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TERCERÍA
1.1. SIGNIFICADO
La tercería, strictu sensu, es el proceso por el cual el tercero (que actúa aquí como
demandante) se opone a los intereses de los sujetos activo y pasivo de la relación
jurídica procesal que encierra en forma accesoria la medida cautelar que perjudica al
primero de los nombrados, ya sea para exigir el levantamiento de una medida
precautoria indebidamente trabada sobre un bien de su propiedad o para reclamar su
derecho a ser reintegrado de su crédito de manera preferencial con el producto obtenido
del remate de los bienes de su deudor afectados por una medida cautelar en favor de
otro acreedor. La tercería también tiene por finalidad la cancelación de las garantías
reales que afectan el bien del perjudicado, siempre que su derecho de propiedad se
encuentre inscrito con anterioridad a la afectación real de que se trate.
1.2. FINALIDAD
Pallares sostiene que la tercería excluyente de dominio (o propiedad) tiene por objeto,
“que se declare que el tercer opositor es dueño del bien que está en litigio, en el juicio
principal, que se levante el embargo que ha recaído sobre él y se le devuelva con todos
sus frutos y accesorios, o bien que se declare que es el titular de la acción ejercitada en
dicho juicio” (PALLARES, 1979; 595-596).
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1.3. VIA PROCEDIMENTAL
Siendo materia de controversia el objeto sobre el cual recae una medida cautelar, se
suele confundir al proceso de tercería como un trámite incidental cuando en realidad es
autónomo, es decir, se ventila en forma independiente al proceso en el cual se produjo
la afectación del bien.
1.4. COMPETENCIA
“Son competentes para conocer los procesos abreviados los jueces civiles los
de paz letrados salvo en aquellos casos en que la ley atribuye su conocimiento
a otros órganos jurisdiccionales los juzgados de paz letrados son competentes
cuando la cuantía de la pretensión es mayor de 100 hasta 500 Unidades de
Referencia Procesal, cuando supera este monto los jueces civiles”.
1.5. REQUISITOS
Se desprende de los artículos 533, 534 y 535 del Código Procesal Civil que son
requisitos de la demanda de tercería en general los siguientes:
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d) La acreditación fehaciente del derecho en que se funda el tercerista, ya sea con
documento público o privado de fecha cierta (art. 535 del C.P.C.).
e) El ofrecimiento por parte del tercerista de garantía suficiente a criterio del Juez
para responder por los daños y perjuicios que la tercería pudiera irrogar, en el
caso que no se adjuntase a la demanda documento público o privado de fecha
cierta que pruebe el derecho invocado por el interesado (art. 535 del C.P.C.).
1.6. CLASES
1.6.1.1. Concepto
Para Enrique Falcón, la tercería de dominio es aquella “... en la que el tercerista reclama
la propiedad de la cosa embargada...” (FALCON, 1978: 86).
Máximo Castro sostiene que “... tercería excluyente es la del que reclama un derecho
exclusivo o peculiar suyo, que se opone al del actor y al del demandado, o intenta limitar
la extensión del ejercicio del derecho que uno de ellos pretende; es decir, que el
tercerista constituye en demandado a las dos partes que intervienen en el juicio
principal” (CASTRO, 1931, Tomo Tercero: 125).
1.6.1.2. Fundamento
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que si el bien sobre el cual recae la medida precautoria o para la ejecución fuese sólo
poseído por el sujeto procesal que la sufre en forma inmediata, será el propietario quien
podrá reivindicarlo haciendo uso de la tercería de propiedad.
El artículo 533 del Código Procesal Civil hace referencia al fundamento de la tercería de
propiedad estableciendo que:
1.6.1.3. Oportunidad
Eduardo Pallares asegura que “... las tercerías de dominio pueden oponerse en
cualquier estado del juicio, con tal de que no se haya dado posesión de los bienes al
rematarse o al actor, en su caso por vía de adjudicación” (PALLARES, 1979: 596).
Según desprende de los artículos 100 -primer párrafo -y 533 del Código Procesal Civil,
no cabe duda que únicamente tendrá legitimación activa el propietario e inclusive, el
copropietario, de los bienes afectados.
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1.6.1.5. Legitimación pasiva en el proceso de tercería de propiedad
Lino Palacio refiere que «la pretensión de tercería debe imponerse frente a las partes
del proceso principal quienes de tal manera vienen asumir con respecto al tercerista, la
posición de demandados» (PALACIO, 1983, Tomó III: 287). El indicado tratadista
argentino puntualiza que “el actor y el demandado en el proceso principal integran, por
lo tanto en la tercería un litisconsorcio pasivo, que además reviste, en principio, carácter
necesario, no sólo porque la ley exige que la pretensión se interponga a frente ambos,
sino también en virtud de la situación jurídica inescindible en que se encuentran con
relación a la cosa embargada”.
