Sei sulla pagina 1di 16

., ..

: , ·':
- ~
~

."(; l: . 1 t • }'.

Castigo y so(:iedad móderna nos brinda el 'prjmer· recuento completó


• • ' • 1 •
del papel del castigo e,n la sociedad. moderna! A partir de los trabajos
· de c;>urkheim, Foucau)( y otros, nos proporciona una' fasc(nante inter-
pretaci9n de eja ton¡pleja institución sodál, mostrando cómo las
in~\itucion~s penales irteractúan. con las estrategias :de poder, las es-,
tructuras socioeCOnómicas y las sensibilidades culturales. ·
·"Es un estudio muy inteligente, sin duda el mejor escrito hasta aho-
ra sobre un tema, el castigo, cuyo de¡arrollo .debe mucho al autor. Su
· consistente investigación representa una auténtic~ revisión de todo
ese campo de est~dio. SÚ claridad de estilo y de·exposició'n lo convi'er-
te iin una éxcele~te introducción a ese campo par¡¡ Jstudiántes univer-
sitarios. Su calidad académica y su incisiva capa~id~d de'juicio hacen
\:Je.este libro una fuente de referencias para los [niciados;y su síntesis
.teórica final lo convierte en desafío e inspiración para quienes abordan
investigaciones sobre la• materia. Como ·compendio del estado de la
cuestión no es fácil' que :sea superado en l)luchos años." .

. David Garland ~s profesor de derecho en la Universidad de Edimburgo.


En 1991· ~I premio al más distinguido catedrático del Departamen-
to de Crimen, Ley e Infracciones fue 'concedido por la American So-
cjologjcal Association al doctor Garland .en reconocimiento a su obra
Castigo y sociedad moderna. Fue elegido también para el premio so-
bresaliente de la División de Crimen y Delincuencia de la Sociedad pa-
ra el Estudio de Problemas Sociales, de Cincinnati (E.U.).
ÍNDICE

siglo xxl editores, s.a. de c.v.


CERRO OELAGUA 248, ROMERO DE TERREROS, 04310, MEXICO, D.F.

siglo xxi editores, s.a. AGRADECIMIENTOS 11


GUATEMALA 4824, C14258UP, BUENOS AIRES. ARGENTINA

siglo xxl de españa editores, s.a. INTRODUCCIÓN 13


MENÉNDEZ PIDAL 3 BIS. 28036. MADRID, ESPANA
l. LA SOCIOLOGÍA DEL CASTIGO Y EL CASTIGO EN NUESTROS DÍAS 17

2. EL CASTIGO Y LA SOLIDARJDAD SOCIAL: LA OBRA DE ÉMILE DURKHE/M 39

3. EL CASTIGO Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTORIDAD:


UN REPLANTEAMIENTO DE LA PERSPECTNA DE DURKHEIM 66

4. LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL CASTIGO: RUSCHE Y KJRCHHEIMER


Y LA TRADICIÓN MARXISTA 105

5. h CASTIGO COMO IDEOLOGÍA Y MEDIO DE CONTROL DE CLASES:


VARIACIONES SOBRE EL ENFOQUE MARXISTA 137

6. EL CASTIGO Y LAS TECNOLOGÍAS DE PODER: LA OBRA '


DE MICHEL FOUCAULT 160

7, MÁS ALLÁ DE LA PERSPECTIVA DE PODER: CRÍTICA A LA INTERPRETACIÓN


DEL CASTIGO DE FOUCAULT 188
portoda de germOn montalvo

primera edición en español, 1999


8. LA RACIONALIZACIÓN DEL CASTIGO: WEBER Y LA PENALIDAD
segunda reimpresión, 2010 EN LA ÉPOCA MODERNA 209
l\'l siglo xxi editores. s.:1. de c.v.
isbn 978-968-23-2192-4 9. CASTIGO Y CULTURA: FORMAS CULTURALES Y POLÍTICAS PENALES 227
primera edición en inglés, 1990
{', david garland, 1990 1Ü. CASTIGO Y SENSIBILIDAD: UNA GENEALOGÍA DE SANCIONES
thi:; \rnnslaLion or pmiishmeul ami mudem sul·kty uriginally "CIVILIZADAS" 249
rubli~l1ed in english in 1990. is publishcd by arrang..:ment
with oxford university press 11. EL CASTIGO COMO AGENTE CULTURAL: EL PAPEL DE LA PENALIDAD
esta traducción Je cnsligo y socicdnd 111oder1111, publicada
crigimilmente en inglés en 1990, se publica por acuen.lo EN LA CREACIÓN DE LA CULTURA 290
Cl)ll oxford univcrsity prcss
12. EL CASTIGO COMO INSTITUCIÓN SOCIAL 321
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hech1_1 en méxico/printed and made in m..:xirn
BIBLIOGRAFÍA 339
i1.,pr.!50 en impresora publimex, s.a. de c.v.
c::ilz. san lorenzo 279•32 ÍNDICE ANALfTICO 351
col. estrella iztapalapa

[7)
38 LA SOCIOLOGÍA DEL CASTIGO Y EL CASTIGO EN NUESTROS DÍAS

Debo señalar un último punto antes de emprender este proyecto. Gran


parte de la sociología del castigo actúa como si los problemas clave siem-
pre involucraran los determinantes históricos y sociales del castigo/ pre-
guntándose cómo moldean las disposiciones penales su contexto histórico
y social. Me parece que esto no aborda el problema de manera íntegra. En
r
1
2. EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
LA OBRA DE ÉlvIILE DURKJJEIM

este libro trataré de subrayar cómo el entorno social determina la penali-


dad y viceversa. Las sanciones o instituciones penales no son simplemente
1
variables dependientes al final de alguna línea limitada de causación social.
Al igual que las instituciones sociales, el castigo interactúa con su ambien-
! El legado de Émile Durkheim a la sociología del castigo es ambiguo. Por
una parte Durkheim hizo más que ningún otro autor para desarrollar una
1

te, formando parte de la configuración de elementos que abarca el mundo 1 historia del castigo desde el punto de vista sociológico y subrayar la im-
social. Todos los trabajos sociológicos clásicos -desde Durkheim hasta portancia social de las instituciones penales. Por otra, muchas de sus in-
Foucault- son muy claros a este respecto, y dicha dialéctica deberá seña- terpretaciones son un tanto parciales en aspectos importantes y, al menos
larse a Jo largo del trabajo. Ésta es una de las razones del valor potencial recientemente, han sido desplazadas por versiones más críticas de los fe-
del estudio sociológico del castigo. Nos dice cómo reaccionamos ante las nómenos. En este capítulo y el siguiente mi intención es revisar el legado
personas que no se apegan al orden legal y arite las amenazas al orden so- durkheimiano y mostrar que, aun con sus fallas, ofrece importantes pun-
cial, aunque también -lo que resulta de gran importancia- nos revela al- tos de vista. Considero que a pesar de las limitaciones teóricas de Durk-
gunas maneras como se construye el orden personal y social. heim y del vocabulario conceptual en que se expresa, su trabajo abre pers-
pectivas y señala vínculos que nos ayudan a entender los fundamentos del
castigo y algunas de sus funciones y significados sociales. Por consiguien-
te, mis comentarios sobre el trabajo de Durkheim no pretenden ser un fin
en sí sino un primer paso hacia la construcción de un marco más adecua-
do para aproximarse al análisis de la penalidad.

INTRODUCCIÓN A LA SOCIOLOGIA DE DURKHEIM

Más que cualquier otro teórico social, Durkheim consideró el castigo como
el objeto central del análisis sociológico y Je asignó un lugar privilegiado en
su marco teórico, al cual volvía una y otra vez conforme avanzaba su tra-
bajo. Esta preocupación analítica por el castigo se debió a que lo conside-
raba una institución relacionada con el corazón mismo de la sociedad.~
sanción penal representa),ª_un ejernplo_tangibk del funcionamiento de la
"Cüncienc·fa cÜl_~-~-ii~~,, e11_ un grÓce~o que expr.esabay~regeneii&;~·os·~-;1~:
res·ae la-sÓciedad. Al analizar las formas y funciones del castigÓ,-el--;;~ció-
logo obtenía una- perspectiva sistemática del núcleo de la vida moral alre-
dedor del cual se conforman la comunidad y la solidaridad social. l:Q!:__
~<.?_11~~guien!~• _Dur:~heim afirm_a1:>a. ha~_~r. ~nco_ntr_a_d9_L~!l-J.O.$ prop;so.s y ri_~
t_u_akfde_la penalidad, la clave para el análisis de la sodedad m_isma.
Durkheim, por supuesto, tenía una noción muy específica de la-sociedad
y seguía una línea particular de investigación sociológica . .w,..pi:eU<;_u¡,aba
J2Q_I"e todo~cubrldos.origenes.1:kla_solidaridad J;Od~l que'. ¡,arn_é_l,e1in
las condiciones fundamentales de la vida colectiva y la cohesión social. Con'.
----•-,•-••-~·------•-L••••-,---.. -· ·•• • ,. - - , - - - • - - - •--•• ---•-.--•-

[39]
40
EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
( EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL 41

sideraba que la sociedad y sus patrones de interacción mutua sólo pueden


funcionar si existe primero un marco compartido de significados y morali-
[ los orígenes de la solidaridad en las sociedades modernas que, debido al in-
aividu~~~-~-~~ ~~1:1~ ~~~~~!?l.~~=~~ ."':.~pe~é_i_~l~~.a_d?11: de_" l_a~-~ fy~új_iones-sociales -y- a
dades, sin el cnal es imposible concebir la vida social, ya que incluso los in- Ja1lism1nttGIQ_n ª_eJª__ fe. r(;!_l!gj<?,?i:'t tJI!iyersal, .parecían ..c_onstH.úfr__ iiliiri1..lJ;idO
tercambios más elementales entre individuos requieren una serie de normas sjn_ categoría,~ \:_Q_mpa~iid~~~ Su interpretación de esta situación mod~;n-a_
consensuales. Estas normas sociales y "representaciones colectivas" no son r difería profundamente de la de los conservadores sociales, quienes, teme-
fortuitas ni autodeterminantes 1 sino más bien un aspecto de las formas de rosos de que la sociedad estuviera destinada a desmembrarse por el choque.
organización e interacción social que existen en un momento determinado. de intereses individuales, abogaban por el regreso de las formas tradicio-
Como menciona Durkheim en cierto punto, "la moral de cada pueblo está nales de moralidad y de fe religiosa. Po_rqtra_parte, también se oponía a la
en relación directa con la estructura del pueblo que la practica" . 1 v!_~ión 1~tq~_ miliJm::ls.tas_socJales _~c_oµ10 __ Herbeif. SpéíiC_er_-·:~:ae quJ~ñ-e~ ·ál"-
La cultura y la ética de cualquier sociedad están por ende sustentadas en gymen taban que-la sociec!ad moderna podfa sobrevivir sin necesidad de
1 una moraHda_g ~olectiva, ya q11eJa búsqueda· Him_ita<:la _de los intereses in-
una organización social particular que forma un todo social funcional. Al
mismo tiempo, los patrones que surgen de la interacción social dan origen
a la clasificación compartida de todos los involucrados, de forma que las
¡
¡
-éffviduales generarla-eYbienestar y la estabilidad colectivos: Adif~rencia dé
eJJAs_9p_iji(CtrifS-;T5lll~FieiJ!l afifma_b_ft- que·: J_~ ,:so~iedad r_eque1ia- ~;n -ITúi"l·C_ü
categorías de conciencia e inconciencia se constiuyen de manera acorde moral, pero que su foima -y contenido debían ;-efl.ejai: las condiciones vi:
con la realidad de la vida del grupo. Estas categorías, a su vez, forman el gentes de la organización social. Aseguraba que la división del trabajo ha-
marco colectivo dentro del cual existe la vida social de modo rutinario, y bía dado origen a una moralidad moderna bastante conveniente, centrada
en el cual los individuos se vinculan entre sí y con la sociedad de manera en el culto al individuo y a un conjunto de valores tales como libertad, ra-
cohesiva. Conforme a la noción de Durkheim, las sociedades tienen formas cionalidad y tolerancia. Estos conceptos morales surgieron paralelamente
materiales de vida que son comprendidas, sancionadas y santificadas por a la restructuración de la sociedad propiciada por la industrialización 1 la
las categorí1s culturales a las que dan origen. Los aspectos morales '---'o especialización y la secularización, y ya estaban •representados en el pen-
mentales- y sociales -o materiales- de la vida del g1upo se consideran samiento y la acción de los individuos. En efecto la sociedad moderna co-
1

