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PR OG RAMA DE
ATENC I ÓN TEMPRANA
Intervención en niños con Síndrome de Down
y otros problemas de desarrollo
Hk2. 31
3Z C M^
PROGRAMA DE ATENCIÓN
TEMPRANA
ÍNDICE
Págs.
PRESENTACIÓN ................................................... 9
INTRODUCCIÓN ................................................... 11
PARTE I
Capítulo 1
Introducción ........................................................ 17
Fundamentos de la atención temprana .............................. 18
Programas de atención temprana .................................... 20
Hacia un nuevo modelo ............................................. 26
Evaluación del desarrollo infantil ................................... 28
Interacción padres -hijo .............................................. 30
Aspectos metodológicos ............................................. 31
Eficacia de los programas de intervención temprana ................ 34
Programas de intervención temprana en niños con síndrome de
Down ............................................................. 41
Referencias bibliográficas ........................................... 46
8 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
Págs.
Capitulo 7
AUTORES:
aprendizaje y todos esos otros estímulos que median sus efectos gracias a, y
a través de, los cambios que inducen en la actividad nerviosa. Es evidente,
pues, que son muchos los factores intrínsecos y extrínsecos que confluyen
sobre una célula en desarrollo. De forma que sólo si todas estas acciones y
factores se ejercen en los momentos apropiados, se conseguirá que la dife-
renciación de la célula nerviosa resulte plenamente adecuada.
que se caracterizan por tener una causa concreta y seguir una evolución más
o menos previsible. El conocimiento de la alteración y de la anomalía debe
ser el cimiento sobre el que se fundamente la acción correctora subsidiaria.
La especialización creciente en todos los órdenes del conocimiento se ha
hecho extensible también al mundo del síndrome de Down. Como tantos
otros cuadros que involucran el desarrollo del cerebro, el desarrollo en estos
casos sigue un determinado patrón, con unos determinados problemas que
exigen unas determinadas soluciones.
Varios son los errores conceptuales y prácticos que se suelen ver refle-
jados en la experiencia diaria. He aquí unos cuantos.
Pero las cosas no son tan sencillas. Si bien es verdad que el enriqueci-
miento ambiental condiciona el buen desarrollo y favorece la expresión de
la plasticidad del sistema nervioso, la clave está en saber discernir en qué
consiste un ambiente enriquecido para una circunstancia o patología concre-
ta, cómo aplicarlo para que sea útil, qué grado de buen desarrollo es previsi-
ble que se alcance, y a qué costo de todo el ambiente en que el individuo se
encuentra. Todo ello exige estudio, análisis individual, contraste de resulta-
dos y métodos, evaluación permanente, rectificación; es decir, todo lo con-
trario de la rutina y la ignorancia que a veces se detecta en grupos dedicados
a la estimulación. La «funcionalización» de la estimulación precoz, en el
sentido más peyorativo del término, termina haciendo estragos sobre el fu-
turo desarrollo del niño; no sólo porque crea falsas expectativas en las fami-
lias sino porque la aplicación automatizada de recetas mal aprendidas y peor
aplicadas convierten el sistema nervioso en un terreno yermo y en ocasiones
perdidas.
dos y programados para los niños con síndrome de Down, que son el fruto
de la experiencia sólidamente adquirida por grupos que trabajan con profe-
sionalidad dentro de la realidad española. Sirvan, pues, estas líneas de invita-
ción cordial al lector para que se adentre de forma decidida en las páginas de
esta nueva edición, y se deje llevar por la conducción experta de unos auto-
res que han puesto lo mejor de su experiencia al servicio de los niños con
síndrome de Down y de los agentes auténticamente estimuladores: las fa-
milias.
Isidoro Candel
ATENCIÓN TEMPRANA. SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE FUTURO 17
INTRODUCCIÓN
III. Por último , nos gustaría señalar un tercer punto , hasta ahora
apenas esbozado : la rentabilidad económica . Puede parecer de
mal gusto hablar de criterios económicos cuando se trata de ayu-
dar a niños con problemas, pero no cabe duda de que este factor
tiene una tremenda importancia. No disponemos de trabajos sis-
temáticos llevados a cabo en nuestro medio, pero los realizados
en otros países nos muestran el bajo costo y la alta rentabilidad
personal y familiar de los programas de AT (ver, por ejemplo,
Erickson, 1992). Es indudable que ésto ha supuesto un acicate para
más de un gobierno a la hora de subvencionar programas de AT.
Son escasos los trabajos que han examinado las diferentes modalida-
des de programas de IT para comprobar su eficacia. En un estudio de Wo-
lery y Dyk (1985), se examinaron dos modelos de actuación, basados en el
centro, del Infant/Parent Training and Early Childhood Development Pro-
gram. Los niños allí atendidos presentaban distintos tipos de deficiencias, de
profundas a ligeras. En el nivel 1, los niños recibían servicios educativos y
terapéuticos dos días por semana, durante tres horas diarias; sus padres par-
ticipaban durante uno de esos dos días. En el nivel II, los niños recibían los
servicios educativos y terapéuticos cinco días por semana, durante tres horas
diarias, y sus padres participaban una o dos veces al mes. La evaluación
comprendía dos tipos de medidas: los cambios evolutivos observados en un
perfil de desarrollo y el logro de objetivos educativos y terapéuticos. Los
autores comprobaron que los niños pequeños (hasta 2 años) hacían cambios
evolutivos positivos en el nivel 1, mientras que los niños de edad preescolar
(2-5 años) los hacían en el nivel II.
ALARMA TIPO 1:
Por unas causas o por otras , se desperdician unos meses que tienen
una gran importancia en el desarrollo del niño y en el buen funcionamiento
de la dinámica familiar.
Por fortuna, son cada vez más los programas que consideran a la
familia como un miembro esencial del equipo de intervención. Tal vez, uno
de los principales méritos de la IT ha sido, precisamente, la incorporación de
los padres a los programas para los niños deficientes o de riesgo. De la
misma forma que se hace al diseñar programas para los niños, es necesario
considerar la situación familiar, seleccionar los objetivos, intervenir y eva-
luar el progreso hacia las metas establecidas. No se puede aplicar un progra-
ma de IT de forma indiscriminada pues, en muchas ocasiones, existen una
serie de necesidades que deben remediarse antes de que los padres empie-
cen a implicarse de lleno en el proceso educativo. Por ello, como apuntan
Guralnick y Bricker (1989), el profesional debe evitar convertirse en el «ex-
perto» que dice a los padres lo que tienen que hacer y cómo; resulta más
provechoso desarrollar una relación cooperativa en la que cada individuo
aporte información y destrezas valiosas.
INTERACCIÓN PADRES-HIJOS
el niño y sus padres; más tarde , las exploraciones del medio ambiente por
parte del niño están influidas por la seguridad del apego del niño a sus
padres.
Entre los niños de alto riesgo o niños con deficiencia y sus padres, son
frecuentes los patrones distorsionados de interacción social (Clark y Seifer,
1983). Un problema que presentan estos niños es la dificultad para interpre-
tar sus señales comunicativas : contacto ocular disminuido , menor capacidad
de respuesta o mayor lentitud para responder . Pese a la superestimulación
de la madre (que suele hablar más, tocar más), y a sus repetidos intentos por
mantener la atención del niño, éste no termina de incorporarse a la interac-
ción y , entonces , se establece un ciclo de patrones de interacción inadapta-
dos. En consecuencia, las madres dan más importancia a las conductas de
mantener la atención , excluyendo conductas más adecuadas, como el habla
rítmica o la voz con entonación , por ejemplo . Por eso , algunos autores des-
criben a las madres de los niños con dificultades como más directivas y
percibiendo su papel , primariamente , como una ayuda a sus hijos para eje-
cutar todo su potencial durante la interacción (Mahoney, Fors y Wood,
1990).
ASPECTOS METODOLÓGICOS
Dentro del apartado del ambiente fisico del hogar, hay que hacer una
mención especial al capítulo de los juegos, juguetes y materiales que el niño
tiene a su alcance . Éstos deben ser variados y adecuados a las características
evolutivas y a los gustos personales de cada niño. En los juegos espontáneos
y divertidos entre los padres y el niño es donde se pueden y se deben inser-
tar, de forma natural , los objetivos del plan de estimulación: hay juegos que
favorecen la interacción socio-comunicativa ; juegos encaminados a mejorar
la permanencia del objeto (escondite ); juegos para favorecer la estimulación
vestibular ; juegos que desarrollan la actividad simbólica, etc. Lo fundamen-
tal es que los padres se diviertan mientras juegan con su hijo , haciendo
divertidas estas actividades y no convirtiendo la estimulación en algo rígido,
mecánico y tedioso para unos y otros.
pado en un programa de IT, o bien tenían CD mayores que los niños con
SD que habían evolucionado espontáneamente (Aguirre y cols., 1983; Nar-
bona y otros, 1984; Connolly y otros, 1980; Fewell y Oelwein, 1991), o bien
adquirían los hitos evolutivos bastante antes que los niños con SD no esti-
mulados (Hanson y Schwarz, 1978). Un trabajo de Piper y Pless (1980), utili-
zando el mismo tipo de diseño que los estudios anteriormente citados, no
evidenciaba diferencias significativas en favor del grupo de los niños con SD
estimulados. No obstante, Piper y Pless reconocen la presencia de varios
factores de sesgo que pudieron influir en los resultados: el período de inter-
vención fue muy corto; el trabajo se centraba especialmente en la evaluación
de la eficacia de la IT más que en técnicas de tratamiento y aspectos socio-
familiares.
No parece que todos los niños con SD se beneficien por igual de los
programas de IT. Los niños con SD con cardiopatía suelen tener CD inferio-
res a los niños con SD sin cardiopatía después de 36 meses de estimulación,
sobre todo en el área motora (Aguirre y otros, 1983; Sánchez Bellón y otros,
1986). De la misma forma, los niños con SD calificados como severamente
hipotónicos puntúan por debajo de los niños con SD ligeramente hipotóni-
cos en los CD de la escala Brunet-Lézine a los 3 años (Sánchez Bellón y otros,
1986). Algunos autores (Villa y Poch, 1985, por ejemplo) informaron de un
mayor beneficio de los niños con SD a medida que el programa se instaura-
ba más pronto. Sin embargo, este hecho no ha sido constatado por otros
autores, como Cunningham (1988), por lo que resulta dificil hacer conclu-
siones al respecto (Marfo y Cook, 1991). No está muy clara tampoco la
relación entre la procedencia de clase socio-cultural y el beneficio de la IT:
según Ruiz y otros (1988), los niños con SD de clase media son los que
obtienen CD más altos; en opinión de Sharav, Collins y Shlomo (1985), son
los de clase alta.
Otros autores se han fijado más en los efectos que la IT tiene sobre las
familias de los niños con SD (Coll, 1988; Champion, 1987). Las madres de
los niños con SD que habían recibido apoyo y asesoramiento desde el naci-
miento de sus hijos (grupo experimental), elicitaban más vocalizaciones,
usaban más contacto ocular, sonreían más a sus hijos y jugaban más con
ellos, mostrándose más solícitas que las madres que empezaron a recibir
orientaciones cuando sus hijos tenían 16 meses. En general, los padres del
grupo experimental presentaban actitudes muy positivas (Champion, 1987).
No obstante, Sloper y cols. (1983), mostraron que hay una relación entre la
intervención y otros factores que afectan a la familia de un niño con SD, de
modo que distintas familias reaccionan a los procedimientos de interven-
ción de formas peculiares. En consecuencia, la intervención debe ser flexi-
ble, para tener en cuenta las diferentes situaciones familiares. Un intere-
sante trabajo de Cunningham (1988), muy en la línea ecológica, nos aporta
unas conclusiones más que elocuentes. Su muestra estaba formada por 181
familias con un niño con SD, enroladas en un programa de IT en el que se
tenían en cuenta -como variables independientes- diversos aspectos rela-
cionados con la situación familiar y ambiental del niño. Para el autor, uno de
los hallazgos más llamativos de este estudio es que los elementos significati-
vos de correlación o de predicción sobre el desarrollo posterior de los niños
con SD (la clase social, el orden de nacimiento, el tamaño de la familia, el
sexo del niño y la formación de los padres), son los mismos que se encuen-
tran en los niños no deficientes. Por el contrario, los elementos especializa-
44 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
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ATENCION TEMPRANA SITUACION ACTUAL Y PERSPECTIVAS UE EL IURO 47
1. Introducción
imagen general de que poseen diferencias sutiles respecto a los niños ND,
dentro de un contexto amplio de relativa normalidad.
- Los niños con SD que vivían en sus casas evolucionaban mejor que
aquellos que habían sido institucionalizados.
Por otra parte, algunos trabajos han dado cuenta de la mejor evolu-
ción que presentan los niños con SD con una trisomía 21 en mosaico en
relación con aquellos otros que tenían una trisomía 21 primaria o una traslo-
cación (Fishler, 1975; Fishler, Koch y Donnell, 1976). Los datos de un re-
ciente estudio (Fishler y Koch, 1991) apuntan en esta dirección: el cociente
intelectual medio de 30 sujetos con SD en mosaico de entre 2 y 18 años era
64 (rango 43 a 92), mientras que el cociente intelectual medio de 30 sujetos
con trisomía 21 primaria -igualados a los mosaicos- era 52 (rango 18 a 78).
La diferencia es estadísticamente significativa al 1 por 100. Los autores en-
C.ARACTERISTICAS EVOLUTIVAS DE LOS NIÑOS CON SINDROME DOWN EN LA INFANCIA 57
den esas habilidades los niños con SD. En una extensa revisión sobre el
desarrollo sensoriomotor de los niños con SD, Dunst (1990) concluye que,
tanto los cambios relacionados con la edad como el carácter ordinal en la
adquisición de competencias sensomotoras, son muy similares entre los ni-
ños con SD y los niños ND. Los niños con SD muestran un progresivo
retraso en la adquisición de competencias sensomotoras a medida que au-
menta su edad cronológica, excepto en «imitación vocal» donde la velocidad
de adquisición es todavía más lenta; esta subárea de imitación vocal es la
única competencia sensomotora que tiene unos patrones de desarrollo cla-
ramente diferentes entre los niños con SD. Por otra parte, el propio Dunst
(1988) comprobó que los niños con SD tardan más tiempo que los niños ND
en pasar de un estadio sensomotor a otro, sobre todo cuando se trata de
pasar del estadio IV al estadio V.
V. Comunicación y lenguaje
Es lógico que entre los niños deficientes o de alto riesgo sean frecuen-
tes los patrones distorsionados de interacción social con sus padres (Clark y
Seifer, 1983), debido a que las características que presentan estos niños difi-
cultan la interpretación de sus señales comunicativas . En el caso de los ni-
ños con SD , acabamos de describir algunas de estas características. De otro
lado, pese a la superestimulación de la madre ( que suele hablar más, tocar
más) y a sus repetidos intentos por mantener la atención del niño, éste no
acaba de incorporarse a la interacción y, entonces , se establece un ciclo de
patrones de interacción inadaptados . En consecuencia, las madres dan más
CARACTERÍSTICAS EVOLUTIVAS DE LOS NIÑOS CON SINDROME DOWN EN LA INFANCIA 67
VII. Temperamento
Varios trabajos han señalado diferencias entre los individuos con y sin
SD en la actividad de los sistemas de transmisión central y periférico, que
parecen regular la reactividad a la estimulación (ver, por ejemplo, Courches-
ne, 1988). Aunque estos resultados deben ser interpretados con cautela, vea-
mos algunos de los más significativos:
dio por parte de los niños con SD, tal y como señalan Sorce y Emde (1982),
es congruente con la hipótesis de que el SD se caracteriza por una reducida
reactividad de los sistemas de arousal a la estimulación.
situación y en interactuar activamente con su mundo, que los niños ND. Sin
embargo, no hay trabajos que hayan examinado directamente los procesos
de evaluación ni las diferencias en las características del temperamento.
Los datos del trabajo de Gunn y Berry (1985) con una muestra de
niños con SD con una edad cronológica media de 30 meses, revelan que
estos niños se mostraban más rítmicos, puntuaban menos en intensidad de
respuesta, mostraban un afecto positivo y eran más adaptables.
eran considerados como menos activos, más predecibles, con un humor más
positivo, menos persistentes y más distraídos. Sin embargo, la inspección de
los perfiles individuales con el tiempo no parecía mostrar que hubiera un
patrón de temperamento único que pudiera representar de manera fiable a
todos los niños con SD. Había poco acuerdo entre las madres y los profeso-
res respecto a los niños individuales que fueron considerados significativa-
mente más fáciles o más dificiles que otros niños. Al utilizar un subgrupo de
32 niños, los resultados de este estudio mostraron que las conductas exter-
nas se relacionaban significativamente con las impresiones de dificultad de
la madre y del profesor, y que las madres también clasificaron como inten-
sas, activas y distraídas, las conductas difíciles.