Puede consistir, en que se amplíe la cuantía del embargo o en que se le extienda a otros
bienes del presunto deudor. Asimismo puede consistir en que se dispongan medidas
cautelares complementarias del embargo, como podrían ser, por ejemplo, el secuestro
o la intervención judicial.
1.6.1.7. Prueba
Tal como lo señala Rodríguez Garcés, “el tercerista debe probar de acuerdo con las
reglas generales su derecho de dominio sobre los bienes embargados. Debe probar que
la cosa embargada es la que reclama, y precisar la identidad de ella en tal forma que
lleve al convencimiento del juez que lo que se reclama y le pertenece es precisamente
el objeto embargado y no otro”
Conforme se desprende del artículo 535 del Código Procesal Civil, en la demanda de
tercería deberá acompañarse documento público o privado de fecha cierta que acredite
el derecho del tercerista, bajo sanción de inadmisibilidad. En defecto de tales medios
probatorios podrá ofrecerse otros para demostrar la veracidad de los hechos alegados
por el tercerista, pero esto último estará condicionado a la prestación previa de garantía
suficiente que, a criterio del Juez, sirva para responder por los daños y perjuicios que la
tercería pudiera irrogar.
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1.6.1.8. Sentencia
1.6.1.9. Efectos
El artículo 536 del Código Procesal Civil norma los efectos de la tercería de propiedad
de esta manera:
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La tercería de derecho preferente (o de prelación o de pago o de mejor derecho) es
aquella que tiene por finalidad reclamar el pago preferencial de una acreencia, una vez
realizados los bienes que fueron objeto de medida cautelar.
Para Enrique Falcón, la tercería de mejor derecho es aquella “... en la que el tercerista
pretende tener un crédito que debe ser pagado con preferencia al del ejecutante, con el
producido de la venta del bien embargado”
Según Máximo Castro, “... en la tercería de mejor derecho el opositor pretende que su
crédito es preferente al del ejecutante, y en consecuencia pide que se le pague antes
que a éste”
El segundo párrafo del artículo 100 del Código Procesal Civil trata lo concerniente a la
intervención en un proceso de quien pretende se le reconozca derecho preferente
respecto de lo obtenido en la ejecución forzada. Su texto se refiere, entonces, al proceso
de tercería de derecho preferente, disponiendo precisamente dicho numeral, en su
último párrafo, el trámite en vía abreviada y como proceso de tercería para tal
intervención. Como se aprecia, la pretensión del tercerista preferente es autónoma en
relación al proceso que la motiva, por lo que no se ventila en trámite incidental sino en
vía de acción.
1.6.2.2. Fundamento
El artículo 533 -primer párrafo- del Código Procesal Civil hace referencia al fundamento
de la tercería de derecho preferente o de pago estableciendo que la tercería se entiende
con el demandante y el demandado, y sólo puede fundarse en la propiedad de los bienes
afectados judicialmente por medida cautelar o para la ejecución; o en el derecho
preferente a ser pagado con el precio de tales bienes.
1.6.2.3. Oportunidad
Afectado el bien con alguna medida cautelar o para la ejecución, el acreedor privilegiado
puede interponer su demanda de tercería de derecho preferente en cualquier momento
hasta antes que se realice el pago al acreedor (demandante en el proceso en que se
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traba la medida cautelar o para la ejecución que da lugar a la tercería). En ese sentido
se pronuncia el artículo 534 del Código Procesal Civil.
1.6.2.4. Prueba
Reyes Monterreal apunta que “... el título en que se apoye una tercería de mejor derecho
ha de ser inicialmente revelador de un preferente crédito; basta la apariencia de
privilegio, al interponer la demanda, sin que sea admisible en Derecho exigir al actor la
justificación, a través de aquél, de una prevalencia ya declarada”
Lino Palacio estima que, “... tratándose de una tercería de mejor derecho, el tercerista
debe acreditar ‘prima facie’ la titularidad del crédito que invoca, así como la existencia
de un privilegio especial instituido a su favor o de un embargo obtenido con anterioridad”.
1.6.2.5. Sentencia
1.6.2.6. Efectos
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Los efectos de la tercería de derecho preferente se encuentran contemplados en el
artículo 537 del Código Procesal Civil, el cual establece que:
Enrique Falcón dice sobre la connivencia entre tercerista y embargado lo siguiente: “...
