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CAPÍTULO 1

Anatomía

Cristalino normal
El cristalino es una estructura transparente biconvexa que cumple estas funciones:
• Mantener su propia transparencia.
• Refractar la luz.
• Proporcionar acomodación.
El cristalino no dispone de irrigación sanguínea ni inervación después del desarrollo fetal
y es totalmente dependiente del humor acuoso para cubrir sus requerimientos metabólicos
y eliminar los desechos. Situado detrás del iris y delante del cuerpo vítreo (fig. 1-1), el
cristalino se encuentra suspendido de la zónula de Zinn, unas fibras delgadas, pero fuertes,
que lo sujetan y anclan al cuerpo ciliar. El cristalino está formado por la cápsula, el epitelio,
la corteza y el núcleo (fig. 1-2).
Los polos anterior y posterior del cristalino están unidos por una línea imaginaria
llamada eje óptico que los atraviesa. Las líneas de la superficie que pasan de un polo a
otro se denominan meridianos. El ecuador del cristalino corresponde a la circunferencia
máxima.

Figura 1-1 Corte transversal del cristalino humano, en el que se observa su relación con las
estructuras oculares circundantes. (Ilustración de Christine Gralapp.)
© 2013. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos.
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2 䊉 Cristalino y cataratas

Cápsula
Corteza

Núcleo

Polo
anterior

Eje óptico

Zónula
Ecuador

Fibra

Célula
epitelial Cápsula

Figura 1-2 Estructura del cristalino humano normal. (Ilustración de Carol Donner. Reproducido con autori-
zación a partir de Koretz JF, Handelman GH. How the human eye focuses. Scientific American. July 1988:94.)

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El cristalino puede refractar la luz, ya que su índice de refracción –normalmente de 1,4 en


el centro y de 1,36 en la periferia– difiere de los índices del humor acuoso y del cuerpo vítreo
que lo rodean. Sin acomodación, el cristalino aporta unas 15-20 dioptrías (D) a la potencia
refractiva convergente del ojo humano medio, que es de unas 60 D. Las 40 dioptrías restantes
de potencia refractiva convergente corresponden a la interfase entre el aire y la córnea.
El crecimiento del cristalino continúa a lo largo de la vida. Al nacer, mide unos 6,4 mm
ecuatorialmente, la dimensión anteroposterior es de 3,5 mm, y el peso, de unos 90 mg. El
cristalino adulto suele tener una longitud de 9 mm ecuatorialmente, una distancia antero-
posterior de 5 mm y un peso de aproximadamente 255 mg. El espesor relativo de la corteza
aumenta con la edad. Al mismo tiempo, el cristalino adopta una forma cada vez más curva,
por lo que los cristalinos más viejos tienen más potencia refractiva. Sin embargo, el índice
de refracción disminuye con la edad, posiblemente por la creciente presencia de partículas
proteínicas insolubles. Así pues, el ojo puede hacerse más hipermétrope o miope con la
edad, en función del equilibrio entre estos cambios antagónicos.

Cápsula
La cápsula del cristalino es una membrana basal transparente y elástica, compuesta por
colágeno de tipo IV depositado por las células epiteliales. Rodea al parénquima del cristalino
y se moldea durante los cambios de la acomodación. La capa externa de la cápsula, o lámina
zonular, también sirve de punto de inserción para las fibras zonulares. La cápsula del
cristalino es más gruesa en las zonas preecuatoriales anterior y posterior, y más delgada en
la región del polo posterior central, donde puede alcanzar un espesor de tan solo 2-4 ␮m.
Al nacer, la cápsula anterior del cristalino es considerablemente más gruesa que la posterior
y su espesor va aumentando con el paso del tiempo (fig. 1-3).

14 µm
Polo 21 µm
anterior

17 µm
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

23 µm

4 µm

Figura 1-3 Esquema de la cápsula de un cristalino humano adulto que muestra su espesor
relativo en las distintas zonas. (Ilustración de Christine Gralapp.)

