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LA OXITOCINA

La oxitocina es una hormona relacionada con los patrones

sexuales y con las conductas maternal y paternal. También se

asocia con la afectividad, la ternura y el acto de tocar. Algunos la

llaman la "molécula de la monogamia" o "molécula de la

confianza". La oxitocina influye en funciones tan básicas como

el enamoramiento, el orgasmo, el parto y la lactancia.

La hormona es un neuropéptido, sintetizada por células nerviosas en el núcleo

paraventricular del hipotálamo, de donde es transportada por los axones de las neuronas

hipotalámicas hasta sus terminaciones en la porción posterior de la hipófisis

(neurohipófisis), donde se almacena y desde donde es segregada al torrente sanguíneo.

Estimulación de la oxitocina

Los principales estímulos que provocan la liberación de la oxitocina hacia la corriente

sanguínea son la succión del pezón, estimulación de genitales y distensión del cuello

uterino, conociéndose a este estímulo reflejo de Ferguson.

Efectos de la oxitocina

Desde la circulación sanguínea produce una muy amplia serie de efectos, casi todos

relacionadas con el sexo o con los efectos posteriores al acto sexual. Tanto en hombres

como en mujeres, el clímax sexual provoca el fluir de esta hormona y por consiguiente,

facilita la circulación del esperma y la contracción de los músculos en los canales

reproductores de ambos sexos.


LA OXITOCINA EN EL PARTO

La oxitocina endógena es una hormona excretada por los núcleos supraópticos y

paraventriculares del hipotálamo que se almacena en la pituitaria posterior. La oxitocina

se utiliza por vía intravenosa para inducir el parto y estimular las contracciones uterinas

una vez que se ha iniciado el parto. La oxitocina intranasal se utiliza para favorecer la

excreción inicial de leche una vez finalizado el parto

Mecanismo de acción: la oxitocina sintética ejerce un efecto fisiológico igual que la

hormona endógena. La respuesta del útero a la oxitocina depende de la duración del

embarazo, y aumenta a medida que progresa el tercer trimestre. En las primeras

semanas de la gestación, la oxitocina ocasiona contracciones del útero sólo si se utilizan

dosis muy elevadas, mientras que es muy eficaz poco antes del parto. La oxitocina

estimula selectivamente las células de los músculos lisos del útero aumentando la

permeabilidad al sodio de las membranas de las miofibrillas. Se producen contracciones

rítmicas cuya frecuencia y fuerza aumentan durante el parto, debido a un aumento de los

receptores a la oxitocina. La oxitocina también ocasiona una contracción de las fibras

musculares que rodean los conductos alveolar de la mama estimulando la salida de la

leche. Grandes dosis de oxitocina disminuyen la presión arterial mediante un


mecanismo de relajación del músculo liso vascular. Esta disminución es seguida de un

efecto de rebote con aumento de la presión arterial. A las dosis utilizadas en obstetricia,

la oxitocina no produce cambios detectables y en la presión arterial.

Farmacocinética: La oxitocina es metabolizada por la quimotripsina en el tracto

digestivo, y por lo tanto no puede ser administrada por vía oral. La respuesta a la

oxitocina intravenosa es casi instantánea. Después de una administración intramuscular

los efectos se observan a los 3-5 minutos. Después de una administración intranasal, las

contracciones del tejido mioepitelial que rodea los alvéolos de las mamas comienzan al

cabo de pocos minutos y duran unos 20 minutos. La semi-vida plasmática de la

oxitocina es de 1 a 6 minutos. La respuesta uterina se mantienen durante 1 hora después

de una administración intramuscular. La hormona se distribuye por todo el fluído

extracelular y sólo cantidades mínimas alcanzan al feto. En las últimas semanas del

embarazo, se observa un aumento notable de la oxitocinasa, una enzima que degrada la

oxitocina. Esta enzima se origina en la placenta y controla la cantidad de oxitocina en el

útero. La oxitocina es rápidamente eliminada del plasma por el hígado y los riñones y

sólo una cantidad mínima alcanza la orina y se excreta sin alterar.

