.181 del Consejo
Superior de la Judicatura, actuando en nombre y representación del señor DAGOBERTO
SANCHEZ SANCHEZ, mayor de edad y vecino de esta ciudad, identificado con la cedula
de ciudadanía No. 1.111.194.747 expedida en Mariquita, de acuerdo al poder conferido
ante usted, me permito presentar ante su Despacho SOLICITUD DE ARCHIVO a la
denuncia presentada por la señora LUISA FERNANDA REYES BELTRAN, identificada
con cedula de ciudanía No. 1.111.199.973 expedida en Mariquita, por el delito de
inasistencia alimentaria , con fundamento en los siguientes:

HECHOS

1. El señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ, y la señora LUISA FERNANDA


REYES BELTRAN, son los progenitores de la menor VALERY SANCHEZ REYES,
nacida el 25 de julio de 2014 en el Municipio de Mariquita.

2. El día 20 de junio de 2017, se celebró audiencia de conciliación de Fijación de


cuota alimentaria y regulación de visitas a favor de la menor VALERY SANCHEZ
REYES, en la cual se acordó por parte del señor DAGOBERTO SANCHEZ
SANCHEZ, pagar la suma de CUATROSCIENTOS VEINTICINCO MIL PESOS
MONEDA CORRIENTE ($ 425.000); de igual forma se acordó que la madre de la
menor deberá velar por el bienestar físico mental, social e intelectual de la menor,
siendo la custodia y patria potestad de manera compartida. Los gastos de la
menor en el aspecto de Educación, se acordaron pagar por partes iguales entre
los partes, es decir, cada uno acordó pagar el 50% de los gastos. A su vez, en
cuanto al vestuario el señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ, acordó
suministrar como mínimo 2 mudas completas de ropa, una para cumpleaños y otra
navidad, tal y como consta en el acta de audiencia de conciliación proferida por la
COMISARIA DE FAMILIA de fecha 20 de junio de 2017, que se anexa a la
presente solicitud.

3. El señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ, atendiendo sus obligaciones y


deberes como padre de la menor VALERY SANCHEZ REYES, ha consignado
mensualmente hasta la fecha una cuota alimentaria para la manutención de su
hija, sin que en ningún momento se hubiere atrasado o faltado con el pago de la
obligación, tal y como consta en los recibos de consignación tramitados ante el
Banco de Bogotá al número 363401803, de cuenta que se relacionan a
continuación:

No. FECHA VALOR


CONSIGNACIÓN CONSIGANDO
1 2014/09/29 $300.000
2 2014/10/24 $300.000
3 2014/11/27 $300.000
4 2014/12/29 $300.000
5 2015/02/02 $300.000
6 2015/03/03 $300.000
7 2015/04/01 $300.000
8 2015/05/04 $300.000
9 2015/06/03 $300.000
10 2015/07/02 $300.000
11 2015/08/03 $300.000
12 2015/09/03 $300.000
13 2015/10/05 $300.000
14 2015/11/03 $300.000
15 2015/12/01 $300.000
16 2016/01/05 $300.000
17 2016/02/01 $300.000
18 2016/03/03 $300.000
19 2016/04/01 $300.000
20 2016/05/02 $300.000
21 2016/06/02 $300.000
22 2016/07/01 $300.000
23 2016/08/01 $300.000
24 2016/09/01 $300.000
25 2016/10/03 $300.000
26 2016/11/02 $300.000
27 2016/12/02 $300.000
28 2017/01/04 $300.000
29 2017/02/01 $300.000
30 2017/03/02 $300.000
31 2017/04/04 $300.000
32 2017/05/02 $300.000
33 2017/06/03 $300.000
34 2017/07/04 $425.000
35 2017/08/04 $500.000
36 2017/09/05 $500.000
37 2017/10/04 $425.000
38 2017/11/02 $425.000
39 2017/12/04 $425.000
40 2018/01/02 $425.000
41 2018/02/05 $425.000
42 2018/03/05 $425.000
43 2018/04/10 $425.000
44 2018/05/02 $425.000
45 2018/06/06 $425.000
46 2018/07/05 $425.000
47 2018/08/02 $425.000
48 2018/09/04 $425.000
49 2018//10/05 $425.000
50 2018/11/02 $425.000
51 2018/12/04 $425.000
52 2019/01/03 $425.000
53 2019/02/04 $425.000
54 2019/03/04 $425.000

