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Colombia ha puesto a la educación como la principal prioridad para mejorar la prosperidad

económica y social del país y ha prometido más recursos para este sector que para cualquier otra
área de política. Ya ha dado grandes pasos para ofrecer una educación incluyente y de calidad. Ha
logrado alargar el periodo de tiempo que los niños colombianos van a la escuela, y ha garantizado
que más niños ingresen al sistema desde edades más tempranas y continúen hasta la educación
superior, en particular, entre los más desfavorecidos. Se han introducido mecanismos de
aseguramiento de la calidad y se han hecho esfuerzos para mejorar la profesión docente. Estos
son logros notables considerando los retos socioeconómicos y las disparidades regionales que
enfrenta el país.

Colombia actualmente enfrenta dos retos cruciales: cerrar las brechas existentes en términos de
participación y mejorar la calidad de la educación para todos. Las desigualdades comienzan a
temprana edad; muchos niños desfavorecidos nunca van a la escuela, o no empiezan a tiempo o
asisten a instituciones de menor calidad. Las diferencias resultantes en términos de nivel de
estudios alcanzado son abismales.

La expectativa de vida escolar de los estudiantes con las peores condiciones de pobreza es de solo
seis años, en comparación con la cifra de 12 años de los más ricos, y solo el 9% se matricula en
educación superior, en comparación con el 53% de los pertenecientes a las familias más
acaudaladas.

se han dado pasos importantes para garantizar que el ingreso al magisterio y los ascensos en la
profesión docente se basen en el mérito, y para fortalecer las competencias de la fuerza laboral
actual.

Colombia ha avanzado considerablemente en el diseño de políticas educativas que se basen más


en las pruebas. Se evalúan iniciativas destacadas y con los resultados se documentan desarrollos
adicionales de las políticas. El país tiene uno de los sistemas de información más robustos de
América Latina, y continúa invirtiendo en el mejoramiento de los sistemas de gestión y
recopilación de datos. Múltiples evaluaciones, entre otras, la evaluación externa en la educación
superior, pionera en Colombia, permiten comparar en conjunto el desempeño de los estudiantes,
del personal, de las instituciones educativas y del sistema. Ahora la prioridad debería ser ayudarles
a los docentes, a las instituciones educativas y a las autoridades locales a transformar esta ingente
cantidad de información en mejoras, y usarla para documentar las políticas y prácticas y fortalecer
el apoyo de la sociedad a la reforma.

Se han hecho importantes reformas para mejorar la efectividad de la asignación y el uso de los
recursos en Colombia. La introducción de una fórmula de financiación por estudiante ha permitido
adaptar la financiación a las necesidades, aunque se necesitan mejoras adicionales para garantizar
que todas las escuelas reciban los recursos mínimos para brindar oportunidades de aprendizaje de
calidad. Varios esquemas de incentivos basados en los resultados han estimulado a los gobiernos
locales, las escuelas y los docentes a centrar más su atención en los resultados del aprendizaje.
Con el fin de garantizar que dichas medidas eleven los estándares de todos los niños, será
importante tener más en cuenta las distintas necesidades locales, su contexto y su capacidad. En
el caso de la educación superior, será indispensable crear un nuevo sistema de financiación para
cumplir los ambiciosos planes de reforma del país. En el presupuesto para la educación, la
asignación de más recursos a los ciclos educativos iniciales podría mejorar los resultados, y reducir
las deficiencias debidas a la repetición de cursos y la deserción escolar. En la actual desaceleración
económica, se ha protegido el gasto en la educación pública. Para cumplir las ambiciosas metas
educativas colombianas a largo plazo será necesario, por lo menos, mantener los niveles actuales
de gasto público y movilizar recursos adicionales.

Estructura del sistema educativo colombiano

La Educación Inicial y Atención Integral a la Primera Infancia (EIAIPI) incluye servicios para los niños
desde el nacimiento hasta los 6 años. La educación básica comprende nueve años (Grados 1 a 9,
para niños de 6 a 14 años) e incluye cinco años de educación primaria y cuatro años de básica
secundaria. La educación media dura dos años (Grados 10 y 11, para jóvenes de 15 y 16 años). El
sistema de educación superior en Colombia es especialmente complejo, con una gran variedad de
proveedores y múltiples programas de distintas duraciones y niveles.

En Colombia, existen aproximadamente 288 instituciones de educación superior, las cuales


ofrecen programas académicos y vocacionales y están divididas en 4 tipos principales: • Las
universidades corresponden al 28% de todas las instituciones de educación superior y ofrecen
programas académicos de pregrado y posgrado. • Las instituciones universitarias representan el
42% de todas las instituciones de educación superior y ofrecen programas profesionales de
pregrado y especialización (superior al pregrado e inferior a la maestría). • Las instituciones
tecnológicas representan el 18% de todas las instituciones de educación superior, con una oferta
de programas técnicos que ofrecen conocimientos y competencias de alto nivel en la misma área
temática. • Las instituciones técnicas profesionales representan el 13% de todas las instituciones
de educación superior y ofrecen programas de formación profesional para trabajos u ocupaciones
específicos (MEN, 2015a).

