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-VERDADERO ARREPENTIMIENTO
Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan
(Hechos 17:30)
Algunos citan Hechos 16.31 (Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu
casa) y dicen que la salvación viene por el arrepentimiento. Creer NO es
suficiente
Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los
demonios creen, y tiemblan. Pero, ¿estás dispuesto a admitir (¿quieres saber),
oh hombre vano (necio), que la fe sin obras es estéril? (Stg 2:19-20)
Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por
parte de ustedes, y de cómo se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al
Dios vivo y verdadero, (1Tes 1:9)
Por eso, Juan decía a las multitudes que acudían para que él las bautizara:
“¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que vendrá? “Por
tanto, den frutos dignos de arrepentimiento; y no comiencen a decirse a
ustedes mismos: „Tenemos a Abraham por padre,‟ porque les digo que Dios
puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. “El hacha ya está puesta a la
raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y
echado al fuego.” Y las multitudes le preguntaban: “¿Qué, pues, haremos?”
Juan les respondía: “El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y
el que tiene qué comer, haga lo mismo.” Vinieron también unos recaudadores
de impuestos para ser bautizados, y le dijeron: “Maestro, ¿qué haremos?” “No
exijan (No colecten) más de lo que se les ha ordenado,” les respondió Juan.
También algunos soldados le preguntaban: “Y nosotros, ¿qué haremos?” “A
nadie quiten dinero por la fuerza,” les dijo, “ni a nadie acusen falsamente,
y conténtense con su salario.” (Luc 3:7-14).
Hay personas que piensan que son salvas sólo por haber hecho la
oración de fe en algún momento de su vida. Según la revista American
Cristianity, en EEUU hay 305 millones de personas, de las cuales 250
millones profesan ser Cristianos, pero sólo 134 millones asisten
regularmente a la iglesia. ¿Cuántos serán verdaderos discípulos?
¿Cuántos viven como Cristianos? Cada año se abren 1500 iglesias
Evangélicas nuevas… ¡pero cierran 4000!
Los Católicos piensan que por haber sido bautizados en su niñez, son
salvos. Según el INEGI, sólo 26% de las personas que profesan la fe
Católica asisten regularmente a la iglesia. ¿Cuántos serán nacidos de
nuevo?
¿Cuáles son las Evidencias de los Verdaderos Discípulos?
¿De qué sirve, hermanos míos, si alguien dice que tiene fe, pero no tiene
obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo? (Stg 2:14)
Recordemos que Pablo afirma en Romanos que “el hombre es justificado por la
fe aparte de las obras.” Las obras son la prueba de que tu arrepentimiento
fue genuino. En los siguientes versículos Santiago entra en un ejemplo.
Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los
demonios creen, y tiemblan. (Stg 2:19)
Hay muchos que tienen la fe de los demonios. Creen, al igual que los
demonios, pero no practican.
¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció
sobre el altar a su hijo Isaac? Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban
conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. (Stg
2:21-22)
Jesús nos dijo “Así que por sus frutos los conocerán.” El Señor hablaba de
cómo podrían reconocerse a los verdaderos discípulos y también a los falsos
discípulos. En los temas anteriores vimos cómo los verdaderos creyentes
comienzan a serlo con un verdadero arrepentimiento, un giro de 180 grados
en forma de vivir. Como dijo el Apóstol Pablo, “las cosas viejas pasaron, ahora
han sido hechas nuevas.” La fe salvadora produce inevitablemente frutos
de la nueva naturaleza. Vamos a estudiar el pasaje de Mateo 7:13-20 en
detalle.
Aquí vemos dos antítesis: Una puerta angosta y una puerta ancha; y un camino
angosto y un camino ancho. Ambas son metáforas que nos hablan del caminar
de las personas. El camino ancho es muy fácil de caminar… uno se puede
decir a si mismo: el camino ancho no es tan malo, todo el mundo anda por él,
todos hacen lo mismo. Hay personas que, aunque van a la iglesia, o incluso
usan el púlpito, van por el camino ancho. Mientras, quienes van por el
camino angosto encuentran que éste se vuelve cada día más angosto.
Como dice el refrán: “Tus hechos hablan tan fuerte, que no se escucha lo que
dices.”
Jesús habla aquí sobre la existencia de ministros falsos. ¡Hay lobos entre las
ovejas! Cuidémonos de ellos.
“Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o
higos de los cardos? (Mat 7:16)
“Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos.
“Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir
frutos buenos. (Mat 7:17-18)
Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad,
impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos,
enojos, rivalidades, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas
semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que
los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Pero el fruto del
Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. (Gal 5:19-23)
Notemos cómo todos los árboles dan fruto. Según Jesús en la Parábola del
Sembrador, hay algunos que rinden fruto en diferentes cantidades: 30, 60 o
hasta 100 veces. Esto nos habla de que algunos Cristianos van a dar más
frutos que otros.
El original para la palabra “dar” es el griego “poiéo” que significa hacer cosas,
practicar. Esto nos habla de que no se trata de un “fruto invisible”, sino uno que
consiste en cosas visibles, tangibles. El nacido de nuevo no puede practicar el
pecado (más sobre eso abajo). El árbol malo, el falso Cristiano, puede simular
el fruto del bueno, pero su fruto no es genuino. Allí es donde se cumple lo que
dijo Juan: “salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros” (1Jn
2:19). ¿Habrá pastores o ministros que no han nacido de nuevo? ¡Claro
que sí!
“Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. “Así que,
por sus frutos los conocerán. “No todo el que Me dice: „Señor, Señor,‟
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre
que está en los cielos. (Mat 7:19-21)
Demonios: Aquí dice que los falsos maestros aún expulsan demonios, pero
que no conocen a Jesús. Dejemos claro que los demonios son expulsados por
el poder del nombre de Jesús, pero expulsarlos no es evidencia de la
santificación del que ora. Aún Judas expulsó demonios (cuando fueron
enviados de dos en dos), pero es claro que nunca fue un verdadero discípulo
de Cristo.
Milagros: Por último Jesús afirma que algunos aún hicieron milagros, pero no
conocieron a Jesús. ¿Un milagro garantiza que el sanado y el que oró son
Cristianos? ¡No! Algunas personas son engañadas porque piensan que un
milagro o un prodigio pueden avalar a los involucrados, pero no es así.
Vamos a ver a fondo una de las parábolas de Jesús, la que conocemos como
La Parábola del Sembrador. Recordemos que una parábola es la narración de
un suceso cotidiano para conocer una verdad espiritual.
Multitudes
Duros de Corazón
Las veredas son los caminos que los sembradores caminaban para atender los
campos; por las pisadas el terreno se volvía duro. Esto simboliza a las
personas que han endurecido su corazón por causa de los sufrimientos de
la vida. Es el caso, por ejemplo, de una mujer abandonada por su esposo que
vive resentida, o un hombre amargado contra otro al interior de una iglesia
Cristiana y dice “todos son iguales” o “son hipócritas“.
En el pasaje paralelo, en Mateo, dice que estas personas son las que oyeron
“la palabra del reino y no la entiende(n).” ¿Por qué no la entienden? Las
palabras de Jesús a veces ofenden el pensamiento natural y sólo los nacidos
de nuevo las entienden. Estas personas oyeron la Palabra, pero decidieron no
creerla con el corazón. De alguna manera dicen: Me quedo con Aristóteles.
Según la explicación de Jesús en los versículos 16 y 17, estos son “los que al
oír la palabra enseguida la reciben con gozo; pero no tienen raíz profunda en
sí mismos, sino que sólo son temporales.” Son personas que al escuchar el
Evangelio se emocionan y dicen “¡Qué bonito, esto es lo que yo necesitaba!
Voy a seguir a Cristo.” Van a la iglesia, cantan, diezman y se involucran, pero
son cristianos de corta duración. El versículo 17 dice que “cuando viene la
aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida se apartan de
ella.” La palabra griega que se usa allí como „aflicción‟ habla de „estrechez‟.
Cuando viene, por ejemplo, la estrechez económica, dejan de ir a la iglesia.
Cuando reciben burlas o presiones de los que no son creyentes, también.
Cuando hay persecución, dejan la fe. ¿Cómo se da esa persecución hoy en
día? Por ejemplo, en que tu compadre se burla de ti y te dice que te has
convertido en el „monje loco.‟
Otro tipo de persecución puede ocurrir en casa: ¡Te voy a desheredar porque te
cambiaste de religión!
5.-PERMANECIENDO EN LA VID
¿Por qué Jesús usó una vid para darnos este ejemplo? ¿Por qué no un
manzano, o una naranja? La palabra “vid” viene del término celta “vitis” que
significa conocimiento. Jesús está diciendo aquí: “Yo soy la vid, yo soy el
conocimiento.” Cristo vino a darnos el conocimiento del Padre.
Espero que con esto sean alentados sus corazones, y unidos en amor,
alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de
comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es
decir, de Cristo (el Mesías), en quien están escondidos todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento. (Col 2:2-3)
La vid es una planta que puede vivir más de 100 años. Esto nos habla de la
eternidad de Cristo. Cristo es eterno y Cristo ofrece eternidad. 1 Juan 5.11 dice
“… que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en Su Hijo.” Cristo nos
ofrece vida eterna, ¿quién cree que nos puede ser quitado lo que Él nos dio?
La salvación que Cristo nos ofrece es eterna y por tanto no se pierde. Si eres
realmente salvo, nacido de nuevo, eso es eterno. Jesús mismo dijo que nadie
podía arrebatar a sus ovejas de su mano:
“Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y Me siguen. “Yo les doy vida eterna y
jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano. “Mi Padre que Me las dio
es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. (Jua
10:27-29)
Dice Juan 15:1 que el Padre es el Labrador. Dios Padre cuida eternamente la
Vid que es Cristo, para que eventualmente nosotros, las ramas, demos uvas,
fruto.
Propiedades Curativas de las Uvas
Semillas
En cada uva hay una semilla, y en cada semilla el código genético para
producir otra vid. Igualmente en nosotros los nacidos de nuevo están la
Palabras de Vida que pueden sembrarse en los corazones de los demás y
reproducir otros nacidos de nuevo.