Puede ser que la tercería se use como un medio de dilatar el proceso, o de obtener
ilegítimamente el bien por el tercerista, recuperándolo en realidad para el ejecutado,
frustrando las expectativas del ejecutante. Cuando resultare probada la connivencia del
tercerista con el embargado, el juez ordenará sin más trámite la remisión de los
antecedentes a la justicia penal, e impondrá al tercerista, o a los profesionales que lo
hayan representado o patrocinado, o a ambos, las sanciones disciplinarias que
correspondan. Asimismo podrá disponer la detención del tercerista hasta el momento
en que comience a actuar el juez de instrucción”
Con arreglo a lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 538 del Código Procesal Civil,
si se demostrase la connivencia entre tercerista y demandado (quien sufre la medida
cautelar o para la ejecución):
“El perjudicado por una medida cautelar dictada en proceso en que no es parte,
puede pedir su suspensión sin interponer tercería, anexando título de propiedad
registrado. Del pedido se corre traslado a las partes. Si se suspende la medida,
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la resolución es irrecurrible. En caso contrario, el interesado puede interponer
tercería, de acuerdo al Artículo 533° [del C.P.C.]”.
Los interdictos son asuntos contenciosos cuyo objeto de debate lo constituye el hecho
de la posesión (y no el derecho a ésta), que se tramitan en vía de proceso sumarísimo
(art. 546 -inc. 5)- del C.P.C.).
2.1.2. FUNDAMENTO
Miranda Correa sostiene que los interdictos se inspiran “en el deseo del estado de
conservar la paz y garantizar por los medios que la ley establece el disfrute de los
derechos individuales” (MIRANDA CORREA, 1951; 379).
2.1.3. CARACTERÍSTICAS
De Diego Lora subraya que “los interdictos posesorios se han siempre allí, donde
exista un derecho material o inmaterial, real o personal, caracterizado por la posesión
como figura patente de ese derecho, emergiendo la acción para transmitirle vida y
calor, garantizando los intereses económicos del titular” ( DE DIEGO LORA.1956:703).
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2. El que solamente se discute en estas acciones el hecho de la posesión.
3. El carácter interino de la decisión que en el juicio se dé.
4. El que el procedimiento no se discuten cuestiones de título.
5. El que la decisión no prejuzga derechos de terceros.}
6. El propósito de los interdictos de evitar un hecho que perjudique o pueda
causar daño al poseedor” (MIRANDA CORREA, 1951:370).
2.1.4. FINALIDAD
Máximo Castro aseguran que “los interdictos son juicios sumarísimos que tienen por
objeto decidir interinamente sobre el actual y momentánea posesión, o sea sobre el
hecho de la posesión, sin perjuicio del derecho de los interesados para hacer valer sus
pretensiones en otro juicio más amplio” (CASTRO, 1931, Tomo Tercero: 167)
Esther Vilalta y Rosa Méndez afirman que "estos procedimientos sumarios (interdictos)
tienen por objeto el amparar la posesión o tenencia del hecho detentador de un bien,
con una única finalidad: el preservar el orden público y evitar las arbitrariedades. Ampara
al detentador frente a los actos de despojo..."
2.1.5. CLASIFICACIÓN
En la doctrina y en la legislación comparada se admiten (en su conjunto o parcialmente)
las siguientes clases de interdictos:
- Interdicto de adquirir.
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2.1.7. PROCEDENCIA
Con arreglo a lo prescrito en el artículo 599 del Código Procesal Civil, el interdicto
procede:
2.1.8. PLAZO
El Código Procesal Civil, en su artículo 601, contempla el plazo de prescripción (no de
caducidad) de la pretensión interdictal, así como la posibilidad del interesado para que
ejercite, en vía de proceso de conocimiento, la acción que corresponda destinada a
tutelar su derecho a la posesión. Dicho numeral establece, pues, lo siguiente: “La
pretensión interdictal prescribe al año de iniciado el hecho que fundamenta la demanda.
Sin embargo, vencido este plazo, el demandante puede ejercer su derecho a la posesión
en un proceso de conocimiento”.
Los interdictos se sustancian en vía de proceso sumarísimo (art. 546 inciso 5 del Código
Procesal Civil).
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- Que los medios probatorios (que se ofrezcan) estén referidos, exclusivamente, a
probar la posesión y el acto perturbatorio o desposesorio.
- La posesión; y
Además, teniendo en cuenta que, conforme al primer párrafo del artículo 600 del Código
adjetivo, en la demanda interdictal debe expresarse la época en que se realizaron los
hechos en que consiste el agravio (es decir, la perturbación o la desposesión), es
necesario acreditar cuándo ocurrieron tales hechos, a fin de determinar si la pretensión
interdictal ha prescrito o no. (Recuérdese que ésta prescribe al año de iniciado el hecho
que fundamenta la demanda: art. 601 -primera parte- del C.P.C.).
