EL SERVICIO MEDIADOR DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
El capítulo VI de Laudato Si tiene como fin hacer un llamado convencemos de que la
humanidad necesita una conciencia compartida de su origen, pertenencia y futuro común y, mediante ella, y desde tal base fomentar el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Todo lo anterior supone un desafío espiritual, educativo y cultural profundo para la Iglesia especialmente en estos puntos: 1) Apostar por otro estilo de vida: Particularmente para cambiar la cultura de consumismo obsesivo. 2) Educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente: Que debe integrar el reconocimiento del Misterio, de la dimensión mistérica o trascendente de la creación, con actitudes, comportamientos y prácticas concretas 3) La conversión ecológica: El cuidado de la casa común pasa por la conversión personal pues: “la crisis ecológica es un llamamiento a la conversión interior” (pag. 117) 4) Gozo y paz: La espiritualidad cristiana propone un modo alternativo de entender la calidad de vida y alienta un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo. Es la capacidad de gozar con poco. 5) Amor civil y político: El amor cristiano, debe reflejarse en gestos de cuidado mutuo, compromiso social (civil) y lucha por la justicia (político) por un mundo mejor. 6) Signos sacramentales y descanso celebrativo: Se trata de encontrar a Dios en todas las cosas, experimentando la íntima conexión que hay entre Dios y todos los seres. 7) La Trinidad y la relación con las criaturas: Implica reconocer la huella de la Trinidad en toda la creación, como base para el respeto y cuidado de todo.