Sei sulla pagina 1di 6

Psicología Social de los prejuicios

1. LOS PREJUICIOS COMO PROBLEMA


La investigación ha ido unida a la condena moral, no sólo de las actitudes y
de las conductas sino también de las personas y de los grupos que las
sustentan, lo cual podría empañar la objetividad de los resultados.
Tenemos una idea de cómo es el médico, el burócrata o el barrendero, que
apropiadamente llamamos “típicos”, porque representan al tipo genérico de
los profesionales que encarnan; son los estereotipos.
En 1933, Katz y Braly publicaron un procedimiento para medir los
estereotipos (adjective check list), y demuestran que las respuestas
afectivas a los nombres genéricos de los grupos étnicos correlacionan
positivamente con las creencias acerca de las características que
componen su estereotipo y con las evaluaciones de tales características. La
distinción entre estereotipo y prejuicio ha sido meramente teórica; el
estereotipo equivaldría al componente cognitivo de la actitud prejuiciosa;
pero es frecuente que los autores utilicen indistintamente cualquíera de los
dos términos, dando por sentado que lo dicho de uno es válido para el otro.

2. El prejuicio fundamental
Hasta no hace mucho, el panorama de las publicaciones podía dar la impresión
de que había un único gran prejuicio, el racismo, y que ser racista era lo mismo
que ser antijudío. Posteriormente, se añadió la consideración del prejuicio
antinegro y, algo menos, del sexista.
El país de los prejuicios parecería que era los Estados Unidos; tanto se
investigaba allí, tan poco fuera de allí. Todavía hoy los ejemplos e
investigaciones citados en tratados y manuales, independientemente del lugar
donde se publican, tienen rutinariamente que ver con judíos, con negros o
quizás con chicanos o hispanos.
Suena raro hablar de clasismo como prejuicio, aunque obviamente es base de
discriminación legal, oficial y pública, y sigue siendo tabú considerar como
discriminación racista a muchas prácticas de los estados en lo que se refiere a
legislación sobre fronteras. Con frecuencia, gobiernos y autoridades políticas
toman decisiones que garantizan y protegen los derechos humanos de los
ciudadanos del propio país, en contra y a costa de los de ciudadanos de otros
estados.
3. Los prejuicios son actitudes
Tener prejuicios es pensar mal de otras personas (tener) sentimientos de
desprecio o desagrado, de miedo y aversión, así como variadas formas de
conducta hostil.
Esas “otras personas” son los miembros de los grupos a los que yo no
pertenezco, es decir de todo exogrupo. Cuando el exogrupo se define por
atributos como el color de la piel, la cultura, o la religión, los prejuicios se
suelen definir como étnicos; otras veces se denominan raciales, o directamente
racistas. Los elementos mencionados en tal definición incluyen los
componentes que siempre se han considerado ingredientes definitorios de la
actitud. Al prejuicio, por tanto, podemos definirlo como una actitud negativa
hacia un exogrupo. Como en la actitud, en el prejuicio hay elementos:
Cognitivos: “pensar mal”; es decir, se hacen atribuciones, se tienen
expectativas
Negativas respecto del otro.
Afectivos: “desprecio o desagrado”; así como elementos emocionales y de
Motivación: “miedo y aversión”,
Conductuales: “variadas formas de conducta hostil” o discriminativa

4. PERSPECTIVAS TEORICAS SOBRE EL ORIGEN DE LOS


PREJUICIOS.
El origen de los prejuicios requiere profundos análisis que van desde la historia
a la antropología, la economía y, sobre todo, la sociología y la psicología. Aquí
nos ocupamos del tratamiento que da al tema la Psicología Social, que se
apoya necesariamente en aportaciones de la psicología individual y de la
sociología, y que, sobre todo, presenta su propia perspectiva, conjugando lo
individual y lo colectivo concretado en la dinámica grupal.

5. ENFOQUES MOTIVACIONALES : Individuales psicodinámicos


Los lazos emocionales del individuo con los miembros de la familia durante la
infancia condicionan su posterior actitud hacia el propio grupo y hacia los
“otros”. La base de los prejuicios está en que, según Freud, la hostilidad hacia
fuera, hacia el exogrupo, es para el individuo tan esencial como el amor hacia
dentro, hacia sí mismo y hacia el endogrupo. Los controles sociales impiden
rebelarse contra el líder o agredir a los miembros del propio grupo, el odio será
desplazado hacia miembros de otros grupos, y ése es el origen de los
prejuicios.
6. La personalidad autoritaria
Adorno y cols. (1950). Los autores se proponían investigar la predisposición
que hace que cierto tipo de personas puedan ser presa de la propaganda
antisemita. Encontraron que, por un lado, cuando existe antisemitismo, existen
también actitudes negativas hacia todos los exogrupos étnicos minoritarios; por
otro, que etnocentrismo y autoritarismo forman un complejo síndrome en el que
se incluyen, además de las citadas actitudes generales, ciertos estilos de
pensamiento (estereotipia, dogmatismo, rigidez, irracionalidad) y otros rasgos
conflictivos, patológicos de personalidad neurótica.
La ansiedad, los sentimientos de inseguridad y de culpa no le permiten al
sujeto autoritario admitir sus propios sentimientos y deseos contrarios al
sentido de su educación represiva -sobre todo los de tipo sexual-, por lo que los
proyecta a los miembros de grupos minoritarios, hacia los que ya previamente
había desplazado el odio reprimido que no puede desahogar contra el propio
padre, contra el líder del endogrupo o contra cualquier figura de autoridad que
los represente. A partir de ahí, los exogrupos y sus miembros son considerados
culpables de tales deseos y sentimientos inmorales, y de esa forma se justifica
su persecución. De ahí que se hable de chivo expiatorio.

