LA IMPUTACIÓN
NECESARIA EN EL DELITO El derecho de defensa es concebido
DE FALSEDAD
DOCUMENTAL
COMENTARIOS:
DICK STENS ZORRILLA ALIAGA*
“(…) hizo un movimiento para arrancarse de los
dos hombres que, no obstante, se mantenían
lejos de él, y quiso continuar su camino.
No - dijo el que estaba junto a la ventana(…)
usted no tiene derecho a salir; está detenido.
Así parece – dijo K… Y añadió en seguida -.¿Y
porqué?.
No estamos aquí para decírselo. Vuelva a su
habitación y espere. El procedimiento está en
marcha y lo sabrá usted todo en el momento
oportuno(…)”. KAFKA, FRANZ. EL
PROCESO.
I.- GENERALIDADES:
El presente comentario ha sido
elaborado en coautoría y va dirigida
fundamentalmente a determinar los
límites de la imputación necesaria en el
delito de falsedad documental. Para
lograr ese cometido analizaremos – de
manera precisa y sin circunloquios – las
dos sentencias emitidas por el Tribunal
Constitucional, haciendo hincapié en la
relevancia de la naturaleza del objeto de
acción del delito aludido; es decir, el
carácter público o privado del
documento que adolece de falsedad y la
“necesidad” de precisión como requisito
en la configuración de la imputación
necesaria.
II.- EL DERECHO DE DEFENSA:
*
Auxiliar Judicial de la Tercera Sala Penal con
Reos en Cárcel de la Corte Superior de Lima. A
Dios, por su compañía y protección en todos los
días de mi existencia; a mis padres y hermanos,
por el amor y sacrificio brindado, la
comprensión.
como aquel derecho público
constitucional que asiste a toda persona
física a quien se le pueda atribuir la
comisión de un hecho punible, mediante
cuyo ejercicio garantiza al imputado la
asistencia técnica de un abogado
defensor y se les concede a ambos la
capacidad de postulación necesaria para
oponerse eficazmente a la pretensión
punitiva y poder valer dentro del
proceso el derecho constitucional a la
libertad el ciudadano1.
Es decir, se hace referencia a la
consideración del principio de
contradicción desde la perspectiva de un
derecho fundamental de las partes en el
proceso2con lo cual se buscaría repeler
la agresión que pone en cuestión los
bienes jurídicos del imputado, entre los
cuales está la libertad3. Éste derecho
fundamentalmente es otorgado al
imputado(pues a través de aquél
pretenderá debilitar y extinguir la tesis
del Representante del Ministerio
Público, titular de la acción penal); sin
embargo, es extensivo a otros sujetos
procesales, como por ejemplo la parte
civil y el tercero civilmente
responsable. El derecho de defensa –
4
1
SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho
Procesal Penal; Lima; Editorial Grijley; 2da
edic. T I; 2006, p. 119.
2
MONTERO AROCA, Juan. Principios del
Proceso Penal. Una explicación basada en la
razón. Valencia; Editorial Tirant to Blanch;
1997; p. 140.
3
GIMENO SENDRA, Vicente y DOIG
DÌAZ, Yolanda. El Derecho de Defensa. En:
El Nuevo Proceso Penal. Estudios
Fundamentales; Lima; Editorial Palestra; 2005;
p. 273.
4
El Ministerio Público no tiene derecho de
defensa, sino un conjunto de facultades o armas
para cumplir su función persecutoria. MAIER,
Julio B. J. D. Derecho Procesal Penal; Buenos
Aires; Editorial del Puerto; T. I; 1996; p. 89.
