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Objetivo general
Analizar la información disponible en torno al debate teórico sobre mujer lesbiana indígena.
Justificación
Por otro lado, tanto la sociología, antropología, psicología social y psicología comunitaria,
así como otras disciplinas se pueden beneficiar del enriquecimiento de material científico
sobre mujeres lesbianas indígenas.
Finalmente, una razón más personal que sirve como motivación para llevar a cabo la
investigación tiene que ver con el hecho de que como integrantes de este equipo, existe un
sentimiento de identificación con la comunidad LGBTTTIQA+, por tanto, hay un espíritu
implícito de querer apoyar y brindar visibilidad a todas aquellas personas que también se
sientan identificadas con la comunidad. Por otro lado, se encuentra el hecho de que es
intrigante saber un poco más acerca de las implicaciones por las cuales las mujeres indígenas
no tienen cerca de ellas el concepto de lesbiana y que no logren conciliar que, aunque tenga
una orientación sexual distinta a la heterosexual, no las hace menos o más mujeres, sino que
continúan siendo personas valiosas.
Marco teórico
Esta investigación está basada en el hecho de que existe un recurso bibliográfico casi
inexistente acerca de la conceptualización, o lo que conlleva ser una mujer lesbiana indígena.
Si bien, en un futuro, se quiere crear el constructo que esta identidad implica y para ello,
generar una cantidad factible de literatura acerca de lo mismo, primero, resulta imperante
crear todo un marco en el cual se pueda exponer el debate teórico que se ha generado hasta
la fecha. Se considera que sólo a partir de demostrar la información existente se podrá
observar, con mayor claridad, los huecos existentes en cuanto a esta identidad para que así,
se pueda enriquecer, posteriormente, esta base de datos.
El presente marco teórico tendrá como objetivo el exponer todo lo que devela el desarrollo
de la visión de la sexualidad femenina, desde el momento en que se comenzó el proceso de
colonización, a partir de esto, se podrá brindar un contexto histórico para entender la
formación de la concepción actual de la sexualidad de la mujer indígena. Posteriormente, se
centrará en la exposición de la información correspondiente a la concepción y percepción de
una mujer indígena con una orientación sexual lésbica.
Resulta imperante para esta investigación que previo a la exposición de la información con
la que se cuenta, queden delimitados, de manera explícita, los conceptos centrales, es decir,
a qué se refiere cuando se menciona mujer, lesbiana e indígena. Cada una de estas palabras
forma una visión y percepción distinta en cada persona, por tanto, se quiere o pretende que
el lector esté en la misma página que el investigador para que pueda entender lo que se
presente de manera concordante con el objetivo mismo.
Posteriormente, se recurre al concepto de indígena. Se refiere a personas que son cien por
ciento originarias de México, quienes siguen conservando y aferrándose a sus costumbres y
tradiciones. Según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI),
las comunidades indígenas son descendientes de aquellas agrupaciones que se encontraban
en el territorio mexicano mucho antes de la colonización, y que aun cuando se reconocen
como parte de la nación, conservan sus propias estructuras sociales, culturales, económicas
y políticas (s.f).
Por otra parte, el concepto de lesbiana hace referencia a una mujer que tiene una atracción
erótica y afectivamente hacia otras mujeres (Discriminación, 2016). Según el “Glosario de la
diversidad sexual, de género y características sexuales”, la orientación sexual no tiene nada
que ver, o no guarda relación con la expresión de género, el sexo biológico y la identidad
cultural.
Según una entrevista realizada a Fátima Gamboa, por la revista Pikara (2017), ella describe
que las mujeres heterosexuales son las que determinan los movimientos sociales, políticos y
económicos en pro de la mujer, sin embargo, se tiene un abordaje deficiente por el hecho de
que sólo se piensa en una mujer, negando la diversidad de etnias, estatus migratorios,
religión, orientación sexual, entre otras características. Básicamente, cuando se habla de que
se está trabajando para darles voz a las mujeres en el sistema, sólo se refiere a las que cumplen
con lo que este mismo heteropatriarcado les pide, pero a la vez resulta paradójico porque
quieren salirse del mismo pero niegan la existencia de diversidad en cuanto a la concepción
de mujer.
Para la mujer que es lesbiana e indígena, hay una doble invisibilidad frente a los movimientos
ya reconocidos que pelean y exigen derechos específicos. Primeramente, en cuanto al
movimiento feminista, no está dentro de su agenda el pedir acceso a servicios de salud para
las lesbianas indígenas, ni siquiera tienen en mente que sea posible que una indígena se
considere lesbiana. Según Fátima Gamboa, en Pikara (2017), “no hay organizaciones de
mujeres indígenas o redes de mujeres indígenas lesbianas […] las agendas del movimiento
feminista no van focalizadas a mujeres lesbianas indígenas. La agenda lésbica es segregada”.
Básicamente, las necesidades de las mujeres lesbianas indígenas están completamente
invisibilizadas en las agendas de desarrollo ya existentes, por lo mismo que es impensable
una mujer lesbiana indígena.
Pero, ¿por qué no existe el concepto de mujer lesbiana indígena? ¿Qué lo hace ser
impensable? Hay dos factores primordiales que se pueden distinguir e identificar para que
esto suceda.