2.1.13. EFECTOS
De Diego Lora, acerca de los efectos de los interdictos de retener y de recobrar (los dos
tipos de interdictos en que suelen agruparse los demás), específicamente en lo
concerniente a la orden de mantención o de reintegración, dice lo siguiente:
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Para De los Mozos, el interdicto de retener “... se entabla con el objeto de conservar y
mantener la posesión de una cosa cuando su titular es inquietado y perturbado en ella
por un tercero, pero sin llegar a ser despojado” (DE LOS MOZOS, 1962: 132).
2.2.2. FINALIDAD
Según Peña Guzmán, el interdicto de retener tiene como finalidad impedir que se
perturbe en su posesión a quién detenta una cosa, a fin de hacer cesar ese estado que
afecta el libre ejercicio de su derecho.
Taquia Vila afirma que el interdicto de retener tiene por finalidad la conservación y la
mantención de una persona en la posesión de un bien, cuando un tercero perturba o
inquieta dicha posesión.
2.2.3. PROCEDENCIA
Se infiere del Código Procesal Civil que para la procedencia del interdicto de retener es
menester, principalmente:
- Que el poseedor sea perturbado en su posesión (art. 606 -primer párrafo del
C.P.C.).
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probatorio que considere pertinente. La actuación se entenderá con quien se
encuentre a cargo del bien inspeccionado (último párrafo del art. 606 del
C.P.C.).
- Artículo 956 del Código Civil (que trata sobre las acciones por obra que
amenaza ruina):
“Si alguna obra amenaza ruina, quien tenga legítimo interés puede pedir la
reparación, la demolición o la adopción de medidas preventivas”. (El subrayado
es nuestro).
- Artículo 684 del Código Procesal Civil (que versa sobre la cautela posesoria):
- Artículo 687 del Código Procesal Civil (que trata sobre la prohibición de
innovar):
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2.2.8. SENTENCIA Y EFECTOS DEL INTERDICTO DE RETENER
“... En el interdicto de retener (...) no se ha producido despojo, por lo que la sentencia
que declara haber lugar al mismo decretará que el demandado se abstenga de perturbar
en la posesión” (VILALTA; y MENDEZ, 1998, Interdicto de retener o recobrar: 9).
Por disposición del artículo 607 del Código Procesal Civil, declarada fundada la
demanda (sobre interdicto de retener), el Juez ordenará que cesen los actos
perturbatorios y lo que corresponda de acuerdo al segundo párrafo del artículo 606 de
dicho cuerpo de leyes (vale decir, la suspensión de la continuación de la obra o la
destrucción de lo edificado), además del pago de los frutos y de la indemnización, de
ser el caso (siempre y cuando estas dos últimas pretensiones -o alguna de ellas- se
hayan acumulado a la pretensión interdictal).
2.3.2. FUNDAMENTO
Para Máximo Castro, el interdicto de recobrar se funda, como el de retener del cual no
difiere sino en la circunstancia de que en él la desposesión y ha se ha consumado en la
razón superior de que nadie puede hacerse justicia por sí mismo, sino recurriendo a las
autoridades judiciales instituidas a ese efecto.
En sentido similar se pronuncia Vicente y Caravantes al sostener que este interdicto (de
recobrar) se funda en el principio de eterna razón de que nadie puede hacerse justicia
por sí mismo, sino recurriendo a las autoridades judiciales instituidas para administrarla
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a cada uno. Su objeto es evitar las luchas y vías de hecho a que recurriría el despojado
para recobrar la posesión, si no tuviera un medio legal y expedito para ello.
De los Mozos estima que tiene por objeto este interdicto (de recobrar) reintegrar en la
posesión material de una cosa al que de hecho ha sido despojado de ella.
Taquía Vila asevera que el interdicto de recobrar tiene por objeto reponer en la posesión
de un bien inmueble al que gozaba de él.
2.3.4. PROCEDENCIA
El interdicto de recobrar “... procede cuando el poseedor haya sido ya efectivamente
despojado de la posesión o tenencia” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, 1992: 394).
Se desprende del Código Procesal Civil que para la procedencia del interdicto de
recobrar es menester, principalmente:
- Que el poseedor sea despojado de su posesión (art. 603 -primer párrafo del
C.P.C.).
- Que, con arreglo a lo previsto en el segundo párrafo del artículo 603 del
Código Procesal Civil, el despojo no haya ocurrido en ejercicio del derecho
contenido en el artículo 920 del Código Civil, referido a la defensa posesoria
extrajudicial.
