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Doctrina Bíblica

Un Hogar Cristiano
Qué Temas Enseña la Biblia

Doctrina Bíblica Capítulo título


0 Prólogo – Prefacio
1 Teología - La Doctrina de Dios
2 Cristología - La Doctrina de Cristo
3 Neumatología - La Doctrina del Espíritu Santo
4 Antropología - La Doctrina del Hombre
5 Hamartiologia - La Doctrina del Pecado
6 Soteriología - La Doctrina de la Salvación
7 Eclesiología - La Doctrina de la Iglesia
8 Angelología - La Doctrina de los Ángeles
9 Escatología - La doctrina de las últimas cosas
Capítulo 0 Prólogo – Prefacio

Pablo distinguía entre las simplezas de la Palabra y sus más profundas verdades. Cuando escribió a los corintios,
él dijo: "os di a beber leche, y no vianda" (1 Cor.3:2). Ciertamente, bebes recién nacidos en Cristo necesitan la
sencilla leche de la Palabra. No obstante, con el desarrollo espiritual, la carne de la Escritura será masticada.
Asombra considerar que la prevaleciente carnalidad entre personas religiosas podría haber sido prevenida si
ellos hubieran escuchado consistentemente una predicación doctrinal en sus iglesias. Tememos que mucha de
la predicación de nuestros días es no solamente simple sino también superficial. Solo la superficie de la Biblia es
considerada, pero sus profundidades son ignoradas.
Cuan agradecidos al Señor estamos por Seminarios cristianos fundamentalistas y por Institutos Bíblicos por toda
la tierra, en los cuales muchos jóvenes son enseñados a manejar las grandes doctrinas de la Palabra de Dios. La
Escuela Bíblica Tennessee Temple es una de las grandes escuelas de entrenamiento de este tipo, y es afortunada
en tener un maestro dotado como el Dr. Mark G. Cambron como su Rector. La monumental obra del Dr. Mark
G. Cambron, Doctrinas Bíblicas, revela cuánto él se ha sumergido en las profundidades de la Palabra de Dios, y es
capaz de presentar, de manera clara y concisa, aquellas gloriosas doctrinas de las cuales Dios en Cristo es Autor,
Materia y Consumador.
Anhelamos para Doctrinas Bíblicas, una amplia circulación entre Pastores, estudiantes y obreros cristianos a
través de los diferentes países.

Dr. Herbert Lockyer, D.D., LL.D.

Prefacio

"Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de
doctrina a la cual fuisteis entregados" (Rom.6:17). "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra" (2 Tim.3:16, 17).

El clamor de la necesidad de la Iglesia hoy es por el conocimiento de la Palabra de Dios. La Iglesia esta fría,
indiferente al propósito para el cual Dios la ha dejado aquí, y ese propósito es ganar a los perdidos para Cristo.
Pero parece que algunos de los líderes escogidos por Dios están cayendo en los diferentes "ismos" de hoy; la
causa: la carencia de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de Dios. Los hijos de Dios se deslizan hacia el
pecado; la causa: la carencia de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de Dios. Los cristianos deben
alimentarse de la Palabra de Dios para entonces crecer. Entonces la Palabra de Dios obrará sobre las vidas y las
conductas de los cristianos. El hecho de que los hombres no presten atención a la sana doctrina es una señal de
los tiempos, una señal de que Cristo regresará pronto. "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;" (1
Tim.4:1).

En todos los campos de servicio cristiano hay una gran demanda de pastores y ministros que tracen bien la
Palabra de Verdad. Si almas son salvadas, esas almas dependen de la Palabra para crecer. La Verdad les
formará, pero el error les deformará. Hay una vasta diferencia entre una persona sosteniendo la Verdad y la
Verdad sosteniendo a una persona. Por tanto, mientras estudia las doctrinas de la Escritura, que el estudiante
ore a Dios no solo para saber las doctrinas, sino para que ellas lleguen a ser una realidad en su alma y en su
espíritu.
Capítulo 1 Teología - La Doctrina de Dios

I. Los Nombres y Títulos de Dios


A. Elohim.
B. Jehová.
C. Adonai
D. Las combinaciones con Jehová.
E. Las combinaciones con El.

II. La Existencia de Dios


A. Falsos y Verdaderos Sistemas de Teología.
B. Evidencias de la Existencia de Dios.

III. La Naturaleza de Dios.


A. Definiciones de Dios.
B. Espiritualidad de Dios.
C. Personalidad de Dios.
D. La Trinidad de Dios.
E. La Auto-existencia de Dios.
F. La infinitud de Dios.

IV. Los Atributos de Dios


A. Omnipotencia.
B. Omnisciencia.
C. Omni-sapiensa.
D. Omnipresencia.
E. Eternidad.
F. Inmutabilidad.
G. Amor.
H. Misericordia.
I. Gracia.
J. Fidelidad.
K. Santidad

V. La Paternidad de Dios.
A. Enseñanza del Antiguo Testamento.
B. Enseñanza del Nuevo Testamento.
Capitulo 1

Teología

La palabra “teología” viene de la palabra griega theos, la cual significa Dios. De modo que, teología es la doctrina
de Dios. Para comenzar el estudio de las muchas doctrinas de la Biblia debemos comenzar con la fuente de
todas las cosas: Dios! Debemos comenzar con Dios. No hay nadie ni nada antes de El. Antes de que algo llegara
a ser, El era: “En el principio creo Dios…” (Gen. 1:1); “Dios, habiendo hablado muchas veces y de diversas
maneras (Heb.1:1); “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1).
Las primeras cosas que vamos a estudiar son

I. Los Nombres y Títulos de Dios

El Nombre de una persona, lugar, o cosa es eso por lo cual es conocida. Los Nombres de Dios son aquellos por
los cuales El es conocido. Ellos denotan su carácter. Si, los Nombres del Señor son aquellos por los cuales El es
conocido entre su pueblo; “Sálvame, oh Dios, por tu Nombre” (Sal. 54: l); “En Ti confiarán los que conocen tu
Nombre” (Sal. 9: 10).

En castellano, en la versión Reina-Valera1960, se distinguen los 3 Nombres primarios de Dios claramente.


Cuando leemos "Dios" sabemos que traduce la palabra hebrea Elohim; la palabra “Jehová” se usa para Jehovah;
y la palabra “Señor” para la palabra Adonai. Cada una de estas 3 palabras, Elohim, Jehová y Adonai, describe el
carácter de Dios y de Sus acciones hacia la humanidad, distinguiendo entre el santo y el pecador.

A. Elohim.

La palabra Elohim, que es traducida “Dios,” aparece más de 2300 veces en la Escritura. Y aunque no es un
Nombre personal de Dios, es el titulo oficial de Dios, lo que El es, Dios!, Elohim! La palabra Elohim no se usa
solamente para Dios, sino también para hombres (“Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del
Altísimo" (Sal. 82:6 con Juan 10:34, 35), y para ídolos (“No te harás dioses de fundición" (Ex. 34:17). Es el titulo
de Dios, así como la palabra “presidente” es el titulo de un oficio. El Presidente es el titulo oficial del más alto
ejecutivo del gobierno del país. No es su nombre, sino su titulo. De la misma manera, hay una variada clase de
presidentes: de compañías, sociedades misioneras, etc. El nombre oficial de Dios es Elohim, su oficio.

Elohim es un nombre plural. En nuestro idioma, entendemos que plural significa dos o más, pero no es de igual
manera en el idioma hebreo. Gramaticalmente tenemos 2 números en nuestro idioma: singular, que significa
uno; y plural, que significa dos o más. En el Hebreo, no obstante, tenemos 3 números: singular, que significa
uno; dual, que equivale a dos; y plural, que denota tres o más. Por tanto, Elohim es un plural, indica tres o más.
Génesis 1:1 declara: “En el principio creó Dios [tres o mas] los cielos y la tierra.” Otra sugerencia de la Trinidad
se encuentra en Génesis 1:26, 27: “Y dijo Dios [Elohim], “hagamos al hombre a nuestra imagen.”

El significado literal de Elohim es El Poderoso, el Infinitamente Fuerte. Y en el primer capitulo de Génesis, se


describe a Elohim desplegando todo su poder con estas 10 palabras: creó, hizo, movió, dijo, vio, llamo, dividió,
estableció, terminó y bendijo.

Ninguna criatura tiene poder sino aquella que lo ha recibido de Dios. El Poder pertenece a Dios. El hombre
tiene que trabajar por su poder en todas las facetas de la vida; mientras que Dios solo tiene que hablar, y es
hecho. Dios no solo crea, sino que también sostiene lo que El ha creado de la nada.
Elohim (Dios) también tiene poder para gobernar. Daniel apuntó esto, y Nabucodonosor tuvo que experimentar
que “el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo
de los hombres” (Dan. 4:17). Con orgullo llenando su corazón, Nabucodonosor fue vapuleado con locura hasta
que reconociese que el Altísimo gobierna. Solo entonces su razón le fue devuelta, y llego a ser un firme
creyente de esa verdad.
Elohim (Dios) también tiene poder para juzgar, ya sea sobre hombres o naciones. Cuando El golpea con fuerza,
nadie puede resistirle.

El es la forma en singular de Elohim. Se encuentra 250 veces en la Escritura. Es usado en los nombres propios
de hombres, tales como Samuel (pedido a Dios) y Elías (Jehová es mi Dios).

B. Jehová

Jehová es el Nombre personal de Dios. Es el Nombre que está sobre todo otro nombre. El significado de la
palabra es Redentor. Cada vez que se usa en la Escritura esta conectado con liberación de parte de Dios:
“Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear;
mas Josafat clamó, y Jehová lo ayudó, y los apartó Dios de él; ” (2 Cron. 18:31).

Aunque el Nombre personal de Dios, Jehovah, se escribía, no obstante jamás se pronunciaba. Los judíos
consideraban ese nombre demasiado sagrado como para ser pronunciado por labios humanos. Es posible que
su pronunciación no sea la correcta hoy en día, porque el idioma hebreo se escribe sin vocales. El nombre
Jehovah, en el Hebreo, se deletrea JHVH. Confiamos que lo pronunciamos correctamente, aunque entendemos
que se podría pronunciar Jeheve, o Jihivi, o Jahava, o de muchas otras diferentes maneras. Cuando los escribas
llegaban a este nombre Jehová para copiarlo, se lavaban y limpiaban la pluma con la cual lo escribían. Aun en
publico, cuando lectores de las Sagradas Escrituras llegaban a esta palabra, no la pronunciaban, temiendo que la
tomaran en vano, y la sustituían por Elohim o por Adonai. Una razón por la cual la palabra Jehovah fue
suprimida fue para imprimir su solemnidad sobre las mentes de la gente.

Cuando el Señor [Jehová] apareció a Moisés en la zarza ardiente, y lo envió para sacar a los hijos de Israel desde
Egipto y llevarlos a la tierra prometida, Moisés preguntó, “He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El
Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les
responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me
envió a vosotros.” (Ex. 3:13, 14). Jehovah es el eterno YO SOY. No hay ni pasado ni futuro para con Jehovah; El
es el Eterno Presente, el Auto-Existente, Aquel que se da a conocer de si mismo..

En Éxodo 20:2 leemos: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.”
Había diferentes Elohims, pero había un solo Jehovah. Leemos en la Palabra, el “Elohim de Israel”; pero nunca,
el “Jehová de Israel”; porque no había otros Jehovás. Cuando Elías y los profetas de Baal tuvieron una
contienda, fue para determinar cual era Elohim (Dios), Jehovah o Baal.

Si, Jehovah estaba siempre relacionado en una manera redentora con su pueblo, pero Su relacionamiento con
sus criaturas (eso incluye hombres no regenerados) era siempre como Elohim. Lo mismo es hoy. Dios es Dios de
todos los no salvos, pero El es Jehová, el Padre de todos los que son salvos. El libro de Jonás ilustra esto. En
capítulos 3 y 4 la gente invoco a Elohim, pero Jonás clamó a Jehovah. Ellos estaban perdidos; Jonás era salvo.
Ellos llegaron a ser salvos, y hubieran podido, después de ser salvos, clamar a Dios Jehovah. Observen otras
Escrituras al respecto: Jueces 7:14, 15; 2 Crónicas 19:6-9; Génesis 7:16; 1 Samuel 17:46.
Tenemos además otro nombre de Dios, y ese es JAH. Lo hallamos unas 49 veces en el texto bíblico. Algunos
estudiosos bíblicos creen que JAH es una abreviatura de Jehová. El significado es el mismo. “Cantad a Dios,
cantad salmos a su nombre;Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.”
(Sal. 68:4). El nombre JAH siempre esta vinculado a la alabanza, y aparece por primera vez en Éxodo 15:2.

Creemos que la palabra “Dios” (Elohim), que es plural en Génesis 1:1, definitivamente sugiere que la Trinidad
creó los cielos y la tierra. También encontramos que pensadores modernistas interpretan esto de manera
diferente. Ellos dicen que esta porción de la Palabra debería leerse, “En el principio Dioses crearon los cielos y la
tierra.” Y la razón para esto, ellos dicen, es que Israel, al principio, creía en muchos dioses, y luego la religión de
ellos evolucionó hacia un monoteísmo. Esta forma de razonamiento ha probado ser dificultosa para muchos
estudiosos serios. ¿Hay alguna otra Escritura que la refute? Absolutamente sí. Observe Deuteronomio 6:4:
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” Ahora, coloque las correctas palabras de Elohim y Jehová en
este pasaje y verá que la Palabra plenamente revela la Trinidad de Génesis 1:1: “Oye, Israel, JEHOVAH nuestro
ELOHIM [tres o mas personas] es uno, JEHOVA.’ Por lo tanto, queda claro que el hombre comenzó con la
creencia en un Dios y luego “cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre
corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. ” (Rom. 1:23).

C. Adonai.

El termino Adonai en realidad significa Maestro, Dueño; aquel que es propietario, aquel que rige, aquel que
bendice a los suyos. Por primera vez aparece en Génesis 15:1, 2: “Después de estas cosas vino la palabra de
Jehová a Abrám en visión, diciendo: No temas, Abrám; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera
grande. Y respondió Abrám: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi
casa es ese damasceno Eliezer?”

Adonai siempre puede ser traducido con la palabra “Señor”. Hay 2 diferentes formas de esta palabra: Adon, que
es singular, y Adonai, que es plural.

Adonai es usado de 2 maneras en las Escrituras respecto a los hombres y sus relaciones terrenales: como un
señor de sus esclavos: “Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre
este negocio. Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de
regalos escogidos de su señor…” (Gen. 24:9, l0); y como un esposo para su esposa: “como Sara obedecía a
Abraham, llamándole Señor [Adonai]…” (1 Pedro 3:6a). Ver también Génesis 18:12.

Un hebreo podía venderse a si mismo a otro hebreo, el cual llegaba a ser su señor. Pero no podía venderse a si
mismo para siempre; porque al año sabático, o al año del jubileo, todos los esclavos debían ser liberados. Pero
había también una manera por la cual un esclavo podía llegar a ser esclavo para siempre, y eso era por elección:
“Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante
los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo
para siempre.” (Ex. 21:5, 6). Pablo dijo que el era siervo de Jesucristo, comprado por sangre y sujeto por amor!
Cada vez que usted vea el Nombre Señor Jesucristo, debe decir , “El es mi Señor.” “Vosotros me llamáis
Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy” (Juan 13:13).

D. Las combinaciones con Jehova

1. Jehovah-jireh: “el Señor proveerá.” “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto
se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.” (Gen. 22:14). Esta fue la ocasión cuando Abraham llevo a su
hijo, su único, Isaac, al monte del sacrificio. Isaac cargaba la Lena; Abraham llevaba el cuchillo y el fuego. Y su
hijo le pregunto acerca del sacrificio. A lo que el Padre Abraham le respondió, “Dios se proveerá de cordero
para el holocausto.” Y Dios así lo hizo! Antes que Abraham pudiese matar a su propio hijo como sacrificio
demandado por Dios, el ángel del SENOR detuvo su mano; entonces su ojos vieron el cordero que Dios había
provisto. Hace unos 2000 años atrás el hijo de Dios cargo un madero, la Cruz; y el Padre preparo el fuego (lo
cual habla de juicio), y el cuchillo (lo cual nos habla de muerte), y Dios se proveyó a si mismo de un sacrificio por
nuestros pecados. Su Hijo, nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Le ha dejado usted ser su Jehovah jireh? Venga
lo que venga, recuerde, El es Jehovah-jireh, “el Señor proveerá.”

2. Jehova-Rapha: “El Señor que sana” Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante
de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que
envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador” (Ex. 15:26). El es Señor, El Medico. La
manera en que se utiliza este concepto no es, “Yo curaré tus enfermedades”; sino, “No pondré enfermedades
sobre ti.”

El mundo es llamado el “mundo enfermo”; Livingstone llamo a África la “herida abierta”; y la razón para ello es
la profunda herida del pecado! La palabra “sanar” es una palabra interesante y significa reparar, enmendar,
curar. Y hay cura perfecta en Jehova-Rapha, pues dice: “por cuya herida fuisteis sanados.” (1 Pedro 2:24). Ver
también Salmo 41:4.

3. Jehova-nissi: “El Señor nuestra Bandera, o Estandarte.” “Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-
nisi;” (Ex.17:15). El Señor es nuestra Victoria. Cristo crucificado es nuestra Bandera de Victoria!

4. Jehova-Qadash: “El Señor que Santifica.” “Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os
santifico.” (Lev. 20:8). Y Dios es el mismo Señor de Cristianos y Hebreos: “y diciendo luego: He aquí que vengo,
oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos
santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10:9, 10). Ver
también Hebreos 10:14, y Éxodo 31:13.
5. Jehova-shalom: “El Señor nuestra Paz.” “Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual
permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas” (Jueces. 6:24). Hay una sola manera de tener paz segura hoy, y
es a través del Señor Jesucristo. El es nuestra Paz: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno,
derribando la pared intermedia de separación,” (Ef. 2:14). Ver también Romanos 5:1.

6. Jehova-Tsidkenu: “El Señor Justicia nuestra” “En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este
será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra” (Jer. 23:6). Israel será restaurado en la tierra de
la promesa una vez mas, y durante el Milenio, Jehová será llamado Jehová-Tsidkenu: “El Señor Justicia nuestra”
El Señor vino, el único Justo, y ellos le crucificaron. Pero un día vendrá por segunda vez, e Israel proclamará al
Señor Jesucristo como su propia Justicia. Jesucristo es la única Justicia que alguien pueda proclamar.

7. Jehovah-Shammah: “El Señor esta presente” “En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la
ciudad desde aquel día será Jehová-sama” (Ez. 48:35). Cuando Israel sea restaurada a la tierra prometida, y la
tierra sea llena del conocimiento del Señor, Jerusalén será llamada Jehová-Shammah: “el Señor está presente".

8. Jehová-Sabaoth: "El Señor de los Ejércitos" “Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y
para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo” (1 Sam. 1: 3a). Israel es el Ejército; el Señor es el Señor
de los Ejércitos. Ver también Éxodo 12:41; 2 Reyes 6:14-23; Romanos 9:29; Santiago 5:4.

9. Jehová-Ra-ah: “El Señor es mi Pastor” “Jehová es mi pastor; nada me faltará” (Sal. 23:1). Una vez una
pequeña niña estaba mencionando este versículo, y esta es la manera en que lo dijo: “El Señor es mi Pastor, por
que habría de estar preocupada?” Ha usted hallado esa fuente de fortaleza? Ha usted encontrado perfecta paz
por seguir al Salvador por donde sea que lo guíe? No molestarán los temores; no presionarán las tinieblas; la
pobreza no será capaz de destruir, Jesús es su Jehová-Ra-ah, su Pastor.
E. Las combinaciones con El

Así como están los nombres que son combinaciones con Jehová, están los nombres que son combinaciones con
El.

1. El Elyon: “El Dios Altísimo” “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y
vino" (Gen. 14:18). Elyon significa "El más Alto"; combinado con El, llega a ser "El Dios Mas Alto". Ver también
Deuteronomio 32:8; Daniel 4:34, 35. Jesucristo es nuestro El Elyon: “Toda potestad me es dada en el cielo y en
la tierra” (Mateo. 28:18b).

2. El Olam: “El Dios Eterno” “Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de
Jehová Dios eterno” (Gen. 21:33). Si, Dios es el “Dios Eterno”, “el Dios de todos los siglos y edades.”

3. El Shaddai: “El Dios Todopoderoso.” Su primera mención es en Génesis 17:1: “Era Abram de edad de
noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé
perfecto.” “El” significa El Fuerte. Shaddai viene de la palabra hebrea shad, que significa pecho de mujer, pecho
materno. Esto es ilustrado en Isaías 28:9. El Shaddai, por lo tanto, significa El Nutridor, El Dador de Fortaleza, El
Satisfacedor.

Uno de los más apreciados Nombres de Dios entre los estudiosos de la Biblia es este, El Nutridor, El Dador de
Fortaleza, El Satisfacedor, el Todo-Suficiente Dios, el Dios que es Suficiente, El Dios que esta siempre disponible.
“por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos” (Heb. 7:25). Por que? Porque Jesucristo nuestro Señor es nuestro El Shaddai.

II. La Existencia de Dios

A. Falsos y Verdaderos Sistemas de Teologia

1. Deismo. Este sistema reconoce que hay un Dios, pero niega que Dios sustente o sostenga la creación. Para
ellos, “Dios es el Creador, pero no el Sustentador."

2. Ateismo. Aquellos que sostienen esta llamada creencia, excluyen a Dios en toda manera.

3. Escepticismo. Escépticos e infieles, están llenos de dudas y descreen de Dios, especialmente del Dios de
Revelación.
4. Agnosticismo. Esta escuela de pensamiento no niega a Dios, pero niega que Dios pueda ser conocido.

5. Panteísmo. Para ellos, todo es Dios y Dios es todo. Cada cosa que vemos es Dios. Dios esta en todo. Dios y
creación serian sinónimos.

6. Politeísmo. Esta es la creencia en muchos dioses. Habría varios dioses sobre nosotros; y sobre ellos tendrían
otros dioses, y así sucesivamente.

7. Triteísmo. Esta es la creencia en tres Dioses.


8. Dualismo. Esta es la creencia en dos Dioses; un Dios que es bueno, y un Dios que es malo. Ellos son co-iguales
en poder y persuasión.

9. Teísmo. Es la creencia en la existencia de un Dios personal. Disertar sobre esto seria en vano, porque cada
uno debe saber quien es Dios, cual es su nombre, a fin de confiar en el.

10. Monoteísmo. Es la doctrina sobre la existencia de un solo Dios. Nosotros somos monoteístas. Los judíos y
los mahometanos también. Si eso es cierto, son ellos salvos? No! “Tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y tiemblan.” (Santiago 2:19). Creer que Dios es uno no es suficiente, sino “que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás
salvo.” (Rom. 10:9).

B. Evidencias de la Existencia de Dios.

Cada estudiante debe asumir que la Biblia nunca trata de probar la existencia de Dios. Asume que cada hombre
sabe que hay un Dios, y declara que, “Dice el necio en su corazón:
No hay Dios” (Salmo 14:1).

Hay muchas evidencias de la existencia de Dios, la primera es:

1. Por la razón. (Intelectual).


a. El argumento de la intuición. Algunas veces llamada “primeras-verdades”; es la creencia que sabe que hay un
Dios sin que nadie le revele tal hecho. Un niño sabe que hay un Dios. Quien se lo ha dicho? Todas las razas en
el mundo saben que hay un Dios, pese a que ellos no estén adorando al único y verdadero Dios. No hay tal cosa
como un verdadero ateo. La evidencia de la existencia de Dios esta en el hombre, nace en él.
b. El Argumento Cosmológico. Este es el argumento de causa y efecto. Aquí esta el mundo, entonces, como
llego a ser? Hay una Causa o Poder detrás de todo. Debe haber un Hacedor o Creador. Es fácil pensar que
detrás de la creación está Dios, pero es imposible pensar que hay detrás de Dios.
c. El Argumento Teleológico: Hay un perfecto diseño y orden en el universo. El copo de nieve es un hermoso
patrón que el hombre no pudo duplicar. ¿Por qué el hielo sube a la superficie del agua y no se va al fondo
cuando se congela? ¿Cómo es posible que primavera, verano, otoño e invierno vengan en orden, y que haya
sucedido por milenios? ¿Por qué el sol no está tan cerca de la tierra como para calcinarla ni tan lejos como para
que se congele? Debe haber un Diseñador detrás de la creación, y ese Diseñador es Dios!
d. El Argumento Antropológico: Este argumento se basa en las cualidades morales e intelectuales del hombre.
El hombre es el resultado directo de la creación de Dios, tal como otras criaturas lo son, pese a que las otras
criaturas no posean las cualidades morales e intelectuales del hombre. ¿Por qué? El hombre tiene la capacidad
de saber, de razonar. Si el hombre no tomó estas cualidades de algún Otro, alguien mayor, un creador, ¿de
donde las tomó?

2. Por la Historia. Ciertamente, la historia es Su Historia! La historia verifica el hecho de que hay un Dios. La
historia ha comprobado el hecho de la existencia de Dios contra aquellos que habían repudiado su Ley. De
modo que los cristianos nunca deberían preocuparse de las condiciones del mundo. Dios está en Su Trono.
Nada puede suceder, sino por Su Voluntad. Alguien ha dicho, “la Profecía es el molde de la historia.” Dios
habla, y tiempo después, lo que el habló se cumple al pie de la letra. La Historia registra solamente lo que Dios
ha dicho que sucedería. La Historia comprueba que hay un Dios.
3. Por la Experiencia. Esta es una de las más grandes comprobaciones de la existencia de Dios. Los hombres han
sido transformados por el poder de Dios. No hay otra explicación sino Dios! Oraciones han sido contestadas
atestiguando la existencia de Dios.

4. Por la Escritura
a. Lo que la Biblia asume ser. La Biblia es el único libro que es inspirado de Dios. La Biblia es el patrón para toda
conducta correcta en el mundo. Si la Biblia no es la Palabra de Dios, entonces no tenemos Dios; no podemos
conocer nunca a Dios.
b. Revelación Cristológica. En Jesucristo, Dios vino a los hombres para decirnos como es Dios. Si Jesús no es
Dios, entonces no hay Dios. Dios nunca podría ser conocido. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que
está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). Jesucristo es el Hijo de Dios, y El y Su vida
comprueban la existencia de Dios.
c. Declaración profética Dios anuncia por anticipado el futuro. Cualquiera que pueda hacer esto es más que un
hombre. El hombre no siempre puede hablar sobre el pasado, mucho menos sobre el futuro. Cuando Cristo fue
crucificado se cumplieron 25 profecías distintas, profecías escritas con siglos de anticipación.

III. La Naturaleza de Dios.


A. Definiciones de Dios.

1. Definiciones Escriturales.
a. Dios es Espíritu: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren.” (Juan 4:24).
b. Dios es Luz: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas
tinieblas en él.” (1 Juan 1:5).
c. Dios es Amor: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8).
d. Dios es Fuego Consumidor: “Porque nuestro Dios es Fuego consumidor” (Heb. 12:29).
2. Definiciones Teológicas.
a. El Catecismo de Westminster: “Dios es un Espíritu, Infinito, Eterno, e Invariable en su Ser, Sabiduría,
Poder, Santidad, Justicia, Bondad y Verdad.”
b. Dr. Strong: “Dios es el Espíritu Perfecto e Infinito. La fuente de todas las cosas, El Sustento de todas las
cosas, el Fin de todas las cosas.”
c. Andrew Fuller: “Dios es la primera causa y el ultimo Fin de todas las cosas.”
d. Ebrards: “Dios es la Fuente eterna de todo lo que es temporal.”

B. Espiritualidad de Dios.

1. Su Esencia. El es un Ser espiritual (“Dios es Espíritu” — Juan 4:24), invisible (“es la imagen del Dios Invisible”
Col. 1:15a). Que es un Espíritu? Un Espíritu es un Ser sin carne ni huesos. “Mirad mis manos y mis pies, que yo
mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” (Lucas 24:39).
Dios no puede ser visto por el ojo humano; Dios, en su pura Esencia, nunca ha sido visto. “A Dios nadie le vio
jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18).
2. Sus Manifestaciones. Mientras que Dios, en su verdadera Esencia, nunca ha sido visto, el se ha mostrado a si
mismo; de diferentes maneras ha revelado su persona a los hombres. En la Escritura pregunta, “¿A qué, pues,
me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.” (Is. 40:25). El hombre no puede conocer a Dios sino en
la forma en que Dios se haya revelado a si mismo. ¿Acaso no estamos contentos de que Dios se haya revelado a
si mismo en Su Hijo? Siendo Cristo la imagen de Dios, el anticristo será una imitación.
Pareciera haber algunas contradicciones en la Palabra de Dios; en algunos lugares dice que la gente vio a Dios:
“hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero
el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.” (Ex. 33:11); “Y subieron
Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel" (Ex. 24:9, 10). En
otros lugares de la Palabra dice que es imposible ver a Dios: “Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me
verá hombre, y vivirá.” (Ex. 33:20). La verdad es que, el hombre nunca ha visto la cara de Dios en su verdadera
esencia, sino que ha mirado su rostro y ha hablado boca a boca con Dios cuando Dios se manifestó en alguna
otra forma sin ser su verdadera esencia. “Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la
apariencia de Jehová.…” (Num. 12:8a).

Sabemos esto, que el Espíritu (El Espíritu Santo) puede manifestarse a si mismo en una forma visible. “También
dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (Juan
1:32). Fue en el bautismo del Señor Jesús que Juan vio la forma, pero no el Espíritu. Entonces, el Espíritu se
había manifestado.

Dios se ha manifestado a si mismo en varias formas; entre las cuales están las siguientes:

a. En forma de criaturas. Con esta expresión no queremos decir que el Señor apareció en la forma de animales,
sino mas bien en la forma de seres humanos. Génesis 3:8 y 12:7 ilustran esto plenamente: “Y oyeron la voz de
Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia
de Jehová Dios entre los árboles del huerto.” (Gen. 3:8); “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu
descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.” (Gen. 12:7). Ver
también Génesis 16:7, 10, 13; Éxodo 24:9-11; Génesis 18:1-16; Jueces 13:22, 23; Génesis 32:24-30.

Dios también se manifestó a si mismo como el Ángel del Señor. “El ángel de Jehová acampa alrededor de los
que le temen, Y los defiende.” (Sal. 34:7); “Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y
darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción.” (Gen. 16:11). La mayoría
de los estudiosos de la Biblia creen que el Ángel de Jehová no es otro sino el Señor Jesucristo.

b. En formas materiales. El hombre no podría haber visto a Dios; por lo tanto, Dios se manifestó a si mismo en
formas desde las cuales el hablo. Una de esas formas fue la zarza ardiente: “Viendo Jehová que él iba a ver, lo
llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.” (Ex. 3:4); Otra forma
fue mediante la columna de nubes y la columna de fuego: “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna
de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que
anduviesen de día y de noche.” (Ex. 13:21).

c. En la Persona de Jesucristo. Otra vez decimos que nos regocijamos de que Dios no elija hoy para revelarse a si
mismo otro que no sea su Hijo Jesucristo. Dios no escoge hoy manifestarse a si mismo en una neblina, sino mas
bien en forma humana: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. ” Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de
gracia y de verdad. (Juan 1:1, 14). Ver también 1 Timoteo 3:16; Hebreos 1:3.

C. Personalidad de Dios.

Dios es una Persona, alguien que posee auto-conciencia, auto-determinación, y poder.

Algunas personas tienen vagas ideas de Dios, como una fuerza, un poder, una influencia. Pero es imposible
tener comunión con una fuerza o con una influencia. Las palabras de nuestro Señor estando en el jardín
sugieren comunión con Dios: “Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido
en sí mismos.” (Juan 17:13). Ver también Éxodo 3:14; 1 Corintios 2:11.

Nunca se debe confundir personalidad con visibilidad. Sustancia no tiene nada que ver con espiritualidad. La
personalidad de Dios puede ser apreciada mediante:

1. Sus Nombres “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me
envió a vosotros. (Ex. 3:14). Las palabras “YO SOY EL QUE SOY” sugieren personalidad.
2. Contrastes. Con esto queremos significar que las Escrituras contrastan al único Dios sabio con los dioses de
los paganos: “porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os
convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,” (1 Tes. 1:9). Ver también Jeremías 10:16;
Hechos 14:15.
3. Sus Atributos. Lo que el hace, denota personalidad, como:
a. Dios se aflige. Solamente una persona se puede afligir o doler: “Y se arrepintió Jehová de haber hecho
hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.” (Gen. 6:6).
b. Dios se arrepiente. Leyendo el versículo citado anteriormente observamos que Dios se arrepiente. 1 Samuel
15:29 dice: “Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que
se arrepienta.” En un pasaje de las Escrituras dice que Dios se arrepiente, y en otro declara que no se
arrepiente. ¿Cual es la respuesta a esto? Cuando el hombre se arrepiente, se arrepiente de alguna obra moral;
cuando Dios se arrepiente, el se arrepiente de algún hecho judicial. La actitud de Dios hacia el pecado nunca
cambia. Tomemos el caso de Jonás y Nínive. Nínive se arrepintió; cambió su mentalidad; y esto cambió su
carácter. Dios, de todos modos, no cambia su mente; el no cambia su actitud hacia el pecado. Pero a causa de
que Ninive se había arrepentido, no hubo necesidad de juicio contra el pecado. Su pecado había sido confesado
y perdonado.
c. Dios ama. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). “Yo reprendo y castigo a todos los que amo;
sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Apo. 3:19). Solo una personalidad puede amar.
d. Dios odia. “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:” (Prov. 6:16).
e. Dios oye. “El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? El que castiga a las naciones, ¿no
reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?” (Sal. 94:9, 10).
4. Sus hechos.
a. Dios crea. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gen. 1:1). Ver también Isaías 45:18.
b. Dios provee. “Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo. Les das, recogen; Abres tu
mano, se sacian de bien. Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.
Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104:27-30). Las necesidades materiales del
mundo entero son suplidas por Dios.
c. Dios promueve. Algunas personas, aparentemente, son impulsadas o promovidas por otras. El mundo tiene
una palabra para esto: suerte. Pero la correcta respuesta es el Señor! Los reyes reciben el poder de parte suya;
los pastores reciben sus cargos de parte suya; el esposo recibe la esposa de parte suya. Todas las promociones
son del Señor. “Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del desierto viene el enaltecimiento. Mas Dios es el
juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.” (Sal. 75:6, 7).
d. Dios cuida. Dios tiene un corazón; solo una persona tiene un corazón. “Humillaos, pues, bajo la poderosa
mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él
tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:6, 7).

D. La Trinidad de Dios.
1. Trinidad en Personalidad. Mediante esto, por supuesto, queremos decir que Dios es Tres en Uno. Hay
algunos errores concernientes a la Trinidad; algunos han sido provocados en ignorancia, y otros
deliberadamente.

Nosotros sabemos que la Biblia es la Palabra de Dios; si no fuese por ninguna otra razón, lo es porque tenemos
la Trinidad en ella. Si el hombre hubiera escrito la Biblia, hubiera dejado la Trinidad afuera de sus paginas;
porque la Trinidad es demasiado difícil de entender. La mente del hombre no puede comprenderla. La única
cosa que el hijo de Dios puede hacer con ella es aceptarla por fe y pararse sobre lo que Dios dice acerca de ella.
Solo porque no podamos comprender todo acerca de ella no es señal de que no sea verdad.

Hay un error que propone que hay tres individuos en la Deidad. Pero recuerda, Dios no es una triada.

Otro error es que la Trinidad es una Persona, manifestándose a si mismo en tres. Eso seria decir que hay tres
esencias en una Persona, y que Jesucristo, el Padre y el Espíritu Santo son solamente manifestaciones.

Aun hay otro error, y es el que niega la Trinidad, y consecuentemente hace del Hijo y del Espíritu Santo criaturas
de Dios, los cuales llegaron a existir después de Dios. En otras palabras, aquellos que sostienen estas teorías
erróneas declaran que hubo un tiempo cuando el Hijo de Dios no existía. Ellos utilizan esta serie de
razonamientos: “Un hijo no puede ser tan viejo como su padre, un padre debe existir siempre antes que su hijo
a fin de engendrarle; Así que Dios el Padre es el Padre de Dios el Hijo; y por lo tanto, el Padre debe haber
existido antes que el Hijo en función de engendrarle.” A esto replicamos: “si una persona declarase que es
padre, y lo ha sido por 10 años, entonces nosotros sabemos que ha tenido un hijo por 10 años. Un hombre no
puede ser un padre sin haber tenido un hijo. Así es, un hombre que es padre por 10 años ha tenido un hijo por
10 años. Así también es en la Deidad, si Dios es el Padre Eterno, entonces debe tener un Hijo Eterno.

La doctrina de la Trinidad es una doctrina de pura revelación de parte de Dios. Y recuerda, nosotros no
adoramos tres Dioses, sino un Dios: el Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Es prácticamente imposible dar ejemplos sobre la Trinidad. Algunos han ofrecido el trébol de 3 hojas como
ejemplo; otros han sugerido el agua: liquida en su estado normal; vapor, cuando es calentada; y sólido o hielo,
cuando es congelada. Aun así, esto no es claro. Porque Dios es Tres en Uno! Por lo tanto, proponemos que la
mejor ilustración es el hombre mismo: cuerpo, alma y espíritu. El no es tres personas, sino tres en uno. Y hay
tres cosas que son pertinentes a cada uno separadamente: alimento para el cuerpo, música para el alma, y
adoración para el espíritu, pero aun así, las 3 cosas apelan a un solo hombre.

Los rayos del sol pueden ser utilizados como otra ilustración. Cuando los rayos del sol caen sobre la tierra, están
compuestos de 3 elementos: rayos de calor, que pueden sentirse pero no ser vistos; rayos de luz, que pueden
ser vistos pero no sentidos; y los tipos de rayos, que no pueden ser vistos ni oídos, pero hacen sentir sus efectos
sobre la piel. Los tres juntos forman el brillo del sol. Sin uno de estos elementos no habría rayos de sol; sin una
de las partes del hombre, el hombre dejaría de ser; y sin una de las personas de la Deidad, Dios no seria Dios!

a. Nombres en el Antiguo Testamento

(1) Nombres plurales “En el principio [Elohim] creó los cielos y la tierra” (Gn. 1:1). Elohim es un nombre plural,
que significa tres o más. Esto, por supuesto, sugiere la Trinidad en la creación. Ver también Génesis 3:5; Éxodo
20:3; Deuteronomio 13:2, 3. Muchas veces es traducido en singular y otras veces en plural.
(2) Pronombres plurales “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el
mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre…”
(Gen. 3:22). Ver también Génesis 1:26; Isaías 6:8. Aquí tenemos a Dios hablando a Dios, eso es la Trinidad.

(3) Declaraciones Escriturales Las Escrituras declaran que Dios ungió a Dios, ¿y como podría ser eso si Dios no
fuese una Trinidad? “Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino. Has
amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a
tus compañeros.” (Salmos 45:6,7). Ver también Hebreos 1:8-12; y Salmos 110:1.

(4) Designaciones Escriturales En Génesis 1:1 Dios declara que El creó los cielos y la tierra; y en versículo 2, el
Espíritu Santo, aparece la tercera persona de la Trinidad: “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de la aguas.”
(Ver también Job 24:13). Y elementos de una personalidad son atribuidos en referencia al Espíritu Santo:
“Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de
Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor de Jehová." (Isaías 11:1, 2).

El Hijo, la segunda persona de la Trinidad también es presentada: “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho:
Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. . . Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino…” (Salmos
2:7, 12a). El Ángel del Señor del Antiguo Testamento no es otro que Jesucristo mismo, y en la siguiente porción
de las Escrituras se lo declara como separado de Dios el Padre y de Dios el Espíritu Santo: “Y la halló el ángel de
Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.” (Génesis
16:7).

Las siguientes Escrituras plenamente revelan la Trinidad de la Deidad: Génesis 18:1,2,33; Isaías 48:16; 63:8-10.

(5) Expresiones triples. Donde las Escrituras expresan alabanza o bendición de la Deidad, se declara una
exclamación triple que apunta al hecho de que así como Dios es tres en uno estas expresiones también deben
ser tres: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Num. 6:24-26). “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno
seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo
es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.” (Apoc. 4:8).

b. En el Nuevo Testamento.

(1) El Bautismo de Cristo. El Bautismo de Cristo es una de las mejores ilustraciones que prueban la Trinidad: “Y
Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia.” (Mateo 3:16, 17). Aquí tenemos la voz del Padre desde el cielo, el Hijo
saliendo del agua, y el Espíritu Santo descendiendo como paloma.

(2) Formula Bautismal. La iglesia de Dios en Cristo Jesús siempre ha utilizado la formula bautismal legada por su
fundador, Jesucristo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19, 20). Observe que la Escritura
no dice, “en los nombres de”; sino, “en el nombre de.” Uno en Tres; un nombre, pero tres Personas: Padre, Hijo
y Espíritu Santo.
(3) La Bendición Apostólica. La iglesia ha utilizado esta bendición (la cual fue primero usada por el apóstol Pablo
por inspiración del Espíritu Santo) por más de 19 siglos: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la
comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén” (II Cor. 13:14).

(4) Otra Escritura. El siguiente versículo plenamente revela el hecho de la Trinidad: “Mas el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que
yo os he dicho.” (Juan 14:26).

2. La Unidad de su Ser: Indivisible e Invisible. Hay un solo Dios: “Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios;
por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.” (II
Sam. 7:22); “¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el
primero, y yo mismo con los postreros.” (Isaías 41:4). Ver también Isaías 43:10, 11; 44:6; Deuteronomio 6:4.

Dios, Elohim, aunque es una unidad compuesta; eso es, el nombre, Dios (que es plural), es usado siempre con un
verbo en singular: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Gen. 1:1); “Jehová Dios de los dioses, Jehová
Dios de los dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue por rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos
salves hoy. (Josué. 22:22). Ver también Génesis 1:5, 8, 13; 33:20.

3. Un sumario de la Escritura

a. Tres son Reconocidos como Dios.


(1) El Padre es reconocido como Dios. “a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser
santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Rom. 1:7). Ver también Juan
6:27; I Pedro 1:2.

(2) El Hijo es reconocido como Dios “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de
equidad es el cetro de tu reino” (Heb. 1:8); “enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, ” (Tito 2:12, 13).

(3) El Espíritu Santo es reconocido como Dios. “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón
para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a
ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino
a Dios. ” (Hechos 5:3, 4).

b. Tres en personas distintas.


(1) Padre e Hijo son personas distintas una de otra.
(a) Cristo distingue al Padre de si mismo. “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así
también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el
Hijo del Hombre.” (Juan 5:26, 27). Ver también Juan 5:32.
(b) El Padre se distingue del Hijo Unigénito. Ver Juan 3:16.
(c) El Padre y el Hijo se distinguen como el Enviador y el Enviado. “Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,” (Gal. 4:4). Ver también
Juan 10:36.

(2) El Padre y el Hijo son personas distintas al Espíritu Santo.


(a) El Hijo se distingue a si mismo del Espíritu Santo y del Padre. “Y yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
” (Juan 14:16, 17).
(b) El Espíritu procede del Padre. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del
Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26).
(c) El Espíritu es enviado por el Padre y por el Hijo. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el
Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. ” (Juan
14:26); “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual
procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26).

c. Estas tres Personas son iguales.


(1) El Padre no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
(2) El Hijo no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
(3) El Espíritu Santo no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

E. La Auto-Existencia de Dios.

La Existencia de Dios es en si mismo. Nosotros dependemos de El; El no depende de nada ni nadie. Algo causó
que nosotros llegáramos a ser; pero nada causó que El llegase a ser; El siempre fue. Dios no existe porque se
trajo a la existencia. Dios existe porque es su naturaleza ser.

Nuestras vidas provienen de una fuente externa; y hubo un tiempo cuando nosotros comenzamos. “Mas yo
tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas
obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.” (Juan 5:36). Nosotros no podemos
hablar así.

F. La Infinidad de Dios

La naturaleza Divina no tiene límites. “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es
infinito.” (Salmo 147:5); “¿Descubrirás tú los secretos de Dios?
¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos; ¿qué harás?
Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la tierra, Y más ancha que
el mar.” (Job 11:7-9); “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los
cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? (I Reyes 8:27); “¡Oh profundidad
de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus
caminos! (Rom. 11:33). Ver también Isaías 66:1; Salmo 113:5, 6.

El mundo es un capullo de la inmensidad de su belleza.


El sol es un chispazo de la luz de su sabiduría.
El cielo es una burbuja en el mar de su poder.

IV. Los Atributos de Dios

Los Atributos de Dios son las cualidades esenciales de su perfecto ser.

A. La Omnipotencia de Dios.

Esto significa que Dios es TodoPoderoso, TodoMajestuoso: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el
estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro
Dios Todopoderoso reina!” (Apo. 19:6); “Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas
para Dios todo es posible.” (Mateo 19:26); “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gen. 18:14a).

Hay una sola cosa que puede limitar a Dios, y es su propia santa voluntad. Algunas personas necias pueden
proponer II Timoteo 2:13: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.” Algunas
personas dicen, “Aquí hay algo que Dios no puede hacer.” Pero eso no es una cuestión acerca de lo que Dios
puede hacer, sino de lo que Dios hará.

1. Dios tiene poder sobre la naturaleza. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de
ellos por el aliento de su boca. El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos.
Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho;
El mandó, y existió.” (Salmo 33:6-9); “Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los
cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;” (Hageo 2:6). Ver también Génesis 1:1-3; Nahum 1:3-6. El hombre tiene
que tener herramientas para hacer cosas, Dios solo tiene que hablar, y es hecho.

2. Dios tiene poder sobre los hombres. “Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú,
¿quién eres para que juzgues a otro? ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y
estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es
vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de
lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.” (Santiago 4:12-15). Ver también
Éxodo 4:11.

3. Dios tiene poder sobre los Ángeles. “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace
según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le
diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35).

4. Dios tiene poder sobre Satanás. En Job 1:12 y 2:6 notamos que Satanás está limitado por Dios; “Dijo Jehová a
Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de
delante de Jehová. . . . Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.” Y sabemos
del fin de Satanás por las siguientes Escrituras: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros
pies." (Rom. 16:20a); “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;
...Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso
profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” (Apo. 20:2, 10). Ver también Lucas
22:31, 32.

5. Dios tiene poder sobre la muerte. Pablo oraba para que los efesios pudiesen conocer “la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual
operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino
también en el venidero;” (Ef. 1:19-21). Finalmente, la muerte será destruida: “Y la muerte y el Hades fueron
lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” (Apo. 20:14).

B. La Omnisciencia de Dios.
Omnisciencia significa “todo conocimiento.” Dios es el “Todo-Conociente Dios”. El conoce todo! “pues si
nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. ” (I Juan 3:20).

1. Incluye todo el orden natural. Dios, el Creador, sabe todo lo concerniente a sus criaturas.
a. Incluye su creación inanimada. “El cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres.”
(Salmo 147:4); “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra?
No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.” (Is. 40:28).
b. Sobre su criaturas animales. “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a
tierra sin vuestro Padre.” (Mateo 10:29).
c. Sobre sus criaturas humanas. Dios tiene pleno conocimiento del hombre: “No os hagáis, pues, semejantes a
ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” (Mat. 6:8). El
conoce las necesidades del hombre; el tiene conocimiento. El conoce los pensamientos de los hombres: “Tú has
conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos” (Sal. 139:2). “Jehová
conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.” (Sal. 94:11). Ver también I Crónicas 28:9 y
Hebreos 4:13. Dios conoce el corazón del hombre: “tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y
perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú
conoces el corazón de todos los hijos de los hombres); (I Reyes 8:39). Ver también Salmo 44:21 y Hechos 1:24.
Dios conoce las experiencias por las que hemos pasado: “Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi
pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, ” (Ex.
3:7). ¡Cuan absurdo es que el hombre trate de engañar a Dios!

2. Abarca todos los tiempos. “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo
mismo que a nosotros; ” (Hechos 15:18). Y esto cubre el pasado, el presente y el futuro. Dios puede ver el
pasado, porque el nos ha hecho saber aquellas cosas que han sucedido milenios atrás (Libro de Génesis); Dios
conoce el presente, el cual es un libro abierto para él: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su
presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar
cuenta.” (Heb. 4:13); y el futuro es conocido por él, así como el pasado y el presente son conocidos. El conoce el
final desde el principio: “ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor de vosotros, ” (I Pedro 1:20). I Reyes 13:2 es también una maravillosa ilustración de
Dios conociendo el futuro: un bebe fue llamado trescientos años antes que naciese, le fue dado su nombre, fue
anunciado de qué familia vendría y las cosas que haría: “aquél clamó contra el altar por Palabra de Jehová y dijo:
Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará
sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de
hombres.” Ver también Isaías 44:28; Jeremías 1:5; Galanas 1:15. 16; Éxodo 3:19; Daniel 2:8.

Con Dios conociendo el futuro, debemos ponernos a nosotros mismos en sus manos.

3. Incluye todas las posibilidades. Solo Dios conoce lo que hubiese sucedido si algo de lo que ha sucedido no
hubiese acontecido. “Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si
en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.”
(Mat. 11:23). Ver también I Samuel 23:12; Isaías 48:18.

C. La Omni-sapiencia de Dios.

Por esto queremos decir la “Toda-Sabiduría de Dios”; eso es, Dios tiene toda sabiduría. Hay una vasta diferencia
entre sabiduría y conocimiento. Conocimiento es lo que uno sabe; sabiduría es el perfecto despliegue de ese
conocimiento. Sabiduría incluye discernimiento y juicio.

1. La elección del más elevado final. Todas las cosas son elegidas para el mejor final y la gloria de Dios.

2. La mejor manera de asegurar ese fin. Aquí la sabiduría se afirma a si misma, no solo escogiendo lo que llevará
al mas alto fin, sino instrumentando las mejores formas para asegurar dicho fin. “¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
(Rom. 11:33). Ver también Romanos 16:27; I Corintios 2:7; Efesios 1:8; 3:10; I Timoteo 1:17.

D. La Omnipresencia de Dios.

Hay muchas vagas ideas concernientes a la Omnipresencia de Dios. “Omnipresente” simplemente significa
"presente en todo lugar". Dios está presente en todo lugar. Dios está en todo lugar, pero El no está en todo. La
creencia de que El está en todo es Panteísmo. Si Dios estuviera en todo, entonces lo que los hombres
deberíamos hacer sería inclinarnos ante una piedra, un árbol, una madera, o cualquier objeto, y estaríamos
adorando a Dios. Dios no esta en todo, sino que el esta presente en todo lugar. La mejor ilustración para esto
es un maestro delante de su clase. El maestro es omnipresente para cada estudiante en esa clase; pero el no es
omnipresente para los que están afuera, ni tampoco para los que están en el aula de al lado. ¿Por qué? Porque
las paredes y los techos son barreras entre él y aquellos que están en otras partes del edificio. Pero Dios
trasciende toda barrera, espacio, materiales y todas las cosas.

De todos modos, nosotros creemos que hay ciertos lugares donde El se manifiesta a si mismo, donde El esta
localizado, y que desde esa localización El esta presente para todo el universo. “Oye, pues, la oración de tu
siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los
cielos; escucha y perdona. (I Reyes 8:30). Ver también Jeremías 23:24; Efesios 1:20; Apocalipsis 21:2.

Mientras que la morada de Dios está en el cielo, sabemos que El se ha manifestado en otros lugares: en la tierra,
cuando moró en la zarza ardiente (Ex. 3:4): “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la
zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.”; y en carne, en la encarnación de Jesucristo: “Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el
ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Fil. 2:5-8).

El Espíritu Santo está en todas partes, pero también está en los creyentes: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir,
porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. ” (Juan
14:16, 17). Además El esta con los creyentes: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si
no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá
al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (Juan 16:7, 8).

Dios está con nosotros, no importa donde estemos; El es omnipresente; El está presente en todo lugar!

E. La Eternidad de Dios.

Esto es una cosa que nunca ha sido comprendida por la mente humana: Dios no tuvo principio y no tiene fin. El
es el Eterno. El es el único que es. No hay pasado, y no hay futuro en la eternidad. Dios es eterno; por tanto,
no hay ni pasado ni futuro para con Dios. “Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación
de generaciones son tus años. Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos
perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un vestido los
mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.” (Sal. 102:24-27). Ver también
Salmo 90:4.
Alguien puede preguntar, “¿Cuál es la diferencia entre Génesis 1:1 y Juan 1:1?” Génesis 1:1 dice: “En el principio
creó Dios los cielos y la tierra.” Juan 1:1 dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios.” ¿Son ambos “principios” el mismo? Si así fuese, entonces el Verbo, Jesucristo, tendría un principio!
Ambos pasajes comienzan en el mismo punto, el principio; Génesis 1:1 comienza con el principio y mira hacia
adelante hacia eternidad; mientras que Juan 1:1 comienza con el principio y mira hacia atrás en eternidad. Por
lo tanto, el Verbo, la Palabra, el Señor Jesucristo, no tuvo principio.

F. La Inmutabilidad de Dios.

En otras palabras, esto significa la “invariabilidad o inmutabilidad de Dios.” Su Ser, actitudes y acciones son sin
cambio ni variación; “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.” (Mal.
3:6); “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación.” (Santiago 1:17); “Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente
a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;” (Heb. 6:17).

Para una discusión acerca del arrepentimiento de Dios, ver capitulo I, III, C, 3, b,.

G. El amor de Dios.

1. Sus menciones. “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. . . Y nosotros hemos conocido y
creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en
Dios, y Dios en él.” (I Juan 4:8-16).

Esta es la definición de Dios. Hay muchos adjetivos definiendo a Dios, pero un nombre necesita un nombre. El
amor de Dios nos llega por revelación. No viene por propio conocimiento de alguien. Solo desde la Palabra de
Dios nos llega el conocimiento de que Dios es amor. Están aquellos que niegan la inspiración de las Escrituras,
pero todavía dicen que Dios es amor. Si las Escrituras no son la Palabra de Dios, ¿como sabemos que Dios es
amor? Uno puede buscar por el mundo y nunca va a encontrar un “Dios es amor” entre los paganos. Ellos
tienen sus dioses e ídolos, pero un Dios que “es amor” es desconocido para ellos. La Biblia es la Palabra de Dios,
y ella y solamente ella, nos dice que “Dios es amor.”

2. Sus objetos de amor. Si Dios es amor, entonces ese amor debe estar dirigido a alguien. Y así es, porque
aprendemos de las Escrituras que los objetos de su amor son:
a. Su Hijo. Dios ama a su Hijo más de lo que cualquier hombre pudiese haber amado a su propio hijo. “Y hubo
una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mat. 3:17). Ver también
Mateo 17:5. El amor de Dios es un amor perfecto y trasciende todo limite: “Padre, aquellos que me has dado,
quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me
has amado desde antes de la fundación del mundo.” (Juan 17:24).
b. Los creyentes. Todos aquellos que creen en el Señor Jesucristo son objetos del amor de Dios. El manifiesta
ese amor día tras día. “pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo
salí de Dios.” (Juan 16:27). Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo
conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” (Juan 17:23).
c. Israel. Debemos tener cuidado de como hablamos de un judío. El es el objeto del amor de Dios, así como
nosotros los cristianos lo somos: “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno
te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” (Jer. 31:3).
d. Los pecadores. Dios nunca cambia en lo concerniente a su actitud hacia el pecado. Dios odia el pecado, pero
ama el pecador. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Ef. 2:4, 5). “Porque
Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un
justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Rom. 5:6-8).

3. Las manifestaciones de su amor.


a. Al dar su Hijo por los pecadores. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su
Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.” (I Juan 4:9). Ver también Juan 3:16; Romanos 5:6-8.

El hombre no puede mirar al Calvario y decir, “Dios no me ama.” Un querido hombre dijo acerca del tiempo
cuando su propio hijo estaba en los dolores de la muerte, que lo mas difícil que tuvo que hacer fue llegar a decir,
“Hágase tu voluntad. Si quieres a mi hijo, lo puedes tener.” ¡Oh, entregar un hijo único! La humanidad da su
hijos a Dios, pues El puede cuidarlos mejor de lo que un hombre podría. ¡Pero Dios dio su Hijo Único para pagar
por los pecados de pecadores! Así es, nosotros podemos ver nuestros hijos en las fauces de la muerte, pero
Dios vio sufrir a su Hijo como ningún hombre nunca lo hizo. El más querido hijo sobre la tierra es solo un
extraño comparado con el amor de Dios hacia Su Hijo. Dios apunta hacia el calvario y dice, “¡Vean a mi Hijo!
¿Véanlo burlado, desfigurado y demolido?” Dios lo vio. Dios vio como los pecadores crucificaban su Hijo. Dios
los podría haber borrado de la faz de la tierra, pero no lo hizo. Los clavos que atravesaban su Hijo atravesaban el
corazón del Padre. Creo que nunca podremos entenderlo. “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha
dado...” El Padre lo entregó en manos de la Justicia, para pagar por nuestros pecados.
Cada asesino debería pagar con su vida por su crimen. Jesús fue entregado para pagar por nuestros crímenes de
pecado.

b. Al darnos Vida y Posición en Cristo. Solo a los creyentes es dada una sagrada posición, en Cristo; allí es donde
estamos, salvos, y sin condenación. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que
hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como
él es.” (I Juan 3:2). “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia
sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús” (Ef. 2:5,6).

c. Al darnos el privilegio de ser llamados hijos de Dios. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos
llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” (I Juan 3:1).

d. Al corregirnos con disciplina. “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si
soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no
obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es
provechoso, para que participemos de su santidad.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Heb. 12: 6-11). Recuerda, el castigo del Señor es
para nuestro beneficio, para nuestro provecho. Necesitamos castigo; debe haberlo en la vida de un cristiano; y
lo recibimos de nuestro Padre que esta en los cielos.

e. Al recordarnos como hijos en todas las circunstancias de la vida. ¿Hay amor más grande que el amor de un
madre? La pregunta es hecha y es contestada en la Palabra de Dios. Escuchen lo que Dios dice: “¿Se olvidará la
mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?” ¿Es posible que una madre pueda
alguna vez dejar su hijo? La respuesta es, “Si, puede que lo haga.” En nuestros días tenemos informes de
abandono de niños de parte de sus padres. Es una vergüenza que en nuestros países tengamos que tener leyes
que comprometan a los padres a tener cuidado de sus hijos. De todos modos, esa es la naturaleza de la carne;
esa es la naturaleza adámica, la naturaleza pecaminosa, naturaleza que conduce a padres a abandonar el fruto
de sus vientres. Pero leamos el resto del versículo en la Palabra de Dios: “Aunque olvide ella, yo nunca me
olvidaré de ti.” (Is. 49:15). ¡Hay Alguien que nunca abandonará a Sus hijos!

f. Al regocijarse ante el retorno de su hijo prodigo. Encontramos esa gran historia en Lucas 15:11-24. Esta es la
historia de un hijo, no un pecador. Un pecador no es un hijo. Solamente un hijo es un hijo, y no puede dejar de
serlo. Un hijo nació hijo para siempre. Pero aquí tenemos un hijo que cayó tan bajo que el testimonio que
debería haber tenido estaba perdido. Recuerda, él era todavía un hijo, tanto cuando estaba comiendo comida
de cerdos como cuando estaba en casa del Padre. La relación estaba en pie todavía, pero la comunión estaba
quebrada. Tú puedes perder comunión, pero no puedes perder el vínculo de hijo. Repetía en su mente lo que le
iba a decir al padre al retornar, pero no tuvo la oportunidad. El dijo, “he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no
soy digno de ser llamado tu hijo”; pero antes de que pudiese agregar, “hazme como uno de tus jornaleros,” el
Padre, abrazando a su hijo, clamó a sus siervos, “Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su
mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi
hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.” (Lucas 15:21-24).
Sepa el hijo prodigo que si nació de lo alto es un hijo de Dios. Déjenle decidir “levantarse e ir” a su Padre. El
Padre le espera con sus brazos abiertos listo para abrazar y besar a su hijo arrepentido. “Levántate y vuelve!”

4. Las formas del amor de Dios.


a. En la bondad de Dios.
(1) Manifestada en la creación. “Y vio Dios . . . que era bueno.” Esto es característico del primer capitulo de
Génesis. Dios es bueno, y todas las cosas que creo y crea son buenas para el hombre.
(2) Manifestada en Su cuidado por la Creación. “Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les das su comida a su
tiempo. Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente.” (Sal. 145:15, 16).
(3) Manifestada en la placentera variedad de sus criaturas. ¿Por qué toda la belleza natural, sino para ser
disfrutada por los ojos humanos?
(4) Manifestada en el Don de Su Hijo. Esto prueba la bondad de Dios, demuestra que Dios es bueno.
(5) Manifestada en la guía de pecadores al arrepentimiento. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad,
paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Rom. 2:4).
b. En el cuidado amoroso de Dios. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom. 8:32). Puesto que Dios nos ha dado su
mas grande don, Su Hijo, podemos estar seguros que juntamente con él nos dará todas las demás cosas. El Hijo
es el Don, y las demás “cosas” las suplirá para llenar de gozo nuestras almas.
c. En la Misericordia de Dios. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
(II Pedro 3:9). “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y
piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad” (Ex. 34:6). Ver también Números 14:18.
Cuantos de nosotros alabamos al Señor porque el Salvador nos dio “tiempo” para llegar a confiar en El para
nuestra salvación? Oh, la misericordia de Dios que fue manifestada hacia nosotros, por ella fuimos habilitados
para escuchar el Evangelio varias veces, mientras hay millones que nunca lo escucharon ni siquiera una vez!
d. En la Paciencia de Dios. “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir
según Cristo Jesús” (Rom. 15:5). Aquí observamos que la paciencia de Dios es un titulo divino, porque El es el
Dios de la paciencia! Esto es claramente manifestado en:
(1) Su trato con los pecadores: aquellos antes del diluvio. “los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una
vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas,
es decir, ocho, fueron salvadas por agua.” (I Pedro 3:20). El Señor demostró su paciencia por lo menos durante
100 años. Mientras preparaban el arca, el Evangelio era predicado y la gente era advertida. Su paciencia fue
colmada, y finalmente las aguas se llevaron los incrédulos. Será lo mismo con la venida del Hijo del Hombre y
Su revelación al fin de la tribulación. Todos aquellos que no sean hallados en el Arca, Jesucristo, serán
derruidos.
(2) Su trato con Israel. “Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los
abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jehová soy su Dios. Antes me acordaré
de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios.
Yo Jehová.” (Lev. 26:44, 45).
Israel hoy es impío, y con esto no queremos decir que Israel sea peor que cualquier otra nación, sino
simplemente que esta sin Dios. Jehová ha enviado profetas a ellos, pero ellos los han apedreado. Dios envió
aun a Su Hijo, y ellos le crucificaron. Ellos han sido desparramados hasta los confines de la tierra por eso. Por
todo esto, Dios ha mostrado Su paciencia, y esa paciencia será recompensada, porque esa nación nacerá de
nuevo en un día, y todo Israel (vivos y dignos al tiempo del regreso de Jesucristo) será salva!
(3) Su trato con el mundo hoy. ¿Por qué Dios no arrasa con el mundo hoy? ¿Por qué les es permitido a los
hombres blasfemar al Dios del cielo y a Su Hijo Jesucristo? La respuesta se halla en la paciencia de Dios.

H. La Misericordia de Dios.

1. Así se menciona. "Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará
del pacto que les juró a tus padres.” (Deut. 4:31). “Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y
grande en misericordia. . . . Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los
que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;” (Sal. 103:8, 17). “Pero Dios, que es rico en misericordia,
por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con
Cristo (por gracia sois salvos),” (Ef. 2: 4-5). Ver también Salmos 130:7; 145:8; 136:1.
2. Así lo explicamos. Hay poca diferencia en el significado de misericordia y gracia. Misericordia, generalmente
hablando, es usada en el Antiguo Testamento, y gracia en el Nuevo Testamento. La misericordia del Antiguo
Testamento y el amor bondadoso del Nuevo Testamento van juntos. Alguien ha dicho que la misericordia es
mostrada al desobediente, y el amor bondadoso es mostrado hacia el desobediente, pero ambos significan
gracia.
3. Así se manifiesta.
a. Perdonando al pecador. “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a
misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.” (I Tim. 1:13).
b. Quitando toda culpa y cargo. “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado
conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia
sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.”
(Sal. 103:10-12).
c. Librándonos de peligros. “Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.” (Sal. 6:4).
d. Salvando los objetos de su interés y preocupación. Lucas 10:30-37 registra la parábola del Buen Samaritano.
Luego de narrar esta parábola Jesús preguntó, “¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que
cayó en manos de los ladrones?” Y la respuesta fue: “El que usó de misericordia con él.” No puede haber dudas
de que Jesucristo es el representado por aquel Buen Samaritano, y que El es el que salva, por Su misericordia,
los objetos de Su interés y preocupación.

I. La Gracia de Dios.
1. Así se menciona. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en
nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser
herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:5-7). "en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,” (Ef. 1:7). “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su
gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme,
fortalezca y establezca.” (I Pedro 5:10). Ver también I Corintios 6:1.

2. Así lo explicamos. Se ha dicho que la Gracia es algo que no se puede definir. La Gracia siempre fluye hacia
abajo. Nosotros debemos amar a nuestros pares, o a alguien por encima de nuestros pares, o a veces a alguien
por debajo de nuestros pares, pero miremos la vasta diferencia que hay entre Dios y nosotros; no puede haber
comparación. La Gracia de Dios hacia nosotros es favor sin merito alguno de nuestra parte.

3. Así se manifiesta.
a. Como esa Gracia que justifica. Mas bien, la gracia declara justo al creyente: “por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que
es en Cristo Jesús, ” (Rom. 3:23, 24).
b. Como esa Gracia que nos adjudica Justicia. Esto significa que por un acto de la Gracia de Dios, la Justicia de
Dios es puesta a cuenta del pecador creyente, “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino
como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.”
(Rom. 4: 4, 5).
c. Como esa Gracia que imparte Nueva Naturaleza. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados
en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Ef.
2:8-10).
d. Como esa Gracia que Salva. ¿Por qué Dios debería salvarnos? La única respuesta es Gracia! “Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;” (Ef. 2:8).
e. Como esa Gracia que Instruye. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria,
justa y piadosamente, ” (Tito 2: 11, 12).

J. La Fidelidad de Dios.

La infidelidad es el más grande pecado de estos días. Eso es verdad en cada ámbito de la vida, en negocios, en la
iglesia, o en cuestiones de estado. Pero tenemos un Dios que es fiel en todo tiempo, bajo cualquier
circunstancia. La Palabra sostiene la Fidelidad de Dios de la manera siguiente:
1. En sus citas. Muchos pasajes escriturales proclaman la Fidelidad de Dios: “Conoce, pues, que Jehová tu Dios
es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones; ” (Deut. 7:9); “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo
nuestro Señor.” (I Cor. 1:9); “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que
no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar.” (I Cor. 10:13). Ver también Deuteronomio 32:4; I Tesalonicenses 5:24; II
Tesalonicenses 3:3; I Juan 1:9.

2. Explicación. El significado de “fidelidad” es permanecer, sostener, apoyar, aguantar. Dios es nuestro apoyo;
El es sobre quien podemos apoyarnos; cuando vacilamos, El es nuestro firme apoyo, ¡en todo tiempo!

3. Manifestación. ¿Cómo Dios nos prueba su Fidelidad?


a. Guardando Sus Promesas. “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel
es el que prometió... porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios,
obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.” (Heb. 10: 23, 36, 37).
La promesa del hijo nacido de madre virgen en Isaías 7:14 se cumplió en Lucas 1:26-38 y 2:7; la promesa de Dios
a Abraham en Génesis 15:13, que su simiente iría a Egipto y estaría allá por 400 anos, se cumplió en Éxodo
12:41. Ver también: Deuteronomio 7:9; I Reyes 8:23, 24, 56.
b. Preservando su Pueblo. Observe Lamentaciones 3:22, 23 junto a Jeremías 51:5 que cuando el pueblo llega a
ser el pueblo de Dios, ellos son suyos para siempre. Eso es porque Dios es Fiel: “Por la misericordia de Jehová no
hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu
fidelidad.” (Lam. 3:22, 23); “Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su
tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.” (Jer. 51:5). También otras Escrituras sostienen la Fidelidad
de Dios preservando Su pueblo: “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus
almas al fiel Creador, y hagan el bien.” (I Pedro 4:19). Ver también Salmo 89:20-26; II Timoteo 2:13.
c. Disciplinando sus Hijos. Dios es fiel en aplicar las “disciplinas” que El ha prometido para sus caprichosos hijos:
“Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.” (Sal. 119:75). Es
necesaria una corrección cuando desobedecemos a nuestro Señor, y ciertamente siempre podemos contar con
la Fidelidad de Dios al respecto. “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.”
(Heb. 12:6).
d. Perdonando nuestros Pecados. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (I Juan 1:9).
e. Respondiendo nuestras oraciones. ¿Cómo podremos saber que nuestras oraciones serán respondidas? Dios
nos manda a dirigirnos a El en oración sin cesar. ¿Cómo podemos saber que eso redundará en algo bueno?
Sabemos que Dios responde nuestras oraciones, porque la Fidelidad de Dios garantiza que Sus oídos siempre
estarán abiertos al clamor de Sus hijos: “Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu
verdad, por tu justicia.” (Sal. 143:1).

4. Aplicaciones.
a. Nos preservará de angustias.
b. Estará pendiente de nuestro murmullo.
c. Incrementará nuestra confianza en Dios.

K. La Santidad de Dios.

Aunque mencionamos la Santidad de Dios en último lugar en la lista de los atributos de Dios, nunca olvidemos
que no es el menor de todos. Consideremos lo siguiente:

1. Santidad natural. Este es llamado el atributo fundamental, y es un atributo por el cual Dios quiere que Su
pueblo lo recuerde. Algunos estudiosos bíblicos declaran que este es el más importante de todos los atributos
de Dios. Y sabemos porque ellos hacen tal declaración. Es porque la Santidad es la mencionada mas a menudo
en las Escrituras. Dios es llamado Santo más veces en las Escrituras, y Su Santidad es mencionada más que su
poder. Santidad es ciertamente el “atributo de los atributos.” Cuando no pensamos en la Santidad de Dios,
pensamos livianamente del pecado. Estamos viviendo en el día del compromiso, cuando las personas sostienen
“puntos de vista livianos.” Es difícil encontrar gente que considere su condición de perdidos y el riesgo del
infierno que tienen por delante. Ellos piensan livianamente de la salvación, porque ellos tienen un punto de
vista liviano de la santidad de Dios: “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico
en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Ex. 15:11); “Porque yo soy Jehová vuestro Dios;
vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras
personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra. Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra
de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.” (Lev. 11: 44, 45); “Por encima de él
había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos
volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está
llena de su gloria.” (Is. 6:2, 3); “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu
de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” (Is. 57:15); “Y ya no estoy en el mundo; mas
éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que
sean uno, así como nosotros.” (Juan 17:11); “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis
sellados para el día de la redención.” (Ef. 4:30). Ver también Levítico 19:1, 2; Josué 24:19; Salmos 22:1-3; 99:5,9;
I Pedro 1:15, 16.

2. Aspectos de Santidad. Hablamos de los aspectos de los cuales Su Santidad se compone.


a. Pureza.
(1) Cita bíblica. “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas
tinieblas en él.” (I Juan 1:5).
(2) Su explicación. En El esta la luz. En El no hay tinieblas en absoluto. La Luz es siempre pura. No existe algo
como luz sucia, ni nadie puede hacer luz sucia. Dios es Luz, pura, libre de impurezas. Hay dos fases en la pureza:
la pasiva, libre de toda impureza; y la activa, algo puro en si. Dios en Su Santidad es puro: libre de todo lo que
contamina, y puro en esencia.
b. Rectitud. Ese es otro elemento de la Santidad.
(1) Cita bíblica. “El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y
sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” (Deut. 32:4). “Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute
contigo; sin embargo, alegaré mi causa ante ti. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos, y tienen bien
todos los que se portan deslealmente?” (Jer. 12:1); “Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he
conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.” (Juan 17:25).
(2) Su explicación. La fórmula de la Justicia se encuentra en Ezequiel 18:5, 9: “Y el hombre que fuere justo, e
hiciere según el derecho y la justicia...” eso es, hacer cosas rectas, de manera correcta, “éste es justo; éste
vivirá, dice Jehová el Señor.” Dios es siempre Justo y recto. El posee un carácter por el cual El hace todas las
cosas de manera recta. La Justicia siempre requiere que sea recto en carácter. Dios nunca pide algo que no sea
recto. Y Dios nunca manda aquello que nos hará hacer algo malo.
c. Justicia.
(1) Cita bíblica. “Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz su juicio, nunca
faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza.” (Zof. 3:5). Ver también Deuteronomio 32:4.
(2) Su explicación. Las palabras hebreas y griegas para Justicia significan lo mismo. Justicia es la demanda
legislativa de Dios, la demanda de su Santidad. Justicia es Santidad judicial, tal acto judicial de Dios que
demanda la penalidad para aquellos que no se hayan ajustado a los rectos mandamientos de Dios. La Justicia, la
santidad judicial, gobierna a aquellos que son juzgados, y eso trae la ejecución de aquellos que no han cumplido
las leyes de Dios. La Justicia es el medio Ejecutor de aquellos que violaron los santos mandamientos de Dios. La
justicia de los hombres es a veces errónea, pero la justicia de Dios es siempre recta, verdadera santidad!
d. Verdad de Dios.
(1) Cita bíblica. “Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he
esperado todo el día. . . . Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.” (Sal. 25:5, 10); “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo
de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Num. 23:19); “en la
esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,” (Tito
1:2). Ver también las siguientes Escrituras: Deuteronomio 32:4; Salmos 31:5; 86:15.
(2) Su explicación. Lo que Dios ha revelado al hombre en su Palabra es verdad eterna. Dios nunca se contradice
a si mismo. Una porción de su Palabra nunca contradice otra. ¿Acaso no nos alegra que la Palabra de Dios no se
envuelve en las teorías muertas del pasado? ¡Ciertamente! No desmayemos porque la Biblia no concuerde con
algunas teorías modernas de estos días concernientes a la creación, al hombre, etc. El hombre no sabe nada
aparte de la Palabra de Dios. Algo aparte de la revelación de Dios es mera suposición.

3. Manifestaciones de la Santidad de Dios.


a. Por Sus Obras. Todo lo que Dios ha creado y hecho es perfecto, santo. Dios no creó el pecado. Dios no creó
la naturaleza pecaminosa la cual está en el hombre inconverso. Dios creó al hombre, quien luego pecó. El
hombre, por pecar, ha pasado a todos los hombres esa perversa naturaleza, esa naturaleza adánica, o como la
llamamos nosotros, esa naturaleza “pecaminosa”. Si, Dios creó a un hombre que era capaz de pecar. Si hubiera
creado un hombre que no hubiera podido pecar, entonces habría hecho una máquina en vez de un ser con libre
voluntad. Si Dios hubiera creado un hombre que no pudiese pecar y aun así no fuese una máquina, el hombre
no sólo sería como Dios, sino que además sería Dios mismo. Dios no creó un Dios. El hombre es inferior a Dios.
Dios no puede pecar; esa es Su Naturaleza. El hombre sería Dios si no pudiese haber pecado.
b. Por Sus Leyes. Todas las leyes son rectas, son verdad. No hay ni siquiera un simple error en el conjunto de las
Leyes de Dios. Esas Leyes de Dios manifiestan la Santidad de Dios.
c. Por su odio al pecado. Conoce usted una razón de por qué los cristianos son hoy tolerantes hacia los pecados
de otros cristianos, o hacia los pecados de los inconversos? Es porque ellos no odian el pecado como Dios lo
odia. A menudo decimos que Dios odia el pecado, pero que él no odia al pecador. Eso no es enteramente
cierto. “Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.” (Sal. 5:5).
Esto puede llegar a ser una revelación para algunos de nosotros. Dios aborrece al pecador a causa de su pecado,
y no por causa de si mismo. Dios aborrece al pecador, pero también lo ama, porque Dios sabe que el hombre
puede llegar a ejercer santidad, aun pese a haber sido arruinado por el pecado. ¿Por qué Dios inculpa al
pecador? ¡Por causa de los pecados del pecador! Dios odia el pecado, no importa donde sea encontrado, ya sea
en la vida de un pecador no regenerado, ¡o en la vida de un creyente! La actitud y la conducta de Dios hacia el
pecado revelan la santidad de Dios.
d. Por su amor a la rectitud. Dios ama la rectitud tanto como odia el pecado: “tú oirás desde el cielo y actuarás,
y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al
justo para darle conforme a su justicia.” (I Reyes 8:32); “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo
cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.... Porque Dios no es injusto para
olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y
sirviéndoles aún.” (Heb. 1:9; 6:10).
e. Por Su Justificación para el pecador creyente. Si el hombre ostentara sus “derechos,” el estaría en el infierno;
pero es la misericordia y la gracia de Dios que le ofrecen el plan de salvación, el cual si lo recibe, declara al
pecador creyente como justificado ante Dios: “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con
la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de
Jesús.” (Rom. 3:25, 26).
f. Por Su Cuidado de Sus Santos, “Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.” (Sal. 103:6). “Mucho me han angustiado desde mi juventud,
Puede decir ahora Israel; Mucho me han angustiado desde mi juventud; Mas no prevalecieron contra mí. Sobre
mis espaldas araron los aradores; Hicieron largos surcos. Jehová es justo; Cortó las coyundas de los impíos.”
(Sal. 129:1-4). Ver también las siguientes Escrituras: Salmos 98:1-3; 145:15-19; II Timoteo 1:6-9.
g. Por Su Cruz. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Sal. 22:1). Podemos captar solo un
vistazo de la cruz leyendo el versículo citado y los restantes textos del Salmo 22. Este Salmo es, por supuesto,
profético, y anunciaba unos 10 siglos antes como Cristo sufriría y moriría en la Cruz del Calvario. La muerte de
Cristo es una perfecta manifestación de la santidad de Dios. Alguien, sin duda, preguntará cómo puede ser esto.
Sabemos que Dios odia el pecado; por lo tanto, cuando su Hijo fue hecho “pecado por nosotros, pese a no haber
conocido pecado,” la actitud de Dios hacia el pecado no varió. Dios odiaba el pecado como siempre lo hizo, aun
cuando su Hijo fue hecho pecado por nosotros. Ni su propio Hijo le hizo cambiar su punto de vista en absoluto.
Jesús, por lo tanto, a causa del pecado llego a ser desamparado por el Padre. Jesús nunca llegó a ser un
pecador, sino que él fue hecho pecado. Y como Dios odia el pecado (“Jehová quiso quebrantarlo, Is. 53: l0a),
Dios abandonó Su Hijo, porque Dios siempre abandona el pecado. La Santidad de Dios no cambia.

