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Diferentes enfoques 4
Por otra parte, en el ámbito educativo también se define el aprendizaje como la adquisición
y la integración de nuevos conocimientos, con el fin de poderlos reutilizar funcionalmente.
Es cierto que aprendemos a aprender; aprendemos como nos resulta más fácil la
construcción del conocimiento, aprendemos a conocer lo que nos motiva, a seguir
aprendiendo por placer, por necesidad o para seguir creciendo como personas.
Sabemos que el aprendizaje se realiza en función del estado emocional de quien aprende y
en ello el profesor cumple un papel importante, si quiere favorecer el proceso de sus
aprendices. Recordemos que ya Platón afirmaba: “La disposición emocional del alumno,
determina su capacidad para aprender”.
De la misma manera que las recetas no garantizan que la comida quede bien, no hay
recetas para enseñar bien. Las clases se preparan de antemano, pero la enseñanza misma
no es una comida preenvasada. Las clases no son para aprendices abstractos, son para
aprendices concretos y específicos. Por ello, insistimos en que la enseñanza no es una
técnica sino una relación. el aprendizaje ocurre siempre dentro de una relación y de un
entorno concreto.
Diferentes enfoques
1. Aprender puede ser visto como un proceso de incremento de informaciones.
Esta primera acepción de aprendizaje es entonces la adquisición y acumulación de
informaciones que hacen que alguien sepa muchas cosas.
2. Aprender como memorización.
3. Aprender como acción. Es el proceso de incorporación de hechos, destrezas,
competencias y métodos que pueden ser utilizados según la necesidad. Significa
”aprender a hacer”, uno de los pilares de la educación, según el informe Delors.
4. Aprender como generación de sentido. El proceso mediante el cual incorporamos
informaciones relacionándolas con otros conceptos que ya tenemos incorporados en
nuestro desarrollo intelectual. Profundiza en la comprensión de las ideas
involucradas y es el objetivo de la teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard
Gardner.
5. Aprender como la reinterpretación de la realidad. El proceso mediante el cual
reorganizamos y reinterpretamos nuestra experiencia del mundo con la
incorporación de nuevas informaciones.
Lo primero que este listado nos indica es que hay diferencias entre las tres primeras
acepciones y las dos últimas. Las tres primeras son extrínsecas al ser humano y las dos
últimas, intrínsecas.
En esta escuela, la conducta de las personas está determinada por lo que ocurre en el
contexto, y no por lo que ocurre en el aprendiz. El aprendizaje es visto como la respuesta al
estímulo del docente. El acento está en la enseñanza y no en el aprendizaje.
El conocimiento que refleja esa realidad, es una realidad externa que se le impone al
aprendiz. El pensamiento y las asociaciones que ocurren son dependientes de la estructura
de la realidad. Sin intervención del aprendiz, el proceso de aprendizaje mismo se explica
por la reiteración del ciclo estímulo-respuesta.
El proceso de aprendizaje también puede incluir otras acciones tales como la práctica y la
memorización. Así, Skinner puso el énfasis en que hay que premiar lo que uno quiere que
las personas aprendan e ignorar lo que el docente no quiere que aprendan.Aquí, el
aprendizaje se organiza en torno a objetivos instruccionales que se encuentran claramente
formulados de manera que se puedan evaluar lo aprendido. Normalmente estos objetivos se
formulan de la siguiente manera: “al término de esta clase, curso, etapa, los alumnos
estarán en condiciones de hacer…” Se trata de lograr un cambio de conducta que puede
ser observado y evaluado por medio de una prueba psicométrica.
En estas acepciones la atención está puesta en los procesos que son internos. Las
corrientes teóricas que sustentan esta visión son el cognitivismo, (Piaget, Bruner) el
constructivismo (Dewey, Vigotsky) y el humanismo (Maslow, Rogers). Todas ellas
comparten la perspectiva de que el aprendizaje ocurre mediante asociaciones mentales en
el cerebro del individuo.
