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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

El saber hablar en público no es una cualidad con la que se nace, es producto del esfuerzo y dedicación
de uno mismo. Es más una técnica que una ciencia o un don. Desde la primaria se enseña con una
orientación preferentemente hacia la expresión escrita, pero redactar no es hablar, es sorprendente que
nunca se proporcionen las nociones elementales para hablar cuando es una actividad humana esencial.

Durante toda la vida cada ser humano ha ido adquiriendo información valiosa que ha sido validada con la
experiencia tanto en el aspecto humano como en el profesional. En las células cerebrales de cada
individuo se encuentran almacenadas verdaderas riquezas en conocimientos, habilidades, ideas,
experiencias, cultura y hasta verdaderas especialidades. Lo que genera el deseo de quien las posee de
abrir sus cajas y ofrecerlas al mundo, pero se requiere saber trasmitirlas.

Existen momentos en que tanta sabiduría intenta escaparse, explotar y salir, sobre todo cuando uno se
encuentra en una junta, asamblea, debate o en una sencilla reunión y se requiere de discernir para llegar
a las mejores soluciones. Pero una y otra vez la mente es atravesada por la duda sobre si se podrá
expresar de manera correcta aquellas ideas, encontrar la mejor forma de decirlas para ayudar y orientar a
los demás. Tal vez se tiene la claridad de que decir pero no saber como hacerse entender, o tal vez el
miedo es tan abrumador y obliga a mantener silencio. Aprender a hablar en público puede ayudar a
cambiar su forma de relacionarse en los eventos importantes y a brindar una adecuada ayuda a sus
congéneres que le escuchan.

En muchos campos relacionados con la ciencia y la tecnología la capacidad para comunicarse oralmente
es tan importante como la posibilidad de expresarse correctamente por escrito. De hecho, existen
estudios que señalan que uno de los aspectos más importantes en la promoción a los puestos de
dirección en una empresa es tener un buen dominio de la expresión oral, para lograr buenas ventas un
vendedor debe saber exponer sus ideas, para otorgar un servicio satisfactorio la persona de relaciones
públicas debe saber expresar sus servicio al cliente, y como estos, muchos ejemplos pueden ser
encontrados.

De hecho, las personas que ocupan puestos supervisorios, gerenciales y directivos recurren a la
expresión oral la mayor parte del tiempo de su trabajo, de hecho mucho más a menudo que a la escrita,
porque la comunicación oral les permite contar con medio rápido, fácil de preparar y muy apropiado para
obtener respuestas inmediatas y para aclarar dudas. Así pues, la presentación oral es una forma muy
habitual de transmitir información técnica o científica en el ámbito profesional. Las presentaciones orales
están destinadas a tres tipos diferentes de audiencia: clientes, compañeros de trabajo y compañeros de
profesión.

Algunas personas afirman que la destreza oral es un arma de gran valor como técnica de venta a la hora
de hacer que un cliente se interese por cierto producto frente a otros de la competencia. Y lo mismo
ocurre dentro de la propia empresa, ya que con frecuencia los profesionales del mundo de la ingeniería y
de la ciencia tienen que presentar los resultados de sus investigaciones a los miembros de su propio
equipo o de otros equipos de investigación.

Una de las grandes ventajas de la comunicación oral frente a la escrita es que permite el diálogo entre el
conferenciante y la audiencia, de modo que algunos de los asistentes puedan ofrecer puntos de vista
diferentes o hacer preguntas que permitan al orador aclarar dudas. Sin embargo, una presentación oral,
igual que un documento, requiere una preparación minuciosa y detallada de la información que se va a
transmitir.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

QUÉ ES HABLAR EN PÚBLICO

A través de las diferentes etapas del mundo, los oradores han influido en el curso de la historia; el Rey
Salomón, Jesucristo, San Pablo, Nerón, Alejandro Magno, Napoleón, Carlos Marx, Hitler, Winston
Churchil, y otros más.

No importa en qué actividad se desempeñen las personas, siempre existe la necesidad de que las ideas
propias deban ser expresadas y aceptadas. El éxito definitivo depende del grado de aceptación que cada
quien logre asegurar a sus propias ideas.

¿Qué es Hablar en Público? ¿Qué es en realidad lo que se hace cuando se dirige la palabra a un
auditorio? La comprensión de las respuestas permitirá avanzar significativamente hacia la meta de llegar
a ser oradores eficaces y efectivos.

Hablar en Público es una Conversación.

Lo primero es olvidarse de todas las dificultades que se le han presentado al hablar en público, y, en lo
sucesivo, considérelo como una tarea sencilla que se reduce a una simple conversación por su parte.
Ahora una recomendación que tiene que ver con el control mental, usted debe omitir la palabra “público” y
substituirla por el adverbio “efectivamente”. Entonces tenemos una forma de pensar más deseable que
nos sirve de guía “Hablar efectivamente”.

Imagine que está hablando con un amigo y no con muchos amigos. Esa es la clave, solo está haciendo
un charla, una plática amena y con un propósito, comunicarse, porque algo quiere decir. Eso es hablar en
público, una conversación intensa.

El público ya no es aguantador ni paciente (en ambos sentidos, de paciencia y de padecer), ya no está


dispuesto a tolerar la “oratoria” del siglo pasado que recurre a excusas, divaga, habla demasiado
extensamente y dice muy poco. Hoy en día, el público exige que un orador “entre en materia” desde
luego; diga tan sólo lo que sea necesario; lo exprese de un modo claro y fácilmente entendible, y se
detenga en cuando haya expuesto su mensaje. Eso es un “Discurso Efectivo”. Discurso Efectivo es una
“Conversación” pero más intensa.

LA CONFIANZA EN SÍ MISMO

La Aprensión.

¿Qué es el temor? ¿Por qué la mayoría de las personas temen a enfrentarse con un auditorio?. La
causa principal de los nervios, tiene como centro la inexperiencia. Existe un principio importante, la
aprensión crece proporcionalmente al desconocimiento de las cosas. Se está nervioso porque uno siente
que le falta experiencia, porque la situación de hablar en público es un evento con el que no se está
familiarizado. La inexperiencia impone una sensación de desamparo, tensión y una terrible inseguridad.

Pero veamos el hecho de hablar con un ejemplo muy sencillo ¿Le es posible recordar cuando manejó
una bicicleta por primera vez? Por supuesto que sí se acuerda, y también sus sentimientos con toda
exactitud. Ahora usted es capaz de conducirla despreocupadamente a una buena velocidad, con un solo
dedo en el manublio o incluso hasta sin manos, porque la experiencia lo ha familiarizado con las
circunstancias de manejar este vehículo. El temor de hablar ante un auditorio lo abandonará a usted con
toda seguridad en cuanto adquiera alguna experiencia.

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Su esfuerzo debe orientarse a dominar esta sensación de hundimiento deberá de ser un cambio mental;
para hablar que se le presenten, y dejar ya de estarlas esquivando. Haga a un lado las excusas; acepte
la invitación para hablar.

Desarrollar Valor

Se perderá los temores de hablar al publico cuando tenga algo que decir, un mensaje que entregar.
Escoja usted su tema de modo que su importancia sea vital para usted; de modo que sienta que la tarea
más importante en su vida, en ese momento, estriba en lograr que su auditorio entienda sus
pensamientos y puntos de vista sobre el asunto.

La preparación deberá hacerse teniendo un deseo vivo y tenaz, tomando en cuenta siempre lo que
significará de social y laboralmente la impartición del tema, en la forma en influirá sobre otras personas

Ser sincero.

Un disparo de precisión para combatir al fantasmal “temor” son dos palabras: Esté preparado. Conocer
su tema y estar conciente de que se conoce, engendra una sensación de seguridad y confianza. Al
dominar su tema, sus palabras trasmitirán sinceridad, lo menos que puede pensar el auditorio es que
usted es confiable en lo que está diciendo, es creíble. Lo hará sentir cómodo.

Tener fé.

Proceder con confianza, con la fé de que que se está haciendo bien, que lo que se dirá es lo correcto y
necesario, la fé da valentía, empeña la voluntad para ese fin, y lo más probable es que el entusiasmo
reemplace al temor.

La verdadera preparación consiste en extraer algo de nosotros mismos, en reunir y ordenar nuestros
propios pensamientos, en fomentar y nutrir nuestras propias convicciones

Prepararse de Antemano.

Es necesario conocer profundamente y de antemano el tema que se va a tratar Cuando el orador tiene
un mensaje verdadero en su mente y en su corazón, una necesidad perentoria de hablar, tiene pocas
probabilidades de fracasar. Un discurso semi preparado, está semi pronunciado

No se trata de sentarnos en un escritorio y tratar de fabricar un discurso de 30 minutos: no se puede


hacer un discurso a pedido como si se tratara de guisar una chuleta. Los discursos tienen que crecer.

Escojamos el tema con semanas de anticipación, pensando en él durante los ratos perdidos,
meditémoslo, durmámonos pensando en el, en fin.

Hablemos de nuestro tema con los amigos. Convirtámoslo en motivo de conversación. Hagámonos todas
las preguntas posibles con respecto a él. Los pensamientos, las sugestiones, los ejemplos, irán
apareciendo en los más diversos momentos.

En la biblioteca se encontrarán los libros, artículos e información referentes a nuestro tema. Podemos
reunir mucho más material del que pensamos utilizar. Hallemos cien ideas y luego descartemos noventa.
La manera de desarrollar el poder de reserva consiste en saber mucho más de cuanto podamos emplear;
en tener un depósito lleno de información.

Practicar.

Este es el punto más importante de todos. El temor nace de la falta de confianza; y la falta de confianza
es resultado de no conocer nuestra propia capacidad; y esto a su vez es causado por la falta de
experiencia, la práctica, reemplaza el temor por confianza.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

LA PREPARACIÓN.

Para tener éxito en cualquier aspecto de la vida, la preparación de nuestra actividad es fundamental. Un
plan sencillo para llevar a cabo la planeación de una presentación consiste en tres pasos: Recopilación,
Arreglo y Asimilación.

