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Pedro y Francisco son hermanos. Hace veinte años heredaron de su padre dos campos de
similares medidas, ubicados en forma contigua, por lo que decidieron, de común acuerdo,
quedarse cada uno con un campo y explotarlos los dos en forma conjunta.
Así fue que durante los quince primeros años transcurridos desde la muerte de su padre, Pedro
y Miguel se dedicaron casi con exclusividad a la actividad agropecuaria. Específicamente,
hacían engorde de ganado (para su posterior venta) y en algunos lotes sembraban los cultivos
de la zona. Todas las herramientas, tractores, maquinaria, materiales de trabajo, un par de
camionetas, alambrados, etc., fueron comprados en forma conjunta por los dos hermanos (con
los rendimientos que iban obteniendo) y utilizados para la explotación de los campos. En
ambos campos construyeron tinglados para depósito de cereal o maquinaria, y en uno de ellos
edificaron la casa.
En 1995 Pedro entró en un proceso depresivo, tras lo cual decidió dejar de trabajar
activamente, permitiendo que Francisco continuara con la explotación de los dos campos y
recibiendo de parte de éste todos los meses algún dinero (el cual variaba en función de los
rendimientos económicos que Francisco fuese obteniendo) y algunas variedades de alimentos
que se producían u obtenían (leche, verduras en general, carne, y algo más).
Desde el año 1997 las cosas iban empeorando cada vez más. Francisco comenzó a contraer
deudas importantes, empezó a vender las cabezas de ganado que los dos tenían, y los
rendimientos de los campos fueron cada vez menores.
Usted es abogado del Banco Nación, entidad que en el año 1999 le otorgó un crédito sin
garantía a Francisco. El dinero que éste recibió fue destinado a hacer algunas inversiones en
los campos y a pagar las distintas deudas que fue contrayendo en los últimos tres años con
motivo de su actividad agropecuaria. Tras reiterados reclamos, Francisco ha manifestado que
no está en condiciones de pagar el crédito.
Para su cliente, el problema está en que los bienes que aparecen como de propiedad de
Francisco (uno de los campos y una pick up) tienen un valor que no alcanza para cubrir la
acreencia del Banco. Frente a esta situación, el gerente le formula la siguiente consulta
profesional:
¿Cuáles son los distintos aspectos en los que usted indagaría a fin de poder probar la
existencia de una sociedad de hecho entre los dos hermanos?
Por el contrario, si tuviera que defender la posición de Pedro frente al accionar del
Banco, ¿considera usted que tiene motivos para impedir que sus bienes se vean
afectados? ¿Están en la misma situación el campo de Pedro que explota su hermano,
que el resto de los bienes de Pedro? ¿Cómo defendería a Pedro? Fundamente cada
una de sus respuestas. Valor: 50 puntos
Para poder defender su posición Pedro puede accionar con una demanda contra
una sociedad irregular o de hecho, el actor puede dirigir su acción,
indistintamente, contra la sociedad o sus integrantes que hubieran firmado la
obligación en forma personal, toda vez que en esta clase de sociedades no
existe el beneficio de excusión. Salvo en las cuestiones cambiarias, por las
limitaciones en cuanto a los elementos que les pueden servir de fundamento,
sería imposible accionar simultáneamente contra la sociedad y los socios, si por
ello opta el actor. Ello es susceptible de crear complicaciones procesales
innecesarias.
Si partimos sobre la base de considerar a las sociedades no constituidas
regularmente, con personalidad jurídica diferenciada de la de sus integrantes,
podríamos concluir –a priori- que las demandas deben dirigirse contra la
sociedad y no contra sus socios, cuando ésta se la obligada en la relación
sustancial.
Lo que sucede, es que decretada la sentencia contra la sociedad no constituida
regularmente, queda habilitada la vía del reclamo personal hacia los socios por
aplicación directa de su responsabilidad ilimitada y solidaria.
Con lo cual sólo puede accionarse directamente contra los integrantes del ente
irregular o de hecho, en aquellos casos en los cuales éstos se hubieran obligada
a título personal –será obligación personal cuando la deuda no tenga relación
con la actividad de la sociedad-.
No debemos olvidar que para decretar la responsabilidad de los socios, es
necesaria a priori establecer la responsabilidad del ente irregular o de hecho.
Por todo lo cual, la sentencia dictada en contra de la sociedad hará cosa juzgada
respecto del reconocimiento judicial de la obligación en cuestión, pero en modo
alguno importará la determinación del estatus de los socios.
