Sei sulla pagina 1di 19

Universidad de Chile

Facultad de Artes
Departamento de Teoría del Arte.

“​ El joven manos de tijera”


El inadaptado moderno de Tim Burton

Cátedra: Cine y Modernidad


Profesor: Luis Horta Canales

Estudiante: Camila Colonelli Ascencio


Fecha: junio 16, de 2017
El cine de Burton

Actualmente resulta casi imposible hablar de cine contemporáneo sin que el nombre de
Tim Burton (California, 1958) sea mencionado. Con una obra basta, que supera los 30
títulos, el director estadounidense es capaz de generar diversas reacciones en los
espectadores, desde admiración absoluta a completo desagrado.

Encontrando inspiración en la literatura romántica, los cuentos de hadas y los relatos


fantasmagóricos de autores como Poe y Maupassant, la obra de Burton tiene como
denominador común el escapar del mundo real con la intención de crear nuevos y
fantasiosos en los que se desenvuelven personajes marginados abrumados por su
propia existencia y en constante batalla con el mundo que los rodea. En ello vemos la
capacidad de Burton de recobrar con éxito la estética y valores defendidos por los
grandes realizadores del movimiento Expresionista alemán quienes, sumergidos en la
sociedad de la post primera guerra mundial, se obsesionaron como mostrar el lado
pesimista de la vida, las desventajas de la sociedad moderna, el desequilibrio social y
político, y como consecuencia la existencia del sujeto alienado, intentando, por medio
de esta distorsionada realidad, conmover los ánimos de los espectadores. Al igual que
lo hicieron directores como Murnau, Lang y Wienne en su momento, la cinematografía
del californiano gira en torno a la protección de las libertades individuales y de
expresión, manifestando una inclinación hacia la irracionalidad, la idolatría y los ​tabúes
abordando en sus films temáticas relativas al terror, la fantasía y la muerte, incitando al
espectador a la exploración de un mundo clandestino y oscuro.

De esta forma nos encontramos con un cineasta que lleva a cabo su obra desde dentro
de la industria a la que él mismo critica y de la que no se siente parte. Ello puede
deberse a que, hasta ese momento, el autor haya despreciado los registros fílmicos
habituales y establecidos, para sumergirse en su propia creación, encaminándola por
parajes poco corrientes. Ello mismo podría devenir desde lecturas sobre el mismo cine,
las influencias recogidas del expresionismo alemán, o el cine de categoría “B”, rasgos
que posicionan su obra como una operación que le permitirá tomar conciencia del cine
como mecanismo capaz de incorporar un imaginario compuesto de cuerpos extraños e
inacabados considerado anómalo dentro de las construcciones hegemónicas de la
industria cinematográfica; como el mismo Burton lo ha dicho “-los directivos de los
estudios- a veces me miran con cara de preocupación, preocupación por qué es lo que
quiero hacer.​”1.

Si hay un film que recoge todas las características antes mencionadas es, sin lugar a
dudas, ​El joven manos de tijera ​del año 1990. Un relato de fantasía, drama y romance
que gira en torno a la figura de Edward un joven híbrido con tijeras en lugar de manos
quien tras morir su creador es abandonado a su suerte en un enorme castillo gótico a
las afueras de la ciudad. Al poco tiempo el joven será encontrado por una amable mujer
que no dudará en rescatarlo y llevarlo a vivir junto a ella y su familia a una colorida
casita de los suburbios, donde conocerá a Kim, la hija mayor de la familia y de quien no
tardará en enamorarse. Mientras tanto, la enigmática figura de Edward causará
curiosidad en los habitantes de la vecindad quienes quedarán impresionados al
descubrir las habilidades del joven como jardinero y peluquero, creando en torno a él
una serie de chistes y comidillas pero de quien, debido a su innegable singularidad,
comenzarán a desconfiar y envidiar. Luego de ser perseguido cual Frankenstein
moderno, la historia acaba con Edward de vuelta en su lúgubre castillo, confiando en
que fingir su muerte le dará por fin un poco de paz.

Considerando todo lo anterior, el presente ensayo busca abordar el film ​El joven manos
de tijera considerando a su protagonista como sujeto alienado de inspiración
expresionista y analizando su desarrollo en la sociedad moderna postulada por el
filósofo francés Gilles Lipovetski. Para ello se analizarán distintos aspectos de la cinta,

1
Salisbury, Mark. Tim Burton por Tim Burton. Barcelona: Alba Editorial, 2007.
desde su descripción argumental, hasta los recursos estéticos utilizados y su
significado, elementos que colaborarán en la concepción de Edward como el
inadaptado moderno de Tim Burton.

