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Vosotros sois la sal de la tierra

“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se


desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para
nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”

Antes de entrar de lleno al estudio de este texto Bíblico,


hablemos un poco de la sal y veamos su utilidad…

Sustancia blanca, cristalina, muy soluble en el agua, que


abunda en la naturaleza en forma de grandes masas sólidas
o disuelta en el agua del mar y en la de algunas lagunas y
manantiales; se emplea como condimento, para conservar y
preparar alimentos, para la obtención del sodio y sus
compuestos, etc., y generalmente se presenta en polvo de
cristales pequeños.
"la composición química de la sal es cloruro de sodio ‘NaCl’"
o
Persona o cosa que ameniza o quita aridez y monotonía.
"su amiga fue la sal de la fiesta; si no fuera por estos
momentos de diversión que son la sal de la vida, el trabajo se
haría pesadísimo"

Coloquialmente, la agudeza o ingenio en una persona es


calificado como la "sal" de la conversación y se dice que
una persona es "salerosa" cuando tiene garbo, gracia al
hablar y un trato amable con los demás

Ahora bien, a la Tierra se la llama ‘planeta azul’. No


debiera extrañarnos si se la llamase ‘planeta de la sal’, ya
que el 97% del agua que hay en el mundo está en océanos
y mares. Hay científicos que afirman que en el mar están
todos los elementos conocidos. Si pudiese esparcirse la sal
marina seca sobre la tierra continental llegaría a cubrirla
con una capa de 150 metros de espesor: ¡equivalente a un
edificio de 45 pisos! 4
Gracias a la evaporación, nubosidad y lluvias la tierra firme
transforma el agua salada en dulce, dando vida a plantas,
animales. Además, todavía en muchas carreteras se
desparrama sal para quitar el hielo invernal 5. De modo que
estamos frente a un recurso sumamente importante para la
vida humana. Para arribar al objetivo de este artículo me
permitiré enumerar solo algunos datos aportados por el
conocimiento científico6.
1. La sal común que conocemos es un elemento químico
conocido como cloruro de sodio (NaCl). Es el generador del
apetito y de la sed y factor importante en la alimentación de
los seres humanos.
2. No solo saboriza las comidas sino que ayuda a la
fabricación de encurtidos y la conservación de carnes y
pescados, aunque la congelación de alimentos ya está
haciendo disminuir este último uso.
3. Ayuda a mantener regulada la homeostasis respecto de
los niveles de agua que tenemos en nuestro cuerpo. La sal
es factor de equilibrio. Recordemos que nuestro organismo
está compuesto de un 75% de agua al nacer y 65% en la
edad adulta.
4. Regula la salida de agua en la orina, fijando las
cantidades que deben ser retenidas para mantener la
hidratación e impedir que muramos por deshidratación.
5. Produce las plaquetas necesarias para la coagulación
sanguínea en accidentes con hemorragias.
6. Actúa en el proceso potenciador de la acción en el
sistema nervioso (despolarización, repolarización e
hiperpolarización).
7. Agregando yodo a la sal se previenen enfermedades de
la tiroides.
8. Con el agregado de flúor se previene la caries dental.
Podemos ver ahora cuanta utilidad tiene la sal y pudiera
haber más, pero nos tomaría más tiempo mencionarlas y
aplicarlas, sin embargo con lo que hemos visto hasta ahora
acerca de la sal podemos notar tan importante comparación
que el Señor hizo.
Volvamos a Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra.”,
esta comparación del Señor es para sus discípulos y es
para nosotros también porque la palabra de Dios
transciende a nuestro tiempo y es un gran compromiso y un
gran reto para la iglesia, al llamarnos sal de la tierra,
entonces debemos cumplir con la función o el propósito de
la sal que no es otro que el de salar, leamos bien la primera
parte del verso 13 ““Vosotros sois la sal de la tierra; pero si
la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? es decir,
debemos conservar las características propias de la sal
para poder salar, porque si la sal no conserva su poder, ya
no sirve más para nada sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres, ahora bien usted preguntara y que
puedo o que debo hacer para ser sal y no perder mi poder
para salar? Importante pregunta y la respuesta la tenemos
a partir del verso 3 del capítulo 5 de Mateo.