V. La Paternidad de Dios

Dios es llamado el Padre a causa de la asociación con él. Popularmente el término "Padre" es propio del
cristianismo. No hay tal cosa como Dios siendo un Padre en el paganismo, esto solo puede ser hallado en el
cristianismo. Hoy existen muchas falacias concernientes a la Paternidad de Dio s. La enseñanza de la Paternidad
de Dios y la hermandad de los hombres no es nada más que Universalismo, que enseña que nadie será enviado
al infierno. Los Universalistas razonan que Dios no enviará a ninguno de sus hijos al infierno, y eso es cierto,
pero no todos los hombres son hijos de Dios. Las Escrituras que los universalistas usan para predicar que Dios es
el Padre de toda la humanidad es Efesios 4:6: “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en
todos.” Pero esto se refiere, en este contexto, a todos los cristianos, todos los creyentes, no a los inconversos
ni a los no regenerados.

A. En la enseñanza del Antiguo Testamento.

“Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro
padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre... Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y
tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.” (Is. 63:16; 64:8).

Dios es mencionado en el Antiguo Testamento como un Padre, pero no como Padre de un individuo. Más bien
se lo considera como el Padre de la nación de Israel. No podemos encontrar en el Antiguo Testamento un texto
que hable de Dios como Padre de un pecador renacido.

B. En la enseñanza del Nuevo Testamento.

El Señor Jesús es el único que presenta a Dios como Padre de individuos. El es el primero en reconocer que Dios
es el Padre de cada cristiano por separado. Las siguientes Escrituras presentan ese concepto: “Y aquel Verbo fue
hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad.” (Juan 1:14); “Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas
cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos
aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era
su propio Padre, haciéndose igual a Dios.” (Juan 5:16-18); “Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y
nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a
tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por
cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la
blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.” (Juan 10:29-33); “Entonces quitaron la piedra de donde
había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.”
(Juan 11:41).

1. Dios es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. La expresión que usamos, “La Paternidad de Dios,” no significa
que Dios vivió por un tiempo y luego engendró al Hijo. Recuerda que Dios es el Padre Eterno, y para ser eterno
Padre, el debe tener un Hijo Eterno. El término “Hijo” en la Escritura no siempre significa hijo por generación;
también puede significar un hijo por relación. Observemos algunas Escrituras en el Antiguo Testamento: “Por
tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre
Emanuel.” (Is. 7:14); y: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Is. 9:6). Note en Is.7:14
que el hijo es nacido; en Is.9:6 el Hijo es dado. Si, el niño en Belén fue nacido, pero esa vida fue el Hijo que había
sido por siempre. El bebe tuvo un principio; el Hijo no tuvo principio. El ha existido siempre, desde la
Eternidad, con el Padre. De modo que, Cristo es el Hijo, no por generación (o por nacimiento), sino por
relacionamiento. El está relacionado con el Padre y con el Espíritu Santo; juntos se relacionan uno con el otro, y
juntos componen la Deidad; Dios nunca podría ser Dios sin que todos los miembros de la Deidad estuviesen
presentes desde la Eternidad y a través de la Eternidad.

En función de que Dios se hiciera carne, debía nacer como cualquier otro hombre; y se manifestó a si mismo
como el Hijo que fue concebido por el poder del Espíritu Santo: “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo
vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá,
será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35); “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,
nacido de mujer y nacido bajo la ley,” (Gal. 4:4).
a. El Padre reconoció a Jesús como su Único Hijo. “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia.” (Mat. 3:17); Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo
amado; a él oíd.” (Lucas 9:35).
b. El Hijo reconoció al Padre como su Único Padre. “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie
conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.”
(Mat. 11:27); “Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,” (Lucas 22:29); “Estas cosas habló
Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo
te glorifique a ti;” (Juan 17:1).
c. Los hombres reconocieran a Jesús como el Hijo único de Dios. “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (Mat. 16:16); “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente....Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.” (Juan 1:34,
49).
d. Demonios reconocieron a Jesús como Hijo de Dios. “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús,
Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mat. 8:29).

2. Dios es el Padre de los creyentes en el Señor Jesucristo. “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y
por todos, y en todos.” (Ef. 4:6).

Queda claro enfáticamente en las Escrituras que Dios no es el Padre de toda la humanidad. El es solamente el
Padre de los hijos nacidos de nuevo de Dios. Todos los seres humanos son criaturas de Dios, pero no todos son
hijos de Dios. El hombre es una criatura de Dios por creación; y llega a ser un hijo por regeneración: “Gracia y
paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. . . por medio de las cuales nos
ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;” (II Pedro 1:2, 4).

No puede haber relación como hijos de Dios sin el nuevo nacimiento espiritual. Un hijo tiene, siempre, la
naturaleza de su Padre. El hombre, que es nacido de Adán, tiene la naturaleza de Adán, la cual es corrupta,
pervertida, pecaminosa. Y el Padre de la naturaleza pecaminosa de Adán es Satanás. De modo que, la
naturaleza de nuestro padre Adán es la misma naturaleza del padre de Adán (Satanás); por lo tanto, nuestra
naturaleza es la misma de Satanás. Todos los pecadores no regenerados tienen a Satanás como su padre:
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida
desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de
suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44). Resumiéndolo, si Satanás es el padre de los
no salvos por el nacimiento natural, debemos llegar a tener un nacimiento sobrenatural para que Dios llegue a
ser nuestro Padre!

Dios no tiene comunión con alguien que es de Adán, porque lo heredado de Adán es de condición y naturaleza
pecaminosa. Dios solo tiene que ver con Su Hijo. El mundo está dividido en 2 grupos; de hecho, solamente hay
2 hombres que Dios reconoce: Adán y Cristo; por eso, los pecadores están divididos por su identidad con estos 2
hombres. Los todavía no salvos están identificados con Adán; los salvos están identificados con Cristo. Todos
los hombres están identificados por el nacimiento natural con Adán; los hombres nacidos de nuevo están
identificados por el nuevo nacimiento sobrenatural en Cristo.

Los hombres no salvos pueden llamar a Dios solo “Dios.” Lo hombres no salvos no pueden llamar a Dios
“Padre.” Solamente los hijos de Dios pueden llamar a Dios “Padre.” Cuando el Señor Jesús estaba colgando del
madero de la cruz, El clamo, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Notemos que Cristo no
clamó, “Padre mío, Padre mío” sino “Dios mío, Dios mío.” ¿Por qué? ¿Por qué no le llamó a Dios “Padre”?
Porque El estaba tomando el lugar del pecador en la muerte de cruz, estaba muriendo el Justo por los injustos.
Y como El estaba tomando el lugar de los pecadores (un pecador no puede llamar a Dios “Padre,” sino
solamente “Dios”), El solo pudo llamarle a Dios, “Dios.”
¿Donde estamos ahora nosotros? ¿Donde esta usted? ¿En Adán o en Cristo? “Porque así como en Adán todos
mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22).

Capítulo 2

Cristología - La Doctrina de Cristo

CRISTOLOGIA

I. Nombres y títulos de Cristo


A. Jesús.
B. Cristo.
C. Mesías.
D. Señor.
E. Jesucristo.
F. Cristo Jesús.
G. El Señor Jesucristo.
H. Yo soy.
I. El Hijo de Dios.
J. El Hijo del Hombre.
K. El Hijo de Abraham.
L. El Hijo de David.
M. El Hijo del Altísimo.
N. El Segundo hombre.
O. El postrer Adán.
P. El Verbo.
Q. Emanuel.
R. Salvador.
S. Rabbi.
T. Rabboni.
U. Maestro.

II. La Encarnación de Cristo.


A. El hecho de la Encarnación.
B. La manera de la Encarnación.
C. Las objeciones a la Encarnación.
D. LOs objetivos de la Encarnación.
E. La perpetuidad de la Encarnación.
F. Las pruebas de la Encarnación.
III. Las 2 naturalezas de Cristo.
A. La humanidad de Cristo.
B. La Deidad de Cristo.
C. La unidad de las 2 naturalezas en Una Persona.
D. Los errores concernientes a las 2 naturalezas.

IV. La muerte de Cristo.


A. El hecho de la muerte de Cristo.
B. La forma de la muerte de Cristo.
C. Las teorías no escriturales concernientes a la muerte de Cristo.
D. Los nombres escriturales de la muerte de Cristo.
E. Los objetivos de la muerte de Cristo.
F. La extensión de la muerte de Cristo.
G. Los resultados de la muerte de Cristo.

V. La Resurrección de Cristo.
A. La importancia de la resurrección de Cristo.
B. El significado de la resurrección de Cristo.
C. Las teorías no escriturales concernientes a la resurrección de Cristo.
D. Las pruebas de la resurrección de Cristo.
E. El resultado de la resurrección de Cristo.

VI. La ascensión y el entronamiento de Jesucristo.


A. El significado de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
B. El mensaje de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
C. La naturaleza de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
D. La necesidad de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
E. El propósito de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
F. Los resultados de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
Capitulo II

CRISTOLOGIA

Cristología, fundamentalmente, es la doctrina de Cristo. Bendito es aquel que le conoce como Señor y Salvador.

A veces se nos advierte que podemos predicar demasiado de Cristo, y de esa manera no enfatizar lo suficiente
las doctrinas de Dios Padre y del Espíritu Santo. Entonces digamos que nunca predicaremos demasiado de
Jesucristo. Y es mas, no hay tal cosa como celos en la Deidad. Por las Escrituras podemos ver que Dios nos hace
enfatizar a Cristo mas de lo que nosotros lo hacemos: “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el
principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;” (Col. 1:18).

I. Nombres y títulos de Cristo

Nosotros creemos en la inspiración verbal de las Escrituras. Eso es, creemos que cada simple palabra en los
manuscritos es la directa palabra escogida por Dios con la cual nos comunica su voluntad. Creyendo
confiadamente, le adjudicamos mucha importancia a los títulos y nombres del Señor Jesucristo. Veamos
entonces algunos de sus Nombres:

A. Jesús.

El nombre Jesús se encuentra en los 4 Evangelios 612 veces, y en el resto del Nuevo Testamento 71 veces. El
Nombre Cristo se encuentra en los 4 Evangelios solamente 56 veces, mientras que en el resto del Nuevo
Testamento el Nombre Cristo se encuentra 256 veces.

El nombre Jesús predomina antes de su muerte, sepultura y resurrección, mientras que Cristo predomina
después.

Jesús es el nombre personal del Señor. Es su nombre terrenal, el nombre que le pusieron al nacer, el nombre
conque vivió y murió. Es el nombre de su humillación; de su sufrimiento; de su tristeza. Es el nombre de aquel
que se humilló a si mismo. El nombre Jesús, en aquellos días del Señor, era bastante común, varios deben
haberse llamado de esa manera. Jesús es la forma griega del nombre hebreo Josué, y ambos significan “Jehová
nuestro Salvador.” Este nombre, Jesús, era el que fue clavado sobre el en la cruz.

Otra vez enfatizamos el hecho de que el nombre Jesús es prominente en los Evangelios, mientras que el nombre
Cristo es mencionado más en las Epístolas. El nombre Jesús fue más prominente antes de que la salvación fuese
hecha y completada, mientras que el nombre Cristo es prominente después de que la obra de salvación fue
terminada. Un cristiano no es una persona que cree en Jesús, el mundo entero cree que hay un Jesús, sino que
un cristiano es alguien que cree en el Señor Jesucristo. ¡El es Señor! Con este conocimiento, que una persona es
salva si confiesa que Jesús es el Senor (Rom. 10:9), y cree que Dios le levantó de los muertos (y sabemos por I
Corintios 15:1-3 que el Evangelio es la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo como sustituto por
los pecadores), Entendemos que hay muy poco “Evangelio” en los 4 Evangelios. Los 4 Evangelios dan muy poca
doctrina de salvación para pecadores; solamente en los últimos capítulos de cada Evangelio nos encontramos
con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Entonces, en los 4 Evangelios el nombre Jesús es
predominante.

Las Epístolas son los escritos que nos brindan claramente la doctrina de salvación por gracia por medio de la fe
en el sacrificio sustitutorio de Cristo. Las Epístolas están llenas de la doctrina de salvación; y el énfasis es sobre
el nombre Cristo y Señor! Antes del Calvario se enfatiza el nombre Jesús; después del Calvario se enfatiza a
Cristo: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios
le ha hecho Señor y Cristo.” (Hechos 2:36); “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le
dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están
en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre.” (Fil. 2:8-11).
Es interesante observar que cuando el estuvo en la tierra (antes de ser crucificado), nunca le llamaron Jesús cara
a cara. Siempre fue llamado Maestro, Señor, o Rabí por sus seguidores: “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor;
y decís bien, porque lo soy.” (Juan 13:13); “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”
(Lucas 6:46).

La razón por la cual el nombre Jesús es mencionado mas en los Evangelios (612 veces) es que los Evangelios
enfatizan su humillación; la razón por la cual el nombre Cristo es mencionado mas en los Hechos y Epístolas es
que estos textos anuncian su exaltación! Hay una razón por la que el nombre Jesús es mencionado en la
Epístola a los Hebreos 8 veces: El Espíritu Santo nos hace saber que esa Persona era un hombre. La institución
de la Cena del Señor es una perfecta ilustración del énfasis sobre el nombre Jesús en los Evangelios, y el titulo
Cristo en las Epístolas: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo.” (Mat. 26:26); “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:
Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;” (I Cor. 11:23).

Los hombres del mundo, los demonios de Satanás, todos le mencionan como Jesús, pero nunca como Señor.
Ciencia Cristiana, Universalismo y Unitarianismo creen en un Jesús, pero ellos afirman que no puede salvar,
porque ellos dicen que no hay pecados de los cuales ser salvos. Cada falso sistema de religión tiene al Señor
Jesucristo como objeto de su ataque. Cada falso sistema religioso argumenta contra el pecado; y haciendo de
ese modo, quitan la necesidad de un Salvador. Dicen que Jesús murió una muerte innecesaria; y haciendo eso,
El no sabia lo que estaba haciendo; haciendo eso, El no debe haber sido el Hijo de Dios, porque Dios conoce
todas las cosas. Puede usted ver que cada ataque sobre el Hijo de Dios, Jesús nuestro Señor, ya sea en contra
del valor de su sangre, su resurrección, su sacrificio sustitutorio o su segunda venida, no es sino un asalto contra
la Deidad de Cristo.

Nosotros no tomamos nuestro nombre de Jesús, sino de Cristo: somos Cristianos. E incluso sabemos que ese
nombre cristianos fue primeramente dado a los creyentes por aquellos que odiaban a Dios y a Cristo; sin
embargo, estamos orgullosos de tomar su querido nombre y cargar su vituperio.

Nunca, recuerde, nunca los inconversos le llamaron Señor, ellos le llamaron Jesús; y nunca los creyentes le
llamaron Jesús, con una sola excepción (y la excepción confirma la regla): “Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y
ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de
todo el pueblo; y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y
le crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo
esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.” (Lucas 24:19-21). Estas fueron palabras de discípulos
decepcionados, todas sus esperanzas habían sido arrasadas cuando Jesús fue crucificado. Ellos todavía no
entendían las Escrituras, ni recordaban las palabras del Señor que había dicho que se levantaría de entre los
muertos, y ellos le hablaron a El como de una causa perdida; y ellos, allí, le llamaron Jesús. Si Cristo no ha
resucitado de los muertos, sus esperanzas, y no solo la de ellos, sino también las nuestras, habrían sido
destruidas. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (I Cor.
15:20). ¡El es Cristo y Señor! No meramente hombre, sino el Dios-hombre.

B. Cristo.

Ya hemos tratado algo acerca del nombre Cristo, pero vamos a agregar algunos detalles:

El nombre Cristo significa el Ungido. Este es el titulo oficial del Hijo de Dios. Cuando escuchamos la palabra
“ungido,” recuerden como, y bajo qué circunstancias, los hombres fueron ungidos. Sabemos que hombres
fueron ungidos como reyes, y profetas, y sacerdotes: “Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te
ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.” (I Sam. 15:1); “A Jehú
hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta
en tu lugar.” (I Reyes 19:16) “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las
vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin
levadura. . . . Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo.” (Lev. 8:1,
2, 12).

1. Cristo fue ungido como Profeta. “Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta
de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a
aquel profeta, será desarraigada del pueblo.” (Hechos 3:22, 23).

2. Cristo fue ungido como Sacerdote. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado.” (Heb. 4:14, 15).

3. Cristo fue ungido como Rey. “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” (Lucas 1:31-33).

En los Evangelios Cristo es presentado como Rey de Israel; en las Epístolas Cristo es presentado como Cabeza de
la iglesia.

C. Mesias.
“Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).” (Juan
1:41); “Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las
cosas.” (Juan 4:25).

Mesías es la palabra hebrea con el mismo significado que en griego Cristo, es decir “El Ungido." El Antiguo
Testamento esta lleno de predicciones sobre el Mesías, mientras que el Nuevo Testamento esta lleno de
cumplimientos en Cristo; el Antiguo Testamento fue escrito en lenguaje hebreo, mientras que el Nuevo
Testamento fue escrito en lengua griega.

D. Señor.

Este es el titulo de Cristo correspondiente a su Deidad, a su autoridad. Los 3 nombres de Dios, como
encontramos en el Antiguo Testamento, están compuestos en un único nombre, Señor. En el estudio de los
nombres de Dios, vimos que la palabra “Dios” viene de la palabra hebrea Elohim, mientras que palabra Señor
viene de la palabra hebrea Jehová, y el otro nombre que se traduce Señor viene del hebreo Adonai, y significa
Maestro.

En el Nuevo Testamento la palabra “Señor” viene de la palabra griega kurios, que significa Señor, Dios, Maestro,
Amo. Esta es equivalente al Adonai del Antiguo Testamento. Y Cristo, el Señor, es nuestro Maestro y Amo:
“Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los
cielos.” (Col. 4:1).
Además, el titulo “Señor” también incluye otro nombre de Dios, y ese es Jehová, y nosotros sabemos eso por el
uso que se le da en el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento traduce “Señor,” cuando en el Antiguo
Testamento la palabra es “Jehovah”: “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.” (Mat.
4:7). En este versículo también vemos que Elohim (Dios) se adjudica al Señor, que es el Señor Jesucristo.

En la doctrina de salvación debemos reconocer que Jesucristo es Jehová, Dios, y Maestro: “que si confesares con
tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Rom.
10:9).

Y si le identificamos como Señor (Jehová, Dios, Maestro), entonces le reconoceremos como nuestro dueño, el
que puede determinar nuestro andar en la vida, el único que tiene derechos sobre nosotros y todo lo que
poseemos. Tenemos una gran responsabilidad para con el; Su Voluntad debe llegar a ser la Voluntad para
nuestras vidas: “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” (Ef. 5:17).
Aun en el matrimonio uno debería permanecer por voluntad del Señor: “La mujer casada está ligada por la ley
mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el
Señor.” (I Cor. 7:39). Esta palabras toman un significado aun más profundo al comprender que un cristiano no
solo debe casarse con una cristiana, sino que lo debe hacer en acuerdo a la voluntad del Señor. Y después de
casados la voluntad del Señor debería ser obedecida: “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como
conviene en el Señor.” (Col. 3:18).

Ningún hombre puede llamar a Jesús Señor, si no es por el Espíritu Santo, porque la carne (la naturaleza carnal y
pecaminosa) no reconoce a Cristo como Señor: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un
cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (I Cor.
12:3).

E. Jesucristo.

Este es otro titulo del Señor, y es una combinación de su nombre personal (Jesús) con su titulo oficial (Cristo). El
énfasis de la palabra es que, Jesús, quien se humilló a si mismo, ahora es exaltado.

F. Cristo Jesús.

El énfasis aquí es inverso, Cristo, el exaltado, una vez se humilló a si mismo; “Haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz.” (Fil.2:5-8).

C. El Señor Jesucristo.

Este es el titulo mas completo del Señor: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” (Ef. 1:3).

H. Yo soy.

Este es un titulo del Antiguo Testamento traído al Nuevo Testamento. Jehová apareció a Moisés en la zarza
ardiente y le mandó que le dijera a Faraón que dejase ir libres a los hijos de Israel desde la esclavitud. “Dijo
Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a
vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO
SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” (Ex. 3:13, 14).

El Señor Jesús se llamó a si mismo el gran Yo Soy cuando estuvo en el jardín de Getsemani. Mientras una
multitud venía hacia él con antorchas y palos, el Senor se adelanto a ellos y les pregunto, “¿A quién buscáis? Le
respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy...” (Juan 18:4, 5). "Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron,
y cayeron a tierra.” (Juan 18:6). Otro texto de la Palabra enfatiza el hecho de que Cristo Jesús era el gran Yo Soy.
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Juan 8:58). “Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad,” (Col. 2:9).

I. El Hijo de Dios

Este es el título de Gloria y Deidad personal del Señor. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será
llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35). “Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley
debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.” (Juan 19:7). Ver también Juan 5:18.

El Señor Jesús es el Hijo De Dios. Un cristiano es un hijo de Dios. El Señor Jesús es el Hijo de Dios por relación y
naturaleza; el cristiano es un hijo de Dios por regeneración y adopción. El Señor Jesús ha sido el Hijo de Dios
desde todo tiempo y eternidad; el cristiano llegó a ser un hijo de Dios cuando confió en Cristo el Señor.

J. El Hijo del Hombre.

Este parece ser el título favorito del Señor para sí mismo, aquel por el cual El se llamaba si mismo vez tras vez:
“Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar la cabeza.” (Lucas 9:58).

Este es el titulo milenial de Cristo. Toda vez que aparece, es usado en conexión con el venidero Reino del Señor
Jesucristo. Aun en el Antiguo Testamento se cumple lo mismo. Alguien puede cuestionar esto diciendo que
Ezequiel se adjudica el mismo titulo, el hijo del hombre. De todos modos, cuando tiene que ver con el Mesías el
Reino Milenial está en contexto.
Este es título del Señor y no de los hombres. Yo soy un hijo de hombre, pero El es el Hijo del hombre.

El título, el Hijo del Hombre, se halla 88 veces en el Nuevo Testamento: 1 en Hechos; 1 en Hebreos; 2 en
Apocalipsis; y 84 veces en los Evangelios; ninguna vez en las Epístolas. Las epístolas son concernientes a la
iglesia, y no al venidero Reino Milenial. Cristo es Rey del Reino, y Cabeza de la Iglesia. Y como la Iglesia no es el
Reino, por lo tanto, el titulo milenial (el Hijo del Hombre) de Cristo no se halla en las epístolas a las iglesias.

K. El Hijo de Abraham.

El Evangelio de Mateo se presenta como “el libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”
(Mat. 1:1). “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes,
como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.” (Gal. 3:16).

El Mesías (el Cristo) llegó a ser judío. Cristo era judío, era el Hijo de Abraham, y por eso el Mesías!

L. El Hijo de David.
Este es el Titulo Real del Señor Jesús: “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús,
Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:47).

M. Hijo del Altísimo.

Este es el titulo de Preeminencia: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el
trono de David su padre; ” (Lucas 1:32).

N. El Segundo Hombre.

“El Segundo Hombre” indica que hubo uno antes que el, solo uno, y ese hombre fue Adán: “El primer hombre es
de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.” (I Cor. 15:47).

O. Postrer Adán.

“Postrer Adán” indica que no hay otro que le siga. Hay solo 2 hombres ante los ojos de Dios: Adán y Cristo. El
mundo está dividido bajo estas 2 cabezas: Adán y Cristo. Todos están en Adán por el nacimiento natural;
solamente son de Cristo aquellos que han experimentado el nuevo nacimiento.

“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.”
(I Cor. 15:45).

P. El Verbo.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.”
(Juan 1:1, 2).

Así como las palabras habladas revelan los invisibles pensamientos del hombre, del mismo modo la visible (y
viviente) Palabra (El Verbo) nos revela el Dios invisible.

Q. Emanuel.

“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con
nosotros.” (Mat. 1:23). Así como las Escrituras nos dicen, significa “Dios con nosotros.” Recuerda, el Señor
Jesús es Emanuel, Dios con nosotros; El nunca nos dejará ni nos desamparará (Heb. 13:5, 6).

R. Salvador.

“que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (Lucas 2:11). No un
ayudador, sino un Salvador!

S. Rabí.

Esto viene de una palabra hebrea que significa maestro. “Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo:
¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?” (Juan 1:38).

T. Raboni.
Este es el mismo concepto anterior “Rabí,” y significa Maestro, pero proviene de lengua caldea. “Jesús le dijo:
¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).” (Juan 20:16).

U. Maestro.

“Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y
pecadores?” (Mat. 9:11). El significado aquí es “Instructor.” No implica la idea de dueño, como en la palabra
“Señor” (Adonai). El mundo hoy en día reconoce que Jesús fue un gran instructor, pero no le reconoce como
Señor. El Señor Jesús no es meramente nuestro instructor: El es nuestro Dios, nuestro Jehová, nuestro Señor!

II. La Encarnacion de Cristo

Esta es una verdad cardinal del cristianismo. Es el principal fundamento sobre el cual nuestra fe descansa. Sin la
Encarnación, el cristianismo no podría mantenerse en pie. No nos han revelado esto los hombres, sino que Dios
mismo lo hizo, a través de la revelación de su Palabra: “Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por
vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean
consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de
conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y
del conocimiento.” (Col. 2:1-3).

La palabra “encarnación” proviene del latín; y cuando hablamos de la encarnación de Cristo, el Hijo de Dios,
implica que Dios se hizo hombre, se manifestó en carne humana.

A. El hecho de la Encarnación.

Dos de los Evangelios, Mateo y Lucas, registran detalles de este acontecimiento. Ambos registros son distintos,
pero ambos exponen hechos reales. Mateo, quien presenta a Cristo como Rey a través de todo el libro, describe
su nacimiento como: “el que ha nacido rey de los judíos,” trazando su linaje a través de Salomón y David hasta
Abraham. Lucas, quien revela a Cristo como el hombre perfecto, enfatiza la humanidad (naturaleza humana) de
Jesús, presentando su linaje a través de Maria, pasando por Natan (otro hijo de David), por David y Abraham,
hasta llegar finalmente hasta el primer hombre, Adán.

1. La Virginidad de Maria. Tanto Mateo como Lucas destacan que ella era virgen. “El nacimiento de Jesucristo
fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del
Espíritu Santo.” (Mat. 1:18). “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de
la virgen era María. . . Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (Lucas 1:26, 27,
34).

2. Se descubre que sería madre antes de su casamiento con José. “para ser empadronado con María su mujer,
desposada con él, la cual estaba encinta.” (Lucas 2:5). Ver también Mateo 1:18-20.

3. La Paternidad divina. Si José no era el padre de Cristo, ¿entonces quién lo era? Dios, por supuesto: “ahora,
concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo
del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y
su reino no tendrá fin.
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser
que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:31-35). Ver también Mateo 1:18-20.

B. La manera de la Encarnación.

La razón por la cual muchos no creen en el nacimiento virginal de Jesucristo es porque ellos piensan que su
nacimiento fue el nacimiento de un mero bebe, y no el nacimiento de un ser único y especial. Recuerden, esto
es la encarnación de Dios, Dios manifestado en carne!

1. Testificado por Mateo.

a. En la genealogía de Cristo. Trazando la descendencia del Señor desde Abraham en capitulo uno, desde
versículo 1 al 17, notamos que la palabra “engendró” se menciona 39 veces, pero se omite después del nombre
de José, el esposo de Maria. José no engendró a Jesucristo: “y Jacob engendró a José, marido de María, de la
cual nació Jesús, llamado el Cristo.” (Mat. 1:16).

Entonces, uno puede preguntar, ¿por qué se menciona su genealogía en primer lugar? La razón es esta: el
futuro Rey de Israel tenia que venir a través de esta línea (David, Salomón, etc.); y, en función de probar que
Jesús era el heredero legal al trono de David, debería mostrarse que El venía de esa descendencia. Cuando José
se casó con la virgen Maria, su hijito engendrado en estado virginal llegó a ser el heredero legal de José y
primero para la línea al trono.

¿Era Cristo realmente un hijo de David? Ciertamente lo era, pero no a través de José y Salomón. El era hijo de
David a través de su madre; trazando su genealogía a través de Natan (otro hijo de David) hasta David. De
sangre Cristo Jesús era un hijo de David a través de Maria; legalmente El era hijo de David a través de José.

b. En la Actitud de José. Veamos Mateo 1:18-25: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María
su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido,
como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del
Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en
ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a
su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del
profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que
traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado,
y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.”

Ahora, ¿si esto no habla de nacimiento virginal, de qué habla? En su propia mente, José estaba convencido de
que Maria su esposa había caído en impureza moral. El razonaba eso, si el no la había tocado otro hombre lo
había hecho. Viviendo bajo la Ley, como un hombre justo que era, pensó en dos alternativas: divorciarse de ella;
o exponerla para que sea apedreada hasta la muerte. Hasta ese momento no había concebido la idea de tomarla
por esposa y confirmar su matrimonio; de hecho, no hasta que el ángel se le apareció y le ordenó que lo hiciera;
y entonces lo hizo.

Hoy en día los hombres, incluso algunos predicadores, piensan que es correcto negar que Jesús nació de madre
virgen. Ellos dicen que José era el padre, pero José testifico que no lo era.
c. En la adoración de los hombres sabios. “vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el
rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. . . al entrar
en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron” (Mat. 2: 2, 11).

Estos hombres sabios realmente fueron hombres sabios. Ellos adoraron al Bebe, y no a su madre María. Estos
hombres fueron hombres de Dios, enseñados y guiados por Dios; ellos no deberían haber adorado al Bebe si
José hubiese sido su padre.

d. En las expresiones “el niño y su madre.” 4 veces aparece esta expresión (Mat. 2:11, 13, 14, 20); nunca se lo
menciona como hijo de José. También referido a esto debemos observar otra declaración: “Después que
partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su
madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño
para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la
muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto
llamé a mi Hijo.” (Mat. 2:13-15). Mi Hijo. No el hijo de José, sino el Hijo de Dios!

2. Testificado por Lucas.

a. En la anunciación a Zacarías. “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu
mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se
regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del
Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor
Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres
a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.”
(Lucas 1:13-17).

Le fue dicho a Zacarías que tendría un hijo y que seria el precursor de Cristo, el Hijo de Dios.

b. En la anunciación a María. “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de
Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.” (Lucas 1:30, 31).

Si María hubiera llegado a estar embarazada de un hombre y Dios todavía la bendijese estando en esa condición,
entonces Dios sería un Dios de maldad. Pero sabemos que El tuvo gracia con ella, ella halló gracia ante El, ella
llegó a tener el niño pero por intervención del Espíritu Santo.

c. En la alabanza de Elizabet. “y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu
vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como
llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que
creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.” (Lucas 1:42-45).

d. En la canción de María. “Entonces María dijo:


Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador...” (Lucas 1:46-55). Esta no es una
canción de una mujer que había concebido en vergüenza; era una canción llena de gozo y alabanza a Dios, quien
la había seleccionado para traer el Mesías al mundo.

e. En la profecía de Zacarías. “Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia
del Señor, para preparar sus caminos;” (Lucas 1:76). Esta es solo una porción de la profecía del padre de Juan el
bautista concerniente a la tarea de Juan, su recién nacido. El declara que Aquel a quien Juan iba a preceder y
anunciar era el Hijo de Dios, y no el hijo de un hombre.

f. En la experiencia de los pastores. “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de
la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de
resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran
gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el
Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y
repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:8-14).

Cuando Cristo nació, los cielos entonaron un mensaje de alabanza. Podría todo esto haber sucedido con un hijo
bastardo? ¡Por supuesto que no! Pero Jesús era lo que la Escritura dice que El es, Cristo el Señor, el hijo de la
virgen María.

C. Objeciones a la Encarnación.

Muchos de los enemigos de Dios están entre los creyentes profesantes, aquellos que dicen ser cristianos, pero
niegan el nacimiento virginal de Cristo. Alguien puede preguntar: “cuando una persona llega a ser salva, ¿tiene
que creer en el nacimiento virginal de Cristo para ser salvo? ¿Es esta una doctrina que debe ser entendida y
creída para ser salvo? Déjenos responder por medio de otra pregunta: “¿cree usted que es posible para una
persona salva no creer en el nacimiento virginal de Cristo?” ¡Por supuesto que no! Todo salvo, todo santo
nacido de nuevo de parte de Dios creerá que nuestro Salvador nació de madre virgen. La única cosa que una
persona perdida tiene que hacer para ser salvo es arrepentirse de sus pecados y confiar en Cristo como su
Salvador, creyendo que El murió por nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos. Una persona salva
creerá en el nacimiento virginal de nuestro Señor.

Aquellos que dicen ser cristianos, y niegan el nacimiento virginal de Cristo, son meros “profesantes” y no
“poseedores” de la salvación. Estos enemigos dentro, y aquellos que están fuera de la iglesia profesante,
objetan el nacimiento virginal por los siguientes argumentos :

1. Algunos estudiosos se oponen a esto. Este argumento no es verdadero, pero no importaría mucho si lo fuera,
porque sabemos que “los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios,
ni tampoco pueden; ” (Rom. 8:7). El corazón no convertido no conoce a Dios ni las cosas que son de Dios; y, por
supuesto, no creerían el nacimiento virginal de Jesucristo. Estudiosos no regenerados puede que no acepten
esta verdad divina, pero ciertamente, una persona no esta realmente educada hasta que crea en Dios y su
Palabra, porque: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la
enseñanza.” (Pro. 1:7).
2. El Nuevo Testamento guarda silencio respecto a esto. Ciertamente Mateo no guarda silencio respecto a esto y
Lucas tampoco guarda silencio respecto a este tema. Dios nos ha provisto 2 testigos, porque “Por boca de dos o
de tres testigos se decidirá todo asunto.” (II Cor. 13:1). Dios cumple la Ley, y eso establece la verdad
concerniente al nacimiento virginal de nuestro Redentor. ¿Y que si hubiera solamente un testigo? Aun así seria
cierto, porque es Dios quien habla.

a. Pero hay un testimonio de Marcos. Tenemos evidencia indirecta que prueba el nacimiento virginal de Cristo.
Marcos no registra el nacimiento virginal de Cristo; ¿podría significar eso que no existió? Por supuesto que no.
El Evangelio de Marcos presenta a Jesús como el Siervo Perfecto; y cuando consideramos un siervo, a nadie le
interesa conocer su genealogía; y por eso el nacimiento de Cristo fue omitido en este libro. El primer versículo
del Evangelio de Marcos declara: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.” Cualquier hebreo
entiende que esto significa que Jesucristo era igual a Dios, y nosotros sabemos que nos relata cosas que hizo
Jesucristo que ningún otro hombre podría haber hecho.

b. Pero también hay un testimonio de Juan. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. . . Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:1, 14). Ciertamente este no es un registro de un mero hombre, sino
del Hijo de Dios, ¡Dios mismo!

c. Pero también esta el testimonio de Pablo. Mientras aclaramos que estos testimonios son de Marcos, Juan,
Pablo, y otros, mantengamos en mente que, aunque estos hombres escribieron las palabras, las palabras son las
palabras de Dios, y ellas expresan Su mente acerca del nacimiento virginal de Su Hijo.

Pablo fue separado “para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas
Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue
declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos. . .
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza
de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; ” (Rom. 1:3, 4; 8:3). “Porque ya
conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que
vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” (II Cor. 8:9). Ver también Filipenses 2:5-7; Gálatas 4:4; I Juan 4:2;
Colosenses 2:8.

3. La iglesia de los primeros tiempos no lo creía. Este es otro argumento falso en contra del nacimiento virginal
que puede ser refutado fácilmente. Los tempranos credos de la iglesia declaran el nacimiento virginal.
a. El Credo Apostólico. Este data del siglo segundo. La palabra “credo” viene del latín, credo, lo cual significa,
“yo creo.” Estos credos vinieron primero en forma oral, y luego escrita.
b. El Credo Niceno. Este pertenece al siglo cuarto. Cuando Arius dijo que Cristo era un ser creado, y no Hijo
desde toda la eternidad, un concilio fue convocado para establecer el hecho de que Cristo, pese a haber nacido
de una virgen, ha existido eternalmente con el Padre. Fue llamado el concilio de Constantinopla (381). Este
concilio también hizo referencias al hecho del nacimiento virginal de Cristo.
c. El TeDeum Laudamus. Este fue un antiguo himno preservado por la iglesia, que prueba que la iglesia de los
primeros tiempos creía en el nacimiento virginal de Cristo.

4. Es contra las leyes naturales. Ante este argumento contra el nacimiento virginal, nosotros replicamos que,
“ciertamente es contra las leyes naturales.” Porque este no fue el nacimiento de un mero bebe, sino el
nacimiento del Hijo de Dios en carne humana. ¿Tomaría usted tiempo para considerar que este debe haber sido
el único medio por el cual Dios podría haber venido en carne, por el nacimiento virginal?
Hay 3 maneras por las cuales Dios hizo seres humanos sin ajustarse a las leyes naturales actuales: (1) Cuando El
hizo a Adán lo hizo sin la intervención de hombre ni de mujer; (2) Cuando El hizo a Eva lo hizo sin intervención de
mujer; y (3) cuando El engendró a Cristo lo hizo sin intervención de hombre.

5. Tiene demasiado de mitología. Es cierto que muchas religiones idólatras han enseñado que sus dioses fueron
vástagos de mujeres, pero no por virginidad; antes bien, aquellas mujeres tuvieron relaciones carnales con otros
dioses que produjeron los dioses de la gente. ¿Acaso puede haber alguna comparación entre el nacimiento de
Jesucristo y las historias contadas en aquellos mitos? Por supuesto que no! Los nacimientos de hombres en
aquellas mitologías no eran de vírgenes, sino el resultado de una relación carnal.

6. Al llamarse a si mismo el Hijo del hombre Jesucristo negaba su nacimiento virginal. Recuerden, el Señor
Jesucristo nunca dijo, “yo soy un hijo de un hombre”; sino, “Yo soy el Hijo del Hombre.”

7. La necesidad de la purificación comprueba que fue un nacimiento natural. Bajo la Ley todas las mujeres eran
impuras. El propósito de esta ley era la higiene, para preservar la salud de la mujer, protegiéndola ante su
esposo mientras ella estuviese en una condición de debilidad, causada por el parto.

D. Los objetivos de la Encarnación.

¿Cuales eran los propósitos del nacimiento virginal?

1. Dar a conocer al Dios invisible. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él
le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). Jesucristo es la exposición de Dios, el Revelador de Dios. Si quieres saber
como es Dios, observa a Jesucristo.

2. Para cumplir la profecía.

a. La semilla como un ejemplo. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Gen. 3:15). Una mujer no tiene semilla o simiente; la
semilla pertenece al hombre. Pero esta Escritura hace mención de “la simiente de la mujer.” Esto es contrario a
la naturaleza y se refiere, por supuesto, al nacimiento virginal, cumplido cuando Maria dio a luz a Jesucristo.

b. La virgen como un ejemplo. “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará
a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Is. 7:14). Esta Escritura significa exactamente lo que dice.

3. Para cumplir el Pacto Davídico. “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. . .
Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por
las gentes; y su habitación será gloriosa.” (Is. 11:1, 10). “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré
a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días
será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia
nuestra.” (Jer. 23:5, 6). “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue
sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con
juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se
sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades,
ni su carne vio corrupción.” (Hechos 2:29-31). Ver también I Samuel 7:4-17; Lucas 1:32, 33.

4. Para sacrificio por nuestros pecados. “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay
pecado en él.” (I Juan 3:5). “porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. . . Diciendo
primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales
cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo
primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10:4, 5, 8-10). “Además os declaro, hermanos, el evangelio que
os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la
palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;" (I Cor. 15:1-4).

a. Un sacrificio de animales nunca quita el pecado. Fue Dios quien instituyó sacrificios de animales. Pero aun así
toda la sangre que por siglos fue vertida en los altares judíos nunca quitó los pecados. ¿Por qué, entonces, fue
ordenado así? Fue para proveer una “cobertura” de los pecados hasta que la sangre de Cristo nos lavara de
ellos. No, los sacrificios de animales nunca pudieron quitar los pecados, porque los sacrificios deben estar a la
altura del hombre, por quien fueron sacrificados.

b. El sacrificio debe ser sin pecado. Los sacrificios de animales no están a la altura del hombre. Además, un
hombre pecaminoso no puede ofrecerse como sacrificio por otro hombre pecador, porque si el primer hombre
pecador debe morir, el debe morir por sus propios pecados.

c. El Sacrificio debe ser un Sacrificio infinito. No solo debe ser un sacrificio a la altura del hombre, por el cual es
ofrecido, sino que además debe ser a la altura de Dios, quien debe ser satisfecho! Jesús, nuestro Señor, cumplió
con todo esto! “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros,
estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24).

5. Para proveer un Sumo Sacerdote. “Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. . . Por tanto,
hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra
profesión, Cristo Jesús; ” (Heb. 2:17; 3:1).

Hoy tenemos alguien, nuestro Señor Jesucristo, quien se para por nosotros ante Dios. Tenemos un acusador
(Ap.12:10), quien nos acusa diariamente delante de Dios, pero también tenemos un Abogado ante el Padre,
quien intercede por nosotros.

6. Para mostrar a los creyentes como vivir. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” (I
Juan 2:6). “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo,
para que sigáis sus pisadas; ” (I Pedro 2:21).

7. Para llegar a ser la Cabeza de una Nueva Creación. “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo
hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.” (Ap.21:5). Ver
también II Corintios 5:17; I Corintios 15: 4, 47.

E. La Perpetuidad de la Encarnación.
Con esto queremos decir “encarnación para siempre.” Dios siempre será manifestado en carne en la persona de
Jesucristo.

1. Es esencial para la integridad de la humanidad de nuestro Señor. Nuestro Señor, ahora en gloria, tiene
hombría, humanidad. El es un hombre hoy.

2. Es esencial para el Sumo Sacerdocio de nuestro Señor. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y
sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos
a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en
lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado,
es poderoso para socorrer a los que son tentados.” (Heb. 2: 14-18). “Y los otros sacerdotes llegaron a ser
muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene
un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios,
viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como
aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo;
porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a
débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” (Heb.
7:23-28). “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo
para presentarse ahora por nosotros ante Dios; ” (Heb. 9:24). “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador
de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra
del trono de Dios.” (Heb. 12:2).

3. Es esencial para el retorno del Señor y su Reino Milenial. “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo,
entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales
también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado
de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:10, 11). “Porque dije: Para siempre
será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad. Hice pacto con mi escogido; Juré a David
mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones.”
(Sal.89:2-4). “En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus
ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; ” (Amos 9:11). Ver también Isaías 9:6, 7; 55:3, 4.

F. Las pruebas de la encarnación.

Las pruebas de la encarnación están centralizadas sobre Jesucristo mismo!

1. Su vida sin pecado. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Heb. 4:15). “Al que
no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (II
Cor. 5:21). Solamente Dios, en carne humana, podría vivir una vida sin pecado.

2. Su resurrección. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (I
Cor. 15:20). ¿Podría El haber resucitado de los muertos si no hubiese sido Dios encarnado? Por supuesto que
no.
III. Las dos naturalezas de Cristo

No puede haber cristianismo sin Cristo. La ortodoxia de cualquier persona, o cualquier iglesia, puede ser
establecida en base a esta pregunta: ¿Que piensa de Cristo?

Nos maravilla ver como los modernistas de hoy tratan de rebajar a Cristo. Incluso están aquellos que tratan de
probar que nunca existió. En una gran Universidad, cierto profesor quiso probar que Cristo fue solo una
invención de la mente. Después de varios argumentos, completó su exposición, y entonces pidió algunos
comentarios. Entonces, un estudiante humildemente le pregunto, “Si Cristo nunca existió, ¿por qué le está
atacando?”

¿Por qué sus enemigos no le dejan si en realidad nunca existió? ¿Por qué hacer algo con él o contra él, si nunca
resucitó de los muertos? ¡Pero El existe; El ha resucitado; El vive para siempre!

¿Quién es El? Esta ha sido la pregunta por 2000 años. Tenemos los testimonios y confesiones de hombres que
le vieron: Juan el Batista: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29); “Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” (Juan
1:34); Andres: “Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el
Cristo).” (Juan 1:41); Felipe: “Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés
en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.” (Juan 1:45); Pedro: “Respondiendo Simón
Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (Mat. 16:16).

Entre las personas había divisiones causadas por esta pregunta, ¿Quién es El? “Entonces algunos de la multitud,
oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos
decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de
donde era David, ha de venir el Cristo? Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él.” (Juan 7:40-43).
Ver también Juan 9:17, 18; 10: 9-20; Lucas 5: 21.

Los hombres han cuestionado la Deidad de Cristo, pero los demonios no. Ellos le reconocieron como el Creador
y futuro Juez: “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para
atormentarnos antes de tiempo?” (Mat. 8:29).

En el juicio del Señor Jesús, predominó esta misma pregunta: “Jesús, pues, estaba en pie delante del
gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.” (Mat. 27:11).
Ver también Mateo 26:63; Lucas 22: 67, 70.

Y mientras colgaba de la cruz, la pregunta todavía agitaba las mentes de sus enemigos: “Y los que pasaban le
injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti
mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.” (Mat. 27:39 40).

Mientras que tenemos los testimonios y las confesiones de aquellos que le vieron, nosotros mismos que
confiamos en El, y que le amamos, tenemos el testimonio interior (Espíritu Santo) de que El es el Cristo, el Hijo
del Dios Viviente: “el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:17); “nadie puede llamar a
Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” (I Cor. 12:3b).

A. La humanidad de Cristo.
En otros tiempos fue la humanidad de Cristo la que estaba bajo ataque, y no su Deidad. Sin importar en qué
tiempos vivamos, Satanás es el común enemigo, y es el que mantiene sus continuos ataques sobre el Señor.

1. El era perfectamente humano. Con esto queremos decir que nuestro Señor, pese a que ha sido desde la
eternidad, cuando El se hizo carne, llegó a tener un cuerpo humano, un alma y un espíritu. El hombre,
sabemos, tiene cuerpo, alma y espíritu: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (I Tes. 5:23).

a. Su cuerpo físico humano. Si, el Señor Jesús, en su humanidad, tenía un cuerpo: “Porque al derramar este
perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.” (Mat. 26:12); (ver también
Hebreos 10:5); un alma: “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para
esto he llegado a esta hora.” (Juan 12:27; ver también Mateo 26:38); y un espíritu; “Y conociendo luego Jesús
en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros
corazones?” (Marcos 2:8; ver también Lucas 23:46; Lucas 10:21).

b. Su apariencia humana. La mujer junto al pozo reconoció a Jesús como un ser humano: “La mujer samaritana
le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos
no se tratan entre sí.” (Juan 4:9). Y después de su resurrección El todavía mantenía su apariencia humana; para
Maria, supuestamente, Jesús era el jardinero, reconociéndole como un ser humano: “Ella, pensando que era el
hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.” (Juan 20:15b).

c. Sus padres humanos. Pese a que Dios era su Padre, el Señor Jesús tuvo una madre humana, lo cual prueba
que El fue humano: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y
nacido bajo la ley, ” (Gal. 4:4); Pablo fue separado para el Evangelio “acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
que era del linaje de David según la carne, ” (Rom. 1:3); “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea;
y estaba allí la madre de Jesús. ” (Juan 2:1). Ver también Mateo 2:11; 13:55; Juan 1:14.

d. Su desarrollo humano. Siendo perfectamente humano, el Señor nació, y creció como todo niño y niña: “Y el
niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él . . . Y Jesús crecía en
sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” (Lucas 2:40, 52).

e. Sus limitaciones humanas. Siendo Dios, llego a ser hombre, y cuando lo hizo, El se limitó a sí mismo a las
esferas de acción del hombre. De ese modo, él tuvo limitaciones humanas, las cuales eran cuestiones no
pecaminosas. Por favor no confunda debilidad y limitación humana, con pecado. El tuvo debilidades y
limitaciones humanas, pero no pecado. El tuvo hambre (“después de ayunar 40 días y 40 noches, tuvo hambre”,
Mat. 4:2); El tuvo sed (“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la
Escritura se cumpliese: Tengo sed.”, Juan 19:28); El sintió cansancio (“Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces
Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.", Juan 4:6); El durmió (“Y he aquí
que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.”, Mat. 8:24).
Ver Mateo 26:36-40, estos versículos describen a pleno la agonía de Cristo en el jardín tal como solo un ser
humano puede sufrir.

f. Su nombre humano. Su nombre humano era común a todos aquellos de aquel tiempo: “Y dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mat. 1:21). Ver también Lucas 2:21.
g. Su sacrificio humano y su muerte humana. Su sacrificio y muerte fueron comunes a los experimentados por
los hombres. Las Escrituras abundan en el hecho que El poseía un cuerpo humano y sufrió como humano (Mat.
26:26-35; Juan 19:20; Lucas 22:44).

Si Jesús no fue un hombre, El no podría haber muerto, porque Dios, en Su verdadera y sola esencia, no puede
morir! Y ciertamente El murió, “y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre,
entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.” (Heb. 9:12). Y El se
levantó de entre los muertos! Y El es aun hombre!

2. El es el ser humano perfecto.


a. El trasciende toda limitación de carácter. Todo se combina en El. Miremos todos los atributos del hombre, y
encontraremos que algunos hombres poseen algunos mientras que otros hombres poseen otros atributos; pero
en El encontramos plenitud, todos los atributos de los hombres.

Creemos que el carácter de Jesús está libre de falsificación.

Piense en su poder comparado con su humildad: en un momento El pudo echar a los cambistas de dinero del
templo, y después lavar los pies de su discípulos.
(1) El tiene toda perfección. Nunca huyó por miedo. Nunca nadie le atemorizó. Nunca fue excitado por el éxito.
El diablo nunca le frustró. El es el hombre sobre todo los hombres. Nadie puede poner a alguien en el mismo
nivel con el Señor Jesús. Tomemos los lideres de este mundo: Cesar, Alejandro el Grande, aun hombres
piadosos, como Moody o Billy Sunday, ellos nunca pueden igualarle. Nadie puede poner los dioses de los
hombres en la misma plataforma con el Señor Jesús. Hay un solo lugar para nuestro Salvador, y ese es el trono

(2) El es sin pecado. El es un ser humano perfecto, el único que este mundo ha visto. Veamos en II Corintios
5:21 y leamos su descripción: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Este versículo de la Escritura no dice que Cristo nunca pecó, pese a que
nunca lo hizo, sino mas bien dice que el era sin naturaleza pecaminosa.

Si un hombre común viviese toda su vida sin cometer pecado, aun así todavía no seria perfecto. Cristo no tuvo
una naturaleza pecaminosa. “por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:
35c). Ha nacido solo un Bebe Santo en todo este mundo, y le llamaron Jesús! Ningún borracho puede ayudar a
un borracho. Un hombre no tiene que llegar a ser un ladrón para ayudar a un ladrón. El Señor Jesús no asumió
una naturaleza pecaminosa en función de ayudar a los que tenemos naturaleza pecaminosa.

Cuando el Señor Jesús estuvo en el desierto 40 días, el conoció lo que era el hambre. El sabe lo que se siente
cuando tenemos hambre. Ningún hombre murió en un madero, o pasó por tiempo de prueba, como El lo hizo
con la cruz. El sabe lo que es sufrir. Nosotros tenemos algo dentro nuestro que quiere pecar, pero El nunca
quiso pecar, esto es lo que El sufrió: el diablo tratando de hacer que El quiera pecar.

Podemos reflotar la vieja pregunta de siglos: “Podría el Señor Jesús haber pecado, o haber querido hacerlo?”
Como Hijo de Dios El ni siquiera quería pecar. Pero, alguien puede agregar, ¿si El no podía haber pecado,
entonces para qué la tentación? Si El no podría haber pecado, entonces la tentación fue una burla! Esa es
exactamente la respuesta! El no fue tentado para ver si pecaría, sino que fue tentado para mostrar (demostrar)
que El no pecaría.
Hay algo más para considerar: si el Señor Jesús podría haber pecado aquí sobre la tierra, entonces seria posible
que pecara en el cielo al hacer intercesión por nosotros. Pero lo cierto es que El no pudo haber pecado en su
vida terrenal, y tampoco hoy El puede pecar en el cielo. El es nuestro perfecto Sumo Sacerdote.

b. El trasciende toda limitación de tiempo. El es para todo tiempo. Sus enseñanzas no quedan desactualizadas.
Por el contrario, ellas están actualizadas! Los libros de nuestros Colegios y Universidades no tienen más de 10
años; ellos cambian. Pero la Palabra del Señor percance cierta y segura.

El es aquel que ha dicho: “Los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Y aunque no tenemos
un registro de El escribiendo un libro sobre su vida, aun Sus palabras son verdaderas, porque ellas no han
pasado!

c. El trasciende todas las limitaciones de todas las nacionalidades. Los judíos eran exclusivos entre todas las
personas, y el Señor Jesús viene del grupo étnico más exclusivo, sin embargo El pertenece a toda tribu, pueblo y
nación! El pertenece a todos. Los chinos piensan de si mismos como chinos; los ingleses piensan de si mismos
como ingleses. Cuando llegamos a ser salvos, tenemos al Señor como nuestro, no importa el grupo étnico al que
pertenezcamos.

¡Cristo fue un mentiroso, un lunático, o Señor! Ningún modernista llega a decir que fue un mentiroso, sino que
solamente El pensó que era Dios. Entonces debe haber sido un lunático. Por supuesto que no fue ni mentiroso
ni lunático; El fue el Hijo de Dios! El Dios hombre!

B. La Deidad de Cristo.

1. Predicciones divinas. “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies.” (Sal. 110:1); “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me
saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq. 5:2).
Ver también Isaías 7:14; 9:8; Jeremías 23:6; y Génesis 3:15.

2. Nombres divinos.
a. Se le llamó Dios. “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:28); “de quienes son
los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los
siglos. Amén.” (Rom. 9:5); “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para
conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la
vida eterna.” (I Juan 5:20). Ver también Mateo 1:23; Juan 1:1; y comparar Salmo 45:6, 7 con Hebreos 1:8.

b. Se le llamó Hijo de Dios. Esto implica igualdad a Dios. “También salían demonios de muchos, dando voces y
diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.”
(Lucas 4:41); “De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de
Dios; y los que la oyeren vivirán.” (Juan 5:25); “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por
la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en
la carne; ” (Rom. 8:3). Miremos estas otras Escrituras: Marcos 1:1; Mateo 27:40, 43; Juan 19:7; 10:36; 11:4.

c. Se le llamó Señor. “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.” (Mat. 12:8); “Vosotros me llamáis
Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.” (Juan 13:13); “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31); “en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y
SEÑOR DE SEÑORES.” (Ap.19:16).

d. Se le llamó por otros nombres divinos. “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre
mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;” (Ap. 1:17). Ver también Apocalipsis 22:13.

3. Igualdad divina. “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que
el mundo fuese.” (Juan 17:5); “y el que me ve, ve al que me envió” (Juan 12:45); “el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” (Fil. 2: 6a); “Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9).

4. Relación divina. Su Nombre fue aparejado al del Padre. “Yo y el Padre uno somos.” (Juan 10:30). “La gracia
del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor.
13:14); “Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna
y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.” (II Tes.
2:16, 17).

5. Adoración divina. La adoración pertenece a Dios. Y Cristo recibió verdadera adoración. Por lo tanto, Cristo es
Dios! “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y
venimos a adorarle. . . Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y
abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” (Mat. 2:2, 11). Los hombres sabios no
vinieron para adorar a María, sino a Cristo Jesús. Años después El aceptó adoración: “Entonces los que estaban
en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.” (Mat. 14:33). Ver también
Mateo 9:18; Lucas 24:52. Si Cristo no hubiera sido Dios, entonces esta adoración hubiese sido idolatría. Es
mandato de Dios que el Hijo sea adorado. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6). “para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no
honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” (Juan 5:23). Esto es cierto por todas las edades, los cristianos
hemos adorado a Cristo como Dios. Los hombres nacidos de nuevo no hubiesen estado satisfechos de adorar a
un mero hombre.

6. Atributos divinos.

a. Omnipotencia. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”
(Mat. 28:18). El tenia poder sobre la muerte: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan
11:25, 26). El tenia poder sobre el orden natural: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en
los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él
subsisten; ” (Col. 1:16, 17). El tenía poder sobre los demonios: “Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a
otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?”
(Lucas 4:36).

b. Omnisciencia. “Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto
creemos que has salido de Dios.” (Juan 16:30). “Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se
entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te
amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.” (Juan 21:17). Ver también Mateo 9:4; 12:25; Lucas 6:8; 9:47; 10:22;
Juan 1:48, 49; Juan 4:16-19; Marcos 2:8.

Aquella pregunta de los doctores de Jerusalén prueba la omnisciencia del Señor Jesús: “Y se maravillaban los
judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?” (Juan 7:15). Esto nos lleva a saber que Cristo
nunca fue enseñado por los hombres. El no necesitó escuela ni tutores. Sus discípulos se sentaban a sus pies,
¿pero a los pies de quién se sentó El? ¡A los pies de nadie! Pablo fue alumno de Gamaliel, pero quién le enseñó
a Jesús? ¡Nadie! Cristo dijo, “aprended de mi”, ¿pero cuando dijo “enséñenme”? Nunca! A veces somos
amonestados a ir a una mayor autoridad, pero a cual autoridad habría de ir El? A ningún otro, porque El tenia
toda autoridad. Cuando dijo el Señor Jesucristo, “no recuerdo, voy a consultarlo?” Nunca! Nunca fue
sorprendido con la guardia baja. En Marcos 12:13 tenemos estas palabras: “Y le enviaron algunos de los
fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.” Ellos trataron de hacerlo caer en
alguna trampa por sus palabras, pero El fue sabio en todo y puso Sus perseguidores en confusión.

(1) Como El enseñaba.


(a) Con Simplicidad. Sus ilustraciones fueron hechas con gran enfoque. Las sacó de la vida misma.
(b) Con autoridad. Nunca escuchamos al Señor decir, “Bueno, como suponemos” (Ver Mateo 7:29; Marcos
1:22).
(2) Lo que El enseñó.
(a) Doctrina. Lo que El enseñó no es popular hoy. Los modernistas sustituyen la doctrina por ética; ellos creen
en la salvación por vida ética.
(b) Ética. Ciertamente Cristo enseñó Ética, pero la doctrina era primero. La Ética debe tener doctrina por
fundamento.
c. Omnisapiencia. “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Col. 2:3).
d. Omnipresencia. “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mat. 28:20). “Nadie subió al cielo, sino el que
descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.” (Juan 3:13).
e. Inmutabilidad. “Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú
eres el mismo, Y tus años no acabarán.” (Heb. 1:11, 12). “mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene
un sacerdocio inmutable; ” (Heb. 7:24). “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Heb. 13:8). Jesús
puede cambiar Su posición, pero Su Persona nunca cambia.
f. Eternidad. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio
con Dios.” (Juan 1:1, 2). “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el
que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq. 5:2). “Jesús
les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Juan 8:58). “No temas; yo soy el
primero y el último;” (Ap. 1:17c).
g. Santidad. “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;” (I Pedro 2:22). “Y sabéis que él apareció
para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.” (I Juan 3:5). Ver también Hebreos 7:26.
h. Amor. Pablo oraba para que los efesios pudiesen “conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” (Ef. 3:19).
(1) Es espontáneo.
(2) Es eterno.
(3) Es infinito.
(4) No se agota.
(5) Es invencible. Ver Efesios 5:25; Apocalipsis 1:5.
i. Justicia. “Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida,” (Hechos 3:14).
7. Oficios divinos.
a. Creación. Toda la crecían es por el accionar de Dios; y Cristo creo, por lo tanto, Cristo es Dios. “Tú, oh Señor,
en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos.” (Heb. 1:10). Ver Juan 1:3; Colosenses 1:16;
Efesios 3:9; Juan 1:10.

b. Preservación. “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta
todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio
de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, ” (Heb. 1:3). “Y él es antes de todas las cosas, y
todas las cosas en él subsisten; " (Col. 1: 17).

c. Perdón. “Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.” (Lucas 7:48). Ver también Marcos 2:5-10.

d. Resurrección. “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo
nada, sino que lo resucite en el día postrero.” (Juan 6:39, 40).

e. Transformación. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (I Juan 3:2).
Ver también Filipenses 3:21.

f. Juicio. “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo. (Juan 5:22). Ver también Hechos
17:31; Mateo 16:27; Mateo 25:31; Romanos 2:16; 14:10; II Corintios 5:10; Apocalipsis 22:12.

g. Salvación. “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” (Juan 10:28).
Ver también Juan 5:25; 6:47; 10:10; 17:2.

C. La combinación de dos naturalezas en una sola persona.

El hombre no lo puede entender. Esta es una prueba de que la Biblia es la palabra de Dios, porque si el hombre
hubiese escrito la Biblia el hubiera dejado de lado las 2 naturalezas de Cristo. Estas son cosas infinitas, y Dios no
procura explicarlas, sino que hace simples declaraciones de esas cosas y hechos; Cristo tiene una naturaleza
humana y una naturaleza divina, y ambas son completas. No es escritural decir que Cristo es Dios y hombre; más
bien, El es el Dios-hombre. Dos naturalezas, con una personalidad, una persona.

Nosotros tratamos de que Juan 1:14 diga, “El Verbo se hizo hombre”; pero dice, “El Verbo se hizo carne.”

Si hacemos que Cristo tenga 2 personalidades, entonces hacemos que la Deidad sea un cuarteto en vez de una
Trinidad.

D. Errores concernientes a las 2 naturalezas de Cristo.


1. Ebionetismo. Este error prevaleció durante el primer siglo de la era cristina. Este punto de vista niega la
Deidad de Cristo. Establece que Cristo tuvo una relación con Dios el Padre después de su bautismo.

2. Corintianismo. Esto era popular durante los días del apóstol Juan. Según este enfoque erróneo, Cristo no
poseyó Deidad hasta que El fue bautizado.

3. Docetismo. Este fue un error en la iglesia en la segunda parte del segundo siglo. Sostenía que Cristo no tuvo
un cuerpo humano. Que El tenía un cuerpo, un cuerpo celestial. El Docetismo negaba la humanidad de Cristo.
Tal error es el “espíritu del anticristo” (I Juan 4:1-3).

4. Arrianismo. Este error negaba la naturaleza divina de Cristo. El Arrianismo sostenía que hubo un tiempo
cuando el Hijo no existía, y que Dios engendró al Hijo después de El. Entonces negaban la preexistencia de
Cristo.

5. Apolinarianismo. Este error sostenía que Cristo poseyó solo un cuerpo humano y que era incompleto. Ellos
razonaron así: el pecado está en el alma de los hombres; Dios no tiene pecado; por lo tanto Cristo no tenia alma;
y por lo tanto el tenía un cuerpo y era incompleto.

6. Nestorianismo. Ellos tomaron las 2 naturalezas de Cristo e hicieron 2 personas de ellas. Eso es, Dios vino y
moró en un hombre perfecto; por lo tanto Dios estaba en Cristo, en vez de Cristo ser Dios.

7. Eutychianismo. Ellos tomaron las 2 naturalezas de Cristo, las pusieron juntas e hicieron una nueva naturaleza.

8. Monotelitismo. Este error consistía en pensar que Cristo tuvo 2 naturalezas, pero una sola voluntad.

9. Unitarianismo. Los unitarianos negaban la Trinidad. Y por consiguiente también negaban la deidad de Cristo.

10. Ciencia Cristiana. Esta creencia niega la humanidad de Cristo.

11. Dawnismo Milenial. Esta creencia niega la existencia personal de nuestro Señor Jesucristo.

IV. La muerte de Cristo.

La cruz es una verdad fundamental en la revelada Palabra de Dios. Y cuando hablamos de la cruz, no hablamos
simplemente del madero sino del sacrificio sobre el madero.

Encontramos el emblema de Cristo y su crucifixión desde Génesis, y a través de todo el Antiguo Testamento. La
razón principal por la que hubo un Belén es porque habría un Calvario. Nuestra Salvación depende de Cristo y su
muerte en la cruz.

A. El hecho de la muerte.

1. La anticipación del Antiguo Testamento.


a. En topologías.
(1) La túnica de pieles (Gen. 3:21).
(2) El sacrificio de Abel (Gen. 4:4).
(3) El ofrecimiento de Isaac (Gen. 22).
(4) El Cordero de Pascuas (Ex. 12).
(5) El sistema sacrificial levítico (Lev. 1:1 - 7:16).
(6) La serpiente de bronce (Num. 21; Juan 3:14, 15).
(7) El Cordero inmolado (Is. 53:6, 7; Juan 1:29).

b. En predicciones.
(1) La simiente de la mujer (Gen. 3:15).
(2) La ofrenda por el pecado del Salmo 22.
(3) El sacrificio vicario de Isaias 53.
(4) El Mesías y el corte de su vida en Daniel 9:26.
(5) El pastor herido de Zacarias 13:6, 7.

2. Revelación del Nuevo Testamento.


a. En General. La tercera parte del libro de Mateo, mas de la tercera parte del libro de Marcos, una cuarta parte
del libro de Lucas, y la mitad del libro de Juan tratan de la ultima semana de la vida terrenal de Cristo.

b. En Particular.
(1) El corazón de Cristo se debía manifestar.
(a) Su muerte. “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más,
estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Rom. 5:10). Ver también Filipenses 2:8; Hebreos 2:9, 14;
Apocalipsis 5:6-12.
(b) Su cruz. “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los
gentiles locura; ” (I Cor. 1:23). Ver también Galatas 3:1; 6:14; Efesios 2:16; Colosenses 1:20.
(c) Su sangre. “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados. (Mat. 26:28). Ver también Marcos 14:24; Efesios 1:7; Colosenses 1:14; I Juan 1:7; Hebreos 9:12, 25;
Apocalipsis 1:5; 5:9.
(2) Las 3 declaraciones concernientes a su muerte deben ser estudiadas.
(a) Fue hecho pecado por nosotros. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (II Cor. 5:21).
(b) El Justo murió por los injustos. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; ” (I Pedro 3:18).
(c) Por nosotros fue hecho maldición. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), ” (Gal. 3:13).

B. La forma de la muerte.

1. Una muerte natural. Su muerte fue una muerte tal como la experimentada por los hombres. Tenia que ser
una muerte natural, porque el era un hombre muriendo por todos los hombres.

2. Una muerte especial. Dios no puede morir, pero Dios tenía que morir si iba a llegar a ser el sustituto del
hombre. Por lo tanto El se hizo una criatura que podía morir. De todos modos, El nunca se contaminó con el
pecado.

Los hombres mueren hoy por causa del pecado; pero El no tuvo pecado. Si no fuera por nuestros pecados, El
nunca hubiera gustado la muerte.

3. Una muerte preternatural. La muerte de Cristo fue marcada y determinada de antemano. Incluso antes de la
caída de Adán, Dios la tenia anticipada. Antes de que el hombre pecara, Dios ya había hecho su provisión para el
calvario, porque Cristo es el Cordero inmolado “desde antes de la fundacion del mundo” (I Pedro 1:20). Fueron
los pecados de los hombres cometidos antes del calvario quitados por la sangre de toros y machos cabrios? No!
Todos los pecados, los cometidos antes y después de la cruz, fueron cargados sobre Cristo en el calvario (Rom.
3:25).

4. Una muerte sobrenatural. Aunque hemos dicho que su muerte fue una muerte natural, aun así fue distinta a
la muerte de los demás hombres. “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a
tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.” (Juan 10:17, 18).

Su muerte fue de su propia voluntad. El mismo entregó su vida; nadie se la quitó. Usualmente toma unos 2 días
para un hombre morir por crucifixión, pero El murió en 6 horas. Mateo 27: 46 y 50 declara que El clamó a gran
voz. Es probable que sus fuerzas todavía no le hubiesen abandonado. El dio su vida; nadie se la quitó. El inclinó
su cabeza y murió; El fue majestuoso, aun sobre la cruz.

Vemos a Cristo sufriendo 2 muertes por nosotros: la primera, la separación de su alma y espíritu de su cuerpo; la
segunda, su separación de Dios. Cristo sufrió esa segunda muerte primero, y la primera muerte después. “Cerca
de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has desamparado?” (Mat. 27:46). Cristo, el mismo Hijo de Dios, estuvo dispuesto a sufrir terriblemente
por varias horas para que el pecador no tuviese que sufrir por toda la eternidad.

C. Teorías no escriturales concernientes a Su muerte.

“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; ” (I Cor. 15:3b). Todo aquello que no se
corresponde a esta Escritura es falso.

1. La muerte de Cristo fue la muerte de un mártir. Algunos piensan que El murió para mostrarnos lo digno que
es morir por la verdad.
¿Como podemos los hijos de Dios abordar este argumento? Simplemente de la manera siguiente: ¿Por qué
Cristo no lo dijo así? ¿Por qué Pablo no lo dijo así? ¿Por qué Pedro no lo dijo así? ¿Y por qué Lucas y Juan no lo
dijeron así? Si Cristo hubiera simplemente muerto como un mártir, ¿por qué los apóstoles no hubieran dicho:
“crean en la muerte de Esteban y serán salvos?, porque Esteban fue un mártir.” Si Cristo murió como un mártir,
¿por qué el Padre no lo acompañó en su muerte como El ha hecho con otros a través de los siglos? Cristo clamó,
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

2. La muerte de Cristo fue accidental. Algunos críticos con esta declaración quieren decir que El fue victima de
un atropello popular. Nosotros sabemos que esto no es cierto, porque el estaba consciente de su futura muerte.
7 veces en el Evangelio de Juan El habló acerca de “mi hora,” la cual estaba en el futuro, y se cumpliría en el
calvario. El no necesitaba morir. Los clavos no retuvieron a Cristo a la cruz, sino su propia voluntad. “Si eres
Hijo de Dios baja de la cruz,” clamaba aquella multitud; pero Cristo no vino del cielo para bajar de la cruz.

3. La muerte de Cristo fue un ejemplo moral. Esta teoría sostiene que un borracho tiene solamente que pensar
en Cristo y mejorará. Para refutar esto preguntamos, “¿por qué su muerte no mejoró a aquellos que le
crucificaron?” Si el ejemplo de Cristo es para mejorar al mundo, entonces el cristianismo es un gran error. ¿Por
qué no miran a la cruz de Pedro?, pues el fue crucificado cabeza para abajo. Es que los hombres necesitan más
que mejorar.
4. La muerte de Cristo fue una exhibición de la disconformidad de Dios con el pecado. En otras palabras, algunas
personas creen que el descontento de Dios con el pecado es demostrado en la cruz en vez del infierno. Si lo
anterior fuese cierto, ¿para qué la encarnación? ¿Por qué no crucificar a uno o más pecadores, en vez del mejor
hombre que ha vivido?

5. La muerte de Cristo fue para mostrarle al hombre que Dios lo ama. Dios ama al hombre, y de hecho la cruz
muestra su amor por él, pero la muerte de Cristo no fue solamente para mostrar el amor de Dios.

6. La muerte de Cristo fue la muerte de un criminal. ¿Puede ser posible que alguien sostenga esta teoría? La
respuesta es “si.” Y refutamos esta teoría trayendo a la memoria que Pilato no halló en El falta alguna. Un
estudio sincero y apropiado de los Evangelios, desacredita esta teoría.

D. Nombres escriturales de la muerte de Cristo.

1. Expiación. Este es un concepto que viene del Antiguo Testamento y significa “cubrir, cobertura.” El único
lugar donde encontramos “expiación” en el Nuevo Testamento es en alguna versión de Romanos 5:11, pero
admitiendo que no es buena traducción; sino que debería traducirse “reconciliación.”
2. Sacrificio. “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque
nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. ” (I Cor. 5:7). Ver también Efesios 5:2; Hebreos
9:26; 10:12.

3. Ofrenda. “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez
para siempre. . . porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. ” (Heb. 10:10, 14).

4. Rescate. “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos.” (Mat. 20:28). También I Pedro 1:18, 19; I Timoteo 2:5, 6. Hemos sido redimidos por el pago de un
precio, el cual es la sangre de Jesucristo.

5. Propiciación. “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por
los de todo el mundo.” (I Juan 2:2). Ver también I Juan 4:10; Romanos 3:25. En Hebreos 9:5 la palabra
“propiciatorio” también se traduce “sitio de misericordia,” lo cual es correcto, porque en estas Escrituras
también la palabra “propiciación” significa lo mismo. La Ley demandaba muerte por el pecado; por lo tanto, la
sangre del sacrificio era colocada en el sitio de misericordia (Ex. 25:22; Lev. 16:13, 14), mostrando que la muerte
había tomado su lugar. Dios miraba a ese sitio y veía sangre, vida, y quedaba satisfecho. Desde el calvario en
adelante, Dios mira a ese sitio de misericordia, el cual es Cristo, y es satisfecha su demanda. Por lo tanto, la
subsiguiente idea de la propiciación es “satisfacción.”

6. Reconciliación. "que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los
hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (II Cor. 5:19). Ver también
Colosenses 1:20. La palabra “reconciliación” significa causar, o afectar un cambio. Nunca en la Escritura
significa que Dios se reconcilia. Es el hombre quien tiene que ser reconciliado; es el hombre quien necesita un
cambio.

7. Sustitución. Esta no es una palabra escritural, pero ciertamente es una idea escritural. “Mas él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” (Is. 53:5, 6). Ver también I Pedro 3:18; II Corintios 5:1.
8. Testador. Un Testamento es una voluntad que va a entrar en efecto a la muerte del Testador. De modo que,
nuestra herencia es aquella que recibiremos, la cual ha sido hecha posible por la muerte del Señor Jesús. “Así
que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las
transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque
donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte
se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. ” (Heb. 9:15-17). Ver también Colosenses 1:12-
14; Efesios 1:1-7.

E. Los objetivos de la muerte.

1. La manifestación del carácter divino. “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los profetas;. . . con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él
sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús; ” (Rom. 3:21, 26).

2. La vindicación de la Ley divina. La Ley es hasta la muerte. No hay misericordia en la Ley, solo justicia. La Ley
condena al pecador a la muerte; Cristo toma el lugar del pecador; por lo tanto, Cristo pagó las demandas de la
Ley.

3. El fundamento del perdón divino. Esta declaración permanece sin desafíos en el Nuevo Testamento. Hay un
lineamiento esencial sobre el perdón, y ese es: aquel que perdona debe asumir sobre si mismo todo los errores
que han sido cometidos. Por ejemplo, si una persona roba un dinero, y el culpable es hallado, pero es
perdonado, ¿quien cubre las perdidas? Aquel que ha perdonado.

F. La extensión de la muerte.

1. Aspectos generales.
a. Su universalidad. Su muerte fue por todos los hombres, por aquellos que iban a creer y por aquellos que no
iban a creer. “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y
de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. ”
(Heb. 2:9). Ver también I Timoteo 2:6; 4:10; Tito 2:11; I Juan 2:2; II Pedro 3:9.

b. Su limitación. La obra de Cristo sobre la cruz es condicionada, su eficiencia depende del arrepentimiento y la
aceptación de Cristo por parte del pecador. “que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque
esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. ” (I Tim.
4:10).

