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Cita 2 ejemplos y
explica como funcionan
Todo ser vivo, tanto los organismos simples como los ya evolucionados, realizan una serie de
funciones que deben ser coordinadas y reguladas para que se desarrollen adecuadamente. Esta
regulación es necesaria para responder a los estímulos y adaptarse a los cambios del medio ambiente,
esto permite a los seres vivos vivir en armonía con su medio ambiente.
Ejemplos:
Existen varios mecanismos de autorregulación por medio de los cuales las hormonas mantienen la
homeostasis del organismo.
1) En algunos casos, la respuesta de una glándula al nivel de la sustancia que ella regula, tiende a ser
lenta. La tardanza resultante en la respuesta puede causar fluctuaciones, nada beneficiosas, por encima
y por debajo del nivel deseado. Esto puede corregirse mediante la acción de una segunda hormona que
actúa antagónicamente con respecto a la primera. La acción antagónica de un par de hormonas que
serian, insulinaglucagón y paratormonacalcitonina, proporciona un sistema de controles para
restablecer el equilibrio homeostático, tan pronto haya ocurrido cualquier perturbación.
2) Otro sistema de autorregulación de la producción de hormonas lo ilustra la relación que existe entre
la tirotropina y la tiroxina. En donde quiera que una hormona estimule la producción de una segunda
hormona, se encuentra que la segunda actúa a la vez en el sentido de suprimir la producción de la
primera. Otro ejemplo de este mecanismo esta dado por la manera como los altos niveles de estrógeno
mantienen constante la producción de tirotropina. Aquí también se trata de un sistema de
autorregulación (análogo a la acción de un regulador de una maquina) para mantener homeostasis.
Con el objeto de distinguir entre le medio externo de nuestros cuerpos (aire) y el verdadero ambiente de
nuestras células, el fisiólogo francés Claude Bernard, hace ya un siglo denomino a este ultimo el medio
interno ( Milieu interieur). Bernard estudio las propiedades de este ambiente y hallo que eran
notablemente estables. Esto se cumple, especialmente, en los organismos mas complejos
multicelulares, las aves y los mamíferos. Bernard encontró que el fluido interno de estos animales se
mantiene relativamente inmodificable ya sea que hayan recibido alimentos o estén sometidos a ayuno,
sin que interese el tipo de alimentos que constituyan la dieta. En cierto sentido, los animales superiores
mas adaptables son aquellos cuyo ambiente fluido interno permanece inmodificable, no obstante las
fluctuaciones amplias del medio externo.
Bernard descubrió varios mecanismos por medio de los cuales los mamíferos pueden mantener
constante el ambiente interno y ello le impresiono tanto que escribió: “La constancia del ambiente
interno es la condición de una vida libre e independiente”. De acuerdo con estos criterios podemos
concluir que: La homeostasis, en el sentido mas amplio, es el mantenimiento de un estado interno
relativamente constante, bajo condiciones de cambio externo también constante. Es uno de los
principales y mas importantes atributos de los seres vivos. De hecho, la evolución se puede considerar
como un lento incremento en la capacidad para la homeostasis, debido a que es por la regulación del
ambiente interno que los animales han sido capaces de liberarse a si mismos del ambiente externo en
un grado cada vez mayor. Otra definición de la homeostasis afirma que es el estado de equilibrio
dinámico entre el medio externo y el medio interno, a pesar de los cambios externos constantes.
Uno de los ejemplos clásicos de homeostasis es el que se refiere al mantenimiento de la temperatura
constante en los animales homeotermos llamados también de “sangre caliente”.
En el cuerpo humano, la temperatura es constante, 37 °C. Esta temperatura interna del cuerpo
permanece invariable o con muy ligeras variaciones en estado normal a pesar de que en el medio
externo existan temperaturas de congelación o bien temperaturas veraniegas de mas de 40 °C.