Nos Poda
Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda
para que dé más fruto todavía. (Jua 15:2 NVI)
En lo natural, ¿qué es podar? Podar es cortar, quitar ramas que estorban, con
el propósito de fortalecer las ramas para que den más fruto. Dios cuida de
nosotros y nos “poda” las ramas que no necesitamos porque nos quitan
energía -la envidia o la mentira por ejemplo-. Eso no ocurre sin que
experimentemos dolor, pero es bueno. Si Dios te está podando, es porque te
está cuidando.
Permanecer
Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe
siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo
ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará*
en ustedes. (Jua 14:16-17 NVI)
“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en
él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. El que
no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen,
se arrojan al fuego y se queman. Si permanecen en mí y mis palabras
permanecen en ustedes, «todo» lo que quieran pedir se les concederá. (Jua
15:5-7 NVI)
Aquí dice la Biblia que «todo» lo que pediremos se nos concederá. ¿Realmente
quiere decir «todo»? Si pido algo fuera de la voluntad de Dios, ¿me lo dará? ¿Y
qué si pido algo pecaminoso o algo que desviará mi corazón? No perdamos de
vista el contexto de la afirmación: hay que permanecer en Él. Si una persona
permanece en Él y en Su Palabra, entonces la mayoría de sus oraciones
coinciden con la voluntad y la Palabra de Dios. Santiago nos dijo que cuando
piden, “no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus
propias pasiones.” Un verdadero discípulo, por su comunión con Dios, sabe
pedir: es por eso que recibe todo lo que pide, porque pide bien, no meramente
para satisfacerse a sí mismo sino en armonía con el Padre.
Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que
son mis discípulos. (Jua 15:8 NVI)
Hay muchos creyentes (la Biblia dice que hasta el Diablo cree). Pero pocos
discípulos de Jesús. Veamos dos pasajes referentes a ser o no ser discípulos,
a ser amigos o enemigos de la cruz.
Como les he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se
comportan como enemigos de la cruz de Cristo. Su destino es la destrucción,
adoran al dios de sus propios deseos* y se enorgullecen de lo que es su
vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal. En cambio, nosotros somos ciudadanos
del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. (Fil 3:18-
20)
La palabra discípulo viene del griego «mathetes» que quiere decir aprendiz.
En el contexto cultural de la época era muy claro: aprendiz es el que
memorizaba las palabras de su tutor, conocía el estilo de vida de su
maestro, lo vivía, y eventualmente se hacía tutor de otros. Un discípulo
debía negarse a sí mismo y ser totalmente obediente a su tutor.
Jesús no engaña a nadie. Él nos dijo que no vino a dar paz, sino disensión.
Seguir a Cristo te va a poner en disensión. ¿Vas a seguirle? (Cuando Jesús
dijo que “La paz les dejo; mi paz les doy” estaba hablando de paz espiritual,
paz con Dios, no con el Mundo).
Nuestro Problema es el Pecado
La cruz no es sólo un pasito que damos para llegar al bienestar. ¡La cruz pesa
tres toneladas! Y alguno dirá, pero… ¡Dios es amor! Sí, pero la Biblia no dice
que Dios es amor, amor, amor, amor, amor, amor…
Dice la Biblia que el día de la multiplicación de los panes y los peces había
como cinco mil varones sin contar a las mujeres y a los niños. Entonces
seguramente eran como veinte mil personas reunidas en torno a Jesús.
- ¡Qué avivamiento, veinte mil personas!- podrían decir hoy muchos. Seamos
claros: las multitudes no son necesariamente una señal de avivamiento.
¿Avivamiento o avivo y miento? ¿Cuántos de estos realmente eran
discípulos? Veanis lo que la gente hizo cuando terminó de comer sus
sándwiches de sardina:
En el Mundo se dice que si ofrecemos cosas gratuitas las gente no las valorará.
Pero este criterio no es válido en el Reino de Dios. Hoy, con tal pretexto,
algunos cobran por predicar la Palabra y otros cobran por un milagro. ¡Son
corruptos! El precio de nuestra salvación es tan alto que Jesús tuvo que
regalarla.
En estos versículos la palabra comieron viene del griego « fago » que implica
que comieron, devoraron hasta saciarse. La palabra llenarse viene del griego
«cortazo» que significa hartarse. Las dos palabras se usaban para hablar de
animales. Podríamos leer esto así: Ustedes me buscan porque se hartaron y
devoraron, comieron como animales. Eran palabras ofensivas. Y tú, ¿por qué
buscas a Jesús? ¿Cuál es tu motivación?
Reprendiendo al Maestro
Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a
Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos, de los jefes de los
sacerdotes y de los maestros de la ley, y que era necesario que lo mataran y
que al tercer día resucitara. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo: –
¡De ninguna manera, Señor! ¡Esto no te sucederá jamás! (Mat 16:21-22 NVI)
Jesús les declaraba a sus discípulos todo lo que habría de ocurrir: aquí lo
vemos anunciándoles cómo iba a morir. Pedro le reprende por tal declaración:
no había entendido aún lo que Pablo le advertiría más tarde a Timoteo que
“sufriría persecución”.
Dice Pablo en Romanos que cualquiera que anda en la carne se hace enemigo
de Dios. Por tanto, el verdadero discípulo de Jesús debe dejar sus
proyectos personales a un lado. Jesús nos enseñó a orar: “Hágase hoy Tu
voluntad.” Tenemos que aprender a negarnos a nosotros mismos, a desechar
nuestros proyectos para tomar los de Él.
Recuerdo muy bien cuando Dios me llamó: yo no quería ser pastor. Había
observado la vida de los pastores y prefería ser un evangelista. De hecho
empecé a imitar uno que venía a la iglesia donde yo me congregaba en ese
tiempo. (¿Han visto a los imitadores de Benny Hinn? Ahora hay un montón de
„Hijines‟, pero no necesariamente “Hijines” de Dios). Dios me dijo muy claro: Tú
vas a ser pastor. ¿Vas a hacer lo que tú quieres o lo que yo quiero? Yo me
sometí y le pedí el don de ser pastor.
Tomar la Cruz
Luego dijo Jesús a sus discípulos: –Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que
negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. (Mat 16:24 NVI)
La cruz que llevamos hoy en realidad es pequeña y liviana, como un dije, fácil
de cargar. Pero la cruz de la que hablaba Jesús era pesada. ¿Recuerdas
cuando un profeta le avisó a Pablo que si iba a Roma sería golpeado y
maltratado? Los discípulos le dijeron a Pablo que no fuera, pero él dijo “no me
desanimes, estoy listo para poner mi vida“.
“Subió Jesús a una montaña y llamó a los que quiso, los cuales se reunieron
con él. Designó a doce -a quienes nombró apóstoles- para que lo acompañaran
y para enviarlos a predicar y ejercer autoridad para expulsar demonios.” (Mar
3:13-15 NVI)
Ese es el reto que tenemos. El reto de ser discípulos de Cristo que, además,
constituye un privilegio. Para aquellos que aman hacer la voluntad de Dios,
el Cristianismo no es una carga ni una obligación, es un privilegio.
Discípulos y Cristianos
Tanto el Discípulo como el Cristiano buscan ser como Cristo. El Señor dijo que
los discípulos no son mayores a sus maestros (Luc 6:40), pero deben ser como
el Maestro. La palabra Cristiano en sus orígenes era un término peyorativo, una
burla, un apodo asignado no sólo a los doce que lo seguían de cerca sino a
cualquiera que siguera sus enseñanzas.
Los apodos suelen describir muy bien a quienes les son adjudicados.. ¿Te
pondrían “el chambeador” por ser trabajador? ¿Seremos dignos del apodo
“Pequeño Cristo”?
Hoy las burlas contra algunos “creyentes” -que no discípulos- suelen ser por
otra razón: porque los tales dicen que son como Cristo pero en realidad no lo
son.
¿Elegiste o te eligieron?
Tenemos el honor de haber sido escogidos por Dios y debemos tomar el reto
de seguir a Jesús.
Determinó y Redimió
Subió Jesús a una montaña y llamó a los que quiso, los cuales se reunieron
con él. Designó a doce –a quienes nombró apóstoles*–, para que lo
acompañaran y para enviarlos a predicar y ejercer autoridad para expulsar
demonios. (Mar 3:13-15 NVI)
“Quiso” significa “Determinar“. También dice que Jesús tuvo una inclinación
con alegría. Jesús nos escogió con amor, con una sonrisa en su cara. Le dio
gusto escogernos.
Tres Razones
El versículo de Marcos muestra tres razones por las cuales Jesús llamó a sus
discípulos:
1- Que lo Acompañaran
Jesús pasaba tiempo con ellos para perfeccionarlos. No eran perfectos, pero
estaban con Jesús. Si no tenemos comunión con Dios no tenemos nada
bueno que ofrecerle a la gente.
Aquí Jesús usa la palabra griega fílos para hablar del amor, es decir, está
hablando del amor fraternal. Es posible y deseable tener esta relación con
Jesús.
2- Enviarlos a Predicar
Los envió a la gente. Cuando estamos con Jesús, lo primero que desaparece
es el egoísmo. Las doctrinas modernas que enseñan que debemos „reclamarle
a Dios‟ las cosas que nos „corresponden‟ rebosan de egoísmo. Jesús miraba a
las multitudes y tenía compasión de ellos porque los veía como ovejas sin
pastor. Yo creo que igualmente Jesús mira a la iglesia mundial y los ve como
ovejas sin pastor. Nuestra compasión debe ser igual a la de Jesús, por su
gente, por su salvación.
3- Autoridad
Aquí vemos un proceso: primero estar con Jesús, luego tener compasión y al
final tener autoridad. Hoy en día muchos quieren empezar por autoridad y no
por la relación con Jesús. El egoísmo y la autoridad no se llevan: juntos
producen autoritarismo. Debemos seguir el orden de Jesús: empezar por
cultivar la relación con Él, mostrar su compasión y al final ejercer la autoridad
que nos da.