Fundamental es iniciar mencionando que este relato es quizá uno de los más
socialmente críticos del repertorio de Burton, pues en él se desarrolla una
contraposición entre dos mundos diagonalmente opuestos pero que, sin embargo,
comparte una misma ciudad. Para evidenciar lo anterior, el director recurrirá a una serie
de recursos estilísticos y discursivos que recuerdan a las clásicas producciones del
cine Expresionista alemán, como son el tratamiento del espacio, la luz y la cámara,
pero también el estudio psicológico de los personajes y su condición como sujetos
alienados de la sociedad moderna. Dentro de los primeros, encontraremos escenas
que, por medio de la implementación de zonas iluminadas y oscurecidas, buscan poner
en evidencia este choque de mundos al crear visualmente una muralla que separa el
siniestro interior del castillo de Edward y la llamativa vecindad de Pegg (Anexo 1). Este
mismo ejemplo nos permite realizar un análisis al manejo del espacio el que en el
primer caso se presenta de manera confusa y asfixiantes, versus el segundo donde el
director decide mostrar un amplio ambiente, con extensas porciones de cielo y
cuantiosos sectores de jardín, por medio de varias tomas en ​travelling y picado. Este
ininterrumpido juego de planos logra también la presentación psicológica de los
personajes, como el primer plano de la cara de Edward al contemplar el retrato de Kim
(Anexo 2), o aquella del baile de la joven bajo la nieve, en que la cámara gira en torno a
ella mientras extiende sus brazos para alcanzar los copos que Edward deja caer
mientras talla en hielo la figura de un ángel, haciendo sucesivos primeros planos al
rostro y manos de la joven (Anexo 3)

Otro recurso utilizado por el director serán los tres ​flashbacks que cuentan la historia de
Edward, desde su concepción en la mente de su creador, formación y posterior
desamparo (anexo 4). Con estos breves guiños al pasado, el director parece querer
dejar en evidencia una cierta humanidad en el personaje de Edward, remitiéndose a la
relación padre-hijo. El tópico de la paternidad será recurrente en el cine de Burton el
que, según él, tiene su origen en la relación disfuncional que él mismo tenía con su
padre: ​“Mi padre había muerto recientemente y aunque no estuviera muy unido a él fue
un periodo triste que me hizo empezar a pensar y a recordar el pasado.​”2 comenta el
director con relación a estreno de ​Big Fish del año 2003, film en el que abordó con
especial agudeza la búsqueda de este vínculo familiar.

La música será otro elemento presenta a lo largo de todo el film. Se trata de una banda
sonora compuesta por Danny Elfman, quien ha trabajado en múltiples oportunidades
con Burton, de tintes un tanto retorcidos y tétricos, pero a la vez descolocantes y
humorísticos capaces de evocar sensaciones en el espectador sin necesidad de
imágenes, tarea que cumple a la perfección en escenas como la del baile de Kim y la
huída de Edward, por medio de armónicas notas musicales y prístinas voces infantiles
que la convierten en un personaje más dentro del film de Burton.

Edward, el inadaptado moderno de Burton

Atendiendo a todo lo anterior, el personaje de Edward no puede parecer menos que


fascinante: una criatura pusilánime que se esconde de la humanidad cuyo pequeño
mundo se fractura cuando es invitado a “presentarse en la sociedad”, viéndose
obligado a seguir los códigos de educación y convivencia. Este sujeto desajustado, el
outsider​, será tratado por Burton de igual forma que lo hicieron los expresionistas
alemanes, estoy pensando en el ​Vampiro de Murnau o el sonámbulo de Wiene3, cuyos
organismos anómalos eran considerados un síntoma del cuerpo social que escapa del
modelo de comunidad, la que en este caso Burton intenta recrear siguiendo la estética

2
Mark Salisbury. (2007). Tim Burton por Tim Burton. Barcelona, España: Alba Editorial.

3
F. W Murnau, “​Nosferatu”​ (1922) / R. Wiene, “​El gabinete del Dr. Caligar​i” (1920)
plástica de la vida norteamericana de la década de los 60s. Sin embargo esto no es
casualidad, pues el mismo director se ha encargado de revelar sus inclinaciones por los
clásicos cinematográficos de terror y fantasía, como por ejemplo las grandes
producciones de la Hammer, y su admiración por actores del género como Boris
Karloff, Bela Lugosi y en especial Vincent Price quien en el ​Joven manos de tijera
encarna su último papel cinematográfico antes de su muerte en el año 1993.

