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ÍNDICE

Página 3……………..Los problemas del agua y la atmósfera: introducción

Página 3……………. ¿Cuáles son las causas de la contaminación de la atmósfera?

Página 4…………….Contaminación en la atmósfera: como podemos ayudar

Página 6……………Cinco ejemplos de cómo contaminaos el medio ambiente

Página 9…………….Otras claves para no contaminar el medio ambiente

Página 9……………Reducir la contaminación del medio ambiente: ¿tarea imposible?

Página 10…………..Opinión personal

Página 10………….Referencias utilizadas

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LOS PROBLEMAS DEL AGUA Y DE LA ATMÓSFERA

La contaminación atmosférica es la presencia en la atmósfera de sustancias, materias o

formas de energía que supongan una molestia grave, un peligro o un daño para el ser humano

o el medio ambiente, según recoge el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y

Medio Ambiente.

Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos como género humano es

la supervivencia del planeta. Los altos niveles de contaminación y las malas prácticas de

desarrollo han provocado que actualmente la Tierra haya dejado de ser un lugar acogedor,

cálido y sostenible.

Estamos ante una grave situación. Y aunque es cierto que cada vez es más irreversible,

todavía estamos a tiempo de intervenir a partir de las decisiones que tomamos en nuestro día a

día.

Para empezar, deberemos situarnos en el origen de la cuestión. Entre las principales

causas se encuentra la contaminación de la atmósfera, cuyos niveles han aumentado

considerablemente en las últimas décadas.

Así, la industrialización nos ha facilitado la vida en muchos sentidos, pero al mismo

tiempo ha generado la acumulación de altísimos niveles de gases de efecto invernadero en la

atmósfera y otros problemas derivados.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA CONTAMINACIÓN DE LA ATMÓSFERA?

Esa acumulación de gases en la atmósfera ha provocado la aparición de grandes

fisuras en la capa de ozono, lo cual ha generado otros fenómenos de notable impacto

negativo, como el cambio climático y el calentamiento global, de los cuales te hemos hablado

en numerosas ocasiones en este blog.

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Son diversas las causas que explican la contaminación de la atmósfera. Algunas de

ellas se pueden resumir de la siguiente manera:

-Extracciones mineras

Muchos minerales se obtienen gracias a productos químicos y el uso de maquinaria

pesada que contamina el aire de partículas de polvo y gases. Además, la extracción genera, en

un buen número de casos, daños irreparables en los entornos.

-Uso de pesticidas en las actividades agrícolas

Insecticidas, pesticidas, fertilizantes y otros productos químicos se emplean para el

cultivo de alimentos, lo cual causa un grave perjuicio a los suelos y favorece la acumulación

de gases en el aire. De ahí que en la actualidad se insista tanto en la necesidad de optar por los

cultivos ecológicos, es decir, libres de cualquier químico.

-Industrialización excesiva

El aumento de fábricas y el consumo masivo son otra causa de la contaminación

atmosférica. Cuanto mayor sea la demanda de artículos, mayores serán los efectos nocivos

para el planeta.

-Quema de combustibles

Los medios de transporte convencionales queman una gran cantidad de combustible y

los convierten en gases, algo que también influye en la calidad del aire que respiramos.

-La deforestación

Al no haber suelos adecuados para la siembra de especies vegetales, se reduce el

número de árboles. Y esto, a su vez, evita que muchos de los gases contaminantes que

circulan en el aire puedan ser neutralizados y el aire se limpie. Los árboles cumplen esa

función.

CONTAMINACIÓN DE LA ATMÓSFERA, ¿CÓMO PODEMOS AYUDAR?

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Si bien es verdad que las soluciones para frenar la contaminación de la atmósfera

deben contar con el apoyo de instituciones globales y de gobiernos locales, también es cierto

que nosotros, como ciudadanía, podemos realizar valiosos aportes a esta causa. Toma nota

de las siguientes formas de contribución:

-Reciclaje de residuos, productos y materiales. De esta forma evitamos que la

demanda de artículos aumente y que las fábricas, a su vez, produzcan nuevas unidades. El

impacto medioambiental será menor.

-Prolongando la vida útil de los objetos. Esta es una medida en sintonía con la anterior

y que invita a usar la creatividad.

-Uso de la bicicleta o de otros medios de transporte alternativos y, sobre todo, que no

contaminen el medio ambiente.

-Consumiendo responsablemente. Adoptando hábitos de consumo responsable como

la compra de productos de Comercio Justo o el ahorro en nuestro consumo de energía

nos aseguraremos de que nuestro consumo –que es inevitable– tenga el menor impacto sobre

el planeta y también sobre el propio ser humano.

