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Prevencióó n de recaíóda

Para todo equipo de salud mental que trabaja en la rehabilitación de personas


adictas, el trabajo en prevención de posibles recaídas es de fundamental importancia, dado
que todo adicto está constantemente expuesto a consumir nuevamente, puesto que, al
enfrentarse a situaciones de conflicto su respuesta automática es el retorno a su habitual
forma de respuesta a estas situaciones.

Para hablar de recaída es necesario establecer la definición, además de polarizar o matizar


los eventos que podríamos incluir bajo este concepto.

“Vuelta al consumo de la sustancia que era previamente objeto de dependencia”

(Tejero, Trujols y Casas, 1993, p. 298)

“Retorno al comportamiento adictivo o al estilo de vida anterior, después de un período


inicial de abstinencia y de cambio de estilo de vida (como mínimo entre uno y tres meses)”

(Graña y García, 1998a, p. 225).

La recaída podía considerarse de cinco formas distintas:

“1. como un evento discreto que se inicia con la vuelta al consumo de drogas;

2. como un proceso que de forma insidiosa conduce de nuevo al consumo;

3. como el retorno al consumo e drogas con la misma intensidad;

4. como el uso diario durante un número específico de días, y

5. como una consecuencia del uso de sustancias.”

Litman y sus col., 1983 (en Graña y García, 1998a, p. 225)


El objetivo fundamental y básico de la prevención de recaída es entregarle al adicto
herramientas y adiestrarlo en habilidades que lo ayuden a evitar la vuelta al consumo de
drogas.

Desde el paradigma donde nos sentamos a pensar y plantear el tratamiento para nuestras
usuarias, la abstinencia total a las drogas asoma como nuestro objetivo vital para la
consecución de nuestra meta terapéutica que s la rehabilitación del adicto.

El proceso de rehabilitación es si va de la mano con el auto conocimiento, ser capaces de


leer sus propias historias, tratando de identificar que lugar o que función cumple en
específico la droga en la vida del adicto. Esto de, el pie para, a partir del adicto y de sus
particularidades y su subjetividad se elaboren estrategias para hacer frente a los diversos
momentos de crisis con los que se encontrara a lo largo de su vida. Desde lo grupal es
necesario definir los puntos de encuentro de los adictos, objetivarlos y elaborar estrategias
de carácter generar con el fin de cumplir el propósito anterior.
Psicoeducación

Es necesario educar al adicto, debe conocer todas las implicancias sobre lo que significa ser
adicto, además de instruirlo en la forma de buscar por el mismo, otorgándole la
responsabilidad de ser el coterapeuta de su propio proceso; el lugar que ocupa la droga en
su vida. Esto además sirva para que el adicto se motive y se comprometa mas con su
rehabilitación.

Recaída:

“Vuelta al consumo de la sustancia que era previamente objeto de dependencia” (Tejero,


Trujols y Casas, 1993, p. 298)

“Retorno al comportamiento adictivo o al estilo de vida anterior, después de un período


inicial de abstinencia y de cambio de estilo de vida (como mínimo entre uno y tres meses)” (Graña
y García, 1998a, p. 225).

“Recaída es el restablecimiento de la conducta adictiva, pensamientos y sentimientos


después de un período de abstinencia. Este período de abstinencia puede variar
considerablemente… La recaída implica la interacción de factores biológicos, psicológicos y
sociales. La contribución específica de cada uno de estos factores en un individuo concreto
dependerá de su historia de aprendizaje, de su funcionamiento físico, su predisposición psicológica
y en entorno. La recaída no debe considerarse como una motivación que uno tiene, sino más bien
como una falta que puede corregirse mediante un examen y cambiando los factores de riesgo
individuales. Un retorno breve a la conducta adictiva no debe considerarse como una recaída, a no
ser que ocurra frecuentemente o desencadene un retorno prolongado a la pauta de la conducta
adictiva. Estos deslices pueden, de hecho, aportar señales sobre los factores biológicos, psicológicos
y sociales que requieren una evaluación más detallada. Finalmente, reemplazar una conducta
adictiva por otra podría considerarse como una señal potencial de desliz o recaída” (Chiauzzi,
citado en Graña y García, 1998a, p. 225).

Desde la perspectiva de Marlatt, podríamos distinguir distintas etapas en el proceso de la recaída:

 Lapso (desliz): error leve; ingesta aislada de la droga de elección; sin


intoxicación.
 Recaída (relapse): proceso transitorio de ingesta mayor en el tiempo y en
cantidad; con fenómenos de intoxicación, pero que se detienen.
 Colapso (collapse): regreso a conductas anteriores de consumo; ingesta masiva
con persistencia del mismo comportamiento en el tiempo, acompañada del regreso de
pautas anteriores de comportamiento y pensamiento.
Uso u abuso (riesgo de uso):

 Abstinencia: se trata de no mantener ninguna relación con las sustancias.


 Uso: utilización que se hace de una droga en un determinado momento y por medio del cual
se descubren unos efectos determinados, como consecuencia de dicho consumo.
 Uso experimental o casual: consumo de una sustancia de modo casual y esporádico, y tras
esa experiencia no se vuelve a consumir.
 Uso ocasional: consumir una sustancia sin una continuidad, sin que lleguen a aparecer
síntomas de tolerancia.
 Uso habitual: consumo de una droga frecuentemente, apareciendo tolerancia pero sin llegar
a la dependencia en su totalidad, aunque ya puede empezar a observarse un cierto deterioro
en el funcionamiento personal.
• Abuso: el consumo de una droga de modo reiterado e inadecuado, dañino o amenazando
con dañar la salud física, mental o el bienestar social de un individuo. El uso continuado de
la sustancia produce dependencia y tolerancia y su no consumo produce el síndrome de
abstinencia. Significa mal uso o excesivo y puede ser de larga duración o agudo.

Definiciones

Droga: la OMS define la droga como “toda sustancia que introducida en un organismo vivo, puede
modificar una o más de sus funciones, pudiendo producir un estado de dependencia física,
psíquica o de ambos tipos.

Dependencia: Conjunto de manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognoscitivas, que


demuestran que el consumo de una o más sustancias adquiere, para la persona afectada,
una prioridad desproporcionada en relación con otras conductas que antes tenían alto
valor. La manifestación característica de la dependencia es el deseo imperioso (compulsión)
de ingerir la sustancia. Además, si la persona vuelve a ingerir la sustancia después de un
periodo de abstinencia, reaparecen rápidamente los diversos síntomas o manifestaciones de
la dependencia.

Dependencia Física: Presencia de un estado fisiológico alterado que se manifiesta cuando se


suprime bruscamente el consumo de la droga, pudiendo aparecer intensos trastornos físicos,
como el llamado síndrome de abstinencia agudo, y que desaparecen cuando se reanuda el
consumo de la misma. Se usa frecuentemente como sinónimo de adicción.

Dependencia Psíquica: Al tomar una droga se produce una sensación de satisfacción y a su vez,
fuera de este estado, el sujeto experimenta una necesidad irreprimible de buscar, obtener y
reiniciar el consumo de la sustancia de forma regular o continuada para producir placer o
evitar el malestar, a pesar de los costes personales que ello conlleve. Se suele utilizar como
sinónimo de hábito, es decir, conducta repetitiva motivada en un principio por la falta de
sustancia en el cuerpo y posteriormente por la exposición a estímulos y conductas que
recuerdan el consumo.

Dependencia social: necesidad de consumir como manifestación de pertenencia a un grupo social


que proporciona signos de identidad claros.
Síndrome de abstinencia: conjunto de signos y síntomas desagradables de carácter físico y
psicológico que aparecen cuando, de forma brusca, se deja de consumir la droga que se
tomaba habitualmente y de la que se es dependiente. Según el DSM-IV la abstinencia es un
cambio de comportamiento desadaptativo, con concomitantes cognoscitivos y fisiológicos,
que tiene lugar cuando la concentración en la sangre o en los tejidos de una sustancia
disminuye en un individuo que ha mantenido un consumo prolongado de grandes
cantidades de esa sustancia.
Es específico de cada droga y expresa un cuadro de carácter contrario al producido por la
droga.

Tolerancia: El proceso por el cual el organismo se habitúa al uso continuado de una sustancia, con
lo que para conseguir los mismos efectos a nivel orgánico o psicológico que se alcanzaban
anteriormente con una dosis mínima, ahora el individuo tiene que tomar una dosis mayor.

Sobredosis: consumo de una sustancia en una cantidad mayor a la que tolera el organismo en un
corto espacio de tiempo (intoxicación aguda). Puede llegar a causar la muerte en los casos
en que no se atienda con rapidez. Es un hecho erróneo considerar la sobredosis como el
consumo de una dosis alta simplemente. La reacción de una misma dosis depende de las
características del consumidor.

Síndrome Amotivacional: Se trata de un estado caracterizado por la apatía, la falta de interés por
prácticamente todo lo que no sea conseguir y consumir drogas, reduciéndose al mínimo el
resto de actividades y produciéndose un déficit en las funciones psíquicas básicas.

Sinergia: Es el efecto que se produce al consumir varias drogas a la vez. Este suele ser más fuerte
que la suma de los efectos de cada droga tomada individualmente y en ocasiones el
resultado puede ser tan peligroso como desconocido.

Polidrogodependencia: Persona que consume varias drogas, bien sea al mismo tiempo,
mezclándolas para que los efectos sean mayores o bien que consume varias drogas pero en
distintos momentos.

