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DE LOS MODELOS
EXPLICATIVOS A LOS RELATOS Y PROYECTOS MIGRATORIOS
Hasta no hace muchos años el carácter de la inmigración había permitido a los países
europeos considerar la presencia de trabajadores extranjeros como coyuntural, aunque
imprescindible para acelerar su crecimiento económico. En un momento en que el
grueso de los trabajadores inmigrados afrontaban su partida como una etapa necesaria
para la movilidad social en el país de origen, su presencia en el país de inmigración era
vista habitualmente como algo provisional. Pero el reagrupamiento familiar, la
escolarización de los niños en el país de inmigración y las aspiraciones de ascenso
social no conseguidas han acabado convirtiendo en muchos casos lo provisional en
duradero. El resultado ha sido un progresivo cambio en las políticas de inmigración de
los países europeos y en paralelo una reorientación teórica y metodológica en los
estudios migratorios.
The objective of this communication is to draw a panoramic about the theoretical and
methodologic reorientation in migratory studies; basically the substitution of the classic
economic analysis by new paradigms that give account in greater measurement of the
complexity that has acquired the migratory phenomenon. We try to illustrate and to
confront some of these tendencies with different immigrants trajectories installed in
Spain. We used for it diverse migratory stories that gather conditioners and the plot of
factors at time of making the decision to leave the origin country, the contacts and
supports received at time of emigrating, as well as the fulfillment or breach of
expectations bound to the diverse projects.
Hasta no hace muchos años el carácter de la inmigración había permitido a los países
europeos considerar la presencia de trabajadores extranjeros como coyuntural, aunque
imprescindible para acelerar su crecimiento económico. En un momento en que el
grueso de los trabajadores inmigrados afrontaban su partida como una etapa necesaria
para la movilidad social en el país de origen, su presencia en el país de inmigración era
vista habitualmente como algo provisional. Pero el reagrupamiento familiar, la
escolarización de los niños en el país de inmigración y las aspiraciones de ascenso
social no conseguidas han acabado, tal como nos recuerda Riva Kastoryano (1988:
141), convirtiendo en muchos casos lo provisional en duradero. El resultado ha sido un
progresivo cambio en las políticas de inmigración de los países europeos y en paralelo
una reorientación teórica y metodológica en los estudios migratorios.
Para el modelo de la modernización –de gran éxito en los años sesenta y mediados de
los setenta– la migración campo-ciudad es, al mismo tiempo, resultado y condición
necesaria en el proceso de transición entre una sociedad tradicional y una sociedad
moderna, colocando así las migraciones internas dentro de una economía nacional
como la clave del éxito en el camino del progreso (2). El crecimiento económico a
través de la producción urbana industrial –viene a decir– tendrá que ir acompañado del
aumento de la población urbana y de la intensificación del flujo de personas entre el
campo y la ciudad. De este modo se atribuye un papel fundamental a las decisiones
racionales de los individuos, una vez que estos han valorado los costes y los beneficios
personales del desplazamiento migratorio.
Dicha perspectiva perderá valor explicativo a partir de mediados de los años setenta en
favor del modelo de la dependencia que, tomando como unidad de análisis el sistema
mundial y basándose en el aparato teórico y conceptual marxista, otorga a las
relaciones estructurales de explotación la causalidad en el desarrollo de los
movimientos migratorios (3). Y si bien este último modelo supuso un avance en el
estudio de las migraciones, al establecer la relación entre desarrollo y movimiento de
población, también desveló pronto sus limitaciones en cuanto a la incapacidad de
explicar, entre otras cosas, la variedad de las migraciones en el contexto nacional, al
otorgar un excesivo peso a los factores estructurales.
Por ejemplo, tanto una como otra perspectiva, no alcanzan a responder por qué una
persona determinada puede convertirse en emigrante o por qué, dentro de un conjunto
de individuos con características similares, se termina produciendo la migración de
algunos de ellos solamente. Si bien –como señala Graciela Malgesini– estos
interrogantes se contestan conectando las macro-condiciones y políticas con las
circunstancias personales, familiares y del entorno de los potenciales migrantes, y que
estas conexiones se producen a través de redes de diverso tipo (1998: 23).