2. Aspectos particulares.
a. Cristo murió por los creyentes. “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. ” (Tito 2:14). Ver también Efesios 5:2; Galatas 2:20; I
Timoteo 4:10.

b. Cristo murió por la iglesia. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a
sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha. ” (Ef. 5:25-27).
c. Cristo murió por los pecadores. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; ” (I Pedro 3:18).
Ver también I Timoteo 1:15; Romanos 5:10.

d. Cristo murió por el mundo. “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir
sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; ” (Ap. 5:9). Ver también Juan 3:16; 1:9; I Juan 2:2.

C. Los resultados de su muerte.

1. En relación al pecador.
a. Proveyó un sustituto. “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado
de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte
por todos. ” (Heb. 2:9).
b. Proveyó un rescate. "el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido
tiempo. ” (I Tim. 2:6).
c. Provee una propiciación. Por causa de la muerte de Cristo, Dios es “sitio de misericordia”, satisfecho. “Y él es
la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. ”
(I Juan 2:2).
d. Provee lo necesario para no imputar el pecado. “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo,
no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. ”
(II Cor. 5:19).
e. Provee una atracción. “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. ” (Juan 12:32).
f. Provee Salvación. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, ” (Tito 2:
11).
g. Provee una invitación de Gracia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

2. En relación con el creyente.


a. Reconciliación. “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; ” (II Cor. 5:18).
b. Redención. “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su
gracia, ” (Ef. 1:7). Ver también Galatas 3:13.
c. Justificación. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
” (Rom. 5:1).
d. Exoneración. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. ” (Rom. 8:1).
e. Posesión. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis
de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. ” (I Cor. 6:19, 20).
f. Santificación. “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una
vez para siempre. ” (Heb. 10:10).
g. Perfección. “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. ” (Heb. 10:14).
h. Admisión. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran
sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:19-22).
i. Identificación. “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego
todos murieron; ” (II Cor. 5:14).
j. Liberación. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo,
para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los
que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. ” (Heb. 2:14, 15).
k. Donación. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas?” (Rom. 8:32).
3. En relación con Satanás.
a. Para Destronarle. “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. ”
(Juan 12:31).
b. Para Despojarle. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, ” (Heb.
2:14).
c. Para Vencerle. “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, ”
(Col. 1:13). Ver también Efesios 6:12.

4. En relación a todo el universo. “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de
él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la
paz mediante la sangre de su cruz.” (Col. 1:19, 20).

Algunos enseñan que Filipenses 2:9-11 habla de una salvación universal, pero no es así. Ese pasaje declara la
verdad de la adoración universal.

V. La Resurrección de Cristo

A. La importancia de la resurrección.

En la Biblia tenemos algunos relatos de personas que fueron traídas de vuelta a la vida. Estas personas, de todos
modos, no fueron resucitadas, sino mas bien restauradas, porque ellos llegaron a morir otra vez. Pero nuestro
Señor resucitó; habiendo muerto una vez por todas y habiendo sido resucitado de los muertos, El ahora vive y
permanece para siempre.

Su muerte fue necesaria, porque El fue hecho pecado por nosotros.

1. Su lugar en la Escritura. Hay como 13 o 14 referencias en el Nuevo Testamento concernientes a la ordenanza


del bautismo, y unas pocas referentes a la Cena del Señor. Sin embargo, el hecho de Su resurrección es
mencionado más de 100 veces.

2. Su parte en el testimonio Apostólico. “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.” (Hechos 4:33). Ver también Hechos 2:32; 17:18; 23:6.

3. Su prominencia en el Evangelio. Si Cristo no resucitó no hay Evangelio. “Además os declaro, hermanos, el


evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo,
si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he
enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; ” (I Cor. 15:1-4).

4. Su Prominencia en la Salvación (I Cor. 15:12-20).


a. Primera Proposición. “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre
vosotros que no hay resurrección de muertos?” (versículo 12).
b. Segunda Proposición. “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.” (versículo 13).
c. Tercera Proposición. “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra
fe.” (Versículo 14). Si Cristo no ha resucitado, el Cristianismo es un engaño.
d. Cuarta Proposición. “Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él
resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.” (versículo 15). Si Cristo no ha
resucitado, cada predicador del Evangelio es un fraude.
e. Quinta Proposición. “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó,
vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.” (16 y 17). Si Cristo no ha resucitado, aun esta muerto, y por
lo tanto no puede redimirnos. La Pena judicial pagada por cualquier crimen no es un caso cerrado hasta que
aquel por quien ha sido pagada quede libre. Mientras Cristo estaba en la tumba, era como que la pena de
nuestros pecados no había sido paga; pero su resurrección muestra que esa Pena ha sido pagada. Y, recuerde,
esta Escritura fue escrita a aquellos que no estaban en sus pecados.
f. Sexta Proposición. “Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.” (versículo 18). En otras
palabras, no habría esperanza para los que murieron creyendo en esto, si Cristo no hubiese resucitado de los
muertos.
g. Séptima Proposición. “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de
conmiseración de todos los hombres.” (versículo 19). Si toda nuestra esperanza depende de la resurrección de
Cristo, y si El no ha resucitado, nosotros seríamos entre los hombres los mas dignos de lastima. No podemos
hacer nada más para asegurar la salvación, y si nuestro Salvador no ha resucitado, no tenemos Salvador. Mejor
deberíamos mirar otra religión.
h. Octava Proposición. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es
hecho.” (versículo 20). Alabado sea el Señor, El ha resucitado! El vive! Somos salvos por un Redentor viviente.
Nosotros, de entre todos los hombres, somos los únicos pecadores que somos salvos.

B. El significado de la Resurrección.

Por Resurrección queremos decir resurrección corporal, no meramente una resurrección en espíritu.

1. Provisión de la Tumba. Guardias fueron colocados para asegurar que nadie se robase o tocase el cuerpo.
“Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.” (Mat. 27:66).

2. Reconocimiento de los Discípulos. “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu
mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor
mío, y Dios mío!” (Juan 20:27, 28).

3. El testimonio de los Apóstoles. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.” (Hechos
2:32).

4. Un testimonio del Señor mismo. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer
mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y
resucitar después de tres días.” (Marcos 8:31).

5. El anuncio de nuestra Transformación. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre
padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto,
y resucitar después de tres días.” (Fil. 3:20,21).
C. Las teorías no escriturales concernientes a la Resurrección.

1. La teoría del cuerpo no sepultado. Algunos incrédulos sostienen que el cuerpo nunca fue sepultado en la
tumba, que los cuerpos de los 2 ladrones, y Cristo, fueron arrojados a un montón de basura. De todas maneras,
esto contradice las propias leyes judías: “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo
hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo
enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios
te da por heredad.” (Deut. 21:22, 23).

2. La teoría de la tumba no vacía. Aquellos que sostienen esto dicen que su cuerpo aun esta allá en aquella
tumba. Seguramente el sentido de lógica refutaría este argumento, porque si Cristo no hubiese resucitado, el
diablo habría descubierto y dado a conocer su cuerpo durante tantos años.

3. La teoría del cuerpo trasladado. Esta es la teoría que propone que José de Arimatea movió o trasladó el
cuerpo fuera de la tumba. Ante este argumento preguntamos, “Si movió el cuerpo, ¿por qué no movió también
sus envestiduras?” Todos admitimos que si José removió el cuerpo, lo debería haber hecho en secreto. Si lo
hizo en secreto, ¿por qué no hizo rodar la roca de nuevo sobre la entrada?

4. La teoría de que las mujeres se equivocaron. Esta teoría sostiene que las mujeres malinterpretaron lo que los
hombres en el sepulcro habían dicho. Refutamos esto diciendo que la Palabra no declara eso, y la Palabra es la
única autoridad y testimonio que tenemos.

5. La teoría del error deliberado. Esta teoría sostiene la idea de que Cristo no murió por completo, sino más bien
que agonizó en la cruz y fue reanimado por el aire fresco de la tumba. Si ese fue el caso, ¿adonde fue?
Seguramente, como El era objeto de interés popular, hubiera sido reconocido y abiertamente aceptado o
rechazado.

6. La teoría del fraude. Esta teoría establece que los Apóstoles deliberadamente mintieron y engañaron a
aquellos que le escucharon. No obstante, todos los Apóstoles, excepto Juan, murieron martirizados. ¿Por qué?
A causa de su devoción a Cristo y Su resurrección. ¿Habría cada uno de ellos sacrificado sus vidas por una
mentira tan grande? ¡Por supuesto que no!

7. La teoría del autoengaño. Esta especulación declara que los apóstoles tuvieron una ilusión; eso es que ellos
pensaron que El resucitó de entre los muertos, se convencieron de eso, hasta llegar a creerlo. Sabemos, de la
experiencia humana, que las ilusiones pronto se esfuman, y que despertamos a la realidad. Los Apóstoles no
podrían haberse engañado a si mismos por mucho tiempo.

8. La teoría de la Alucinación. Esta idea supone que ellos pensaron que habían visto al Salvador resucitado,
cuando meramente era una alucinación causada por sus nervios y aquellas fuertes emociones. ¿Puede usted
imaginarse a Pedro con delirios, y a Tomas histérico?

9. La teoría de la recolección. Este punto de vista ve a los Apóstoles como histéricos huyendo a Samaria, y dice
que mientras estuvieron solos en aquel lugar, ellos comenzaron a pensar que Jesús todavía estaba con ellos, y
de allí viene la idea de que El resucito de entre los muertos. Las Escrituras, sin embargo, declaran que ellos
permanecieron en Jerusalén a puertas cerradas hasta que El se reveló a ellos.

10. La teoría del malentendido. Este razonamiento admite que el salvador murió, pero dice que los Apóstoles
predicaron la resurrección de su espíritu, y no la de su cuerpo; pero que de todas maneras, la gente lo tomó
equivocadamente. La palabra “resurrección” nunca se conecta a un espíritu, sino mas bien con el cuerpo,
porque el espíritu nunca muere.

11. La teoría de la visión espiritual. Esta suposición sostiene que los apóstoles vieron algo. Pero lo que vieron
fue una visión mentirosa, no el Señor. El diablo los debe haber engañado. Pero, en realidad, si había algo que el
diablo no quería que ellos creyeran, era precisamente la resurrección de Cristo, e incluso, una visión mentirosa
de esa verdad. Cristo mismo disipó este argumento al declarar, después de Su resurrección, que “un espíritu no
tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.”

12. La teoría de los gemelos. Aquellos que ofrecen esta sugerencia dicen que Cristo tenia un hermano gemelo, y
que 3 días después de haber sido crucificado y sepultado, Su hermano gemelo se mostró, declarando que el era
Cristo resucitado de los muertos. Ante eso preguntamos, “¿donde estuvo escondido este gemelo durante 33
años?”

D. Las pruebas de la Resurrección.

1. La Tumba vacía. Los Evangelios declaran que la gente tenía 2 puntos de vista concernientes a su resurrección.
Un grupo, dijeron que alguien había robado su cuerpo; el otro grupo decía que había sido resucitado por el
poder divino. La tumba vacía prueba el segundo. Una guardia romana, compuesta de 60 hombres en 4 grupos
de 15, fueron establecidos para vigilar la tumba. Cada grupo guardaba la tumba durante un periodo de 6 horas.
La guardia fue ordenada para custodiar la tumba ante el probable robo del cuerpo de Cristo. Ahora, los
enemigos no deseaban robar el cuerpo. Sabemos que los Apóstoles no lo robaron, ellos estaban atemorizados.
Aun en su crucifixión ellos huyeron. Los soldados fueron pagados por los incrédulos para dar falso testimonio.
No es acaso llamativo que los sacerdotes judíos no procesaran a los soldados, si el cuerpo verdaderamente
había sido robado? Si los discípulos hubieran robado el cuerpo, ¿acaso los sacerdotes no les hubieran
presionado hasta que ellos admitieran tal hecho? ¿Por qué ellos ni siquiera hicieron algo? Simplemente porque
ellos no creían la historia de que lo habían robado.

Era una tumba nueva, ningún cuerpo había estado antes en ella, y sin dudas y no hubo dudas de quién había
resucitado de entre los muertos cuando la tumba quedó vacía. Estaba cavada en roca, sólida roca abajo, arriba,
y a todos los costados. No había otra entrada.

2. Su envestidura mortal. En oriente los cuerpos de los muertos eran envueltos en sábanas con especias y
ungüentos, desde la nuca hasta los pies, en manera similar a las usadas para las momias egipcias. La cabeza era
envuelta por separado con sudario. Cuando todo el proceso se terminaba, el cuerpo quedaba firmemente
envuelto. Cuando Pedro entró para examinar la tumba por dentro, el vio que ese envoltorio no había sido
alterado, el cuerpo de Cristo había salido de la tumba sin desacomodar ni un simple lienzo. Pedro vio que la
envestidura estaba sin desacomodar; las sábanas aparentaban estar como habían sido envueltas alrededor del
cuerpo, pero no había cuerpo.
Y respecto a la tumba, la roca no fue corrida para dejar salir a Cristo, ¡El ya estaba afuera! Al tiempo de salir de
sus envestiduras mortales El también salió de la tumba. Si, El ya estaba afuera de la tumba momentos antes de
que la piedra fuera corrida. Por un momento los guardias habían estado haciendo vigilancia sobre una tumba
sellada, pero vacía.

3. Las apariciones de Cristo. En I Corintios 15:1-11 tenemos registrado el número de testigos que vio al Señor, al
Salvador resucitado. Aparentemente este número no incluye a mujeres. El número de testigos registrados en la
Palabra del Señor es mas de quinientos. Ciertamente, acorde a la jurisprudencia aceptable, hay suficiente
evidencia de que El resucito de entre los muertos.
4. El carácter de Cristo. No hay mayor prueba en la contienda por su resurrección que Su carácter. Pensar que
tan vergonzoso final vino sobre El, que era el Perfecto! Ciertamente, Dios en Su Justicia no dejaría al único
hombre sin pecado permanecer en la tumba.

5. El Nuevo Testamento. Los 27 libros que componen el Nuevo Testamento son el efecto; la causa el Cristo
resucitado. Sin la resurrección de Cristo, no hubiera habido ningún Nuevo Testamento. La muerte de Cristo
había deprimido a los discípulos. La fe de ellos estaba destruida. Si Cristo no les hubiese aparecido de nuevo,
ellos nunca hubieran escrito nada de El. La historia de su vida creció desde su resurrección.

6. La iglesia de los Apóstoles. Los Apóstoles comenzaron a predicar en Jerusalén solo unas 7 semanas después
de su crucifixión. Justo allá en Jerusalén, donde Jesucristo había sido crucificado y sepultado, los Apóstoles
declararon que Cristo había resucitado de entre los muertos. Si Cristo no había resucitado, los enemigos
podrían haber presentado el cuerpo, porque ellos le habían crucificado y guardado. El silencio de los judíos fue
una prueba de su resurrección tal y como los escritos de los discípulos.

7. Los discípulos transformados. La resurrección trajo una transformación sobre los discípulos. Antes, ellos
habían visto a Cristo morir, y entonces su fe se había desmoronado. Dos de ellos dijeron, “Pero nosotros
esperábamos que él era el que había de redimir a Israel” (Lucas 24:21) Palabras tristes, sin esperanza. Su fe
entonces había muerto. Ellos se habían reunido juntos a puertas cerradas, atemorizados, temiendo por sus
vidas, cuando el Señor les apareció. No fue fácil convencerlos de Su resurrección, aun pese a que estaba delante
de ellos. Pero cuando ellos fueron convencidos, nada pudo alguna vez cambiarlos.

¿Y qué de aquel dubitativo Tomas? El no estaba presente en la primera aparición de Cristo ante sus discípulos,
y, por lo tanto, el dudó. Y yo estoy contento de que Tomas haya dudado. Su incredulidad desapareció en la
segunda aparición del Salvador; consecuentemente, todas nuestras dudas concernientes a la resurrección
pueden ser removidas.

8. La conversión de Saulo. La iglesia nunca había tenido un enemigo más grande que Saulo de Tarso. El era un
individuo muy bien conocido en el judaismo, perteneciente a la secta de los fariseos, que creía en la futura
resurrección de los muertos, pero ciertamente no en la resurrección de Jesús. ¿Qué hizo cambiar a este terrible
perseguidor de la iglesia en un grandioso predicador de Cristo? ¡La resurrección de Cristo! Desde aquel día
camino a Damasco, el nunca más dudó de la resurrección. El sufrió a manos de sus propios compatriotas y en
las cortes judiciales de extraños a causa de su fe en la resurrección de Cristo.

9. La experiencia cristiana. Desde que hemos nacido de nuevo, esperanza ha sido puesta en nuestros corazones
de que nuestros pecados han sido quitados y nuestra futura resurrección nos ha sido asegurada. Esta esperanza
solo podría ser garantizada por un Salvador resucitado. No somos salvos de nuestros pecados por una madre
viviente, ni por un judío muerto, sino por un Señor resucitado.

10. El registro de los Evangelios. Los Evangelios fueron escritos o dictados por testigos de aquellos hechos:
“testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que
resucitó de los muertos.” (Hechos 10:41b). En una lectura de los Evangelios, notamos pequeños detalles,
palabras y frases, que nos prueban cuan naturales y verdaderos fueron aquellos acontecimientos de la vida.

E. Los resultados de la Resurrección.

1. En relación a Cristo mismo.


a. Fue el sello de la aceptación del Padre. En otras palabras, el sacrificio de Cristo fue suficiente y aceptado por
Dios. “Es el "Amén" de Dios al "consumado es" de su Hijo.
b. Fue la marca del divino Hijo. Cristo fue “declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por
la resurrección de entre los muertos, ” (Rom. 1:4). Al ser clavado en la cruz, El fue desamparado por Dios. Dios
no habría de dejar desamparado a su Hijo; por lo tanto Dios lo resucitó de entre los muertos.
c. Fue la demostración de su victoria.
(1) Sobre el diablo. Si el Diablo hubiera podido mantenerlo en la tumba, habría sido una victoria completa para
Satanás. De todos modos, Cristo se levantó de entre los muertos, garantizando salvación para cada alma
creyente. Ahora manda a cada creyente ponerse toda la armadura de Dios en función de resistir los embates del
Diablo. Una pieza de esa armadura es el yelmo de la salvación.
(2) Sobre la muerte. “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo,
vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en
vosotros.” (Juan 14:19, 20). Ver también II Timoteo 1:10.
d. Fue la ilustración de la incorruptibilidad. El propósito y la gracia de Dios “ahora ha sido manifestada por la
aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el
evangelio, ” (II Tim. 1:10).

2. En relación al creyente.
a. Prueba su Justificación. “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que
creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. ” (Rom. 4:24, 25).
b. Ilustra su Poder. Pablo oró para que Dios pudiese darle a los efesios “espíritu de sabiduría y de revelación en
el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a
que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual
operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, ” (Ef. 1:17,
18,19, 20).
c. Provee un Sumo Sacerdote. “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a
Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. ” (Heb. 7:25). Ver también Romanos 8:34; Hebreos 3:1; 7:22.
d. Nos hizo renacer a una esperanza viva. “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su
grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, ” (I Pedro
1:3,4).
e. Garantiza nuestra resurrección. “sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos
resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. ” (II Cor. 4:14). Ver también I Corintios 15:22; I
Tesalonicenses 4:14.

3. En relación al mundo.
a. Da evidencia de su Verdad. Todo lo que dijo es sustentado por su resurrección, porque Dios no levantaría un
mentiroso de entre los muertos, y además le declara ser Su Hijo. Su acto prueba Su favor.
b. Da evidencia de la resurrección universal. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos
serán vivificados. ” (I Cor. 15:22).
c. Da evidencia de su Juicio al mundo. “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia,
por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:31).

VI. La ascensión y el entronamiento de Jesucristo.


Su ascensión es un hecho histórico. Si se niega su resurrección, entonces su ascensión también debería negarse.
Es difícil para algunas personas aceptar que un cuerpo glorificado está en la gloria celestial; pero, sin embargo, El
está allá.

A. El significado de la ascensión y el entronamiento del Señor.

1. De Su Ascensión. Es ese evento, después de su resurrección, en el cual El partió visiblemente desde la tierra al
cielo. “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos
varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al
cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
(Hechos 1:9-11).

2. De su entronamiento o exaltación. Este fue el acto de Dios por el cual le dio al resucitado y ascendido Señor,
todo poder y gloria, sentándolo a la diestra del trono de Dios. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos
nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del
Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. ” (Hechos 2:32, 33). “Al que venciere, le daré que se
siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. ” (Ap. 3:21).
Cristo no está ahora sentado en su propio trono, sino en el trono de su Padre.

B. El mensaje de la Ascensión y el Entronamiento.

1. En Profecía.
a. Testimonio del Salmista. “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.”
(Sal.16:10, 11). Ver también Salmo 68:18; 110:4, 5.
b. Testimonio del Salvador. “¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?” (Juan 6:62).
Ver también Juan 16:28.
c. Testimonio de Lucas. “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro
para ir a Jerusalén.” (Lucas 9:51).

2. En la Historia.
a. Testimonio de Marcos. “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la
diestra de Dios.” (Marcos 16:19).
b. Testimonio de Lucas. “Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.” (Lucas
24:51). Ver también Hechos 1:9-11.
c. Testimonio de Esteban. “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de
Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que
está a la diestra de Dios.” (Hechos 7:55, 56).
d. Testimonio de Pedro. “quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles,
autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22). Ver también Hechos 3:15, 20, 21; 5:30, 31.
e. Testimonio de Pablo. “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó,
el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” (Rom. 8:34). Ver también
Efesios 1:20, 21; 4:8-10; Colosenses 3:1; I Timoteo 3:16.
f. Testimonio de Juan. Todo el capitulo uno de Apocalipsis declara el testimonio de Juan respecto al ascendido y
entronado Señor Jesucristo.

C. La naturaleza de la Ascensión y el Entronamiento de Jesucristo.


1. El ascendió corporalmente y visiblemente. Lucas escribió: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de
todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber
dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; ” (Hechos 1:1, 2). Ver también
Hechos 1:9-11.

2. El traspasó los cielos. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de
Dios, retengamos nuestra profesión.” (Heb. 4:14).

3. El fue hecho más sublime que los cielos. Esto significa que El fue hecho más alto que todos los seres creados
en los cielos. “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los
pecadores, y hecho más sublime que los cielos.” (Heb. 7:26).

4. Se sentó a la diestra de Dios. “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ” (Heb. 8:1). Ver también
Efesios 1:20; Colosenses 3:1.

D. La necesidad de la Ascensión y el Entronamiento de Cristo.

1. Para demostrar que su obra estaba completa. “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador,
para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. (Hehos 5:31). El dijo, “He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante
la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10: 9, 10). En el tabernáculo aquí en la
tierra no había sillas, y eso significaba que ese sistema nunca completaría la obra aquí en la tierra. El entró en el
cielo y se sentó, y eso declara que la obra de la redención fue un hecho terminado.

2. Para facilitar la adoración humana. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios
es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:23, 24).

3. Para el envío del Espíritu Santo. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me
fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.” (Juan 16:7).

4. Para constituirse como Cabeza de la iglesia. “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. ” (Ef. 1:22, 23).

E. El propósito de la Ascensión y el Entronamiento.

1. El entró en el cielo como nuestro Precursor. “donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo
sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.” (Heb. 6:20). Otra idea para la palabra es la de un
príncipe líder, alguien a quien siguen los demás. El Señor Jesús nos precedió; le seguiremos para estar con El.

2. El entró al cielo como un repartidor de despojos de batalla. “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva
la cautividad, Y dio dones a los hombres. . . Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, ” (Ef. 4:8, 11).
3. El fue al cielo para preparar lugar. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y
os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:2, 3).

F. Los resultados de la Ascensión y el Entronamiento.

1. Nos da un Intercesor ante Dios. “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; ” (Heb. 9:24). Ver tambien Hebreos 7:25.

2. Nos da acceso a Dios. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de
Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro.” (Heb. 4:14-16).

3. Nos da habilidad para el servicio. “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las
hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” (Juan 14:12). “Mayores obras” no significa
sanidades, milagros o lenguas, sino el esparcir el Evangelio de salvación. Por ejemplo, Pedro habló, y 3000 se
convirtieron; y habló otra vez, y 5000 se convirtieron.

4. Nos da confianza en la Providencia de Dios. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan
a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Rom. 8:28).

5. Nos da una posición celestial. "y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús, ” (Ef. 2:6).
Capítulo 3

Neumatología - La Doctrina del Espíritu Santo

Neumatología

I. La Personalidad del Espíritu Santo.


A. Propiedad Personal.
B. Pronombres Personales.
C. Hechos Personales.
D. Reacciones Personales.
E. Relaciones Personales.
F. Designaciones Personales.

II. La Deidad del Espíritu Santo.


A. El es identificado como Dios en el Antiguo Testamento.
B. El es llamado Dios.
C. El posee atributos Divinos.
D. El hace las obras de Dios.
E. El ejercita la Soberanía de Dios.
F. El debe ser reconocido como Dios.
G. Debemos depender de El como Dios.
H. Podemos llegar a pecar contra El, Dios.
III. La obra del Espíritu Santo.
A. En el Antiguo Testamento.
B. En el Nuevo Testamento.
Capitulo III

Neumatología

Neumatología deriva de la palabra griega pneuma, que significa espíritu, viento, o aliento. Por lo tanto,
Neumatología es la doctrina del Espíritu, o aliento de Dios: la doctrina del Espíritu Santo.

La doctrina del Espíritu Santo es en realidad una doctrina bíblica. La Biblia es la única fuente de la que podemos
tomar información segura concerniente a El. Solo la fe cristiana tiene al Espíritu Santo.

Mientras estudiamos la doctrina del Espíritu Santo, mantengamos en mente que Cristo es el centro de este libro,
el gran tema de toda la revelación. Si no ponemos a cada uno en su lugar, tendremos confusión. El Espíritu
Santo no puede desplazar al Hijo de Dios. El Espíritu Santo no viene a hablar de si mismo, sino de Cristo.
Alguien que hable continuamente del Espíritu y omita al Hijo muestra evidencias de que realmente no tiene al
Espíritu.

I. La Personalidad del Espíritu Santo.

Primero una palabra de precaución: No llames al Espíritu Santo “algo.” A veces confundimos personalidad con
visibilidad. Personalidad no es atributo de un cuerpo; es atributo de un espíritu.
En un sentido, usted mismo nunca ha sido visto; porque usted no es un cuerpo, sino un espíritu en un cuerpo.

A. Propiedad Personal.

1. El posee Inteligencia. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia
según el mismo Espíritu; ” (I Cor. 12:8). Ver también Isaías 11:2, 3; Nehemías 9:20; I Pedro 1:11; II Pedro 1:21; I
Corintios 2:10, 11.

2. El posee una Voluntad. “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere.” (I Cor. 12:11).

3. El posee Poder. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en
esperanza por el poder del Espíritu Santo. . . con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de
Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de
Cristo.” (Rom. 15:13, 19). Ver también Zacarías 4:6; Isaías 11:2; Efesios 3:16.

4. El posee Conocimiento. “las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros
por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres
sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de
Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene
de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, ” (I Cor. 2:10-12).

5. El posee Amor. “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me
ayudéis orando por mí a Dios, ” (Rom. 15:30).
B. Pronombres Personales.

El Nombre Personal del Espíritu Santo es desconocido. El titulo “Espíritu Santo” es una designación, lo que El es;
no es Su Nombre. El silencio de las Escrituras respecto a Su Nombre Personal es muy significativo. El oculta su
propio nombre, para que el nombre del Señor Jesucristo sea exaltado. El título “Espíritu Santo” es un sustantivo
neutro en griego, pero cuando un pronombre se usa en su lugar, siempre se usa pronombre masculino. “Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al
cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con
vosotros, y estará en vosotros. . . Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él
os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:16, 17, 26). Ver también Juan
16:7, 8, 13-15; Romanos 8:16, 26.

C. Hechos Personales.

¿Por qué nosotros actuamos como seres humanos? Porque lo somos. ¿Por qué el Espíritu Santo actúa como un
persona? Porque es una Persona.

1. El habla. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para
la obra a que los he llamado.” (Hechos 13:2).

2. El Intercede. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como
conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” (Rom. 8:26).

3. El testifica. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual
procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26).

4. El da mandatos. “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar
la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.” (Hechos
16:6, 7).

5. El supervisa. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” (Hechos 20:28).

6. El guía. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” (Juan 16:13).

7. El enseña. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas
las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26).

D. Reacciones Personales.

Es notable que ciertos hechos que pueden ser cometidos contra el Espíritu solo pueden ser cometidos contra
una persona. El Espíritu tiene sentimientos.

1. El puede ser contristado. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de
la redención.” (Ef. 4:30).
2. Puede ser enojado. “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió
enemigo, y él mismo peleó contra ellos.” (Is. 63:10).

3. Puede ser tentado. “Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta
los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.” (Hechos 5:9).

4. Puede ser resistido. “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al
Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos 7:51).

5. Puede ser blasfemado. “pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino
que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.” (Marcos 3:29, 30).

E. Relaciones Personales.

1. Con el Padre. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo; ” (Mat. 28:19).

2. Con Cristo. “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan 16:14).

3. Con los cristianos. “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más
que estas cosas necesarias: ” (Hechos 15:28).

F. Designaciones Personales.

1. El nombre Paracleto. Esta es una palabra griega que significa uno llamado al lado para ayudar. “Pero cuando
venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26).

2. Otras especificaciones.
a. Espíritu de la promesa. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13).
b. Espíritu de Poder. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de
consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.” (Is. 11:2).
c. Espíritu de verdad. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:16, 17).

II. La Deidad del Espiritu Santo.

El es una Persona Divina. El es Dios! El es coigual, coeterno, coexistente con el Padre y con el Hijo. De todos
modos, El es designado como la tercera persona de la Trinidad. En nuestras propias vidas, puede haber
personas que son iguales en estado, pero son subordinados en posición. Lo mismo sucede con el Espíritu Santo.
Como un ser, El es igual al Padre y al Hijo, pero en posición El es subordinado al Padre y le da precedencia al
Hijo. Tomen nota: No hay celos en la Deidad.

A. El es identificado como Deidad en el Antiguo Testamento.


Jesús del Nuevo Testamento es Jehová del Antiguo Testamento; el Espíritu Santo del Nuevo Testamento es
Jehová del Antiguo Testamento. “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,
dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo.” (Jer. 31:33). “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos
atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré,” (Heb.
10:14, 15, 16).

B. A El se lo llama Dios.

1. En Hechos 5:3, 4. "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu
Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu
poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios." Ananias y Safira
murieron instantáneamente por haber mentido al Espíritu Santo. Ellos mintieron en el tiempo de la
consagración. Ellos no cayeron bajo juicio por no dar de su dinero, sino porque aseguraron que lo habían dado
todo. Ellos mintieron a la iglesia pero aun más, mintieron al Espíritu Santo.

2. En I Corintios 3:16. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”
Nosotros somos el templo de Dios porque el Espíritu mora en nosotros.

3. En II Corintios 3:17. “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”

C. El posee atributos divinos

1. Omnipotencia. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35).

2. Omnisciencia. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios.” (I Cor. 2:10). Ver también Lucas 2:25-32.

3. Omnipresencia. “¿A dónde me iré de tu Espíritu?


¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del
mar, Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.” (Sal. 139:7-10).

4. Eternidad. “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Heb. 9:14).

5. Amor. “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis
orando por mí a Dios, ” (Rom. 15:30).

6. Santidad. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
(Ef. 4:30).

D. El lleva a cabo las obras de Dios.


1. Creación. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Gen. 1:1,2). “Envías
tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104:30). “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio
vida.” (Job 33:4).

2. Regeneración. “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios. . . Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde
quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del
Espíritu.” (Juan 3:3,5-8).

3. Resurrección. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó
de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en
vosotros.” (Rom. 8:11).

4. Transformación. “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el
espíritu vive a causa de la justicia.” (Rom. 8:10).
5. Salvación. “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido
justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11).

E. El ejerce la Soberanía de Dios.

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”
(I Cor. 12:11). Ver también Zacarías 4:6.

F. El es reconocido como Dios.

1. En la Gran Comisión. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mat.28:18-20).

2. En Bendición Apostólica. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo
sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14).

3. Por designación escritural. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Ap. 3:22).

4. En la administración de la iglesia. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay
diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace
todas las cosas en todos, es el mismo.” (I Cor. 12:4-6).

G. De El debemos depender como de Dios.

“Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que
os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.”
(Marcos 13:11). Ver también Romanos 8:26.
H. Podemos pecar contra El como contra Dios.

“Y dijo Pedro: Ananás, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del
precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué
pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.” (Hechos 5:3-4).

III. La obra del Espíritu Santo.

A. En el Antiguo Testamento.

Alguien ha dicho que el Espíritu Santo es mencionado 88 veces en el Antiguo Testamento. Sin embargo, la
enseñanza de Espíritu Santo no es tan clara en el Antiguo Testamento como lo es en el Nuevo Testamento.

1. Sus manifestaciones.
a. Viniendo sobre los hombres. “y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino
sobre él.” (Num. 24:2). “Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a
Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.” (Jueces. 11:29). Ver también Jueces 3:10;
14:6.
b. Como vestiduras de hombres. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón (lo revistió), y cuando éste
tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.” (Jue. 6:34). Ver también II Crónicas 24:20.
c. Como derramado sobre los hombres. “Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre
todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría. . . hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu
de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.” (Is. 32: 13, 15).
d. Como llenando hombres. “y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en
todo arte, ” (Ex. 31:3). Ver también Miqueas 3:8.
e. Como reposando sobre hombres. “Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que
estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no
cesaron.” (Num. 11:25). Ver también Números 11:26; Isaías 11:2.

El Espíritu Santo nunca es representado como morando entonces en el creyente. El Espíritu Santo los llenaba,
pero nunca hacia su morada en ellos.

Ningún santo del Antiguo Testamento fue jamás bautizado con el Espíritu Santo. Ese bautismo inicial vino en
Pentecostés de Hechos 2, cincuenta días después que Cristo se había levantado de entre los muertos.

2. Su ministración.
a. En relación a la creación.
(1) Generación.
(a) De los cielos y de la tierra. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército
de ellos por el aliento de su boca. El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos.
Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho;
El mandó, y existió.” (Sal. 33:6-9). Ver también Job 26:13.
(b) De los animales. “¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios . . . Envías tu Espíritu, son creados, Y
renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104: 24, 30).
(c) Del hombre. “El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.” (Job 33:4).
Ver también Génesis 1:26, 27; 2:7.
(2) Regeneración.
(a) De la tierra. “y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Gen. 1:2b).
(b) Del hombre caído. “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu:
Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y
profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército
grande en extremo.” (Ezeq. 37:9, 10). Ver también Isaías 55:3.
(3) Preservación. “Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal.104:30).
b. En relación a Satanás. Desde el principio el Espíritu Santo ha sido el antagonista de Satanás. “Y
dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán
sus días ciento veinte años.” (Gen. 6:3).
c. En relación a Israel.
(1) Sus padres (Abraham, Isaac, y Jacob etc.). “y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos
a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?” (Gen. 41:38).
(2) Sus fundadores (Moisés y sus ayudantes). “Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme
setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a
la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del
espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.”
(Num.11:16, 17). Ver también Números 27:18, 19; Deuteronomio 34:9; Nehemías 9:20.
(3) Sus Jueces. “Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla” (Jue.
3: l0a).
(4) Sus reyes. Saul: “Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y
él se encendió en ira en gran manera.” (I Sam.11:6). Ver también I Samuel 6:14.
David: “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en
adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” (I Sam.16:1:3).
Ver también Salmos 51:11, 12; 143:10.
(5) Sus sacerdotes. “Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote
Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: ” (II Cron. 24:20a).
(6) Sus profetas. “pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que
Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo
de parte de Jehová de los ejércitos.” (Zac. 7:12). Ver también Nehemías 9:30; Ezequiel 2:2; Daniel 5:1-14;
Miqueas 3:8.
(7) Su santuario.
(a) El Tabernáculo. Nada fue dejado a la sabiduría humana; no fue hecho por la habilidad
humana. “y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, ” (Ex.
35:31). Ver también Éxodo 28:3; 31:1-5.
(b) El Templo, “Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y sus casas, sus
tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio. Asimismo el plano de todas las cosas que
tenía en mente para los atrios de la casa de Jehová, para todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la
casa de Dios, y para las tesorerías de las cosas santificadas.” (I Cron.28:11, 12).
d. En relación al Mesías. “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová;
me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar
libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y
el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;” (Is. 61:1, 2). Ver también Isaías 11:2.
e. En relación al milenio. “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán
visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.” (Joel 2:28, 29).
“y después” significa después de la restauración de Israel. Ver también Ezequiel 36:25-28 37:14.
f. En relación a la inspiración. “Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí,
Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel: El Espíritu de
Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.” (II Sam. 23:1, 2). Ver también Números 24:2;
Hechos 1:16; 4:25; I Pedro 1:10-12; II Pedro 1:21; II Timoteo 3:16, 17.

B. En el Nuevo Testamento.

1. El Espíritu Santo y Cristo.


a. En referencia a su obra en la antigua dispensación.
(1) En la predicación. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos,
para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y
predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la
paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho,
fueron salvadas por agua.” (I Pedro 3:18-20), Este pasaje de las Escrituras ha sido usado por distintas sectas,
para enseñar que Dios da al hombre una segunda oportunidad después de la muerte. Ellos interpretan esta
porción de las Escrituras como entendiendo que Cristo, entre su crucifixión y su resurrección, fue al Hades y
ofreció salvación a los muertos impíos. Si ellos entonces creían en El, ellos serian salvos.

Sabemos que ese enfoque no es verdadero, porque, “está establecido para los hombres que mueran una sola
vez, y después de esto el juicio, ” (Heb. 9:27). No hay una segunda oportunidad. La correcta interpretación es
que Cristo, por el Espíritu Santo en Noe, predico el evangelio a las personas, avisándoles acerca del juicio sobre
el mundo. Ellos rechazaron el mensaje; ellos murieron en el diluvio; por eso, sus espíritus están ahora
esperando por la resurrección y el juicio.
(2) En Profecía. “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente
indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que
estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.”
(I Pedro1:10, 11).
(3) En Tipos. El Tabernáculo es un tipo de Cristo. Todo en él revela al Salvador, y fue el Espíritu Santo quien
capacitó a los hombres para edificar el Tabernáculo. “Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri,
hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en
todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para
engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor. Y he aquí que yo he puesto con él a
Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para
que hagan todo lo que te he mandado;” (Ex. 31:2-6).
b. Referencias a Su Obra en Su manifestación terrenal.
(1) El nacimiento de Cristo. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.”
(Lucas 1:35). Nunca en las Escrituras encontramos que Jesús es declarado ser Hijo del Espíritu. El Santo Ser era
Hijo de Dios.
(2) El Bautismo de Cristo. “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y
orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz
del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.” (Lucas 3:21, 22). Ver también Marcos
1:10, 11; Juan 1:32, 34.
(3) La tentación de Cristo. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al
desierto” (Lucas 4:1, 2a). Ver también Mateo 4:1; Marcos 1:12.
(4) El ungimiento de Cristo. “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste
anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos
10:38). Ver también Lucas 4:16-21.
(5) La enseñanza de Cristo. “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por
medida.” (Juan 3:34).
(6) Los milagros de Cristo. “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a
vosotros el reino de Dios.” (Mat. 12:28).
(7) La Vida de Cristo. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto”
(Lucas 4:1). Ver también Lucas 10:21; Hebreos 9:14.
(8) La muerte de Cristo. “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí
mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? ” (Heb.
9:14).
(9) La resurrección de Cristo. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el
que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora
en vosotros.” (Rom. 8:11).
(10) Los mandamientos de Cristo previos a su ascensión. Lucas nos dice lo que escribió en su primer libro: “En el
primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día
en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había
escogido; ” (Hechos 1:1,2). Ver también Hechos 1:8.
c. En referencia a su obra durante este tiempo.
(1) El glorifica a Cristo. “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan 16:14).
(2) El testifica de Cristo. “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en
un madero. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y
perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado
Dios a los que le obedecen.” (Hechos 5:30-32).
(3) El entrona a Cristo. “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a
Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” (I Cor. 12:3).

2. El Espíritu Santo y la Palabra.


a. Convicción. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por
cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el
príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.” (Juan 16:8-11).
(1) De pecado. No es el trabajo del Espíritu Santo convencer al mundo de asesinato, adulterio, etc; la ley
del país hace eso. El Espíritu Santo convence al mundo de incredulidad: “De pecado, por cuanto no creen en mí;
” (Juan 16:9). Muchas veces tomamos la palabra “convencer” en el sentido de sentirse culpable; pero ese no es
su significado aquí. El pecador ya ha sido hallado culpable de pecado— incredulidad — ya sea que lo sienta o
no. Si, el pecador ya ha sido convicto, condenado, y espera ser sentenciado. “El que en él cree, no es
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de
Dios...la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:18, 36c). El Gran Trono Blanco no será el lugar para determinar la
culpabilidad del pecador, sino el lugar para sentenciarlo al grado de castigo que merece.
(2) De Justicia. ¿De qué manera el Espíritu Convence al mundo de justicia? El Espíritu Santo no convence
al mundo de justicia por la que este tiene, sino que convence al mundo apuntando a donde la justicia está: en
Cristo: “Por cuanto voy al Padre” (Juan 16:10).
(3) De juicio. Si el mundo rechaza a Cristo, nada le queda sino el juicio. “Y en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12). La
concepción del mundo respecto al juicio futuro es confusa. El hombre tiene una falsa idea tras otra. Pero más
allá, estas creencias universales, aunque equivocadas, son prueba suficiente de cuando el hombre deba dar
cuenta de sí mismo ante Dios. La Biblia es la única fuente segura del Juicio del Gran Trono Blanco.
b. Regeneración. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas.” (II Cor. 5:17). Ver también Juan 3:5. El hombre puede bajar la medida, pensando
que puede llegar a ser hijo de Dios de otra manera, pero Dios no lo avala. El todavía requiere que debes nacer
de nuevo.
c. Refrenando la maldad en el mundo “ Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien
al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.” (II Tes. 2:7). La iniquidad total uno de
estos días será encabezada por un solo hombre, el anticristo. Pero todavía hay una persona en el mundo que
impide la manifestación completa del pecado; y esa persona es el Espíritu Santo. Durante la gran tribulación,
cuando el anticristo sea revelado, el Espíritu Santo dará un paso al costado, quitando su mano que detenía la
manifestación del hombre de pecado, permitiendo que él lleve al mundo a la más completa degradación.

3. El Espíritu Santo y la iglesia. Ver Efesios 1:22, 23; 2:12-16; 3:4-16.


a. El Espíritu Santo constituye la iglesia. El bautismo del Espíritu Santo es la operación por la cual la iglesia es
constituida. “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (I Cor. 12:13).

Hay 7 referencias al Bautismo del Espíritu Santo. Cinco son proféticas (Mat. 3:11; Mar.1:8; Lucas 3:16; Juan
1:33; Hechos 1:5); una histórica (Hechos 11:16); y una didáctica (I Cor. 12:13). En las 5 referencias proféticas,
encontramos que 2 se refieren al bautismo con Espíritu Santo y fuego. El bautismo del Espíritu Santo y el de
fuego, no son lo mismo. El bautismo del Espíritu Santo habla de la formación de la iglesia, mientras que el
bautismo de fuego habla de juicio. Mateo 3:11 y Lucas 3:16 son esos pasajes que hablan de bautismo de fuego.
Las 5 referencias proféticas apuntan al futuro; el pasaje histórico mira hacia atrás; por tanto, el bautismo del
Espíritu vino entre ambos. Eso es Pentecostés

El bautismo del Espíritu Santo no fue esa envestidura de poder que capacitó a los apóstoles para hacer milagros,
porque ellos hicieron milagros antes de ser bautizados por el Espíritu. La iglesia es un organismo, no una
organización, y el bautismo del Espíritu Santo es ese acto de Dios por el cual une a los creyentes en ese
organismo. Dondequiera que las palabras “bautismo del Espíritu” son usadas, son siempre aplicadas
colectivamente, a un grupo, nunca a un individuo. ¿Cuándo fuimos nosotros y los corintios (I Cor. 12:13)
bautizados con el Espíritu? En Pentecostés, una vez para siempre. Cuando uno recibe a Cristo, es sellado en
Cristo con el Espíritu. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). Y recibe el
bautismo del Espíritu Santo en ese mismo momento.

En cuanto a Dios le concierne, hubo un solo Calvario, y hubo un solo Pentecostés. El pecador, de todos modos,
se debe apropiar del calvario por fe, y debe reconocer Pentecostés por fe, para hacer de ambos una realidad
para su propia alma. Esto toma lugar inmediatamente al aceptar al Señor Jesucristo como Salvador.

Nos gustaría dar una explicación del siguiente versículo: “un Señor, una fe, un bautismo, ” (Ef. 4:5). No habla
aquí del bautismo del Espirita, sino de bautismo por agua. El versícula anterior explica el bautismo del Espirita:
“un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; ” (E.
4:4). Ese "un cuerpo" es constituido por el bautismo del Espíritu Santo.

Pentecostés siempre llega 50 días después de la fiesta de las primicias. La fiesta de las primicias es un tipo de la
resurrección de Cristo. El segundo capitulo de Hechos registra lo que aconteció a aquellos 120 discípulos en el
aposento alto. El Espíritu Santo no vino a ellos en respuesta a sus oraciones, porque todas sus oraciones y
ayunos no habrían apresurado su venida. El vino en tiempo señalado. Es inconcebible pensar que el Espíritu
viniese 49 o 51 días después de su resurrección. El vino a tiempo, 50 días después de la resurrección.
El Espíritu Santo hubiera venido aun si ellos no hubieran orado. Ellos habrían sido bautizados y habitados por el
Espíritu aunque no hubiesen orado, pero no hubieran recibido poder; no hubieran sido llenos del Espíritu si ellos
no hubiesen orado.

La fiesta de pascuas fue cumplida en el sacrificio de la cruz. Cristo nunca volverá a morir otra vez. La fiesta de
Pentecostés se cumplió en el bautismo del Espíritu, y no habrá otro Pentecostés. Nunca más habrá un
recumplimiento de la pascua y el sacrificio del cordero, y nunca más habrá un recumplimiento de Pentecostés.

La fiesta original de Pentecostés fue también conocida como la fiesta de las semanas, cuando la cosecha era
recogida. En Levítico 23:22 leemos: "Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último
rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.” De
modo que, vemos que la cosecha era para 3 clases de personas:

1. Israel en general.
2. Los pobres.
3. Los extranjeros.

Estos 3 recibían bendiciones de la cosecha. El bautismo del Espíritu, el cual fue el cumplimiento de la fiesta de la
cosecha (semanas), fue para 3 clases de personas:

1. Israel. En Jerusalén (Hechos 2:37, 39).


2. Samaritanos (los pobres). En Samaria (Hechos 8:9-17).
3. Gentiles (extranjeros). En Cesarea (Hechos 10:34-44).

El siguiente es el proceso por el cual las 3 clases de personas recibieron el Espíritu Santo:

1. Los judíos en Jerusalén.


(a) Por la fe en Cristo.
(b) Se bautizaron en agua.
(c) Y entonces recibieron el Espíritu Santo.

2. Los Samaritanos en Samaria.


(a) Por la fe en Cristo.
(b) Se bautizaron en agua.
(c) Les impusieron las manos.
(d) Y entonces recibieron el Espíritu Santo.

3. Los Gentiles en Cesarea.


(a) Por la fe en Cristo.
(b) Y entonces recibieron el Espíritu Santo.
(c) Entonces se bautizaron en agua.

Hay 2 operaciones del Espíritu en el día de Pentecostés. No deben confundirse. Las 2 operaciones fueron
“bautismo” y “llenura.” Los creyentes fueron bautizados con el Espíritu en Pentecostés, pese a que la palabra
“bautismo” no aparece en Hechos 2. Sabemos que el bautismo ocurrió entonces, por las palabras habladas por
el Señor Jesucristo justo antes de su ascenso. “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis
bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:5).
Hay algunos que creen que hablar en lenguas fue una señal del bautismo del Espíritu, pero si miramos
detenidamente, observamos que ellos hablaban en lenguas a causa de que fueron llenos del Espíritu. Pedro
declaró, “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu
sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros
ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi
Espíritu, y profetizarán.” (Hechos 2:16-18). ¿Qué es “Mas esto es? ¿El evento? ¿El hecho de hablar en lenguas?
No. “Esto” es una cita de Joel, y yo lo estoy citando. Pedro estaba dando a Joel como un ejemplo, porque El,
Dios, que hará suceder aquellas cosas que ha anunciado Joel, ha hecho que sucedieran estas cosas de las cuales
ustedes son testigos.

b. El Espíritu mora en la iglesia. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?” (I Cor. 3:16).
c. El Espíritu edifica la iglesia. “en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el
Espíritu.” (Ef. 2:22).
d. El Espíritu administra la iglesia.
(1) El nombra los ministros. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo
os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” (Hechos
20:28). Ver también Hechos 6:3, 5, 10.
(2) El dirige la obra. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé
y a Saulo para la obra a que los he llamado.” (Hechos 13:2). Ver también Hechos 29; 10:19; 16:7.

4. El Espíritu Santo y el cristiano.


a. Comenzando por el Espíritu. “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a
vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo
quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois?
¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?" (Gal. 3:1-3).

Llegamos a ser cristianos por la operación de Dios. Una nueva vida es impartida por el Espíritu Santo. Es un
nuevo nacimiento: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te
maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.” (Juan 3:6, 7). Dios no tiene comunión con personas
no regeneradas hasta que el hombre recibe una nueva naturaleza de parte de El.

b. Morada del Espíritu. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (I Cor. 6:19). ¿Qué certeza tiene el cristiano de tener la morada del
Espíritu? Por sentimientos? Por algún gran éxtasis? No, ¡por la Palabra de Dios! El Espíritu mora en el creyente
cuando la persona entra en concordancia con lo que Cristo ha hecho, cuando acepta a Cristo Jesús por fe. La
prueba de la morada del Espíritu no se basa en sentimientos, porque los sentimientos de una persona pueden
cambiar de un día para el otro. La obra de Cristo en el calvario nunca cambia.

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y
beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu
que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había
sido aún glorificado.” (Juan 7:37-39). Esta porción de la Palabra de Dios plenamente establece que los discípulos
todavía no habían recibido el Espíritu Santo, pero que lo recibirían en el futuro, y eso sucedió en Pentecostés.
Otro pasaje revela que los discípulos todavía no habían recibido la morada del Espíritu Santo: “mora con
vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14: 17c). Antes de Pentecostés, el Espíritu estaba con ellos; después de
Pentecostés, el Espíritu estaría en ellos. Ningún creyente de este tiempo debe orar como David: “No me eches
de delante de ti, Y no quites de mí tu Santo Espíritu.” (Sal. 51:11), porque David no tenia la morada del Espíritu
Santo. Y cada cristiano sí lo tiene. “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Rom. 8:9).

Otra Escritura que también ha confundido a los hijos de Dios es Lucas 11 13: “Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que
se lo pidan?” Algunos proponen que nosotros debemos pedir el Espíritu Santo a fin de tenerlo; pero recuerda,
esto fue dicho antes de Pentecostés. No hallamos ningún texto en la Escritura, después de Pentecostés, que
diga que nosotros debemos pedir el Espíritu. ¿Hubiera dado el Padre el Espíritu a los discípulos antes de
Pentecostés si ellos se lo hubiesen pedido? El Señor Jesús dijo que lo hubiera hecho, pero la realidad histórica es
que ellos no se lo pidieron.

La ultima Escritura que vamos a considerar tocante al tema de la morada del Espíritu es Juan 20:22: “Y habiendo
dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.” Muchos dicen que en ese momento los discípulos
recibieron la morada del Espíritu Santo, en vez de en Pentecostés. Sabemos, de todas maneras, que ellos no
recibieron el Espíritu Santo en aquel momento, porque a ellos se les dio el mandamiento de: “que no se fueran
de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente
bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:4,
5). Ahora, si ellos ya hubiesen recibido el Espíritu Santo, ¿por qué ellos habrían de esperar para recibirlo?
c. El sello del Espíritu Santo. ‘En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). “El
sello” es usado muchas veces en la Escritura.
(1) El que sella. El que sella es Dios el Padre. “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos
ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor.
1:21, 22).
(2) Los sellados. Hay 2 que son sellados por el Padre: el Hijo y los creyentes. “Trabajad, no por la comida
que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste
señaló Dios el Padre.” (Juan 6:27). “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el
día de la redención.” (Ef. 4:30). El Hijo fue sellado por causa de lo que El es. Nosotros somos sellados por causa
de Cristo y nuestra posición en El. El momento en que el creyente es sellado es cuando acepta a Cristo como su
Salvador: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13).
(3) El sello. El Espíritu Santo mismo es el sello. El sello no se asegura a través de alguna experiencia
emocional, sino a través de creer en Cristo: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ”
(Ef. 1:13).
(4) Significado.
(a) El sello significa propiedad. Si fuimos sellados tenemos el sello de propiedad de Dios sobre nosotros. “Pero
el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de
iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo." (II Tim. 2:19).
(b) El sello significa identificación. Es nuestra identificación para el futuro. “En él también vosotros, habiendo
oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida,
para alabanza de su gloria.” (Ef. 1:13, 14).
(c) El sello significa seguridad. En Apocalipsis 7:4-8 habrá 144,000 sellados. Además Satanás será sellado y
encarcelado en el abismo durante el milenio (Ap.20:3). El libro de Apocalipsis capitulo 5 tiene 7 sellos que
ningún ser humano común podrá abrir (Ap. 6-8). Nosotros, los creyentes, somos sellados hasta el tiempo de
nuestra redención (Ef. 1:13, 14).
(d) El sello significa transacción finalizada. “Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el
dinero en balanza.” (Jer. 32: 10). El sello del Espíritu Santo es aquella evidencia legal que testifica el hecho de
que hemos entrado dentro de la obra terminada de Cristo.
(e) El sello significa que es algo genuino. “Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe
que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que
también a ellos la fe les sea contada por justicia; ” (Rom. 4:11). Ver también Ester 3:12.
(f) El sello significa que algo es inintercambiable. “Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere,
en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella
con el anillo del rey, no puede ser revocado.” (Est. 8:8).
(g) El sello significa valor. “¿No tengo yo esto guardado conmigo, Sellado en mis tesoros?” (Deut. 32:34).
(h) El sello significa impresión. El sello siempre deja su impresión en la cera. Si estamos sellados con el Espíritu,
Su impresión estará sobre nosotros. “Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello, Y viene a estar como
con vestidura;” (Job 38:14). “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con
tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.” (II Cor. 3:3).
d. Las arras del Espíritu. “[el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros
corazones.” (II Cor. 1:22). Ver también II Corintios 5:5; Efesios 1:13, 14.

“Arras” es un emblema que habla del futuro. Es una parte del pago por algo que se terminará de pagar en una
fecha futura. Cuando el dinero de arras es pagado por una propiedad, ambas partes se comprometen. Cuando
Dios puso su arras en nosotros, El se comprometió por todo tiempo y eternidad. El Espíritu Santo es las Arras de
Dios, el anticipo del pago de Dios por nuestra salvación. El creyente al presente no tiene todas las cosas que
sabe habrá de recibir. Hay algo pendiente. De hecho, esto agita nuestra imaginación. Si el Espíritu Santo es solo
parte de lo que hemos de recibir, y El es Dios, y Dios es todo, ¿qué ha de ser el resto?

Si el dinero de anticipo ha sido colocado por una propiedad, y el comprador fallase en completar la transacción,
El perdería su dinero de anticipo. Dios nos ha dado el anticipo, el Espíritu Santo. Si fallara El en completar
nuestra salvación, El perdería su anticipo; pero sabemos que eso es imposible. Por tanto, es una garantía de
nuestra eterna salvación.
(1) Ilustraciones de Arras.
(a) Los presentes para Rebeca (Gen. 24). Estos presentes fueron el anticipo de lo que después vendría.
(b) Los frutos de Cannan (Num. 13). Los frutos fueron el anticipo de lo que había sido prometido, una prueba
de la herencia que habría de llegar.
(c) Los dones de Booz (Rut 2). Los granos de cereal dejados para Rut, y solo para Rut, fueron un anticipo de lo
que Booz tenía para ofrecer en matrimonio.
(d) Los primeros frutos (Lev. 23). Esta ofrenda para Dios era el anticipo del hombre que iba a dar su diezmo
para Dios.
(2) El dador de las arras. ¡Dios es el dador! “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es
Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (Il Cor.1:21,22).
(3) Descripción de las arras. El Espíritu Santo es las arras: “y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros
corazones.” (II Cor. 1:22b).
(4) El lugar de las arras. Ese lugar es nuestro corazón: “ las arras del Espíritu en nuestros corazones” (II
Cor.1:22b).
(5) La garantía de las arras.
(a) Garantiza nuestra resurrección “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las
primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la
redención de nuestro cuerpo.” (Rom. 8:2.3).
(b) Garantiza nuestra herencia. “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es
que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” (Rom. 8:17).
(c) Garantiza nuestra gloria. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación
por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo.” (lI Tes. 2:13. 14).
e. Llenura del Espíritu. “fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen.” (Hechos 2:4). Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados
tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.” (Hechos 4:31).
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, ” (Ef. 5:18).

La llenura del Espíritu tiene que ver con la vida y obra del cristiano, que es llenado de poder para hacer lo que le
manda el Señor.
(1) ¿Qué? Hay muchas opiniones en cuanto al significado de la “llenura” del Espíritu. Algunos creen que esto
sucede cuando la persona nace de nuevo. El creyente recibe el Espíritu Santo en su conversión pero no la
llenura del Espíritu; es la regeneración del Espíritu (Tito 3:5). Otros proponen que la “llenura" del Espíritu es la
experiencia por la cual [el creyente] recibe al Espíritu Santo algún tiempo después de haber sido salvo. ”Mas
vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno
no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Rom. 8:9).

La “llenura” del Espíritu puede confundir a muchos a causa de la palabra “llenura.” Ellos piensan en una llenura
material, como un vaso lleno con agua. El Espíritu, de todas maneras, no es algo material, sino una persona. Es
verdad que un vaso a medio llenar puede ser completado con más agua, pero es imposible para el creyente,
quien ya tiene el Espíritu, tener mas de El. Uno no puede tener más de Dios, sino que Dios puede tener más de
uno.

Ahora, el creyente ya tiene el Espíritu, no obstante es llamado a ser “lleno” de El. El Espíritu Santo ya mora en el
creyente; ha sido sellado con el Espíritu; ha sido bautizado con el Espíritu, y ha sido regenerado por el Espíritu; y
aun así es llamado a ser “llenado” con el Espíritu. ¿Qué es entonces la “llenura" del Espíritu? Una mejor palabra
para pensar en la “llenura” es ser “controlado por” el Espíritu. Así que, el cristiano es amonestado a ser
controlado por, ser poseído por, ser dominado por el Espíritu. Ahora sabemos el significado pleno de la
expresión, “No es cuanto tiene uno del Espíritu Santo, sino cuanto tiene el Espíritu Santo de uno.”
(2) ¿Cómo? ¿Es segura esta experiencia a través de la búsqueda y a través de la oración? No hay ningún pasaje
en la Palabra donde una persona haya orado por la llenura del Espíritu y la haya recibido. Todo es por
sometimiento al Señor. Cuando nos sometemos El, nuestra voluntad muere, y su voluntad es la voluntad de
nuestras vidas; nuestras ambiciones caen como cenizas a sus pies. Alguien puede preguntar, ¿“qué es
sometimiento”? Es el acto por el cual el creyente se coloca a si mismo sobre el altar de Dios: “Y andad en amor,
como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor
fragante.” (Ef. 5:2). Esa ofrenda de olor fragante era un sacrificio continuo la cual nunca llegaba a faltar, porque
cuando uno se consumía, otro cordero era puesto en su lugar, uno en la mañana y otro en la tarde. Esa era la
única manera en que podía ser una ofrenda continua un sacrificio continuo. Esta ofrenda encendida nunca fue
instituida como ofrenda por el pecado, sino más bien como una ofrenda de alabanza. El cristiano es exhortado a
entregarse a si mismo como sacrifico vivo, una ofrenda encendida continua, mostrando nuestras alabanzas a El
que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (I Pedro 2:9).
(3) ¿Cuándo? ¿Cuándo el Espíritu lo lleva a cabo? ¿Cuándo El controla al creyente? Al instante en que el
creyente se somete, ¡cuando se rinde completamente!

¿Hay cierto número de pasos que uno debería tomar en función de rendirse al Señor? No. ¿Cuáles son los
requerimientos entonces para ese sometimiento? Una completa sujeción a la voluntad de Dios! Para alguno
puede ser morir a su propio ego; para otro, obediencia al llamado de Dios; aun para otros, el renunciar a
pecados conocidos, etc. Sea lo que sea necesario para someterse a la voluntad de Dios, ¡ése es el
requerimiento!
(4) ¿Por qué? ¿Debería el creyente alguna vez hacer esta pregunta? ¿Hay una necesidad de llenura del Espíritu?
Respondemos: “sí” a ambas preguntas. Algunos creyentes no entienden que existe realmente algo como la
“llenura” del Espíritu, y por lo tanto ellos viven sin poder. Además del mandato de Dios a ser “llenos” del
Espíritu, entendemos que esta “llenura” es un mandato para tener poder en el servicio y en la vida, no por
ganancia egoísta, sino para la gloria de nuestro Señor Jesucristo y para ganar los perdidos para El.
(5) ¿Qué entonces? Un resumen de aquellos que han sido verdaderamente “llenos” del Espíritu revela estos
resultados:
(a) Ellos reproducirán a Cristo en sus vidas.
(b) Ellos convencerán al mundo.
(c) Ellos amarán la Palabra.
(d) Ellos serán llenos de poder.
(e) Ellos serán llenos de vida.

Contraste entre Bautismo y llenura.


Bautismo del Espiritu Llenura del Espiritu
1. Tiene que ver con el cuerpo, la iglesia. 1. Tiene que ver con el individuo.
2. Bautismo es externo. 2. Llenura es interno
3. Cada creyente es bautizado con el Espíritu 3. Un creyente puede o no ser llenado con el Espíritu
4. Ningún creyente es exhortado jamás a ser bautizado con el Espíritu 4. Todo creyente es exhortado a ser lleno
del Espíritu
5. Es una obra inicial al momento de la salvación 5. Un creyente puede ser llenado aun años después del
momento de su salvación.
6. El creyente es bautizado una sola vez. 6. El creyente puede ser lleno muchas veces
7. Ningún creyente fue jamás bautizado antes de Pentecostés. El bautismo coloca al creyente en el cuerpo 7.
Algunos creyentes fueron llenos antes de Pentecostés. La llenura es esencial para el servicio.

f. El fruto del Espíritu Santo. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gal. 5:22, 23). El fruto del Espíritu Santo es el
verdadero carácter cristiano. Observe que la palabra “fruto” es singular.
La vida de nuestro Señor es el más grande ejemplo del fruto del Espíritu. El fruto siempre procede de la vida
misma. Cuando llega el tiempo de Navidad vemos adornos colgando de los arbolitos, sabemos que son
artificiales. Pero en los árboles naturales, los frutos son naturales. De la misma manera hay muchas religiones
sociales que solo dan frutos figurativos y artificiales. Ellos pretenden dar frutos, pero no tienen vida en si
mismos, no tienen Espíritu; por lo tanto, ellos tienen forma externa de piedad pero no tienen poder interior. Un
manzano no hace obras para producir manzanas; simplemente las produce naturalmente. Lo mismo pasa con el
cristiano. No procura el fruto del Espíritu como de su propia labor, sino que simplemente lo genera.
(1) Fruto en relación a si mismo como individuo: amor; gozo; paz.
(2) Fruto en relación a los demás hombres: paciencia, benignidad, bondad.
(3) Fruto en relación a Dios. fe; mansedumbre; templanza.
g. Caminando en el Espíritu. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” (Gal.
5:16). El Espíritu hará que andemos. Un viejo ejemplo son las ropas: la persona que va dentro hace que las
vestiduras caminen. La responsabilidad de las vestiduras es colgar sobre la persona y vestirla. No deberíamos
tener una voluntad propia, sino como esa ropa, solo la deberíamos cubrir, vestir. Donde el Espíritu vaya, vamos.
La voluntad del Espíritu debe ser nuestra voluntad.
h. La renovación en el Espíritu. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,” (Tito 3:5).
i. Fortalecimiento en el Espíritu. Pablo oraba que Dios pudiese fortalecer a los efesios, "conforme a las riquezas
de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; ” (Ef. 3:16).
j. Sembrando para el Espíritu. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gal. 6:7, 8). Este pasaje no fue escrito para los no
salvos, sino para cristianos. El cristiano puede sembrar para la carne, eso es, vivir en pecado; de todos modos, el
tiempo de la cosecha vendrá.
k. Guiados por el Espíritu. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”
(Rom. 8:14). Algunos interpretan esto como “aquellos que consultan al Espíritu en las decisiones de la vida
están seguros de que son hijos de Dios.” Ahora, pese a que es una bendición buscar y encontrar del Espíritu
Santo Su voluntad en nuestras decisiones, parece que este pasaje no se refiere a eso. La guía del Espíritu parece
que hace referencia a la conducción de los cristianos en su camino hacia la gloria.

1. Santificación en el Espíritu. “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para
obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.” (I Pedro 1:2).
m. La suministración del Espíritu. “Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de
Jesucristo, esto resultará en mi liberación, ” (Fil. 1:19).
n. Los dones del Espíritu Santo.
(1) La enumeración de los dones. “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales,...Porque
a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe
por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro,
profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de
lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él
quiere.” (I Cor. 12:1, 8-11).
(2) El otorgamiento de los dones. La primera cosa que debemos establecer es que los dones no son dados al
hombre por sus deseos ni por sus oraciones, sino de acuerdo a la voluntad del Espíritu, dotando a cada persona
como El quiere. La segunda cosa a la que debemos prestar atención es que los dones fueron dados en función
de sustentar las demandas de Cristo y sus discípulos, que Jesucristo fue verdaderamente el Hijo de Dios, que la
dispensación de la Ley había llegado a su fin, y que la dispensación de la gracia había comenzado. “¿cómo
escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada
primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con
señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. (Heb.2:3, 4).
Ciertamente había una necesidad de parte de Dios de verificar esta nueva enseñanza que había comenzado con
el Señor mismo para aquellas personas que habían estado bajo las tradiciones de la Ley por alrededor de 14
siglos, e iba a ser difícil para ellos comprender que Dios había terminado con el Antiguo Testamento y había
dado lugar al Nuevo. Además, ningún libro del Nuevo Testamento había sido escrito todavía. Finalmente,
enfatizamos el hecho de que ningún creyente recibe todos los dones. “Y a unos puso Dios en la iglesia,
primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que
sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos
profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas?
¿interpretan todos? (I Cor. 12:28-30) La respuesta es no.
(3) La utilización de los dones. ¿Cómo deben ser usados estos dones? El capitulo 13 de Primera Corintios
declara plenamente que todos debemos ser motivados por amor. Pablo, por inspiración del Espíritu Santo,
declara que si tuviese todos los dones, y no tuviera amor, no seria nada; su vida seria infructífera, y sus
recompensas nulas.
Alguien puede preguntar, “¿Es el don de lenguas para hoy en día?” “¿Acaso no dice la Biblia, no impidáis hablar
en lenguas?” Trataremos este tema mas a pleno en la próxima sección; de todos modos, algo debemos decir
acerca de eso aquí.

1 Corintios 14:39 dice claramente: “Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas.”
Pero si usamos capitulo 14 como permiso para hablar en lenguas, entonces los que hablan en lenguas deben ser
gobernados por el mismo capitulo sobre el uso de ese don. Entonces, ¿debería una persona hablar en lenguas
en una reunión de iglesia? Ciertamente, pero si lo hace conforme a 1 Corintios 14. “Si habla alguno en lengua
extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia,
y hable para sí mismo y para Dios.” (I Cor. 14:27, 28). Toda vez que el don de lenguas sea ejercido, solo 2 o a lo
sumo 3, pueden hablar en la reunión. Esta regla eliminará mucho del movimiento de hablar en lenguas.
Hablarán por turnos y uno sólo a la vez. Esto eliminará aun más del movimiento de hablar en lenguas. Y luego
las Escrituras dicen que si no hay intérprete, debe callar. Mas aun se eliminaría del hablar en lenguas.
Finalmente dice: “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que
estén sujetas, como también la ley lo dice.” (I Cor. 14:34). Y esto prácticamente le pone un fin al movimiento de
hablar en lenguas, porque la mayoría de aquellos que lo practican son mujeres.

Muchos pueden rebelarse contra estos pasajes, diciendo que esto no significa “lenguas.” Si esto no significa
“lenguas,” entendemos que dice silencio, y eso incluye lenguas, cuando dice que las mujeres guarden silencio
en las iglesias. Esto, no obstante, hace referencias solo a lenguas, porque otras porciones del mismo libro de
primera corintios aceptan a la mujer hablando y orando en la iglesia. “Pero toda mujer que ora o profetiza con
la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado.” (I Cor. 11:5).
“Profetizar” significa “proclamar”; eso es, una mujer puede proclamar la Palabra de Dios en la Escuela
Dominical, y en otros ámbitos.
(4) La restricción de los dones. ¿ Puede ser posible que Dios restrinja muchos de sus dones a los creyentes de
hoy en día, los cuales dio al principio? No solo es posible, sino también una certeza. En capitulo 13 de I
Corintios, el Espíritu Santo dice, “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las
lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo
perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” (versiculos 8-10). Recuerda, I Corintios 13 está hablando
sobre “dones” del Espíritu, y cuando dice las profecías se acabarán, no significa que algunas de las profecías
antes anunciadas por hombres de Dios, registradas en la Biblia, dejarían de cumplirse. Significa que el don de
profecía un día dejarla de operar. Cuando dice que las “lenguas cesarán,” no significa que en algún momento
futuro toda lengua iba a silenciarse, sino que el don de lengua dejaría de operar. Y cuando dice que “la ciencia
acabará,” no significa que llegaría un momento cuando el conocimiento o la ciencia no existirían más, sino que
el don de ciencia dejaría de operar. ¿Pero cuándo los dones de profecía, lenguas y ciencia cesarían? Cuando
“viniese lo perfecto.” Creo que no está hablando de la segunda venida de Cristo, sino mas bien de cuando la
completa revelación de la Palabra de Dios sea dada. ¿Tenemos hoy esa completa revelación de Dios? Si, cuando
el apóstol Juan escribió, “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.” (Ap. 22:21), la
plena revelación de Dios fue completada, había llegado lo perfecto. Por lo tanto, puesto que tenemos la
revelación completa, los dones de profecía, lenguas, y ciencia han cesado. Ya no son para hoy.

Volviendo a Efesios 4:11 leemos, “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros.” Observe en esta posterior revelación que no aparecen en la lista los
dones milagrosos, como sí aparecen en I Corintios 12, 13 y 14. Ya no hay más necesidad de los dones
milagrosos, porque ahora tenemos la plena y completa revelación de Dios. El hijo de Dios es más bendecido por
tener la completa revelación de Dios que si tuviera todos los dones milagrosos.
La demanda es hecha por algunos que dicen que nosotros necesitamos esos dones como señales de la llenura
del Espíritu. Es cierto que Dios dio estos dones de milagros por señales; pero no de la llenura del Espíritu, sino
para la confirmación del apostolado de Pablo (II Cor. 12:12); para la confirmación del envió de Pablo a los
gentiles (Rom. 15:18, 19); para la confirmación de la salvación a través de la persona de Jesucristo (Heb. 2:3, 4);
y para la confirmación de la palabra (Marcos16:20). ¿Necesitamos esos dones hoy para confirmar la palabra, el
evangelio, y el apostolado de Pablo? No. 2000 años de historia de la iglesia los confirman.
(5) La permanencia de los dones. “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor
de ellos es el amor.” (I Cor. 13:13). Cada cristiano posee estos 3 dones. El, controlado por el Espíritu Santo,
puede utilizarlos.
o. Testimonio del Espíritu “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
(Rom. 8:16).

La Ley establece que por la boca de dos o tres testigos será declarada la verdad. Eso es, tenemos 2 testigos que
declaran que somos hijos de Dios. Ellos son el Espíritu Santo, y nuestro Espíritu. ¿Cómo el Espíritu Santo da
testimonio de nuestra salvación? A través de la Palabra escrita. ¿Como da nuestro espíritu testimonio? Por
sentimientos, o por nuestra conciencia? No. Los sentimientos son engañosos. Nuestro espíritu da testimonio
por fe en la Palabra de Dios. La Palabra de Dios declara nuestra salvación cuando confiamos en Cristo; la
creemos. Por lo tanto, el Espíritu da testimonio “juntamente con” nuestro espíritu.
p. La unción del Espíritu. “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas...Pero la unción
que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la
unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado,
permaneced en él.” (I Juan 2:20, 27).

La unción en las Escrituras, ya sea en el Antiguo Testamento o en el Nuevo, era para algún servicio. Reyes y
sacerdotes fueron ungidos para sus servicios u oficios especiales. Cristo fue ungido (Hechos 10:38). El mismo
nombre “Cristo” significa “el ungido.” El fue ungido como Profeta (en el pasado); Sacerdote (para el presente); y
Rey (para el futuro). El creyente en Cristo recibe su unción para el servicio cuando nace de nuevo. La unción del
Espíritu no es para unos pocos favorecidos. Todos los creyentes son ungidos: “ya la habéis recibido.” La unción
del Espíritu es una vez para siempre: “permanece en vosotros.” No hay lugar en las Escrituras donde uno recibe
una fresca unción. Falsas religiones tratan de alejarnos de Cristo, inducirnos a salir de la fe; pero tú, al escuchar
sus apelaciones, no debes deslizarte, porque si eres creyente ya tienes la unción. “Y no necesitas que nadie os
enseñe.”
q. Adorar por el Espíritu. “Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos
gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” (Fil. 3:3). La única adoración y servicio aceptados
por Dios deben ser generados por el Espíritu. Uno no sirve al Señor con manos, pies y labios, sino por el Espíritu
Santo a través de las manos, pies y labios.
r. Comunión en el Espíritu. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo
sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14). La Palabra “comunión” es también traducida “compañerismo;
compartir.” De modo que, “comunión” significa “participación y compartir.” El Espíritu Santo y el cristiano
tienen una cosa en común, Jesucristo!
s. Orar en el Espíritu. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el
que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios
intercede por los santos.” (Rom. 8:26, 27). ¿Es un error orar al Espíritu Santo? En ningún lugar de las Escrituras
se nos ordena orar al Espíritu Santo, pese a que es un miembro de la Deidad; cuando oramos a Dios, oramos a
El.
t. Luchar en el Espíritu. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y
éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5:17).
u. La enseñanza del Espíritu. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.” (I Cor. 2:10). El Espíritu Santo revela su Palabra solamente a cristianos
nacidos de nuevo, y no a aquellos que aun están fuera del cuerpo de Cristo. Los hombres sin el Espíritu de Dios
no pueden entender las verdades de Dios.

5. El Espíritu Santo y las Escrituras.


a. Inspiración. “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (II Tim. 3:16a). El significado literal de “inspiración” es
“soplado por Dios.” Ninguna profecía vino por el propio ingenio humano. Nosotros creemos en la inspiración
verbal de la Palabra de Dios. Las palabras son inspiradas, dadas por Dios en el idioma original. Alguien podría
preguntar, “¿Acaso no usó Dios instrumentos humanos?” Si, pero el uso de instrumentos humanos no afectó a
la Palabra de Dios. Cuando usted lee el Pentateuco, no lee las palabras de Moisés, sino que lee las palabras de
Dios. Ver I Corintios 2:12, 13; 10:11; Romanos 4:20-25; 15:4.
b. Iluminación. La mejor manera de estudiar el libro es conocer al autor. El mejor intérprete del libro es su
escritor, el Espíritu Santo. Así como el Señor Jesús hizo saber las Escrituras a sus discípulos, así el Espíritu Santo
lo hará para nosotros hoy (I Cor. 2:9-14).