Muchos hoy en día no tienen autoridad ni siquiera sobre su propio dedo gordo
para apagar el televisor, para dejar de ver obscenidades. La autoridad se
muestra primero en uno mismo, ejerciendo el dominio propio -que no el
demonio propio-
Conclusión
Quiero ser su discípulo, tomo el reto este día. Quiero ser como mi
Maestro Jesús.
¿Y usted?
Una de las evidencias más claras para identificar a los discípulos verdaderos
de Jesús es la obediencia. El verdadero discípulo es el que transita el camino
angosto de la obediencia a Dios. Si alguien dice que es verdadero discípulo y
hace sólo lo que siente y quiere, se puede dudar de él: sus hechos muestran lo
contrario.
Samuel respondió:
Esta palabra, obedecer, viene del hebreo shamá. Aparece más de mil veces
en la Biblia y significa: oír inteligentemente (no sólo oír, sino escuchar), prestar
atención, prestar oídos. Con docilidad. Sólo el hecho de que aparezca más de
mil veces en la Biblia nos habla de la importancia de la obediencia. Vamos a
estudiar la historia de este rey desobediente.
Destruye por Completo
Un día Samuel le dijo a Saúl: “El Señor me envió a ungirte como rey
sobre su pueblo Israel. Así que pon atención al mensaje del Señor. Así
dice el Señor *Todopoderoso: He decidido castigar a los amalecitas por
lo que le hicieron a Israel, pues no lo dejaron pasar cuando salía de
Egipto. Así que ve y ataca a los amalecitas ahora mismo. *Destruye por
completo todo lo que les pertenezca; no les tengas compasión.
Mátalos a todos, hombres y mujeres, niños y recién nacidos, toros y
ovejas, camellos y asnos.” (1Sa 15:1-3 NVI)
Al igual en el caso de Sodoma y Gomorra (otro símbolo del pecado), Dios sacó
a los piadosos de allí, en este caso a los Quenitas.
Saúl atacó a los amalecitas desde Javilá hasta Sur, que está cerca de la
frontera de Egipto. A Agag, rey de Amalec, lo capturó vivo, pero a
todos los habitantes los mató a filo de espada. Además de perdonarle la
vida al rey Agag, Saúl y su ejército preservaron las mejores ovejas y
vacas, los terneros más gordos y, en fin, todo lo que era de valor. Nada
de esto quisieron destruir; sólo destruyeron lo que era inútil y lo que
no servía. (1Sa 15:7-9 NVI)
Agag era el título que se le ponía al rey, no su nombre (como el título “Faraón”
entre los Egipcios). “Agag” significa techo, algo que está por encima. No
debemos poner nada por encima de Dios. Cualquier cosa que pongamos por
encima de Dios, lo llamamos ídolo. Precisamente el Rey era el primero que
había que destruir y Saúl lo capturó vivo.
Saúl se sintió “más bueno que Dios.” Hoy en día esto sucede también. Si se
pone a alguien en disciplina en la iglesia, por ejemplo, no faltará quien diga que
falta amor, que tenemos que tener más compasión, etc. Dios es drástico con
el pecado, como veremos al final de esta historia, ¿por qué nosotros
pensamos que no debemos también drásticos?
Fíjese cómo dice “Nada de esto quisieron destruir”. No fue un error, sino
deliberada la decisión de no destruir. Aquí vemos a Saúl, un Rey, un Líder;
buscando sus propios deseos, y por tanto arrastraba al pueblo. Un líder no
debe buscar sus propios deseos. Tampoco deben buscar complacer los
deseos del pueblo. Recordemos cuando Moisés tardaba y el pueblo vino con
Aarón y le pidió que les hiciera dioses para adorar y Aarón les complació
elaborando el Becerro de Oro.
No deben ser ni los deseos del líder, ni los deseos del pueblo, sino
obediencia a los deseos de Dios.
La palabra del Señor vino a Samuel: “Me arrepiento de haber hecho rey
a Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha llevado a cabo mis
instrucciones.”
Una vez en una reunión pastoral Dios me dijo que le dijera públicamente a un
pastor que dejara de golpear a su esposa. Me lo dijo dos veces y yo no quise
escuchar, me estaba haciendo el loco. Los pastores me pidieron que despidiera
la reunión en oración. Me puse de pie para orar y otro pastor me dijo, “Chuy, yo
siento que Dios te ha dado una palabra para uno de nosotros y que debes
decirla.” Así que me armé de valor y le dije al pastor que dejara de pegarle a su
esposa. El pastor hizo cara de santo y lo negó, pero su esposa, que estaba
escuchando, salió y nos dijo a todos que era verdad! El hombre no se
arrepintió: hoy su familia está destruída y por supuesto él ya no es pastor.
Confrontación
Son las que nuestras tropas trajeron del país de Amalec respondió
Saúl. Dejaron con vida a las mejores ovejas y vacas para
ofrecerlas al Señor tu Dios, pero todo lo demás lo destruimos. (1Sa
15:15 NVI)
Cuando Samuel confronta a Saúl, este empieza diciendo que era el pueblo
quien había perdonado lo mejor del botín. Luego trata de “sobornar” a Samuel
diciéndole que lo hicieron para ofrecer las mejores ovejas a Dios. Dios no se
puede engañar de esa manera. Por ejemplo, si tú tienes una gasolinera y
modificas la bomba para dar “litros” de 800ml, estás robando. Luego llegas y le
ofreces a Dios los diezmos de tus fraudes ios – es más, le diezmas el 15% –
¡Dios no puede ser burlado!. El no acepta “mordidas”, “coimas”, sobornos.
¿No es cierto que, aunque te creías poca cosa, has llegado a ser jefe de
las tribus de Israel? ¿No fue el Señor quien te ungió como rey de Israel,
y te envió a cumplir una misión? Él te dijo: Ve y destruye a esos
pecadores, los amalecitas. Atácalos hasta acabar con ellos. ¿Por qué,
entonces, no obedeciste al Señor? ¿Por qué echaste mano del botín
e hiciste lo que ofende al Señor? (1Sa 15:16-19 NVI)
Samuel respondió:
¿En qué se complace más Dios? ¿En que dejes de comer carne (por la
cuaresma) o en que dejes de mentir? ¿En un rito externo o en una actitud
interna? El precio del discipulado es hacer la voluntad de Dios. Si Dios te
dice algo y no lo haces, es rebeldía, y aquí dice que es equivalente al pecado
de la brujería. La arrogancia, la obstinación, es persistir en un error. Si
persistimos en algo, dice Dios que es como idolatría delante de Él. Saúl sigue
con sus escusas y clama a Dios con supuesto arrepentimiento. Pero le pide
perdón a Samuel, no a Dios. El único que puede perdonar pecados es Dios.
Discernimiento
Recibí un e-mail donde un muchacho me preguntó “¿Qué tan malo es que esté
fornicando con mi novia?” ¿Qué tipo de pregunta es esa? ¿Qué tan cauterizado
está el corazón? Le respondí: “Tan malo es, que vas directo al infierno.”
Agag se le acercó muy confiado, pues pensaba: “Sin duda que el trago
amargo de la muerte ya pasó.” Pero Samuel le dijo:
Ya que tu espada dejó a tantas mujeres sin hijos, también sin su hijo se
quedará tu madre.
Agag aquí simboliza el pecado, y Samuel trató drásticamente con Agag: lo hizo
pedacitos. Dios trata drásticamente con el pecado, no podemos jugar con
él.
Sin Trato
Samuel no volvió a tener trato con Saúl. ¿Por qué? Porque ya no tenían nada
en común. San Pablo nos dice que no debemos tener trato con personas que
dicen ser hermanos pero toleran el pecado en sus propias vidas y en la de los
demás: ni siquiera deben juntarse para comer. (1Co 5:11)
¿Notan hasta qué punto es importante para Dios que sus discípulos le
obedezcan?
Y Noé hizo todo según lo que Dios le había mandado. (Gen 6:22 NVI)
Moisés hizo todo tal y como el Señor se lo mandó. (Exo 40:16 NVI).
La Relación Maestro-Discípulo
Jesús tiene una visión clara: formar discípulos y formarlos bien, capacitados,
perfeccionados para ser como Él, que a su vez preparen a más discípulos
conforme a la plena estatura de Cristo.
En los días de Jésús, la relación entre los maestros y sus discípulos era
sumamente importante: un discípulo obedecía más al maestro que a sus
propios padres. Jesús, sin embargo, fue diferente a los otros maestros en
varios aspectos:
En aquel tiempo, una persona pedía ser discípulo de un maestro, tal como
ahora un estudiante escoge dónde estudiará. Pero, como el mármol no escogió
a Miguel Ángel, tampoco nosotros escogimos a Jesús:
2- Relación Permanente
Los discípulos seguían a sus maestros por cierto tiempo y luego se separaban
de ellos. Sin embargo, los de Jesús son discípulos permanentes. Jesús dijo
que, el que pone su mano en el arado y luego mira atrás, no es digno de ser su
discípulo.
Si usted dice ser Su discípulo, debe dejar el estilo de vida del mundo.
Recordemos por ejemplo la historia de la esposa de Lot, la cual no pudo
contenerse de mirar hacia Sodoma y Gomorra -símbolo del pecado- y se
convirtió en una estatua de sal.
“Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y
levante contra ustedes toda clase de calumnias. (Mat 5:11 NVI)
Calumnias
“He venido a traer fuego a la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!