Es éste unos de los aspectos del desarrollo de los niños con SD que
más se ha visto favorecido por la aplicación de programas de IT y también
por la escolarización de estos niños en Escuelas Infantiles a partir de los
18-24 meses de edad. Por ello, los datos aportados por trabajos anteriores,
aunque relativamente recientes, han quedado obsoletos. Un estudio hecho
en Murcia para evaluar un programa de integración en Escuelas Infantiles
con una muestra de niños deficientes mentales, fisicos y motóricos (Orteso,
Calvo, Martínez, Gil, Mondéjar, Candel, Sanz, Rodríguez y Velandrino,
1992), demostró que las habilidades de autonomía evolucionaron de forma
significativa en los niños con SD, sin guardar ninguna relación con los nive-
les de desarrollo intelectual; es decir, que los niños con SD, pese a tener
bajos cocientes de desarrollo o intelectuales, mostraban una buena progre-
sión en la adquisición de hábitos de autonomía durante el período de escola-
rización (2 a 5 años).
Las áreas del vestido y del aseo apenas han recibido atención específi-
ca por parte de los investigadores. Sabemos, no obstante, que las dificulta-
des de coordinación motora fina que tienen los niños con SD frenan
notablemente algunas adquisiciones (abotonar, desabotonar, por ejemplo).
De otro lado, ya hemos hecho alusión varias veces a la poca capacidad de
espontaneidad que, por regla general, suelen presentar estos niños. Por ello,
en el desarrollo de hábitos de autonomía juega un papel más decisivo la
actitud que tengan los padres y los educadores hacia los niños con SD:
según sea esta actitud, así será su evolución, al margen de las dificultades ya
reseñadas.
IX. Conclusiones
los niños ND, al mismo tiempo que hemos observado cómo estos niños
muestran unas peculiaridades en diversos aspectos del comportamiento y,
consecuentemente, unas diferencias cualitativas en sus posibilidades
adaptativas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Isidoro Candel
EL PAPEL DE LAS FAMILIAS EN LA ATENCION TEMPRANA 91
INTRODUCCIÓN
LA REACCIÓN AL ESTRÉS
En cuanto a la relación de las madres con los niños con SD, casi todas
las de la muestra -de un total de 181- sentían orgullo y placer con sus hijos.
La mayoría de las madres reconocían tener mucho apoyo social y personas
con las que hablar de diferentes cosas. En una prueba para evaluar el estrés
(Malasie Inventory), el 30 por 100 de las madres puntuaban por encima del
rango normal. La puntuación media de todas las madres de la muestra era
similar a la de las madres de familias londinenses sin niños deficientes. Los
resultados de este estudio sugieren menor estrés en las madres de los niños
con SD que en las madres de niños con otras deficiencias severas.
LOS HERMANOS
de los padres y del niño en las familias de 268 niños deficientes mentales
ligeros y moderados, de los cuales la mitad eran síndrome de Down. El
ajuste y el funcionamiento familiar no sólo se relacionaban con la severidad
del retraso del niño y con el nivel de conducta inadaptada, sino también con
una serie de características demográficas de la familia, con el clima psicoso-
cial de la familia (cohesión, armonía), con la conducta específica de los pa-
dres, con la disarmonía marital y con conflictos no relacionados con el niño
deficiente. Posteriormente, Mink y sus colaboradores (1983) describieron
una taxonomía de familias de niños deficientes. Las familias de los niños
con SD de su muestra constituían el 65 por 100 de las familias cohesivas y
armoniosas, y casi el 45 por 100 eran familias orientadas hacia el niño defi-
ciente. Mink y cols. especulaban que los niños con SD pueden tener un
efecto positivo sobre el ambiente del hogar. Esta afirmación, que también
ha sido apuntada por otros autores, es actualmente muy discutible y precisa
de una mayor comprobación para ser ampliamente generalizada.
Pocos son los trabajos que han examinado la influencia de los contex-
tos extrafamiliares en los sistemas familiares o en sus miembros individua-
les. Algunos de ellos aportan algunos datos: las madres de los niños defi-
cientes no suelen trabajar durante toda la jornada, la movilidad social de las
familias de niños deficientes está reducida. Otros datos sugieren que las
creencias religiosas y la participación en comunidades eclesiásticas tienen
una influencia positiva en los padres y en la familia de los niños deficientes
en general, y de los niños con SD en particular. También es notable la
influencia de los factores sociales y culturales (Crnic, 1990).
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
PARTE II
INTRODUCCIÓN
EVALUACIÓN
útiles los trabajos de Barrera y cols. (1984), de Vidal y Díaz (1990), de Villa y
cols. (1992), entre otros. Por otra parte, la experiencia acumulada a lo largo
de estos años nos permite conocer mejor las necesidades de los niños y sus
familias e ir experimentando nuevas y mejores vías de acercamiento a las
mismas.
INTRODUCCIÓN
A) Estimulación de reflejos
estos reflejos sobre los que se van a asentar conductas que se van a adquirir
más tarde.
Reflejo del paso del brazo . Ponga al niño acostado boca abajo, con
los brazos extendidos a lo largo del cuerpo , la nariz y la boca per-
pendiculares a la superficie. Mueva la cabeza del niño hacia un
lado; si el niño no sube sus brazos , ayúdele pellizcando sus dedos y
girando un poco el cuerpo para que el brazo pueda subir con más
facilidad.
1. Mueva los brazos y las piernas del niño de forma alternativa, ha-
ciendo la bicicleta, mientras le canta una canción apropiada.
11. Puede repetir la misma acción sujetando la espalda del niño con-
tra su pecho y procurando agarrar bien el tronco del niño. Si la cabeza del
niño cae hacia adelante, estimúlele con un chupete en su labio superior o
levantando suavemente su cabecita.
12. Acueste al niño boca abajo, procurando que sus brazos estén ex-
tendidos hacia adelante. Llame su atención con objetos atractivos o bien
sitúese delante de él para que intente levantar la cabeza. Si no lo hace déle
pellizquitos en la nuca. Sonría y háblele cada vez que el niño levante un
poco su cabeza. Estimulándole con algún juguete atractivo, anímele a mover
la cabeza hacia los lados.
su cabeza buscando el estímulo que toca sus labios. También puede colocar-
lo sobre uno o varios cojines duros.
18. Coja al niño por un costado, de manera que su cabeza y sus pier-
nas queden suspendidas lateralmente. Anímele con su voz y con caricias a
que mueva su cabeza tratando de levantarla.
D) Estirnulación vestibular
24. Acueste al niño boca abajo en los sitios en que usted está hacien-
do cosas. De vez en cuando, háblele y llame su atención. Cuando le saque a
pasear en el cochecito, acuéstelo boca abajo; llame su atención cuando esté
despierto.
PROGRAMA DE INTER\'ENCION EN EL \REA MOTORA 121
Ponga un juguete atractivo a cada lado del niño y sonría cuando haya
girado sobre su costado.
29. Ponga al niño acostado boca arriba en una habitación donde esté
toda la familia; esto le estimulará a girarse a un lado para verlos.
3-6 MESES
38. Cuando coja al niño en brazos, procure sujetar su tronco cada vez
menos, bajando progresivamente la mano que sirve de apoyo. Al principio le
sujetará fuertemente la espalda; luego ponga su mano o su brazo un poco
más arriba de los riñones y por fin, sujétele por la cintura, a medida que el
niño hace más esfuerzos por controlar su tronco. Aunque no ponga su mano
en la espalda del niño, sitúela cerca por si el niño se dobla hacia atrás.
39. Acostado el niño boca arriba, puede usted repetir los mismos
ejercicios que hacía para que controlara su cabeza: cogiéndole primero por
los brazos, luego por los antebrazos y por último por las manos, llévelo
lentamente hasta la posición de sentado. Notará que la cabeza ya no cuelga
-o bien cuelga muy poco- y que el niño hace esfuerzos para incorporarse.
Háblele y sonríale mientras hace esta maniobra. Procure buscar momentos
en los que el niño se muestre más dispuesto: después del baño, cuando le va
a cambiar, mientras juega con él...
124 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
41. Ponga al niño acostado boca abajo; frente a él, coloque juguetes
atractivos; tambien puede situarse usted u otros miembros de la familia.
Hable al niño y llame su atención con los juguetes, de manera que pueda
mirar al frente apoyándose en sus antebrazos. Acueste al niño en distintos
sitios y en diferentes superficies para hacer este ejercicio.
43. Acostado el niño boca abajo, ofrézcale unos pocos juguetes atrac-
tivos cerca de sus manos. Al principio llame su atención para que se fije en
ellos y luego déjelo jugar solo. Observe si hace intentos por coger algún
juguete. Ayúdele si es necesario.
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL AREA MOTORA 125
44. Ponga al niño acostado boca abajo en un lugar en que pueda ver
las actividades del resto de la familia: juego de los hermanos, televisión,
tareas de la madre, etc...
46. Acuéstese usted boca arriba y ponga al niño boca abajo sobre su
pecho. Háblele, sonríale y juegue con él, ayudándole a que se divierta y se
apoye en sus antebrazos para incorporarse.
D) Iniciación al rastreo
E) Apoyo en manos
49. Coja al niño por el tronco en posición boca abajo y procure que
apoye sus manos en alguna superficie (suelo, mesa, cama). Mantenga esta
posición unos segundos, tratando que el niño, con los brazos extendidos y
las palmas de las manos abiertas, aguante el peso de su cuerpo. A medida
que usted note que el niño hace más esfuerzos, agárrele de más abajo: cintu-
ra, caderas, muslos. Repita la acción varias veces, alabando los esfuerzos del
niño con caricias, besos, etc... Si nota que el niño se cansa, no insista y repita
el ejercicio en otra ocasión. También puede usted hacer este ejercicio apo-
yándose el niño en un balón de playa.
126 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
50. Acostado el niño boca abajo, ponga debajo del pecho una toalla
enrollada, una almohada pequeña o una pierna para que el niño se apoye en
sus manos con los brazos extendidos.
52. Túmbese boca arriba y acueste al niño boca abajo sobre su pecho.
Juegue con él y procure que estire sus brazos y se apoye en sus manos. Si es
preciso, ayúdele sujetándolo por los hombros para incorporarlo un poco.
Alabe los esfuerzos del niño.
53. Cuando usted haya observado que el niño se mantiene boca abajo
con apoyo en sus manos, ofrézcale algún juguete llamativo para que trate de
cogerlo con una mano mientras se apoya en la otra. También puede intentar
esta acción poniendo algún pañuelo sobre la cabeza del niño para que se lo
quite con una mano.
F) Volteos
54. Pasar de boca abajo a boca arriba. Acueste al niño boca abajo en
una superficie blanda (cuna, colchoneta); déle algún juguete atractivo y déje-
lo jugar un poco con él. Si usted nota que al niño le gusta el juguete, quítese-
lo y póngalo fuera de su alcance hacia arriba, de forma que tenga que ir
girándose para alcanzarlo hasta ponerse boca arriba. Al principio, ayúdele
flexionando e impulsando su pierna para darse la vuelta. Elimine esta ayuda
progresivamente. Alabe los esfuerzos del niño y déle el juguete que trataba
de alcanzar cuando haya girado, aunque sea con ayuda. Repita la acción
hacia el otro lado.
55. Pasar de boca arriba a boca abajo. Estando el niño acostado boca
arriba (en la alfombra, en la cama, en la colchoneta) juegue con él y déjele
que se entretenga con algún juguete atractivo. Si nota que el niño se interesa
por él, quíteselo y póngalo fuera de su alcance llevándolo a un lado, de
modo que el niño tenga que girarse si quiere cogerlo. Ayúdele flexionando
la pierna contraria del lado del giro; procure que los brazos estén extendidos
hacia adelante. Alabe los intentos del niño por darse la vuelta. Déle el jugue-
te que trataba de alcanzar. Repita la acción hacia el otro lado.
G) Reacciones de equilibrio
57. Ponga al niño acostado boca abajo sobre una mesa pequeña.
Cuando esté entretenido con algún juguete o con otra actividad, vuelque
lentamente la mesa hacia un lado, teniendo cuidado para que el niño no se
caiga. Observe al niño para ver si reacciona tratando de evitar la caída: puede
doblar el cuerpo hacia el lado contrario de la inclinación y flexionar la pierna
de ese mismo lado. Alabe los esfuerzos del niño y procure hacer divertida la
actividad. Repita la acción en otras superficies: un balón de playa, toalla de
baño, cojín de un sofá duro, por ejemplo. Si el niño no reacciona, muévale
un poco su cuerpo hacia el lugar de la inclinación y háblele para hacerle ver
que se cae; hágale cosquillas ayudándole a doblar el cuerpo. Poco a poco
elimine la ayuda.
58. Este ejercicio debe hacerlo a partir del 5.0, 6.° mes de edad de
desarrollo motor de su hijo. Cuando el niño esté en buena disposición,
siéntese y cójalo por las axilas tratando que sus pies se apoyen en su regazo y
mantenga parte del peso de su cuerpo. Háblele, sonríale y haga de esta
actividad un juego divertido. Siéntelo en su regazo y repita la acción alaban-
do los intentos del niño para mantenerse erguido.
59. Aprovechando esta actividad y con el niño agarrado por las axilas
o por el pecho, muévalo en varias direcciones (a los lados, atrás, adelante,
arriba, abajo), procurando que su cuerpo permanezca derecho.
1) Sedestación
Nota: Para reforzar el control del tronco, haga los ejercicios 39 y 40.
6-9 MESES
A) Posición de rodillas
70. Repita los ejercicios de la etapa anterior para este objetivo, (39 y
40). Déjelo en el suelo durante más tiempo, boca abajo y ponga cerca algu-
nos juguetes atractivos. Igualmente continúe fomentando los volteos, déle
oportunidades para ejercitarlos en un ambiente lúdico.
130 PROGRAMA DI'_ ATENCION TEMPRANA
73. Siente al niño sobre la cama, colchoneta o suelo y sujete usted sus
muslos con sus manos (las de usted). Notará que, cuando va a perder el
equilibrio, hace esfuerzos por mantener la posición. Alabe estos esfuerzos
del niño con besos, caricias, sonrisas.
E) Rastreo
F) Reacciones de equilibrio
80. Coja al niño por la cintura. Otro adulto o un hermano debe po-
nerse frente a usted. Balancee al niño adelante y atrás y haga como que va a
chocar contra la otra persona. Si el niño no estira sus brazos, esa otra perso-
na le puede coger de las manos y estirarle los brazos, mientras le habla y le
sonríe.
H) Equilibrio en sedestación
89. Siente al niño en sus rodillas y rodéelo con sus brazos sin sujetar-
lo (es una medida preventiva para evitar caídas). Juegue con él, mueva sus
piernas para desequilibrar un poco al niño. Observe los esfuerzos del niño
por recuperar el equilibrio y alabe estos esfuerzos. Repita la actividad sen-
tando al niño sobre otras superficies inestables, cojines, almohadones, etc...,
o bien sobre superficies móviles (sillón de ruedas giratorio, por ejemplo). Lo
que se pretende es que el niño se esfuerce por controlar su equilibrio en
sedestación ante sus intentos por descontrolarlo.
91. Apoyo latera!: Una vez que el niño es capaz de sentarse sin apoyo
-aunque sea durante poco tiempo-, siéntelo sobre la cama u otra superficie
blanda y juegue con él. En un momento del juego, déle un empujoncito
hacia un lateral y observe si el niño apoya la mano de ese lado para evitar la
caída. Repita la acción hacia el otro lado. Si el niño no apoya la mano,
ayúdele usted al principio y luego repita usted la acción de empujarlo po-
niéndole la mano como apoyo. Disminuya su ayuda poco a poco.
92. Apoyo latera!: Siente al niño en el suelo y déjelo jugar solo duran-
te un rato. Observe si apoya sus manos cuando pierde alguna vez el equili-
brio. Si en algún momento se ha caldo por no apoyar a tiempo la mano,
hágale usted una demostración y sonríale mientras el niño apoya su mano
sintiendo el peso de su cuerpo.
134 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
93. Apoyo posterior: Sentado el niño sobre una superficie blanda, jue-
ge con él. Déle un empujoncito hacia atrás y observe si el niño trata de
apoyar una mano para evitar la caída. Si no lo hace, hágale una demostra-
ción.
94. Juegue con su hijo y otra persona en el suelo. Una persona debe
ponerse en posición de gato o de conejo (apoyada en manos y rodillas) y
seguir así jugando con el niño. Ponga usted al niño en esta misma posición,
procurando hacer divertida la actividad. Manténgale varios segundos alaban-
do sus esfuerzos. Repita la actividad, pero no canse al niño. En un principio,
el niño apoyará las nalgas sobre sus talones. No importa. Lo que interesa es
que el niño acepte la postura. Si no se mantiene, ayúdele sujetándolo por la
cintura y elimine poco a poco la ayuda. Repita la acción poniendo al niño
frente a un espejo.
K) Marcha de rodillas
L) Maniobra de la carretilla
99. Coja al niño por la cintura y llévelo hacia una superficie (cama,
alfombra, colchoneta), para que se apoye con sus manos. Manténgalo unos
instantes hablándole y animándole. Después, empújelo suavemente hacia
adelante para que el niño avance alternando sus manos. Alabe los esfuerzos
del niño con besos, caricias, abrazos.