6. El Espíritu Santo y los pecados.


a. Contristando al Espíritu. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de
la redención. (Ef. 4:30).
b. Mintiendo al Espíritu. “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu
Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?” (Hechos 5:3). Ananias le mintió a la iglesia, el templo del Espíritu
Santo. Nosotros también podemos mentirle al Espíritu Santo. Podemos cantar una mentira. A veces en una
reunión muy emotiva personas dedican sus vidas a un servicio cristiano, pero luego son negligentes en cuanto a
lo prometido. Eso es mentirle al Espíritu Santo.
c. Apagar el Espíritu. “No apaguéis al Espíritu.” (I Tes. 5:19). Apagar puede también significar extinguir. Uno
puede apagar los dones del Espíritu, y puede apagar el Espíritu en otros impidiéndoles usar los dones del Espíritu
(Num. 11:28, 29).
d. Resistir al Espíritu. “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al
Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos 7:51).
e. Afrentar al Espíritu. “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere
por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Heb. 10:29).
f. Blasfemar contra el Espíritu. Este es el pecado imperdonable que se encuentra en Mateo 12:31, 32 y Marcos
3:29, 30. Si la gracia de Dios, la cual perdona todos los pecados de la humanidad, no perdona este, entonces
este debe ser un pecado inusual. No es asesinato, no es incredulidad. Rechazar la persona de Cristo no es
pecado imperdonable; de todos modos, el hombre que rechaza a Cristo y muere, ciertamente está perdido. El
Espíritu no contenderá con hombres después de la muerte. Su rechazo final de Cristo no es algo imperdonable,
sino algo no perdonado.
Deberíamos distinguir entre:
No perdonado e imperdonable.
No olvidado e inolvidable.
No salvo e insalvable.

Creo que la blasfemia contra el Espíritu Santo, que algunos denominan imperdonable, fue un pecado limitado al
tiempo cuando Cristo estuvo sobre la tierra. No hay pecadores en la lista negra hoy. Aquellos ofendieron al
Espíritu, blasfemaron del Espíritu que hacia las obras en Cristo

¿Puede alguien que ha cometido blasfemia ser salvo hoy? Si, el ejemplo es el apóstol Pablo, “habiendo yo sido
antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en
incredulidad. . . Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su
clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.” (I Tim. 1: 13, 16).

7. Emblemas del Espíritu Santo.


a. La paloma. “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y
permaneció sobre él.” (Juan 1:32). El Espíritu no descendió sobre ningún otro de esta manera. En Génesis 1:2
el Espíritu Santo se movía sobre la faz de las aguas, como una paloma entibiando sus huevitos. La paloma es una
mansa y limpia ave. Por tanto así son los que son del Espíritu: “mansos como palomas” (Mat. 10:16).
Ciertamente un hermoso emblema del Espíritu Santo. La Palabra nos presenta la ira del Hijo pero nunca la ira
del Espíritu Santo.
b. Agua. “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre
tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; ” (Is. 44:3). Ver también Juan 7:38, 39. Lo que el agua
significa para los labios sedientos, y la lluvia significa para la tierra seca, es lo que el Espíritu significa para cada
ser humano. No hay nada que calme esa sed mejor que el agua; no hay nada que satisfaga esa sequía del
corazón mejor que el Espíritu Santo.
c. Aceite. “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en
adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” (I Sam. 16:13).
Ver también Isaías 61:1; Hechos 10:38. Cuando el sacerdote era ungido con aceite, se seguía el siguiente
procedimiento: primero, su oreja, para oír la Palabra de Dios; luego su pulgar, para que sus acciones fuesen para
la gloria de Dios; y después el dedo de su pie, para que anduviese con Dios.
d. Viento. “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el
Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. . . Y pondré mi Espíritu en
vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.”
(Ez. 37:9, 14). Ver también Juan 3:3-8. El viento sugiere actividad. No se lo puede ver, pero es poderoso. La
visibilidad no es el límite de su acción. El viento también habla de limpieza (Job 37:21).
e. Fuego. “y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.”
(Hechos 2:3). El fuego tipifica al Espíritu de Dios. Es fuego que purifica, consume, calienta, prueba, ilumina y
energiza. Es lo mismo con el Espíritu Santo.
f. Vestiduras. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas
se reunieron con él.” (Jue. 6:34). "Vino sobre" implica como vestiduras. Y eso habla de protección. El Espíritu es
nuestra protección.
Capítulo 4

Antropología - La Doctrina del Hombre

ANTROPOLOGIA

I. El Hombre en su Estado de Integridad.


A. Su Origen.
B. Su Naturaleza.
C. Su Constitución.
D. Su Condición.
E. Su Liderazgo.

II. El Hombre en su Estado de Pecado.


A. La caída del Hombre.
B. Los hijos caídos de Adán.
III. El Hombre en su Estado de Gracia.
A. Su Posición.
B. Su Estado.
C. Sus dos Naturalezas.
Capitulo IV

ANTROPOLOGIA

Antropología viene de la palabra griega “anthropos,” que significa “hombre.” Antropología es la doctrina o el
estudio del hombre. Hay variadas definiciones del hombre, algunas cómicas, algunas trágicas. En este estudio
de Antropología iremos a las fuentes, la Escritura.

El hombre siempre ha buscado saber quien es, de donde ha venido, y a donde va. La Santa Palabra de Dios nos
da las respuestas completas.

I. El Hombre en su Estado de Integridad.

Hablamos de su estado original de pureza.

A. Su Origen.

1. Lo que no es.
a. No por generación espontánea. Esta teoría sostiene la creencia de que no hubo un creador del hombre, sino
que simplemente el hombre llegó a ser un ser y sin una causa comenzó a existir.

Este argumento no necesita respuesta, pero en función de un examen o critica adecuada, simplemente decimos
que si tal cosa fuese posible, no habría poder alguno para impedir que sucediese otra vez. Pero no hay registro
alguno de que haya pasado otra vez, y, por supuesto, es evidente que no ha sucedido la primera vez.
b. No por evolución ni desarrollos naturales. Una breve definición de evolución es: “el proceso por el cual, a
través de algún tipo de agresión sobre la materia pasando por muchas edades y especies, por casualidad o por
alguna ley, el hombre apareció.” Este concepto ha sido aceptado por muchos años, pero parecería que sus
adherentes declinan. La ciencia moderna, tal como la antropología, está refutando estas declaraciones. La
Biblia declara que el hombre es una creación de Dios separada de su persona, y que los animales fueron creados
en diferentes tiempos, completamente aparte del hombre. La evolución enseña que el hombre y los animales
tienen un origen común, que los llevó a llegar a ser diferentes especies. En refutación a esto nosotros usamos
las Escrituras y el razonamiento humano de la siguiente manera:
(1) Se opone a la Escritura. La Escritura dice: “según su especie” (Gen. 1:24). Esto limita a cada especie dentro
de ella misma, prohibiéndole evolucionar hacia una nueva especie.
(2) No hay ningún registro de animales llegando a ser hombres. Seguramente, en 6000 años, si la evolución
fuese cierta, debería haber ejemplos vivientes de eso hoy.
(3) No hay evidencia de eslabones perdidos que hayan sido encontrados. Muchos de los llamados libros de
historia muestran ilustraciones de criaturas que denominan eslabones perdidos. Estas ilustraciones son
fotografías o dibujos, y no fotos de criaturas reales, pues ninguna de ellas existe. El “eslabón perdido,” como
hemos dicho, es aquella criatura entre el hombre y el simio. Su figura es totalmente de la imaginación del artista
que ha tomado un trozo de hueso o diente y ha construido un supuesto ser viviente. Vamos a citar lo que dijo
William Jennings Bryan concerniente al “eslabón perdido”: “si el eslabón perdido ha sido encontrado, por que
todavía lo están buscando?”
(4) No hay evidencias de que el hombre primitivo difiriese del hombre de hoy.
(5) Hay pruebas de que la sangre humana es una sangre. (Hechos 17:26). La sangre de un hombre negro puede
ser colocada en las venas de un hombre blanco, y viceversa, y dar vida. Las transfusiones de sangre han estado
en practica solamente durante este ultimo siglo, pero, Dios ya había revelado esto 2000 años atrás.
(6) Hay una gran diferencia entre la constitución de un hombre y la de un animal.
(a) Físicamente. El hombre es un ser erguido, mientras los animales no.
(b) Mentalmente. El hombre tiene intelecto, mientras que los animales tienen instintos.
(c) Moralmente. El hombre es la única criatura de Dios que tiene cualidades morales.
(d) Espiritualmente. Solo el hombre ha sido creado con conceptos espirituales. Solo el hombre entre las
criaturas puede adorar a Dios.

2. Lo que es. El hombre es una creación directa de Dios. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó.” (Gen. 1:27).

B. Su Naturaleza.

1. Imagen original del hombre. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza” (Gen. 1:26a). “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada;
porque a imagen de Dios es hecho el hombre.” (Gen. 9:6). Ver también I Corintios 11:7; Santiago 3:9.
a. Lo vemos en la triunidad del hombre. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). “Y el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida
de nuestro Señor Jesucristo.” (I Tes. 5:23).
b. Lo vemos en la naturaleza intelectual y moral del hombre. “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos
despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó
se va renovando hasta el conocimiento pleno, ” (Col. 3:9, 10). Ver también Efesios 4:24.
c. Lo vemos en su semejanza física. Ciertamente Dios es espíritu (Juan 4:24); Dios es invisible (Col. 1:15).
Pero aun Dios siempre ha tenido una forma en la cual se manifiesta a si mismo: “En cuanto a mí, veré tu rostro
en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” (Sal.17:15). Ver también Filipenses 2:6,7;
Marcos 15:12; Juan 5:37.

Cristo no fue hecho a la forma e imagen de Adán, sino que Adán fue hecho a la forma, o imagen de Cristo, quien
habría de venir: “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera
de la trasgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.” (Rom. 5:14).

2. Inocencia original de Adán. Algunos declaran que Adán fue creado en santidad, o justicia. Esto no es
totalmente correcto. El hombre fue creado perfecto, si, pero fue creado en inocencia. Hay una vasta diferencia
entre inocencia y justicia. Inocencia es impecabilidad sin haber sido probada. Justicia es inocencia que ha sido
probada, y ha salido victoriosa.

C. Su constitución.

Como hemos visto, el hombre está compuesto de elementos terrenales (Gen. 2:7) y de elementos espirituales (I
Tes. 5:23; Heb. 4:12).

1. Cuerpo. Su cuerpo fue hecho de la tierra. Esta fue la primera parte del hombre en ser formada. “Entonces
Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente.” (Gen. 2:7). El cuerpo es puesto primero en la Escritura como la casa del hombre interior. “¡Cuánto
más en los que habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que serán quebrantados por la
polilla!” (Job 4:19). Ver también II Corintios 5:1, 3, 4. El proceso por el cual Dios hizo al hombre es desconocido;
debemos dejar eso a Dios. Los hombres dan sus opiniones y especulaciones, pero ellas permanecen como tales.
La palabra “polvo” no significa barro, sino finos materiales de la tierra.
a. Análisis prueban el origen del hombre. Modernos análisis químicos detectan en el cuerpo los mismos
elementos que existen en la tierra que esta bajo nuestros pies; tales como sodio, carbono, hierro, y otros.
b. La tierra sostiene la existencia del hombre. El cuerpo es sustentado por lo que crece sobre la tierra. Es el
cuerpo del hombre y no su espíritu lo que es sustentado. El hombre en nuestros días modernos ha probado que
si eliminamos la vegetación, la vida perece. Maten la vegetación y mataran al hombre.
c. La muerte recicla los elementos del cuerpo del hombre. A la muerte se pone en marcha un proceso de
corrupción, y el cuerpo del hombre pronto retorna al polvo de donde había sido formado. “Con el sudor de tu
rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo
volverás.” (Gen. 3:19).

2. Alma. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue
el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). Ver también I Corintios 15:45. El alma es el sitio de las emociones.
Plantas, animales y hombres tienen cuerpos; solo los animales y el hombre tienen almas; pero solamente el
hombre tiene un espíritu. El alma es esa vida conciente que esta en el hombre y en los animales. Las plantas
tienen vida, pero es inconciente. Hay una diferencia entre las almas de los hombres y las almas de los animales.
El alma del animal esta conectada con su cuerpo, mientras que el alma del hombre esta conectada con su
espíritu. El alma del animal muere con el animal, pero el alma del hombre nunca muere, pues fue hecha “alma
viviente”, un alma que nunca moriría.

Como dijimos, el alma del hombre es el sitio de las emociones y los apetitos emocionales, y las siguientes
Escrituras nos presentan los grados de algunos: Apetitos: “Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus
poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la
podrá comer, como la de gacela o de ciervo.” (Deut. 12:15). Deseos: “Y si el hombre le respondía: Quemen la
grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra
manera yo la tomaré por la fuerza.” (I Sam. 2:16). Ver también Deuteronomio 12:20; Salmo 107:18; Proverbios
6:30; Isaías 29:8; I Samuel 18:1. Odios: “Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después
toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la
fuerza.” (II Sam. 5:8). Angustias: “Mas su carne sobre él se dolerá, Y se entristecerá en él su alma.” (Job 14:22).
Amargura: “Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha
revelado.” (II Reyes 4:27b). Regocijo: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios;
porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a
novia adornada con sus joyas.” (Is. 61:10). Sufrimientos: “Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos
pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por
eso ha venido sobre nosotros esta angustia.” (Gen. 42:21). Tristezas: “Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta
la muerte; quedaos aquí y velad.” (Marcos 14:34).

De donde obtiene el hombre su alma?


a. Pre-existencia. Esta teoría enseña que todas las almas que han estado en el mundo, y todas las que estarán,
fueron creadas en el principio. Al tiempo de concepción, ellas son unidas al cuerpo. Esto fue ensenado por
Platón, pero nunca fue aceptado por la iglesia, no tiene fundamento bíblico.
b. Creacionismo. Esta creencia sostiene que a los 40 días de la concepción el alma se une con el cuerpo. Si esta
creencia fuese verdadera, entonces Dios seria creador de almas pecaminosas.
c. Traducianismo. Esta es la verdad que sostiene que tanto el alma como el cuerpo derivan de los padres. “Y
vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre
Set.” (Gen. 5:3). Ver también Hechos 17:24-26.
3. Espíritu. Aquí es donde el hombre se diferencia de todas las otras criaturas. En Hebreos 12:9 Dios es llamado
“Padre de los espíritus.” Esto no significa padre de Ángeles, sino espíritus de hombres hechos perfectos. Nunca
se dice que Dios es padre de almas.

“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.” (Santiago 2:26).
Cuando un cuerpo muere, el alma parte con el espíritu del hombre. El alma y el espíritu pueden ser separados:
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
(Heb. 4:12). De todos modos, no tenemos prueba escritural que ellos estén separados. El hombre rico de Lucas
16 una vez muerto fue al Hades, y tenia alma y espíritu consigo. Ver también Mateo 10:28.

El espíritu del hombre es el asiento de su inteligencia. “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios.” (I Cor. 2:11). Los animales no poseen inteligencia. “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin
entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti.” (Sal. 32:9).

La palabra “espíritu,” tanto en hebreo como en griego, se traduce a veces como “aliento,” y “viento.” El
contexto determina la traducción.

Los materialistas dicen que la palabra espíritu debería ser “aliento,” y que cuando el hombre muere se va para
siempre.

Algunas personas dicen que el hombre perdió su espíritu al momento de la caída y que lo recupera con la
conversión. Esto haría al hombre un ser dual, y esta concepción no es escritural.

4. Corazón. Cuando hablamos del corazón, no hablamos del músculo del cuerpo, sino mas bien del asiento de
nuestra conciencia. “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones
de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:22). Ver también I Juan 3:19,20; Hechos
2:26; 5:3, 5; Mateo 22:37. Siempre se hace una advertencia de que puede haber una profesión sin una
posesión, conocimiento en la cabeza sin confianza en el corazón. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará
en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de
maldad.” Mateo 7:22-24.

D. Su condición.

Con esta expresión queremos referirnos a las condiciones del hombre en su estado de integridad antes de que
cayese.

1. Su conocimiento. Al ser creado el hombre tuvo capacidad de conocimiento inmediato, y conocimiento


intuitivo. El no era un infante adulto. Le puso nombre a todos los animales que fueron creados por la mano de
Dios; y había que ser un hombre inteligente para hacer eso. “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los
cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. ” (Gen. 2:20).

2. Su comunión. Tenía la habilidad de tener comunión con Dios. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De
todo árbol del huerto podrás comer; ” (Gen. 2:16). “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da
semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.”
(Gen. 1:29).

3. Su hogar. Fue puesto en un jardín. “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre
que había formado.” (Gen. 2:8). Algunos sostienen que el hombre primitivo era un hombre de cavernas, pero
no fue así, el era un hombre de jardín. El primer registro que tenemos de hombres viviendo en cuevas es sobre
los perseguidos: “de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas
y por las cavernas de la tierra.” (Heb. 11:38), y de los insanos: “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su
encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, ” (Marcos 5:2). Ese jardín fue llamado el jardín
del Edén.

4. Su compañía. “mas para Adán no se halló ayuda idónea para él... Y de la costilla que Jehová Dios tomó del
hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Gen. 2:20, 22). Las palabras “ayuda idónea” no son una palabra
compuesta, sino dos palabras distintas, ayuda idónea, ayuda idónea para Adán. Algunos que se ríen de esta
"historia de la costilla” no saben decirnos de donde proviene la mujer. Por qué Dios no hizo a la mujer del polvo
de la tierra? Por la simple razón de que Dios no quiso que hubiese dos orígenes para el hombre.

Dios puede hacer un ser humano por lo menos de 4 maneras:

Sin la participación ni de hombre ni de mujer, como a Adán.


Sin la participación de mujer, como a Eva.
Por concepción, como a nosotros.
Sin participación de hombre, como a Cristo.

5. Su obra. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en
los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen. 1:28).
“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” (Gen.
2:15). Había empleo en el jardín, pero no fatiga. Había trabajo, pero no fatiga. De que debía Adán guardar el
jardín? De animales salvajes? No, porque no había. De humanos agresivos? No, porque Adán era el único
hombre. El debía proteger el jardín contra una eventual llegada del diablo. Donde sea que el hombre es puesto
en una posición de confianza, Dios siempre le da amplia advertencia.

6. Su alimento. “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y
todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.” (Gen. 1:29). El primer hombre y los primeros
animales fueron vegetarianos. Sus dietas no incluían carnes. El hombre no era carnívoro como los
evolucionistas dicen.

7. Su responsabilidad.
a. Poblar y sojuzgar la tierra. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre
la tierra.” (Gen. 1:28). Adán era el primer hombre: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán
alma viviente” (I Cor. 15:45a). Eva es la madre de todos los seres humanos. “Y llamó Adán el nombre de su
mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” (Gen. 3:20).
b. Abstenerse de comer del fruto prohibido. Este fruto era del árbol del conocimiento del bien y del mal. “Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del
bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Gen. 2: 16, 17).
Eran libres para comer de los árboles plenamente. Pero había solamente un árbol prohibido para ellos. No
sabemos que clase de fruto era. Creemos que nada estaba mal con el fruto en si; pero había una prohibición de
Dios sobre el. Dios quería que Adán y Eva tuviesen conocimiento, pero no quería que ellos lo obtuvieran por
desobediencia. Recuerden, el hombre había sido puesto en guardia; debía estar atento contra el enemigo;
Satanás no vino de improviso. ¿Por qué Dios permitió que Adán y Eva quedaran expuestos al ataque del diablo?
La prueba siempre viene antes de la bendición. El hombre siempre debe ser probado antes de ser promovido.

E. Su liderazgo.

La raza humana por entero proviene de aquel único hombre, Adán. Y como es la cabeza, así son los
descendientes.

1. Ethnografia. Esta es la rama de la antropología que considera al hombre geográfica y descriptivamente,


tratando de la subdivisión de razas, las causas de migraciones, y temas relacionados. Esta ciencia marca una
tierra natal común par el ser humano, las inmediaciones de Armenia.

2. Psicología comparativa. Esta es la ciencia de lenguaje, y considera que todos los hombres proceden de un
mismo origen.

3. Psicología. Esta es la ciencia del estudio de la mente, y también considera que todos los hombres proceden
de un mismo origen.

4. Fisiología. Esta es la ciencia que estudia la estructura orgánica del cuerpo, y también declara que todo los
hombres proceden de una misma fuente, un origen común.

II. El Hombre en su Estado de Pecado.

A. La caída del hombre.

Algunos dicen que la caída del hombre es una vieja fabula babilónica, pero solo tenemos que mirar al hombre
agotado por su pan, debilitado en sus enfermedades, y muriendo en su miseria, para darnos cuentas que
realmente tuvo un caída. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Rom. 5:12).

1. La fuente del pecado. “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Gen. 3: 1).
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” (II Cor. 11:3). Dios no habla de una bestia cuando menciona una
serpiente, sino una persona. Esto es meramente una declaración de lo que Dios piensa del diablo. En ningún
lado de la Escritura dice que Satanás estaba en la serpiente, sino que dice que la serpiente era el diablo. “Y
prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap. 20:2).

2. La naturaleza del pecado. “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día
que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que
el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” (Gen. 3:4-6). Ahora todo
estaba bien con el fruto; era un buen fruto, pero pesaba sobre él la prohibición de Dios.
a. El dudó del Amor de Dios. Al dudar del Amor de Dios, el hombre negó la bondad de Dios, y actuó aparte de
Dios y se convirtió en un pecador. “Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.” (Prov. 14:12). Ver también Isaías 55:6.
b. El dudó de la Palabra de Dios. Al dudar de la Palabra de Dios, el hombre negó Su Verdad; y negando Su
Verdad, el avanzó a pesar de Dios y se convirtió en un criminal. “Todo aquel que comete pecado, infringe
también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” (I Juan 3:4).
c. El dudó de la Autoridad de Dios. Y al dudar de la Autoridad de Dios, el hombre negó la Deidad de Dios; y
negando Su Deidad, llego a ponerse en contra de Dios. Y entonces, llegó a ser un enemigo de Dios y un rebelde
en el Universo de Dios. “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a
la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Rom. 8:7, 8).
La prueba fue dada para ver si el hombre permanecería fiel ante Dios. El falló porque quiso ser un dios. El
diablo mismo falló (Is. 14), porque quiso ser como el Dios Altísimo. Esto trajo su caída, así que el plantó la
semilla de la falsa ambición en Adán y Eva para ver si esto provocaba la caída de ellos, y lo logró.

Alguien puede preguntar, “¿Fue justo esto para con ellos?” Ellos fueron alertados y ubicados en guardia contra
Satanás. Además había una sola prohibición en el jardín. Ellos no necesitaban el fruto; ni les faltaba nada.

3. Los efectos del pecado.


a. Inmediatamente afectó sobre Eva.
(1) Vergüenza. “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.” "Entonces fueron
abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se
hicieron delantales." (Gen. 2:25; 3:7). Dios mismo se viste con vestiduras de luz (Sal. 104:2); y cuando El hizo al
hombre, lo hizo a Su propia imagen y semejanza. Por eso, algunos creen que el hombre también estaba vestido
con ciertas vestiduras de luz. Cuando el hombre peco, esas vestiduras de luz se perdieron, y se hizo a si mismo
delantales de hojas de higuera para reemplazar lo que se había perdido. Desde entonces, el hombre ha tratado
de ponerse lo que ya una vez le fue dado, pero no tiene nada sino trapos sucios.
(2) Miedo. “Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” (Gen.
3:10). El hombre todavía trata de esconderse de Dios.
(3) Separación de Dios. No hay duda de que el hombre perdió su naturaleza perfecta y terminó su comunión
con Dios. No hay tal cosa como la Paternidad universal de Dios y la hermandad de los hombres, del hombre
natural, del hombre no salvo.
(4) Expulsión del Jardín. “Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se
revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.” (Gen. 3:23, 24). El hombre fue expulsado
y sacado del jardín.
(5) Perdió su señorío sobre la creación. En el principio Adán ciertamente fue el soberano de las criaturas
terrenales: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.” (Sal. 8:6-8). Esto no se aplica al hombre de hoy. El ha perdido ese
señorío. Cristo lo recuperará para el hombre cuando el retorne (Heb. 2 y Is. 11).
b. Consecuencias sobre la descendencia de Adán.
(1) El espíritu en tinieblas. “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles,
que andan en la vanidad de su mente,
4:18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por
la dureza de su corazón;” (Ef. 4:17, 18). La oscura habitación del entendimiento permanece a oscuras hasta que
el Espíritu Santo la ilumina.
(2) Su alma se corrompió. Hablando de no creyentes, dice, “los cuales, después que perdieron toda sensibilidad,
se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.” (Ef. 4:19). Ver también Jeremías
17:9.
(3) El cuerpo quedó sujeto a enfermedades y muerte. “porque también la creación misma será libertada de la
esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.” (Rom. 8:21).

4. Los efectos sobre el pecado.


a. La expresión inmediata del Juicio de Dios.
(1) Sobre la serpiente. “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las
bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar.” (Gen. 3:14, 15). Satanás, en toda su majestad, no es nada, sino que es considerado una
serpiente. Una serpiente que se arrastra sobre el polvo por siempre, esto muestra la condición en la que quedó
el diablo.
(2) Sobre la Mujer. “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a
luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.” (Gen. 3:16).
(3) Sobre la Creación. “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que
te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los
días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.” (Gen. 3:17, 18).
(4) Sobre el Hombre. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella
fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Gen. 3:19). Ver también Génesis 5:29.
b. La expresión futura del juicio de Dios. “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los
fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda.” (Ap. 21:8).

5. La provisión para el pecador. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Gen. 3:15). En la hora que el hombre pecó, Dios
prometió un Redentor. La Simiente de la mujer es el Señor Jesucristo. “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su
mujer túnicas de pieles, y los vistió.” (Gen. 3:21). Cuando ellos se dieron cuenta de su desnudez, se cubrieron
con delantales de hojas de higuera. Pero Dios los vistió con túnicas de pieles. A los efectos de de cubrir la
desnudez, las hojas de higuera son tan buenas como las pieles de animales; sin embargo entendemos que debía
derramarse sangre. “Porque sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados.” Ellos debían ser
cubiertos con aquello que fue sacrificado por sus pecados. Del mismo modo, los pecadores hoy deben ser
revestidos con la justicia de Aquel que murió por ellos.

B. Los hijos caídos de Adán.

1. Su posición.
a. En Adán. “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los
muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:21, 22).
Ver también I Corintios 15:45, 47; Romanos 5:12-21. Solamente hay 2 hombres representativos en el mundo: el
primer hombre y el segundo hombre; el primer Adán y el postrer Adán. Todos los seres humanos nacen en
Adán; todos los nacidos de nuevo están en Cristo.
b. En pecados y culpas. “¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos
acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;” (Rom. 3:9, 10). Ver también Romanos 3:19.
2. Su estado. Por su estado, queremos referirnos a su condición espiritual; eso es, la ausencia de justicia en su
vida espiritual.
a. Pecaminoso por naturaleza. “He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5). Ver también Efesios 2:3; Génesis 6:5; Jeremías 17:9; Romanos
8:7; Galatas 5:19-21.
b. Pecaminoso en práctica. “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados,
esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos
unos a otros.” (Tito 3:3). Ver también Romanos 3:23; Colosenses 1:21; Salmo 14:1-3.
c. Perdidos en pecados. “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas
19:10). Ver también Isaías 53:6; II Corintios 4:3, 4.
d. Espiritualmente muertos. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados," "aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos),” (Ef. 2: 1, 5). El cuadro de Dios del pecador es el de un hombre muerto. El pecador esta separado de
Dios y no puede moverse en las cosas de Dios.
e. Bajo la ira de Dios. “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los
hombres que detienen con injusticia la verdad;” (Rom. 1:18). Ver también Juan 3:36.
f. Esperando su muerte física. “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez,
y después de esto el juicio," (Heb. 9:27).
g. Rumbo al infierno. “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Ap.
20:15). Ver también Apocalipsis 21:8.

III. EL HOMBRE EN SU ESTADO DE GRACIA

A. Su Posición

1. En Cristo. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22).
Ver también I Corintios 15:21, 45, 47; Romanos 5:12-21.

2. En Perfección. “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin
mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo
aceptos en el Amado.” (Ef. 1:4, 6). No hay cargos contra el que es Cabeza; y, por tanto, no puede haber cargos
contra el Cuerpo.

B. Su Estado.

Hablamos de su condición espiritual. Sus diferencias respecto al hombre aun no creyente. En la vida del
creyente la justicia esta presente, la justicia del Señor Jesucristo.

1. Una nueva criatura. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí, todas son
hechas nuevas” (II Cor. 5:17). Ver también II Pedro 1:4; Galatas 6:15; Juan 3:16. Regeneración es una re-
creación. Solo Dios puede crear; y solo Dios puede re-crear.

2. Salvo. “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito
suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,” (Il Tim. 1:9). Ver también
Efesios 2:8,9.
3. Muerto al pecado. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro.” (Rom. 6:11). “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para
que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro
2:24).

4. Hijo de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios;” (Juan 1:12). “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26).

5. Bajo el favor de Dios. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, ” (Ef. 1:3). Ver también Romanos 5:2.

6. Esperando a Dios y su Gloria. “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (Fil.
3:20,21).

7. Seguros de ir al Cielo. “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él
sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (II Tim. 4:18). Ver también I Pedro 1:4.

C. Sus 2 Naturalezas.

“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí,
para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5:17). Este texto no podría describir a cualquier persona, sino a un
hombre salvo. El pecador inconverso tiene una sola naturaleza; el hijo de Dios tiene 2 naturalezas. Cada
creyente genuino experimenta la lucha de la cual Pablo habla. Esta lucha esta ilustrada por la casa de Abraham.
El tenía 2 hijos, Ismael, el mayor; e Isaac, el menor. Ismael representa al que ha nacido en la carne, mientras
que Isaac al que es nacido del Espíritu. El problema comenzó cuando Isaac llegó a esa casa. Y el problema
comienza para el hombre cristiano cuando la nueva naturaleza impartida por Cristo llega a su vida.

1. La descripción de la vieja naturaleza.


a. Nombres y Características.
(1) La Carne. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6). Ver
también Romanos 7:18, 23; 8:9. Al hablar de “la carne” no hablamos de "músculos", los cuales son parte del
cuerpo humano, sino más bien de naturaleza carnal, la cual poseemos desde nuestro nacimiento. No hay tal
cosa como un ser en la carne; la carne esta en nosotros. “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el
bien” (Rom. 7:18a). Ver también Juan 6:63; Romanos 8:8. No hay tal cosa como una persona nacida con una
“chispa divina” en su interior.
(2) El hombre natural. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él
son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (I Cor. 2:14). Eso es lo que el
hombre es por naturaleza, por su nacimiento natural.
(3) El viejo hombre. “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.” (Rom. 6:6). Ver también Efesios
4:22; Colosenses 3:9. Esto es el hombre viejo, lo que éramos: corrupto, lleno de maldad y deseos de lujuria.
(4) El hombre exterior. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.” (II Cor. 4:16).
(5) El corazón. “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las
fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la
maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.”
(Marcos 7:21-23). Oímos a menudo de un cambio en el corazón del hombre, pero eso es imposible, solo Dios
puede darnos un nuevo corazón.
(6) La mente carnal. “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la
ley de Dios, ni tampoco pueden;” (Rom. 8:7).
(7) Pecado. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Rom. 5:12). La palabra “pecado” se refiere a la
naturaleza caída del hombre, mientras que “pecados” se refiere a las acciones de dicha naturaleza.
b. El carácter y el fin.
(1) Es una naturaleza adánica. Significa que Adán cayo, y sus descendientes son, por lo tanto, hijos caídos de
aquel padre caído.
(2) Es una naturaleza heredada. Recibimos nuestra naturaleza caída de Adán.
(3) Es una naturaleza malvada. El capitulo 8 de Romanos expone este concepto.
(4) Es una naturaleza incambiable. “Lo que es nacido de la carne, carne es” (Juan 3:6a). Mientras el hombre
viva, esa naturaleza caída permanece en él. Será erradicada solamente al momento de la resurrección de los
muertos en Cristo y la transformación de los que estén vivos en Cristo, a la hora de buscar a su iglesia.
(5) Su fin es la muerte. “Porque la paga del pecado es muerte” (Rom. 6:23a). Ver también Romanos 8:5-13.

2. La descripción de la nueva naturaleza.


a. Sus nombres y características.
(1) Espíritu. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6).
(2) Naturaleza divina. “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por
ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia;” (II Pedro 1:4). Ver también I Juan 3:9; 5:18, 19.
(3) El nuevo hombre. “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Ef.
4:24). Ver también Colosenses 3:10; II Corintios 5:17.
(4) El hombre interior. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. ” (II Cor. 4:16). “Porque según el hombre interior,
me deleito en la ley de Dios; ” (Rom. 7:22). Ver también Efesios 3:16.
(5) Mente. “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de
Dios, mas con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:25).
b. Su carácter y fin.
(1) Es la naturaleza de Cristo.
(2) Es una naturaleza impartida.
(3) Es una naturaleza santa.
(4) Es una naturaleza que ya no cambia.
(5) Es una naturaleza no penalizada.

Versículos 1 y 2 de I Juan 2 hablan de la relación de los santos con el Padre. Aun cuando los santos pequen es un
asunto familiar.
(6) Su fin es resurrección y arrebatamiento. “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos
seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la
trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad... Mas gracias
sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (I Cor. 15:51-53, 57).

3. El conflicto entre las 2 naturalezas.


a. La experiencia del creyente. Cada hijo de Dios tiene 2 naturalezas; el hombre inconverso tiene una sola. La
vieja naturaleza no puede ser erradicada mientras el creyente viva en su cuerpo terrenal; por lo tanto,
enfrentamos la lucha entre la vieja y la nueva naturaleza. “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el
del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5: 17).
Romanos 7:15-25 es otro ejemplo ilustrando esta verdad. De todos modos, alguien podría declarar que este
pasaje muestra un conflicto en la vida de Pablo antes de ser salvo, pero un versículo en este pasaje claramente
revela que este conflicto, que se describe tan vividamente, ocurrió después de haber sido salvo: “Porque según
el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; ” (Rom. 7:22). Ningún inconverso puede deleitarse en la ley de
Dios. También, solo el hombre salvo tiene un hombre interior, el cual es la nueva naturaleza.
b. La responsabilidad del creyente.
(1) En relación a su vieja naturaleza.
(a) Acepta la apreciación de Dios sobre ella. “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también
viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para
Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor
nuestro. ” (Rom. 6:6-11). Esta es una verdad que debe ser destacada: nunca se dice que el viejo hombre deba
ser crucificado en el creyente, sino que es crucificado con Cristo. ¡Es una realidad! ¡Acéptelo! Y no es una
cuestión de sentimientos, sino de fe. Toda esta verdad es según el punto de vista de Dios. Desde el punto de
vista del creyente, él sabe que la vieja naturaleza, el viejo hombre, no está muerto; está bien vivo. La Escritura
dice, “consideraos muertos al pecado.” Si la vieja naturaleza estuviese muerta, el creyente no tendría que
considerarse así; pues lo sabría.
(b) No hace provisión para la carne. “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne"
(Rom.13:14). En otras palabras, no alimentes la carne, más bien prívale de alimento.
(c) Mortifica la carne. “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; ” (Col. 3:5). Un término mas fuerte es, “Pon tus
miembros en muerte o a morir.” Las palabras “ya casi muerto” (Heb. 11:12) tienen la misma terminología.
(d) Nunca trata de mejorarla. “ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios
como instrumentos de justicia. ” (Rom. 6:13).
(e) Se despoja de ella. “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, ” (Ef. 4:22). La misma palabra se traduce “echándole fuera” en Hechos 7:58.
(2) En relación a la nueva naturaleza.
(a) Se considera vivo para Dios. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rom. 6:11).
(b) Camina en vida nueva. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales
Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Ef. 2:10). Ver también Romanos 6:14; 7:6.
(c) La alimenta y la nutre. “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por
ella crezcáis para salvación, ” (I Pedro 2:2). Alimentamos la nueva naturaleza por la exposición a la Palabra de
Dios, y no por la exhortación de hombres. Sabemos que tenemos 2 naturalezas, y bueno es considerar que el
alimento de una será hambre para la otra. Es el cristiano individualmente quien debe decidir cual hombre o
naturaleza va a alimentar. No puede alimentar ambas al mismo tiempo.
(d) Se viste del nuevo hombre. “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad. ” (Ef. 4:24).
(e) Depende del poder del Espíritu Santo. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados
para el día de la redención. ” (Ef. 4:30). “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de
su fuerza.” (Ef. 6:10). “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
(Zacarías 4:6b).
Capítulo 5

Hamartiologia - La Doctrina del Pecado

HAMARTIOLOGIA

I. El Origen del Pecado.


A. La entrada del pecado en el universo.
B. La introducción del pecado en la raza humana.

II. La realidad del pecado.


A. La Escritura declara el Hecho del Pecado.
B. La naturaleza proclama el Hecho del Pecado.
C. La Ley descubre el Hecho del Pecado.
D. La Experiencia comprueba el Hecho del Pecado.
E. El Hombre confiesa el Hecho del Pecado.

III. La Naturaleza del Pecado.


A. El punto de vista moderno del pecado.
B. El punto de vista Bíblico del Pecado.
C. La Declaración Escritural del Pecado.
D. Las Definiciones Teológicas del Pecado.
E. El Sumario de las Escrituras concernientes al Pecado.

IV. La Extensión del Pecado.


A. Por los cielos.
B. Por la Tierra.

V. El alcance del Pecado.


A. Como Hecho.
B. Como Estado.
C. Como Naturaleza.

VI. La Penalidad sobre el Pecado.


A. La Penalidad Natural.
B. La Penalidad Activa.

HAMARTIOLOGIA

Hamartiología se deriva de la palabra griega: hamartía, que significa “errar al blanco, pecado.” De modo que,
hamartiología es la doctrina del pecado.

I. EL ORIGEN DEL PECADO

A. La Entrada del Pecado en el universo.

Consultando Ezequiel 28:11-19, vemos que fue Lucifer quien introdujo el pecado en el universo: “Se enalteció tu
corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra;
delante de los reyes te pondré para que miren en ti. ” (v. 17). No había pecado antes que Lucifer pecara y se
convirtiera en Satanás. Su pecado, el primero en el universo, fue cuando el eligió su voluntad por encima de la
voluntad de Dios, deseando ser igual a Dios. ¿Por qué Dios permitió que el pecado entrara en el universo? Esa
es una pregunta que Dios no nos ha respondido aun.

B. La introducción del pecado en la raza humana.

Así como hay pecado en la raza humana, debe haber habido un principio del pecado. Si no hubiese un principio
para el pecado, el hombre hubiese sido creado en pecado, y entonces, Dios sería el creador del pecado; pero no
lo es. El pecado entró en la raza humana a través del engaño y la desobediencia, motivados por la incredulidad
o la duda. “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión.” (I Tim. 2:14).
¿Por qué Dios permitió que el hombre pecara? La única posible respuesta que podemos dar está en Efesios 2:7:
“para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en
Cristo Jesús.”

II. LA REALIDAD DEL PECADO

A. La Escritura declara el Hecho del pecado.

“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, ” (Rom. 3:23). “Mas la Escritura lo encerró
todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. ” (Gal. 3:22).

B. La Naturaleza proclama el Hecho del pecado.

“Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; ” (Rom. 8:22).

C. La Ley descubre el Hecho del pecado.

“ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el
conocimiento del pecado.” (Rom. 3:20). El Apóstol Pablo pensó que era libre del pecado hasta que se miró en el
espejo de la Ley de Dios: “Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la
ley no dijera: No codiciarás.” (Rom. 7:7b).

D. La Experiencia comprueba el Hecho del pecado.

Las experiencias de Moisés, David, Pedro y Juan revelan la realidad del pecado. Aun nuestra propia experiencia
honestamente la declara.

E. El hombre confiesa el hecho del pecado.

1. Los Santos lo reconocen. Fue Job quien dijo, “Yo soy vil, y me aborrezco.” Isaías declaró, “Ay de mi, hombre
inmundo de labios.” Daniel, de quien nada pecaminoso se menciona, dijo, “hemos pecado.” Pedro clamó,
“apártate de mi, que soy hombre pecador.” Pablo escribió, “Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores;
de los cuales yo soy el primero.” Lutero reconoció: “Tengo más miedo de mi corazón que del Papa y de todos
los Cardenales.” Moody dijo, “El hombre con el cual tengo más problemas es aquel que camina bajo mi
sombrero.”
2. Los pecadores lo reconocen. Las Escrituras abundan de confesiones de pecadores y de sus pecados: Faraón
declaró, “He pecado esta vez ” (Ex. 9:27b). Acán respondió, “he pecado contra Jehová” (Josué 7:20b). Balaám
admitió, “Yo he pecado,” (Num. 22:34b). Y aun Judas, quien traicionó al Señor, dijo, “yo he pecado” (Mateo
27:4).

III. LA NATURALEZA DEL PECADO

A. El punto de vista moderno sobre el pecado.

1. La sociedad lo llama indiscreción.

2. Los educadores lo llaman ignorancia.

3. Los evolucionistas lo llaman trato de bestias.

4. Los científicos pseudo cristianos lo enseñan como ausencia de lo bueno.

5. El hombre carnal lo excusa como debilidad amable.

6. Los nuevos teólogos lo declaran como mero egoísmo.

B. El enfoque bíblico del pecado.


1. Pecado es perder la marca, errar al blanco. “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios, ” (Rom. 3:23). Ver también Romanos 5:12. Pecado significa “no acertar con la divina puntería”

2. Pecado es Trasgresión. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción
de la ley. ” (I Juan 3:4). La trasgresión de la Ley puede ser casual o intencional. Aun así, en ambos casos es
pecado. Había pecado antes de la Ley, pero no era trasgresión. Ver Números 4:15; Josué 7:11, 15; Isaías 24:5;
Daniel 9:11; Oséas 6:7; 8:1.

3. Pecado es la distorsión de lo que es recto. “Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo:
Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la
casa de mi padre.” (II Sam. 24:17). Ver también Romanos 1:18; 6:13; II Tesalonicenses 2:12; II Pedro 2:15; I Juan
5:17.

4. Pecado es rebelión contra Dios. “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los
engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. ” (Is. 1:2). Ver también II Tesalonicenses 2:4, 8.

5. Pecado es una deuda. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.” (Mat. 6:12). Ver también Lucas 11:4. Las palabras “ordenado” (Lucas 17:10), “debéis” (Juan 13:14) y
“debemos” (II Tes. 2:13) provienen todas de una misma raíz en el griego que denota deuda.

6. Pecado es desobediencia. Pecado es una falta en responder a Dios. “en los cuales anduvisteis en otro tiempo,
siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia, ” (Ef. 2:2). Ver también Efesios 5:6; Juan 3:36.
7. Pecado es una desviación ante los requerimientos de Dios. Esto significa una caída; cada ofensa contra Dios
es una caída. Pecado es siempre una caída que hiere. “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;” (Mat. 6:14). Ver también Galatas 6:1; Romanos 5:15-20.

8. Pecado es incredulidad. “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios,
le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.” (I Juan 5:10).

9. Pecado es impiedad. “mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por
justicia.” (Rom. 4:5). “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.” (Rom. 5:6).
Ver también I Timoteo 1:9; I Pedro 4:18; II Pedro 2:5, 7; Judas 4, 15.

10. Pecado es iniquidad. Esto significa un proceder equivocado ante el orden moral del universo. “Y manifiestas
son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y
cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican
tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gal. 5:19-21). Ver también Colosenses 3:5-9; Marcos 7:19, 20.

C. La declaración escritural del pecado.

“Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.” (I Juan 5:17). Ver también I Juan 3:4; Proverbios
14:21; 21:4; 24:9; Romanos 3:23; 6:23; I Samuel 15:23; Jeremías 3:25; 14:7; Santiago 2:9; 4:17; Romanos 14:23.

D. La definición teológica del pecado.

1. Pecado es la transgresión de la Ley de Dios, o la falta de conformarse a la ley de Dios.

2. Pecado es la deficiencia de amar a Dios y a los hombres.

3. Pecado es dar preferencia al ego en vez de a Dios.

4. Pecado es insubordinación.

5. Pecado es falta de conformidad con Dios o su Ley Moral en acto, disposición, o estado.

6. Pecado es lo que no deberíamos ser.

E. Sumario de la Escritura concerniente al pecado.

1. Hacia Dios.
a. Rebelión. “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.” (I
Sam. 15:23a).
b. Falla en la supremacía de amar a Dios. “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y
con todas tus fuerzas.” (Deut. 6:5).

2. Hacia la Ley de Dios.


a. Transgresion voluntaria. “Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero,
ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo.” (Num. 15:30).
b. Violación de la Ley en ignorancia. “Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año para
expiación.” (Num. 15:27). Ver también Hebreos 9:7.

3. Hacia los hombres.


a. Injusticia. “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la
mañana.” (Lev. 19:13).
b. Falla en amar al prójimo como a nosotros mismos. “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu
pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.” (Lev. 19:18).

4. Hacia nosotros mismos.


a. Egoísmo. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?” (Mat. 16:26).
b. Corrupción. “He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5).

IV. La Extensión del Pecado

A. En los cielos.

La Escritura revela el hecho de que tanto el pecado como la salvación comienzan en el cielo y se extienden a la
tierra. El pecado comenzó en el cielo con la caída de Satanás (Ez. 28). La salvación es completada en el cielo con
la obra mediadora de Cristo (Heb. 9:24).

B. En la tierra

1 El reino vegetal. “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te
mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días
de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.” (Gen. 3:17, 18). Isaías 55:13 revela el
acontecimiento bendito de que la maldición será quitada del reino vegetal cuando Cristo venga: “En lugar de la
zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que
nunca será raída.”

2. El reino animal. Antes de la caída de Adán no había animales carnívoros. Isaías 11:6-9 nos dice que esto
también será removido al tiempo de la segunda venida de Cristo: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo
con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La
vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará
sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni
dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren
el mar.”

3. La raza humana.
a. La universalidad del pecado. Todos los hombres son pecadores: “por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios,” (Rom. 3:23).
b. La totalidad del pecado. Todo en el ser humano es pecaminoso, su cuerpo, alma y espíritu. “Todos se
desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. . . . No hay temor de Dios delante de sus ojos. Pero
sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el
mundo quede bajo el juicio de Dios; ” (Rom. 3:12, 18, 19.)
V. El alcance del pecado

A. Como un hecho.

El hombre comete pecados por su conducta.

B. Como un estado.

El hombre carece de justicia.

C. Como una naturaleza.

El hombre fue concebido en pecado, nació en pecado, y es, por lo tanto, un pecador por naturaleza.

VI. La penalidad del pecado

A. La penalidad natural.

Esto se ilustra mejor con el caso de un niño que come algún alimento prohibido. Y desobedece y come
demasiado, al punto de llegar a enfermarse. La consecuencia natural de su desobediencia fue su enfermedad.
La penalidad natural del pecado es enfermedad, desilusión y muerte física.

B. La penalidad activa.

Continuando con el mismo ejemplo, vemos que la penalidad natural fue que el niño se enfermara. La penalidad
positiva (o activa) es la disciplina que recibe del padre, la cual se describe con las siguientes palabras:

1. Muerte. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro. ” (Rom. 6:23). Muerte, en las Escrituras, no significa “aniquilación” o “completa destrucción.” No hay
lugar en la Palabra de Dios donde la palabra “aniquilación” se pueda sustituir por “muerte.”
a. Muerte espiritual. “Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta.” (I Tim. 5:6).
b. Muerte eterna. “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” (Ap.
20:14). “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús
desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición,
excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, ” (II Tes. 1:7, 8, 9). Ver también Apocalipsis 20:12;
21:8. No había muerte antes de que el pecado llegara a la vida del hombre. El hombre fue creado para morar
con Dios para siempre. Entonces la muerte “pasó a todos los hombres” (Rom. 5:12). La palabra “pasó” se
traduce “traspasará” en Lucas 2:35; “pasar por” en Mateo 19:24 y en I Corintios 10:1.

2. Perdición. “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los
guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.” (Juan 17:12).
La palabra “Perdición” es la misma que “perezca” (Juan 3:16) y “destruir” (Mat. 10:28).

3. Condenación. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha
creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18). La palabra “condenación” es un término legal, e
indica una decisión judicial. Esta misma palabra, “condenación,” aparece en Juan 5:29, y como “castigo” en
Mateo 11:22, 24; II Pedro 2:4, 9; 3:7; I Juan 4:17; Judas 6.

4. Culpa. “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se
cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ” (Rom. 3:19).

5. Perdición. “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a
veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por
la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de
perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. ” (Fil. 1:27, 28). Ver también Juan 17:12; II
Tesalonicenses 2:3; Hebreos 10:39; II Pedro 3:7; Apocalipsis 17:8, 11. Esta misma palabra “perdición” aparece en
Mateo 7:13: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y muchos son los que entran por ella.” Ver también Romanos 9:22; Filipenses 3:19; II Pedro 3:16. (En
el Nuevo Testamento la palabra “destrucción” significa “ruina”.) En Mateo 26:8 se traduce “desperdicio”: “Al
ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio?” En Mateo 9:17 aparece como “se
pierden”: “Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los
odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”

6. Castigo. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mat. 25:46). No hay diferencia entre
esta Escritura y Hebreos 12:6: “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.”
Pero castigo es para los pecadores inconversos, disciplina es para los santos.

7. Eterno. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mat. 25:46). Ver también Judas 6; II
Tesalonicenses 1:9; Apocalipsis 20:10; 14:11.

Algunos dicen que las palabras “por siempre” y “eterno” significan “una larga vida, una edad”, en otras
palabras, dicen que los pecadores culpables sufrirán el fuego del infierno solamente por un tiempo; y después
de ser purificados, disfrutaran vida eterna con el resto de los santos de Dios. Pero a esto decimos, “si el infierno
y la condenación no son por siempre y eternos, entonces tampoco hay tal cosa como vida eterna, ni eterna
salvación.” Es que la misma palabra “eterna,” o “para siempre,” es usada para referirse a Dios, “¿cuánto más la
sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Heb. 9:14). “pero que ha sido manifestado ahora, y
que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las
gentes para que obedezcan a la fe,” (Rom. 16:26). Si el castigo en el infierno no fuese eterno, tampoco la
salvación sería eterna, y ¡Dios no sería eterno! ¡Pero lo es! Así que la salvación es eterna y el castigo es eterno.
Gloria sea al Dios Eterno.

Capítulo 6

Soteriología - La Doctrina de la Salvación

SOTERIOLOGIA

I. Arrepentimiento.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Manifestación.
D. Condición.
E. Definición.

II. Fe.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Donación.
D. Centralización
E. Producción.

III. Regeneración.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Necesidad.
D. Condición.

IV. Justificación.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Condición.
D. Ilustración.
E. Manifestación.
V. Santificación.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Condición.
D. Definición.

VI. Adopción.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Originación.
D. Consumación.
E. Manifestación.

VII. Redención.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.

VIII. Oración.
A. Afirmación.
B. Delineación.
C. Explicación.
D. Estimulación.
E. Ilustración.
F. Regulación.
G. Condición.
H. Limitación.
I. Mediación.
Capitulo VI

SOTERIOLOGIA

Soteriología es la Doctrina de la Salvación.

I. ARREPENTIMIENTO

A. Citas bíblicas.

“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el
reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 3:1, 2). “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 4: 17). Pablo testifico “testificando a judíos y a
gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.” (Hechos 20:21). “Yo
reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Ap. 3:19). Ver también Marcos 6:12;
Lucas 24:47; Hechos 2:38; 11:18; 26:20; II Pedo 3:9.

Para aquellos que dicen que el arrepentimiento no debe ser predicado hoy, y que no es esencial para la
salvación, apuntamos que el arrepentimiento fue predicado por Juan el Bautista, el Señor Jesucristo, y el apóstol
Pablo. El arrepentimiento fue proclamado antes de Pentecostés, en Pentecostés, y después de Pentecostés. “Os
digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (Lucas 13:5).

B. Explicación.

1. No es simple reforma. Arrepentimiento es totalmente un acto interno de la mente. Para muchos significa
volverse de sus pecados, pero si fuera así, seria reformación o reforma. Arrepentimiento no es hacer algo, como
un hecho, porque ningún hombre es salvo por hacer algo. Un hombre puede volverse de sus pecados y todavía
no ser un cristiano.

2. No es contrición. Queremos decir con esto que el arrepentimiento no es una agonía del alma por el pecado.
Muchas personas encarceladas están tristes. ¿Todos están tristes por los crímenes que cometieron? No.
Muchos están tristes porque fueron apresados. Creemos, de todos modos, que en un caso genuino de
arrepentimiento, el pecador estará triste por su pecado. La tristeza por el pecado no es arrepentimiento, pero
puede llevar al arrepentimiento. “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación,
de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. ” (II Cor. 7:10).

3. No es Penitencia. Penitencia es una expresión de tristeza (por algún hecho) que se hace para pagar por el
pecado; es algo como un juicio.

4. Es un cambio de mente. El sentido literal de la palabra arrepentimiento es “pensamiento posterior” o


“reconsideración.” Por “cambio de mente” no queremos significar un “cambio de opinión”; un “cambio de
mente” es la sustitución de una vieja mente por una nueva. Es nueva en carácter. Verdadero arrepentimiento
es un cambio de mente que conducirá a un cambio de acción, pero déjeme aclararle que es posible un cambio
de acción sin un cambio de mente. Un buen ejemplo de arrepentimiento encontramos en Mateo 21:28, 29:
“Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi
viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.”
Antes de que alguien pueda ser salvo debe haber arrepentimiento. Debe haber un cambio de mente sobre
muchas cosas: pecado, ego, Dios y Jesucristo. “que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá
Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, ” (II Tim. 2:25).

Arrepentimiento es poner sus pensamientos del lado de Dios. Arrepentimiento es autojuzgarse.

C. Manifestación.

1. Cambio en el intelecto.

2. Cambio de sentimientos.

3. Cambio de voluntad.

4. Cambio de acción.

D. Condición.

1. Por medio de la bondad de Dios. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Rom. 2:4). Ver también II Pedro 3:9.

2. Por medio del evangelio de Dios. “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros
apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en
el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo . . . Así que, los que
recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” (Hechos 2:37, 38,
41).

3. Por medio de la enseñanza Escritural. “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para
con todos, apto para enseñar, sufrido;
2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para
conocer la verdad,” (II Tim. 2:24, 25).

4. Por medio de la disciplina de Dios. “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra
ellos con la espada de mi boca.” (Ap. 2:16). Ver también Apocalipsis 2:5; 3:3; Hebreos 12:6-11.

E. Definición.

El arrepentimiento es una obra de Dios que resulta en un cambio de mente en lo referido a la relación del
hombre con Dios. No es ni tristeza ni penitencia, aunque la tristeza penitente puede llevar a un cambio de
mente. El arrepentimiento es siempre un elemento de la fe salvadora.

II. FE

A. Citas bíblicas.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe
vivirá.” (Rom. 1:17). “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” (Rom. 3:28).
Ver también Mateo 9:22; Hechos 26:18; Romanos 4:5; IICorintios 5:7; Efesios 2:8; Hebreos 11:6; Santiago 5:15; I
Pedro 1:5.

B. Explicación.

Una buena definición de fe es: confianza en otros; Dependencia sobre un testimonio. La verdadera fe está
compuesta por los siguientes elementos:

1. Conocimiento. Uno debe estar informado antes de poder tener fe. Esto es cierto tanto en las cosas de los
hombres, como en las cosas de Cristo. Es imposible tener fe en Cristo sin conocerle por la Palabra. “Así que la fe
es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Rom. 10:17). A veces podemos pedir más fe, pero ese pedido no
tiene lugar. Para incrementar nuestra fe, tenemos que leer más la Palabra de Dios. Antes de que una persona
pueda tener fe, debe conocer que existe.

2. Creencia. El segundo elemento de la fe es la creencia. Toda persona sabe lo que eso significa, eso es,
aceptarlo como la verdad. Las personas pueden saber que hay un salvador por el nombre de Jesús, y creer que
El puede salvar. Aun así, esto no es fe salvadora. Para tener fe en una silla, uno debe saber que existe, y creer
que puede sostenerlo. Todavía eso no es fe completa en la silla, hasta que el tercer elemento se involucra, y eso
es:

3. Confianza. Una cosa es saber que Cristo murió, y creerlo; otra cosa es confiar en El, el Salvador muerto y
resucitado, para salvación personal. Tomemos la silla de nuevo por ejemplo: Uno puede saber que la silla existe,
y creer que puede sostenerlo, pero la fe no es ejercida hasta que se siente en ella. ¿Está usted confiando
completamente en Cristo para su salvación?

4. Reposo. Esto significa completo reposo en Cristo. Cuando alguien se acuesta sobre una cama, se relaja y
descansa. Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo, deberíamos relajarnos y descansar en El.

C. Donación.

1. De Dios el Padre. “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga
más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe
que Dios repartió a cada uno.” (Rom. 12:3).

2. De Dios el Hijo. “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante
de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2).

3. De Dios el Espíritu Santo. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de
ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo
Espíritu.” (I Cor. 12:8, 9).

D. Centralización.

El objeto de fe es Cristo, y sólo El.

E. Producción.
El fin de la fe es la salvación. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Ef. 2:8, 9).

III. REGENERACION

A. Citas bíblicas.

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios. . . Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede
entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:3, 5). Nosotros somos “renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (I Pedro 1:23). “Todo aquel que es
nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios.” (I Juan 3:9). Ver también I Juan 2:29; 5:4, 18.

B. Explicación.

1. No es una Reforma. Algunas personas piensan que por dar vuelta una nueva hoja uno llega a ser un hijo de
Dios. Algunas personas dejan de beber por problemas del corazón, no porque saben que es pecado contra Dios.
Aunque pudiese cesar de cometer todo pecado; aun así no sería regeneración.

2. No es Conversión. Muchas vece hablamos de regeneración como conversión, pero, en realidad, “conversión”
significa volverse. La persona salva puede convertirse (volverse) aun después de ser salvo, como por ejemplo
Pedro.

3. No es Confirmación. Algunas iglesias, mientras administran cierto ritual eclesiástico, afirman que los
participantes (comúnmente niños de 12 o 13 años de edad) reciben el Espíritu Santo con la unción de aceite.
Esta es una falsa doctrina. Uno no recibe el Espíritu Santo por el procedimiento de un hombre, sino por recibir a
Cristo como salvador personal.

4. No es por agua bautismal. No hay fe salvadora en toda el agua del mundo. Alguien puede preguntar,
entonces, “¿por qué debemos ser bautizados?” Porque aspiramos a una buena conciencia delante de Dios (I
Pedro 3:21b). Es una ordenanza que nos identifica públicamente con la muerte, la sepultura y resurrección de
Cristo, y nada más.

5. No es membresía en alguna iglesia. Se nos amonesta en Hebreos10:25 para no dejar de reunirnos como
algunos ya lo tienen por costumbre. De todos modos, esto no trae cambio en el corazón del pecador. Recuerda,
la palabra “iglesia” significa “asamblea de llamados afuera.” Pero convocar una asamblea humana no puede dar
salvación. Algunos creen que la iglesia salva. Pero, acaso hay alguna asamblea en la tierra que pueda dar
salvación? Puede una compañía de llamados afuera hacer a una persona hijo de Dios? No. No existe asamblea
alguna a la cual le podamos confiar la salvación de nuestra alma.

6. No es tomar la Cena del Señor. No hay eficacia salvadora, o limpieza de pecados, en participar de los
elementos de la Cena del Señor. La Cena del Señor se toma solo en memoria de Cristo y su obra en el Calvario.
Y debemos hacerlo, en memoria de El, hasta que El vuelva.

7. Es un Nuevo Nacimiento. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas.” (II Cor. 5:17). “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace
justicia es nacido de él.” (I Juan 2:29).
C. Confrontación.

Cada persona debe nacer de nuevo. Es una necesidad declarada por el Señor mismo.

1. En vista a la depravación del hombre. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es.” (Juan 3:6). Las palabras, “debes nacer de nuevo,” pueden ser mejor traducidas como, “debes nacer
de lo alto.” El hombre debe nacer de lo alto si ha de vivir algún día arriba en los cielos.

2. En vista a la necesidad universal del hombre. No hay ningún hombre en ningún lugar que no necesite nacer
de nuevo. “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Rom. 3:23).

3. En vista a la Santidad de Dios. Si alguien va a ser recibido por Dios y va a se hecho un hijo de Dios por el Justo
y Santo Dios, un gran cambio debe tener lugar para hacer a ese individuo santo. “porque escrito está: Sed
santos, porque yo soy santo.” (I Pedro 1:16).

D. Condición.

1. La obra de Dios. El proceso para llegar a ser un hijo de Dios no es por una regeneración natural. El hombre no
se puede regenerar a si mismo. No es asunto de la voluntad humana, sino de Dios. “Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:12, 13).
Hablando en forma práctica, nosotros no tuvimos nada que ver con nuestro primer nacimiento, y no tenemos
nada que ver con este nuevo nacimiento.

2. El elemento humano. Mientras que es Dios quien regenera al pecador que cree, hay un rol que le
corresponde al hombre; ¡él debe creer! “Por gracia sois salvos”; Sí, pero “por medio de la fe.” “Nadie va al
Padre sino por mí.” Sí, Jesús es el camino, pero el pecador debe venir con fe. El pecador debe recibir a Cristo
por su propia fe. Esta es la parte humana. Dios hace el resto.

IV. JUSTIFICACION

A. Citas bíblicas.

"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” (Rom. 3:24).
“sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó
de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para
nuestra justificación.” (Rom. 4:24,25). “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1). “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor.
6:11). Ver también Romanos 3:26; 5:9; Galatas 2:16, 17; Tito 3:7.

B. Explicación.

Justificar es “reconocer, declarar justo, o mostrar justo a alguien.” Justificar no significa "hacer justo". Dios
declara al pecador que cree como "justo". No lo hace justo. Justificación es un término legal.
En las cortes humanas, la ley está por encima del Juez. Si el Juez es honesto y justo, él no puede mostrar
misericordia. El debe declarar a la persona inocente o culpable, de acuerdo a la ley. En la corte de la ley de
Dios, el hombre culpable, es traído ante el estrado del juicio de Dios y puede ser declarado no culpable. Dios
esta por encima de su Ley.

En las cortes humanas, una persona culpable podría ser perdonada, el crimen podría ser perdonado pero no
pagado. En la corte de Dios no es así. Todos los pecados deben ser pagados por el castigo del pecador. Tres
cosas son incorporadas en la justificación de Dios.

1. Perdón. “Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por
medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser
justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hechos 13:37-39).

Otro ha pagado por lo pecados de este pecador, su sustituto, el Señor Jesucristo. Dios nunca perdona a un
pecador aparte de su perdón en Cristo.

2. Imputación. “Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay
engaño.” (Sal. 32:2). “Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.” (Rom. 4:8). “Pues antes
de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Rom. 5:13).

Imputación significa “poner algo a cuenta de.” Por lo tanto, la justicia de Cristo es puesta a cuenta de los
pecadores que creen en El. Todos los pecados de los creyentes fueron puestos a cuenta de Cristo, El pagó por
todos ellos. En cambio, Su justicia fue puesta a cuenta de los creyentes, y ellos fueron declarados justos, al
momento de creer en Cristo.

3. Comunión. “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Ef. 4:6). Esta es la
comunión de Dios y el creyente como padre e hijo. Recuerda, Dios es Padre solamente de sus hijos, no de los
inconversos.

C. Condición.

1. Negativa.
a. No por obras. “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra,
sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Rom. 4:4, 5). Ver también Romanos
11:6.
b. No por las obras de la Ley. “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo
por la fe vivirá;” (Gal. 3:11). Ver también Romanos 3:20; Galatas 2:16.

2. Positiva.
a. Por Dios. Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al
que es de la fe de Jesús.” (Rom. 3:26). Ver también Romanos 8:33.
b. Por Gracia. “Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la
vida eterna.” (Tito 3:7). Ver también Romanos 3:24.
c. Por Sangre. “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Rom.
5:9). Ver también Romanos 3:24, 25.
d. Por Fe. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; ”
(Rom. 5:1).
e. Por Resurrección. "sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que
creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” (Rom. 4:24, 25).

D. Ilustración.

1. Abraham (Rom. 4:1-5).

2. David (Rom. 4:6-8).

3. Noé (Heb. 11:7).

E. Manifestación.

1. En obras. “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el
altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la
Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.” (Santiago
2:21-23). La gratitud es la evidencia de la salvación, y se manifiesta en buenas obras. Muchas veces las buenas
obras son muy, muy débiles, pero Dios acepta la buena voluntad que esta detrás de ellas.

2. En experiencia. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos
en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no
avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue
dado.” (Rom. 5:1-5).

V. SANTIFICACION

Esta es una fase de la salvación que se confunde mucho hoy en día. El estudiante de la Biblia se sorprenderá de
lo que Dios dice acerca de la santificación. Mucho se dice acerca de la experiencia, y creemos en la experiencia;
pero seamos cuidadosos y dejemos que la Palabra de Dios interprete nuestra experiencia, en vez de que nuestra
experiencia interprete la Palabra de Dios.

A. Citas bíblicas.

“pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;. . . Pues no nos ha llamado
Dios a inmundicia, sino a santificación.” (I Tes. 4:3, 7). “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados
en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:” (I Cor. 1:2). “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son
todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, ” (Heb. 2:11). “Seguid la paz con todos, y la
santidad, sin la cual nadie verá al Señor. ” (Heb. 12:14). Ver también I Pedro 1:2; Juan 17:17; Éxodo 13:2;
Jeremías 2:3; Efesios 1:1. Las palabras “santificación, santidad, y santos” provienen todas de la misma raíz.

B. Explicación.

1. No es mejoramiento de la carne. Nunca se dice en la Escritura que la obra del Espíritu Santo sea mejorar la
vieja naturaleza. El hombre natural no puede entender al Espíritu Santo. ¿Cómo podría el hombre natural ser
mejorado por el Espíritu Santo? Es duro decirlo, sin embargo, es cierto, la carne del creyente no es mejor que la
carne de un inconverso. La Escritura dice, “Haced pues morir las obras de la carne.”

2. No es erradicación de la naturaleza pecaminosa. Están aquellos que sostienen que un creyente puede tener
una experiencia de purificación que quemará toda su carnalidad, dejándole sin pecado, y sin la capacidad de
cometer pecado. Nosotros prevenimos al creyente para que compruebe su experiencia por la Palabra de Dios,
en vez de tratar de probar la Palabra de Dios por su experiencia. Aunque el Antiguo Testamento fue escrito en
Hebreo, y el Nuevo Testamento fue escrito en Griego, las palabras “santificación,” “santidad,” y “santos” todas
tienen la misma raíz de significado.

Para aquellos que sostienen que la santificación es una experiencia por la cual la naturaleza pecaminosa es
erradicada, necesitamos volver a la Palabra de Dios y ver como el concepto de santificación es usado: “Ungirás
también el altar del holocausto y todos sus utensilios; y santificarás el altar, y será un altar santísimo.” (Ex.
40:10). ¿Dónde está la erradicación aquí? ¿Acaso tenía el altar naturaleza pecaminosa? Aquí tenemos otro
ejemplo: “Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo:
Señala límites al monte, y santifícalo.” (Ex. 19:23). ¿Tenía el Monte Sinaí naturaleza pecaminosa? “Y también
que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago. ” (Ex.
19:22). ¿Cómo podían estos sacerdotes erradicar sus propias naturalezas pecaminosas? “¿al que el Padre
santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” (Juan 10:36). Aquí
Cristo mismo habla de haber sido santificado. ¡Y no hay naturaleza pecaminosa aquí! “Y por ellos yo me
santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.” (Juan 17:19). ¿Significa esto
erradicación de la naturaleza pecaminosa? Por supuesto que no. “Porque el marido incrédulo es santificado en
la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que
ahora son santos.” (I Cor. 7:14). Es posible que esposas creyentes puedan erradicar las naturalezas pecaminosas
de sus esposos inconversos? Si santificación significa erradicación de la naturaleza pecaminosa, necesitamos
una explicación para el siguiente texto: “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre
preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la
esperanza que hay en vosotros; ” (I Pedro 3:15). Cristianos carnales son santificados; eso no habla de
erradicación de naturaleza pecaminosa (I Cor. 1:1, 2 con 3:1, 3).

3. No es santurronería. Santificación no es una devoción hipócrita ni fingida. Santificación no está marcada por
el recorte de la barba, o el uso de medias negras, y cosas por el estilo.

4. No es una segunda bendición. En II Corintios 1:15 Pablo habla de su confianza de ir a la iglesia en Corinto
para compartirles un segundo beneficio, no una segunda bendición. Esta epístola fue escrita a personas que ya
estaban santificadas (I Cor. 1:2 y 6:11).

5. Es “ser puestos Aparte.” La idea de la raíz de la palabra siempre significa “ser puesto aparte,” o “separación.”
Santificar siempre significa poner aparte con un propósito, ya sea respecto a un elemento, un santo o un
pecador. El hombre no salvo puede separarse, o santificarse a si mismo al pecado. “Los que se santifican y los
que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón,
juntamente serán talados, dice Jehová.” (Is. 66:17). Jesús se santificó a si mismo; pero decir que El erradicó su
naturaleza pecaminosa es una blasfemia. El sábado fue santificado, y nosotros sabemos que el sábado no tiene
naturaleza pecaminosa.

Otra vez enfatizamos que las palabras “santidad,” “santificación,” y “santo” todas provienen de la misma raíz
que significa “poner aparte,” “separación.” La palabra “santificar” en Éxodo 13:2, y la palabra “santidad” en
Salmo 29:2, y la palabra “santos” del Salmo 34:9 son la misma palabra. La palabra “santificar” de Juan 17:17, y
la palabra “santo” de Filipenses 1:1, y la palabra “santidad” de Hebreos 12:10 son todas las mismas palabras.

Ahora bien, la Santificación, ser puesto aparte, se expresa de 3 maneras:

a. Posicional. “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido
justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11). Somos santificados al
momento de creer. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados
por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el
Espíritu y la fe en la verdad, ” (II Tes. 2:13). La Santificación posicional está primera en orden, absolutamente.
Dios nunca nos desafía a trabajar por una posición; El primero nos coloca en una posición, nos aparta para El, y
nos asegura esa posición. Un santo verdaderamente es un hombre de Dios.
b. Práctica. “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. ” (II Cor. 7:1). “Antes bien, creced en la
gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la
eternidad. Amén.” (II Pedro 3:18).

Ese es nuestro presente estado de santificación. Un santo nunca crece a santificación, sino que crece en
santificación. Cada creyente es un santo; de todos modos, algunos creyentes no proceden como santos. El
creyente todavía tiene la carne en El y a veces le obedece. Entonces Dios, por Cristo Jesús, por medio del
Espíritu Santo, trae disciplina. Ver Juan 17:17; I Tesalonicenses 4:3; Hebreos 12:10; II Corintios 3:18.
c. Postrera. La santificación completa y perfecta ocurrirá en el futuro, a la segunda venida de Cristo. “Y el Señor
os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros
para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios
nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” (I Tes. 3:12, 13).

C. Condición.

1. Del lado divino.


a. A través de Dios el Padre. “Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de
Israel, así de los hombres como de los animales, mío es.” (Ex. 13:2).
b. A través de Dios el Hijo. “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre,
padeció fuera de la puerta.” (Heb. 13:12).
c. A través de Dios el Espíritu Santo. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, ” (II Tes. 2:13).

2. Del lado humano.


a. Por la Fe en la obra redentora de Jesucristo. “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido
hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; ” (I Cor. 1:30).
b. Por el Estudio de y obediencia a, la Palabra de Dios. “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he
hablado.” (Juan 15:3).
c. Por presentar a disposición nuestros cuerpos. “Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así
como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para
santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.” (Rom. 6:19).
d. Por medio de disciplina. “Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo...Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo,
sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Heb. 12:6,
11).

D. Definición.

1. Santificación es la obra de Dios por el creyente, poniéndolo aparte para Dios.

2. Santificación es la obra de Dios en el creyente, por medio del Espíritu y la Palabra, transformándolo a la
imagen de Cristo progresivamente.

3. Santificación es la obra de Dios por la cual perfeccionara al creyente a la imagen de Cristo al tiempo de su
regreso en gloria.

VI. ADOPCION

A. Citas bíblicas.

“y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también
gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo." (Rom. 8:23).
Además hay otros 4 lugares en el Nuevo Testamento donde la palabra “adopción” se menciona: Romanos 8:15;
9:4; Galatas 4:4, 5; Efesios 1:5.

B. Explicación.

La palabra “adopción” en nuestra sociedad tiene un significado enteramente distinto al del mundo griego de
aquellos días. En nuestros días significa tomar una persona de otra familia y hacerla legalmente nuestro propio
hijo o hija. La palabra griega significa “colocar como hijo.”

En los tiempos del Nuevo Testamento, cuando un niño o niña era menor, él o ella diferían poco de un esclavo
(Gal. 4:1). Pero al día señalado por el padre, entre los doce y catorce años, se tenía una celebración
declarándole hijo de edad. El niño o niña habían nacido en la familia como hijos; pero al alcanzar mayoría de
edad, ese niño o niña eran declarados hijos en posición de mayores. Lo mismo es cierto en el caso del creyente.
No es adoptado a la familia de Dios; es nacido en la familia de Dios. Por nacimiento es un hijo de Dios; por
adopción será un hijo de Dios.

C. Origen.

“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de
él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro
afecto de su voluntad, ” (Ef. 1:4, 5).

D. Consumación.

Nosotros ya somos hijos nacidos de Dios. “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26).
Pero seremos hijos de Dios en aquel día señalado por el Padre. A su tiempo nos presentará abiertamente como
los hijos de Dios. No lucimos como hijos de Dios ahora, pero algún día el mundo nos reconocerá como los hijos
de Dios. Esto tendrá lugar en la segunda venida de Cristo. “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos,
que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la
adopción, la redención de nuestro cuerpo.” (Rom. 8:23).

E. Manifestación.

1. Liberados de un esclavizante temor a Dios. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra
vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom.
8:15).

2. Poseedores de la posición de hijos.

3. Hechos sujetos a los privilegios y a las responsabilidades de los hijos adultos.

VII. REDENCION

La Biblia está llena de Redención. Es el carácter de Dios salvar. El puede destruir, pero El ama salvar. El gran
tema de la Biblia es Jesucristo. Y el mensaje de la Palabra es redención.

A. Citas bíblicas.

“Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y
rescatará lo que su hermano hubiere vendido...Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y
tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a
alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos
lo rescatará.” (Lev. 25:25, 47, 48). “Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.” (Is.
1:27). “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, ” (Ef.
1:7). Ver también Nehemías 5:8; Colosenses 1:4; Galatas 3:13; I Corintios 1:30; Romanos 8:23.

B. Explicación.

Hay 4 palabras hebreas en el Antiguo Testamento que presentan la Redención, y todas significan “hacer libre.”
La palabra “goel” es usada en 2 maneras: primero, Aquel que redime; segundo, el acto de redimir. El “goel” era
siempre un pariente cercano. Aunque la palabra “redención” significa “hacer libre,” incorpora el significado de
“comprar, adquirir.”

La Redención de un hijo de Dios es por su Pariente Cercano, el Señor Jesucristo, quien tiene el precio de
redención, su propia preciosa sangre.

1. La Redención declarada.
a. Es enteramente de Dios (Juan 3:16).
b. Es a través de una persona, Cristo (I Pedro 1:18, 19).
c. Es por sangre (Heb. 9:12).
d. Es por poder (I Cor. 1:30).

2. La Redención manifestada. El uso de la palabra “redención” es presentado en las siguientes 3 maneras:


a. Comprar o adquirir en un mercado de esclavos. El Señor Jesucristo vino a este mercado de esclavos de
pecado y nos compro.
b. Adquirir y sacar del mercado. Después de comprar un esclavo, el amo lo saca del mercado. Estamos
esperando que nuestro Amo venga y nos saque de este mercado de esclavos.
c. Soltar o hacer libre. El Señor Jesucristo no es un comerciante de esclavos; ni cuidador de esclavos. Un
día el Señor Jesucristo no hará libres de la esclavitud de corrupción y pecado, y conoceremos la perfecta libertad
de ser los hijos de Dios.

En Israel un hombre no podía ser esclavo para siempre contra su voluntad. Después de llegar a ser esclavo, el
podía ser liberado por redención por un pariente cercano, o esperar el año Sabático o el año de Jubileo, cuando
todos los esclavos eran liberados. Pero si él amaba a su amo, de todos modos, y no le interesaba ser liberado
bajo ninguna circunstancia, podía ir a su amo, quien agujerearía su oreja y le haría esclavo de por vida (Ex. 21:6).
Pablo dijo que era esclavo de Jesucristo, un esclavo de por vida. El fue comprado por sangre, y hecho esclavo
por amor. El cristiano debería tener su oreja agujereada, figurativamente hablando. El debería reconocer que
ha sido crucificado con Cristo.