Sin embargo, existe un detalle no menor que permite trazar una línea divisoria entre los
monstruos expresionistas y los burtonianos, y es que el creador de estos últimos
descubre en ellos una ternura y sensibilidad especial. Por esta misma razón no nos
debe sorprender que Edward, a pesar de su apariencia atemorizante, haya
desarrollado una afección por la belleza, la que expresa a través de la confección de
majestuosos animales de arbusto, y más tarde con los insólitos peinados de las vecinas
del lugar. Debido a esto mismo es que, a lo largo de todo el film, nos encontramos con
un Edward inacabado y artificial que vive en la dolorosa paradoja que querer acercarse
a las personas que ama y a quienes ni siquiera puede tocar sin causarles daño con sus
afilados dedos. El origen de este nuevo inadaptado burtoniano lo hallamos como reflejo
de las vivencias infantiles y adolescentes de su creador quien reconoce haber vivido
gran parte de estos períodos aislado y encerrado en su habitación dibujando los seres
monstruosos que años después darían vida a sus películas:

“Creé este personaje -​Edward- hace algún tiempo, lo medité mucho. Representa en
parte aquellos años de adolescente en los que sentías con mucha intensidad, y nadie
te comprendía, ese tipo de clichés clásicos. El hecho de crecer en Burbank acentuó
esos sentimientos en mí. Así que esta película es muy representativa de muchas
sensaciones e impresiones de esa época y ese lugar”4

4
Tim Burton (1990). Contenidos especiales y comentarios del director, En DVD ​El joven manos de tijera.
20 Century Fox, Los Ángeles.
Si nos remitimos a las palabras del escritor Juan Orellana Gutierrez, el cine funciona
como una forma de aproximación a la condición del hombre, por medio del cual se
expresan ​“aspectos más o menos significativos de la condición humana”5, esto se hará
por medio de un lenguaje metafórico específico en forma de narración, imagen e
incluso poesía, cargado de alegorías y símbolos que evolucionará hasta convertirse en
un lenguaje universal. Lo referido por el autor será fácilmente visible en el cine de
Burton, pues este recurre frecuentemente a una simbología personal con un lenguaje
colmado de guiños visuales que contienen un profundo sentido para él y, por extensión,
también para el espectador, abordando por medio de ella las temáticas que él
considera fundamentales.

Reflejo de esta inadaptación y desconcierto por parte de Edward en su nuevo hogar lo


veremos en la escena de la cena familiar posterior al robo del que el personaje fue
inculpado. La secuencia refiere al intento del señor Buggs de enseñar a Edward cómo
debe ser su comportamiento según los criterios impuestos por la sociedad y sus
buenas costumbres:

-Señor Boggs: (hablándole a Edward) ​Muy bien, un poco de ética. Vas caminando por
la calle y te encuentras una maleta llena de dinero. No hay nadie a tu alrededor, ni una
sola persona a la vista. ¿Qué haces? a) Te quedas con el dinero. b) Te lo gastas en
regalos para tus amigos y personas queridas. c) Se lo das a los pobres, d) Lo entregas
a la policía.
(...)
-Edward: ​¿Dárselo a las personas queridas?
-Señora Boggs: ​Oh, Edward, puede parecer que eso es lo que deberías hacer, pero no
es así.
-Kevin: ​Idiota, todo el mundo sabe que se supone que se lo tienes que llevar a la
policía.

5
Juan Orellana Gutierrez. (2007). Como en un espejo: Drama humano y sentido religioso en el cine
contemporáneo. Madrid, España: Encuentro.
-Señor Boggs: ​Bien dicho, Kevin.
-Kim: ​Bueno, pero piénsalo un momento. Es lo más bonito que puedes hacer. Es lo que
yo haría.
-Señor Boggs: ​No queremos confundirlo. Queremos hacerle la vida más fácil, así que
deja de bromear.
-Kim: ​Hablo en serio, papá. Es mucho más bonito.
-Señor Boggs: ​No estamos hablando de eso, sino de lo correcto y lo incorrecto.
-Kevin: (burlándose de Kim) ​¡Ja, ja!
-Kim: (golpea a su hermano) ​¡Cállate!
-Señora Boggs: (enfadada) No me extraña que Edward no consiga distinguir el bien y el
mal viviendo en esta familia.