La Recopilación de Información

Un curso, taller o conferencia, inicia con reunir su material básico, recoger hechos, o, en otras palabras,
dirigirse al sitio de la obra el material que se utilizará en la construcción. Revisemos las siguientes
fuentes.

Pensar hasta vaciarse

El primer paso es buscar la información del tema en los propios almacenes de conocimiento y registrar
sus hallazgos en tarjetas de 4 x 6 pulgadas (éstas deberán convertirse en el material de oficio del orador).
Deberá empezar con una tarjeta para cada idea que desarrolle.

Hallará, almacenadas en los archivos de la memoria, miles de ideas sobre casi cualquier tema acerca del
cual se le solicite que discursee. Registre en la parte superior (personal) para indicar que es idea suya,
usted posee millones de ellas en su almacén mental. Apenas una cortísima frase condensada que,
cuando la lea, le recuerde la idea en toda su claridad vívida. Por lo regular, de ocho a diez palabras
bastarán para el objeto.

Bibliografía.

“Los libros son las llaves de la sabiduría; son puertas hacia el reino de la honda alegría. Los libros son
caminos que llevan a la altura; son muy buenos amigos: ¡Procede a su lectura! Emilie Poulsson.

Si no cuenta con material suficiente como resultante de sus búsquedas interiores, procedamos a la
consulta bibliográfica.

En el acervo de la literatura del mundo están registrados prácticamente todos los conocimientos humanos
hasta la fecha. Hoy en día el acceso a los libros es muy fácil, y ellos pueden convertirse en una prolífica
fuente de material para su discurso, en su búsqueda en pos de ideas, hará referencias constantes a los
libros.

Consulte libros de referencia en general. Primero un diccionario. Esto puede parecer muy simple, pero
no lo es; porque la definición del diccionario es en realidad la simiente de la que crecerá su discurso.

Consulte una buena enciclopedia. Esta le dará en forma tersa y coherente la suma de los conocimientos
del mundo sobre el tema de que se trate.

Escoja sus lecturas, libros basados en el asunto tema de su plática. Cuando descubra alguna idea que,
al parecer, posea algún valor para su discurso y las miras que se propone, tome nota de ella en una
tarjeta. Indique la fuente de su referencia, de modo de que pueda hallarla de nuevo con facilidad, en
caso de que así lo desee. Añada esta tarjeta a las ya obtenidas mediante el proceso de su pensar hasta
vaciarse.

También sería benéfico recurrir también a un Vademécum, o sea cualquier libro de citas, clasificado
debidamente y con su índice, o a otro de pensamientos, chistes, anécdotas, epigramas y poesías. Podrá
utilizar mucho del material que abunde en tales libros; pero es casi seguro que le servirán de auxiliares
para dirigir sus pensamientos, para estimularle las ideas.

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Expertos.

Seleccione a una docena de personas que sepan sobre el tema de su discurso, y escríbales una carta o
un correo electrónico, o bien póngase en contacto con cada una de ellas en la que les solicite que le
sugieran una idea. Dígales que está preparando un ensayo sobre cierta materia acerca de la cual usted
considera que ellos poseen una gran cantidad de conocimientos, y que lo estimaría como verdadero
placer incluir en su plática cualesquier puntos de vista que tuvieran a bien contribuir.

Por lo regular le contestarán en forma tan amplia y con tal riqueza de ideas que cualesquier búsquedas
posteriores le resultarán innecesarias. Léalas cuidadosamente, decida qué material le puede servir, si
hay alguno, condense cada idea es unas cuantas palabras y anótelas en una tarjeta. Ahora sus tarjetas
van aumentando en número.

Autoridades

Dentro de su comunidad, puede existir una autoridad o institución reconocida sobre algún punto de su
plática. Acérquese a ellos y cuéntele sus problemas, y registre una o dos de sus ideas. Invariablemente
se encontrará con que las autoridades consultadas están no sólo dispuestas, sino deseosas en verdad de
ayudarle, le llegarán muchas contribuciones utilizables.

La Estructura

para lograr material suficiente para un discurso, no es necesario el utilizar todas las fuentes anteriormente
descritas. Por lo general, los dos primeros le suministrarán todas las ideas e información que necesitará.
Sin embargo, puede usar cualquiera, o todos de los métodos de compilación; pero por ningún concepto
habrá usted de omitir el primero: es indispensable pensar.

Una vez que ha compilado usted el material para su discurso, se encuentra ya listo para la segunda parte
del plan. Ahora, usted tiene de treinta a cincuenta tarjetas. En otras palabras, ahora está usted armado
con suficiente información para su charla. ¿Qué debe hacer con las tarjetas? Colóquelas en una mesa,
o en un escritorio, de modo que pueda verlas todas con una sola mirada.

¿Cuáles serán sus primeras palabras? Revise con rapidez sus tarjetas y casi sin falta la idea se le
vendrá a la mente, presentándosele. Sí, eso es, en una tarjeta usted encontrará precisamente la idea
exacta para iniciar su discurso. Con un lápiz póngale el número uno a esa tarjeta. Ahora imagínense que
su alocución está por terminar. Se están esforzando por llegar a una cumbre de interés, desean la idea
correcta y precisa para cerrar su plática, y, a medida que sus ojos van corriendo las tarjetas expuestas
ante ustedes... ¡ah, sí allí está! La idea propia, la precisamente exacta, algo de lo más natural para
concluir un discurso. ¿Sencillo? Por supuesto, porque constituye una parte de un plan. El siguiente
paso es ordenar las tarjetas de acuerdo restantes en secuencia lógica, anote el número de secuencia que
les corresponda. Las ordena y las deja ahí por un día. Dos días después haga el mismo procedimiento y
vuélvalas a numerar, esta segunda vez que lo realiza, puede ver con mayor claridad la estructura de su
plática. Acomódelas en el orden que ha elegido y esa será la secuencia definitiva de su charla.

La Preparación

“Hombre preparado, tiene la mitad de la batalla ganada”.- Cervantes.

Para que pronuncie usted un discurso aceptable basado en las notas que tiene usted ahora en su
posesión. No se aprenda su discurso de memoria ¡es mucho trabajo! resulta muy embarazoso y cuando
usted esté hablando, representa un peligro extraordinario al través de toda la presentación.

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Un discurso de memoria carece de esa chispa vital de inspiración tan deliciosa para un auditorio, y si por
casualidad se le olvida una palabra. Un discurso aprendido de memoria representa el máximo esfuerzo
mental para obtener el resultado mínimo de una alocución.

La Asimilación.

Tome la tarjeta número uno, la que contiene la idea del exordio de su discurso, y que viva con ello
durante todo un día. ¡Imagínese a usted mismo enfrente del auditorio y láncese a hablar desde luego en
el lugar en que se encuentre!. Probablemente su familia o amigos lo contemplarán con algo de asombro
y moverán la cabeza con intención señalándolo y comentando su actitud; pero usted puede
desentenderse de tales manifestaciones y proceder a utilizar todas las oportunidades posibles para darle
rienda suelta a las frases de su exordio.

En este punto, le tocará a usted hacer un descubrimiento sumamente interesante. Se dará cuenta, de
pronto, de que no está empleando las mismas palabras exactas en cada ocasión, aunque diserte sobre el
mismo punto. Continúe durante el día cualesquier pequeños instantes desocupados para decidir cómo
expresará su pensamiento de apertura. No se preocupe si en cada una de estas ocasiones encuentra
palabras diferentes; en realidad, regocíjese si ése es el caso, porque en tal momento ha comenzado a
dominar la técnica más elevada y más efectiva del arte de hablar. No haga ningún esfuerzo por
memorizar, repetir este ejercicio doce veces. Siga el mismo procedimiento con cada una de las tarjetas.

En realidad está preparando DOCE alocuciones, DOCE diferentes grupos de palabras para expresar UN
solo conjunto de ideas.¡Qué gran impresión produce! Su discurso, una secuencia lógica de ideas que se
dirigen hacia su conclusión; su mente escogiendo de su almacén de frases precisamente las que
necesita, y su lengua pronunciándolas. Como no ha memorizado nada, si un vocablo le falla, otro,
adquirido en alguno de sus múltiples “ensayos”, se presentará por sí solo y ocupa con facilidad su lugar.

Usted tiene listos doce discursos, no únicamente uno memorizado, y ¡cuán seguro se siente! Es un
método de preparación que en realidad es menos complicado de lo que le parece al estarlo leyendo
escrito.

La preparación por famosos.

“El arte de la guerra, es una ciencia en la que nada sale bien si previamente no se la calcula y medita”
Napoleón.

Un discurso es como un viaje, el orador que no arranca de alguna parte, generalmente no llega a ninguna
parte. Es difícil presentar reglas infalibles, rigurosas, sobre el ordenamiento de ideas y la construcción de
un discurso. Cada discurso tiene sus problemas peculiares.

El orador debiera tratar completamente un punto mientras está en él, y luego no tocarlo más.

André Siegfried ha dado el siguiente plan de trabajo intelectual:

 Respetar el hecho: observarlo tal y como es.


 Observar antes de discutir. No creer lo que se desea creer.
 Medir y sopesar las cosas, compararlas con aquellas que tienen afinidad con ellas.
 Situar el asunto.
 Administrar bien la memoria : recordar los hechos importantes, y olvidar los otros.
 Proceder. Reclutamiento de hechos e ideas. Movilización.

Lincoln, antes de hablar, meditaba sus conclusiones con exactitud matemática.

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Roosvelt preparaba su discurso, conseguía cuantos datos podía, escogía los más útiles y luego dictaba
su discurso apresuradamente, corregía la copia dactilográfica, y por fin lo dictaba de nuevo

Otras recomendaciones:

El siguiente plan puede resultar útil

a. Mostrar algo que está mal.


b. Mostrar cómo se le puede remediar.
c. Pedir cooperación.

