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El des-orden
Lo puberal-lo adolescente
El cuerpo tiene un vértice somático que es el conformado por sus procesos del
desarrollo y la maduración y un vértice psíquico constituido por la imagen del
cuerpo.
La imagen del cuerpo es la imagen que nos construimos de nuestro propio
cuerpo, ésta no se produce sin el otro y sin la cultura.
Nasio en su libro “mi cuerpo y sus imágenes” desarrolla cómo se construye la
IIC, se produce a partir de las sensaciones corporales del niño en primera
instancia con los intercambios materno. Nasio plantea la función del segundo
espejo, ¿qué es? Es el espejo de la pubertad. Hay una fase del espejo en la
época de la infancia entre los 6 meses y el año, en realidad podemos señalar
dos fases del espejo en la infancia ya que hay otra en torno a los 3 años, pero
después acontece lo que denominamos una re-visita del espejo, el púber
vuelve a visitar el espejo. El joven revisita el espejo porque está refundando la
imagen corporal, esta re-visita al espejo se acompañará con el vértice somático
del cuerpo (maduración y crecimiento).
Hay que considerar un punto que es central en la revisita del espejo en la
pubertad y es la función de las sensaciones corporales específicas del trabajo
de lo puberal, que también se construyen con el otro, ya no con el otro
materno, sino con el otro en tanto compañero sexual en los intercambios y
exploraciones corporales. Entonces la IIC lleva la marca de la relación al otro.
Nombra las 7 crisis que hacen madurar al niño y al adolescente. Hay que
decir que lo importante no es la crisis en sí misma. Lo importante para nosotros
es la lógica generadora de la crisis. Cada crisis se define como la expresión
final de tres movimientos que convergen: pérdida, ganancia y conservación,
tres experiencias que cuando son simultáneas instalan una crisis de desarrollo.
(Se desarrolla en el texto “¿cómo actuar con un adolescente difícil?”- Nasio)
1) nacimiento 2) El destete entre 3 y 6 meses 3) el descubrimiento de la
marcha y la aparición del lenguaje entre 1 y 3 años 4) la primera escolarización
entre 2 y 5 años 5) el descubrimiento de la vida interior entre 6 y 7 años 6) el
descubrimiento del amor por fuera de la familia entre 13 y 15 años 7) la salida
del hogar entre 18 y 25 años.
Duelos y creatividad
Dependencia-independencia
¿Enfermedad o salud?
La sociedad abarca a todos sus miembros (cuando están psiquiátricamente
sanos), pero la sociedad también debe contener a aquellos que se encuentran
enfermos como:
Los inmaduros (en edad), Los psicopáticos (producto final de privaciones), Los
neuróticos (acosados por una motivación y ambivalencia ICC), etc.
Winnicott estudiará la sociedad como si estuviese compuesta por personas
sanas en el plano psiquiátrico. Los individuos sanos para su realización
personal, necesitan de su lealtad a una zona delimitada de la sociedad.
Tesis principal
En la teoría del cuidado del niño, la continuidad de dicho cuidado ha llegado a
ser un rasgo central del concepto de ambiente facilitador. Gracias a eso el
nuevo bebé puede gozar de continuidad en la línea de su vida. Si los hijos
llegan a encontrarse a sí mismos, buscarán la totalidad: ello incluirá también
agresión y elementos destructivos.
Las recompensas que los padres obtengan vendrán en la riqueza del potencial
personal de cada joven. Las recompensas llegan de modo indirecto, por
supuesto, no recibirán agradecimiento.
Muerte y asesinato
Los niños salen en forma torpe de la infancia para entrar en la nueva etapa. Se
van alejando de aquella dependencia. Todavía se puede usar a la familia, pero
en otro sentido. Los mismos problemas que aparecían en las primeras etapas,
van a renacer en la pubertad. Si en la fantasía del primer crecimiento hay un
contenido de muerte, en la adolescencia será de asesinato. Crecer, significa
ocupar el lugar del padre. En la fantasía ICC el crecimiento es un acto agresivo.
Naturaleza de la inmadurez
Los cambios de la pubertad suceden a distintas edades. La espera supone una
gran tensión, en especial a los de desarrollo tardío. La tensión corresponde a la
fantasía ICC del sexo, y a la rivalidad vinculada con la elección del objeto
sexual. El adolescente, no puede hacerse cargo aún de la responsabilidad por
la crueldad y el sufrimiento. El sentimiento de culpa es enorme. La madurez
corresponde a un periodo posterior y no es posible esperar que el adolescente
vaya más allá.
Una de las cosas más estimulantes de los adolescentes es que todavía no se
han hundido en la desilusión, por ello tienen un gran idealismo. Tienen libertad
de ideas y suelen actuar por impulso.
Unidad 2.
Somatizaciones:
a- Con la llegada de la pubertad el cuerpo de la niñez se transforma
parcialmente en un nuevo soma,
b- El cuerpo es sede de trastornos corporales transitorios propios del
crecimiento y que demandan un trabajo psíquico de inscripción durante la
adolescencia que denominamos “in-corporación”.
c- Desencadenamiento de graves trastornos corporales que dan cuenta de
un proceso patológico.
De las zonas erógenas parte un cierto monto de placer, a partir de él, nace un
incremento de la tensión, la cual, a su vez, tiene que ofrecer la energía motriz
necesaria para llevar a su término el acto sexual. El placer máximo será el
otorgado por la descarga, y con él se eliminará la tensión de la libido. Así
podemos decir que es distinto el placer provocado por la excitación de las
zonas erógenas, que el provocado por el vaciamiento. El primero es el placer
previo, el segundo es el placer final, el cual es nuevo, y depende de
condiciones que solo se pueden percibir desde la pubertad.