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- Que se acredite la posesión y el acto desposesorio (así como la época en que
éste tuvo lugar). Ello de conformidad con el último párrafo del artículo 600 del
Código Procesal Civil.
Escriche enseña que “... la acción que tiene el despojado para hacerse reponer ante
todo en la posesión de que se le ha privado se llama ‘interdicto de recobrar la posesión,
o acción de despojo...” (ESCRICHE; citado por MOLINARIO, 1962; 204).
Para Lagarmilla, la acción de recobrar esa aquella que “... se dirige a pedir la restitución
de la cosa de que fue despojado el poseedor...” (LAGARMILLA, 1930; 69).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 598 del Código Procesal Civil, que versa
sobre la legitimidad activa en los interdictos en general, todo aquel que se considere
perturbado o despojado en su posesión puede utilizar los interdictos (como el de
recobrar, circunscribiéndonos al proceso que ahora nos ocupa). Dicho numeral es
concordante con el artículo 921 del Código Civil, el cual en su parte inicial establece que
todo poseedor de muebles inscritos y de inmuebles puede utilizar las acciones
posesorias y los interdictos (como el de recobrar, por ejemplo).
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más el sucesor universal del autor del despojo -por continuación de la posesión-, aunque
no sepa del mencionado despojo (mientras que el sucesor universal del adquirente a
título particular sólo podrá ser demandado a condición de que se pudiera demandar a
su causante)...” (BARBERO, 1967, Tomo I: 402).
El indicado precepto legal guarda concordancia con lo dispuesto en el tercer párrafo del
artículo 603 del Código Procesal Civil, según el cual, procede a pedido de parte la
solicitud de posesión provisoria del bien (materia de interdicto de recobrar) una vez que
haya sido admitida la demanda, la que se sujeta a los requisitos y trámites de la medida
cautelar.
Lino Palacio enseña que “... la sentencia mediante la cual concluye el interdicto que nos
ocupa (interdicto de recobrar) debe limitarse -supuesta la admisibilidad de éste- a
amparar o no al actor en la posesión o en la tenencia del bien de que se trate, según
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que, respectivamente, concurran o falten los requisitos de fundabilidad de la
pretensión...” (PALACIO, 1994, Tomo VII: 49-50). El mencionado autor añade que “...
dicha sentencia sólo adquiere autoridad de cosa juzgada en lo que atañe a la legitimidad
o ilegitimidad del desapoderamiento pero no respecto de los eventuales derechos
posesorios de las partes, ya que éstos deben ser objeto de una ulterior pretensión real...”
(PALACIO, 1994, Tomo VII: 50).
Gómez de Liaño González sostiene que “... en la sentencia que declare haber lugar al
interdicto (de recobrar) por haber sido despojado el demandante de la posesión o de la
tenencia, se acordará que inmediatamente se le reponga en ella, y se condenará al
despojante al pago de las costas, daños y perjuicios y devolución de los frutos que
hubiere percibido. (...) La sentencia contendrá la fórmula de sin perjuicio de tercero, y
se reservará a las partes el derecho que puedan tener sobre la propiedad o sobre la
posesión definitiva, el que podrán utilizar en el juicio correspondiente...” (GOMEZ DE
LIAÑO GONZALEZ, 1992: 396).
El tercero perjudicado con la orden judicial debe acudir ante el Juez que la expidió
solicitando la restitución. Si el Juez estima procedente el pedido accederá
inmediatamente a él. En caso contrario, lo rechazará, quedando expedito el derecho del
tercero para hacerlo valer en otro proceso”.
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realizar el despojo; y su objeto y efectos son obtener de la autoridad judicial
que la ampare y mantenga en la posesión, con los requerimientos oportunos al
perturbador para que no le moleste en lo sucesivo. Y el de recobrar nace del
hecho consumado del despojo, siendo su objeto y efectos que la autoridad
judicial reponga o reintegre en la posición natural, tenencia de la cosa al que
ha sido despojado de ella, condenando al despojante al pago de las costas,
daños y perjuicios y a la devolución de los frutos que hubiere percibido. Son
pues, dos hechos distintos, que producen diferentes acciones, que no pueden
confundirse, aunque ambas se refieran a la posesión y se les sujete a un mismo
procedimiento. El que sea perturbado o inquietado en la posesión no puede
utilizar el interdicto de recobrar, así como el que ha sido despojado no puede
utilizar el de retener, porque sería un contrasentido” (MANRESA, citado por
MIRANDA CORREA, 1951: 380-381).
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