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social emergente
Rafa Boix Parreño
2009
Introducción
A. Consejería
C. La integración
Conclusión
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Son muchos y variados los problemas que amenazan a una nación y entre ellos
un largo etc. Pero de todas esas cosas se habla en los informativos. Cada vez que una
comunicación, cuando alguien es asesinado por una banda terrorista, se repite durante
días la misma noticia. Y sin quitarle importancia a cada uno de estos problemas
sociales, me pregunto ¿Por qué la problemática del suicidio está tan censurada? ¿Son
tan pocos los que terminan quitándose la vida a lo largo de un año que no merezca
que no le falta propósito, que no carece de sentido? ¿Qué lleva a las personas a tomar
este paso decisivo sin vuelta atrás? ¿Pueden hallar respuesta en algún lugar donde se les
ofrezca una alternativa lo suficiente prometedora como para querer seguir viviendo?
Estas y algunas otras inquietudes son las que trataremos de responder a lo largo de este
apartado. Es mi propósito mostrar una realidad vigente en nuestra actual sociedad que
por un lado está pasando desapercibida y que por otro lado está gritando a los oídos de
quién pueda oír la voz de la desesperación. Una voz que pide respuestas, que pide
Según podemos ver en estos datos bien podríamos asegurar que este problema
sociológico como es el suicidio, sí que tendría lugar dentro de las situaciones sociales
emergentes en la actualidad.
Pero, ¿Por qué el gobierno trata de acallar estos gritos de ayuda que podemos leer entre
líneas? ¿Por qué parece que al gobierno le es indiferente esta situación tan alarmante?
¿No sería este motivo suficiente para crear una voz de alarma y dedicar tiempo y
recursos a la ayuda de personas con carácter depresivo con inclinación al suicidio?
1
http://www.andalucialiberal.com/20070201-alarma-en-el-numero-de-suicidios-en-espana.html
Más del 70% de las personas que se quitan la vida son hombres, aunque son más las
mujeres que llevan a cabo intentos de suicidio que no terminan en muerte. Respecto a la
edad, cada vez son más jóvenes quienes se suicidan (el 20% son menores de 20 años).
Reclusos encarcelados
2
http://www.netdoctor.es/XML/verArticuloMenu.jsp?XML=000192
3
http://www.vozalmundo.com/profile.php?id=8
Personas con carácter impulsivo y agresivo
Soledad y marginación
Pero dentro de todos estos rasgos de personas con riesgo suicida, ¿Podemos hacer algo?
¿Tiene la iglesia de hoy una respuesta? ¿Pueden hallar respuesta en algún lugar donde
se les ofrezca una alternativa lo suficiente prometedora como para querer seguir
viviendo?
4
Fiedrich Dorsch. Diccionario de Psicología. ED.: Herder (Barcelona 1981) p. 934
III. PROGRAMA DE INTERVENCIÓN
Sin ninguna duda creo firmemente que la iglesia tiene algo que decir a tanta gente que
tras no hallar solución a su problema acaba atentando contra su propia vida. La iglesia
tiene respuestas no solo para estas personas, siendo ellas el mayor interés, sino que
también puede alzar la voz en protesta y en ayuda a este gobierno que ha acallado
consciente o inconscientemente la voz de tanta gente que pide una solución.
Todas estas son ideas generales que de alguna manera nos pueden orientar, pero de
manera más directa hacia la iglesia trataremos de planificar un plan sencillo pero eficaz
para alcanzar este tipo de necesidad.
A. CONSEJERÍA
La consejería eficaz siempre comienza por:
Escuchar: Y lo primero que debemos hacer es tomar siempre en serio una amenaza de
suicidio. Escuchar pacientemente a la persona que necesitará desahogarse, contar toda
su rabia, su dolor. Mostrar siempre atención, importancia genuina a lo que cuenta.
Empatía: Una de las cosas que aborrece el suicida es la hipocresía y la falsedad de este
mundo. No suele encontrar comprensión en nadie y al sentirse incomprendido,
desechado y sólo optan por la decisión más drástica. Debemos mostrar empatía,
verdadero interés en la persona más que en su problema.
Es por eso necesaria la disposición a estar con él y por él en cualquier momento de
crisis. Se ha de mostrar a la persona empatía como dice Josh McDowell: “El poder
principal que uno tiene al tratar con una persona suicida es su relación con él y la
manera como demuestra su interés y preocupación."5
Alentar: Siempre se le debe alentar mostrando a la persona su valor como creación de
Dios y la posibilidad de ser hijo de Dios y que Él haga nuevas todas las cosas. Hay que
impartirle esperanza en las relaciones, en la vida, en cada área para que pueda
despertarse el motivo por el cual vivir y luchar.
Hemos citado anteriormente la siguiente frase del Dr. Fiedrich: “El sentido inconsciente
del suicidio es la expiación de la culpa mediante la muerte.”6
Por lo que podemos aseverar que una de las ayudas más eficaces que la iglesia puede
otorgar a la persona suicida es la seguridad del perdón de Dios por medio de su Hijo
Jesucristo. La consejería personal, haciendo hincapié en la problemática que de manera
continua lleva a la persona a pensar en el suicidio.
5
Josh McDowell. Manual de consejeros jóvenes. ED.: Mundo Hispano (Canada 2000) p.118
6
Fiedrich Dorsch. Diccionario de Psicología. ED.: Herder (Barcelona 1981) p. 934
El Dr. James Dobson referente a la culpa dice lo siguiente: “Pocas emociones humanas
son tan agotadoras y penosas como los sentimientos de culpa y de insatisfacción
personal, cuando el cuchillo de una auto condena intensa hiere la mente consciente
durante el día e impide el sueño por la noche."7
C. LA INTEGRACIÓN
Una de los pasos importantes es la integración. Se le debe animar y no solo animar sino
ayudar a que la persona afectada se integre en otros grupos. Grupos de jóvenes, damas,
matrimonios, dependiendo de su estado civil y social. Se le puede integrar en un grupo
de actividad de la iglesia como puede ser el teatro, la ayuda social, o cualquier otro
departamento que de alguna manera le obligue a estar rodeado de gente y así poder
incentivar el deseo de ser útil.
CONCLUSIÓN
Una persona que manifiesta su deseo de suicidarse o que ya lo ha intentado alguna vez
no es como un toxicómano, o un adicto a la pornografía, ni un alcoholico. No podemos
pasar por alto ningún indicio de suicidio y en ningún momento menospreciar o dudar las
manifestaciones de dolor, rabia o incomprensión que dicha persona puede tener. Un
descuido, el desinterés por nuestra parte, una falta de disposición, pueden ser fatales en
tales personas. Si hoy no hacemos algo, mañana podría ser tarde. Rescatar una vida
pude valer todo el esfuerzo necesario por nuestra parte, y si por alguna razón nos
viéramos indispuestos en algún momento para atenderles sería necesario mantener el
contacto con otra persona cualificada que pudiera suplirnos en el momento adecuado.
Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Juan 10:10
Esta es nuestra labor, presentar y guiar hacia a aquel que puede sanar, libertar y salvar.
7
Dr. James Dobson. Todo sobre la culpa. ED.: CLIE (Terrasa 1976) p. 7
BIBLIOGRAFÍA
1. http://www.andalucialiberal.com/20070201-alarma-en-el-numero-de-suicidios-
en-espana.html
2. http://www.netdoctor.es/XML/verArticuloMenu.jsp?XML=000192
3. http://www.vozalmundo.com/profile.php?id=8
7. Dr. James Dobson. Todo sobre la culpa. ED.: CLIE Terrasa 1976