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QUISTES DE LA LARINGE.

Son lesiones bastante frecuentes y se pueden diferenciar tres formas según su


localización:

QUISTES DE LAS CUERDAS VOCALES


(Vocal cord cysts).
Son lesiones quísticas que asientan
profundamente en el corion de la CV y que
pueden tener diversa naturaleza según su
histología y etiología. Su diferenciación en
diversos tipos se realiza en base a su estudio
histológico, si bien esta diferenciación en diversos
tipos no tiene interés práctico, por lo que la
descripción y tratamiento de estos quistes se
hace de forma global.
Suponen el 5% de los pacientes vistos en una
consulta de voz y el 55% de los quistes de la laringe.

Histolopatología.
Están situados por encima de la lámina propia y adheridos superficialmente a la
mucosa.
Histológicamente pueden ser:
▪ Quistes de retención mucosa: obstrucción del conducto excretor de una glándula
mucosa de la CV; son verdaderos quistes, con una pared propia constituida por epitelio
glandular de cc cilíndricas, ciliadas y cúbicas, que circunscriben una cavidad que
contiene un líquido viscoso y moco secretado por las cc glandulares y que no puede ser
vertido al exterior. El contenido puede ser rico en colesterina.
▪ Quistes epidermoides: formados por un epitelio queratinizado, poliestratificado, que
por el mismo mecanismo obstructivo sufre una metaplasia descamativa y al
descamarse, produce capas concéntricas de queratina en una cavidad quística que
puede estar rellena de un líquido blancuzco. Suelen ser más pequeños que los de
retención.
▪ Quistadenomas: son quistes revestidos de cc de aspecto oncocítico, que son fruto
de una metaplasia de cc ductales.
También se han descrito pseudoquistes, que serian cavidades quísticas que no
presentan epitelio de revestimiento.
Etiología.
Su patogenia no está nada clara.
Son más frecuentes en la edad media de la
vida, pero también pueden encontrarse a partes
iguales entre niños y ancianos.
En cuanto a su etiología formativa pueden ser:
▪ Quistes congénitos: procedentes de
malformaciones embrionarias. Bouchayer
describe una serie de teorías para explicar su
formación. Se producirían por restos de mucosa
que quedaron en el espacio de Reinke.
▪ Quistes adquiridos: histológicamente pueden ser de los tres tipos histológicos
descritos y se producen tras episodios inflamatorios agudos o subagudos de la mucosa
cordal. Excepcionalmente pueden ser iatrógenos, produciéndose por inclusiones
epiteliales submucosas en el transcurso de intervenciones de microcirugía laríngea.

Localización.
La más frecuente es en el tercio anterior, o el medio, de CV. Pueden situarse en la
vertiente superior o en la subglótica de la CV, deformando en su crecimiento casi
siempre el borde libre. Es difícil que aparezcan en el borde vibratorio, donde no existen
glándulas, o en el tercio anterior de la cuerda.
Casi siempre son unilaterales, solos los congénitos pueden ser bilaterales.

Clínica.
Disfonia, que puede ser reciente, brusca, o
después de un episodio inflamatorio de vías
respiratorias altas. La deformidad que produce en
el borde libre de la CV impide el cierre glótico y
produce esta sintomatología.
También pueden producir foniastenia.

Exploración.
El tono fundamental suele estar descendido, disminuyendo la intensidad de la voz.
El timbre: puede ser rasposo, velado, opaco, con desincronizaciones y
bitonalidad. Endolaringoscopia: es fundamental para su buena identificación,
pudiendo ser pasados por altos durante la exploración convencional con espejillo
laríngeo. Abombamiento o sobre-elevación de la CV hacia su cara superior, borde libre
o cara subglótica. Superficie lisa. A veces se aprecia perfectamente un contenido
viscoso blanco-amarillento bajo una mucosa distendida, deformada y generalmente
muy fina. Su apariencia es de una formación de consistencia más blanda que el pólipo.
En su cara superior pueden observarse, a veces, dilataciones capilares que traducen la
reacción inflamatoria de la mucosa. Su tamaño es variable a partir de unos 2 mm. En
la otra CV pueden observarse lesiones contralaterales de contacto.
Estroboscopia: cierre glótico insuficiente, disminución neta de la ondulación mucosa
en la cara superior y borde libre de la cuerda afectada. Ondulaciones asimétricas e
irregulares. La onda mucosa, según va progresando, se encuentra reducida a nivel del
quiste, debido a la fijación de la mucosa al mismo. En la apertura puede verse si el
quiste protruye hacia la subglotis.

