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TIPOS DE AGNOSIA VISUAL

En la agnosia visual aperceptiva, al fallar la construcción del percepto, la


persona no es capaz de identificar la forma de los objetos, de modo que no
puede reconocer las diferencias entre objetos similares, copiar su dibujo, ni
reconstruir mentalmente formas [1].

Agnosia apercetiva

Las personas con este problema no son capaces de ver diferencias ente dos
objetos parecidos. Tienen problemas en los dibujos incompletos o cuando se
encuentran muchos objetos juntos. Por ejemplo, una persona con agnosia
aperceptiva no sería consciente de dónde estaría la cama en un sitio así:

Bueno… puede que las personas sin este problema también lo tuviéramos
difícil. Pero concentrándonos un poco, veríamos la cama oculta debajo del
revoltijo de ropa.

Un anosognósico aperceptivo, vería objetos incompletos o detalles de un


objeto sin llegar a verlo en su conjunto. Es decir, ¿qué verían este tipo de
personas en esta imagen? Pues quizá la ropa que hay en el suelo es una pieza
completa de algo que tiene muchos colores.

La parte del cerebro en la que probablemente tenga algún daño esta persona
es en la zona que está justo detrás del punto más superior de nuestra cabeza.
La zona inmediatamente anterior a donde llegaba la información desde
nuestros ojos.

¿Cómo podemos identificar fácilmente este tipo de agnosia, entonces?


Por la gran dificultad que tiene la persona en identificar las siluetas hasta que
están muy completas y definidas. Además de los errores que cometen al
copiar dibujos y al tener que completarlos.

En la agnosia visual asociativa la persona percibe correctamente las formas,


pero no puede interpretarlas. Es capaz de emparejar figuras semejantes y de
copiar su dibujo, pero no puede relacionar una forma con un objeto[1] (por
ejemplo, relacionar un rectángulo con un libro, o un guante con una mano).

Agnosia asociativa

Las personas con este tipo de agnosia ven (con los ojos), igual de bien que las
anteriores. Además, a diferencia de las personas con agnosia aperceptiva, su
cerebro es capaz de componer mentalmente lo que están viendo. Es decir, su
cerebro también ve bien.

Agnosia visual aperceptiva

Es un deterioro en el reconocimiento de los objetos.11 Las personas con


agnosia aperceptiva no son capaces de alcanzar una percepción completa y
consciente de los objetos.12

Agnosia visual asociativa

Es un deterioro en la capacidad de reconocimiento del modo en que un


objeto debe utilizarse, aunque este objeto haya sido identificado
correctamente.11 Para estos pacientes, la percepción tiene lugar, pero
carece de significado.12
Subtipos de la agnosia visual asociativa

Acromatopsia: un deterioro en el reconocimiento del color.11

Prosopagnosia: un deterioro en el reconocimiento de los rostros.11 Estos


pacientes son conscientes de que están percibiendo un rostro, pero no son
capaces de reconocerlo, a pesar de que se trate de una persona familiar.13

Agnosia de la orientación: el reconocimiento de los objetos se conserva, pero


se pierden los conocimientos relativos a su orientación espacial.14

Agnosia de las pantomimas: Incapacidad para comprender las pantomimas


(gesticulaciones).15 Parece ser que la corteza visual cortical inferior es un
área cerebral que representa un papel clave en la comprensión de la
gestualidad.16

Agnosia visual aperceptiva

En este tipo de agnosia fallan componentes de la percepción, y por


consiguiente, no existe reconocimiento. La percepción es la facultad que
integra las características físicas de un objeto para que las podamos captar
como una todo tridimensional.