Un tercer enfoque que habría gozado de una mayor aceptación que los dos anteriores
(de hecho toma elementos de ambos) es el de las teorías "expulsión-atracción" (push
and pull). Para este modelo las migraciones internacionales y los flujos de mano de
obra son básicamente el resultado de la pobreza y el atraso de las áreas emisoras (4).
Como indican Alejandro Portes y Jósef Böröcz "los representantes de este punto de
vista proporcionan listas de factores de expulsión –malas condiciones económicas,
sociales y políticas en las regiones más pobres del mundo– y factores de atracción –
ventajas comparativas con las naciones-estado más desarrolladas–, como variables
causales que determinan la magnitud y la direccionalidad de los flujos migratorios.
Invariablemente, estas listas se elaboran post factum, esto es, una vez iniciados los
movimientos concretos. La elaboración de dichas listas suele estar guiada por dos
supuestos: en primer lugar, la expectativa de que los actores más desfavorecidos de las
sociedades más pobres son los que con mayor probabilidad integran la migración
laboral; y en segundo lugar, la asunción de que tales flujos surgen espontáneamente de
la mera existencia de desigualdades a escala global. A simple vista estos supuestos
parecen evidentes: los trabajadores migran de México a Estados Unidos y de Turquía a
Alemania Occidental y no a la inversa. Sin embargo, la tendencia a aplicar el modelo
de expulsión-atracción a esos flujos que ya se producen, oculta su incapacidad para
explicar por qué no surgen movimientos similares en otras naciones
igualmente pobres o por qué las fuentes de migración al extranjero tienden a
concentrarse en determinadas regiones y no en otras de los mismos países emisores"
(1998: 44-45).
Las limitaciones de éste último enfoque, así como las propias de los modelos de la
modernización y la dependencia –con los que no sólo no entra en contradicción, sino
que se refuerzan y alimentan mútuamente–, han hecho que se avance en otras
direcciones teóricas y metodológicas a la hora de explicar las migraciones.
Precisamente, el papel que desempeñan las redes dentro de este nuevo marco
explicativo pone en entredicho muchas de las hipótesis económicas tradicionales, tales
como el uso de las diferencias económicas entre países expulsores y receptores de
mano de obra, a la hora de explicar la complejidad del fenómeno migratorio mediante
una única variable. Sobre todo, las redes ayudan a entender la continuidad de los flujos
migratorios a pesar de la desaparición de los factores que determinaron su inicio, así
como a dar coherencia a comportamientos que no siempre obedecen a razones ni
estrategias individuales. Ese "carácter autosostenido y autoalimentado que la red
migratoria da al propio proceso migratorio", es destacado también por Ubaldo Martínez
Veiga, de acuerdo con la amplia literatura sobre la cuestión. Así escribe que, una vez
que la red se ha constituido, "se perpetúa a sí misma con una cierta independencia de
las condiciones históricas, sociales y económicas concretas tanto de la sociedad
receptora como de la emisora. Este fenómeno de encapsulación trae consigo a veces el
hecho de que, aunque las condiciones económicas o de empleo en la sociedad receptora
empeoren o se deterioren, el proceso migratorio continúa con la misma fuerza incluso
cuantitativa, porque la red migratoria lo alimenta y se alimenta a sí misma con una
independencia del entorno exterior" (1997: 153).
Yo soy de una familia mediana, que no es ni pobre ni rica. Vivo en Argel desde mi nacimiento. Familia numerosa, sí,
pero ya son todos mayores. Tengo cinco hermanas casadas todas. Mis hermanos también son todos mayores. El más
joven tiene diecinueve años y yo soy el mayor de casa, el mayor de las chicas y de los chicos. Mi padre ha trabajado
los primeros años en Francia, hasta los años sesenta y pico. Luego se ha venido a Argel y ha trabajado allí de
conductor de autobús hasta su jubilación. La realidad es que nunca nos ha faltado de nada (Hombre, Argelia, 36 años).