Pero tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y ¡cuánta angustia siento
hasta que se cumpla! ¿Creen ustedes que vine a traer paz a la tierra? ¡Les
digo que no, sino división De ahora en adelante estarán divididos cinco en una
familia, tres contra dos, y dos contra tres. Se dividirán el padre contra su hijo
y el hijo contra su padre, la madre contra su hija y la hija contra su madre,
la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra. Luego añadió Jesús,
dirigiéndose a la multitud: -Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el
occidente, en seguida dicen: „va a llover‟, y así sucede. Y cuando sopla el
viento del sur, dicen: „va a hacer calor‟, y así sucede. ¡Hipócritas! Ustedes
saben interpretar la apariencia de la tierra y del cielo. ¿Cómo es que no saben
interpretar el tiempo actual? (Luc 12:49-56 NVI)
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen,*
para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol
sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman
solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no
hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos
solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los
gentiles? (Mat 5:44-47 NVI)
Por alertar a los creyentes acerca de los falsos profetas, los líderes de Casa de
Oración hemos recibido amenazas de muerte, muchas de ellas por teléfono,
anónimas. Luego de identificar el origen de una de aquellas llamadas nos
comunicamos con la persona que nos amenazaba, quien resultó ser -nada
menos- ¡el hijo de un pastor! Alguien dijo que la iglesia es como el Arca de
Noé: soportamos el amontonamiento, las apreturas y hasta los malos olores
con tal de evitar el jucio de afuera. La iglesia está llena de ovejas, pero
también hay potros salvajes, serpientes, cabritos, lagartos, y uno que otro
Diablo rojo.
¡El colmo de lo que ocurre al interior de la iglesia de hoy es un video que circula
en Internet: un pastor maldice a todos los que se pronuncien contra su
ministerio! Que quede claro: ese no es un verdadero discípulo de Jesús.
Martillo y Cincel
Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los
maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso
merece elogio delante de Dios. Para esto fueron llamados, porque Cristo
sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos. “El no cometió
ningún pecado ni hubo engaño alguno en sus labios.”* (1Pe 2:20-22 NVI)
Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el
glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. Que ninguno tenga que sufrir
por asesino, ladrón o delincuente, ni siquiera por entrometido. Pero si alguien
sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar
el nombre de Cristo. (1Pe 4:14-16 NVI)
Ser llamado Cristiano era una burla durante el primer siglo. Hoy parece ser una
moda: Un montón de artistas se dicen Cristianos, pero viven según el mundo.
1- Vida Moral
Nuestra vida debe ser moralmente limpia. Entre nosotros, en la iglesia, hay
personas sin esta cualidad básica. Sin ir más lejos, hace unos días me trajeron
un mensaje de correo electrónico escrito por una mujer casada quien le
escribía a su amante: “Mi amor, el domingo fui a la iglesia con mi marido y
luego salimos de vacaciones. ¡Cómo me hiciste falta!” La mujer y su marido
acuden a otra iglesia en esta misma ciudad y el amante de ella, el destinatario
del correo, ¡viene a Casa de Oración! La persona que me trajo el mensaje me
explicó: “yo ya he confrontado a este hombre pero no recibe la exhortación, así
que ahora lo traigo a la iglesia”. Esta persona estaba siguiendo el método
Bíblico de Mateo 18 para enfrentar el pecado en la iglesia, aunque más de
algún ignorante de las Escrituras aún diría que a éste “le faltó amor” o que “no
debería juzgar”.
2- Vida Familiar
Nuestra vida familiar debe ser como lo desea Jesús el Maestro. Una jovencita
me buscó llorando hace unos días, diciendo que su papá golpea a su mamá y
los maltrata a todos en casa. Le pregunté si su papá es Cristiano y ella me dijo,
“sí, usted lo saluda aquí en la iglesia.” Una verdadera vergüenza. Nuestra vida
familiar debe ser agradable a Dios; no creo que alguien no entienda en qué
consiste ésto.
3- Vida Laboral
Nuestra vida laboral también debe ser conforme a lo que dice el Maestro. Si
usted le miente a su patrón o le cobra cuentas falsas o alteradas, seamos
claros: usted no es un verdadero discípulo.
¿Simpatizantes o Discípulos?
Jesús se retiró al lago con sus discípulos, y mucha gente de Galilea lo siguió.
(Mar 3:7 NVI)
Hoy en día muchos buscan a Jesús por lo que Él da: vienen por su sanidad, a
presenciar un avivamiento o a recibir polvi de oro, pero los verdaderos
discípulos se interesan por lo que dice Jesús, por su enseñanza.
Enséñanos a Orar
Un día, los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar. Jesús les
respondió con las que ahora son las palabras más recordadas de la Biblia.
Examinemos este pasaje en el que se encuentran algunas pruebas de quiénes
son los verdaderos discípulos. Estas son las instrucciones del Maestro
formando discípulos:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre
¿Reconoce usted que Dios es el Altísimo? ¿O es usted de los que “pone a Dios
entre la espada y la pared para que cumpla sus promesas”? O peor, es usted
de los que le dan órdenes a Dios diciendo “a la cuenta de tres haz caer la
unción y la riqueza: Uno… Dos… Tres… ¡Ahora!”
Aquí Jesús no está hablando de riquezas ni de abundancia. Jesús nos dice que
pidamos lo necesario, lo imprescindible. Hoy es común que se interprete
equivocadamente el versículo que habla de que Jesús vino para darnos “vida
en abundancia”: muchos dicen, sin sustento, que ahí dice que Jesús vino para
darnos abundancia material. No, Jesús nos vino a dar abundancia espiritual.
Resistencia
Señor, sólo en tus manos puedo ser formado. No quiero ser formado por
las filosofías de este Mundo.
10.-DISCIPULOS O SIMPATIZANTES
La Iglesia Cristiana es, por así decirlo, simpática: son muchos los que se
sienten atraídos hacia ella por una especie de identificación con valores
como “lo bueno” o “lo bello”, pero no porque deseen establecer alguna
relación estable, firme o comprometida. Así es nuestra iglesia: está llena
de muchos simpatizantes y de pocos discípulos verdaderos. Para Jesús
no es importante que muchos le digan “yo te sigo” sino que, quienes lo decian,
lo hagan íntegramente y con buenas motivaciones, que sus seguidores tengan
una buena razón para seguirle.
El siguiente versículo deja muy claro que ciertamente hay discípulos, pero que
hay “de otros” entre los que vienen al Señor:
–Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales
sino porque comieron pan hasta llenarse. (Jua 6:26 NVI)
Luego entró en una casa, y de nuevo se aglomeró tanta gente que ni siquiera
podían comer él y sus discípulos. (Mar 3:20 NVI)
Un día vinieron a Jesús unos leprosos, usted debe recordar la historia. Este
relato nos muestra de nuevo el contraste entre discípulos y simpatizantes.
Recordemos que la lepra era una enfermedad incurable en ese tiempo, y que
en la Biblia aparece como símbolo del pecado.
Adoración
El el versículo 16 dice que “cayó su rostro en tierra a los pies de Jesús“, acto
de adoración que únicamente se le da a Dios. Jesús recibió esta adoración.
Jesús le dijo al hombre sano que regresó “Tu fe te ha salvado” (RV60). Los
otros nueve tuvieron fe para ser sanados, pero éste recibió además la
salvación. ¿Qué es más importante, una sanidad o la salvación eterna? ¿Que
prospere tu negocio o que viva tu alma?
No Buscando Comodidad
Conoce al Maestro
Los simpatizantes tenían un montón de respuestas: decían que Jesús era Juan
el Bautista, que era Elías el mata profetas o Jeremías el llorón. Hoy en día los
simpatizantes tienen también respuestas erróneas sobre Jesús: dicen que
Jesús se fue de muchacho al Tibet a estudiar con los Lamas, que tuvo hijos
con María Magdalena, o que se fue a Grecia a estudiar la filosofía de Sócrates.
Los que dicen estas cosas no conocen a Jesús. El verdadero discípulo
conoce a su Maestro.
Para Jesús es importante que sus discípulos sepan quién es Él. Para Jesús es
importante que sepamos porqué Él hace lo que hace, piensa lo que
piensa, dice lo que dice.
Revelación de Verdades de Dios
Jesús le dijo a Simón Pedro que, la revelación que éste tenía sobre quién es
Aquél, le vino de parte de Dios:
–Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás –le dijo Jesús–, porque eso no te lo reveló
ningún mortal,* sino mi Padre que está en el cielo. (Mat 16:17 NVI)
Obediencia
Luego de predicar con denuedo en las calles e incluso luego de hacer milagros
en el nombre de Dios, los apóstoles fueron apresados. Un ángel los sacó de la
prisión y les dijo “Vayan, preséntense en el templo y comuniquen al pueblo todo
este mensaje de vida.” (Hec 5.19)
No podemos comunicar sólo una parte del mensaje, notemos que hay que
comunicarlo TODO. Luego de esto, la gente se enteró que ya no estaban en la
cárcel y veamos qué respondieron los verdaderos discípulos:
En esto, se presentó alguien que les informó: “¡Miren! Los hombres que
ustedes metieron en la cárcel están en el templo y siguen enseñando al
pueblo.” (26) Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles
sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente. (27) Los
condujeron ante el Consejo, y el sumo sacerdote les reclamó: (28) –Les hemos
prohibido terminantemente enseñar en ese nombre. Sin embargo, ustedes han
llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y se han propuesto echarnos la culpa
a nosotros de la muerte* de ese hombre. (29) –¡Es necesario obedecer a
Dios antes que a los hombres! –respondieron Pedro y los demás apóstoles–.
(Hec 5:25-29 NVI)
El Verdadero Discípulo entiende que las órdenes del Señor son más altas
que las de los hombres.
Sacrificio
Timoteo soportó el castigo con tal paciencia que el gobernador se enojó aun
más y ordenó que lo colgaran de los pies, con un peso atado en su cuello y una
mordaza en su boca. Timoteo soportó este nuevo trance con gran valor.
Cuando el gobernador se enteró que este hombre era recién casado y que
estaba muy enamorado de su esposa, mandó a buscar a Maura y le prometió
como generosa recompensa la vida de su marido, si ella lograba que él
ofreciera sacrificio a los ídolos. Maura, vacilante en su fe e impulsada por el
amor a su marido, aceptó la impía propuesta.
Ante su esposo, Maura trató de minar su constancia con el idioma del afecto.