El inicio del Sermón de la Montaña cita que serán bienaventurados los pobres de espíritu,
debido a que es el fundamento del resto de las bienaventuranzas y de la vida cristiana.
La palabra pobre escrita en este el sermón proviene del griego ptojos, que se refiere
al mendigo o a la pobreza paupérrima, este significado es el que usamos día a día en la vida
cotidiana como un calificativo para tildar a quienes no tienen recursos para poder subsistir
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, se puede pensar que serán bienaventurados los que
mendigan o los que tienen un espíritu pobre.
Cuando una persona está llena de soberbia, es orgullosa, se cree superior a los demás, y
posee una falsa humildad, siendo pobre o rico materialmente, no es un pobre de espíritu.
Jesucristo con esto se refiere, más bien, a una aptitud de pobreza en el espíritu, que va
acompañada del desapego a lo material y la apertura a lo espiritual, en otras palabras,
es la humildad que se lleva en el corazón.
¿QUÉ SIGNIFICA SER POBRES DE ESPÍRITU?
El Nuevo Testamento manifiesta que la mayor riqueza proviene de nuestro interior,
porque la felicidad no depende de las circunstancias exteriores sino de nuestro fuero interno.
Entonces los pobres de espíritu son los que se han convencido de su necesidad espiritual,
quebrantan el orgullo, y comienzan a clamar desde el fondo de su corazón contrito que no
tienen nada y que todo, absolutamente todo, se lo deben a Dios.
Son bienaventurados los pobres de espíritu porque con humildad reconocen sus flaquezas
y aceptan la ayuda de Dios.
Dios alienta y hace bienaventurados los pobres en espíritu llenándolos de su gracia en la
vida terrenal y a futuro disfrutaran de los dones preciados porque de ellos será el reino de
los cielos.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán


consolados.

El llanto es una respuesta natural que surge para expresar alguna emoción, ya bien sea
por dolor, tristeza o pérdida, y socialmente es visto como un signo de debilidad, pero
incluso se puede llorar de felicidad, que de acuerdo a los valores sociales se vincula con
un triunfo.

El ser humano comúnmente no se examina espiritualmente hasta que se le presentan los


problemas, y es aquí cuando se busca un consejo, una ayuda, una opinión diferente que
emplace a conseguir una solución satisfactoria a la contrariedad.
Siempre una situación difícil viene acompañada de un dolor intenso que es
incontenible, que normalmente genera el llanto y aflora la vulnerabilidad.
Entonces con esto, podemos pensar que bienaventurados los que lloran porque tienen
un dolor o una alegría.

¿CÓMO PUEDEN SER BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN?


Precisamente esta bienaventuranza, es la respuesta emocional de quien ha alcanzado un
corazón resignado para encontrarse con Dios y recibir su misericordia, en este
sentido, los que lloran reconocen que son pobres de espíritu, y por ello experimentan un
dolor que hace posible tal encuentro.
Ese dolor viene dado, porque ante los ojos de Dios todos somos pecadores, y justamente
esa pena significa que se admite el pecado cometido y hay un arrepentimiento por
ello, por esta razón son bienaventurados los que lloran, porque se sensibilizan por sus
propios pecados y por los ajenos.
Pero puede un sufrimiento causar dicha o felicidad, esta reflexión resulta ajena en una
generación donde el contexto cultural está lleno de banalidades.

Cuando se libera el pecado se experimenta una sensación de gozo, es quitarse un peso


moral de encima, y como gratificación se recibe la consolación, que es la bendición de
Dios.
Este es el beneficio del que habla Jesucristo en cuanto a bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados por Dios.

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en


herencia la tierra.

Esta bienaventuranza se relaciona con un atributo del ser humano que brota como
respuesta de la condición de pobreza espiritual, en la cual con el corazón humillado se
recibe el perdón de los pecados y la consolación de Dios.
Jesucristo dijo bienaventurados los mansos, mientras que en nuestro mundo se cataloga
a un manso como una persona con carácter débil, que no tiene autoridad, que le falta
liderazgo e inclusive poco productiva.
Ante tales circunstancias de la vida cotidiana ¿cómo puede un manso enfrentarse a las
injusticias de este mundo y ser feliz?
¿CÓMO SON BIENAVENTURADOS LOS MANSOS?

Bíblicamente, la palabra manso significa tener un espíritu apacible con un dominio


propio que sólo se recibe de Dios a través del Espíritu Santo.
Ser manso es tener el poder del Espíritu Santo, para ser comprensible con el prójimo, y
son frutos de ello: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe, benignidad, templanza, y
sobretodo mansedumbre.
El hombre que practica la mansedumbre es feliz porque el Espíritu Santo está en su
corazón, evita las discusiones, la violencia, el atropello hacia el otro y más aún perdona
al que le ofende.
Todas estas cualidades hacen al manso obediente ante la voluntad de Dios, por
ello recibe su bendición que redunda en su felicidad.
Jesucristo nos enseña que toda devoción con Dios tiene su recompensa, y en este
caso, bienaventurados los mansos porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Esta herencia de la tierra, no se vincula a una posesión material, sino que va más allá, ya
que practicando la mansedumbre se obtienen bienes intangibles no sólo enriquecen el
espíritu sino que también constituyen los tesoros más divinos que Dios promete.
Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán en herencia la tierra, en otras
palabras, heredaran la bendición eterna y celestial del reino de los cielos.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de


justicia, porque ellos serán saciados.