4. Obra en el expediente CERTIFICACIÓN LABORAL, emitida el jefe de talento


Humano de la CLINICA AVIDANTI MANIZALEZ de fecha 6 de diciembre de 2018,
mediante la cual certifica que el señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ,
desempeña el cargo de Medico General, quien laboral en la misma desde el día 20
de noviembre de 2014, devengando un salario de CUATRO MILLONES CIENTO
VEINTIDOS MIL PESOS ($4.122.000) y una bonificación laboral de CIENTO
TREINTA Y DOS MIL PESOS MONEDA CORRIENTE ($132.000).

5. Conforme a la labor que desempeña el señor DAGOBERTO SANCHEZ


SANCHEZ, se evidencia que el indiciado ostenta una estabilidad laboral que le ha
permitido hasta la fecha cumplir sin falta sus obligaciones de padre de la menor
VALERY SANCHEZ REYES, razón por la cual no hay lugar a denunciar la
inasistencia alimentaria por parte de la señora LUISA FERNANDA REYES
BELTRAN; a su vez teniendo en cuenta que ha dado cumplimiento a lo acordado
en acta de audiencia de conciliación proferida por la COMISARIA DE FAMILIA DE
MARIQUITA de fecha 20 de junio de 2017, tal y como consta en los recibos de
consignación relacionados en el hecho número 4.

6. Obra constancia emitida por la Fiscalía General de la Nación – Fiscalía 25 de


Mariquita, de fecha 22 de marzo de 2019, mediante la cual el señor DAGOBERTO
SANCHEZ SANCHEZ, manifiesta no tener ánimo conciliatorio frente a la denuncia
presentada por el delito de inasistencia alimentaria por cuanto se encuentra al día
en el pago de las cuotas alimentarias fijadas en la Comisara de Familia de
Mariquita.

7. El señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ, tal y consta en las pruebas


aportadas a la presente solicitud, no ha incumplido con sus obligaciones de padre
de la menor VALERY SANCHEZ REYES, por el contrario, obra en el plenario de
pruebas, las correspondientes consignaciones por concepto de cuota alimentaria
que evidencian su cumplido pago.

SOLICITUD

Previos los trámites del proceso penal dispuesto en el art. 79 de la Ley 906 de 2004,
sírvase hacer en auto, las siguientes declaraciones:

PRIMERA: Se ordene el ARCHIVO a la denuncia presentada por la señora LUISA


FERNANDA REYES BELTRAN en contra del señor DAGOBERTO SANCHEZ
SANCHEZ, por el delito de inasistencia alimentaria de que trata el artículo 233 del Código
Penal, por cuanto no se ha incumplido con la obligación en el pago de las cuotas
alimentarias a favor de la menor VALERY SANCHEZ REYES, tal y como consta en las
pruebas aportadas a la presente solicitud.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Código Penal.

“(…) Artículo 233. Inasistencia alimentaria.

El que se sustraiga sin justa causa a la prestación de alimentos legalmente debidos a sus
ascendientes, descendientes, adoptante, adoptivo, cónyuge o compañero o compañera
permanente, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a cincuenta y cuatro (54) meses y multa
de trece punto treinta y tres (13.33) a treinta (30) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
La pena será de prisión de treinta y dos (32) a setenta y dos (72) meses y multa de veinte
(20) a treinta y siete punto cinco (37.5) salarios mínimos legales mensuales vigentes
cuando la inasistencia alimentaria se cometa contra un menor.

PARÁGRAFO 1o. Para efectos del presente artículo, se tendrá por compañero y
compañera permanente únicamente al hombre y la mujer que forman parte de la Unión
Marital de Hecho durante un lapso no inferior a dos años en los términos de la Ley 54 de
1990.