La teoría de la libido
La libido tiene un carácter cualitativo y cuantitativo. La excitación sexual puede
ser brindada por todos los órganos del cuerpo. La libido narcisista o yoica se
aparece como el reservorio desde el cual son emitidas las investiduras de
objeto. Sólo se vuelve accesible al estudio cuando ha ubicado su investidura en
objetos sexuales. Podemos reconocer además que esta libido de objeto va a
tener como destino quitarse de los mismos, mantenerse fluctuante en
particulares estados de tensión y luego volver a ser recogida en el interior del
yo, con lo cual se convierte nuevamente en libido yoica (o libido narcisista).
El hallazgo de objeto
De los primeros vínculos sexuales resta una parte que ayuda a preparar la
elección de objeto, y así restaurar aquella pérdida. A lo largo del periodo de
latencia el niño aprenderá a amar a otras personas que remedien su
desvalimiento. El trato del niño con la persona que lo cuida es una fuente
continua de excitación. Un exceso de ternura de parte de los padres, puede
provocar un daño porque apresura la maduración sexual. La angustia de los
niños es la expresión de su añoranza de la persona amada. El niño tan pronto
como no pueda satisfacer su libido, la muda en angustia.
Sociedades sociedades
Animales humanas
Darwin observa la horda primitiva: 1 único macho y los hijos son expulsados.
Los hermanos se unieron para darse fuerza y poder matar al jefe de la horda,
severo y celoso. Luego comieron su cadáver para identificarse con él y que
cada uno tuviese un poco de la fuerza del padre.
Desde esta conciencia de culpa por el asesinato del padre por parte de los
hijos varones nacieron las dos prohibiciones totémicas:
b) Prohibición del incesto: no gozarás de las mujeres del clan (ya que era lo
que el padre originalmente prohibía), las mismas se reparten y existe una que
es prohibida (exogamia)
Ambas cosas fundaron la eticidad del hombre, y mientras la primera solo tenía
su razón de ser en un simple sentimiento de ambivalencia (amor y odio hacia el
padre), la segunda tuvo además un valor práctico: la prohibición del incesto
impedía que los hermanos se peleen entre sí por las mujeres de su clan, lo cual
implicaba el riesgo de que apareciera nuevamente un padre tirano y celoso
entre ellos.
El horror al incesto es donde Freud ubica el mito, el asesinato del padre. Los
hijos estaban destinados a la homosexualidad porque el macho dominante (el
padre) era el gozador universal de todas las mujeres, entonces los hijos se
unen para asesinarlo.
Las religiones son transformaciones de este mito: asesinato del padre que se
enaltece como padre muerto y su deseo deviene en ley: padre idealizado
(sentimiento ambivalente)
Represión primaria: existe algo desconocido que se trata del asesinato del
padre, que se identifica con lo humano:
a) Obediencia retrospectiva
c) Ambivalencia de sentimientos
En el niño
Complejo de castración
Polaridades sexuales
Pubertad: Masculino-Femenino
SEPULTAMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO
Súper yo
Por el complejo de Edipo Dora tiene voluntad hostil hacia la madre y expresa
amor de objeto hacia el padre, por lo que por medio de la identificación forma el
síntoma de la tos nerviosa (el padre padecía tos), por lo que se afirma que la
identificación reemplaza a la elección de objeto, la elección de objeto ha
regresado hasta la identificación, vía regresiva, mediante la introyección del
objeto en el yo. La elección de objeto vuelve a la identificación, o sea, el yo
toma sobre sí las propiedades del objeto, en este caso la identificación es
parcial porque toma solo un rasgo de la persona objeto.
Representar-Metabolizar
El Pictograma
Fantasías infantiles
- TSI: fantasías acerca de cómo se hacen los niños.
- Fantasía de muerte: todo niño nace con el miedo a la muerte. Es
recurrente
- Omnipotencia del otro: los padres son omnipotentes en los pensamientos
y las palabras.
Fantasías típicas de la pubertad
- Novela familiar: no nacimos en nuestra familia, provenimos de otra familia
poderosa).
- Temor a la castración
- Retorno al vientre materno
- Seducción; fantasía entorno al origen
- Espiar con las orejas el comercio sexual de los padres
Fantasías del entretiempo puberal-adolescente
- Acerca del crecimiento propio: la fantasía de muerte se vuelve fantasía de
asesinato
- Fantasía de auto-engendramiento: idea de no ser producto de los padres
ni de otra familia, sino que se hicieron a sí mismos.
- Fantasía de la transformación corporal
El PSA enseña que “existen dos caminos para el hallazgo de objeto: en primer
lugar, el que se realiza por apuntalamiento en los modelos en la temprana
infancia y en segundo lugar el narcisista”. La cátedra agrega otra forma de
encuentro, la alteridad del objeto, por su amenidad y extrañeza, extraño por lo
que conlleve de no conocido. Destacamos la combinatoria de los modos en la
elección.
Nuevamente en el texto de Freud, dice que “la pulsión tenía un objeto por fuera
del cuerpo propio: el pecho materno. Lo perdió más tarde. Después la pulsión
sexual pasa a ser autoerótica y solo después de superar el periodo de latencia
se vuelve a la situación originaria. El hallazgo (encuentro) de objeto es
propiamente un reencuentro”. La cátedra abre así, una polémica acerca de este
encuentro.
Hallazgo no es encuentro
Hallazgo y re-encuentro
El bebé se encuentra con un objeto exterior a sí, fuera de su cuerpo. Que en los
comienzos esa amenidad esté al servicio del bebé y de la ilusión de objeto
propio, depende que la función materna sea suficientemente adecuada. Se
reduce así, la exterioridad del objeto y pictograma de fusión mediante, la pulsión
pasa a ser regularmente autoerótica; el objeto toma cuerpo en el niño.
Se crean e inician diferencias yo/no-yo, sujeto/objeto, interno/externo,
dentro/fuera, y la representación global de la persona a quien pertenecía el
órgano que le dispensaba satisfacción. Modelo que no va a ser ajeno a la
genitalidad y al hallazgo de objeto.
