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En internet, dentro del mercado mundial de buscadores, que Google controla, competidores,
editores, operadores de telefonía, librerías de fotos o plataformas de publicidad han denunciado ante
la Comisión Europea el abuso de su posición de dominio y por la forma en la que Google puede
aprovechar su poder de mercado, en el motor de búsqueda, para promover otros servicios como
Google+ o YouTube y excluir a sus competidores.
También, recientemente Vodafone ha denunciado a Telefónica por una estrategia “exclusionaria”
con el fin de trasladar su posición de “monopolio” de la red de cobre a la de fibra óptica.
Ahora bien, no toda restricción en la estructura competitiva del mercado hecha desde una posición
de dominio puede ser calificada como abusiva pues, nuestra normativa y el sistema económico en
que se inserta, no prohíben la posición de dominio, ni pretenden obstaculizar, a las empresas
dominantes, la consecución de una posible mayor eficiencia.
Del mismo modo, la lesión de los intereses económicos de clientes, proveedores y consumidores
producida desde una posición de dominio requerirá, para ser calificada como explotación abusiva de
dicha posición, un elemento de carencia de justificación, que cabrá ver allí dónde el ejercicio por la
empresa dominante de su especial libertad económica deje de acomodarse, sin razón reconocible
como tal, al que llevaría a cabo en una situación de competencia efectiva.
Así, la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) impuso en 2012 una multa de 120 millones
de euros a Telefónica, Vodafone y Orange: basado en que las tres, actuando como mayoristas, se
habían puesto de acuerdo para elevar los precios, hasta hacerlos excesivos, a los operadores
móviles virtuales, que carecen de red propia, por enviar y recibir mensajes SMS y MMS. La posición
de las tres grandes, vino a decir el regulador de la competencia, es monopolística. “De dominio
colectivo”, dijo.
Del mismo importe fue la sanción impuesta a un grupo de aseguradoras (Asepa, Mapfre, Caser,
Scor, Munich Re y Swiss Re) en el 2009 por pactar precios en los seguros de edificios.
Finalmente, recordar que el Tribunal Europeo de Justicia ratificó los 151,8 millones de euros con
que la Comisión Europea sancionó a Telefónica en 2007 por intentar apartar a sus competidores en
el mercado de banda ancha mediante la imposición de unos precios mayoristas demasiado elevados
como para que operaran sin incurrir en pérdidas. Esta sanción, es la segunda mayor que hasta
entonces había impuesto Competencia después de la de Microsoft (casi 500 millones de euros).