Si es posible grabemos la conferencia y luego escuchémosla

Las notas destruyen un cincuenta por ciento del interés en nuestro discurso . Evitémoslas. Sobre todo, no
leamos nuestros discursos. Los auditorios apenas pueden soportar cosa semejante

Después de haber pensado y dispuesto el discurso, practiquémoslo interiormente, entremos en algún


lugar donde podamos estar solos, y repasémoslo desde el principio hasta el final, con gestos y calor.
Imaginemos que el auditorio está frente a nosotros. Cuanto más ensayemos, más cómodos nos
sentiremos al llegar el momento de hablar.

TIPOS DE DISCURSOS

“Cuando vamos a construir, primero estudiamos el terreno; después dibujamos el modelo”...Shakespeare.

Tipología

Los discursos se dividen con facilidad en cuatro grupos, a saber: Informativos, Formativos, Persuasivos y
Divertidos: Graciosos.

Discursos Informativo

Pláticas o alocuciones en las que usted busque informar o ilustrar al público en algún tema de interés,
pueden adoptar la forma de una conferencia. Pero NO buscar persuadir a su auditorio a llevar a cabo
ningún acto, ni, muchos menos, cambiarle sus opiniones.

Discurso Formativo

Presentaciones en las que se busca brindar información al auditorio con la finalidad enseñarle e influir en
su conducta, puede tomar la modalidad de curso o taller, el propósito esencial es instruir para producir un
resultado orientado hacia la adquisición de conocimientos, habilidades o actitudes que conlleven a la
máxima eficiencia profesional o laboral, puede inducir hacia la calidad, productividad o servicio.

Discurso Persuasivo

Consiste en una charla cuyo objetivo es el provocar cualesquier acciones. Adopta un carácter emocional,
pues están destinados a promover la acción en su público. Aplicable para ventas, eventos políticos y los
exhortos; los discursos a favor o en su contra, se desea que el auditorio reaccione.

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Discurso Divertido

Este tipo de discurso tiene como objeto principal el divertir al auditorio en banquetes. Cuando su objetivo
principal es añadirle diversión y cordialidad, entonces su discurso queda comprendido en
Entretenimiento.

Discurso Gracioso

Se puede emplear para la presentación de congratulaciones, testimonios, despedidas, bienvenidas y


cualesquier otros discursos que se destinan a expresar cortesías, honores o buenas voluntades. El
requisito principal de este tipo de discursos es la dignidad. Puede ser informal, entretenido, informativo;
pero su cualidad radica en las buenas maneras.

Cómo preparar un discurso

Informativo

Sus propios conocimientos y su experiencia habrán de suministrarle la mayoría de los datos de hecho,
tan luego lea libros sobre el asunto con tanta profusión como pueda. “Escribirá Cartas”; “Consultará a
alguna “Autoridad”; les “Preguntará a sus Amigos”; recurrirá a cuantas maneras y modos le sean
indispensables para lograr suficientes informes sobre su discurso.

Su auditorio no sabrá tanto sobre el tema como usted, y necesitará concentrar su atención en su charla
para extraer de ella el máximo beneficio. Presentarle sus hechos y sus datos bajo el aspecto más
interesante posible, a los auditorios no les agrada una concentración que se prolongue mucho.

Evite las estadísticas; pero cuando hubiera de utilizarlas, presente sus números con unidades
comprensibles. No hable descuidadamente acerca de “millones” de esto y de aquello. Es imposible para
la mente comprender la magnitud de tales cifras. Resulta mucho mejor decir: “Debido a la deuda pública
en bonos, todo hombre, mujer y niño de esta Ciudad, tiene una obligación de cincuenta dólares”. Utilice
números redondos. No estorbe su éxito planeando párrafos largos y complicados de descripción.

Relacione “lo desconocido” con lo conocido. Todo aquello que no sea familiar para su público, deberá
compararse con algo que para ellos sea común y corriente.

Formativo

“Los conocimientos existen para ser impartidos”. Emerson.

Vamos a aplicar el sistema de “preparación planeada” a la elaboración de un discurso informativo. El


esquema para preparar una sesión de este tipo sigue cuatro pasos:

1.- Introducción.
2.- Desarrollo del Tema.
3.- Fijación (mediante la demostración y práctica).
4.- Síntesis (cierre).

Para este tipo de presentaciones debe considerar muy claramente las necesidades de su auditorio a fin
de responder para satisfacerlas plenamente, ya que se busca una contribución profesional o de trabajo.
Requiere la preparación de una gran cantidad de materiales educativos, demostrativos, presentación de
productos o incluso de personas preparadas para impartir con una profunda sistematización los
conocimientos y lograr desarrollar las habilidades y actitudes necesarias.

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Persuasivo

“Muy pocos son capaces de ser convencidos; pero la mayoría de los hombres pueden ser persuadidos”.
Goethe

Para este tipo de discurso, deberá usted proceder a recopilar su material como fue recomendado, sin
embargo, usted confiará muchísimo en su propia experiencia, y suplir lo faltante con informes recogidos
en sus lecturas y en sus contactos con otros.

No exprese nada que sea capaz de contrariar a su público. Lo que desea es que estén con usted que
obren según les diga, y, por lo tanto, deberá de ganarse su aprobación para sus opiniones, ser descriptivo
de lo que sucede

No afecte posturas dogmáticas. Reconozca que puede haber otro aspecto de la cuestión que usted
presente, y su público inmediatamente le dará crédito por ser un orador de criterio amplio.

Gracioso

"Más vale caer en gracia que ser aburrido o antipático"

Lo que el humor es una fuente sana de esparcimiento, al usarlo durante nuestros discursos pretende es
eliminar la rigidez y la monotonía.

Utilice el buen humor como medio para relajar a su auditorio. Una anécdota chistosa de buen gusto,
ayudará. Podría ser el elemento que despierte la atención del auditorio.

Pero no piense que tiene que ser obligatoriamente ingenioso o chistoso para retener la atención del
público. Lo que resulta cómico en boca de una persona puede no ser cosa de risa en la de otra.

Una regla básica, ante un auditorio al cual tiene que "enfrentarse" durante unos minutos, es la sonrisa. La
sonrisa auténtica (existen otras artificiales o socarronas) atrae las simpatías de los asistentes.

CÓMO ORGANIZAR LA INFORMACIÓN

Al hacer una presentación oral, no es suficiente con conocer el contenido de la charla. Es muy importante
estructurar la información correctamente de modo que el público asistente pueda seguir el hilo de la
argumentación. Para conseguir esto, es aconsejable comunicar a la audiencia de antemano cómo se ha
organizado la información e indicar de forma clara las diferentes partes que se han incluido en dicha
presentación. En general, es posible identificar 5 partes en una presentación oral :

1. Introducción general
2. Anticipación de la información
3. Información detallada
4. Conclusión
5. Turno de preguntas

Introducción general

Esta parte constituye el inicio de la presentación y es muy importante, ya que desde el principio hay que
captar la atención del público. Lo primero que hay que hacer es presentarse uno mismo, dando el
nombre, la nacionalidad o alguna referencia al lugar de trabajo y a la posición que se ocupa. Después se

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debe introducir el tema de la charla y con frecuencia se menciona también el objetivo de dicha
comunicación. A continuación incluimos algunas de las expresiones más frecuentes que se pueden
utilizar en la introducción:

Hoy me gustaría hablar sobre ...


El tema de mi charla está relacionado con ...
Hoy voy a analizar los más recientes avances en ...
"" informaros sobre ..
"" describir ...
Me gustaría hacer una breve descripción ...
El objeto de esta charla es actualizar ...

Anticipación de la información

Después de la introducción es importante anticipar cómo se ha organizado la presentación, las diferentes


partes en que se ha dividido la información, y a veces se puede hacer una breve referencia a los
contenidos. Esta sección es fundamental porque permite al público tener una idea general del contenido
de la charla, lo que facilita la comprensión de la misma. Algunas de las expresiones más frecuentes que
se pueden encontrar en esta sección son las siguientes:

He dividido esta charla en 4 partes ...


Esta charla consta de 3 partes , la primera parte está dedicada a ...
En la primera parte hablaremos de..., después explicaremos ...
Primero voy a analizar ..., luego explicaré brevemente ...

Información detallada

En esta sección, también llamada desarrollo o parte principal de la presentación, se incluye la


información que se quiere transmitir al público. Es muy importante elegir dos o tres ideas principales que
de algún modo estén vinculadas con el tipo de audiencia previsto y despierten su interés, y después
desarrollarlas a través de ideas secundarias cuidadosamente seleccionadas. Hay que evitar caer en la
tentación de contar todo lo que se sabe sobre el tema, pues es la forma más segura de aburrir a la
audiencia.

Una vez que se tiene la información que se desea comunicar, es muy importante secuenciar y organizar
dicha información de forma lógica. También habrá que establecer relaciones entre las distintas partes del
texto oral, a veces con información que ya se ha dado, y otras veces con información que aún no se ha
mencionado y que se explicará más tarde. Algunas de las expresiones que se pueden utilizar para
realizar estas funciones son las siguientes:

Secuenciación lógica :

Primero ... segundo ... tercero ...


En primer lugar ..., en segundo lugar ... en tercer lugar ...
Después ..., a continuación ..., por último ...
Voy a empezar analizando / explicando / describiendo...
Ahora vamos a analizar el siguiente punto, que trata ...

Estableciendo relaciones con otras partes del texto oral:


Como dijimos anteriormente ...
Esto será explicado con posterioridad.
Volviendo al punto primero...
Pasemos al siguiente punto ...

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Conclusión:

El propósito de esta parte es preparar a la audiencia para el final de la presentación y en ella se puede
incluir la siguiente información:

indicación de que la presentación está a punto de terminar


breve resumen de lo que se ha dicho
conclusión
recomendación.
Algunas de las expresiones más frecuentes se detallan a continuación:

Indicación del fin de la presentación


Por último ...
Para terminar ...

Resumen
Voy a resumir brevemente los puntos principales
Resumiendo

Conclusión
En conclusión ...
Para concluir ...

Recomendación
Me gustaría sugerir ...
Deseo / desearía proponer ...

