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La cesión de herencia en el nuevo Código

Civil y Comercial de la Nación

El Código Civil y Comercial de la Nación, en el art. 1614, define, como lo hace


para muchas instituciones, a la cesión de derechos : “Hay contrato de cesión
cuando una de las partes transfiere a otra un derecho…”

Dra. Adriana Esther Valle

Abogada y Miembro del

Inst. de Derecho Sucesorio “Dr. Guillermo A. Borda”

Colegio Público de Abogados de la

Capital Federal

Sumario:

1. Definición y antecedentes

2. Objeto de la cesión de herencia

3. Sujetos

4. Derechos y obligaciones

5. Forma de la cesión

6. ¿Cuándo puedo celebrar el contrato de cesión y de herencia y desde cuándo es oponible?

7. Conclusión

1. DEFINICION Y ANTECEDENTES

El Código Civil y Comercial de la Nación, en el art. 1614, define, como


lo hace para muchas instituciones, a la cesión de derechos : “Hay contrato de cesión cuando
una de las partes transfiere a otra un derecho…” y en el caso que nos ocupa,
aproximándonos a una definición, de la cesión de herencia, como una especialidad de la
cesión de derechos, podríamos decir que es el contrato, bilateral o consensual (necesito el
consentimiento de ambas partes conformado antes del fallecimiento del cedente), mediante
el cual una parte (cedente) transfiere a otra (cesionario) una herencia ya deferida o una
parte indivisa de la misma; coloquialmente, es la transmisión de derechos patrimoniales del
heredero a otra persona, que podrá ser o no coheredero, sin transmitirse tal calidad, en
suma: transfiero derechos patrimoniales NO mi calidad de heredero. Asimismo, es un
contrato de contenido variable e incierto, hasta el momento de la partición, con los alcances
del art. 2303 que veremos mas adelante.

Necesitamos pues, un causante y su patrimonio o una parte indivisa


del mismo, hablando siempre de una herencia “ya deferida”: estado en que se encuentra la
herencia desde el momento en que los llamados a ella pueden aceptarla o repudiarla, o sea
, momento en que la herencia se “ofrece” al heredero.

El Código Velezano no contenía una referencia directa de la cesión de


herencia como instituto individualmente legislado, a pesar de la promesa de Vélez de
legislar la institución (nota aclaratoria obrante al final del L. II, secc. III, tít. IV, anterior art.
1484), sino que el mismo Código refería a la misma en distintos artículos.

Así, el artículo 1184 inc. 6º) – se refería a la FORMA - : “ Deben ser


hechos en escritura pública… 6. La cesión, repudiación o renuncia de derechos
hereditarios” ; El artículo 1187 aludía al PODER PARA CELEBRARLA : “ El poder de
vender bienes de una herencia, no comprende el poder para cederla, antes de haberla
recibido” ; Los artículos 2160 a 2163, referían a la responsabilidad por EVICCION :
ARTICULO 2.160, “En la cesión de herencia el cedente sólo responde por la evicción que
excluyó su calidad de heredero, y no por la de los bienes de que la herencia se componía.
Su responsabilidad será juzgada como la del vendedor.- ARTICULO 2.161, Si los
derechos hereditarios fueren legítimos, o estuvieren cedidos como dudosos, el cedente
no responde por la evicción. ARTICULO 2.162, Si el cedente sabía positivamente que la
herencia no le pertenecía, aunque la cesión de sus derechos fuere como inciertos o
dudosos, la exclusión de su calidad de heredero le obliga a devolver al cesionario lo que
de él hubiere recibido, y a indemnizarlo de todos los gastos y perjuicios que se le
hayan ocasionado. ARTICULO 2.163, Si el cedente hubiere cedido los derechos
hereditarios, sin garantir al cesionario que sufre la evicción, éste tiene derecho a
repetir lo que dio por ellos; pero queda exonerado de satisfacer indemnizaciones y
perjuicios.” Y el artículo 3322 se ocupaba de la ACEPTACION DE LA CESION:
“La cesión que uno de los herederos hace de los derechos sucesorios, sea a un extraño,
sea a sus coherederos, importa la aceptación de la herencia. Importa también
aceptación de la herencia, la renuncia, aunque sea gratuita, o por un precio a beneficio
de los coherederos”.