Esta escena es lo que Tim Burton ha bautizado irónicamente como “​lógica residencial​”6
y que se resume en pura confusión, pues al final de ella ni Edward ni el espectador
quedan completamente convencido de que aquella normativa que le están intentando
inculcar sea la mejor, además de ser incomprendido, juzgado y aleccionado, en lo que
resulta ser una cena familiar común y corriente. Finalmente, de esta conversación se
puede extraer una reflexión en torno al etiquetado pernicioso debido a que conforma al
individuo tal como le clasifica el resto; y que en este caso, transforma a Edward en un
delincuente peligroso únicamente porque los demás -padres, policía y vecindario,
afirman que lo es.

Una sociedad de plástico

Como podrá intuirse, de este tratamiento sobre la condición del sujeto inadaptado se
desprende una serie de críticas y cuestionamientos, muchas veces en forma de sátira,
que el director dirigirá a la sociedad, su estructura y reglamento, y que sólo serán

6
Tim Burton (1990). Contenidos especiales y comentarios del director, En DVD ​El joven manos de tijera.
20 Century Fox, Los Ángeles.
visibles para el ojo atento. En ​El joven manos de tijera ​esta crítica va dirigida a la
estructura plástica norteamericana que, según el filósofo francés Gilles Lipovetski, se
originó a partir una sociedad hacía varios años conmocionada y que rompió con los
estatutos promovidos durante el siglo XVII y XVIII, dando origen a una nueva forma de
individualismo occidental. En su libro ​La era del vacío ​(1983) este “​proceso de
personalización​” reestructuró en profundidad los sectores de la vida social en honor a
“lo nuevo” y el escritor lo describe como ​“...una combinación sinérgica de
organizaciones y de significaciones, de acciones y valores, iniciada a partir de los años
veinte(...), y que no cesa de ampliar sus efectos desde la Segunda Guerra Mundial.” 7,
y que a la misma vez, corresponde a la fractura de la socialización disciplinaria ahora
transformada en una basada en la información, la estimulación y la exaltación de los
factores humanos que rinden culto a la cordialidad y sentido del humor.

De lo anterior veremos mucho a lo largo de toda la filmografía de Tim Burton quien,


políticamente incorrecto e incisivo, reduce la visión propuesta por Lipovetski a la vida
vacía de los suburbios norteamericanos. Atendiendo a lo que dice el autor francés, este
proceso de personalización conllevará una nueva forma de organizarse y comportarse
por medio de nuevos procedimientos que contienen nuevos valores, fines y
legitimidades sociales; nace de esta forma la sociedad hedonista inclinada por la
liberación personal, el humor y la sinceridad:una lógica individualista con ​“derecho a la
libertad”8 ​que se instalada en la vida cotidiana. Siguiendo lo postulado por Lipovetsky,
en ​El joven manos de tijera​, los personajes funcionan como ilustraciones de una idea;
la misma familia Boggs que adopta a Edward cuya madre actúa siempre con buenas
pero nunca solicitadas acciones, el padre materialista y pueril que cree en las ventajas
del capital y una hija modélica pero llena de absolutamente nada, con un novio patán,
ególatra y destructivo, la que vive rodeada de una comunidad en que la vecina de en
frente seduce y desea sin medidas, mientras que la del lado se encomienda a la vida

7
Gilles Lipovetski. (1983 - 1986 traducción). La era del vacío: ensayos sobre el individualismo
contemporáneo. Barcelona, España: Anagrama.
8
Gilles Lipovetski. (1983 (1986 traducción)). La era del vacío: ensayos sobre el individualismo
contemporáneo. Barcelona, España: Anagrama.
devota y puritana, a la vez que el resto intenta llenar el vacío que deja el estereotipo
consumista e industrial por medio de chismorreos a las espaldas y animadas fiestas de
jardín. Todas y cada una de estas ideas serán llevadas a la pantalla por una serie de
escenas, cuya estética chocará fuertemente con este ideario; La idea de Burton era la
de presentar un modelo de la sociedad roída por el consumismo, carente de valores y
sumergidos en la más profunda superficialidad y que queda en evidencia en escenas
como el conjunto habitacional de idénticas casitas chillonas que le darán la bienvenida
a Edward (Anexo 5), la escena de la cuestionada actitud de la señora Munroe cuando
intenta seducir al joven (Anexo 6), o la entrevista de este último en la televisión que
retrata la frivolidad del mundo televisivo norteamericano.