En esta bienaventuranza se hace mención de dos deseos naturales como son el hambre y
la sed, necesidades que juntas expresan una terrible avidez de justicia en el alma que
parece insaciable, y que solo es solventada con lo espiritual.
La palabra justicia significa la virtud que hace dar a cada cual lo que le pertenece
equitativamente, también representa un derecho ético o moral, pero desde el punto de
vista religioso, la justicia es la santidad, la fidelidad y la conformidad en el cumplimiento
de los mandamientos de Dios.
Cuando Jesucristo dice bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, se
refiere a aquellos que claman por una justicia divina, que no se gana por un trabajo duro,
por dinero, o por sacrificio, y mucho menos por conflictos penosos, pero si es concebida
gratuitamente por Dios.

¿CÓMO SE OBTIENE LA JUSTICIA DE DIOS?


La justicia divina se consigue aceptando con fe a Jesucristo y cumpliendo la voluntad
de la palabra de Dios, en este sentido, una persona que alcanza la justicia espiritual,
obra con bondad, vive en la verdad y práctica la mansedumbre.
Al vivir de manera correcta con el propósito de Dios, se desecha el odio, la condena, el
rencor y todos aquellos males que nos alejan de su camino, y se abre la ruta que conduce
a las gratificaciones espirituales, es decir, bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Los hambrientos y sedientos encuentran aplacar su gran necesidad de justicia en
Jesucristo, ya que él como hijo de Dios posee todos los elementos para saciar el alma.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
con la dicha de obtener la paz espiritual con el perdón de sus pecados y la vida eterna
que sólo Dios otorga.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán la misericordia.

En esta bienaventuranza, el hombre se eleva por encima de lo que es justo y llega a lo


que es bueno, amable y generoso para con los otros, por ello son bienaventurados los
misericordiosos.
Una de las cosas que más trasgrede el ser humano en este mundo es la misericordia,
siendo muy común los casos de relaciones tensas o rotas por motivos como envidia,
chisme o rencor, que a veces pueden terminar en consecuencias fatales.

¿QUÉ ES LA MISERICORDIA?
La misericordia es sentir desde el propio corazón la miseria, la pobreza y la
vulnerabilidad del prójimo; ser misericordioso es ser empático aceptando a los demás
tal cual como son, estar abierto a perdonar a quienes nos han
ofendido y compadecernos del sufrimiento ajeno.
La misericordia se puede expresar de diferentes maneras, mediante las obras de
misericordia corporales, donde compartimos algo de lo que tenemos con el prójimo, y
a través de las obras de misericordia espirituales, cuando entregamos desde lo que
somos para ayudar a otros.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos


verán a Dios.

Tener un corazón limpio es una tarea difícil de alcanzar, por la sencilla razón que todos
somos pecadores, desde nuestros pensamientos y por consiguiente en nuestros actos, y
muchas veces el propio corazón nos engaña y creemos las mentiras que de él fluyen.
En el momento que Jesucristo dijo bienaventurados los limpios de corazón, se refirió
a aquellas personas de emociones, intenciones y pensamientos puros y sinceros, que
actúan con integridad y sinceridad en concordancia a cómo piensan o sienten.
Un corazón limpio es sinónimo de la honestidad que se expresa queriendo vivir en la
gracia de Dios, sin ofenderlo y conservando una conducta que sea buena en intención y
acción.
¿CÓMO MANTENER UN CORAZÓN LIMPIO?
Dios siempre espera pureza doctrinal de nuestra parte, por ello no predicando algo que
no practiques, cumpliendo los compromisos con él, discerniendo lo que es bueno de lo
que es malo, teniendo la voluntad de hacer y de creer en lo que se hace, y siendo dignos
de él, limpiamos la mente y la vida.
Para limpiarnos el alma es necesario hacer catarsis, que es una descarga espiritual de
todas nuestras deudas con Dios, revisando y corrigiendo nuestras prioridades diariamente
para buscar su reconocimiento que brindará a nuestra alma la vida eterna, por ello
son bienaventurados los limpios de corazón, ya que ellos verán a Dios.
Hay una manera de ver a Dios en la tierra, y es cuando caminamos en integridad de
acción con él, podemos verlo en la naturaleza, en la creación y en la oración, con toda la
esperanza puesta en él para purificarnos.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios en la gloria eterna,
más grandemente, claramente, cercanamente y bendecidamente que otros, como
consecuencia de la limpieza por sus prácticas de vida que definen la pureza de corazón.

Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos


serán llamados hijos de Dios.