Variabilidad Individual: todos los conceptos anteriormente definidos están mediatizados por este
factor, entendiendo por “variabilidad individual” que el alcance de cualquier efecto
producido por una sustancia, así como la dependencia, tolerancia y abstinencia que pueda
provocar, dependerá en cierta medida de las características bio-psico-sociales de cada
individuo, siendo por tanto necesaria la realización de programas de tratamiento
individualizados para cada persona.

Intoxicación: Desarrollo de un síndrome clínico reversible caracterizado por una serie de


respuestas “anormales” tanto comportamentales como psicológicas debidas a la ingestión
reciente de una droga con acciones a nivel del sistema nervioso central (DSM-IV).

Abuso: Autoadministración de cualquier droga de una forma culturalmente desaprobada, que causa
consecuencias adversas específicamente definidas en el DSM IV.

Adicción: Patrón comportamental de abuso de drogas caracterizado por la búsqueda y uso


compulsivo de una droga y una alta tendencia a la recaída después de discontinuar el uso
(DSM-IV).
Dependencia: Estado fisiológico de neuroadaptación producido por la administración repetida de
una droga, y que precisa de la administración continua para prevenir la aparición del
síndrome de abstinencia (DSM-IV).

Síndrome de Abstinencia: Reacciones psicológicas y fisiológicas al cese abrupto de una droga que
produce dependencia (DSM-IV)

Adicción a Drogas. Facultad de Ciencias Médicas: Universidad de


Santiago de Chile..(2000).

Clasificación según su efecto

Depresores: Los depresores del sistema nervioso también llamados calmantes o sedantes, relajan y
hacen que se esté menos consciente a lo que sucede a su alrededor. El alcohol, los
hipnóticos, los tranquilizantes, analgésicos y narcóticos como la heroína y la morfina
producen estos efectos.

Estimulantes: Aceleran los procesos mentales y hacen que la persona se sienta más alerta
proporcionando una sensación de euforia o mayor ánimo, entre este tipo de drogas se
cuentan la cocaína y la cafeína.

Alucinógenos: También llamados psicodélicos, son sustancias que cambian las PERCEPCIONES
del sujeto. Entre ellos se encuentran la marihuana, el hashish, el LSD, la mescalina, y dosis
excesivas de algunas drogas usadas en medicina interna.
El proceso de la drogadicción

Desarrollar una adicción no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Es necesario


quemar distintas etapas. El 60% de las personas que han consumido drogas sólo llega a una etapa de
experimentación y posteriormente abandona el consumo. Sin embargo, algunas personas continúan
con etapas donde el compromiso con la droga se va haciendo cada vez mayor. Identificar estas
etapas y las posibilidades de intervención es una herramienta fundamental para comprender a
cabalidad el fenómeno del consumo de drogas. Sólo así podremos desarrollar acciones
diversificadas en el ámbito escolar. No todos los consumidores son iguales y no podemos hacer lo
mismo con todos. Conozcamos las cuatro etapas del proceso drogadiccional.

PRIMERA ETAPA: Aprendiendo el Giro Anímico

A. Cede a la presión grupal y prueba la droga.

 Necesidad de pertenencia y aceptación.

 Curiosidad.

 Siente angustia frente a la potencial pérdida del grupo de pares. En este sentido son menos
vulnerables aquellos que presentan una familia protectora.

 El joven en riesgo tiende a valorar más el grupo.

 El joven con familia afectiva, integrada, democrática,con humor, genera en sus hijos
recursos protectores para cualquier tipo de daño.

 Este proceso es importante en jóvenes con familias donde no hay un ambiente sano,
acogedor y estable.

La presión continúa y llega un momento en que la persona descubre el giro hacia la euforia.

B. Consume en situaciones sociales: fiestas, conciertos, fines de semana en la noche.

C. Generalmente consume con su grupo de pares, la tendencia es que no consuma solo.

D. Descubre las sensaciones "positivas" que la droga le produce. Lo pasa bien, hace cosas que no se
atrevía y al día siguiente no pasa nada a menos que le venga una sensación de pánico.

 aumento de la relajación

 episodio de hilaridad

 sensación de bienestar generalizado

 sociabilidad aumentada
E. Rendimiento escolar normal

F. La familia no se percata de lo que ocurre.

Aproximadamente un 60% sólo llega a esta etapa.

SEGUNDA ETAPA: Buscando el Giro Anímico

A. Comienza la escalada y aumenta la tolerancia, la persona consume más y de mejor calidad.

B. Busca el giro anímico por sí solo.


Empieza a saber dónde venden, conoce, sabe. Se vincula directamente. Asume una postura personal.
Ya no sólo consume los fines de semana. Hay una propositividad detrás de su comportamiento.
Aquí ya empieza a ser un poco el proveedor, traspasa sus propios límites.

C. Estructura una vida "dual".


Mantiene una fachada de normalidad frente a la familia, colegio, frente a los otros que le importan.
Paralelamente se produce una forma de vida oculta que comparte con los consumidores. Esto es
complicado sobre todo en personas dependientes, hay una sensación de "infidelidad". La vida dual
es muy difícil de mantener.

D. Domina la volada y llega a la euforia.


Se pone en una postura psicológica para manejar la volada, dominio del proceso psicológico.

E. Depresión y Aislamiento.
Al volver a la normalidad surgen los primeros estados de depresión y aislamiento. (Estoy
engañando, alejándome de los que quiero. Empieza a acercarse a otra gente, pero engañando a los
que son importantes.

F. La Familia.

En la familia surge desconcierto, irritación, enojo, angustia, "ya no es el mismo", no comparte con
la familia. A veces se confunde con el proceso de adolescencia normal. Él siente que la cosa se le
desmorona un poco. Surgen las primeras técnicas de manipulación. Dice que va a un lado y va a
otro, miente para conseguir plata, usa colirio en los ojos. Trata de manipular las evidencias.

G. Surgen los primeros robos en la familia para financiar el consumo de drogas.

H. Fracasa el desarrollo de los recursos psicológicos necesarios para enfrentar la vida.


Pérdida de motivación, seguridad, confianza, esfuerzo, autocontrol, propositividad. Frente a
cualquier situación de vida que lo demanda, recurre a la solución química para afrontar las
exigencias que la vida presenta.

I. Surgen los primeros sentimientos de culpa.

J. Aumenta el consumo
TERCERA ETAPA: Preocupación por Lograr la Euforia

A. El uso pasa a ser regular y la tolerancia aumenta.


Comienza el uso de drogas fuertes buscando una mayor alteración del estado de consciencia.
Aumenta el consumo de alcohol experimentando con fármacos, estimulantes y tranquilizantes.

B. Se rompe la fachada. Es difícil sostener una vida dual, ya no pretende verse ni sentirse normal.
Generalmente esto coincide con que la familia realmente asume y se da cuenta de lo que pasa. Por
lo tanto surge una aguda crisis familiar donde a menudo se presenta la violencia (física y
psicológica). La primera reacción de la familia es el temor ante lo que se reacciona con agresión, se
le quita todo, la casa es una cárcel, desconfianza generalizada.

C. Las actividades delictuales salen de la casa e ingresan a la calle, robo, hurto, tráfico menor,
prostitución (masculina y femenina).

D. Falta y abandono escolar y/o laboral, para concluir con la exclusión del sistema.

E. Surgen fuertes sentimientos de culpa, ya están ocurriendo muchas cosas.

F. Carece de los recursos psicológicos necesarios para enfrentar la crisis, frente a eso consume más
droga porque la angustia es fuerte.

G. Surgen sensaciones de incontrolabilidad y fracaso.

H. Surgen los primeros intentos reales de dejar la droga, fracasa en sus intentos.

I. Cuando está en ausencia de la droga la pasa mal física y psicológicamente. Busca la droga para
salir de ese estado.

J. Comienza a sentir dificultades para lograr la euforia.

CUARTA ETAPA: Desesperación por Lograr la Normalidad

A. Ya no alcanza la euforia; se droga para afrontar el día, para vincularse con el mundo real, para
intentar sentirse normal.

B. Consume fuertes cantidades de droga. Recurre a recetas de drogas mezcladas con el propósito de
sentirse bien.

C. Llega a un estado de dolor crónico.

D. Se ve inundado por ideas suicidas y paranoides. Se genera un estilo paranoídeo de relación con
todo el mundo.

E. La vida anímica se torna inestable.


El proceso encubierto de la incubación de un proceso de
recaída

Fase I: Señales internas de aviso de recaída

 Dificultades para pensar con claridad

 Problemas para manejar los sentimientos y las emociones

 Problemas para recordar las cosas

 Problemas para manejar el estrés

 Alteraciones del dormir

 Problemas en la coordinación física

 Sentimientos de vergüenza, culpa y desesperación

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol

Fase II: Retorno a la negación

 Preocupaciones respecto al bienestar personal (mente limpia, “creo que mi recuperación es


muy larga”)

 Negación de la preocupación

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída

Fase III: Evitación y comportamiento defensivo

 Creer que nunca se volverá a usar la sustancia

 Pensar en otras personas en lugar de si mismo

 Defensividad

 Comportamientos compulsivos

 Comportamiento impulsivo

 Tendencia a aislarse

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol


Fase IV: Construyendo crisis

 Visión de túnel (ver solo ciertos aspectos de la vida e ignorar los demás)

 Depresión menor

 Pérdida de un plan constructivo para el día-a-día

 Los planes comienzan a fallar

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol

Fase V: Inmovilización

 Soñar despierto y pensamiento fantasioso

 Sentir que nada puede resolverse

 Deseos inmaduros de felicidad

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol

Fase VI: Confusión y sobre-reacción

 Períodos de confusión

 Irritabilidad

 Irritación con los amigos

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol

Fase VII: Depresión

 Hábitos de comida irregulares

 Falta de deseo de emprender acciones

 Hábitos de dormir irregulares

 Pérdida de la estructura diaria

 Períodos de depresión profunda

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol

Fase VIII: Pérdida de control del comportamiento

 Asistencia irregular a las sesiones de tratamiento


 Desarrollo de una actitud de “no cuidar de mi”

 Rechazo abierto hacia la ayuda de otros

 Sentirse impotente y desesperado

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol

Fase IX: Reconocimiento de la pérdida de control

 Auto-compadecerse

 Pensamientos de beber socialmente (“puedo pensar que quizá yo podría beber y mantener el
control” “creo que me sentiré bien si bebo un poco”)

 Mintiendo conscientemente

 Pérdida completa de la confianza en su mismo (“no creo que yo pueda cambiar las cosas,
no hay nada que pueda hacer)

 El proceso encubierto de la incubación de un proceso de recaída en usuarios de alcohol

Fase X: Reducción de opciones

 Resentimientos profundos

 Interrupción de todos los tratamientos

 Soledad abrumadora, frustración, rabia y tensión

 Pérdida del control del comportamiento

¿Por qué se usan las drogas?