Los seres vivos son capaces de mantener el equilibrio entre su medio interno y el externo; para ello
utilizan mecanismos diversos, que tienen por finalidad controlar, por ejemplo, la cantidad de azúcar en
la sangre, la cantidad de agua en los tejidos, la concentración de sales, etc. Muchas sustancias químicas
actúan como reguladores internos. Estas sustancias químicas se distribuyen por todo el cuerpo a través
de sistemas de transporte, o desplazándose de una célula a otra en los seres vivos que no poseen
sistemas de transporte. En los protistos, lo hacen por difusión dentro de la célula. En los animales, las
glándulas endocrinas segregan hormonas que van directamente a la sangre y esta las transporta a todas
las partes del cuerpo, para controlar o regular funciones especificas.
Los homeotermos, por lo contrario, mantienen constante la temperatura de su cuerpo a pesar de las
fluctuaciones de la temperatura del medio externo. El animal homeotermo tiene la ventaja de depender
menos del ambiente, ya que posee los mecanismo homeostaticos para mantener constantes la
temperatura de su medio interno.
Esta capacidad homeostatica ayuda a explicar el incremento de aves y mamiferos en la biosfera hasta
alcanzar una posicion dominante durante los ultimos cien millones de años. La temperatura de los
animales homeotermos veria de especie a especie. La temperatura del hombre es normalmente de
37 °C.; la del pollo de 40 a 42 °C.; la del perro, 39°C.; la del caballo, 38 °C y la de la pereza 33 a 34 °C.
Efecto del Frío: El cuerpo humano no está diseñado para el frío polar. La mayoría de nosotros vive en
climas templados y tropicales donde el termómetro rara vez baja de los 0 grados centígrados.
Pero hay poblaciones que se han adaptado a los extremos polares como los inuits en el Ártico
canadiense y tribus como los nenets en el norte de Rusia. Sin embargo, la gran mayoría de Homo
sapiens no estamos acostumbrados a vivir en esas extremas temperaturas heladas.Y aunque nuestro
ingenio y pericia nos han permitido fabricar ropa que soporta todo menos las más violentas de las
tormentas árticas, lo cierto es que para sobrevivir en los polos hay que intentar mantenerse lo más
alejado posible del frío más fuerte.
El cuerpo humano tiene varios mecanismos de defensa para intentar aumentar nuestra temperatura
cuando hace frío. Nuestros músculos tiemblan y nuestros dientes castañetean. Los pelos se erizan y la
piel se nos pone de gallina, en una especie de eco evolucionario de la época cuando nuestros ancestros
estaban cubiertos de vellos. El hipotálamo, la glándula en el cerebro que actúa como termostato del
cuerpo, estimula estas reacciones para mantener los órganos vitales del cuerpo, por lo menos hasta que
encontremos algo de calor y un refugio. La misión del hipotálamo es conservar el calor a toda costa,
sacrificando incluso las extremidades si es necesario. Es por eso que sentimos hormigueo en los dedos
de las manos y de los pies cuando hace mucho frío. El cuerpo está manteniendo su sangre caliente
cerca del centro, restringiendo el suministro de sangre en las extremidades. En frío extremo y,
especialmente, si la piel está expuesta a los elementos, ese efecto puede generar casos de congelación.
El flujo de sangre se reduce y la falta de sangre caliente puede hacer que los tejidos se congelen y se
rompan.
Los animales que viven en las zonas polares tienen protección porque están cubiertos de un pelaje que
atrapa el aire caliente cerca del cuerpo o porque tienen grandes cantidades de grasa, a veces de varios
centímetros de grosor. La grasa no transfiere muy bien el calor, así que la mantiene dentro del cuerpo.
Los humanos, de piel desnuda y con relativamente poca grasa, simplemente no estamos diseñados para
esos ambientes. Pero hemos aprendido a imitar esas cualidades. Los científicos en las estaciones
antárticas, por ejemplo, se visten con varias capas para atrapar el aire caliente cerca del cuerpo, tal
como lo hace el pelaje de los animales.