-Incorporando al menú platos vegetarianos. La ganadería está muy relacionada con la

emisión de gases de efecto invernadero. Según informa Greenpeace, más del 14% de los gases

de este tipo se deben a esta actividad.

-Prestando atención al tipo de cultivo de los alimentos frescos. La agricultura

ecológica cuida al planeta: protege los suelos, respeta los ciclos naturales de crecimiento,

evita el uso de sustancias químicas u organismos genéticamente modificados.

-Fijándonos en la etiqueta de nuestras prendas de ropa. La tendencia de comprar una

prenda, usarla, y tirarla después para comprar nuevamente otra está consumiendo recursos

naturales como el agua. Afortunadamente, hay opciones más sostenibles para el planeta, como

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los textiles de Veraluna, una marca de Comercio Justo que emplea fibras naturales de origen

orgánico, o la empresa Ecoalf, que confecciona prendas con materiales de desecho.

-Construcción de un huerto urbano. También podemos cultivar nuestros propios

alimentos en casa, de forma natural y sin alterar los ciclos naturales del medio en el que nos

desenvolvamos.

CINCO EJEMPLOS DE CÓMO CONTAMINAMOS EL MEDIO AMBIENTE

1. Envoltorios y embalajes

Cada vez más gente está concienciada con la importancia del reciclaje. Sin embargo, aún

queda mucho trecho por recorrer, y a veces nos cuesta saber cómo reciclar adecuadamente

algunos productos como medicamentos, bombillas, móviles, plásticos… incluso reciclando,

¡también contaminamos!

o Medida: el mejor reciclaje es el que no debe realizarse. Por eso, cuando compres,

procura adquirir productos a granel (siempre que te sea posible), o con envases

respetuosos con el medio ambiente; reduce el volumen de residuos que generas, y

asegúrate de que todos los miembros de tu familia saben cómo reciclar correctamente.

En caso de duda, puedes consultar algunas páginas con información útil al respecto,

como Ecoembes.

2. Comer melones y sandías en invierno, o naranjas en verano…

En relación con lo anterior, podemos añadir que el consumo de determinados productos en

lugar de otros daña en mayor medida el medio ambiente. Por ejemplo en alimentación, que

representa una buena parte de nuestro consumo diario, las frutas y verduras fuera de

temporada (producidas en invernaderos, o provenientes de lugares muy lejanos obtenidas y

transportadas sin garantías ecológicas), los alimentos genéticamente modificados o el abuso

de carne y pescado son algunos de los malos hábitos que muestran cómo contaminamos el

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medio ambiente sin darnos cuenta, y que podemos corregir de un modo sencillo y sin

esfuerzo.

o Medida: puedes ser más responsable con tu consumo diario consumiendo productos de

proximidad, adquiriéndolos directamente de los productores o en alianza con otros

consumidores: las cooperativas de consumo son una opción cómoda, sencilla y

respetuosa con el medio ambiente. También puedes comprar en tiendas de comercio

justo, donde garantizan la procedencia de todos sus productos, elaborados teniendo en

cuenta el respeto al medio ambiente y la dignidad de las personas que los producen.

3. Esperando el agua caliente en la ducha

El agua es un recurso natural tan necesario como limitado. Se estima que en España, por

persona y día, consumimos unos 150 litros de agua (según datos del INE para 2013). Una

ducha de 15 minutos, por ejemplo, representa un consumo de más de 60 litros, o un lavado de

manos, vajilla… de 1 minuto, requiere casi 4 litros de agua.

o Medida: además de cerrar el grifo mientras nos enjabonamos o nos cepillamos los

dientes, en la ducha, podemos ahorrar entre 5 y 10 litros de agua si, por ejemplo,

mientras esperamos que salga agua caliente, aprovechamos el resto de agua fría para

llenar el cubo de fregar los suelos o la regadera si tenemos plantas en casa.

4. Usar bombillas incandescentes

No es solo una preocupación ambiental la que nos ha de llevar a tener más en cuenta el

consumo de luz en nuestro hogar. La constante subida del precio de la electricidad ya es

motivo por sí mismo suficiente para controlar nuestro gasto doméstico, y que en términos

ambientales se puede traducir en una reducción de las fuentes de energía sucia (nucleares,

térmicas…).