Básicamente esto sucede debido a que producen placer, es decir, la gente utiliza las sustancias de
abuso debido a que les gusta lo que ellas hacen en el cerebro.

La activación de este sistema parece ser un elemento común a situaciones que provocan placer y
sirve como sistema de recompensa, permitiendo reforzar aquellas acciones que son útiles para
nuestra supervivencia y reproducción.

La estimulación del NAC genera sensaciones de placer y actúa como un “refuerzo positivo”.

En términos generales los seres humanos y otras especies tendemos a repetir aquellas acciones que
nos generan placer aún cuando ellas impliquen tiempo y esfuerzo.

Todas las drogas de abuso, independientemente de su mecanismo de acción inicial (activación de


receptores colinérgicos la nicotina, o receptores opioides la morfina o receptores dopaminérgicos, la
cocaína), tienen como elemento común la estimulación de la vía dopaminérgica que va desde la
VTA al NAC y elevan los niveles de dopamina en el NAC.

Sin embargo, si las acciones de las drogas de abuso se explicaran sólo por estos hallazgos, todos los
que hemos estado expuestos a drogas seríamos adictos y esto no es así.

el sistema nervioso central de los adictos (lo cual normalmente es debido al uso prolongado de la
sustancia) que cambia su cerebro del de un “usuario de la droga” a un patrón de búsqueda y
consumo compulsivo de la misma.

73Esto permite explicar algunos de los cambios dramáticos observados en el comportamiento de los
sujetos adictos y señala porqué el cerebro de un adicto es diferente del de un sujeto normal.

Sin embargo, hallazgos de los últimos dos años han indicado que estos cambios a nivel genético, si
bien son de largo plazo, en la mayoría de los casos no van más allá de los ocho meses luego de
terminar el uso de la droga.

¿Porqué entonces la adicción es una enfermedad crónica?, ¿Porque un alcohólico que no ha


bebido en cinco o más años vuelve a probar el alcohol y recae nuevamente en su adicción?

Los más interesantes avances hechos en el campo de la adicción provengan de la colaboración entre
científicos que estudian los procesos adictivos y los del aprendizaje y memoria.

Semejanzas de la adicción con “aprender a andar en bicicleta”.

Dopamina y Motivación

El sistema de recompensa afectado por las drogas adictivas está involucrado en la regulación de
nuestras motivaciones.

A través de nuestra corteza prefrontal, los seres humanos aprendemos y conocemos el mundo y
desarrollamos comportamientos y expectativas basados en la experiencia (memoria?).

En el NAC estas expectativas son comparadas con los estímulos que nuestro cerebro recibe a cada
momento.

Si la recompensa es mayor de la esperada, se libera dopamina en el NAC y esta liberación actúa


como señal para acciones que nos lleven a tratar de continuar recibiendo el estímulo. Creamos
memorias de experiencias.

A través de un incremento en los niveles de dopamina en el NAC, las drogas de abuso “toman
control” de este sistema.
Si el uso de la sustancia continúa, el cerebro se adapta al exceso de dopamina, la producción natural
disminuye y los receptores dopaminérgicos (del placer) se insensibilizan y se hacen menos
numerosos. Esto es lo que explica el fenómeno de la tolerancia.

Pero fundamentalmente afecta la capacidad de sentir placer con otras acciones y estímulos (la
dopamina está muy baja).

No sólo el placer lleva a la adicción

Tal como hemos visto, los efectos “placenteros” producidos en el sistema de recompensa por las
drogas de abuso actúan como un “refuerzo” para continuar su uso.

Pero también ciertos efectos negativos (conocidos como “procesos oponentes”) del uso de drogas
están involucrados en la generación de un cerebro adicto.

Estos procesos son básicamente tres: la tolerancia, la dependencia y el síndrome de abstinencia.

Todos estos fenómenos están relacionados con los cambios a nivel de sistemas de recompensa,
neurotransmisores e intracelulares que hemos señalado y apoyan el concepto de que la adicción es
una patología del sistema nervioso central ya que en definitiva, un cerebro adicto difiere en su
neurobiología de un cerebro no adicto.

La Adicción no es Sólo una Enfermedad de Nuestro Cerebro

Existen múltiples elementos que determinan que una persona utilice una droga en forma
compulsiva, y que van más allá de las acciones de una determinada sustancia a nivel de nuestro
SNC.

La mayoría de las personas están expuestas a drogas y sin embargo no se vuelven adictos. Incluso
muchos de aquellos que usan o abusan de drogas, jamás se vuelven adictos.

Una multiplicidad de factores tiene que ver con al expresión final de la enfermedad:

Factores relacionados con las sustancias: como la disponibilidad de la misma.

Factores del huésped: otro factor es la personalidad. Es reconocida entre los investigadores del área,
la existencia de una “drug seeking personality” (algo así como “personalidad buscadora de droga”).
La herencia o factores genéticos es otro elemento muy importante a la hora de analizar las
posibilidades de generar una adicción.

Factores ambientales: si hay algo que caracteriza a la adicción es que es una enfermedad para la
cual el contexto social en la cual se desarrolla y expresa es críticamente importante.
SÍNDROME DE ABSTINENCIA, CRAVING Y RECAÍDA

Un método para el estudio del abandono del consumo de drogas ha consistido en investigar
a aquellos usuarios (especialmente a usuarios de opiáceos) que han decidido cambiar por si mismos,
sin la ayuda de un tratamiento especializado (Gossop, 1993).

Los hallazgos indican que a pesar que un porcentaje no despreciable de usuarios fueron
capaces de desintoxicarse por si mismos, la duración de la abstinencia fue más bien breve, y
parecida al de aquellos individuos que han seguido un tratamiento ambulatorio.

Gossop indica que las razones dadas por los adictos a opiáceos respecto a su fracaso en sus
intentos de abandono de drogas sin tratamiento incluían: las tentaciones debidas a la disponibilidad
de drogas o el fácil acceso a las mismas, ausencia de apoyo durante la desintoxicación, y la
gravedad de los síntomas de abstinencia.

Ese autor afirma que “la presencia del síndrome de abstinencia representa un obstáculo que
se presenta al principio del intento de abandonar la droga […] y es poco frecuente que se otorgue la
importancia adecuada al síndrome de abstinencia en el proceso de recuperación” (Gossop, 1993, p.
12).

El uso continuado de la mayoría de las sustancias psicoactivas conduce al desarrollo de


dependencia física; la cual se define por la aparición de los síntomas de abstinencia (que pueden
llegar a ser graves para algunas sustancias) al suspender el consumo y el consiguiente retorno al
consumo para aliviar dichos síntomas. (Babor, Cooney and Lauerman, 1986)

La condición de dependencia sigue un curso de progresión que puede representarse en 3


niveles:

 Nivel Primario: Aumento de la tolerancia y dependencia de la misma.


 Nivel Medio: Pérdida progresiva del control.
 Nivel Crónico: Deterioro biopsicosocial y espiritual

Esta progresión en el desarrollo de la dependencia también se conoce como “ciclo


adictivo”, en el cual se han descrito varias etapas:

1. Gratificación a corto plazo


2. Dolor a largo plazo
3. Pensamiento adictivo
4. Aumento de la tolerancia
5. Pérdida del control
6. Daño biopsicosocial y espiritual
El síndrome de abstinencia ha sido dividido en dos fases:
 Síndrome de Abstinencia Aguda: con una duración de entre 3 a 10 días después del
cese del consumo; y
 Síndrome de Abstinencia Post-Aguda: con una duración entre 10 días y tiempo
indefinido.

En el CIE-10 (OMS, s/f) se define la Dependencia, como la presencia en los últimos doce
meses, en forma continua o en algún momento, de 3 o más de los criterios que se describen a
continuación:

1. Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir la sustancia.