Efecto del Calor: El ser humano dispone de mecanismos naturales para regular el calor corporal, pero
cuando las temperaturas suben en exceso las consecuencias pueden ser peligrosas. Las temperaturas
extremas causan estrés en el organismo, cuyo funcionamiento óptimo es entre los 36 y 37,5º C.
Cuando son más altas, el cuerpo se libera del calor principalmente a través del sudor, aunque la
respiración y el incremento en el ritmo cardíaco también pueden expulsarlo.
Entre más caliente y más húmedo, más sudor se expele, y esto incrementa el riesgo de deshidratación.
En situaciones de calor extremo el organismo comienza a luchar para poder enfriarse, lo cual puede dar
lugar a espasmos musculares, agotamiento y golpe de calor. Éste es un trastorno que requiere atención
médica de emergencia porque puede generar un daño permanente en órganos vitales e incluso la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la temperatura ambiente óptima para el
organismo es entre 18 y 24º C, cuando el cuerpo se mantiene a unos 36°C-37°C. Cualquier nivel más
elevado provoca que los riesgos para la salud se incrementen. Si el cuerpo se calienta hasta los 39ºC –
40 ºC, el cerebro le dice a los músculos que trabajen menos y comenzamos a sentir fatiga. Entre los
40ºC y los 41º C se produce el agotamiento por calor y, por sobre los 41º C, el cuerpo comienza a dejar
de funcionar. Comienzan también a verse afectados los procesos químicos, las células dentro de tu
cuerpo se deterioran y hay riesgo de que fallen múltiples órganos. A esta altura el cuerpo ya ni siquiera
puede transpirar porque se detiene el flujo de la sangre hacia la piel, que se siente fría y húmeda. Estos
riesgos están vinculados a la temperatura a la cual está acostumbrado el cuerpo.
Adaptación: Cualquier característica del desarrollo, comportamiento, morfología o fisiología que
surge en un ambiente determinado como resultado de la selección natural, y que mejora su oportunidad
para sobrevivir y dejar descendencia fértil. También llamada “adaptación genotípica”.
Aclimatación (Aclimatización): Cambios compensatorios en un organismo bajo múltiples
desviaciones naturales del ambiente, sea estacional o geográfico. También llamada “adaptación
fenotípica”. También se refiere al proceso por el cual un organismo se adapta fisiológicamente a los
cambios en su medio ambiente, que en general tienen relación directa con el clima. Se suele usar este
término para referirse a procesos que ocurren durante un período corto, dentro del periodo vital de un
organismo individual o grupo. Puede ser una situación puntual o representar parte de un ciclo periódico,
como es el caso del crecimiento de pelo que experimentan algunos mamíferos durante el invierno. Los
seres vivos pueden ajustar sus rasgos morfológicos, etológicos, físicos y/o bioquímicos en respuesta a
cambios en su entorno. La capacidad de aclimatación a nuevos ambientes se ha comprobado en miles
de especies. Sin embargo, no se conocen en profundidad los mecanismos que conducen a ella.
Balance Hídrico: Para conservar la salud y mantener la función de todos los sistemas corporales es
necesario que exista un equilibrio líquido, tanto en el plano electrolítico como respecto al balance
ácido-base. Estos equilibrios se mantienen mediante el aporte y la eliminación de líquidos y electrolitos,
su distribución corporal y la regulación de las funciones renal y pulmonar. Los desequilibrios son
resultado de numerosos factores y se asocian a cuadros patológicos; por lo tanto los cuidados de
enfermería irán dirigidos a la valoración y corrección de los desequilibrios o a la conservación del
equilibrio. Un adulto sano, con capacidad de movimiento y correctamente orientado, suele ser capaz de
mantener los equilibrios hidroelectrolíticos y ácido-base. Este individuo puede alcanzar la homeostasis
a través de mecanismos adaptativos del organismo, esto es, que la cantidad de agua en el cuerpo se
mantiene en rangos normales y relativamente constantes. El agua representa aproximadamente el 50 -
60% del peso total dé un adulto joven y sano. Este compuesto es el más abundante del cuerpo. Los
líquidos corporales se distribuyen en compartimentos:
Un cuerpo normal mantiene un equilibrio hídrico, esto significa que el volumen del L.I.C., L.I.S. y del
plasma se mantienen relativamente constantes.