Finalización
Muchas gracias por su atención

La conclusión juega un papel fundamental en la impresión final que el público se forma de la


presentación oral. Por lo tanto, es muy importante que sea breve, relevante y que actúe de recordatorio
de los aspectos principales que se han tratado.

Turno de preguntas

Cuando se inicia el turno de preguntas es conveniente anunciar el tiempo asignado a esta parte, que
suele ser entre 5 y 10 minutos. A veces es necesario parafrasear la pregunta, para confirmar que se ha
entendido y evitar ambigüedades. Las respuestas deben ser claras y breves.

¿Alguien quiere hacer alguna pregunta ?


¿Alguien desea hacer alguna pregunta ...
¿Alguna pregunta, alguna duda ?
¿Si he entendido bien , usted desea saber ...

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TÉCNICAS DE ELOCUCIÓN.

“No importa tanto lo que decimos, sino cómo lo decimos ”

Hay algo, aparte de las simples palabras, que es decisivo en el discurso. Nos referimos al sabor con que
uno las dice.

Una buena elocución significa el tono y precisión de la conversación, aumentado su dimensión con
nuestras palabras. Hablemos en una conferencia del mismo modo que hablaríamos a José Pérez. De
manera sencilla, clara pero con un fondo de importancia absoluta.

Todos tenemos en nosotros el don de la elocuencia. Si alguien lo duda, pruebe a dar un puñetazo al
hombre más ignorante que conozca. Cuando éste se levante, muy probablemente le echará un discurso
en estilo casi impecable, natural, directo, con verdad y fundamento, con emoción y claridad.

Muchos oradores no prestan atención a sus oyentes y dirigen sus miradas a la pared del fondo o al suelo.
Se diría que están hablando solos. No hay sensación de contacto entre el auditorio y el orador, falta el “
tome y traiga ”. semejante actitud sería fatal en una conversación. No lo es menos en un discurso.

La naturalidad es lo que hemos procurar para hablar en público. Para desarrollarla, debemos practicar.
No imitemos a otros. Si hablamos con espontaneidad, hablaremos de diferente manera que todos los
oradores del mundo. Pongamos en la elocución nuestra propia individualidad, nuestra propia
característica.

Hablemos a nuestros oyentes como si en cualquier momento se fuesen a levantar y refutar lo que
decimos. Si así lo hiciéramos no cabe duda de que nuestra elocución mejoría inmediatamente y de
manera notable. Imaginémonos, pues, que alguien se ha puesto en pie y nos ha interrogado, y que
nosotros le estamos respondiendo. Digamos en voz alta : “alguien entre ustedes se preguntará cómo es
que yo sé esto. Pues bien, se los diré”. Esto parecerá perfectamente natural, deshará la formalidad de la
fraseología, dará más calor y familiaridad a nuestra manera de hablar.

Pongamos el corazón en nuestro discurso. La sinceridad verdadera y emotiva mejorará más un discurso
que todas las reglas que haya bajo la capa del cielo.

A continuación se presentan cinco cosas que todos efectuamos inconscientemente en la conversación


acalorada. ¿Las efectuamos también cuando hablamos en público?

A) ¿La velocidad del discurso se maneja adecuadamente, diciendo con rapidez las palabras de
poca importancia, y pronuncia de manera pausada y clara aquello que se desea destacar?
B) ¿Acentuamos las palabras importantes de una frase, para subordinar las no importantes?
¿prestamos a cada palabra, el mismo grado de atención?
C) ¿El tono de nuestro discurso, muestra una voz que modula los tonos graves y agudos, así
como sus escalas intermedias?
D) ¿El volumen de la voz durante la exposición presenta un volumen alto en los aspectos
importantes y un volumen bajo en los de menor importancia?
E) ¿Nuestra voz cuenta con las pausa debidas, antes y después de los aspectos más
importantes de la charla?.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

PERSONALIDAD

Dale Carnegie, afirma que la personalidad contribuye más al éxito en la vida que la inteligencia. De igual
modo, esto sucede en los negocios y en la oratoria.

La personalidad, tienen un impacto visual y psicológico que puede sentirse, pero es poco factible
describirla, precisarla, incluso toma formas misteriosas e impredecibles, donde es imposible proporcionar
recomendaciones para su desarrollo; sin embargo, por su importancia, es indispensable aventurarse a
precisar algunas sugerencias para mejorarla.

No hablemos cuando estemos cansados. Descansemos, recuperémonos, almacenemos energías.

Comamos frugalmente antes de hablar. Evítese cargar el estomago con alimentos difíciles de digerir y
que puedan provocar somnolencia y pesadez.

No hagamos nada que pueda reducir nuestra energía. La energía es magnética. La gente se apiña
alrededor del orador energético como gansos salvajes en un sembrado de trigo otoñal.

Vistamos pulcra y elegantemente. La conciencia de estar bien vestidos eleva ante nuestros ojos el
concepto de nuestras propias personas. Cuando el orador tiene los pantalones arrugados, el pelo sin
peinar, y los zapatos sucios, los bolsillos abarrotados de lápices , estilográficas, cajetillas de tabaco, etc.,
el auditorio no sentirá probablemente más respeto por este orador que el que él siente por sí mismo.

Sonriamos. Presentémonos ante el auditorio con actitud tal que indique nuestra alegría de verlos y
hablarles. “Ojo por ojo--- dice Overstreet ---. Si nosotros nos interesamos por nuestro auditorio, lo más
probable es que nuestros oyentes se interesen también por nosotros. Si les ponemos mala cara,
seguramente, interna o externamente, ellos nos pondrán mala cara a nosotros. Si nos mostramos
tímidos y un poco aturrullados, sin duda perderán la confianza en nosotros. Si las echamos de
descarados y jactanciosos, se recubrirán de su propia defensa del egotismo. Aun antes de hablar, las
más veces, ya estamos condenados o aprobados. Es, pues, el partido más razonable asegurarnos de
que nuestra actitud sea tal que coseche un cálido recibimiento.”

Hagamos que el auditorio esté apiñado. Es difícil influir en el auditorio que está desparramado. El
individuo que forma parte de un auditorio apiñado reirá, aplaudirá y aprobará cosas que quizá pondría en
tela de juicio y aun rechazaría si estuviese solo o en un concurso disperso de oyentes.

Si tenemos que hablar ante un grupo poco numeroso, acomodémoslo en un sala pequeña.

No hablemos desde un tablado. Pongámonos al mismo nivel que los oyentes. Imprimamos a nuestro
discurso un sello de intimidad, de familiaridad, de conversación en corrillo.

Mantengamos el aire fresco. Una sala bien ventilada trae un ambiente higiénico, confortable y seguro.

Inundemos la sala de luces. Hablemos en tal lugar donde la luz nos dé de frente en el rostro, para que se
puedan apreciar nuestros gestos.

No nos coloquemos detrás de muebles. Hagamos a un lado las sillas y las mesas. Despejemos el
escenario de carteles desagradables y otros trastos que a menudo se suele poner allí.

Si tenemos invitados en el escenario, no hay duda de que de vez en cuando efectuaran algún
movimiento; y, cada vez que se muevan, fijarán sobre sí la atención del auditorio. El auditorio no puede
resistir la tentación de mirar algo que se mueve; ¿por qué, entonces, fastidiarnos a nosotros mismos y
crearnos competencia?

No nos sentemos como si fuésemos un saco de patatas. Toquemos la silla con las piernas, y entonces,
con el cuerpo graciosamente erguido, hundámonos en la silla.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Estémonos quietos. No hagamos movimientos nerviosos, pues sólo delatan nuestra nerviosidad.
Movimiento que. Movimiento que no mejora nuestro porte, lo empeora.

Dejemos los brazos pendientes a los costados del cuerpo. Esta es la posición ideal. Sin embargo, si nos
resulta más cómodo el cruzarlos por detrás, o ponerlos en los bolsillos, no hay inconveniente en que lo
hagamos. Si la cabeza y el corazón los tenemos ocupados de lo que tenemos que decir, estos otros
problemitas se resolverán por sí solos.

No tratemos de aprender el arte de los ademanes en un libro. Nuestros impulsos son el mejor maestro.
Abandonémonos a ellos. La espontaneidad, la vida y la naturalidad son los requisitos indispensables, que
no la gracia melindrosa y la obediencia a preceptos antiguos.

Al hacer ademanes, no repitamos un movimiento hasta tornarlo monótono, ni hagamos movimientos


breves y rápidos con el antebrazo. Sobre todo, sigamos los ademanes hasta el fin, de modo que la
culminación del movimiento coincida con la culminación del pensamiento.

ANÁLISIS DEL PÚBLICO.

Los asistentes son participantes activos, no pasivos. No son recipientes vacíos a la espera de la
información y de los datos con los cuales usted les va a rellenar. Tienen sus propios comportamientos y
opiniones, las que pueden ser similares o diferentes a los de usted. Así, el expositor debe hacer frente no
solo a situaciones y hechos sino que también y sobre todo a personas.

Pensar y conocer a su audiencia es lo primero que usted debe hacer a la hora de prepararse para dar
una charla o hacer una presentación exitosa. Un orador debe sentir tanto interés por el auditorio como por
el tema.

Ellos son los que van a recibir la “información" por lo tanto ésta debe ser adecuadamente seleccionada y
preparada acorde con las necesidades de su público. También deberá contar con la presencia de algunas
personas cuya presencia le pondrá nervioso, cuyas reacciones le deprimirán o animarán, cuya opinión
será la medida de su éxito o de su fracaso.

Deben considerar las siguientes cuestiones para distinguir qué clase de público tienen:

¿Quiénes son los asistentes y con qué expectativa vienen? ¿cuál es su objetivo al estar aquí?
¿Cuál es su nivel de conocimiento acerca del tema?
¿Qué tienen en común? ¿cuáles son sus puntos de interés?
¿Qué esperan escuchar?
¿Con la plática qué deberán saber sobre el tema?
¿Por qué han venido a la conferencia, curso, taller o seminario?
¿Se tendrá que cambiar el vocabulario para que el discurso resulte más (o menos ) sofisticado,
técnico...?
¿Qué aspectos de su charla pueden ayudarles a solucionar puntos conflictivos o a responder a una de
sus necesidades?
¿Cuáles son sus valores y conceptos sobre el tema?
¿Qué metas profesionales y personales quieren alcanzar?
¿Cómo les puede ayudar con su presentación a alcanzar dichos objetivos?