Por otro lado, la doctrina y la jurisprudencia estructuraban a la cesión,


aplicándole las normas de la compraventa, de la permuta, o de la donación conforme se
celebrara por un precio, se intercambiara por otra cosa o bien fuera gratuita.

Por el contrario, y para una supuesta mayor comprensión, el nuevo


Código Civil y Comercial de la Nación legisla en forma particular a la cesión de herencia en
los artículos 2302 a 2309, sin dejar de referirse a ella en otra parte del articulado, a pesar de
la variación de terminología en esa referencia (Vg. el mismo artículo 1618, inc.a que refiere
a la forma de la escritura pública para la cesión de herencia la referencia como “cesión de
derechos hereditarios”, recordando la anterior terminología).

En suma, hoy contamos con un Título III, en el Libro V, que refiere a


la “Cesión de Herencia” en nuestro nuevo ordenamiento.

El siguiente trabajo se encuentra organizado sin respetar la


numeración correlativa del tratamiento del instituto en el Código Civil y Comercial de La
Nación, sino que se desarrollará por temas para mayor comprensión.

1. OBJETO DE LA CESION DE HERENCIA

El objeto, aquello que se transfiere en el contrato de cesión, referirá


siempre a la herencia , al momento de su fallecimiento: Art. 2302: “…una herencia ya
deferida o una parte indivisa de la misma…” Y esa transferencia podrá ser gratuita u
onerosa, conforme lo establece el art. 2305.

El art. 2309 determina que la cesión de derechos sobre bienes


determinados de una herencia no se regirá por las reglas del titulo III (cesión de herencia),
sino por las del contrato que corresponda y su eficacia estará sujeta a que el bien le sea
atribuido al cedente en la partición: si se celebra una cesión sobre un bien determinado de
una herencia y se paga un precio, se regirá por las normas de la compraventa, si lo fue por
otro bien, por la de la permuta y si ha sido gratuita, por la donación, y habrá que esperar que
el mismo bien individualizado en el contrato de cesión, sea atribuido al cedente en la
herencia, resumiendo: si el bien fuese adjudicado a otro coheredero , el acto jurídico no será
se regirá por las reglas de la cesión sino por las del contrato que corresponda .

Ya mucho antes de esta reforma, Carlos Pelosi , en “Dos fallos que


aplican ajustada doctrina”, Revista del Notariado nro. 738, 1974 pag. 2318, nos ilustraba:
“corresponde llamar la atención sobre la subsistencia de la corruptela…de ceder derechos
hereditarios con relación a bienes determinados”.

La jurisprudencia era consecuente también en el tópico: “No importa


cesión de herencia el contrato por el cual se ceden los derechos sucesorios sobre un bien
determinado” (CCiv.Com Laboral y de Paz Curuzú Cuatiá, 10-08-1995, DJ, 1995-2-1135).

Zannoni, al definir la cesión de derechos hereditarios, nos imponía ya


también un límite, diciendo que era el contrato por el cual el titular del todo o una parte
alícuota de la herencia, transfiere a otro el contenido patrimonial de aquella, sin
consideración al contenido particular de los bienes que la integran.

Y Zinny , en relación a este tópico, nos ilustraba : “…Y no debería ser


tan benévolo y gentil. Porque decir “no es una buena práctica” puede inducirnos a creer que
está mal, pero no tanto… Y la verdad es otra. Está muy mal. Es más, es una corruptela,
como decía Carlos Pelosi, que no tenía pelos en la lengua. Y ya es hora de darle la razón a
él y a Falbo, y al viejo Instituto Argentino de Cultura Notarial, antecedente de nuestra
Academia, y a la Cámara Nacional Civil, Sala D, y a la Corte de Justicia de Salta. …”, que
referían:
Falbo, Miguel N., en la reunión del Ateneo Notarial del 17 de noviembre de 1969, Revista del
Notariado nº 708, 1970, pág. 1.635: “... existe venta cuando hay objeto determinado, aunque
sea en una parte indivisa... independientemente de que haya o no declaratoria de herederos
”.