Sería éste claramente el caso, por ejemplo, de Argelia y, en menor medida, el de otros
muchos países investigados, como Marruecos, Pakistán o Siria:
La cosa política empezó a coger terreno y yo cogí la dimisión en mi empresa, no es que me hubieran echado. Yo veía
que no me gustaba el sistema en que se ha metido Argelia e hice una dimisión y me marché en el octubre del 92. Me
hice un visado para España y me vine aquí, tenía unos amigos en Alginet. El primer mes dudaba en marcharme a
Argelia y pensaba que allí por lo menos tengo mi plato calentito sin calentarme la cabeza, tengo un chófer de la
empresa y en mi empresa tengo ordenadores, tengo teléfono de exterior, puedo hacer de todo ¿no? Y llego aquí y qué,
sin papeles ni nada… Luego me fui acostumbrando a la idea de decir bueno, aquí comercio, tierra y cosas y olvídate
de tus estudios. Entonces ya te haces con la idea esa y me quedé, pensé mejorar poco a poco mi situación y ya está
(Hombre, Argelia, 30 años).
Yo creo que el factor económico es lo menos importante de la historia, quiero decir que el motivo número uno es no
poder vivir en un ambiente… ese agobio político de credos, etc. Y como decirte… como es un sistema que ves que no
va a cambiar ni a corto ni a medio plazo, pues optas por tirar la toalla y largarte, y si no pues te dejas recuperar por el
sistema y ya está; porque vi ejemplos, ¿no? Y dije, bueno, voy a irme fuera a seguir estudiando y posiblemente si
hubiera algún cambio en Marruecos… Ahora, por ejemplo, si hay algún cambio me plantearía la posibilidad de volver
(Hombre, Marruecos, 31 años).
Allí siempre miramos la televisión española, porque como se cogen prácticamente todos los canales y la televisión
marroquí no pone nada, pues vemos sólo la televisión española; por eso aprendemos pronto el castellano (Hombre,
Marruecos, 29 años).
Otro factor de carácter no económico, como el influjo de los contactos históricos y las
relaciones coloniales entre los países emisores y receptores de población, también
puede tener un papel importante como elemento explicativo. Al menos en un primer
momento, las migraciones desde los países colonizados tienden a dirigirse hacia las
antiguas metrópolis, sobre todo si se dan facilidades de entrada y asentamiento en
determinados países y en determinados momentos a la mano de obra procedente de
antiguas colonias o zonas de influencia económica. El sistema que vincula a los
colonizadores con las sociedades periféricas, dependientes en un alto grado tras el
proceso de descolonización, tiene una elevada fuerza explicativa; pero dicho factor
también sigue siendo insuficiente por sí solo para explicar la concentración y
continuidad de los flujos migratorios (A.Portes; J.Borocz, 1992: 20-33).
En nuestro caso los principales vínculos hallados hacen referencia sobre todo a los
lazos lingüísticos (antiguos o nuevos), más que a claras vinculaciones históricas o
coloniales, a excepción del Rif marroquí:
Hablan castellano más que otra cosa, porque estaba dominado por los españoles. En Tánger alguna gente habla rifeño,
pero lo más normal es que no. Yo no lo entiendo, me suena un poco a chino. Hablamos en dialecto, mezclado, y
algunas palabras en castellano sueltas. Hablas y te entienden, porque había mucho contacto con los españoles
(Hombre, Marruecos, 29 años).
Hubo un año en que decían que todas las lenguas tenían que entrar en Argelia, abrirse al mundo decían ellos, entonces
formaron profesores y trajeron profesores de fuera, de ruso, de alemán, de inglés y de español. A mí me tocó el
español, porque dijeron, tal zona, este colegio le toca enseñar el español, éste ruso, éste el alemán. Y a mí me tocó el
colegio del español (Hombre, Argelia, 30 años).