M) Cambios posturales
100. Pasar de sentado a boca abajo o cuatro apoyos. Una vez que el
niño se mantiene sentado sin apoyo, déjelo sentado en el suelo durante
ratos cada vez más largos. Póngale algunos juguetes para que se entretenga.
Juegue usted con él en el suelo llamando su atención.
N) Gateo
Ñ) Bipedestación
110. Estando el adulto sentado, coja al niño por las axilas o por el
pecho, manteniéndolo de pie apoyado en sus piernas (las del adulto). Háble-
le y sonríale. Debe usted notar que el niño apoya el peso de su cuerpo.
Manténgalo en esta postura durante diversos momentos y cambie la posi-
ción si observa que el niño se cansa.
138 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
O) Estimulación vestibular
9-12 MESES
117. Cambios posturales. Deje al niño en el suelo cada vez más tiem-
po y siga ejercitando los cambios de posición (de sentado a boca abajo o a
cuatro apoyos, y al revés), a fin de que el niño los haga con mayor soltura y
sea autónomo en sus movimientos.
140 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
121. Procure que poco a poco, el niño, cuando está de pie, se apoye
en sus manos y no con su pecho. Para ello, sujete al niño de sus manos
mientras le habla y le sonríe. O bien que apoye sus manos en las rodillas de
usted. También puede usted hacer que se apoye en una superficie más ines-
table: en un aro, en un palo, en la pared. Lo importante es que el niño se
apoye con sus manos siempre que esté de pie.
122. De pie, se apoya en una mano: Una vez que el niño se mantiene
bien apoyado en sus dos manos, debe usted intentar que se apoye sólo en
una. Estando el niño de pie, coja una de sus manos y acaríciela, muévala,
PROGRAMA DE INTERVENCION EN EL AREA MOTORA 141
jugando con el niño, de manera que éste se apoye en la otra mano. Ofrézcale
un juguete atractivo y anime al niño a que lo coja con una mano. Como en
el caso anterior, hay que procurar que el niño no se apoye con su cuerpo,
sino con la mano, tratando de conservar el equilibrio. Alabe los esfuerzos
del niño por mantenerse apoyado con una sola mano y téngalo así cada vez
más tiempo, alternando la mano de apoyo.
C) Equilibrio en bipedestación
123. Ponerse en cuclillas. Juegue con su hijo mientras está de pie apo-
yado. Sitúese frente a él, o bien póngalo ante un espejo. Dígale «vamos a
hacer gimnasia»; haga usted flexiones, pasando de pie a cuclillas y otra vez a
de pie. Anime al niño y ayúdele al principio, si es preciso. Procure que el
niño lo pase bien, alabando usted sus esfuerzos.
124. De pie, agacharse. Estando el niño de pie con apoyo, déjele algún
juguete atractivo para que juege con él. Coja usted el objeto y llame la
atención del niño para que lo coja; cuando el niño intente cogerlo, baje un
poco el objeto hacia el suelo para que el niño, apoyado en una mano, tenga
que agacharse para alcanzarlo. Si el niño se inclina un poco, déle el juguete y
alabe sus esfuerzos. Poco a poco, vaya bajando más el objeto hasta dejarlo
en el suelo. Si es necesario ayude al niño , sujetándolo un poco para que no
pierda el equilibrio, pero disminuya poco a poco su ayuda.
D) Saber caerse
126. Coja las manos del niño cuando éste está de pie y juege con él
llevándolo a la posición de sentado, empujándolo suavemente hacia atrás y
ayudándole a flexionar el tronco para que caiga sobre sus nalgas. Repita esta
actividad en la cama, colchoneta u otra superficie blanda. A medida que el
niño va madurando más en la bipedestación sin apoyo, disminuya usted su
ayuda, procurando que sepa caer hacia atrás sentándose.
zos a fin de evitar el golpe. Más adelante, con la ayuda precisa, enséñele a
ponerse de rodillas y sacar sus brazos cuando se vaya a caer hacia adelante.
Practique estas actividades con el niño para que las reacciones defensivas
sean consistentes y eficaces.
128. Deje al niño de pie con apoyo en una superficie y llame su aten-
ción desde varios puntos: adelante, a los lados, alrededor de él. Utilice ju-
guetes atractivos, canciones, una caja de música. Es posible que el niño
levante sus pies en un intento de avanzar, aunque no sea capaz de hacerlo.
Alabe sus esfuerzos.
129. El niño de pie, sujételo por las axilas y anímele a dar algunos
pasos llamándole la atención con otra persona o algún juguete atractivo. Si
el niño no hace intentos por moverse, ponga sus pies sobre los de usted y dé
unos cuantos pasos mientras habla al niño y celebra su acción.
131. Ponga al niño de pie apoyado en dos palos, uno en cada mano.
Sujétele por sus manos y mueva los palos adelante y atrás, haciendo un
juego de esta actividad. A medida que el niño vaya tomando confianza,
mueva usted los palos hacia adelante para que el niño tenga que avanzar.
Alabe mucho al niño y procure que se divierta.
135. Como los padres están deseando que el niño empiece a andar lo
antes posible, no suelen insistir mucho en este objetivo. Es importante que
el niño se mantenga de pie sin apoyo y conserve el equilibrio en esta posi-
ción, antes de ponerle a andar como un autómata, sin ser capaz de tener un
mínimo de autonomía (pararse, dar unos pasos, detenerse). Cuando el niño
se mantiene de pie con el apoyo de una sola mano, ofrézcale otro objeto
para que lo coja con la mano de apoyo. Ponga al niño ante un espejo, háble-
le, cántele canciones para que imite gestos y se vea obligado, de vez en
cuando, a soltar sus dos manos. Déle seguridad al niño, cogiéndolo y abra-
zándolo, haciendo de la actividad un juego.
repetirla en otra ocasión, procurando siempre que el niño lo pase bien. Cán-
tele, háblele y alabe sus intentos por mantenerse de pie.
137. Mientras juega con el niño, ofrézcale algún juguete u otro objeto
que le guste mucho. Póngalo de pie, llame su atención sobre el objeto,
mientras usted le mantiene con una mano. De vez en cuando, haga que
apoye las dos manos en el objeto mientras lo explora o juega con él (sin
darse apenas cuenta, el niño se mantiene unos segundos de pie sin apoyo).
G) Estimulación vestibular
1) Marcha independiente
familia pueden formar un círculo y jugar a que el niño vaya de uno a otro,
aprovechando para que guarde el equilibrio de pie unos segundos y luego
ande algunos pasitos sin ayuda. O bien, ponga al niño de pie apoyando su
espalda en la pared o en algún mueble y llámelo desde una distancia corta
para que acuda andando sin ayuda. Celebren mucho las acciones del niño y
procuren no agobiarlo obligándole a andar mucho tiempo.
12 A 18 MESES
B) Perfeccionamiento de la marcha
155. Intente que el niño suba y baje por superficies inclinadas (ram-
pas), al principio con ayuda y después él solo. La inclinación de las superfi-
cies debe ser, en un principio, pequeña y, poco a poco, mayor, a medida que
el niño vaya teniendo una mejor coordinación y un mejor equilibrio.
148 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
157. Anime al niño a andar empujando algún juguete (palo con rue-
da, silleta pequeña, por ejemplo), o bien tirando de algún juguete atado a
una cuerda (coche, tren o muñeco con hilo). Es posible que al tirar de un
juguete ande unos pasos hacia atrás.
159. Juegue con el niño a golpear un globo para que no caiga al suelo.
Anímele a que él tambien participe. Si el globo cae, deje que el niño se
agache a recogerlo para continuar el juego.
C) Saber caerse
164. Una vez que el niño se mantiene de rodillas con un apoyo delan-
tero o bien sentado en sus talones, hay que intentar que mantenga el tronco
erguido, conservando el equilibrio de rodillas sin ningún tipo de apoyo.
Juegue con el niño en el suelo, si puede ante un espejo, estando ambos de
rodillas; cójalo de las manos y procure que levante el tronco (cántele cancio-
nes, háblele, etc.); suelte una mano y, a medida que el niño vaya conservan-
do mejor el equilibrio, la otra, hasta que se mantenga unos segundos en esta
posición sin ayuda. Alabe los esfuerzos del niño aunque esté poco tiempo
erguido. Proponga algunas actividades que el niño pueda hacer estando de
rodillas: pintar, jugar a la pelota, etc.
165. Cuando esté con el niño de rodillas, cójale las manos y trate de
que avance unos pocos pasos sobre sus rodillas tirando suavemente hacia
adelante. Elimine la ayuda progresivamente, hasta que sea capaz de hacerlo
él solo. Luego, mientras el niño esté jugando, obsérvele y vea si repite estas
posiciones de forma espontánea; si no es así, ayúdele sin entrometerse de-
masiado en sus actividades, sino sugiriéndole esas posturas.
166. Ponga al niño de pie sobre una superfice elevada (mesa, silla) y
anímele a que se mantenga unos momentos en esta posición: háblele, cánte-
le, enséñele algún juguete atractivo. En esta posición, anímelo a que se
mueva un poco, dé unos pasos o que gire un poco sobre sí mismo, ofrecién-
dole algún juguete, poniéndole música para que se mueva, cantándole, etc.
Procure repetir estas actividades en otras situaciones y en otros ambientes
-parque, jardín, tienda-: por ejemplo, puede ponerlo de pie en el carro de la
compra mientras usted hace su recorrido por la tienda; o bien, ponga al niño
de pie en los bancos del parque y déle la mano para que ande sobre ellos;
déjelo de pie en alguna superficie elevada y llámelo para recogerlo con los
brazos cuando se lance.
167. Juegue con el niño a lanzar una pelota u otro objeto similar y
anímele a que él también la tire conservando el equilibrio. En un principio,
es suficiente con que el niño lance la pelota sin caerse.
150 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
168. Dé al niño objetos para que ande con ellos en las manos. Empie-
ce por objetos ligeros e irrompibles. A medida que su fuerza y equilibrio son
mayores, déle objetos más pesados y más frágiles: un vaso con un poco de
agua, un plato, etc.
169. Una vez que el niño ande solo con cierta soltura, anímele a sen-
tarse en una silla pequeña. Al principio ayúdele a hacerlo y también ayúdele
a que se levante de la silla. Más adelante, deje la silla pequeña en el centro
de la habitación y procure que se siente y que se levante él solo, sin su
ayuda. Además de la silla, pueden servir otras cosas: escalón, taburete, taco
de madera, cojines, etc.
170. Si el niño hace intentos por trepar hasta un sofá, silla o sillón,
ayúdele a subir la pierna y déle un pequeño impulso, si es necesario, redu-
ciendo progresivamente su ayuda. Llame la atención del niño colocando
encima de alguno de estos muebles algún juguete llamativo o, simplemente,
llamándolo para que se ponga a su lado.
172. Ofrezca al niño una mano y con la otra que se agarre a la baranda
o pared. Anímele a ir subiendo las escaleras poco a poco, poniendo los dos
pies en cada escalón. Progresivamente, tire con menos fuerza de la mano al
niño con el fin de que sea él quien cargue el peso de su cuerpo en la pierna
que inicia la subida. Para hacer esta actividad, aproveche las situaciones que
se presentan cada día: subir las escaleras de casa o de otros sitios a los que se
acude. Procure que, al principio, los recorridos no sean demasiado largos y
los escalones demasiado altos, para no cansar al niño. También conviene
que no deje al niño subir siempre las escaleras gateando, para que se vaya
acostumbrando a hacerlo de forma adecuada.
174. Repita las acciones para bajar escaleras . Normalmente este paso
será más dificil para el niño porque puede tener miedo al ver la escalera
desde arriba . Por eso, empiece por los últimos escalones : dé al niño una
mano y que se agarre con la otra a la baranda o pared. Proceda del mismo
modo que hemos señalado en el punto número 172. Aumente progesiva-
mente el número de escalones a bajar y deje al niño, cuando éste pueda
hacerlo, bajar solo los dos o tres últimos (ver 173) sujetándolo por la espalda,
si es preciso en un principio.
F) Estimulación vestibular
177. Suba al niño a los diversos aparatos del parque. Antes es conve-
niente que el niño vea a los niños jugar y usted le describa la actividad en un
tono muy positivo para despertar su atención e interés. Deslícelo por un
tobogán pequeño sujetándolo; móntese con él en ruedas giratorias; súbalo a
los asientos con un soporte central que suben y bajan. Procure no forzar
demasiado al niño, pero tenga en cuenta que no debe frenar su espontanei-
dad: más que impedirle probar algo, ayúdele para que no se caiga.
H) Marcha rápida
18 A 24 MESES
B) Perfeccionamiento de la marcha
C) Saltos
186. Ponga al niño en una superficie elevada (una mesa, por ejemplo)
y pídale que salte hacia adelante para cogerle usted con sus brazos.
187. Cuando el niño esté contento, anímele a saltar con los dos pies
en el mismo sitio, mientras usted jalea su acción. Si al niño le cuesta saltar,
ayúdele cogiendo sus dos manos y tirando suavemente hacia arriba, procu-
rando que el esfuerzo del niño sea cada vez mayor. Más adelante, anime al
niño a dar 2-3 saltos seguidos, con y sin ayuda. Tal vez pueda serle útil jugar
con el niño a saltar a la comba, saltar para alcanzar globos puestos en alto.
También puede motivarle haciendo que salte imitándole a usted o a otros
niños.
188. Repita esta actividad animando al niño a saltar sobre una super-
ficie blanda (cama, colchoneta), siempre con supervisión por su parte.
189. En esta etapa hay que procurar que el niño suba y baje las escale-
ras agarrado a la pared o a la baranda con una mano y sin la ayuda del
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL AREA MOTORA 155
adulto, los dos pies por escalón; o bien, usted le pueda dar una mano y la
otra queda libre. Lo más normal es que al niño le sea más fácil subir las
escaleras, pero poco a poco debe usted hacer que también las baje, aunque
al principio le cueste. Para ello, aproveche las oportunidades normales que
se le vayan presentando y no tome al niño en los brazos cada vez que tenga
que subir o bajar escaleras.
190. Es posible que el niño, por propia iniciativa, suba y baje algún
pequeño escalón o desnivel sin ningún apoyo. Si es así, anímele a que suba
o baje algunos escalones sin ninguna ayuda. Si el niño no lo hace, procure
que suba y baje sin apoyo pequeños bordillos en la acera o pequeños desni-
veles, para que vaya tomando confianza. Más adelante, inténtelo con peque-
ños escalones y luego un poco mayores. Alabe los esfuerzos del niño por
realizar estas actividades.
191. Juegue en el suelo con su hijo a los perros u otro juego por el
estilo en el que tenga que desplazarse gateando o arrastrándose. Ponga algu-
nos obstáculos a modo de túneles, por los que tengan que pasar: alguna silla,
una mesa, etc. Anime al niño a que pase por debajo de esos obstáculos
teniendo cuidado de no golpearse la cabeza. Si le lleva al parque y allí hay
tubos o túneles, déjele que los pase si quiere hacerlo y, si no, anímele a
156 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
hacer como los demás niños. Ayúdele en un principio y alabe mucho sus
esfuerzos. Si observa que tiene mucho miedo y no quiere pasar, no le obli-
gue demasiado y proceda poco a poco.
192. En alguna ocasión en que esté con el niño fuera de casa, juegue
con él utilizando una pelota grande. Ofrézcale un palo o una raqueta y ob-
serve la acción del niño. Si no intenta golpear la pelota con el palo o la
raqueta, hágale una demostración y anímele a que imite su acción. Si es
necesario, ayúdele fisicamente al principio.
G) Carrera
193. Una vez que el niño es capaz de andar rápidamente , juegue con
él a diversas actividades para animarle a correr (« que te pillo», «vamos a
coger a papá», etc.) Puede hacer pequeñas carreras con otras personas (pa-
dres, hermanos ). Tome la mano del niño y corra con él , aumentando y
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL ÁREA MOTORA 157
H) Patear la pelota
1) Conducir vehículos
196. Suba al niño a un juguete con ruedas (triciclo, coche, etc.), ase-
gurándose de que sus pies tocan el suelo. Póngase frente al niño, cerca de él,
y anímele a que llegue hasta usted empujando el vehículo con ambos pies.
Si al niño le resulta dificil o, simplemente no quiere hacerlo, déle un empu-
joncito para que tenga la sensación de desplazarse rodando sobre el vehículo
y después vuelva a animarle a que use sus propios pies.
PROGRAMA DE INTERVENCION EN EL AREA MOTORA 159
197. Una vez que el niño lanza la pelota sin caerse, vamos a intentar
que la tire hacia un objetivo. Empiece la actividad sentándose en el suelo
frente al niño con las piernas abiertas y a corta distancia de él. Láncele la
pelota y alabe los intentos del niño por devolvérsela. Procure que el niño
controle visualmente sus acciones, es decir que mire lo que está haciendo y
no tienda a desviar su mirada hacia otras cosas.
