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La influencia del feminismo en el sistema jurídico colombiano requiere un ejercicio de

identificación de los principios defendidos por el feminismo, que a su vez, no puede ser
descrito como uno solo, por el contrario, es un movimiento social dinámico, que aunque
pudiera pensarse como homogéneo en sus objetivos, se mostrará que son heterogéneos e
incluso contradictorios, según se consideren las diversas líneas en las que se ha
diversificado.

Para dar inicio a este reconocimiento variaciones feministas, se realizará una primera
aproximación a través de lo expuesto por Carolina Vergel en su artículo “El concepto de
justicia de género: teorías y modos de uso”, en particular, se rescatarán los enunciados de
las vertientes feministas mencionadas en dicho artículo y su articulación con sistema jurídico.

La primera mención será la del movimiento feminista internacional cuyos esfuerzos van
orientados a la garantía de la igualdad entre sexos, la disminución de la violencia contra la
mujer y la atenuación de la situación de pobreza de la mujer. De igual manera, la bandera
que se ondea intenta reclamar el reconocimiento sus derechos (las mujeres), denunciar la
oposición institucional a dicho reconocimiento y exigir la aplicación de las normas que
buscan proteger los derechos de las mujeres. Sea este un lugar adecuado para resaltar una
de las nociones de Vergel al manifestar la necesidad de coherencia entre el ámbito jurídico
y la realidad del derecho de la mujer; coherencia sin la cual, todo esfuerzo por modificar el
ordenamiento jurídico no es más que una cortina de humo para ahogar o desviar las
iniciativas del feminismo internacional.

Como mecanismo de consecución de los objetivos planteados, se expone lo que Vergel llama
un “pulso entre la demanda y la oferta institucional”, lo cual se materializa con la
participación de las mujeres en los procesos de participación y rendición de cuentas y con
la iniciativa del estado para impulsar políticas públicas que incorporen la ideología de
igualdad de género y los derechos de la mujer, como principios rectores, casi al punto de
incorporar reformas constitucionales en donde se puedan plasmar principios y valores
asociados a la igualdad entre hombres y mujeres, así como el desarrollo de mecanismos
institucionales que sirvan, de manera efectiva y no tan solo formal, a una adecuada
protección de los que Vergel llama “Justicia de Género”.

La materialización de la aplicación de este concepto se expone desde el caso de Egipto, en


donde se crearon tribunales de familia para tratar todos los casos del hogar, cuyo escenario
previo eran los tribunales penales; el objetivo, crear un ambiente más amigable para facilitar
el acceso de mujeres y niños a la institucionalidad que les permita restituir los derechos
vulnerados.

Llama la curiosidad de Vergel que en el caso colombiano, la tendencia a llevar al ámbito


penal, varias cuestiones de familia, parece contrario a lo perseguido por el feminismo
internacionalista.

Por otra parte, en el texto de Vergel emerge el feminismo radical, en donde el mecanismo
de obtención de la justicia de género es alcanzado no solo a través de la transformación de
la normatividad actual sino de las prácticas.

El feminismo liberal, por su parte, es expuesto como un movimiento que confía en el derecho
y en la inclusión de los derechos de las mujeres en los mecanismos preexistentes del sistema
jurídico, en palabras de Vergel, “el feminismo liberal presupone, en todo caso, que en cada
mujer hay una ciudadana adormecida. Una vez establecida la plataforma jurídica, tendrá
lugar el pleno despliegue de esta ciudadanía.” (Vergel, 2009). Es aquí en donde se critica
que esta corriente limita el ejercicio de la justicia de género a una mera formalidad y no al
aseguramiento de una realidad de la mujer como sujeta de derecho o a la determinación de
herramientas eficaces para restituir los derechos vulnerados.

El enfoque del feminismo de la diferencia deja de lado el criterio de la igualdad entre


hombres y mujeres y propone, en su lugar, el criterio de justicia para la mujer. Dentro de
esta corriente, también se cuestiona que el feminismo con representación en el sistema
jurídico, en realidad no representa a la mujer sino a un limitado grupo de ellas, por lo cual,
se exige la inclusión de los distintos grupos raciales y las clases que alberga la población
femenina. De igual manera, se critica la concepción del juicio moral entre sexos, dando a
entender que estos juicios obedecen al ejercicio de una cultura patriarcal en donde se le
refuerza a la mujer la orientación hacia la responsabilidad, la protección y el afecto por los
demás, concluyendo así que “las diferencias sexuales no son una diferencia natural sino una
construcción social” (Vergel, 2009).

Finalmente, el feminismo marxista se centra en la dominación del hombre sobre la mujer,


utilizando el derecho como mecanismo para lograrlo. Por tanto, el cuestionamiento de este
movimiento se centra en identificar si el sistema jurídico aumenta la brecha entre hombres
y mujeres, o si por el contrario, promueve la igualdad entre los dos géneros. De igual
manera, se cuestiona el rol de la mujer en ese acto de dominación del hombre y Vergel
describe la Mackinnon así: “las mujeres son unas alienadas por un sistema que las ha
convencido de falsas ventajas a cambio de su sumisión a los roles asignados” (Vergel, 2009).

