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La prehistoria en la península ibérica se refiere al periodo de tiempo transcurrido desde
la llegada de los primeros miembros del género Homo a la península ibérica (hace más de
un millón de años), hasta la aparición de textos escritos como consecuencia de la
presencia de colonizadores fenicios, griegos y romanos (a partir del 1100 a. C. los
primeros) en las costas del Levante y sur peninsular. En la península encontramos los
restos más antiguos de homininos en Europa, el Homo sp. y el Homo antecessor, la
colección de fósiles más amplia de Homo heidelbergensis, unos pocos de Homo
neanderthalensis y, por supuesto, de Homo sapiens. Este último nos ha legado algunas de
las mejores representaciones de arte parietal del mundo.
Los abundantes monumentos megalíticos repartidos por la geografía peninsular, así como
las culturas calcolíticas de Los Millares y Vila Nova y la del bronce de El Argar, son claros
exponentes de la evolución cultural ibérica durante el Neolítico y la Edad de los metales.
Proceso que culminó con la entrada en la Protohistoria (según su definición clásica) de
los tartesios y los íberos gracias a los testimonios que nos han dejado los pueblos
colonizadores y que han servido para reconstruir parte de la historia de los pueblos ágrafos
peninsulares.
Índice
1Introducción
2Condicionantes geográficos
o 2.1Orografía
o 2.2Clima
o 2.3Flora
o 2.4Fauna
3Paleolítico
o 3.1Paleolítico inferior
o 3.2Paleolítico medio
o 3.3Paleolítico superior
4Epipaleolítico
5Neolítico
6Edad de los Metales
o 6.1Calcolítico
o 6.2Edad del Bronce
o 6.3Edad del Hierro
o 6.4Pueblos prerromanos
6.4.1Tartessos
6.4.2Iberos
6.4.3Celtas, celtíberos y lusitanos
7Conquista romana de Hispania
o 7.1Romanización de Hispania
7.1.1Riquezas de Hispania
o 7.2Crisis y caída del Imperio
8Véase también
9Referencias
10Bibliografía
11Bibliografía adicional
12Enlaces externos
Introducción[editar]
Desde que Darwin publicó El origen de las especies en 1859 se han formulado diversas
hipótesis acerca de la evolución humana u hominización, aunque hoy se sabe que ésta
no ha seguido un desarrollo lineal, sino que hubo variaciones continentales. La presencia
humana en la península ibérica se remonta a, por lo menos, 1,2 millones de años antes del
presente (AP), como así lo atestigua el último descubrimiento ocurrido en la sierra de
Atapuerca, Burgos, en el yacimiento de la Sima del elefante: la mandíbula de un Homo sin
clasificar todavía (Homo sp.),12 pero que podría relacionarse con los restos fósiles de
la Gran Dolina (en la misma sierra) identificados como una nueva especie
de homininos denominada Homo antecessor, cuyas industrias líticas asociadas pueden
tener una antigüedad de más de un millón de años AP. Estos hallazgos constituyen las
evidencias más remotas encontradas hasta ahora en Europa de un antepasado de los
seres humanos.34
También en Atapuerca hay restos del Homo heidelbergensis con una antigüedad de unos
300 000 años AP. Mucho más reciente sería la presencia del Homo neanderthalensis,
descendiente del anterior: los primeros fósiles encontrados, hallados en Gibraltar, han sido
datados en unos 60 000 años atrás. Por último, el Homo sapiens apareció hace cerca de
40 000 años en la península.
Condicionantes geográficos[editar]
A la hora de estudiar cualquier período histórico de la península ibérica es preciso tener en
cuenta algunas de las características orográficas y climáticas que han influido en el
desarrollo de sus procesos históricos.
Orografía[editar]
El carácter peninsular explica una historia condicionada por el mar, a través del cual han
llegado y han partido influencias e intercambios culturales, enriquecidos por la doble
influencia atlántica y mediterránea. Su aislamiento respecto al resto de Europa, causado
por la frontera natural de los Pirineos, ha contribuido en ocasiones a originar una relativa
diferenciación entre la evolución de la península ibérica y la de los demás espacios
continentales. Su situación geográfica ha servido de puente para unir Europa y África,
formando un nexo de interconexión entre los factores histórico-culturales surgidos en
ambos continentes.