PARÁGRAFO 2o. En los eventos tipificados en la presente ley se podrá aplicar el principio
de oportunidad. (…)”

Código de Procedimiento Penal

“(…) Artículo 79. Archivo de las diligencias

Cuando la Fiscalía tenga conocimiento de un hecho respecto del cual constate que no
existen motivos o circunstancias fácticas que permitan su caracterización como delito, o
indiquen su posible existencia como tal, dispondrá el archivo de la actuación.

Sin embargo, si surgieren nuevos elementos probatorios la indagación se reanudará


mientras no se haya extinguido la acción penal. (…)”

Fuente Jurisprudencial.

La Corte Suprema de Justicia mediante sentencia SP1984-2018, Magistrada Ponente


PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR, se pronunció respecto al delito de inasistencia
alimentaria en los siguientes términos:

“(…) De acuerdo con el art. 233 del C.P., el que se sustraiga sin justa causa a la
prestación de alimentos legalmente debidos a sus ascendientes, descendientes,
adoptante, adoptivo, cónyuge o compañero o compañera permanente, incurrirá en prisión.
La pena, valga destacar, se agravará cuando la inasistencia alimentaria se cometa contra
un menor.

Entre otros elementos del tipo, dadas las particularidades del asunto bajo examen,
la Sala ha de focalizar su análisis en dos aspectos fundamentales: i) el entendimiento de
la inasistencia alimentaria como delito de infracción de deber y ii) la debida comprensión
del elemento “sin justa causa”.

La inasistencia alimentaria se distingue por ser un delito de peligro1, por cuanto no


se requiere la causación efectiva de un daño al bien jurídico protegido. Éste, valga
precisar, corresponde a un interés de tutela supraindividual, cuya existencia deriva de la
institución constitucional de la familia como el núcleo fundamental de la sociedad (art. 42

1
CSJ AP 28 mar.2012, rad. 38.094; AP 28 ago. 2013, rad. 41.634 y AP 11 sep. 2013, rad. 41.584.
inc. 1º), a partir del cual se generan deberes especiales de solidaridad y asistencia entre
sus integrantes, como la obligación de amparar mediante la prestación de alimentos (arts.
411 del C.C. y 24 de la Ley 1098 de 2006).

Bien se ve, entonces, que la dañosidad social de la conducta, al margen de los


perjuicios concretos que puedan producirse en quien se ve desprovisto de alimentos por
su alimentante, radica en la desestructuración de uno de los componentes esenciales de
la familia en tanto institución social, a saber el deber de asistencia entre sus integrantes.

Esa es la razón por la cual la inasistencia alimentaria, como delito de infracción de


deber, no se orienta al resultado del mundo exterior, sino que se centra en el deber
especial de la persona del autor. De ahí que el legislador no atienda a la naturaleza
externa del comportamiento del autor, sino que el fundamento de la sanción reside en que
se incumplen las prestaciones ligadas a un determinado rol social especial2; en este caso,
el de alimentante.

Es por ello que la Corte Constitucional, al precisar los contornos del bien jurídico
protegido con el delito de inasistencia alimentaria, puntualizó:

La inasistencia alimentaria tiene como fundamento el deber de solidaridad


que une a los miembros de una familia y, como finalidad, garantizar la
subsistencia de los beneficiarios; por tanto, el bien jurídico que se protege
no es el del patrimonio económico sino el de la familia, pues pese a que la
obligación finalmente se traduce en una suma de dinero, no se castiga a
quien la incumple por defraudar el patrimonio ajeno, sino por faltar a un
compromiso nacido del vínculo de parentesco que pone en peligro la
subsistencia del beneficiario y la estabilidad de la familia3.

En consonancia con lo anterior, la jurisprudencia de la Sala ha clarificado que la


mencionada conducta punible tiene como elementos constitutivos la existencia del vínculo
o parentesco entre el alimentante y alimentado, la sustracción total o parcial de la
obligación y la inexistencia de una justa causa, es decir, que la estructuración del
incumplimiento ocurra sin motivo o razón que lo justifique (CSJ SP 29 nov. 2017, rad.
44.758).