El cuerpo puberal
Una vez instalada la barrera de la prohibición del incesto y los diques morales, y
la búsqueda de alteridad propia de la pulsión genital con la pulsión puberal, al
psiquismo le urgen trabajos específicos. El cuerpo puberal, con sus
reorganizaciones y neo-organizaciones, requiere de nuevas inscripciones y
nuevos circuitos pulsionales. El objeto, para terminar de constituirse como tal
(exterior-ajeno-extraño), requiere de tiempos y espacios donde hacerlo, de
ensayos y exploraciones.
Le urge el hallazgo-creatividad-encuentro de objeto exterior a sí, al mismo tiempo
que el objeto exterior no reduplique un encuentro ya producido, sino que inscriba
como acontecimiento que diferencie lo que está investido por el niño y la familia
de lo que deviene nuevo y que está in-vistiendo como obra propia, por fuera del
cuerpo y lo familiar. Se encontrarán en el objeto rasgos de la infancia, pero
hallazgo es fundamentalmente nueva inscripción de la creatividad propia.
Apuntalamiento plataforma y momento de salida adolescente, el cuerpo requiere
de nuevas inscripciones con el objeto que es reinventado en la alteridad, se
adiciona así el otro modo de elección por alteridad y radical diferencia (subjetiva)
del (sexo) objeto. Apuntalamiento es sostén transitorio hasta la partida.
Narcisismo
El cuerpo llega a ser en su conjunto, una gran zona erógena y sobre las bases
de este se constituirá el yo. Sin embargo, Freud plantea que hace falta un nuevo
acto psíquico para que el yo sea unitario y se constituya como instancia
psíquica, teniendo como sostén al cuerpo erógeno pasaje del autoerotismo al
narcisismo.
La libido no inviste solamente los objetos externos, sino que se deposita en el yo
mismo. El abordaje de la vida amorosa muestra como hasta el mismo objeto de
deseo, puede investirse en libido narcisista, por lo cual se halla dentro del grupo
de las pulsiones sexuales: libido yoica (sexual) y libido de objeto (sexual).
En la segunda teoría pulsional, el dualismo es entre las pulsiones de vida y las
pulsiones de muerte. Si bien, sitúa las pulsiones sexuales en las pulsiones de
vida, la sexualidad se bifurca en esta teoría. Hay sexualidad en el amor y también
en el odio y la destrucción. Sin embargo, habría una oposición pulsional y
fundamental entre el polo que ama y aquel que rompe y destruye. Eros
(pulsiones de vida) y Tánatos (pulsiones de muerte), son en última instancia
fuerzas que en el sujeto se presentan juntas y que sólo teóricamente son
separables, y que se ocultan tras las pulsiones manifiestas, pulsiones del yo y
pulsiones de objeto.
Objeto sexual y meta sexual son los conceptos que le permiten a Freud hablar
sobre las perversiones y la sexualidad infantil, para dar cuenta del trayecto de la
pulsión sexual hasta la pubertad. La disposición a las perversiones es la
disposición originaria y universal de la pulsión sexual en los seres humanos. Así
Freud se sitúa en la niñez intentando descubrir esa disposición originaria y ahí
ya destaca la emergencia de aquello que circunscribe la orientación de la pulsión
sexual. Los llama diques morales de la pulsión: la vergüenza, el asco, la
compasión y las construcciones sociales de la moral.
Señala un destiempo en términos de la sexualidad infantil, la práctica sexual no
se desarrolla al ritmo de sus otras funciones, se discontinúa con la latencia donde
la excitación sexual no se suprime, sino que se emplea para otros fines diferentes
de los sexuales.
Siguiendo con la infancia, es preciso señalar a una única meta donde las
excitaciones influyen de diversas fuentes y persiguen por separado su meta (la
ganancia de placer) que en la niñez la pulsión no está centrada y al principio
carece de objeto (o por decirlo de otro modo, el objeto está/es el propio cuerpo)
o sea, es autoerótica. Ya en la infancia comienza a hacerse notable los genitales
como zona erógena. El temprano florecimiento de la vida sexual infantil hace
madurar también una elección de objeto y veremos que este hecho no es sin
consecuencias, ya que la fase que se le asocia y le corresponde ha de apreciarse
como importante precursora de la organización sexual definitiva.
Transformaciones que experimenta la sexualidad infantil con la emergencia de
la pubertad: la subordinación de todas las fuentes originarias de la excitación
sexual a la zona genital y el hallazgo de objeto. La subordinación se consuma
por los actos sexuales autónomos resultantes de la conjugación de excitación y
placer, así pasan a ser actos preparatorios para la nueva meta sexual, que él
señala es el vaciamiento de los productos genésicos (eyaculación). El logro de
esta meta pone fin a la excitación sexual. Volviendo a la elección de objeto, es
guiada por los indicios infantiles renovados en la pubertad. Diferencias entre
placer previo y placer final: el placer previo es lo mismo que ya podía ofrecer,
aunque en escala reducida, la pulsión sexual infantil. El placer final es
plenamente el placer de satisfacción de la actividad sexual genital.
La subordinación de todas las fuentes al primado de la zona genital, y el hallazgo
de objeto, sumado a esto a la maduración de sus órganos sexuales, los
genitales, nos permiten pensar en una nueva función que aparece en el púber:
la aptitud para la reproducción. La pulsión se pone al servicio de la
reproducción, se torna altruista. Una adquisición simbólica: el ejercicio de las
funciones materna y paterna.
La pulsión tiene:
Cuatro elementos: objeto-fin o meta-empuje y fuente
Cuatro destinos: transformación en lo contrario, vuelta sobre sí mismo,
represión y sublimación
Dos corrientes: la tierna y la sensual
Planteando la propuesta
La pareja en tanto proyecto-con-el-otro, durante el tiempo lógico de la
juventud. Se trata de un re-trabajo específico del Sujeto en relación a re-
posicionarse en la configuración edípica y frente a la Ley, al Contrato
Narcisista, que en tanto ordenadores y garantes, lo habilitan volverse artífice de
un complejo ensamblaje, de modo que la elección de objeto exogámica
contemple, en los términos más saludables posibles, una apropiación de los
atributos de “partenaire”, reconocimiento de la alteridad del semejante de la
par-eja y un enriquecimiento con la “ajenidad” que porta ese otro. se vuelve
punto de partida de una “novedad” para el sujeto.