Cognitivismo
El foco está en la cognición, es decir, en el proceso mental interno de estructuración
cognitiva en el acto de conocer. En vez de focalizarse en la actividad del profesor como los
conductistas, el foco está en la capacidad de estructuración interna de las informaciones del
aprendiz. Las nuevas informaciones se relacionan y se asocian mentalmente con
estructuras de información anteriores en la mente de individuo, y este, si las encuentra
valiosas, las incorporará en la estructura existente, modificándola. Si no las encuentra
valiosas, las desechará, y la estructura mental quedará intacta.
El constructivismo
Se basa en los principios de cognitivismo, pero más allá que este. En el constructivismo el
foco también está en el aprendiz, en el aprendizaje y sus procesos internos. Se centra más
en el aprendizaje que en la enseñanza.
Esta escuela sostiene que las personas construyen su propia comprensión y conocimiento
del mundo. Da gran importancia a la experiencia del aprendiz. Al incorporar nuevas
informaciones validadas por él, este reordena la organización del conocimiento que tenía
anteriormente, creando nuevos significados y sentidos.
El humanismo
La intención es el desarrollo integral de la persona y surge en oposición al psicoanálisis y el
conductismo.
Por ello, además del interés cognitivo está también el interés por desarrollar capacidades
emocionales, para que el aprendiz pueda desarrollar su poder de autodirección y
autocontrol. En este contexto, las informaciones no son solo incorporaciones,sino que
principalmente son procesadas de acuerdoa las necesidades y motivaciones del aprendiz.
Según Howard gardner, padre de las inteligencias múltiples, al hablar de una pedagogía
de la comprensión dice lo siguiente: “Comprender no se reduce a conocer; tampoco se
trata de resolver problemas con habilidad o interpretar un texto o escribir bien. En su
opinión, “la comprensión significa poder utilizar el conocimiento adquirido con el estudio,
para aplicarlo apropiadamente en nuevas situaciones”.
Tipos de aprendizaje
Aprendemos siempre, desde que nacemos, porque la vida es puro y constante aprendizaje,
pero ¿de qué forma aprendemos?
El proceso de aprender
Cada vez que nos llega un pensamiento o una información nueva o cualquier habilidad que
queremos desarrollar, en un primer momento solo se produce una descarga química. Pero,
si se repite el tiempo suficiente, comienza una maravillosa obra de ingeniería. Si ese
pensamiento, movimiento, actividad o información se repite una y otra vez, llega un
momento que sucede el aprendizaje.
En este punto, las emociones facilitan traspasar esa línea para que el proceso sea más
rápido y más eficaz.
Cuando una neurona recibe un estímulo, cada célula cerebral actúa como una diminuta pila
eléctrica, impulsada por la diferencia de iones de sodio y de potasio a lo largo de la
membrana celular. Los cambios de voltaje favorecen la transmisión de señales necesarias
para el desarrollo de las dendritas Es entonces cuando los neurotransmisores se
acumulan en los extremos del axón de la célula, que llegan a tocar las dendritas de otra
célula. Cuando el cuerpo celular envía una descarga eléctrica hacia fuera hasta el axón,
estimula la liberación de esos componentes químicos almacenados en el espacio
intersináptico, que es la distancia entre el final de un axón y la punta de una dentrita.
Una vez llegado a ese espacio, conocido como brecha sináptica, la reacción química
dispara o inhibe una nueva energía eléctrica en los receptores de la dendrita contactada.
Finalmente, la estimulación eléctrica repetida fomenta, junto con una entrada incrementada
de nutrientes, el desarrollo de las neuronas mediante la ramificación dendrítica. Estas ramas
nos ayudan a establecer más conexiones hasta formar en algún caso, “bosques neuronales”
que nos ayudan a comprender mejor y, quizá algún día a convertirnos en expertos en una
materia.
El proceso por el cual las neuronas instalan un nuevo cable en función de la experiencia,
recibe el nombre de aprendizaje hebbiano, en honor a Donald Hebb, que fue quien la
propuso.