En la agnosia visual aperceptiva esta integración se ve gravemente afectada y


el paciente muestra déficits incluso en el reconocimiento de las formas más
simples. Estos pacientes, ante el dibujo de un martillo no lo sabrán reconocer
como un martillo. Tampoco sabrán copiarlo o emparejarlo con otro dibujo
del mismo martillo. Pese a todo, la agudeza visual es normal, así como la
percepción de la luz, la oscuridad, etc. De hecho, los pacientes incluso
pueden evitar obstáculos cuando caminan. No obstante, las consecuencias
para el paciente son tan nefastas que funcionalmente suelen mostrarse casi
ciegos con graves problemas en su nivel de independencia.

Algunos autores, de manera muy oportuna, han parafraseado a Saramago


“hay ciegos que no ven, y ciegos que viendo no ven”. El caso de un paciente
con agnosia aperceptiva sería el segundo. Estos pacientes pueden reconocer
el objeto por medio de otra modalidad sensorial como el tacto –a veces
tocando las diferentes partes del objeto en cuestión– o con pistas
contextuales o descripciones del examinador. Además, este tipo de acciones
por parte del examinador ayudan a realizar un diagnóstico diferencial y
descartar que la anomia –incapacidad de decir el nombre de lo que se ve– no
se debe a un déficit de lenguaje, por ejemplo.

Es un tipo de agnosia poco común y se ha descrito más frecuentemente tras


infartos bilaterales de las regiones de las arterias posteriores, intoxicaciones
por monóxido de carbono y en la variante posterior de la enfermedad de
Alzheimer. Así pues, s e produce por patologías que afecten regiones
occipitotemporales.

Agnosia visual asociativa

En este tipo de agnosia, además de la agudeza visual, percepción del color,


luz, contraste... también está preservada la percepción. No obstante, a pesar
de una percepción normal se encuentra afectado el reconocimiento. Como
en el caso anterior, ante el dibujo de un martillo el sujeto no sabrá que es un
martillo, pero en este caso sí podrá emparejarlo con otro dibujo de un
martillo. Incluso podrá copiar el dibujo o describir el objeto.
Es posible que identifiquen el dibujo debido a uno de los detalles del objeto
representado. Por norma general, los objetos son más difíciles de identificar
que los reales, posiblemente debido a un factor contextual. De nuevo el resto
de modalidades sensoriales pueden ayudar a su reconocimiento.

La agnosia asociativa parece ser debida a la desconexión entre los sistemas


visual y límbico. El sustrato puede ser la lesión bilateral de la sustancia blanca
(fascículo longitudinal inferior) desde el córtex asociativo occipital al lóbulo
temporal medio, que comporta una desconexión de los sistemas visuales y de
la memoria. Es por ello que esta agnosia también es llamada agnosia
amnésica. Las causas son similares al caso de la agnosia aperceptiva.

Otros tipos de agnosia

Existen muchos más tipos de agnosia y trastornos de la percepción. A


continuación citaré algunos de ellos. Simplemente voy a realizar una
pequeña definición para identificar el trastorno,

Acromatopsia

Es la incapacidad para distinguir los colores. Los pacientes que la sufren ven
el mundo en tonos grises. Aparece de forma secundaria una lesión bilateral
de la región occipitotemporal. Existen muy poco casos registrados. Si la lesión
es unilateral no provocará síntomas. Recomiendo mucho la lectura de
“Antropólogo en marte” en que se narra la historia de un caso de
acromatopsia. Además, leer a Oliver Sacks es siempre un placer. Os muestro
un fragmento de dicho caso el cual será mucho más explicativo del trastorno
que mi definición:
“El señor I. apenas podía soportar el aspecto que tenían ahora las personas
(«como estatuas grises y animadas»), y tampoco su propio aspecto en el
espejo: evitaba la vida social, y las relaciones sexuales se le antojaban
imposibles: veía la carne de la gente, la carne de su mujer, su propia carne,
de un gris abominable; el «color carne» le parecía «color rata» [. . .]
Encontraba las comidas desagradables debido a su aspecto mortecino,
grisáceo, y tenía que cerrar los ojos para comer “

Prosopagnosia

Es la incapacidad para reconocer caras de familiares, personajes famosos


previamente conocidos o incluso la cara de uno mismo en el espejo.