Cuando le sacaron la mordaza a Timoteo, éste le señaló a su esposa el error
que ella cometía “por amor” y ratificó su resolución de morir por su fe. Maura
insistía en salvar la vida de su esposo, hasta que Timoteo la censuró tan
fuertemente que la hizo recapacitar y volver a su fe. El gobernador ordenó que
la torturaran junto a su marido, lo cual fue hecho con gran severidad. Timoteo
y Maura fueron crucificados uno cerca del otro, en el año 304 después de
Cristo. [De Desarrollo Cristiano]
Pobres en Espíritu
Josafat
¡Mira cómo nos pagan ahora, viniendo a arrojarnos de la tierra que tú nos diste
como herencia! Dios nuestro, ¿acaso no vas a dictar sentencia contra ellos?
Nosotros no podemos oponernos a esa gran multitud que viene a atacarnos.
¡No sabemos qué hacer! ¡En ti hemos puesto nuestra esperanza!” Todos los
hombres de Judá estaban de pie delante del Señor, junto con sus mujeres y
sus hijos, aun los más pequeños. Entonces el Espíritu del Señor vino sobre
Jahaziel, hijo de Zacarías y descendiente en línea directa de Benaías, Jeyel y
Matanías. Este último era un levita de los hijos de Asaf que se encontraba en la
asamblea. Y dijo Jahaziel: “Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y
escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: No tengan miedo ni se
acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes
sino mía. (2Cr 20:11-15 NVI)
“Ahora, Señor mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy
más que un muchacho, y apenas sé cómo comportarme. Sin embargo, aquí
me tienes, un siervo tuyo en medio del pueblo que has escogido, un pueblo tan
numeroso que es imposible contarlo. Yo te ruego que le des a tu siervo
discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el
mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo? Al Señor
le agradó que Salomón hubiera hecho esa petición, de modo que le dijo:
Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la
muerte de tus enemigos sino discernimiento para administrar justicia, voy a
concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como
nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después. Además, aunque no me
lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún
rey podrá compararse contigo. (1Re 3:7-13 NVI)
Salomón reconocía que era débil, que dependía de Dios. Se limitó a pedir un
corazón entendido, discernimiento para gobernar al numeroso pueblo que
ahora dirigía.
David
Hay personas que se niegan a buscar apoyo en otros. ¿Has escuchado que ”la
ropa sucia se lava en casa“?
Pablo
Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: “Te basta con
mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.” Por lo tanto,
gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca
sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos,
privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2Co 12:8-10 NVI)
Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo
otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte
de mi boca. Dices: „Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada‟;
pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y
desnudo eres tú. Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el
fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu
vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la
vista. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y
arrepiéntete. (Apo 3:15-19 NVI)
¿Qué sucedió para que se hicieran tibios? Sencillo: confiaban en sus logros y
en sus posesiones („soy rico… no me hace falta nada‟). Mostraban orgullo,
autosuficiencia. Pero Dios les llama infelices, miserables, pobres, ciegos y
desnudos. Eso mismo les dice Dios a quienes no son pobres en espíritu.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. (Mat 5:4 NVI)
Cuando Jesús dijo “los que lloran”… ¿se refería a cualquier tipo de llanto?
¿Bienaventurado el homosexual que llora porque su novio lo dejó?
¿Bienaventurado el ateo que llora porque murió su esposa? ¿Bienaventurado
el idólatra que llora porque perdió su trabajo? ¡No!
Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia. (Mat 5:5 NVI)
A propósito, Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la
tierra. (Num 12:3 NVI)
Pero no nació humilde. Durante sus primeros 40 años lo que menos tenía
Moisés era mansedumbre. Recordemos que Moisés nació en un pueblo
perseguido y que, para ponerlo a salvo, su madre lo puso a flotar dentro de un
canasto en el río. De ahí lo recogió la hija del Faraón. Así, Moisés fue criado en
un lugar privilegiado y con la mejor educación posible, lo cual tiende a producir
orgullo y soberbia. Eso se muestra luego cuando Moisés mató a un Egipcio que
abusaba de un esclavo Hebreo. Evidentemente, no era entonces un hombre
humilde.
Por causa de eso Moisés huyó al desierto, donde pasó 40 años sin fiestas ni
glamour, sólo alacranes y ovejas. Dios usó esta situación para hacerlo manso.
Cuarenta años en preparación para el liderazgo. Y hoy, ¿de dónde sacan que
en 40 días se preparan líderes en las iglesias?
Moisés, humilde.
Mientras pastoreaba ovejas, Moisés vio la zarza ardiendo y fue a investigar qué
ocurría. Dios le dijo: “Moisés. Moisés. Quítate las sandalias, porque estás
pisando tierra santa.” En ese mismo instante Moisés obedeció, no se puso
a discutir con Dios. Dios le informa a Moisés que lo va a enviar a servirle y la
respuesta es “No Puedo.” Eso era exactamente lo que quería escuchar Dios;
cuarenta años antes probablemente hubiera dicho que sí podía, aunque
confiando en sus propias fuerzas. Al final Moisés va a cumplir la voluntad de
Dios, diciendo que “Yo Soy” lo enviaba. La humildad consiste en someterse
a Dios.
Parece drástica la decisión de Dios, pero quién puede discutir con Él. Moisés
no lo hizo tampoco, lo cual comprueba su mansedumbre. En contraparte,
muchos no pueden pasar un problema sin reclamarle a Dios: “¡Yo Diezmo!
¿Por qué me haces esto?”
Meditemos la Palabra
La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, (6) quien, siendo
por naturaleza* Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué
aferrarse. (7) Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la
naturaleza* de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. (8) Y al
manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta
la muerte, ¡y muerte de cruz! Fil 2. Se humilló a si mismo. (Fil 2:5,8 )
El Señor es excelso, pero toma en cuenta a los humildes y mira de lejos a los
orgullosos. (Sal 138:6)
Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo *nombre es
*santo: “Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y
humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el
*corazón de los quebrantados. (Isa 57:15)
Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir
afirma el Señor. “Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que
tiemblan ante mi palabra. (Isa 66:2).
Mateo 5:6-7
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia.
Cuando Jesús dice “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia”,
nos está hablando de un rasgo de carácter que deben desarrollar y mostrar sus
discípulos.
¿Qué es la Justificación?
Es el acto por el cual Dios declara absuelto, sin delito ni pecado, a todo
aquel que ha creído en el sacrificio de Cristo. Él es Justo y debe castigar el
pecado, por el cual nosotros deberíamos de haber sido castigados, pero por
amor a nosotros envió a su hijo Jesucristo a que pagara por nuestros pecados
en nuestro lugar.
Rom. 5.1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo)
Rom. 3.22-25 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los
que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como
propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a
causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.
2 Cor. 5.21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
La agitada vida del mundo nos ha llevado a tener otro tipo de hambre: la de
una mejor posición económica y de poder. Si nos descuidamos, podemos
vernos inmersos en la dinámica del mundo que nos empujará a buscar más y
mejores cosas materiales.
¿Cuál es tu prioridad?
Buscar el reino de Dios y su justicia es una actitud del corazón del discípulo, el
cual tiene en ello su tesoro. Donde está nuestro tesoro, está nuestro
corazón.
Debemos estar contentos con nuestra situación actual, como decía Pablo en
Filipenses 4.12: Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por
todo estoy enseñado. Muchos no están contentos con su escasez, pero otros
van incluso más allá y, aunque poseen bienes, no están contentos con lo que
tienen porque quieren más. Un verdadero discípulo espera la provisión de
Dios y está conforme con ella, independientemente de lo abundante o lo
escasa que ésta sea.
Los Misericordiosos
Esta bienaventuranza tiene que ver con la parte más íntima del ser humano:
EL CORAZÓN.
El corazón es:
Limpio o Sucio
Sincero o Hipócrita
Bueno o Malo
Limpio
Así, cuando Jesús dice “bienaventurados los de limpio corazón”, se refiere a los
discípulos cuyos motivos son sinceros, puros, transparentes como el agua
limpia, diáfanos como el cristal, transparentes como la luz.
Cuando Jesús seleccionó a sus primeros discípulos se encontró con Felipe y
con Natanael. El Señor Jesús reconoció en Natanael a un verdadero
discípulo. Veamos este pasaje en Juan 1:47
La pregunta ahora es: ¿Qué dice Jesús de ti, que dice Jesús de mí?
Salmo 24:3-4
¿Puede usted levantar sus manos al Señor y decir: todo lo que tengo, mi
automóvil, mi casa, la ropa que uso, los he conseguido limpiamente? ¿Puede
afirmar que todo lo que posee lo logró con manos limpias, sin engaño, sin
mentiras o fraudes? Tómese un tiempo para reflexionar y responder esta
pregunta.
Aquellos que piensan y hacen las cosas sin malicia y sin hipocresía.
La otra palabra del versículo Mateo 5:8 que vamos a estudiar es “corazón” que
se tradujo de la palabra griega kardía, cuya definición es el órgano principal en
la vida física de los seres humanos. Pero cuando la Biblia habla de corazón, lo
hace una manera simbólica: se refiere a lo más profundo del ser humano
donde se asientan los pensamientos morales (o inmorales), donde se
encuentra todo lo que tiene que ver con la vida espiritual (buena o mala),
donde se hallan los elementos racionales y emocionales de nuestra vida.
Jesús hace énfasis en que los discípulos deben de ser de corazón limpio,
porque él observa lo más profundo e íntimo de nuestros pensamientos. El ser
humano ciertamente ve lo exterior, pero el Señor ve el corazón.
Alguna vez se le acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos y le dijeron:
¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se
lavan las manos cuando comen pan.
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos
sin lavar no contamina al hombre.
Jeremías 17:9. Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?
¿Te has preguntado alguna vez cuántos pensamientos del corazón nos han
llevado por caminos torcidos? El corazón no sólo es engañoso (más que todas
las cosas), sino también perverso, lo cual se traduce en frágil o quebradizo.
Esto quiere decir que hay circunstancias que quiebran el corazón, luego de lo
cual anidamos pensamientos y deseos malignos: homicidios, robos,
venganzas. Por naturaleza el corazón es así.
Por eso dice la Biblia: sobre todas las cosas que guardas, guarda tu corazón.
• Avaricia
• Bienes materiales
• Lujos
• Dinero
• Concupiscencias
Salmo 34:8. Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía
en él.