VIII. Oración

La oración es el elemento esencial del carácter cristiano pero lamentablemente es una gran carencia en la
mayoría de los cristianos hoy. Una razón para esto es que la oración es malentendida. La oración es la mayoría
de las veces una idea de pedir y recibir. Bueno, lo es; sin embargo, es mucho más. Fallamos en ver el valor de la
oración como comunión con nuestro Dios (Is. 43:21, 22; 64:6,7; Zof. 1:46; Dan. 9:13,14 con Oseas7:13, 14; 8:13,
14).

A. Afirmación.

1. Es pecado ser negligentes en la oración. “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de
rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.” (I Sam. 12:23).

2. Esta así señalado por Dios. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel
que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo
le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas
a los que le pidan?” (Mat. 7:7-11).

3. Es un mandamiento de Dios. “Orad sin cesar” (I Tes. 5:17). “Perseverad en la oración, velando en ella con
acción de gracias; ” (Col. 4:2 ).

4. Es necesario pedir. “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (Sant. 4:2c).

B. Delineación.

1. Abraham oró por Sodoma (Gen. 18).

2. Jacob oró su primera oración personal (Gen. 32:9-12). Ver otras oraciones personales (Deut. 26:1-16; Ex.
5:22).

3. Josué y los Jueces clamaron al Señor (Jos. 7:6-9; Jue. 10:14).

4. Samuel oró como intercesor (I Sam 7:5, 12).


5. David oró con acción de gracias (II Sam. 7).

6. Los creyentes derraman su corazón delante de Dios (Sal. 42:4; 62:8).

C. Explicación.

1. Catecismo presbiteriano. “Oración es el ofrecimiento de nuestros deseos a Dios, por cosas accesibles a su
voluntad, en el nombre de Cristo, con confesión de nuestros pecados y agradecido reconocimiento por su
misericordia.”

2. Definición Escritural.
a. Como niño yendo al Padre. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8:15).
b. Como niño clamando al Padre. “El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos
9:6).
c. Como niño deseando estar con el Padre. “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras
bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me
dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.” (I Cron. 4:10).
d. Como niño pidiendo al Padre. “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te
rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los
cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden;
y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.” (I Reyes 8:35, 36).
e. Como un niño pidiendo intercesión del Padre. “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los
veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso,
que son las oraciones de los santos;” (Ap. 5:8). Ver también Apocalipsis 8:34.
f. Como un niño esperando en silencio delante de Dios. “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová;
Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,” (Sal. 10:17).

3. Experiencia humana. Los santos han encontrado estas verdades a través de la oración.
a. Es una mente ferviente puesta en Dios.
b. Es laboriosa la tarea (Col. 4:12).
c. Es un asunto de emprendimiento.

D. Estimulo.

1. Abundante cantidad de testimonios de cristianos demuestra que Dios contesta oraciones.

2. Universalidad de expresiones en las Escrituras: todo aquel, todo aquello, todo tiempo.

3. Las riquezas de las promesas de Dios para las oraciones de los creyentes.

4. El acceso con confianza a través de Jesucristo. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar
Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de
su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb.
10:19-22).
5. La ayuda segura por el Espíritu Santo. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles.” (Rom. 8:26).

6. La revelación de Dios a través de Jesucristo. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno
del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18).

7. El suplir sin limites de la Gracia en Cristo. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús.” (Fil. 4:19).

8. La posibilidad ilimitada de la fe. “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” (Marcos 9:23).

9. La abundante habilidad de Dios. “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, ” (Ef. 3:20).

E. Ilustración.

1. Abraham Intercediendo por Sodoma (Gen. 18:22, 23; 19:29).

2. Oración del siervo de Abraham (Gen. 24:12).

3. Oración personal de Jacob (Gen. 32:9-12).

4. Intercesión de Moisés por Israel (Ex. 32:11-14, 30-34; Num. 14:11-21).

5. Samuel intercediendo por el rey y por el pueblo (I Sam. 12:6-25).

6. Elías orando por fuego y agua (I Reyes 18:25-41; Santiago 5:17, 18).

7. La oración de Nehemias por Jerusalén (Neh. 2:4).

8. La oración de Josué por discernimiento (Jos. 7:7-9).

9. La oración de Sansón por fuerzas renovadas (Jue. 16:28).

10. La oración de Ana pidiendo un niño (I Sam. 1:10, 11).

11. La oración de penitencia de David (Sal. 51).

12. La oración por sabiduría de Salomón (I Reyes 3:5-9).

13. La oración de dedicación de Salomón (I Reyes 8:25-53).

14. La oración de Jonás por su liberación (Jonás 2).

15. La oración de alabanza de Habacuc (Hab. 3).

16. Las oraciones de intercesión de Pablo por los santos (Ef. 1:15-23; 3:14-21; Col. 1:9-14).
17. La oración del malhechor por perdón (Lucas 23: 42, 43).

18. La oración de Esteban en sumisión (Hechos 7:59, 60).

19. La oración por fuerzas del Señor Jesús (Mat. 26:27-46).

20. La ultima oración de la Biblia (Ap. 22:20).

F. Regulación.

1. La postura del cuerpo. Hay muchas presuposiciones concernientes a la postura del cuerpo para orar. Algunos
sostienen que la oración no es oración si no se está de rodillas, creyendo de esa manera sería blasfemo orar
caminando, y en situaciones similares. Según las siguientes Escrituras no hay una regla establecida para la
posición del cuerpo al orar:
a. Cristo postrado sobre su rostro. “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo:
Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” (Mat. 26:39).
b. Salomón de rodillas. “Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de
estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo; ” (I Reyes 8:54).
c. Pedro sobre las aguas. “Señor, sálvame” (Mat. 14:30c).
d. El ladrón en la cruz. “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” (Lucas 23:42).
e. Elías con su cara entre sus rodillas. “Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y
postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. (I Reyes 18:42).
f. David en su cama. “Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.” (Sal. 6:6).

2. La hora para orar. Muchos poemas se han escrito sugiriendo la hora para orar. Sabemos que el cristiano
debería seleccionar una hora que le sea la mas conveniente para estar a solas con el Señor. Otra vez aquí no hay
ninguna regulación estipulada. Veamos los siguientes ejemplos:
a. Daniel: tres veces al día. “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas
las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias
delante de su Dios, como lo solía hacer antes.” (Dan. 6:10).
b. Cristo: temprano en la mañana. “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un
lugar desierto, y allí oraba.” (Marcos 1:35).
c. Pedro y Juan: a la hora de la oración (3 P.M.). “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la
oración.” (Hechos 3:1).

3. El lugar para orar. Cual es el lugar donde Dios se encuentra con el hombre hoy en dia? Jesús le dijo: Mujer,
créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. . . . Mas la hora viene, y
ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre
tales adoradores busca que le adoren.” (Juan 4:21, 23). Aquí también vemos que no hay ningún mandamiento
definido, no se especifica ningún lugar para orar.
a. Cristo en el jardín: “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos:
Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.” (Mat. 26:36).
b. Cristo en el campo. “Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los
dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la
multitud.” (Mat. 14:19).
c. Cristo en la montaña. “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.” (Lucas 6:12).
d. Pablo en un barco en el medio de la tormenta (Hechos 27). ¿Cuál es el lugar donde los cristianos deberían
orar? Cristo dijo, “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mat. 6:6). El aposento es cualquier lugar
donde el creyente puede aislarse del mundo exterior. Ya sea sobre un bus, caminando por la calle, o en una
habitación cerrada. Es un lugar donde el y Dios puedan estar juntos en privado.

G. Condiciones.

¿Qué deberíamos hacer para que nuestras oraciones sean contestadas? El cristiano es alguien que pide para
recibir. Las siguientes verdades garantizan las respuestas de oración.

1. Confianza. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Heb.11:6).

2. Insistencia. “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” (Lucas 11:9). Pedid:
Mateo 7:7; buscad: Santiago 5:17; llamad: Hechos 12:5.

3. Determinación. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más
vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mat. 7:11).

4. Persistencia. “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; ” (Col. 4:2). Ver también Lucas
18:1-8.

5. Fe. “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” (Marcos 11:24).

6. Sumisión. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él
nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que
le hayamos hecho.” (I Juan 5:14, 15). Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la
tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mat. 18:19).

H. Limitación.

1. Cuando hay profanación espiritual. Esto sucedió en la vida Esaú. “no sea que haya algún fornicario, o
profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después,
deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la
procuró con lágrimas.” (Heb. 12:16, 17). Esaú menospreció las bendiciones que tenía por derecho de
nacimiento. Las vendió a bajo costo y las perdió para siempre. En la vida cristiana, días perdidos y
oportunidades perdidas se van. El ayer se fue para siempre.

2. Por penas judiciales. “Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa
de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su
rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos,” (Ez. 14:4).
Ver también Deuteronomio 3:25-27; Jeremías 15:1.

3. Por fallas en el proceder. “Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que
marchen.” (Ex. 14:15). Estemos seguros de que hay un tiempo para “detenerse y ver la salvación del Señor,”
pero también hay un tiempo para marchar.
4. Por insinceridad. “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las
sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.” (Mat. 6:5).

5. Por motivaciones carnales. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” (Sant.
4:3).

6. Por incredulidad. “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar,
que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa
alguna del Señor.” (Sant. 1:6, 7).

7. Por pecado escondido. “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,


El Señor no me habría escuchado.” (Sal. 66:18).

8. Por fallas al pedir. “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.” (Sant. 4:2c). Algunos encuentran un conflicto
entre este versículo y Mateo 6:8: “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué
cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Cuestionan que si el Padre sabe lo que necesitamos, ¿por
qué habríamos de orar y pedir? Esto ha frustrado la vida de oración de muchos cristianos. No debería ser así.
Es cierto que nuestro Padre sabe todo lo que necesitamos; si no lo supiese no sería Dios. Su conocimiento, no
obstante, no es garantía de que ya tengamos las cosas necesarias: “no tenéis, porque no pedís.” Cierto, el
Padre sabe lo que necesitamos, pero no obstante nosotros debemos orar por eso. Sin embargo somos
advertidos, que nosotros no podemos engañar a Dios y pedir por cosas que no necesitamos.

I. Mediación.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” (I Tim. 2:5). “en
quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; ” (Ef. 3:12). Ver también Juan 16:24-
26, “porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.” (Ef. 2:18).
Esta es la formula escritural para presentar nuestras oraciones: al Padre, a través del Hijo, y por el Espíritu.

Las oraciones deberían contener lo siguiente:

1. Adoración.

2. Acciones de gracias.

3. Confesión.

4. Súplica.

5. Intercesión.

Capítulo 7

Eclesiología - La Doctrina de la Iglesia

ECLESIOLOGIA
I. El significado de la palabra.

II. El uso de la palabra.

III. Lo que no es la iglesia.

IV. Lo que es la iglesia.


A. Un misterio.
B. Un cuerpo.
C. Un edificio.
D. Una novia.

V. Los dones para el cuerpo.


VI. La iglesia local.

VII. Disciplina en la iglesia.

VIII. Ordenanzas en la iglesia.


A. Bautismo.
B. Cena del Señor.
Capitulo VII

ECLESIOLOGIA

Eclesiología es la doctrina de la iglesia.

I. EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA

La palara “iglesia”no significa el edificio donde la congregación se reúne; ni el sistema papal del catolicismo
romano. Tampoco es una compañía, ni un club, ni una organización. La iglesia no es una organización, es un
organismo.

La palabra iglesia traduce la palabra griega ecclesia, la cual significa compañía de llamados afuera, o asamblea.
Si llamáramos a las cosas de la Biblia por los nombres correctos de la Biblia, deberíamos llamar a la iglesia la
asamblea de Dios en Cristo.

La palabra ecclesia siempre significa asamblea de llamados afuera. Y puede referirse a toda clase de personas; y
no está limitada a creyentes en Cristo. Hay tres referencias en la Biblia que enfocan tres diferentes clases de
personas. No están relacionadas entre ellas, y son llamadas asambleas.

A. Una asamblea popular tumultuosa

“Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que
eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una
cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido...Y si
demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea (IGLESIA) se puede decidir. Porque peligro hay de que
seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este
concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.(IGLESIA)” (Hechos 19:30-32, 35, 37, 39, 41).

B. Los hijos de Israel.

Ciertamente los hijos de Israel fueron denominados una compañía de llamados afuera de Egipto, pero sabemos
que ellos no eran el cuerpo de Cristo. Cristo aun no se había manifestado en carne. “Este es aquel Moisés que
estuvo en la congregación (iglesia) en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros
padres, y que recibió palabras de vida que darnos; ” (Hechos 7:38).

C. El cuerpo de Cristo.

Nos referimos al cuerpo de creyentes en el Señor Jesucristo. El Nuevo Testamento abunda en referencias a la
ecclesia, la asamblea, los llamados a Cristo fuera del mundo. Veamos unas pocas referencias: Dios “sometió
todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la
plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” (Ef. 1:22, 23). “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo
amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ...Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo
y de la iglesia. [ecclesia, significa asamblea de llamados afuera” (Ef. 5:25, 32).

II. EL USO DE LA PALABRA

Sabiendo que la palabra “iglesia” proviene del griego ecclesia, y que significa compañía de llamados afuera o
asamblea, volvamos nuestra atención hacia aquellos textos de la Escritura que tratan con el cuerpo de
creyentes. La palabra ecclesia se usa de las siguientes maneras:

A. Una Asamblea o Iglesia local.

“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo” (I Tes.
1:1). “a la iglesia de Dios que está en Corinto, . . .“ (I Cor. 1:2).

B. Iglesias o Asambleas locales.

Esto hace referencia a varios cuerpos locales. “Pablo. . . y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias
de Galacia:...” (Gal. 1:1-2).

C. El cuerpo de creyentes vivos.

Queremos referirnos a un grupo de creyentes vivos, radicados en cierta región, sin referencia a una asamblea
local, y sin número establecido. Por ejemplo, un predicador puede referirse a la iglesia de Buenos Aires, la
iglesia de Bogota, etc. Inmediatamente sabemos que se refiere a los creyentes en aquella ciudad. La mejor
ilustración del uso de la palabra en este sentido es: “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro
tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; ” (Gal. 1:13). Saulo (Pablo)
no limitaba su persecución a cierta asamblea, o a algunas asambleas locales. El iba por todas partes,
metiéndolos en prisión, y agrediendo a los primeros cristianos. El consideraba a todos los cristianos como La
Iglesia.

D. El Cuerpo de Cristo completo.


El Cuerpo de Cristo completo es llamado la iglesia, compuesto por todos los creyentes, en todas partes del
mundo, desde Pentecostés hasta el arrebatamiento. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a
la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ” (Ef. 5:25).

III. Lo que la Iglesia NO es

A. La Iglesia NO es Israel.

“No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; ” (I Cor. 10:32). Aquí se revela que hay 3 clases
de personas hoy: Judíos, Gentiles e Iglesia. Cuando un judío se salva, deja de ser judío, y se convierte en un
cristiano. Cuando un Gentil acepta a Cristo, deja de ser gentil, y llega a ser un cristiano. “porque todos los que
habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no
hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente
linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gal. 3:27-29). La Iglesia (el Cuerpo de Cristo) no es el
Israel espiritual: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de
separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para
crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, ” (Ef. 2:14, 15). El Cuerpo de Cristo
(Iglesia) es un nuevo hombre, y no Israel, ni tampoco un Israel espiritual o un Israel reavivado.
B. La Iglesia NO es el Reino.
Iglesia
1. No hay herederos de la Iglesia.
2. No hay receptores de la Iglesia.
3. Hay Ancianos en la Iglesia.
4. No hay Hijos de la Iglesia.
5. La Iglesia es llamada Templo (Ef. 2:21).
6. La Iglesia es aquí.
7. La Iglesia nunca fue tema de la profecía del A.T. (Ef. 3: 5,9).
8. La Iglesia debe ser edificada (Ef. 4:12).
Reino
1. La Iglesia es heredera del Reino.
2. La Iglesia es receptora del Reino.
3. No hay Ancianos en el Reino.
4. Hay hijos del Reino.
5. El Reino nunca es llamado un Templo.
6. El Reino no es aquí, porque el Reino no es al presente (Mat. 6:10).
7. El Reino es el tema de la Profecía.
8. El Reino debe ser establecido (Hechos 15:16).
IV. Lo que la Iglesia ES

A. Es un Misterio.

“que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis
entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a
conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que
los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por
medio del evangelio, . . . y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en
Dios, que creó todas las cosas; ” (Ef. 3:3-6,9). Un “misterio” en la Escritura significa una “verdad revelada por
primera vez.” En los versículos citados, el Espíritu Santo nos muestra que La Iglesia ( el Cuerpo de Cristo) fue
primeramente revelado al Apóstol Pablo, y que no fue conocido por los profetas del Antiguo Testamento. La
verdad de la Iglesia no estaba escondida en los escritos del A.T., sino que estaba escondida en Dios.

B. Es el Cuerpo del cual Cristo es la Cabeza.

“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo
muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un
cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además,
el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. . . . para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los
miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los
miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues,
sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. ” (I Cor. 12:12-14, 25-27).

El Cuerpo es un organismo compuesto por varios miembros. Todos los miembros no tienen la misma función.
La Iglesia no es un cuerpo físico, sino un cuerpo espiritual. Los creyentes en Cristo son hechos miembros de ese
cuerpo espiritual por el bautismo del Espíritu Santo. Hay algunos que sostienen que I Corintios 12:13 habla de
bautismo por agua, pero ese argumento puede ser refutado fácilmente por otra Escritura. I Corintios 12:13 dice
que fuimos hechos miembros del Cuerpo de Cristo por bautismo (del Espiritu), mientras que Ef. 3:6 declara que
hemos sido miembros de ese Cuerpo por el Evangelio. Ambos son correctos. Si I Corintios 12:13 hablase de
bautismo por agua, entonces el agua del bautismo seria parte esencial del Evangelio de Efesios 3:6. Sabemos,
de todos modos, que el agua bautismal no tiene parte en el Evangelio. El Evangelio es la muerte, sepultura y
resurrección de Jesucristo (I Cor. 15:1-4).

Así como es cierto del cuerpo fisco, es también cierto del cuerpo espiritual; cuando un miembro del cuerpo
sufre, todos los miembros sufren con él. Ningún miembro puede sufrir persecución sin que todo el cuerpo se
duela también. Ningún miembro puede apenarse, sin que todo el cuerpo sufra pena con él. Cuando el Cuerpo
sufre, la Cabeza también sufre. Cuando somos perseguidos, Cristo también es perseguido: “y cayendo en tierra,
oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:4).

Recuerde que el Cuerpo es un organismo y debe ser considerado como tal. Un edificio, por ejemplo, puede ser
reparado reemplazando viejas puertas y ventanas, pero cuando ciertas partes del Cuerpo son quitadas, como un
brazo, una pierna, ojo, y otros, la parte no puede ser reemplazada. Si fuese posible para un miembro del Cuerpo
de Cristo perder su salvación, entonces el Cuerpo de Cristo seria mutilado, y esto nunca podría suceder. Aquí
tenemos 4 características del Cuerpo de Cristo:

1. Unidad. Un Cuerpo es Uno, algo completo, una unidad orgánica. Así es el Cuerpo de Cristo.

2. Inmortalidad. El Cuerpo de Cristo nunca morirá, porque esta conectado a una Cabeza viviente.

3. Manifestación. El único propósito del Cuerpo de Cristo es manifestar, o revelar a Cristo. “Porque para mí el
vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil. 1:21). “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas
vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a
sí mismo por mí. ” (Gal. 2:20).

4. Servicio. Los pensamientos y planes de la Cabeza son para ser manifestados por el Cuerpo. Del mismo modo,
el Cuerpo de Cristo manifiesta la voluntad de la Cabeza, el Señor Jesucristo. Lo que El manda debe ser hecho.
Su Voluntad debe gobernar nuestros movimientos.
C. Es un Edificio Vivo.

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de
Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo
mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien
vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. ” (Ef. 2:19-22).

Los Apóstoles y Profetas del Nuevo Testamento son el fundamento del edificio que es la Iglesia. Ellos fueron los
primeros en creer en Cristo Jesús, y ellos fueron los primeros en proclamar al Señor Jesús.

“vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. ” (I Pedro 2:5). Nosotros los creyentes somos
piedras vivas de este nuevo edificio de Dios. Cuando el Templo de la antigüedad fue levantado, no hubo ruido
de martillo, cincel, o sierra. Todos los materiales se prepararon de antemano. Así también con nosotros, fuimos
escogidos en Cristo. Las piedras interiores del Templo no podían ser vistas, estaban recubiertas con madera y
oro. Solamente el oro podía ser visto. Nosotros, las piedras vivas del Edificio de Dios, no somos vistos. Cristo
solamente es visto.

El Edificio fue levantado de piedras de diferentes colores; el Edificio de Dios se compone de personas de raza
negra, roja, amarilla, blanca. Dios mora en el Templo, y El permanece en nosotros.

D. Es la Esposa (o Novia).

Algunos han propuesto que la esposa de Cristo es la misma que la esposa de Jehová en el A.T., la cual es Israel.
Pero hay un texto en las Escrituras que desacredita esta teoría, y es Apocalipsis 22:17: “Y el Espíritu y la Esposa
dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida
gratuitamente.” Este pasaje declara que el Espíritu y la Esposa están extendiendo la invitación a pecadores para
creer en el Señor Jesucristo. Si la Esposa fuese Israel, entonces el Espíritu e Israel estarían extendiendo esta
invitación. Pero sabemos que eso no es cierto, porque la mayor parte de Israel no es creyente al presente.
¿Quién está invitando, o urgiendo a las personas a creer en Cristo? Es la Iglesia, no Israel. Por lo tanto, la Esposa
es la Iglesia, el cuerpo de creyentes.

Efesios 5:25-32 claramente apunta el hecho de que esposo y esposa tienen la misma relación que Cristo y la
Iglesia. Especialmente vemos esto en los versículos 28-30: “Así también los maridos deben amar a sus mujeres
como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su
propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su
cuerpo, de su carne y de sus huesos.”

1. La Esposa es comprada por Cristo. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella, ” (Ef. 5:25). Ver también I Corintios 6:19, 20. En el oriente los hombres compraban
sus esposas; el precio era su dote. Cristo compro su Iglesia con su propia sangre preciosa. Su sangre es su dote
para siempre!

2. La novia está desposada a Cristo. “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo,
para presentaros como una virgen pura a Cristo.” (II Cor. 11:2). Las bodas orientales difieren grandemente de
las nuestras. Las costumbres orientales eran de la siguiente manera: Primero, la esposa era comprada
(nosotros hemos sido comprados por Cristo); segundo, se llevaba a cabo la ceremonia, comenzando el periodo
de desposorios, el cual duraba mas o menos un año. Durante este tiempo la novia era considerada la esposa de
su marido, aunque todavía no Vivian juntos. Ese año de espera era considerado como una protección para el
futuro hogar. Si surgía una mancha contra el carácter o la conducta de la novia, debía salir a luz durante ese
tiempo. También, la esposa de Cristo está ahora en ese periodo de desposorio. Durante este tiempo, las
manchas de la novia, si hubiere alguna, ciertamente se manifiestan ahora. Finalmente llega la consumación del
matrimonio.

3. La novia se unirá a Cristo. “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del
Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y
resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” (Ap. 19:7, 8). Será la consumación de
las bodas de Cristo con su iglesia. El periodo de desposorio habrá terminado; ella estará con su esposo, y para
siempre con El (I Tes. 4:17).

V. Los Dones para el Cuerpo

“Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres . . . Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, ” (Ef. 4:7, 8, 11).

A. Apóstoles.

Este fue el primer don dado a la Iglesia como Cuerpo. Sobre los Apóstoles fue edificada la Iglesia de los primeros
tiempos. La palabra “apóstol” en el griego es la misma palabra para “misionero” en latín, y significa “un
enviado.” Por supuesto, la iglesia tiene misioneros hoy (enviados), pero no tiene apóstoles.

B. Profetas.

A estos hombres Dios les dio Sus Revelaciones. Al principio, la Iglesia no tenía el Nuevo Testamento, y se
necesitaba conocer las doctrinas de Dios; por eso, Dios le dio a hombres su Palabra aun no escrita; y ellos la
comunicaban a personas. La Iglesia no tiene profetas hoy porque tenemos la Revelación completa de Dios, el
Nuevo Testamento.

C. Evangelistas.

Otro don para la Iglesia fueron los evangelistas. Estos hombres fervientemente predicaron el Evangelio. Fueron
hombres de humildad, con una carga por los perdidos. Al Pastor se le dice que haga la obra de evangelista (II
Tim. 4:5). El día del evangelista no ha terminado, y no terminará hasta que Cristo venga a reinar sobre la tierra.

D. Pastores y Maestros.

La palabra “pastor” significa “pastor de ovejas.” El pastor ha de ser el pastor de sus ovejas, cuidando su rebaño,
llorando y regocijándose con ellos. La Iglesia en su necesidad clama hoy por pastores. Bendito sea el hombre
que tiene un corazón de pastor. Un pastor no solamente está llamado a predicar 3 sermones a la semana, sino
que está llamado a pastorear, cuidar, visitar, amar, proteger, instruir las ovejas. Cada pastor, mientras hace el
trabajo de Evangelista, que es ganar almas, también debería ser alguien que es capaz de enseñar la Palabra a su
rebano. ¿De dónde los miembros de la Iglesia tendrán la Palabra sino de su pastor? Toda la verdad que algunas
personas logran tener está en el sermón dominical.
Algunos distinguen entre el pastor y el maestro, creyendo que están aquellos llamados a ser solamente
maestros. Esto puede que sea así, pero todo pastor debe ser maestro también. Tal vez todos los maestros no
sean pastores, pero todos los pastores deben ser maestros.

VI. La Iglesia Local

Aunque creemos que el Cuerpo de Cristo está compuesto por todos los creyentes desde Pentecostés hasta el
Arrebatamiento, nosotros enfatizamos la importancia de la iglesia local, o asamblea. La Asamblea local es el
cuerpo físico por el cual el Cuerpo (Iglesia) se manifiesta. Dios enfatiza la importancia de la Iglesia Local dándole
oficios y ordenanzas. El que se avergüenza de la asamblea local, se avergüenza de lo que Dios estableció en
Pentecostés. La Iglesia local, como cuerpo de Cristo, fue establecida en Pentecostés.

A. Su organización.

La Escritura indica que había cierta organización, pero no como la de hoy. No fue copiada de la sinagoga sino
que fue bastante diferente.

B. Sus oficios.

1. Diáconos. I Timoteo 3:8-13 nos da los requisitos para diáconos. Los diáconos fueron elegidos para ministrar a
la iglesia.

2. Pastores y Ancianos. Hay una vasta diferencia entre la Iglesia de los primeros tiempos y la de hoy. La iglesia
de los primeros tiempos tenía muchos pastores en una sola asamblea local. Los Ancianos eran llamados así
porque eran los mayores en la familia. Si el padre moría, el primer hijo tomaba su lugar. Un anciano era un
hombre mayor. Tito 1:5-7 dice, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y
establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola
mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el
obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas.” De acuerdo a lo que dice Tito, el anciano y el pastor eran
la misma persona. La palabra “anciano” se refiere a la persona, mientras que la palabra “pastor” se refiere al
oficio. Cada obispo era un anciano, pero no todo anciano era obispo. La palabra “obispo” significa
“sobreveedor.” Los “sobreveedores” de las iglesias locales eran hombres mayores. Este grupo de ancianos
componían el llamado presbiterio (I Tim.1:4).

C. Su propósito.

El propósito de la Iglesia es glorificar a Dios en la edificación del Cuerpo de Cristo en la santa fe; y esparcir el
Evangelio hasta lo último de la tierra, ganando, bautizando, y enseñando a personas.

VII. La Disciplina en la Iglesia Local

Aunque es cierto que la Iglesia está bajo la Gracia y no bajo la Ley, la carne todavía está en el creyente, y el
Señor ha puesto reglas de disciplina para su iglesia local. Hay 3 pasos en la disciplina de la iglesia local, y son los
siguientes:

A. Juzgarse a si mismo
“Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;” (I Cor. 11:31). El creyente sabe cuando
ha pecado e inmediatamente debería confesarlo a Dios (I Juan 1:9). Si confiesa su pecado, el se ha juzgado a si
mismo. Queda perdonado, y nunca será juzgado por lo mismo otra vez. Confesar no es solo admitir lo que uno
haya hecho, es más que eso. Es tomar un paso en contra de lo que haya hecho.

B. El juicio de la Iglesia.

Si un hermano en pecado no se juzga a si mismo, entonces debe ser juzgado por la Iglesia local. I Corintios 5:11,
12 dice: “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro,
o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para
juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?” Este juicio extremo debería aplicarse
solamente después de agotar los esfuerzos por restaurarle. “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna
falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no
sea que tú también seas tentado.” (Gal. 6:1).

C. Juicio de Dios.

Si el hermano caído no se juzga a si mismo, y tampoco la iglesia le juzga, entonces Dios le juzgará con disciplina.
(Heb. 12:5-13).

VIII. Las Ordenanzas en la Iglesia Local

La Iglesia tiene 2 ordenanzas: Bautismo y Cena del Señor. El Bautismo debe observarse al principio de la vida
cristiana; la Cena del Señor debe tomarse durante toda la vida cristiana. Destacamos el hecho de que son 2
ordenanzas y no sacramentos.

A. Bautismo.

Bautismo viene de la palabra griega baptizo, y significa sumergir, y no rociar.

1. Obligación (Mat. 28:18-20; Rom. 6:1-6; Col. 2:12). A todos lo creyentes se les obliga a bautizarse. Nadie debe
orar para buscar la voluntad de Dios en este asunto. Es un mandato del Señor.

2. Administración. El hombre que oficia esta ordenanza debería ser un ministro ordenado.

3. Explicación. El Bautismo es una declaración pública de fe en Cristo, hecha por el creyente delante de los
hombres. Es una demostración externa de un hecho interno, y no solo es un cuadro de la muerte, sepultura y
resurrección del Senor Jesucristo, sino también una identificación pública con El. El bautismo es la declaración
pública de su propia muerte en Cristo (II Cor. 5:14): su muerte al pecado, muerte al ego y a su vieja vida. Es
también su declaración de resurrección con Cristo, después de haber sepultado su vieja vida, para andar con El
en vida nueva.

El Bautismo para todos los creyentes, como está registrado en las Escrituras, ilustra la muerte, sepultura y
resurrección de Cristo. El Bautismo de Juan el Bautista miraba hacia adelante, a la muerte y resurrección de
Cristo, y nuestro bautismo hoy mira hacia atrás a la muerte y resurrección de Cristo.
No es un requisito para salvación. El hombre es salvo solo por la fe en Cristo, y esto ocurre antes del bautismo.
Es cierto que el bautismo es una declaración pública de fe delante de los hombres, pero Dios mira más allá de las
aguas del bautismo al corazón de las personas.

4. Participación. ¿Quiénes deberíamos ser bautizados? Yo creo que solamente los creyentes “El que creyere y
fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Marcos 16:16). Lo primero es la fe,
después viene el bautismo. Y de nuevo preguntamos, “¿debe la persona bautizarse para ser salvo?” No, si el
agua del bautismo hubiese sido esencial para salvación, el Señor hubiera dicho, “el que no fuere bautizado será
condenado.” El Apóstol Pablo, escribiendo a los corintios dijo: “Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros
he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,. . . . Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con
sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.” (I Cor. 1:14, 17). Si el bautismo hubiese sido
necesario para salvación, Pablo no hubiese destacado el hecho de que bautizó a tan pocas personas en Corinto.
Pablo claramente estableció que el bautismo no tiene nada que ver con el Evangelio (Rom. 1:16). Cristo no lo
había enviado a bautizar sino a predicar el Evangelio.

Es imposible bautizar a un no creyente; si se lo bautizare, será inconverso antes de ser sumergido, y seguirá
siendo inconverso después que salga del agua del bautismo.

¿Cuál es la edad limite para el bautismo? Algunos sostienen que la edad de 12 años es la mínima para que
alguien sea bautizado. Aunque esto no tiene base bíblica, y creemos que fue tomado de las costumbres judías
del Bar-mitz-va. La Escritura claramente establece que el bautismo es para todos los creyentes sin distinción de
sexo ni edad.

B. Cena del Señor.

“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado,
tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es
partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo:
Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así,
pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él
venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será
culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y
beba de la copa.” (I Cor.11:23-28).

1. Origen. Con un poco de atención a la lectura del párrafo anterior entendemos claramente quien instituyó la
Cena del Señor. No hay registro de esta ordenanza antes de que el Señor Jesucristo la instituyese. Nosotros,
tomamos el pan y la copa de sus preciosas manos. La vaga teoría de que Cristo nunca existió es echada por
tierra por la Cena del Señor, pues la Cena es suya y solo suya.

2. Obligación. Las palabras “haced ésto” son un mandato del Señor, y las palabras “todos de él” (Mat. 26:27)
establecen que es una ordenanza para todo el cuerpo de Cristo.

3. Participación.
a. ¿Quienes? Todo hijo de Dios bautizado debería participar de la Cena del Señor. Aquellos que se sentaron con
El a la mesa de la cena estaban bautizados. El Bautismo es un símbolo del comienzo de la nueva vida, y la cena
del Señor es un símbolo del sostenimiento de esa vida.
b. ¿Con qué frecuencia? Algunas iglesias tienen la Cena del Señor cada domingo; otras, una vez al mes; otras, 4
veces al año. ¿Qué estipula la Escritura para su observancia? “A menudo” (I Cor. 11:26): pero no se establece
algo rígido.
c. ¿Cual es la manera? Algunos creyentes están confundidos en cuanto a su participación en la Cena del Señor
después de leer I Corintios 11:27-29. Ellos leen la palabra “indignamente,” e inmediatamente recuerdan sus
errores pasados, y temen comer y beber juicio para si. Entendamos que la palabra “indignamente” es un
adverbio, y que modifica el verbo “tomar.” Ahora, ¿quién de nosotros puede llamarse a si mismo digno?
¡Ninguno! Esto hace referencia al acto de la participación. El contexto nos enfoca la explicación. En los
primeros días de la iglesia los creyentes ricos traían sus comidas y sus vinos a la cena del Señor, mientras que los
creyentes esclavos no traían nada. Al avanzar la fiesta, algunos creyentes corintios ricos se embriagaban. Los
pobres, que no tenían nada, se mantenían sobrios. La Cena de Señor se recordaba al final del banquete, y
entonces, los creyentes embriagados, en realidad no apreciaban la Cena del Señor. En ese descontrol, para ellos
la copa del Señor era una copa más. No discernían el cuerpo y la sangre del Señor; y por eso tomaban la cena
“indignamente.” Esos pecados llevaron a algunos creyentes a la muerte en la iglesia de Corinto: “Por lo cual hay
muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.” (I Cor. 11:30).

Generalmente, si el creyente se siente indigno, es un buen indicativo de que es digno, y viceversa. El hombre
que encuentra alguna cualidad personal en si mismo que lo hace digno de participar en la cena del Señor mejor
se debería abstener de participar. La mesa no se prepara para los justos, sino para pecadores justificados por su
fe en Cristo.

4. Constitución. Los elementos de la Cena del Señor son pan y jugo de la vid.

5. Interpretación.
a. Transubstanciación. Esta es la interpretación de la iglesia Católica Romana. Declara que, por la consagración
del sacerdote, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo. Este dogma establece
que cuando el Señor dijo: “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su
sangre, no tenéis vida en vosotros” (Juan 6:53), él hablaba de su propia carne y sangre. Por lo tanto, la hostia y
el vino en el ritual de la misa se convierten en la carne y la sangre de Cristo.
b. Consubstanciación. Algunas denominaciones protestantes creen esta interpretación, que establece que, pese
a que el pan permanece pan y el vino permanece vino, el cuerpo y la sangre están presentes en un sentido
espiritual, y el cuerpo y la sangre están presentes solo en el momento de participar. Al terminar cesan de ser
cuerpo y sangre de Cristo.
c. Simbolismo. Creemos que esta es la verdadera interpretación, la cual establece que el pan y el vino son
solamente símbolos del cuerpo de Cristo y de su sangre, que fue derramada en la cruz del calvario para remisión
de pecados. “Haced esto en memoria de mi”. Observamos la Cena del Señor en memoria de El, y es hasta allí
donde esto llega.

6. Limitación. ¿Hasta cuando la iglesia debería continuar esta observancia? Hasta que el Señor regrese. Cual
debe ser nuestra respuesta al que se burle de su venida y pregunte, “¿donde está la promesa de su venida?”
Debemos apuntar a la mesa del Señor y replicar: “Hay una promesa de su venida.”

7. Evaluación.
a. Su valor doctrinal.
(1) La Persona de Cristo.
(a) Su humanidad. Su humanidad es tan real como su Deidad. Los símbolos hablan de su cuerpo y su sangre, y
es muy esencial que El es humano, como el sacrificio debía ser en la naturaleza del que había pecado (“Cristo
murió por nosotros”).
(b) Su Deidad. Su Deidad se expresa en las palabras “Cena del Señor.” Todos los títulos de la Deidad están en
esta sola palabra, “Señor.”
(2) La obra de Cristo.
(a) Su muerte. Los elementos de la Cena del Señor ilustran este hecho, porque el cuerpo y la sangre están juntos
en vida, pero separados en la muerte.
(b) Su resurrección y segunda venida. “hasta que El venga” significa hasta que El venga desde el Cielo.”
(3) La manera de la salvación.
(a) Asume nuestra culpa y desamparo.
(b) Enfatiza la sustitución. (“partido por nosotros”)
(c) Nos recuerda que la salvación es gratuita. (es dado por nosotros)
(d) Declara que el don de la salvación debe ser aceptado. (Tomad, comed y bebed)
b. Su valor devocional.
(1) Venimos con confesión.
(2) Venimos con oración.
(3) Venimos con consagración.
(4) Venimos con humildad.
(5) Venimos con acción de gracias.
(6) Se involucra el hombre integralmente.
(a) Oídos para oír su invitación.
(b) Ojos para ver su símbolo.
(c) Manos que manipulan los elementos.
(d) Boca que come los elementos.
(e) Cuerpo que asimila los elementos.
c. Su valor práctico.
(1) Es un medio de Gracia.
(2) Es un medio de testimonio.
(3) Es un medio para fortalecer la fe.
(4) Es un medio para promover amor hacia El.
(5) Es un medio para promover amor unos a otros.
(6) Es un medio para promover comunión. Esta comunión es unos con otros en Cristo alrededor de la mesa del
Señor, siendo El el centro.
(7) Es un medio para estimularnos a la Santidad.
d. Su valor profético. Si el Señor Jesús no viniese por segunda vez, ¿Por qué celebrar la Cena del Señor? ¡El
viene! Recuerde, en respuesta a aquellos que preguntan, “¿dónde está la promesa de su venida?”, nosotros
señalamos hacia la Cena del Señor.

Capítulo 8

Angelología - La Doctrina de los Ángeles

ANGELOLOGIA

I. Definición.
A. Expresión.
B. Explicación.
C. Designación.

II. Descripción.
A. Sus Personalidades.
B. Sus orígenes.
C. Su enumeración.
D. Sus habitaciones.
E. Sus características.
F. Sus atributos de perfección.
G. Sus gradaciones.
H. Su división.

III. Delineación.
A. Ángeles buenos.
B. Ángeles malos.

IV. Satanás.
A. Los Nombres y Títulos descriptivos de Satanás.
B. La Personalidad de Satanás.
C. El origen de Satanás.
D. La carrera de Satanás.
E. La ubicación de Satanás.
F. El carácter de Satanás.
G. La obra de Satanás.
H. La limitación de Satanás.
I. Nuestra actitud hacia Satanás.
Capitulo VIII

ANGELOLOGIA

Angelología es La Doctrina de los Ángeles.

I. DEFINICION

A. Expresión.

El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros.” (Sal. 104:4). “El ángel de Jehová
acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.” (Sal. 34:7). “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas
de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo
coronaste de gloria y de honra.” (Sal. 8: 4, 5). “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” (Mat. 25:41). Ver también Génesis 19:1, 15;
24:7; 28:12; Salmo 103:20; Hebreos 1:7, 14; Mateo 11:10; Lucas 7:27.

B. Explicación.

1. Traducción de la palabra. El Antiguo Testamento Hebreo y el Nuevo Testamento Griego traducen la palabra
ángel como “embajador, mensajero, y ministros.”
a. La palabra se usa para mensajeros humanos. Un mensaje de un hombre a otro: “Cuando se fueron los
mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente” (Lucas 7:24a).
b. La palabra se usa para mensajeros humanos llevando el mensaje divino. “Entonces Hageo, enviado de
Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.” (Hag. 1:13). Ver
también Galatas 4:14.
c. La palabra se usa para la providencia impersonal. "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no
me enaltezca sobremanera; ” (II Cor. 12:7).
d. La palabra se usa para Obispos y predicadores. “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete
estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:” (Ap. 2:1). Ver también
Apocalipsis 1:20; 2:8, 12, 18; 3:1,7, 14.
e. La palabra se usa para demonios sin cuerpos. “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los
demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. (Mat. 12:24; 25:41).
f. La palabra se usa para seres celestiales. Ver Génesis 18.
g. La palabra se usa para un ángel preeminente: El Ángel del Señor. “se le apareció el Ángel de Jehová en una
llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.”
(Ex. 3:2).

2. Nota. El término “ángel” no es un nombre personal, sino mas bien un título que describe un oficio

C. Designación.

Nosotros conocemos los nombres personales de 3 Ángeles:

1. Lucifer. Este es el nombre que tenía el Diablo antes de caer. Satanás es su nombre como criatura caída.
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las
naciones!” (Is. 14:12).

2. Miguel, el Arcángel. Según las Escrituras hay un solo Arcángel. Es mencionado en el libro de Daniel y
Apocalipsis. Miguel tiene que ver con la resurrección. “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo,
disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El
Señor te reprenda.” (Judas 9). “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta
de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. ” (I Tes. 4:16).
a. Príncipe del pueblo de Daniel, los judíos.
b. Jefe de los ejércitos celestiales de Ángeles.

3. Gabriel. Tenemos este nombre en Daniel y Lucas. “Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que
gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. ” (Dan. 8:16). “Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que
estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.” (Lucas 1:19). Ver también
Daniel 9:21-27; Lucas 1:26, 27.

II. DESCRIPCION

A. La personalidad de los Ángeles.

Ellos son seres personales, y no influencias impersonales, tales como pensamientos, ideas, etc. Pablo escribió:
"que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para
conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (II Tim. 2:25, 26). Ver
también II Samuel 14: 20; Apocalipsis 12:9, 12; 22: 8, 9.
B. Sus orígenes.

Ellos son seres creados, superiores al hombre, pero no son como los artistas los pintan. Ellos aparentemente
tienen cuerpos pero no como los nuestros. Si nuestros ojos no estuviesen velados por la caída del hombre,
seriamos aptos para verlos. Eva vio a Satanás como un ángel de luz. Los Ángeles no son seres eternos. Aunque
vivirán por siempre, ellos no han existido siempre, porque son seres creados. Ellos fueron creados así como el
ser humano, pero no como los seres humanos. Un cristiano no se vuelve ángel cuando muere, sino que, en
Cristo, él es más grande que lo que un ángel es. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los
cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Col. 1:16). Ver también Nehemias 9:6; Génesis 18:8;
Lucas 24:37.

C. Su número o cantidad.

“sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles, ” (Heb. 12:22). “¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no
me daría más de doce legiones de ángeles?” (Mat. 26:53). Una legión estaba compuesta por seis mil soldados;
el Señor podría haber pedido 72000 Ángeles para que lo defendieran. Ver también Daniel 7:10; Sal. 68:17.

D. Sus habitaciones.

La gran mayoría de los Ángeles mora en los cielos. “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en
casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” (Mat. 22:30). Ver también Mateo 18:10; Lucas
2:13-15; Juan 1:15; Galatas 1:8; Apocalipsis 5:11; 7:11.

E. Sus características.

1. Los Ángeles son espíritus. “Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus
ministros llama de fuego.” (Heb. 1:7). Ver también Hebreos 1:14; Sal.104:4.

2. Los Ángeles son corpóreos. Aunque son espíritus, ellos tienen cuerpos de cierta clase y se manifiestan
físicamente. Maria “y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el
otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.” (Juan 20:12). Ver también Génesis 18:1-8; 19:1-3;
Jueces 6.
3. Los Ángeles son masculinos. Es un error decir que los Ángeles son asexuados. Ellos siempre se han
manifestado en forma de varones. Siempre se usan pronombres masculinos en referencia a ellos. “Y cuando
entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se
espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús Nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no
está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.” (Marcos 16:5,6). Ver también Mateo 28:2-4; Lucas 1:26.

4. Los Ángeles son eunucos. No existe registro alguno de ángel casado. “Porque en la resurrección ni se casarán
ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” (Mat. 22:30). La Escritura citada no
enseña que seremos sin sexo, enseña que no nos casaremos.

F. La perfección y atributos de los Ángeles.

1. Ellos no mueren. Ellos nunca morirán, no cesarán de existir. Ellos no envejecerán. “mas los que fueren
tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en
casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de
la resurrección.” (Lucas 20:35, 36).

2. Ellos son inmutables. No hay materia en ellos que pueda cambiar.

3. No ocupan lugar. Ellos no están sujetos a limitaciones, o espacio físico como nosotros (Hechos 17:26). De
todos modos, no son omnipresentes.

4. Ellos son poderosos. Aunque no son omnipotentes o todopoderosos, ellos son más poderosos de lo que
nosotros somos, pero inferiores a Dios. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando
se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes. 1:7). Ver también Hechos 5:19;
12:5-11, 23; Sal. 103:20; II Pedro 2:10, 11.

5. Ellos son sabios. Ellos poseen una inteligencia sobrehumana, pero no son omniscientes. Uno de los
propósitos de la predicación de Pablo fue “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer
por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno
que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,” (Ef. 3:10, 11). Ver también II Samuel 14:17-20; Mateo 24:36; Marcos
13:32; I Pedro 1:10-12.

6. Ellos están subordinados. Siempre están sujetos a Dios. Aun el diablo está en esa categoría; nada puede
hacer, si Dios no lo permite. “quien (el Señor) habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están
sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22). Ver también Hebreos 1:4-8, 13, 14.

G. Sus grados

1. El Ángel del Señor. Este Ángel es presentado como ningún otro Ángel en las Escrituras. El posee una posición
que ningún otro ángel puede ocupar. El es el mismo Señor Jesucristo. El mismo se presento a Agar, a Abraham
y a Gedeon.

2. El Querubín. Este es el plural de Querub. Estos son seres poderosos, siempre conectados con el Trono de
Dios. Estaban presentes en el Jardín del Eden. Fueron puestos allí para cuidar que Adán y Eva no regresaran al
jardín. Según las Escrituras, ellos parecen ser más que simples seres angelicales, porque están conectados con
Dios como símbolos de Dios mismo. Imágenes de Querubines de oro fueron hechas y colocadas sobre el arca.
Ese trono de misericordia es un tipo de Cristo; de modo que parece que los querubines están como protegiendo
la obra de Cristo en amor y en luz.

3. El Querubín grande y protector. No hay dudas que este fue Satanás antes de su caída. “Tú, querubín grande,
protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.”
(Ez. 28:14).

4. Los Serafines. Estos seres angelicales se mencionan sólo en Isaías. Ellos sirven al Señor de los Ejércitos. “En
el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el
templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían
sus pies, y con dos volaban....Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido,
tomado del altar con unas tenazas; ” (Is. 6:1,2,6).
5. Arcángel. “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de
Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.” (Judas 9). Ver
también I Tesalonicenses 4:16.

6. Tronos. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio
de él y para él. ” (Col. 1:16).

7. Dominios. Dios sentó a Cristo “a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y
poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; ” (Ef.
1:20, 21). Ver también Colosenses 1:16.

8. Principados. “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 8:38, 39). Ver también Colosenses 1:16;
Efesios 6:12.

9. Poderes. “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los
principados y potestades en los lugares celestiales, ” (Ef. 3:10). Ver también Colosenses 1:16; Efesios 1:21.

10. Potestades. “Dios está en la reunión de los dioses;


En medio de los dioses juzga.” (Sal. 82:1). Ver también Salmo 89:6.

11. Autoridades. quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles,
autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22).

12. Dignidades. “No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la
autoridad y blasfeman de las potestades superiores.” (Judas 8). Ver también II Pedro 2:10.

H. Su división.

Los Ángeles están divididos en 2 grandes esferas morales:

1. Los Ángeles Santos o Ángeles de Dios. “Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. Y
dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.” (Gen,
32:1, 2). Ver también Mateo 25:31; Daniel 4:13.

2. Ángeles caídos o Ángeles de Satanás. “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles
luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para
ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. ” (Ap. 12:7-9). Ver
también II Pedro 2:4-6; Judas 6, 7.

Estos son llamados los Ángeles de Satanás; no fueron creados por él; llegaron a ser suyos por elección propia.
Todos los Ángeles fueron creados en santidad; poseyendo una libre voluntad, y ellos pudieron elegir servir a
Dios o servir a Satanás. “Dios temible en la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos
están alrededor de él.” (Sal. 89:7). Ver también Mateo 18:10; 13:9; Marcos 8:38; Juan 8:34; II Pedro 2:4; Judas 6;
I Juan 5:18.
III. DELINEACION

A. Ángeles buenos.

1. Su Adoración. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:


Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6 ). Ver también Isaías 6:3; Juan 12:41; Apocalipsis 5:11, 12. Se nos
dice en Colosenses 2:18 que nunca debemos adorar ángeles.

2. Su Ministerio.
a. Revelación Angelical. Ellos son capaces de traer la Voluntad de Dios a los hombres. “Porque si la palabra
dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ,” (Heb.
2:2). Ver también Daniel 8:16, 17; Lucas 1:11-13; Hechos 1:9-11.
b. Preservación Angelical. Son enviados para ayudar a los santos de Dios. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro
varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a
hijo de los dioses. ” (Dan. 3:25). Ver también II Reyes 6:15-18; Hebreos 1:14.
c. Estimulo Angelical. Son enviados para animar a los hijos de Dios. “Porque esta noche ha estado conmigo el
ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César;
y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo;
porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.” (Hechos 27:23-25).
d. Emancipación Angelical. Ellos son enviados para librar a los hijos de Dios. “Mas un ángel del Señor, abriendo
de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas
las palabras de esta vida.” (Hechos 5:19, 20).
e. Sustento Angelical. “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” (Mat. 4:11). Ver
también Lucas 22:43.
f. Conducción Angelical. “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino
que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.” (Hechos 8:26). Ver también Génesis 24:7; Éxodo 23:20-
23; Números 20:16; Hechos 10:3-8.
g. Administración Angelical. Ellos ejecutan la voluntad de Dios. “Bendecid a Jehová, vosotros todos sus
ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad. Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,” (Sal. 103:21,
22).
(1) En Juicio. “Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose.” (Sal. 35:5). Ver también I
Crónicas 21:15; II Reyes 19:35.
(2) Guardando a los salvos. “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos
de tu pueblo” (Dan. 12: la). Ver también Hebreos 1:14.
(3) Guardando a los muertos. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.” (Lucas 16:22).
(4) Comunicando la Ley. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que
viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un
mediador.” (Gal. 3:19). Ver también Hebreos 2:2.
(5) Acompañando a Cristo. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste
el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes. 1:7).
(6) Recogiendo a Israel. “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria,” (Mat. 25:31).
(7) Cosechando al fin de los siglos. “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la
siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el
trigo en mi granero.” (Mat. 13:30).
B. Ángeles malvados.

Son los ángeles seguidores del Diablo. Son aquellos para quienes esta preparado el infierno de fuego.

1. Su designación. Son espíritus malignos; seductores, impuros, demonios. “Cuando llegó a la otra orilla, a la
tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran
manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.” (Mat. 8:28). Ver también Mateo 9:33; 10:1; 12:43;
Marcos 1:26; 5:2-5; 9:17, 20; Lucas 6:18; 9:39.

2. Su División.
a. Caídos y libres. Efesios 6:12
b. Caídos y encarcelados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al
infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Ver también Judas 6.

3. Los Ángeles libres.


a. Sus actividades.
(1) Pueden poseer cuerpos de seres humanos. “Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado
el endemoniado.” (Lucas 8:36).
(2) Voluntariamente pueden desalojar los cuerpos. “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por
lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.” (Mat. 12:43).
b. Sus energías
(1) Pueden derribar a un hombre sin herirlo. “Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el
demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.” (Lucas 4:35).
(2) Pueden derribar y sacudir una persona. “Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le
sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su
padre.” (Lucas 9:42).
(3) Pueden llevar personas al desierto. “(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues
hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las
cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)” (Lucas 8:29).
c. Características.
(1) Algunos son sordos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo,
diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.” (Marcos 9:25).
(2) Algunos son mudos. “Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un
espíritu mudo,” (Marcos 9:17).
(3) Algunos son mentirosos. “El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él
dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así.” (I Reyes 22:22).
(4) Algunos son inmundos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo,”
(Marcos 9:25a).
(5) Algunos son seductores. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán
de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” (I Tim. 4:1).
d. Su poder. Es tremendo.
(1) Ellos controlan los cuerpos de hombres y de bestias. (Marcos 5:8-13) Gadara.
(2) Ellos provocan enfermedades físicas. “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años,
¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lucas 13:16).
(3) Ellos provocan enfermedades mentales. “Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y
en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.” (Marcos 5:5).
(4) Ellos provocan impureza moral. “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los
sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, ” (Marcos 5:2). Ver también Mateo 10:1.
e. Su existencia. La palabra “diablo” es mejor traducida “demonio.” Hay un solo Diablo, pero muchos
demonios, el Diablo es príncipe sobre los demás. Y ciertamente hay al presente lo que llamamos posesión
demoníaca. Poseídos por demonios suelen manifestar fuerza sobrenatural; ellos están totalmente controlados
por demonios.

Es bueno apuntar que los demonios siempre hablan por la boca de los poseídos. Los demonios en estas
personas, reconocen al Señor Jesús, y el distinguió entre el demonio y el hombre. A los demonios no les agrada
ser descorporizados; ellos prefieren ser arrojados a una manada de cerdos (Marcos 5:1-20).
f. Su evidencia. El demonismo no se limitó a la época de Cristo. Hay evidencias de que existía antes de su
primera venida:
(1) Los 4 Evangelios presentan el demonismo como un tema conocido.
(2) La gente no se sorprendía frente a las posesiones demoníacas.
(3) Los judíos echaban demonios por sus poderes. (Mat. 12:27).
(4) Después de Cristo, los apóstoles entraron en contacto con el demonismo (Mateo 10:1; Marcos 16:17; Hechos
8:7).
(5) Aparece el demonismo en las epístolas cristianas (Ef. 2:2, 6).

4. Los Ángeles encarcelados.


a. Sus pecados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los
entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Este texto nos muestra
claramente que estos ángeles no estuvieron en la rebelión original con Satanás. La caída de Satanás ocurrió
antes del tiempo de Adán; los ángeles referidos aquí pecaron después de la caída de Adán.

Aparentemente estos serían “los hijos de Dios,” que se casaron con “hijas de hombres.” “Aconteció que cuando
comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de
Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. . . . Había
gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los
hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de
renombre.” (Gen. 6:1,2, 4).

Algunos sostienen que los “hijos de Dios” eran los hijos de Set, y que las “hijas de los hombres” eran las hijas de
Cain. Pero, “como pudieron los hijos de Set engendrar hijos de Dios?”

Otros sostienen que los “hijos de Dios” eran hombres regenerados, que se casaron con mujeres no regeneradas,
llamadas las “hijas de los hombres.” Pero eso también ocurre en nuestros días sin que nazca ningún gigante de
esa unión en yugo desigual.

Para estar seguros de la correcta interpretación, observemos otros “hijos de Dios” que aparezcan. Hay varias
personas llamadas hijos de Dios en la Escrituras:

1. Jesucristo, el Hijo de Dios por relación a Dios.


2. Adán, un hijo de Dios, por creación. (Lucas 3:38).
3. Ángeles, hijos de Dios por creación. (Job 1, 2).
4. Hombres regenerados, hijos de Dios por regeneración y por adopción.

Recuerden, nosotros no solo somos hijos de Dios por regeneración; seremos declarados hijos por adopción, al
momento de la redención de nuestros cuerpos.
Observando y eliminando posibilidades “los hijos de Dios” son: Cristo es eliminado, y Adán también, porque
había muerto hacía ya tiempo. Tampoco podrían ser hombres regenerados porque la adopción de hijos todavía
no había ocurrido. Esto nos lleva sólo a los ángeles.

Ahora surge naturalmente una pregunta, “¿No dice la Escritura que los ángeles no se pueden dar en
casamiento?” La Escritura dice que ellos no se pueden dar en casamiento en el cielo. El hombre se casa aquí,
pero no se casará en el cielo. Entonces, ¿cómo pudieron ellos casarse con las hijas de los hombres? No
sabemos, pero entendemos que los siguientes versículos comprueban, sin dudas, que ellos lo hicieron. Ya
hemos citado Judas 6, pero lo haremos citando también versículo 7. “Y a los ángeles que no guardaron su
dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el
juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos,
habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo
del fuego eterno.” (Judas 6, 7). Entendemos que estos versículos dicen que estos ángeles pecaron a la similitud
de la gente de Sodoma y Gomorra.

Esta unión generó una raza de gigantes, en estatura y en pecados, que fueron destruidos en el diluvio.

La posesión demoníaca avanzó en los días previos al diluvio; y el Señor Jesús nos ha revelado que, “como en los
días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24:37). La posesión demoníaca avanzará a pleno
durante la Gran Tribulación (Ap. 12), antes de la revelación de Cristo en su segunda venida.
b. Su posición. Fueron echados dentro del Tártaros, la prisión mas interna del Hades, encadenados en
oscuridad, esperando el día del juicio (II Pedro 2:4).

IV. SATANAS

A. Sus Nombres y Títulos descriptivos.

1. Satanás. Este nombre significa “adversario, acusador.” “Satanás se paró contra Israel, y provocó a David a
contar al pueblo” (I Cron. 21:1).

2. Diablo. Este nombre significa “calumniador, acusador, engañador.” “Y prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap. 20:2).

3. Beelzebub. Este es el príncipe de los demonios. Originalmente significa “Señor de las moscas”; los judíos
luego cambiaron su significado a “Señor de la colina del estiércol.” “Pero los escribas que habían venido de
Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.”
(Marcos 3:22).

4. Belial. Esto significa "bueno para nada.” “que han salido de en medio de ti hombres impíos que han instigado
a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; ”
(Deut.13:13).

5. El Maligno. Aquel que no tiene reverencia a Cristo. “Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido
al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios
permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.” (I Juan 2:14). Ver también I Juan 2:13; Mateo 6:13.

6. El príncipe de este mundo. El mundo político, el de los negocios y la sociedad están bajo su dominio. Eso se
manifestó cuando el Señor Jesucristo fue tentado personalmente por el diablo (Mateo 4; Lucas 4). “Ahora es el
juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” (Juan 12:31). Ver también Juan
14:30; 16:11.

7. El dios de este siglo. “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no
les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (II Cor. 4:4).

8. El príncipe de la potestad del aire. “en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.”
(Ef. 2:2).

9. La serpiente antigua. “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás,
el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” (Ap. 12:9). Ver
también Apocalipsis 12:3; 20:2.

10. El dragón. “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap.
20:2).

11. El malvado. “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue
engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.” (I Juan 5:18).

12. Ángel de luz. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (II Cor. 11:14).

13. Padre de la mentira. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.
El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando
habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44).

14. Homicida. “El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad
en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. ” (Juan 8:44b). Ver
también I Juan 3:12-15.

15. León rugiente. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar; ” (I Pedro 5:8).

16. Gobernador de las tinieblas. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad
en las regiones celestes.” (Ef. 6:12).

B. La personalidad de Satanás.

Negar que Satanás es un ser o persona es negar la Palabra de Dios. Las Escrituras enseñan que Satanás es tan
persona como el Señor Jesucristo lo es.

C. El origen de Satanás.

Satanás es un ser creado (Ez. 28:15). Tenía la posición del más grande de los seres angelicales, “Tú, querubín
grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te
paseabas. ” (Ez. 28:14).
Su nombre, Lucifer, significa “hijo de la mañana.” Fue creado en belleza perfecta (Ez. 28:12, 17). Algunos creen
que era el director de coros en el cielo, pues los primores de sus tamboriles y flautas estuvieron preparados para
el en el día de su creación. (Ez. 28:13). Otros preguntan, “¿acaso no habla Ez.28 del rey de Tiro?” Sí, al principio,
pero el escritor inspirado avanza más allá del rey de Tiro, y habla de lo que una persona humana no podría
cumplir, “estuvo en Edén” (Ez. 28:13). ¿Quién podría ser sino Satanás? Era perfecto en sus caminos (Ez. 28:15)
hasta que se halló pecado en él.

D. La carrera de Satanás.

¿Cuál fue el pecado que causó que Lucifer llegara a ser el Diablo? Fue el pecado original en todo el universo:
orgullo. “sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.” (Is. 14:14). El pecado de orgullo
fue causado por elegir su propia voluntad por encima de la voluntad de Dios. “yo seré” fue el pecado original en
todo el universo creado.

Luego apareció en el Jardín del Edén y empujó a toda la raza humana al pecado y a la muerte. Luego vino a Job y
tornó su vida miserable. Luego tentó a David para censar al pueblo. Luego tentó a Cristo (Mateo 4) y también a
Pedro (Lucas 22:32). Luego estorbó a Pablo en su grandiosa obra (I Tes. 2:18). Y también arranca la Palabra
sembrada en los corazones de las personas (Marcos 4:15).

E. La ubicación de Satanás.

El tiene acceso al Trono de Dios, ya que acuso a Job, y sabemos que es el acusador de los hermanos. “porque ha
sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.”
(Ap. 12: l0c). Es un error pensar que el diablo vive en algún sector del infierno; aun tiene acceso a las esferas
celestiales.

F. El carácter de Satanás.

1. Tiene gran Dignidad. Sus títulos muestran eso. “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este
mundo será echado fuera.” (Juan 12:31). Ver también Judas 8, 9; II Corintios 4:4.

2. Tiene gran poder. Dios (Jesús) envió a Pablo a los gentiles “para que abras sus ojos, para que se conviertan de
las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de
pecados y herencia entre los santificados.” (Hechos 26:18). Ver también Job 1:10-12; Lucas 11:14, 18; Efesios
6:11, 12. El mundo entero sin Cristo está debajo de él.

3. Tiene gran astucia y engaño. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (II
Cor. 11:14). Ver también Mateo 24:24; II Corintios 2:11.

4. Tiene gran maldad. “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para
esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” (I Juan 3:8). Ver también II Corintios 4:4.

5. Tiene gran miedo. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Sant. 4:7).

G. La obra de Satanás.

1. El es el autor del pecado y quien tienta a pecar. “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para
ser tentado por el diablo.” (Mat. 4:1.)
2. El produce enfermedades y tiene poder de muerte. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y
sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo, (Heb. 2:14). Ver también Lucas 13:16; Hechos 10:38.

3. El mantiene enlazados a los hombres. “que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios
les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a
voluntad de él.” (II Tim. 2:25-26).

4. El quita la Palabra sembrada en los corazones. “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende,
viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.”
(Mat. 13:19).

5. El coloca propósitos malvados en los corazones. “ni deis lugar al diablo.” (Ef. 4:27).

6. El enceguece mentes. “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que
no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (II Cor. 4:4).

7. El abofetea hombres. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue
dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca
sobremanera;” (II Cor. 12:7).

8. El acusa a los hombres delante de Dios. “porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el
que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. ” (Ap. 12:l0c).

9. El puede colocar ideas en un hombre. “Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de
Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,” (Juan 13:2).

10. El sembró cizaña entre los hijos de Dios. “El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la
cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores
son los ángeles.” (Mat. 13:38, 39).

11. Puede ganar ventajas en medio nuestro. “Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo
que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no
gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” (II Cor. 2:10, 11).

12. El resiste y acusa a los siervos de Dios. “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel
de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.” (Zac. 3:1). Ver también Daniel 10:13.

13. El se opone y estorba a los siervos de Dios. “por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y
otra vez; pero Satanás nos estorbó.” (I Tes. 2:18).

14. El zarandea a los siervos de Dios. “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo; ” (Lucas 22:31).

15. El somete al mundo entero. “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.” (I Juan
5:19).
H. Las limitaciones de Satanás.

1. El no es Omnipresente. El puede estar solamente en un lugar a la vez. El es un ser creado, y un ser creado no
puede estar en 2 lugares a la vez. El no está en todos lados, pero sus seguidores (demonios) pueden estar en
muchos lugares. El puede moverse rápidamente por la ayuda de sus agentes (Lucas 10:18).

2. El no es Omnisciente. El es sabio; demasiado sabio para nosotros, pero el no es todo sabio. El Diablo
conocería menos si nosotros le informáramos menos. El espiritismo no son solo artimañas. Es demonismo,
controlado por el diablo. Nadie puede comunicarse con los muertos, pero el diablo y sus ángeles saben acerca
de los muertos y comunican este conocimiento a sus mediums.

3. El no es Omnipotente. El no es todopoderoso, pero tiene mas poder que nosotros. El esta limitado por la
Palabra de Dios. Un buen ejemplo de esto lo encontramos en Job 1 y 2.

I. Nuestra actitud hacia Satanás.

1. Los derechos retentivos deben ser reclamados por el creyente. “Y ellos le han vencido por medio de la sangre
del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.” (Ap. 12:11).
Ver también Efesios 6:16; Hebreos 2:14; Colosenses 2:15; I Juan 3:8.

2. El creyente debe apropiarse de todo su equipamiento. “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el
Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo.” (Ef. 6:10, 11). Ver también Efesios 6:12-18.

3. Debemos mantener estricto dominio propio. “ni deis lugar al diablo.” (Ef. 4:27).

4. El creyente debe ejercer vigilancia. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” (I Pedro 5:8). Ver también II Corintios 2:11.

5. El creyente debe ejercer resistencia. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
(Santiago 4:7). Ver también I Juan 2:14.

Capítulo 9

Escatología - La doctrina de las últimas cosas

ESCATOLOGIA

I. Muerte física.
A. La muerte no es cesación de existencia.
B. La muerte no es sueño del alma.
C. La muerte significa separación.

II. Resurrección corporal.


A. El hecho de la Resurrección.
B. La naturaleza de la Resurrección.
C. El tiempo de la Resurrección.
III. El estado intermedio.
A. Antes de la cruz.
B. Al tiempo de la cruz.
C. Después de la cruz.

IV. La segunda venida de Cristo.


A. La importancia de la doctrina.
B. El significado de la segunda venida.
C. Los eventos de la segunda venida.

V. El anticristo.
A. Su persona.
B. Sus títulos.
C. Sus precursores.
D. Su obra.
E. Su carrera.
F. Su tiempo.
G. Su aparición.
H. Su fin.
VI. La Tribulación.
A. La Tribulación del cuerpo de Cristo.
B. La Tribulación de Israel.
C. La gran tribulación.

VII. La batalla de Armagedón.


A. Lo que no será.
B. Lo que será.

VIII. El milenio.
A. El hecho del milenio.
B. La descripción del milenio.
C. Los tipos del milenio.
D. Las condiciones durante el milenio.

IX. Los juicios.


A. Juicios a los cristianos.
B. Juicio a las naciones.
C. Juicio del gran trono blanco.

X. Después del milenio.


A. Satanás será soltado.
B. Las naciones serán juntadas.
C. Los ejércitos serán destruidos.
D. La perdición de Satanás.

XI. El futuro de los impíos.


A. La enseñanza escritural.
B. Los términos usados.
C. Las teorías propuestas.

XII. Los cielos.


A. El primer cielo.
B. El segundo cielo.
C. El tercer cielo.
Capitulo IX

ESCATOLOGIA

Escatología es la doctrina de las ultimas cosas.

I. Muerte física

La Biblia nos da la suficiente información para la fe del creyente. La Biblia nunca fue propuesta meramente para
la curiosidad. Dios enseña a seres finitos a caminar por fe en el infinito inexplicable.

A. La muerte no es cesación de existencia.

Como 40 siglos atrás Job preguntaba, “si el hombre muriese, ¿volverá a vivir?” Esta pregunta se ha repetido por
siglos. Aun hoy es una pregunta universal. Es un tema de constante interés. Que aquellos que amamos tengan
que morir y ser sepultados no nos parece correcto; ¡y no lo es! Dios no hizo al hombre para morir; El lo creó
para vivir y tener comunión con el mismo. Pero el pecado trajo la muerte y la tumba, eso es, separación de Dios.

Si el Señor tarda, todos los que leen estas palabras, e incluso quien las escribe, moriremos, porque la muerte
pasó a todos los hombres (Rom. 5:12).

Un buen poema permanece más que el poeta; la voz grabada puede ser escuchada años después de que haya
muerto quien la grabó; fotos de queridos nuestros permanecen, aun cuando ellos han partido.

Las cosas en esta tierra no son justas. El rico siempre oprimió al pobre; el malvado siempre prosperó por encima
de los rectos. La justicia humana demanda un juicio justo sobre todas las cosas en una vida después de la
muerte. Vivimos en un mundo cambiante. Los pajaritos edifican sus nidos, aun como lo hicieron en el jardín del
Edén, y los animales poseen las mismas características que tuvieron al principio. De todas maneras, el hombre
no vive como solía hacerlo, ni aun como lo hizo 25 años atrás. Aunque todo esto es cierto, la mente inquieta del
hombre todavía pregunta, “si el hombre muere, ¿volverá a vivir?”

Hay como una creencia universal en la vida después de la muerte. Si vamos a las partes más remotas de África,
donde Cristo nunca fue anunciado, podemos encontrar personas que creen en una vida después de la muerte.
¿Por qué algunos paganos quemaban las esposas? ¿Por qué algunos sepultaban alimentos con los sarcófagos?
Ellos creían que los que partían tenían que tener compañía y alimentos para su viaje más allá de la tumba. ¿Por
qué los pájaros emigran? Los mueven instintos internos. El corazón del hombre y sus instintos interiores,
creemos que son pruebas de que hay otra vida después. Tanto psicólogos como filósofos sostienen que debe
haber una vida después de la muerte.

Hay 2 grandes reservas hechas:


1. Reservación para los cristianos. “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada
en los cielos para vosotros, ” (I Pedro 1:4). En Filipenses 1:23 el apóstol Pablo usó la palabra “partir” para
describir su muerte. Por esta palabra no daba a entender que cesaría de existir. Partir significa “partir.”
¿Significaba eso partir a la tumba con Cristo? Por supuesto que no, porque Cristo no está en la tumba; El está en
el cielo. II Corintios 5:8 expone aun mas claro el sentido del partir al decir, “pero confiamos, y más quisiéramos
estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” La palabra “presentes” significa “estar en el hogar con.” La
muerte de un cristiano, por lo tanto, es presentada como un barco que levanta anclas y navega con rumbo al
hogar; en otras palabras, la muerte del cristiano significa “ir al hogar.”

2. Reservación para lo impíos. “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser
castigados en el día del juicio; ” (II Pedro 2:9).

B. La muerte no es el sueño del alma.

La palabra dormir en la Escritura, concerniente a los muertos en Cristo, significa “descanso.” No significa un
estado de “inconciencia.” El cuerpo puede morir, pero el alma y el espíritu nunca mueren. En la resurrección, el
cuerpo será levantado, no el alma y el espíritu. La Escritura claramente establece que el alma está ausente del
cuerpo y presente al Señor; y que el alma y el espíritu están completamente despiertos y concientes a lo que les
rodea. Eso lo vemos claramente en Ap.6:9, 10: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que
habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz,
diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la
tierra?” Aquí nosotros tenemos almas, vivas, y razonando con Dios.

El apóstol Pablo dijo, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil. 1:21). “Vivir” significaba que
Pablo tenía perfecta comunión con el Cristo viviente. Si la muerte fuese el fin, ¿por qué razón Pablo diría, “y
morir es ganancia?”

C. La muerte significa separación.

Muerte en las Escrituras siempre significa “separación.” Muerte física es la separación de alma y espíritu del
cuerpo. Muerte segunda es la eterna, completa, y final separación de Dios (Ap. 21:8).

Vida significa “unión” (Juan 3:16). Muerte significa “separación” (Rom. 8:35-39). El ego, el “yo,” vive en una
casa de carne. No soy un cuerpo que tiene alma y espíritu, sino un alma y espíritu que tiene un cuerpo. Y ese
cuerpo puede sufrir varios cambios, pero nosotros mismos, eso es, nuestro ego, nunca cambia. En realidad las
personas no pueden vernos, no pueden ver el ego, sino solamente su casa, o tienda, en la cual mora. La muerte
es la partida desde esa casa (II Pedro 1:13,14; Fil. 1:21,24; Gal. 2:20; II Cor. 5:6,7; Job 19:26; Lucas 16:26; II Tim.
4:6; II Cor. 12:2). Los hombres han estado sepultando cuerpos por mas de 6 mil años; sólo cuerpos, no
personas.

El alma es el asiento de las emociones y apetitos. El espíritu es el asiento de la inteligencia del hombre. La
muerte, entonces, no es un círculo, ni una casilla. No seremos informes si partimos de esta vida, sino que
nuestra alma y espíritu serán plenamente conscientes, existiendo en la misma forma como nuestros cuerpos.

La memoria probablemente se situé en el cerebro, pero el cerebro no es la fuente de los pensamientos. Tal vez
recordemos cosas que han sucedido 10 años atrás, pero no tenemos el mismo cerebro que teníamos hace 10
años. Yo poseo un cerebro, pero el cerebro no soy yo. La muerte simplemente significa, “yo he partido”; yo
estoy separado de mi cuerpo.
II. La Resurrección corporal

A. El hecho de la resurrección.

1. Anticipada en el AntiguoTestamento. Algunos términos como “en los últimos días,” “despertar y vivir,” son
indicativos de una resurrección. El Antiguo Testamento contiene muchos tipos de resurrecciones. José fue
contado como muerto, pero el retornó a su padre; Jonás estuvo en el vientre del pez por 3 días y 3 noches, y
luego fue liberado; Daniel fue puesto en el pozo de los leones, un lugar de muerte, pero salió vivo; Israel murió
en el desierto, y un nuevo Israel entró a Canaan. Todas estas historias llegaron a ser figuras de resurrección. Las
siguientes Escrituras verifican la resurrección. “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y
cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.” (Is.
26:19). Ver también Job 19:26, 27; Salmo 16:9, 11; Daniel 6:23; 12:2; Mateo 12:40.

2. Revelada en el Nuevo Testamento. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados.” (I Cor. 15:22). Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber
resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.” (Hechos 24:15). Ver también Mateo 22:30-32;
Lucas 14:13, 14; 20:35, 36; Juan 5:28, 29; 6:39, 40, 44, 54; I Tesalonicenses 4:14-16: II Timoteo 1:10. Cristo no
vino para salvar mi alma solamente, sino todo mi ser: mi alma, mi espíritu, y mi cuerpo. Todo mi ser será salvo.

B. La naturaleza de la resurrección

Nunca se coloca a la muerte como la esperanza del creyente. En Corinto, algunos habían declarado que no
había resurrección corporal, pero en I Cor. 15, Pablo les demuestra la realidad de la futura resurrección por la
propia resurrección de Cristo: si alguien no cree en la resurrección de los hombres, entonces es imposible creer
en la resurrección de Cristo; y si Cristo no hubiese resucitado, no habría Evangelio, y sin Evangelio, no seriamos
salvos.

Satanás siempre ha estado contra la Palabra de Dios, y tiene muchas armas preparadas para atacarla. La
revelación que más deprecia es la resurrección. También el Materialismo niega la resurrección. Ciertos
espiritualistas también niegan la resurrección corporal. Nunca debemos dudar de la resurrección. “me olvido
de Dios cuando digo, ¿cómo puede ser esto?” Aunque los hombres crean o entiendan que la resurrección
significa poco; sin embargo, la resurrección es cierta.

Algunas personas no creen que la carne y los huesos serán perfeccionados. Cuando hablamos de la resurrección
de Cristo, esa gente sostiene que fue una resurrección espiritual. Nosotros sabemos por la Escritura que ellos no
saben lo que dicen. El espíritu de Jesucristo no fue puesto en la tumba; sino solo su cuerpo. Los soldados
romanos no vigilaron el sepulcro para guardar un espíritu, sino para guardar su cuerpo. Fue Su cuerpo lo que
ellos vigilaron; ¡y fue Su cuerpo que se levantó de los muertos!

Un texto bíblico usado por aquellos que creen solo en una resurrección espiritual es I Corintios 15:44: “Se
siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.” Note que el
versículo no dice “un espíritu corpóreo", o algo así, sino que dice “cuerpo espiritual.” Creemos que el cuerpo
natural está controlado por el alma; el cuerpo espiritual estará controlado por el espíritu; y por tanto será un
cuerpo espiritual.