Patrones y programas
El cerebro reconoce las cosas en forma de “patrones”. Es decir, cuando vemos un objeto lo
podemos identificar asociándolo con imágenes en nuestro banco de memoria.
La corteza cerebral detecta los patrones con más facilidad mediante aquellas experiencias
previas en las cuales las emociones jugaron un papel importante.
Por ese motivo, a la hora de enseñar es preciso tener en cuenta las experiencias previas de
los aprendices para partir de lo que ellos ya saben o pueden asociar a los “patrones” que ya
tienen, así como considerar la importancia de lo que se vive y aprende con una cierta carga
emocional.
Hacer lo que ya sabemos hacer, se llama ejercicio; a hacer algo nuevo lo vamos a llamar
estimulación.
Estilos de aprendizaje
El educador que quiera ayudar a triunfar al mayor número posible de los aprendices de su
clase debe reconocer sus necesidades, su forma de ser, y poner de manifiesto su manera
de aprender.
1. Estilo teórico
Los aprendices teóricos adaptan e integran las observaciones que realizan en teorías
complejas y bien fundamentadas lógicamente. Piensan de forma secuencial y paso a paso.
Tienden a ser perfeccionistas. Les gusta analizar y sintetizar la información y en su sistema
de valores premia la lógica y la racionalidad.
Los teóricos aprenden mejor a partir de modelos o teorías y con ideas y conceptos que
presenten un desafío, y se encuentran mucho más cómodos cuando tienen la oportunidad
de preguntar e indagar.
Por otro lado les cuesta más aprender con actividades que impliquen ambigüedad e
incertidumbre, en situaciones que enfatizan las emociones y cuando tienen que actuar sin
fundamento teórico.
2. Estilo pragmático
Su punto fuerte es la experimentación y la aplicación de las ideas, teorías y técnicas
nuevas, y comprobar si funcionan en la práctica. Los problemas son un desafío y siempre
están buscando una manera mejor de hacer las cosas.
Tienden a ser impacientes. Aprenden mejor con actividades que relacionen la teoría y la
práctica, cuando ven a los demás hacer algo y cuando tienen la posibilidad de poner en
práctica inmediatamente lo que han aprendido.
Y presentan más dificultades, cuando lo que les enseñan no se relaciona con sus
necesidades inmediatas no con aquellas actividades que no tienen una finalidad aparente y
cuando lo que hacen no está relacionado con la realidad.
3. Estilo reflexivo
Los aprendices reflexivos tienden a adoptar una posición de observador que analiza sus
exigencias desde muchas perspectivas distintas. Anteponen la reflexión a la acción.
Recogen datos y los analizan detalladamente antes de llegar a una conclusión. También
consideran todas las alternativas posibles antes de tomar una decisión.
Aprenden mejor cuando pueden hacer proposiciones, analizar la situación, y cuando
pueden pensar antes de actuar. Sin embargo les cuesta más trabajo cuando se les fuerza a
convertirse en el centro de atención o se les mete prisa para hacer una actividad y no
pueden planificarla previamente.
4. Estilo Activo
Los aprendices activos se involucran totalmente en las experiencias nuevas. Disfrutan el
momento presente y se dejan llevar por los acontecimientos. Suelen ser entusiastas ante lo
nuevo y tienden a actuar primero y pensar después en las consecuencias.
LLenan sus días de actividades y, tan pronto baja la emoción en una de ellas, se lanzan a la
siguiente. Les aburre ocuparse de planes a largo plazo y consolidar los proyectos, les gusta
trabajar rodeados de gente, pero siendo el centro de las actividades.
Aprenden mejor si las actividades son variadas y suponen un desafío, en actividades cortas
y en situaciones de crisis. En cambio, su rendimiento es menos eficaz cuando tienen que
adoptar un papel pasivo o cuando analizan e interpretan datos o tienen que trabajar solos.
Para avanzar en el proceso de aprendizaje se necesitan por lo menos dos cosas: primera,
la voluntad de persistir con el fin de superar los disgustos ocasionados por el esfuerzo de
aprender; segunda, el logro, esencial para contrarrestar las preocupaciones ocasionadas
por el esfuerzo de aprender.