7. Hipótesis de fa frustración agresión


Se formula en los términos siguientes: toda agresión es resultado de una
frustración; toda frustración induce agresión. Un sujeto sufre frustración cuando
se le impide conseguir una meta, cumplir una expectativa deseada. El sujeto
frustrado desarrolla sentimientos de agresividad, pero si el agente frustrador no
es accesible, o es demasiado poderoso, dirigirá su agresión hacia otros
individuos o grupos socialmente débiles; ese es el sentido de la expresión de
chivo expiatorio. El fenómeno es, en origen, individual, pero también puede
tener lugar a nivel social y colectivo.

8. ENFOQUES MOTIVACIONALES NO PSICODINAMICOS:


Interpretaciones no psicodinámicas de la relación entre frustración y
agresión.
La hipótesis de la frustración-agresión fue perdiendo progresivamente su base
psicoanalítica a medida que las teorías del aprendizaje iban explicando los
mismos efectos. Según otra perspectiva, la agresión puede ser resultado de un
aprendizaje previo, sin que medie frustración; más que ser una forma de
reacción a la frustración, la agresión con frecuencia tiene carácter instrumental,
es decir, de iniciativa para conseguir un fin. La teoría del aprendizaje social de
Bandura, independientemente de si ha precedido frustración o no, la agresión
puede ser una conducta aprendida por observación, pero sólo se producirá si el
sujeto percibe que la agresión es lícita; y la percepción de licitud o ilicitud de la
agresión depende de la cultura y de las normas del grupo. El prejuicio se
convierte de este modo en social por partida doble: se adquiere a través del
aprendizaje de lo que el sujeto ve que otros hacen, y además su trasformación
en conductas discriminatorias depende de la aprobación de la sociedad.

9. Privación relativa
No se trata de que al sujeto se le impida lograr una meta o se le frustre una
expectativa, sino de que, en una comparación con otros, percibe que carece de
algo que los demás tienen y que él merecería tener. La predisposición a agredir
puede estar dirigida directamente a quien él supone que le ha desposeído de
ese algo a lo que cree tener derecho; pero cuando el otro es más fuerte,
cuando cabe esperar represalias de él o está protegido por alguna forma de
control social, se producirá el desplazamiento de la agresión hacia un chivo
expiatorio. En los años setenta, la hipótesis de la privación relativa,
especialmente en planteamientos sociológicos, llegó a tomarse como base
explicativa de la mayor parte de los episodios de violencia colectiva.
10. Conflicto objetivo de intereses
Los exogrupos le sirven al individuo emocionalmente conflictivo como
destinatarios de la proyección de sentimientos y deseos que le resultan
moralmente inadmisibles en sí mismo, y como objetos de agresión desplazada
que no puede ejercer sobre el agente frustrador. Los prejuicios son, en todo
caso, resultado de un conflicto, pero de un conflicto social; es decir de un
conflicto en las relaciones entre grupos de cierta amplitud: grupos raciales,
étnicos, religiosos, nacionales, etc. Cuando los grupos se perciben unos a otros
como competidores entre sí por una meta incompatible (si tú ganas, yo pierdo;
si tú pierdes yo gano), surgen los estereotipos, las actitudes negativas o
prejuicios, los conflictos y la violencia. Una vez establecidas las actitudes
negativas, se mantendrán aún después de que la competición por las metas
haya desaparecido. Sólo cuando los grupos se vean precisados a cooperar en
la solución de un problema que no puede resolver por sí sola ninguna de las
partes, comenzará a desactivarse el conflicto y a desaparecer el prejuicio.
11. Articulación de lo motivacional y lo cognitivo, y de lo individual y lo grupal
La atención sobre una observación que aquél reseñó, pero luego parece haber
pasado por alto: a partir del momento en que cada uno de los grupos se
percató de la existencia del otro, ya antes de que existiera conflicto alguno de
metas, aparecieron estereotipos reciprocas negativos. Además -y esto es más
importante para Tajfel-, antes de que se indujera conflicto alguno, los sujetos ya
sobrevaloraban la tarea del propio grupo e infravaloraban la del otro. La mera
presencia del otro grupo parece hacer que cada uno de ellos se comporte,
antes de cualquier interacción, como si estuviera en conflicto. Esa forma de
reaccionar a la presencia del exogrupo tiene su origen en procesos cognitivos y
motivacionales que, a la vez, son la base del conflicto y del prejuicio.
12. LA CATEGORIZACION
Categorizar significa agrupar, clasificar objetos o personas en función de que
posean una característica común: objetos redondos, hombres rubios, mujeres
de ojos garzos. La categorización es una actividad natural, necesaria, debido a
que nuestra capacidad cognitiva es muy limitada para vérnoslas con la ingente
cantidad de información que recibimos del entorno. Resultado de la
categorización es un estereotipo o categoría, una selección de características
que definen a un grupo de individuos diferenciándolos de los de otros grupos.
Es una actividad esencial para la vida de las personas, ¿cómo es que unos
individuos son prejuiciosos y otros no? La respuesta estaría en la diferenciación
que Allport establece entre judgment y prejudiee, entre juicio previo o
provisional y prejuicio; mientras que el segundo es muy resistente a la
modificación, incluso cuando la información objetiva le contradice, el primero
cambia fácilmente ante cualquier información contraria. Los prejuicios no son
únicamente resultado de procesos individuales, sino que tienen carácter social.
Tajfel afirma que para explicar las relaciones intergrupales, y muy
especialmente cuando se trata de las prejuiciosas, es necesario tener en
cuenta:
l. La reciproca influencia entre los procesos cognitivos y las relaciones
intergrupales.
2. Los efectos psicosociales del conflicto intergrupal.
3. Las relaciones entre conflicto intergrupal e identidad social.