Su geografía interna está determinada por un relieve complejo, con numerosos sistemas
montañosos y un clima muy variado y variable. La acción de los ríos, más caudalosos en
otros tiempos que en la actualidad, provocó la creación de terrazas fluviales que
propiciaron el establecimiento de grupos humanos. Existió además una actividad volcánica
manifiesta en La Garrocha, Gerona, de la cual todavía se pueden ver sus efectos.
Buena parte de la orografía de las montañas peninsulares es consecuencia de la acción de
los glaciares, tanto de circo como de valle, que durante los periodos más fríos
del Cuaternario cubrieron sus zonas altas. En los Pirineos llegaron a medir 30 km y tener
espesores de 400 m. Al retirarse dejaron atrás circos, lagos y valles en forma de artesa.5
También la costa sufrió alteraciones al descender y aumentar el nivel del mar a la par que
se producían glaciaciones o interglaciares. Está documentada en la costa
levantina una transgresión de +80 m6 y regresiones de -120 m. Estas últimas provocaron
la unión de las islas de Mallorca y Menorca en una sola y que las orillas mediterráneas se
retiraran varias decenas de kilómetros. Mas, en general, la superficie peninsular no
aumentó significativamente.7
Reconstrucción de un mamut.
Clima[editar]
El clima peninsular durante el Mioceno y el Plioceno era más caluroso y húmedo que en
el Pleistoceno, época geológica que se corresponde con el Paleolítico. Hace unos diez
millones de años comenzó un proceso de enfriamiento y aridificación que debió sufrir
diversas fluctuaciones.89
La característica climática principal del Pleistoceno en Europa fue la sucesión alternativa
de distintos periodos glaciales y sus correspondientes interglaciares. Debido a que la
península ibérica está situada entre el Atlántico, el Mediterráneo y África, su clima fue
afectado en similar medida por los fenómenos europeos y por las pluviaciones africanas,
generando una amplia variedad de ambientes. Solo hay evidencias de glaciares en las
grandes cordilleras montañosas y las especies animales de clima frío como el reno o
el mamut aparecen restringidas a la meseta norte y el Cantábrico.10 La temperatura media
anual de la península durante los momentos más fríos de la última glaciación (hace
21 000-17 000 años) sería unos 10-12ºC menor que la actual.7
Aunque cada glaciación fue diferente en intensidad y extensión a las demás, en general
podría decirse que durante estas fases frías la meseta central habría tenido un clima más
extremo y lluvioso que el actual, comparable quizás al existente en Polonia o
la Rusia europea de nuestros días. La costa cantábrica sería mucho más fría y húmeda,
similar al actual norte de Escocia, y Andalucía tendría unas temperaturas algo inferiores a
las del presente sur de Francia. En los periodos interglaciares, este último sería el clima de
la costa cantábrica, la andaluza sería muy calurosa y la zona levantina padecería un clima
subdesértico.
Flora[editar]
Los ecosistemas forestales miocénicos y pliocénicos de la península ibérica estaban
conformados por bosques nubosos con árboles de la familia
del laurel (relictos actualmente en los canutos de Cádiz y áreas de Macaronesia), bosques
templados como los actuales y de coníferas con secuoyas.7 Con la llegada de las
glaciaciones el medio cambió considerablemente: durante el último máximo glaciar las
zonas que no estuvieran cubiertas por nieves perpetuas del área cantábrica, las cordilleras
peninsulares y las mesetas serían unas estepas frías e inhóspitas, casi carentes de
vegetación; los bosques de pinos serían predominantes en las zonas más bajas; algunos
bosques templados (con robles, fresnos, avellanos, alisos, arces, etc) y mediterráneos
(de encinas y alcornoques) se conservarían en áreas favorables cercanas a las costas.11
Fauna[editar]
También los cambios climatológicos provocaron sus efectos en la fauna ibérica. En los
periodos glaciales los animales característicos fueron el mamut, el rinoceronte lanudo y el
reno, especies propias del norte que encontraban en la menor rigurosidad del clima
peninsular un cobijo de los hielos centroeuropeos. Durante los periodos interglaciares
el mamut meridional, el elefante antiguo y el rinoceronte de Merk fueron los animales de
gran tamaño más abundantes. También existieron otras especies que mantuvieron su
presencia de manera más o menos continuada a pesar de los cambios climáticos; entre
ellas destacarían distintos tipos
de leopardos, leones, osos, lobos, hienas, caballos, bisontes, jabalíes, cérvidos y cabras.7
Paleolítico[editar]
Hace aproximadamente unos 800.000 años, los primeros pobladores de la Península
Ibérica partieron desde África hasta Europa. Los restos de estos pobladores se han
hallado en la sierra de Atapuerca, denominados bajo el nombre de Homo
antecessor, Homo heidelbergensis y Homo neanderthalensis. También encontraron restos
del Homo neanderthalensis en Bañolas, Cova Negra, El Sidrón y Sima de las Palomas.