Cámara Nacional Civil, Sala D, nº 18.841, 11 de mayo de 1970, JA, 8-1970–330:


“Cuando la operación recae sobre bienes sucesorios individualmente determinados, el acto
jurídico no es una cesión de derechos hereditarios sino una simple venta de tales bienes”.

Instituto Argentino de Cultura Notarial, Revista del Notariado nº 717, 1971, pág. 951:
“La cesión de derechos hereditarios, sea gratuita u onerosa, no puede recaer sobre bienes
determinados sino sobre una parte de la universalidad”.

Corte de Justicia de Salta, 27 de agosto de 1974, Revista del Notariado nº 738, 1974, pág.
2.308: “El objeto de la cesión de herencia es una universalidad de relaciones jurídicas… En
la cesión de herencia el objeto material nunca está determinado”.

A pesar de esto, pero sobre la base de poder ceder “una herencia o


una parte indivisa de la misma o una parte alícuota”, y al carecer de normas especificas
sobre el tema, se celebraban Cesiones de Derechos y Acciones hereditarias sobre bienes
determinados de la herencia reservándose el resto de la misma o bien conformando tantas
cesiones de derechos y acciones hereditarias, como bienes pudieran existir (“... que cede
a..., por el precio de $..., todos los derechos y acciones hereditarios que por fallecimiento
de... le corresponden sobre un lote de terreno con lo edificado ubicado en...”, palabras mas ,
palabras menos, rezaban las escrituras notariales); este hecho dio lugar a la división de las
corrientes doctrinarias y jurisprudenciales en el tema: la transmisión de un derecho no podía
ser “individualizado” en relación a un bien, si a una parte alícuota, y allí residía la división de
opiniones, hoy “posiblemente” zanjada por el mencionado art. 2309.

Si las partes se apartan del objeto de la cesión, el contrato será


distinto al pretendido celebrar, con efectos totalmente diferentes: el heredero tiene el
derecho sobre una universalidad donde casualmente se encuentra comprendido ese bien
particular, pero no puede comprometerse a transmitirlo porque no se ha incorporado aun a
su patrimonio.

En la práctica notarial, los escribanos trataban de no celebrar el


contrato individualizando particularmente al bien, informando a sus clientes de los
inconvenientes jurídicos anteriores y mucho mas los actuales , ya que el mismo quedará
bajo los lineamientos del mencionado artículo 2309, que de celebrarse, habrá que
adecuarlo a la forma de los contratos que correspondan con la incertidumbre de su eficacia
por la atribución en la partición atento su efecto declarativo.

Siguiendo con el objeto de las cesiones, el artículo 2303, en su


primera parte, nos aclara que son objeto de la cesión, también, todas las ventajas que
pudieren resultar ,luego de su celebración, por colación o por la renuncia a disposiciones
particulares del testamento o por la caducidad de estas, pero se excluye, excepto pacto en
contrario, en 3 incisos a ciertos tipos patrimoniales ; así el articulo sigue recepcionando lo
que establecía mayoritariamente la doctrina en relación a que si luego del contrato de cesión
acrecía el patrimonio del cedente, por la renuncia , la exclusión de un coheredero (inc. a) o
por una causa desconocida al tiempo de la cesión (inc. b) dichos aumentos no
correspondían al cesionario, por no revestir la calidad de heredero. Lo que hubiese acrecido
de ese modo, corresponderá al cedente y no al cesionario.

El inc. c), termina exceptuando los derechos sobre los sepulcros, los documentos privados
del causante , distinciones honoríficas, retratos y recuerdos de familia.

Las excepciones que se señalan en estos 3 incisos, podrán transformarse en objeto del
contrato de cesión, si son incorporadas a dicho contrato, de no hacerlo, regirá la exclusión
de las citadas, como objeto del contrato.