2. Las personas reconocen una menor capacidad para controlar ya sea el comienzo del
consumo de una sustancia o para detenerlo o disminuir la cantidad consumida.
3. Presencia de síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia cuando el consumo de
la sustancia se reduce o cesa. Se confirma el diagnóstico de la presencia de Síndrome de
Abstinencia, porque los síntomas característicos se alivian al consumir nuevamente la
misma sustancia que los provoca, o una sustancia del mismo grupo.
4. Aumento de la tolerancia; se requiere de un aumento progresivo de la dosis de la
sustancia para lograr el mismo efecto que originalmente se producían con dosis más
bajas.
5. Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversión, a causa del consumo de la
sustancia.
6. Aumento del tiempo necesario para obtener o administrarse la sustancia o para
recuperar sus efectos.
7. Persistencia en el consumo a pesar de las evidentes consecuencias perjudiciales, como
daños somáticos, estados de ánimo depresivos consecutivos a períodos de consumo de
alguna sustancia o deterioro cognitivo secundario.
Síndrome de Abstinencia Agudo

Este síndrome presenta distintos síntomas, según las distintas sustancias psicoactivas. A
continuación se describen esos síntomas (DSM-IV, American Psychiatric Association, 1995):

Síndrome de Abstinencia por Alcohol

A. Cese o reducción en el uso del alcohol que ha sido intenso y prolongado.


B. Dos o más de los siguientes rasgos desarrollados en varias horas a pocos días después
del criterio A:
(1) Hiperactividad autonómica (sudoración o incremento del pulso más allá de 100/min
(2) Temblor de manos intenso
(3) Insomnio
(4) Nauseas o vómitos
(5) Ilusiones o alucinaciones transitorias, visuales, táctiles o auditivas
(6) Agitación psicomotora
(7) Ansiedad
(8) Convulsiones generalizadas
C. Los síntomas en el criterio B causan alteración significativa en varias áreas del
funcionamiento como la social u ocupacional.
D. Los síntomas no son debidos a una condición médica general o a otro trastorno mental.

Síndrome de Abstinencia por Cannabis

Aunque se ha descrito un síndrome de abstinencia leve en consumidores crónicos de altas


dosis de marihuana cuando suspenden abruptamente el consumo, lo usual es encontrar
ausencia de dicho síndrome debido a la eliminación lenta de THC del organismo.

Los síntomas de abstinencia se presentan en las primeras ocho horas de la suspensión y


persisten por dos a tres días. Se caracteriza por la presencia de irritabilidad, ansiedad,
perturbaciones del sueño (insomnio inicial), náuseas, vómito, anorexia, pérdida de peso,
temblores, sudoración, dolores musculares, incremento de la temperatura corporal y
búsqueda de la droga. Son usualmente leves y no requieren de un tratamiento
medicamentoso en particular.

Síndrome de Abstinencia por Cocaína

A. Cese o reducción de la cocaína después de un uso intenso y prolongado.


B. Animo disfórico y dos de los siguientes cambios fisiológicos, desarrollados unas pocas
horas a varios días después del criterio A:
(1) Fatiga
(2) Sueños vívidos, no placenteros
(3) Insomnio o hipersomnia
(4) Apetito incrementado
(5) Retardo o agitación psicomotora
C. Los síntomas en el criterio B ocasionan distrés significativo o alteración en varias áreas
del funcionamiento, como el social o el ocupacional.
D. Los síntomas no son debidos a una condición médica general o a otro trastorno mental.

Síndrome de Abstinencia por Sedantes, Hipnóticos o Ansiolíticos

A. Interrupción (o disminución) de un consumo abundante y prolongado de sedantes,


hipnóticos o ansiolíticos.

B. Dos (o más) de los siguientes signos, que aparecen entre algunas horas o días después
del Criterio A:
(1) hiperactividad autonómica (p. ej., sudoración o más de 100 pulsaciones)

(2) aumento del temblor de manos

(3) insomnio

(4) náuseas o vómitos

(5) alucinaciones visuales, táctiles o auditivas transitorias, o ilusiones

(6) agitación psicomotora

(7) ansiedad

(8) crisis comiciales de gran mal (crisis epilépticas)

C. Los síntomas del criterio B provocan un malestar clínicamente significativo o


deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la
presencia de otro trastorno mental.

Síndrome de Abstinencia por Anfetaminas

A. Interrupción (o disminución) del consumo de anfetamina (o sustancias afines)


después de su consumo prolongado y en grandes cantidades.
B. Estado de ánimo disfórico y dos (o más) de los siguientes cambios fisiológicos, que
aparecen horas o días después del Criterio A:
(1) fatiga

(2) sueños vívidos, desagradables

(3) insomnio o hipersomnia

(4) aumento del apetito

(5) retraso o agitación psicomotores


C. Los síntomas del Criterio B causan un malestar clínicamente significativo o un
deterioro laboral o social, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la
presencia de otro trastorno mental.

Síndrome de Abstinencia por Opiáceos

A. Alguna de las siguientes posibilidades:


(1) interrupción (o disminución) de un consumo abundante y prolongado (varias
semanas o más) de opiáceos

(2) administración de un antagonista opiáceo después de un período de consumo de


opiáceos

B. Tres (o más) de los siguientes signos y síntomas, que aparecen de pocos minutos a
varios días después del Criterio A:
(1) humor disfórico

(2) náuseas o vómitos

(3) dolores musculares

(4) lagrimeo o rinorrea

(5) dilatación pupilar, piloerección o sudoración

(6) diarrea

(7) bostezos

(8) fiebre

(9) insomnio

C. Los síntomas del Criterio B provocan malestar clínicamente significativo o deterioro


social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la
presencia de otro trastorno mental.
Síndrome de Abstinencia por Inhalantes

Se ha descrito la tolerancia a los efectos de los inhalantes; un posible síndrome de


abstinencia comienza a las 24-48 horas de suspensión y puede presentarse hasta 6 días
después, con síntomas como perturbaciones del sueño, temblor, irritabilidad, diaforesis,
nauseas e ilusiones. A pesar de ello, el síndrome no ha sido bien documentado y al parecer
carece de importancia clínica.
Síndrome de Abstinencia por Nicotina

A. Consumo de nicotina durante al menos algunas semanas.


B. Interrupción brusca o disminución de la cantidad de nicotina consumida, seguida a las
24 horas por cuatro (o más) de los siguientes signos:
(1) estado de ánimo disfórico o depresivo

(2) insomnio

(3) irritabilidad, frustración o ira

(4) ansiedad

(5) dificultades de concentración

(6) inquietud

(7) disminución de la frecuencia cardíaca

(8) aumento del apetito o del peso

C. Los síntomas del Criterio B provocan un malestar clínicamente significativo o


deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los síntomas no se deben a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia
de otro trastorno mental.
Síndrome de Abstinencia Post-Agudo

El Síndrome de Abstinencia Post-Agudo o síndrome de abstinencia retardado fue descrito y


ha sido estudiado por Martin y sus colaboradores (Tejero, Trujols y Casas, 1993); este síndrome
seguiría al síndrome de abstinencia agudo y estaría caracterizado por una desregulación de
diferentes procesos homeostáticos regulados por el sistema nervioso autónomo, y que se supone es
la consecuencia del daño neurológico ocasionado por las sustancias adictivas y el estrés psicosocial
de enfrentarse a la vida sin drogas. La recuperación en si misma ocasiona estrés y éste afecta a la
disfunción cerebral, dando lugar a una serie de síntomas cuya intensidad máxima se da entre los 3 a
6 meses de iniciada la abstinencia.

Gorsky y Miller (Tejero, Trujols y Casas, 1993, p. 306) han descrito los siguientes síntomas
de este Síndrome de Abstinencia Post-Aguda1:

 incapacidad de pensar con claridad


 problemas de la memoria
 hiper-reactividad emocional
 trastornos del sueño
 problemas de coordinación física
 aumento de la sensibilidad al estrés

1
Autoconocimiento

Es necesario que el adicto sea capaz de saber qué es lo que está viviendo, pensando y
sintiendo en los diversos momentos de su vida, con el objetivo de identificar su
subjetividad al respecto, es decir significar sus formas de pensar y actuar ante diversos
estímulos, lo que lo ayudara a prevenir o anticipar una recaída, comparándose con la
objetivación del proceso de recaída.

Exploración de creencias respecto al uso de sustancias

Técnicas cognitivas generales

 Análisis de ventajas y desventajas

 Identificación de creencias Nucleares y Adictivas

 Identificación de pensamientos automáticos

 Identificación y registro de síntomas de craving

 Identificación de factores de riesgo y protección


Entrenamiento de habilidades y adquisición de herramientas

Es necesario enseñarle al adicto estrategias de orden cognitivo de autocontrol que le


permitan controlar su mente a la abstinencia total, anticipándose al oposicionismo y la
desesperanza en el compromiso de dejar el consumo. Es necesario enseñar al adicto
estrategias que sirvan para engañar al cerebro a través de una “negación adaptativa” del
deseo y opción de usar drogas, entrenando al adicto a aceptar radicalmente la ausencia del
consumo y las dificultades que esto conlleva, fortaleciendo el compromiso con la
consecución de su proyecto de vida.

 La persona es entrenada a mirar hacia delante, planear el peligro y a ser proactivo al


no consumo

 Es entrenada a quemar las vinculaciones con el consumo y los puentes que lleven a
el

 Enseñados a detectar sus claves peligrosas y como evitarlas o enfrentarlas

 Enseñados a tolerar y enfrentar ansias y craving de consumo

 Entrenados en habilidades que ayuden a la persona a cambiar de ambiente social


para que sea reforzador de conductas libres de drogas

Es necesario no estar ajeno a los avatares propios de un tratamiento para personas adictas,
por lo tanto es de suma importancia preparar a adicto ante una eventual recaída, pero
siempre basándonos en el hecho que siempre es mejor evitarla. La recaída es vista no como
la perdida de todo lo trabajado, si no, más bien como la oportunidad de aprender de esta, o
de trabajar aspectos del tratamiento que hayan podido ser omitidos o simplemente no
tomado con la importancia necesaria, por lo tanto aprender del análisis en cadena e
identificando soluciones para un futuro evento que pudiera gatillar el consumo nuevamente.