circunscrito en el debido proceso, y por
tanto dentro de la tutela procesal
efectiva – no sólo debe ser respetado a
nivel de instrucción, sino que su
aplicación debe ser exigida desde la
investigación preliminar o policial.5
Las bases legales supranacionales en las
cuales se fundamenta, el derecho de
defensa, son: el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (artículos
9.2 y 14.3), la Convención Americana
de Derechos Humanos (artículos 7.4
y8.2.b) y el Convenio Europeo de
Derechos Humanos (artículos 5.2 y
6.3.a)6. La fuente legal nacional y la
más importante es nuestra Constitución
Política, brindado tutela al contemplarla
en el art. 139, incisos 14 y 15.7
Sintetizamos las formas en las que se
ejercita éste derecho (la misma que
corresponde a un carácter dual:
5
En opiniones concordantes: SÀNCHEZ
VELARDE, Pablo. El control Constitucional
de la Investigación Preliminar y del auto de
Apertura de Instrucción. En:
http://gaceta.tc.gob.pe/img-
upload/18abfacb262c78ca321c53e573f1346/Pa
blo_S_nchez.pdf; y GIMENO SENDRA,
Vicente y DOIG DÌAZ, Yolanda. El Derecho
de Defensa. Ob. Cit., p. 274.
6
Debemos de señalar que ya estaba contenida
en los lineamientos de la Declaración de
Derechos del Estado de Virginia(de 1776),
siendo que fue confirmada en la evolución
posterior de la Constitución de los EE.UU, a
través de las enmiendas VI y XIV.
7
“Son principios y derechos de la función
jurisdiccional: (…) el principio de no ser
privado del derecho de defensa en ningún estado
del proceso. Toda persona será informada
inmediatamente y por escrito de la causa o las
razones de su detención. Tiene derecho a
comunicarse personalmente con un abogado
defensor de su elección y a ser asesorada por
éste desde que es citada o detenida por cualquier
autoridad (…). El principio de que toda persona
debe ser informada, inmediatamente y por
escrito, de las causas razones de detención.
material – el del imputado y formal –
la de su abogado defensor):
a) a ser oído,
b) controlar la prueba de cargo y
contradecirla,
c) probar los hechos
d) valorar la prueba producida, y
e) conocer los todos los materiales
de hecho y de derecho.
III.- IMPUTACIÓN NECESARIA:
La imputación necesaria es uno de los
requisitos que debe ser detallado en el
auto de apertura de instrucción (en la
denuncia fiscal y el dictamen
acusatorio), conforme lo prescribe el
artículo 77 del Código de
Procedimientos Penales, donde se
precisa que: “el auto será motivado y
contendrá en forma precisa los hechos
denunciados (…) la calificación de
modo específico del delito o los delitos
que se atribuyen al denunciado”.
Se colige que la imputación necesaria
va destinada al imputado, a su
conocimiento, por lo que se subsume
como una de las formas en las cuales se
puede ejercitar el derecho de defensa.
Por ello, la necesidad de la
determinación de la imputación
necesaria obedece al respeto del derecho
de defensa que recae sobre el imputado.
El conocimiento que se adquiere
obedece a todos los materiales de hecho
y de derecho8 (las cuales deben de ser
expresados de manera comprensible por
los jueces y fiscales; es decir, con
terminología sencilla e inteligible para
8
Asumimos ésta clasificación. MONTERO
AROCA, Juan. Ob., cit., p. 142. De otro modo,
SÀNCHEZ VELARDE, Pablo. Ob., cit., quien
señala que en el auto de apertura de instrucción
debe contener una calificación jurídica y fáctica
que contienen elementos de forma y fondo.
las personas que no desempeñan el rol
de letrados o actividades a fines). El
primero, implica que los sujetos
procesales tengan la posibilidad real de
conocer los materiales de hecho
afirmados por el “contrario”, de esa
manera, se podría alegar en contra de
ellos; para que éste rubro sea satisfecho
debe describirse con precisión del
hecho imputado, la forma o modo(con
arma, entre dos o más, mediante
violencia, con documento falso privado
o público, etc.), lugar(desolado,
concurrido, etc.) y tiempo(de noche) en
el que se desarrolló, con lo cual se
configuraría una correcta y completa
calificación fáctica de los hechos.