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Fibras zonulares
El cristalino está sujeto por fibras zonulares que parten de las láminas basales del epitelio no
pigmentado de la pars plana y la pars plicata del cuerpo ciliar. Estas fibras zonulares se insertan
de manera continua en la región ecuatorial de la cápsula del cristalino: por delante, 1,5 mm
sobre la cápsula anterior y, por detrás, 1,25 mm sobre la posterior. Con el envejecimiento, las
fibras zonulares ecuatoriales involucionan dejando unas capas anterior y posterior separadas,
que adoptan una forma triangular en un corte transversal del anillo zonular. El diámetro de
las fibras es de 5 a 30 ␮m; el microscopio óptico revela que se trata de estructuras eosinófilas
con una reacción de ácido peryódico de Schiff (PAS) positiva. La ultraestructura de las fibras
consta de fibrillas de 8 a 10 nm de diámetro con bandas de 12-14 nm.

Epitelio del cristalino


Inmediatamente detrás de la cápsula anterior se encuentra una capa única de células
epiteliales, metabólicamente activas, que llevan a cabo todas las actividades normales de
una célula, como la biosíntesis de ácido desoxirribonucleico (ADN), ácido ribonucleico
(ARN), proteínas y lípidos, entre otras; además, producen trifosfato de adenosina para
satisfacer la demanda energética del cristalino. Las células epiteliales presentan mitosis; la
máxima actividad de la síntesis premitótica (fase replicativa o fase S) de ADN tiene lugar en
un anillo que rodea la parte anterior del cristalino llamado zona germinativa. Estas células
recién formadas migran hacia el ecuador, donde se diferencian hacia fibras. Conforme las
células epiteliales emigran hacia la región arqueada del cristalino, se inicia el proceso de
diferenciación terminal hacia fibras lenticulares (fig. 1-4).
Quizá el cambio morfológico más llamativo se produzca cuando las células epiteliales
se alargan para formar las fibras lenticulares. Esta modificación se acompaña de un gran
incremento de la masa de proteínas celulares en las membranas de cada célula fibrosa. Al
mismo tiempo, las células pierden sus organelas, como núcleos celulares, mitocondrias
y ribosomas. La pérdida de estas ofrece ventajas ópticas, ya que la luz que atraviesa el

Polo anterior
Cápsula Zona
circundante germinativa
Corteza

Células Ecuador
epiteliales
Núcleo

Región
arqueada

Fibras corticales Fibras nucleares

Polo posterior

Figura 1-4 Esquema de un corte transversal del cristalino de los mamíferos. Las puntas de
flecha indican la dirección en la que las células migran desde el epitelio hasta la corteza. (Tomado
de Anderson RE, ed. Biochemistry of the Eye. San Francisco: American Academy of Ophthalmology; 1983;6:112.)

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cristalino deja de ser absorbida o dispersada por estas estructuras. Sin embargo, como estas
nuevas células de las fibras lenticulares carecen de las funciones metabólicas que cumplían
dichas organelas, a partir de ese momento dependen por completo de la glucólisis para la
producción de energía (v. cap. 2).

Núcleo y corteza
Del cristalino no desaparece ninguna célula; según se van depositando las nuevas fibras,
se aglomeran y compactan las ya formadas, de forma que las capas más antiguas ocupan la
zona central. Las células más viejas, los núcleos embrionario y fetal del cristalino, se producen
en la vida embrionaria y persisten en el centro del cristalino (v. fig. 4-1, cap. 4). Las fibras
más externas son las más recientes y componen la corteza del cristalino.
Las suturas del cristalino se forman por las interdigitaciones de las prolongaciones
celulares apicales (suturas anteriores) y basales (suturas posteriores). Además de las suturas
en Y situadas dentro del núcleo lenticular, con la lámpara de hendidura se visualizan varias
zonas ópticas. Estas áreas de demarcación son producidas por el depósito de estratos de
células epiteliales de diferentes densidades ópticas que tiene lugar a lo largo de la vida. Entre
la corteza y el núcleo no existe ninguna distinción morfológica, sino que se observa una
transición gradual entre ellos. Aunque en algunos tratados quirúrgicos se diferencie entre
el núcleo, el epinúcleo y la corteza, estos términos solo se refieren a diferencias potenciales
en el comportamiento y el aspecto del material durante las intervenciones quirúrgicas.
Kuszak JR, Clark JI, Cooper KE, et al. Biology of the lens: lens transparency as a function of
embryology, anatomy and physiology. In: Albert DM, Jakobiec FA, eds. Principles and Practice
of Ophthalmology. 2nd ed. Philadelphia: Saunders; 2000:1355–1408.
Snell RS, Lemp MA. Clinical Anatomy of the Eye. 2nd ed. Boston: Blackwell; 1998:197–204.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

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