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A principios del siglo VIII, se inició la conquista musulmana que marcaría la lengua, la
cultura y las formas de vida de España.
Los visigodos estaban debilitados por sus luchas internas y fueron derrotados. El rey
don Rodrigo murió en la batalla de Guadalete y sus tropas se dispersaron.
Los musulmanes bajo el mando de Tariq y Muza se hicieron con las principales
ciudades de Andalucía y con la capital del reino visigodo, Toledo. Conquistaron casi
toda la península menos las zonas montañosas y despobladas.
La península cayó tan rápido debido a que los nobles hicieron pactos con los
conquistadores para conservar tierras y poder y los campesinos simplemente pasaron
a tener nuevos señores.
Los musulmanes cruzaron los Pirineos para seguir su conquista pero fueron derrotados
por los francos en Poitiers y volvieron definitivamente a la península.
Más tarde los Omeyas fueron derrotados por los Abasíes de Bagdad y el último
príncipe Omeya huyó a Al-Ándalus.
En este tiempo las luchas entre familias nobles de Al-Ándalus y con los hispanos fueron
frecuentes. Pero aún así se inició una etapa de auge económico y cultural.
Teniendo el poder Abd al-Rahman III, los problemas de Al- Ándalus eran varios:
Guerras con reinos cristianos del norte y amenazas al comercio por mar desde el norte
de África.
El emir consiguió dominar a los reinos cristianos y les obligó a pagar impuestos, creo
puestos militares en Gibraltar para proteger el comercio y se impuso sobre todas las
clases sociales.
Pero más adelante esta unidad empezó a debilitarse. Al-Ándalus se dividió en 25 taifas,
reinos independientes.
Las taifas vivieron tiempos de prosperidad económica pero no pudieron frenar a los
ejércitos cristianos. Algunas de las más importantes son Toledo, Sevilla, Granada…
En el siglo XIII los reyes cristianos recuperaron casi todo Al-Ándalus, sólo resistió el
Reino Nazarí de Granada.
Este reino estaba gobernado por sultanes o reyes de la dinastía Nazarí. Tenía una gran
fachada marítima, con grandes puertos para el comercio y una fabulosa agricultura de
regadío. Era uno de los centros culturales y comerciales más importantes de toda
Europa.
Su gran riqueza y actividad comercial, les permitieron pagar impuestos en oro a los
reyes de Castilla para mantener la paz y les permitió perdurar hasta finales del siglo XV