En tanto, el segundo obliga que los
elementos de derecho deben de haber
sido relacionados con la imputación
fáctica; es decir, en parte, éste segundo
rubro está supeditado a la determinación
de la imputación fáctica, siendo
innecesaria en algunas ocasiones
algunos elementos normativos de un
tipo penal determinado. Debemos de: a)
precisar de manera específica el tipo
penal y la acción imputada (de existir
varios imputados, determinar la
conducta de cada uno y su relación con
la acción imputada). La precisión
referida obedece sólo a los elementos
constitutivos y realmente relevantes de
un tipo penal, siendo innecesario9,
cuando éstos puedan ser colegidos – de
manera clara y sin esfuerzo exagerado –
de la revisión de nuestra normatividad.
b) asimismo, especificar la contribución
del imputado – o de los imputados –
respecto del hecho imputado; es decir,
si interviene como autor o partícipe.
9
Lo que implica que no se transgrediría el
derecho de defensa – y el de motivación del
auto de apertura de instrucción – cuando no se
consigna de manera expresa en la resolución.
IV.- FALSEDAD DOCUMENTAL E
IMPUTACIÓN NECESARIA:
El delito de falsedad documental10 –
estipulado en el artículo 427 del Código
Penal – contiene dos modalidades de
acción: a) hacer un documento falso o
adulterar uno verdadero; ésta
modalidad de acción es la llamada
falsedad propia; y b) usar un
documento falso o falsificado, lo cual
configura la denominada falsedad
impropia (el sujeto activo que configura
la falsedad propia, no podrá imputársele
la falsedad impropia- respecto al mismo
documento, pues de utilizar el
documento falso o falsificado que
confeccionó ello constituiría la fase de
agotamiento de la falsedad propia). En
todo caso, para las dos modalidades, se
exige que se cause un perjuicio o exista
la posibilidad de perjuicio.
La diferenciación de las dos
modalidades sólo radica en la
descripción de las acciones; la
determinación del objeto de acción
(documento público o privado) no
10
El bien jurídico de éste delito ha sido
desarrollado desde distintos puntos de vista; sin
embargo, nosotros asumimos la funcionalidad
del documento como bien jurídico protegido,
documento que de acuerdo a la doctrina
alemana(y a la teoría tripartida) desempeñaría
tres funciones: por un lado ha de perpetuizarla,
al materializarla, y por último, ha de tener cierta
aptitud y determinación probatorias para obtener
la consideración del documento.
VILLACAMPA ESTIARTE, Carolina. La
Falsedad Documental: Análisis Jurídico
Penal. Barcelona; Editorial Cedecs; 1999; p.
101. De igual parecer, JAÉN VALLEJO,
Manuel. Las Falsedades Documentales. En:
Dogmática y Ley Penal. Libro Homenaje a
Enrique Bacigalupo. Madrid; Editorial Marcial
Pons; T. II; 2004; p. 1010. ; QUERALT, Joan.
La Falsedad Documental: una Aporía
Casacional. En: Dogmática y Ley Penal. Libro
Homenaje a Enrique Bacigalupo. Madrid;
Editorial Marcial Pons; T. II; 2004, p. 1128-
1131.
modificará en absoluto las falsedades
referidas (propias o impropias), en ese
sentido asumimos la posición de Carlos
Creus, pues conjuntamente con él
expresamos que la distinción entre
documento público o privado – los
efectos – sólo repercute en la
determinación e imposición de la pena
concreta, sin tener repercusión
típica1112. En todo caso nos
preguntamos, ¿Cuál es la repercusión
típica, o el trato diferenciado al
determinar la calidad del documento
(que no fuese la determinación de la
pena)?, interrogante que desde nuestra
perspectiva no tiene lugar de ser.
Así mismo, si la diferenciación sólo
influye en la determinación de la pena,
¿es necesario precisar en la
imputación necesaria la calidad del
documento falso o falsificado?