Esto puede ser visto como una habilidad de “caer bien”, poniendo el énfasis en “si la crisis
ocurriera entonces….”

Es necesario poner el foco en la precaución, planificación y preparación para aumentar el


control conductual del adicto frente a situaciones de riesgo inevitables incluidas potenciales
caídas que no progresen para instalar el patrón de consumo

Otra habilidad que es necesario que el usuario adquiera es la capacidad de utilizar sus redes,
y ante potenciales crisis tener la capacidad de recurrir al centro de tratamiento como barrera
de contención antes de consumir.

El adicto debe tener claro que sus motivaciones para dejar el consumo además de las
potenciales consecuencias para su vida.
Estrategias cognitivo-conductuales para el manejo
del craving
por González Salazar, I. D.

En el presente trabajo se revisaron los aspectos generales del craving y se destacó su


importancia para la adherencia al tratamiento en adicciones. De igual manera se revisaron
las diferentes estrategias cognitivo-conductuales para el manejo del craving, las cuales
incluían: detención del pensamiento, técnicas de distracción, control y programación de
actividades, entrenamiento en relajación, técnicas de imaginación, desensibilización
sistemática, autoinstrucciónes y discusión de ideas irracionales. Esto se logró revisando la
bibliografía pertinente. Se concluyó que cumplió con el objetivo de informar y contribuir al
conocimiento del psicólogo, mismo que se considera logrado.

Introducción

El manejo del craving es una situación determinante para la adherencia al tratamiento


de las personas fármacodependientes puesto que es el factor más importante de abandono
terapéutico. Los pensamientos, sentimientos y conductas que se presentan durante el
periodo de abstinencia pueden lograr, por su intensidad y su naturaleza, que el paciente deje
el tratamiento y reincida dado el poder que éste ejerce sobre la persona, incluso, después de
varios años de abstinencia. Por lo tanto el craving significa un problema muy difícil para las
personas que presentan abuso de sustancias. De igual manera no resta de importancia
clínica.

El DSM IV, menciona que el craving se observa con frecuencia (quizá en todos) en los
pacientes fármacodependientes, mismo que describe como una “necesidad irresistible de
consumo” (APA, 1994, pag. 182). Esa necesidad tiende a la realización de la misma, que se
alcanza con la consumación por medio de un acto consumatorio. “Los craving y los
impulsos por el consumo tienden a ser automáticos y llegar a ser <<autónomos>>, es
decir, pueden continuar incluso aunque la persona intente suprimirlos, no se suprimen con
facilidad” (Sánchez 2002). Por lo anterior, se destaca la relevancia de este documento, dado
que su abordaje es de inminente importancia para el tratamiento del sujeto
fármacodependiente, en donde el psicólogo debe conocer las estrategias que le competen
para el mismo para integrarse dentro de un equipo multidisciplinario y brindar un servicio
de alta calidad al paciente para contribuir a su recuperación y rehabilitación. De esta
manera, se pretende que el presente trabajo sirva como una guía sobre las estrategias para el
manejo del craving, las cuales son, por elección, cognitivo conductuales así como
contribuir al conocimiento del lector. Para este efecto se revisarán los aspectos relevantes
para este manejo.
El craving es un deseo (o necesidad psicológica) intenso e irrefrenable que conduce al
individuo a abandonar la abstinencia. Beck y cols. (1999) identifican cuatro tipos de
craving, mismos que se enumeran a continuación:

1. Respuesta a los síntomas de la abstinencia: Cuando sucede la

disminución del grado de satisfacción que encuentran en el uso de

la droga, pero el incremento de sensación de malestar interno

cuando deja de tomar la droga.

2. Respuesta a la falta de placer: Cuando sucede el aburrimiento o no

tengan habilidades para encontrar formas prosociales de divertirse,

por lo cual desea mejorar su estado de ánimo "automedicandose"

3. Respuesta "condicionada" a las señales asociadas con drogas:

Cuando los pacientes asocian estímulos neutros (una esquina

determinada de una calle, un número telefónico, un nombre, etc.)

condicionados por una intensa recompensa obtenida de la

utilización de drogas que inducen un craving automático.

4. Respuesta a los deseos hedónicos: Cuando el paciente combina una

experiencia natural placentera con el uso de drogas (por ejemplo,

cuando combina el sexo y drogas) que hace que se asocien,

desarrollando un inicio de craving al realizar la actividad natural

sin el uso de drogas por que el placer experimentado de estas

experiencias no es comparable cuando se combina con la droga.


Es importante señalar que el manejo multidisciplinario profesional es vital para la
efectividad del tratamiento. En función del manejo psicológico de las
fármacodependencias, es decir, excluyendo las estrategias farmacológicas usadas en
psiquiatría, las técnicas cognitivo conductuales son las de elección dado que se ha
comprobado que son superiores a los otros métodos psicoterapéuticos.

“La literatura existente confirma la efectividad de las intervenciones de corte


cognitivo-conductual en el tratamiento de las drogas en general combinados con el
tratamiento médico.”(Sánchez y cols., 2002b, pag. 9) Avila (2002) menciona que entre los
tratamientos psicológicos más eficaces se encontraron como principales las terapias
cognitivas. Así mismo encontró que las menos eficaces son las psicoanalíticas, psicoterapia
general y terapia familiar. Otro beneficio de las estrategias cognitivo-conductuales, es que
“con ellas el sujeto se siente mayormente comprometido con su abstinencia que con otras.”
(Shine, 2000, pag. 1)

El terapeuta debe reconocer y comprender los cravings de su paciente, sus tipos, sus
elementos esenciales y su naturaleza, así como empatizar con el mismo para poder
determinar la mejor estrategia para este manejo. Para esto es relevante que el sujeto
entienda el craving, para lo cual el paciente debe darse cuenta de que “experimentar cierto
grado de ansiedad es normal y muy común. Sentir que esta ansiedad no significa que algo
está mal o que el paciente realmente desea consumir drogas otra vez.” (NIDA, 1999,
citado por CIJ, 1999, pag. 88) De igual manera, debe describir o detectar el craving. Para
esto puede ser útil el empleo de autorregistros, así como preguntar ¿Cómo es su craving?,
¿Qué tanto le afecta?, ¿Cuánto tiempo dura? ¿Qué es lo que hace otrata de hacer para
manejar el craving?, etc.

Ya identificado el craving y las emociones y pensamientos asociados (por medio de


autorregistros, análisis funcional y la entrevista), se procede, según la elección del terapeuta
y la naturaleza del craving, a la aplicación de un programa o estrategia cognitivo-
conductual. A continuación se describen algunos:
I. Detención de Pensamiento

El método de detención de pensamiento (También llamada bloqueo o parada de


pensamiento) consiste en la interrupción y modificación, por medio de la sustitución, de los
pensamientos asociados al craving. Es decir, “se entrena el paciente para que excluya,
incluso antes de su formulación, cualquier pensamiento indeseable o improductivo.”
(Wolpe, 1993, pag. 123) Esto conduce a la reducción de la cadena de pensamientos que se
acompañan de emociones negativas, por lo tanto “las emociones negativas quedan
cortadas antes de que puedan surgir” (Wolpe, 1969, citado por Sánchez, 2002a, pag. 39)

I.I. ¿Cómo se aplica el método de detención de pensamiento?

Se procede a discutir con el paciente los pensamientos relacionados con el craving que
son necesarios eliminar. Posterior a esto, el terapeuta le pide al paciente que cierre los ojos
e inicie verbalizando con una secuencia de pensamientos negativos asociados al craving
como por ejemplo: "Me siento horrible, me voy a morir si no uso droga, etc." Mientras el
paciente procede, el terapeuta interrumpe diciendo "¡Alto!" Después de esto el terapeuta
“hace ver al paciente cómo se detuvieron aquellos pensamientos” (Wolpe, 1993, pag. 124),
pidiéndole que repitan el ejercicio varias veces. Estos ejercicios se repiten con el propósito
de que el paciente aprenda a detener estos pensamientos negativos gritando "¡Alto!" por sí
mismo cuando estos se presenten, mismo que el terapeuta deberá alentar y reforzar.

Puede ser que el paciente exprese que es difícil gritar <<¡Alto!>> si los pensamientos
se presentan en un lugar público como un restaurante, una sala de cine u otro lugar de alta
concurrencia social, mismo que puede resultar embarazoso para el paciente. Para esto, se
puede indicar al paciente que en los lugares que considere pertinentes no realice la
verbalización "¡Alto!", pero que puede pensarlo de manera firme y decidida, de modo que
el paciente esté consciente de la manera en la que detuvo el pensamiento. Al terminar la
detención del pensamiento, existe la adición de sustitución posterior del pensamiento
negativo por uno incompatible o distractorio. Por ejemplo, en vez de “me voy a morir si no
uso drogas”, se sustituye por “estoy bien” o cualquier otro pensamiento positivo y útil para
el sujeto.