En el Levante hay asentamientos que presentan unos rasgos muy diferentes a los de
otras regiones europeas. Entre los objetos más originales encontrados están un tipo
de puntas de flecha con aletas y un pedúnculo para insertarlas en los mangos, así
como unas extrañas placas pintadas.
Epipaleolítico[editar]
La fase de transición entre el Paleolítico y el Neolítico se ha denominado Epipaleolítico.
Se extendió entre el 9000 y el 6000 a. C., y estuvo caracterizada por el calentamiento
climático correspondiente a la finalización del periodo glacial, la diversificación económica
basada en la recolección de frutos, la caza menor, la pesca y el marisqueo, así como una
industria lítica de pequeño tamaño (los microlitos), adaptada a mangos de madera y
hueso, que demuestran una mentalidad más práctica y una mayor especialización
respecto sus antecesores. Las áreas de poblamiento coinciden con las del previo
Magdaleniense: la zona cantábrica (cultura asturiense), la mediterránea y la costa
portuguesa.
Neolítico[editar]
Artículo principal: Neolítico en la península ibérica
Aproximadamente a partir del 6000 a. C. comenzó el Neolítico en la península. Al igual
que en el resto de Europa, la asimilación de los fundamentos neolíticos se produce por
influencia del Oriente Próximo, penetrando estos desde el área mediterránea hacia el
interior entre el VI-IV milenio a.C. y fusionándose con los rasgos autóctonos de cada
región. Así, la nueva economía agrícola-ganadera fue reemplazando a la de
los cazadores-recolectores, favoreciendo la sedentarización de la población. En la
península ibérica la ganadería fue la actividad predominante en la mayor parte de las
zonas, dadas las accidentadas condiciones orográficas. Se desarrollaron útiles específicos
para las tareas agrícolas, tales como las azadas, hoces y molinos de mano, y adquirieron
un gran desarrollo los instrumentos de madera, asta y hueso. Pero el cambio principal en
el utillaje fue la aparición de la cerámica, primordial para la cocción de los alimentos y su
conservación.
Tartessos[editar]
Artículo principal: Tartessos
Nada definitivo se sabe aún sobre si Tartessos era una región, ciudad o estado y donde
estaba situado exactamente. Hay unas pocas fuentes indirectas griegas y romanas, así
como algunos hallazgos arqueológicos que no guardan apenas relación con los
testimonios escritos. Se lo ha buscado por toda la península, pero las hipótesis más
razonables indican que su área de influencia estaría entre el sur de Portugal y la
desembocadura del río Segura, con su centro de irradiación política y cultural en el
bajo Guadalquivir: el área de Doñana para Adolf Schulten y Mesas de Asta para José
Chocomeli.26
Tenían una economía ganadera y agraria, complementada por el comercio derivado de la
explotación minera, tanto de su área de influencia como de otras regiones atlánticas.
Utilizaban una escritura semisilábica que se trazaba de derecha a izquierda y está sin
descifrar. Se cree que el sistema de gobierno era una monarquía relativamente
centralizada de la cual sólo se tiene constancia del nombre de un rey, Argantonio, de
finales del siglo VII.27 Su auge se produjo entre los siglos IX y VII a. C., coincidiendo con la
etapa en que los fenicios se asentaron en factorías costeras cuyo objetivo consistía en la
adquisición de metales que se intercambiaban por manufacturas de lujo con destino a la
élite tartésica. Estos contactos influyeron en la sociedad autóctona hasta el punto de
modificar los ritos funerarios y, probablemente, acentuaron la estratificación social.