INDICACIONES Y POSOLOGIA

Inducción del parto: las dosis intravenosas en adultos son: inicialmente de 0,5-1

mU/minuto en infusión. La velocidad de la infusión puede aumentarse lentamente (1-2

mU/ minuto a intervalos de 30 a 60 minutos) hasta que se consiguen las contracciones

apropiadas. Una infusión de 6 mU por minuto induce unas contracciones comparables a

las del parto espontáneo.


Reducción y control de las hemorragias post parto: dosis intravenosas en adultos:10 a

40 unidades por infusión a razón de 40 U/litro, después de la expulsión de la placenta.

Administración intramuscular: adultos;: 10 U/im después de la expulsión de la placenta.

Para la inducción de la lactancia: administración intranasal: una dosis de spray o tres

gotas de solución nasal (40 U/ml) en cada uno de los orificios nasales dos o 3 minutos

antes de dar el pecho.

No existen recomendaciones adecuadas para los ajustes de las dosis en pacientes

renales, aunque éstas no parecen ser necesarias

CONTRAINDICACIONES

La oxitocina intranasal puede clasificarse dentro de la categoría X de riesgo el

embarazo. Su uso durante el embarazo puede inducir contracciones uterinas y aborto.

Solamente debe ser utilizada en la semana siguiente al parto. La oxitocina no debe ser

utilizada para inducir el parto cuando hay evidencias de sufrimiento fetal, posición

anormal del feto, placenta previa, prolapso uterino, desproporción cefalopélvica, cáncer

cervical, cirugía mayor del cuello o de uterino previa o infección por herpes. El uso de

la oxitocina puede ocasionar en estos casos un agravamiento de la condición

produciendo un sufrimiento innecesario al feto y a la madre.

De igual forma cualquier condición que suponga una emergencia obstétrica es una

contraindicación al uso de la oxitocina. No se recomienda el uso prolongado de la

oxitocina en pacientes con eclampia o con atonía uterina crónica. Su uso continuado

puede ocasionar un efecto antidiurético con posibilidad de episodios convulsivos

producidos por una hipertensión


REACCIONES ADVERSAS

Algunos pacientes pueden experimentar una reacción de hipersensibilidad uterina a la

oxitocina. Lo mismo ocurre con dosis excesivas, produciéndose contracciones

hipertónicas aumentadas y alargadas que pueden ocasionar laceración cervical,

hemorragia postparto, hematoma pélvico y ruptura del útero. En algunos pacientes con

hipersensibilidad a la oxitocina, puede producirse un shock anafiláctico severo. Los

paciente con problemas cardíacos tratados con anestesia epidural pueden experimentar

efectos adversos después de la administración de oxitocina. Estos incluyen arritmias

cardíacas, disminución severa de la presión sistólica y diastólica, y aumento de la

frecuencia cardíaca, del gasto cardíaco y del retorno venoso. Aunque la oxitocina solo

tiene un ligero defecto antidiurético, si se administra conjuntamente con grandes

cantidades de fluidos puede ocasionar una intoxicación hídrica y coma. En algunas

mujeres sensibles puede darse una hipoperfusión de la placenta que resulta en una

hipoxia o hipercapnea fetal. La frecuencia y de hiperbilirrubinemia neonatal es 1,6

veces más elevadas que en el caso de partos espontáneos. Otros efectos secundarios,

aunque bastante raros, son hemorragias retinales neonatales y lesiones cerebrales o

nerviosas permanentes del feto.

OXITOCINA SINTÉTICA

¿Cuándo es necesaria esta oxitocina sintética?

Durante la dilatación, suelen administrarse por vía

intravenosa sustancias que reproducen el efecto de la

hormona que provoca el parto de forma natural: la oxitocina.

Esta práctica no está exenta de polémica, pues los defensores


del parto natural (con mínima o nula intervención médica) argumentan que no siempre

se utiliza adecuadamente.