Esa justificación, valga precisar, no puede ser de cualquier índole, sino que ha de
ser constitucional y legalmente admisible, tanto más cuanto si el afectado es un menor de
edad, cuyos derechos fundamentales se reputan prevalentes (art. 44 de la Constitución),
dando lugar al principio de interés superior del menor (art. 9º Ley 1098 de 2006).

Frente al examen sobre el carácter justo o injusto de la infracción al deber de


asistencia alimentaria, resulta fundamental la determinación de las posibilidades fácticas y
jurídicas del obligado para suministrar alimentos. Sobre el particular, la Sala, siguiendo la
jurisprudencia constitucional (C-237/97), ha precisado que el deber de asistencia
alimentaria se establece sobre dos requisitos fundamentales: la necesidad del beneficiario
y la capacidad económica del deudor, quien debe ayudar a la subsistencia de sus
parientes, sin que ello implique el sacrificio de su propia existencia (CSJ SP 19 ene. 2006,
rad. 21.023).

2
SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ-TRELLES, JAVIER. Delito de infracción de deber y participación
delictiva. Madrid: Marcial Pons, 2002, p. 29.
3
SCC. C-237 de 1997.
En ese entendido, la carencia de recursos económicos impide la deducción de
responsabilidad penal, dado que cuando el agente se sustrae el cumplimiento de su
obligación, no por voluntad suya, sino por haber mediado una circunstancia de fuerza
mayor como lo es la carencia de recursos económicos, la conducta no es punible (CSJ SP
4 dic. 2008, rad. 28.813). Esto, por cuanto la punibilidad de la sustracción a la obligación
de prestar alimentos no puede transgredir el principio jurídico cifrado en que nadie está
obligado a lo imposible.

4.2.3 Pues bien, contrastada la apreciación y valoración de las pruebas aplicada


por el ad que con las anteriores premisas (núm. 4.2.2 supra) saltan a la vista múltiples
errores de hecho que invalidan la estructura probatoria de la sentencia impugnada.

En primer lugar, al escrutinio probatorio aplicado por el Tribunal subyace un aserto


del todo equivocado por contrariar las reglas de la experiencia, a saber, que tener bienes
no implica tener capacidad económica. Como se reseñó, el núcleo de la absolución
dictada por el Tribunal estriba en que si bien se probó que el acusado tiene bienes
inmuebles, la Fiscalía no determinó si percibía algún ingreso mensual por alguna actividad
lucrativa que los involucrara. Más no tenía por qué hacerlo, como quiera que la titularidad
de los mismos en cabeza del acusado es prueba de que tiene capacidad económica.

De acuerdo a la experiencia, por lo general, quien tiene bienes inmuebles es


porque tiene capacidad económica para adquirirlos. Además, ser el titular del derecho de
dominio de ese tipo de bienes implica tener capacidad económica, pues es claro que la
posibilidad de enajenarlos a título oneroso trae consigo ingresos económicos.

El patrimonio corresponde al conjunto de derechos y obligaciones de una persona.


Así mismo, tiene una inherente significación económica y pecuniaria que da lugar a
relaciones jurídicas valorables en dinero (derechos reales y derechos de crédito). En ese
entendido, es inobjetable que quien tiene el derecho de dominio sobre bienes inmuebles
tiene capacidad económica y, por ende, está en posibilidad de negociarlos para cumplir
con sus obligaciones, cuando se es deudor.

En esa dirección, el ad quem incurre en falso raciocinio al sostener que si bien el


acusado es titular de derechos reales de dominio sobre bienes inmuebles, carece de
capacidad económica porque no se probó que de ellos recibiera algún ingreso mensual
por su explotación comercial.

Para que se configure la injusta causa para proporcionar alimentos no se exige


liquidez monetaria, sino capacidad económica, que la tiene todo aquél dueño de bienes
inmuebles. En ese entendido, si la Fiscalía acredita que el procesado, por una parte, se
ha sustraído total o parcialmente a la obligación de proporcionar alimentos a quien por ley
los debe; y por otra, que es titular del derecho de dominio de bienes inmuebles de los
cuales no dispone para obtener recursos que le permitan sufragar sus deudas
alimentarias, están dados los supuestos para afirmar la tipicidad objetiva del delito de
inasistencia alimentaria. Un aserto en esos términos permite afirmar con suficiencia que el
sujeto activo de la conducta ha infringido su deber de procurar los medios para cumplir
con su obligación, pese a que tiene capacidad económica, derivada de la posibilidad de
transformarlos en dinero para ser destinado a pagar las deudas por alimentos.