198. Juegue con el niño a los bolos o a tirar otros objetos lanzando
una pelota. Procure que, al principio, la pelota y los objetos sean grandes y
que el niño se sitúe cerca de ellos. Guíele la mano si observa que tiene
especiales dificultades.
CAPÍTULO 5
INTRODUCCIÓN
Es bien sabido que, desde sus primeros días de vida, el niño empieza
a relacionarse con su mundo fisico y, en consecuencia, a aprender de él. Los
sistemas sensoriales están funcionando desde el nacimiento y, por tanto,
son susceptibles a la estimulación. A medida que el niño va entrando en
contacto con los objetos y las personas y va adquiriendo patrones motores,
se hace más activo en su relación con el medio y va tratando de buscar más
información de ese medio.
Los objetivos de este área tienen una gran importancia, ya que tratan
de estimular la conciencia del niño de su mundo y de sí mismo como una
entidad separada. Sin embargo, a veces pueden parecer objetivos más mecá-
nicos, tal vez un poco más especializados, si se los considera fríamente.
Siguiendo la perspectiva ecológica que preside todo nuestro programa, he-
mos intentado recoger actividades rutinarias del niño y de su familia, aun-
que comprendemos que no siempre es fácil y, en muchas ocasiones, habrá
que «forzar» un poco algunas situaciones. En resumen, lo que buscamos
con los objetivos de este área es que el niño vaya elaborando estrategias
cognitivas que le permitan adaptarse con soltura a las situaciones problemá-
ticas con las que se va a ir encontrando en sus primeros años.
Ate varias cintas de colores vivos y cuélguelas sobre la cuna del niño.
Coloque un elástico o una vareta entre los barrotes laterales de la cuna y
cuelgue de ellos varios objetos de colores vivos para que el niño los pueda
mirar.
B) Fijación de la mirada
D) Seguimiento visual
unos 45 grados, procurando que el niño gire sus ojos siguiendo el rostro o el
objeto. Haga lo mismo en sentido vertical (un poco hacia arriba y hacia
abajo). Para facilitar la acción del niño, incorpórelo sujetando bien su cabeza
y háblele mientras se va moviendo (utilice, a su vez, un objeto musical para
acompañar una señal auditiva al estímulo visual).
Muévase a lo largo del campo visual del niño mientras trata de obte-
ner y mantener el contacto ocular. Siga hablando al niño cuando él le mire a
la cara. Poco a poco vaya poniéndose más lejos del niño, a medida que éste
va siguiendo mejor sus desplazamientos.
14. Ate una pelota con cascabeles u otros objetos atractivos que ha-
gan ruido y muévalos a la vista del niño en todas direcciones. Si éste no los
sigue, provoque los sonidos para llamar su atención.
E) Estiinulación auditiva
22. Haga la misma actividad, pero en vez de hablar al niño utilice una
fuente de sonido inanimada (campanilla, muñeco que pita, cascabeles, etc.).
Recuerde alabar al niño los esfuerzos por orientarse hacia la fuente del
sonido.
Puede hacer lo mismo con una situación algo más desagradable para
el niño: por ejemplo, estando el niño tranquilo acostado boca arriba, dé una
fuerte palmada o provoque un fuerte ruido; lo más probable es que el niño
se sobresalte y tenga una reacción brusca consecuencia del susto.
1) Estimulación táctil
28. Después del baño, dé al niño masajes con una crema o loción
haciendo hincapié en la zona del abdomen y de la columna vertebral. Tam-
bién es conveniente hacerlo, con unos suaves pellizquitos, en el cuello para
disminuir la grasa acumulada en su parte dorsal.
31. Ponga al niño colonia o algún perfume en las manos y en los pies.
Acérquelos a su nariz. Ponga cerca del niño un plato y demuéstrele, con
expresión facial y con voz exageradas, lo bien (o lo mal) que huele.
K) Desarrollo de esquemas
32. Ponga diferentes objetos pequeños en las palmas de las manos del
niño (aros finos, sonajeros con mango largo, pulseras de pasta de diferentes
colores, etc.). A la vez que está usted estimulando el reflejo de prensión del
niño (al notar un objeto en su mano, la cerrará), intente que el niño manten-
ga el objeto cada vez más tiempo en su mano. Si tiende a abrirla y deja caer
el objeto, cójale la mano y sujétela unos instantes; utilice en este caso algún
sonajero ruidoso y aproveche para agitar la mano del niño para que suene el
juguete. Disminuya esta ayuda poco a poco, a medida que el niño va mante-
niendo el objeto durante más tiempo.
L) Alternar la mirada
39. Ponga frente al niño un objeto muy atractivo que haga ruido o
que se mueva mucho. Es posible que el niño haga algún esfuerzo por
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL ARPA COGNI1IVA 173
N) Estimulación vestibular
41. Cuando le cambie o le vista, gire al niño con suavidad hacia uno y
otro lado de la cama o superficie en que esté acostado, a la vez que le canta
alguna canción agradable.
44. Ponga al niño boca arriba y boca abajo sobre un balón grande de
playa y, sujetándolo firmemente, haga balanceos suaves en distintas direc-
ciones.
muévase hacia un lado hasta desaparecer del campo visual del niño mientras
le habla o le canta. Vuelva a aparecer a los pocos segundos y diríjase al niño
para seguir el juego. Observe si el niño trata de seguirle con su vista después
de su desaparición. Si no hay respuesta, trate de esconderse sólo parcialmen-
te, de forma que el niño pueda ver parte de su cara o de su cuerpo. Poco a
poco vaya disminuyendo las señales auditivas (no hable o cante al niño).
Proponga diversos juegos: escondite, cu-cú, etc., y cambie los lugares de su
desaparición (a la derecha del niño, a su izquierda, por detrás).
47. Ponga su dedo en la mano del niño para que éste la cierre sujetan-
do su dedo, con el fin de que el niño abra y cierre alternativamente su mano.
Haga esta actividad en las dos manos del niño, poniendo usted su dedo
entre la palma de la mano y los dedos del niño. Pruebe también con otros
objetos pequeños: sonajeros, pulseras, etc., que sean fácilmente prensibles.
49) Coja las manos del niño y llévelas hacia la línea media poniendo
una contra la otra; deje que el niño las toque. Juegue con el niño a hacer
palmitas, a lavarse las manos y haga algunas de estas actividades ante los
ojos del niño para que él vea sus manos. Un buen momento puede ser antes
o después del baño cuando el niño no lleva ropa que le pueda dificultar sus
movimientos.
50. Frote con suavidad la cara externa de la mano del niño con su
cara (de usted), sus manos u objetos suaves. También puede usar alguna
crema o colonia después de bañarlo o vestirlo. Es importante que el niño
vaya abriendo sus manos, como paso previo a la prensión voluntaria.
PROGRAMA DE INTERVENCION EN EL AREA COGNIIIVA 175
3-6 MESES
52. Varíe con frecuencia el material con el que el niño juega y permí-
tale manipular objetos que sean diferentes entre sí por varios conceptos.
Aproveche las características de algunos materiales caseros, como el papel
de aluminio, las bolsas de plástico, una bola de algodón (cuidado con llevar-
la a la boca), pelotas de tela, etc.
176 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
55. Debe procurar que, cuando deje al niño en algún lugar en la ha-
maquita o en la silleta, tenga un campo visual amplio y pueda mirar libre-
mente en todas direcciones.
56. De vez en cuando, lleve al niño con usted cuando está haciendo
una actividad en alguna parte de la casa. Por ejemplo, si está haciendo la
comida, déjelo en la cocina procurando que pueda ver lo que usted hace y
cómo se desplaza; si están los miembros de la familia en la sala de estar, el
niño puede estar también presente contemplando las actividades de los de-
más o, simplemente, entretenido con sus cosas; cuando lo lleva de paseo,
déjele ver a otras personas que pasean, a niños que juegan en el parque, etc.
PROGRAMA DE INTER\ENCION EN EL ARE:A COGNFIIA'.A 177
61. Se puede repetir este mismo juego utilizando dos juguetes llama-
tivos para el niño, que sean diferentes entre sí. En un principio, colocarlos a
unos 15 cm de distancia uno de otro y procurar que sean sonoros para que
las señales auditivas ayuden al niño a orientarse mejor. Atraer la atención
del niño hacia uno de los juguetes y luego hacia el otro. Si al niño le cuesta
alternar la mirada, acercar más el segundo objeto y ayudar al niño físicamen-
te a dirigir a él su mirada. Poco a poco, introducir objetos que no sean
sonoros y separarlos cada vez más uno de otro.
178 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
62. Con el niño en las rodillas ante una mesa, hacer rodar por encima
de ésta objetos que se muevan rápidamente, como una pelota, un coche,
etc., animando al niño a que siga los desplazamientos con su mirada.
E) Localización de sonidos
F) Prensión voluntaria
68. Poner una cinta elástica en los barrotes de la cuna. Colgar algunos
objetos atractivos para el niño a una altura que permita a éste poder tocarlos.
Observar las reacciones del niño para ver si se agita queriendo coger los
juguetes, si hace intentos para alcanzarlos o si manifiesta otras conductas. Si
el niño reacciona positivamente hacia los objetos, agitarlos de vez en cuando
para llamar su atención, o bien coger la mano del niño y llevarla suavemente
hacia los objetos. No cansar demasiado al niño con esta actividad y no olvide
cambiar con frecuencia los objetos que se le enseñan.
entre su mano y el ojo para que el niño tenga que llevar su mano un poco
hacia el juguete que se le ofrece. Al final, el niño deberá coger un objeto que
se le presente en el plano medio.
objetos móviles para que el niño vaya adaptando sus intentos de prensión y
los movimientos del brazo a los desplazamientos de los objetos sobre la
mesa. Los objetos deben desplazarse lentamente.
G) Desarrollo de esquemas
77. Ponga un poco de miel en el dedo del niño y lleve usted su dedo a
la boca haciendo una demostración. Después, si es necesario, ayude al niño
a llevar su propio dedo a la boca. Igualmente, ayude al niño a llevar objetos a
la boca (que no sean demasiado pequeños, naturalmente): un mordedor, un
aro de colores, muñequitos de goma, etc. Poco a poco, elimine la ayuda y
deje que el niño lo vaya haciendo solo.
78. Ofrezca al niño juguetes de fácil prensión para que los sostenga
bien agarrados y que sean sonoros y de colores atractivos. Cuando el niño
tenga un objeto en su mano, ayúdele llevándole la mano para que lo ponga
ante su vista y déjelo ahí unos segundos. Agite la mano del niño para que el
sonido del objeto atraiga más su atención. Disminuya progresivamente la
ayuda física y deje que el niño vaya, por sí solo, inspeccionando y exploran-
do visualmente los objetos que tiene en su mano. Una vez más, no olvide
presentar materiales diferentes.
jeto contra una superficie, agitarlo para que haga ruido. Se trata de esque-
mas motores simples que conviene estimular en el caso de que no aparezcan
espontáneamente: coger el brazo del niño y mostrarle esas acciones, procu-
rar que se fije en ellas cuando las hace el adulto para que las vaya incorpo-
rando a su repertorio.
80. Más adelante, hacia los 5-6 meses, aparece otro esquema muy
típico: pasar el objeto de una mano a otra; para ello, son más utiles los
objetos redondos, como aros o sonajeros circulares. Se requiere que el niño
coja los objetos con una mano y que tenga un mínimo de coordinación que
le permita coger el objeto con la otra mano después de soltarlo la primera.
Para ayudarle, procurar que el niño coja el objeto con la mano en apariencia
menos dominante para pasarlo luego más fácilmente a la mano que parece
ser la dominante.
81. Siente al niño en sus rodillas ante el borde de una mesa. Ponga su
mano (de usted) en la mesa y arañe moviendo sus dedos palpando la super-
ficie. Alabe al niño si le imita. Si, por el contrario, no es capaz de imitar la
acción, ponga la mano del niño sobre la mesa y ayúdele a arañar y a palpar
en la mesa moviendo los dedos.
83. En sus juegos con el niño, estando éste acostado boca arriba o
sentado en su hamaquita, enséñele algún objeto grande, sonoro, atractivo
para él. Desplácelo lentamente hasta hacerlo desaparecer mientras suena
(utilice, por ejemplo, una cajita de música); espere la reacción del niño y
muestre luego sólo una parte del objeto. Poco a poco utilice objetos sin
sonido, pero que llamen la atención del niño.
86. Juegue con el niño en sus rodillas ante una mesa. Llame su aten-
ción hacia algún objeto o juguete atractivos. Cuando el niño haga intentos
por ir a cogerlo, tape el objeto parcialmente, de forma que el niño pueda ver
sólo una parte del objeto. Anímele a recuperarlo.
dez (un coche, una pelota de colores, un muñeco mecánico). Cuando esté
entretenido mirando el juguete, procure que, en varias ocasiones, el objeto
salga del campo visual del niño (que caiga al suelo, que se esconda detrás de
algún mueble) y anime al niño a buscar el objeto desaparecido. Alabe mu-
cho los esfuerzos del niño y vuelva a repetir la acción varias veces, sin can-
sarle demasiado.
88. Estando el niño tumbado boca abajo, juegue con él usando algún
juguete atractivo que, a ser posible, sea sonoro. Cuando el niño esté miran-
do atentamente el juguete o, incluso, intente ir a cogerlo, ponga algún obs-
táculo vertical (pantalla) entre el juguete y el niño paa que éste no pueda
verlo entero o en parte (por ejemplo, un cartón). Anime al niño a buscar el
juguete, hablándole y estimulándole. Si no muestra ningún interés, quite la
pantalla y deje que vea el juguete. Vuelva a poner el obstáculo y repita la
operación varias veces sin cansar al niño. Además de juguetes, puede hacer
este mismo juego tapándose usted la cara. Puede ser útil, en caso de que el
niño siga sin mostrar interés, usar un cristal transparente como pantalla,
para que el niño siga viendo el objeto.
Además de usar objetos, este mismo juego se puede hacer dando una
persona vueltas alrededor del niño mientras le habla o le canta, y parándose
en el sitio contrario, como acabamos de explicar.
90. Siente al niño ante un espejo y juegue así con él. Centre la aten-
ción del niño para que mire su imagen en el espejo y observe sus reacciones.
PROGRAMA DE INTER\ ENCION EN EL AREA COGNITIVA 185
91. Cogido por sus axilas, balancee al niño ante el espejo, acercándole
y alejándole, mientras le hace cosquillas para que se divierta.
92. Acerque las manos del niño hacia el espejo haciendo movimien-
tos como si el niño acariciara su propia imagen. Detenga la actividad y ob-
serve si el niño quiere o intenta seguir.
93. Tome al niño en sus rodillas y juegue a mover sus brazos y pier-
nas mientras los mira. Ayúdele a que se coja sus piernas y sus pies.
96. Cuando bañe al niño, deje que sus pies toquen el agua y anímele
a que patalee. Mientras le está bañando, procure hablarle en un tono agrada-
ble para que el niño asocie esta actividad a algo placentero.
98. Ponga al niño unas manoplas o unos guantes grandes y ate a ellos
unos cascabeles o unas campanillas. Atraiga la atención del niño hacia sus
manos y anímele a que las mueva dándole ayuda cuando sea necesario.
99. Coja al niño por sus axilas o por los costados y muévalo en todas
direcciones mientras le habla y le ríe.
102. Cuelgue del techo o de otro lugar adecuado un objeto que haga
ruido o que se mueva. Ate un extremo de una cinta a ese objeto y el otro
extremo a la muñeca del niño. Ayude al niño a mover su mano, si es necesa-
rio, y luego deje que lo haga él solo, alabando mucho sus esfuerzos.
104. Una vez que estos esquemas del niño están ya instaurados,
ofrézcale juguetes cuyos efectos se diferencien mucho entre sí: un muñequi-
to de goma blanda que pite al apretarlo, un juguete de madera que hace
ruido al golpearlo, un sonajero que suena al ser agitado... De esta forma, el
niño empieza a diferenciar las consecuencias de las acciones según sean los
objetos utilizados.
105. Utilice como juguete una especie de saco de golpear (una figura
envuelta de espuma con cascabeles), o bien un tentetieso grande que haga
ruido al moverlo. Cuelgue éstos u otros juguetes por el estilo en la cuna o en
el parque sobre los pies del niño y enséñele cómo al ser golpeados se puede
producir movimiento y sonido. Ayude fisicamente al niño levantando su
pierna hasta la altura del juguete para que lo patee.
106. Utilice objetos que puedan ser atractivos para el niño, como un
globo grande relleno de arroz o lentejas atado a una cinta; un tentetieso con
sonido; una pelota grande. Haga demostraciones al niño para que él se dé
cuenta de que, al empujar uno de estos objetos, se produce movimiento y
sonido. Ayude fisicamente al niño y procure reaccionar de forma exagerada
después de cada acción. Reduzca progresivamente su ayuda, asegurándose
siempre de que el niño tiene experiencias positivas.
niño esté entretenido con la actividad y lo esté pasando bien, detenga unos
instantes el juego y espere alguna reacción del niño, como haciendo notar
que desea reanudar el juego (llanto, agitación de brazos o piernas, miradas
insistentes, etc.). Reanude la actividad y repita 3-4 veces, sin cansar demasia-
do al niño.