Veamos algunos versículos que nos explican cómo debemos confiar en Dios:
Mateo 5:9
Juan 1:11-13 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que
le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios;
¿Quién es un Pacificador?
Veamos un ejemplo clásico: una madre de familia ve a sus dos hijos peleando
por la posesión de un juguete y decide, simplemente, enviar a cada uno de sus
hijos a una habitación diferentes, es decir, separarlos. La pregunta aquí es…
¿los puso en paz? No, simplemente los aquieto: paz significa unir, así que sólo
los habría puesto en paz si hubiera terminado uniéndolos.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios.
Aquí se trata de tener paz con Dios, ¿Será que estamos peleados con Dios?
No, pero como el pecado sí tiene enemistad con Dios, luego entonces el
pecado nos separa de Dios.
El hombre por sí sólo no busca estar en paz con Dios; más bien se ocupa en
tener paz con el hombre… pero ni ese tipo de paz puede lograr. No es lo
mismo vivir en paz con uno mismo o con los demás, que vivir en paz y tener la
paz de Dios. Estar en paz con Dios es estar unido a Dios.
¿Podemos estar unidos a Dios mientras vivimos llenos de pecado? Claro que
no. Necesitamos del perdón y del arrepentimiento para tener paz con Dios.
Necesitamos estar en guerra con el pecado. Necesitamos que la sangre de
Cristo que nos limpie de todo pecado.
1 Juan 1:7-9
Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos
que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no
está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared
intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los
mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos
un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con
Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
Romanos 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo;
Romanos 5:10
Hermanos, que quede claro: no hay forma de tener paz con Dios, salvo por el
sacrificio de Cristo.
2 Corintios 5:17-20
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la
palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de
Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de
Cristo: Reconciliaos con Dios.
A esos pacificadores se refiere Cristo, a los que unen a los hombres con
Dios.
Mateo 10:34
No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer
paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra
su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los
enemigos del hombre serán los de su casa.
Mateo 10:37-39
El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a
hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en
pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde
su vida por causa de mí, la hallará.
Aunque los lazos que unen a la familia suelen ser muy fuertes, no pueden
impedir que Cristo llame a reconciliación a alguno de sus miembros. El tal,
seguramente, tendrá disensión con aquellos que no han creído.
Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus
obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en
vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta
sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra
perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después
pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para
aquellos que hacen la paz.
Así que, hermano, hay que pedir sabiduría a Dios: no discutas con tus
familiares incrédulos, no uses su posición de cristiano para alardear ante ellos
mejor ofréceles tu testimonio de una vida en paz con el Señor para que,
entonces, ellos también deseen reconciliarse con Él.
El que es pobre de espíritu reconoce que sin Dios no puede hacer nada, que
depende totalmente de Dios. Esta sola premisa se contrapone absolutamente
con el espíritu de autosuficiencia que tiene la gente que no conoce a Dios. De
ahí la agresión. El incrédulo se burla del creyente diciendo cosas como “tú
para todo mencionas a Dios, tú para todo usas la Biblia, ¿qué no puedes hacer
nada por ti mismo?”.
Los que tienen hambre y sed de justicia, los discípulos de Jesús, contrastan
evidentemente con aquellos que andan en la vanagloria de la vida, en los
deseos de los ojos. Los misericordiosos contrastan con la insensibilidad de
aquellos que son egoístas, que dicen: “ lo mío es mío y lo tuyo es mío” pero
nunca dicen “lo mío es del Señor y puedo ser generoso”.
Los limpios de corazón contrastan con los hipócritas; una persona limpia de
corazón, pone en evidencia la falsedad y la hipocresía de los demás, provoca
agresiones de todo tipo, entre ellas las verbales: “ay sí, monja guerrillera,
monje loco, santurrón”
Los pacificadores, los que ahora tienen paz con Dios y que por medio del
mensaje de la Palabra reconcilian a los hombres y los llevan a la paz con Dios,
contrastan con los que son rencorosos, amargados y vengativos. Y provocan
una reacción agresiva.
Veamos un ejemplo:
Sabemos que hay falsos cristianos, falsos maestros de la Biblia que engañan a
la gente y que cuando usted o un predicador les confrontan con la verdad y
exponen su corrupción dicen: “estoy siendo perseguido por causa de Cristo”
¡CUIDADO!, no caigamos en el engaño, hay que saber distinguir cuando
alguien está siendo reprendido por conductas que violan los principios de Dios
y cuando realmente es perseguido por vivir como Dios quiere o por predicar lo
que Dios quiere que se predique.
Agreden a Jesús… agreden a sus discípulos.
Jesús fue agredido verbal y físicamente por decir la verdad. Hoy, más de de
dos mil años después, el Señor sigue siendo calumniado mediante
agresiones verbales: unos dicen que tuvo una hija con María Magdalena,
otros más que era homosexual y amante de Juan el apóstol porque éste se
acostaba en su pecho.
Judas 1:3-4 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de
nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que
contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los
santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que
desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos,
que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único
soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os… Vituperen viene del griego
oneidizo que significa injuriar, reprochar.
Y os… Persigan, que es traducción de la palabra dióko que ya explicamos
anteriormente.
Toda clase de mal viene de la palabra griega onerós que significa toda clase
de cosas perversas, inmorales contra vosotros, y Mintiendo de la palabra
griega pseudos que significa falso, o sea que dirán falsedades de vosotros.
Cuando un discípulo defiende el evangelio se echa encima a esos falsos en
contra, quienes aún llegarán a agredirle física y verbalmente.
Veamos un ejemplo:
Daniel 6:1-12 Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte
sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores,
de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que
el rey no fuese perjudicado. Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y
gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en
ponerlo sobre todo el reino. Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban
ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar
ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en
él. Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel
ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley
de su Dios. Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del
rey, y le dijeron así: !!Rey Darío, para siempre vive! Todos los gobernadores
del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por
consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el
espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de
ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. Ahora, oh rey, confirma el
edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y
de Persia, la cual no puede ser abrogada. Firmó, pues, el rey Darío el edicto y
la prohibición. Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en
su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se
arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como
lo solía hacer antes. Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a
Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. Fueron luego ante el rey y
le hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el
espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea
echado en el foso de los leones?
¿Es usted de quienes prefieren que se les declare sólo el bien, el éxito y la
prosperidad… o de quienes reciben con agrado la verdad? Entonces sepa
usted que la verdad de la Palabra de Dios anuncia persecución para los
verdaderos discípulos. Y, ciertamente, también un galardón… pero no en la
tierra como anuncian los profetas de la prosperidad, sino en los cielos, luego
del sufrimiento por la persecución a causa de la fe.
Mateo 5:13
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será
salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los
hombres.
¿Qué es la Sal?
De “sal” viene la palabra salario, (del latín salarium). ¿Qué tiene que ver la sal
con el salario? Sencillo: a los soldados de la antigua Roma se les retribuía su
trabajo con una porción de sal. Cuando éstos salían a la guerra salaban sus
alimentos para mantenerlos en buen estado por largo tiempo.
Se dice que la sal tiene por lo menos catorce mil usos benéficos diferentes. En
cantidades adecuadas la sal ayuda a regular el ritmo cardiaco, previene
espasmos musculares, evita la osteoporosis, regula el sueño y mantiene el
equilibrio de azúcar en la sangre. De hecho el cuerpo humano no puede vivir
sin sal. Sin embargo el exceso en la ingesta de sal produce males como la
hipertensión.
Podríamos seguir enumerando los usos de la sal, pero baste por ahora con los
mencionados.
¿Por qué Jesús les dijo a sus discípulos que ellos eran la sal de la tierra?
Jesús les habla a los suyos en Mateo 5:13 y les dice “vosotros sois la sal de la
tierra”. Esto quiere decir que al nacer de nuevo, el ser humano ya tiene la
capacidad o la cualidad de sazonar, de ponerle el ingrediente necesario en la
porción exacta a las cosas de la vida. El discípulo no llegará a ser, sino que ya
es sal de la tierra.
La palabra que se tradujo aquí como “sal”, viene del griego jàlas que por
supuesto se traduce sal (el condimento), pero que tiene también un sentido
figurado que se traduce como prudencia. Prudencia se entiende como cautela,
moderación, equilibrio y balance. También significa sensatez, buen juicio. El
Diccionario de la Real Academia Española define prudencia como una virtud
que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo para seguirlo o
huir de ello.
Jesús nos pide que conservemos y guardemos las verdades del evangelio y
aplicar esas verdades en la medida exacta para darle el verdadero sentido y el
mejor sabor a las cosas que nos pasan en la vida.
Ezequiel 43:23-24
Pacto de Sal
Levítico 2:13
Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de
tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal.
Romanos 12:1-2
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de
la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Dios ofreció a su hijo Jesús por los pecados y selló tal sacrificio en un pacto
eterno por medio de su sangre, por lo que su palabra es como la sal que
preserva y conserva sin corrupción el pacto que Dios hizo con sus hijos: es
así como Dios nos asegura que conservará la vida eterna que nos regaló. La
sangre de Cristo que tuvo la eficacia para perdonar los pecados de los
cristianos del primer siglo tiene la misma eficacia conservada por el Evangelio
para perdonar también nuestros pecados.
Jesús ha dicho que sus discípulos hacen lo mismo que la sal: conservar,
guardar y preservar, cualidades aplicadas en este caso a las verdades eternas
que se nos han depositado. Esta afirmación implica también que un verdadero
discípulo no mancha su vida con inmoralidad o con fraudes, sino que se
mantiene honesto e íntegro.
Marcos 9:33-35
Hoy es común ver a supuestos ministros de Dios peleando por ser los primeros
en aparecer sobre la plataforma de un evento, esforzándose por predicar un
mensaje cuyo único fin es recibir el reconocimiento. En contraste, Jesús nos
enseño que cuando hacemos lo que Él nos encomendó digamos “siervo inútil
soy, porque hice lo que tenía que hacer”. Jesús no nos deja siquiera una
milésima de espacio para que nosotros recibamos reconocimiento: toda la
gloria es enteramente Suya.