mutuamente condicionantes y constituyentes y, en circunstancias norma- menzaba a producir la moralidad que necesitaba, aunque no lo hacía de
les, funcionan en conjunto como dimensiones diferentes de un todo social manera consciente, por lo que se necesitarían otros avances morales antes
cohesivo. de que las nuevas condiciones de la vida social se reflejaran plenamente en
Esta noción distintiva es la que convierte el trabajo de Durkheim a la vez el ámbito de la ética social y tuvieran significado en él. 2 El papel dejª--s_c,_-
en una ciencia social y en una "ciencia de la ética". Su sociología se preo- ciología era, c_~nK<?rfl1~_,a, la __visión de- Dur_kh,eim,. prod_ucir _esta autocon-
cupa, sobre todo, por los vínculos morales distintivos que para él constitu- c~~n~i-~ .!E?d~_aja: idei:tiBca:r la~_ formas ~~ mqralic;l_ad _que propiciaba la sqde_-
yen los verdaderos aspectos sociales de la vida humana. Su objeto funda- dad moderna y facilitar suplen!) desan-ollo._l".o_r consig:uiente, su tarea era
mental de análisis es la relación entre las moralidades sociales y sus identificar los orígenes de la salud social-y mostrar las _a-cCfo-lle"s"Ileces"al'ias
condiciones de existencia, lo que sustenta su enfoque "holístico" de la so- par8: promover el ~nd_o_n_ami~nto óptimo del organismo socí~L-
ciedad y su preocupación por comprender los aspectos de la vida social en Su visión de la sociedad, incluida la sociedad moderna, se centra en
términos de su significado funcional para el todo social. Por último, esta esta noción del orden moral y en su papel vital para la vida social. Le pre-
n~ción de lo moral y lo social como dos caras de la misma moneda le per- ocupa mostrar-cómo funciona este orden moral para conformar a los in-
mite a Durkheim tomar una práctica social particular -como el castigo- dividuos y sus relaciones, cómo forma un centro simbólico en torno al
y verla como un fenómeno moral que opera dentro de los circuitos de la cual se generan las solidaridades, y cómo se autotrasforma de acuerdo
vida moral, a la vez que cumple con funciones sociales y penales de carác- con el desarrollo de la división social del trabajo y las condiciones mate-
ter más mundano. riales de la vida del gmpo. Sin embargo, la nodón ..de_ un o_rden moral es
Dentro de ese conocimiento. g~!.]._eral de la s9..~ª--d_,Ja.px.e.ocup.acill.n.Jg;is u~_ §t_l]~~r_~c.:~_!ón: un término genérico _para_ d;signar una ~~ÍÍit~~(d~)~-
específica de Durkheim era entfndei-las formas variables de la solidaric\ad tuiciones y- categorías específicas compartidas po¡ ioS ñiieffibfOS de-·t1~a
c_il~é-suriían~ c_ürifürl)1~ las Sociedades eyQhidonábaíi y-s\TeSfniCiurabá§ica comuhTdatt' Se'"frata·de· ün "hed~ó _'so'cia1" que no J)ué~ae·_Obseryái·se-direc~ -
y qr·gani_za~_i_ó~ _cof!lt:nz~_Q8:µ -~ ~an:ib.iar. Í;;.n_pa·1~ticülaí- trataba·d~~~ii:t~D-der ta"iñ"ellté-iii -ser· Objeto de -un es~udi_o c~eñtífiCo. Eil- consecuencia, b~rk- -

1 2 Véase É. Durkheim, La división del trabajo socinl, 1997.


É. Durkheim, La educnción moral, p. 100.
42 EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL 43

heim se vio obligado a anªJ!.!}!U~ e:~t~ . E:?t_idad moral _de maner_aj~~c!a, explícita-, una inter¡,re_tación evolutiva de la historia del derecho penal.
por refm.,,-ñcfaa-01Tos nechos sociales mástatrgi15les ·c¡tf<rllev]ll>an su sello '.Esnmros-histófiCOS. Su·hsecueiites· fflO~h-arOri· que· su··histonape-nai-sttfu;_----:
jestaOán-iniíyvillculadOSC9ri:.~Há :·En- suStr"áDa]OS -pos-fériores,·)'~s- dameñí,teu·datos~~;;0>·¡,c1ecúaaos y confusos: ypiisen_ta. tin P".trón de.Je:.
pecto a 'SOCiedacles~·máS-SIIllples, Durkheim se ocuparía de los ritos reli- Sari~ólló ·que:_~en ·Ciei-tos_ asp_ectos,__ r_~~~lta francam~_:p.t_e J1_1_~9~tenible.furul-
giosos y clasificaciones primitivas como un medio para estudiar la soli- tim.o; la versi611~g\ie~c!a))t1r_k)1~ii_ndel castigQ parece apegarse.más, por lo
11
daridad por medio de sus formas de expresión. Sin embargo, el "símbolo f(lerlos-a _pt:iDJ.er_a _vista, a_ la_s s_ociedades p_rimitivas". Grari !}arte del mate-
yisibl< qt1e adoptó en primera instancia y que encontró_m<isuul para fiál SObre dellcia peñitéllciaria qlle utiliza está toIIl~do de sociedades anti-
analizar la soéiedád_ moderna fue el de la ley y,en particula1:··err1pcrüe guas o pequeñas -habla de aborígenes, de las leyes de Manou, de los anti-
"'SarzcioneS ·qúe· pr~~;uponía: cada siste~a __legal. 3 ----~------------------ guos hebreos-y su caracterización de los procesos penales parece basárse
. En su obra clásica La división del trabajo social, así como en ensayos y en este mundo premoderno. Por ende, descf!be _el cas_tigo como un fenó-
conferencias posteriores, Durkheim considera el castigo como la represen- meno grypal.d.e_gran intensidad, supuestameíúe- imj:,úlsado p.or fuerzas
tación directa del orden moral de la sociedad y un ejemplo de cómo este or- ilTac_iOilales y __emoti'va_s que anasfran a loS miembros de una socie_clad__d~-
den se representa y sostiene. Nos..12,resenta una descripción detallada del bidO_-a'ü"ñ.a,_a_frenta· n1'ofal. DeSc_ri.be sus_ju_ido_s e.orno ri_t_uales cereffionla_leS'
fu.nEior1a¡nientoy sign_ifj_cado _moral d~l_ca_sÜgo (tanto en La divisióñael tra- de carácter- incólífúndible~ente r~Íigioso, rea.li~~d~s ¡,~;~ -reañrrri~rJ:.i~~:
_b,ajosgp(al COIT).O en La educaciór, mornD,.as(cr;,riio urialargá'd'ísertación lidaridá,f cle'grujió' y restaurar el sagrado orden moral violado por el cri-
§obxe.su.evo!t1~iór1 histórica y su relaci_ón con la e~olución-dé1óstÍposso- ininai. Porctistantes que resulten estas escenas' para el léctor ñiódérno: -pa-
c!~les (en "The two la\vs -ºf_-peiiii) _e.vqlutiÜn relaciOnáilao-en-rócioÍno-
11
),- recen referirse más a otro mundo -quizás a un mundo "antropológico"
mento.Jos heclios-del~lstema penal.conJp,¡_c:Q_rnJJOnentes·esencialés'Ylos primitivo- que a la realidad de la práctica penal actual. F_rente a la.JIQ'l;,
P!'q<;:_~sos de la vida social. De esta manera, Durkheiín Proporciona uñapro- ri~ncia mundana de nuestras muy\ utilitarias_,_ muy burocrática.s,rmiy pro-
fundá clescripción sociológica del castigo como una especie de deriváción feSiOllalliaaas·y"'éi( éXfremo -piofallas instíiuciones abhcádas· arcastigo;·la
de su interés por justificar y elaborar una teoría social de carácter general. visloJ:1 de Durkheirrí'podrfa parecer totalmente inadecuada:
Aún más, se trata de una descripción sobresaliente por diversos motivos, ¡ ·-nehidO--a faS 'allforiores consideracióneS, la fnterprétaciün durkheimiana
uno de los más importantes que atribuyó al castigo una seriedad moral e
importancia funcional que superan con mucho su contribución como me-
¡ del castigo es bien conocida, aunque poco utilizada. Y, al igual que todas
las teorías que sobreviven en los libros de texto, más que en.la investigación
dio para controlar el crimen. y en la discusión serias, esta importante interpretación ha sido más y más
Esta noción durkheimiana del castigo, por lo menos en su forma más 1 expurgada conforme pasa el tiempo. La amplia discusión sobre el trabajo
sencilla, es bien conocida en la bibliografía sociológica y penitenciarista. de Durkheim que presentaré aquí es un intento de recuperar las sutilezas y
No obstante, rara vez se la considera con seriedad como un medio para in- 1 perspectivas de su teoría del castigo y presentarlas de manera relevante
terpretar las formas de castigo en la sociedad moderna, por diversos moti-
¡ para comprender el presente. Como se sugiere en el capítulo anterior, mi
[
vos. En primera instancia, es claro que Durkheim basa su descripción del ¡ exploración de la teoría durkheimiana del castigo supondrá que no está en-
castigo en su teoría social general y, en muchos sentidos, depende de ella. l teramente determinada por su teoría social general, de manera que algu-
Actualmente se considera que esta teoría general presenta problemas serios r nos aspectos de la primera sobrevivirán a las críticas dirigidas a la segun-
en. aspectos clave y, debido a la insatisfacción con este marco, muchos re-
chazan su enfoque respecto al estudio del castigo. 4 En segundo término 1 el
-ªnálisi_s de Durkh~im_i_rr.iplJc_a_ ~y_ t?n __ci~rto mome~o _presenta -~e -~.ane?a'
l da. Mi argumento es que las interrogantes de Durkheim sobre la base
moral del derecho genal; efin~oJ;_,cramiérito dé losespeéfií.<iofos
ceso perial; los significados simbóHcos de los rHuales j,enal,iy.!~rel~<;:i,?!1
e~ ¿¡:prP.-
3 Véase Durkheim, La división del trabajo social, p. 73. Afirma que las sanciones penales ca-
l de iiS-iiiStifuéiOrieS J)eilales-C_on el sentimiento- pCtbliro, ,son .clign_as__ d_~J~
mayor atél1ció11,. aun cuándo las respuestas que él sugier~ _no r_esulte11 C()n-
racterísticas de un "sistema legal represivo" son una manifestación de una conciencia colecti- yiJ:1c;,11Je,;., Asímisino suporn:!_r_é ,J.lJe la teoría de Durkheim. es fundamentar
va fueiie y de una solidaridad mecánica, Las sanciones no penales de la legislación "restituti-
va" indican, por otro lado, la solidaridad orgánica asociada con el desarrollo de la división del
mente un¡1ctescripéiórí. cieTos motivos ,Ja's· funelolleú fos.sfgríi.[9_~42.S: _liga-
trabajo. dos --~l castigo_leg~l,
, ---
_,
más
. .
que una descripción de su desarrollo histórico. Por
---· ---·-------..
4
Véase, por ejemplo, mi artículo "Durkheim's theory of punishment: A critique", en D. Gar- ello es perfectamente__ p__Q~iRk_~~E.!!~~~~ -~~__ y_e!~~<_?~ __!?.i~Qric~ m_anteniendo
land Y P. Young (comps.), The power to punish, 1983, en el que rechazo el marco durkheimia- los aspectos importaµtes de su _t~p:r,ía. Por último, enfoca_r~_y_ ev~~}-1.a.:J::?_@.ii:i:-..
no, si bien subrayo algurios aspectos positivos de su trabajo. ~~.t~a~-~'?_1:__?_~~~st1_g~i~~~Opüést~ por-Diifkli'éíITi-lló ·coñlo uná.historia de
EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
44 EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL 45