109. Utilice objetos que hagan ruido al ser golpeados contra una su-
perficie (cuchara, palo de madera o plástico). Haga demostraciones al niño y
anímele a repetir estas acciones. Ayúdele, al principio, agarrando la mano
del niño. Varíe el ritmo de los golpes.
110. Coja usted dos objetos que hagan ruido (dos sonajeros), uno en
cada mano, y ofrézcale otros dos al niño. Golpee uno contra otro y ayude
físicamente al niño para que imite su actividad, alabando sus esfuerzos.
Haga lo mismo sin objetos, procurando que el niño imite sus palma-
das e intentanto hacer de éste un juego divertido sin tener en cuenta la
mucha o poca ayuda que presta al niño.
6-9 MESES
113. Poco a poco aléjese del niño al dejar caer el objeto al suelo y
aumente la distancia del recorrido del objeto (déjelo caer desde un poco más
arriba). Asimismo, emplee objetos que no hagan ruido y que boten (pelotas,
muñecos de goma) para que el niño tenga que ir adaptándose a los desplaza-
mientos de esos objetos por el suelo.
114. Siguiendo con este juego, procure que en alguno de estos des-
plazamientos por el suelo, uno de estos objetos que botan caiga en un sitio
fuera del alcance visual del niño, de forma que le resulte más dificil su
búsqueda (detrás de un mueble, debajo de la silleta). Ayúdele al principio
mostrándole el lugar donde cayó el objeto y disminuya progresivamente esta
ayuda. Alabe los esfuerzos del niño y déle el objeto para que juegue con él.
116. Cuando el niño esté solo, deje a su alcance unos pocos juguetes
de las características que acabamos de describir. Cámbielos de vez en cuan-
do para evitar que el niño se habitúe al material y pierda interés. Recuerde
que no es necesario comprar juguetes caros: utilice objetos caseros que pue-
dan llamar la atención del niño, renovándolos con cierta frecuencia. No se
trata de tener muchos juguetes, sino de proporcionar al niño los más
adecuados.
entonces otro juguete nuevo o algo que llame mucho la atención del niño.
Espere su reacción. Si no tiene intención de coger el nuevo juguete, no
insista y repita la actividad o pase a otra cosa. Si observa que el niño está
interesado en coger el juguete, anímele y frote la cara externa de una de las
manos y dedos del niño incitándole a abrirla, soltar un juguete y coger el
nuevo que se le ofrece.
118. Para ayudar al niño en este juego, ofrézcale primero objetos que
no sean muy atractivos y un poco voluminosos, para que no cierre del todo
las manos al cogerlos (tacos de madera, juguetes que tenga ya muy vistos), y
luego enséñele un tercer juguete muy llamativo que despierte su interés.
124. Deje al niño jugar con algún objeto atractivo para él. En alguna
ocasión, tape el juguete y la mano del niño que lo agarra con un trapo
grande. Espere la reacción del niño. Quizás suelte el juguete, sorprendido.
Enséñele el juguete otra vez; repita la acción y, si es preciso, quite usted el
trapo para que el niño pueda ver el juguete en su mano.
125. Mientras viste al niño, déjele jugar con algún objeto que le llame
la atención (frasco de colonia, un zapato...). En alguna ocasión, coja el obje-
to y, ante la mirada del niño, escóndalo debajo de algún trapo o tras la
almohada. Observe la reacción del niño a ver si trata de recuperarlo; ayúdele
enseñándole el objeto y volviéndolo a esconder. Anime al niño a que recu-
pere él mismo el objeto.
Más adelante, repita el juego con dos túneles, haciendo pasar el ve-
hículo de uno a otro y animando al niño a seguir sus desplazamientos y a
buscarlo.
129. Cuando esté bañando al niño, haga mucha espuma. Déjele algún
juguete que le guste y métalo bajo el agua y la espuma. Anime al niño a
encontrarlo.
130. Ofrezca al niño algún juguete atractivo que sea grande. Juegue
con él en el suelo y mientras se divierten, cubra el objeto de materiales
ligeros que sirven para envolver objetos frágiles (virutas de corcho o de
madera, algodones, etc.). Anime al niño a revolver entre ellos para encontrar
el objeto escondido.
131. Ponga un objeto que guste al niño dentro de una caja cubierta
con tapas. Agite la caja para hacer ver al niño que el objeto está todavía
dentro y anímele a buscarlo, ayudándole físicamente siempre que sea
preciso.
E) Discriminación visual
otra diferente, para ver si observa algún tipo de diferencia y elige la foto
nueva. Alabe al niño por sus esfuerzos en participar en este juego. Repita la
actividad tratando de motivar al niño.
F) Relaciones espaciales
136. Ofrezca al niño algún tipo de material de juego que tenga mu-
chos agujeros (un cartón de huevos agujereado, tableros de multihobby,
etc.). Anímele a ir pasando las manos y los dedos por los agujeros, prestando
al principio ayuda física, si fuera necesario. Es importante que el niño con-
trole visualmente las actividades que va haciendo.
139. Ofrezca al niño sus juguetes en un cesto o caja grandes para que
los vaya sacando si quiere utilizarlos.
148. Repita la misma actividad con algún juguete u objeto que llame
la atención del niño. Por ejemplo, un casette que reproduzca alguna canción
famliar; interrumpa la canción cuando el niño esté entretenido y espere
unos instantes su reacción.
Utilice algún juguete mecánico o musical; déle poca cuerda para que
pare antes de que el niño lo espere. Seguramente el niño mostrará sorpresa
ante la detención. Hable al niño sobre el «espectáculo» y anímele a intere-
sarse por él y por su reanudación. Cuando vuelva a dar cuerda al objeto,
procure que el niño vea cómo lo hace, para que empiece a establecer sus
primeras relaciones causa-efecto.
149. Juegue con el niño a hacer una torre con bloques grandes. Haga
una demostración para que vea cómo empujando los bloques se cae la torre.
Ayude físicamente al niño al principio y procure hacer divertido este juego,
animándole a participar activamente.
H) Perfeccionamiento de la prensión
150. Ofrezca al niño un objeto para que lo coja. Procure que lo haga
con una sola mano, evitando poco a poco la prensión bimanual. Para ello,
presente el objeto hacia un lado del niño y así éste se verá obligado a utilizar,
para cogerlo, una sola mano. Cuando el niño haya cogido el objeto, ofrézca-
le un segundo para que lo coja con la otra mano. Ayúdele fisicamente lle-
vándole un poco la mano, si es necesario.
151. Siéntese con el niño en brazos ante una mesa. Ponga sobre ésta
objetos atractivos que no sean demasiado grandes ni demasiado pequeños
para que el niño pueda cogerlos. Poco a poco, coloque objetos cada vez más
pequeños para mejorar la coordinación y precisión visomotoras. Utilice tam-
bién objetos cilíndricos (como bobinas de hilo) animando al niño a cogerlos
oponiendo el dedo pulgar para agarrar bien el objeto.
152. Ofrezca al niño ante una mesa, en el suelo u otra superficie cual-
quiera, objetos pequeños que le llamen la atención (gusanitos, gominolas,
etc.). Procure que intente cogerlos con los dedos medio, índice y pulgar,
evitando, en la medida de lo posible, un simple rastrilleo.
1) Desarrollo de esquemas
157. Un esquema que el niño suele repetir hacia los 7-9 meses es el
de dejar caer los objetos al suelo con un control visual. Anteriormente, e
incluso ahora, es posible que el niño tire los objetos al suelo fuera de alcan-
ce, sin ninguna intencionalidad y, frecuentemente, sin control visual. Esta
conducta no es un esquema de acción en cuanto tal y llega un momento en
que hay que procurar extinguirla para dar paso a una acción intencionada,
funcional y que comporta al niño bastantes beneficios desde el punto de
vista de las relaciones espaciales, de la exploración, de la búsqueda visual y
del propio juego, aunque es evidente que es una conducta molesta para los
padres porque el niño tira todo aquello que tiene en sus manos y luego pide
que se lo vuelvan a dar. Poco a poco, él mismo irá soltando los objetos a
distancias diferentes y con distinta fuerza. Por ello, conviene ofrecerle varia-
dos objetos del hogar para que el niño vaya experimentando mejor las dife-
rencias entre ellos (ligeros, pesados, sonoros, sordos, los que botan, los que
se quedan fijos en el suelo, etc.). Observe las actividades del niño en lo
196 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
referente a este esquema. Evite, como ya dijimos, que se limite a lanzar los
objetos sin más y procure que siga con su mirada los objetos mientras los
deja caer.
158. Ofrezca al niño dos objetos que hagan ruido (cascabeles, sonaje-
ros). Cuando haya cogido uno en cada mano, juegue con él a golpear uno
contra otro. Si es preciso, ayúdele al principio llevándole las manos y cho-
cando los dos objetos entre sí para que hagan ruido y llamen la atención del
niño. Disminuya progresivamente esta ayuda. Procure hacer usted esta acti-
vidad acompañada de alguna canción y anime al niño a imitar sus gestos
(golpear un objeto contra otro). Esta acción también tiene un importante
componente socio-comunicativo y, además de utilizar objetos, puede usted
jugar a hacer palmitas animando al niño a que le imite, procurando que éste
mire lo que está haciendo y no aparte su vista hacia otro sitio.
160. Juegue con el niño usando algún objeto llamativo, como un ten-
tetieso musical. Mueva el muñeco y procure que el niño se fije en lo que
hace. Cuando esté entretenido, anime al niño a que empuje él el juguete
para que se mueva y haga ruido. Si intenta cogerlo y tirarlo, repita la acción y
ayúdele fisicamente llevando su mano para que empuje el muñeco. Alabe
con sonrisas y vocalizaciones los intentos del niño. Pruebe también con
juguetes parecidos que produzcan algún «espectáculo» interesante para el
niño y que él pueda fácilmente tratar de repetir.
L) Iinitación
164. Anime al niño a imitar algunos gestos sencillos que usted sabe
que él hace. Haga usted alguno de estos gestos y anime al niño a que lo
repita. Tenga en cuenta que en esta imitación de gestos, el componente
socio-comunicativo es muy importante; por ello, es fundamental establecer
una buena relación afectiva con el niño, aprovechar los momentos de mayor
receptividad y jugar con él de forma relajada y divertida, sin tratar de impo-
ner conductas o actividades de forma mecánica y rígida. Acompañe esta
actividad de imitación de gestos con canciones familiares («palmas, palmi-
tas», «los lobitos», etc.) y alabe mucho los esfuerzos del niño por tratar de
imitarle. Más adelante, volveremos a insistir sobre estas actividades.
9-12 MESES
A) Relaciones causa-efecto
su atención. Lleve la mano del niño para que intente ponerlo de nuevo en
marcha o para que, al menos, lo explore y empiece a establecer una relación
causa-efecto, procurando que mire lo que está haciendo.
167. Puede repetir la acción con otro tipo de juguetes y objetos case-
ros: que el niño observe el efecto que se produce al abrir un grifo, al accio-
nar una cajita de música u otro juguete mecánico atractivo, al quitar la
chupeta a una muñeca y ésta rompe a llorar, etc.
También puede hacer juegos directos con el niño: chocar las palmas
de las manos en juegos de interacción; hacer otros juegos típicos (caballito,
gestos llamativos) y esperar a que el niño emita alguna señal para reanu-
darlos.
B) Desarrollo de esquemas
174. Deje al niño para jugar objetos familiares, como coches, peine,
zapatos, muñecos, vasos, cucharas, animales, un libro de imágenes, etc. Aní-
mele a jugar con ellos y, de vez en cuando, muéstrele algunos de sus usos
más frecuentes.
179. Juegue con el niño a diversas actividades con dos objetos: una
caja, un tambor de detergente, un xilófono y un palo, un macillo, una cucha-
ra de palo, por ejemplo. Haga demostraciones al niño y llame su atención
para que empiece a combinar los dos objetos con el fin de hacer ruido y
divertirse. Aumente el repertorio de objetos y juegos, procurando siempre
que el niño tenga que combinar dos objetos.
181. Enseñe al niño a apilar aros grandes en un soporte fijo, del tipo
que sea. Por ejemplo, que meta aros en un brazo, como si fueran pulseras; o
bien, jugando con él en el suelo o sobre una mesa, ayúdele a apilar los aros
en un palo vertical fijo. Si necesita ayuda, facilítesela, disminuyendo ésta
poco a poco.
PROGRAMA DE INTERVENCION EN EL ARFA COGNInvA 201
189. Siente al niño ante una mesa que tenga una cubierta giratoria
(boina cubremantel transparente). Coloque algún juguete atractivo encima,
fuera del alcance del niño y anímele a que lo coja. Si el niño lo intenta pero
no es capaz de lograrlo, hágale una demostración para que comprenda que
girando el soporte puede alcanzar el objeto.
G) Imitación
200. Elija algunos gestos o acciones que el niño ya haga e intente que
él los imite cuando usted se los propone. Tenga en cuenta que este tipo de
juegos requiere una buena relación y que el niño se encuentre a gusto.
Trate, por tanto, de hacer divertida esta actividad y procuren pasarlo bien.
Puede hacerle palmitas, movimientos de besar con la boca, los lobitos, el
gesto de adiós, etc. Repita varias veces, pero sin forzar al niño a que repro-
duzca la acción. Deje que él imite lo que quiera y alabe sus esfuerzos. Cuan-
do juegue a estas actividades con el niño, una vez que usted ejecute una
acción, deje un corto espacio para dar tiempo a responder: respete los turnos
para que el diálogo comunicativo sea más rico. Por otra parte, procure que el
niño esté pendiente del juego, mirándole a usted, y que no se distraiga con
otras cosas.
dedos, hacer chasquidos de dedos, levantar los brazos, etc. Procure jugar a
estas actividades cuando el niño esté receptivo y no le agobie con muchas
pretensiones. Es suficiente con que el niño se fije en lo que usted hace y
luego intente responder, aunque no sea de la forma más adecuada. Alabe
mucho los intentos y esfuerzos del niño y procure pasarlo bien con él.
204. Juegue con el niño en el suelo o sentados ante una mesa. Ensé-
ñele tres objetos familiares para él (cuchara, pelota, muñeco). Coja otro
objeto igual a uno cualquiera de los tres que ha presentado en un principio y
pida al niño «busca uno como éste», señalándole el que tiene usted en la
mano. Ayude al niño a buscar el objeto en la mesa o en el suelo y espere su
respuesta. Si no la hay, repita la instrucción y toda la operación, procurando
que el niño se fije en el objeto que usted le enseña en su mano y en los que
hay en la mesa o en el suelo. Anime otra vez al niño a buscar el objeto y, si
es necesario, indíquele la respuesta correcta.
1) Reconocimiento de sí mismo
J) Perfeccionamiento de la prensión
K) Juegos de agua
12-18 MESES
209. Preséntele objetos nuevos -no tienen por qué ser juguetes, pue-
den ser de cualquier tipo siempre que no sean peligrosos-. Ayúdele a exa-
minarlos detenidamente, comentando al niño las características de cada
objeto mientras lo va repasando con su mano o con su dedo índice. Procure
que el niño esté mirando al objeto mientras lo toca.
determinado sitio de la casa durante unos días. Procure que sea algo muy
llamativo para el niño, con el fin de que intente buscarlo con interés. Ayúde-
le a buscar por varios sitios, pero deje que él tome iniciativas y actué es-
pontáneamente.
Salude al niño expresivamente por las mañanas con un «buenos días», hága-
le mirar al exterior y enséñele el sol y la luz. Jugando, dé los buenos días al
sol, a los pájaros, a la gente y a los coches que pasan por la calle.
Por la noche, antes de acostarse, déle las «buenas noches» y mire con
él las estrellas, la luna o la oscuridad. Puede acompañar todo este ritual
-que no tiene que ser diario- con alguna canción apropiada. Procure, ade-
más, que el niño trate de imitar el «buenos días» (aunque sólo diga «ía») o el
«buenas noches» (aunque sólo diga «oche»). Lo que importa es que esta
actividad ayude a facilitar la comunicación expresiva.
En otro momento, cuando el niño le pida otra cosa y usted esté ocu-
pado, dígale «espera un momento, ahora no, te lo daré después». Déle el
objeto requerido antes de que el niño se canse de esperar o se enrabiete
demasiado. Procure usted ser consecuente con lo que dice con el fin de no
confundir al niño.
219. Saque al niño con frecuencia de casa para que conozca otros
ambientes además del suyo. Llévelo a algún parque cercano y déjele explo-
210 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
F) Relación causa-efecto
222. Por otra parte, «obligue» un poco al niño a que se fije más en
algunos acontecimientos caseros, procurando que mantenga su atención.