De acuerdo con el art. 233 del C.P., el que se sustraiga sin justa causa a la prestación de
alimentos legalmente debidos a sus ascendientes, descendientes, adoptante, adoptivo,
cónyuge o compañero o compañera permanente, incurrirá en prisión. La pena, valga
destacar, se agravará cuando la inasistencia alimentaria se cometa contra un menor.

Entre otros elementos del tipo, dadas las particularidades del asunto bajo examen,
la Sala ha de focalizar su análisis en dos aspectos fundamentales: i) el entendimiento de
la inasistencia alimentaria como delito de infracción de deber y ii) la debida comprensión
del elemento “sin justa causa”.

La inasistencia alimentaria se distingue por ser un delito de peligro4, por cuanto no


se requiere la causación efectiva de un daño al bien jurídico protegido. Éste, valga
precisar, corresponde a un interés de tutela supraindividual, cuya existencia deriva de la
institución constitucional de la familia como el núcleo fundamental de la sociedad (art. 42
inc. 1º), a partir del cual se generan deberes especiales de solidaridad y asistencia entre
sus integrantes, como la obligación de amparar mediante la prestación de alimentos (arts.
411 del C.C. y 24 de la Ley 1098 de 2006).

Bien se ve, entonces, que la dañosidad social de la conducta, al margen de los


perjuicios concretos que puedan producirse en quien se ve desprovisto de alimentos por
su alimentante, radica en la desestructuración de uno de los componentes esenciales de
la familia en tanto institución social, a saber el deber de asistencia entre sus integrantes.

Esa es la razón por la cual la inasistencia alimentaria, como delito de infracción de


deber, no se orienta al resultado del mundo exterior, sino que se centra en el deber
especial de la persona del autor. De ahí que el legislador no atienda a la naturaleza
externa del comportamiento del autor, sino que el fundamento de la sanción reside en que
se incumplen las prestaciones ligadas a un determinado rol social especial5; en este caso,
el de alimentante.

Es por ello que la Corte Constitucional, al precisar los contornos del bien jurídico
protegido con el delito de inasistencia alimentaria, puntualizó:

La inasistencia alimentaria tiene como fundamento el deber de solidaridad


que une a los miembros de una familia y, como finalidad, garantizar la
subsistencia de los beneficiarios; por tanto, el bien jurídico que se protege
no es el del patrimonio económico sino el de la familia, pues pese a que la
obligación finalmente se traduce en una suma de dinero, no se castiga a
quien la incumple por defraudar el patrimonio ajeno, sino por faltar a un
compromiso nacido del vínculo de parentesco que pone en peligro la
subsistencia del beneficiario y la estabilidad de la familia6.

En consonancia con lo anterior, la jurisprudencia de la Sala ha clarificado que la


mencionada conducta punible tiene como elementos constitutivos la existencia del vínculo

4
CSJ AP 28 mar.2012, rad. 38.094; AP 28 ago. 2013, rad. 41.634 y AP 11 sep. 2013, rad. 41.584.
5
SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ-TRELLES, JAVIER. Delito de infracción de deber y participación
delictiva. Madrid: Marcial Pons, 2002, p. 29.
6
SCC. C-237 de 1997.
o parentesco entre el alimentante y alimentado, la sustracción total o parcial de la
obligación y la inexistencia de una justa causa, es decir, que la estructuración del
incumplimiento ocurra sin motivo o razón que lo justifique (CSJ SP 29 nov. 2017, rad.
44.758).

Esa justificación, valga precisar, no puede ser de cualquier índole, sino que ha de
ser constitucional y legalmente admisible, tanto más cuanto si el afectado es un menor de
edad, cuyos derechos fundamentales se reputan prevalentes (art. 44 de la Constitución),
dando lugar al principio de interés superior del menor (art. 9º Ley 1098 de 2006).