El primer factor tiene que ver con el hecho de que las comunidades indígenas se encuentran
arraigadas a su cultura, a su sistema de creencias y costumbres que las llevan a caer en el
heteropatriarcado marcado por la heteronormatividad. Retomando los pensamientos sobre la
sexualidad posterior a la colonización, se sabe que todo se volcó hacia una pureza espiritual
y religiosa, por tanto, lo único avalado y concebido como sagrado por Dios, es el matrimonio
entre hombre y mujer, además de la priorización del papel del hombre sobre el de la mujer.
Bajo estos constructos es que se basan las comunidades indígenas, por tanto, si durante años
sólo se ha visto una repetición en loop de esto, es lógico que sea impensable ver a la mujer
como algo más que heterosexual.
Quizá uno de los retos iniciales a los que se enfrenta el nuevo lector de teorías, es a un inusual
y generalizado rechazo de definiciones y categorizaciones. La mayoría de los autores de los
textos que se consideran fundacionales dentro de este campo académico evitan imponer
explicaciones axiomáticas que conviertan al producto de su ejercicio en una nueva gran
narrativa (Pp. 112).
Lo que esto quiere decir es que los investigadores de teorías que tienen relación con la
comunidad LGBTTTIQA+, le huyen a la definición de términos puesto que los encuentran
impositivos y limitantes. A últimos años, se ha visto un aumento en dejar a un lado las
etiquetas y sólo vivir lo que se es, sin embargo, en lugares o comunidades en las que no es
posible acoplar una orientación sexual con una identidad cultural, resulta imperante generar
un constructo de lo mismo.
Hasta existe el propio vocablo en dos lenguas indígenas, características del sureste de
México, para describir y nombrar al hombre homosexual. Desde la investigación de Gaspar
Morquecho (2013), “los tzeltales se refieren a los homosexuales como Antzwinik, hombre
mujer […] los tzotziles se refieren a los gays como Antzilón”.
Cuando se hace la diferenciación en cuanto a condiciones de nombramiento entre una mujer
lesbiana y un hombre homosexual, no se pretende dar a entender que el hombre tiene mejores
condiciones para vivir con libertad su orientación sexual, también enfrenta desafíos y
cuestiones de discriminación que lo llevan, ya sea, a vivir oculto o a alejarse de su comunidad,
así como de su familia.
Ahora bien, para las mujeres lesbianas indígenas, la clase de discriminación que sufren se
manifiesta como un castigo social en el espacio público, ya que es reconocido que dichos
lugares, dentro de la comunidad, están regidos bajo la regla de la heteronormatividad, es
decir, sólo se aceptan muestras de amor entre hombre y mujer, no hay de otra. Ante estos
actos, en su mayoría de burla pero que pueden escalar a violencia física, no son denunciados
puesto que implicaría la visibilización de su orientación sexual ante los miembros de su
comunidad, lo cual llevaría a su expulsión y la deshonra de su familia. Se podría decir que se
presenta una clase de discriminación clandestina, lo cual repercute en que se tenga escaso
conocimiento acerca de las problemáticas que enfrenta esta población lésbico indígena
(Pikara, 2017).
Ante esta problemática de discriminación, es imperante recalcar que este sector de población
es triplemente vulnerable ante actos desvalorizantes, por el hecho de ser mujeres y estar
inmiscuidas en un sistema machista-heteropatriarcal; por su orientación sexual diferente a la
heterosexualidad, lo cual, en todo el país representa un problema por la homofobia; y por su
origen indígena, que son vistas como población pobre, indignante y adversas a la normalidad.
Las mujeres indígenas lesbianas peleamos por tres territorios, el territorio-cuerpo como mujer
sobre el que poder tomar decisiones libres, el territorio-cuerpo- corazón deseoso como
lesbiana para poder elegir nuestros afectos y compañeras, y el territorio-tierra donde vivimos,
desarrollamos y revitalizamos nuestra identidad y resistencia.
Ahora, la cultura indígena no debería estar peleada con que haya distintas demostraciones de
orientación sexual aparte de la heterosexualidad, y mucho menos cuando se trate de mujeres.
Se cree que es posible que haya una aceptación de la concepción de mujer lesbiana indígena,
puesto que sí existen comunidades indígenas abiertas a esta población, además de que se
muestran en apoyo de la misma, tal es el caso de las comunidades zapatistas, quienes en una
carta redactada por el subcomandante Marcos durante la Marcha del Orgullo Gay en Ciudad
de México, en 1999, expuesta por Tonatiuh Maximiliano (2014), menciona que no hay razón
por la cual avergonzarse de ser lesbianas, homosexuales, bisexuales o transexuales, que como
cualquier otro ser humano tienen el derecho por nacimiento de ser respetos, son dignos de la
vida y ante la lucha por este reconocimiento, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se
encuentra orgullosos de ellos, además de que admiran su valentía y comparten su anhelo de
transparencia en el país.
Conclusiones.
Referencias
Belmonte, C. R. (2008). Concepto de género: reflexiones. Recuperado el 15 de Octubre de
2017, de file:///C:/Users/Aranza/Downloads/Dialnet-ConceptoDeGenero-
3003530.pdf
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. (s.f.). Los Pueblos Indígenas
de México. Obtenido de
http://cvonline.uaeh.edu.mx/Cursos/Lic_virt/Mercadotecnia/IMMC208/Unidad%20
1/13_lect_Que_significa_ser_indigena_hoy.pdf