Es necesario proponer a los aprendices metas que sean realistas y que, con algo de
esfuerzo, puedan conseguir.
Para el profesor esto significa que es importante explotar cada pequeño placer, cada
pequeño avance y para eso debe conocer la importancia de resaltar esas oportunidades
cuando se presentan.
Pero también es importante la “personalización” del aprendizaje. Por tanto deben evaluarse
las necesidades de cada aprendiz y determinar el desarrollo de su talento y creatividad de la
manera más apropiada.
En el informe que la OCDE presentó en 2004 se afirma que, a través del proceso
continuado de aprendizaje, se producen modificaciones físicas en el cerebro debido a la
acción de las emociones sobre el tejido neuronal. Cuando un individuo logra entender
nuevos conceptos, se genera un sentimiento de satisfacción que constituye una de las
principales motivaciones para aprender. Allí radica, según el estudio, la importancia de
transmitir esa satisfacción desde la infancia.
Sin embargo, el examen del cerebro de los adolescentes ha demostrado que, pese a su
fuerte potencial cognitivo, este grupo poblacional sufre de inmadurez emocional.
En los adultos mayores, a fluidez o experiencia en una tarea puede reducir los niveles de
actividad cerebral. el aprendizaje puede ser un medio efectivo de contrarrestar el
funcionamiento reducido del cerebro.
Para modificar la estructura cerebral a lo largo del lapso vital, este nacimiento de neuronas
nuevas (neurogénesis) opera en línea con la muerte de otras neuronas. Al proceso por el
cual las sinapsis disminuyen, se le conoce con el nombre de “reducción” o “poda” y se
considera un proceso normal y necesario del crecimiento y desarrollo.
Aún más, las neuronas están afinando sus conexiones de forma constante mediante la
formación de sinapsis, eliminación, reforzamiento y debilitamiento. Al proceso por el cual las
sinapsis son creadas en gran número durante los períodos normales de crecimiento se
llama sinaptogénesis. Varía a lo largo de la vida con períodos de crecimiento diferencial
para las distintas áreas del cerebro, dependiendo de la experiencia.
Los dos conceptos, períodos sensibles y plasticidad del cerebro, a un nivel fundamental
parecen representar conceptualizaciones de desarrollo diferentes y opuestas (Hannon,
2003).
Por un lado, la plasticidad sugiere que el aprendizaje y el desarrollo pueden tener lugar a
cualquier edad. Nunca es demasiado tarde para intervenciones y aprendizaje. Por otro lado,
períodos sensibles implican un rol crucial para el momento oportuno, las intervenciones
tempranas y el aprendizaje.
Aprendizaje en la infancia
La psicología del desarrollo ha identificado tres factores sociales que son esenciales en este
aprendizaje durante los primeros meses después del nacimiento: la imitación, la atención
compartida y la comprensión empática.
Es precisamente la imitación el elemento primordial en este aprendizaje, acelerándolo y
multiplicando las oportunidades de aprender.
A los tres o cuatro años ya hay muchísimas conexiones o circuitos creados y se produce un
aprendizaje acelerado, pues, todo nos impacta, nos provoca curiosidad y necesidad de
explorar.
Un niño no comienza a aprender con ideas y conceptos abstractos sino con percepciones,
emociones, sensaciones y movimientos, todo ello en relación al mundo sensorial real.
Los primeros aprendizajes se producen mediante procesos de repetición constantes con los
que el niño construye recuerdos inconscientes, que darán paso más adelante a procesos de
aprendizaje conscientes.
Mirar, oír, oler, tocar, sobre todo a través del juego, es el primer aprendizaje sólido infantil.
Aprendizaje en la adolescencia
Los estudios de Giedd muestran que hay una segunda ola de proliferación y poda que tiene
lugar más tarde de la infancia, y que la parte final crítica de esta segunda ola, que afecta a
nuestras facultades mentales más elevadas, ocurre al final de la adolescencia. Este
crecimiento y disminución neuronal altera el número de sinapsis entre las neuronas.