Lo anterior expone a los sistemas jurídicos que formalmente pretenden acallar los reclamos
de la mujer mediante una carta de derechos ineficaz, desestimando todo intento de
alzamiento real y condenándola a seguir interpretando el rol heredado de un derecho
marcadamente machista.

En esta instancia, se hace indispensable ahondar en el concepto de feminismo, movimiento


que ha buscado reconocer a lo largo del tiempo las capacidades y los derechos de las
mujeres, este pensamiento feminista ha ido evolucionando y ha logrado espacios en
diferentes ámbitos como el cultural, familiar, laboral, económico entre otros. La mujer, en
el pasado, solo era vista por su capacidad reproductiva, su rol de madre y por estar al tanto
de las actividades del hogar, sin tener en cuenta su opinión para la toma de decisiones
importantes, orientadas al bienestar de la familia.

Beauvoir 1949 retoma estas ideas y sostiene la hipótesis de que la mujer no nace sino que
se va construyendo a través de los roles de género, lo cual hace referencia a las
costumbres y tradiciones, las cuales se han ido adjudicando al sexo con desventajas
marcadas ante los hombres; en otras palabras, existe una cultura en donde se les brindan
unos privilegios a los hombres que no tienen las mujeres, a lo que se suma los estilos de
crianza de la mujer.

Continuando en esta misma línea encontramos que en la revista Estudios del Desarrollo
Social: Cuba y América Latina. 2016. 4 (2). 62-75 se plantean cinco teorías sobre el
desarrollo con perspectiva feminista las cuales son: 1) El rol de la mujer en el desarrollo,
2) La mujer en el desarrollo, 3) Genero y desarrollo 4) Ecofeminismo 5) Marxistas y
feministas. A continuación haremos acercamientos de cada teoría para contextualizar el
papel de la mujer.

Según lo expuesto anteriormente encontramos una de las pioneras en el tema de desarrollo


y genero Ester Buserup quien público un libro llamado Woman role in economic developmen
donde postula que la política internacional no propicia un avance para las mujeres del tercer
mundo, esta escritora tiene una visión avanzada frente a la época, por lo cual logra en su
momento compilar, analizar, observar, integrar de manera multidisciplinaria la situación de
la época en cuento al desarrollo del género.

En la segunda teoría, se del papel de la mujer en el desarrollo donde la misma autora Ester
Buserup en el año 1970 demostró que dada la privación de oportunidades económicas y
de estatus la mujer había hecho que se empezara a modernizar lo cual causo la separación
de las funciones productivas de las mujeres. Las políticas del MED básicamente promovían
más modernización (entendida esta como occidentalización) a las mujeres del tercer mundo
sin profundizar en sus vidas y experiencias.

En la tercera teoría de género y desarrollo, el GED se concentró en el género antes que en


el la mujer, en éste se hace importante énfasis en los roles sociales y la relación de género,
donde se construyen la categorización y se atribuyen atributos culturales que se han
establecido a lo largo de la historia de la feminidad y masculinidad. Parpat en 1996
contempla el tema de poder y su relación con el género en las estrategias de
empoderamiento por la lucha de sus derechos e igualdad de condiciones.

En la cuarta teoría encontramos el Ecofeminismo que integra a este movimiento la ecología,


resalta Alicia Puleo que los movimientos en defensa de los animales y de la naturaleza son
mujeres entre un 70% y 80%, lo anterior lo relacionan con los roles que cumple la mujer
en la sociedad donde generan estrategias de supervivencia, son cuidadoras de otras
personas y al tener menos que los hombres dependen más de lo público, sumado al
conocimiento de agricultura y medicina tradicional.

La mujer siempre ha estado situada entre la naturaleza y la cultura por consiguiente


(Velayos-Castelo, 2007) plantean que la educación de los hijos es un buen ejemplo, pues
requería alimentarlos, pero también enseñarles reglas morales, estos mismos autores
refieren que el trabajo doméstico sigue siendo ignorado por la economía.

Por último en la teoría marxista - feminista se establece relación ya que ambos movimientos
se interconectan teniendo en cuenta que el marxismo defiende la construcción de una
sociedad sin clases y sin estado y contemplaban las relaciones humanas en clave de
dominación y subordinación, (Varela 2013) establece que la relación entre hombres y
mujeres son próximas pero también disputan de ahí la dominación del hombre sobre la
mujer.

Del mismo modo Engels establece que la sujeción de las mujeres esta en las sociedades
esto de acoge a la esfera de la producción social y la emancipación ligada a su independencia
económica (Varela 2013). Aunque las mujeres se han venido incorporando al mercado
laboral esto no ha hecho que dejen sus labores domésticas, el cuidado de los hijos y como
se mencionaba, para el capitalismo este trabajo no tiene ningún tipo de valor, lo que sí ha
cambiado es que la mujer ahora es proveedora de ingresos quitándole al hombre eso pero
con sus otras labores intactas.