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

¿Cómo es la sala de grande?


¿Podría utilizar transparencias? ¿retroproyector? ¿pantalla? ¿video? ¿pintarrón? ¿cañon? ¿data show?

Las respuestas a estas preguntas han de influir mucho en lo que contendrá la charla. Por ejemplo, si el
público tiene pocos conocimientos sobre el tema, hay que evitar el lenguaje técnico.

INICIO Y FIN DEL DISCURSO.

Cuando empiece su alocución, no actúe ni hable demasiado rápido. Tome su tiempo, no hay prisa.
Escuche hasta el final la forma en que están haciendo la presentación de su aparición, levántese,
adelántese hasta el centro de la plataforma, bastante más al frente, y, mirando por encima de las cabezas
de su auditorio (es mejor mirar al raz de las cabezas o el fondo del lugar para neutralizar los nervios),
guarde silencio, haga una cuenta suave hasta el diez, una cuenta muy relajada hasta diez. ¡cultive esta
“pausa”!, le ayudará a concentrar la atención del auditorio en su persona.

Para esos momentos su auditorio se habrá acomodado bien, expectante, y en verdad está aguardando
sus primeras palabras. Usted ya está menos nervioso; una gran cantidad de tensión habrá desaparecido,
y está en camino de un buen principio.

El momento más difícil de un discurso es cuando uno tiene que levantarse y pronunciar las primeras
palabras. Superado este trance, todo es más fácil. Una buena solución para esta situación es respirar
hondo, sonreír, mirar a la gente del final de la sala. y decir las primeras palabras

El inicio

Un buen comienzo es difícil. Y es de suma importancia, porque la mente de nuestros oyentes está fresca
entonces y es relativamente fácil de impresionar. Es demasiado trascendental para dejado al azar. Es
menester prepararlo cuidadosamente de antemano.

La introducción debe ser breve; constará, a lo sumo, de una o dos frases; a menudo se prescindirá de
ella. Entremos en el corazón de nuestro tema con el menor numero de palabras. Nadie se opondrá

Los principiantes están propensos a empezar con un cuento humorístico o con una excusa. Ambos
comienzos son malos. Muy pocas personas --- muy, muy pocas --- pueden narrar una anécdota
humorística con éxito. Generalmente, el auditorio queda desconcertado en vez de divertido. Los cuentos
deben venir a pelo, que no traídos de los cabellos. El humor debe ser de los confites que adornan el
pastel, no el pastel mismo. No pidamos disculpas jamás. Es afrentar al auditorio; les aburre. Vayamos al
grano, digamos lo que tenemos que decir.

Al iniciar su plática, por favor, no comience hablando rápidamente. Inicie su discurso a un paso que
pueda mantener, o hasta aumentar, a medida que se llegue al punto culminante de su mensaje. Cuide su
arranque, y consérvelo bajo perfecto dominio. Vigile también su volumen. No hable en voz demasiado
elevada. Comenzando su discurso con facilidad y tranquilidad, le sugerirá a su público una certeza de
que el hablar es una cosa perfectamente normal y natural de hacer, y que puede dominar algunos de sus
temores.

No hagamos muy formal el comienzo. Ocultemos las junturas. Hagámoslo aparecer desembarazado,
inevitable, fruto de la casualidad. Esto se puede lograr refiriéndose a algo que acaba de ocurrir, o que ha
sido dicho poco antes. (Ejemplo: “Días atrás, durante una mañana espléndida. . .”)

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Variar el tono y hacer pausas

Existe el peligro de hablar demasiado deprisa, de forma que parezca que están intentando romper la
barrera del sonido. Los expertos recomiendan decir, aproximadamente, 125 palabras por minuto pero
para que un discurso sea interesante es necesario cambiar ligeramente el ritmo y hacer pausas. Una
pausa puede servir para poner énfasis en un punto determinado. Cambiar el volumen y el tono de la voz
ayuda a que el discurso sea más interesante, pero para ello se necesita experiencia.

Utilizar ayudas visuales

Proyectar diapositivas, escribir en una pizarra, ilustrar un planteamiento con un mapa o con
transparencias, siempre y cuando todo el auditorio pueda ver lo que hacen, son maneras de romper el
ritmo y de hacer que una conferencia sea más viva. Pueden ser, también, un soporte útil para los
oradores sin experiencia.

Mirar al público

Si están seguros de ustedes mismos, es conveniente mirar al auditorio mientras hablan. Conseguirán de
una vez implicar al público en lo que están diciendo y ver si se toman bien el discurso.

Analizar la reacción

Una reacción muy habitual se produce cuando los asistentes interrumpen al orador. En ese caso se
pueden hacer varias cosas:

 Ignorarlos. Puede ser difícil, especialmente si hay mucha gente gritando


 Prometer tratar el tema en cuestión más adelante.
 Pedir a la gente que se espere hasta el turno de preguntas.
 Utilizar la interrupción. Quizá para dar un punto de vista propio. No obstante, esto requiere
habilidad.
 Manejar las interrupciones es mucho más fácil si se tiene experiencia. Muchos oradores, como
los actores, tienen una lista de réplicas adecuadas.

Si les parece que no podrán exponer todos los puntos que tenían preparados, quizá sea mejor abreviar y
terminar la conferencia; intenten hacerlo con elegancia. Pueden exponer los puntos restantes como
"respuestas" a preguntas del público.

Otra manera de saber cómo es acogida la conferencia consiste en observar las expresiones de la gente
¿parecen confundidos o aburridos? ¿están agitados? etc. Quizá sea necesario de nuevo terminar
rápidamente lo que están diciendo o abordarlo desde otro punto de vista: cambiar el tono de voz, usar
una ayuda visual, explicar con detalle alguna cosa, etc. Con la experiencia, serán capaces de "leer" el
humor del público.

Vigilar las maneras

A veces el público se irrita cuando los oradores juegan, por ejemplo, con unas llaves, el plumón, el
apuntador, la pluma, una moneda, o bien cuando mueve continuamente las manos, agita un pie, se rasca
con regularidad, mueve los lentes de un lado a otro, etc, o cuando utiliza continuamente las famosas
muletillas, "umm..." o "err...".”este....”, “si.....”, “no....” El mejor remedio en estos casos es ensayar y
evitar todos estos distractores que tiene que ver con las manera de actuar del expositor.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Ganando la voluntad del público.

Presentemos nuestro tema de tal modo que desde el principio el público diga “¡Si”. Debemos lograr que
todo mundo esté de acuerdo con nosotros. Cuantos más podamos conseguir desde el principio, tanto
mayor será nuestra probabilidad de fijar la atención sobre nuestras palabras y lograr nuestra finalidad.”

Comencemos por un punto común, de interés para todos. Evitemos iniciar diciendo que vamos a probar
tal y cual cosa. Esto puede provocar oposición. El público puede pensar: “Eso está por verse”: traigamos
sobre el tapete algún problema pertinente que sea común para la audiencia y hagamos que nos sigan en
la búsqueda de una solución . . . “El mejor argumento es aquel que parece una explicación.”

El Fin del Discurso.

La parte final de una exposición es un elemento verdaderamente clave para los resultados de la plática.
Lo que es más probable de recordar por el público y que quede en su memoria es lo último que se dice,
por eso hay que planearlo y cuidarlo, para causar el efecto deseado.

Debemos terminar sin decir que se va a terminar. Evitemos concluir diciendo “Bueno, esto es todo cuanto
tenía que decir sobre este asunto, por lo que será mejor que termine”.

Planeemos y ensayemos cuidadosamente el final de antemano. Sepamos casi al pie de la letra cómo
vamos a terminar. Redondeemos el final. No lo dejemos duro y quebrado como una roca mellada.

He aquí siete métodos que se pueden emplear para terminar:

1. Resumir, repetir y bosquejar brevemente los puntos principales que hemos tratado.
2. Exhortar a la acción.
3. Brindar una galantería sincera al auditorio.
4. Provocar risas.
5. Citar algunos refranes o dichos apropiados.
6. Citar un pasaje de la Biblia.
7. Producir un clímax especial.

Busquemos una buena conclusión y un buen comienzo, y luego, no los separemos mucho. Terminemos
siempre antes de lo que el auditorio desea. “El punto de hartazgo llega muy poco después de haberse
alcanzado la cumbre de la popularidad.”

CÓMO EXPLICAR CON CLARIDAD.

Ser claro es de suma importancia y a menudo difícil. Jesús dijo que tenía que enseñar por parábolas,
“Porque aquellos {sus oyentes} que ven, no ven, y aquellos que oyen, no oyen; así, tampoco
comprenden”. Jesús ponía en claro lo desconocido refiriéndolo a lo conocido. Comparó el Reino del
Cielo a la levadura, a las redes arrojadas al mar, a los mercaderes que compraban perlas.

Si queremos dar una idea clara de Alaska, no digamos la superficie que tiene en millas cuadradas;
nombremos los países conocidos que cabrían en ella. Refiramos la cantidad de habitantes que cuenta a
aquella con que cuenta la ciudad donde estamos hablando. Evitemos las palabras técnicas cuando
hablemos a un auditorio “profano”. Sigamos el plan de Lincoln de ponerlas ideas en lenguaje tan sencillo
que hasta un niño las pueda comprender.

Asegurémonos antes que nada de que el tema que vamos a tratar está tan claro como la luz del día en
nuestra mente. Recurramos al sentido de la vista. Usemos cuadros, láminas, dibujos, siempre que nos

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

sea posible. Seamos precisos. No digamos perro si queremos decir un danés negro, rabón, de mirada
segura y músculos fuertes y dispuestos a la acción.