Hay varias partes del cerebro que experimentan cambios durante la adolescencia:
● El estriado derecho ventral, el cual regula el comportamiento motivacional de
recompensa, enfrenta ciertos cambios. Estas diferencias pueden conducir al cerebro
adolescente a involucrarse en comportamientos de riesgo de elevada recompensa.
● El cuerpo calloso se desarrolla antes y durante la pubertad.
● La glándula pineal, que produce la hormona melatonina, crítica en la conducción
del cuerpo al sueño.
● El cerebelo, que gobierna la postura, el movimiento y el equilibrio, continúa
creciendo hasta la adolescencia tardía. El cerebelo también influye sobre otras
partes del cerebro, responsables de las acciones motoras, y está involucrado en
funciones cognitivas, incluido el lenguaje.
● La corteza prefrontal, responsable de importantes funciones ejecutivas, como la
cognición a nivel elevado, es la última parte del cerebro en ser podada.
Estudios recientes han sugerido que la forma en la cual se desarrolla la corteza prefrontal
durante la adolescencia puede afectar a la regulación emocional.
En esta etapa existe una gran sensibilidad a la dopamina. Esto explica que los
adolescentes le den más importancia a la recompensa que a los riesgos en la búsqueda de
lo novedoso debido a que buscan el placer inmediato, les cuesta mucho hacer planes para
el futuro.
Existe también una sensibilidad a la oxitocina que hace más gratificantes las relaciones
sociales, lo que justifica la necesidad del adolescente por relacionarse con compañeros de
su misma edad. Necesitan sentirse tribu, y su sentido de pertenencia les hace muchas
veces estar ciegos a conductas grupales poco adecuadas.
El siguiente cuadro resume lo que hemos visto hasta ahora acerca de cómo aprende el
cerebro en las diferentes etapas de la infancia y de la adolescencia.
Para que exista una educación válida es necesario que desarrolle el pensamiento crítico e independiente de los
jóvenes, un desarrollo puesto en peligro continuo por exceso de materias (sistema puntual). Este exceso
conduce necesariamente a la superficialidad y a la falta de cultura verdadera. La enseñanza debe ser tal que
pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación.
Albert Einstein.
Como ya hemos visto, el aprendizaje se hace en dos niveles. Por un lado está el
aprendizaje cognitivo o técnico de la materia en sí misma, y por el otro, el aprendizaje
emocional, subyacente al cognitivo o técnico. Básicamente, el aprendizaje cognitivo o
técnico depende del aprendizaje emocional.
Tipos de aprendizaje
Emocional Cognitivo
● Rápido ● Lento
● Permanente ● Fácil de olvidar
● No requiere esfuerzo ● Requiere tiempo y esfuerzo
● Inconsciente y automático ● Consciente
El aprendizaje cognitivo-intelectual el el que llamamos generalmente “académico!, pues está
relacionado con distintas materias y áreas de conocimiento intelectual. Seguramente, si los
estilos de enseñanza representan todos los estilos de aprendizaje, se dirigen todas las
formas de ser inteligente y se utilizan estrategias compatibles con la forma de aprender del
cerebro, la adquisición será placentera.
Se necesitan estrategias mentales por parte del aprendiz y constancia, esfuerzo y
persistencia para que los contenidos se retengan en la memoria a largo plazo, contando
además con que esos contenidos no son necesarios para la supervivencia, razón por la cual
es más factible que sean olvidados.
Diferentes tipos de competencias que es preciso aprender
Tradicionalmente se reconocen dos campos de competencias: las cognitivas y las técnicas.
Las competencias cognitivas están asociadas al saber y al conocimiento, y son las más
solicitadas en las escuelas.
Las competencias técnicas están asociadas al “saber hacer”, al cómo se hace algo y a
todo lo relativo a las habilidades técnicas, sean manuales o intelectuales.