Alrededor del año 1625 hubo un reformador de la iglesia llamado Jorge Fox.
Dice la historia que un día llegó a predicar frente a miles de personas y, cuando
iba a subir al estrado, todos lo saludaban, le aplaudían y, de algún modo, lo
adoraban. Muy molesto, Fox les reprendió por su actitud, les recriminó que lo
idolatraran y se alejó del lugar sin predicar. El corazón del hombre tiende a
idolatrar, pero Jorge Fox sabía que un verdadero discípulo debe ser prudente.
Así nos deja también un valioso ejemplo respecto al ser usados por Dios:
también en esta área hay que sazonar con sal, con la medida justa según la
Palabra.
Lucas 14:34 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué se
sazonará?
Mateo 5:13
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será
salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los
hombres.
En el Israel de la antigüedad la sal era traída desde el Mar Muerto, pero había
una sal que al contacto con otros productos químicos naturales a la intemperie
se hacía amarga y no servía: esa sal era distinguida fácilmente por los
comerciantes, quienes la separaban, pues ya no servía para consumo
humano. Esta sal se esparcía por las orillas de los caminos para matar las
hierbas que estorbaban el paso, esto es, una sal para muerte.
Mateo 5: 14-16 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un
monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un
almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
En 1 Juan 1:5, el apóstol nos dice que Dios es luz y que no hay ningunas
tinieblas en Él. De manera simbólica, Juan pone en contraste la LUZ con las
TINIEBLAS: la luz representa la pureza, lo santo, lo justo y lo bueno de Dios,
mientras que las tinieblas representan la condición de corrupción, de
depravación, de maldad, de pecado de los hombres.
1.- La luz viaja siempre en línea recta. Dios es justo, su palabra es recta y
Dios habla directamente, sin rodeos.
2.- La luz recorre 300 mil kilómetros por segundo, irradiando a toda
velocidad todo sitio sobre el cual viaja. Cuando entra usted a su recamara
por la noche y enciende la luz, toda la habitación se ilumina de inmediato. Dios
por su parte es omnipresente, el no viaja como la luz, el está en cualquier
lugar y lo llena todo en todo.
3.- La luz disipa totalmente las tinieblas, no puede haber luz y oscuridad a
la vez. De igual manera donde está Dios el mal se aleja. En lo espiritual las
tinieblas simbolizan corrupción, pecado, inmoralidad y ausencia de Dios. Su
luz las disipa.
Juan 1:4-5
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas
resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan 3:19
Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más
las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue,
no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 9:5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Juan 12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí
no permanezca en tinieblas.
Si alguien dice que cree en Jesús, está en la luz. Pero si dice que cree y
aborrece a su hermano anda en tinieblas.
Dios es luz, Jesús es la luz del mundo y su palabra también es luz del mundo.
Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón.
De ahí la importancia de hablar de Cristo, de la verdadera luz del evangelio a
toda persona, lo cual ilumina el entendimiento. De hecho ahora mismo, al
leer estas líneas, ninguno se escapa de recibir Su Luz.
Mateo 6:22-23 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno,
todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo
estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no
serán las mismas tinieblas?
Jesús dice que la lámpara del cuerpo es el ojo, pero no nos habla del órgano
que hace posible la visión, sino de un ojo espiritual. El globo ocular no ilumina
el cuerpo, es obvio, sólo entendiendo estas palabras en el ámbito espiritual
comprendemos su significado. La palabra “bueno” se tradujo de una palabra
griega que significa ver en una sola dirección, ante lo cual cabe preguntarnos
¿cuál es la dirección hacia la cual, en lo espiritual, nuestros ojos deben de ver?
La Biblia dice que debemos poner nuestros ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe; sin embargo en el mundo y aún en las iglesias muchos
ponen los ojos en los hombres, en los líderes, en los cantantes.
Recordemos cuando dos ángeles vinieron a Lot para advertirle que Dios
destruiría Sodoma y Gomorra. Le indican que abandone su ciudad, junto con
su familia, sin mirar atrás y sin parar hasta pasar la llanura. Mas la esposa de
Lot miró hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal. ¿Qué significa
esto? Jesús nos lo explica:
Lucas 9:62 Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto para el
reino de Dios.
Por su parte la palabra maligno se tradujo de una palabra griega que significa:
ver lo perverso, ver lo corrupto, ver lo inmoral.
La forma en que Dios diseñó la anatomía del globo ocular también arroja
luz para entender mejor:
Así ocurre con algunos cristianos que no ponen su vista en la luz de Cristo,
en el evangelio de la Luz: giran su vista a las penumbras buscando su lugar y
no ven con claridad; ya han nacido de nuevo, pero un falso evangelio los
tiene en penumbras, mostrándoles un Jesús que no es el de la Biblia y que,
por lo tanto, carece de luz. En estas condiciones, cuando vienen los
sinsabores de la vida, no saben qué hacer porque carecen de la luz del
evangelio que les brindaría dirección.
Nuestra vista natural puede ser defectuosa por males como la miopía (tienes
que acercarte a las cosas para poder verlas bien) o el astigmatismo (tienes que
alejarte de las cosas para poder apreciarlas). Una cirugía puede corregir
totalmente el problema. Todo indica que en lo espiritual muchos cristianos
necesitan una intervención para quitar de sus ojos las tinieblas en las que su
vida ya está envuelta. Es el caso de aquellos que habiendo recibido el
Evangelio no cambian de vida, que no experimentan los efectos de una
verdadera conversión, que se dicen cristianos y pretenden engañar a quienes
les rodean y aún engañarse a sí mismos. Afirman que ven, pero viven en la
oscuridad.
El ojo humano tiene la habilidad de descomponer los rayos de luz blanca para
que el cerebro aprecie los colores. Eso nos diferencia de la mayoría de los
animales que, aunque también ven, no pueden apreciar el color. Eso me hace
recordar cómo, hace más de treinta años, acostumbrados a ver televisión en
blanco y negro nos la presentaron “a todo color”: nuestra sorpresa al ver
colores sobre la pantalla era mayúscula. Mas ahora ha aparecido la televisión
de alta definición con pantallas de cristal líquido o plasma y todo se ve aún
más claro, con una calidad francamente impresionante.
Jesús dijo a que sus discípulos somos la luz del mundo. Eso quiere decir que
tenemos la capacidad de reflejar y refractar la luz que recibimos hacia el
mundo. Aquí la palabra mundo se traduce de la palabra griega “cosmos” que
tiene dos significados, uno literal que es el globo terráqueo, y otro figurado que
se refiere a la gente que vive en el mundo. ¿Quién vive en el mundo? En el
mundo vive la gente que no conoce a Dios, los que están en tinieblas. Mas
Cristo, quien es Luz y nos ha dado la luz, va puliendo y formando nuestro
carácter. Mientras más nos parecemos a Él, más reflejamos Su Luz y la
refractamos al mundo, ¿Cómo vamos a reflejar la luz que Cristo nos ha dado?
Con nuestra vida, con nuestro testimonio.
Oremos.
Señor, te pedimos que sigas puliendo cada día nuestro carácter para reflejar
más a Cristo, para reflejar mas tu amor, tu perdón y aún tu juicio, como lo hizo
Noé por ejemplo.
Que cada cristiano haga resplandecer el amor de Cristo, sin que ninguno
confunda el brillar de Cristo con hacer lo que hace el mundo.
Los que realmente son Suyos, saben que Jesús no comparte su enseñanza
con Buda, ni con Freud, ni con el capitalismo, ni con el socialismo y mucho
menos con el materialismo.
El verdadero discípulo sólo sigue a Jesús y sabe que debe hacerlo sin
reservas, porque el Señor vomitará a los tibios. Y además sabe que seguir a
Jesús es algo irreversible: luego de poner la mano sobre el arado ya no es
posible volver atrás.
Éste había visto a Jesús hacer muchos milagros y señales. Cuando expresa
su deseo de seguirle, el Señor la informa que hay un precio a pagar, que a
veces habrá estrechez y a veces abundancia, a veces persecución y a veces
tiempos de paz, que a veces no tendrá siquiera donde recostar la cabeza, un
techo, un lugar seguro donde morar. El Señor deja clara su postura: para
seguirlo a Él hay que dejarlo todo. El candidato esperaba lo contrario, creía
que seguir a Jesús, hacedor de milagros, le representaría multiplicar sus
posesiones.
Lucas 9:59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya
y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus
muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
Lucas 9:61-62 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que
me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que
poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios
En 1 de Reyes 19:21, Eliseo está arando con la yunta de bueyes cuando Elías
el profeta de Dios se planta frente a él, se quita el manto y se lo pone a él, lo
que en la tradición judía significa el nombramiento de un sucesor. Eliseo acepta
la responsabilidad, pero le pide a Elías que primero le permita ir a su casa a
despedirse de los suyos. Esta escena contraste con el reproche que Jesús le
hace al candidato a discípulo en Lucas 9:62 sobre la oportunidad de despedirse
de su familia. ¿Estamos frente a una contradicción? No. Y no lo estamos
porque Elías no es Dios como sí lo es Jesús. Cuando Eliseo pide permiso para
ir a su casa a despedirse, Elías lo pasa por alto, no le presta importancia pues,
al hacerlo su sucesor, sólo está cumpliendo un mandato de Dios al respecto.
Ahí la diferencia: Elías es hombre, Jesús es Dios.
El discípulo debe seguir a Jesús las veinticuatro horas, los siete días de la
semana, no puede dar menos. En contraparte hay discípulos domingueros,
gente que solamente desempolva la Biblia para llevarla a la congregación, lo
cual es sumamente triste. Que nos quede claro: Jesús no puede rebajar el
precio del discipulado, para Él es todo o nada. Él no admite que sirvamos a
dos señores y nuestra decisión de seguirlo debe ser irreversible.
Pablo compara la vida cristiana con una carrera de obstáculos en la que los
corredores salen al disparo del juez y, cuando van corriendo, de pronto se
encuentran con obstáculos. El corredor debe ser veloz y, a la vez, muy exacto
para saltar sobre ellos. Cuando un corredor salta antes o después del
momento oportuno termina impactándose con el obstáculo.