El mantenimiento de un adecuado equilibrio hídrico es esencial para la salud. Es particularmente
importante ya que el cuerpo no tiene la capacidad de almacenar agua: debemos reponer toda el agua
que perdemos a diario, pues los humanos no podemos sobrevivir sin agua más que algunos días.
Perdemos agua diariamente:
A través del tracto respiratorio (respiración)
A través del tracto gastrointestinal (heces)
A través de la piel (transpiración y sudor)
A través de los riñones (excreción de orina)
El estilo de vida y las condiciones medioambientales tienen un impacto significativo en la pérdida de
agua a nivel personal, en promedio un adulto sano pierde alrededor de 2.6 L al día. La actividad física y
un ambiente caluroso pueden llevar a una pérdida de agua adicional, y contribuir a perdidas de hasta
varios litros. El aporte de agua se obtiene a través de varias fuentes como las bebidas consumidas, la
dieta y el agua metabólica producida en distintas reacciones principalmente en la utilización de
nutrientes. La producción de agua metabólica representa aproximadamente 300mL al día, el agua
proveniente de los alimentos varia dependiendo de la dieta y el resto se debe cubrir con una hidratación
adecuada. El balance de agua se mantiene gracias al control homeostático con pequeñas fluctuaciones.
Los siguientes tipos de aportes y pérdidas de agua se encuentran bajo control homeostático:
El consumo de bebidas es regulado a través de mecanismos de sed, hormonal (hormona
antidiurética) y mecanismos de concentración y dilución renal.
La excreción de agua a través de los riñones, varia de manera inversa al estado de hidratación.
Cuando se tiene deshidratación se trata de conservar el agua y en caso de hiperhidratación el
agua se elimina a través de la orina.
La manifestación de la sed y de la conservación de agua por parte de los riñones tienen su origen en el
aumento de la osmolaridad del plasma a diferentes umbrales:
La regulación por parte de la hormona vasopresina para la conservación de agua comienza a un
promedio de osmolaridad plasmática de 280 mOsm/kg H2O
La sed sólo se percibe cuando la osmolaridad plasmática alcanza alrededor de 290 mOsm/kg
H2O
Sin embargo, dicha situación de cambio en la osmolaridad plasmática solamente sucede cuando la
deshidratación ha alcanzado una pérdida de entre el 1% y el 2% del peso corporal. Por lo tanto, en el
día a día, podemos estar expuestos a deshidratación leve aún sin tener la sensación de sed. La sed es
una señal tardía de la deshidratación. En la práctica, un consejo frecuente es beber en intervalos
regulares a lo largo del día, en lugar de hacerlo solo en los momentos en los que se siente sed.
Adicionalmente, en algunas personas, como es el caso de las personas mayores, la señal de sed es
menos efectiva, por lo que el riesgo de deshidratación aumenta.
Osmorregulación: Proceso mediante el cual los seres vivos mantienen relativamente constante su
medio interno, de manera que su composición química varíe muy poco. Para ello, los organismos deben
regular la entrada y salida de agua, sales minerales y otras sustancias.
Los organismos unicelulares acuáticos como las bacterias y muchos protozoos están en contacto
permanente con el agua y ello facilita ampliamente este proceso. En los organismos pluricelulares, por
el contrario, solo algunas superficies celulares se encuentran en contacto con el ambiente externo,
mientras que las células internas están rodeadas por un líquido extracelular que tiene una composición
y unas características diferentes a las del entorno.
