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Los Templos

Al igual que en el estilo griego, son generalmente de planta rectangular, pero más
reducidos. Bastantes pormenores los diferencian.

El estilóbato está reemplazado por un podio o pared que levanta el templo a mayor altura.
Una escalinata permite el acceso y da un aspecto peculiar a la fachada.

Las columnas griegas del tipo períptero se transforman en pilastras empotradas en el muro;
su función es meramente decorativa. (Maison Carrée- Nimes, Francia).

La Basílica

La Basílica Romana es una amplia construcción rectangular cuyo fondo -cabecera circular-
(ábside o tribuna) está reservado para el tribunal y separado del patio público por una
balaustrada. El interior se dividía en tres partes, mediante dos filas de columnas: una central
más ancha, y dos laterales, estrechas.

Estaba destinada a transacciones comerciales, administración de justicia o cualquier otra


actuación de la vida civil.
Su fachada se constituirá con fragmentos de fachada griega yuxtapuestos con gusto, pero
sin lógica, o modificados típicamente por la introducción del arco a fin de salvar los vanos.

Los Teatros

Siguen el plan griego, pero con ligeras modificaciones:

La Orchestra romana no se utiliza para el coro y los actores; viene a ser una especie de
patio de butacas para los asistentes distinguidos. Es menor que la griega y queda reducida
a un semicírculo.
La Scena es más grande; se eleva y se adorna. En ella representan los actores ante un
fondo fijo. Tal vez sea ésta la modificación más notable. Lo constituye un alto muro plantado
detrás del escenario, ornamentado con esculturas, columnas y frescos alusivos, que hace
el oficio de telón de fondo.

Para recoger y ampliar la voz de los actores algunas veces el muro de fondo suele
presentarse hundido en forma de concha. La gran diferencia entre el teatro griego y el
romano estriba en el modo de emplazarlo. Los griegos aprovechan las laderas de las
colinas.
El arquitecto romano no se preocupa tanto por el terreno ni sus declives; el teatro es un
edificio urbano, por eso prescinde de las vistas del mar o del llano.

Los romanos edifican sus teatros en terreno liso y le dan la forma de un edificio semicircular.

El Circo

Se inspiraba en el hipódromo griego. Era de planta rectangular, bastante alargada, con uno
de sus extremos semicircular.
En el centro de la pista había un muro longitudinal (la spina) donde se levantaban columnas
y estatuas. Su objeto era impedir cualquier fraude durante las carreras de cuadrigas.

Alrededor de la pista estaban las graderías para los espectadores.

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