"érase una ve!,~' sino_co_pi.o, 11n,a.forma de:_~_Q_f!l_pten_Q~:_-~J_s_as_tjgo hoy en día, tarios (por ejemplo, sobre la naturaleza de lo sagrado, de las prácticas
en ¿~;~~~~~~~~~!~~:azones poderosas para dudar de la relevancia in-
rituales, de las representaciones colectivas) muy esclarecedores y con-
gruentes con los elementos fundamentales de su descripción del castigo.
mediata de la interpretación de Durkheim. Vivimos en u~ ambiente de pro- Cuando me parezcan de utilidad, recu1Tiré a estos textos para explicar 0
funda división del trabajo y en un orden moral controverlldo donde el ntual ampliar la noción inicial de Durkheim.
público colectivo ya no ocupa un lugar importante._!,a "sociedad" ya nocas-
tiga -si es que alguna vez lo hizo_,::-,.sino_q~e._del~~"-"-" fu!1"!9I)_m,un,apa-
rafües(atalj_eli)_nsfü\ic;ioñese_spe~ializa_das_,al!!'--'.'1.Jl".Ild"_]~-~99fQ~S
act()s_ erñütivo:5 de ve11:g<:1nza s~ volv1eJQ!!_tª!?-~_h_ace mucho t1emp_:> -por o
la
'm~;,;s 'en co;,ducta gfü,ial-, y fueron despbzác!Ospffeloqüe'¡)arccen ser
LA TEOIÚA DEL CASTIGO EN LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SOCIAL

·p~:oceS-~~-{-~~~9~~je_~-~~ .contro_l ,de la _d~_U_n~u~:1:ciª: No obsfunre;-·estas---dis- La división del trabajo social es la obra maestra de Durkheim en el sentido
: ~ d á s constitu¿'_~-~~~~~-t~ p~ra, __I_? -~!1~erJ)r:':ta~1?~~"J11~s_ 9~~-~~-~ refu:a- ¿rigiñaícté'1apalál:lra:Es el primer texto que define los problemas funda-
ción· muestran el trabajo que, en térr,n~no~ __q_eJ~ tg_qnª'--º-~--12º!:~~Im, aun mentales que conforman el trabajo de toda su vida y que proporciona las
Jll~or'liacer·i,a§§pt'ender su. campo ge_a¡:,gcacLón. Durkheim _tenía herramientas intelectuales para su análisis. En -~l Ja pre()~!:1P~~9"n.J.;_~n1~-ª.l
muy claras las diferencias entre sociedades simples y avanzadas. dedicó la es la naturaleza vaifablede la moralidad y la solidaridad social, y empren-
vida entera a trabajar y comprender estos cambios. Y, plenamente cons- de--su a~plio·~~ál_isftdeCéaStigo ~~~º un medió' para :esc1arecer estepro-
ciente de estas diferencias, insistió en que su interpretación del castigo se bÍema-;¡ás ampiio. . ·• .. · · · ·· ·· -- --- -
adecuaba tanto a las sociedades modernas como a las primitivas/ ya que, ,, . U!J.rkhefrri ···cóllsidera el castigo como una institución social .que es, en
pese a la apariencia del castigo en la era moderna y al margen de la~ inten-
pri_II}~L~ y__ ~ltim.P,,in$_t~n.Cüú~!-~-~ asu_nto_de moi-ál~ªª~.X ~~!~9o'~~!~~.~- socfales.
ciones contrarias de •quienes lo administran, las características elementales L;;; fu,,'itéslazos de solidaridaéfmorál sonlá éonélidóri que próvocael'cas'.
que identificó en las sociedades primitivas siguen sost_eniendo nuestra~pr~~- ÍÍgoy,-¡¡ su vez, éste- es d i'esulfüdo de la reifirITiac0:ñ'y ~el_I'efo_r:_am~
tica, dándole su verdadero significado. Durkheim afirma que se esta d1n- cTeeSOSmís1nosvrnclll6s· Sociales. Desde luego, Durkheim es consciente de
giendo a nosotros y a nuestra sociedad si bien, al igual que su contemporá- q~~ -~~tOS'°aºSP"éCt~~iño·ráfes no- sün lo más importánte en nuestra experien-
neo Sign1und Freud, tiene muy claro que nos opondremos a sus propuestas cia social del sistema penaL Al igual que la mayorfa de las _instHuciones, el
~
porque nos resultan extrañas. .
En las páginas siguientes expondré pnmero la leona del casllgo, tal
.
l castigo__ suele entenderse en _téririinos de ·su tarea mundana e illstiumental:
a
controlar el crimen.1· haCer ci1mplir la ley, recluir los frifractores, etc._ Si_n
como la desarrolla Durkheim, para detallar después los temas y elementos embárgo, <onsidera.que. la mayor parte de la morálidad social es rio verb_al,
individuales que componen esta descripción general. En la primera sec- 1 latente· asumida. De hecho, una característica de la sociedad moderna es
ción1 de carácter expositivo, intentaré hacer una paráfrasis del trabajo de
Durkheim cuidando de apegarme a los textos e intentando reconstruir su
1 qu~i~d Ví~C{i'ióS morales que atan a los individuos están representados en
significad~. El capítulo siguiente tendrá un caráct~r. 1;1ucho más e_xplor~- ' actos tales como contratos, intercambios o interdependencias que, superfi-
cialmente, parecen no ser otra cosa que asuntos de interés personal racio-
torio y se concentrará en las interrogantes y los anahs1s de Durkhe1m, uti- nal. Su análisis del castigo -al igual que su análisis de la división del tra-
lizando el trabajo de otros teóricos, así como material contemporáneo so- 1 bajo- es por ende un intento deliberado y contraintuitivo de esclarecer
bre el castigo, para explorar su validez y relevancia actuales. . estas moralidades sumergidas y dilucidar el significado moral del castigo y
El castigo se comenta en divers_os. pup~q~--~e _l?__ ?br~- de Durkhe1mraun- las funciones sociales moralizantes. Tal como he~9-~~~f~!~, J~ PL~9.9.1JPª~i.Q~
que~;;i tre;tros·texto~ }?iP?riantes que exponen su ~_e_oría ª fo~d<?~-~-1j~i- de Durkheim al señalar el contenido~ffio_ral d_e la acción instrume11t~ll.J~r~
sión deltl'abajosoéia-1 (\895), "Twol,a~vi of pen,ile_v9lutioI1",(1902)y_~~- cfei:if--Uiia-mayo·r· con_der:ida _de esta_rnoralidad -con el j;fropóSito_ de preser-
~dra·uii1versitaria que confoi-ma La ed,1ca_ción ,nora] (1J02,19QJ.). Si bie'.' varla -y-desarrÜlla[la mejor. Le pares;ía una tarea_ parti_cul~r~~nte ur_g~i::!e
cadauno-de-estos-textos aborda el problema desde un ángulo un poco di- en el ámbi1:o'penal, :ya que muchos. penitenciaristas de _principios de siglo
ferente y desarrolla y afina en cierta medida la teoría, los elementos esen- se _emp~fiab~n ell_ eliminar cualqu.ier rasgo de censura m~Jral del dereclio~
ciales que subyacen en la teoría del castigo son cong1uentes e invariables penal Yen atribuirle un carácter puramef!te técnic?_ COJ!1O una forma de
en todos. Incluso varios de sus otros textos -en especial Las formas ele- tratamiento .y.rehabilitación. . .. ·
mentales de la vida religiosa y Primitive classifications- contienen comen- · -¿De q~é manera, entonces, podemos comprender el castigo como una
46 EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
47