Asimismo, la jurisprudencia anterior al nuevo código, iba aclarando,


ciertas dudas sobre el objeto de las cesiones, que nacían con la valoración de la integración
al patrimonio del causante de ciertos derechos, como por ejemplo los derechos posesorios
que pertenecían al de cujus: sosteniéndose que tanto los derechos y acciones posesorias
integran el patrimonio del causante y pueden, por lo tanto cederse (CCCom de Corrientes,
Sala IV, 20-02-2015 “J.R. S/ juicio sucesorio” en Rev. De D° Comunitario y Privado,
Rubinzal Culzoni , nro. Extraordinario 2015 pag 614), solución que debería mantenerse a
pesar de la fecha del fallo mencionado (anterior a la entrada en vigencia del CC y C) por el
correlato de aplicación de los arts. 3418 (C.de Velez) con el art. 2280 del nuevo
ordenamiento.

Otra nueva categoría de bienes con posibilidad a ser cedidos, y que


sean objeto de un contrato de cesión de herencia, son los derechos gananciales, que se
perfeccionan al disolverse la sociedad conyugal (siempre y cuando el régimen optado sea el
de comunidad de bienes, art. 446 y cc) que a pesar de no integrar el patrimonio del
causante, es el art. 2308, hoy en forma expresa, que permite su inclusión en el objeto de la
cesión de herencia, colocando al cónyuge supérstite como uno mas de los autorizados
cedentes, además de la calidad de heredero que podría asumir el mismo, mas allá de la
sociedad ganancial, y en el caso de la comunidad de bienes. Las masas patrimoniales son
distintas: la propia del causante y la que surge de la indivisión postcomunitaria por
disolución de la sociedad conyugal a la muerte del causante, derechos que en vida, eran
gananciales. Vigente el Código de Vélez se individualizaban en el contrato de cesión como
“cesión de gananciales” y se cedían conjuntamente con el derecho que la cónyuge pudiera
tener sobre el patrimonio propio del causante.

Acerca de la individualización de estos derechos patrimoniales por


parte del art. 2308 citado, al ser dos masas patrimoniales distintas, la ganancialidad disuelta
en cabeza del cónyuge y el patrimonio propio del causante donde el cónyuge será heredero
junto con ascendientes o descendientes, si de desearlo, el cónyuge supérstite , podrá en un
hipotético caso, celebrar dos contratos de cesión de herencia distintos: uno por su parte
ganancial y otro por su carácter de heredera sobre el patrimonio propio del causante,
distribuyendo en vida su propia herencia desde el sucesorio de su cónyuge pre-fallecido.

1. SUJETOS

Integran el contrato de cesión de herencia, el CEDENTE y el


CESIONARIO

¿Quienes podrán revestir el carácter de CEDENTE?: a) el heredero


universal del causante, b) el heredero testamentario, y c) por el artículo 2308, el o la
cónyuge supérstite en relación a los gananciales .

Al no presentarse mas dudas sobre los legatarios, ni sobre los


herederos de cuota (art.2488) ya se puede decir que solo los nombrados mas arriba son los
legitimados para celebrar el presente contrato en su carácter de cedentes

A su vez, podrá ser CESIONARIO: cualquier persona, ya sea alguno


de los participes del proceso sucesorio, como cualquier persona extraña al mismo.

1. DERECHOS Y OBLIGACIONES

El art. 2304, menciona los “derechos del cesionario”, determinando


que el mismo participará en el valor de los bienes que se gravaron después de la apertura
de la sucesión y antes de la cesión, y en los que después de la apertura y antes de la cesión
se consumieron o enajenaron, pero no de los frutos percibidos: o sea, el cesionario “tendría”
que recibir los bienes en el estado en que se encontraban cuando falleció el causante, y si
se gravaron o enajenaron , el cesionario tendrá derecho a ese dinero, integrándosele el
valor de dichos bienes.

El art. 2307 habla de las “obligaciones del cesionario”, donde la


responsabilidad del mismo queda limitada por el reembolso al cedente de lo que este pague
en las deudas y cargas de la sucesión, en concurrencia con la herencia recibida y si no se
han abonado las cargas particulares del cedente y los impuestos respectivos que graven la
herencia, los mismos estarán a cargo del cesionario

Si bien los artículos citados son claros en sus enunciaciones, el detalle


de los objetos o contenidos del contrato de cesión de herencia y su cumplimiento, acarreará
, seguramente distintas posiciones judiciales y doctrinarias.