A este respecto se ha dicho que por intensa que sea la repulsa normativa a las
sociedades de hecho, ello no permite desconocer la existencia objetiva de la
sociedad irregular como distinta de los miembros que la componen;
consecuencia de ello es, precisamente, haber previsto la representación social
por cualquiera de los socios, el régimen de disolución y liquidación que deberá
adecuarse a las normas de la ley 19.550.
Agrega nuestra doctrina que debe determinarse si, respecto de la
responsabilidad de los socios de las sociedades irregulares y de hecho, existe
en caso de acciones por obligaciones imputables a la sociedad litisconsorcio
necesario entre la sociedad y sus socios. Tal litisconsorcio es el que tiene lugar
cuando la eficacia de la sentencia se halla subordinada a la circunstancia de que
la pretensión procesal sea propuesta por varias personas o frente a varias
personas, o, simultáneamente, por o frente a varias personas. Este tipo de
litisconsorcio debe negarse cuando la acción se entabla contra la sociedad,
pues nada impide, debido a la personalidad jurídica de la sociedad, hacer
plenamente efectiva su obligación, sin hacer igualmente efectiva la
responsabilidad de los socios. No cabe argumentarse que los socios tendrían de
todas formas un interés en la sentencia, por su participación en la sociedad y
por su eventual posterior responsabilidad, pues igual situación se da en las
sociedades regulares, sin que ello obligue a traer a todos los socios
eventualmente responsables al juicio entablado contra la sociedad.
Nuestra jurisprudencia ha resuelto que, si el socio gestor o administrador de la
sociedad no constituida regularmente contrató con un tercero a su nombre
personal y no por el ente societario aun cuando las operaciones se hubieren
convenido en beneficio de la sociedad, el tercero sólo podrá demandar por
aplicación del principio de autonomía de la voluntad (art. 1197 del Cód. Civil) y
de buena fe (art. 1198 del Código Civil), personalmente al socio y no a la
sociedad ni a sus consocios. El art. 23 de la ley de sociedades opera salvo
convención expresa de los interesados contratantes quienes pueden convenir
formas diferentes de responsabilizarse.
Frente al art. 23 de la ley de sociedades los terceros no podrán alegar en su
defensa la irregularidad del ente o su inexistencia la acción encarada por la
sociedad no constituida regularmente y que persigue el cumplimiento por parte
del tercero no se funda en el contrato societario irregular sino en la relación
jurídica contractual que el ente pactara con el tercero y que no puede dejar de
cumplir (conf. arts. 1197 y 1108 del Cód. Civil).
Actividad 2
Usted es egresado del secundario de la clase 81, y tras varios intentos frustrados unos ex
compañeros de su camada organizan un festejo para conmemorar el vigésimo aniversario del
egreso.
La celebración resulta ser un éxito; luego de varios años se reúnen casi todos los alumnos de
su clase. Usted ya es abogado especialista en derecho societario, y al tomar conocimiento de
ese hecho Juan, Pedro y Luis –el trío inseparable de entonces– le comentan un proyecto y le
piden asesoramiento. La situación planteada es la siguiente:
Juan es un experto cocinero, Pedro ha heredado las mejores recetas de dulce de su abuela y
Luis es un vendedor incomparable. Los tres son amigos íntimos desde el secundario, y
casualmente todos ellos están disconformes con su empleo.
La idea es montar un negocio llamado “Dulces Abuela Pira” que elabore y venda productos
caseros. Ahora bien, ni Juan, ni Pedro, ni Luis están familiarizados con el mundo del Derecho.
Además, han tenido malas experiencias y no quieren incorporar a terceros, por lo cual le
consultan cuál es la manera más indicada para asociarse e instrumentar el negocio pretendido.
Usted, como especialista en Derecho Societario, debe sugerirles las alternativas existentes en
nuestro derecho e indicarles las ventajas y desventajas que implica organizarse bajo uno u otro
tipo societario. Su tarea, también, es asesorarlos no sólo acerca de cómo organizarse
jurídicamente, sino también sugerirles quién o quiénes estarán a cargo de la administración y
cómo deberán adoptarse las decisiones vinculadas a la empresa organizada y, en su caso, qué
tipo social recomienda para el emprendimiento teniendo en cuenta los estudiados a la fecha.
No olvide advertirles cómo debería procederse si alguno incumpliera gravemente con sus
obligaciones, falleciera, fuera inhabilitado o tuviere alguna incapacidad sobreviniente .
Valor: 50 puntos
Es decir la SOCIEDAD COMERCIAL, sería la ideal, puesto que para ser regulada,
basta que se forme por escrito.-