A estos dos campos de competencias hay que añadir dos más: las competencias
relacionales, aquellas que permiten interactuar con los demás y las competencias
emocionales, aquellas que permiten sentir, experimentar emociones y reaccionar en
consecuencia.
Competencias cognitivas
Asociadas al “saber”y al conocimiento. Participan principalmente el hipocampo y la corteza
prefrontal. El desarrollo de esas competencias es posible gracias a la memoria declarativa
(memoria semántica1 y episódica2).
Competencias técnicas
Las competencias relativas al “saber hacer” se apoyan en la memoria procesal, es decir,
en las acciones y saberes operatorios. La memoria procesal funciona independientemente
de la memoria declarativa.
1
La memoria semántica es el almacenamiento del aprendizaje de conocimientos generales y de nosotros
mismos que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida, lo que no implica acordarse de un hecho
detalladamente o de una instrucción o regla.
2
La memoria episódica es el recuerdo de un instante único que aparece asociado a un lugar y a un momento
concreto, a un entorno preciso, lo que no ocurre en el caso de la memoria semántica respecto del tiempo y el
espacio.
Competencias relacionales
Las competencias relativas al saber comunicarse con los demás y relacionarse de una
forma satisfactoria. Este campo es menos conocido pero se puede presumir la existencia de
unas estructuras nerviosas y de una memoria específica. Los numerosos trabajos sobre
comunicación, lenguaje, reconocimiento de rostros y la decodificación no verbal, permiten
poner en evidencia este tipo de competencias.
Competencias emocionales
Se apoyan sobre la memoria emocional, que tiene que ver con la amígdala y la corteza
prefrontal. El aprendizaje emocional utiliza la forma de memoria asociativa.
El tipo de habilidades que deberían desarrollar todos los aprendices incluye habilidades
para aprender a conocer sus emociones y a regular su expresión, además de controlar las
emociones negativas para que, cuando ocurra alguna adversidad, estas no persistan más
allá de lo necesario.
Los experimentos científicos demuestran que tomar buenas decisiones y dirigir bien la vida
tiene más que ver con las emociones que con la parte racional de nuestro cerebro.
Numerosos experimentos demuestran que no son las competencias cognitivas las que
están en el centro de los procesos de aprendizaje, sino las competencias
emocionales.
Según Squire y Kandel “la adquisición de una habilidad cognitiva o técnica depende, en la
base, del sentimiento sobre la manera de realizar la tarea”.
En el siguiente cuadro podemos observar los campos de competencias y sus
particularidades (Chabot y Chabot, 2009)
Competencias
Particularidades
Aun diferenciándolas con un fin meramente didáctico, todas las competencias se influyen
mutuamente.
Las investigaciones también han demostrado que las emociones positivas pueden mejorar
los aprendizajes cognitivos o técnicos. Esto ha conducido a los estudiosos del tema a
constatar que el 80% del éxito se puede atribuir a las competencias emocionales y
relacionales y solamente el 20% a las competencias técnicas y cognitivas.
Recuerda
● El cerebro humano es extraordinariamente plástico, de manera que su actividad se
puede adaptar y su estructura cambiar de forma significativa a lo largo de la vida,
aunque sea más eficiente en los primeros años de desarrollo (períodos sensibles
para el aprendizaje).
● Cada uno de nosotros tenemos nuestra forma preferente de adquirir conocimientos.
Por eso, el educador que quiere poner a sus alumnos en buenas condiciones para
aprender, debe adaptar su pedagogía a las preferencias de estos, para garantizar
una mejora en su proceso de adquisición del conocimiento.
● Si el aprendiz piensa que es capaz de hacer algo y quiere hacerlo, se pone en
marcha toda la maquinaria cerebral y orgánica para conseguirlo, todo su cerebro
obedece a la orden dada, al pensamiento. Si el aprendiz piensa que no es capaz, ya
está anticipando el fracaso y su estado cerebral la empujará hacia él.
● No son las competencias cognitivas las que están en el centro de los procesos de
aprendizaje, sino las competencias emocionales.