En consecuencia la evolución del feminismo ha traído un empoderamiento a la mujer, ante


esto, el derecho juega un papel vital dado que es el ente encargado de regular las relaciones
sociales y no ha sido ajeno ante estos cambios, lo anterior no solo aplica para las mujeres
sino también la protección de la dignidad humana y distintas expresiones por ejemplo en
identidad de sexo.

Ana María Sánchez, Felipe León en Univ. Estud. Bogotá (Colombia) N° 12: 293-309, enero-
diciembre 2015 contextualizan en cuales han sido las normas, Así pues, en lo relativo a
expresiones jurídicas de la nueva concepción de la mujer en sociedad, es posible señalar la
Ley 823 de 2003, “por la cual se dictan normas sobre igualdad de oportunidades para las
mujeres”; la Ley 1236 de 2008, “ por medio del cual se modifican algunos artículos del
Código Penal relativos a delitos de abuso sexual”; o la Ley 1257 de 2008, “por la cual se
dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y
discriminación contra las mujeres, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento Penal,
la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones”. Todas ellas con sus respectivos decretos,
reglamentaciones y políticas públicas del orden nacional y territorial. Lo anterior dentro de
los parámetros de los mecanismos internacionales, especialmente de la ONU y del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos, ratificados por Colombia, específicamente la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la
Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.

Alviar, Helena & Jaramillo, Isabel (2012), en su libro “Feminismo y Crítica Jurídica- El análisis
distributivo como alternativa crítica al legalismo liberal” en donde se conceptúa al derecho
como un productor de identidades (Alviar,2011), plasmado en sus descripciones normativas,
es allí donde se distribuyen de acuerdo a encasillamientos de palabras se distribuyen de
manera descriptiva y conceptual el acceso a derechos o deberes de los agentes que
componen la norma, cuando nos dice madres en lugar de mujeres, cuando nos hace sujetos
de especial protección, desplazadas, víctimas. El derecho distribuye recursos cuando crea el
mundo con sus palabras, y al hacerlo lo estructura de manera desigual (Alviar,2011)

Las autoras plantean y desarrollan como principal teoría el desarrollo análisis distributivo
como una metodología de análisis consistente y crítico que asume al derecho como
productor de identidades y distribuidor de recursos, el cual propone en su desarrollo estudiar
el derecho, y no su ineficacia o su mal diseño, considerado lo que genera la desigualdad
(Jaramillo & Alfonso, 2006, p.199),

Permitiendo entender que al aplicar de manera eficaz al derecho lo que nos hace desiguales
y diferentes, por medio del cumplimiento de las diferentes normas y sentencias y dando
lugar a las descripciones entregadas por el mismo, esta teoría de entra en la interacción de
todas esas normas aplicables en una situación concreta centrando lo jurídico en los análisis
formales de los problemas sociales.

El desarrollo del análisis distributivo requiere de conocer las normas de todas las reglas su
trasfondo, de todas las especialidades, ampliando la mirada a todos los modelos
económicos, políticas sociales, y las diferentes ramas del derecho.

Para hacer análisis distributivo se necesita saber cómo opera la dogmática, ¿qué hay detrás
de las doctrinas jurídicas que se estabilizan, como se desarrollaba en contexto social, polito
y jurídico en su desarrollo y aplicación, quienes son las autoridades judiciales que más hacen
uso de las mismas y en que situaciones?, como estas normas son aplicadas a causa de su
existencia y no por un vacío de la misma.
La aplicación de estas aglomera a la toda la sociedad en general, personas particulares que
ganan y pierden, y en muchas ocasiones de acuerdo a sentencias se ha ganado o perdido
incluso antes de la decisión de juez quien, guiado por sentencias, que fueron desarrolladas
en diferentes contextos sociales se aplican de la misma manera, obrando repetitivamente y
poco garante.

Como complemento citare a Angelica Espinoza, quien por medio de una entrevista clarifica
un ejemplo de aplicación y eficacia normativa como situación poco garante, a una
ley sobre paridad salarial que establece que al igual trabajo (tiempo y responsabilidades),
igual salario. Esta norma tendría que especificar dentro de
texto las consecuencias del incumplimiento y los mecanismos necesarios o procesos
para que esta ley sea efectiva.

En la mayoría de la ley colombiana se establecen las consecuencias del incumplimiento de


los principios descritos dentro de la norma haciéndolas de algún modo
más generales y permitiendo la ausencia del principio de eficacia. Angelica define
que la sanción es tan importante como la manera las consecuencias de su no aplicación.

En el desarrollo de las normas para mujeres en Colombia no se estaría bien de acuerdo a la


teoría del análisis distributivo, encasillar si cumple o no con el principio de eficacia o si es
aplicable de manera real, esta teoría permite trazar que no siempre las mujeres están
planteadas como víctimas, y que aquellas leyes que hoy favorecen algunas mujeres en su
contexto especifico puede no ser general para otras mujeres a quienes no les beneficie de
la misma manera su aplicación, no todas están en las mismas posiciones.

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