forma moral de acción social? ¿En qué sentido estricto es el castigo la cau- QP~E~-~~-~,~~g~!) 5-l_(! Jg_~_ ~~gt!1:.1i~E:~Os colect!~q~L 12~gª!l_c!Q a_~L~J-~LD,~ylo ab.
sa y también el efecto de la solidaridad social? Durkheim inicia la discusión solu~_que plantea entre el castigo:r,,gary"la moraHdad colectiva. Sin'eñ,:
del castigo con un análisis de los delitos en contra de los cuales se utiliza bargo, resuelve esta dff:iculíalfcon ei'argÜmellto c!C qu-;;élEsTi,does, de he-
11
el castigo. Lo_s d~lt_tq~, s.eñal_a, no son categorías "dadas o "naturales" a las cho, el guardián de los sentimientos colectivos y "su primera· y principal
q_ue l<:1s SQi{?_rliµ~~--- 9en Una -respúesta--set'.í~_!lfü~=~~rc?~te~i-~~n~arñ5Iacoñ- función es hacer respetar las creencias, las tradiciones, las prácticas colec-
forme allugar y la época,y es producto ele las nori:nas·y conveiiéiQITesso· tivas, es decir/ defender la conciencia común contra todos ·_los enemigos de
cia1eS~~Aún, "rr{ás, ]-;;i_de1It0s~ñ0--Son_sJ~ITIPI~-ni_en-Jo_dg§_p_g_1ieS eqiifvafelltes . dentro y de fuera//. 8 Por consiguiente, el Estado se concibe '..como una espe-
~a_-_-ªdos nocivos_pa.r:í;l._lª sociedad __ ni co11trari_o_s aJ jg~~rés_ públicg.: No son, cie de sacerdocio secular encargado de proteger los villores sagrados
pu;~~Pl·ohibicion~s-~C.UYO~pr-OpóSffO~é:Llii .defe.nSiii~1?Jiil .d.e..la-w- y mantener la fe. Se convierte "en símbolo, en expresión \riviente" de las
..,;1eaai!:Durl21ªm.afirm'Lq\ll'JQs..deli!Q§_fOn aquell(?S_ act_Q¡;__gµe..'lio1ª.!lie.· creencias colectivas dé la sociedad¡ en "la encarnación del t~po colectivo",
riª!_Ilentela concie!lci<l_ colectiva.\1~.~-:~:-~-~}é~11'8.ta de una violación al de manera que las ofensas en contra de sus poderes se consideran ofensas
códigQ__ rpg_ral básico que la socieda_d consicte_ra sagrai.l.o,_por lo cu,iJ..E_myg. contra la propia conciencia colectiva. 9 \
ca·¡;¡ castigol'5e_l.5jgif_a:C:0eios actos delictivos violan las ñormas sagradas Cabría preguntamos, sin embargo, por qué las violacione~, a los senti-
~d~Iª~~~i§i~~cia _co_lectiva~ pªfO_dUCen-una· i-eaC~J~:riJLliiiifü!.a:-c-üantlosevio- mientos colectivos siempre deben tener una respuesta punitivJ,. ¿Qué pro-
lan reglas 'SOC1a1e·s...de~ñaf_U:ra1e-za ~ men.os···ffüídamental los infracto~: voca que los delitos se castiguen, en vez de que sean tratados de ~lguna otra
cíi~~s~ei:_sáñéi¿;.;~dos con otras medidas; piir·~;,ri,plo~por medio de leyes manera? Al dar este paso en el argumento, Durkheim proporcioha un aná-
restitutivas y sanciones regulatorias. No obstante, los delitos son, de hecho, lisis complejo e intrigante que toca la naturaleza de las cosas s~gradas, la
escándalos m()rales qtJJ!_:~conmocfo!lan" a_las"é::o_nci"éñC1aS-fap~_.Q-ª11.ill- psicología del escándalo moral y los mecanismos de tipo psicológico y social
g~r-~ta-·_ eXfg;;¿Ja d_el cas_tiqo,. _má~º citii)- ~t)fü_Cll!1~[}Qi:iñi:JU_e1l0r. de~- que fonfieren fuerza y autoridad a las convenciones sociales./Del:Jeríamos
ción sociªl. 6 tener cuidado entonces de comprender precisamente lo que,dice. El punto
~asta aho_i:ª_I)u_rk]i"i_IJ1_ha_afirmado.quela-relación.cQn las_<:cosas sagra- de partida de su análisis es la insistencia en que por lo meÍios algunas le•
da~y los valores fundamentales es lo qu_e.Ql;Qrg,La] crirnen su profündo sig- gislaciones en materia penal tienen el estatus no sólo de convenciones o
pificado Ill_ü1-:a1_;·_y·por·1o·q~~:iici~Úi~-~n.~_ r_e_~pµ_~_s_¿;_pg_D_ltb,i.".Y~Ilaaetar- normas sino de prohibiciones sagradas que exigén la aceptación amplia:
R\IEieitp JOñ tW.P5?rt~n!~:..
'ün_ª-il!ijtg_·: ~L !?_le~ _.h!.. ~~yqrfª _de los_ diJ~ son "lo que constituye la naturaleza propia del derecho pernil es la autoridad
Y~?laCioñes·rec_OilOCidas de v_alo_re-~ !ll?ral~s .ª_preciados, tªIIlbiéfi"hay c i ~ extraordinaria de las reglas que sancionan" . 10 De acuerdo con Durkheim,
t.iP~O:cte.aG.tOS deliCfiVóS\ille laªS -"éOllcien-Cfa-S Salla"S" ñó ·nec'esai'ia:meiítecon- la violación de los valores sagrados siempre genera una respuesta violenta.
;59~r:él~ _como un~ a~ellTa, ·y Sfii~effi~jª[~ se__<;Q!!§!c;lJ~P!D.-ª~irnisffiQ_~nmina• El acto criminal viola sentimientos y emociones profundamente arraigados
les ... Estos delifoiúfri!1 gieii"s;iiC<fü.~ci:i..fürn. clel.füt~c!o._q11e, w;~gµr:a, _''s~ás en la mayoría de los miembros de una sociedad -escandaliza sus con-
sevei::a_D1ente repriin_idos qu_e _fuer:1~me_nte _r_E:_chªzado.s~P-ºX l~1.__9p_inión". 7 La ciencias sanas-, y esta violación provoca una fuerte reacción psicológica in-
existencia- de--estoS éle1ffos ·pat•ece suscitar problemas Para ·1a-·teoría de cluso en los que no están directamente involucrados. Produce una sensa-
Durkheim, ya que sugiere que no todos son violaciones a la conciencia co- 1 ción de violencia, furia, indignación, y un deseo intenso de venganza.
lectiva. Como señala, defin_ir sewejante con_ducta como criminal_y sujeta al Por ello el derecho penal se basa, por lo menos en parte, en una reacción
i;¡¡/;tigo poclrfa·¡;ensatse~éO:mo tm.act~ de .pÓdeÍ: . - •. por·. .. parte·
-,. ___ dél
.... gooiemo, que emocional compartida causada por la profanación de las cosas sagradas.
5
·--< ---'~·--··· -~~

Durkheim define '1a conciencia colectiva o común" como "el conjunto de las creencias y
..--~---..c._.
t Pese a la importancia de este punto en la teoría de Durkheim, su descrip-
de los sentimientos comunes al término medio de los miembros de una misma sociedad [que]
ción psicológica de dichas reacciones es bastante superficial. Subraya que
constituye un sistema dete1minado que tiene su vida propia"; La división del trabajo social, p. nuestro compromiso con estos valores colectivos tiene el carácter de un
89. Para un comentario véanse S. Lukes, Émile Durkheim: His life and work, 1973, pp. 4-6, así apego religioso profundo. Están "fuertemente grabados" en nuestra con-
11
como S. Lukes y A. Scull (comps.), Durkheim and the law, 1983, introducción. ciencia, son "apreciados y "profundamente sentidos". Ocupan una posi-
6
Durkheim, La división del trabajo social, p. 82. Aquí Durkheim simplemente asume la ción profunda en nuestra organización anímica y por ello nos resultan fun-
existencia de actos delictivos como una característica de la sociedad. En su libro Las reglas del
método sociológico afirma que los actos que rompen con las normas sociales serán necesaria-
mente una característica de cualquier sociedad. Éste es el famoso argumento de que la "de- 8 /bid., p. 94.
lincuencia es normal", que nos vincula con el que se desarrolla aquí. 9 Jdem,
7
Durkheirn, La división del trabajo social, p. 92. 1¡; 10
lbid., p. 152.
EL CASTIGO ,Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARJDAD SOCIAL 49
48

damentales. A diferencia de las ideas abstractas, a las que nos apegamos que sigue manifestando una fuerte preocupación por la denuncia del pú-
sólo de manera superficial y en las que toleramos la contradicción, estos blico.16 Tal vez los modernos sistemas penales intenten lograr objetivos uti-
sentimientos morales de carácter más profundo tienen una fuerza e im- litarios y se comporten de manera racional y no emotiva, pero en un nivel
pqrtancia que no soportan el desacuerdo: " ... cuando se trata de una creen- subyacente persiste la venganza como pasión motivadora que dirige el cas-
cia que nos es querida, no permitimos, o no podemos permitir, que se pon- tigo y le da fuerza. De acuerdo, con Durkheim, "la naturaleza del castigo no
ga impunemente mano en ella. Toda ofensa dirigida contra la misma ha cambiado en lo esencial". Unicamente puede decirse que
suscita una reacción emocional, más o menos violenta, que se vuelve con-
tra el ofensor." 11 La venganza está mejor dirigida hoy que antes. El espfdtu de previsión que se ha des-
Los delitos son ofensas en contra del orden moral sagrado de la socie- pertado no deja ya el campo tan libre a Ja acción ciega de Ja pasión; la contiene den-
dad, lo que a su vez corresponde a sentimientos profundos de cada uno de tro de cie1ios límites, se opone a las violencias absurdas, a los estragos sin razón de
sus miembros. Por ende, los delitos son una violación a la moralidad social ser. Más instruidas, se derrama menos al azar; ya no se la ve, aun cuando sea para
y una afrenta personal en contra de cualquier individuo "sano". El resulta- satisfacerse, volverse contra los inocentes. Pero sigue formando, sin embargo, el
do es una reacción apasionada y hostil de parte del público, que exige alma de la pena. 17
el castigo para el infractor. Para Durkheim, pues, la "pasión constituye el
alma de la pena", y la venganza la motivación primordial que subyace en Por consiguiente/ tanto para las sociedades modernas como para las pri-
los actos punitivos, 12 mitivas, Durkheim presenta una poderosa y precisa interpretación del cas-
Con el propósito de materializar esta posición, Durkheim se aboca a los tigo. Considerar el castigo como un instrumento calculado para el control
sistemas penales vigentes en diversas sociedades y muestra cómo se ma- racional de la conducta es no percatarse de su carácter esencial, confundir
nifiestan dichas pasiones vengativas. Afirma que las sociedades menos la forma superficial con el verdadero contenido. La esencia del castigo no
refinadas muestran esta caracterí~tica con bastante claridad, ya que· " ... cas- es la raciori.alidad ni el control-instrumental -si bien estos fines le son !u-
tigan por castigar sin esperar para ellos mismos ventaja alguna del sufri- perimpuestos-; su esencia es una emoción irracional, irreflexiva, determi-
miento que imponen" . 13 En estas sociedades continúan los castigos sin res- nada por el sentido de lo sagrado y su :'rofanación. La pasión se encuentra
tricciones de ninguna otra consideración hasta que se agota la pasión, en el corazón del castigo. Es una reacción emotiva que estalla ante la vio-
persiguiendo al delincuente más allá de la muerte o incluso extendiendo el lación de sentimientos sociales profundamente valorados. Y si bien las rn-
castigo a inocentes, como la familia o los vecinos. En las sociedades mo- tinas institucionales modifican estos accesos de furia y se esfuerzan por
dernas es necesario observar con mayor atención el funcionamiento de esta usarlos de manera productiva, la fuerza dinámica y motivacional del casti-
pasión vengativa en los actos punitivos, ya que dichas emociones se niegan go es emocional e irreflexiva; es un auténtico acto de violencia. La fuerza y
oficialmente y son desplazadas por preocupaciones de carácter más refle- energía del castigo, y su dirección general, surgen pues de raíces senti-
xivo y utilitario. En la actualidad afirmamos que "no es ya la cólera, sino la mentales, desde las reacciones psicológicas sentidas comúnmente por los
previsión reflexiva, la que determina la represión". 14 No obstante, Durk- individuos cuando se infringen los sagrados valores colectivos. Por ello, si
heim insiste en que lo que ha cambiado es nuestra comprensión del casti- bien el Estado moderno tiene prácticamente el monopolio de la violencia
go, no su realidad: "La naturaleza de una práctica no cambia necesaria- penal y el control y la administración del castigo, una población mucho
mente porque las intenciones conscientes de aquellos que la aplican se más extensa se siente involucrada en el proceso y proporciona el ·contexto
modifiquen. Pudo, en efecto, haber desempeñado otra vez el mismo papel, de apoyo y valoración social dentro del cual el Estado ejecuta el castigo. 18
sin que se hubieran apercibido." 15 Como prneba del papel que continúa Así, mientras algunas interpretaciones del castigo consideran únicamente
desempeñando la venganza en el castigo en la época moderna menciona a dos partes involucradas -los controladores y los controlados-, Durk-
nuestra continua preocupación por la retribución, de manera que el casti-
16 Ibid., p. 97.
go quede a la altura del delito, así como por el "lenguaje de los tribunales,,,
11 !bid., pp. 99-100.
11 !bid., pp. 107-108. 18 !bid., p. 112. "En cuanto al carácter social de esta reacción, deliva de la naturaleza so-
12 !bid., p. 96. cia.! de los. sentimie~tos ofe~dídos. Por el hecPo de enco~trarse éstos en todas las ~onciencias,
13 Ibid., p. 95. la mfracctón cometida susCita en todos los (,lue son testigos o que conocen la existencia una
14 Ibid., p. 96. misma indignación. Alcanza a todo el mundo, por consiguiente, todo el mundo se resiste con-
IS Idem. tra el ataque."
EL CASTIGO ~ LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL 51
50