II. Técnicas de Distracción

Como su nombre lo indica, son técnicas sencillas que tienen como objetivo
<<distraer>> al sujeto ante pensamientos y sentimientos relacionados con el craving. Es
decir, que “cambien su enfoque atencional de interno a externo, para que disminuyan sus
deseos” (Sánchez, 2002a, pag. 39) La distracción puede consistir en que el terapeuta
indique, con un previo acuerdo en función de las actividades de distracción de relevancia y
agrado para el paciente, lo siguiente: centrar la atención en los elementos del ambiente
verbalizandolos, siendo lo más detallista posible ( por ejemplo, “en este restaurante hay
diez mesas con manteles blancos, las paredes son azul claro con una ventana cada cuatro
mesas. Hay una señora que....); evitar el ambiente (por ejemplo, alejarse de un bar, esquina
o lugar de consumo. Puede ir a visitar un amigo, a dar un paseo, etc.);hablar sobre algún
tema iniciando una conversación con amigo o familiar, recitar un poema o cantar una
canción favorita. (Generalmente, algunos pacientes prefieren traerlo escrito y leerlo);
realizar actividades domésticas, ejercicio (por ejemplo, salir a correr, realizar determinado
número de sentadillas, etc.) jugar un videojuego, juego de mesa o rompecabezas. En
general estas distracciones se pueden combinar y complementar según las particularidades
del paciente y de su craving. Así mismo, es importante evaluar la necesidad de combinar
una estrategia de distracción con un ejercicio de relajación para reducir la ansiedad en casos
necesarios.
III. Control y Programación de Actividades

Es una técnica que tiene como objetivo modificar los hábitos del paciente en función
de sus actividades, mismas que por lo general giran respecto al uso de drogas. Así mismo,
“cuando los pacientes se están recuperando deben enfrentarse con mucho tiempo libre en
sus manos.” (Beck y cols., 1999, pag. 227) Por lo cual, es importante que las actividades
previas a la abstinencia "relevantes al uso de droga" sean sustituidas por nuevas actividades
positivas para el paciente.

Se procede inicialmente elaborando un registro línea base de las conductas


relacionadas con el consumo del paciente. Se buscará establecer las actividades que fueron
o que son de disfrute para el paciente de modo que pueda programar sus actividades el
mismo, lo cual establecerá “fuentes de refuerzo no relacionadas con las drogas” (Beck y
cols., 1999, pag. 228).

IV. Entrenamiento en Relajación

El Entrenamiento en relajación son procedimientos que están enfocados a hacer


incompatible estado de relajación con la ansiedad o la ira, emociones que pueden propiciar
los cravings, por medio del entrenamiento del paciente de modo que el mismo propicie un
estado de relajación al enfrentar situaciones de ansiedad o ira para el. “De manera típica un
terapeuta entrena a un cliente para relajarse profundamente, para lo cual se encuentran
disponibles muchos métodos para lograr la relajación.” (Kazdin, 1996, pag. 275)

IV.I ¿Cuál es la técnica principalmente usada?

Wolpe (1993) afirma que “el método de relajación que se emplea de manera rutinaria
es esencialmente el de Jacobson [1983], pero la instrucción se completa en seis lecciones,
en contraste con el entrenamiento prolongado que él utilizaba. [generalmente 50 sesiones
o más]”

Primero, se le debe explicar al paciente acerca de la naturaleza de los ejercicios y su


objetivo principal, que es una habilidad que se le va a enseñar y que requiere práctica, así
como enfatizar el deseo del terapeuta de que el paciente lo practique en casa por lo menos
10 a 15 minutos. Posterior a esto, se realizan varios ejercicios en las sesiones de tensión y
distensión de los músculos. Se puede iniciar relajando los brazos; se le pide al paciente que
tome el bracero de la silla o sillón para distinguir alguna diferencia (si es que existe) entre
las sensaciones que se producen en su brazo y en su mano. Después, se sigue con la cabeza,
ya que “por lo general, los efectos más marcados de inhibición de la ansiedad se obtienen
relajando esa parte del cuerpo.” (Wolpe, 1993, pag. 154) De ahí se prosigue hacia abajo;
En la segunda sesión, se le dice al paciente que se va a continuar con la relajación de los
músculos de la cabeza, dado que estos son los más importantes desde el punto de vista
emocional. Es importante señalarle al paciente la manera en la que se está trabajando de
manera que se retroalimente; En la tercera sesión, se trabaja con los músculos de la boca y
de la lengua; En la cuarta sesión, se prosigue con los músculos de la región del ojo; En la
quinta sesión, se sigue con los músculos del cuello y los hombros; En la sexta sesión, se
trata con los músculos de la espalda, del abdomen y del tórax; En la séptima sesión, se
puede iniciar con los pies y hacia arriba finalmente. Es importante evaluar la reducción de
los niveles de ansiedad así como de los cravings por medio de instrumentos de medición
pertinentes para determinar en qué medida los ejercicios de relajación están ayudando al
paciente.
V. Técnicas de Imaginación

Son técnicas en las cuales el paciente modifica sus pensamientos utilizando la


imaginación. Estas técnicas pueden combinarse efectivamente con otras técnicas para
incrementar las probabilidades de éxito en otros aspectos del tratamiento. Por ejemplo,
“puede utilizarse la imaginación para que los pacientes visualicen el autocontrol y evitar
el consumo de drogas. Es útil como método para cambiar las creencias relacionadas con
las drogas y los pensamientos automáticos, o bien distrayéndolos de los craving y
urgencias. También puede ser útil como método para cambiar las creencias y los
pensamientos relacionados con las drogas.” (Sánchez, 2002a, pag. 40)

Beck y cols. (1999), destacan cinco técnicas utilizadas: a) reenfoque con imaginación,
b) sustitución por imagen negativa, c) sustitución por imagen positiva, d) repaso mediante
imagen, y e) adquirir dominio mediante imaginación.

Esta técnica sirve como complemento de la técnica de detención de pensamiento.


Cuando el paciente empieza a presentar pensamientos negativos referentes al craving y dice
"¡Alto!", puede imaginar una señal de alto(como las que uno encontraría en la calle), un
semáforo en rojo o cualquier imagen que para él represente la acción de "¡Alto!", de modo
que acentúa la detención. Después puede optar por emplear una de las técnicas de
distracción (como por ejemplo, centrar la atención en el ambiente o recitar un poema) de
modo que pase el craving.

V.II Sustitución por imagen negativa

Esta técnica se refiere a la imaginación de una imagen negativa acerca de las


consecuencias negativas de consumir drogas cuando aparecen los pensamientos que
conllevan al craving. De tal forma que las imágenes “positivas” acerca de la droga (por
ejemplo, recordar la última vez que consumió) sea sustituida por una imagen acerca de las
consecuencias negativas que tiene el último (p. e., el recuerdo de una hospitalización debida
al consumo o los dolores físicos de la abstinencia) para evitar la conducta de uso.

V.III Reemplazo por imágenes positivas

Se refiere a la sustitución de imágenes negativas referentes al consumo de drogas


referentes a las creencias irracionales como las predicciones negativas (por ejemplo, creer
que el uso de drogas ha arruinado su vida para siempre y terminará viviendo en la calle),
misma que se puede sustituir por una “tarjeta flash”, que describa una situación positiva.
Todo esto con el objetivo de disminuir las emociones negativas y consecuentemente, el
craving.

V.IV Repaso mediante la imagen

En ésta, las imágenes se utilizan como medio de “práctica” o repaso de ciertas


habilidades adquiridas (por ejemplo, habilidades sociales o resolución de problemas) o de
la desensibilización ante situaciones o ambientes que pueden ser disparadores de craving
(por ejemplo, una fiesta en donde le ofrezcan una bebida). Por ejemplo “Un paciente que
se había abstenido a la cocaína, y el alcohol durante un año, planeó ir a un banquete
forma donde se servía alcohol. En el repaso mediante a la imaginación el terapeuta instó
al paciente a imaginar que iba al banquete y que decía cuando se le ofrecía una bebida:
<<No, gracias, tomaré agua.>>”
V.V Dominio mediante la imaginación

Esto implica la repetición y la gestación de una autoimagen poderosa y fuerte, para


poder superar los cravings en su imaginación para poderla proyectarla hacia la realidad
posteriormente. Puede utilizarse la metáfora para obtener poder ante el craving (por
ejemplo, el paciente puede imaginar que él es un beisbolista y que el craving es la pelota
que él batea y se va lejos).

VI. Desensibilización sistemática

Es una técnica que emplea la exposición real o imaginaria a los estímulos que
producen el craving, por medio de acercamientos sistemáticos a estos, los cuales son
reforzados puntualmente, de modo de que la respuesta pierda poder ante dicha situación
dado que “la repetida presentación del estímulo hace que éste pierda progresivamente su
capacidad de evocar ansiedad.” (Wolpe, 1993, pag. 145) Generalmente, se inicia un repaso
mediante la imaginación del acercamiento al estímulo condicionado, y después de haberlo
dominado, se prosigue la exposición al estímulo real.