El ser humano desea vivir en paz, pero no encuentra la manera de cómo hacerlo, esto se
debe al hecho que busca en el mundo exterior las razones de la falta de paz interior.
La palabra de Dios revela claramente que la paz interna tiene poco que ver con el mundo
exterior y más con el mundo interior.
La falta de paz interior se debe a pasiones que luchan internamente y no se han rendido
ante Jesucristo o simplemente no lo reconocen.
Si Jesucristo dejó su prerrogativa en este mundo para establecer como bienaventurados
los que buscan paz, por qué el hombre tiene tanta dificultad en ceder a su orgullo y
conveniencia para deponer la paz con otros, lo que impide buscar la paz.
La fuente de la verdadera paz tampoco es la tregua del mundo que depende de las
circunstancias, sino más bien se refiere a que nuestra relación con Dios está en perfecta
armonía, por ello Jesucristo dejo clara esta diferencia:
‘’La paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo’’ Juan 14:27.
La bendición de esta bienaventuranza viene dada a quienes hacen el esfuerzo y el
sacrificio para seguir reconciliando al hombre con Dios y establecer la paz con otros
que no están reconciliados, en tal sentido, bienaventurados los que buscan paz, porque
ellos serán llamados hijos de Dios.

¿POR QUÉ SERÁN LLAMADOS HIJOS DE DIOS LOS QUE BUSCAN LA PAZ?

Todos somos hijos de Dios cuando somos regenerados, pero más allá de esto, la bendición
más grande que se recibe es ser llamados sus hijos.

Bienaventurados los que buscan paz, porque ellos serán llamados hijos de
Dios porque la consecuencia de trabajar por la paz es el reflejo de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la
justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

En esta bienaventuranza, Jesucristo se refiere a quienes han desarrollado una formación


espiritual siendo limpios de corazón y espíritu, sufriendo por sus pecados, predicando la
mansedumbre, la misericordia y la paz con hambre y sed de justicia, sufrirán de
la persecución como consecuencia de ser hijos de Dios.
Debemos recordar que vivimos en un mundo que se vende al pecado, y cuando nuestras
palabras o acciones exponen la maldad o la mentira de los demás, es causa de irritación
en la sociedad, ya que hay un sentimiento de intimidación que trata de apartar
la justiciade Dios.
Aquellos que han proclamado la justicia de Jesucristo han encontrado un choque con el
mundo, y han terminado siendo perseguidos física o verbalmente.

¿A QUÉ SE REFIERE LA JUSTICIA POR LA QUE SON PERSEGUIDOS LOS


BIENAVENTURADOS?

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia de Dios, porque ellos han
aguantado la persecución y han resistido la difamación con gozo por la fe en él.
La justicia referida en esta bienaventuranza que causa persecución tiene un sentido
bíblico de piedad y fortaleza, siendo el resultado de la gracia del Espíritu Santo en
nuestro interior.
Existen tres razones por la que esta justicia es una bendición divina:
1. Ser perseguido es indicativo que se transita por el camino correcto abrazado a Dios.
2. El perseguido sentirá la compañía de Jesucristo en sus acciones.
3. El premio para el perseguido por sus actos será glorioso, por ello, bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dios llamó a los cristianos para que a pesar de lo que sucediera por su fe, esperaran la
prueba consumada y perfecta de su don: bienaventurados los perseguidos por causa de
la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan


y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros
por mi causa.
En el mundo existen distintas ópticas de lo que es bueno y lo que es malo, e incluso hasta
de la manera como debemos conducirnos, entonces resulta inevitable una confrontación
entre dos formas de ver la vida, la de los devotos y la de los ateos.
Esta bienaventuranza expone que los malos tratos, calumnias y mentiras a lo que son
sujetos quienes profesan la justicia de Dios, no representan la razón de la felicidad, pero
sí constituyen pruebas de fe.

¿POR QUÉ SERÁN BIENAVENTURADOS LOS QUE RECIBEN INJURIAS Y


PERSECUCIÓN?

La felicidad de los fieles viene dada por la fe en Dios aunque existan momentos difíciles,
por ello, bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira
toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Se trata de la importancia y el sentido que tiene Jesucristo en nuestras vidas, y tener
presente que él como hijo de Dios fue perseguido por su palabra, sufrió la crucifixión
por nosotros y resucitó para salvarnos.
Por ello las pruebas de fe que trae consigo el vituperio tienen una victoria, que es el
resultado del vigor que nos da el Espíritu Santo desde lo más profundo de nuestro ser,
para convertir nuestros momentos débiles en los más fuertes, y así mantenernos firmes
y fieles a Dios.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda
clase de mal contra vosotros por mi causa, porque es lo que le da sentido a la vida
cristiana glorificando a Jesucristo en su sufrimiento.
La purificación de nuestro carácter en la lucha contra las tinieblas significará el regalo
más preciado de Dios que es el Reino de los Cielos, y así serán bienaventurados seréis
cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa.

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