1. FORMA DE LA CESION

A pesar que el Código de Velez, en el art. 1184, inc. 6º) mencionaba


a la escritura pública como el único soporte viable de la cesión de herencia, la práctica llevó
a necesitar de soluciones jurisprudenciales en relación a la forma: se solicitaba suplir la
escritura pública por el acta judicial, o el instrumento privado presentado en el expediente
reconocido por los otorgantes, basándose en que la escritura pública no emana solo de los
escribanos, sino de otros funcionarios autorizados , definición sostenida en el nuevo
ordenamiento en el art. 299.

Los enfrentamientos se basaban argumentando en otorgarle a la


escritura publica un carácter “ad probationem “ o “ad solemnitatem”, según se pretendiera
validar una u otra postura.

Zannoni ratificaba la forma de la escritura pública y no el del


instrumento privado ratificado ante el Juez permitiendo a que la cesión realizada en
instrumento privado quedara sujeta a las disposiciones generales del art. 1185 (Código
Velezano). O sea que constituiría un típico precontrato o antecontrato de cesión que faculta
a las partes a exigir el otorgamiento de la misma en forma.

La justicia tuvo que emitir varios fallos sobre este tema, llegándose al
fallo plenario CNCiv.”Rivera de Vignatti, María F. M. suc. “del 24-02-1986- LL 1986/B-155,
ED 117/311, JA 1986-II-73, donde se dispuso que la escritura pública es el único medio
idóneo para instrumentar la cesión de derechos hereditarios y otros fallos establecieron que
el instrumento privado celebrado entre las partes serviría únicamente como promesa de
cesión: “Si bien la escritura pública es la única forma idónea para instrumentar la cesión de
derechos hereditarios, el instrumento privado, aunque nulo como contrato de cesión, es
válido como contrato de promesa de cesión, o como contrato en el cual las partes se obligan
a otorgar la escritura”,
(CNCiv Sala F 15-02-1996 LL 1998/D-877) contribuyendo a la controversia, cuando se
pensó resuelta por el anterior plenario mencionado.

Incluso, ya con la aplicación del nuevo código, distintos jueces han


señalado la obligatoriedad de la escritura publica, arguyendo la existencia de una cesión,
pero el tribunal de grado revocó los decisorios por ver que se trataba de una partición y que
las partes podían disponer de la herencia sin formalidad alguna atento la plena capacidad
para contratar( “C., S.P. c/ C., A. del C” CNCIV – Sala D – 15-09-2015 expte 15934/2008 -
El Dial – AA91EC- cita on line: AR/JUR/42745/2015 y Juzg. de 1ra Inst. de undécima
nominación de Salta, del 19-11-2015 “S,C.R-Sucesorio” expte 424696/2013).

En la Provincia de Buenos Aires, la Suprema Corte de Justicia, ante


un caso en el cual la cedente solicito la nulidad de una cesión de herencia por la cual
procedió a ceder sus derechos hereditarios a su madre en forma gratuita, a la edad de 22
años, declaró nula la cesión hereditaria que había sido otorgada por instrumento privado y
aun encontrándose homologada, le quito valor no solo por la forma (a la que consideró “Ad
solemnitatem” aun verificada durante la vigencia del anterior código), sino por la lesión
enorme producida a la cedente en razón de la ligereza y desconocimiento por encontrarse
padeciendo una enfermedad (Scazziota, Catalina A. c/ Sanchez Asins, Encarnación S/
nulidad de Acto Juridico” SCBA -16/03/2016- causa 118.805).

El art. 2302 inc. b) y el art. 1618 inc. a), ambos del Código Civil y
Comercial de la Nación , requieren la forma de la escritura pública para el contrato de cesión
de herencia, pero, atento los fallos vistos, las controversias sobre el tema no han sido del
todo resueltas.