heim insiste en un importantísimo tercer elemento: los observadores, cu- el crimen y el castigo son importantes en la medida en que desencadenan
yos sentimientos ultrajados proporcionan una dinámica motivadora para este circuito moral.
la respuesta punitiva. Una vez subrayadas las raíces emocionales, expresivas y no utilitarias
Hasta ahora Durkheím ha considerado el castigo como un elemento pri- del c~stigo, Durkheim procede a introducir lo que podríamos llamar su pa-
mordialmente de orden motivacional y psicológico, si bien fundamenta es- radoja de ut1hdad mayor, ya que argumenta que, en última instancia, el
tos elementos psicológicos en la teoría de la sacralidad de los valores so- castigo logra un fin o un objetivo preciso. Sin embargo, no es el cálculo
ciales. Describe el castigo como una institución expresiva, un ámbito para mezquino de quienes controlan la sociedad lo que le confiere utilidad al
la expresión de valores sociales y la liberación de la energía anímica. En es- castigo; estos intentos rara vez logran sus ambiciones de controlar y refor-
tricto sentido 1 carece de '1objetivo" o de una "meta determinada"; no es un mar. lvlás bien es la expresión común de agravio lo que tiene un efecto fun-
medio que lleve a un fin. El castigo es sencillamente parte de la naturale- cional espontáneo. Estos brotes de sentimiento común --concentrado y or-
za, una reacción colectiva _detonada por la violación de sentimientos pode- ganizado en los rituales del castigo- generan una solidaridad automática
rosos, como las chispas que saltan cuando alguien interfiere con la co- una reafirmación espontánea de las creencias y relaciones mutuas que sir~
rriente eléctrica. Sin embargo esto es sólo parte de su versión, ya que en ven para reforzar los vínculos sociales:
este punto aborda una explicación plenamente sociológica y describe cómo
estas pasiones 'individuales producen 1 al sumarse/ un resultado social más Aunque procede de una reacción absolutamente mecánica, de movimientos pasio-
poderoso y útil. nales y en gran parte irreflexivos, no deja de desempeñar un papel útil. Sólo que ese
Las pasiones provocadas por el crimen son, en su origen inmediato, las papel no lo desempeña allí donde de ordinario se le ve. No sirve, o no sirve sino muy
reacciones espontáneas de individuos. No obstante, al ser expresadas de secundariamente, para conegir al culpable o para intimidar a sus posibles imita-
manera colectiva y simultánea, estas reacciones se refuerzan y dan cabida dores; desde este doble punto de vista su eficacia es justamente dudosa y, en todo
a una consecuencia social importante. be hecho, "el crirnen pues, 'aproxi- caso, mediocre. Su terdadera función es mantener intacta la cohesión social, con-
ma a las conciencias honradas y las concentra" . 19 Es una ocasión para la servando en toda su vitalidad la conciencia común. 2 t
expresión colectiva de pasiones morales compa1iidas que sirve para forta-
lecer las mismas pasiones mediante el reforzamiento y la seguridad mu- Por consiguiente, el castigo, al igual que los demás fenómenos morales
tuas.'º De hecho, la realidad social del orden moral se demuestra con esta ~incluyendo a los propios seres humanos-1 tiene un carácter dual. 22 Es a
respuesta punitiva ele carácter colectivo que la refuerza. El punto impor- la vez un asunto de emoción sicológica individual y de moralidad social co-
tante que subraya Durkheim es que el orden moral de la sociedad -y por lectiva. Ambps aspectos coexisten dentro de una espiral funcional que ayu-
ende su solidaridad- depende completamente de la sanción como con- da a crear y recrear la cohesión social. Para Durkheim, éste es el carácter
vención social. Cuando se comete un crimen que viola las normas de la vida del castigo en todas las sociedades, modernas o primitivas.
sociali estas normas se debilitan y se muestran menos que universales en Para lograr cierto equilibrio, cabría subrayar que el castigo no es por
cuanto a su fuerza coercitiva. El efecto de que surja la pasión colectiva ningún motivo el único proceso que contribuye a la cohesión social; los ri-
como reacción a tales delitos es demostrar la fuerza real que apoya las nor- tuales religiosos, la vida familiar, la educación, el intercambio económico,
mas y, por ende, reafirmarlas en la conciencia de cada individuo. Este des- tienen consecuencias similares. Y cabe destacar también que la solidaridad
enlace funcional completa eficazmente el círculo virtuoso que desencadena por medio del castigo es a todas luces más in1portante en unas sociedades
el crimen. La existencia de un orden moral sagrado hace surgir sentimien- que en otras, como señala el propio Durkheim. 23 La tesis postulada en La
tos individuales y reacciones apasionadas que a su vez demuestran su exis- división del trabajo social es que el derecho penal, al igual que la concien-
tencia y subrayan la fuerza de la sacralidad de dicho orden. Para Durkheim cia colectiva a la que refuerza, desempeñan un papel medular en la cohe-

19 !bid., p. 112.
20 "No hay más que ver lo que se produce, sobre todo en una pequeña ciudad, cuando se
1 21
22
Durkheim, La división del trabajo social, p. 118.
En relación con la concepción de Durkheim sobre la naturaleza humana, véase "The
comete algún escándalo moral. Las gentes se detienen en las calles, se visitan, se encuentran dualism of human nature and its social conditions", en K. H. Wolff (comp.), Essays on socio-
en lugares convenidos para hablar del acontecimiento, y se indignan en común. De todas esas logy and philosophy, 1964.
23
impresiones similares que se cambian, de todas las cóleras que se manifiestan, se desprende "La parte que ocupa [el castigo] en la integración general de la sociedad depende, evi-
una cólera única, más o menos determinada según los casos, que es la de todo el mundo sin dentemente, de la extensión mayor o menor de la vida social que abarque y reglamente la con-
ser la de una persona en particular. Es la cólera pública." !bid., p. 112. ciencia común," Durkheim, La división del trabajo social, p. 119.
52 EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
53

sión de las sociedades simples; que es, de hecho, la base misma de la soli- LAS DOS LEYES DE LA EVOLUCIÓN PENAL
daridad mecánica. En cambio en una sociedad moderna, orgánica, la divi-
sión del trabajo se convierte en la fuente predominante de la solidaridad, El análisis del c~st!go presentado en La división del trabajo social propor-
en "el vínculo esencial'\ de manera que el derecho penal y los valores co- ciona una descnpc1ón extensa de las fuentes, el funcionamiento y el signi-
munes desempeñan un papel más restringido, aunque no por ello menos ficado social del "derecho penal". No habl,i, sin embargo, de las fonnas rea-
esencial. 24 En efecto, la conciencia colectiva de las sociedades modernas les de castigo: los aparatos, las instituciones y medidas sustantivas por
deja de ser una fuerza intensa y extensa que exige una conformidad reli- medio de las cuales se realizan de manera concreta las "reacciones puniti-
giosa en cada ámbito de la vida. Ocupa más bien un terreno mucho más su- vas". Tampoco hace una historia del castigo. Además de observar que las
perficial aunque no menos importante: opera como el guardián de esos sociedades modernas se muestran más circunspectas frente al acto de cas-
valores fundamentales (tales corno la "libertad" y el "individualismo") en tigar/ y ya no lo hacen "de una manera tan material y grosera" como antes
torno a los cuales florece la moderna diversidad moral y social. Como men- en ningún momento se comenta el cambio histórico. 27 De hecho la únic~
ciona Durkheim, "No quiere esto decir, sin embargo, que la conciencia co- preocupación de Durkheim con respecto a los puntos de esta sección de La
mún se halle amenazada de desaparecer totalmente. Sólo que radica, cada división del trabajo social es negativa. Niega enfáticamente la relevancia de
vez más, en maneras de pensar y de sentir muy generales e indeterminadas la historia con respecto al funcionamiento de la penalidad y su carácter
que dejan sitio libre a una multitud creciente de disidencias individua- esencial.men~e subyacente, afhmando que, pese a las apariencias1 "la pena
les."25 En este sentido, entonces, 1'la solidaridad mecánica persiste hasta en ha seguido siendo para nosotros lo que era para nuestros padres". 2s
las sociedades más elevadas", y con esta solidaridad persisten el derecho Una teoría del castigo que no considera el cambio histórico ni habla de
penal y la respuesta punitiva al crimen. 26 las formas penales deja demasiadas inten-ogantes sin responder, por Jo cual
El último punto sobre el castigo en La división del trabajo social destaca no sorprende que Durkheim vuelva a estos problemas años después en el
la naturaleza organizada de esta respuesta pu:iitiva de carácter colectivo. ensayo "The two laws o'f penal evolution", aparecido en 1902. Sin catalo-
Durkheim describe cómo la acción social espontánea de la comunidad garlo como tal, este documento es en esencia un intento por redondear la
agraviada se institucionaliza en la forma de un aparato tribunalicio y pe- teoría original del castigo, demostrando que los hechos de la historia penal
nal, encargado de la expresión del sentimiento público y de poner en prác- pueden recuperarse en sus propios términos e interpretarse de acuerdo con
tica el castigo. Una vez establecido, el organismo gubernamental continúa ellos. _Por lo tanto, ~epresenta una '.'xtensión y una justificación del trabajo
obteniendo su fuerza y autoridad de la conciencia común; sus poderes, antenor, ~ma especie de de_mostrac1ón empírica de la capacidad explicativa
pues, se derivan del sentimiento público y se sustentan en él. No obstante, de la teona. Con la excepción de una característica impotiante -relativa a
la institucionalización tiene consecuencias importantes. Confiere una fuer- las consecuencias de los gobiernos absolutistas sobre el castigo- el mar-
za adicional al orden moral al "realizarlo" de manera práctica y continua. co teóri~o original se conserva intacto, en tanto que sus implica~iones y
Asimismo asegura la existencia de procedimientos rutinarios y ocasiones percepc10nes se amplían de manera considerable.
formales que ayudarán a evocar la respuesta moral que le corresponde al En esencial el ensayo de Durkheim se aboca a una paradoja: se enfrenta
delito, a la vez que moderan la expresión de las pasiones morales y les dan a la evidente historicidad del castigo -la copiosa evidencia de que los méto-
µn cauce adecuado. Pero mientras que otros teóricos interpretarian estos dos penales han cambiado sustancialmente en el trascurso del tiempo-,
acontecimientos como la suplantación de la emoción por el cálculo, la ra- aunque también desea defender una tesis que afirma el carácter ahistórico
cionalidad y las formas administrativas, Durkheim se adhiere a su noción dnmutable del castigo como proceso social. La solución del problema ra-
del castigo al considerar estas instituciones bajo una luz diferente. Para él dica en el argumento de que, en vista de que la organización social de la
las instituciones encarga_das de la penalidad funcionan menos como una conciencia colectiva se modifica con el tiempo, tales cambios alteran con-
forma de racionalidad ins't1umental que como una especie de expresión n1- s~derablen:iente el tipo d~ sentimientos y pasiones provocados por infrac-
tinaria de la emoción, al igual que los rituales y las ceremonias religiosas. c10nes dehctuosas. Las diferentes pasiones, así como las diferentes formas
d_e o:·ganizació~ socfal, da~ origen a diversas formas penales de modo que,
s1 bien el castigo sigue siendo una expresión de sentimientos colectivos
24
Jdem.
25 27 !bid., p. 98.
!bid., p. 185.
26 Ibid., p. 201. 23 Idem.
54 EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
· 55