1. Teorías propuestas.
a. La teoría germinal. Esta es una vieja creencia que está en el Talmud. Según ella, en el hombre hay un
pequeño huesito, que la muerte no puede destruir, y desde ese germen el cuerpo será resucitado. Algunos
cristianos adhieren a esta teoría, usando I Corintios 15:36, 37 como base.
b. La teoría de la identidad. Esta es la creencia de que el cuerpo en la resurrección será levantado tal como fue
sepultado. Si le faltaba un brazo, le faltara; un niño resucitara niño; un lunático será lunático, etc. Los
mahometanos sostienen esta teoría. Si esto fuese cierto, no seriamos semejantes a Cristo.
c. La teoría de la reencarnación. Esta idea sostiene que cuando un hombre muere va inmediatamente a otro
cuerpo. Si esto ocurriese, no estaríamos nunca “en casa” con el Señor. Cuando una persona muere, volverá a
ser un ser humano completo al tiempo de su resurrección corporal (I Tes. 5:23).
d. La teoría del cuerpo intermedio. Esta teoría afirma que el creyente recibe su cuerpo resucitado
inmediatamente después de su muerte. Se basa en II Cor. 5:1-4: “Porque sabemos que si nuestra morada
terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en
los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues
así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos
con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la
vida.” Pero el autor de estos estudios cree que esta Escritura solo se refiere a aquellos creyentes que estén
viviendo cuando el Señor venga.

2. La verdad para creer. La resurrección es por Poder Divino! “pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada
semilla su propio cuerpo.” (I Cor. 15:38). El propio cuerpo resucitado de Jesucristo demostró tener carne y
huesos. Cuando Cristo apareció a sus discípulos, El les insistió, “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy;
palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” (Lucas 24:39). Cristo no
dijo que no había espíritus, sino que un espíritu no tiene carne ni huesos. Ezequiel 37 presenta la resurrección
de la nación de Israel; y se mencionan carne, huesos y espíritu, pero no se menciona sangre. La Ley demandaba
el derramamiento de sangre, y Cristo derramó su sangre para pagar sus demandas. En la resurrección, parece
ser que tendremos cuerpos sin sangre; la vida estará en el espíritu de los hombres.

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual
transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el
poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (Fil. 3:20, 21). Nuestros cuerpos, los
mismos que fueron plantados en muerte, pasarán por una gran transformación y serán resucitados. Si
plantamos una rosa, rosa se levantará; si plantamos trigo, trigo se levantará; si plantamos hierba mala, hierba
mala se levantará; si se planta cuerpo natural, cuerpo humano glorificado se levantará. Dios mira los
cementerios como campos de cosecha. Las semillas en esos campos son los cuerpos de los muertos, y la
cosecha será la resurrección.

“y nosotros seremos transformados.” (I Cor. 15:52c). Tendrá lugar una gran transformación, pero será el mismo
cuerpo, pues por medio del cuerpo resucitado de Cristo tenemos la comprobación de que será el mismo cuerpo,
así como él llevó en su cuerpo resucitado la marca de los clavos.

I Corintios 15:42-44 describe la resurrección de los justos (Dios no nos dice nada sobre los cuerpos de
resurrección que tendrán los condenados): “se siembra en corrupción; se resucita en incorrupción.” Un cuerpo
muerto es un cuerpo corruptible. Un cuerpo vivo es al presente un cuerpo mortal. No se nos dice en la Escritura
de plantar un cuerpo mortal. Un cuerpo corruptible está sujeto al deterioro hasta llegar a ser polvo, pero un día
será levantado en incorrupción, un cuerpo apto para el cielo, que nunca más será afectado por ninguna
corrupción. “Se siembra en deshonor; resucitará en gloria.” Estos cuerpos viles han sido deshonrados por el
pecado, pero un día serán levantados en gloria a semejanza del cuerpo de gloria del Señor. “Se siembra en
debilidad; resucitara en poder.” El pecado nos ha debilitado. Lo más débil del mundo es un cuerpo muerto.
Tiene ojos que no pueden ver y oídos que no pueden oír; no se podrá resistir a ser puesto en un ataúd y en una
tumba. El cuerpo muerto no ofrece ninguna resistencia. Pero estos mismos cuerpos débiles serán resucitados
con gran poder. Medite en lo que el hombre puede hacer acerca de eso, y luego piense en lo que Dios hará. El
creyente resucitado creemos que estará capacitado para ver seres espirituales. El hombre mortal tiene
microscopios y telescopios, pero, oh, ¡qué capacidades que tendrán nuestros ojos en los cuerpos glorificados!
Así también, hoy tenemos limites de velocidad para movernos, pero pensamos que en la resurrección no
tendremos los limites de ahora. En general, nuestros estándares de ahora no serán los límites de entonces. “Se
siembra cuerpo natural; resucitara cuerpo espiritual.” El cuerpo natural es nuestro cuerpo animado actual, con
carne, huesos y sangre. Nuestros cuerpos espirituales de resurrección estarán compuestos por carne y huesos,
probablemente sin sangre, y serán controlados por el espíritu.

C. El tiempo de la resurrección.

“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22). Todos los
hombres serán levantados de entre los muertos, pero no todos al mismo tiempo. Las Escrituras plenamente
declaran que habrá dos resurrecciones, y no una resurrección general. Ellas son la primera resurrección y la
segunda resurrección. (Ap. 20:5, 6).

1. La primera resurrección. La primera resurrección incluye a Cristo y a todos los creyentes de todos los
tiempos. Es la resurrección para vida. Esta resurrección sucede en diferentes momentos. Cristo ya resucitó; la
iglesia resucitará en el arrebatamiento (antes de la tribulación); y los santos del Antiguo Testamento y
tribulación después de la tribulación.
a. Cristo, las primicias. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es
hecho.” (I Cor. 15:20). Las primicias eran las garantías de Dios de que la cosecha entera vendría después. Cristo,
como las primicias de Dios, garantiza que la cosecha vendrá mas tarde. “Porque yo vivo, vosotros vivireis” (Juan
14:19b). Hay registros de otras personas levantadas de entre los muertos, pero fueron como resucitaciones,
ellos volvieron a morir. Cristo resucitó para nunca mas morir! “He aquí, yo vivo por los siglos de los siglos” (Ap.
1:18b).
b. Los santos resucitados en la resurrección de Cristo. “Y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos
que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la
santa ciudad, y aparecieron a muchos.” (Mat. 27:52, 53). En una ocasión, el Señor Jesús dijo, “De cierto, de
cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
(Juan 12:24). Cristo murió y fue plantado como un grano de trigo, pero cuando él resucitó de entre los muertos,
el trajo mucho fruto con El. Parte de esos frutos fueron los santos que levantó inmediatamente después de su
resurrección. No sabemos quienes fueron, no sabemos cuantos fueron, ni sabemos a donde fueron llevados.
Tal vez fueron llevados al cielo con El, El fue las primicias, y sabemos que en la fiesta de las primicias, un manojo
de espigas se ofrecía al Señor. Había más de un grano en el manojo. Por eso, podemos creer que hubieron más
personas en esas primicias y no sólo Cristo.
c. El cuerpo de Cristo (La Iglesia). La iglesia tendrá su propia resurrección. “Los muertos en Cristo resucitarán
primero” (I Tes. 4:16). No encontramos a la iglesia en el Antiguo Testamento (Ver Capitulo VII). Por tanto, los
profetas del Antiguo Testamento no dijeron nada de su bautismo espiritual, su arrebatamiento, su resurrección
y su transformación. La iglesia era un misterio escondido en Dios; y fue primeramente revelado a Pablo (Ef. 3:1-
9). Aunque, los santos del Antiguo Testamento sabían de sus propias resurrecciones, lo cual ocurrirá después de
la tribulación (Dan. 12:2, 13).

La resurrección de la iglesia fue revelada al apóstol Pablo; ocurrirá antes de la tribulación. “Por cuanto has
guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el
mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” (Ap. 3:10). Ver también I Tesalonicenses 1:10.
Han pasado casi 20 siglos desde que Cristo, las primicias, ha sido resucitado. Y el día de la resurrección de la
iglesia es desconocido para nosotros.
d. Los santos del Antiguo Testamento y de la tribulación. Esta fase de la primera resurrección tendrá lugar
después de la tribulación, más de 7 años después de que la iglesia haya sido resucitada. Incluye todo los santos
que no forman parte del cuerpo de Cristo. “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu
heredad al fin de los días.” (Dan. 12:13). Ver también Daniel 12:1,2.

2. La ultima resurrección. La última (o segunda) resurrección ocurrirá después del milenio, e incluirá a todos los
muertos impíos de todos los tiempos. Serán resucitados para comparecer ante el Gran Trono Blanco. “Pero los
otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad
sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (Ap. 20:5, 6).

III. El Estado Intermedio

¿Donde están ahora los muertos? es la gran pregunta en los labios de toda la humanidad. La única cierta y
correcta respuesta es dada por la Palabra de Dios. Otras respuestas no son nada, sino voces de babel.
Los conceptos siguientes son para recordar mientras explicamos el estado intermedio, el estado de los hombres
entre la muerte y la resurrección: La muerte es separación del alma y del espíritu, desde el cuerpo. El alma y el
espíritu van juntos en la muerte. El alma es el trono de los apetitos, y el espíritu es el trono del conocimiento, y
van juntos en la muerte, como vemos en el ejemplo del hombre rico en el Hades. El estaba en tormentos; tenía
sentimientos. El razonaba; su espíritu y su alma estaban juntas.

La palabra “Seol” y la palabra “Hades” indican lo mismo. “Seol” es la palabra hebrea en el Antiguo Testamento.
“Hades” es la palabra griega en el Nuevo Testamento. Sabemos que significan lo mismo porque el apóstol Pedro
citó en Pentecostés el Samo16, diciendo: “Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo
vea corrupción.” (Hechos 2:27). Salmo 16 usa la palabra hebrea “Seol” y en este texto de Hechos aparece la
palabra griega Hades. De ese modo, Hades y Seol son lo mismo. Es el lugar adonde parten las almas y espíritus
de los hombres.
1. Nunca encontramos estas palabras en plural.

2. El Seol y el Hades nunca son situados sobre la tierra.

3. La Biblia nunca habla de un Seol individual.

4. El hombre nunca es puesto en uno de ellos, como si fuese una tumba.

5. El hombre nunca cava o preparara un Seol, o Hades.

6. La Biblia nunca habla de un hombre tocando un Seol.

7. La Biblia nunca habla de un cuerpo yendo al Seol, a excepción de una vez, y la excepción confirma la regla.
Coré (Num. 16:28-33) desafió el liderazgo de Moisés y el sacerdocio de Aarón, e influenció a muchos en Israel
contra ellos. Entonces Dios mostró su desagrado haciendo que la tierra se abriese y tragara a Coré y su familia.
En Lucas 16:19-31 tenemos la historia de Lázaro y el rico, habiendo ambos muerto y existiendo en el estado
intermedio. Algunos piensan que esta historia fue solo una parábola. Pero en todas sus parábolas, el Señor
nunca menciona nombres propios, como lo hace aquí. Aun si fuese una parábola, entendemos que cada
parábola fue dicha para edificar sobre la verdad (Mat. 13:3).

La siguiente es una interpretación común (que no compartimos) de la así llamada parábola:


Hombre rico: la nación judía, ricos en lo que Dios les había dado.
Lázaro: los gentiles, pobres a la puerta del hombre rico.
Ambos murieron: el fin de la dispensación, en la que ambos fueron bendecidos por el evangelio.
¿Cómo puede alguien decir que esto se refiere a judíos y gentiles, cuando la Escritura no lo dice? ¿Por qué el
Señor utilizaría al hombre rico para tipificar la nación judía, cuando en el pasaje anterior estaba amonestando al
rico?
No hay una gran sima entre el judío y el gentil. Ninguna nación de los gentiles ha rogado de los judíos como
Lázaro rogó pan del hombre rico.
Si la nación judía murió (hombre rico), ¿quiénes fueron los 5 hermanos que quedaron vivos?
En definitiva creemos que estos 2 hombres que murieron fueron 2 personas y que fueron al Hades.

A. Antes de la cruz.

La cruz es la línea divisoria de muchas verdades escriturales. ¿Adónde iban los muertos antes de que Cristo
muriera en la cruz? Creemos que todos ellos iban al mismo lugar: el Hades (Seol), pero a diferentes sectores.

Desde Números 16:33 sabemos que el Seol, o Hades, esta en algún lugar dentro de la tierra. “Y ellos, con todo lo
que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.”
Desde Lucas 16:19-31 sabemos que el Hades tiene 2 compartimentos o sectores: El Seno de Abraham, el lugar
de los justos, adonde Lázaro fue llevado; y el lugar de los tormentos, adonde fue el hombre rico. Una gran sima
separa estos 2 sectores.

Entonces sabiendo que el Seol (Hades) esta en algún lugar bajo tierra, y que tiene 2 sectores, nos volvemos al
Señor Jesucristo mismo para encontrar su exacta ubicación. “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran
pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”
(Mat.12:40). Efesios 4:9, 10 lo hace más claro todavía: “Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había
descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por
encima de todos los cielos para llenarlo todo.” Filipenses 2:9, 10 dice, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;” Esto habla de la futura adoración de Cristo de
parte de toda la creación. Ahora, prestemos atención a las palabras entrelineas del texto anterior. Descender
“bajo la tierra” significa sumergirse, como un submarino bajo el agua. Por eso, concluimos que el Seol (Hades)
está en el corazón de la tierra, está compuesto de 2 sectores, uno para los muertos justos y otro para los
muertos injustos, con una gran sima que separa a ambos grupos. Por medio de la revelación del Señor de esta
historia del hombre rico y Lázaro, la cual narró antes de su muerte en la cruz, podemos ver que todos los
hombres, ya sean justos o injustos, antes de la cruz de Cristo iban al Hades después de sus muertes.

B. Al tiempo de la cruz.

Bajo este titulo solo consideraremos a 2 personas, el Señor Jesús, y el ladrón arrepentido. Una vez muerto, el
Señor Jesús fue al Hades. Sabemos esto por el Salmo 16:10, que dice, “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni
permitirás que tu santo vea corrupción.” El apóstol Pedro, en el día de Pentecostés de Hechos 2, citó ese mismo
texto, pero el usó la palabra griega “Hades,”en vez de la hebrea “Seol.” Sus palabras describieron la
resurrección de Cristo, y observamos que el había ido al Hades. Entendemos eso por el uso de las palabras “no
dejarás.” El Espíritu Santo no hubiera empleado esas palabras si él no hubiera ido allá. En lo referente al ladrón
crucificado, creemos que fue al Hades con Jesús, al sector reservado para los muertos justos. “Hoy estarás
conmigo en el Paraíso” (Lucas 23: 43b). ¿Cuántos días Jesús estuvo en el Hades? Tres días. Desde el principio de
esos 3 días, el ladrón estuvo con Jesús en el Paraíso; por lo tanto, aprendemos que Paraíso era otro nombre
dado al seno de Abraham, el cual era el lugar de los muertos justos.

C. Después de la cruz.

¿Adonde van hoy las personas al morir? Los impíos aun van al Seol (Hades), para aguardar el juicio final.

Los justos, van al cielo para estar con el Señor. “pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y
presentes al Señor.” (II Cor. 5:8). Cuando Cristo se levantó de entre los muertos “llevó cautiva la cautividad” (Ef.
4:8). Cristo vació el sector del Hades (Seol) correspondiente a los justos, y los llevó consigo a la gloria. El paraíso
estaba, en un tiempo, en el corazón de la tierra; pero ahora está en el tercer cielo. “Conozco a un hombre en
Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado
hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue
arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.” (II Cor. 12:2-4).

IV. La segunda venida de Cristo

A. La importancia de la doctrina.

Se ha dicho que uno de cada 25 versículos del Nuevo Testamento habla de la segunda venida de Cristo, mientras
que en el Antiguo Testamento hay 8 versículos concernientes a su segunda venida por cada versículo
concerniente a su primera venida. En la promesa de un redentor (Gen. 3:15), la segunda venida es mencionada
antes que la primera. “ésta te herirá en la cabeza," [ocurrirá en su segunda venida], "y tú le herirás en el
calcañal." [ocurrió en primera venida, en la cruz].”

1. Testimonio del Señor. “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3). Ver también Mateo 24, 25; Marcos 13; Lucas 21.

2. Testimonio de los Ángeles. “los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?
Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos
1:11).

3. Testimonio de Pedro. “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; ” (Hechos 3:20). Ver también I
Pedro 5:4; II Pedro 1:16.

4. Testimonio de Pablo. “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en
Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el
testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don,
esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; ” (I Cor. 1:4-7). Ver también Romanos 11:26: I Corintios
15:23; II Corintios 5; Filipenses 3:20; Colosenses 3:4; I Tesalonicenses (toda la epístola); II Tesalonicenses 1:7, 10;
I Timoteo 6:14; II Timoteo 4:8; Tito 2:11-14; Hebreos 9:28.

5. Testimonio de Santiago. Los profetas, citados por Santiago, representan al Señor diciendo, “Después de esto
volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar,”
(Hechos 15:16). Ver también Santiago 5:7.
6. Testimonio de Juan. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser;
pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (I Juan
3:2). Ver también I Juan 2:28, y el libro de Apocalipsis.

7. Testimonio de Judas. “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor
con sus santas decenas de millares, ” (Judas 14).

B. El significado de su segunda venida.

1. Lo que no es.
a. No es la muerte. La muerte es la partida de un santo, no la venida del Señor. El Señor vendrá, pero la muerte
puede que nunca llegue para el creyente.
b. No es la caída de Jerusalén. Lucas 21:20-24, y I Tesalonicenses 4:13-18 no ocurrieron cuando cayó Jerusalén.
La segunda venida de Cristo esta vinculada al recogimiento de Israel, no a su dispersión.
c. No es la venida del Espíritu Santo. Cristo dijo que enviaría a otro (Jun 14:16). I Tesalonicenses 4: 13-18 no
ocurrió cuando vino el Espíritu Santo. Observe que todas las epístolas que hablan de la segunda venida fueron
escritas después de Pentecostés.
d. No es la conversión de un pecador. Si fuera así, el tendría que venir millones de veces. e. No es la
difusión del cristianismo. El mismo Señor Jesús, en persona, regresará.
f. No es el fin del mundo. Cuando Cristo venga, el mundo no será destruido, porque el reinará por mil años
después de que aparezca.

2. Lo que es.
a. Será una venida personal. Juan 14:3 dice, “vendré otra vez.” No debemos esperar un espíritu, sino el mismo
Señor corporalmente. I Tesalonicenses 4:16, 17 dice “el Señor mismo.” Hechos 1:11 declara “este mismo
Jesús”; no otra persona o cosa, sino Cristo mismo.
b. Será una venida visible. “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así
será también la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24:27). Ver también Zacarías 12:10; Apocalipsis 1:7.
c. Significado de las palabras griegas usadas.
(1) Parousía. Significa su presencia personal. Y se usa esta palabra no solo para hablar de la venida del Señor,
sino también de la venida de otros hombres (I Cor. 16:17; II Cor. 7:6,7; Filipenses 1:26). En lo que concierne a la
venida del Señor, será en un instante, cuando cese su ausencia y comience su presencia (Mat. 24:3, 27; I Cor.
15:23; I Tes. 2:9; Sant. 5:8).
(2) Epifanía. Esta palabra significa sencillamente “aparición.” Es usada para ambos eventos (II Tim. 1:10; II Tes.
2:8; I Tim. 6:14; II Tim. 4:1,8; Tito 2:13).
(3) Apokalipsis. El significado literal es “correr un velo o telón para revelar.” Enfatiza la visibilidad del retorno
del Señor (II Tes. 1:7; I Pedro 1:7, 13; 4:13. Se usa también para hombres: Romanos 8:19; II Tesalonicenses
2:3,6, 8).
d. Es una venida en 2 fases.
(1) Cuando Cristo venga por sus santos en el aire. “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y
nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, ” (II Tes. 2:1). La promesa del retorno de Cristo de Hechos 1:9-
20 fue dada antes de que el arrebatamiento fuera revelado. Hebreos 9:28 no tiene nada que ver con el
arrebatamiento.
(2) Cuando Cristo venga con sus santos a la tierra. “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán,
diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, ” (Judas 14).
(3) Estas 2 fases son grandemente distintas.
(a) Diferentes en carácter. “por los suyos” es un acto de fe; “con los suyos” es un acto de juicio público.
(b) Diferentes en Manera. Una en secreto, la otra es una manifestación pública.
(c) Diferentes en lugar. “por los suyos”, en el aire (I Tes. 4:17); “con los suyos”, a la tierra (Zac. 14:14).
(d) Diferentes en tiempo. “Por los suyos” será antes de la tribulación (Angustia para Jacob); “con los suyos”
ocurrirá después de la tributación (Angustia para Jacob). Nunca encontramos en las Escrituras señales para
anunciar su venida por sus santos, pero se anuncian señales para antes de su venida con sus santos (Compare II
Tes. 2:1-3 con Is. 13: 6-9).
(e) Diferentes en Dispensaciones. Viniendo “por sus santos” será terminando la dispensación de la gracia;
viniendo “con su santos” ocurrirá al principio de la dispensación del milenio.
(f) Diferentes en propósito. Viniendo “por sus santos” cumplirá su promesa de regresar para llevar los suyos
(Juan 14:3); viniendo “con sus santos” como guerrero en caballo blanco, destruirá a sus enemigos (Judas 14).
(g) Diferentes en relación. “Por sus santos” será la adopción final de los hijos de Dios; “con sus santos” será el
tiempo para que los hijos de Dios sean manifestados al mundo. (Rom. 8:19,23).

C. Los eventos de la segunda venida en relación al cuerpo de Cristo.

Al tratar el tema del arrebatamiento de la iglesia, reconocemos el hecho de que la palabra “arrebatamiento” no
es una palabra escritural. No obstante, el arrebatamiento es un hecho escritural.

1. La resurrección de los muertos en Cristo. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y
con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.” (I Tes. 4:16). Este
acontecimiento incluirá a todos aquellos que murieron antes de alcanzar una edad de responsabilidad ante Dios,
tales como bebes, los mentalmente dañados, etc. Si Cristo no regresara, no habría resurrección, y si no hubiese
resurrección, el hombre sería por siempre un espíritu. Si el diamante puede ser hecho a partir del carbón, zafiro
del barro, y vidrio de la arena, ¿no podría acaso Dios rehacer nuestro cuerpo de manera maravillosa?

2. La transformación de los vivos en Cristo. “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos
seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la
trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” (I Cor. 15:51-53).
El cristiano es alguien que no espera la muerte, sino la conquista de la muerte. Las palabras “No todos
dormiremos” significan “no todos moriremos.” ¡Qué gloriosa esperanza es esta! ¡Qué grito de victoria será
aquel día! “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (I Cor. 15:55). ¿No es acaso
una esperanza bendita que sea posible para nosotros partir sin muerte? Ningún hombre, incluso aunque sea
cristiano, quiere morir. Eso es natural. El cristiano, no obstante, es alguien que no tiene miedo a morir. El
cristiano es la única persona que tiene esperanza de no ver muerte jamás. Ciertamente sabemos que la
Escritura dice, “está establecido para los hombres que mueran una sola vez.” ¡Pero la Escritura no dice para
todos los hombres! La transformación de los que estemos vivos al momento de su venida no será por muerte,
sino que ¡nosotros no moriremos!

3. El arrebatamiento de todos los de la fe en Cristo. “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo,
y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar,
ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del
Señor está cerca.” (II Tes. 2:1, 2). Estos textos, y la frase, “seremos transformados,” eliminan la posibilidad de un
arrebatamiento parcial. El cuerpo de Cristo por entero será arrebatado; el cuerpo no puede ser fraccionado. El
cuerpo de Cristo estará completo. Ningún miembro de su cuerpo será dejado para pasar por la tribulación. Y
alguien puede decir, “¿Como podrá ser eso?” Dios llevo a Elías sin pasar por muerte; Dios puede llevar millones
de personas, y aun muchos millones de personas.
El arrebatamiento de la iglesia causará una gran separación. Todos los incrédulos serán dejados para pasar por
la tribulación. Y el arrebatamiento de la iglesia también será el medio para lograr una gran reunión. “Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes
para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (I Tes. 4:17). Que grandiosa palabra es
“juntamente”; todos nuestros amados en Cristo “juntos” para siempre.

“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
” (Tito 2:13). Estamos esperando que venga. ¿Estas esperándole hoy? ¿Estas esperando que llegue esta noche?
La Escritura nos instruye y anima a esperarle.

V. El anticristo

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar.” (Gen. 3:15). Mientras este versículo habla de Cristo como la simiente de la mujer,
también proféticamente creemos que declara al anticristo como la simiente de la serpiente. La simiente de la
serpiente, el anticristo, se menciona por primera vez en el primer libro de la Biblia, y se describe plenamente en
el último libro de la Biblia; como así también puede ser encontrado entre otros libros de la Biblia. Esto es muy
significativo.

A. Su persona.

Algunos creyentes en los primeros tiempos pensaron que Nerón era el anticristo. Luego de unos siglos los
valdenses, los Hussitas y los seguidores de Wycliffe declararon que pensaban que la iglesia Católica Romana era
el anticristo. La iglesia Católica Romana, por su parte, declaraba que Napoleón era el anticristo. Durante la
primera guerra mundial, se pensaba que el Kaiser Wilhelm de Alemania era el hombre de pecado. Muchos
hombres fueron propuestos para este personaje, pero es inútil especular, pues no será revelado hasta después
del arrebatamiento de la iglesia (II Tes. 2:1-12).

Será un hombre. “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es
número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” (Ap. 13:18). Note que la Escritura dice que
tendrá número de hombre. El número del hombre es 6. Dios dice su numero será 6-6-6: será un hombre; será
un hombre; será un hombre! No será una iglesia falsa; no será un sistema; será un hombre. Y se manifestará
finalmente en Jerusalén, no en Roma.

1. Parece que será un judío. “Del Dios de sus padres no hará caso” (Dan. 11:37a). “Dios de sus padres” parece
ser de Abraham, Isaac y Jacob. “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su
propio nombre, a ése recibiréis.” (Juan 5:43). La palabra “otro” parece indicar “otro Judío.” El titulo "anticristo"
es un titulo judío, y nos parece que los judíos no aceptarían a un gentil como Mesías.

2. Será un genio. Será el hombre mas destacado que este mundo haya visto aparte del Señor Jesucristo.
a. Un genio intelectual. “Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un
rey altivo de rostro y entendido en enigmas.” (Dan. 8:23). Ver también Ezequiel 28:3.
b. Un genio en oratoria. “pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos.” (Dan. 11:21b). Será una
imitación de aquel de quien se dijo: “Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre.”
c. Un genio en su acción de gobierno. Se levantará desde la oscuridad al poder. El será el “cuerno pequeño” del
que habla Daniel 7, y la “bestia” de Apocalipsis 13 y 19. Todos los reyes le entregarán el poder.
d. Un genio en su gestión comercial. Nadie podrá comprar ni vender sin su marca. “y que ninguno pudiese
comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.” (Ap.
13:17).
e. Un genio militar. “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una
corona, y salió venciendo, y para vencer.” (Ap. 6:2). “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?”
(Ap. 13:4b).
f. Un genio de la religión. Demandará ser adorado como Dios. “el cual se opone y se levanta contra todo lo que
se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por
Dios.” (II Tes. 2:4).

B. Sus títulos.

1. Hombre de pecado. Este es el mas importante y mas terrible de todos sus títulos. Todos los pecados del
hombre serán corporizados y encabezados en él. “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin
que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, ” (II Tes. 2:3).

2. Hijo de perdición. El texto anterior lo declara como hijo de perdición. (II Tes. 2:3).

3. El inicuo. “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y
destruirá con el resplandor de su venida;” (II Tes. 2:8). Cristo es el Justo; el anticristo será el inicuo.

4. El mentiroso. “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, ” (II Tes. 2:11).
Jesucristo es la verdad; el anticristo será la mentira. Juan 8:44 dice que el diablo es un mentiroso “y el padre de
la mentira."

5. El anticristo. “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han
surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.” (I Juan 2:18).

6. El rey de Babilonia religiosa. Babilonia es siempre el trono de Satanás. Sobre la Babilonia de los últimos días
reinará el anticristo. (Ap. 17 y 18).

7. El cuerno pequeño. “Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre
ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como
de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. Daniel 7:8.

8. El rey altivo. “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el
Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se
cumplirá.” (Dan. 11:36).

9. El asirio. “Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.” (Is. 10:5). Ver también Isaías
10:12, 24.

10. La bestia. (Ap. 13, 17 y 19).

C. Sus precursores.

Vemos algunos en las Escrituras, y otros fuera de las Escrituras.


1. Caín. El negó la sangre y llegó a ser mentiroso y asesino. (I Juan 3:12).

2. Nimrod. Su historia precedió al llamado de Abraham a la tierra prometida. El anticristo precederá al llamado
de la simiente de Abraham y la entrada por segunda vez a la tierra prometida. Nimrod significa “rebelde,”
hombre poderoso que se levantó contra el Señor.” Del mismo modo hará el anticristo.

3. Saul. Este rey de Israel fue pedido por el pueblo, pero se levantó contra el ungido del Señor. Pensamos que
también el anticristo será aceptado por los pueblos, y se levantará contra el Cristo de Dios.

4. Absalom. Absalom significa “padre de paz”; pese a eso se levantó contra su padre. Ostentaba ser hombre de
paz pero trató de robar el reino. Así será con el anticristo.
ABSALOM ANTICRISTO
1. Hombre de belleza 1. Lo mismo.
2. Trató de ganar el reino con halagos. 2. Lo mismo.
3. Se edificó una efigie. 3. Lo mismo.
4. Terminó en un fin violento. 4. Lo mismo.

5. Nabucodonosor. Fue el primer rey de imperio mundial, y llegó a ser como un anticipo del gran rey de los
últimos días.

6. Antioco Epifanes. Fue un malvado hombre que vapuleó a Jerusalén, matando miles y miles de judíos. Tomó
un cerdo y lo sacrificó en el altar del templo. El anticristo también profanará el templo judío.

7. Alejandro el grande. Un genio militar que nunca fue derrotado. Buscó que le adorasen. Lo mismo hará el
anticristo.

8. Caligula. A este emperador romano llegaron a considerarlo loco. Creemos que fue poseído por demonios. El
anticristo será plenamente poseído por Satanás.

9. Nerón. Durante su vida, algunos cristianos creían que era el anticristo.

10. Carlomagno. Este hombre fue considerado un gran guerrero y estadista. El anticristo será lo mismo.

11. Napoleón. El pensó revivir el imperio romano. El anticristo tendrá esos mismos planes.

12. El Kaiser Wilhelm. Este líder del imperio germano tenía un objetivo similar al de Napoleón. Se dice que cada
general tenía un mapa del santo imperio romano.

13. Mussolini. No hay dudas de los objetivos de este hombre. Una vez hizo un mapa de todo el imperio romano
e incluyó a Inglaterra en él. Inglaterra reclamó en aquel entonces, pero el mapa permaneció. El anticristo no
solo hará un mapa, sino que levantará un gran imperio.

D. Su obra.

Su obra será motivada por Satanás, gobernando el mundo y tratando de destruir a los judíos (Is. 10:12-27).

F. Su carrera.
Recuerde, este será una mueca y una mímica de Cristo. Tal vez declare ser su reencarnación. Su nacimiento
será oscuro; comenzará como cualquier hombre en los asuntos del mundo; pero rápidamente será promovido
hasta llegar a ser el gobernador del mundo entero. Daniel 9:27 dice que “confirmará pacto con muchos”
incluyendo a judíos. Por tres años y medio de la tribulación los judíos estarán respaldados para adorar en el
templo que habrán de construir. Esto era difícil de creer años atrás, pero es más fácil mirando al Israel de hoy.
Volvieron a ser nación; volvieron a tener gobierno en Jerusalén, ejercito, fuerza aérea; y están haciendo
negocios con el resto del mundo. ¿Por qué todavía existen? ¿Está sucediendo el último recogimiento de Israel?
¿Están esperando al Mesías? No. La mayor parte de Israel ha retornado a su tierra en incredulidad. Incluso
muchos de ellos ni siquiera creen en el Dios de sus padres, y mucho menos en su Mesías rechazado. Y entonces,
¿qué está esperando la nación de Israel? Aunque no lo saben, espera por el surgimiento del anticristo. Este
hará pacto con ellos. He allí a Israel aguardando por el anticristo.

“Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en
pos de la bestia, ” (Ap. 13:3). Según esta Escritura y Apocalipsis 17, aparentemente el anticristo sufrirá la
muerte, morirá. Las palabras “herida mortal” se pueden traducir “golpe de muerte.” Apocalipsis 13:12 tiene la
expresión, “cuya herida mortal fue sanada,” lo que indica su muerte y posterior resurrección por algún modo.
Ver también Apocalipsis 13:14. No nos debe asombrar que el mundo se maraville entonces y diga, “¿Quién
como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Ap. 13:4b).

El será el séptimo de 7 reyes que regirían al mundo. Cuando muera y vuelva de alguna manera a vivir, llegará a
ser el octavo rey. El mundo entonces estará configurado en la forma de 10 reinos unidos, regidos por 10 reyes,
“Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.” (Ap. 17:13).

No hay dudas que se levantará para gobernar el mundo en la septuagésima semana de la profecía del capitulo 9
del libro de Daniel. Comenzará entonces el Día del Señor, y en esos tiempos demandará ser adorado como Dios.

F. Su tiempo.

Aun no se ha manifestado al mundo, pero es posible, a la luz de los eventos mundiales presentes, que en algún
lugar del mundo ya haya nacido. No aparecerá como anticristo hasta que el antiguo imperio romano sea
reavivado, compuesto por los 10 dedos de la visión de Daniel 2 y los 10 cuernos de Daniel 7. Luego se
manifestará como la bestia de Apocalipsis 13 y 17. Otra cosa que debe suceder antes que se manifieste es el
arrebatamiento de la iglesia.

G. Su aparición.

Parece que será judío por nacimiento, romano por ciudadanía, y sirio por nacionalidad. “Y de uno de ellos salió
un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa.” (Dan. 8:9).

H. Su fin.

“entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el
resplandor de su venida; ” (II Tes. 2:8). Ver también Apocalipsis 19:20.

VI. La Tribulación

Hay 3 tribulaciones distintas en las Escrituras, y aunque se pueden distinguir una de otra, se puede también caer
en confusión. Mientras que la Palabra de Dios dice que el cuerpo de Cristo sufre tribulaciones, también dice que
Israel pasará por la tribulación. Además habrá tres años y medio de gran tribulación, angustia como el mundo
jamás ha visto. Y es en estos puntos donde muchos se confunden, mezclando estos tres temas, aunque son
claramente distintos. Primero, la iglesia sufre tribulaciones, el cuerpo de Cristo actualmente presente en este
mundo. Segundo, habrá una futura tribulación conocida bíblicamente como la angustia de Jacob, la cual será al
fin de los tiempos y durara siete años. Finalmente, habrá una gran tribulación, la segunda mitad de ese periodo
de 7 años. Durara tres años y medio, al fin de la cual regresará el Señor para reinar.
A. Las tribulaciones de la iglesia.

No hay dudas de que la iglesia sufre tribulaciones. “Porque también estando con vosotros, os predecíamos que
íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis.” (I Tes. 3:4). “Y también todos los que quieren vivir
piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; ” (II Tim. 3:12). Es natural para la iglesia del Señor sufrir
en este mundo. El mundo entero está bajo el maligno; y nosotros siendo celestiales, somos objeto de
persecución por parte de Satanás y sus huestes de maldad. La iglesia es un cuerpo; y un cuerpo es natural que
sufra, cuando un miembro es herido todo el cuerpo lo sufre.

Pablo, escribiendo a los colosenses dijo: “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne
lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;” (Col. 1:24). Note que la palabra
“aflicciones”, significa tribulaciones. Esta es la misma palabra que se usa para tribulación y gran tribulación.
También, debemos prestar atención a las palabras “las aflicciones de Cristo”, con artículo definido. Entonces,
estas son las tribulaciones de Cristo, las tribulaciones del cuerpo de Cristo, la iglesia. Pablo, escribiendo a los
colosenses estaba en Roma, a una gran distancia de ellos; ¿Cómo es que sus sufrimientos en Roma pudiesen ser
efectivos para los colosenses? Luchaba por ellos en oración y se esforzaba en escribirles y ministrarles. En
Colosenses 1:13 Pablo se refiere a la iglesia como al reino de su amado Hijo, y en el versículo 24 enfatiza sus
sufrimientos o tribulaciones.

Juan dice lo mismo en Apocalipsis 1:9, “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el
reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el
testimonio de Jesucristo.” Ciertamente, la iglesia sufre tribulaciones, las tribulaciones de las cuales Cristo nos
previno de antemano.

B. La tribulación de Israel.

Un término más específico tomado del libro de Jeremías es “Angustia para Jacob.” “¡Ah, cuán grande es aquel
día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.” (Jer. 30:7).

Los últimos tiempos estarán marcados por un periodo de 7 años, conocido como la 70a semana de Daniel.
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y
poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir
al Santo de los santos.
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías
Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos.
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe
que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán
las devastaciones.
Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo
que está determinado se derrame sobre el desolador.” (Dan. 9:24-27).
Por estos versículos aprendemos que setenta semanas (490 años) están determinadas sobre el Pueblo de
Daniel, los judíos. Desde el momento que saliese el mandato para reedificar Jerusalén hasta el tiempo cuando el
Mesías (Cristo) fuese cortado, habría 69 semanas y algunos días, o sea 483 años y unos días. Entre la semana 69
y la 70 habría un espacio, para la formación de la iglesia, de la cual Daniel no supo nada, ni ningún otro profeta
del Antiguo Testamento (Ef. 3:5). Sabemos que estas 70 semanas tienen que ver solo con Israel. Parece que en
los días presentes Dios se ha olvidado de Israel, pero no es así. Luego que la iglesia sea completada, lo que se
llama “la plenitud de los gentiles” (Rom. 11:25), la iglesia será arrebatada, y el Señor dará plena atención a los
judíos (Israel) nuevamente. En aquel tiempo será la 70a semana , conocida como la tribulación, los últimos siete
años.

La iglesia no atravesará por ningún segmento o parte de esta tribulación de 7 años. Apocalipsis 4 y 5 describen a
pleno el arrebatamiento de la iglesia antes de la tribulación y su adoración en el cielo. Los capítulos 6 al 19
tratan con la tribulación en la tierra. La tribulación comenzará cuando el anticristo haga pacto con los judíos y
con muchos. Y concluirá con la venida de Cristo en gloria, poder y juicio.

C. La gran tribulación.

Aunque a toda la tribulación se le llama "tiempo de angustia para Jacob", el juicio se intensificará en los últimos
3 años y medio. Esa mitad se marcará por la ruptura del pacto por parte del anticristo, y por la manifestación
del anticristo como la mentira. “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana
hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador,
hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” (Dan. 9:27). El
Señor Jesús re-enfatizó esta verdad cuando agregó algunos detalles a lo ya revelado: “Por tanto, cuando veáis en
el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que
estén en Judea, huyan a los montes. . .porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el
principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” (Mat. 24:15, 16, 21). De las palabras de Daniel y del Señor Jesús
aprendemos que en la mitad de la tribulación el anticristo quebrará su pacto con los judíos, le pondrá fin a los
sacrificios en el templo, y se presentará él mismo en el lugar santo, lo cual se describe como la abominación
desoladora. II Tes. 2:4 describe este evento y agrega detalles: el anticristo “el cual se opone y se levanta contra
todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose
pasar por Dios.”

Durante estos últimos 3 años y medio, cuando el anticristo demandará ser adorado como Dios, el hombre no
podrá comprar ni vender si no tiene su marca (Ap. 13:17).

Muchas veces surge la misma pregunta: “¿se salvará alguien durante la tribulación (incluyendo la gran
tribulación)?” Si, muchas personas serán salvos, aun durante los primeros 3 años y medio de la tribulación. La
partida de los santos de la iglesia convencerá a muchos inconversos de la verdad del evangelio; de todos modos,
estos creyentes no serán parte del cuerpo de Cristo. “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor
matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por
obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que
se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder
engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino
que se complacieron en la injusticia.” (II Tes. 2:8-12).

Estos últimos versículos parecen enseñar que si alguien ha rechazado a Cristo antes del arrebatamiento no
tendrá opción de ser salvo en la tribulación. Pero el texto dice que creerán la mentira y pensamos que el
anticristo se manifestará como la mentira en la mitad de la tribulación. Algunos estiman, por lo tanto, que se
extenderá la invitación a ser salvos a las personas también durante los primeros tres años y medio. Pero si
rechazan a Cristo entonces ya no habrá opción avanzando la tribulación.

Y surge una nueva pregunta, “¿habrá salvos durante los últimos tres años y medio?” Apocalipsis 7 declara
enfáticamente que habrá un incontable número de judíos y gentiles salvos en aquellos días, en los días de la
gran tribulación. Entendemos que serán salvos en aquellos días los que nunca antes hayan rechazado el
evangelio, y entones lo reciban y no se dejen marcar por la bestia. La salvación de ellos será fruto de la
predicación de 144.000 Israelitas (Ap. 7:4-8).

Alguien puede preguntar, “¿pero cómo, entonces, será posible para ellos ser salvos una vez que el Espíritu Santo
haya sido sacado del mundo?” "Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al
presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.” (II Tes. 2:7). El Espíritu de Dios es
omnipresente y no puede ser que quede ausente, pero quitará su mano de restricción de sobre el hombre de
pecado y permitirá su carrera de pecado. El Espíritu Santo estará aquí en el mundo, porque es omnipresente, y
tendrá una manifestación y un ministerio similar al que tuvo en el Antiguo Testamento. Y recordemos que la
gran tribulación terminará con la venida de Cristo a la tierra.

VII. La batalla de Armagedón

Donde sea que una gran guerra se pone en marcha, la gente teme que sea la batalla de Armagedón. Para
entender claramente esta batalla, veamos primero lo que no es, y luego lo que es.

A. Lo que No es.

1. No es ni la primera ni la segunda guerra mundial.

2. No es la primera batalla de Gog y Magog. Esta batalla será encabezada por fuerzas de una confederación de
naciones y pueblos del norte. No es mas que una batalla, y Dios hará llover sobre estos ejércitos fuego y azufre
desde el cielo. Esto probablemente ocurrirá al principio de la tribulación.

3. No es una guerra en el cielo. En la batalla que se describe en Apocalipsis 12:7-17, los ejércitos de Satanás
serán vencidos por Miguel y sus ángeles, y luego arrojados a la tierra.

4. No es la segunda batalla de Gog y Magog. Esta será la conclusión a toda batalla física y espiritual. Será
después del milenio, cuando Satanás sea soltado por ultima vez y por breve tiempo y salga a engañar a las
naciones (Ap. 20:7-9). Fuego descenderá del cielo y destruirá a los rebeldes.

B. Lo que Es.

1. Los Participantes. “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el
que montaba el caballo, y contra su ejército.” (Ap. 19:19). Será la simiente de la serpiente luchando contra la
simiente de la mujer (Gen. 3:15). Será el final conflicto entre Cristo y el anticristo.

2. El lugar. El valle de Jezreel, el valle de Meguido, en Israel. Este es un antiguo campo de batalla donde Gedeon
peleó, donde perdieron la vida Saul y Jonatan, donde Faraón mató a Josías. Los griegos y los romanos batallaron
allí; y Napoleón sufrió su primera derrota.
3. El tiempo. La batalla de Armagedón tendrá lugar al final de la gran tribulación, y justo antes del reino milenial
de Cristo.

4. Su fin. Todo terminará con la completa destrucción del anticristo y sus ejércitos. Luego el anticristo y el falso
profeta serán arrojados vivos al lago de fuego y azufre. “Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que
había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia,
y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.”
(Ap. 19:20).

VIII. El Milenio

El Milenio es el periodo de mil años de reinado de Cristo sobre esta tierra, y comenzará inmediatamente
después de terminada la gran tribulación. Milenio es una palabra que no aparece específicamente en el texto
bíblico, pero es innegable como concepto escritural.

A. El hecho del milenio.

1. El Señor lo ha decretado (Sal. 2).

2. Cristo lo enseño (Mat. 24; Marcos 13; Lucas 21).

3. La Escritura lo enseña (Is. 2, 11).

4. El salmista lo describe (Sal. 72).

5. Los ángeles lo declararon (Lucas 1).

6. La transfiguración lo ilustra (Mat. 16:28; 17:1).

7. El evangelio lo bosqueja (Marcos 6:45-56).

8. Los apóstoles lo predicaron (Hechos 2, 3).

9. La creación lo aguarda. (Rom. 8).

B. Descripción del milenio.

1. Los mil años (Ap. 21:1-7).

2. La era venidera (Ef. 1:21).

3. El Día del Señor (Ap. 6:12-17; Joel 2:10, 11,30, 31; Hag. 2:6,7; Mat. 24; Zac. 14:1-5).

4. El aquel día (Is. 4:2; 2:11, 17, 20, 21; 11:11).

5. La restauración de todas las cosas. “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es
necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca
de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.” (Hechos 3:20, 21).
a. Israel a la tierra prometida (Is. 11:10-12).
b. Arrepentimiento de las naciones a Jehová (Zac. 12: 10-14).
c. La remoción del pecado y de la iniquidad (Zac. 3:9).
d. Restauración de las lluvias (Joel 2:23-29).
e. Restablecimiento de la Ley de Jehová (Jer. 31:28-37).
f. Redistribución de la tierra (Ez. 48).
g. Reconstrucción de Jerusalén (Is. 62; Ez. 40).
h. Restitución del reposo libres de miedos (Is. 14:1-3; Jer. 33:14-16).
i. Restitución del amor de Jehová (Sof. 3:16-20).

6. La regeneración de todas las cosas (Mat. 19:18; Is. 32).

7. La Roca arrasará y luego como monte reinará (Dan. 2).

C. Los tipos del milenio.

1. El año del jubileo (Lev. 25).

2. La fiesta de los tabernáculos (Lev. 23).

3. El sábado. Es ese reposo que viene.

4. El reino de Israel bajo el rey Salomón. Será un reino de paz absoluta.

D. Las condiciones de vida durante el milenio.

1. La iglesia: “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también
reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.” (II Tim. 2:11, 12). Dondequiera que el Señor esté,
estaremos con El (I Tes. 4:17). Reinaremos con él, juzgaremos sobre los ángeles y el mundo. I Corintios 6:2, 3
dice: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois
indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las
cosas de esta vida?”

2. Satanás. Satanás será atado y encarcelado en el abismo por mil años (Rev. 20:1-7). No tendrá actividad ni
influencia durante el milenio.

3. Israel. Llegará a ser cabeza de las naciones, y dejará de ser cola como lo es hoy (Is. 2:1-4; 11:3, 4; 61:5; Zac.
8:23; Deut. 28:13).

4. Las naciones del mundo. Todas las naciones subirán a Jerusalén año tras año para adorar al Rey Jehová en
persona. Si anualmente no subiesen para la fiesta de los tabernáculos, Dios hará que no llueva sobre esa nación
(Zac. 14:16; Is. 2).

5. La humanidad de entonces.
a. Su condición espiritual. Algunos piensan que no habrá pecado en el milenio, pero habrá. La naturaleza
humana no ha cambiado de una dispensación a otra. Habrá adoración universal a Cristo (Heb. 8:11; 2:14; Fil.
2:10, 11), pero será una obediencia externa de parte de algunos. Por ejemplo, muchos en prisión obedecen a
sus guardias, no porque les amen, sino porque deben hacerlo. ¿De dónde surgirán estos pecadores? ¿Acaso no
comenzará el milenio con todos creyentes nacidos de nuevo? Los rebeldes serán descendientes de padres
salvos, personas que habrán entrado vivos desde la tribulación al milenio.
b. Condiciones físicas. La vida humana será alargada y muchos vivirán a lo largo de todo el milenio. Creemos
que puede haber muerte en este reinado de Cristo, no de creyentes sino de alguien que se rebele públicamente.
Creemos que ni bebes ni niños morirán. "No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días
no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.” (Is. 65:20).
c. Condiciones morales. Este no será un periodo de absoluta perfección. No obstante, no se le permitirá
levantar cabeza al pecado. Cristo reinará con vara de hierro (Sal. 46:9; Is. 2:4). Sin embargo, habrá pecado en
los corazones de los hombres.

6. Creación.
a. Física. Cuando Adán cayó, la tierra fue maldecida (Rom. 8:18-23). Y en una tierra maldecida el hombre ha
hecho maravillas con sistemas de irrigación y demás cosas similares, ¡pero miren lo que Dios hará! “Se alegrarán
el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se
alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán
la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.” (Is. 35:1-2). Ver también Isaías 55:13. La creación será
restaurada completamente; sin más terremotos; ni tormentas destructivas, sin hambrunas ni pestilencias. (Joel
2).
b. Creación animal. Antes de que el hombre pecara, Dios había puesto en los animales temor hacia el hombre.
Ellos comían pastos del campo. Durante el milenio los animales volverán al mismo orden que Dios había
intentado para ellos (Is. 11:6-9). “y un niño los pastoreará.” (Is. 11:6). Esto significa que un niño durante el
milenio podrá conducir tranquilamente a estos animales.

IX. Los juicios


La Biblia no enseña que habrá un solo juicio final general para todas las personas. En cambio, nos informa que
habrá varios juicios, algunos ya han acontecido, otros suceden al presente y otros tendrán lugar en el futuro.
Por ejemplo, hay un juicio pasado sobre Sodoma y hay un juicio futuro sobre Babilonia.

A. Juicios de los cristianos

1. Juicio sobre el pecado. ¿Cuándo ocurrió ésto? Para los cristianos este es un juicio en el pasado, porque todos
nuestros pecados fueron juzgados en la cruz de Cristo. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en
espíritu; ” (I Pedro 3:18). “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro
2:24). Ver también Galatas 3:13; Juan 3:16; Isaías 53:5,6.

2. Juicio sobre el servicio cristiano. Ningún cristiano tendrá condenación por sus pecados; sus pecados han sido
juzgados sobre Cristo en la cruz. Pero el cristiano deberá dar cuentas a Dios por sus obras. “Porque es necesario
que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (II Cor. 5:10). El cristiano ha escapado del futuro
juicio de los impíos, “de cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida
eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Juan 5:24), pero el cristiano estará
delante del tribunal de Cristo para recibir recompensas por las obras que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo. La palabra griega para “tribunal” era la palabra “Bema.” Sucederá cuando Cristo venga y nos lleve.
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” (Ap. 22:12).

Se mencionan varias coronas en las Escrituras que el cristiano puede lograr:


a. La corona de la vida. “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la
prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” (Santiago 1:12). Ver también
Apocalipsis 2:10. Esto es un premio a la fidelidad, aun hasta la muerte.
b. La corona incorruptible. “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una
corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.” (I Cor. 9:25). Esto es un premio para aquellos cristianos
que viven una vida separada para el Señor.
c. La corona de gozo. “Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois
vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?” (I Tes. 2: 19). Esta es un premio para los ganadores
de almas.
d. La corona de gloria. “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que
están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores,
vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” (I Pedro 5:2-4). Esta es la corona para los pastores, los
ministros que en verdad lo son.
e. La corona de justicia. “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2 Tim.4:8) Esta corona es
para premiar a los que aman su segunda venida.

B. Juicio a las naciones.

Este juicio tendrá lugar al regreso del Señor para iniciar el milenio. (Mat. 25:31-46). Una mejor palabra para
“naciones” es “gentiles.” Este será el juicio de cada uno de los gentiles que sobrevivan habiendo terminado la
tribulación. Se mencionan 3 grupos de personas en la parábola: ovejas, cabritos y hermanos más pequeños del
Rey. Los hermanos son los judíos; las ovejas son los justos que heredarán el reino; y los cabritos son los injustos
que serán excluídos.

Los justos (ovejas, gentiles) entrarán al Reino, y a vida eterna. Los injustos (cabritos, gentiles) serán arrojados al
fuego eterno; por lo tanto, ellos no serán juzgados en el juicio del gran trono blanco. Ellos Irán a condenación
mil años antes que los muertos impíos.

Algunos creen que este es un juicio de obras y que los hombres van al cielo o al infierno sobre la base de sus
obras. Pero si observamos con cuidado vemos que este es un juicio basado en la fe de ellos. No hay dudas que
el Señor será el Juez. Ahora, ¿qué motivará a estas ovejas de las naciones a servir y ayudar a los judíos durante
la tribulación? Ellos harán todo esto porque ellos habrán aceptado la predicación de estos hermanos judíos del
Rey. ¿O acaso podemos pensar que ellos visitarían, vestirían, alimentarían y ayudarían a estos judíos durante la
tribulación si no hubiesen creído? Recuerden, la tribulación será un tiempo de peligros y persecuciones. Los
hombres no podrán comprar ni vender sin la marca de la bestia. Las ovejas (gentiles creyentes) desafiarán ese
orden, rechazarán la marca de la bestia, y aceptarán lo que los judíos prediquen. Sabemos que ellos recibirán a
Cristo, porque el Señor dijo, “El que a vosotros recibe, a mí me recibe” (Mat. 10:40). Otra vez destacamos que
las ovejas (gentiles) serán salvos por su fe en Cristo, pues Apocalipsis 7:14 declara: “Yo le dije: Señor, tú lo
sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han
emblanquecido en la sangre del Cordero.”

Los injustos de las naciones (cabritos, gentiles incrédulos) serán arrojados al fuego a causa de su incredulidad. Al
rechazar a los hermanos, habrán de rechazar a Cristo.

C. Juicio del Gran Trono Blanco.


Encontramos este gran juicio en Apocalipsis 20:11-15: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él,
de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes
y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y
fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó
los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados
cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y
el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
Este será el juicio de los muertos impíos de todos los tiempos que serán resucitados en la final resurrección.
Ningún creyente nacido de nuevo aparecerá allí. Estos impíos no serán juzgados para determinar si van al cielo
o al infierno; sino para demostrar públicamente que merecen ser arrojados al infierno, porque ellos habrán
muerto en condenación (Juan 3:18). Además este juicio es para determinar los grados de castigo, “según sus
obras” (Ap. 20:13).

Habrá 2 testigos que se levantarán contra ellos: El libro, y los libros; eso es, el libro de la vida, y los libros que
declararán sus obras. No conocemos de manera específica los grados de castigo que habrá.

X. Después del Milenio

“Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están
en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es
como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la
ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.” (Ap. 20:7-9).

Esta es la guerra que terminará con todas las guerras. Será el conflicto final de todo el universo.

A. Satanás será soltado.

Satanás será soltado por un breve tiempo, e intentará una agresión más contra Dios.

B. Las naciones serán juntadas.

¿Cómo podría Satanás organizar una revuelta entre las naciones para pelear un vez más contra Dios? Motivará
a sublevarse a los que hayan nacido en el Milenio y aun sean inconversos. Algunos creen que serán personas de
99 años de edad para abajo.

Note que no se levantarán armas sobre ellos.

C. Rebeldes destruidos.

Fuego descenderá de los cielos y los destruirá.

D. Satanás sentenciado.

Satanás será arrojado al lago de fuego preparado para él y sus ángeles.

XI. El futuro de los impíos


No nos es difícil pensar en la vida eterna, pero se hace difícil pensar en una eterna condenación en el infierno;
no obstante, es cierto.

A. La enseñanza escritural.

1. Habrá un día de juicio (Hechos 17:30, 31).

2. Cada ser humano será juzgado por sus obras (Rom. 2:16; Ap. 20:12).

3. Es eterna (Marcos 9:43-48). Ver también Mat. 13.

4. Habrá grados de castigo (Ap. 20:12; Rom. 2:5, 6).

5. Habrá una resurrección de justos como así también una de injustos (Juan 5:29).

6. El lenguaje así lo describe (Mat. 25:46; Marcos 9:45-48; Juan 3:36).

7. Todo se basa en el carácter de Dios como Justo.

B. Los términos usados.

Los siguientes son los lugares donde los seres humanos impíos y los ángeles impíos están, o serán arrojados:

1. Seol. Esta es una palabra del Antiguo Testamento para describir el lugar adonde van los humanos impíos al
morir.

2. Hades. Esta es una palabra del griego del Nuevo Testamento, para describir el estado inmediato al que van
los muertos impíos; es lo mismo que Seol. La Biblia no habla de un eterno Hades o un eterno Seol.

3. Tartarus. Este es el lugar donde los ángeles impíos están confinados; es un lugar de oscuridad.

4. Gehenna. Era el lugar fuera de Jerusalén, donde siempre había fuego y humo. El Señor mismo asemejó ese
lugar al infierno, describiendo el fuego que nunca se apaga: “Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor
te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, ”
(Marcos 9:44).

5. Tophet. Es una palabra hebrea del Antiguo Testamento que significa lo mismo que Gehenna.

6. Abismo. Ese es el lugar para ángeles caídos. Satanás y sus demonios serán atados durante el milenio en ese
lugar.

7. Lago de fuego. Esta expresión solo aparece en el libro de Apocalipsis. Parece significar lo mismo que gehena.

8. Eterna. El juicio sobre los impíos será eterno, para siempre.


a. Primera interpretación. "Eterna" significa “sin principio y sin fin.”
b. Segunda Interpretación. "Eterna" significa “sin principio.”
c. Tercera Interpretación. "Eterna" significa “sin fin.” Nosotros adherimos a las 3 interpretaciones. Algunos
creen que los impíos sufrirán el infierno durante una edad o era final. Pero la palabra “eterna” describiendo la
vida eterna es la misma palabra describiendo el castigo eterno (Juan 3:16), y el Dios eterno (Rom. 16:26), y el
Reino eterno de Jesucristo (II Pedro 1:11).

C. Teorías propuestas.

1. Universalismo. Esta es la creencia que afirma que todos al final serán salvos, incluyendo el Diablo. ¿Qué
significan entonces las palabras “juzgar” y “juicios” si no significan eso mismo? Donde Dios habla de Juicio
eterno, El declara que será Juicio eterno (Hechos 3:21-24; I Cor. 15:22; Mat. 18:9; Juan 3:36).

2. Condicionalismo. Esta falsa enseñanza no se halla en la iglesia de los primeros tiempos, sino que hizo su
aparición en el siglo 19. Argumenta que la vida eterna se basa en aceptar a Jesucristo. Si alguien lo acepta,
tiene vida eterna. Si no lo acepta, nunca vivirá; resultará todo en una no-existencia en la vida venidera. No hay
base escritural para esa teoría.

3. Castigo eterno. Esto se basa sobre verdades bíblicas, que vinculan al pecado con el juicio. Todos los pecados
cometidos han sido cometidos contra la eternidad. El que peca rechazando a Jesucristo sufrirá el castigo
eterno.

XII. Cielo

Las Escrituras enseñan que hay 3 Cielos:

A. Primer Cielo. El cielo más cercano, el cielo de las nubes donde los pájaros vuelan, el cielo atmosférico.

B. Segundo Cielo. Este es el cielo estelar, donde se sitúan las estrellas.

C. Tercer Cielo. El cielo donde vive Dios; es el lugar desde donde vino y adonde fue Cristo.

El Señor Jesús subió al primero, luego al segundo y de allí fue al tercer cielo. “Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” (Heb. 4:14).

El Cielo es tan real como las nubes y las estrellas. Es el lugar adonde Juan fue llevado en el espíritu. Lo primero
que vio, fue al Señor Jesús. El es el centro del cielo (Ap. 1, Heb. 9:24). Pablo, también, fue llevado al tercer cielo
(II Cor. 12:2).
¿Está el cielo establecido en cuadrado? ¿Es un cubo? ¿Qué tendrán los hombres salvos como futuro hogar?
¿Tendrá el Cielo 12.000 estadios de largo, y de ancho y de alto? Aclaremos que la Nueva Jerusalén (Ap. 21,22)
estará establecida en forma de cubo y tendrá esas dimensiones, y entendamos que ella es solo una ciudad de los
cielos, ataviada y preparada como una novia para sus bodas.

Los que seremos llevados allá viviremos en completa paz y perfecto amor por todos los tiempos y la eternidad.
“os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos
millares de ángeles, ” (Heb. 12:22).
Un Hogar Cristiano

Capítulo título
1 MATRIMONIO - Fue Su idea
2 ESPOSO -La cabeza del hogar
3 ESPOSA -El corazón del hogar
4 HIJOS -El fruto del hogar
5 HIJOS EN EL HOGAR - Edificando Vínculos
6 LOS RECUERDOS DEL HOGAR
Capítulo 1

MATRIMONIO - Fue Su idea

CAPITULO 1

Vamos a pensar juntos acerca del matrimonio cristiano. El matrimonio fue idea de Dios. Vamos a mirar lo que
hace a un matrimonio Cristiano y a un hogar Cristiano. ¿Qué significa estar casado desde el punto de vista de
Dios? ¿Cual es el deber de cada miembro de la familia? Según la Biblia, ¿qué debe hacer cada miembro para
mantener una apropiada perspectiva cristiana y su responsabilidad como parte de la familia? Vamos a comenzar
donde Dios comenzó todo. Le llamamos “Matrimonio”.

El Matrimonio es la única Institución que nos ha venido desde el otro lado de la caída del hombre en el Jardín del
Edén (Génesis 2:21-25). Dios ordenó el matrimonio antes de que el pecado entrara en el mundo e intentó que
fuera la más plena, la más rica y la más gozosa vida en el planeta Tierra. Si falla en serlo, la falla no está en la
Institución misma sino en aquellos que entran en ella descuidadamente y fracasan en cumplir sus condiciones.
De hecho, el matrimonio es tan importante en el plan de Dios que El hace una comparación en la carta a los
Efesios entre el Matrimonio y la Iglesia. “El esposo es la cabeza de la esposa, así como Cristo es la cabeza de la
Iglesia; y El es el Salvador del cuerpo. Por lo tanto, como la Iglesia está sujeta a Cristo, así las esposas deben
estar sujetas a sus propios maridos. Esposos, amen a sus esposas así como Cristo amó a la Iglesia y se dio a sí
mismo por ella... Así los hombres deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su
esposa, a sí mismo se ama” (Efesios 5:23-25; 28). La Iglesia debería ser un reflejo del hogar, y el hogar un reflejo
de la Iglesia.

Chequeo Pre-Matrimonial

Las expectativas para el matrimonio varían en muchas maneras. Algunos se casan por motivaciones equivocadas
tales como: atracción física, seguridad financiera, seguridad física, estabilidad emocional, compatibilidad sexual,
para liberarse de los padres, escapar de un hogar malo, una pobre auto imagen, aprobación, y la lista continúa.
Tarde o temprano estos motivos se manifestarán y pondrán el matrimonio en peligro. Cada uno debería ser
absolutamente honesto y abierto con el otro antes de casarse. Deberían tener la libertad de hacerse preguntas
ya sea de lo social, espiritual, físico o cualquier cosa que pudiese ser una parte del pasado del otro.
Honestamente preverán futuros impactos que podrían salvar su matrimonio. De hecho, cada relación romántica
requiere la prueba del tiempo, como así también la prueba de una separación ocasional. Esta es una práctica
fundamental para determinar la Voluntad de Dios. Tiempo separados hará crecer el corazón más cariñoso, ya
sea en aquel con quien planeas casarte o por alguien más. Asegúrate que tu relación ha experimentado la
prueba del tiempo.
Dios planeó que muchas de nuestras necesidades individuales se suplan a través del matrimonio. La necesidad
de compañerismo, familia, aceptación social, intimidad sexual y muchas otras necesidades son logradas a través
del matrimonio. “Por eso dejará el hombre a su padre y su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola
carne” (Efesios 5:31). Dios ordenó el matrimonio para el confort, la felicidad y el beneficio de la humanidad. Es
parte del plan original de Dios. No es una relación que ha evolucionado. No es una costumbre en la cual el
hombre cayó en los tempranos días de la raza humana. No es un mero arreglo o relación que es temporario y
hecho por hombres. Es de orígen Divino como parte de la creación de Dios, que Dios ordenó para ser una
obligación de por vida del uno para el otro. “Lo que Dios unió no lo separe el hombre” (Marcos 10:9). Es Su
Institución Ordenada para que los hombres y mujeres se unan en una relación física y emocional y tengan el
privilegio de traer niños a este mundo.

No hay relación sobre la tierra tan cercana y sagrada como la relación de matrimonio. Sobrepasa a la relación de
hijo a madre o padre. Nuestro Salvador, Él mismo, determinó que el hombre debe dejar a su padre y a su madre
y unirse a su mujer (Génesis 2:24). Esto no debe ser tomado en el sentido de que un hombre sea negligente con
su padre o madre, lejos sea de eso. Esto significa que la relación matrimonial y sus obligaciones están primero.
Desde el momento en que un hombre y una mujer se paran ante el altar matrimonial, su más alto deber es el
uno para con el otro.
Un Ministro del Evangelio debería consumar el matrimonio cristiano. Es una ceremonia tan solemne, tan
cargada de posibilidades de bueno o malo, tan ligada con el destino eterno de las vidas de personas, que un
modo frívolo o de mal gusto en ella no debería ser tolerado. En el matrimonio, dos corazones y dos vidas se
unen, llegando a ser una por el resto de sus vidas. Este fue el plan original de Dios para el matrimonio antes de la
caída del hombre en pecado. “Por tanto, dejará el hombre su padre y su madre y se unirá a su mujer, y los dos
serán una sola carne” (Génesis 2:24). Uno es el único número que no es divisible.
Aquí tenemos una famosa frase que nos da la perspectiva de Dios sobre el matrimonio. “Si Dios hubiera querido
que la mujer gobernase sobre el hombre, la hubiera sacado de la cabeza de Adán. Si la hubiera diseñado para ser
su esclava, la habría sacado de sus pies. Pero Dios sacó a la mujer del costado de Adán, para que fuese su ayuda
idónea y co-igual con él” (Agustín).

Compromiso

El matrimonio es un vínculo que solo puede ser disuelto por la muerte. La ceremonia se enfoca en un pacto
entre dos personas que intercambian votos y se prometen uno a otro “amor, honor y cuidado hasta que la
muerte los separe”. La ceremonia anticipa exclusivo compromiso de futuros eventos a pesar de lo que pase.
“Para mejor o para peor, en enfermedad o en salud, en pobreza o en riqueza.” Estas dos personas se presentan
ante Dios y hacen un pacto que solamente la muerte puede anular. No nos resulta difícil pensar que los ángeles
del cielo silencian sus canciones y se admiran silenciosamente mientras votos santos son tomados, y dos
corazones y vidas son unidos por designios Divinos. Una ceremonia tan santa, tan sagrada, tan llena de destino
que como cristianos, debería ser hecha en la presencia de cristianos que entiendan lo sagrado de la ocasión. Que
no seamos culpables de tratar livianamente el plan divino.
¿Qué les espera a estas dos personas si para ellos el matrimonio es probar la bendición que Dios intentó que
fuese? ¿Qué deben tener ellos en sus corazones? ¿Qué sustentará esta nueva relación? ¿Habrá algunos ajustes
o conflictos? Vamos a considerar algunos de ellos.

Flexibilidad y Entendimiento

Cada pastor de una iglesia sabe la verdad de esto. Cuando dos vidas se unen, hay, necesariamente, por un
tiempo, un ímpetu de vida contra vida. Todos nosotros procedemos de diferentes trasfondos, familias,
temperamentos y personalidades. Muchos ajustes deben ser hechos, y cada uno debe tener mente y corazón
entendidos para combinar estas relaciones juntos. Se debe empezar por entender que hay una gran diferencia
entre la manera de pensar de un hombre y la de una mujer. Cosas que son importantes para una mujer son
insignificantes para un hombre, y cosas que son importantes para un hombre son insignificantes para una mujer.
Rápidamente se descubren aquellos hábitos, gustos e inclinaciones que difieren mucho más ampliamente que lo
que pensábamos durante aquellos maravillosos días de cortejo de novios. Si ambos fueran idénticos, el
matrimonio rápidamente se tornaría aburrido. Dios nos hizo diferentes para que pudiéramos complementarnos
uno a otro mientras maduramos.
La mejor manera de hacer estos ajustes es usar frecuentemente las siguientes cinco palabras: “Lo siento,
perdóname, te amo.” Un versículo para fortalecernos en esto es: “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre
sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse” (Santiago 1:19). Al descubrir tantas diferencias,
algunas parejas a veces crecen descorazonadas y concluyen al fin que su matrimonio fue un espantoso error.
Entendamos una vez más, que el matrimonio requiere sacrificio y ajustes del uno para el otro. Es fácil olvidar
cuan maravilloso fue y cuánto estabas enamorado antes de casarte. De nuevo, el matrimonio es un plan Divino
que fusiona dos vidas en una, y lo va haciendo un día a la vez, comienza a madurar y complementar uno al otro
en cada cosa que hagas. Como alguien ha dicho, “Tu nunca conoces realmente una persona hasta que vivas con
él o con ella, y comenzar a conocerse es el gozo de la vida matrimonial.”
Déjame ilustrarte cómo funciona todo esto. ¿Has estado parado y observando cómo dos cursos de aguas
confluyen para formar uno sólo? Uno puede ser una corriente barrosa y la otra de aguas claras. Donde las dos
corrientes se encuentran se observa una línea divisoria. Al seguir la nueva corriente, te sorprenderá encontrar
que dentro de una comparativa corta distancia todos los signos de distinción se pierden. Las corrientes han sido
completamente fusionadas. Así es cuando dos vidas se fusionan en matrimonio. Unión y perfecta mezcla nunca
pueden forzarse. Vienen tranquila y gradualmente - pero vendrá – y sus vidas juntas serán más finas, más nobles
y más fuertes que si no hubiera habido diferencias para vencer. Cada uno habrá ganado una victoria moral sobre
su propia alma, y la vida unida en el Señor Jesucristo traerá calma y aguas tranquilas a una maravillosa relación.
A veces, en medio de tu frustración y autocompasión, el diablo tratará de destruir la relación. Una palabra que
una pareja cristiana nunca debería considerar o discutir es la palabra “divorcio”. Nunca es la respuesta. Es la
mentira del diablo para hacerte pensar que todos tus problemas se resolverían. Si has buscado la voluntad de
Dios y Él los ha unido, con Su gracia y guía, y tu perseverancia, tu puedes hacer que funcione. Cuando mires
atrás, años después, entenderás el vínculo del verdadero amor en el matrimonio y te regocijarás en la
maravillosa relación que tienes. Todo lo que se necesita es un poco de sabia paciencia. Si cada uno es paciente y
pensativo hacia el otro, el ajuste ocurrirá muy rápidamente, y descubrirás que el matrimonio, cuando estás en el
centro de la voluntad de Dios, es la más maravillosa relación sobre la tierra.

Determinación

Edificar una relación matrimonial no es fácil. Deberán haber menos pensamientos de felicidad y más
pensamientos del simple y desadornado trabajo de matrimonio. Cuando un científico se mantiene en silencio
por años en el laboratorio de investigaciones, cuando un niño nace lisiado y algún corazón de madre es
encadenado al pequeño sofá de sufrimiento, no les presionamos con tontas inquisitorias como si son felices o
no. Tal pregunta sería un insulto. El matrimonio es una obligación a través de la cual debemos mirar. Debemos
mirar antes de saltar, y habiendo saltado, estamos para permanecer comprometidos al poste del deber. Nunca
hubo un matrimonio que podría haber posiblemente sido un éxito o un matrimonio que podría haber
posiblemente sido un fracaso.
Nadie tiene derecho a la felicidad hasta que la gane por devoción, coraje y autosacrificio. Estas tres cualidades
traen la felicidad y el gozo que Dios pensó para dos que llegan a ser uno en Él a través del matrimonio.
“Sometiéndose unos a otros en el temor de Dios” (Efesios 5:21). La felicidad no es una meta motivacional. Ella
cambia como el viento. La felicidad es el resultado de la obediencia en hacer la voluntad de Dios de acuerdo a la
Palabra de Dios. “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad.” (Filipenses 2:13-14). Para la pareja cristiana, el matrimonio debería ser una nueva vida existente en
dos personas.
Si la felicidad es la primera búsqueda y se la hace la meta final del matrimonio, ella elude la febril búsqueda y
escapa. Si, de todos modos, el hombre y la mujer se ciñen a sí mismos a la aventura del matrimonio por
convertirse en sacrificiales, pacientes, perdonadores y determinados a hacer un éxito de la aventura a cualquier
costo, entonces ellos encuentran felicidad. El matrimonio es un medio de gracia, no una superficial felicidad
humana. Recuerda, el matrimonio es un triángulo. En los puntos de la base, estás tu y tu cónyuge. En el punto
superior del triángulo está Dios. Si te acercas a Dios, automáticamente se acercarán uno al otro, y si se acercan
más uno a otro, automáticamente te acercarás a Él y hallarás que “el gozo de Jehová es tu fuerza” (Nehemías
8:10).

Buen trato y Cortesía

Si estas casado, recuerda como eras antes del casamiento, cuan atento fue tu trato! No podías hacer lo
suficiente para complacer uno al otro. Después del matrimonio, cuan propensos somos a dejar caer las
pequeñas cosas amenas de la vida. Las palabras “te amo,” “agradezco a Dios por ti,” “tu eres especial” y otra
palabras de motivación, son frecuentemente menos usadas. Las pequeñas cortesías que significan tanto al
corazón y a la felicidad de cada uno, comienzan a disminuir. Por supuesto, este no es un asunto unilateral. La
esposa a menudo es tan negligente en este tema como lo es su esposo. El punto es que estas palabras y
reconocimientos son necesarios para el éxito de la vida matrimonial. Márcalo como un punto, de modo que esos
refinamientos en el modo del trato uno al otro sean preservados.
Nuestros corazones son amorosos, pero no tanto como para permanentemente resistir mal trato. El mismo
hecho de que son corazones hogareños los hace más sensibles a tales negligencias. El corazón hogareño y el
amor hogareño son fieles y resistentes plantas, pero no tan resistentes como para nunca necesitar el rocío y la
luz solar de las amables, tiernas y corteses acciones. El hecho es que no hay corazones hambrientos tan
apasionadamente luego de bondadosa, afectiva y premeditada cortesía, como los corazones hogareños de una
pareja casada. Muchos matrimonies han sido destruidos en este punto. “Hijitos míos, no amemos de palabra ni
de lengua; sino de hecho y en verdad” (I Juan 3:18).

Unidad de interés

Es algo muy fácil, incluso para los corazones que se aman unos a otros muy sentidamente, perder el rumbo.
Antes del matrimonio, tu hiciste todo lo que podías para alcanzar lo que la otra persona gustaba. Entonces
debías estar seguro de proveer esto para ella. Después del casamiento el esposo tiene su oficina, cuidados,
responsabilidades profesionales y su diaria fatiga. La esposa tiene sus problemas de la casa, hijos y compromisos
sociales. A menudo, antes de que cualquiera de los dos se de cuenta, ellos han separado rumbos, y
malentendidos han llegado a ser fáciles, porque sus intereses han sido removidos lejos.
Ahora, hay excelentes maneras para encarar estas contingencias. Conocemos un espléndido hombre y su esposa
que han estado casi abrumadoramente ocupados, cada uno en su propia línea de trabajo. De todos modos, ellos
no han permitido que esto les cause crecer apartados. Ellos leen juntos. Cada uno se interesa por los problemas
y las esperanzas del otro. Ellos adoran juntos y oran juntos. Los años los han entretejido en una perfecta unión
de amor matrimonial. Ningún hombre es tan grande como para estar por encima de los asuntos que afectan los
intereses de su esposa. Si él es desconsiderado, no es un signo de grandeza sino de insensatez y fracaso en
cuidar del más precioso tesoro que Dios le ha dado. El matrimonio es más que encontrar la persona correcta; es
ser la persona correcta. Y para ser la persona correcta, debes tener una correcta relación con Jesucristo.
Entonces tendrás la correcta relación con el otro. Por favor lee Colosenses 3:12-17.

Visión para Evitar Malentendidos

La vida matrimonial no es un lugar para andar calculando a quien le corresponde o de quién es la obligación. El
verdadero amor no conoce tal decisión! Ninguno, excepto un necio, tomará tal curso. La vida matrimonial es
para tomar el primer paso hacia la reconciliación, para disculparse primero. Si palabras ofensivas han sido dichas
durante el día, deben ser consideradas instantáneamente. Aquí tenemos una buena práctica, si palabras de
ofensa o enojo han sido dichas durante el día, este versículo debe ser aplicado: “Airáos, pero no pequéis. No se
ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26). Antes de cerrar tus ojos para dormir, debes estar seguro de que
hay una completa restauración de la relación entre ti y tu cónyuge. Las palabras “lo siento” traerán paz al
corazón, sumado a un buen sueño nocturno. El verdadero amor se deleita en ser el primero en perdonar. No hay
lugar para el orgullo en la vida matrimonial. No debería haber sido permitido antes del matrimonio. No debe ser
permitido ahora.

