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Por medio de la naturaleza Dios manifiesta su grande amor hacia nosotros de

manera visual y tangible. Por medio de su palabra nos muestra su amor a través
de la historia de la humanidad. Mas, sin embargo, fue la encarnación de su
amado hijo quien nos mostro la evidencia suprema de “Dios con nosotros”.
Cuando el hombre fue creado, Salido de la mano del Altísimo el hombre era
perfecto, imagen de Dios, pero satanás desfiguro la magnifica obra de la
creación, ahora estamos llenos de pecado y malos hábitos. Cristo es nuestra
única solución El es la escalera que une al cielo con este mundo, es quien puede
transformarnos, El, que venció toda tentación y pensamientos inmundo nos
capacita hoy para vencer cualquier pecado, nos transforma de nuevo en seres
que glorifican al eterno con sus actos.
Ahora podemos enderezar nuestra senda solamente arrepintiéndonos, (el
arrepentimiento comprende la tristeza por el pecado y el abandono del mismo).
No debe confundirse la tristeza bíblica con el lamentar los resultados. El Espíritu
Santo marca la diferencia entre los sentimientos y para poderlos recibir
necesitamos acudir a Cristo tal cual somos. A medida que vayamos
relacionándonos con Él sus mandamientos se harán vivos en nosotros. Podemos
resistirnos, pero al contemplar un pequeño rayo de la gloria de Dios vemos cuan
inmundo somos. Podremos vernos externamente, pero necesitamos ver la
naturaleza espiritual de la ley para encontrar nuestras inmundicias. Ahora viendo
esto, para que esperar un mensaje mas persuasivo, hay que pasar a la acción.
No necesitamos hacer algo que gane el favor de Dios, solamente confesarle
nuestros pecados. Cuando la transgresión ha sido publicada entonces debe
haber una confesión pública y dicha confesiones van acompañados de
arrepentimiento y reforma. Cuando no se sede al poder del Espíritu Santo,
siempre se pondrá excusas a las faltas, el espíritu de justificación propia tuvo su
origen en satanás.
Debemos entregarle el corazón a Dios para que efectué una transformación
completa y en esto consiste la guerra contra nosotros mismos, debemos
abandonar todo aquello que nos separa de Dios, cuando lo hacemos
abandonamos un corazón manchado y esto es a lo que difícilmente

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