Los comienzos de los cambios frente al “otro”
Cuando trabajamos el proceso adolescente sabemos que uno de los logros es
el arribo “a” “de” la par-eja; de hecho Jannine Puget homologa el “ser
adolescente” a esta llegada, ya que se trata de un verdadero “acontecimiento”.
Aquí el vocablo par-eja separado porque desde el terreno conocido de la
amistad que es el par, se dará el encuentro con el otro ya desde las
características del “cuerpo sexuado vincular”(J. Puget, 1997). Y el arribo se
produce con la sala de recepción llena de modelos infantiles u objetos
primarios que forjaron el campo de las Identificaciones, el camino del hallazgo
de objeto que se debate entre reencuentro y hallazgo-creatividad. Y lo nuevo
“altera”, y esta sana alteración trae lo inentendible del otro, lo “ajeno”, lo
distinto, y tal vez lo que nunca asimilaré del otro. Un acontecimiento creativo,
enriquecedor, ¿habrá un lugar posible habiendo deseado algo no anticipable
desde la estructura familiar que avale su incorporación? (J. Puget).
La llegada del otro desde la pareja entonces se inaugura con la exploración y
la construcción de la identidad de género en un vínculo donde el juego erótico,
la sexualidad, el enamoramiento, el amor van sembrando marcas. Es posible
pensar estos trabajos psíquicos como un permanente interjuego de las
dimensiones que producen subjetividad, es decir, la intra, la inter y la
transubjetiva. En pleno momento de re-visitas que promueve el segundo
embate pulsional, siguiendo palabras de Freud, toda la problemática del
narcisismo primario – secundario y la conflictiva edípica sufrirán un replanteo.
La dimensión más individual no se despliega sino en una malla intersubjetiva
que arranca desde los orígenes del sujeto en los vínculos padres-hijos, luego
en el lazo fraternal con los hermanos y siempre en un contexto grupal-socio
cultural. una “transición” terreno de pasaje en un ida y vuelta en las figuras de
relevo y la función apuntaladora del grupo de pares, y así se dé el tránsito
desde la endogamia a la exogamia.
El semejante (amigos), los mecanismos de identificación proyectiva sobre los
miembros del grupo, constituyen una experiencia plafón que prepara la llegada
de la par-eja. La función apuntaladora del grupo de pares contribuye en esto a
metabolizar las transformaciones que generaron “los procesos de lo puberal y
lo adolescente” (A. Grassi). Los peinados, las vestimentas, los gustos
compartidos, las modas, la práctica movilizante pero también confirmantes del
espejo contribuyen a afirmar la diferencia generacional, a inscribir la
representación sexual de órganos maduros, y la representación del otro cada
vez más en sus aspectos masculino y femenino, caminos, recorridos diversos,
simultáneos, entrelazados que marcan, en un registro mutuo, desde la
“complementariedad (?) del otro sexo”, como dirán distintos autores.
“estado alterado de la conciencia” (F) al hablar sobre el amor, la facultad de
ver las cosas como no son. El tiempo lógico de lo adolescente significará lidiar
con el objeto amor y su idealización.
Una “locura amorosa” en el sentido no de perturbación, sino de todo lo que se
revoluciona, se “huracaniza” en el aprender a amar en un vínculo de pareja.
Estos primeros procesos están más alineados del lado del propio narcisismo y
su necesidad de completud en el otro semejante, resguardándose de cualquier
“falla”, resguardándose de la Castración y la Muerte que nos marca a todos
como sujetos y nos reenvía a un trabajo permanente en lo simbólico para
aceptarlo y tramitarlo.
El vínculo se reconfigura
el “vínculo de pareja” es entonces el trabajo sobre el otro. Un “Otro” que en los
orígenes, en el entramado intersubjetivo está como un portavoz (P. Aulagnier,
1979) que debe posibilitar no sólo un “yo hablado sino un yo supuesto
hablante.” (P. Aulagnier).
re-presentar la ausencia del otro (la Madre) y la diferencia sobre la que se
edificó luego el modelo edípico.
La constitución subjetiva a cargo del yo se fue dando por identificación, pero
también por imposición. Un bebé no propone una identificación a los padres, sí
el requerimiento de recibir esa imposición en el vínculo con ellos (I. Berenstein,
2004), pero ese bebé al principio de la vida necesita que el encuentro con su
madre sea sólo “parcialmente” heterogénea. El yo de uno y otro metabolizará la
demanda y la respuesta desde las propias representaciones forjadas por el yo
pero siempre hay una cualidad de presencia del otro que excede lo proyectado
desde el yo. Esta no-coincidencia no genera unidad sino diversidad. Aparece
una parte inaccesible “ajena” del otro.El motor del vínculo sería entonces el
trabajo de inscripción de lo “diferente” que sobrepasa la relación de objeto. La
reedición del complejo de Edipo por su parte interpela ahora al sujeto a
aceptar la prohibición que establece el complejo de Edipo para limitar el goce
de ese Otro, la Madre, quien debe aceptar que el Nombre-del-Padre la limite y
permitir así, la promesa de “ser” como proyecto (Rassial, 1999). O sea,
reasegurarse su condición de Sujeto de deseo, en tanto, entonces, Sujeto del
inconsciente.
Así la Castración, la Muerte se enlaza e integra a la nueva sexualidad naciente.
Un nuevo reposicionamiento en este momento del crecer frente a la Castración,
de modo que el camino saludable esté marcado por el Deseo, conservando su
esencia de no realización para ser tal y se cumpla el destino de la pulsión, de
no ser satisfecha nunca.
la “falta” hace que los primeros objetos de amor ahora sufran una segunda
configuración objetal en su dimensión simbólica.