La función principal de la osmorregulación es mantener la composición química del citoplasma celular
y de los fluidos internos dentro de los limites los que se puede desarrollar una especie.
la osmorregulación se basa principalmente en el movimiento de sustancias entre los fluidos internos del
organismos y el medio ambiente.
para la realización de este proceso los seres vivos generalmente cuentan con estructuras como sistemas
excretores, órganos, tejidos, células y vacuolas. estas estructuras se especializan en eliminar desechos
tóxicos que se producen a partir el metabolismo celular. Tanto en organismos pluricelulares como
unicelulares el proceso fundamental para llevar a cabo la osmorregulación es la ósmosis. En el caso del
ser humano será a través de los riñones, las glándulas sudoríparas, el intestino grueso y los pulmones,
equilibrando la composición de la sangre y otros fluidos corporales. Es importante no confundir la
excreción con la defecación, que es la eliminación del material no digerido por el sistema digestivo.
El agua es importante e indispensable para que exista la vida dado que todos los procesos vitales se
realizan en medio acuoso.
La capacidad de sobrevivir en un medio osmótico desfavorable se ha desarrollado en los animales más
evolucionados gracias a la adquisición de un medio interno estable con una determinada concentración
de agua y sales que amortigua los efectos del medio externo.
Decir que el medio interno es estable, es decir, que está en estado osmótico estacionario, en pocas
palabras que la cantidad de ingresos es igual que la de salidas.
El líquido que existe en el medio interno puede ser:
Intracelular (composición constante)
Extracelular:
intersticial
plasma
Los ingresos de líquido son:
líquidos ingeridos
agua de origen metabólico
Las pérdidas de líquido son:
cutáneas
pulmonares
sudor
heces
orina (la mayor parte)
6. Regulación de la irritabilidad y crecimiento de los seres vivos (como ocurre)
Irritabilidad: Es la capacidad que poseen todos los organismos vivos desde los unicelulares simples
hasta los multicelulares complejos de reaccionar o responder no-linealmente frente a un estímulo. La
irritabilidad es la capacidad de un organismo o de una parte del mismo para identificar un cambio
negativo en el medio ambiente y poder reaccionar. Tiene un efecto patológico o fisiológico. Pero
principalmente la irritabilidad es la capacidad homeostática que tienen los seres vivos de responder ante
estímulos que lesionan su bienestar o estado. Esta característica les permite sobrevivir y, eventualmente,
adaptarse a los cambios que se producen en el ambiente. Existen dos tipos de estímulos o señales:
externos, si es que provienen desde el exterior o el ambiente donde se desarrolla un organismo, o
internos, si se producen dentro del mismo organismo. Ante un estímulo determinado, un organismo
responde de una forma particular, que depende tanto del estímulo como del nivel de complejidad del
ser vivo. Los seres vivos son capaces de detectar y responder a los estímulos que son los cambios
físicos y químicos del medio ambiente, ya sea interno como externo. Entre los estímulos generales se
cuentan: Luz: intensidad, cambio de color, dirección o duración de los ciclos luz-oscuridad. Presión
Temperatura Composición química del suelo, agua o aire circundante. En organismos sencillos o
unicelulares, TODO el individuo responde al estímulo, en tanto que en los organismos complejos
multicelulares existen células que se encargan
Crecimiento: Es el proceso biológico por el cual se aumenta de masa y tamaño a la vez que
experimenta una serie de cambios morfológicos y funcionales que afecta a todo el organismo hasta
adquirir las características del estado adulto. Este aumento comienza por las propias células, pasando
por tejidos, hasta llegar a órganos y sistemas. Estas estructuras, más desarrolladas, se hacen cargo de
realizar el trabajo biológico más importante. El crecimiento también se define como el aumento en el
número de células de un organismo, lo que conlleva el aumento de tamaño. Es medible y cuantificable.
El crecimiento se consigue por una doble acción: un aumento en el tamaño de las células del cuerpo, y
un aumento en su número real. Tanto el crecimiento como la división celular dependen de la capacidad
de las mismas para asimilar los nutrientes que encuentran en el ambiente en que se desarrollan. Así, los
alimentos son degradados y a partir de la energía que ellos brindan el cuerpo la utiliza para construir
nuevas estructuras celulares.