Frente al examen sobre el carácter justo o injusto de la infracción al deber de


asistencia alimentaria, resulta fundamental la determinación de las posibilidades fácticas y
jurídicas del obligado para suministrar alimentos. Sobre el particular, la Sala, siguiendo la
jurisprudencia constitucional (C-237/97), ha precisado que el deber de asistencia
alimentaria se establece sobre dos requisitos fundamentales: la necesidad del beneficiario
y la capacidad económica del deudor, quien debe ayudar a la subsistencia de sus
parientes, sin que ello implique el sacrificio de su propia existencia (CSJ SP 19 ene. 2006,
rad. 21.023).

En ese entendido, la carencia de recursos económicos impide la deducción de


responsabilidad penal, dado que cuando el agente se sustrae el cumplimiento de su
obligación, no por voluntad suya, sino por haber mediado una circunstancia de fuerza
mayor como lo es la carencia de recursos económicos, la conducta no es punible (CSJ SP
4 dic. 2008, rad. 28.813). Esto, por cuanto la punibilidad de la sustracción a la obligación
de prestar alimentos no puede transgredir el principio jurídico cifrado en que nadie está
obligado a lo imposible.

4.2.3 Pues bien, contrastada la apreciación y valoración de las pruebas aplicada


por el ad quem con las anteriores premisas (núm. 4.2.2 supra) saltan a la vista múltiples
errores de hecho que invalidan la estructura probatoria de la sentencia impugnada.

En primer lugar, al escrutinio probatorio aplicado por el Tribunal subyace un aserto


del todo equivocado por contrariar las reglas de la experiencia, a saber, que tener bienes
no implica tener capacidad económica. Como se reseñó, el núcleo de la absolución
dictada por el Tribunal estriba en que si bien se probó que el acusado tiene bienes
inmuebles, la Fiscalía no determinó si percibía algún ingreso mensual por alguna actividad
lucrativa que los involucrara. Más no tenía por qué hacerlo, como quiera que la titularidad
de los mismos en cabeza del acusado es prueba de que tiene capacidad económica.

De acuerdo a la experiencia, por lo general, quien tiene bienes inmuebles es


porque tiene capacidad económica para adquirirlos. Además, ser el titular del derecho de
dominio de ese tipo de bienes implica tener capacidad económica, pues es claro que la
posibilidad de enajenarlos a título oneroso trae consigo ingresos económicos.

El patrimonio corresponde al conjunto de derechos y obligaciones de una persona.


Así mismo, tiene una inherente significación económica y pecuniaria que da lugar a
relaciones jurídicas valorables en dinero (derechos reales y derechos de crédito). En ese
entendido, es inobjetable que quien tiene el derecho de dominio sobre bienes inmuebles
tiene capacidad económica y, por ende, está en posibilidad de negociarlos para cumplir
con sus obligaciones, cuando se es deudor.

En esa dirección, el ad que incurre en falso raciocinio al sostener que si bien el


acusado es titular de derechos reales de dominio sobre bienes inmuebles, carece de
capacidad económica porque no se probó que de ellos recibiera algún ingreso mensual
por su explotación comercial.

Para que se configure la injusta causa para proporcionar alimentos no se exige


liquidez monetaria, sino capacidad económica, que la tiene todo aquél dueño de bienes
inmuebles. En ese entendido, si la Fiscalía acredita que el procesado, por una parte, se
ha sustraído total o parcialmente a la obligación de proporcionar alimentos a quien por ley
los debe; y por otra, que es titular del derecho de dominio de bienes inmuebles de los
cuales no dispone para obtener recursos que le permitan sufragar sus deudas
alimentarias, están dados los supuestos para afirmar la tipicidad objetiva del delito de
inasistencia alimentaria. Un aserto en esos términos permite afirmar con suficiencia que el
sujeto activo de la conducta ha infringido su deber de procurar los medios para cumplir
con su obligación, pese a que tiene capacidad económica, derivada de la posibilidad de
transformarlos en dinero para ser destinado a pagar las deudas por alimentos. (…)”

Concepto de legalidad de la Solicitud.