De todos modos también se detectan nuevas formas de vincularse con las sociedades de
emigración, no a través de lazos históricos o coloniales, sino como efecto de nuevas
formas de contacto como el turismo o la presencia de las ONGs de cooperación para el
desarrollo:
Encontré a un grupo que tenía un proyecto llamado Sahel, un proyecto de cooperación con Burkina Faso, Mali y
Mauritania. Llevaban el material sanitario y un montón de…, el jaleo éste de las ONG. Nos conocimos y estuvimos
allí como unos quince días y al cabo de un par de semanas vinieron a verme después del viaje de Malí, y nada pues me
propusieron venir aquí, intentar hacer otra vez la convalidación de estudios o presentarme a selectividad. Y me
dijeron: pues vente a Valencia que es donde estamos viviendo nosotros. Hicimos amistad. Cogí el avión, vine a
Valencia y la verdad es que fue muy interesante. Me trajeron a una casa, me acogieron perfectamente (Hombre,
Mauritania, 26 años).
A través de su detallado análisis de los estudios que emplean las redes migratorias,
Gurak y Caces llegan a la conclusión que éstas desempeñan, de manera rutinaria, un
papel importante de asistencia a la adaptación a corto plazo, tanto para los migrantes
internos como para los internacionales. Esta aportación de asistencia a corto plazo
habría sido identificada como un principio nuclear de organización para los
inmigrantes. Refiriéndose al trabajo de Massey (1988), afirman que éste formula con
toda claridad el mecanismo subyacente: "las redes sirven para reducir el coste de la
migración al poner información y otros ítems a disposición de un círculo cada vez más
amplio de migrantes potenciales" (1998: 81).
Entre los senegaleses hay una cierta solidaridad entre ellos. Es normal, por ejemplo, aquí que cada uno trabaje por su
cuenta, pero en caso de necesidad o de ayuda de cualquier senegalés pues hay que ayudarlo (Hombre, Senegal, 34
años).
Hay mucha solidaridad. Aquí hay algunos que no tienen dinero porque su trabajo no funciona, lleva muchos años y no
tiene dinero, y tiene familia y todo. Entonces nosotros nos reunimos, y cada uno mil pesetas o cada uno quinientas; el
que puede más más y el que puede menos menos, hasta cien mil o doscientas mil. Y le damos un billete y el dinero
para ir a visitar a su familia. Si le conoces o si no le conoces bien. Vienes y tú eres senegalés, bueno, decimos:
nosotros estamos pidiendo ayuda para un amigo que no tiene trabajo. Los únicos inmigrantes que lo hacen son los
senegaleses (Hombre, Senegal, 32 años).
En cuanto a la primera hipótesis habría que matizar –al menos en base a los resultados
de nuestra propia investigación– que la densidad del entramado de relaciones puede ser
en algunos casos y contextos un factor desincentivador de la migración, pero también
puede convertirse en elemento facilitador de contactos e informaciones que potencien y
posibiliten la salida:
Yo no conocía España, pero tenía la dirección de un conocido que estaba viviendo en Alboraya. Él trabaja en el
campo y tiene una casa. Era una buena persona y he estado con él. Yo, como era nuevo, no sabía hablar y él me
ayudaba. Por ejemplo, cuando quería hablar con los españoles, como él ya llevaba tres o cuatro años aquí, me ayudaba
a traducir Su hermano vive en Argelia, en Orán. Su hermano trabaja con mi hermano. Un día estaban de charla y le
dijo: Oye, que mi hermano quiere ir España. La primera pregunta, ya sabes: ¿Conoce a alguien allí? No, a nadie. Yo
tengo a mi hermano que está allí y le voy a dar la dirección, porque además no conoce el español (Hombre, Argelia,
28 años).
La segunda hipótesis sí se cumple de forma más clara en un mayor número de los casos
estudiados, de manera que buena parte de los entrevistados manifiestan haber tenido
algún tipo de información previa, lo que les influyó a la hora de tomar la decisión de
emigrar en una dirección determinada:
Siempre los paisanos viajan y ven. Dicen que hay más tranquilidad, que hay de todo, y parece que a nadie le hace falta
algo. Si hay una persona que hace un viaje, a España o Francia o donde sea, y vuelve contando cosas, buenas cosas,
eso te da ganas de ver qué es eso, si es realmente eso. Hay amigos que hacen viajes y vuelven diciendo: Oye, tal, tal,
hostia, es algo maravilloso (Hombre, Argelia, 28 años).