El crecimiento de los organismos se produce, en general, por medio de diferentes procesos, entre los
que están:
El aumento en el número de células del cuerpo.
La adición de nuevas estructuras en el organismo.
La renovación del tejido que recubre al cuerpo, como el cambio o muda de piel en las víboras,
el de plumaje en las aves o el de pelo en los mamíferos.
La modificación de estructuras ya existentes (crecimiento del cuerno en un rinoceronte o astas
de un venado).
Hay factores internos que pueden beneficiar a la célula en su crecimiento. Entre éstos se
encuentran las hormonas, que aceleran o inhiben la división celular.
Cada especie tiene diversas características de crecimiento, dependiendo de la información genética e
inclusive de la edad. En otras palabras, los vegetales y animales tienen un crecimiento limitado por la
especie a la que pertenecen. Es cuando el humano, llega a una etapa de cambios,que sufre el cuerpo.
El crecimiento se consigue por una acción: el aumento del tamaño y número de las células del cuerpo.
Tanto el crecimiento como la división celular depende de la capacidad de las mismas para asimilar los
nutrientes que encuentran en el ambiente en que se desarrollan. Así, los alimentos son usados por el
cuerpo para construir nuevas estructuras celulares.
Mediante los mecanismos de regulación, el individuo puede resistir a las condiciones adversas. Así, por
ejemplo, si ascendemos a grandes alturas, debido a la baja presión del aire, los glóbulos rojos no
pueden transportar tanto oxigeno como lo hacen a nivel de mar. El organismo para sobrevivir produce
mas glóbulos rojos y de esta forma aumenta su capacidad transportadora de oxigeno. El mecanismo
homeostático tiene sus propias limitaciones y funciona para cada especie dentro de ciertos limites, los
cuales no se pueden sobrepasar impunemente. Por ejemplo, en el caso de la temperatura, la homeostasis
funciona hasta ciertos niveles, pasados los cuales el organismo muere. El nivel de azúcar en la sangre
tiene su tolerancia dentro de ciertos limites que el organismo puede controlar.
Hasta hace no mucho se pensaba que la vida era incompatible con los ambientes extremos tales como
la oscuridad absoluta, concentraciones salinas tan altas como la de la salsa de soja, lagos helados o
aguas termales. Pero hoy sabemos que existen una gran cantidad de microorganismos que viven y
prefieren estos ambientes, y por eso reciben el nombre de “extremófilos” (amantes de lo extremo). Se
los encuentra en los lugares menos pensados: en los géiseres del fondo de los océanos, en el Mar
Muerto, adentro de los volcanes o en las aguas congeladísimas de la Antártida.
La mayor parte de los extremófilos son bacterias del dominio Archea (o arquibacterias), aunque
también hay muchas eubacterias y unas pocas especies de eucariontes que viven en condiciones
extremas. A medida que los fueron descubriendo, los científicos comenzaron a estudiar cómo estos
organismos podían lidiar con semejantes condiciones tan adversas para la vida. Así descubrieron que
los extremófilos tienen enzimas y compuestos diferentes al resto de los organismos vivos, que
justamente les permiten hacer lo mismo que hacen todos, pero en condiciones extremas. Esto resultó
muy interesante para la industria, ya que hay procesos industriales que ocurren a altísimas temperaturas,
o muy bajas, o a altas concentraciones salinas o alta alcalinidad. Por ejemplo, los detergentes en polvo
tienen biocatalizadores (enzimas) que quitan las manchas en agua fría. Por su parte, la industria del
cuero usa enzimas que degraden proteínas de la piel de los animales en condiciones de alta salinidad.
La síntesis química de ciertos productos farmacéuticos debe realizarse a temperaturas bajísimas.