Por ejemplo, si juegan con un tren o con coches o con muñecos mecánicos,
procure que el niño observe lo que hacen los diferentes objetos antes,de
cogerlos.
224. Utilice diversos objetos que sirvan al niño para comprender me-
jor la relación causa-efecto: un muñeco pequeño con muelle para saltar, una
pirindola pequeña o mediana, un coche que se dispara con una plataforma,
juguetes que se accionan dándole cuerda, juguetes que se accionan con aire
desde una pera, juguetes pequeños que funcionan a pilas apretando un bo-
tón o una palanquita, etc. No hace falta que sean juguetes caros. Lo impor-
tante es que sirvan para relacionar causa-efecto y que llamen la atención del
niño. También conviene que sean variados para que los procedimientos de
activación no sean siempre los mismos.
226. Deje al niño unas 2-3 cajas vacías y un objeto cualquiera, por
ejemplo un tubo de pasta de dientes. Pida al niño que busque la caja del
tubo y que lo meta dentro de ella. Déjelo explorar y ofrézcale algún tipo de
ayuda verbal o fisica o bien alguna demostración, sólo si lo necesita.
Repita la actividad con otros objetos y con otras cajas de diferentes
tamaños.
PROGRAMA DE INTER\ENCION EN EL ÁREA COGNITI\.A 213
H) Uso de medios
Deje una silla o taburete cerca del frigorífico cuando el niño quiera
abrirlo para coger algo que le guste. Ayúdele al principio. A medida que la
habilidad de esta conducta es mayor, deje un poco más lejos la silla o el
taburete que el niño debe utilizar como medio.
230. Cuando el niño esté muy entretenido con algo que le guste,
póngalo fuera de su alcance en distintos sitios: debajo de un mueble en el
que el niño no pueda meterse, encima de una mesa, etc. Espere la reacción
del niño; ofrézcale un objeto que le sirva de medio para recuperar el objeto
(un palo, por ejemplo). Haga alguna demostración si observa que el niño no
es capaz de coger el objeto sirviéndose de ese medio.
1) Discriminación auditiva
Pruebe con otras cosas y alabe mucho al niño cuando se interese por
las asociaciones y responda adecuadamente.
J) Coordinación óculo-manual
237. Deje que el niño manipule diversos materiales sin temor a man-
charse: plastilina, agua, arena, barro, virutas de madera o plástico, hojas
secas, piedrecitas, gravilla...
L) Relaciones espaciales
243. Ofrezca al niño un objeto, como un cubo liso en todas sus caras
excepto en dos, que son funcionales (con dibujos llamativos). Anime al niño
a explorar el cubo buscando esas caras funcionales.
244. Deje jugar al niño con dos objetos que tenga que combinar: un
tambor y un palo para tocar, dos platillos, una pelota y una raqueta peque-
ñas. Ayúdele, si es preciso, a que relacione entre sí los dos objetos y juegue
usándolos correctamente.
M) Garabateo
249. Deje jugar al niño con pintura de dedos y que pinte en un papel
grande guiándole usted la mano al principio.
N) Concepto de sí mismo
O) Perfeccionamiento de la prensión
P) Esquemas de acción
254. En esta etapa del desarrollo del niño, fomente el juego simbólico
mediante objetos que recuerden situaciones familiares que el niño ve habi-
tualmente : coches, muñecos, camas , sillas, platos , cucharas, vasos, animales,
etc. Además de que el niño utilice estos objetos en acciones consigo mismo,
220 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
256. Observe al niño si, cuando juega usted con él, le muestra o ense-
ña algún objeto que le atrae con el fin de sugerir una interacción social o
compartir esta experiencia con usted: el niño extiende el objeto hacia la
persona con la que juega, o bien señala un objeto mirando al adulto. Atien-
da usted entonces sus requerimientos porque el niño está buscando una
relación social. Para ayudarle, puede usted ofrecerle cosas y proponerle acti-
vidades para jugar, señalando así el modelo deseado.
Q) Imitación
259. También puede usted jugar con el niño a realizar varias acciones
con los brazos y con las piernas, sentados ante un espejo al principio: levan-
tar los brazos , ponerlos en cruz, cerrar las manos, abrir las piernas, patalear,
etc. Después, repita estas acciones jugando con el niño sin mirarse al espejo.
18-24 MESES
A) Uso de medios
260. Juegue con el niño en el suelo o sentados ante una mesa. Ofréz-
cale objetos atractivos y ponga, en un momento determinado, alguno de
ellos fuera de su alcance directo. Anímele a que lo coja para seguir jugando.
Ayúdele usted proporcionándole un rastrillo y dejando las púas sobre el
objeto, de forma que el niño, al arrastrarlo hacia él, obtenga de nuevo el
juguete. Hágale demostraciones para que el niño comprenda el uso de este
medio.
263. Ponga algún objeto atractivo en un sitio elevado , fuera del alcan-
ce directo del niño . Deje allí un taburete o una silla para que el niño se
pueda subir y recuperar el juguete . Al principio, ayúdele usted a subirse y
hacerle ver que, de esta forma, puede alcanzar lo que quería.
265. En una última fase de esta adquisición , deje usted el medio (si-
lla, taburete ) más lejos del lugar de la acción , para que el niño tenga que ir a
buscarlo y ponerlo en su sitio.
B) Causalidad operacional
calón. Si el niño ya sabe, por ejemplo, accionar el botón que pone en marcha
el radio-casete, podemos ayudarle a que discrimine un poco más: que le dé
al botón «eject» para sacar la cinta o al botón «stop» para pararlo. Puede
usted hacer otra prueba: cuando el niño esté entretenido escuchando la
música, déle al botón «pausa» y anime al niño a que vuelva a poner en
marcha el aparato. Ayúdele a buscar la tecla correcta. Además, puede usted
poner en dos o tres botones gomets de diferentes colores para ayudar al niño
a discriminar. Es importante que, mientras el niño está manipulando éste u
otros aparatos, se fije en lo que hace y su exploración esté controlada
visualmente.
268. En sus juegos con el niño, utilice algún juguete accionado por
una pera y esconda ésta mientras la acciona, de forma que el niño vea el
efecto pero no vea la fuente de causalidad. Anímele a buscar y a que él
mismo ponga en marcha el juguete.
C) Garabateo
Haga usted esta actividad sobre distintas superficies: una pizarra, pa-
peles en la pared , papeles grandes en el suelo, etc.
D) Coordinación óculo-manual
275. Juegue con el niño utilizando un objeto que pueda ser activado
con el dedo índice (un teléfono, un piano ). Déjele jugar libremente y luego
anímele a que lo haga utilizando el dedo índice: para marcar números, para
pulsar las teclas.
279. Imagine que el niño va con un objeto en cada mano y que tiene
que abrir una puerta, un cajón, un cesto, etc. Observe sus reacciones. Si no
es capaz de hacer nada, ofrézcale una ayuda abriendo la puerta; si el niño
trata de pasar o de seguir jugando sin más, vuelva a plantear la situación y
anímele a que la resuelva. Si tampoco trata de salir del apuro, pídale un
juguete y déjele una mano libre para que abra la puerta, el cajón o el cesto de
los juguetes.
280. Imagine, ahora, que el niño está jugando y tiene dos objetos,
uno en cada mano, que le gustan mucho, y la chupeta en la boca. De pronto,
en su ir y venir, encuentra otra cosa que también le gusta mucho, pero no
quiere desprenderse de los otros juguetes que ya tiene agarrados. ¿Cómo
resuelve la situación? Describiremos lo que hizo una niña de 20 meses: tiró
la chupeta de su boca, llevó un objeto de su mano a la boca y así pudo coger
el otro juguete que también le gustaba.
BARRERA
NIÑO
Niño
Adulto Objeto
Puede usted hacer aperturas del cercado por otros sitios, tratanto de
variar la situación del problema y evitado, así , que el niño pueda actuar
mecánicamente.
PELOTA
NIÑO
ADULTO
287. Ponga varios cojines grandes en una silla o sillón y pida al niño
que se siente allí. Observe sus reacciones para ver cómo resuelve esa dificul-
tad. Si desiste , quite usted un cojín e insista de nuevo para que el niño
continúe quitando cojines y se pueda sentar.
G) Agrupar objetos
298. Haga usted fotos o dibujos -mejor fotos- de objetos muy fami-
liares para el niño: pelota, televisión, cuchara, silla, muñeca, etc. De vez en
cuando muéstreselos y asócielos con los objetos reales que representan.
234 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
Juegue luego con el niño a asociar las fotos con los objetos. Deje las
fotos (2-3) encima de la mesa o en el suelo y pida al niño que busque la foto
que representa el objeto que usted le enseña o le nombra (por ejemplo, la
muñeca). Déle ayuda al principio y procure que el niño se fije en lo que
usted le dice y después en las fotos que observa.
301. Juegue con el niño utilizando alguna caja o tablero en los que se
puedan encajar piezas grandes y pequeñas, piezas redondas y cuadradas, por
ejemplo. Observe la acción del niño si se empeña en meter una pieza en el
lugar no correspondiente; en ese caso, ayúdele a rectificar para que se dé
cuenta de su error. Pruebe nuevamente haciendo demostraciones y ayudán-
dole a hacerlo correctamente, guiando su mano, si es necesario. No fatigue
al niño insistiendo demasiado en estas tareas.
303. Juegue con el niño al parchís o a otro juego parecido. Utilice las
fichas y los cubiletes de 2 colores determinados y anime al niño a ir guardan-
do las fichas en el cubilete de su color.
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL ÁREA COGNITIVA 235
304. Juegue con el niño utilizando objetos que tengan diferentes for-
mas: por ejemplo, pelotas y coches. Anímele a que los agrupe en dos monto-
nes separados: enséñele una pelota y pídale «dáme otra cosa como ésta»;
haga lo mismo con el coche.
1) Estimulación táctil
Cuando lo esté bañando, ponga mucho gel en el agua para que haga
espuma y burbujas y déjele disfrutar un rato. Utilice, además, un juguete de
hacer pompas soplando y deje que el niño experimente las sensaciones ju-
gando con las burbujas y con la espuma por todo su cuerpo.
Puede seguir el juego con otros objetos, dejando al niño tocar los que
tiene que adivinar antes de meter la mano en la bolsa, como ayuda.
307. Una variación de este juego puede ser la siguiente: ponga 2-3
objetos de diferentes texturas en una bolsa; tenga otros 2-3 objetos de la
misma textura; ofrezca uno al niño, déjele que lo toque y pídale que saque
de la bolsa uno que tenga la misma textura que el que acaba de tocar.
Ayúdele haciéndole demostraciones.
236 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
J) Discriminación de sonidos
Cuando salga a la calle con el niño o visite otras casas, procure que
vaya dándose cuenta de los ruidos que se producen en el exterior para que
los vaya asociando.
310. Utilice alimentos conocidos para el niño, como una naranja, una
manzana, y otro tipo de sustancias también familiares, como la colonia. Deje
que los manipule y luego pídale que cierre los ojos. Corte usted por la mitad
la manzana y la naranja y abra el frasco de colonia; deje que huela uno de
estos objetos (con los ojos cerrados) y pídale que señale el que acaba de oler.
Ayúdele haciéndole demostraciones y dejándole oler nuevamente los pro-
ductos.
L) Imitación
311. En sus juegos con el niño, cántele canciones para que el niño
imite gestos y movimientos como los que usted u otra persona hacen.
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL ÁREA COGNITIVA 237
Procure que sean gestos cada vez más complicados, pero no demasiado para
no frustrar al niño. Observe las posibilidades del niño y suba sus exigencias
de acuerdo con sus habilidades. Puede usted ayudarse de canciones familia-
res para hacer gestos con los dedos, con los brazos, con la boca, con los ojos,
con las piernas, movimientos de la lengua (sacarla, meterla, llevarla a los
lados). Recuerde que lo importante no es que el niño imite perfectamente
sus acciones, sino que se interese por ellas, que no se limite a observar y que
trate de participar en el juego, para ir adaptándose poco a poco a sus
requerimientos.
M) Relaciones espaciales
315. Con el fin de que el niño vaya teniendo una mejor orientación
en el espacio más inmediato, conviene que le ayudemos en casa con accio-
nes muy sencillas y normales. Por ejemplo, si es la hora de comer o de
lavarse, usted le puede decir «vamos a comer» o «vamos a lavarnos las ma-
nos», y le deja ir delante al sitio correcto. Igualmente, en otros lugares fami-
liares para el niño o en itinerarios muy conocidos por él, déjele en algunas
ocasiones que sea él quien marque el camino.
N) Esquemas de acción
mele a utilizar diferentes secuencias sobre los muñecos o sobre otras perso-
nas: dar de comer al muñeco, acostarlo en la cama, sentarlo en la silla, etc.
Procure variar, en la medida de lo posible, los objetos y procure también que
el niño no repita siempre las mismas actividades sobre los objetos; para ello,
es conveniente que usted le vaya sugiriendo acciones nuevas para que las
vaya incorporando a su repertorio.
317. En este tipo de juegos, debe usted respetar los turnos del niño y
dejarle que él tome iniciativas. Igualmente, también es conveniente que
usted le enseñe a mirar a la actividad y a las personas que juegan con él, para
que su participación sea más rica y más activa.
Isidoro Candel
PROGRAMA DE INTERVENCI ON EN EL ÁREA SOCIO-COMUNICATIVA 241
INTRODUCCIÓN
Como un ser social que es, el niño tiene una tendencia natural a
buscar a las personas, empezando por las que están más a su alrededor
(padres, hermanos, otros familiares). De la relación que el niño mantenga en
los primeros meses de su vida, del apego que sea capaz de tener con sus
cuidadores, van a depender, en buena parte, muchas facetas de su desarrollo
posterior. Por otra parte, el niño es totalmente dependiente de los demás
para poder sobrevivir, para lo cual necesita comunicar sus necesidades bási-
cas y sus sentimientos.
9. Cuando tenga su cara frente a la del niño coja una de sus manos y
dé con ella una palmadita en la cara de usted, mostrando sorpresa por el
ruido a la vez que sonríe. Frote su rostro con las manos del niño de una
manera lúdica, al tiempo que le habla. Tome las manos del niño y páselas
por su cara (de usted) al tiempo que le va describiendo la acción y vocaliza.
Repita la actividad pasando la mano del niño por su cara.
B) Orientación al sonido
D) Sonrisa social
E) Socio-comunicación
20. Hable al niño con voz suave mientras hace actividades rutinarias
de cuidado con él. Téngalo de forma que pueda ver su cara (la de usted), o
bien póngase cerca de la oreja del niño y háblele sobre cualquier cosa. Haga
una breve pausa después de algunas frases para permitir al niño tomar su
turno. Déle oportunidad para responder a la conversación. Usted debe res-
ponderle nuevamente procurando hacerlo de alguna de estas formas: a) há-
blele como si lo que el niño dice tuviera sentido; b) emita usted vocalizacio-
nes similares o parecidas a las del niño; c) si el niño solamente le mira y no
le habla, emita sonidos que usted sabe que el niño dice y sonríale al mismo
tiempo.
23. Juegue con el niño utilizando algún juguete que llame su aten-
ción y dirija su atención hacia él; anímele a que lo mire y lo toque. Hable un
poco al niño acerca del juguete y luego déjele explorarlo visualmente. Si el
niño lo mira, sonríale y háblele, haciendo una pausa para dar oportunidad al
niño de vocalizar. Repita la actividad varias veces, cambiando los objetos,
pero trate de no cansar al niño.
24. Ate a los pies o manos del niño unos cascabeles o algo por el
estilo. Ayude al niño a mover sus brazos o piernas para producir el sonido, o
bien espere que se produzca un sonido accidentalmente. Alabe al niño por
mover sus piernas o brazos, sonriéndole, haciéndole caricias, etc. Utilice
diferentes objetos que hagan ruido y observe si el niño muestra preferencias
por alguno en particular. También puede usted poner un sonajero de cam-
panillas en la mano del niño que haga ruido cuando éste la mueva.
F) Toma de turnos
3-6 MESES
A) Referencias oculares
B) Discriminación ambiental
C) Comunicación
D) Socialización
Haga lo mismo con los pies, animando al niño a que los coja y juegue
con ellos.
durante las salidas a diferentes sitios. Déjelo tocar y explorar objetos, oír
otros ruidos, que lo cojan y le hablen otras personas, etc...
37. Póngase con el niño ante un espejo y juegue con él a algo diverti-
do: hacerle cosquillas, cantarle canciones, acariciarle, hablarle. Llame su
atención en la imagen que se refleja; toque las diferentes partes del cuerpo,
describiéndolas. Vocalice, haga gestos y acciones divertidos para que el niño
se fije. Después, haga una pausa y espere la reacción del niño. Alabe los
intentos del niño por repetir alguna acción.
G) Intercambios comunicativos
38. Hable usted al niño con las distintas entonaciones que se utilizan
en la rutina diaria: de sorpresa, de susto, de alegría, de tristeza, de interroga-
ción... Hable exagerando las vocales, variando el volumen, prolongando las
pausas. Acompañe los sonidos y el habla con expresiones faciales apropia-
das. Deje al niño un tiempo suficiente para participar en estos juegos.