-y una manera de reforzarlos-, las formas que adopta se han modificado. dones serían las más comunes? No obstante, al mostrar el uso de métodos
La tesis de Durkheim es, por consiguiente, bastante refinada al distinguir que podrían considerarse excesivos o bárbaros en la Francia de finales del
entre las formas y las funciones del castigo. Afirma que los mecanismos y siglo XIX, parece apoyar en cierta medida la visión convencional.
las funciones subyacentes del castigo permanecen constantes/ en tanto que Según ~urkheim, _las sociedades simples han recurrido a medidas pena-
sus formas institucionales sufren un cambio histórico. Sin embargo, para les dracomanas debido a que en ellas prevalece la intensidad de la con-
lograr esta posición, debe demostrar precisamente cómo las diferentes for- ciencia colectiva. Su moral social es severa, rígida y exigente, estrictamente
mas de una moralidad colectiva originan diferentes formas de castigo. Esta religiosa en forma, y representa todas las reglas c01no leyes trascendenta-
demostración es la sustancia de su ensayo. les1 autorizadas por los dioses. Dentro de tales sociedades los individuos es-
Según Durkheim, los principales cambios en la historia penal son de dos tán profundamente imbuidos del sentido de carácter sagrado que tienen las
tipos. La intensidad del castigo tiende a disminuir en la medida en que las reglas sociales, y su conformidad con éstas se considera un deber sagrado
sociedades se vuelven más avanzadas y, al mismo tiempo, la privación de que debe permanecer bajo rigurosa vigilancia. De hecho, en vista de que la
la libertad por medio del confinamiento surge como la forma predilecta solidaridad social depende básicamente de compaitir las creencias colecti-
de castigo, sustituyendo diversos métodos capitales y corporales que lean- vas -al no haber división extensa del trabajo que genere solidaridades or-
tecedieron. El patrón general de evolución que describe es una decreciente gánicas-, Durkheim sugiere que la existencia misma de la sociedad de-
severidad penal y una creciente dependencia del confinamiento, movi- pende de su estricto cumplimiento. En estas circunstancias, cualquier
mientos ligados que se dan en el trascurso de la evolución amplia de las so- violación a la conciencia colectiva se convierte en una amenaza grave a la
ciedades, de "simples" a "avanzadas". Sin embargo, el patrón general no es sociedad y en una afrenta a creencias religiosas profundamente anaigadas.
definitorio ni inintenumpido. Durkheim tiene la precaución de señalar que Por ello provoca una reacción muy violenta que se manifiesta en fmmas
"la sucesión de sociedades no es unilineal°, ya que las sociedades se desa- penal':s conco'.11itantemente ~iolentas. La vehemencia y los tormentos de
rrollan a diferente ritmo y a paiiir de diversos inic!:ios. 29 Y, aún más im- los primeros sistemas penales son pues el producto de una moral religio-
portante, afirma que otro factor independiente -la naturaleza del poder sa que no acepta oposición por temor a los dioses vengadores y al colapso
político~ puede influir en el castigo y provocar cambios contranevolucio- social.
narios en su forma. Comentaré esta influencia "externa" un poco más ade- En contraste/ los sentimientos colectivos que se ·encuentran en socieda-
lante, aunque primero considero necesario explicar el patrón general. des más avanzadas son menos demandantes y ocupan Un lügar menos
Durkheim acepta la opinión histórica convencional de sus contemporá- prominente en la vida social. Como vimos antes, las sociedade"S orgánicas
11
neos en el sentido de que los castigos "intensos o "severos" son caracterís- modernas se caracterizan por la diversidad moral y la interdependencia de
ticos de las sociedades simples, y que las sociedades modernas se han vuel- individuos que cooperan entre sí, cada uno de los cuales es 1 en cierta me-
to mucho más indulgentes en sus métodos penales. Como confirillación dida, diferente y único. Las creencias colectivas que compa1ien estos indi-
presenta un catálogo de las atrocidades y formas de sufrimiento infligidas viduos no tienen el carácter de prohibiciones religiosas estrictas que regu-
por los códigos penales de diversas sociedades antiguas, aunque esto lo lan todos los ámbitos de la vida por decreto férreo. Más bien subrayan,
hace más como una ilustración que como prueba empírica. Un ejemplo tí- sobre todo, el valor de las virtudes individuales y c01relativas, tales como la
pico es el siguiente: "entre las diferentes tribus de Siria, los criminales eran libertad, la dignidad humana, la razón, la tolerancia y la diversidad. Estos
lapidados, muertos a flechazos, colgados, crucificados, tironeados y des- val~res1 al _ser colectivos e incribirse en las bases de la vida social, siguen
cuartizados; se les lanzaba de rocas, se les quemaban las costillas y las en- temendo cierto estatus trascendental y son profundamente apreciados en
trañas[ ... ] o bien se les aplastaba bajo las patas de animales, etcétera". 3º la conciencia de los individuos. Sin embargo, el tono y la calidad de estos
Esto en sí no es suficiente para dar una idea cabal de los siste1nas pena- sentimientos son notoriamente diferentes de las creencias rígidas sancio-
les en Siria, y cablia preguntarse si a todos los criminales se les trataba de nadas por la religión de los primeros tiempos. Por su misma naturaleza
esta manera o si también se utilizaban métodos menos extremos. ¿Qué san- esta nueva fe moral invita a la reflexión y a la consideración racional en
asuntos éticos: ya no se representa como la voluntad imperiosa de los dio-
29 É. Durkheim, "1\vo laws ofpenal evolution", Année Sociologique, núm. 4, 1901, pp, 65- ses que debe obedecerse sin chistai: En consecuencia, la moralidad social
95, reproducido como el capítulo 4, "The evolution of punishment", en Durkheim a11d the law, tiene una resonancia psicológica diferente -un lugar diferente en la estruc-
compilado por Lukes y SculL La cita del texto está tomada de la p. 103. tura anímica- y, como resultado, suscita una reacción más moderada
30 !bid., p. 108.
cuando se violan sus principios.
EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
56 57

Durkheim señala esta diferencia crucial distinguiendo entre la "crimina- En _términos de la ~alidad de los sentimientos colectivos y sus conse-
11
lidad religiosa" y la criminalidad humana Virtualmente cualquier ofensa
11
, cuencias para las medidas penales nos es posible comprender también la
en contra de la conciencia colectiva de una sociedad simple tiene el estatus caract~rís:ica má~ importante que in~roduce Dur.kheim en su descripción
de "criminalidad religiosa" y, como tal, provoca un verdadero horror entre evoluc10msta. Senala que la correlación entre tipos sociales e intensidad
los espectadores reverentes, cuya repulsión ante semejante abominación y de_l castigo se co1;1plica por otr? factor inde~endiente, a saber, el surgi-
el temor a sus consecuencias los impulsan a tomar medidas violentas en miento de los reg1menes absolutistas. Los gobiernos absolutistas se carac:...
contra del criminal. Las pasiones religiosas son, pues, el origen de castigos terizan por la ausencia de restricción a su pode1~ el ascendiente sobre el res-
atroces, y es precisamente porque se ha atacado a una deidad que tales cas- to de la sociedad y el trato a los individuos como si fuesen propiedad del
tigos parecen mostrar poco interés en el sufrimiento del infractor, pues Estado, más que ciudadanos. Tales formas de gobierno pueden darse en
"·qué es el sufrimiento de un individuo cuando se trata de satisfacer a un cualquier tipo social, por lo que son independientes del patrón general de ·
J:iios?"'l En contraste, la criminalidad clásica en las sociedades seglares cambio que vuelve más orgánicas a las sociedades y más suaves a los cas-
modernas es la "criminalidad humana11 1 esto es, las ofensas en contra de las tigos. La relevancia del absolutismo en este análisis es que los gobiernos
personas y su propiedad. Tales delitos siguen provocando una fuerte reac- absolutistas tienden a utilizar medidas de castigo draconianas. Como oh~
ción y la exigencia d~l público de que se castiguen aunque, como hemos serva Durkheim, "el apogeo de la monarquía absoluta coincide con el pe-
visto los sentimientos involucrados en esta reacción son cualitativamente riodo de mayor represión". 35
difer~ntes, pues "la ofensa de un hombre contra otro no provoca la misma Por consiguiente, el absolutismo tiene las mismas consecuencias para el
indignación que la ofensa de un hombre en contra de Dios". 32 Aún más, castigo que los sentimientos colectivos de las sociedades simples, aun
con el surgimiento del humanismo y el individualismo, se introduce una cuando parezcan tener una existencia independiente, por lo que Durkheim
nueva dialéctica en el castigo. Como menciona Durkheim, los mismos sen- debe confrontar el problema de una causa distinta que provoca el mismo
timientos rriorales que se escandalizan cuando se ofende a un individ&o efecto. En este sentido, su solución es extremadam~nte sencilla. Afirma que
muestran compasión al ver el sufrimiento del trasgresor cuando se le cas- el poder y el carisma de un gobernante absoluto le confieren una especie
tiga. Como consecuencia, "la misma causa que desencadena el aparato re- de aura religiosa que rodea a este poder aparentemente sobrehumano. El
presivo también tiende a ponerle un alto. El mismo estado mental nos obli- resurgimiento del lenguaje religioso le otorga una calidad divina a las leyes.
ga a castigar y a moderar el castigo, por lo que no puede dejar de sentirse De ahí el carácter sacrílego de la violación que a su vez incrementa la vio-
una extenuante influencia." 33 El resultado de estos cambios entrelazados es lencia con la que se castiga:
reducir la intensidad promedio de los castigos en las sociedades modernas.
La intensidad del castigo, entonces, se considera una consecuencia di- cuando el gobierno adopta esta forma, quien lo controla adquiere para la gente un
recta de la naturaleza de la conciencia colectiva, y el desarrollo de una mo- carácter divino. Si no lo convierten en Dios, por lo menos ven en el poder de que
ralidad moderna y seglar automáticamente tiende a provocar la disminu- está investido una emanación del poder divino. A partir de ese momento, esta reli-
ción general de la severidad de las medidas penales. Durkheim subraya que giosidad no puede dejar de tener los efectos acostumbrados en el castigo. 36
esta evolución representa un cambio en la calidad de los sentimientos co-
.lectivos, más que un debilitamiento. "Ya no es la emoción viva, la explosión El castigo debe considerarse siempre en términos de la calidad de los sen-
súbita, la indignación provocada por un ultraje en contra de algún ser cuyo ti~ientos colectivos, aunque éstos estén determinados por formas de go-
valor sobrepasa con mucho el del agresor; se trata de una emoción más cal- bierno y por estructuras de organización y moralidad social. Los gobiernos
mada y más reflexiva, provocada por las ofensas que se suscitan entre igua- absolutistas en sociedades avanzadas son un ejemplo obvio de esta doble
les.1134 Los sentimientos colectivos de las sociedades modernas no son una condición, aunque Durkheim ilustra el caso opuesto con su comentario so-
versión disminuida de una moralidad anterior; fmman una mentalidad to- bre los antiguos hebreos. Indica que el código penal hebreo era más bené-
talmente distinta, con diferentes consecuencias prácticas. volo de lo que cabría esperar en un tipo social tan poco desarrollado, y lo
explica con la organización política no absolutista de esa sociedad y con el
hecho de que "el carácter de la gente siguió siendo profundamente cierno-
31 Durkheim, La división del trabajo social.
32 Jdem.
35 Jdem,
33 Jdem.
36 Jdem.
34 ldem.
58 EL CASTIGO Y .LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
59