Otra aplicación de las enzimas obtenidas de los extremófilos es la investigación científica. Por ejemplo,
en laboratorios de biología molecular se utilizan técnicas que requieren de enzimas estables a altas o
bajas temperaturas. Un caso puntual es la técnica conocida como Reacción en Cadena de la Polimerasa
(PCR por sus siglas en inglés), en la cual se requiere una enzima (ADN polimerasa) que tolere
temperaturas tan altas como 94 ºC. Para lograrlo se utiliza la ADN polimerasa obtenida del termófilo
“Thermus aquaticus”.
Otro control de la cantidad de azúcar en la sangre, lo constituye la región medular de las glándulas
suprarrenales, las cuales, al descender el nivel de azúcar en la sangre, envían mensajes al hígado para
que libere mas glucosa.
la homeostasis también interviene en el control del proceso respiratorio. Cuando se realiza un esfuerzo
físico, las células musculares liberan anhídrido carbónico en la sangre. La sangre sobrecargada de CO2,
al pasar por los pulmones, provoca una respuestas mediante el envío de impulsos a los músculos de la
caja torácica, que aceleran los movimientos de inspiración y la hacen mas profunda.
10. Explica la regulación del metabolismo por la glándula tiroides y realizar un diagrama
La secreción hormonal es regulada de forma que las concentraciones de hormonas en sangre sean las
apropiadas para desencadenar la respuesta necesaria. Las glándulas endócrinas son reguladas
directamente por estímulos nerviosos procedentes de los nervios autónomos. También son importantes
los estímulos bioquímicos, como en el caso de la secreción de insulina, que es disparada por un
aumento de la glucemia. El hipotálamo y la hipófisis regulan la secreción en otras glándulas endócrinas.
Tomemos por ejemplo el control en la secreción de hormonas tiroideas. El hipotálamo secreta un factor
liberador (TRH) que estimula a las células de la adenohipófisis especializadas en la síntesis de TSH. La
TSH estimula a la glándula tiroides para que sintetice y secrete las hormonas tiroideas, T3 y T4. Pero
cuando el nivel en sangre de T3 y T4 es el adecuado, la estimulación por parte del eje hipotálamo-
hipofisario debe cesar. De lo contrario, se producirían síntomas por hiperfunción de la glándula. La
hipófisis y, en menor medida, el hipotálamo, detectan el nivel elevado de T3 y T4 en sangre. Ante esta
señal, el hipotálamo disminuye la síntesis del factor liberador y la hipófisis frena la secreción de TSH.
Así se logra mantener una concentración adecuada de T3 y T4. Este mecanismo de control recibe el
nombre de retroalimentación negativa: el efecto (nivel de T3 y T4) suprime la causa (factor liberador y
TSH). Cuando los niveles de T3 y T4 descienden más allá de lo conveniente, el hipotálamo y la
hipófisis reanudan sus secreciones y el ciclo se reinicia. Dos hormonas tiroideas regulan el
metabolismo corporal. La función primaria de la tiroides es producir, almacenar y liberar cantidades
suficientes de las 2 hormonas tiroideas:
Tiroxina (T4)
Triyodotironina (T3)
La tiroides utiliza yodo para producir sus hormonas. Las células tiroideas absorben desde la sangre el
yoduro que ingresa con los alimentos y lo combina con el aminoácido tirosina para producir a estas dos
hormonas tiroideas. Posteriormente, estas hormonas son incorporadas dentro de la molécula de
tiroglobulina (Tg) y se almacenan en folículos. Cuando el organismo necesita hormonas tiroideas, se
liberan al torrente sanguíneo y son transportadas por proteínas a cada célula del organismo para
controlar la tasa de metabolismo basal.