Tratamiento.
El tratamiento de elección es su extirpación
microquirúrgica: cordotomía por la cara superior
de la CV, paralela al borde libre. Disección
cuidadosa del quiste separándolo de la mucosa y
del ligamento cordal al que puede estar muy
adherido, sin dejar restos para evitar recidivas y
sin lesionar la mucosa. Es fundamental intentar
que el quiste no se rompa. Es importante dejar la
mucosa de la cuerda lisa. Cuidados postoperatorios:
- Reposo vocal absoluto una semana. Posteriormente reposo vocal relativo según se
vaya observando la evolución. El realizar reeducación vocal, o no, depende de la
antigüedad del quiste y del examen funcional, estando indicada particularmente
cuando, como ocurre con frecuencia, se asocia una hiperfunción vocal.
- En los profesionales el reposo vocal depende de la evolución postoperatoria del
caso.
- En niños es necesaria una reeducación vocal prequirúrgica para corregir
comportamientos de esfuerzo vocal y como preparación se recomienda reposo vocal
absoluto.

Diagnóstico diferencial.
La imagen puede ser confundida con el nódulo, con el edema fusiforme o con un
pólipo de reciente formación.
Es frecuente, sobre todo en los embrionarios, que se asocien a sulcus vocalis.

Evolución.
El quiste puede vaciarse espontáneamente observándose una mejoría de la voz sin
llegar a la plena normalidad. Esta mejoría es temporal, pues el quiste volverá a
formarse.
No se conoce su degeneración maligna.
QUISTES DE BANDA VENTRICULAR.
Son auténticos quistes de retención de la
glándulas mucosas de la banda ventricular.

Etiología.
Se producen en la senectud, entre los 60 y 80
años.
Se producen por un proceso metaplásico de
sistema excretor de las glándulas que conduce a
una alteración en la eliminación de la secreción.

Histología.
Suelen estar recubiertos de epitelio excretor y
muchas veces también de oncocitos. El epitelio puede ser tan delgado que llegue a ser
traslúcido. Suelen presentar una delicada red vascular. Su contenido es grisáceo, en
los quistes con oncocitos es gris-amarillento, viscoso y filamentoso.

Clínica.
Generalmente son solitarios, pedunculados y localizados en el techo del ventrículo.
La apertura del ventrículo los empuja hacia la glotis. Alguno no están bien delimitados
y abomban desde el borde libre de la banda ventricular.
Pueden llegar a ser tan grandes que originen estridor.

Diagnóstico diferencial.
- Con el laringocele interno.
- Con el oncocitoma: ésta es una lesión muy rara, tiene una pared muy firme y
revestida de epitelio respiratorio.
- Edema de banda ventricular.

Tratamiento.
Quirúrgico. Los quistes bien delimitados son extirpados fácilmente de su
implantación por sección con tijeras o con asa. Los quistes mal limitados con extensión
a la profundidad de la banda ventricular, deben ser eliminados con mucho cuidado.
Posteriormente, en ocasiones, puede quedar un gran defecto en la banda ventricular,
pero éste no tiene ninguna repercusión funcional.
QUISTES DE EPIGLOTIS.
Se forman casi siempre en el mismo lugar, al lado de la
línea media de la cara anterior de la epiglotis o
profundamente en la vallécula gloso-epiglótica. Son los
quistes laríngeos más frecuentes.

Patogenia.
No es bien conocida, si bien se piensa que es la misma
que la de otros quistes de secreción mucosa.
Histología.
Suelen estar revestidos de epitelio plano, raras veces de epitelio cilíndrico y llenos de
un líquido amarillento, mucoso, muchas veces con grumos lechosos. En la pared del
quiste es frecuente encontrar infiltrados linfocitario e incluso pequeños folículos
linfáticos. Interiormente, la pared está recubierta por una mucosa delgada. Poseen una
red generalmente muy densa de vasos que dificultan su extirpación.

Clínica.
Son raros en los niños siendo más propios de la
personas de mediana edad.
No producen sintomatología más que cuando
son muy grandes, pudiendo dar trastornos en la
deglución o sensación de nudo en la garganta.
Los de tamaño excepcionalmente grande pueden
producir hasta sintomatología de obstrucción
respiratoria suponiendo a la vez una gran
dificultad para la intubación.
Es más frecuentemente que se diagnostiquen
como hallazgo casual durante la exploración.
Pueden ser múltiples e incluso asociarse a otras
patologías laríngeas.

Tratamiento.
Exéresis quirúrgica mediante microcirugía
laríngea, siempre que sea posible en una pieza y sin abrirlos.
El postoperatorio puede cursar con dolor y disfagia.

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