Repitamos las ideas más importantes. Pero no usemos las mismas palabras y frases. Variemos la
enunciación de tal modo que el público no caiga en la cuenta de que hemos repetido. Aclaremos los
conceptos abstractos con ejemplos generales o, mejor aun, con ejemplos precisos y casos concretos.

EL CONVENCIMIENTO

“Todas las ideas, conceptos y conclusiones que entran en la mente, son considerados ciertos a no ser
que se opongan una idea antagónica.”

Nuestro problema, entonces, cuando el propósito de nuestro discurso sea impresionar y convencer, es
doble: primero: expresar nuestras propias ideas; segundo: impedir que surjan en el ánimo del oyente
ideas opuestas, capaces de anular las nuestras. He algunas reglas que nos serán de provecho para
lograr tal finalidad:

1. Convenzámonos a nosotros mismos antes de querer convencer a u otro. Hablemos con entusiasmo
contagioso.
2. Demostremos cómo lo que queremos hacer que el auditorio acepte se parece mucho a algo en que
ya cree.
3. Reiteremos las ideas . Cuando reiteremos una cantidad, ilustrémosla. Por ejemplo: Estados Unidos
gastó siete mil millones de dólares durante la Gran Guerra, o sea más de cuatrocientas pesos por
cada minuto transcurrido desde que nació Jesucristo.
4. Usemos ejemplos generales. (“La obediencia a la ley del color da al artista se habilidad.”)
5. Citemos casos concretos. (Ejemplo: Muchos autores famosos empezaron con poco éxito).
6. Usemos comparaciones gráficas. Las impresiones auditivas se borran más fácilmente. Las visuales
se empotran como una bala de cañón.
7. Apoyemos nuestras opiniones en autoridades imparciales. Seamos precisos como lo era Bentito
Juárez en sus discursos. Citemos a un hombre popular y querido. Citemos a un hombre local.
Citemos a alguien con suficiente autoridad para decir lo que nos interesa decir.

CÓMO DESPERTAR EL INTERÉS DEL AUDITORIO.

Nada aprendemos – sea francés, golf u oratoria – por medio del mejoramiento gradual. Adelantamos a
tirones repentinos, mediante avances bruscos. Luego permanecemos estacionarios durante algunas
semanas, y aun llegamos a perder parte de la perfección lograda. Llamado por los psicólogos períodos
de estacionamiento “ mesetas en la línea del aprendizaje” .

Quizá tengamos que luchar por un tiempo sin lograr salir de esas mesetas ni seguir adelantando. Algunas
personas, por no conocer este curioso fenómeno de nuestra manera de progresar, se desalientan al
verse atascadas y cesan los esfuerzos. Esto es muy lamentable, porque si persistieran, si siguieran
practicando, comprobarían que de pronto se elevan cono un ave y hacen gran progreso de un día para
otro.

Quizá nunca logremos deshacernos de cierta nerviosa ansiedad que se apodera de nosotros poco antes
de comenzar, muchos oradores, hasta el final de su vida, experimentaron esta nerviosidad inicial. Si
perseveramos, pronto nos desharemos de todas las dificultades, excepto de este temor; y, luego de
hablar unos segundos, tal temor desaparecerá

Para hablar en público con éxito no se necesitan dotes extraordinarios, sólo se necesita persistencia y
tozuda determinación

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Despertar el Interés

Despertar el interés es un arte, las recomendaciones siguientes pueden ayudar a lograr importantes
resultados en este campo.

Al ser humano le interesan los datos extraordinarios de las cosas ordinarias.

El principal interés del ser humano es él mismos.

La persona que hace hablar a otros sobre sí mismos y las cosas que les interesan, y escuchar con gran
atención, será tenido por muy agradable de conversación aunque hable poco.

Los cuentos o ejemplos reales que tratan de otras personas, siempre atraen y retienen la atención,
además de que pueden proporcionar un buen ejemplo del tema que se está tratando.

Seamos concretos y definidos. No nos asociemos a la escuela de oradores “pobres pero honrados”. No
digamos que Martín Lutero, de niño, era testarudo y huraño. Anunciemos esto, y luego reforcémoslo con
la explicación de que sus maestros le zurraban hasta “quince veces por mañana”: esto torna claro,
vigoroso e interesante aquel ejemplo.

Salpiquemos los discursos con frases que creen imágenes, con palabras que pongan como figuras
delante de los ojos.

El interés es contagioso. El auditorio no podrá menos que sentirlo si el orador también lo siente. Pero esto
no se consigue por la observación mecánica de simples preceptos.

Incitar a la acción.

Ganarnos la confianza del auditorio, mereciéndola por nuestra sinceridad, por una presentación
adecuada, por estar capacitados para hablar del tema, por decir lo que la experiencia nos ha enseñado.

Digamos lo que tenemos que decir, eduquemos al auditorio sobre los méritos de nuestra propuesta,
respondamos a sus objeciones.

Explotemos los motivos que hacen actuar a los hombres: el deseo de lucro, de conservación, de
placeres, el orgullo, los sentimientos, los afectos, y los ideales religiosos, tales como la justicia, la piedad,
el perdón, el amor. Este método, si es empleado con acierto, no sólo será un auxilio para el orador, sino
para todas las personas, en los diversos asuntos de la vida.

Captar la atención.

Las buenas introducciones de un discurso son las que marcan toda la diferencia entre la atención del
público o la falta de ella. Cuando usted va a dar un discurso tiene unos pocos minutos al inicio del mismo
para despertar el interés; si no lo consigue en este momento, probablemente le resulte mucho mas difícil
volver a recuperarla mas adelante.

Se busca captar la atención con la finalidad de:

 Ganar la atención del público.


 Establecer el vínculo entre la audiencia, el orador y el tema del discurso.
 Orientar al público sobre el desarrollo de su charla .

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Los métodos para captar la atención pueden ser:

 Hacer una pregunta.


 Referirse a acontecimientos recientes.
 Usar el humor.
 Introducir una anécdota o historieta.
 Utilizar métodos audiovisuales.
 Recalcar la importancia del tema para su público.
 Dar un ejemplo claro, citar un caso real.

Estimular a la audiencia

Aspecto.

 La ropa
 Postura
 Su porte
 Recuerde usted es su mejor visual.

Movimiento.

 No se quede inmóvil.
 Muévase de un lado a otro.
 Adelántese hacia la audiencia cuando quiera resaltar un punto.
 Diríjase a los materiales audiovisuales.
 No esconda las manos.

Personalidad.

 Sonría: Sonreír a la audiencia facilitará su aceptación.


 Es increíble el impacto que tiene estos dos primeros minutos en la imagen que la audiencia se
forjará de usted.

Evitar el aburrimiento del público.

Cada vez que hablamos, determinamos la actitud de nuestros oyentes hacia lo que decimos. Si nos
sentimos lánguidos, ellos se sentirán lánguidos. Si nos mostramos poco interesados, ellos se mostrarán
poco interesados. Si estamos entusiasmados, nuestro entusiasmo se contagiará a los oyentes. El
entusiasmo es uno de los factores importantes – si no el más importante de todos – en el discurso.

“ El genuino orador, sagrado o profano, no es el que mejor discurre, ni el que más ideas lúcidas y
precisas lleva al espíritu de sus oyentes, sino el que mueve, arrebata y subyuga, sin que se sepa cómo
ni por qué.” Carlos Martínez Silva

A pesar de la gran importancia de esta cualidad que es la convicción y el entusiasmo contagiosos, los
más de los oradores carecen de ella. “ La esencia de un buen discurso es que el orador tenga algo que
fervientemente desee decir.” Brander Mathews. Meditemos nuestros datos, fundemos su valor real en
nuestra mente. Creemos nuestro propio entusiasmo antes de querer convencer a otros

Pongamos en contacto la cabeza con el corazón. El auditorio quiere, no que le demos datos solamente,
sino que revelemos nuestra actitud hacia esos datos. “ Cualquiera que sea el lenguaje que empleemos,
nunca lograremos decir sino lo que somos.” Lo más importante en un discurso no son las palabras, sino
el espíritu del hombre que hay detrás de esas palabras

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Para acrecer la vehemencia, para sentir entusiasmo, procedamos con entusiasmo. Mantengámonos,
miremos al auditorio de hito en hito. Hagamos ademanes enfáticos. Sobre todo abramos bien la boca y
hablemos para que nos oigan. Muchos oradores no se dejan escuchar a más de diez metros.

No debilitemos nuestro discurso con “palabras comadrejas” tales como “yo creo que....”,” tengo para
mí....”, ”es mi humilde opinión.....”, etc.. Simpaticemos con el auditorio

Dirigir la Atención.

El orador puede atraer inmediatamente la atención del auditorio de los siguientes modos:

 Despertando la curiosidad.
 Relatando una situación de interés.
 Atrayendo la atención con algún objeto. (Ejemplo: La moneda entre el pulgar y el índice.)
 Haciendo una pregunta. ( Ejemplo: ¿Alguien entre ustedes ha encontrado alguna vez una
moneda como ésta en la acera?)
 Comenzando con la cita certera. (Ejemplo: “Entre todas las palabras humanas --- dice Bossuet ---
no hay ninguna tan grande como la palabra libertad, pero tampoco hay otra igualmente
engañosa y alucinadora.”)
 Mostrando cómo el tema afecta los intereses supremos del auditorio. (Ejemplo: “La probabilidad
de vida que tenemos es de dos tercios del tiempo entre su edad actual y los ochenta años. La
primera providencia que debemos dictar es la de hacernos revisar concienzudamente por el
médico”, etc.)
 Comencemos con acertos sorprendentes. (Ejemplo: “la administración de nuestro código penal
es una vergüenza para la civilización.”)