Al venir la primera vez me hicieron una proposición, una mujer me dijo que si podía cuidar a su hija me pagaba la
matrícula y me pagaba los estudios. Porque me gusta estudiar, más que trabajar, y también estar en una familia es
mejor que si vas en alquiler, que no sabes si te va a tocar vivir con una persona mal. Pero al final ha salido muy mal, y
menos mal que estaba mi primo, porque si no hubiera tenido que coger las maletas y volver a mi casa. Al final me
dijeron mi cuñada y mi primo: te puedes quedar aquí que no te faltará nada. Y me lo pensé bien, y me han ayudado
para ver si tengo la posibilidad de hacerme legal aquí (Mujer, Argelia, 38 años).
Resulta que tenía un cuñado trabajando en la Costa del Sol y que me decía vente. Es lo que engaña a muchos
paisanos, que van allí y comentan cosas de que aquí la cosa va bien y que vengas con los brazos abiertos. Vente a
estudiar y de todo me responsabilizo yo. Luego hice lo del trámite Madrid para convalidar y en un año pues ya
empezó la cosa mejor. Me puse a terminar informática. Iba a volver, pero después de un año perdido volver allí pues
hay quien te va a decir: hostia, volver de España, si la gente paga dinero para ir allí. Y para evitar ese rollo..., y al
volver los estudios no podía recuperarlos, estaba todo perdido (Hombre, Marruecos, 29 años).
Realmente las redes actúan como vínculo entre la comunidad migratoria en el lugar de
destino y la comunidad que permanece en el lugar de origen. A menudo, se considera
que la asistencia ofrecida por las redes para la adaptación de los emigrados sirve tanto
para aislar a los migrantes de la sociedad de destino (pues desincentivan las relaciones
de sociabilidad con sus miembros), como para maximizar la fuerza de los vínculos con
la sociedad de origen (D.Gurak; F.Caces, 1998: 81).
Esto último resulta más comprensible si tenemos en cuenta que, en muchas ocasiones,
las migraciones son más un proceso familiar/social que el fruto de una decisión
unipersonal. En este sentido, tal como nos recuerda Gabriela Malgesini, "las
migraciones pueden –a través del flujo de remesas de los inmigrantes– constituir parte
de una estrategia colectiva combinada, destinada a reducir riesgos y restricciones en la
sociedad natal. En un hogar determinado, algunos miembros pueden trabajar en el
mercado local y otros pueden ser enviados al exterior donde obtendrán un nivel de
ingresos o –especialmente en los países con alta inflación y continuas devaluaciones–
salarios en una divisa más fuerte o con un poder adquisitivo estable. Sus remesas
podrán amortiguar los cuellos de botella de una economía familiar con fuerte sesgo
estacional –como la agrícola–, representar una fuente de crédito para proyectos nuevos,
o simplemente complementar los desniveles en la renta que impiden la continuidad de
actividades sistemáticas, como la educación, el tratamiento médico, etc., para los cuales
se carece de seguros o subsidios" (1998: 23-24).
Todo lo dicho hasta ahora nos conduce a plantear una primera definición del concepto
de migración, entendida como el tránsito de un espacio social, económico, político y/o
cultural a otro, con el fin de desarrollar un determinado proyecto y tratar de responder a
unas determinadas expectativas personales o de grupo. Se trata de un proceso que se
inicia en el país de origen, antes incluso de que se tome la decisión de emigrar y se
cuente con los medios para hacerlo. Su gestación comienza más bien en el momento en
el que se da la conjunción de condiciones y estímulos necesarios: sentimiento de
insatisfacción o precariedad (objetiva o no) y expectativas de cambio y ascenso social,
antecedentes migratorios en la familia, círculo de amigos o el vecindario, presión social
y posesión de los recursos mínimos necesarios para emigrar.