La frustración del objeto pulsional por su rasgo estructural de nunca coincidir
con el objeto de la necesidad, con el objeto real, remite a la promesa no
cumplida, a la discontinuidad que abre la presencia de la ausencia; ahora se
ubica como objeto a investir, pero marcado por la “falta
Estos procesos de construcción del amor implican una tarea de
desidealización de los objetos parentales. Movimiento que pone en juego el
odio como función de desligadura sobre la elevada investidura que tenían los
padres haciendo del hijo “Su Majestad el Bebé”, reaseguro narcisístico
fundamental, cuna del forjamiento del “yo-ideal”. El proceso de la
“desidealización” desencadena para el sujeto una reestructuración del vínculo
con los objetos parentales y consigo mismo. Cae la sobrevaloración al volverse
un “semejante” del adulto padre y repercute en la omnipotencia del yo
Estos caminos internos de la re-visita a la Castración permiten redefinir las
condiciones para el cierre definitivo del aparato psíquico y la consolidación del
“Ideal del Yo”.
Proponiendo una paradoja estructurante
Llegado este punto, quiere decir que la exogamia como relación de simetría
“yo-yo del otro” (P. Aulagnier) puede pensarse en los términos más saludables
posibles cuando un yo activo puede articular en el entramado de las tres
dimensiones de producción de subjetividad (intra-inter-transubjetivo) alteridad,
proceso de hallazgo-creatividad de objeto y ajenidad.
Podemos decir que, así como hay una escena originaria fundante de la
condición deseante del yo, la búsqueda de una pareja como proyecto necesita
de una escena de la conyugalidad, un pasaje del sujeto a la condición de
“excluido” de la escena originaria (N. Córdova), para poder tomar los atributos
de un “partenaire” gracias a los trabajos específicos del tiempo lógico de la
juventud. Esto significa que la escena de la conyugalidad sucede mientras se
da el duelo por los padres y se iguala el sujeto a su misma condición, se da la
identificación con los padres en los aspectos de adultos-cónyuges, una mirada
a la configuración edípica desde ver a la pareja-parental justamente en su rol
de par-eja, de semejantes mutuamente elegidos. Se instala así, un verdadero
enlace entre castración, reconocimiento e identificación.
En la juventud nos enfrenta a reconocer la alteridad del otro Y esa promesa
mutua de que cada uno “represente” para el otro la ilusión, de que el amor es
ese bien común que los preserva de la Castración, de la Muerte y de la Falta.
Entonces más que complementariedad de sexos es suplementariedad, se da
cabida a la novedad, al acontecimiento que diferencia a lo infantil como único
origen del sujeto y su mera búsqueda de lo conocido familiar. El otro puede ser
recepcionado en su diversidad.
“volverse un proyecto”, construir el llamado por varios autores como el
“malentendido básico inicial
Así, el encuentro con el otro, como señala P. Aulagnier, va a implicar poder
reunir placer identificatorio con placer del pensamiento y placer del cuerpo.
Comienza así un interjuego entre los encuentros vividos y los pensados. El yo
busca aunque fugitiva una identidad con el yo del otro. Es necesario, dirá la
autora, que el yo pensado se refleje en el yo real, que “confluyan”. Luego
señala que hay momentos privilegiados de identidad, de confluencia entre
placer esperado y placer recibido – por ejemplo en la relación sexual- pero así
como una característica del vínculo de pareja es ser fuente de placer para el
otro también lo es su capacidad para frustrar. En este punto, esta cualidad de
relación de poder, abre al juego – conflictivo – de “entender” al otro que supera
al coincidir.
Ese objeto privilegiado de catectización con quien se puede establecer una
relación compartida o recíproca que quiere decir con consentimiento de dos
yoes que pueden reconocerse ante la Falta, ante un poder proporcional mutuo
de decepción, de no respuesta, y de búsqueda inacabable de prueba de verdad
entre el yo pensado del otro y el otro real, señala el éxito de las
transformaciones que transitó el Amor.
LO PUBERAL ADOLESCENTE, EN TRAMITE. Liñares.
Para los niños que están en hogares de abrigo, el tiempo que transcurre entre
que se toma la medida de abrigo y se declara una resolución de la condición
legal se lo llama “en trámite”
Con la llegada de la metamorfosis de la pubertad, con los cambios en la
imagen del cuerpo, la pulsión genital, se le imponen al psiquismo trabajos
subjetivos. Para que estos cambios sean saludables, se requiere de procesos
de integración psicosomática, integración que se despliega enlazada a
funciones del ambiente y fantasías del crecimiento.
Cuando la pubertad irrumpe, los niños “en trámite” vivencias estos cambios de
modo amenazante.
Las fantasías de crecimiento que potencian la integración psicosomática se ven
afectadas. Fantasías de abandono, de haber sido olvidados y temor por lo
incierto aparecen en escena.
Alteraciones psicosomáticas, detención en los procesos de aprendizaje,
conductas autolesivas, disruptivas, impulsivas, agresión al ambiente y fugas;
son expresiones del sufrimiento y desintegración psicosomática, que dan
cuenta de que algo no se está desplegando de manera saludable. Los niños
manifiestan el temor a perder el lugar donde viven. El ambiente que les provee
cuidados, sostén y vínculos afectivos corre riesgo de discontinuarse. El niño
vivencia un posible trauma
La continuidad del sostén afectivo es facilitadora de la integración psíquica y
formación del sí mismo.
La construcción del pasado tiene dos dimensiones enraizadas: la memoria
propia y la colectiva; se entraman y se tejen conjuntamente, haciendo posible la
co-construcción de un mito donde anclar y así habitar el presente y proyectar
su futuro.
Tanto la adopción, como posible marca de origen, como el re vinculaciones son
lugares donde puede afiliarse un niño, ubicándose en una cadena
generacional. La situación del hogar en traite suele ofrecer obstáculos a estos
procesos.
El jugar, hablar y dibujar son herramientas de elaboración, es darles la propia y
singular significación a los hechos. Es crearse un relato lúdico.
Un espacio terapéutico es necesario, pero no suficiente.
Si se discontinua el ambiente afectivo y si el tiempo en el hogar no configura un
entre, los niños encuentran obstáculos a sus procesos puberales-adolescentes.