crático" .37 Al vincular la democracia con la benevolencia en el castigo, y la lacio, la fortaleza, murallas y rejas) y en el surgimiento de funciones mili-
tiranía con la severidad, Durkheim reafirma la doctrina de Montesquieu tares y administrativas que, a la larga, proporcionarían las condiciones ar-
sobre la política del castigo, si bien lo hace en el marco de una teoría mu- quitectónicas y administrativas necesarias para el confinamiento. Por
cho más desairollada sobre cómo ocurren estos vínculos. ende, la necesidad social de contar con un sitio para detener a los crimina-
Hasta el momento, la descripción durkheimiana de los cambios en las les se consideró al mismo tien1po (y por las mismas causas) corno la con-
11
medidas penales se ha centrado exclusivamente en la "intensidad o en la dición material para dicha institución. Una vez establecida, la prisión per-
"cantidad" del castigo. Un amplio y desigual catálogo de castigos de la an- dió su carácter meramente preventivo y de confinamiento, adquiriendo
tigüedad que involucraban diversas técnicas, disposiciones y significados cada vez más el carácter de un castigo. Gradualmente se collvirtió en el
simbólicos, se tratan simplemente como ejemplos de castigos "severosu, en "sustituto necesario y natural de otros castigos que iban desapareciendd'. 39
tanto que las varias formas de castigo moderno, en particular el encarcela- Ésta es, en muchos sentidos, una descripción limitada y decepcionante
miento, se reducen a otras tantas muestras de "benevolencia". Esto no de- del surgimiento y el sustento social de una institución moderna importan-
bería sorprendernos, ya que la teoría de Durkheim considera la emoción te. La descripción que hace Durkheim de la cárcel y las formas modernas
vengativa coino la fuente inmediata del castigo, de lo que se deriva que fá- de organización y de moralidad es superficial y bastante obvia, cuando ca-
cilmente evalúa las formas penales por la cantidad de pasión violenta que bría esperar un análisis más profundo. Señalar la ''libertad" como objeto de
parecen manifestar. No obstante, debemos ser conscientes de que siempre castigo, concentrarse en las celdas individuales de una prisión, en los es-
hay otras dimensiones implícitas en las formas que asumen las medidas pe- fuerzos por lograr una reforma moral -característicos de regímenes peni-
nales. Las sanciones penales siempre tienen una organización y una forma tenciarios- o de hecho en la ironía de Tocqueville que conduce a las
institucional determinadas. Infligen sufrimiento de manera particular, por sociedades democráticas liberales a instituir una tiranía despótica de regí-
medio de técnicas específicas 1 procedimientos característicos y formas menes carcelarios, parecen cuestiones obvias y urgentes que, por lo menos
simbólicas de autorrepresentación claras. Las sanciones concretas llunca en principio, son explicables dentro del marco teórico 'de Durkheim. Sin
son sólo cuestión de mayor o menor intensidad. embargo no se abordan aquí ni en ningún otro de sus trabajos.
La segunda "ley de la evolución penal" de Durkheim se aboca al pro- Durkheim'concluye su ensayo histórico con un párrafo que se refiere, no
blema de la "calidad" más que de la "cantidad" del castigo. Afirma que la al pasado, sino al presente. Retoma su argumento' general de que las for"
"privación de la libe1iad, y tan sólo de la libe1iad, que varía con el tiempo mas penales están envueltas y modificadas por la evolución de la morali-
conforme a la gravedad del crimen, tiende a convertirse cada vez más en dad social, y sugiere que este proceso de cambio "explica el estado de cri-
un medio de control social". 38 Sin embargo, suele considerar esta priva- sis en que se encuentra el derecho penal en todos los pueblos civilizados 40
11

ción como un ejemplo de benevolencia moderna frente al castigo, más que Aún más, indica, aunque de manera un tanto indirecta, que el confina-
como una medida penal específica con atributos definidos. Señala que una miento -que en este ensayo se ha convertido en una forma ejemplar de
consecuencia de que el castigo tienda a ser menos severo en la medida en castigo moderno- es cada vez un anacronismo mayor que no se ciñe al
que las sociedades son más desarrolladas radica en la necesidad de aban- marco de la vida conte1nporánea: "hemos llegado al momento en que las
donar prácticas tales con10 la ejecución, la mutilación, la tortura etc. sus-
1 1 instituciones penales del pasado han desaparecido o bien sobreviven por la
lituyéndolas por medidas menos severas. La nueva institución que rempla- fuerza de la costumbre, pero sin que nazcan otras que con-espondan mejor
Za estas antiguas atrocidades -la cárcel~ es, a su parecer1 producto de los a las nuevas aspiraciones de la conciencia móral". 41 En el ensayo que le si-
mismos procesos que lleva.ron a disminuir la severidad del castigo. El sur- gue no queda muy claro lo que Durkheim pretende decir con esta afirma-
gimiento de sociedades no diferenciadas y el desarrollo del individualismo ción. No menciona por qué las formas actuales de castigo -supuestamen-
pusieron fin a la ética de la responsabilidad colectiva e incrementaron la te la privación de la libe1iad- no coITesponden a la nueva conciencia
movilidad social, con la consiguiente necesidad de contar con sitios donde moral. Tampoco se nos señalan nuevas medidas penales que podrían ex-
se retuviera a los delincuentes que esperaban juicio. Al mismo tiempo/ otro presar mejor estos sentimientos colectivos. De hecho al hacer explícita esta
1

proceso social -la diferenciación de los órganos de gobierno- comenzó a importante cuestión Durkheim nos hace ver su fracaso para especificar con
manifestarse en la construcción de edificios funcionales (el castillo, el pa-
l9 Idem.
37 Idem. 40 Jdem.
38 Jdem. 41
Jdem.
60 EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
61

detalle el tipo de vínculos que corresponden, o deberían corresponder, en- el individuo, aunque no es menos poderosa por reconocerse "hecha por el
tre formas penales y sentimientos sociales. hombre" en vez de divina. Precisamente porque el individuo percibe estas
Durkheim regresó a este punto poco tiempo después, si bien en un con- creencias y sentimientos como trascendentales, cualquier violación o in-
texto diferente y de manera distinta. En las cátedras sobre educación mo- fracción a sus reglas suscita la misma reprobación violenta que "el blasfe-
ral que impartió en la Sorbona entre 1902 y 1903, donde comentaba el pa- mo produce en el alma del creyente". 43 Como mostró Durkheim anterior-
pel de la escuela en la socialización de los individuos 1 consideró las formas mente, las ofensas en contra del orden sagrado de una sociedad provocan
de castigo que serían adecuadas a semejante tarea. En el curso de este aná- una respuesta apasionada y punitiva. Sin embargo, como señala más cla-
lisis siguió elaborando su teoría del castigo y precisó algunos puntos sobre ramente en este contexto, el castigo no puede crear autoridad moral por sf
las formas que deberían asumir las medidas penales. Y a este análisis me mismo; por el contrario, implica que ya existe una autoridad y que ésta ha
referiré a continuación. sido quebrantada. 44 La creación de esa autoridad y sentido de lo sagrado
es, de hecho, un trabajo de entrenamiento e inspiración moral que conti-
núa en la familia, en la escuela y en cualquier parte de la sociedad.
Sin embargo 1 si bien el castigo no es el centro de la moralidad social, sí
EL CASTIGO COMO EDUCACIÓN MORAL es un componente esencial y necesario de cualquier orden moral, y desem-
peña un papel cmcial en prevenir el denumbe de la autoridad moral. Durk-
El análisis más detallado y concreto que hace Durkheim del castigo es, pa- heim afirma que, una vez establecido, el orden moral no será destruido por
radójicamente, el menos conocido entre sociólogos y penitenciaristas. En violaciones individuales que socaven la confianza de los otros en la autori-
toda la bibliografía sobre Durkheim y el castigo apenas existe alguna refe- dad. Por consiguiente/ el castigo es una manera de limitar los efectos noci-
rencia a lo que podría considerarse su afirmación teórica final sobre el vos de la desviación y la desobediencia. Como menc¡iona en cierto punto,
asunto, que abarca tres capítulos de su obra La educación moral y propor-1 "el castigo no le confiere autoridad a la disciplina [moral], pero sí impide
dona su descripción más acabada y sutil sobre la importancia y los efectos que ésta pierda autoridad, ya que las trasgresiones que no se castigan la
morales de las medidas punitivas. El escenario de este análisis es mucho erosionarían progresivamente". 45 El papel del castigo es demostrar la rea-
más específico que el de trabajos previos, ya que aquí se ocupa de descri- lidad y la fuerza de los mandamientos morales. Las reglas convencionales
bir los principios y la pragmática de la educación en el aula, aunque resul- únicamente pueden merecer el prestigio y la autoridad de las cosas sagra-
ta el escenario perfecto para señalar las implicaciones específicas de su tra- das si se demuestra que los infractores serán castigados y que el orden mo-
bajo teórico. Tal como la concibe, la tarea de la educación moderna es ral tiene la fuerza para oponerse a los ataques directos. En este sentido, las
desarrollar una moralidad laica y racional, y encontrar la mejor fonna de relaciones sociales son como las relaciones de crédito: dependen de la con-
socializar al niño en esta nueva conciencia colectiva. El papel del castigo fianza y de ser suscritas y garantizadas por una institución poderosa. La
en este contexto es precisamente el mismo que su papel en la sociedad en pérdida de confianza o las dudas sobre la capacidad financiera del aval
general, la expresión y el reforzamiento de la moralidad social, de manera provocarán el colapso del sistema crediticio. En consecuencia 1 las ofensas
que su análisis del castigo en el aula puede considerarse una extensión de individuales deben ser castigadas, no sólo por el daño individual que pro-
la teoría que desarrolló en su trabajo previo. vocan, sino por las ramificaciones que podrían tener en el nivel del orden
Un aspecto importante de la teoría durkheimiana es que la moral laica moral. Existe entonces una especie de "requisito del sistema" para el casti-
moderna -que está abie1ia a una discusión racional y no depende del mis- go que se hace más obvio en el aula, donde el orden moral es frágil y de-
ticismo ni de la fe ciega característica de las religiones- se percibe sin em- pende de las acciones del maestro. En el caso de la sociedad en general,
bargo como "sagrada" y "trascendental" en cierta manera. Incluso en la so- existe el mismo requisito del sistema, aunque posiblemente sea menos fá-
ciedad moderna: "El dominio de la moral está como cercado por una cil de observar o evidenciar. Como menciona Durkheim:
barrera misteriosa que la protege de los profanadores, así como el dominio
religioso está fuera del alcance del profano. Es éste un dominio sagrado." 42 43 ldem.
44 Como señala M. Kennedy, sin reglas y formas de autoridad previamente establecidas no
Este sentido de lo "trascendental" es, conforme a Durkheim, la autoridad
de la sociedad y de las convenciones sociales tal como las experimenta puede existir el "castigo"; éste se vuelve tan sólo un daño con propósitos de venganza. Véase
M. Kennedy, "Beyond incrimination: Sorne neglected aspects of the theory of punishment", en
W. J. Chambliss y M. Mankoff (comps.), Whose law? What arder?, 1976.
42
Durkheim, La educación ml!ral, p. 17. 45 Durkheim, Lo. educación moral.
62 EL CASTIGO y LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL
63