13. Procesos cognitivos y relaciones intergrupales


Los procesos ha deparado considerables dificultades en la experimentación,
tanto en la realizada por Tajfel como en la de otros investigadores que han
intentado confiar o bien contradecir la teoría de aquél. Con frecuencia, en los
informes de investigaciones se expone que tal fenómeno no se produjo en el
experimento -especialmente dentro del endogrupo.
En todo caso, esa segunda parte de la categorización es condición esencial
para la producción del estereotipo, ya que, por definición, los miembros de un
mismo grupo han de ser vistos como muy semejantes entre sí en cuanto a la
característica en torno a la cual se produce la categorización, pues el
estereotipo consiste, justamente, en la tendencia a percibir (a reaccionar, en el
caso del prejuicio) a los miembros de un grupo sin tener en consideración las
diferencias individuales.
14. Efectos psicosociales de la pertenencia al grupo
Los conflictos entre grupos hacen que el individuo asuma los estereotipos
desarrollados grupalmente sobre el otro grupo. En efecto, a la inversa que los
enfoques individualistas, Sherif defiende que el conflicto intergrupal no es
efecto sino causa de los prejuicios personales del individuo conflictivo. Para
que surja el prejuicio y la discriminación entre los grupos, no sólo no se
requiere que estén en disputa bienes objetivos, ni aun que exista competencia
alguna explicita, sino que ni siquiera es necesario que exista previamente
hostilidad hacia el otro grupo.

15. Relaciones entre identidad social y conflicto intergrupal


El establecimiento de diferencias positivamente valoradas entre el propio grupo
y el ajeno tiene de por si una función de capital importancia para el individuo.
La implicación personal pone en juego la necesidad de una imagen positiva de
sí mismo; el favoritismo endogrupal sirve justamente para ese fin de lograr (o
bien de mantener) una imagen positiva de sí mismo; es decir, de una identidad
social, que se compone de aquellas facetas positivamente valoradas que se
derivan de la pertenencia a los diversos grupos de los que el sujeto forma
parte. De hecho, cada uno pertenecemos a un sinnúmero de grupos, y cada
una de tales pertenencias nos aporta facetas positiva o negativamente
valoradas, según cómo se valore al respectivo grupo de pertenencia. La
autoimagen es, por tanto, de naturaleza social. Un grupo (y la pertenencia a él)
será evaluado positiva o negativamente sólo por comparación con otros
grupos: según que sea mejor o peor que el exogrupo.

16. Racismo sí, racismo no: reflexiones para la acción


El prejuicio adquiere pronto carta de naturaleza en la cultura respectiva, por lo
que se convierte en regla normativa, y resulta difícil admitir que uno es
prejuicioso; por un lado, porque los prejuicios se aprenden con el lenguaje y de
ese modo nos parecen “naturales”, evidentes, basados en la realidad; por otro
lado, porque el racismo es hoy una nota inadmisible en la definición de
nosotros mismos. Seria aceptar que somos personas social y moralmente
indeseables. Investigadores del discurso han subrayado que con frecuencia el
prejuicioso, para encubrir tal característica negativa, antes de pronunciar su
juicio desfavorable, suele el término racista ha venido a convertirse en insulto
para descalificar conductas o a personas que opinan de diferente manera que
nosotros, lo cual suele tener como consecuencia que el interpelado pueda
negar sin muchos problemas la acusación y seguir convencido de que su
conducta, no siendo racista, sigue siendo lícita y, por consiguiente, está
justificada su oposición.

Potrebbero piacerti anche