Una vez celebrada la escritura pública, el escribano interviniente,


deberá, inscribir la cesión otorgada en el Registro de Cesiones y Anotaciones Personales,
que lleva en Capital, el Registro De la Propiedad Inmueble, que se acollaró al Registro de
Inhibiciones, dictando la DTR N° 6/99 (atento la ley 17801 del Registro de la Propiedad
Inmueble para Capital Federal – D. 2080/80 t.o por D. 466/99 - ), que determina los
contenidos que ha de tener el asiento registral de cesiones en la órbita de dicho registro y
los requisitos que deberá cumplir el notario en su celebración (…”será menester solicitar
certificado de inhibiciones y de derechos hereditarios por el causante y de inhibiciones por el
cedente…”), como así también la ilógica normativa de hacer caducar dicho asiento por el
paso del tiempo, mereciendo las observaciones y críticas del caso, no tratándose de una
traba de una inhibición o anotación personal que podría caducar por el paso del tiempo o su
inoperancia en el reclamo, sino de un derecho constituído por la cesión a favor de un
cesionario adquirente del mismo.

Recordemos que, por más que el escribano anoticie de la cesión para


su publicidad en el Registro respectivo, la misma no contará con su efectividad sino hasta su
presentación en el expediente sucesorio en lo que hace a la oponibilidad frente terceros.

De todas formas, y hasta tanto, este artículo de la mencionada


Disposición no sea reformado, será de buena práctica jurídica la presentación de la cesión
en el proceso sucesorio, si este ya ha sido iniciado (ya que la cesión podría haberse
instrumentado antes de su inicio y ahí estarían corriendo en contra los tiempos de la citada
norma registral que de todos modos no podrá ir en contra del mismo código y merecerá , de
presentarse el inconveniente, mas de una observación judicial) lo mas presto posible para
evitar inconvenientes ulteriores.
Con la registración notarial, anotada en el registro de Anotaciones
Personales de los Registros de la Propiedad Inmueble respectivos, se impide la posibilidad
de que el cedente, vuelva a transmitir, gratuita u onerosamente, nuevamente su herencia ya
que la obligatoriedad del pedido de inhibiciones sobre el mismo, arrojará la medida anotada
en una anterior cesión, al menos con el tremendo error citado de hacer “caducar” el asiento
ya comentado.

1. ¿CUÁNDO PUEDO CELEBRAR EL CONTRATO DE CESION DE HERENCIA Y


DESDE CUÁNDO ES OPONIBLE?

A partir del fallecimiento del causante: puedo celebrar un contrato de


cesión de herencia , no existe contrato de cesión sin una persona fallecida,
independientemente que se haya llevado a cabo o no la apertura del proceso sucesorio,
desconozco el patrimonio del causante al momento de su fallecimiento, pero ya puedo ser
cedente o cesionario.

¿Hasta cuando puedo celebrarlo? Hasta que se haya culminado con


la partición, o sea, mientras la herencia esté indivisa y haya comunidad hereditaria, la misma
podrá ser objeto de cesión (con los caracteres vistos); diferenciando la comunidad
hereditaria como la titularidad compartida de una universalidad jurídica, del condominio,
como la titularidad compartida de un derecho real . Aún inscripta la Declaratoria de
Herederos, podría celebrarse la misma y compartir el cesionario la comunidad hereditaria
(“Labayru , Jose Maria c.Reg. de la Propiedad Inmueble” CNCiv. Sala “F” 20-02-2004).

En el Código Civil y Comercial de La Nación, la letra del art. 2363,


expresando “ La indivisión hereditaria solo cesa con la partición” nos soluciona cualquier
interpretación distinta a la que hubo que validar en el fallo citado , de tal forma , que, el
Registro de la propiedad Inmueble de la Capital federal, dictó a propósito del tema, una
Disposición Técnico registral (DTR) Nro. 7/2016, donde se especificó la toma de razón de
los asientos sucesorios con o sin partición y sus formas , inscribiéndose las proporciones en
cabeza de cada heredero, solo si se efectiviza la mencionada partición (ver DTR 7/2016, Bs.
As., 06/05/2016,
https://www.boletinoficial.gob.ar/pdf/linkQR/SXAzRzdHQ1RGTUkrdTVReEh2ZkU0dz09 y en
la pagina del RPI de esta Ciudad).

Por lo tanto, la reforma, da por terminada la discusión y declara que la


cesión de herencia es viable hasta que no se haya efectuado la partición correspondiente.