una violación moral desmoraliza [ ... ] la ley que ha sido violada debe atestiguar de Conforme a estas consideraciones, Durkheim menciona que deberíamos
alguna manera que, pese a las apadencias, sigu~ estando en pie, que no ha p~rdido dejar de pensar en el castigo co~o un instn1mento utilitario y verlo en su
su fuerza o autoridad pese al acto que la repudió. En otras palabras, debe afirmar- verdadero papel, como una expresión de la ·acción moral. 52 La verdadera
frente a la violación y reaccionar de tal manera que demuestre una fuerza pro- tarea del castigo es apoyar la sensibi1idad moral censurando cualquier
se
porcional a la del ataque. El castigo es tan sólo esta demostrac1'6 n s1gm
. 'fi catlva.
. 46
agravio en su contra. En esencia, el castigo es un medio de trasmitir un
mensaje moral y de indicar la fuerza del sentimiento que lo sustenta. El
Durkheim insiste en que esta reafirmación del orden moral es la función 11
punto no es que los culpables expíen su crimen por medio del sufrimien-
primordial del castigo, tanto en el aula ~orno en los tribunale~. Sin embar- to ni intimidar a posibles imitadores con amenazas, sino servir de apoyo a
go, es consciente de que tal efecto funcional en el nivel ~el sistema es, e~ las conciencias para las cuales la violación de una regla puede y debe ne-
cierto sentido, automático, y no siempre bien comprendido por los ª~,mi- cesariamente desequilibrar su fe". 53 Comprender que ésta es la razón del
nistradores del castigo, llán1ense maestros o jueces. Insiste ~n q.ue est~ ~e• castigo modifica nuestra manera de pensar respecto de las sanciones con-
mostración significativa" de fuerza moral debería ser el principal_ ob1et1_vo cretas. Se hace evidente, por ejemplo, que "el dolor[ ... ] es únicamente una
del castigo, así como su función prioritaria. Esto es, d~sea que quienes in- repercusión incidental del castigo; no es su elemento esencial" .54 Infligimos
fligen el castigo sean conscientes de su verdadera función moral y que éste diversos grados de sufrimiento al ofensor no por lo que se pueda lograr con
sea el enfoque de su trabajo. Durkheim proporciona un argumento que ello, sino para señalar la fuerza del mensaje moral implícito. El daño físi-
pasa de la abstracción del funcionamiento social del castigo (u? tem~ de co, la celda, la multa y la estigmatización son para Durkheim signos con-
trabajos anteriores) a los puntos concretos sobre cómo se debena castigar cretos con los que expresamos desaprobación, reproche y el poder del or-
en casos particulares. . . den moral. En un sentido importante, "el castigo es tan sólo el símbolo
Comienza por negar la idea convencional de que el castigo es_ un_ 11:stn1• palpable por medio del cual se representa un estado interior; es una obser-
mento disuasivo para controlar coercitivamente la co_nducta ~nd1v1~ual.
Afirma que existe evidencia de que "se ha exagerado la _mfluencm profilá~-
• vación, un lenguaje a través del cual la conciencia social 4o la del maestro
expresa el sentimiento inspirado por la conducta desaprobada". 55
tica del castigo más allá de la realidad", lo eual es fácilmente, eomprens'.- Dado el mensaje de reproche que debemos trasmitil; este lenguaje prác-
ble.47 La amenaza de consecuencias desagradables carece en si de contem• tico del castigo ~el mecanismo específico con el que se lleva a cabo la san-
do moral. Tan sólo representa un obstáculo práctico que se interpone en el ción- no puede tener más que formas dolorosas y desagradables. Sin em-
camino del delincuente. Como tal, no es más que " ... el riesgo profesional bargo Durkheim subraya que estos mecanismos punitivos sólo son el
en la carrera del delincuente". 48 Desde luegoi las consecuencias penales del aspecto incidental del castigo. Son la manera de expresar una condena mo-
delito pueden ser onerosas, pero también resulta ~ifícil resistir la t:ntación ral y deben diseñarse, sobre todo, para cumplir con ese propósito. Las for-
y cumplir con el deber, de manera que la tentación suele ga':~r si el_ co~-
mas penales que no expresan claramente lo anterior sino que se diseñan
trapeso es un interés calculado carente de moral. Esta reg~la~ion utihtana
como disuasivos eficaces o que pretenden infligir el sufrimiento máximo
puede proporcionar, en el mejor de los casos, u~a f~r1:1a hm1tada de c~n• son, por ende, inadecuadas: distorsionan el verdadero propósito del casti-
trol, "un procedimiento policial [ ... ] que garantiza umcamente la. propie-
11 go y no deberían utilizarse. Dicho de manera sencilla, el punto es que el
dad abierta y superficial". 49 Tales amenazas actúan desde el exterior y so-
método no debe socavar el significado. No puede evitarse que las sanciones
bre las cosas externas", no "pueden tocar el origen de la vida moral". 50 Aún
penales sean desagradables, pero este aspecto del sufrimiento debe redu-
más, los castigos amorales de este ti~o puede ~ resultar. contrapro~ucentes. cirse al mínimo.
1
Se arriesgan a "sacar los malos sentlm1entos y no me1oran la calidad mo-
51 En este punto Durkheim introduce una nueva consideración en su teo-
ral de la persona involucrada.
ría del castigo. Anteriormente la fuerza de la reacción punitiva estaba de-
46Idem. terminada por las pasiones que provocaba la ofensa. Pero al expresar su
47Idem. idea del castigo con la nueva metáfora de la comunicación, Durkheim con-
48 Idem. .
49 Jdem. Para una discusión reciente sobre el factor de disuasión y su limitada eficacia, véan- 52 Para un comentatio sobre la función expresiva del castigo, véase J, Feinberg, Doing ami
se G. Hawkins y F. Zimring, Deterrence: The legal threat in crime control, 1973, YD. Beyleveld, dese1ving, 1970, cap. 5.
53
A bibliography 011 general deterrence research, 1980. Durkheim, La educación moral.
54
so Durkheim, La educación moral. Jdem.
51 Jdem. 55 Idem.
EL CASTIGO: LA SOLIDARIDAD SOCIAL EL CASTIGO Y LA SOLIDARIDAD SOCIAL 65
64

sidera otro elemento: la receptividad del público. 56 Si es necesario comu. nido moral y los efectos sociales moralizantes. El aparato coercitivo de la
nicar un reproche moral vigoroso, aquél debe comprender su significado y penalidad, que consta de a~enazas, restricciones físicas 1 multas y demás,
sentir su fuerza. El lenguaje de la penalidad debe adaptarse a los partici- Je resulta interesante sólo ~orno medio de tr~smitir la pasión y el mensaje
pantes y resultarles comprensible. Por consiguiente, el lenguaje práctico moral. Las cárceles, como 1nshumentos relativamente benévolos, expresan
del castigo -o más bien las sanciones concretas por medio de las cuales se un tipo especial de sentimiento moral -bastante humanista y moderno, en
lleva a cabo el reproche moral- dependerá de la sensibilidad de la socie- realidad-, en tanto que la lapidación, la mutilación y la tortura expresan
dad en cuestión. En algunas "es difícil afectar la sensibilidad individual", una emoción diferente y, en el fondo, una mentalidad más primitiva y reli-
por lo que "posiblemente sea necesario traducir la culpa a alguna forma giosa. En la medida en que estas formas penales son mecanismos específi-
violenta" .57 Sin embargo, en las sociedades más avanzadas, con sensibili. cos para reafirmar los regímenes disciplinarios o las formas directas de
11
dades más refinadas, las ideas y los sentimientos no necesitan expresarse control de la conducta, dejan de ser verdaderos fenómenos morales y que-
con procedimientos físicos tan brntales". 58 De hecho, el castigo corporal es dan por debajo del horizonte de análisis. El castigo ideal para Durkheim es
excesivo en una sociedad altamente civilizada, salvo en la educación de los el de la expresión pura, una afirmación moral que expresa cond~na sin per-
11

infantes, que son demasiado jóvenes para tener un sentido moral. El casti- seguir otros fines. Como menciona en determinado momento, el mejor
11
go corporal es innecesario como medio de comunicarnos con los indivi-
11 castigo es el que pone la culpa [ ... ] en la forma más expresiva y de menor
duos, ya que nuestra sensibilidad moderna nos ha proporcionado "un sis- costo". 61
tema nervioso más delicado que responde incluso -a los initantes más Y, lo más importante, ahora vemos que su análisis del castigo se organi-
débiles". 59 Aún más, no puede trasmitir un mensaje moral claro porque el za en torno de esta figura ideal. Su teoría considera el castigo únicamente
método de hacerlo viola uno de nuestros más caros valores morales: el res- como fenómeno moral; está orientada a la explicación de su contenido mo-
peto a la persona. Por ende, este tipo de sanción "debilita, por una paiie, ral y sus consecuencias morales y se pregunta cómo funciona en los cir-
• o . cuitos de la vida moral. En cuanto a que el castigo tenga otros siknificados,
los sentimientos que por la otra se desean fmialecer". 6
La descripción del castigo que encontramos en La educación moral es otras fuentes y otros efectos, el trabajo de Durkheim tiene poco o nada que
importante y reveladora. Refina la versión durkheimiana del funciona- decir. Por ello resulta irónico que, si bien presenta interrogantes nuevas e
miento del castigo e indica cómo se relaciona esta teoría con el uso prácti- impmtantes respecto de la semiótica del castigo -su propensión comuni-
co y el diseño de las sanciones penales. También introduce el tema de las cativa, su resonancia simbólica, su capacidad metafórica para hablar de
diferentes sensibilidades, cuya importancia se manifiesta en la detennina- otras cosas-, y sobre las bases culturales en que éste se sustenta, su pro-
ción del castigo, si bien no se esfuerza por vincular la historia de las sensi- pia lectura de estos fenómenos está muy restringida por el marco teórico
bilidades con la historia de la conciencia colectiva. Es reveladora porque dentro del cual surgen dichas inten-ogantes.
demuestra con mucho mayor claridad por qué Durkheim hizo tan.poca re- No debería sorprendernos esta conclusión. Como señalé al inicio de este
ferencia al aparato y a la instrnmentalidad del castigo. Asimismo aclara por capítulo, Durkheim explora el castigo como un medio para comprender la
qué comenta únicamente las formas externas del castigo -aquellas dirigi- vida moral de la sociedad y su forma de operar. No afirma haber encontra-
das al público y que son signos moralizantes-, y no sus formas internas do una teoría amplia del castigo y nunca fue éste su propósito. No obstan-
, ( que se refieren a los presos o trasgresores y que en su mayoría están orien- te, lo que nos dice del castigo es importante y asaz preciso. Debemos con-
tadas al control, en vez de tener un carácter moral). Durkheim no preten- siderar hasta qué punto su interpretación -por parcial que ésta sea- nos
de entender el castigo en todos sus aspectos sino tan sólo señalar el cante- ayuda a encontrar el sentido de la penalidad hoy en día.

56 Sobre el castigo como comunicación moral, véase A. Duff, Trials mu! pwiishments, 1986.
Duff basa su argumento, no en la sociología de Durkheim, sino en la de Kant. Véase también
J. R. Lucas, On justice, 1980, pp. 131-134.
57 Durkheim, La educación moral.
58 Idem. Durkheim no analiza más este punto sobre las distintas sensibilidades. No obs-

tante, lo comentaré con cierto detenimiento cuando aborde el trabajo de Norbe1i Elias y sus
implicaciones para el estudio del castigo. 61 Citado en la introducción que hace el compilador a Moral education, p. xvi, traducción
59 Idem.
60 Idem. al inglés del texto original en francés, L'éducation morale, París, 1925, p. 232.

Potrebbero piacerti anche