Escena particular, y que me gustaría analizar más detenidamente pues resume a la


perfección el comportamiento de esta sociedad, es aquella en que Edward es recibido
por el vecindario con una animada barbacoa de jardín donde se le ve gozando de la
atención que se le da a un fenómeno de circo (Anexo 7)​. Esta secuencia iniciará con el
violento golpe de una de las tijeras de Edward a una lata de cerveza, para
posteriormente celebrar una serie de mofas infantiles y consejos innecesarios que le
ofrecen el contacto de un médico que “quizá pueda ayudarle”, comentarios que
obtendrán siempre la misma respuesta del joven: una sonrisa tímida o una expresión
de confusión. La presencia del joven no dejará indiferente a ninguna de las féminas de
la vecindad quienes entablan una sugerente conversación en torno a la figura de éste:
“Esas manos, ¿serán frías o calientes? Imaginense lo que puede hacer con ellas. Pues
imaginense lo que puede deshacer con ellas”​, a la vez que explotan en una carcajada.
La escena acaba con las manos/tijeras de Edward alzadas y ensartadas a forma de
brocheta en trozos de salchichas, tomates y pimientos, anunciando el Señor Boggs que
la cena está servida. La secuencia es simplemente concluyente: en tan sólo un par de
minutos, Edward ha sido reducido a abrelatas, sujeto inválido, blanco de risas y cotilleo
femenino, y brocheta humana, comportamiento que representa un episodio ordinario en
medio de una urbanización de clase media americana durante la década de los 60s y
70s y que aparece en forma de aquello que Lipovetsky denominó “​valor narcisista” ​en
el que hallamos sujetos ansiosos de relacionarse con otros similares a él,
sensibilizados por los mismos objetivos existenciales y movilizados por la indiferencia
masiva postmoderna y por un vacío de todo cuyo único interés es vivir el aquí y ahora.
En resumen, esta escena de ​El joven manos de tijera expone la intolerancia e
incomprensión a través de los personaje estereotipados de la sociedad contrastando
sutilmente la falsedad humana y la sensibilidad del monstruo.
Conclusión

La cinta ​El joven manos de tijera ​sintetiza de manera perfecta el retomo de un


imaginario anómalo para la actual industria cinematográfica. Edward, cuya historia nos
recuerda a los más torturados monstruos de los clásicos de terror, es aquel sujeto triste
y marginado que se esconde del mundo pero que a la vez desea con todo su corazón
simplemente pertenecer, anhelo que le será negado debido a su naturaleza
excepcional, siendo condenado a vivir aislado y en la más profunda soledad. Por medio
de la reinterpretación del alienado expresionista y la singular estética del mismo
movimiento, Tim Burton fue capaz de realizar una ácida crítica a la viciada sociedad
moderna roída por el consumismo, la falta de valores y la superficialidad; dando como
resultado un film versátil de armoniosa hibridación narrativa presentada al público como
un perfecto cuento de hadas para niños inadaptados.
Ficha técnica

● Título original: “​Edward Scissorhands”


● País: Estados Unidos
● Duración: 105 min.
● Año: 1990
● Director: Tim Burton
● Productores: Denise Di Novi y Tim Burton
● Guión: Caroline Thompson
● Fotografía: Stefan Czapsky
● Montaje: Richard Halsey
● Música: Danny Elfman
● Productora: 20th Century Fox
● Género: Fantástico
● Reparto principal: Johnny Depp , Winona Ryder, Dianne Wiest, Anthony Michael
Hall, Alan Arkin, Kathy Baker, Robert Oliveri.
Bibliografía

1. ​Salisbury, Mark. Tim Burton por Tim Burton. Barcelona: Alba Editorial, 2007.
2. Gilles Lipovetski. (1983 (1986 traducción)). La era del vacío: ensayos sobre el
individualismo contemporáneo. Barcelona, España: Anagrama.
3. Jacques Aumont. (1997). "El ojo interminable: pintura y cine". Buenos Aires,
Argentina: Paidós Ibérica, S.A.
4. Javier Figueroa. (2012). Los inadaptados de Tim Burton: Editor digital: Titivilus.
Disponible en: ​https://www.lectulandia.com/book/los-inadaptados-de-tim-burton/
5. Juan Orellana Gutierrez. (2007). Como en un espejo: Drama humano y sentido
religioso en el cine contemporáneo. Madrid, España: Encuentro. Disponible en:
https://books.google.cl/books/about/Como_en_un_espejo.html?id=mbaNp5cm1U
0C&redir_esc=y

Recursos audiovisuales

1. Tim Burton (1990). Contenidos especiales y comentarios del director, En DVD ​El
joven manos de tijera. ​20th Century Fox, Los Ángeles.

Sitios web
1. http://www.deperu.com/cine/el-joven-manos-de-tijera-197.html
2. https://elvuelodelalechuza.com/2016/11/16/filosofia-en-tim-burton-la-categoria-de
l-outsider/
Anexo

1)
2)
3)
4)

5)
6)

7)

Potrebbero piacerti anche