A partir del siglo VI a. C., Tartessos entró en una etapa de decadencia y desapareció
abruptamente. Los motivos han sido muy controvertidos: hay quienes creen que fue
destruido por los cartagineses como respuesta a la apertura de los mercados tartésicos a
los griegos; otros suponen que se produjo algún tipo de catástrofe que fue el origen del
mito de la Atlántida; finalmente hay quien argumenta que el agotamiento de las vetas de
mineral habría acabado con el comercio colonial fenicio y habría llevado a las culturas
nativas de nuevo a una economía exclusivamente agrícola y ganadera.
Iberos[editar]
Riquezas de Hispania[editar]
Las regiones costeras de Hispania eran pobres en algunas partes, y en otras eran fértiles,
con abundancia de cereales, aceite, caballos, metales y vino. 28Hispania superaba a
la Galia por el esparto que se producía en sus zonas desérticas, gracias al espíritu
trabajador de los esclavos.
Desde Turdetania se exportaba principalmente trigo y aceite, pero
también cera, miel, peces, etc. Los barcos se fabricaban con madera procedente de
poblaciones indígenas.29 Se producían telas, como la lana, para los vestidos.
Crisis y caída del Imperio[editar]
La construcción de la muralla romana de Lugo se inició en la segunda mitad
del siglo III, para protegerse de las amenazas de los pueblos bárbaros.
Tiene una longitud de 2117 metros y una anchura de 4,2 metros, aunque en
algunos tramos alcanza los 7 metros.
A partir del siglo III el fin de las conquistas y la concesión del derecho de ciudadanía
produjeron una disminución de los ingresos fiscales y un encarecimiento progresivo de la
mano de obra esclava, que era cada vez menos rentable. El sistema económico empezó a
entrar en crisis. Las fronteras se vieron presionadas por pueblos bárbaros. Para poder
hacer frente a estas situaciones, los emperadores gobernaron de forma dictatorial, y
los complotspara poder acceder al poder sucedieron. Las autoridades locales acabaron
por asumir el poder y controlar el ejército mercenario bajo sus mandos.
Los esclavos empezaron a ser sustituidos por colonos, muchos de los cuales que, para
hacer frente a la crisis, tuvieron que entregar las tierras de su propiedad a un propietario
más poderoso para trabajarlas a cambio de una parte de la cosecha. Así se dio el primer
paso hacia la servitud, el pilar fundamental del feudalismo medieval. La artesanía frenó, las
ciudades se despoblaron y el Imperio se ruralizó. Las guerras con los germánicos,
los persas, los sármatas, etc. provocaron un colapso en el comercio.
A partir de 260 el aislamiento se acentuó por la invasión de francos y alamanes a la
Península. Los saqueos y las revueltas hundieron la economía y la vida urbana. A partir de
entonces Hispania no se recuperó, y las provincias volvieron a un régimen autosuficiente,
a la práctica del trueque y a la desaparición de la economía.
En 476, Rómulo Augústulo fue depuesto por los pueblos bárbaros al ocupar Roma, y así
se hundió definitivamente la estructura y el Imperio.30
Véase también[editar]
Portal:Prehistoria. Contenido relacionado con Prehistoria.
Cronología de la prehistoria de la península ibérica
Prehistoria de Europa
Prehistoria de Portugal
Prehistoria en Andalucía
Prehistoria en Cantabria
Prehistoria en la Comunidad Valenciana
Lenguas paleohispánicas
Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b Bermúdez de Castro, José María; Martinón Torres,
María; Gómez Robles, Aida; Prado-Simón, Leyre; Martín Francés,
Laura; Lapresa, María; Olejniczak, Anthony y Carbonell, Eudald
(2011) «Early Pleistocene human mandible from Sima del Elefante
(TE) cave site in Sierra de Atapuerca (Spain): A comparative
morphological study». Journal of Human Evolution, 61(1): 12-25
2. ↑ Fernández Álvarez, 2008, pp. 16-17.
3. ↑ Saltar a:a b c Diversos autores, 2004, p. 151.
4. ↑ Saltar a:a b Fullola y Nadal, 2005, pp. 74-75.
5. ↑ Arsuaga, 2004, pp. 160-162.
6. ↑ Eiro García, 2010, pp. 131-133.