Las complicaciones y demoras en el accionar de los servicios de protección y
promoción de derechos, asesorías y juzgados es algo que debemos solucionar
para evitar que se revulneren derechos de niños y adolescentes. Alerta. Niños
en trámite.
LA PUBERTAD Y EL ACONTECIMIENTO ADOLESCENTE- MORENO
Se produce una sutil paradoja que sustenta la identidad del adolescente, esto
es que teme que lo nuevo que en él se presenta sea tomado como un falso
invento, pero recela aún más de que en ellos se detecten obvios rastros de su
infancia, quiere que la identidad venida sea considerada genuina, no que sea
comprendida.
La colisión entre las verdades puberales y la estructura infantil puede producir
entonces diferentes cursos probables, mencionaremos 3, lo puberal puede
configurar:
a) Acontecimiento: La adolescencia implica entonces un acontecimiento, un
cambio suplementario de la estructura que condiciona al individuo, un
cambio de discurso y de situaciones donde transcurre la sexualidad
llamada adolescente o adulta. En la adolescencia la presión puberal
excede al discurso infantil, lo cambia, lo suplementa. Una salida pseudo
madura busca sobre la complementariedad de lo infantil.
b) Catástrofe: Los intentos de suplementar no son capaces de perdurar,
simplemente destruyen en parte lo existente y producen una caída de la
estructura anterior y un invento llamado delirio.
c) Detención: El hecho de que la erupción de lo perturbador detenga o
genere un impass en el proceso. En este caso lo emergente perturba,
pero al no inscribir marcas capaces de transmutar la estructura no
produce nada radicalmente nuevo, sólo genera réplicas de los
sintomático infantil apenas diferenciadas por rasgos adolescentes.
MI CUERPO Y SUS IMÁGENES- NASIO
Lo extraño
La constitución de la categoría del extraño implicaría una primera simbolización
de la diferencia, de la alteridad del sujeto. Se conceptualizan 3 momentos:
El deseo del pene se sustituye por el deseo del hijo (Aparece en su lugar)
Complejo de castración: Se inicia con la visión de los genitales del otro sexo
La sexuación y el Otro
La sexualidad infantil es la sexualidad implantada por el adulto al niño lo cual
da cuenta tanto el concepto de IIC como la teoría de la seducción generalizada.
La sexual infantil, pulsional, lleva las marcas de la presencia del deseo del Otro
en el cuerpo erógeno. Así se va inscribiendo el cuerpo erógeno del niño con la
inscripción del deseo del Otro materno. Estos procesos psíquicos que van
registrando el cuerpo como cuerpo erógeno, cuerpo propio, se conocen con el
nombre de narcisismo primario fundamental o de base. Así se establece
una primera fase con el reconocimiento de la imagen en el espejo. Es un punto
de inflexión, un momento fundacional del reconocimiento de la imagen en el
espejo. Son los primeros lugares de asentamientos del Yo y la identidad en el
cuerpo y el nombre propio.
Desde la gestación y nacimiento, el cuerpo del niño va inscribiendo las huellas
de la presencia de la madre, de los padres, del medio ambiente, en su imagen
de cuerpo. Con el nacimiento, estas marcas se intensifican en la medida que
comienzan a jugar otros circuitos libidinales en la relación madre-hijo. Se va
constituyendo así la IIC en el niño. La imagen del cuerpo que el niño se hace
de si lleva las marcas del vínculo con la madre. Por lo que esta IIC no es
autónoma, sino que está soldada al cuerpo y el deseo del Otro materno.
Narcisismo y género
1) CONSTRUIRSE UN PADRE
El tiempo de concluir
El final de la adolescencia puede signar el desencadenamiento de un episodio
psicótico a causa de un primer fracaso (sexual, examen, trabajo). En ese caso,
no cuenta con una estructura psicosomática integrada que sostenga ese acto
de pasaje sin quiebres en su sentimiento de continuidad.
El psiquismo y su complejidad
Según Piera, el aparato psíquico se constituye a partir del intercambio que el
niño establece con el adulto que lo asiste. La madre (o quien cumpla esa
función), a través de un vínculo de amor y dependencia, fija las normas de
acceso al placer alrededor del cual el andamiaje psíquico comienza a
desarrollarse. En la niñez y también en la adolescencia, el aparato psíquico
está en vías de constitución.
La actividad psíquica según Piera está conformada por el conjunto de tres
procesos: originario, primario y secundario. Éstos están vigentes durante toda
la vida, y se distinguen por una actividad que los representa.
En el armado del proyecto identificatorio hay pilares fijos, sobre los cuales el yo
edifica su historia, sirviéndose de las identificaciones simbólicas, aquellas que
funcionan como certezas inamovibles para la subjetividad. Pero otra parte de la
biografía es móvil, está abierta a descubrir. Los nuevos espejos están
representados por el mundo relacional del sujeto.
El yo elige un proyecto identificatorio para desplegarse en su potencialidad, y
sólo puede efectuar ese trabajo si acepta padecer activamente sus
consecuencias: querer cambiar su relación con su mundo es deber imponerse
la labor de re-pensar, re-organizar, etc.
Modificación: está relacionado con la reacción del aparato psíquico ante los
cambios en la escena de la realidad y en su propia escena somática, esta
reacción es un organizador de los mecanismos a los que recurre para aceptar,
rechazar o desmentir esos movimientos de lo imprevisto.
Metapsicología
Considera 3 puntos de vista (desde Freud):
Constitución de lo reprimido
Si la constitución de lo reprimido no puede ser llevada a cabo de manera
exitosa, producirá una reducción en las elecciones de sujeto. Cuando la
represión es exitosa lo que hace es preservar la posibilidad de investir objetos y
metas novedosas. Se van a reprimir los deseos eróticos hacia los objetos
incestuosos, y se abrirá el campo por fuera de lo familiar para habilitar la
elección de objetos nuevos.