Al igual que en el hombre, la mujer también inicia su desarrollo sexual en el cerebro por medio de las
hormonas gonadotropinas. De hecho las dos hormonas que afectan las gónadas llamadas
folículoestimulante y luteinizante adquieren sus nombres de estructuras anatómicas exclusivas de las
mujeres, siendo estas los folículos y el cuerpo lúteo. Las neuronas de otras regiones del cerebro
también intervienen en los ritmos de secreción de la hormona de liberación de gonadotrofinas por parte
del hipotálamo. Neurotransmisores como la epinefrina y la norepinefrina estimulan la producción de la
hormona liberadora de gonadotrofinas; mientras que la dopamina y la serotonina inhiben la secreción
de la misma. Adicionalmente, los esteroides y péptidos ováricos, así como neuropéptidos producidos
por el hipotálamo pueden alterar la producción de la hormona liberadora de gonadotrofinas.
Los sistemas nervioso y endocrino participan juntos en la regulación de la función sexual. Las
hormonas sexuales, producidas por las respectivas glándulas y la corteza suprarrenal, se distribuyen por
el organismo entero a través del torrente sanguíneo y crean un fondo informativo global para la
regulación de los numerosos componentes del aparato reproductor e incluso de varias estructuras del
sistema nervioso. Los llamados «órganos blancos» para cada tipo de hormona poseen células especiales
o «receptores hormonales» en las cuales las moléculas de las hormonas se unen con las estructuras
moleculares de estas células. Mediante este mecanismo las hormonas inician simultáneamente
múltiples procesos en los tejidos nerviosos, glandulares y otros.
La producción de hormonas sexuales, a su vez, está regulada por las correspondientes estructuras del
sistema nervioso central, a saber, por el sistema portal hipotalámico-hipofisiario. En este sistema las
estructuras hipotalámicas regulan la actividad de la hipófisis, la glándula endocrina «más importante»
del organismo, que a su vez regula, entre otros procesos, la actividad de las glándulas sexuales y de la
corteza suprarrenal por medio de sus propias hormonas hipofisiarias.
Hay tres grupos principales de hormonas sexuales producidas por las glándulas respectivas y por la
corteza suprarrenal: los andrógenos (hormonas masculinas), los estrógenos (hormonas femeninas) y la
progesterona (hormona femenina). La síntesis de las hormonas sexuales comienza con la
transformación del colesterol en progesterona, del cual luego se forman los andrógenos y de éstos
últimos, los estrógenos. Esta sucesión de transformaciones de hormonas tiene lugar en los organismos
de ambos sexos, con la particularidad de que los tres grupos de hormonas están presentes en sus tejidos
corporales. No obstante, dependiendo del sexo, es decir, como consecuencia de las diferencias
bioquímicas e histológicas sexuales de la estructura glandular, las hormonas propias del sexo del
organismo son las que principalmente se acumulan y secretan al torrente sanguíneo.
Numerosos experimentos electrofisiológicos sobre animales han demostrado que prácticamente todas
las grandes estructuras cerebrales participan en la formación de las reacciones del comportamiento
sexual. Esto puede entenderse fácilmente si nos imaginamos la gran cantidad de información que entra
al sistema nervioso central tanto del interior como del exterior y que es procesada para luego dar
órdenes a las numerosas estructuras del cuerpo.
La comunicación entre el sistema nervioso central y los genitales se lleva a cabo a través de las vías
nerviosas y por medio del sistema endocrino.
Las llamadas glándulas sexuales auxiliares, entre las cuales están las vesículas seminales, también
desempeñan cierto papel en la regulación del nivel de sexualidad en los machos. Debemos examinar
este tema con más detalle.
Las vesículas seminales son un par de glándulas del aparato reproductor masculino que se encuentran
detrás de la vejiga urinaria y que se conectan con el conducto deferente. La secreción de estas glándulas
participa en la producción del esperma, cuyo componente más importante es, por lo visto, la fructosa
utilizada para nutrir a los espermatozoides. Las paredes de las vesículas seminales tienen una capa de
fibra muscular, lo que indica su capacidad de contraerse.
12. Menciona y explica otros mecanismos de regulación hormonal como regulación de la tensión
arterial, producción de leche materna, del calcio
Profesora: Estudiante:
María Gloria González Hamlet Ojeda