El art. 2302, ilustra en relación a los efectos y oponibilidad del contrato


de cesión:
Entre los contratantes, desde su celebración: la cesión, que puede ser gratuita u onerosa,
(Art. 2305) hará que el cedente, en caso de ser onerosa, garantice al cesionario su calidad
de heredero, pudiendo responder por evicción y por vicios de los bienes de la herencia, si se
han pactado los mismos y se aplicarán los arts. 1614 y siguientes de la cesión de derechos;
tampoco regirá la garantía de evicción si se han cedido los derechos como litigiosos o
dudosos, sin dolo de su parte (caso del heredero que cede sin saber que su calidad de
heredero sería puesta en duda y lo hizo en desconocimiento y sin dolo de su parte); si es
gratuita, solo responde el cedente en caso que sea responsable de la mala fe, y habla de la
responsabilidad del “donante”(entendiendo que remite a los artículos correspondientes de la
donación) .

Con respecto a otros herederos, legatarios y acreedores del cedente: desde que la escritura
pública se incorpora al expediente sucesorio.

Con respecto al deudor de un crédito de la herencia: desde que se le notifica la cesión.

Cabe preguntarnos, si serán de aplicación subsidiaria los artículos


referidos a la cesión de derechos en toda su extensión, como referencia el art. 2305 en
cuanto a la extensión a los mismos en caso de cesión onerosa.

Ahora bien, si la cesión es gratuita, ¿referiremos a las cesiones de


derechos gratuitas? – haciendo una interpretación extensiva a las misma por lo dicho en
relación a la cesión de herencia onerosa - y por ende ¿se aplicarán los artículos referidos a
la donación?

La respuesta es si, pero sin necesidad de “interpretar” que la última


parte del referido art. 2305 le sea aplicada la misma derivación de las cesiones de herencias
onerosas (donde se establece que si la cesión es onerosa se le aplicarán las reglas de la
cesión de derechos en cuanto a la responsabilidad) sino porque el art. 1543, que luce en el
capitulo de “Donación”, es de aplicación subsidiaria a todos los otros actos jurídicos a título
gratuito: art. 1543.- Aplicación subsidiaria. Las normas de este Capítulo se aplican
subsidiariamente a los demás actos jurídicos a titulo gratuito. (el destacado es propio).

El art. 1545, en el mismo capitulo referido a “Donación”, y con


respecto a la aceptación de la donación, me estaría poniendo un freno nuevo que antes no
teníamos en la “promesas de cesión gratuitas” o “promesas de donación”, donde, si carecía
de aceptación, la misma podía producirse luego, en cualquier momento, antes de su
presentación, por parte del cesionario, y así quedar cerrado el contrato.

Por lo tanto, por el juego articular, del citado art, 1545 que en su última
parte dice ..” Art. 1545 – Aceptación….Debe producirse en vida del donante y donatario”, y
el art. 1543 (ya transcripto, de aplicación subsidiaria), y en relación a la cesión de herencia
gratuita, citada en el art. 2305 última parte, como contratara de la onerosa, la misma
ofrecida por parte del cedente, no podrá ser aceptada por el cesionario, sino hasta antes de
la muerte del cedente.

Habrá que esperar que decide, en relación a este tópico, la doctrina y


los mismos tribunales, en cada caso particular, cuando encontremos oferta de cesiones de
herencia celebradas durante la vigencia del antiguo código, sin aceptación por parte del
cesionario, habiéndose producido la muerte del cedente.
En todos los casos, la “confusión” que haya extinguido obligaciones
entre causante y heredero, no renacerá en caso de cesión, tal reza el art. 2306.-

1. CONCLUSION

Destaco el avance en que la “Cesión de herencia” haya sido


receptada por el nuevo ordenamiento, reservando la tarea a los doctrinarios y a los jueces
de dar las respuestas que se presenten en la aplicación tanto jurídica como notarial del
instituto, mucho mas al contar con las libertades de los arts. 2 y 3 del Código Civil y
comercial de la Nación.

BIBLIOGRAFIA:

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Ley, 10º Ed. Actualizada.
Zinny Mario A. “Cesión de herencia”, Bs.As., 1985 Depalma.
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2005, en La Ley Litoral de febrero de 2006 y en Zeus del 15, 16 y 17 de marzo de
2006.
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Azpiri Jorge O. “Incidencias Del Código Civil y Comercial – Derecho Sucesorio, 2015,
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