H) Imitación
43. Una vez el niño emita varios sonidos vocálicos y que sea capaz de
imitar sus propias vocalizaciones, escuche su juego vocal y seleccione algu-
nos sonidos que emita espontáneamente. Cuando el niño esté relajado y
contento, emita alguno de estos sonidos para que él los repita. Déle algún
tiempo para responder antes de presentarle otra vez los sonidos. Anímele a
imitar y haga una pausa. Alabe los sonidos que imite el niño aunque no sean
exactamente iguales a los propuestos.
J) Comprensión
46. Utilice algún juguete atractivo para el niño. Mientras el niño esté
acostado o sentado en su hamaquita, enséñele el juguete. Cuando lo haya
cogido, anímele a que lo mantenga. Como se trata de hacer énfasis en las
palabras, ayude al niño a mantener el juguete de manera que la atención y el
esfuerzo se centren en escuchar las palabras del adulto más que en agarrar el
sonajero. Repita el nombre del objeto cuando usted lo mueve para que el
niño pueda empezar a asociar palabras con significados. Igualmente, expon-
ga al niño a su nombre y al de otras personas familiares, usando, por ejem-
plo, el nombre del niño al acercarse a él o el de otras personas que le hablan
o le cogen (papá, mamá, etc.).
K) Juegos de interacción
47. Utilice alguna tela suave o pañal. Cuando el niño esté acostado
boca arriba durante alguna actividad de cuidado diario (mientras se le cam-
bia), ponga el pañal o la tela sobre la cara del niño. Si se inquieta, háblele y
sonríale para tranquilizarlo y juegue con él al escondite («cu-cú no está el
niño», etc...) y repita estas palabras cuando le quite la tela. Repita la acción
varias veces, haciendo divertido el juego y animándole a participar activa-
mente. Haga lo mismo estando el niño en su hamaquita o en los brazos de
los padres o hermanos.
254 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
48. Utilice una radio, casete, etc... Cuando el niño esté alerta y con-
tento, atraiga su atención hacia la fuente del sonido que usted seleccione
(casete, por ejemplo). Ponga la música y anímele a moverse al ritmo. Trate
de unirse a la diversión y disfrute con el niño. Además ayude al niño a
estrujar papeles. Señálele ruidos ambientales y trate de imitar algunos soni-
dos. Ofrézcale objetos que hagan ruido (tambor, cucharas, tapaderas, sonaje-
ros); inicie usted las «actividades ruidosas» y haga que el niño le imite.
6-9 MESES
50. Utilice un objeto que llame mucho la atención del niño y póngalo
a su alcance para que pueda verlo. Nombre el objeto con claridad y haga
alguna acción que guarde relación con el objeto (si se trata, por ejemplo, de
una lámpara, enciéndala y apáguela mientras dice «lámpara»; si juegan con
una pelota, bótela y ruédela mientras dice «pelota»). Repita la acción varias
veces en las mismas condiciones. En algún momento, pregunte al niño dón-
de está la lámpara o dónde está la pelota, cuando él no la esté mirando.
Alabe al niño por sus intentos de respuesta y repita la acción varias veces,
proporcionándole ayuda si es necesario (llevándole hacia el sitio, girándole
hasta que la encuentre con su mirada). Siga un procedimiento similar para
enseñar otras asociaciones objeto-nombre.
B) Conductas de juego
C) Expresiones emocionales
52. En los juegos con el niño, enséñele usted a que vaya reconocien-
do distintas expresiones faciales. Haga usted sonidos y gestos exagerados de
acuerdo con las diversas situaciones que presenta al niño. Por ejemplo, si el
niño se ha tomado toda la comida, muestre su satisfacción con vocalizacio-
nes y expresiones faciales apropiadas; si no se ha tomado la comida, háblele
en un tono de enfado mientras pone cara seria.
D) Adaptación social
57. Cante canciones al niño y haga algunas acciones con los dedos
procurando que el niño le mire. También puede hacer distintos gestos con
las manos, con la cabeza, etc... Para despertar el interés del niño hacia los
sonidos y el ritmo, proporciónele objetos que hagan ruido: muñecos que
pitan, cascabeles, campanillas, cajitas de metal, envases cerrados con garban-
zos u otras cosas por el estilo en su interior, etc. Hágale demostraciones para
que él intente producir ruido con algunos de estos objetos.
del objeto y de lo que se puede hacer con él. Dé al niño otro objeto cuando
el interés hacia el primero haya disminuido, y nómbrelo (por ejemplo, un
zapato). Haga lo mismo que anteriormente. Use frases simples y repítalas a
menudo. Para comprobar si existe algún tipo de discriminación, nombre
uno de los dos objetos (la chupeta) a ver si el niño la mira o intenta cogerla.
Acompañe usted las vocalizaciones con gestos apropiados para ayudar al
niño (movimientos con los labios y la boca, llevarse el dedo a la boca, etc.).
61. A medida que el niño sea capaz de imitar esos sonidos, empiece
usted a proponerle otros que él todavía no emita (por ejemplo, «pi- pi» si
juegan con un coche, etc.). Alabe, como siempre, los intentos del niño por
imitar los sonidos, aunque no sean iguales a los propuestos por usted. Emita
usted patrones de sonido simples que no haya oído decir al niño («brr», «oh,
oh», «grrr», etc...). Haga una breve pausa y espere que él intente hacer algu-
na imitación. Al principio, el niño emitirá un sonido familiar, y poco a poco,
tratará de adaptarse al suyo; por tanto, conviene darle tiempo y no desespe-
rarse ni agobiar al niño. Repita el sonido varias veces y anime al niño a
imitarlo. Procure hacer siempre una pausa para dar tiempo al niño haciéndo-
le ver que es su turno. Al principio, alabe cualquier sonido del niño, pero
progresivamente alabe sólo aquellos que se aproximan a los que usted emi-
te. Intente nuevos sonidos usando el mismo procedimiento.
64. Una vez que el niño es capaz de imitar sus propios sonidos, con-
viene escuchar el juego vocal del niño y seleccionar los sonidos que emite
espontáneamente. Cuando el niño esté emitiendo vocalizaciones familiares,
introduzca usted la imitación de sonidos como palabras de 2 sílabas riendo
al niño y de forma divertida. Haga una pausa para permitir al niño que
responda con risas o con aproximaciones de sonido, alabando sus intentos
de imitación. Procure incluir el uso de las palabras que el niño emite en
situaciones funcionales: cuando le viste, cuando le baña o le cambia, cuando
le da el alimento, cuando juega con él, etc. Debe usted procurar hacer diver-
tidas estas actividades, tanto para usted como para el propio niño, huyendo
de situaciones mecánicas o artificiales.
66. Observe los gestos o acciones que el niño realiza de forma espon-
tánea. Partiendo de éstos, puede usted proponerle alguna acción un poco
más complicada o elaborada; por ejemplo, si el niño golpea un objeto contra
una superficie, coja usted un objeto en cada mano y golpéelos entre sí,
haciendo una pausa para dar tiempo al niño. Anímele a repetir su acción y
alabe cualquier intento del niño. Puede usted empezar imitando la primera
acción del niño y, a partir de ella, ir elaborando conductas un poco más
elaboradas, como la propuesta.
67. Cuando el niño esté en buena disposición , hágale algún juego con
los dedos o las manos mientras le canta alguna canción:
éste lo peló,
éste lo guisó
y el pícaro gordo se lo comió».
F) Juegos de interacción
71. Juegue con el niño ante el espejo y llámelo por su nombre mien-
tras le toca. Luego, señálese usted y diga «mamá» o «papá». Mientras le
baña, le viste o le da el alimento, llámelo por su nombre, procurando utilizar
siempre la misma expresión.
9-12 MESES
A) Comprensión de la prohibición
73. Puede usted realizar esta actividad con la ayuda de algún miem-
bro de la familia. Pídale a alguno que haga algo que no esté bien en presen-
cia del niño y dígale usted NO; cuando esa persona responda al NO, alábele.
Esto proporciona un modelo de conducta a imitar y le permite prever las
consecuencias.
B) Expresiones emocionales
C) Adaptación socio-afectiva
mostrar mayor preferencia por las primeras. Por ello, es importante que el
niño sea expuesto, gradualmente, a nuevas personas en la presencia de una
persona conocida. Las salidas al jardín, a la calle, las visitas a los amigos que
tienen otros niños, las visitas a los parientes, etc..., proporcionan buenas
oportunidades para que el niño entre en contacto con otras personas en un
clima amistoso y relajado. En la medida en que el niño va tomando más
confianza, deje que lo cojan otras personas y vuelva usted a tomarlo si nota
síntomas de rechazo.
77. Juegue con el niño a alguna actividad que le guste: por ejemplo,
sacar y meter cosas, apilar aros, hacer construcciones, etc. Enseñe al niño a
participar activamente diciéndole lo que ha de hacer mientras usted hace esa
misma actividad. Luego dígale «ahora házlo tú», sin decirle lo que tiene que
hacer. Lo que pretendemos es que el niño responda a situaciones gestuales
en ausencia de lenguaje.
Para ayudarle en esta adquisición, puede usted, cuando juegue con él,
dejarle iniciativa para que se fije en cosas antes de que usted se las se-
PROGRAMA DE INTERVENCI ÓN EN EL ÁREA SOCIO - COMUNICATIVA 263
D) Imitación
79) Mientras juega con el niño o mira un libro con él, utilice frases
simples y patrones de sonido que puedan ser repetidos fielmente en una
situación determinada ; por ejemplo , « esto es un coche, el coche hace brrrr».
Repita la frase varias veces , dejando espacio al niño para responder. Alabe
los intentos del niño por imitar ese patrón de sonido («brrrr») o algo
parecido.
E) Comprensión verbal
84. Póngase con el niño ante una ventana o un espejo y hágale notar
cómo se empaña cuando exhalamos aire suavemente por la boca. Exagere
usted la posición de la boca para atraer la atención del niño. Progresivamen-
te, juegue con el niño a soplar papeles y anímele a que él lo intente. Facilíte-
le algún pito suave que suene con un ligero soplido y alabe los intentos del
niño por hacerlo sonar.
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL ÁREA SOCIO-COMUNICATIVA 265
12-18 MESES
A) Socialización
B) Imitación gestual
90. A medida que el niño es capaz de imitar mejor los gestos y accio-
nes propuestos, juegue con él a hacer otros un poco más complejos: por
ejemplo, doblar y estirar el dedo índice, tamborilear una superficie con los
dedos, dar palmadas o puñetazos sobre la mesa, dar chasquidos con los
dedos produciendo sonidos rítmicos, jugar a cortar el dedo, la mano y el
brazo, etc. Dé al niño tiempo y oportunidad para que trate de imitarle y ríale
mucho lo que ha hecho aunque no sea del todo correcto.
C) Comunicación
92. Cuando juegue con el niño, llame su atención hacia algún objeto
o suceso que están fuera de su alcance directo y anímele a que se intere-
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL ÁREA SOCIO-COMUNICATIVA 267
se por él. Espere unos segundos para que él se lo solicite de alguna forma:
gestos, señalando, vocalizando, etc. Alabe cualquier conducta en este senti-
do y dé al niño lo que le pedía.
93. En esta etapa, será frecuente que el niño pida cosas señalándolas
con su mano o su dedo índice. Antes de darle cualquier cosa que él quiera,
póngala ante su vista y anímele a señalarla guiándole físicamente al princi-
pio, si es necesario.
95. Observe las reacciones espontáneas del niño ante situaciones de-
sagradables para él: por ejemplo, si un adulto desconocido le coge o le quita
algo, el niño protesta gritando, tratando de apartarse, vocalizando en son de
protesta. Anime al niño a manifestar este tipo de conductas que tienen un
notable valor comunicativo. También puede observar este tipo de conductas
de rechazo en situaciones hogareñas: por ejemplo, cuando no quiere comer
más (cerrará la boca, tratará de quitar la cuchara o retirar su mano, se aparta,
etc.), cuando le quiere poner en la silleta o en el parque contra su voluntad, etc.
97. Es posible que en esta etapa el niño tenga sonidos vocales varia-
dos y patrones de entonación. Procure escuchar al niño que usará, quizás, el
lenguaje al manipular sus juguetes, jugando con ellos o al hablar con perso-
nas acerca de varias cosas. Responda usted adecuadamente cada vez que
escuche algún sonido significativo, lo cual será motivo de satisfacción para el
niño. Si no es así inténtelo otra vez o déjelo para otra ocasión, pero procure
no agobiarlo.
99. Utilice una pelota o un juguete que ruede. Anime al niño a que se
siente en el suelo con otro niño (hermano o amigo) frente a frente. Al
principio tendrá que controlar usted la situación y enseñar a cada niño a
tomar sus turnos. Dé al niño la pelota y pídale que la tire al otro niño
proporcionándole ayuda fisica si es necesario. Alabe al niño cualquier inten-
to de lanzar la pelota, procurando que mire hacia donde tira la pelota. Dis-
minuya su ayuda a medida que el niño es más hábil en la actividad. Siga
reforzando y controle la toma de turnos en el juego. Después del juego con
la pelota, sugiera el uso de otro juguete con el fin de evitar la pérdida de
interés de los niños.
D) Imitación vocal
102. Cuando el niño emita alguna sílaba que se refiera a una palabra
familiar («ta-ta», «pa-pa», etc.), repítala para que él la vuelva a emitir tratan-
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN EN EL ÁREA SOCIO-COMUNICATIVA 269
104. Juegue con el niño utilizando objetos atractivos para él: un co-
che, una pelota. Emita usted algún patrón vocal propio de ese objeto (por
ejemplo, si juega con el coche, haga algo así como «brrr»; si juega con muñe-
cos que caen, diga algo parecido a «se cayó, buuum», etc.). Procure que el
niño participe en el juego y que trate de imitar esos patrones. Observe si
también él vocaliza algo parecido de forma espontánea cuando juega solo.
105. A medida que el niño sea capaz de repetir las palabras familiares
que usted le propone, elija usted algunas pocas palabras que todavía no
emita y que se refieran a objetos o situaciones comunes. Por ejemplo, coche,
agua, pan, dormir, etc. Cuando juegue con el niño o haga una actividad
rutinaria, muéstrele uno de esos objetos o situaciones mientras lo nombra
(es decir, si coge un coche, nómbrelo mientras juega con él; si le está dando
agua, diga esta palabra). Anime al niño a repetir la expresión aunque lo haga
de forma incorrecta (no espere que el niño diga perfectamente «coche» o
«agua», más bien dirá «tote» o «aba»). Lo importante es que trate de repetir
lo que usted le dice y que lo asocie con el objeto o situación.
E) Comprensión verbal
109. Juegue con el niño utilizando juguetes atractivos para él. Pre-
gunte al niño algo así cómo «¿de quién es esta pelota?»; enseñe al niño la
pelota diciéndole «aquí está la pelota». Cuando este jugando con el niño o
haciendo con él alguna actividad de cuidado, pregúntele «¿Vienes con papá
(mamá)?»; espere hasta que extienda sus brazos antes de tomarlo. Cuando
le ofrezca comida o algún juguete, pregúntele «¿quieres ?» y espe-
re que el niño le indique que sí, yendo hacia el objeto o la comida o que no,
yendo a otro sitio.
Cante al niño alguna canción cuya letra haga alusión a las distintas
partes del cuerpo.
F) Expresión verbal
Siente al niño ante un espejo, señale una parte del cuerpo y pídale que
la nombre, alabando los intentos del niño.
121. Anime al niño a que use las palabras que conoce, alabándolo
cuando lo haga. Por ejemplo, si el niño ve a su padre entrar en la habitación
y dice «papá», respóndale comentando lo que ha dicho y alábelo mucho: «sí,
aquí está papá; papá da un beso a (nombre del niño»). Procure
exagerar sus gestos y entonaciones y anime al niño a repetir la palabra.
Aproveche las vocalizaciones del niño para ir introduciendo nuevas palabras
que representen algo que haga alusión a la misma («papá es grande», «la
boca de papá»). Se pretende que el niño preste atención a las nuevas pala-
bras y trate de repetirlas.
18-24 MESES
A) Socio-comunicación
126. Observe la habilidad que tiene el niño para hacer frente a una
serie de necesidades físicas básicas, como hambre, sed, sueño, etc. Por ejem-
plo, si tiene sed, vea si es capaz de ir a buscar un vaso o de llamar su
atención para pedirle «agua» o llevarle hasta el grifo o frigorífico. Se trata de
ir buscando comportamientos espontáneos.