De todo ello se deriva una premisa importante: el conocimiento de las sociedades desde
las que se emigra resulta tanto o más necesario que el de aquellas a las que se inmigra,
ya que nos permite disponer de una visión global de las migraciones. Desde una
perspectiva transnacional, la historia de la trayectoria anterior a la propia emigración no
puede desligarse de la etapa inmigratoria, hasta el punto que no puede entenderse ésta
sin tener en cuenta la primera. En realidad, las geografías de origen y las de destino
permanecen inscritas en una experiencia única: la del migrante que dispone de una
doble cara, como emigrante respecto a la sociedad de la que sale y como inmigrante en
la que entra (5).
Notas
1.Los relatos migratorios que ilustran la comunicación fueron obtenidos en el trabajo de campo de una amplia
investigación sobre las transformaciones y adaptaciones de las prácticas culturales y religiosas entre inmigrantes
musulmanes de diversas nacionalidades en nuestro país.
2. La formulación clásica sobre la cuestión puede hallarse en la obra de N.S.Eisenstadt. Tradition, change and
modernity. Nueva York: Wiley, 1973.
3. Es el caso del enfoque empleado por I.Wallerstein en obras como The modern world system. Capitaliste agriculture
and the origins of the european world economy in the sixteenth century. Nueva York: Academic Press, 1974.
4. Sobre las teorías basadas en el modelo push and pull (también conocido como hidráulico) existe una extensa
literatura —especialmente en el ámbito anglosajón— que no ha dejado de aumentar hasta el día de hoy, aunque cada
vez son más sus detractores. Primero la obra de S.Castles y G.Kosack, Immigrant workers and class in Western
Europe (London: Oxford University Press, 1973), o la Michael Todaro, International migration in developing
countries (Ginebra: OIT, 1976). Más recientemente los trabajos de Gorges Borjas, Friends of Strangers. The impact of
immigrants on the U.S. Economy (Washington: Basic Books, 1990), o las aportaciones de Oded Stark en The
migration of labor (Cambridge: Basil Blackwell, 1991).
5. El libro de Zoubir Chattou (1998) Migrations marocains en Europe. Le paradoxe des itinéraires, es un buen
ejemplo del esfuerzo por combinar ambas dimensiones, atravesadas por la gestación de proyectos, trayectorias e
imaginarios migratorios.
6. Algunos colectivos particulares, como el de los inmigrantes senegaleses, emplean de forma amplia este tipo de
tecnologías, de manera que éstas se convierten en la base del éxito de su estructuración transnacional.
Bibliografía
CHATTOU, Zoubir. Migrations marocains en Europe. Le paradoxe des itinéraires. Paris: L’Harmattan, 1998.
GHOSH, Baimal. "La migración económica y los países emisores", In G. Malgesini. Cruzando fronteras.
Migraciones en el sistema mundial. Barcelona: Icaria, 1998. pp. 147-186.
HANNERZ, Ulf. Conexiones transnacionales. Cultura, gente, lugares. Madrid: Cátedra, 1998.
KASTORYANO, Riva. "Paris-Berlin. Politiques d'immigration et modalités d'intégration des familles turques", In R.
Leveau. Les musulmans dans la societé française. Paris: PFNSP, 1998. p. 141-169.
MALGESINI, Graciela. Cruzando fronteras. Migraciones en el sistema mundial. Barcelona: Icaria, 1998
MARTÍNEZ VEIGA, Ubaldo. La integración social de los inmigrantes en España. Madrid: Trotta, 1997
PORTES, Alejandro; BOROCZ, Josef. "Migración contemporánea: perspectivas teóricas sobre sus determinantes y
sus modalidades de incorporación", In G. Malgesini. Cruzando fronteras. Migraciones en el sistema mundial.
Barcelona: Icaria, 1998. p. 43-73.
WOOD, Charles H. "Modelos opuestos en el estudio de la migración", In Revista Alfoz, nº 91-92, 1992.