CREAR UN VOCABULARIO

La gente no percibe y valora en función del contacto que tiene con nosotros: Nos aprecian y clasifican
por lo que hacemos, lo que decimos y la manera en que lo decimos. Muy a menudo nos juzgan por
nuestra manera de expresarnos. El doctor Charles W: Eliot, presidente que fue de la Universidad de
Harvard, declaró: “Sólo una adquisición mental considero necesaria en la educación de una dama o de
un caballero: el empleo preciso y refinado de su lengua materna.”

Nuestro lenguaje es en gran parte reflejo de la gente con quien tratamos. Sigamos, pues, el ejemplo de
Lincoln, y tratemos con los maestros de la literatura. Pasemos las noches, como él las pasaba, en
compañía de Shakespeare y de todos los grandes poetas y prosadores. Hagamos esto, e
inconscientemente, inevitablemente, nuestro espíritu se pulirá y nuestro lenguaje se aproximará más al
de nuestros compañeros.

“He dejado de leer los periódicos a cambio de Tácito y de Tucídides, de Newton y de Euclides y soy
mucho más feliz.” Thomas Jefferson ¿por qué no seguimos su ejemplo? No desdeñemos completamente
la lectura de periódicos, pero dediquémosle solo la mitad del tiempo. Y el tiempo ahorrado dediquémoslo
a leer libros de mayor valor. Arranquemos las páginas y leámoslas en los momentos libres.

Tengamos siempre un diccionario a mano cuando leemos. Consultémoslo cuando quiera encontremos
una palabra desconocida. Y luego tratemos de aplicar esta nueva palabra, con lo que mejor la
grabaremos en la memoria.

Estudiemos la etimología de las palabras. Su historia no es pesada y árida, sino viva y novelesca. Por
ejemplo, subasta significa debajo del asta, y viene el significado que ahora tiene de que los romanos
colocaban el botín de las guerras debajo de un asta clavada en el suelo, y vendían pieza por pieza al
mejor postor.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

No usemos palabras comodines. Tratemos de ser precisos, exactos. No digamos de todo cuanto nos
gusta que es lindo. Usemos palabras menos extensas, como exquisito, sabroso, regalado, guapo,
donairoso, gentil, donoso, chusco, encantador, deleitoso, ameno, grato, etc.

No empleemos comparaciones demasiado trilladas. Tratemos de ser originales. Creemos símiles propios.
Tengamos el valor de innovar.

El uso de las expresiones y el lenguaje.

Elimine el exceso de "equipaje". Las frases deben ser escuetas y sin demasiados adornos. Utilice
palabras de fácil comprensión y significado claro.

La Definición Negativa:

Las definiciones negativas ayudan a aclarar los errores o malentendidos que un auditorio puede tener con
respecto a una palabra o concepto. Ejemplo: "La comercialización no es un artificio, o un ardid, o un
juego de engaños. No es un plan para hacerse rico rápidamente, una trampa, o un plan para engañar al
público, induciéndolo a comprar cosas que realmente no quiere o no necesita. No es solamente
publicidad o técnicas de ventas o de distribución...

Definición Positiva:

Aclaración de un concepto en forma positiva, ejemplo: "La comercialización es un vistazo a todo el


proceso de los negocios como un esfuerzo integral para identificar al cliente y a sus necesidades, y para
idear, promover y distribuir el producto o servicio que llene tales necesidades...".

Reafirmación

Repetición de una idea con diferentes palabras en busca de una mayor claridad y énfasis. Ejemplo: La
cuarta observación es que algunos pacientes pueden padecer de una enfermedad mental y luego
ponerse bien, y aún pueden ponerse más bien; quiero decir que pueden sentirse mejor de lo que se
sentían antes".

Comparación:

Consiste en dar un punto de referencia, relacionando una idea con algo para así identificarlo más
fácilmente. Ejemplo: "Yo no digo que no haya malos abogados. Lo que digo es que la denuncia
sistemática por los medios de comunicación es mala. Usted podría también atacar al sol porque le
produce quemaduras en vez de elogiarlo como fuente de vida...".

Carácter especifico:

La información debe contener detalles concretos, su ausencia produce intranquilidad y escepticismo.


Ejemplo "Bueno, la idea es edificar la fábrica - será una fábrica grande, con bastantes empleados -
suficientemente cerca de la ciudad para proporcionar a nuestros camiones acceso a la carretera estatal.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

MEJORAMIENTO DE LA MEMORIA.

“El individuo medio no emplea más del 10% de su verdadera capacidad heredada para la memoria.
Malgasta un 90% por violar las leyes naturales de la memoria ” Charles Seashore

Las leyes naturales de la memoria son 3: impresión, repetición y asociación.

Impresión

Para obtener una IMPRESIÓN PROFUNDA Y VIVAZ de la cosa que queremos recordar debemos:

a. Concentrarnos. Ese era el secreto de la memoria de personajes como Menéndez y Pelayo.


b. Observar cuidadosamente. Una cámara fotográfica no toma fotografías en la niebla; la mente
tampoco retiene impresiones borrosas.
c. Obtengamos nuestras impresiones por intermedio de tantos sentidos como nos sea posible.
Lincoln leía en voz alta lo que quería recordar, para obtener una impresión visual y otra
auditiva.
d. Sobre todo tratemos de obtener impresiones visuales. No se borran. Los nervios que van del
ojo al cerebro son 20 veces más largos que los que van del oído al cerebro. Mark Twain no
podía recordar el bosquejo de su discurso cuando usaba notas, pero cuando dejó de usar
notas y comenzó a usar figuras que le recordasen los varios subtítulos, cesaron todos sus
cuidados.

Repetición

La segunda ley de la memoria es la REPETICIÓN. Miles de estudiantes mahometanos aprenden de


memoria el Corán, que es casi tan largo como el Nuevo Testamento, y esto lo consiguen muy
principalmente merced a la repetición. Podemos aprender cualquier cosa dentro de lo razonable si lo
repetimos suficientemente. Pero recordemos:

 No repitamos una cosa hasta que la tengamos grabada. En la memoria. Repitámosla un par de
veces. Dejémosla. Volvamos más tarde a ella. Repitiéndola a intervalos lograremos aprenderla en la
mitad de tiempo que habría sido necesario si lo hubiésemos intentado de una vez

 Después de aprendida una cosa, olvidamos tanto en las primeras ocho horas cono en los próximos
30 días. Con que, repasemos nuestras notas minutos antes de levantarnos para hablar

Asociación

La tercera ley de la memoria es la ASOCIACIÓN. La única manera en que se puede recordar una cosa,
es asociándola con otra. “ Todo cuanto aparezca en la mente -- dice William James—debe ser
introducido; y, una vez introducido queda asociado a algo que ya estaba desde antes. Aquel que medita
más sobre sus experiencias y las enlaza más sistemáticamente las una con las otras, será el que tenga
mejor memoria”.

Cuando deseemos asociar un hecho con otros ya fijados en la memoria, pensemos en el nuevo hecho
desde todos los ángulos. Hagámonos preguntas como: ¿Por qué ? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién?
¿Cómo? .

Para recordar un nombre extraño, hagamos preguntas respecto de él. ¿ Cómo se escribe?, etc.
Observemos detenidamente es aspecto de quien lleva ese nombre. Tratemos de relacionar su cara con
su nombre. Preguntemos qué profesión tiene, y urdamos alguna frase disparada que relacione nombre y
profesión.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Para recordar fechas, asociémoslas con otras fechas importantes que ya sepamos. Por ejemplo,
Gutiérrez Nájera nación un año antes de comenzar la Guerra de Secesión en América del Norte.

Para recordar los puntos de nuestro discursos, dispongámoslo en orden cronológico que conduzca de
uno a otro. Además podemos fraguar una frase disparatada con los puntos principales, por ejemplo: “ La
vaca fumó un cigarro y dio una cornada a Napoleón, después de lo cual la casa se incendió de religión ”

Si a pesar de todas las precauciones, nos olvidamos de pronto que íbamos a decir, podemos todavía
salvarnos del fracaso completo usando las últimas palabras de nuestro último párrafo como primeras del
próximo. Se puede continuar este procedimiento hasta que podamos pensar en el próximo punto.

LA DICCIÓN

La máxima aspiración de un orador es crear un clima de armonía con el público.

El primer requisito de esa armonía es el contacto visual con los oyentes, por lo que es indispensable
utilizar lo menos posible las notas.

Abra la boca al hablar, utilice la lengua y los labios para formar los sonidos.

De los labios apretados se escapa un tono sin brillo. La voz debe ser viva y agradable. La personalidad
del discurso dependerá en gran medida de lo agradable que sea la voz.

Evite la articulación descuidada y perezosa, no mezcle los sonidos o sustituya el sonido de una vocal por
otra.

La voz no debe reflejar duda o falta de confianza, por el contrario el tono debe mostrar entusiasmo. Hay
que desarrollar la impresión de que se está disfrutando al pronunciar el discurso. La dramatización puede
ser un elemento para atraer la atención.

Variar el ritmo del discurso, es decir, acelerar en algunas partes, y hablar más lentamente en otras,
evitando la monotonía del tono.

Utilice pausas entre frases. La pausa agrega énfasis y permite un descanso.

Esfuércese en corregir los repetitivos: "este", "ee", "¿no?", "eh", "um" y vicios de expresión similares en
su alocución.

La mayoría de la gente habla demasiado bajo. Hable más fuerte de lo que habitualmente haría para
mantener una conversación con una persona situada en la última fila.

Pero recuerde que cuanto más hable en público mayor es la seguridad que adquiere.

EL MANEJO DEL TIEMPO.

Estructure su tiempo.
Aproximadamente una hoja A4 mecanografiada a doble espacio contiene unos dos minutos de alocución.
Si toma la palabra en una reunión empresarial, profesional 3 técnica recuerde que será usted una, entre
otras muchas personas, que harán uso de la palabra, por consiguiente sea conciso y vaya al grano.
Por el contrario, en un seminario al que la gente ha venido a aprender, puede prolongar la sesión sin
temor a que el público se aburra.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

No se alargue demasiado: "Es difícil que un discurso breve sea un mal discurso".
Cuando haya dicho todo lo que tenga que decir, siéntese: no prolongue la sesión.