La prosopagnosia es un déficit específico del reconocimiento de caras y, por


tanto, deberemos descartar otros tipos de agnosias para su diagnóstico. En
general, no se ven afectadas otras funciones como la lectura. También
pueden estimar si son caras humanas o de primates e incluso reconocer la
expresión emocional de la cara en cuestión. Cabe destacar que los déficits
son más evidentes cuando se reconocen fotografías que cuando se ve a la
persona en cuestión, ya que existirán otras pistas contextuales como el
movimiento de ésta. También es muy interesante la propuesta de Damasio et
al (1990) que consideraría que la prosopagnosia no sería tanto un fallo en el
reconocimiento de caras, sino más bien la incapacidad para identificar la
individualidad dentro de un conjunto de similares.

Acinetopsia

Es la incapacidad para percibir objetos en movimientos. Se debe


frecuentemente a lesiones occipitoparietales posteriores. El primer caso de
acinetopsia se describió en 1983 en una mujer de 43 años que había sufrido
varios infartos cerebrovasculares bilaterales. Los déficits afectaban
gravemente su nivel de independencia. Por ejemplo, necesitaba tocar el
borde de la tazapara saber cuando debía servir café.

Algunas conclusiones

Creo que no es necesario justificar lo básica que es para nuestra vida la


función de gnosis. En cierto modo, nuestra conciencia depende de lo que
vemos y de la realidad que conforma nuestro cerebro. Esta “realidad”,
fabricada por nuestros circuitos, posiblemente dista mucho de lo que es la
realidad como tal. Pensemos por un momento: cuando vemos como habla
alguien generalmente lo que vemos y lo que oímos tiene una sincronía. Es
decir, si nos habla un amigo no deberíamos ver que primero mueve la boca y
después escuchamos el sonido, como si se tratase de una película mal
doblada. Pero, en cambio, la velocidad de la luz y la velocidad del sonido son
muy distintas.

El cerebro, de algún modo, integra la realidad para que la entendamos de


modo ordenado y lógico. Cuando este genio maligno Cartesiano falla el
mundo puede adquirir un tono caótico y aberrante. Como el mundo
fragmentado de P. o el mundo ausente de color de I. ¿Pero es más irreal su
mundo que el nuestro? Yo creo que no, todos de algún modo vivimos
engañados por nuestro cerebro. Como si estuviéramos en Matrix. Un Matrix
creado por nosotros mismos.

Pacientes como P. o I. han contraído patologías que les han hecho alejarse de
la “realidad” que acostumbramos a compartir el resto de seres humanos.
Aunque estos casos concretos tenían finales felices caracterizados por la
superación personal, en la tónica habitual de Oliver Sacks, cabe destacar que
no todos los casos son igual de bonitos. Los neurólogos y neuropsicólogos
solo vemos manifestaciones clínicas de estas patologías y, por desgracia, en
muchas ocasiones frente a estos casos nos vemos obligados a adoptar una
actitud de “voyeur”. Es decir, muchas veces no podemos hacer mucho más
que seguir el caso y ver como evoluciona.

Actualmente las terapias farmacológicas para los trastornos


neurodegenerativos son de utilidad muy reducida. La ciencia debe desarrollar
nuevos fármacos. Pero los neuropsicólogos debemos desarrollar nuevas
terapias no farmacológicas más allá de la estimulación cognitiva clásica. En
ello están realizando un gran esfuerzo y dedicación centros como el Instituto
Guttmann, especialistas en neurorehabilitación. Mi opinión subjetiva es que
quizá las nuevas terapias con realidad virtual marcaran el siglo XXI de la
neuropsicología. En cualquier caso deberemos trabajar en esta u otras
opciones y no conformarnos solo con el diagnóstico.

Texto corregido y y editado por Frederic Muniente Peix

Referencias bibliográficas:

Libros en que se narran casos de Agnosia y que recomiendo mucho su


lectura:

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