La represión secundaria no puede ser llevada a cabo por un sujeto en ausencia
de dos aportes exteriores:
- Las interdicciones pronunciadas por la instancia parental (prohibición
del incesto y del asesinato).
- Estas prohibiciones deben formar parte de lo ya reprimido en el
psiquismo de los padres.
El concepto de potencialidad
Potencialidad remite a las posibilidades del yo de ocupar diferentes posiciones
identificatorias luego que la infancia ha terminado.
Son los padres los que significan las primeras experiencias corporales del niño.
El niño es significado desde el deseo del otro. Winnicott hablaba de un espacio
potencial creado por la madre, un lugar donde puede comenzar a realizarse un
juego, ese espacio es el discurso de la madre. Allí se admite un momento de
ilusión. Lo visto y lo oído constituyen el fantasma organizado en un juego en el
que el carretel es un símbolo de la madre y en el que el fort – da apuntan a lo
perdido (la madre), recuperada en lo simbólico. Vemos como el discurso de la
madre, aparece el discurso del niño. Winnicott dice que, en la zona emocional,
la conducta del ambiente es parte del desarrollo personal del individuo y por lo
tanto hay que incluirla.
Diatkine escribe que la alucinación del lactante y la ilusión de los padres son
los elementos constitutivos que permiten la organización de las primeras
percepciones y que éste es el punto de partida de lo que va a constituir más
tarde la realidad del niño. Freud dice que las fantasías se originan por
combinación ICC de lo vivenciado con lo oído. La formación de fantasías tiene
lugar por un proceso de fusión y distorsión. Si la intensidad de la fantasía
aumenta a un punto que le permite irrumpir a la conciencia, será víctima de la
represión y surgirá un síntoma producido por la retrogresión desde la fantasía
hacia los recuerdos que la constituyen.
En los síntomas de los hijos aparecen las palabras clausuradas de los padres.
Por este motivo, se prefiere pensar a las neurosis infantiles en términos de
clausuras en el desarrollo emocional. Es posible reestructurar situaciones
familiares provocadoras de conflictos en la familia y en el niño escuchando a
todos. En la cura de un niño, y aún en el sólo diagnóstico, conocer el todo
familiar es de capital importancia. Lo que se busca conocer es ese mundo
fantasmático de la familia y la cristalización del mismo en problemas afectivos
sufridos por los niños, pero también por los padres.
LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA FAMILIAR – GRASSI
Piera entiende que las preguntas de los niños por el origen tienen un papel
fundante en la constitución psíquica en la medida que remiten a la construcción
de una escena de sus orígenes, ubicando el deseo de sus padres como causa
de su existencia. La investigación histórica familiar puede también denominarse
investigaciones genealógicas y va a estar al servicio de la identificación del
niño con el grupo; la transmisión y la herencia son necesarias para su puesta
en marcha. Intereses por los orígenes del Yo, de la historia que lo antecede, de
las vivencias del grupo.
Vamos a considerar el ICC como una pulsión, como una fuerza. Al respecto
todas las elecciones nuestras se imponen a nosotros sin que sepamos
verdaderamente por qué.
Sin embargo, la experiencia clínica nos ha enseñado que existe otro poder del
ICC, este es su poder de empujarnos a repetir. El ICC entonces es la fuerza
que nos empuja a reproducir activamente desde la más pequeña infancia el
mismo tipo de apego amoroso y el mismo tipo de separación dolorosa que
jalonan nuestra vida afectiva. Esta sería una repetición sana y el ICC una
pulsión de vida A diferencia de esto puede darse la fuerza que nos empuja a
reproducir compulsivamente los mismos fracasos las mismas conductas
enfermas los mismos traumatismos, ésta sería una repetición patológica y el
ICC una pulsión de muerte.
Una fantasía es una escena difusa casi borrada que quedó estampada en el
ICC del niño en el momento de un traumatismo. Entonces la fantasía es el
recuerdo ICC de un psicotraumatismo infantil, la cual es una herida abierta y
sangrienta que no llega a cicatrizar y que opera durante años desde la infancia
hasta la edad adulta contaminando todo el ser.
Cuando hablamos de síntomas consciente y de fantasía ICC ¿dónde situamos
la repetición? Pues bien, la repetición se haya al nivel de la emoción, la
emoción vivida conscientemente por el paciente, cuando sufre sus síntomas
repite la emoción dominante de la fantasía de la que el paciente no tiene
conciencia, la emoción actual consciente repite una emoción infantil ICC.
En resumen: la primera idea que me guio fue la idea en la clínica. Así es
concerniente a la repetición del síntoma del tiempo el número de veces que se
ha manifestado desde su primera aparición es lo que llamó la repetición
temporal del síntoma. La segunda idea es en relación con la búsqueda de los
detalles del síntoma a partir de los cuales me identifico o trato de identificarme
con la emoción consciente e ICC del paciente. Es una idea que concierne la
repetición espacial o tópica de la fantasía, la emoción del síntoma repite
verticalmente la emoción de la fantasía
La reviviscencia
Condenado a explorar
El hallazgo de objeto
El apuntalamiento
Objetos narcisistas
Son los que apuntalan el yo del púber, y estos son fundamentalmente los
padres. El narcisismo adolescente necesita para mantenerse el amor de los
padres. En ese basamento lo que le permite al yo dedicarse a desplegar su
fantasía exploratoria en la búsqueda del objeto y su acción exploratoria que se
espera sea sostenida por los padres. Gutton enfatiza entonces esa función de
apoyo narcisista parental: “lo que llamamos presencia física del objeto
narcisista puberal implica cierta concretud de la relación parental “.
Objetos transicionales
Unidad 5.
Debe ser el Yo capaz de unir algunas de sus emociones presentes con aquellas
vividas en su pasado. En caso contrario, le quedará la solución de evitar todo
encuentro que lo obligaría a aceptar una tal ligadura, o, si esa tentativa fracasa,
a considerar toda emoción como una manifestación que encuentra su causa y
su sola causa en un ataque o disfuncionamiento somático que en nada le
concierne.