Otros proveedores y programas específicos también ofrecen educación superior. El Servicio


Nacional de Aprendizaje (SENA) ofrece la mayoría (58%) de programas técnicos y tecnológicos de
educación superior, aunque funciona de forma independiente del Ministerio de Educación
Nacional (MEN) (MEN, 2015a). Asimismo, en el año 2003 se introdujeron los Centros Regionales de
Educación Superior (CERES) para ampliar el acceso en áreas subatendidas y regiones remotas. En
2013, había 155 centros, con 36.168 estudiantes matriculados (véase el Capítulo 5).

Colombia tiene una gran variedad de modelos educativos flexibles y no formales para atender a
los grupos menos favorecidos y brindar segundas oportunidades a los innumerables jóvenes y
adultos que no estudiaron o se retiraron de sus estudios antes de adquirir sus competencias
básicas Los modelos flexibles, como la Escuela Nueva, dan cuenta de cerca del 16% de los
estudiantes matriculados en educación básica. Las escuelas y colegios con poblaciones indígenas
considerables pueden seguir un programa de educación étnica (centro etnoeducativo), el cual es
desarrollado en colaboración con la comunidad local. El Programa Nacional de Alfabetización y
Educación Básica para Jóvenes y Adultos está dirigido a los 2 millones de adultos en Colombia
(cerca del 6% de personas mayores de 15 años)

Colombia ha incrementado la esperanza de vida escolar en 2 años en la última década (pasando de


11,4 años en 2001 a 13,5 años en 2010) mientras que los países de la OCDE y de América Latina
aumentaron la esperanza de vida escolar en 1 año en promedio, hasta 16,5 años y 13,4 años,

Varios factores inciden en las bajas tasas de asistencia escolar en Colombia, entre otros, una
deficiente transición entre niveles, las altas tasas de deserción escolar y un número significativo de
niños que no ingresan al sistema educativo.

Colombia ha implementado una variedad de iniciativas para enfrentar las disparidades en cuanto a
aprendizaje y acceso a la educación.

La desigualdad social ha contribuido a profundizar las disparidades en el acceso a la educación y el


cumplimiento de logros en Colombia. Según la Encuesta Demográfica y de Salud de Colombia
2009-2010, un estudiante del nivel socioeconómico más bajo (estrato 1)6 tiene una esperanza de
vida escolar de 6 años, es decir, la mitad en comparación con un niño del nivel socioeconómico
más alto (estrato 6), y es mucho más probable que esté fuera del sistema escolar

Las familias de niveles socioeconómicos más altos suelen tener mayores tasas de participación en
la educación en la primera infancia dirigida a los niños de tres a cinco años (Bernal, 2014)

Los estudiantes menos favorecidos también suelen asistir a escuelas y colegios en desventaja, los
cuales a menudo no cuentan con recursos humanos ni financieros (OCDE, 2011)

La evidencia proveniente de un análisis de las pruebas SABER indica que el nivel socioeconómico
de las instituciones educativas explica en gran parte la diferencia en cuanto a los logros, sugiriendo
que hay una alta tasa de segregación entre escuelas y colegios con base en el nivel
socioeconómico de los estudiantes (Barrera, 2014).

Barrera, M. (2014), La Educación Básica y Media en Colombia: Retos en Equidad y Calidad,


Fedesarrollo: Centro de Investigación Económica y Social, Bogotá, Colombia.

Bernal, R. (2014), “Diagnóstico y recomendaciones para la atención de calidad a la primera infancia


en Colombia”, Cuadernos Fedesarrollo, No. 51, Fedesarrollo, Bogotá, Colombia,
www.fedesarrollo.org.co/wp-content/ uploads/2014/04/debate_pres_2014_cuad51.pdf.

OCDE (2011), Reviews of National Policies for Education: Improving Lower Secondary Schools in
Norway 2011, OECD Publishing, París, http:// dx.doi.org/10.1787/9789264114579-en.
Durante los últimos 20 años, Colombia ha hecho una inversión significativa en herramientas para
monitorear y evaluar el desempeño de las escuelas y colegios. Con tres estudios externos
estandarizados (y un cuarto en desarrollo), es uno de los países con el mayor número de encuestas
nacionales sobre estudiantes en educación primaria y básica secundaria.

Estos estudios proporcionan información valiosa para hacer seguimiento de las escuelas y
colegios, así como del desempeño nacional y regional.

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