7. ↑ Saltar a:a b c d Arsuaga, 2004, pp. 174-191.
8. ↑ Fullola, Nadal, p. 53.
9. ↑ Arsuaga, 2004, pp. 156-158.
10. ↑ Eiroa García, 2010, pp. 131-133.
11. ↑ Arsuaga, 2004, pp. 165-166.
12. ↑ Carbonell y Tristán, 2017, pp. 89 y 98.
13. ↑ Bischoff, James L.; Donald D. Shampa, Arantza Aramburu,
Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y J. M. Bermudez de Castro
(2002). «The Sima de los Huesos Hominids Date to Beyond U/Th
Equilibrium (>350 kyr) and Perhaps to 400–500 kyr: New
Radiometric Dates». Journal of Archaeological Science (en
inglés) 30 (3): 275-280.
14. ↑ abc (ed.). «La primera obra de arte de la humanidad».
Consultado el 10 de febrero de 2012.
15. ↑ José L. Sanchidrián, Hélène Valladas, Ma Ángeles Medina-
Alcaide, Edwige Pons-Branchu, Anita Quiles (2017). «New
perspectives for 14C dating of parietal markings using CaCO3 thin
layers: An example in Nerja cave (Spain)». Journal of
Archaeological Science: Reports (en inglés) 12: 74-80. ISSN 2352-
409X. doi:10.1016/j.jasrep.2017.01.028.
16. ↑ Fullola y Nadal, 2005, p. 80.
17. ↑ Fullola, Nadal, p. 181.
18. ↑ Gilman Guillén, Antonio (1999). «Veinte años de
Prehistoria funcionalista en el sureste de España». Boletín del
seminario de estudios de Arte y Arqueología (BSAA) (65): 75.
19. ↑ J. Muller y S. van Willigen, New radiocarbon evidence for
European Bell Beakers and the consequences for the diffusion of
the Bell Beaker Phenomenon, en Franco Nicolis (ed.), Bell
Beakers today: Pottery, people, culture, symbols in prehistoric
Europe (2001), pp. 59-75.
20. ↑ Richard Bradley The prehistory of Britain and
Ireland, Cambridge University Press, 2007, p144, ISBN 0-521-
84811-3
21. ↑ Estudio revela que británicos e irlandeses descienden de
españoles.
22. ↑ Estudiadas desde muy antiguo: Pablo Yañez de
Avilés, España en la Santa Biblia: exposicion historial de los
Textos tocantes a Españoles, dividida en dos partes, Imprenta de
Juan Muñoz, 1733.
23. ↑ Pueblos de Iberia
24. ↑ Las lenguas prerromanas de la península ibérica (España)
25. ↑ Área indoeuropea en los pueblos prerromanos de Hispania
26. ↑ Maluquer de Montes, 1990, pp. 19-21,131,207.
27. ↑ Maluquer de Montes, 1990, pp. 52,131-132,205.
28. ↑ Plinio el Viejo: Historia natural, siglo I.
29. ↑ Estrabón: Geografía, siglo I.
30. ↑ Indro Montanelli: Historia de Roma, pág. 455, ISBN 84-
9759-315-4.
Bibliografía[editar]
Arsuaga, Juan Luis (2004). «El collar del Neandertal. En busca de los primeros
pensadores». Barcelona (tercera edición) (Random House Mondadori). ISBN 84-9759-298-0.
«Historia universal. 1.- Los orígenes». Madrid (primera edición) (Salvat Editores).
2004. ISBN 84-345-6230-8.</ref>
Eiroa García, Jorge Juan (2010). «Prehistoria del mundo». Barcelona (primera edición)
(Sello Editorial SL). ISBN 978-84-937381-5-0.
Bibliografía adicional[editar]
Álvarez Rey, L.; Aróstegui Sánchez, J.; García Sebastián, M.; Gatell Arimont, C.;
Palafox Gamir, J.; Risques Corbella, M. (2013). Historia de España. España: Vicens
Vives. Las raíces históricas de España. ISBN 9788431692582.
Arsuaga, J. L. y Martínez, I. (1998) La Especie Elegida. La larga marcha de la
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Nocete Calvo, Francisco (2001). Tercer milenio antes de nuestra era: relaciones y
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El Mundo Ibérico. Una nueva visión en los albores del año 2000, Manuel Bendala
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