Estos puntos señeros responsables de nuestro acceso al goce y de nuestra
posibilidad de sufrimiento, dos condiciones igualmente necesarias para
que exista una vida psíquica, constituyen la singularidad de todos nosotros
en el registro del deseo. Representan la marca de lo infantil en nosotros
mismos, lo que continúa ejerciendo su accionar. El Yo debe poder disponer
de ese capital fantasmático para sostener su deseo, para que esas palabras
esenciales que son: amor, gozo, sufrimiento, odio, no sean más que palabras,
pero puedan movilizar la representación antiasmática necesaria para la emoción
de un cuerpo. Es este capital que decidirá los posibles relacionales para un
sujeto dado, la elección de sus soportes de investidura, las parejas sexuales que
le son accesibles. En nosotros, todos hallarán como huella de un tiempo de la
infancia una forma de encuentro, un tipo de situación, la obtención de un objetivo
que representan lo que definimos en nosotros mismos por los términos de
alegría, de goce, de completud, o, a la inversa, de dolor, de horror, de
destrucción.
Una forma de encuentro que no se repetirá jamás tal cual, pero que ejercerá un
poder de imantación para el deseo y de la cual “un rasgo” que la recuerde deberá
estar presente para que éste último pueda realizarse. Ningún sujeto que tiene el
poder de investir a cualquier pareja sexual, ni a cualquier fin narcisista, ni a
cualquier proyecto.
Si se mira del lado de la neurosis, el conflicto encuentra su origen en el efecto
de imantación que ejerce un posible que habría sido y es compatible con la
singularidad del sujeto y su negativa a realizarlo, por el miedo de que, al hacerlo
pondría en peligro esta parte de mismidad, de permanente que debe preservar
para continuar reconociéndose en lo que ha sido, en lo que es y en lo que es
susceptible de venir.
Si la versión que la madre propone es “suficientemente sensata”, el niño podrá
aceptar que para la escritura de ese primer capítulo permanece dependiente de
la memoria materna. Pero, una vez asumido ese préstamo obligado, será
necesario que el Yo pueda devenir ese “aprendiz historiador” que, antes de
conquistar a su autonomía, deberá ser reconocido como el coautor indispensable
de la historia que se escribe.
La experiencia nos muestra con insistencia que el fin de la adolescencia puede
a menudo signar la entrada en un episodio psicótico cuya causa desencadenante
a menudo se relaciona con un primer fracaso: en una primera relación sexual,
en un examen, en una primera relación sentimental. El análisis de
adolescentes neuróticos nos enseña que a menudo que antes de la
aparición de un momento confesional, de un crash agresivo, de una
vivencia abiertamente interpretativa que los ha conducido a lo de un
psicoanalista o a lo de un psiquiatra, ha habido un tiempo de incubación
que se sitúa al final de su adolescencia, durante el cual el sujeto ha pasado
semanas, a menudo meses, en ese estado de retraimiento y con una
actividad de pensamiento y de fantasmatización reducidos
verdaderamente al mínimo.
DE LA GENEALOGÍA AL PROYECTO IDENTIFICATORIO – LASTRA Y
SALADINO
Piera define el proyecto identificatorio como los enunciados por los cuales el
sujeto define su anhelo identificatorio, su ideal, lo que se propone de sí mismo.
El proyecto identificatorio remite al armado del ideal del yo; el cual se ha
constituido por identificación a los progenitores.
Cap.7
La afiliación tiene que ver con hacer nuevos miembros (de un club – de la
sociedad). El contrato narcisista es un contrato simbólico que muestra el
encadenamiento generacional, enlazando al infans, la familia y el grupo social.
El contrato narcisista se relaciona con la afiliación, puesto que, para poder
afiliar nuevos miembros, siendo genitores, el sujeto debe primero estar seguro
de su propia filiación.
Kaes indica que no podemos ser puestos en el mundo sin el grupo, no se nos
da esa opción, de la misma forma que no se nos da la opción de no tener un
cuerpo. El mundo es cuerpo y grupo. Venimos al mundo por más de un Otro,
por más de un sexo. Somos sujetos del ICC, de la herencia y del grupo (de
más de un grupo).
Dentro de esta cadena de sujetos que nos sujetan, algunos son más
privilegiados, pero no olvidemos que también nos hacen herederos de sus
sueños no realizados.
Es imposible no transmitir. Lo que se transmite son referencias,
identificaciones, mecanismos de defensa, ritos, mitos, discursos sociales, etc.
Del mismo modo que hay una urgencia por transmitir, también a veces se
presenta la urgencia por interrumpir la transmisión.
El sujeto sujetado, sostenido por una cadena generacional, una red de
significantes, hace imprescindible la transmisión. Si bien a veces se anhela
interrumpirla.
Tenemos las dos vertientes. No habría cultura sin transmisión (+), y por otro
lado puede ser legada una carga. Tiene otra dificultad el superar lo que no
pudo ser elaborado por generaciones anteriores. (- )
Prefacio
La cuestión central consiste en comprender cómo el sujeto singular es también
un sujeto cuyo icc se sostiene y moldea en los vínculos intersubjetivos de los
cuales parte. El abordaje psicoanalítico de los grupos es uno de los medios
para plantear esta cuestión.
Introducción
Kaes se propuso saber cómo se forma o se transforma la psique del sujeto
singular a través de las diversas modalidades de los vínculos intersubjetivos
que lo preceden. Las alianzas ICC son poderosas interfaces entre la realidad
psíquica del vínculo y la de cada sujeto considerado en su singularidad.
Desde el siglo XX el trabajo psicoanalítico en grupo ha permitido caracterizar la
realidad psíquica ICC propia de conjuntos plurisubjetivos. El trabajo de Kaes
consistió en intentar una articulación entre la realidad psíquica del grupo y la
del sujeto singular. El método psicoanalítico es el método de acceso a un
problema fundamental: la consistencia ICC del vínculo intersubjetivo, el
funcionamiento ICC del sujeto en el vínculo y el sujeto del CC en cuando a es
sujeto del vínculo.