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Si además le añadimos que en la mayoría de los hogares todavía se utilizan bombillas

incandescentes (las cuales ya no se producen en la UE, siguiendo una normativa

medioambiental aprobada en los últimos años), la electricidad extra que consumimos sin

darnos cuenta se multiplica exponencialmente.

o Medida: procurando tener encendidas únicamente las luces necesarias, sustituir las

bombillas tradicionales o incandescentes por bombillas de bajo consumo o

LED, desconectar los electrodomésticos que no estemos usando o emplear enchufes

con botón de encendido y apagado general puede ahorrarnos hasta un 20% en nuestra

factura eléctrica, ¡con los beneficios ambientales que supone este ahorro!

5. Utilizar determinados productos de limpieza

La mayoría de los productos de limpieza procedentes de la industria están elaborados con

productos potencialmente tóxicos, y algunos incluso muy contaminantes. Para evitarlos, lee

atentamente la composición de los productos que adquieras o, si te animas, te proponemos

que los fabriques en tu propia casa con componentes completamente naturales.

A continuación te ofrecemos algunos ejemplos de productos de limpieza completamente

biodegradables y caseros, aunque en Internet podrás encontrar mucha más información sobre

el tema:

o Suavizante: además de ser respetuoso con el medio ambiente, el suavizante casero

elaborado simplemente con vinagre (medio litro), agua (1 litro) y bicarbonato (un par

de cucharadas soperas) te permitirá ahorrar algunos euros, ¡que siempre vienen bien!

o Limpiador de plata: los productos químicos para limpiar cuberterías u otros objetos de

plata suelen ser altamente tóxicos y abrasivos, pero los puedes sustituir por una simple

piel de plátano: frotando su cara interior contra los objetos de plata conseguirás

limpiarlos y hacerlos brillar como nunca.

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o Restauradores de madera: las masillas para cubrir arañazos y golpes en los muebles de

madera se pueden sustituir con nueces sin cáscara: si las frotas sobre los arañazos,

verás cómo en pocos minutos desaparecen sin tener que emplear productos abrasivos

de ninguna clase.

OTRAS CLAVES PARA NO CONTAMINAR EL MEDIOAMBIENTE

Además de las medidas que te hemos expuesto en el apartado anterior para combatir

aquellas acciones con las que contaminamos el medioambiente sin darnos cuenta, también

puedes poner en práctica otros hábitos en tu día a día. Veamos:

 Reducir tu consumo de bolsas plásticas. No es suficiente que tengas que pagar por

ellas en los supermercados y tiendas. La mejor opción es reciclarlas, reutilizarlas o

simplemente buscar cestas o bolsas de hechas con otro material.

 Usa bombillas de bajo consumo en tu casa y en tus espacios cotidianos. Recuerda que

producir la electricidad que consumimos es un proceso que deja una huella notoria en

los entornos.

 Construye un huerto urbano en casa y prueba a cultivar tus propias frutas o productos.

La idea no es que te conviertas en un productor a gran escala (o al menos no en un

principio), pero sí que tengas conciencia de los ciclos naturales, la producción local y

el cuidado de los recursos.

REDUCIR LA CONTAMINACIÓN DEL MEDIOAMBIENTE, ¿TAREA IMPOSIBLE?

Casi cualquier actividad humana tiene repercusiones sobre el medioambiente, con lo

cual reducir nuestro impacto ecológico a cero es una tarea imposible.

Otra cosa distinta es intentar minimizarlo en la medida de nuestras posibilidades,

tomando consciencia de las consecuencias de nuestros actos y tratando de cambiar aquellos

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hábitos que, con poco esfuerzo, pueden mejorar notablemente las condiciones de nuestro

entorno ambiental inmediato y, en general del planeta.

Ten en cuenta una cosa: aunque las medidas de las que te hemos hablado en este post

son cotidianas y por sí mismas no suponen ninguna relevancia, multiplicadas por mil o

cientos de miles de veces suponen un efecto positivo de proporciones inimaginables.

Si no lo intentamos a partir de ahora, las próximas generaciones sufrirán los efectos de

una mayor contaminación ambiental y los efectos derivados de la misma, por ejemplo mayor

pobreza y desigualdad, mayores desplazamientos y peor calidad de vida. ¡No esperes más!

Ahora es el mejor momento

OPINIÓN PERSONAL

Creo que la contaminación que hace tiempo sufren tanrto la atmósfera como el agua, no nos

estamos dando cuenta pero nos estamos cargando el planeta. Deberíamos de ser más

responsables y cuidar el medio ambiente, porque el cambio climático está aquí ya, ya nos está

afectando.

Así que, si no ponemos remedio, cada uno en sus posibilidades, terminaremos por cargarnos

la Tierra y ¿qué le dejaremos a nuestros hijos?

REFERENCIAS

Todo el trabajo se ha realizado a través de la información obtenida de la siguiente web:

https://blog.oxfamintermon.org

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