Conforme a la normatividad expuesta y en atención al caso en concreto es posible


evidenciar que el señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ, en calidad de padre de la
menor VALERY SANCHEZ REYES, ha cumplido hasta la fecha con las obligaciones
acordadas en Acta de audiencia de conciliación proferida por la Comisaria de Familia de
Mariquita de fecha 20 de junio de 2017, respecto al pago cumplido de la cuotas
alimentarias, tal y como constan en los recibos de consignación del banco de Bogotá, que
se anexan como prueba a la presente solicitud y que se relacionan en el acápite de
hechos.

Es importante señalar que el señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ, incluso antes de


celebrada la audiencia de conciliación y fijación de cuota alimentaria, cumplía con el pago
de las cuotas alimentarias a favor de la menor, sin que pueda inferirse que incurrió en la
configuración del tipo penal de Inasistencia alimentaria descrito en el artículo 233 del
Código Penal.

Ahora bien, es posible determinar que el señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ,


conforme a la labor que desempeña como médico general, ostenta una estabilidad laboral
que le ha permitido hasta la fecha cumplir sin falta sus obligaciones de padre de la menor
VALERY SANCHEZ REYES, razón por la cual no hay lugar a denunciar la inasistencia
alimentaria por parte de la señora LUISA FERNANDA REYES BELTRAN.

Así las cosas, conforme a las pruebas aportadas a la presente solicitud, y como quiera
que el señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ no ha incurrido en la configuración del
tipo penal, es posible solicitar el archivo de la actuación como una de las formas de
culminación de la fase de indagación, conforme a lo dispuesto en el art. 79 de la Ley 906
de 2004, que a su tenor señala “cuando la fiscalía tenga conocimiento de un hecho
respecto del cual constate que no existen motivos o circunstancias fácticas que permitan
su caracterización como delito, o indiquen su posible existencia como tal, dispondrá el
archivo de la actuación”.

PRUEBAS

Comedidamente solicito al Sr. Fiscal se sirva, a más de otorgar valor probatorio a los
documentos relacionados y aportados en el escrito de solicitud, y decretar durante el
trámite de la presente, la práctica de las siguientes pruebas:

Documentales.

1. Copia del Acta de Conciliación proferida por la COMISARIA DE FAMILIA de fecha


20 de junio de 2017.
2. Copia de la CERTIFICACIÓN LABORAL, emitida el jefe de talento Humano de la
CLINICA AVIDANTI MANIZALEZ de fecha 6 de diciembre de 2018
3. Copia de los recibos de consignación del BANCO DE BOGOTA, que se relacionan
a continuación:

No. FECHA CONSIGNACIÓN


1 2014/09/29
2 2014/10/24
3 2014/11/27
4 2014/12/29
5 2015/02/02
6 2015/03/03
7 2015/04/01
8 2015/05/04
9 2015/06/03
10 2015/07/02
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44 2018/05/02
45 2018/06/06
46 2018/07/05
47 2018/08/02
48 2018/09/04

JURISDICCIÓN, COMPETENCIA Y PROCEDIMIENTO.

Sigue siendo suya señor Fiscal.

NOTIFICACIONES

La suscrita apoderada en la carrera 2 No. 3-72 centro de la ciudad de San Sebastián de


Mariquita.

El denunciado en la calle 42 # 24 – 10, barrio Vélez, ubicado en Manizales.


ANEXOS DE LA SOLICITUD

Presento con esta solicitud los siguientes documentos:

• Poder para actuar a la abogada.


• Cedula de ciudadanía del señor DAGOBERTO SANCHEZ SANCHEZ.
• Los relacionados en el acápite de pruebas.
• Copia de la solicitud para archivo.

Respetuosamente,

Del señor Fiscal,

ERIKA NATHALIA JIMENEZ GRANADOS


C.C. 1-014.236.519 de Bogotá
T.P. 270181 del C.S. de la J.

De la presente solicitud de archivo se enviara copia a la Personería Municipal de


Mariquita.

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