Jesucristo en el Hogar

Dejar a Jesucristo y la Biblia fuera de nuestra diaria conversación es un error fatal. Jesús nunca tuvo un hogar de
su propiedad, pero fue un amante del hogar y pasó mucho tiempo en diferentes hogares. Su Presencia en el
hogar es indispensable. Él ama tu hogar y quiere ser un huésped bienvenido en todo tiempo. Nunca debes crear
una situación en tu hogar o relación con la que no te sentirías confortable invitándole como tu huésped.
Realmente no puede haber profundo y permanente amor sin Él. Podría haber acuerdo, de alguna clase.
Hombres y mujeres podrían vivir juntos en paz, pero no hay tal cosa como un verdadero hogar sin la
permanente presencia del Hijo de Dios. El corazón de cada hogar es la esposa; la cabeza de cada hogar es el
esposo; la cabeza de cada marido es Cristo; la cabeza de Cristo es Dios. “Pero esto quiero que sepáis, que Cristo
es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (I Corintios 11:3).

Capítulo 2

ESPOSO -La cabeza del hogar

CAPITULO 2

Lo primero que debemos aceptar es que el hombre y la mujer son diferentes. Los hombres tienen cualidades
masculinas, y las mujeres tienen cualidades femeninas. La estructura física misma del hombre es diferente desde
las células de su cuerpo con sus 23 cromosomas. Hombres y mujeres difieren físicamente, emocionalmente,
psicológicamente, mentalmente y relacionalmente. Dios diseñó al hombre primero y determinó que necesitaba
una ayuda, entonces creó a Eva. De todos modos, ambos fueron creados a la imagen de Dios. “a imagen de Dios
lo creó, varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Esto los hace co-iguales bajo Dios.

Dios claramente dio diferentes roles al esposo y a la esposa con un claro mandato al esposo. El es quien “ama a
su esposa como Cristo amó a su iglesia” (Efesios 5:25), y él es quien “ama a su esposa como a su propio cuerpo
(Efesios 5:28). ¿Qué propósito más alto ha puesto Él delante de un esposo? Está para mostrar el mismo interés
por ella en cada aspecto, tales como: nutrirla y apreciarla, protegerla y tener el mismo amor auto-sacrificado
que Cristo tuvo por la iglesia. Cuando un hombre trata a su esposa de este modo, encontrará una esposa a quien
le será fácil respetarlo y someterse como “al Señor”. El debe entender que una mujer no es propiedad de un
hombre, sino su compañera.

De hecho, esta relación determina la efectividad de las oraciones del hombre e impacta tremendamente su vida
espiritual. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más
frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (I Pedro
3:7). Esto no es una referencia a la vida moral o espiritual, sino a la estructura física del cuerpo, la cual demanda
respeto, honor y amor, si has de ser efectivo sirviendo al Señor.
Aún en el jardín del Edén, Dios dejó claro que el propósito de Su creación fue multiplicar y poblar la tierra. La
reproducción ha sido siempre evidencia del plan de creación de Dios. En el mismo versículo siguiente, Dios dio
un mandamiento que una vez por todas arregla la perversión concerniente al pensamiento de la sociedad
actual. El dijo, “fructificad y multiplicaos” (Génesis 1:28). A pesar de lo que el hombre moderno pueda decir, no
cabe duda que la homosexualidad es una malvada perversión contra el plan de nuestro Creador. Ellos no pueden
reproducir físicamente. Sodoma y Gomorra trataron de violar esto. Dios les destruyó como un ejemplo de Su
juicio por violación de Su Divino plan. Si tienes preguntas sobre esto, lee Romanos 1:26-27.

El esposo es aquel que mantendrá unido y ligado el hogar como una faja o banda para ajustar. Si esa faja se
rompiese, el hogar caería. Confiere además la idea de que está para ser un líder, un protector y un proveedor
con una gran cuota de tierno y amante cuidado.

Se demanda Sacrificio

Ahora veamos las responsabilidades de un esposo hacia su esposa, las cuales pueden ser sintetizadas en una
sola palabra: AMOR. “Maridos amad a vuestras mujeres” (Efesios 5:25). No es una opción, ¿pero cómo podemos
medir el peso y la profundidad de esa palabra? A menudo usamos la palabra para describir cosas tales como:
“amo mi automóvil,” “amo mi perro”, o “amo cabalgar.” De todas maneras, cuando hablamos de amor en una
relación matrimonial, la palabra mueve su significado a un nivel mucho más alto.

La Biblia dice, “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por
ella” (Efesios 5:25). La medida completa de tal amor es imposible de comprender para cualquier hombre mortal,
pero debe ser la meta de cada verdadero esposo porque se le requiere lograrlo. Si un hombre realmente piensa
en esto, entonces todo su egoísmo muere dentro suyo ante el altar del matrimonio. ¿Qué incluye el amor en
relación a la vida matrimonial? En el matrimonio, la esposa llega a ser muchas cosas para su esposo, pero la más
importante es que ella llega a ser su mejor amiga. Los siguientes versículos ponen este amor en perspectiva y
nos dan un más claro entendimiento de este amor: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida
por sus amigos” (Juan 15:13). Jesús estableció este ejemplo para nosotros en la cruz. No podemos hacer menos
por nuestra mejor amiga, nuestra esposa. Ahora, veamos cómo esto se relaciona con el matrimonio.

La esposa también puede encontrarse siendo arrastrada hacia un centenar de diferentes direcciones. Tal vez
ninguna de ellas sea mala en sí misma, de todos modos, Dios pone una prioridad sobre el hogar, y nosotros
debemos hacer lo mismo. El esposo es responsable de establecer guía y ser el ejemplo de liderazgo en el hogar.
No es para ser pasado a su esposa. Ella está para seguir y sostener el ejemplo del esposo, siendo guiados juntos
por verdaderos principios bíblicos.

El esposo debería ser el líder en oración en las comidas y en el devocional hogareño a la noche con su esposa e
hijos. El debe ser un estudiante de la Palabra, aplicando enseñanzas y verdades bíblicas a las muchas situaciones
que se presentan en el hogar. El debería llevar a su familia a la iglesia, no solamente enviarles. El hogar y la
iglesia deben trabajar juntos edificando un matrimonio en el cual Jesucristo es la cabeza.

Liderazgo físico y espiritual

Hay hombres que pueden ser grandes amantes pero terribles líderes, y hay hombres que pueden ser grandes
líderes pero terribles amantes. El ego masculino a menudo se encuentra a sí mismo mentalmente exaltado más
allá de su verdadera capacidad. La clave para esto es el equilibrio. Juntos, el hombre y su esposa, deben
esforzarse en alcanzar equilibrio en sus roles. Demasiados desafíos pondrán estrés sobre la relación matrimonial
y tensión en el hogar. El hogar es la prioridad, y el equilibrio es el ingrediente clave al invertir nuestro tiempo. El
esposo podría consumirse con reuniones de negocios, involucrarse en reuniones de iglesia algunas noches a la
semana, o ser aficionado a los deportes, y así la lista podría continuar. Ten por seguro que habrá miles de cosas
para consumir tu tiempo y mantenerte fuera de tu hogar. De todas maneras, la Biblia claramente enseña
priorizar la vida familiar. La clave es “someterse”.

1. Al Espíritu de Dios (Efesios 5:18-19)


2. Unos a otros en el temor de Dios (Efesios 5:21)
3. La esposa al esposo (Efesios. 5:22)
4. El esposo a Cristo (Efesios 5:25)
5. Los hijos a los padres (Efesios 6:1)
6. Los siervos a los amos (Efesios 6:5)
7. Los amos al Señor en el cielo (Efesios. 6:9)

Provisión material

La palabra “amor” incluye muchas responsabilidades y tiene muchas implicaciones. En los votos matrimoniales,
el esposo asume la carga del sustento, y ningún hombre verdadero buscará evadir su obligación. La Biblia tiene
palabras cortantes para decir sobre los hombres que toman sus responsabilidades livianamente en esta
dirección. Dice, “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y
es peor que un incrédulo” (I Timoteo 5:8). Normalmente, no es lo mejor cuando la esposa tiene que salir para
ganar parte del pan diario, especialmente cuando hay niños en el hogar. Los Psicólogos dicen que el impacto
más grande sobre la vida de un hijo es hecho durante los primeros 6 años de su vida. Puede ser la madre, o una
cuidadora de niños que moldee la vida de tu hijo. ¿Quién crees que es según la elección de Dios? De todos
modos, podrían haber circunstancias, ocasionalmente, donde tal necesidad surja, pero no debería ser la norma.
Es responsabilidad del esposo proveer para las necesidades de la familia y así hacerlo, con la mejor de sus
habilidades, honrando su responsabilidad ante Dios.

Muchos esposos cometen un error aquí. En su celo por proveer abundantemente para sus hijos y su esposa,
ellos olvidan al Señor. Ellos fallan en hacerlo parte del compañerismo. Ellos no dan nada a las obras y los
ministerios de Dios, y se asombran cuando Dios no les bendice mas abundantemente. “Él te da el poder para
hacer las riquezas (Deuteronomio 8:18). El verdadero y sabio hombre no derramará para sus hijos y su esposa lo
que justamente pertenece al Señor de los Ejércitos. II Corintios 8-9 nos da claras instrucciones que el dar debe
ser una parte del hogar cristiano. El esposo debe proveer para las necesidades materiales del hogar, pero Dios es
el supremo proveedor para nuestras necesidades. Al darle a Él, tu puedes entonces reclamar esta promesa, “Mi
Dios suplirá todo lo que nos falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

Unicidad

Cuando un hombre ofrece a una mujer su mano en matrimonio, él dice mediante ese acto, que de todas las
mujeres sobre la tierra, él la ha elegido a ella. Unicidad en el matrimonio significa que dos llegan a ser como uno,
lo que afecta a uno, afecta al otro. Debe haber tierno cuidado amoroso y entendimiento de esta especial
persona. Al vivir juntos como uno, Dios da este especial mandamiento: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid
con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la
vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (I Pedro 3:7). Tratando a tu esposa equivocadamente
apagas tus oraciones e impactas toda tu vida. Cuando su belleza física esté disminuyendo, cuando su cara se
arrugue, cuando su voz ya no sea tan musical, cuando la enfermedad deje sus rastros, él deberá estar para
amarla tan verdaderamente y tan profundamente como siempre. Estás para darte a tí mismo por ella “así como
Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). Este es un alto desafío, y para el esposo
cristiano es un desafío para ser practicado hasta que el cielo dé la bienvenida a uno de ellos en casa.

Zonas peligrosas…El trato y proceso de pensamiento sobre las mujeres debe ser cuidadoso. Los “deseos de la
carne” es una de las tentaciones más fuertes del hombre, y el diablo las usará para destruir tu matrimonio. No
digas que no te puede suceder a ti. Lee la historia de David, Salomón y otros. El esposo debe guardar su corazón
y su mente en estos asuntos. El hombre debe tratar a las mujeres con pureza (I Timoteo 5:2). Debe evitar
cualquier pensamiento o actividad sexual fuera del matrimonio (Efesios 5:3-4 y Hebreos 13:4).

Job hizo “pacto con sus ojos” (Job 31:1). Se comprometió a no mirar (o pensar) en otra mujer, con malas
intenciones. Para proteger tu matrimonio, debes proteger tus ojos. Si lo ves en televisión, cambia el canal. Si lo
ves en una revista, da vuelta la página. Si aparece en tu computadora, rápidamente bórralo. De nuevo, guarda
tus ojos y tu mente, y guardarás tu corazón. Puedes llegar a pensar que puedes manejar el asunto, pero estás
equivocado. Dios nos da una sola respuesta: – HUYE – “huye de las pasiones juveniles” (2 Timoteo 2:22).

Plena atención

Muchas veces, los hombres están a menudo descuidados sobre su concentración o atención. El problema es que
bajas la guardia, y caes en hábitos libres o fáciles en tu hogar. De compras, o en la calle, eres excedidamente
cuidadoso. Estás atento y cortés. Eres cuidadoso de no injuriar los sentimientos de una dama en tu lugar de
trabajo, pero cuando llegas al hogar, ventilas todos tus problemas y dices que has sido reprimido todo el día.
Puedes ser cortante, brusco y franco en tus comentarios. Respondes preguntas impacientemente y en forma
ruda, en un irritado tono de voz. Piensas que porque una mujer es tu esposa, debería saber que la amas, aunque
eres rudo con ella. Piensas que ella no debería hacer caso a todo lo que tú haces o dices, aun si eso es algo que
ofendería grandemente a otras mujeres. De todos modos, olvidas de que ella tiene sentimientos, y que ella
también pudo haber tenido un día escabroso.

Otro error que se comete en el hogar es que no se hacen los mayores esfuerzos en el tema de amabilidad y
paciencia. Hay hombres que no dicen nada mezquino, o cortante en el hogar, pero deben confesar que dicen
pocas cosas tiernas y amorosas. Su conversación es breve, seca y metódica. La tibieza del amante y recién
casado esposo ha desaparecido extrañamente. La promesa de “amar y cuidar” rápidamente ha sido olvidada. El
amor hablado necesita ser cultivado como cualquier otra clase de amor, y si no es alimentado, se muere.

Hay veces cuando un hombre debería ser especialmente sensible y atento para con su esposa. Un hijo podría
haber estado enfermo todo el día o podría haberla tensionado por su desobediencia; el trabajo de la casa ha
sido perturbado y demorado, y el día entero ha estado lleno de inusuales cuidados. Ella puede estar herida y
solitaria, pero si su esposo tiene ternura y la demuestra, entonces las memorias de ese día rápidamente se
borrarán. Toma poca atención borrar las batallas del día y restaurar el gozo del corazón.

Consejo

Es dado por hecho que si un hombre siente que una mujer es digna de ser su esposa, mirará por ella como un
ser maduro, una persona inteligente. Aun después del matrimonio, algunos hombres tratan sus esposas como
ellos son, en el mismo nivel mental que los niños. Ellos nunca comparten acerca de sus negocios, o las luchas del
día. Ahora bien, una mujer no sabe nada acerca de negocios, pero puede ser una gran consejera, algunas veces
viendo el cuadro más amplio. La mujer a la cual se hace referencia en Proverbios 31 revela que es sabio para un
esposo buscar el consejo de su esposa. Ella tal vez no tenga los detalles en su cabeza como su esposo los tiene,
pero el hecho es que una rápida intuición de la mujer a menudo saltará al punto correcto, mientras la lógica de
un hombre es lenta en alcanzarlo. Entonces el hecho mismo de que ella esté mas, o menos, distanciada del
inmediato problema, a menudo elaborará sus juicios más claros y más precisos. Es un hombre sabio el que busca
el consejo de su esposa en los asuntos de sus negocios. Muchos hombres pueden agradecer el discernimiento
de sus esposas por un largo compartir de su fortuna.

Con gran corazón

La cabeza y el corazón deben estar sincronizados. Que nos libre el Cielo de un hombre que es un “nadie” en su
trabajo y un pequeño tirano en su hogar. Que ama pararse en el terreno y ser el dominante, ser el tirano matón
del círculo del hogar, vociferar mandatos y amenazar a su esposa y sus hijos como algún salvaje animal. De todas
las personas despreciables, este hombre es el peor. Esto es una total violación de lo que Dios intentó que los
hombres sean para sus esposas. Este tipo de persona no tiene el concepto de lo que significa “Maridos, amad a
vuestras esposas”.

Rendición a Cristo

Tal vez este pensamiento quemó sobre tu corazón. Hay hombres que son tiernos para con sus esposas. Ellos
proveen cada cosa necesaria para su confort. Ellos son muy atentos y de gran corazón. Ellos les aconsejan muy
bien y son bondadosos para con ellas, pero en cuanto a los temas espirituales, ellos se retraen y no toman parte
en la adoración con ellas. Ellos se cierran a sí mismos fuera de la más profunda y de la más sagrada parte de la
vida de una esposa. Ella va sola a la iglesia. Ella se sienta sola a la mesa del Señor. Sola dobla sus rodillas en
oración. Ella sola lleva las esperanzas, adversidades y aspiraciones de su alma. Ella sola quiere que su esposo,
mas que nadie en el mundo, venga a Jesucristo y haga de Él su Señor y Salvador. El no tiene parte con ella en
todo esto. “Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no permanecerá” (Marcos 3:25).

El niega los votos que hizo ante el altar matrimonial. Dios nos hizo cuerpo, alma y espíritu. Negar la parte
espiritual de esta sagrada relación es estar ciego a la más importante parte de esta unión. Podríamos decir a
cada esposa que, tal vez en esta situación, un matrimonio tal no es un matrimonio como Dios intentó que fuese.
Solamente Su gracia la puede ver a través de eso, y ella puede clamar por la promesa de que su consistente
testimonio pueda ser el resultado de la salvación de su esposo. “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a
vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de
sus esposas” (I Pedro 3:1).

Si juntos no son un alma y un espíritu, entonces este matrimonio no es a la manera que Dios intentó que fuese.
Tal acción de parte de un esposo es completamente equivocada y reprensible, y Dios lo llevará a juicio para
responder por esto. Es una gran equivocación para la esposa cristiana y familia, y la consecuencia de sus
acciones serán reveladas ante el trono del Juicio.

Los corazones están para ser unidos en comunión eterna. Los años aquí en la tierra son tiempos de preparación
para una unión que perdurará más allá del valle de las sombras de la muerte y por último a través de toda la
eternidad. Creemos que muchas lágrimas serán derramadas en el cielo por matrimonies fallidos que Dios quiso
bendecir pero no pudo. El enjugará todas las lágrimas, pero tendremos recuerdos de lo que debería haber sido.
Oremos para que Dios ayude a un esposo que no está en esta correcta relación, para pensar sobre sus cosas y
someter su vida a su esposa y sus hijos, pero por sobre todo al Señor Jesucristo, haciendo de Él el Señor de su
vida.

Si cosas no están correctas y tu quieres arreglarlas, puedes hacerlo ahora mismo. Si un amigo llamara a la puerta
de tu casa, abrirías y lo invitarías a entrar. Jesús llama a la puerta de tu corazón, pero te corresponde a ti abrir la
puerta e invitarlo a entrar. Él solamente entrará ante tu invitación. Él limpiará tu corazón y lo hará un lugar
donde tú y Él puedan tener comunión cada día de tu vida. Él dice, “He aquí estoy a la puerta y llamo. Si alguien
oye mi voz (ese serías tú) y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él” (Apocalipsis 3:20).

Capítulo 3

ESPOSA -El corazón del hogar

CAPITULO 3

Si tu eres una mujer leyendo esto y estás tratando de entender tu rol en el matrimonio, por favor haz una pausa
y abre tu Biblia en Proverbios 31 (lee y medita en versículos 10-31). Este es un pasaje bíblico que te ayudará a
entender tu rol en el matrimonio. Lo siguiente es dado para ayudarte a edificar sobre este pasaje en una manera
práctica, para tu entendimiento de la hermosa relación que Dios inició desde “el principio”.

Yo confío que cada mujer entenderá su propio valor para su futuro esposo. Proverbios 31:10 dice que tu precio
para tu esposo va más allá del de los rubíes. Cuando un hombre te pide ser su esposa, has sido elegida por sobre
todas las mujeres de la tierra. Esto trae responsabilidad y oportunidad, que los ángeles del cielo bien podrían
codiciar. Ella tiene en sus manos el destino y el provecho terrenal de su esposo y sus hijos más plenamente de lo
que a menudo se da cuenta. Tú serás, más que cualquier persona o cualquier cosa, el más grande impacto en el
futuro de tu esposo, tus hijos y tu hogar. Mucho del desarrollo y el destino de ellos están en tus manos. A
menudo se dice, “los hijos son producto del hogar”. Ambos padres estampan su marca en el hogar, pero a causa
del tiempo y la enseñanza, una madre invierte en moldear los hábitos del hijo, carácter y pensamientos, y su
influencia hace un mayor impacto (Proverbios 31:28).

La palabra “Esposa” significa “tejedora”. Ella es la que teje el hogar en el diseño y la belleza que este intentó ser.
Todas las hebras se deben complementar entre sí, y contar una con otra, para expresar la voluntad del tejedor.
Un hogar tejido por una esposa cristiana expresará la gracia y la belleza que revela la obra del Espíritu Santo en
todas las actividades diarias. Se reflejará claramente en la vida de sus hijos y de su esposo. “Se levantan sus hijos
y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a
todas. (Proverbios 31:28-29)

El hogar es su dominio. Como el Señor Jesucristo es cabeza de la iglesia y el Espíritu Santo es Aquel Guía siempre
presente, influenciando, dirigiendo, enseñando y ejecutando reglas establecidas en su Palabra, de ese modo la
esposa es como el Espíritu Santo en el hogar. Su influencia en todo avanza en el hogar como la obra del Espíritu
Santo en la iglesia. Ella guía, enseña, conforta, anima, da y entiende en función de edificar a su esposo y sus hijos
en la Fe.

La descripción de una Buena esposa, la cual fue dada por un escritor de años atrás, es: “Una buena esposa es el
mejor y final regalo del Cielo al hombre, su ángel y ministro de gracias innumerables, su joya de mayores
virtudes. Su voz es su música más dulce, su sonrisa su día más brillante. Sus besos la guardia de su inocencia, sus
brazos su seguridad; su industria su más segura salud. Su economía su más seguro compañerismo; sus labios son
sus más seguros consejeros, su pecho es la más suave almohada de sus cuidados, y su oración el más capacitado
abogado de las bendiciones del Cielo sobre su cabeza.”

Si esa es la esposa ideal, tal vez algunas preguntas deberían ser hechas antes de entrar al matrimonio con un
hombre. Porque una esposa es el corazón del hogar, una mujer debería preguntarse a sí misma si ella podría ser
todo lo que se requiere de ella para ser una esposa piadosa. ¿Qué tipo de mujer habrás de ser en función de
llegar a ser una buena y verdadera esposa? ¿Es esta la vida que tu deseas? Aquí están algunos de esos
requerimientos a considerar para llegar al cumplimiento del diseño de Dios para la esposa en un matrimonio
cristiano.

Compañerismo

Yo uso la palabra en su sentido extenso. Lee otra vez la descripción de una buena mujer en Proverbios. “El
corazón de su marido está en ella confiado.” El sabe que ella es su más maravillosa amiga y compañera, y ella es
suya solamente. El sabe que ella es fiel a todos sus intereses e intenciones; él debe mostrar lo mismo por ella.
Ella es consciente de sus necesidades y planes para el futuro. Ella puede pararse a su lado y realzar sus sueños.
Nadie puede satisfacer sus necesidades y expandir su visión, sus metas, su futuro y sus compromisos como la
hermosa esposa con quien se casó.

Manteniendo el Hogar

Es verdad que con ciertos trabajos, los hombres y las mujeres están igualados, pero hoy encontramos que
hombres y mujeres están en competición por trabajos en el mercado. Deberíamos preguntarnos a nosotros
mismos cuál es la motivación real para tal empleo. Tal vez sea poder, dinero, ego, aceptación, reconocimiento,
derechos, materialismo o muchas otras cosas, no todas estas son correctas ni todas erróneas. Ellos se convencen
a sí mismos que si ellos van a trabajar por un tiempo, el incremento en los ingresos les habilitará para tener
cosas que ellos necesitan, como una mejor casa, un auto más nuevo, educación privada y la lista se hace
interminable. De todos modos, si examinamos esto cuando sucede, una pareja nunca alcanza tranquilamente el
estándar de vida que soñaron, porque este avanza mientras sus ingresos se incrementan. Una vez que una
pareja establece su estándar de vida, basado en dos ingresos, raramente retornarán a tan sólo un ingreso. Por
esta situación, ambos habrán perdido la clara enseñanza bíblica.

Desde el punto de vista bíblico, ¿es esto realmente la intención de Dios para una mujer, especialmente cuando
hay niños en el hogar? La Biblia dice que las mujeres mayores deben “enseñar a las mujeres jóvenes a amar a
sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que
la Palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:4-5).

Si el hogar tiene la prioridad en nuestras vidas como Dios intentó que la tenga, entonces el orden del hogar debe
ser acorde con lo que la Biblia enseña. Dios intentó para la esposa que encuentre su propósito en mantener el
hogar y los niños, cuidando su casa, amando sus hijos y haciendo del hogar un refugio para su familia. Si no
puede guardar su casa, y no puede aprender, o no lo hará, deberá contar con alguien que lo hará por ella. Una
limpia y bien cuidada casa es absolutamente indispensable para una feliz vida matrimonial.

Esto puede sonar poco romántico para una pareja joven, pero no lo hace menos verdad. Muchos matrimonios
felices han sido destruidos por el febril esquema de ambas personas, especialmente cuando los pisos no están
limpios, la comida no está preparada, los hijos no están cuidados, y los sobrantes y retazos no son levantados y
puestos en sus apropiados lugares. El esposo viene al hogar desde su trabajo donde la organización es un
mandato en función del éxito del negocio. Se requiere de cada persona mantener orden y eficiencia en su
trabajo. Si esto es importante en el mercado laboral para obtener éxito, cuánto más es necesario para el éxito
en el hogar.

El esposo debe ser un hombre muy paciente, pero cuando constantemente llega a un hogar sucio, a una casa
desordenada donde cada cosa está donde no debería estar y nada está donde debería, esto apaga la atmósfera
y mata el gozo del hogar. Cuando las cosas están desordenadas y no hay aseo, cuando las cosas son dejadas
donde se usaron por última vez en vez de ser colocadas en su lugar apropiado, se genera tensión en el hogar y
rápidamente el romance vuela por la ventana.

Si, como esposa, quieres conservar una vibrante relación de amor, hacer del hogar un refugio para el descanso
de tu esposo y para que escape de las presiones del trabajo, colócate entonces en sus zapatos. ¿Cómo quisieras
las cosas al llegar a tu hogar? Amor y respeto deben ser las cuerdas que mantengan unida la relación. Sin
embargo, el apropiado mantenimiento del hogar establecerá la atmósfera, ya sea para edificar o destruir la
relación. Como toda relación, debe tener una base, y una de las piedras importantes de ese fundamento es un
buen cuidado hogareño.

Comunicaciones mutuas

La comunicación debe fluir de parte de cada compañero, compartiendo cada cosa y todas las cosas. Entre un
esposo y una esposa, ningún tema o incidente está fuera de los límites. Al mismo tiempo, cada cosa compartida
en confidencia debe ser guardada confidencialmente. Si se viola esto, severamente se dañará la base de
confianza en la relación. Mientras ella le de su confidencia plena a su esposo, no escondiéndole nada y no
teniendo secretos para él, será muy cuidadosa acerca de lo que diga concerniente a su hogar fuera de su casa.

Los hombres son a menudo terribles tratando a sus esposas. El encontrará faltas que la fastidiarán y a menudo
le causarán dolor. El fallará en este deber o en el otro. Una esposa sabia nunca hablará de estas cosas fuera de
su casa, ni en el hogar delante de los niños. Ella solo hablará con su esposo y a su Salvador acerca de esto. Ella
puede estar constantemente esforzándose en corregir estas faltas en su esposo, pero debe ser paciente, con
amor, guardando su problema en su propio corazón. Proverbios 31 es un capítulo especial de la Biblia para la
mujer piadosa. Aquí un versículo para guardar de corazón, “ella abre su boca con sabiduría; y la ley de clemencia
está en su lengua”(versículo 26).

Aquí, a veces, se comete un fatal error. Las esposas, necia y engañosamente, parlotean unas con otras acerca de
las fallas de sus respectivos esposos. A veces ellas hablan a otros hombres sobre esto, olvidando el hecho de que
el amor pasará por alto los defectos. El hombre a quien ella esté hablando acerca de las faltas de su esposo
debería asombrarse de que aquel pobre marido nunca vio en una esposa alguien que hablaría en tal manera, y
por lo tanto ella solamente brinda falta de respeto sobre su propia cabeza. Guarda tu corazón y tus palabras al
hablar a otros acerca de tu familia y tu hogar.

Presentación personal
Física y espiritualmente

Hoy en día, en nuestro mundo de avisos publicitarios, la belleza es el apelativo sexual. Muchas mujeres han
comprado la idea del mundo de que la belleza traerá matrimonio, felicidad y éxito, solamente para descubrir
que no es verdad. Después de los votos matrimoniales, cuando comienzan a vivir juntos, se revela la verdadera
persona. Otra vez, es Dios quien nos da la correcta perspectiva, “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la
mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (Proverbios 31:30).

Alguien ha dicho, “la belleza está en el ojo del observador”. La belleza real no puede ser alcanzada por pérdida
de peso, vestidos elegantes, maquillaje o cualquier otra cosa que el mundo diga que necesitas para estar
hermosa. “Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre
nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma” (Salmo 90:17). La belleza verdadera y perdurable no es
externa, sino interna. ¿Te has encontrado alguna vez con una pareja mayor, quienes están todavía locamente
enamorados? Es enteramente posible para una esposa constantemente incrementar su encanto para su esposo.
El paso de los años puede quitar la lozanía de sus mejillas, y la musicalidad de su voz, pero el arte del amor y de
la gracia en mente y alma puede aun hacerla amorosa a los ojos de su esposo. Para hacer esto, de todas
maneras, ella evitará todo lo que sea ofensivo y buscará ser una esposa que constantemente esté cultivando su
propia vida con todo lo que sea amable, femenino, de buen agrado y piadoso.

Así que todo regresa al asunto del carácter, el verdadero ser. Una Buena esposa llega a serlo solamente por ser
una buena mujer, y una buena mujer llega a serlo solo por ser una piadosa mujer cristiana. La vida matrimonial
pone grandes requerimientos sobre ambos, el esposo y la esposa. Es una estricta disciplina y en ella yace mucho
de su valor. Los deberes de una esposa son tales que prácticamente no hay mujer, a no ser que sea cristiana,
que pueda enfrentarlos. Luchas y perplejidades, cruces y decepciones, tristezas y solicitudes se levantan, y si
Cristo no está en el corazón, ellos son demasiado grandes para ser soportados. Tengamos a Cristo en nuestros
hogares, y que cada esposa le permita ser su verdadero y familiar amigo.

Capítulo 4

HIJOS -El fruto del hogar

CAPITULO 4

Charles Lamb dijo que no había nada sobre la tierra que él no diese por tener la posibilidad de volver a estar con
su madre que había partido de este mundo, y de rodillas, pedirle perdón por cada cosa que habían afligido su
gentil espíritu. Seguramente, con el avance de los años, cada hijo pensativo ha caído como éste y ha llegado a
darse cuenta de lo que sus padres han hecho por él.

Que nadie suponga que cada hijo es demasiado pequeño para tener una parte real en el desempeño de un
hogar. Las rueditas internas en mi reloj son pequeñas, algunas excesivamente pequeñas, pero ellas son todas
importantes para el buen funcionamiento de esa máquina de tiempo. Un niño pequeño puede ser de tan mal
genio e irritante que él perturbe la familia completa, o puede ser tan amoroso y razonable que brinde paz y
buen humor al hogar completo.

Obediencia

Hay 3 cosas que los padres deben hacer: Amar, Disciplinar y Enseñar, pero, ¿cuáles son las responsabilidades de
los hijos en el hogar? ¿Cuál es la parte de ellos?

La Biblia no dice, “Hijos, obedezcan a sus padres cuando ellos están en lo correcto”. Dice, “Obedezcan a sus
padres en el Señor porque esto es justo”… aun si ellos están equivocados (Efesios 6:1). Algunos tratarían de
decir que no tenemos registro de la vida familiar de nuestro Salvador. Solo unos pocos detalles fueron escritos
acerca de su vida temprana, pero ellos son reveladores. No hay palabras más hermosas que aquellas que dicen
de él, “Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos” (eso es, a Su madre y a Su padre
adoptivo). ¿Y quién fue Jesús? ¿Quién era este niño que obedecía? El era el eterno Hijo de Dios. El era el Creador
del universo, “porque por él fueron hechas todas las cosas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.” El
fue el Señor y Maestro de todas las huestes del cielo. ¡Qué lección de obediencia!

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”
(Efesios 6:4). Mucha gente joven tiene la idea de que obedecer y sujetarse a sus padres es una humillación, una
especie de restricción auto impuesta, la cual los limita. ¿Tuvo ese efecto sobre Jesús? Sabemos que no. Una vida
joven no debería ser impedida ni dejar descarriarse, si sigue cuidadosamente las advertencias de fieles padres
cristianos. Ninguna joven persona que fue una vez estudiante, se estorbó o injurió por obedecer las
instrucciones implícitas de padres piadosos. Jesús obedeció sus padres terrenales hasta que tuvo 30 años de
edad, entonces Él dejó su hogar para llevar a cabo Su obra señalada por Dios.

La obediencia debe ser absoluta; incluye aquellas cosas que son amenas como también las que no lo son.
Solamente una cualidad clave es mencionada, “en el Señor”. Los hijos deben obedecer, “en el Señor”. Un padre
cristiano puede requerir algo que parece estar equivocado, pero el hijo debe obedecer. “Hijos, obedeced a
vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor (Col. 3:20). De todos modos, debemos recordar que los
padres son falibles. Ninguna autoridad humana, de ninguna clase, está en lo correcto cuando ordena a alguien
quebrar una de las leyes de Dios. Si un padre no creyente exige a su hijo que desobedezca la palabra de Dios, las
consecuencias caerán sobre el padre y no sobre el hijo.
La Biblia dice, “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le
atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar” (Marcos 9:42).

Amor y Respeto de Padres

En todo esto, tomamos por hecho que los padres guardan delante de ellos la referencia que sigue a “hijos
obedeced a vuestros padres en el Señor,” la cual es “padres, no provoqueis a ira a vuestros hijos”. La relación es
decididamente a dos puntas. Que un padre no creyente demande que su hijo niegue al Señor acarreará
consecuencias sobre los padres y sobre los hijos.

No sé de ninguna otra palabra que necesite ser dicha con mayor énfasis a los jóvenes que ésta. Hay una joven
muchacha que se avergüenza de su madre. Ella ve que la belleza de su madre ha empalidecido; sus vestidos no
son tan finos como deberían ser; sus manos son rojas y fatigadas de esfuerzo. La joven muchacha se avergüenza
de su madre y no le importa cuando tiene sus encuentros con sus jóvenes amigas que vienen a su casa. O la
vergüenza está dirigida al padre, cuyos encorvados hombros, su cara curtida y golpeada por el clima y manos
lisiadas hablan elocuentemente de años de esfuerzos y penurias que soportó para que sus hijos pudieran tener
una mejor oportunidad en la vida que la que él tuvo. La joven muchacha, o el joven varón, con sus jóvenes
amigos y sus estrafalarias vestimentas y ropas de estilo, tal vez se avergüenza de ver “al viejo”.

Estos no son casos sacados de nuestra imaginación. Sabemos de muchos casos así. ¿No sabes que esas marcas
de esfuerzo, edad, esmero, y privaciones son marcas que hablan elocuentemente de amor por ti? Tu madre y
padre recibieron esas marcas derramando la misma sangre de sus vidas por ti.

¿Te avergonzarías de un hombre que tiene solo un ojo, habiendo perdido uno en defensa de tu vida? Bueno, tu
padre y tu madre han hecho más que salvar tu vida. Ellos han tenido noches de quebranto y días de ansiedad.
Ellos te han cuidado en tus enfermedades. Ellos no han considerado su propio confort y placer, mas bien se
negaron a sí mismos las necesidades de la vida para que tu puedas tener algunos lujos. Ellos se levantaron
temprano y trabajaron tarde para que tu tengas la oportunidad de estudiar y prepararte para un gran trabajo en
el mundo. De allí proceden esas cicatrices, y son santas y sagradas cicatrices. ¿Te avergüenzas de ellas?

Un comerciante en una de las ciudades del oeste medio de nuestro país envió a su hijo al Colegio. El tuvo que
hipotecar su negocio para hacerlo. El economizó y ahorró, y tanto él como su esposa llegaron a quedar con
ropas inapropiadas en función de que su hijo pudiese tomar su lugar entre los demás estudiantes
adecuadamente vestido y provisto con dinero. Pasados unos pocos meses, vino al corazón de la anciana pareja
un incontrolable deseo de ver a su hijo. Ataron su viejo caballo a un inseguro carro (ellos habrían tenido un
automóvil si no le hubiesen dado el dinero a su hijo) y fueron a la ciudad donde estaba el Colegio, a unos 30
kilómetros de allí. Ellos llegaron justo cuando las clases estaban terminando, y vieron a su muchacho, Harry, con
un grupo de amigos viniendo a través del campo escolar. Mientras se aproximaban a él, algunos de sus
compañeros ridiculizaron el viejo carro y su caballo, y el ropaje típico de aquel viejo hombre y su esposa. Harry
se paró, miró intencionadamente por un momento a su madre y a su padre, se ruborizó profundamente y
rápidamente se volvió y alejó, pretendiendo no conocerles. Con sus corazones quebrantados, la vieja pareja
comenzó el cansador viaje a casa, y aquella noche la anciana madre murió.

Si estas palabras caen en manos de cualquier chica o muchacho que es tentado a proceder como Harry lo hizo,
te suplico, no lo hagas. Si tu madre y padre, o uno de ellos están en vida, anda a ellos, echa tus brazos sobre sus
cuellos y diles que los amas y aprecias todo lo que han hecho por ti. Si no están al alcance de tus brazos,
¡entonces escríbeles! Escríbeles una larga carta de amor, regocijo y aprecio.

Un hijo nunca llega a ser demasiado viejo para que él o ella no sean un hijo para sus padres. Por lo tanto, este
amor y respeto es para retribuírselos mientras vivan. La vida tiene pocas cosas más hermosas que el devoto
pensamiento y amor de un hijo o hija ya crecido, hacia un anciano padre. Esto complace el corazón de Dios.

Cuando nuestros padres envejecen, ellos cambian lugares con nosotros. Una vez nos alimentaron, ahora es
nuestro privilegio y alto honor alimentarles. Una vez ellos nos protegieron de la tormenta. Ahora nosotros
debemos protegerlos a ellos. Nosotros ahora estamos fuertes, y ellos están débiles. ¡Qué oportunidad de
amorosamente pagar una parte de la deuda que tenemos con ellos! Será solamente una parte, de todos modos.
Ningún hijo puede jamás pagar completamente el amor y el cuidado de un padre piadoso.

La vida tiene pocas satisfacciones más intensas que pensar que hemos sido justos, amables y gentiles para con
nuestros padres en sus tiempos de necesidad y dependencia. Da paz al alma, y hace del cielo y nuestra reunión
una expectativa más gloriosa. Estar preparados para decir “adiós” a un padre, sin el pesar de oportunidades
perdidas, es una bendición en sí mismo.

Capítulo 5

HIJOS EN EL HOGAR - Edificando Vínculos

CAPITULO 5

“Herencia de Jehová son los hijos” (Salmos 127:3). Nada es más emocionante que mirar a un bebé recién nacido,
el cual Dios te ha confiado a ti. Es una estremecedora responsabilidad que Dios ha colocado en tus manos como
esposo y esposa. Es una persona que enseñarás y moldearás por tu ejemplo. Nada es más maravilloso que
escucharles reír, cantar, y a veces llorar mientras aprenden las alegrías y las lecciones de la vida. Estudios han
revelado que el 85 % de la influencia sobre la vida de un niño viene del hogar. Ellos serán lo que el hogar es.
Serán conducidos a Dios y Su Palabra, por tu enseñanza y por tu estilo de vida. Mucho del destino físico y eterno
de sus vidas yace en tus manos. A través de tu vida, ellos deben estar primeros en la lista de tus oraciones
diarias.

Hay también dolores de cabeza porque los hijos tienen una voluntad. Ellos pueden hacer elecciones que están
claramente equivocadas. Esto puede romper tu corazón. De todos modos, deberías dejarles ir, recuerda la
historia del hijo pródigo en Lucas 15:11-24. Seguramente el padre pasó muchas noches de insomnio orando por
su muchacho. El estaba mirando siempre al camino por el cual su hijo retornaría a su casa. Cuando él volvió,
perdón había en el corazón de su padre quien no lo dejó terminar de contar a su hijo cuan arrepentido estaba.
Ese es el corazón de un verdadero padre cristiano.
Se cuenta la historia de un hombre que tiró abajo uno de sus edificios del campo que había estado en pie por
más de 20 años. Dejó allí una mancha sin atractivo, pero al llegar la primavera, y el sol y la lluvia caer sobre el
lugar donde el edificio había estado, el propietario se sorprendió al encontrar innumerables flores brotando.
Evidentemente esas semillas habían estado allí todo el tiempo, pero carentes de lluvia y sol habían sido
impedidas de brotar y florecer. Muchos hogares tienen en ellos tales posibilidades de bellezas no desarrolladas.

Afecto y Unidad

Tenemos la política en nuestro hogar que los hijos pueden hacer cualquier pregunta, en todo tiempo que
quieran hacerlo. De hecho, les animamos a compartir todo, y ellos tienen el derecho de disentir con cosas que
nosotros decimos. De todos modos, siempre tenemos esta política: “todo es debatible, pero no siempre
negociable”. Cuando mis hijos se hicieron mayores, esos tiempos dieron lugar a grandes discusiones bíblicas.
¡Supimos que esto estaba haciéndolos pensar! Esto estaba confirmándoles lo que creemos y lo que la Biblia
enseña. Nosotros siempre tenemos una política con nuestros hijos, que si ellos quieren hablar, estamos listos
para escuchar. A menudo, al irse a la cama, tienen una pregunta, tal vez no porque realmente quieran una
respuesta, sino mas bien porque no quieren ir a dormir. De todos modos, siempre usamos este tiempo, porque
si están interesados en hablar, estaremos interesados en escuchar.

Una de las más grandes fallas en los hogares es que los padres no se comunican con sus hijos. Demasiado a
menudo, hermanos y hermanas salen del hogar y buscan consejo de sus amigos más cercanos. A veces ellos
hacen preguntas que no son respondidas en el hogar, o tienen temor de hacerlo en el hogar. Un amigo no sería
como un hermano o hermana, sino un muchacho o una chica cercanos que podrían dar respuestas equivocadas.
La razón de esto podría ser obvia. A menudo la vida familiar, por su propio carácter de cercana y constante
asociación, podría tender a perder un poco de su interés y frescura. Los hijos deben entender que sus mejores
amigos son sus propios hermanos y hermanas. Los amigos vienen y se van, pero la familia es para siempre.
Podemos tener por seguro que, no importa cuan cercana sea una relación entre amigos fuera del hogar, esta
nunca puede ser tan verdadera y cercana como la relación entre hermanos y hermanas. “La sangre es más
espesa que el agua,” dice el viejo proverbio. Muchos padres pueden pensar que el amor y el afecto familiar es
una especie de instinto y que no necesita desarrollo. Nada mas lejos de la verdad. Los padres deben
abiertamente demostrarlo. El mismo proceso de sacrificio, disciplina, falta de egoísmo y amorosa consideración
de los otros une corazones a corazones en el hogar. Sólo porque los corazones estén ligados juntos no significa
que ellos necesariamente serán corazones amorosos, sin embargo hay una demostración y un ejemplo
claramente enseñado y vivido en el hogar. Escuchar las palabras del padre y la madre diciendo, “lo siento,”
“perdóname,” y “te amo” son lecciones que ellos nunca olvidarán.

Un Hermano debería ser Guarda y Defensor de Su Hermana

La historia de Charles y Mary Lamb es una historia familiar que ha sido contada muchas veces. En un repentino
rapto de demencia, la hermana quitó la vida de su propia madre. Desde aquel momento en adelante, ella fue
objeto de recurrentes arrebatos de demencia violenta. Hubo síntomas premonitorios, y cuando esto se
confirmó, Charles y Mary irían, mano en mano, al asilo, donde por un tiempo, ella debía ser confinada. Uno de
sus amigos dice cómo él repentinamente vino a Charles y Mary que estaban llorando amargamente mientras
caminaban de la mano por una pequeña senda rumbo al asilo. Esto fue una prueba que Charles Lamb cargó, no
por uno o dos años, sino por 35 años, todo ese tiempo en amor y paciencia. ¡Sí!, un hermano está para ser el
protector de su hermana!
Hay otra manera en que podemos protegerla. Cada hombre joven conoce los hombres jóvenes que son impuros
y malvados. El no estará a su lado y verá a ese hombre joven llegar a ser compañero de su pura hermana. El la
advertirá, si es un verdadero hermano, del carácter de ese hombre. Una hermana hará bien en hacer caso y
buscar el consejo del hermano acerca de los hombres con quienes ella podría formar amistades cercanas. Así
mismo, un hermano hará bien en hablar confidencialmente y francamente con su hermana acerca de mujeres
jóvenes con quienes él esté considerando citas. Las muchachas conocen a las muchachas y los muchachos
conocen a los muchachos. Una hermana sabe si una chica es verdadera y digna de la consideración de su
hermano, o si ella está encubriendo su verdadero carácter y seduciéndolo. Una verdadera hermana sabrá y le
dirá a su hermano esas cosas, y el hermano hará del mismo modo con su hermana.

Un Hermano y una Hermana serán una inspiración de Pureza y Virtud uno para con el otro

El más grande desafío que un joven hombre o una joven mujer encara hoy, es guardarse a sí mismo puro. Ellos
oyen: “todos lo hacen”. ¡Eso es una mentira! Supongamos que decimos que todos están consumiendo drogas.
¿Lo hace cierto?. ¡No! Una pura vida moral es difícil de guardar para cada hombre joven o mujer joven, de todos
modos, es una elección que deben hacer. Hay presión a cada lado para luchar. Dios dice, “Ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como
vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13).

Las tentaciones prueban a un hombre joven, a menudo más encubiertamente y fuertemente lo hacen con una
mujer joven. De todos modos, un gran versículo para memorizar es I Corintios 10:13. “No os ha sobrevenido
ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis
resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”

¡Cada hermana tiene una oportunidad de ayudar aquí! Ella puede ser un ejemplo en acciones y actitudes, tan
pura y dulcemente atractiva, que la memoria de su carácter acompañará a su hermano en el mundo y le servirá
como un escudo de defensa. Cuando el mal le tiente a él, los pensamientos de su hermana se levantarán como
un ejemplo delante de él, brindando diáfano disgusto y aborreciendo lo que le tienta. Seguramente vale la pena
para cada chica buscar tener esta influencia en la vida de su hermano. Ella puede hacer la virtud tan atractiva
que él siempre rechazará el vicio. Ella no podría tener mayor cumplido o piropo que el que un hermano diga que
quiere casarse con alguien con el carácter de su hermana. “¿Quién hallará mujer virtuosa? Porque su valor
sobrepasa al de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10).

Cada hermano debería poner delante de su hermana el ejemplo de fina, limpia, y noble hombría. Su carácter y
lenguaje, además de su testimonio cristiano, deberían ser una clara guía como un estándar que ella busque en
un hombre. “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro
de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45). Por lo tanto, su
ejemplo guiará a ella cuando elija un esposo. Porque de la vida y del carácter de su hermano, sus ideales serán
tan altos que nadie sino el más digno podrá tener esperanza de conquistarla; así ella será salvaguardada.

La palabra “salvaguardar” es grandemente necesaria hoy en día. Estándares en muchos lugares tales como
televisión, revistas y la Internet están saturados con pornografía. Muchos otros medios públicos están
desastrosamente bajos respecto a asuntos morales. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo
digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Muchas chicas fallan en darse cuenta de esta gran
oportunidad y responsabilidad. Una Nación nunca se levantará más alto que sus mujeres, y los hombres son
solamente tan buenos como las mujeres les imponen ser. No debemos poner un inmerecido peso de
responsabilidad sobre los hombros de las mujeres, de todos modos, el hecho es que las hermanas en el hogar y
las mujeres en general tienen en sus manos los destinos de sus hermanos y de otros hombres jóvenes, más de lo
que a menudo toman conciencia.

Hermanos y hermanas deberían preservar su mutuo amor y vínculos a través de los años. Es fácil distanciarse.
Cambio de residencia desde una parte del país a otra, junto con el crecimiento de familias, e intereses y
responsabilidades divergentes hacen difícil guardar sus vínculos cercanos, afectivos y firmes. De todas maneras,
se puede hacer. Hoy tenemos medios de comunicaciones instantáneos como en ningún otro tiempo de la
historia, e-mails, teléfonos y mensajes al instante. Si hay una pregunta, aun sentirnos libres de buscar consejo,
debería hacerse; y en muchas familias cristianas se hace. Hermanos y hermanas, con sus herencias comunes, sus
mutuas bendiciones y memorias del hogar deberían permanecer vinculados. La familia es una unidad ordenada
por Dios y permanecerá no solamente a través de este mundo, sino también a través de toda la eternidad.
Vivamos entonces con un sentido de responsabilidad y amor con mutua paciencia y disposición a ayudarnos, de
modo que estemos mejor preparados para la vida allá.

Si tus vínculos familiares se aflojaron, si frialdad e indiferencia, o malos entendidos y crítica, han arruinado la
relación que fuera una vez cercana, fuertemente te amonesto a que hagas lo que puedas para restaurar la
relación. Un llamado telefónico, una carta o un e-mail puede ser el primer paso hacia la restauración de los
viejos vínculos. Piénsalo.

Capítulo 6

LOS RECUERDOS DEL HOGAR

CAPITULO 6

Mientras vivimos cada día, estamos escribiendo recuerdos. Cada día aporta algo a ellos y determina más
plenamente el carácter final que tendrán. A menudo, nos sentamos horas con nuestros hijos y nietos, hablando
acerca de nuestro hogar y reflexionando sobre el pasado. Cuando estamos juntos, reímos, lloramos y alabamos
al Señor por el gran hogar que Él nos ha dado. Inevitablemente, alguien dice, “¿Te acuerdas cuando...?” Parte de
la tristeza y del sufrimiento de Cristo aquí sobre la tierra debe ser tenido en cuenta por el hecho de que Él
estaba lejos del hogar del Padre. El amaba los hijos de los hombres, pero extrañaba la Gloria y el gozo que Él
había tenido en la casa del Padre. Esto debe ser una parte de cómo el cielo será. Constantemente estamos
haciendo recuerdos, y el proceso de hacerlos determina la manera en la cual vivimos. Nuestros recuerdos harán
nuestros viejos tiempos felices o infelices. ¡Eso es lo que los recuerdos hacen! Nuestros más profundos
recuerdos, deberían ser los de nuestra vida diaria en nuestro hogar cristiano, tanto los nuestros como los de
nuestros hijos.

Los recuerdos del hogar deberían incluir los momentos de nuestras comidas, tiempos de oración y tiempos de
juegos que compartimos. Los viajes que hicimos, los animales que tuvimos, las bromas y las batallas que
enfrentamos. A menudo hubieron conflictos, y también compartimos de ellos. Como una familia, hacemos
recuerdos cada día de la semana, porque tu nunca sabes cuándo estarás haciendo el último de ellos. La vida es
tan incierta que no sabemos nunca cuando estamos compartiendo la última comida, la última conversación o el
último paseo juntos. Yo conozco una familia que termina cada conversación telefónica, e-mail, nota y cada
partida con un “te amo”. Nunca dejes la casa en la mañana si ha habido un malentendido, palabras feas o
amargas, o silencio malhumorado, porque esas cosas pueden llegar a ser un amargo recuerdo de por vida. La
mejor defensa del hogar son esas pocas y especiales palabras que mencionamos al principio, “lo siento,”
“perdóname,”
y “te amo”. “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1).
Se cuenta la historia de un hombre joven con naturaleza bondadosa y gentil que dejó su hogar para ir a su
trabajo. No hacía una hora que se había ido cuando su cuerpo fue traído a su casa. El andamio donde estaba
trabajando se había soltado y había fallecido. Una de sus hermanas estaba más apenada que los demás. Parecía
tener una tristeza en particular. Ella solo podía decir, “no fui tan amable con él esta mañana cuando se fue”.
¡ Recuerdos! Una vez hechos, son eternos y no pueden cambiarse.

Los hijos tienen recuerdos también

Habiendo viajado a muchas grandes ciudades y habiendo observado las grandes multitudes de personas
moviéndose por las calles, dentro y fuera de los grandes edificios, crecí acostumbrado a observar gente apurada
en todas direcciones. Cada vez lo recuerdo, cada uno de ellos llevando en sus corazones y vidas la impresión del
hogar del cual proceden.

¿Qué tipo de recuerdos tendrán tus hijos del hogar? ¿Serán recuerdos de padres que amaron al Señor Jesucristo
y continuamente buscaron la Biblia como dirección de sus vidas? ¿Serán recuerdos de confort, inspiración,
motivación y bendiciones, o serán recuerdos que queman, muerden y maldicen? Deberíamos encarar el asunto
ajustadamente, estando completamente seguros que los hijos que enviamos al mundo nunca escaparán
plenamente de los recuerdos e influencias del hogar. Si el hogar de la niñez ha sido justo y dulce, su bendición
irá con ellos por toda la vida.

“El pecado puede barrer sobre el alma como un fuego devastador; la tristeza puede apagar todo gozo y
esperanza; pero el recuerdo de un dulce y bendecido hogar vive como una estrella solitaria alumbrando en lo
profundo de la noche. Y aun en medio del pecado, su cuadro flota delante de la mente como un sueño
evanescente.”

Aquí está el testimonio de un hombre: “Recuerdo noches en que estaba acostado quietamente, en la pequeña
habitación de arriba, antes de que me llegara el sueño. Se acercaban suaves pisadas por la escalera, la puerta
silenciosamente se abría y una silueta bien conocida, suavemente se deslizaba a través de la oscuridad, y se
ubicaba al lado de mi cama. Primero, unas pocas y amenas preguntas de afecto, las cuales gradualmente se
profundizaban en palabras de consejo. Entonces se arrodillaba, su cabeza cerca de la mía, sus más fervorosas
esperanzas y peticiones fluían en oración. ¡Cuánto una madre puede desear para su muchacho! Sus lágrimas
hablaban del fervor de su deseo. Me parece sentirlas todavía cuando a veces caían sobre mi rostro.
Levantándose, con un beso de buenas noches, se iba.”

Un recuerdo como este es el más grande regalo que un padre puede dejarle a su hijo. Será un guardián contra la
tentación y el pecado. Proveerá una cadena de oro atando a sus hijos a los pies de Dios. ¿No es valioso llenar la
vida de un hijo con recuerdos como estos? ¡Cuán descuidados los padres podemos ser! ¡Cuán negligentes! ¡Dios
nos perdone y ayude!

A veces, la tristeza no es tomada apropiadamente. Si un hogar es un verdadero hogar cristiano, la tristeza no


echará fuera todas las luces. Más bien hará el hogar más tierno y amoroso. Arrastra el hogar más cerca de Dios.
La tristeza santificada transforma un hogar, y trae más de Dios hacia él. De modo que sucederá que el recuerdo
de una tristeza pruebe ser el más tierno y firme broche que ligue hogar y corazones juntos.

Ya cerrando este libro, hay algunas cosas que nunca debemos olvidar. Debemos tener a Cristo en nuestros
hogares si nuestros recuerdos han de ser todo lo que deberían. Debería haber un altar familiar donde en algún
momento cada día toda la familia se reúna para oír la Palabra de Dios y orar juntos. En este siglo 21 rápidamente
nos movemos por el mundo. Pronto, todo lo que permanezca será el recuerdo de nuestras vidas. El más fuerte
fundamento que nos dará estabilidad, dirección y propósito en nuestras vidas es un Hogar Cristiano (I Cor. 3:11-
13).

Se cuenta una Hermosa historia de Mozart. Su ultima composición musical fue su Réquiem. Después de días de
enfermedad y de la labor más dolorosa, estuvo terminado. Su hermosa hija Emily vino a su habitación justo
cuando estaba escribiendo las últimas notas, y Mozart puso en sus manos el manuscrito, diciendo, “Aquí está,
mi hermosa Emily, está terminado; mi Réquiem está terminado, y yo también, estoy terminado.”
“No digas eso, querido padre,” dijo la gentil Emily, “pareces mas fuerte hoy.”
“Ya nunca estaré bien otra vez,” replicó su padre, “pero aquí está, Emily, siéntate al piano y toca estas notas y
cántalas con los himnos de tu santa madre.”
Emily obedeció, cantando con una voz enriquecida por la tierna emoción.
Entonces, cuando hubo terminado, se volvió del piano, esperando la sonrisa de aprobación de su padre; pero
ella solamente vio la apariencia de paz sobre sus facciones y el sello de la muerte. El se había ido al hogar en las
alas de su propio Réquiem.

Por favor, escuchen cuando digo que no habrá Réquiem más dulce al corazón en la última hora de la vida
terrenal como el Réquiem de los benditos recuerdos del hogar. Serán música en el corazón, más dulce que la
canción de los ángeles. Dios nos ayude a vivir en el hogar dulcemente. Una de las mejores recompensas serán
nuestros hijos, nietos y futuras generaciones que sigan nuestro ejemplo al edificar un hogar cristiano donde
Jesucristo haya sido continuamente huésped invitado, y Su preciosa Palabra haya sido nuestro estándar y guía.
Hagamos del hogar un lugar donde “atesoremos un buen fundamento para lo por venir, un lugar donde
echemos mano de la vida eterna” (1 Timoteo 6:19).

Hagamos que nuestras metas sean evidentes en este aspecto. Lo más cercano al cielo es un Hogar Cristiano.

Qué Temas Enseña la Biblia


apítulo título
1 Biblia
2 Dios
3 El Señor Jesucristo
4 El Espríritu Santo
5 El Hombre
6 El Pecado
7 La Salvación
8 Una Explicación Bíblica y una Ilustración
9 Arrepentimiento para Salvación
10 La Gracia provee Salvación
11 La Fe aplica la Verdad para Salvación
12 La Iglesia
13 La Muerte
14 La Resurrección para el Cristiano
15 ¿Qué dice la Biblia sobre el Infierno?
16 ¿Qué sabemos del cielo?
17 Eventos Futuros
18 Triunfo sobre la Tentacion
19 Conducta Cristiana
20 Sepultados en el Bautismo
21 Eligiendo una Iglesia
22 Esperando la Voluntad de Dios
23 Practica de Oracion
24 Testificando y Ganando
25 Escudriñando las Escrituras
26 La Vida que Vale

Capítulo 1

Biblia

Capitulo I
LA BIBLIA

I. INTRODUCCIÓN

Alguien ha denominado a la Santa Biblia como “la biblioteca divina”, y esta es una declaración verdadera. Pese a
que consideramos la Biblia como un libro, no obstante está conformada por 66 libros individuales, de los cuales
el primero es Génesis y el último es Apocalipsis, y están divididos en 2 secciones principales: la primera es
llamada el Antiguo Testamento y contiene 39 libros; la segunda es el Nuevo Testamento y tiene 27 libros. Al
principio de la mayoría de las Biblias hay un índice con el listado de los nombres de los libros, y nos indica el
número de la página en que cada libro comienza.

II. ¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA?

Desde el punto de vista humano la Biblia es sólo historia de hombres y fue escrita por no menos de 36 autores
en un período de alrededor de 16 siglos. Pero lo más importante para recordar es que esos hombres escribieron
bajo el directo control de Dios. Esto convierte a la Biblia en un libro inspirado por Dios, Quien les guió para
escribir cada una de las palabras. Esto es lo que nosotros queremos decir con “inspiración”. Los siguientes textos
bíblicos claramente enseñan que la Biblia es inspirada por Dios: “Porque nunca la profecía fue traída por
voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2
Pedro 1:21). “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
(2 Timoteo 3:16-17)

De modo que la Biblia es la Palabra de Dios. Alguno diría que la Biblia podría contener la Palabra de Dios. Esto
implicaría que partes de ella son inspiradas y partes no. Pero entonces quién sabría qué parte es y qué parte no
es inspirada. Luego de muchos años de investigación y de estudio, estamos convencidos de que no hay una
explicación humana para este libro. Esta decisión no es dejada a opiniones terrenales, sino más bien como el
Salmo 119:89 dice: “para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los Cielos.”
Otro punto importante para recordar es que la Biblia es la única revelación escrita que Dios ha dado al hombre.
En la Biblia, Dios nos advierte 3 veces de no agregar a las Escrituras ni quitar de ellas, la última vez es en
Apocalipsis 22:18-19.

III. ¿CUÁL ES EL TEMA DE LA BIBLIA?

Pese a que la Biblia está constituida por 66 libros, tiene un único y gran tema sobresaliente: Cristo. El Antiguo
Testamento contiene muchas predicciones o profecías, concernientes a Cristo. El Nuevo Testamento nos habla
de su venida como Redentor. Cristo es anunciado en el Antiguo Testamento y revelado en el Nuevo Testamento.
También nos habla de su muerte, sepultura, resurrección, ascenso y regreso al Cielo. Concluye revelando los
próximos acontecimientos que tendrán lugar en el planeta Tierra. Jesucristo reinará sobre la Tierra por 1000
años, entonces habrá un juicio final llamado “El Juicio del Gran Trono Blanco”. Finalmente, “un nuevo cielo y una
nueva tierra serán establecidos”. La Biblia nos da el plan de la edades, desde la creación hasta la nueva creación
(Apocalipsis 21 y 22).

IV. ¿CÓMO ESTÁ DIVIDIDA LA BIBLIA?

La Biblia es el registro del mundo desde el principio del tiempo (creación) hasta el fin futuro. Génesis nos habla
de la creación del mundo, la entrada del pecado, el diluvio y el comienzo de la nación de Israel. Desde Éxodo
hasta Ester tenemos la historia de Israel hasta cerca de 400 años antes del nacimiento de Cristo. Los libros desde
Job hasta Cantar de los Cantares de Salomón contienen maravillosa poesía y sabiduría. El resto del Antiguo
Testamento, desde Isaías a Malaquías, es profético; eso es, estos libros contienen mensajes de Dios a Israel
concernientes a su presente condición y su futuro destino.

El Nuevo Testamento comienza con los 4 Evangelios, los cuales presentan la vida del Señor Jesucristo. Hechos
nos narra la historia del cristianismo en su infancia, revela el comienzo de la Iglesia y nos da testimonios
personales de encuentros con el Evangelio de Jesucristo, incluyendo la conversión del gran apóstol Pablo. De
Romanos a Judas, encontramos cartas a iglesias e individuos, desarrollando las grandes verdades de la fe
cristiana, e instrucción práctica concerniente a la vida cristiana. Apocalipsis nos da una visión del futuro sobre
eventos que tendrán lugar en los cielos, en la tierra y en el infierno.

V. CONCLUSIÓN

“Este libro contiene la mente de Dios, el estado del hombre, el camino de salvación, la condenación de los
pecadores y la felicidad de los creyentes. Sus doctrinas son santas, sus preceptos son comprometidos, sus
historias son verdaderas, y sus decisiones son inmutables. Léala para ser sabio, créala para ser salvo, y
practíquela para ser santo. Contiene luz para dirigirlo, alimento para sostenerlo, y consuelo para alentarlo. Es el
mapa del viajero, la brújula del piloto, la espada del soldado, y el itinerario del cristiano. Aquí se restablece el
Paraíso, los Cielos son abiertos, y las puertas del infierno son reveladas. Cristo es su gran tema, nuestro bien es
su diseño, y la Gloria de Dios su finalidad. Léala lentamente, frecuentemente y en plena oración. Es una mina de
riquezas, un paraíso de gloria y un río de placer. Recompensará la labor más grande y condenará a todos los que
menosprecian su contenido sagrado. Es el Libro de los libros – El Libro de Dios – La revelación de Dios a la
humanidad." Citas seleccionadas.

Capítulo 2
Dios

Capítulo 2
DIOS

No hay tema más importante que pueda ocupar la mente, que el estudio de Dios y la relación del hombre con él.

I. LA EXISTENCIA DE DIOS

Hay muchos sistemas que tienen falsas enseñanzas o niegan la existencia de Dios.

Teísmo: Este sistema reconoce que hay un dios pero niega que un dios sustente la creación.
Ateísmo: Sin explicaciones, sostienen la teoría de un efecto sin una causa, ellos sólo dicen que no hay Dios.
Escepticismo: Ellos sólo pueden decir que dudan que hay un dios, especialmente un dios de revelación.
Agnosticismo: Esta escuela no niega a Dios, pero niega que Dios pueda ser conocido.
Panteísmo: Todo es dios y dios es todo.
Triteísmo: Ellos enseñan que hay 3 dioses separados.
Dualismo: Ellos creen en 2 dioses: un dios que es bueno y un dios que es malo, siendo ambos iguales.
Monoteísmo: Esta es la doctrina de un solo Dios. Esto creemos los cristianos y también cree lo mismo el diablo
(Santiago 2:19).

La Biblia no procura probar la existencia de Dios. El hecho de que hay un Dios es asumido a través de las
Escrituras. Antes de que algo llegara a ser, Él era, “En el principio Dios”. El primer versículo de la Biblia comienza
asumiendo Su pre-existencia. "En el principio creó Dios los cielos y la tierra." La existencia de Dios es presentada
como una declaración de un hecho que no necesita pruebas. El hombre que dice que no hay Dios es llamado un
necio en Salmo 14:1. También necesitamos conectar este versículo con Juan 1:1-5 donde claramente establece
que Jesús estaba también al principio de la creación con Dios, por lo tanto se confirma Su eterna relación de Hijo
con el Padre. El Espíritu Santo también tomó parte en la creación. “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas” (Génesis 1:2). El Triuno Dios creó los cielos y la tierra.

De todos modos, aún aparte de la Biblia, hay certeras evidencias de la existencia de Dios.

(1) La humanidad siempre ha creído en un ser universal.


(2) La creación demanda que haya un Creador. El universo no pudo originarse sin una causa.
(3) El magnífico diseño que podemos ver en la creación, demanda un infinito diseñador.
(4) Porque el bien y el mal existen por todo el mundo, debemos asumir que hay una ley moral que divide el bien
y el mal. Dado que hay una ley moral, debe haber un dador de esa ley.
(5) Puesto que el hombre es un ser inteligente y moral, su creador debe haber sido de mayor grado aún para
tener la capacidad de crearlo.

II. LA NATURALEZA DE DIOS

A. Dios es Espíritu. Juan 4:24. Esto significa que Dios no tiene un cuerpo.
Él es invisible, de todos modos, Él puede revelarse al hombre en forma visible. En la persona de Jesucristo, Dios
vino a este mundo en un cuerpo de carne. Juan 1:14-18; Colosenses 1:15; Hebreos 1:3.

B. Dios es Luz. “Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en Él.” I Juan 1:5.
C. Dios es Amor. “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” I Juan 4:8.

D. Dios es fuego consumidor. “Porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Hebreos 12:29.

E. Dios odia. “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma.” Proverbios 6:16.

F. Dios oye. Los ojos del Señor están abiertos sobre nosotros, y Sus oídos están abiertos ante nuestras oraciones.
Salmos 91:15.

G. Dios es una persona. Nombres personales son usados en referencia a Él. Éxodo 3:14; Mateo 11:25.
Características personales le son adjudicadas, tales como: (1) conocimiento, Isaías 55:9-10; (2) emociones,
Génesis 6:6; (3) voluntad, Josué 3: 10.

H. Dios es una Unidad. La Escritura claramente enseña que hay un solo Dios. I Timoteo 2:5 (Lea este versículo.)
La falsa enseñanza de que hay varios dioses es contraria a la razón. Sólo puede haber un Ser Supremo.

I. Dios es Trinidad. La Biblia enseña no sólo que hay un Dios, sino que también hay 3 personas en la Deidad, -
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esto es un misterio para la mente humana, pero aunque no pueda ser entendido,
puede ser creído porque la Palabra de Dios así lo dice. La palabra "trinidad" no se encuentra en la Biblia, pero la
verdad es encontrada en los siguientes pasajes: (1) Bautismo de Jesús, Mateo 3:16-17. (2) La gran comisión,
Mateo 28:19. (3) La bendición de II Corintios 13:14. El Padre es llamado Dios en Romanos 1:7. El Hijo es llamado
Dios en Hebreos 1:8. El Espíritu Santo es llamado Dios en Hechos 5:3-4.

III. LOS ATRIBUTOS DE DIOS

Es difícil definir a Dios. Una de las mejores maneras es describir algunas de sus cualidades y características.
Cuando nosotros tratamos de describir una persona a alguien que nunca antes la ha visto, hacemos referencias
a su cabello, ojos, estatura y otras características. Así es también como la Biblia nos habla de Dios. Esas
características son conocidas como Sus atributos.

A. Dios es omnipresente. Esto significa que Dios está presente en todo lugar al mismo tiempo (Jeremías 23:24).

B. Dios es omnisciente. En otras palabras, Él conoce todas las cosas. Él conoce cada pensamiento y hecho de los
hombres (Proverbios 15:3). Él conoce todo lo que acontece en la naturaleza, incluyendo aún la muerte de un
pajarito (Mateo 10:29). Pese a que el universo es ilimitado y gloriosamente magnífico, Él conoce la eterna
historia de cada grano de arena.

C. Dios es omnipotente. Él tiene todo el poder. Él creó el universo y ahora lo controla por su poder. No hay nada
que Él no pueda hacer (Mateo 19:26).

D. Dios es eterno. Él nunca tuvo un principio y nunca cesará de ser. Cuando Moisés preguntó: “¿Quién debo
decir que me ha enviado?” Dios contestó: “YO SOY EL QUE SOY.” Él no replicó que era o será. Él es el eterno “YO
SOY.” Éxodo 3:13-14.

E. Dios es inmutable. "Porque Yo Jehová no cambio." Malaquías 3:6.

F. Dios es santo. Él es absolutamente puro y sin pecado. Él odia el pecado y ama lo bueno (Proverbios 15:9-26).
Él debe separarse a sí mismo de los pecadores y debe juzgar el pecado (Isaías 59:1-2).
G. Dios es justo. Todo lo que hace es recto y justo. Él cumple todas sus promesas (Salmos 119:137).

H. Dios es amor. Pese a que Dios odia el pecado, Él ama a los pecadores (Juan 3:16).

Nota: Hablándole a Dios en oración, usamos palabras de respeto para mostrar reverencia a Dios. No es propio
dirigirse a Él en la misma manera que conversamos con los que nos rodean. Si entramos a la oficina de un
presidente o un rey, ¿cómo deberíamos dirigirnos a él? Recordemos entonces que estamos entrando en la
presencia del Rey de Reyes cada vez que oramos.

Capítulo 3

El Señor Jesucristo

Capítulo 3
El SEÑOR JESUCRISTO

El Señor Jesucristo es el tema central de la santa Escritura. Debemos considerar Su Deidad, Su Encarnación, Su
obra y Sus oficios.

I. SU DEIDAD

En el Antiguo Testamento Dios dijo a Moisés, “YO SOY EL QUE SOY.” Este nombre fue usado frecuentemente por
Jesús para demostrar Su Deidad. Cuando Él frecuentemente usaba el nombre “YO SOY,” estaba diciendo, “Yo soy
Dios.”

A. “YO SOY el pan que descendió del cielo.” Juan 6:41.


B. “YO SOY la luz del mundo.” Juan 8:12.
C. “YO SOY la puerta.” Juan 10:7.
D. “YO SOY el buen pastor.” Juan 10:11.
E. “YO SOY la resurrección y la vida.” Juan 11:25.
F. “YO SOY el camino, la verdad y la vida.” Juan 14:6.
G. “YO SOY la vid verdadera.” Juan 15:1.

La deidad de Cristo significa que Cristo es Dios. La Escritura claramente enseña este importante hecho de las
siguientes maneras:

A. Los atributos de Dios son usados en la Biblia hablando de Cristo.

(1) Su pre-existencia. Cristo no tiene principio. Juan 1:1-3; 17:5.


(2) Su omnipresencia. Él está con Sus siervos en todo lugar. Mateo 28:20.
(3) Su omnipotencia. Él tiene ilimitado poder. Apocalipsis 1:18.
(4) Su omnisciencia. Él tiene ilimitado conocimiento. Juan 21:17.
(5) Su inmutabilidad. “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos." Hebreos 13:8.

B. Las obras de Dios fueron llevadas a cabo por Cristo.


(1) Él creó todas las cosas. Juan 1:3.
(2) Él sostiene el universo. Colosenses 1:16-17.
(3) Él se resucitó a sí mismo de entre los muertos. Juan 2:19.

C. Los títulos de Dios son dados a Cristo.

(1) Dios el Padre reconoce al Hijo como Dios. Hebreos 1:8.


(2) Los hombres le llamaron Dios, y Él no rehusó la adoración de ellos. Juan 20:28.
(3) Los demonios le reconocieron como Dios. Marcos 1:24.
(4) Él declaró de sí mismo ser Dios. Juan 10:30.

II. SU ENCARNACIÓN
Por la encarnación de Cristo comprendemos su venida a este mundo como hombre.

A. La venida de Cristo fue preanunciada en el Antiguo Testamento. Isaías 7:14.

Los registros históricos del nacimiento de nuestro Señor. Su nacimiento fue diferente a todos los demás
nacimientos:

(1) fue concebido por el Espíritu Santo. Lucas 1: 35.


(2) nació de una virgen. Mateo 1:23.
(3) fue verdaderamente hombre, poseyendo cuerpo (Hebreos 10:5), alma (Mateo 26:38) y espíritu (Lucas 23:46).

B. Cristo vino en forma humana para:

(1) Revelar al Padre. Juan 14:9.


(2) Quitar el pecado por el sacrificio de sí mismo. Hebreos 9:26.
(3) Destruir las obras del diablo. I Juan 3:8.

Nota especial: Una de las verdades fundamentales de la fe cristiana es que Jesucristo es verdaderamente Dios y
que vino a este mundo como un hombre por el milagro del nacimiento virginal. Por causa de su nacimiento no
recibió la naturaleza pecaminosa o adámica (Romanos 5:12). Como hombre, Él era absolutamente sin pecado.
Su vida sin pecado y Su resurrección corporal de entre los muertos confirman estas verdades.

III. SU OBRA

Bajo este encabezamiento, discutiremos la muerte del Señor, su resurrección y su ascensión. La cruz es la verdad
fundamental de la revelada Palabra de Dios. Por la cruz no queremos referirnos al madero, sino al Sacrificio
sobre el madero. Desde el Tabernáculo en el desierto, a través del Antiguo Testamento, la Palabra de Dios está
llena con símbolos de Cristo y Su crucifixión. Él es el Cordero Pascual de Éxodo 12 y la serpiente de bronce de
Números 21 y Juan 3:14-15. Él es el Pastor del Salmo 23 y el Pastor herido de Zacarías 13:6-7. Él es el Salvador
sufriente de Isaías 53 y el Rey de Gloria del Salmo 24:9-10.

A. Su muerte.

(1) Nadie es salvado por la vida de Cristo sino por la muerte de Cristo.
Juan 3:14-18.
(2) Fue parte del eterno propósito de Dios. Hebreos 10:7.
(3) Fue necesaria para cumplir las profecías del Antiguo Testamento. Isaías 53:5.
(4) Fue necesaria para proveer salvación al hombre. Efesios 1:7.
(5) La muerte de Cristo fue por otros. Él murió como un sustituto.
I Corintios 15:3.
La muerte de Cristo fue suficiente, porque, en primer lugar cumplió completamente las demandas de Dios
porque Cristo soportó y agotó el juicio divino contra el pecado; y en segundo lugar suple completamente toda
necesidad humana porque fue la muerte de una persona infinita y por lo tanto su valor es infinito.

B. Su Resurrección

La resurrección corporal de Jesucristo fue necesaria para cumplir la profecía, para completar la obra de la cruz
(Romanos 4:25), y para elevar a Cristo a su presente obra en el cielo.
El cuerpo resucitado de Jesucristo era real. No era un espíritu (Lucas 24:39). Fue el mismo cuerpo que había sido
crucificado, porque tenía las marcas de los clavos y la herida en su costado (Juan 20:27).
Pero ciertamente también era un cuerpo cambiado, con poder para sobrepasar las limitaciones físicas. Después
de su resurrección, Cristo apareció a algunos de sus seguidores al menos 10 veces. Mas de 500 testigos a la vez
lo vieron después que resucitó y testificaron que Jesús de hecho había resucitado de entre los muertos ( I
Corintios 15:6-8).
La resurrección de Cristo es una importante verdad. Si no hubiera habido resurrección, no habría fe cristiana.
Este sólo evento separa el cristianismo de todas las demás religiones, ya que todas apuntan a la tumba de su
líder y “salvador.” Nosotros no tenemos un Dios muerto.
Nosotros tenemos un Salvador Viviente, que triunfó sobre la muerte y la tumba y está vivo para siempre. En las
cortes del mundo, el testimonio de testigos presenciales convalida la evidencia de cada caso. Las opiniones
personales son de poco valor. Con alrededor de 500 testigos oculares habiendo personalmente visto al Cristo
resucitado de los muertos, no queda duda de la validez de los eventos.