A esta interrogante respondemos lo
siguiente; lo importante e una cualidad ya otorgada por Ley, por
imprescindible es describir
correctamente en la imputación fáctica
el documento (el modo, y obviamente,
también los demás requisitos y la
imputación jurídica); es decir,
mencionar o describir cual es el
documento(verbigracia, se imputa a
K… haber usado un Documento
Nacional de Identidad falso, por
cuanto éste contendría datos distintos a
los verdaderos y con fecha 5 de julio del
2007 lo habría presentado ante la
embajada de EE.UU. siendo que el
perjuicio radicaría en (…)).
La falta de la descripción y precisión
del documento falso (la no mención de
qué documento es o en que consiste la
11
CREUS, Carlos. Falsificación de
Documentos en General. Buenos Aires;
Editorial Astrea; 1986; p. 35.
12
De distinto criterio, CASTILLO ALVA,
José Luis. La Falsedad Documental. Lima;
Editorial Jurista; 2001; p. 120.
falsedad), sí generaría indefensión al
imputado, y ello conllevaría al no
cumplimiento de la imputación
necesaria.
Sin embargo, cuando el documento sí
está determinado y descrito, la no
mención de la calidad de éste – desde
nuestra perspectiva – no desvirtuará la
imputación necesaria, tampoco creará
indefensión al imputado; puesto que la
calidad de documento no es elemento
constitutivo del tipo(es decir, no
modifica la acción típica); además la
precisión del carácter público del
documento (público o privado) no está
sometido a la discrecionalidad de los
Jueces, pues en virtud del principio de
legalidad, únicamente la ley cierta y
expresa atribuye dicha calidad.
En consecuencia, el señalamiento
judicial es un simple acto declarativo de
lo que resulta inoficiosa mayor
precisión judicial. Si ello no fuera así,
entonces será nulo el proceso cuando en
el auto de apertura de instrucción se
señale solamente el documento
(testamento ológrafo) y no la
calificación de éste(público o privado),
a pesar de que el artículo 433 del
Código Penal indica que se le debe de
considerar como documento público.
De otro lado, se advierte, que el
requisito analizado de la imputación
necesaria es el de “conocer” los hechos
imputados. Si bien el imputado no tiene
un conocimiento jurídico, sí lo tiene su
abogado defensor, quien a través de su
conocimiento de las leyes, podrá ejercer
la defensa formal de su patrocinado, no
creando indefensión en éste, más aún si
ésta derecho subjetivo es irrenunciable e
inalienable y como garantía constituye
un verdadero requisito para la validez
del proceso, siempre necesaria, aun al
margen o por sobre la voluntad de la
parte, para la validez del Juicio.13

V.- CONCLUSIONES:

De lo expuesto, se colige que no

asumimos el criterio del Tribunal
Constitucional en el caso de Margarita
Toledo, pues como ya precisamos, la no
mención de la calidad del documento –
por sí solo – no causa indefensión y su
motivación resulta inoficiosa por su
determinación en la Ley.

Respecto a la segunda sentencia – caso

Armando Dávila Gonzáles – el Tribunal
Constitucional(TC) no ha emitido
opinión de “fondo”, respecto de la
calificación del auto de apertura de
instrucción, a pesar de que el
demandante argumentaba los mismos
hechos del primer caso. Ésta segunda
sentencia, señala que “se debe de poner
en relieve la irrazonabilidad de la
pretensión del demandante al solicitar la
nulidad de todo el proceso penal, luego
de que durante el desarrollo del mismo
no impugnó, en ningún momento, las
supuestas irregularidades que contenía”.
Consideramos que el Tribunal debió de
especificar de manera más concreta ésta
situación; en todo caso, terminamos éste
comentario realizando las siguientes
interrogantes: ¿la pretensión de dilación
del proceso funciona como “castigo”
frente al Hábeas Corpus, a pesar de que
el TC había determinado – según su
criterio - la violación del derecho de
defensa (conexo a la libertad) en el
supuesto analizado?, o ¿debemos
entender que necesariamente debemos
“impugnar” los actos procesales, antes
de recurrir al Habeas Corpus?.

13
CAROCA PÉREZ, citado por SAN
MARTÍN CASTRO, César. Op., cit., p. 120.