Los cristianos son, en este sentido, corredores que tienen sus ojos puestos en
la meta y que durante la carrera encontrarán obstáculos. Estudiemos ahora
cinco obstáculos que un verdadero discípulo encontrará en algún momento de
su vida.
Lucas 14:25-26 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si
alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi
discípulo.
¿Por qué? Porque Dios es más que nuestros padres, es más que nuestros
hermanos y más que nuestros hijos. Esta confrontación con la realidad de
nuestros afectos, de nuestros apegos a la gente, es uno de los obstáculos con
los que tarde o temprano muchos de los discípulos nos tendremos que
enfrentar.
Todos tenemos proyectos personales. Pero cuando Dios viene a nuestra vida,
éstos pasan a segundo término.
Lucas 9:23-24 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar
su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la
salvará.
Jesús les pide a sus discípulos que se nieguen a sí mismos para ir en pos de
él. Les dice que tomen su cruz, que para nosotros siempre ha tenido una
connotación religiosa, pero que en el tiempo de Jesús era símbolo de muerte,
pues la crucifixión era un castigo común para delincuentes. Lo que Jesús nos
dice aquí es que debemos morir a nosotros mismos para vivir en la voluntad
de Dios.
Ahora: Dios te puede pedir que dejes proyectos, pero también puede no
hacerlo.
Mateo 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y
amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a
Dios y a las riquezas.
Yo le creo a Jesús cuando dice que ninguno puede servir a dos señores. En
ese versículo la palabra “servir” se tradujo del griego doulos, que significa
esclavo voluntario, uno que decide libremente servir a otro. Respecto a
Jesús, cada uno debe decidir si se entrega o no al Señor, si se convierte en
esclavo de Jesucristo. Esto implica una renuncia deliberada a sus derechos,
a sus sueños, a sus anhelos, por amor a Jesús.
Juan 5:41 Gloria de los hombres no recibo. Más yo os conozco, que no tenéis
amor de Dios en vosotros.
Sorprende que, quien habla aquí, es Jesús. ¿Cómo es que el Señor dice que
no recibe gloria de los hombres, si en otro pasaje dice que debemos de darle
Gloria? Lo que pasa que la gloria de los hombres, es el reconocimiento
carnal, convenenciero, lisonjero. Podría decirse que es la gloria
hollywoodense, la que se rinde a los famosos vestidos de gala durante una
entrega de premios sobre la alfombra roja. Esa gloria no le interesa a Jesús: no
va a recibirla.
Juan 7:18 El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el
que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.
Juan 12:42-43 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él;
pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la
sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Pablo dijo que todo lo que había ganado lo tuvo finalmente por basura. Pero
¿entonces es malo adquirir títulos en el mundo? No, pues éstos son el
resultado del esfuerzo por especializarse en una materia y el conocimiento
ciertamente es útil para muchas cosas. El problema está en gloriarnos en
nuestros alcances y logros. Un verdadero discípulo no permite que el
reconocimiento humano que se le pueda brindar ocupe el lugar que el Señor
tiene en su vida.
Hay cristianos que oran por un enfermo de cáncer al que Dios más tarde sana,
pero luego se llenan de orgullo por lo que ellos “hicieron”. Entendámoslo: todos
los que servimos a Dios somos siervos inútiles, no merecemos nada.
Entonces, ¿de qué nos enorgulleceremos? De ninguna cosa, porque todo
mérito y todo reconocimiento es para el Señor.
Un discípulo que desea seguir a Jesús para obtener prestigio personal, para
hacer crecer su reputación, para alcanzar una mejor posición económica,
prestigio religioso o jerarquía eclesiástica, muestra una conducta tan anti
cristiana y tan anti bíblica como pocas. Espero, sinceramente, que no sea tu
caso.
Padre: te damos gracias. Sabemos que tu palabra nos confronta y nos da luz,
pero también nos hace ver nuestra condición. Tú nos conoces, sabes cuáles
son nuestras verdaderas intenciones y anhelos. Sabes cuáles son nuestros
puntos débiles y entiendes cómo para algunos es más difícil romper con los
lazos familiares en el sentido de preferirte a ti o preferirlos a ellos. Bien sabes
también que otros luchan porque les cuesta dejar sus propios proyectos y
abrazar los tuyos, que otros buscan lo material intentando servir a dos señores
y que otros buscan la gloria y el reconocimiento del mundo o, peor aún, de la
iglesia. Te rogamos, Padre, que abras nuestros ojos para que seamos
voluntariamente esclavos tuyos. Queremos ceder nuestros derechos y
entregarte nuestros planes, porque los tuyos son mejores y más altos. Señor,
queremos entregarte todo, firmar una hoja en blanco con nuestro nombre para
que Tú la llenes como quieras.
Mateo 28.18-20
El versículo que con el que iniciamos presenta una encomienda que Jesús
dejó a sus discípulos y que es llamada La Gran Comisión. El encargo es claro:
ir y hacer discípulos en todas las naciones. A lo largo de este capítulo de la
Biblia, Jesús afirma tener toda potestad tanto en el cielo como en la tierra. En
él, la palabra potestad se traduce del griego isosia que significa autoridad. Así
delega a sus discípulos la tarea de formar más discípulos en todas las
naciones.
No, no es fácil. Formar discípulos es una labor a la que los ministros de Dios
deben entregarse enteramente. A su vez, los nuevos discípulos formarán a
otros. Es una secuencia, es una labor contínua. A Jesús, por ejemplo, le
tomó tres años de enseñanza permanente, día y noche, formar a sus discípulos
más cercanos. En contraparte hoy se cree que con ayuda de un libro se
pueden hacer discípulos en apenas cuarenta días. Absurdo.
Ahora: ¿debe el pastor enseñar lo que se le ocurre? ¿Tal vez, para motivar a
las personas, debe recurrir a la retórica de moda? ¿Ha de enseñar sus propios
criterios? Evidente y rotundamente no. Es claro que Jesús nos mandó a
enseñar la Palabra de Dios. Si enseñamos cualquier otra cosa no estamos
formando verdaderos discípulos. Si nuestra enseñanza no es bíblica incluso se
puede dudar que quienes la reciben hayan siquiera nacido de nuevo, pues sólo
el conocimiento de Su Palabra produce la regeneración. E insisto, ésta debe
enseñarse sistemáticamente, tal como a un niño se le instruye primero en
cuanto al comer, luego en cuanto al caminar, al hablar, al leer, al escribir, en un
orden natural y progresivo.
Una vez que hemos aprendido sistemáticamente, Jesús nos ordena que
guardemos las cosas que Él nos ha mandado. La palabra guardar, en este
versículo, se tradujo del griego tereo que tiene, entre otros significados, el de
obedecer. La instrucción cobra más sentido: el Señor les dice a sus discípulos
que vayan y hagan discípulos a todas las naciones, enseñándoles
sistemáticamente a obedecer su palabra. Es lo que Pablo le dijo a Timoteo:
predica a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, reprende y exhorta con toda
paciencia y doctrina, sobre todo porque vendrán tiempos cuando las personas
no soportarán la sana doctrina sino que sólo querrán escuchar mensajes que
les agraden el oído.
El apóstol Pablo les dijo a los romanos que miraran bien la bondad y la
severidad de Dios. Dios es Santo, cierto, pero también es el Dios de Juicio. Es
bueno y misericordioso, sí, es lento para la ira y grande en misericordia, pero
también es el Dios que reprende y azota a todo aquel que toma por hijo. ¿Ve
usted la importancia de predicar todo el consejo de Dios? Es fundamental que
todo cristiano sea bien discipulado, que conozca lo que ha de hacer en su
paso por este mundo.
1 Timoteo 6:3-4
Hoy en día vemos con tristeza cómo muchos maestros de la Biblia hacen a un
lado el mensaje de Dios para poner el suyo. Predican sus máximas, sus
propios pensamientos, su opinión. No enseñan la sana doctrina, la que nos
ha enseñado nuestro maestro, Jesucristo. Peor aún, es común ver en los
púlpitos a predicadores que ni siquiera llevan la Biblia consigo. O, si la llevan,
no la abren, sino que la usan como un mero adorno o como salvoconducto,
como un elemento que les hace aparecer frente a la gente como muy
espirituales.
1 Corintios 4:6
La palabra de Dios es lo único que necesitamos aprender para seguir los pasos
de Jesucristo. Es esa la razón por la que Pablo nos advierte que no pensemos
más de lo que esta escrito. Que nadie le engañe: los discípulos de Jesús no
necesitamos ninguna doctrina ajena a la que esta escrita a lo largo de toda la
Biblia.
1 Corintios 1:11-18
Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé,
que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros
dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso
está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis
bautizados en el nombre de Pablo? Doy gracias a Dios de que a ninguno de
vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que
fuisteis bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas; de
los demás, no sé si he bautizado a algún otro. Pues no me envió Cristo a
bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que
no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los
que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
Juan 17:14
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.
Discípulo: Pues les enseñe cómo ser exitosos en la vida para que tuvieran
grandes empresas. ¿No viste el gran auditorio que te construí?
Discípulo: Señor, tu Palabra no les gustaba, decían que eso de la cruz no era
para ellos y que todo se resume en que tú eres amor. Y pues yo les hable del
amor. Les dije que todo lo que ellos hicieran estaba bien porque tú nos amas
inmensamente y… pues de todas formas todos íbamos todos rumbo al cielo.
Por tanto hermanos, hay que educar a las personas lo mejor posible para que
lleguen a ser discípulos de calidad y, cuando sea su tiempo, éstos también
hagan más discípulos.
2 Timoteo 2:1-3
Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Lo que has
oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros. 3 Tú, pues, sufre penalidades como
buen soldado de Jesucristo.
Mientras vuelves por tu iglesia, estamos en este mundo como luz y como sal de
esta tierra. Te rogamos que envíes obreros a la mies, obreros verdaderos
Señor, y no mercaderes. Para que tu Nombre sea levantado, para que seas
glorificado. En el nombre de Jesús. Amen.