VII. Autoinstrucciones y Autoafirmaciones

Se refiere a la verbalización de palabras que sugieren al paciente qué es lo que debe


hacer o sentir realizadas por el mismo sujeto. “El entrenamiento en autoinstrucción se ha
utilizado como una técnica de modificación conductual, pues con ella se entrena a los
individuos para que hagan sugerencias y comentarios específicos que guíen su propia
conducta de modo parecido a ser instruidos por alguien más.” (Kazdin, 1996, pag. 307)
Por ejemplo, "Me siento bien, el craving va a pasar", "No necesito drogas para ser feliz",
"¡Vas Bien!", "Recuerda que con lo que te ahorras en droga, ahora puedes comprarte la ropa
que te gusta". En este sentido, también se pueden utilizar las tarjetas flash, las cuales son
frases de afrontamiento al craving escritas en tarjetas de cartulina de un tamaño tal que el
individuo pueda cargar con ellas a donde vaya. “Como ejemplo, éstas son algunas de las
frases que un paciente escribió en sus trajetas flash: 1. Te sientes más sano cuando no
tomas drogas; 2. Las cosas me van muy bien con mi mujer; ¡sigue así!; 3. Tienes buen
aspecto físico; ¡sigue así!; 4. ¡Vete de aquí inmediatamente!.
VIII. Discusión de ideas irracionales

Técnica basada en la terapia racional emotiva (Ellis y Driden, 1987) en donde se


“tratan de discutir de manera activa y directa todas las creencias irracionales que llevan a
los pacientes a perturbarse a sí mismos por su adicción” (Ellis y Driden, citado por
Sánchez, 2002a, pag. 40) Es una estrategia cognoscitiva que debate las distorsiones
cognoscitivas del paciente, mismas que se pueden resumir en: extrapolar (por ejemplo: “o
todo o nada”, “no debo sentir nada de craving por que si no significa que soy un perdedor),
“adivinar” el pensamiento de otros (por ejemplo: “como caí en las drogas, todos piensan
que soy un tonto”, “ese señor que está ahí me está viendo por que sabe que yo usaba
drogas”), predicciones negativas (por ejemplo: “nunca voy a cambiar”, “siempre voy a estar
sintiéndome mal si no uso la droga”, “me voy a encontrar en la calle a todos mis amigos
que usan droga y voy a recaer”), exacerbar lo negativo (por jemplo: “todo me sale mal, no
hay nada bueno en mi vida”, “¡me siento horrible, si no uso la droga, me voy a morir!”),
negligencia y descalificación ante lo positivo (por ejemplo: “si me felicitó, fue por puro
compromiso, el ha de pensar que voy a volver a usar droga”), minimización de lo positivo y
amplificación de lo negativo (por ejemplo: “que haya dejado la droga es bueno, pero lo que
hice es imperdonable e inolvidable”), sentimiento de estafa y perfccionismo (por ejemplo:
“debí haber controlado mi último craving, y como no lo hice, he decepcionado a todos, soy
un fraude”).

Para combatir las ideas irracionales se debe confrontar y discutir las mismas, por
ejemplo: “menciona que se siente horrible y que va a morir. Sin duda es molesto e
indeseable el sentir el craving pero, ¿en realidad se va usted a morir por no tomarte un trago
en esa fiesta, sufre usted de alguna enfermedad extraña en la cual al no ingerir alcohol usted
de repente cae subitamente al suelo y deja de vivir? –el paciente ríe y responde—No, tal
vez estoy exagerando.” De esta manera el paciente comprende la irracionalidad de sus
creencias y cómo ha aprendido a percibir las cosas de una manera inapropiada lo cual le ha
generado emociones que no puede controlar. Por lo tanto, es necesario que adopte una
nueva forma de pensamiento, el cual será eminentemente racional.

“El pensamiento racional presenta un contraste acentuado respecto a su ilógico


opuesto: Esta basado en la realidad, contribuye a alcanzar nuestras metas y propósitos,
crea emociones que podemos controlar; y nos ayuda a comportarnos de la manera que nos
facilita nuestras aspiraciones y supervivencia....” (Froggatt, 1993, adaptado por Ureva,
2003)
Conclusión:

El manejo del craving es determinante para el tratamiento psicológico de las


adicciones y para la adherencia al tratamiento en general. El manejo de este dependerá de la
elección del terapeuta entre la amplia gama de estrategias a utilizar y de su habilidad para
manejarlas. Es esencial que previo al manejo de estas estrategias, se determine la naturaleza
y tipo de craving que el paciente presenta para hacer la elección adecuada en función de las
necesidades del paciente y de sus características y recursos personales.

Las diferentes técnicas han demostrado ser ampliamente efectivas en el tratamiento de


otras patologías específicas relacionadas con la ansiedad. Por tanto, dada la naturaleza del
craving, es ampliamente factible la efectividad de estas estrategias en el manejo del mismo.
Se observa también, que en muchos de los casos, dichas estrategias no están aisladas, sino
que en ocasiones se complementan para ser más eficaces, por lo cual se sugiere adoptar una
visión más amplia, en vez de pretender hacer uso de una sola.

Es evidente, que en este documento falta información y mayor explicación acerca de la


aplicación de las estrategias cognitivo conductuales mencionadas. No obstante se cree
que el objetivo de servir como guía y referencia clara de estas técnicas, de tal modo
que el lector, después de conocer las generalidades de las mismas, busque información
más precisa para aplicarlas efectivamente. De igual manera se cree que este ensayo
contribuyó al aprendizaje para el psicólogo en función del conocimiento del trabajo
que se hace en adicciones, específicamente, del manejo del craving.
TAXONOMIA DE SITUACIONES DE ALTO RIESGO PARA RECAIDAS EN LA
INVESTIGACION DE G. A. MARLATT

(Marlatt, Parks y Witkiewitz, 2002)

El sistema de categorías de situaciones de alto riesgo para la recaída tiene su origen en la


investigación sistemática en adictos al alcohol que se sometieron a terapia aversiva. Se entrevistó al
74% de los pacientes (en una muestra de 65 sujetos) que habían tenido al menos un consumo de
alcohol durante los tres meses siguientes a la terapia aversiva, a quienes se les hicieron las
siguientes preguntas:

1) Me gustaría que describiera brevemente los rasgos importunes de la situación que lo


llevó a su primer trago. Complete esta frase en sus propias palabras: “Cuando tomé mi
primer trago, la situación era la siguiente…”
2) ¿Cuáles diría usted que fueron las razones principales para tomar su primer trago?”
3) Describa sus pensamientos internos o sentimientos (cosas dentro de usted como
persona) que provocaron su necesidad o el deseo de tomar su primer trago.
4) Describa las circunstancias particulares o conjunto de sucesos, las cosas que le
sucedieron a usted en el mundo exterior que provocaron su necesidad o deseo de tomar
un primer trago.

Las respuestas a esas preguntas abiertas que probaron ser determinantes para el lapso inicial
fueron clasificadas y asignadas a una tipología de ocho categorías basadas en el método de análisis
de contenido. La confiabilidad del sistema de categorías fue evaluado solicitando a dos
investigadores independientes que asignaran 20 descripciones a la categoría apropiada; el
porcentaje de acuerdo entre los dos investigadores fue de un 95%. Este sistema inicial de categorías
fue revisado y expandido en estudios posteriores que incluyeron otros comportamientos adictivos
como uso de tabaco y heroína agregados al uso de alcohol. En la versión final del sistema de
categorías, las descripciones de los lapsos iniciales (el primer uso de alcohol o droga después del
tratamiento) fueron clasificadas en dos clases principales: Determinantes intrapersonales-
ambientales (cuando el episodio de lapso implicó una respuesta a sucesos primariamente
psicológicos o físicos); y Determinantes interpersonales (aplicados cuando el episodio de lapso
incluyó la influencia significativa de otros individuos).

A continuación se presentan 8 categorías de situaciones de alto riesgo para recaídas:


Determinantes intrapersonales-ambientales

A) Afrontamiento de estados emocionales negativos: Determinantes que implican afrontar un


estado emocional, ánimo o sentimiento negativo (displacentero).

(1) Afrontamiento de frustración y/o rabia: Los determinantes implican una experiencia
de frustración (reacción ante el bloqueo de una actividad dirigida hacia un objetivo)
y/o rabia (hostilidad, agresión) en términos de si mismo o algunos eventos
ambientales no personales. Aquí se incluyen la culpa y las respuestas a exigencias
(irritantes) de fuentes ambientales de desde si mismo que es probable que produzcan
rabia.

(2) Afrontamiento de otros estados emocionales de rabia: Los determinantes implican


afrontar estados emocionales distintos a la frustración/rabia que son desagradables o
aversivos, incluyendo el miedo, ansiedad, tensión, depresión, soledad, melancolía,
aburrimiento, preocupación, aprensión, pena, pérdidas, y otros estados disfóricos
similares. Esta categoría incluye reacciones al estrés de la evaluación (exámenes,
ascensos, hablar en público, etc.), dificultades laborales o financieras, mala suerte o
accidentes.

B) Afrontamiento de estados fisiológicos negativos: Determinantes que implican el afrontamiento


de reacciones físicas o fisiológicas dolorosas.

(1) Afrontamiento de estados físicos-fisiológicos negativos: Afrontamiento de estados


físicos que están asociados específicamente con el uso anterior de la droga o la
sustancia, como el craving ante el retiro de la sustancia.

(2) Afrontamiento de otros estados físicos negativos: Afrontamiento de dolor,


enfermedades, heridas, fatiga y trastornos específicos (por ejemplo, jaquecas) y que
no están asociados con el uso anterior de la sustancia.

C) Aumento de estados emocionales positivos: Uso de la sustancia para aumentar sentimientos de


placer, gozo, libertas, celebraciones, etc. Incluye el uso de la sustancia para efectos
primariamente positivos de “sentirse liviano” o experimentar los efectos estimulantes de una
droga.
D) Probar el control personal: Usar la sustancia para “probar” la habilidad de uno para consumirla
en forma controlada o moderada; “usarla una sólo vez para ver qué sucede, o en los casos en
que el usuario está probando los efectos del tratamiento o un acuerdo de abstinencia
(incluyendo las pruebas “de la voluntad”).

E) Entregarse a las tentaciones o a las urgencias: Uso de las sustancias en respuesta a urgencias
“internas”, tentaciones u otros gatillos. Incluye las referencias al craving o a los deseos
subjetivos intensos de consumir, en ausencia de factores interpersonales.