Si no ocurre así, debe usted ayudarle a pedir ayuda ante estas situacio-
nes con el fin de que vaya reaccionando positivamente.
caras que reflejen diversas emociones. Enseñe al niño una cara del libro o
álbum. Cuando haya centrado su atención en ella, haga usted descripciones
y anímele a participar en el juego. Pregúntele si el hombre o la mujer de la
imagen está feliz o triste. Diga usted la respuesta al tiempo que pone la
misma cara y pida al niño que le imite. Pida al niño que le enseñe otra cara
como ésa. Anime al niño a hacerlo, ayúdele si es preciso y alabe sus esfuer-
zos. Enséñele luego al niño una cara distinta y repita la operación, tratando
de comparar una con la otra. Ponga usted la cara de la foto o dibujo y anime
al niño a imitarle. Alabe sus esfuerzos y traten de pasarlo bien con este
juego.
B) Imitación
C) Comprensión
142. Continúe usted con el objetivo de que el niño siga algunas ins-
trucciones que usted le da, incluyendo poco a poco elementos de dificultad:
«pon esto encima de la mesa», «lleva los zapatos a tu habitación», etc.
144. Una vez que el niño sea consciente de los sonidos ambientales,
llame su atención hacia los sonidos ambientales y observe la reacción del
niño a esos sonidos. Pregúntele cosas acerca de lo que oye: «¿de dónde
viene ese ruido?; qué es lo que oyes?», etc. Deje al niño tiempo suficiente
para responder a una pregunta antes de hacerle otra. Generalmente la res-
puesta del niño no será verbal aunque sí lo puede hacer en algunos casos. Lo
importante es que el niño trate de comprender y discriminar el sonido y lo
asocie correctamente con su fuente, aunque sea señalando. Si el niño no
responde verbalmente, ayúdele usted: «parece un pájaro; ¿lo ves?; está sobre
el árbol». Anímele a mirar y háblele sobre el sonido estimulándolo a que
trate de imitarlo.
145. En esta etapa debe usted pedir al niño respuesta a más preguntas
del tipo ¿quién?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿qué?, etc. Debe usted hacer este tipo de
preguntas al niño en un ambiente natural y de forma lúdica. Si la capacidad
del niño es escasa, es suficiente con que señale el lugar o el suceso adecua-
dos; luego, usted vocaliza la respuesta y anima al niño a que le imite.
D) Expresión verbal
Las situaciones en las que usted debe usar la palabra «más» deben
estar relacionadas con la comida, con el juego con juguetes favoritos, duran-
te actividades físicas que le gusten (montarlo a caballo en sus rodillas o pies).
Detenga entonces la actividad y pida al niño que diga «más» antes de con-
tinuar.
150. Una actividad parecida puede llevar a cabo, pero ahora refierén-
dose a personas conocidas (padre, madre, hermanos, abuelos). Pregunte al
niño quién es una persona y anímele a responder, ayudándole al principio si
es necesario. Si no lo hace, diga usted la respuesta para que el niño le imite.
282 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
También puede usted hacer este juego viendo con el niño fotos fami-
liares. Una vez seleccionada o nombrada la persona o personas, pregúntele
qué hace o hacen para incitar al niño a ir nombrando acciones familiares,
aunque sea por imitación.
156. También los niños emplean dos palabras unidas con un sentido
de localización : « papá ahí», «nene arriba», etc . Siga el procedimiento ante-
rior y no se preocupe si la calidad de las articulaciones no es muy alta. Lo
importante es que el niño combine dos palabras , aunque las pronuncie mal.
160. Conviene , durante esta etapa, reforzar las actividades que permi-
tan mejorar la movilidad de los órganos de la expresión. Por ejemplo , juegue
con el niño a soplar papeles, pelotas o pitos; o bien, a hacer movimientos de
la lengua (sacar, meter , mover a los lados, arriba y abajo ); también con los
labios (hacer pedorretas , poner «morritos », dar besos); con otras partes de la
cara ( inflar las mejillas, soplar por la nariz, abrir y cerrar los ojos, arquear las
cejas).
161. Una vez que el niño nombra algunos objetos y con el fin de
ayudarle a combinar dos palabras , trate de aumentar su vocabulario hacien-
do palabras relacionadas . Por ejemplo , si el niño dice «libro», el adulto debe
decir « libro del nene », « libro rojo», «libro grande», etc. Anime al niño a
repetir , procurando decir sólo un atributo cada vez. Hable al niño sobre
objetos familiares y déle información sobre ellos extendiendo más su propio
vocabulario al hablar con el niño . Por ejemplo , no se refiera al perro dicién-
284 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
dole simplemente «el perro es grande», sino dígale algunas cosas más que
puede ilustrar con fotos o dibujos.
Hable al niño con una voz normal y luego con una voz muy tranquila;
después con una voz fuerte. Anime al niño a que imite el tipo de voz. En un
contexto adecuado (cuando algún miembro de la familia esté durmiendo),
anime al niño a hablar en voz baja (cuchicheando); asocie el cuchicheo con
un andar cauteloso sin hacer ruido. Juegue con el niño de forma simulada
(dormir una muñeca, un osito), utilizando el cuchicheo. Establezca diferen-
ciaciones entre el susurro y el habla fuerte/la marcha cautelosa y la marcha
fuerte. Haga esta actividad en lugares fuera de casa.
163. Cuando el niño diga nombres familiares, puede usted jugar con
él a mirar por la ventana juntos. Pregunte al niño lo que ve, o bien, espere a
que él diga algo. Fíjese en lo que a él le interesa y haga comentarios al
respecto. Pronuncie usted las palabras correctamente.
165. Después de una salida fuera de casa y cuando el niño esté des-
cansado y contento, anímele a que le cuente lo que vió o lo que hizo. Al
principio, dé al niño la oportunidad de responder con un SÍ o un NO, pero
poco a poco, estimule una mayor comunicación verbal. Pregúntele cosas
concretas sobre sucesos, objetos o personas que hayan podido atraer la aten-
ción del niño, nombrándolas si es necesario. Alabe los esfuerzos del niño
por comunicarse. Trate de no agobiarlo con demasiadas preguntas y corte
esta actividad si nota síntomas de cansancio o de no colaboración.
CAPÍTULO 7
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN
PARA LA ADQUISICIÓN DE HÁBITOS
DE AUTONOMÍA
INTRODUCCIÓN
Como siempre, este área guarda mucha relación con las demás; por
eso, muchos objetivos tendrán que ser estimulados de forma conjunta. Ade-
288 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
0-3 MESES
A) Alimentación
1. Toque las mejillas del niño moviéndolas hacia adelante y atrás con
sus dedos para facilitar los movimientos de succión. Déle masajes en los
labios y ayude al niño a moverlos, haciendo estas maniobras para ayudar al
niño mientras toma el biberón o el pecho.
3-6 MESES
A) Alimentación
B) Vestido
13. Cuando vista y desvista al niño, procure que vaya tomando con-
ciencia de estas actividades: háblele sobre lo que está haciendo, nombrando
las prendas que le pone o le quita, las partes del cuerpo , procurando que el
niño mantenga el contacto ocular.
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN PARA LA ADQUISICIÓN DE HÁBITOS DE AUTONOMÍA 291
6-9 MESES
A) Alimentación
15. Deje que el niño, de vez en cuando, lleve sus dedos o sus manos
con alimento a la boca; por ejemplo, si ha puesto los dedos en el plato y los
ha manchado de papilla, deje que los lleve a su boca o ayúdele usted a
hacerlo ( recuerde que no siempre debe ser esto así; no acostumbre al niño a
hacer conductas inadaptadas, pero si alguna vez lo hace, aproveche la opor-
tunidad).
■
292 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
18. A esta edad, puede usted empezar a dar al niño agua, zumo o
leche en un vaso. Es normal que el niño, al principio, derrame mucho líqui-
do. Tenga un poco de paciencia y ayúdele: sitúe al niño en posición erguida;
presione un poco con el vaso su lengua hacia abajo para que no interfiera en
el proceso, si la saca; deje el vaso en los labios del niño para que los vaya
moviendo; al mismo tiempo, vuelque poco a poco el vaso para que caiga
líquido y el niño se vea obligado a tragar; sujete con la otra mano la barbilla
y labio inferior. No se desespere si el niño tiene dificultades para beber en
vaso; vaya intentándolo poco a poco.
to). Más bien, como ya vimos, ponga la cuchara en los labios y espere a que
trate de quitar el alimento con un cierre de labios cada vez más completo.
Para ello, es conveniente que el niño esté en posición erguida, sentado en su
silleta o en una trona, siempre y cuando su madurez motora se lo permita; si
no es así, póngalo lo más incorporado posible.
22. Anime al niño a que mantenga el biberón con sus manos mien-
tras lo toma cada vez durante más tiempo. Observe si toma alimento, no sea
que esté tragando sólo aire si no lo levanta lo suficiente. Ayúdele entonces,
de vez en cuando, a que lo levante para que él solo tome el alimento volcan-
do el biberón de manera adecuada.
B) Vestido
C) Aseo
9-12 MESES
A) Alimentación
27. Ofrezca al niño alimentos cada vez un poco más duros para que
los mordisquee. De acuerdo con el pediatra, introduzca en la dieta sólidos
blandos para ayudar al niño en su masticación.
294 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
B) Vestido
C) Aseo
32. Aproveche la situación del baño para que el niño y usted pasen
un rato agradable con juegos , caricias, masajes. Favorezca la movilidad del
niño en la bañera. Mientras le baña, vaya nombrando las partes del cuerpo y
pida al niño colaboración . Procure que él permanezca atento, manteniendo
un mínimo de contacto ocular y siguiendo las referencias que usted le va
marcando . Refuerce la cooperación del niño con besos, sonrisas y alabanzas.
12-18 MESES
A) Alimentación
33. De todos es sabido que los niños con SD tienen cierta tendencia a
engordar. Por ello, es conveniente que su alimentación sea adecuada, para lo
cual debe consultar con el pediatra.
38. Cuando dé agua u otro líquido al niño, deje el vaso sobre la mesa
y espere a que sea él quien lo coja. Alabe los intentos del niño. Utilice un
vaso de plástico y no lo llene demasiado. Quizás el niño necesite un poco de
ayuda hasta adquirir una buena soltura; esta ayuda consistirá, fundamental-
mente, en levantar un poco el vaso controlando el vertido del líquido.
B) Vestido
40. Deje una manga del jersey o camiseta a medio sacar (a la altura
del antebrazo) y anime al niño a que termine de quitársela tirando; va-
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN PARA LA ADQUISICIÓN DE HÁBITOS DE AUTONOMÍA 297
Deje la pata del pantalón fuera de los pies y anime al niño a tirar de
ella para quitársela . Poco a poco deje la pata del pantalón un poco más arriba
(a la altura del tobillo, de la pierna , de la rodilla). Ayude fisicamente al niño
y alabe mucho sus intentos.
43. Lo que pretendemos con estos objetivos es, por un lado, que el
niño colabore más activamente en las actividades de vestido y desvestido y
que no se limite a ser un observador pasivo; y por otra parte, que vaya
tomando iniciativas para quitarse y ponerse prendas sencillas de vestir. Es
decir, lo importante es su capacidad de iniciativa y espontaneidad; poco a
poco, irán mejorando su coordinación y su destreza y será capaz de hacer
estas tareas con mayor dominio.
C) Aseo
47. Mientras peina usted al niño, déjele un peine o cepillo para que lo
lleve al pelo intentando peinarse él también. Ponga al niño ante el espejo y
alabe sus intentos.
48. Deje al niño jugar en la bañera con juguetes, con la espuma, con
las esponjas para hacer agradable esta experiencia. Déle una esponja para
que vaya imitando los movimientos que usted hace mientras le enjabona.
18-24 MESES
A) Alimentación
49. Continúe ayudando al niño para que use mejor la cuchara derra-
mando cada vez menos, aunque en las comidas líquidas (sopa) es normal
que tire un poco. Si continúa necesitando ayuda, prosiga con el procedi-
miento que vimos en el intervalo anterior, guiando la mano o el brazo del
niño hasta que la maniobra sea ejecutada por él en su totalidad. Tal vez
ahora baste con tirar de la manga de su jersey o camisa para iniciar la manio-
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN PARA LA ADQUISICIÓN DE HÁBITOS DE AUTONOMÍA 299
bra. Conviene que le deje usted comer solo y no corte sus intentos de
iniciativa.
50. Déle usted un palillo o un tenedor pequeño para que pinche tro-
zos de comida (plátano, manzana, queso) y los lleve a la boca. En un princi-
pio, guíe su mano o su brazo hasta que sea necesario, pero elimine progre-
sivamente esta ayuda.
51. En este intervalo, el niño debe ser capaz de tomar todo tipo de
alimentos, no simplemente los triturados. Observe si hace movimientos de
lengua correctos, llevando de un sitio a otro de la boca el alimento. Anímele
a ello, evitando que el niño se limite a deglutir sin haber masticado bien los
alimentos. Igualmente, procure que no haga bolas con la comida.
300 PROGRAMA DE ATENCION TEMPRANA
52. Deje el vaso de agua, leche o zumo sobre la mesa para que el niño
realice él solo la maniobra completa de beber sin ayuda y derramando cada
vez menos . Si es preciso, ayúdele un poco en alguno de los pasos del
proceso.
53. Deje al niño un cuchillo de plástico para que lo asocie con el acto
de cortar los alimentos. Si le ofrece cosas que se puedan cortar fácilmente,
ayúdele a hacerlo con cuidado.
B) Vestido
57. Continúe usted ayudando al niño para que se quite prendas senci-
llas de vestir . Utilice, por ejemplo , un babi abierto por detrás y bájele un
poco las mangas para que las saque tirando de ellas. Elimine esta ayuda
hasta que se quite el babi él solo.
Haga lo mismo con una camiseta. Habrá observado que algunos ni-
ños se quitan los jerseys o camisetas por detrás, es decir, una vez que se han
sacado el cuello, llevan los brazos hacia atrás y así van tirando hasta sacar las
mangas. También puede usted hacerlo de forma que el niño saque una
manga, luego la otra y después sacar el cuello dejando la camiseta a la altura
de la cara y cada vez un poco más abajo.
302 PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA
58. Póngale ropas funcionales para que el niño las pueda quitar sin
gran esfuerzo de su parte: pantalones con goma, zapatos con cierre de velcro.
60. Por último, vamos a ayudar al niño para que se quite unos panta-
lones (pijama, chandal) o una falda. Baje la prenda hasta los pies, luego hasta
las piernas, muslos y cintura; anime al niño a que termine la operación.
62. Ponga al niño unos calcetines hasta la altura del tobillo y anímele
a que se los ponga totalmente tirando de ellos. Más adelante , deje el calcetín
a mitad del pie y después en la punta de los dedos . Ayúdele y alabe los
intentos y esfuerzos del niño.
63. Puede usted hacer la misma operación con unas zapatillas o unos
zapatos grandes para que el niño se los vaya poniendo sin mucha dificultad.
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN PARA LA ADQUISICIÓN DE HÁBITOS DE AUTONOMÍA 303
68. Repita la operación con alguna prenda que lleve puesta otra per-
sona y, por último, con una prenda del propio niño.
69. Juegue con el niño utilizando alguna prenda que tenga botones y
ojales grandes para que el niño intente desabotonar. Hágale demostraciones,
deje el botón casi fuera del ojal y anímele a que termine la operación. Luego
deje el botón a la mitad y así sucesivamente. Haga esta actividad como un
juego despertando el interés del niño.
C) Aseo
exceda usted en la provisión de ayuda, sino más bien procure que sea el
niño quien vaya tomando la iniciativa.
72. Una vez que se haya bañado, mientras lo está secando, deje que
trate de secar él algunas partes de su cuerpo. Al mismo tiempo, vaya usted
nombrando esas partes y describa lo que el niño y usted están haciendo.
Puede usted aprovechar estos momentos para estimular el lenguaje com-
prensivo e imitación: por ejemplo, cuando le vaya a secar las axilas y el
cuerpo, «levanta los brazos»; o cuando le vaya a secar los pies, «a ver, levan-
ta un pie», etc. Del mismo modo, es una buena oportunidad para la estimu-
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN PARA LA ADQUISICIÓN DE HÁBITOS DE AUTONOMÍA 305
D) Control de esfínteres
76. Es posible que , a estas edades, el niño haga caca a intervalos más
o menos regulares (después de comer, a media tarde , etc.). Siéntelo en el
jarrito o en el WC unos minutos antes de la hora en que suele hacer y
manténgalo durante un ratito (5-10 minutos). Alabe los esfuerzos del niño y
recompénselo si hace algo en el jarro o en el WC. Es muy apropiado que el
niño tenga modelos para imitar : otros hermanos o familiares, otros niños.
Cuando esté sucio, llámele la atención («llevas caca o llevas pipí»), desa-
pruebe su acción («tienes que decirlo a mamá o a papá») y haga ascos ante él
(«¡qué mal huele!», «¡qué sucio vas!», etc.).
82. Anime al niño a que pida ir al aseo mediante algún tipo de gesto o
vocalización. Use usted las mismas palabras cuando hable al niño de este
tema; alabe al niño cuando hace alguna indicación. Asocie usted la palabra o
el gesto del niño con la acción y llévelo en seguida.
BIBLIOGRAFÍA DE LA PARTE II
COLECCIÓN
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