Ejemplos de frases extensas (impropias) y breves (óptimas):

Extensa: "Soy de los que opinan que nuestro presupuesto de publicidad debe ser incrementado" (13
palabras).

Breve: "Debemos incrementar nuestro presupuesto de publicidad" (6 palabras).

Extensa: "Fue el año pasado cuando se formularon planes en nuestro departamento de expedición para
la expansión de los servicios" (19 palabras).

Breve: "El año pasado nuestro departamento de expedición planeó extender los servicios" (11 palabras).

Extensa: "El tema de los daños causados a los empleados es un asunto muy importante y por lo tanto
debe ser considerado inmediatamente" (22 palabras).

Breve: "Los daños a los empleados requieren nuestra atención inmediata" (9 palabras).

PRESENTACIÓN EFECTIVA.

Existen tres elementos en cualquier acto de comunicación oral:

 El elemento verbal - las palabras o el contenido-de lo que se dice,


 El elemento vocal - la expresión de la voz, la resonancia, el tempo, etc.,
 El elemento visual - todo lo que los otros perciben: cómo ven al conferenciante, el contacto visual
a través de la mirada, la postura, los gestos, y las expresiones faciales.

No leer la presentación

La presentación oral ha de prepararse con antelación y ha de basarse en notas o en un texto escrito. Por
eso, es muy importante conocer las diferencias existentes entre las convenciones del discurso oral y
escrito si queremos comunicar el mensaje de forma eficaz.

Utilizar una sintaxis sencilla.

Usar expresiones convencionales para señalizar lo que estarás explicando en cualquier momento de la
presentación, parafrasear o repetir algunas de la ideas principales mencionadas.

De todos modos, la lectura del texto escrito puede darte mayor seguridad, pero no es muy efectiva,
porque la organización del lenguaje hablado es distinta del lenguaje escrito. De hecho no hablamos como
si fuéramos libros. El estilo del lenguaje escrito a menudo suena extraño si se utiliza de forma hablada,
siendo difícil captar el mensaje que se quiere transmitir.

Utilizar ayudas visuales

Una presentación visual complementa a una verbal y la combinación de ambas refuerza la captación del
mensaje ( una imagen vale más que mil palabras ). Las ayudas visuales se pueden utilizar también para
presentar los puntos principales o para resumir las conclusiones de la charla, de modo que ayuden a
recordar mejor el mensaje.

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

Ser dinámico

Los buenos oradores suelen moverse mientras hablan, utilizando gestos y posturas que aportan
significado a las palabras.

Transmitir el propósito de tu comunicación

Los gestos y posturas de los buenos oradores tienen un claro propósito y complementan la presentación.

Ser variado

Comportarse de la misma manera durante largo tiempo puede aburrir a la audiencia. Los buenos
oradores varían su comportamiento físico y verbal para mantener el interés de la audiencia. Es
especialmente importante la variedad vocal (variedad en el tono, volumen y velocidad ) lo cual hace que
la audiencia siga la charla con mucha más facilidad.

Ser natural

La efectividad de una presentación oral es el resultado de un equilibrio entre planificación y


espontaneidad. Los buenos oradores planifican sus gestos, inflexiones vocales, etc. de forma variada y
dinámica. Sin embargo, no planifican un comportamiento específico, sino que se actúan de forma natural.
Por tanto, una buena presentación oral implica una decisión consciente por parte del orador de ser
dinámico, junto con un comportamiento espontáneo que surge a medida que avanza la charla.

Ser directo

Los buenos comunicadores se dirigen hacia el público cuando hablan. En cambio, los malos
comunicadores rara vez se dirigen hacia la audiencia. Es particularmente importante el contacto visual.
Los oradores que leen sus charlas o notas sin mirar a la audiencia pueden quedarse sólos al no mantener
el contacto del público.

CÓMO EVITAR ERRORES EN PÚBLICO

Análisis de la audiencia

Por lo que respecta a la audiencia, existen ciertos aspectos relacionados con el arte de hablar en público
que todo orador debe tener en cuenta. Estos aspectos son los siguientes: intereses, motivaciones, nivel
de conocimiento y actitudes de la audiencia.

Muchos fallos que se comenten al hablar en público pueden evitarse a través de este análisis sistemático
de la audiencia, puesto que permite que la información que se proporciona no sea irrelevante o
ininteligible. Además, mediante este análisis se pueden desarrollar estrategias que estén relacionadas
directamente con las características de la audiencia para interesarles en el tema, relacionar éste con sus
necesidades, establecer credibilidad y. proporcionarles información específica.

Credibilidad

Por credibilidad se entiende la capacidad que tiene el orador de hacer creer a la audiencia que lo que
está transmitiendo es cierto. Si la audiencia está en disposición de creer al orador, éste tendrá una buena
oportunidad de convencer al público para que acepte la información y los argumentos que pretende
comunicar. La credibilidad consta de cinco aspectos sobre los que la audiencia juzga al orador, que son:

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

 Competencia: la experiencia y preparación del orador respecto al tema de la charla.


 Reputación: la honestidad y sinceridad del orador.
 Intención: el propósito del orador, es decir, si ha tenido realmente en cuenta los intereses de la
audiencia.
 Dinamismo: la fuerza, energía, entusiasmo y audacia que el orador transmite en su mensaje.
 Personalidad: la simpatía del orador.
 La credibilidad puede ser de dos tipos: inicial y suscitada. La credibilidad inicial se refiere a la
imagen que del orador tiene el público antes de la charla y está determinada por factores tales
como su reputación, categoría profesional, experiencias anteriores que algunos asistentes
hayan tenido con él, coincidencia de valores y actitudes entre orador y público, etc.. La
credibilidad suscitada surge de la propia charla. Generalmente se consigue si el orador sintoniza
con la audiencia, muestra que entiende sus necesidades, parece razonable y se expresa de
forma dinámica.

Introducción deficiente

En general la introducción se considera la parte más importante de una charla porque contiene las
primeras palabras que la audiencia escucha. Si la introducción es buena, es probable que la audiencia
siga la charla con interés. Si es deficiente, hay bastantes probabilidades de que la audiencia no atienda el
resto de la charla. Por lo tanto, una introducción ha de responder a dos objetivos:

1. Captar el interés de la audiencia, para lo que se pueden utilizar distintas estrategias: hacer
una serie de preguntas para conseguir que el público se implique mentalmente en la charla,
introducir un breve relato que suscite la curiosidad,
mencionar alguna cita que establezca alguna relación con su experiencia anterior,
contar una anécdota que pueda entretener a la audiencia,
2. Motivar a la audiencia, ya que por lo general el público no presta atención al orador a menos
que consiga algún beneficio. Por tanto, el orador debe analizar las motivaciones de su audiencia
y establecer en la introducción algún vínculo con ella.

Falta de claridad en la organización

Este es uno de los fallos más frecuentes. Si el propósito principal de un orador es conseguir que la
audiencia entienda la información que quiere comunicar, esta información tiene que estar claramente
organizada. Por desgracia, muchos oradores se preocupan por conseguir bastante información pero
descuidan cómo organizar el material recopilado.

Es recomendable tener en cuenta las distintas formas que existen para organizar la información según el
propósito de la comunicación (descripción, clasificación, comparación y contraste, ejemplificación, de más
importante a menos importante y viceversa, de general a particular y viceversa, etc)

Conclusión deficiente

Con frecuencia los oradores planifican la introducción y la presentación cuidadosamente, pero se olvidan
de la conclusión. Por esta razón es necesario recordar las funciones de la conclusión. La función más
frecuente es resumir los puntos más importantes de la introducción y el desarrollo de la charla. En otras
ocasiones también se anima a la audiencia a actuar, especificando qué hacer, cómo, cuándo y dónde.

Cómo controlar el miedo a hablar en público

Entre los múltiples síntomas que produce el miedo a hablar en público se encuentran los siguientes:
pérdida de memoria, temblor de voz y de piernas, sudor de manos, etc. La clave para afrontar estos
síntomas es controlarlos. Básicamente esto se puede conseguir intentando no ser consciente de ellos.
Aquí tenemos algunas sugerencias para lograrlo:

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TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO

 Establecer un contacto personal con alguno de los oyentes antes de empezar la charla y ver lo
que les interesa.
 Concentrarse totalmente en lo que se quiere decir mientras que se da la charla.
 Asegurarse de que se cubren todos los puntos importantes e ideas secundarias.
 Recordar que la audiencia no está interesada en el orador sino en lo que dice.
 Centrarse en la charla en lugar de la situación.

Cómo responder a las preguntas de la audiencia

En la mayoría de las ocasiones se permite a la audiencia formular preguntas al orador, por lo que es
importante estar preparado para responderlas. Para ello es aconsejable:

Conocer a fondo el tema y las características de la audiencia. Si el conocimiento del orador se limita
únicamente al contenido de la charla, las preguntas de la audiencia pueden poner en evidencia su
ignorancia.
Intentar preveer qué tipo de preguntas puede formular el público, en qué aspectos de la charla puede
estar éste más interesado, qué información adicional puede ser necesario incluir, etc.

A continuación se proporcionan algunas pautas que deben tenerse en cuenta a la hora de responder a las
preguntas de la audiencia:

 Contestar a todas las preguntas, incluso aunque sea simplemente para posponer la respuesta.
 Admitir tu ignorancia en vez de intentar abordar preguntas para las que no tienes respuestas.
 Evitar confrontaciones con aquellos miembros del público que puedan ser hostiles o conflictivos,
de modo que todo el mundo tenga la oportunidad de hacer preguntas.
 Repetir la pregunta para asegurarte de que todo el mundo la ha escuchado.
 Reformular la pregunta si no está muy clara, pero con cuidado de mantener el mensaje original.
 Retrasar la respuesta si es que existe algún problema, ofreciendo quizás alguna explicación al
final de la charla al que haya formulado la pregunta.
 Pedir que aclaren la pregunta si es que no se ha entendido. Después de responder, preguntar si
se ha contestado adecuadamente.

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