(1) En presencia de señales asociadas a la sustancia

(2) En ausencia de señales asociadas a la sustancia: Aquí la urgencia o tentación


proviene de señales internas, y es seguida de los intentos del individuo por procurarse
la sustancia.

Determinantes interpersonales

A) Afrontamiento de un conflicto interpersonal: Afrontamiento de un conflicto actual o reciente,


asociado con una relación interpersonal como el matrimonio, amistades, pautas familiares, y
relaciones jefe-empleado.

(1) Afrontamiento de frustración y/o rabia: Los determinantes implican frustración o


rabia proveniente de una fuente interpersonal. El énfasis está en las situaciones en las
cuales la persona se siente frustrada o enojada con alguien, e incluye las discusiones,
los desacuerdos, las peleas, los celos, los conflictos, la irritación, la culpa, etc.

(2) Afrontamiento de otros conflictos interpersonales: Los determinantes implican el


afrontamiento de conflictos distintos a la frustración y la rabia, y que provienen de
fuentes interpersonales. Por ejemplo, ansiedad, miedo, tensión, preocupación,
aprensión, etc., que están asociados con conflicto interpersonal.

B) Presión social: Los determinantes implican la respuesta a influencias de otros individuos o


grupo de individuos que ejercen presión directa o indirecta respecto al uso de la sustancia.

(1) Presión social directa: Hay contacto directo (a través de interacción verbal) con otra
persona o grupo que presiona al usuario o que le suministra la sustancia (por ejemplo,
que alguien le ofrezca droga, o se le urja a usar la droga). Esto es distinto a aquellas
situaciones en las cuales la sustancia es obtenida de otra persona a requerimiento del
usuario (el que ya ha decidido usarla).

(2) Presión social indirecta: Respuesta a la observación de un persona o grupo de


personas que está usando la sustancia o sirve de modelo para el usuario.

C) Aumento de estados emocionales positivos: Uso de la sustancia en una situación interpersonal


primaria para aumentar los sentimientos de placer, celebración, excitación sexual y libertad.
Estos determinantes son distintos a las situaciones en las cuales la otra persona está usando la
sustancia antes que el individuo la use primero.

ANEXO Nº 3: FACTORES DE RIESGO Y SEÑALES DE AVISO

(Resumido de Graña y García, 1998a, pp. 235-241)

A. Pautas de pensamiento y actitudes de recaída

1. Actitudes negativas:

Graña y García indican que durante los dos primeros meses de abstinencia el usuario
experimenta una serie de consecuencias positivas, antes que lo afecten los problemas y
el estrés de la vida diaria; en esa especie de “luna de miel” el usuario niega la existencia
de cualquier problema o incluso la posibilidad de recaer. En este período el usuario
encuentra difícil admitir que las dificultades surgirán nuevamente. Este es un factor de
alto riesgo para consumir nuevamente.

Asimismo, describen una serie de pensamientos y actitudes negativas que


confiablemente dan lugar a la recaída:

a) Dudas acerca del proceso de recuperación


b) Autocompasión
c) Impaciencia
d) Esperar demasiado de los demás (se coloca en los demás la responsabilidad de la
recuperación)
e) Mantener una actitud negativa y de insatisfacción crónica
f) Confiar demasiado en un mismo (el usuario puede sentirse tan seguro de si
mismo, que incluso puede exponerse a situaciones de alto riesgo para probar que
puede resistir la tentación)
g) Considerar que la vida no tiene sentido sin el uso de drogas
h) Mantener actitudes y creencias rígidas

2. Sentimientos y estados de ánimo negativos

Son precursores de la recaída los sentimientos crónicos de aburrimiento, depresión,


soledad, infelicidad, tristeza, ansiedad y culpa, junto con recuerdos dolorosos y/o
traumáticos.

Dejar de consumir produce un vacío en el sujeto que da lugar a sentimientos


contradictorios y a una alteración del estado de ánimo. Estos sentimientos depresivos
pueden ser transitorios, pero en otros casos corresponden a estresares interpersonales y/o
situacionales no resueltos.

3. Idealizar el efecto de la droga

La probabilidad de recaída aumenta si el usuario continúa idealizando los efectos que le


producía la droga y recuerda selectivamente solo los efectos agradables.

4. Colocar a prueba el control personal

A medida que el usuario se mantiene abstinente pueden surgir fantasías de poder


consumir en forma controlada; este es un fenómeno paradojal, porque el aumento de la
percepción de un mayor control personal, puede llevar al usuario a racionalizar respecto
a que es el momento de volver a consumir ya que ha superado el problema, y colocarse a
prueba para demostrárselo.

5. Deseos de gratificación

El usuario espera alguna fecha importante (cumpleaños, por ejemplo) para “desquitarse”
de los esfuerzos que ha significado el tratamiento.

6. Estados de ánimo positivos

El hecho de sentirse mucho mejor con el tratamiento puede generar un sentimiento de


falsa seguridad sobre la recuperación, y lleva al usuario a creer que es realmente fácil
manejar un consumo esporádico sin perder el control.

7. Problemas sexuales y de relación

(tal como lo describen los autores, este indicador se relaciona con el género masculino)
Los problemas sexuales pueden ser desencadenadores de una recaída. Por ejemplo, en
los consumidores de cocaína se produce generalmente una pérdida temporal del deseo
sexual después de dejar de consumir, que puede durar semanas o varios meses. Este
efecto fisiológico puede ser considerado erróneamente por la/el compañera/o como una
señal de rechazo, y generarse dificultades interpersonales.

Graña y García indican que cuando los usuarios no han tenido relaciones sexuales sin
drogas durante períodos de tiempo prolongados, acostumbran a tener reacciones de
miedo y de ansiedad de desempeño, que pueden dar lugar a incapacidad de erección
transitoria o eyaculación prematura. Los autores sugieren que para prevenir recaídas, es
importante que el usuario aprenda a disfrutar de los sentimientos relacionados con la
sexualidad y la intimidad sin necesidad de consumir drogas.

8. Sueños relacionados con la recaída

Los suelos relacionados con el consumo, especialmente los muy vívidos y recurrentes,
llegan a alterar el proceso de recuperación del usuario. Al despertarse, el usuario tiene el
sentimiento de haber recaído, pudiendo decepcionarse de si mismo. En otros casos, son
tomados como una profecía, como una indicación de falta de motivación para continuar
tratándose.
B. Conductas de alto riesgo

1. Reaccionar exageradamente ante deslices y recaídas

Este riesgo se refiere al Efecto de Violación de la Abstinencia (EVA) de Marlatt. Graña y


García describen del siguiente modo el proceso:

a) desarrollo de expectativas y sentimientos de fracaso


b) considerar que todo el progreso terapéutico realizado se ha perdido
c) decepción por haber cedido a la tentación y haber atribuido el fracaso a fallos
personales
d) sentimiento de ambivalencia en relación con la abstinencia y la recaída
e) sentirse decepcionado por haber defraudado a muchas personas (familia, amigos,
compañeros y terapeutas)

2. Conductas impulsivas

3. Otras conductas adictivas y/o compulsivas

Es frecuente que muchos drogodependientes tengan más de una adicción (alcoholismo,


abuso de otras sustancias psicoactivas distintas a la heroína/cocaína, sexualidad
compulsiva, inicio constante de nuevas relaciones que duran días). Según los autores,
esas conductas adictivas pueden estar tan entrelazadas con el abuso de la sustancia
principal, que forman una clase de respuestas que producen alteración del estado de
ánimo o pueden surgir por primera vez después de llevar un tiempo abstinente.

Indican que cualquier cambio que implique un aumento en la frecuencia de alguna de


esas conductas u otras similares (por ejemplo, juegos de azar), puede resultar en un lapso
o una recaída. Y afirman, enfáticamente, que si se pretende eliminar una conducta
adictiva sustituyéndola por otra (adicción “negativa” bajo el concepto de Marlatt), la
probabilidad de recuperación terapéutica, a largo plazo, es mínima.

4. Cambios graduales en el (nuevo) estilo de vida

La introducción gradual que comienza a realizar el usuario al programa de tratamiento o


en el nuevo estilo de vida que está desarrollando después de unos meses de abstinencia
es una señal de probabilidad de recaída (faltar a sesiones, participar poco o nada en las
reuniones de grupo, no realizar la programación de actividades semanales, aislarse a
pensar, etc.).

Como es obvio, la probabilidad de recaída aumenta si el usuario continúa conviviendo


con consumidores de sustancias.
C. Otros factores de alto riesgo

1. Presencia de patología dual (tratada en el Capítulo 3 de este volumen)

2. Eventos vitales

Cambios importantes de índole negativa e inesperada en la vida del usuario, que generan
una reacción de estrés exagerada y pueden dar lugar a una recaída. Esos eventos también
pueden ser naturaleza positiva (por ejemplo, ascensos laborales, nacimiento de un hijo,
iniciar una nueva relación).

3. Problemas de salud física

La enfermedad física suele reducir la capacidad de afrontamiento del usuario e


incrementar, por tanto, su probabilidad de recaída. Los autores afirman que es un
predictor de éxito terapéutico enseñar al usuario a recuperar su salud física y prevenir el
posible desarrollo de enfermedades.

4. Permisividad familiar

El círculo familiar puede facilitar la recaída al relajar las normas de convivencia e


ignorar las posibles señales de recaída del usuario. Como es obvio suponer, aquel
usuario que no ha tenido consecuencias familiares negativas por haber recaído antes, es
probable que vuelva a recaer.

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