¿En qué casos se aplica la oxitocina sintética?

Lo realmente necesario para que se desencadene el parto es la producción endógena

(por el propio cuerpo) de oxitocina, una hormona que segrega el cerebro de la madre

durante la gestación. Antes del parto los niveles aumentan para estimular las

contracciones del músculo uterino. Aunque en la mayoría de clínicas y hospitales la

oxitocina sintética se utiliza de forma rutinaria para acelerar el parto, su empleo

únicamente está indicado cuando las contracciones no consiguen una dilatación

adecuada del cuello uterino o si es necesario inducir el parto.

¿Cómo se administra?

A través de un gotero (como el suero), de forma controlada y a dosis crecientes. La

velocidad del gota a gota se aumenta gradualmente hasta conseguir las contracciones

apropiadas. El obstetra mantiene una vigilancia estrecha de las contracciones uterinas, la

presión sanguínea de la madre y la frecuencia cardiaca del feto. Este seguimiento le

permite adaptar la dosis de la hormona sintética a las características de cada parturienta.

¿En qué posición debe estar la madre?

Puede adoptar cualquier posición. El gotero no tiene por qué impedir dar pequeños

paseos por la habitación. Es la analgesia epidural, y no la administración de oxitocina,

lo que suele limitar el movimiento de las piernas.

¿Qué tipo de contracciones provoca? ¿Son más dolorosas?

La oxitocina sintética provoca contracciones similares a las que produce

espontáneamente la oxitocina natural. Es falso que sean más dolorosas. Lo que ocurre es

que, como se administra cuando la actividad uterina es insuficiente, el dolor aparece de


repente, pero es el mismo dolor que notaría la mujer si la respuesta a la oxitocina

endógena fuera adecuada.

Tras el parto y en la lactancia

La oxitocina sintética también se administra tras la salida de la placenta (incluso en las

cesáreas) para favorecer la contracción del útero y reducir la pérdida de sangre. Esta

hormona también estimula la salida de la leche. Aunque no es una práctica habitual (y

en general se desaconseja), cuando no se consigue iniciar la lactancia, a veces se

administra oxitocina por vía nasal para mejorar el reflejo de eyección del pecho (la

aparición de leche da confianza en la madre).

¿Aumenta el número de cesáreas y de partos con fórceps?

No. Poder estimular la dinámica uterina cuando es necesario ha supuesto una menor

tasa de cesáreas por parto detenido y una menor necesidad de recurrir al parto

instrumental (ventosa, fórceps) para aliviar un expulsivo prolongado.

Además, ha contribuido a mejorar el bienestar del recién nacido al acortar los partos

excesivamente largos.

¿Qué riesgos puede tener para la madre y el bebé?

En la madre existe un efecto leve antidiurético (retención de orina). Este efecto, a parte

de no ser grave, es excepcional si la oxitocina se administra en dosis adecuadas. En las


embarazadas que han pasado por una cesárea hay un riesgo mínimo (del 1%) de rotura

uterina.

En el feto la hiperestimulación uterina puede producir un déficit de oxígeno transitorio,

que suele resolverse fácilmente interrumpiendo la administración. En ocasiones es

necesario realizar una cesárea. Ello no quiere decir que la causa de esta intervención sea

la oxitocina sintética, sino que se trata de un feto que no aguanta bien el estrés que

suponen las contracciones uterinas. La estimulación con oxitocina lo único que hace es

poner de manifiesto la limitada capacidad del bebé para resistir un parto largo.

¿En qué casos no debe administrarse?

No se debe inducir un parto con oxitocina cuando hay evidencias de sufrimiento fetal,

posición anormal del feto, placenta previa, prolapso uterino o desproporción

cefalopélvica. Hay situaciones en las que la oxitocina debe usarse con más precaución

como: cicatriz uterina anterior, parto gemelar y cardiopatía materna. En casos de

insuficiencia coronaria o renal, o de hipertensión, la dosis debe ser baja.

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