C. Su ascenso.

(1) Al final de su ministerio en la tierra, Cristo fue elevado al cielo (Lucas 24:50; Hechos 1:9-11). Su cuerpo fue
visible para aquellos que fueron testigos oculares mientras Él ascendió al cielo para cumplir su promesa de Juan
14:2-3. Él dijo: “Voy a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os
tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3).

(2) Él ascendió para poder entrar en Su gloria (Juan 17:5), y continuar su ministerio por Su gente. El primer
capítulo de Apocalipsis es el testimonio de Juan sobre el Cristo entronado.

IV. SUS OFICIOS

Cristo es presentado en las Escrituras como un Profeta, un Sacerdote y un Rey.

A. Como Profeta, Él habla a los hombres lo que Dios debe decirles, y Él revela a Dios a los hombres. Juan 1:18.

B. Como Sacerdote, Él representa a los creyentes delante de Dios. Hebreos 4:14-16.

C. Como Rey, El reina hoy en los corazones de aquellos que se someten a Él. En el tiempo venidero, El reinará
sobre la tierra por mil años (Apocalipsis 20:2-3). El Salmo 72 describe Su reino sobre la tierra. Desde entonces, y
por la eternidad el Señor continuará siendo nuestro Rey de Reyes y Señor de Señores.
Capítulo 4

El Espíritu Santo

Capítulo 4
EL ESPIRITU SANTO

La religión cristiana es la única que tiene el Espíritu Santo. Mientras piensa sobre esta doctrina del Espíritu
Santo, recuerde que Jesucristo es el tema central de toda la Biblia. No conocemos el nombre del Espíritu Santo.
Estamos para decir lo que es Él, quién es ÉL y qué hace. El silencio de las Escrituras concerniente a Su nombre
personal es significativo. Él oculta Su propio nombre para que el nombre y la obra del Señor Jesucristo puedan
ser exaltados. Juan 15:26.

A. Su Persona:

No llames al Espíritu Santo “algo.” Él es una persona real que habita en cada creyente. A veces pensamos que la
única persona real es aquella que es visible. En realidad nosotros somos una persona y tenemos personalidad, la
cual no es el cuerpo en sí. Este cuerpo humano es solamente el vehículo que Dios nos ha dado para vivir en el
planeta Tierra. Tú no eres “algo”: cuando mueras, permanecerá un cuerpo que ponemos en la tumba, pero tú
habrás partido. Esa persona real (el espíritu que partió) nunca ha sido visible, así como el Espíritu Santo tampoco
es visible.

El Espíritu Santo se revela a la humanidad como una persona.

(1) Él puede ser contristado. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de
la redención” (Efesios 4:30).
(2) Él puede ser tentado. “Y Pedro le dijo: ¿por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?” (Hechos 5:9).
(3) Él puede ser resistido. “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al
Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros” (Hechos 7:51).
(4) Él puede ser blasfemado. “Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino
que es reo de juicio eterno” (Marcos 3:29-30).
(5) A Él se le puede mentir. “Ananías, por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?”
(Hechos 5:3).

El Espíritu Santo también es llamado “Dios” en varios lugares en la Biblia. Él tiene atributos divinos como se nos
revela en los siguientes pasajes de la Escritura.

(1) Omnipotencia - Lucas 1:35. En el nacimiento de Cristo, Él fue el protector de María y Jesús. El es nuestro
protector también.
(2) Omnisciencia - I Corintios 2:10. En nuestra vida, Él sabe todo acerca de todo.
(3) Omnipresencia - Salmo 139:7-17. En nuestra vida, “El nunca te dejará ni desamparará.” Él está siempre
presente.
(4) Eterno Espíritu - Hebreos 9:14. En nuestra vida desde el Nuevo nacimiento hasta el Cielo, Él está activo
ayudándonos a “servir al Dios Vivo.”

El Espíritu Santo es también identificado en la Biblia por diversos símbolos y ejemplos, los cuales son cuadros de
su Divina obra.
(1) Paloma - Juan 1:32. La paloma es un símbolo de amor y tristeza mientras Él ministraba a Jesús.
(2) Agua - Isaías 44:3; Juan 7:38-39. Una vez que tú eres salvo sólo el Espíritu Santo puede calmar tu sed
espiritual.
(3) Aceite - I Samuel 16:13. El oído de un sacerdote era ungido primero de manera que pudiese oír a Dios.
Frecuentemente un pulgar del sacerdote era ungido para que pudiera servir a Dios. Esa es la obra del Espíritu
Santo en nuestras vidas.
(4) Viento - Juan 3:6-8. En quietud y de manera imperceptible el Espíritu Santo se mueve e interviene tanto en la
salvación como en nuestras vidas diarias.
(5) Fuego - Hechos 2:3-4. El fuego es un símbolo de purificación, prueba o juicio. Esto es una obra del Espíritu
Santo en nuestras vidas.
(6) Vestiduras - Jueces 6:34. Versión amplificada. El Espíritu de Jehová vistió a Gedeón. Vestiduras nos hablan de
protección. Él también es nuestro protector.

B. Su Propósito:

Él está activo en muchas áreas a través de las Escrituras. Aquí tenemos un listado de las muchas cosas en las que
está involucrado.

(1) Él habla. “Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo, apartadme a Bernabé y a Saulo para
la obra a que los he llamado.” (Hechos 13:2)
(2) Él intercede. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como
conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” (Romanos
8:26)
(3) Él testifica. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual
procede del Padre, Él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26)
(4) Él pastorea. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual Él ganó por su propia sangre.” (Hechos 20:28).
(5) Él guía. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.” (Juan 16:13)
(6) Él enseña. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas
las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26)
(7) Él creó. “En el principio…y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Génesis 1:1-2)
(8) Él regenera en la salvación. “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije, os es necesario nacer de nuevo…así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”
(Juan 3:3, 5-8)
(9) Él resucitó a Cristo de los muertos. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en
vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su
Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 8:11).
(10) Él participa en la completa salvación. “Ya estáis lavados…ya estáis santificados…ya estáis justificados en el
nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Corintios 6:11)
(11) Él nos sella en salvación. “Y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.”
(Efesios 1:13)
(12) Él guía a los creyentes. “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.”
(Romanos 8:14; Gálatas 5:18)

Mientras caminamos a través de la vida cristiana, debemos tomar conciencia del hecho de que es la persona del
Espíritu Santo quien nos ministra cada día. La Biblia nos dice que estamos llenados o controlados por el Espíritu
de Dios. Él no puede obrar en nuestras vidas si vivimos en pecado. Tú puedes pecar en pensamientos o en
hechos, pero entonces apagas el Espíritu Santo. Debes poner en práctica I Juan 1:9 inmediatamente, de manera
de no perder tu comunión con Dios: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Así es como debemos estar en comunión con él. El peligro más grande
que un cristiano enfrenta en este mundo no es caer en bancarrota, ni enfermedades, ni soledad, ni ofensas
verbales, ni persecución, ni cualquier otra cosa, sino encubrir pecado en su vida. El pecado es lo que quiebra
nuestra comunión con Dios, apaga al Espíritu Santo y habilita al diablo para desviar nuestra senda a un camino
de dolor, sin la bendición de Dios. Gálatas 5:19-21 nos da una lista de cosas contra las cuales debemos ser muy
sensibles. Debemos darnos cuenta claramente que Satanás es el enemigo de nuestras almas. Esta es la batalla
cotidiana que debemos pelear (Efesios 6:11-18). La victoria viene “cuando caminamos en la luz así como Él
(Dios) es luz, y, tenemos comunión unos con otros (Dios y tú) y la sangre de Jesucristo, Su Hijo, nos limpia de
todo pecado (I Juan 1:7). Manteniendo cuentas cortas con Dios a cada hora del día nos mantenemos en
comunión con el Padre. La confesión instantánea de nuestros pecados es nuestra única defensa contra el
enemigo de nuestras almas. Lee varias veces y memoriza el capítulo 1 de la primera carta de Juan. Es el secreto
de un andar victorioso en la vida cristiana.

C. Su Práctica:

Cada cristiano puede producir dos clases de frutos en su vida, pero sólo una clase será evidente en su tiempo.
Recuerda, como un cristiano, tú puedes producir uno de estos frutos, dependiendo de tus deseos. Puede ser el
fruto de la carne o el fruto del Espíritu. El fruto dependerá de quien tenga el control de tu vida. “Andad en el
Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu
es contra la carne” (Gálatas 5:16-17). A diario tú estás llevando fruto mientras vives en este mundo, pero ¿qué
fruto es? La presión del mundo te empuja a cumplir los deseos de la carne. La tentación se presenta en
comerciales, medios de comunicación, revistas y mil lugares más. Satanás es el dios de este mundo (I Juan 5:19).
Nuevamente, estas obras de la carne están detalladas en Gálatas 5:19-21. La persona que no es cristiana no
tiene otra opción, sino sólo producir el fruto de la carne. Desde una perspectiva humana, él puede hacer buenas
obras y aún obras religiosas y sociales que el mundo aplaude, de todas maneras, desde la perspectiva de Dios
ellas no tienen mérito eterno.

La obra del Espíritu Santo es producir el fruto del Espíritu en tu vida. Sólo la persona que es cristiano nacido de
nuevo puede tener este fruto. Observa que está en singular en las Escrituras. Tu no puedes seleccionar tu fruto:
es Su fruto, así que Él produce todo o nada en tu vida dependiendo de tu relación espiritual con Dios. Cuando el
pecado entra, el fruto cambia del fruto del Espíritu al fruto de la carne. El deseo de cada cristiano debe ser llegar
a ver el correcto fruto en su vida. El Espíritu Santo obra en nuestras vidas y produce Su fruto cuando nos
sometemos a Su control. Si Él no es Señor de todo, Él no es Señor de nada (Gálatas 5:22-24).

Nosotros no trabajamos para obtener una posición de victoria para estar en condiciones de producir el fruto del
Espíritu. Nosotros trabajamos desde una posición que ya poseemos en Cristo. Habrá una batalla cada día de tu
vida para producir este fruto, pero aquí está nuestra victoria: “los que son de Cristo, han crucificado la carne con
sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:24). Debemos darnos cuenta que nuestra victoria no es de nosotros mismos
sino de Cristo. La crucifixión de la carne no es por lo que hacemos, sino por quién vive en nosotros y en quién
nosotros vivimos. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas
2:20). Mientras nos sometamos al control del Espíritu Santo, podremos tener victoria a diario. Tú puedes
contristar el Espíritu Santo pero Él nunca te dejará porque “has sido sellado para el día de la redención” (Efesios
4:30). Su morada en ti es permanente hasta que arribemos a las puertas del Cielo.

D. Sus Provisiones:
Como cristiano, te has preguntado a ti mismo alguna vez: “¿Qué puedo hacer?” Si te hubiera regalado un nuevo
automóvil, ¿qué esperaría que hicieras con él? ¿Esperaría que sólo lo miraras, lo pusieras en una habitación para
mostrarlo y que la gente lo viera, hablara sobre él, le contara sus amigos de él, lo fotografiara, o esperaría que te
subieras y lo condujeras? Obviamente, el propósito del automóvil es utilizarlo. Puedes conducirlo con el
propósito de trabajar o de dar un paseo con tus amigos. Dios te ha dado el don de la vida eterna, la morada del
Espíritu Santo y dones espirituales para que los uses para Él. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el
Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de
operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la
manifestación del Espíritu para provecho” (I Corintios 12:4-7).

Los próximos versículos en este capítulo y en otros capítulos de la Escritura nos dan una lista de dones que el
Espíritu Santo da a los creyentes. Sabemos que cada creyente tiene al menos un don para ser usado para el
Señor (Romanos 12:4-8). Ahora bien, ¿qué piensas que el Señor espera que nosotros hagamos con esos dones
que Él nos dio? Mientras te mueves por este mundo y a través de las Escrituras no estás para mirar los dones de
otra persona y llenarte de celos. Debes darte cuenta que el don del Espíritu Santo es único para ti como un hijo
especial. “Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso” (I Corintios 12:18). Te
debes preguntar: “¿Cual es mi don?” Nosotros no lo sabemos. Pregúntale a Él. Descubre tu don y ponte a
trabajar.

Hay algunos dones que ya no están disponibles para los creyentes hoy en día. Déjame recordarte que el libro de
los Hechos fue un período de transición para el comienzo de la iglesia. Hechos es un libro transicional, por lo
tanto, no debemos edificar doctrina sobre este libro sin que el resto del Nuevo Testamento la confirme. A causa
de que los creyentes no tenían el Nuevo Testamento, Dios demostró Su poder y aprobación por milagros,
revelaciones y hablando en lenguas (idiomas) en Pentecostés. De este modo fueron rápidamente esparcidas las
noticias de una nueva dispensación del Salvador que había venido a redimir la humanidad. Lo que fue un milagro
en Pentecostés no se repetiría. Hubo solamente un Pentecostés como también un solo Calvario, una
resurrección corporal y una sola ascensión. En el día de Pentecostés, gente de todo el mundo conocido escuchó
el evangelio en su propio idioma, de modo que pudieron retornar a sus lugares de origen y hablarles a su gente
de que el Salvador del mundo había resucitado de entre los muertos (Hechos 2:4, 22-24). Hoy, el don de lenguas
no está activo. Tenemos la Biblia en la mayoría de los idiomas del mundo. Necesitamos cumplir la comisión que
nos dejó el Señor en nuestro propio lenguaje: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”
(Marcos 16:15)

El don de conocimiento tampoco está vigente hoy, porque tenemos la completa revelación de Dios en la forma
escrita del Nuevo Testamento. El don de profecía ha cesado por la misma razón. Fueron para aquel tiempo
especial cuando el Nuevo Testamento no estaba disponible en forma escrita como lo tenemos hoy. Dios se
comunicó con su pueblo a través del Antiguo Testamento, y de maneras directas hasta que el Nuevo
Testamento estuvo completo. Como I Corintios 13:10 dice en referencia a la formación del Nuevo Testamento:
“cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” Esto es confirmado en Santiago 1:25 “mas
el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad,” la cual es el Nuevo Testamento. La Palabra de Dios,
ahora en forma escrita, elimina la necesidad de los dones antes citados. De hecho, tener alguna nueva
revelación o profecía o agregar a la Palabra de Dios acarreará juicio, como nos dice Apocalipsis 22:18-19. “Yo
testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: si alguno añadiere a estas cosas, Dios
traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.”

E. El Sello del Espíritu Santo.


El Espíritu Santo mismo es el Sello:

(1) Es un sello de pertenencia. II Timoteo 2:19.


(2) Es un sello de identificación. Efesios 1:13-14.
(3) Es un sello de seguridad. Efesios 1:13-14.
(4) Es un sello de una transacción económica consumada. Un sello confirmaba una transacción legal. Jeremías
32:10.
(5) Es un sello de justicia. Romanos 4:11.
(6) Es un sello de impresión. Este sello dejaba siempre su impresión en cera. Cuando nosotros somos sellados
con el Espíritu Santo, Su impresión es sobre nosotros mismos (II Corintios 3:2-3). Este es el sello de “arras.” El
dinero de arras (adelanto o garantía) en una compra, aseguraba el pago final a la fecha establecida.
La presencia del Espíritu Santo es la garantía del pago de Dios. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el
cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30). Su morada en ti es permanente hasta que
arribemos al cielo.

F. El Bautismo del Espíritu Santo.

La palabra bautismo significa “sumergir, colocar dentro de, o identificarse con”. El bautismo del Espíritu Santo es
la operación por la cual el Espíritu Santo nos coloca dentro del cuerpo de Cristo cuando llegamos a ser salvos. El
cuerpo de Cristo es sinónimo de la iglesia, la cual incluye a todos los creyentes nacidos de nuevo. “Porque por un
solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se
nos dio a beber de un mismo Espíritu” (I Corintios 12:13). Esta fue la promesa de Pentecostés y el principio de la
iglesia.

El bautismo del Espíritu Santo no es una dotación de poder ni una experiencia, sino más bien un acto del Espíritu
Santo mismo, como el agente que te coloca en el cuerpo de Cristo. Hechos 1:5, “seréis bautizados con el Espíritu
Santo dentro de no muchos días.” Esto habla de Pentecostés, el comienzo de la iglesia, que pronto llegaría.
Antes de Pentecostés el Espíritu Santo venía sobre las personas, Él estaba “con vosotros,” pero después de
Pentecostés, Él estaría siempre “en vosotros”. Él hace residencia permanente en todos los que son salvos. En
todo lugar donde las palabras “bautismo del Espíritu” son usadas, siempre se aplican colectivamente a un grupo
y nunca a un individuo. Cuando vemos en las Escrituras el “Bautismo del Espíritu y de fuego,” tenemos un
cuadro contrastante de salvación y juicio. Tú tienes uno o el otro, dependiendo de tu relación con Jesucristo. Ver
Mateo 3:11-12; Lucas 3:16-17.

Algunos podrían afirmar tener una experiencia de “Bautismo del Espíritu” y hablar en lenguas. Algunos podrían
afirmar haber recibido poder para sanar, hacer milagros y echar fuera demonios, pero estos son falsos profetas y
falsos maestros. Por favor leer II Pedro capítulo 2. Ellos están interpretando la Biblia por su propia experiencia
en vez de interpretar la experiencia por la Biblia. El diablo puede falsificar supuestas experiencias milagrosas que
no son de Dios. Hay un Espíritu de Verdad y hay un espíritu de error (I Juan 4:1-6).

La llave para el uso de los dones del Espíritu Santo por los creyentes hoy debe estar motivada por un camino
más excelente. I Corintios 13:2, “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese
toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”. El amor es la fuerza impulsora
que debe motivarnos a ejercer nuestros dones como cristianos. Debemos someter todo al Señor Jesucristo para
estar dispuesto a todo tiempo, para todo lugar, para toda obra, para todo testimonio a que nos llame el
Maestro. Mucho más podríamos compartir sobre la persona y la obra del Espíritu Santo, y mientras maduramos
en Cristo, entenderemos más de Su presencia y obra en nuestras vidas.
Capítulo 5

El Hombre

Capítulo 5
HOMBRE

Si queremos saber la verdad acerca del hombre, debemos acudir a la Biblia. "La verdad es lo que Dios dice
acerca de algo." La Biblia nos habla sobre la creación del hombre, su naturaleza y relación con otros seres. El
hombre es el foco central de la creación. Toda la tierra está sujeta a él (Génesis 1:26). De todos modos, para
realmente conocer al hombre debemos obtener la perspectiva de Dios, no las ideas de los hombres.

I. ORIGEN DEL HOMBRE

Es muy natural que el hombre sea curioso acerca de su origen. Siempre así lo ha sido. Varias teorías han sido
propuestas en diferentes tiempos por filósofos. La más moderna es la teoría de la evolución, la cual afirma que
los ancestros humanos son los animales. No hay evidencias que el hombre primitivo haya sido diferente al
hombre moderno. El hecho de que la sangre humana es “una” a través del mundo prueba que no es un proceso
de evolución, Hechos 17:26. La sangre de los animales no sustenta la vida humana. No podemos mezclar nuestra
sangre con la sangre de los animales. Desde los peces a las aves, desde los animales al hombre, Dios creó cada
uno según su género (Génesis 1:24-25).

El hombre es distintivamente diferente en que fue creado a la imagen de Dios. “Entonces dijo Dios: hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26-27).

Dios creó el primer hombre del polvo de la tierra (Génesis 2:7). De todos modos, a través de la historia Dios creó
seres humanos de diferentes maneras: (A) Por concepción entre hombre y mujer. (B) sin la participación de una
mujer, como Eva. (C) Sin hombre ni mujer, como Adán. (D) Sin la participación de un hombre, por una mujer,
como Cristo. Esto es otra evidencia del poder de Dios sobre la vida.

Dios dice acerca de su criatura el hombre, "para gloria mía los he creado, los formé y los hice" (Isaías 43:7).
Entonces la pregunta es "¿Cuál es la meta final del hombre?" Apropiadamente respondemos, "la meta final de
todo hombre es glorificar a Dios."

II. LA NATURALEZA DEL HOMBRE

Todo el que ha testificado a una persona muriendo entiende vívidamente que el hombre tiene un cuerpo físico y
también un alma o espíritu. En un momento la persona está viva ... enseguida se ha ido, aunque su cuerpo está
todavía allí. A pesar que el espíritu ha partido, un cuerpo muerto permanece.

La Biblia nos enseña que el hombre es un ser tripartito: cuerpo, alma y espíritu (I Tesalonicenses 5:23). Mientras
es difícil para nosotros distinguir entre alma y espíritu, puesto que ambos están en contraste con el cuerpo
físico, la Biblia nos enseña que hay una diferencia. Una planta es un cuerpo sin alma ni espíritu. Un animal tiene
cuerpo y alma pero no espíritu. El hombre es cuerpo, alma y espíritu. El alma distingue un ser viviente de uno
muerto, pero el espíritu distingue al hombre de los animales. El espíritu del hombre hace posible para él tener
comunión con Dios.
El hombre es el único ser creado que ora. La oración es una práctica universal. Desde los pueblos más paganos
hasta la gente más iluminada, a través de todos los tiempos, la gente ora. ¿Por qué? ¿Has visto alguna vez a un
mono que da gracias a Dios por sus bananas? También, el hombre es el único ser creado con una conciencia.
¿Has visto alguna vez un mono que sienta culpa por robarle a otros monos sus cocos o por cometer adulterio?
Los escritos históricos están llenos con testimonios de seres humanos que fueron quebrantados con convicción
de que habían hecho mal (Romanos 1:18-32). Los animales hacen sus decisiones por sus instintos. Sólo el
hombre hace sus decisiones por razonamientos.

Cuando hombres caídos llegan a ser cristianos, reciben la morada del Espíritu Santo. Recibimos la vieja
naturaleza por la caída de Satanás, quien la introdujo al género humano a través de la caída de Adán. Si vamos al
Señor en fe, le recibimos como nuestro Salvador personal, Él literalmente, en la persona del Espíritu Santo, hace
residencia en nuestras vidas. En ese momento recibimos una nueva naturaleza, la cual es “Cristo en nosotros, la
esperanza de gloria” (Colosenses 1:27).

El alma es el asiento de las emociones y pasiones. El término espíritu incluye nuestra habilidad de saber y
razonar. El hombre es responsable ante Dios y su deber más grande es hallar lo que Dios quiere que él haga, y
entonces hacerlo. Estas dos naturalezas, la carnal y la espiritual, están en una lucha interna por toda la vida del
cristiano. (Más sobre esto en “Salvación”)

III. LA LIBRE VOLUNTAD DEL HOMBRE

Hay otros seres en el universo que Dios ha creado, éstos son ángeles o también llamados espíritus. Ellos no
tienen cuerpos humanos ni almas y son más poderosos que los seres humanos. También ellos han sido creados
para servir a Dios, pero así como el hombre, tienen una libre voluntad. Algunos de ellos cayeron en el pecado de
desobediencia (Isaías 14:12-15).

Dios podría haber hecho cierto número de máquinas para hacer su voluntad mecánicamente, no obstante Él
eligió crear seres que podían, si lo desearan, servirle voluntariamente y amarlo libremente. No podemos
comprender por qué Él deseó hacerlo de este modo, pero la evidencia claramente abunda a través de la historia
mostrando que el hombre elige sus decisiones y Dios elige las consecuencias.

IV. EL PECADO DEL HOMBRE

Cuando Dios creó seres libres, capaces de hacer su voluntad o rehusarla, Él sabía que algunos elegirían el camino
equivocado. El gran ángel llamado Lucifer, ahora conocido como Satanás, decidió ejercer su voluntad en contra
de la de Dios. El primer pecado no fue cometido en la tierra sino en el cielo, por eso Lucifer fue inmediatamente
expulsado de allí. Muchos otros ángeles se unieron a Satanás y también fueron echados con él. Desde entonces,
Satanás ha estorbado los planes de Dios en toda forma posible. Cuando el hombre fue creado con una voluntad
libre, Satanás inmediatamente planeó tentarlo en su obediencia. Dios había advertido al hombre, pero Satanás
tuvo éxito en hacerlo caer en pecado a él también. La muy conocida historia se encuentra en Génesis 3.

Ahora bien, Dios, como Gobernador moral del universo, no puede tolerar en su presencia a ningún ser que
deliberadamente desobedece sus mandamientos. Por eso es que Satanás fue echado del cielo cuando desafió la
voluntad de Dios. Él mismo trato fue necesario para con el hombre, y de ese modo Adán fue echado de la
presencia física de Dios (Génesis 3:23-24).

El pecado ha entrado a la raza humana por Adán y por él ha pasado a cada ser humano. “Por tanto, como el
pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Todos nacimos con una tendencia a pecar. Nuestra naturaleza
pecaminosa responde a la tentación por lo cual pecamos contra un Dios santo.

V. EL FUTURO DEL HOMBRE

Así como la Biblia nos habla del origen humano, que proviene de la mano del Creador; la vergonzosa caída del
hombre y su consecuente separación de Dios; del mismo modo fielmente nos advierte que cada hombre, mujer
y niño algún día estará delante de Dios como Juez. “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de
sí” (Romanos 14:12). El hecho de la muerte es tan común que cada uno entiende el inevitable fin de cada
hombre. Pero la Biblia agrega: "está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el
juicio” (Hebreos 9:27). Dios ha creado al hombre y le ha revelado su voluntad a través de Su palabra. Dios
considerará a cada persona absolutamente responsable por cada cosa que haya hecho. Esta vida es
primariamente una preparación para la próxima. El hombre no muere como un animal lo hace. El espíritu del
hombre debe volver a Dios, su Creador y Juez.

Capítulo 6

El Pecado

Capítulo 6

PECADO

I. ¿QUÉ ES PECADO?

Nadie puede leer mucho la Biblia sin darse cuenta que un gran punto de atención es dado al tema del pecado, su
causa y su cura. Habitualmente pensamos en pecado en conexión con un crimen o asesinato. Pero el pecado en
la Biblia se refiere a todo lo que no alcanza la perfección de Dios. En Romanos 3:23, leemos: "por cuanto todos
pecaron y están destituidos de la gloria de Dios". La "gloria de Dios" incluye el pensamiento de absoluta
perfección. Pecado es por tanto quedar corto en la marca. Todos los hombres son culpables de esto. Pecado es
también declarado en la Biblia de las siguientes maneras:

A. Transgredir la Ley de Dios. Romanos 5:13.


B. Rebelión contra Dios, o infracción de la ley. I Juan 3:4.
C. Impureza moral. Salmo 32:5.
D. Los pensamientos malvados son tan pecaminosos, como los hechos malvados. Mateo 5:28.

II. EL ORIGEN DEL PECADO

La primera instancia de pecado registrada tuvo lugar en el cielo. El ángel Lucifer ambicionó ser igual a Dios
(Isaías 14:12-14). Por este pecado de orgullo, fue echado del cielo y llegó a ser aquel que la Biblia describe por
todos lados como el diablo o Satanás.
La primera instancia de pecado en la tierra se describe en Génesis capítulo tres. Tuvo lugar en el Jardín del Edén.
Dios prohibió a Adán y Eva comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Ellos desobedecieron a
Dios, comieron el fruto prohibido y se convirtieron en pecadores.

III. LOS RESULTADOS DEL PECADO


Tan pronto como los padres de la raza humana pecaron, tomaron conciencia del hecho de que estaban
desnudos y trataron de esconderse de Dios (Génesis 3:10).

La paga del pecado es muerte. Adán llegó a estar espiritualmente muerto en el momento en que pecó. Quedó
separado de Dios y fue expulsado de Su presencia. También llegó a estar sujeto a la muerte física. Pese a que no
murió inmediatamente, su cuerpo eventualmente fue condenado a morir (Romanos 5:12).

La naturaleza pecaminosa de Adán fue transmitida a toda la raza humana. Cada niño nace de padres pecadores,
es un pecador por nacimiento, por elección y por práctica. Por eso el hijo de Adán, Caín, fue un asesino, y el
pecado comenzó su labor en la raza humana. Porque todos los hombres nacen pecadores, todos están muertos
espiritualmente, y todos condenados a morir físicamente algún día. Leer Romanos 5:12-18 cuidadosamente.

El pecado del hombre acarreó la maldición de Dios sobre toda la Creación: el mayor de los hijos de Adán fue un
asesino; espinas y cardos, por ejemplo, son evidencia de esa maldición. Otras evidencias son mencionadas en
Génesis 3:14-19. El hombre moderno trata de explicar que nuestra depravación es sólo fallas humanas y errores.
Algunos de nuestros psicólogos tratarían de hacernos creer que el hombre está mejorando a causa de sus
avances en conocimiento y tecnología. De todos modos, no necesitamos pruebas del pecado teniendo
cementerios, prisiones, hospitales y salas para funerales. Podemos llamarlo como queramos, pero lágrimas,
enfermedades, tristeza, dolor y muerte son claras evidencias de los resultados del pecado.
¿Por qué el hombre peca? Leer Juan 8:44. Comenzó en el cielo y terminará en el infierno (Apocalipsis 20:10).

IV. LA PENA LEGAL POR EL PECADO

"La paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). Dios ha pronunciado a la muerte como penalidad por el
pecado. No hay manera que un hombre pueda perfeccionarse a sí mismo de modo que sea aceptable ante Dios.
“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la Gloria de Dios” (Romanos 3:23). Ya hemos visto que esto
significa muerte espiritual y muerte física. Esta penalidad debe ser pagada. Dios debe juzgar al pecado o proveer
una manera de limpiarnos y perdonarnos de nuestros pecados.

Mientras un hombre vive en sus pecados, está muerto espiritualmente y propenso a morir físicamente en
cualquier momento. Si todavía él está en sus pecados al momento de morir, está sujeto a la muerte eterna. Esto
significa que será separado para siempre de Dios y sufrirá para siempre en el lago de fuego. Esta es la muerte
segunda de la que se habla en Apocalipsis 20:14.

V. EL REMEDIO PARA EL PECADO

Dios ha provisto un remedio de modo que el hombre no necesite sufrir la condenación eterna por sus pecados.
Él envió a Su Hijo Jesucristo a este mundo para proveer una vía de escape para el hombre. El Señor Jesucristo
nació de la virgen María, quien concibió por el Espíritu Santo, este nacimiento virginal fue absolutamente
necesario a fin de que Él naciera sin pecado y de este modo no heredar la naturaleza pecaminosa de Adán. Él es
el único hombre sin pecado que ha existido. En la cruz sufrió voluntariamente la paga del pecado y satisfizo
todas las demandas santas de Dios. Desde que la pena por el pecado ha sido pagada, Dios puede dar vida eterna
a todo pecador que se confiesa como tal y recibe al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador (II Corintios 5:21).
(Esto será mas plenamente explicado en el tema de Salvación.)

Cuando una persona confía en Cristo, esa persona es salva de la pena y del poder del pecado. Esto no significa
que no cometerá más pecado, sino que quiere decir que todos sus pecados, pasados, presentes y futuros han
sido perdonados y que nunca más será juzgado por ellos. Recuerda que todos tus pecados eran futuros cuando
Cristo murió. En Cristo, cada persona tiene el poder para vivir en victoria sobre el pecado en vez de vivir para los
placeres, poder del pecado y Satanás.

Por esto es que Cristo Jesús murió en la cruz. “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia” (I Pedro 2:24).

Capítulo 7

La Salvación

Capítulo 7
SALVACIÓN

Vamos a observar algunas cosas en conexión a la Salvación. La necesidad de la Salvación es claramente


enseñada en la Biblia. Dios espiritualmente ve al mundo como dos familias. Una familia consiste en los hijos del
diablo. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él” (Juan 8:44). La otra
familia consiste en los hijos de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, le dio
potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).

Tú estás, en este mismo momento, en una familia o en la otra. Si murieses hoy, la familia en la que estás
determina tu eterno destino. Ahora mismo, ¿estás en la familia de Dios o en la familia del diablo? Esta es una
pregunta que sólo tú puedes responder.

Aquí está la clave. La razón por la cual Dios envió a su Hijo Jesucristo al mundo fue para morir por los pecados y
derrotar a Satanás, de manera que pueda abrir un camino para que pudiésemos “nacer de nuevo”. “El que no
naciere de nuevo no puede ver el Reino de Dios” (Juan 3:3). Este Nuevo nacimiento espiritual nos coloca en la
familia de Dios. Esto es toda la Salvación.

ONCE COSAS QUE NO SON SALVACION NI NUEVO NACIMIENTO.

1. No es engendramiento natural o descendencia - "no por sangre." Pese a que alguien pudo haber nacido en un
hogar cristiano y de padres cristianos, eso no lo hace cristiano.
2. No por determinación personal - "voluntad de la carne." Como un hijo no puede por sí mismo nacer
físicamente, así nadie puede producir el nuevo nacimiento por sus propios esfuerzos.
3. No por mediación humana - "no por voluntad de hombre, sino de Dios." Ningún ser humano, sea sacerdote,
profeta, predicador, obispo o cualquier otro líder espiritual, cualquiera sea su eminente posición eclesiástica,
puede impartir el nuevo nacimiento o vida espiritual a alguien. Todos los ritos, rituales, ceremonias, sacrificios,
penitencias, confesiones u oraciones reiterativas de ninguna de todas las religiones organizadas puede jamás
producir el nuevo nacimiento.
4. No es un cambio físico. Cristo corrigió el malentendido de Nicodemo respecto a esto y le mostró que era un
cambio espiritual (Juan 3:6).
5. No es un cambio social y geográfico. La persona nacida de nuevo no es repentinamente trasladada al cielo,
sino que continúa viviendo en la tierra para complacer a su Señor y Salvador (I Corintios 7:20-24; Colosenses
3:22-24).
6. No una apreciación intelectual de lo que es. Una persona puede estar religiosamente educada, ordenada para
el ministerio y llegar a ser un predicador sin haber nacido de nuevo. Hay muchos casos así. Teóricamente ellos
deben conocer su necesidad, y aún así no conocen nada de eso por su experiencia (II Pedro 2:1, 20-21).
7. No es un proceso evolutivo. No es un desarrollo gradual de algo que germina en su interior. Efesios 2:1-2
describe a los pecadores como seres espiritualmente muertos. No es un proceso. El nacimiento trae vida
instantáneamente. ¡La vida no puede desarrollarse mientras el nacimiento no existe!
8. No es una reforma o un automejoramiento por el cual malos hábitos externos son reformados. No es un
cambio en la manera de vivir o hábitos de la persona. Efesios 2:8-9, se imparte una nueva vida. “Y yo les doy vida
eterna” (Juan 10:28).
9. No de aguas de bautismo. Todas las aguas de los océanos no pueden salvar ni limpiar una persona. No hay fe
salvadora en agua, sin importar lo que los hombres puedan decirnos.
El bautismo es una ordenanza para mostrar la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo y nada más.
Cuando somos bautizados, damos testimonio público de lo que Dios ya ha hecho en nuestras vidas. I Pedro
3:21b. No somos salvados por agua sino por la sangre de Jesucristo que fue derramada en la cruz.
10. No es una confirmación. Algunas iglesias administran ciertos rituales que hacen a sus participantes,
generalmente adolescentes de 12-13 años de edad, como salvos. Algunas veces es una unción con aceite, la cual
supuestamente significa el recibimiento del Espíritu Santo. Esto es falsa doctrina. Nadie puede recibir el Espíritu
Santo mediante el acto de un hombre, sino por el recibimiento de Jesucristo como Salvador personal (Juan 3:6).
11. No es una creencia religiosa o la membresía a una iglesia. Es posible ser sincero en sus propias convicciones
religiosas, ser bautizado, confirmado, unido a una iglesia, tomar comunión, enseñar en una clase de escuela
dominical, ocupar un oficio en la iglesia, ser un predicador o sacerdote o hacer supuestos milagros o sanidades,
o profetizar, sin ser nacido de nuevo (Mateo 7:22-23). La necesidad del nuevo nacimiento fue revelada a uno de
los más religiosos, sincero y moral hombre de sus días (Juan 3:1-16).

El nuevo nacimiento es una transformación espiritual, Juan 3:8, y sólo puede ser brindada por Dios. Juan 1:13.

SIETE COSAS QUE LA SALVACIÓN ES

I. SU DEFINICIÓN

La palabra Salvación simplemente significa liberación. Es comúnmente usada para describir el acto por el cual
una persona es librada de un peligro que le amenaza. Hablamos de una persona siendo "salva" de ahogarse, o
de un edificio en llamas o de un barco hundiéndose. En cada caso, tres cosas son dadas por entendidas: (1) La
persona a ser salvada estaba en peligro de muerte. (2) Alguien vio su peligro y fue a su rescate. (3) El rescatador
tuvo éxito en su misión y salvó la persona de su peligrosa situación. Las palabras: "salvar," "salvado," "Salvador,"
y “salvación” aparecen muchas veces en la Biblia y tienen exactamente el mismo significado en un sentido
espiritual.

II. SU NECESIDAD

La Salvación ofrecida por Dios es necesaria por dos hechos, los cuales cada persona debe enfrentar:

A. El hecho del pecado del hombre. Romanos 3:23.

Ya hemos discutido en nuestras lecciones previas la condición espiritual del hombre. Por naturaleza, todo ser
humano es hijo del diablo. Ya hemos apuntado que todo ser humano llega a este mundo con una naturaleza
pecaminosa que le constituye un pecador por nacimiento. Esta naturaleza pecaminosa, al tiempo, es
evidenciada por pensamientos pecaminosos, palabras, hechos y una actitud de enemistad hacia Dios. La Biblia
hace esto abundantemente claro. Leer Romanos 5:12, 18, 19; 6:16; 8:5-8; Génesis 6:5; Efesios 2:1-3; II Corintios
4:3-4; Isaías 53:6; Jeremías 17:9; Marcos 7:20-23; Romanos 1:21-32; 3:19-23. Será evidente a todos en estas
Escrituras que el hombre es:

(1) Un pecador, necesitado de perdón.


(2) Un perdido, necesitando ser hallado.
(3) Un hijo de Satanás que debe ser movido a una nueva relación con Dios.
(4) Un culpable, necesitando el perdón que sólo Dios puede darle.
(5) Un muerto espiritual, necesitando vida que sólo Dios puede impartir.
(6) Un ciego, necesitando iluminación que sólo puede provenir de la Palabra de Dios.
(7) Un esclavo, necesitando liberación de Satanás y del pecado que sólo Dios puede lograr.
El hombre está por lo tanto completamente imposibilitado de salvarse a sí mismo.

B. El hecho de la justicia de Dios.

Dios es santo y debe juzgar el pecado. Él "de ningún modo tendrá por inocente al malvado" (Éxodo 34:6-7). Él ha
revelado Su odio al pecado y Su sentencia contra todo aquel que muere en sus pecados: el destierro eterno de
Su presencia. Leer Juan 8:21-24; Marcos 9:43-48; Lucas 16:22-31; Judas 11-13; Apocalipsis 20:11-15. La
conclusión obvia es: puesto que el hombre es un pecador y Dios es Justo, los pecadores necesitan ser librados o
salvados de la penalidad de sus pecados. Su clamor debe ser: "¿Qué debo hacer para ser salvo?" La respuesta es:
“Cree (coloca tu confianza) en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:30-31). Ningún hombre puede
salvarse a sí mismo.

III. SU PROVISIÓN

El Evangelio es la buena noticia de que Dios en su infinita gracia ha provisto abundantemente su salvación a
través de la persona y obra de su amado Hijo.
Dos cosas son claramente enseñadas:

A. Cristo vino para ser el Salvador de los pecadores.

“Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). El Hijo de Dios,
igual y eterno con el Padre y el Espíritu Santo, llegó a encarnarse a fin de proveer salvación. Juan 3:16-17;
Marcos 10:45; Mateo 9:12-13; Juan 10:11; 15-18.

B. A través de la muerte y resurrección de Cristo, esta salvación ha sido provista, a satisfacción completa de Dios.

Así como Cristo voluntariamente colgó de la cruz, Él asumió la completa carga de nuestras culpas y pecados,
cargó nuestros pecados en su propio cuerpo, y murió como sacrificio sustituto en lugar de todos los pecadores.
Todo el juicio de Dios contra el pecado cayó sobre Él, y todas las demandas de la justicia de Dios contra el
pecador fueron plenamente satisfechas por la muerte de Cristo en nuestro lugar. Dios indicó Su completa
aceptación de este sacrificio de Cristo resucitándolo de los muertos y sentándolo a su diestra. Leer I Corintios
15:1-4; II Corintios 5:21; I Pedro 2:24; Isaías 53:5; Romanos 5:6-9; Hechos 4:10-12; 5:31; 17:31.

IV. SU CONDICIÓN

Puesto que Cristo ha cumplido, por el sacrificio de sí mismo, toda la obra requerida para la salvación del
pecador, ¿qué debe hacer el pecador a fin de experimentar esta salvación?
A. Debe arrepentirse.

Arrepentimiento consiste simplemente en un cambio de mente, que resulta en un cambio de actitud hacia el
pecado, el ego, el Salvador y la salvación, que se evidencia por un cambio de acción. Leer Lucas 13:3; Hechos
17:31; 20:21. La convicción de pecado dará lugar a un fuerte deseo por la salvación; el orgullo pasará a la
humildad; la auto-satisfacción se convertirá en una franca confesión de incapacidad, desesperanza y
reconocimiento de una condición merecedora del infierno.

B. Debe creer el Evangelio, el testimonio de Dios concerniente a la Persona y obra de Cristo. I Juan 5:9-10.

Como perdido y culpable pecador debe creer que Cristo murió por él, individualmente; que Cristo cargó sus
pecados, tomó su lugar y, por Su muerte, cumplimentó toda la obra necesaria para su salvación (Romanos 4:5).

C. Debe aceptar al Señor Jesucristo, por un acto definitivo de su voluntad, como su Salvador personal, y de ahí
en adelante como supremo Señor de su
vida. Juan 1:12; Romanos 10:9-10; Juan 3:16; 5: 24; 6:47; Efesios 1:13.

Este es el acto crucial. Expresa con todo tu corazón: "Señor Jesucristo, admito que soy culpable, un pecador
perdido. Creo que Tú cargaste mis pecados sobre la cruz del Calvario y moriste en mi lugar. Ahora te pido venir a
mi corazón y salvarme. Confío en la obra terminada en la cruz y te recibo como mi propio Salvador, de aquí en
más quiero que seas el Señor y Maestro de mi vida." Esto es lo que significa "creer en el Señor Jesucristo."
Hechos 16: 31. Si tú nunca has hecho esto, ¿por qué no tomas ahora este paso de fe y le pides que te salve?

V. SU SEGURIDAD

¿Cómo puede alguien saber, con certidumbre, que es salvo? Respondemos sin ninguna vacilación: por la Palabra
de Dios. Dios declara plenamente y en blanco y negro, que cada alma que confía en Su Hijo es perdonada,
salvada y poseedora de vida eterna y seguridad por siempre. Leer Hechos 13:38; I Juan 2:12; Efesios 2:8; I
Corintios 6:11; I Juan 5:13; Romanos 5:1; 8:1; Juan 10:27-30.

También habrá evidencia tal como: una nueva paz interior, deseo de conocer la Biblia, deseo de orar y de
separarse de un estilo de vida pecaminoso. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (II Corintios 5:17).

VI. SU ALCANCE

La Salvación incluye tres aspectos: pasado, presente y futuro.

A. Pasado – La Salvación de la penalidad del pecado o consecuencias.

Puesto que Cristo ha asumido la completa penalidad, la cual merecían nuestros pecados, el creyente es librado
de sus consecuencias. Juan 5:24; Romanos 8:1.

B. Presente – La Salvación del poder del pecado o control.

A causa de la presencia moradora del Espíritu Santo que imparte la naturaleza divina, el creyente está en
condiciones de disfrutar libertad del dominio del pecado en su vida (I Corintios 6:19; II Pedro 1:3-4; Romanos
6:1-14). Esto no significa que el creyente es ahora incapaz de pecar; lejos de ello, pues todavía posee naturaleza
malvada llamada "la carne." En la medida que disponga para sí mismo de los medios que Dios le ha provisto, el
pecado no será un factor dominante en su vida. Esta presente victoria dependerá de:

(1) La lectura, el estudio y la obediencia a la Palabra de Dios. II Timoteo 2:15.


(2) Mantenerse constantemente en contacto con Dios por la oración. Hebreos 4:14-16.
(3) La entrega de su propio cuerpo a Dios para tener una vida recta y útil. Romanos 6:13; 12:1-2.
(4) La puntual confesión a Dios y el abandono de todo pecado conocido.
I Juan 1:8-9; Tito 2:11-15.

C. Futuro – Salvación de la presencia del pecado.

Esto será realidad en la venida de Cristo, cuando Él resucite los muertos y los transforme, de manera que ellos
puedan tener cuerpos inmunes al pecado, al deterioro y a la muerte. Este es el aspecto final de la salvación que
esperamos. Hebreos 9:28; I Tesalonicenses 4:13-18.

VII. SUS RESULTADOS

Son numerosos. Efesios 1:3-14. Seleccionaremos algunos.

A. Paz con Dios. Romanos 5:1.


B. Aceptación delante de Dios en Cristo. Efesios 1:6.
C. Gozo en Dios como hijos suyos, integración a una nueva familia. Romanos 5:10-11; 8:14-17, Gálatas 3:26-4:7.
D. Vida para Dios. II Corintios 5:14-15; Gálatas 2:20; I Pedro 4:2-5.
E. Servicio a Dios en la manera de buenas obras y testimonio de Él.
Efesios 2:10; Mateo 5:16; Marcos 16:15-16.
F. Adoración, alabanza y oración a Dios. Juan 4:23-24; Hebreos 10:19-
22; Hebreos 13:15; 4:14-16.
G. Un eterno hogar en el cielo con Dios. Juan 14:1-3; Apocalipsis 22:1-5.
¡Confiamos que tú no descansarás hasta conocer, en la autoridad de la Palabra de Dios, que eres eternalmente
salvo!

Capítulo 8

Una Explicación Bíblica y una Ilustración

Capítulo 8

UNA EXPLICACIÓN BÍBLICA Y UNA ILUSTRACIÓN DE LA SALVACIÓN

Cristo define tres medios por los cuales la salvación se hace evidente:

A. Es revelada en la Biblia como un “Nuevo Nacimiento.” Juan 3:3-8.

Esto es dado al que oye y cree la Palabra de Dios. Juan 3:5, el "agua" aquí es el bien conocido símbolo de la
Palabra de Dios. Efesios 5:26; Juan 15:3; Salmo 119:9, no es una referencia al bautismo. Otras Escrituras
muestran claramente que el Nuevo Nacimiento viene a través de la Palabra de Dios. I Pedro 1:23-25; Santiago
1:18. Así como el agua limpia nuestros ojos de polvo que oscurece nuestra visión, así la Palabra de Dios, cuando
es leída y creída, borra de la mente del pecador sus ideas equivocadas de Dios y Su Salvación. La entrada de la
Palabra de Dios al hombre trae luz sobre su condición perdida (Romanos 3:10-19), el amor de Dios visto en Su
provisión para la Salvación del hombre (Juan 3:16) y la manera por la cual un pecador pueda ser salvo (Romanos
10:1-17).

B. Es revelada por la morada del Espíritu de Dios. Juan 3:5.

El Espíritu Santo, la tercera Persona de la Trinidad, fue enviada por Cristo, en su ascenso, para usar la Palabra de
Dios a fin de convencer al hombre de su pecado; conducirlo a poner su confianza en Cristo; a morar en cada
creyente; a comunicar a cada creyente una naturaleza divina o capacidad para las cosas espirituales, y guiar cada
persona nacida de nuevo a la verdad. Juan 16:7-15; Efesios 1:13; 4:30; II Pedro 1:3-4; Gálatas 5:22-26.

Cuando la Palabra de Dios es leída o escuchada, el Espíritu Santo aplica la verdad al corazón con fuerza de
convicción, mostrándole al pecador que está perdido, es culpable y está en una condición de desesperanza y sin
ayuda. Entonces Él revela a través de la Palabra la manera de la salvación por la fe en Cristo y su obra terminada.
Al momento en que el pecador confía en Cristo Él lo sella como su posesión adquirida. Esto no es una cuestión
de sentimientos, sino un hecho; no sentimos el nuevo nacimiento, sabemos que lo tenemos.

C. Es revelada por los testimonios de aquellos que la experimentaron.

A través del Nuevo Testamento y la historia, millones han vivido y dieron testimonio de la salvación por la fe en
el sacrificio de Cristo. Juan 3:14-16. En estas palabras Cristo hace claro como el cristal cómo esta nueva vida
puede venir a un pecador. En respuesta a la pregunta de Nicodemo: "¿cómo puede hacerse eso?" Cristo usó un
incidente registrado en el antiguo Testamento para ilustrar cómo podía ser experimentado el nuevo nacimiento.
Ahora, por favor: pare y lea Números 21:4-9.

Siete palabras parecen resumir el incidente. Vamos a darle una atención más cercana y cuidadosa, porque es la
propia ilustración de Cristo de cómo el pecador puede nacer de nuevo:

1. Pecado - Números 21:5. Así como Israel pecó, toda la humanidad ha pecado contra Dios en pensamientos,
palabras y hechos. Romanos 3:23.
2. Juicio - Números 21: 6. Así como el pecado trajo juicio sobre ellos, Dios ha revelado su ira contra todo pecado.
Romanos 1:18; Job 36:18; Romanos 6:23.
3. Arrepentimiento - Números 21:7. Israel reconoció, confesó y buscó perdón por sus pecados. Esto es
arrepentimiento: consiste en un cambio de mente resultante en un cambio de actitud, el cual es expresado en
un cambio de acción. Dios demanda el arrepentimiento de los pecadores. Lucas 13:3; Hechos 17:31; 20:21;
Marcos 1:15.
4. Revelación - Números 21:8. "Y el Señor dijo." Así como Dios reveló a Moisés la manera de salvación para
aquellos israelitas mordidos por las serpientes, Dios ha revelado en la Biblia Su manera de Salvación para
nosotros. II Timoteo 3:15-17; Romanos 10:8-9.
5. Provisión - Números 21:8-9. Una serpiente de bronce fue hecha y levantada en un asta a plena vista del
campamento de Israel. Compare con Juan 3:14. Como la serpiente fue levantada en el desierto, así Cristo debió
ser levantado para proveer salvación para la humanidad envenenada. Sobre la cruz Él cargó nuestros pecados,
tomó nuestro lugar, soportó todo el juicio por nuestros pecados y por su muerte satisfizo todas las demandas de
Dios contra el pecador. Dios ha indicado Su aceptación del sacrificio sustituto de Su Hijo resucitándole entre los
muertos. Isaías 53:5-6; I Corintios 15:1-4; Romanos 5:7-8.
6. Condición - Números 21:8. "Cuando ellos miraban." El hecho de que la serpiente de bronce fuera levantada no
los hacía salvos, mirar no era suficiente. Había un paso de fe requerido para cada israelita: ellos tenían que creer
que mirando a la serpiente realmente serían salvos, no podrían mirar con incredulidad. Podrían haber dicho que
era tonto creer en una serpiente, aún pese a que Dios les había dicho que podría realmente salvarles. Podrían
haberse burlado y reído con otros de que eso era tonto. De todos modos, para que cada israelita envenenado
viviera, tenía que mirar. El hecho de que Jesucristo murió por nuestros pecados en la cruz y cumplió toda la obra
necesaria para salvación no nos salva. Como pecadores perdidos, cada uno debe personalmente mirar por fe,
creyendo y confiando que lo que Dios ha dicho es verdadero. “Todo el que invoque el Nombre del Señor será
salvo” (Romanos 10:13). Así como un israelita envenenado no podía orar, confesar o hacer buenas obras para
merecer la salvación, del mismo modo los pecadores no salvos son urgidos a creer en Jesucristo por fe como su
Salvador personal. Juan 1:12; Efesios 2:8-9.
7. Resultado - Números 21:9. "y vivía." Al momento en que un israelita envenenado miraba, recibía nueva vida.
Él era como nacido de nuevo! Así, un culpable, un perdido pecador en el momento que cree al evangelio de que
Cristo murió por nuestros pecados, y definitivamente le acepta como su Salvador personal, recibe vida eterna.
Entonces viene a su vida el Espíritu Santo, llega a ser participante de la naturaleza divina, y es nueva criatura, o
regenerado. Este es el nuevo nacimiento, el cual Cristo declaró era absolutamente esencial para ver y entrar al
Reino de Dios. Juan 5:24.

Capítulo 9

Arrepentimiento para Salvación

Capítulo 9

ARREPENTIMIENTO PARA SALVACIÓN

A. No es una reformación de la persona.

Arrepentimiento es un acto total e interno de la mente. Para muchas personas significa volverse de sus pecados,
pero esto sería sólo una reformación. Arrepentimiento no es hacer algo. Un hombre puede volverse de sus
pecados y todavía no ser cristiano.

B. No es penitencia.

Penitencia es un acto de tristeza para pagar por el pecado. Muchas personas en diferentes religiones hacen
muchas cosas que llaman penitencias. Ofrecen sacrificios, personalmente se torturan a sí mismos, pagan dinero
para que líderes religiosos oren por ellos, personalmente oran por largos períodos de tiempo, repiten oraciones
con rosarios o elementos contadores de oraciones, van a los confesionarios y confiesan sus pecados a gente
religiosa y realizan ciertos ritos religiosos, todo con la esperanza de librarse de sus pecados.

C. No es contricción.

Queremos decir que el arrepentimiento no es un sentimiento de tristeza por nuestros pecados y recibimiento de
perdón. Muchas personas en la cárcel se sienten tristes por lo que hicieron, pero eso no borra sus crímenes. El
arrepentimiento verdadero incluye la tristeza por el pecado, pero el sólo hecho de sentir tristeza por el pecado
no es arrepentimiento, pero puede conducir al arrepentimiento. “Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (II
Corintios 7:10).
D. Es un cambio de mente, no un cambio de opinión.

El verdadero arrepentimiento es un cambio de mente que conducirá a un cambio de acción, pero recuerda, tú
puedes tener un cambio de acción sin un cambio de mente. Mateo 21:28-29 es un buen ejemplo. Antes de que
alguien pueda ser salvo debe haber un cambio de mente acerca de muchas cosas incluyendo, pecado, ego, Dios
y Jesucristo. En realidad, arrepentimiento es realmente tomar un paso contra “nuestro viejo yo” y ponernos a
nosotros mismos en el lado de Dios.

E. Es obra de Dios.

Arrepentimiento es Dios convenciéndonos de nuestra necesidad de un Salvador a causa de nuestra carga de


pecado. Dios comienza a trabajar en nuestra conciencia, y decidimos que una elección debe ser hecha. Podemos
decidir seguirle a Él o continuar el camino por el que vamos. Para cambiar la dirección debemos arrepentirnos y
clamar que Él nos salve. Esa decisión resultará en un cambio de mente en nuestra relación con Dios. Cuatro
cosas serán evidenciadas en el verdadero arrepentimiento: un cambio de intelecto, un cambio de sentimientos,
un cambio de voluntad y un cambio de acción.

La siguiente es una ilustración del real arrepentimiento. Una persona perdida y confundida, que está yendo por
el camino de la vida buscando direcciones, y repentinamente se detiene porque la Palabra de Dios capta su
atención, y mientras la escucha, se da cuenta que está yendo por un camino equivocado. Ahora la elección es
suya, continúa o retorna. Arrepentimiento es decidir dar la vuelta y tomar la otra dirección. Tú tomas la decisión
de seguir el camino de Dios.

Capítulo 10

La Gracia provee Salvación

Capítulo 10

LA GRACIA PROVEE SALVACIÓN

I. INTRODUCCIÓN

Todos los tratos de Dios con la humanidad al presente tiempo están basados en su gracia, misericordia y paz.
Gracia significa “favor inmerecido de parte de Dios”. Esto significa que Él nos muestra su favor, el cual nosotros
no debemos desechar, lo que se evidencia en la Salvación que libremente recibimos. La palabra gracia aparece
alrededor de 160 veces en la Biblia, de éstas, 128 en el Nuevo Testamento. Dios se manifiesta como "el Dios de
toda gracia" (I Pedro 5:10). Cristo es presentado "lleno de gracia" (Juan 1:14). El Espíritu Santo es llamado "el
Espíritu de Gracia" (Hebreos 10:29). De ese modo las tres personas de la Deidad están vinculadas con la gracia.

II. DEFINICIÓN

La palabra gracia usada en el Antiguo Testamento trae el significado de "inclinarse o agacharse en bondad hacia
alguien inferior". La palabra en el Nuevo Testamento es “favor, buena voluntad, amor bondadoso".

Las siguientes definiciones han probado ser de ayuda en la explicación de lo que la gracia es:
A. Gracia es amor desplegado sobre objetos inmerecedores. Dios es amor, y cuando coloca ese amor sobre
culpa, impureza, pecadores rebeldes, entonces es gracia.

B. Amor que mira hacia arriba es adoración. Amor a un mismo nivel es afecto. Amor que desciende es gracia.

C. Gracia es Dios mostrando amor y misericordia cuando nosotros sólo merecíamos ira y juicio. Es Dios
inclinándose a nosotros en infinito amor.

D. La gracia es vista en Dios dando lo mejor del cielo para salvar lo peor de la tierra.

III. CONTRASTE

La gracia no debe ser confundida con obras. Si el hombre pudiera obtener salvación haciendo buenas obras,
entonces la salvación sería simplemente por sus méritos. Romanos 4:4-5; Romanos 11:6. Dios no le debe nada al
hombre. La salvación es un regalo gratuito.

La gracia no debe ser confundida con la ley. Los hombres no son salvos por guardar la ley. Ellos son salvos por
gracia. Lo siguiente nos ayudará a ponerlo más en claro:

A. La ley nos da una obra para hacer.


La gracia nos habla de una obra que ya fue hecha.
B. La ley dice: "Haz esto y vivirás".
La gracia dice: "Vive, y entonces harás".
C. La ley dice: "Amarás al Señor tu Dios".
La gracia dice: "De tal manera amó Dios al mundo" Juan 3:16, y "Nosotros le amamos a él porque él nos amó
primero" I Juan 4:19.
D. La ley condena al mejor. Romanos 3:19.
La gracia salva al peor. Romanos 3:24; 4:5.
E. La ley revela el pecado. Romanos 3:20.
La gracia revela la salvación. Tito 2:11-13.

IV. LA NECESIDAD DE LA GRACIA

El hombre necesita la gracia de Dios porque:

- en su pecado se rebela contra la santa ley de Dios (Romanos 3:23; Colosenses 1:21), por lo tanto, él no merece
nada sino el juicio de Dios.

- permanece culpable delante de Dios, habiendo quebrantado Su santa ley (Romanos 3:19; Gálatas 3:10;
Santiago 2:10), en tal condición, está sujeto a la maldición de Dios.

- porque ha rechazado y ha asesinado al Hijo de Dios, el hombre no tiene absolutamente ningún reclamo válido
delante de Dios (Juan 12:31-33; 3:18).

V. SALVACIÓN POR GRACIA

Si el hombre llega a ser salvo, será sólo por la gracia de Dios. Ninguno de nosotros merece salvación. “En quien
tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7). La
santidad de Dios no puede disimular el pecado, por el contrario: debe sentenciarlo. Esto es lo que Dios hizo en la
cruz. El evangelio nos dice cómo Dios puede salvar pecadores por gracia y aún ser santo al hacerlo.

La clave es que Cristo sufrió la ira y el juicio de Dios contra el pecado. Sobre la base de la obra de Cristo y no las
obras de los hombres, Dios puede perdonar los pecados de aquellos que confían en el Señor Jesucristo. Cristo, el
Cordero sacrificado, ha terminado la obra de la redención. La gracia solamente demanda fe de parte del pecador
que busca salvación. (Efesios 2:8-9)

IV. BENDICIONES A TRAVÉS DE LA GRACIA

Las bendiciones a través de la gracia traen muchos resultados maravillosos al pecador. Tres de los más grandes
de estos resultados son los siguientes:

A. Salvación - Tito 2:11-13. Esto significa que un cristiano nacido de nuevo tiene vida eterna. “Y yo les doy vida
eterna y no perecerán jamás” (Juan 10:28).

B. Justificación – Romanos 5:1. Esto significa que Dios considera a un pecador que ha creído en Cristo como sin
culpa. “Justificados pues por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

C. Entrada delante de Dios - Romanos 5:2. Esto significa que un verdadero creyente puede entrar a la presencia
de Dios en oración. No está ya más separado de Dios por sus pecados. “Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:14-16).

Capítulo 11

La Fe aplica la Verdad para Salvación

Capítulo 11

LA FE APLICA LA VERDAD PARA LA SALVACIÓN

No se puede estudiar la Biblia por mucho tiempo sin llegar a comprender la importancia de la fe. Un pecador no
puede ser salvo aparte de la fe (Efesios 2:8-9). “El evangelio de Cristo…es poder de Dios para salvar al que
cree…porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: el justo por la fe
vivirá” (Romanos 1:16-17). Por lo tanto, es importante entender lo que esta palabra significa.

I. ¿QUÉ ES FE?

La fe abarca tres cosas: conocimiento, creencia y confianza. La fe es confianza personal. Usamos la palabra en la
conversación diaria como sigue, "Tengo completa fe en mi doctor". Queremos decir que confiamos en él para
nuestro caso. Así, en la Biblia, la fe es confianza personal en Dios. Significa que creemos lo que Él dice, y
confiamos que Él nos puede salvar y guardar.

II. ¿DÓNDE CONSEGUIMOS FE?


Al mirar alrededor nuestro en el mundo, nos damos cuenta que algunas personas no tienen fe en Dios, y por
tanto no son salvos. Esto nos lleva a inquirir acerca del tema de la fe. En un sentido muy real, esta fe es un don
de Dios. Juan 3:27. Dios le da al hombre el poder para creer en Él.

¿Pero cómo un hombre recibe fe? La pregunta está respondida en Romanos 10:17. "La fe viene por el oír, y el oír
la Palabra de Dios." Por lo tanto, si un hombre no tiene fe en Dios, debería leer la Biblia. Al leerla, podría orar de
alguna manera como sigue: "Dios, si este Libro es tu Palabra, si Jesucristo es tu Hijo, y si Él murió por mí,
entonces muéstrame estas cosas mientras leo la Biblia". Dios ha prometido que todo aquel que desee hacer su
voluntad vendrá al conocimiento de la verdad (Juan 7:17).

III. ¿CUÁL ES EL VERADERO OBJETO DE FE?

La fe debe estar depositada en un objeto. Este objeto puede ser una persona, tal como un pariente, un amigo, o
una cosa inanimada, tal como un aeroplano o un ascensor. No es suficiente tener fe. La fe debe ser puesta en un
objeto digno de confianza. Puedes creer que un avión puede llevarte de una ciudad a otra. Puedes creer que el
avión volará. Puedes creer que el piloto sabe como volar el avión y que te llevará donde quieras ir. Puedes creer
incluso que el viaje será para disfrutarlo. La única cosa que debes hacer es tomar asiento en el avión. Sólo
entonces puedes ejercer tu fe. Más allá del punto de que hayas hablado de eso; debes contarle a otros de eso;
habrás proclamado que lo crees. Pero hasta que no estés a bordo no habrás ejercitado tu fe. La fe verdadera
demanda acción. La Biblia dice: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17-18).

La Biblia establece al Señor Jesucristo como el verdadero objeto de fe (Hechos 20:21). El hecho más importante
no es cuánta fe un hombre tiene, o qué clase de fe él tiene, sino que si quiere ser salvo, el objeto de su fe debe
ser Jesucristo. Si su fe está en un santo, la virgen María, un ídolo, una iglesia, una religión, buenas obras o
bautismo, la Biblia deja en claro que no tiene salvación bíblica. De todos modos, un hombre puede creer todo lo
que la Biblia dice sobre Cristo y aún no tener fe en él. Tú puedes creer que cierto tren partirá de la estación a las
11.00 de la mañana y que arribará a la otra ciudad a las 5.00 de la tarde. Tú puedes creer todos los aspectos
acerca del tren; y aún no haber puesto tu fe en el tren, hasta que estés a bordo y confíes que el tren te llevará a
tu destino.

Así que tú puedes creer que Cristo nació en Belén, de una virgen, murió en el Calvario, resucitó y ascendió al
cielo. Incluso puedes creer que la Biblia es la Palabra de Dios, pero realmente no haber puesto tu fe en Cristo
hasta que confías en Él para salvarte de tus pecados y llevarte al cielo.

IV. EJEMPLOS DE FE

Las Escrituras están llenas de ejemplos de fe. El capítulo 11 de Hebreos ha sido llamado "La lista de honor de la
fe" porque menciona algunos destacados hombres y mujeres que tuvieron fe.

Dos otras instancias deben ser citadas. La primera es la fe del centurión (Mateo 8:5-10). El centurión creyó que
Cristo podía salvar a su siervo solamente por decir la palabra. La otra es la fe de la mujer de Canaán (Mateo
15:22-28). Ella rogó que el pan reservado a los judíos escogidos le pudiese ser dado a ella, una gentil. Su fe fue
humilde y persistente.

V. LA RECOMPENSA DE LA FE
La verdadera fe nunca queda sin recompensa. Nadie jamás ha confiado en Dios en vano. Recuerda, la fe debe
tener tres cosas: conocimiento, creencia y confianza. Todo pecador que se ha arrepentido de sus pecados y que
ha puesto su fe en Jesucristo ha sido salvo. El Salvador dijo: "El que a mí viene, no le echo fuera" (Juan 6:37).

Capítulo 12

La Iglesia

Capítulo 12

LA IGLESIA

La iglesia no es un cuerpo físico sino un cuerpo espiritual, y debe ser vista desde dos perspectivas:
1. La iglesia local, la cual es una expresión física del Cuerpo de Cristo, es un grupo de cristianos se reúnen en un
lugar físico, puede ser en una casa, un edificio particular designado para reuniones, una cueva o cualquier lugar.
Las personas son la iglesia, no la estructura física. Esta es una asamblea local de creyentes que han recibido Su
Palabra, han nacido otra vez y han sido bautizados. Ellos pueden reunirse para estudiar doctrina, orar, partir el
pan y tener comunión (Hechos 2:41-42).

2. La “Iglesia”: la cual abarca a todos los creyentes nacidos de nuevo y que viven hoy sobre el planeta Tierra. Si
hoy ya tú eres salvo, eres un miembro de esa Iglesia. Algunos le han llamado la “Iglesia Invisible”.

Hay dos ordenanzas dadas a la iglesia, Bautismo y Cena del Señor. No son sacramentos. No tienen un valor
redentor. Jesús dijo: “Haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19). Algunas religiones ofrecen el pan y lo
declaran convertido en la presencia y cuerpo de Cristo. De todos modos, nosotros no recordamos a alguien que
está presente sino a alguien que está ausente. El pan y la copa son tomados en la Cena del Señor para recordar
lo que Él hizo por nosotros hasta que regrese a buscarnos. El pan es sólo un símbolo de Su cuerpo que fue
quebrantado por nosotros en la cruz. La copa es un símbolo de su sangre que él derramó por nuestros pecados (I
Corintios 11:24-29).

El Bautismo es para mostrar que has llegado a ser un cristiano, y la Cena del Señor es para recordar al Señor
Jesús y lo que Él ha hecho por nosotros hasta que Él venga otra vez. Esto debe ser ejercitado solamente por los
creyentes.

Hubieron varios dones dados a las personas con el propósito de ministrar a las primeras iglesias locales y que
están alistados en Efesios 4:7-8, 11. Desde que hemos recibido la completa revelación de la Palabra de Dios en la
Biblia, los dones de apóstoles y profetas han cesado. Revelaciones y profecías no son ya necesarias. Si alguno
declara tener una nueva revelación o profecía, eso es una mentira. De hecho, toda revelación adicional o
contraria es condenada (Apocalipsis 21:18-19).

Cada iglesia es autónoma, y tiene una estructura organizada como iglesia local, la cual incluye diáconos y
obispos o ancianos (pastores) quienes están para conducir, enseñar y pastorear las ovejas (I Timoteo 3:1-15).
También hay autoridad dada a la iglesia para ejercer disciplina sobre personas que eligen vivir en pecado (I
Corintios 5:11-12).

Capítulo 13
La Muerte

Capítulo 13

MUERTE

La gente ha tenido siempre un sincero interés por el futuro. Hay una universal e histórica creencia en la vida
después de la muerte. Evidencia (rituales) alrededor del mundo revela que la gente no cree que con la muerte
termina todo. Frecuentemente se pregunta: ¿Dónde están los muertos? ¿Existe el paraíso? ¿Existe un lugar de
sufrimientos? ¿Cómo es?

Primero vamos a entender que el hombre es un ser tripartito, eso significa que está compuesto de tres partes:
cuerpo, alma y espíritu (I Tesalonicenses 5:23). La primera es material, las otras dos son inmateriales. Por medio
de su espíritu el hombre es capaz de tener conciencia de Dios; con su alma es capaz de tener conciencia de sí
mismo; con su cuerpo es capaz de tener comunicación con el mundo. Sólo la Palabra de Dios puede diferenciar
entre alma y espíritu (Hebreos 4:12).

Al momento de la muerte, el alma y el espíritu dejan al cuerpo. El cuerpo es puesto en una tumba. En el caso de
los creyentes, se describe al cuerpo como durmiendo (Hechos 7:59, 60; 8:2), mientras que del cuerpo de la
persona no salva se dice que está muerto. El alma y el espíritu nunca duermen. Si la persona que murió era
salva, el alma y el espíritu van a un lugar de gozo y felicidad: el Cielo (II Corintios 5:8; Filipenses 1:21- 23). Si la
persona no era salva, el espíritu y el alma van a un lugar de tristeza y juicio: el infierno. En Lucas 16:19-31,
nuestro Señor claramente enseñó que todos aquellos que murieron están concientes.

La muerte no es sueño del alma. La palabra en la Escritura, cuando se habla de muerte del creyente en Cristo,
significa “descanso.” No significa “inconciencia”. El cuerpo puede morir, pero el alma y el espíritu están
plenamente despiertos y nunca morirán. Muerte en la Biblia significa siempre “separación”. Muerte física es
separación del alma y del espíritu, del cuerpo. La muerte espiritual es separación eterna de Dios.

Entendamos que no somos un cuerpo que tiene un alma y un espíritu, sino que somos un alma y un espíritu
teniendo un cuerpo. La muerte simplemente significa: “He dejado mi cuerpo”.

Capítulo 14

La Resurrección para el Cristiano

Capítulo 14

RESURRECCIÓN PARA EL CRISTIANO

La Biblia habla mucho de la resurrección corporal. En diferentes ocasiones algunos en la Biblia fueron
resucitados de los muertos. Estas fueron demostraciones milagrosas del poder de Dios sobre la muerte. Pero a
causa de que eventualmente esta gente volvió a morir, ellos no fueron físicamente resucitados en el sentido
final, mas bien, ellos fueron vueltos a la vida. Lázaro es un buen ejemplo, Juan 11:39-44.

El primer ejemplo de muerte y resurrección corporal es Jesucristo. Cristo es las primicias de los muertos. “Ahora
Cristo ha resucitado de los muertos, primicias de los que durmieron es hecho” (I Corintios 15:20). La Biblia
siempre habla de la muerte de un creyente como dormir, no morir. Los primeros frutos en la resurrección de
Cristo entre los muertos, fueron la garantía de Dios de la completa cosecha que se levantará después.

El Cuerpo de Cristo, la verdadera Iglesia, tendrá una resurrección corporal de los suyos. “Los muertos en Cristo
resucitarán primero” (I Tesalonicenses 4:16). Esta es la resurrección de los cuerpos de todos los que hayan
muerto en Cristo, serán unidos a sus almas y espíritus y ascenderán al cielo para ser la esposa de Jesucristo. Esto
es llamado el “Arrebatamiento” de la Iglesia. Compartiremos más de este tema.

Alrededor de 500 personas fueron testigos de las apariciones de Cristo luego de su resurrección corporal. Sus
testimonios como testigos oculares desafían a aquellos que no son creyentes. En la mayoría de las Cortes la
mayor cantidad de testigos oculares que se han requerido son siete. El Nuevo Testamente ha registrado
testimonios de aquellos que personalmente le vieron. Alrededor de 500 le vieron en su cuerpo resucitado. Otros
que le vieron testificaron que Él está vivo. Hablaron con Él, comieron con Él, y tuvieron un tiempo de comunión
mientras estuvieron con Él varias veces después de llegar a ellos corporalmente luego de una brutal crucifixión y
de tres días en una custodiada tumba de roca. Hay muchísima evidencia clara de que Jesucristo, de hecho,
resucitó corporalmente de entre los muertos.
Los 27 libros del Nuevo Testamento y la Iglesia son los efectos causados por el Cristo resucitado. La iglesia
comienza inmediatamente, mientras los apóstoles comienzan predicando en Jerusalén, lugar donde Él había
sido crucificado y sepultado. Tres mil fueron salvos en un día. Ellos fueron por todos lados diciendo que Jesús
había resucitado de los muertos. Créanme, si no hubiese sido cierto, el enemigo habría mostrado el cuerpo
porque de ese modo habría silenciado todas las proclamas de la iglesia de aquellos días. El hecho es que 3 días
después de Su crucifixión, Él corporalmente resucitó de la tumba. Él está vivo, y porque Él vive, nosotros
viviremos.

Capítulo 15

¿Qué dice la Biblia sobre el Infierno?

Capítulo 15

¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL INFIERNO?

Como ya hemos notado, el espíritu y el alma de una persona no creyente vuelan al infierno al momento de su
muerte, este es un lugar de juicio conciente. El alma en el infierno habla como persona, tiene ojos, oídos, dedos,
lengua y memoria. Hay un completo conocimiento de las condiciones allá. Lucas 16:23-25 no es una parábola
porque las parábolas no incluyen nombres personales. Esto es un evento real.

La Biblia habla de otro lugar de tormentos luego del juicio final de toda la humanidad. Es llamado “El Lago de
Fuego.” En el Juicio del Gran Trono Blanco, las almas del Hades serán unidas a sus cuerpos, los cuales serán
resucitados de sus tumbas. Cristo entonces pronunciará la sentencia final de juicio sobre los muertos impíos, y
serán arrojados al Lago de Fuego, el eterno lugar de los perdidos (Apocalipsis 20:11-15). Podemos relacionar al
Hades como una cárcel local donde el prisionero temporalmente aguarda su sentencia. Luego son tomados de
esa cárcel para comparecer ante el Juez para la sentencia final. Apocalipsis 20:9-15 es el registro de aquel Juicio
del Gran Trono Blanco, de Satanás y todos aquellos que hayan rechazado a Cristo. El Lago de Fuego puede ser
ilustrado por una prisión a la cual son recluidos aquellos bajo sentencia convictos por su eternal existencia.
Describiendo el infierno, nuestro Señor habló acerca del gusano que no muere y del fuego que nunca se apaga
(Marcos 9:43-48). Es un lugar de sufrimiento conciente. Es un lugar de fuego literal. Es castigo por pecado
eternamente.
En el libro de Apocalipsis, la frase "por los siglos de los siglos" es usada para describir la miseria de los perdidos
(Apocalipsis 14:11). ¿Puede un Dios de amor arrojar personas al infierno?

A. Dios no quiere que ningún hombre perezca. Cielo o infierno son decisiones personales que cada individuo
toma mientras está aquí en el planeta Tierra. Dios proveyó la obra de Su Hijo sobre la cruz del Calvario para la
salvación del hombre (Romanos 5:6-8). Si el hombre rechaza al Salvador, irá al infierno por su propia elección.
Alguien ha dicho que Dios ama de tal manera al pecador que si elige ir al infierno en vez de ir al cielo Él le dejará
ir. Recuerda que todo el que va al infierno lo hará por su propia elección.

B. Dios es un Dios de amor, I Juan 4:8, pero Él también es santo (I Pedro 1:16) y debe juzgar el pecado. Si
permitiera entrar el pecado en el cielo, destruiría todo lo que Dios ha hecho en rescate de la humanidad.
Satanás hizo su elección en el jardín del Edén. El hombre hace su elección durante el tiempo de su vida. Al
momento de la muerte el hombre ha determinado su destino eterno. No hay purgatorio o lugar intermedio. La
Biblia claramente enseña que hay sólo dos lugares. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”
(Mateo 25:46).

C. El hombre no vacila en poner los enfermos en hospitales, los criminales en la cárcel o los cadáveres en el
cementerio. Eso no indica falta de amor de su parte. ¿Qué acerca de los paganos que nunca han oído el
evangelio? Como el resto de la humanidad, los paganos son pecadores perdidos y solamente Cristo puede
salvarles. Ellos pueden conocer que hay un Dios a través de las obras de la Creación (Romanos 1:20 y Salmos
19:1) y por sus propias conciencias (Romanos 2:15). Si ellos responden a la Luz que tienen, Dios les dará mayor
Luz. Ver el caso de Cornelio, Hechos 10 y 11.

Capítulo 16

¿Qué sabemos del cielo?

Capítulo 16

¿QUÉ SABEMOS DEL CIELO?

Las Escrituras enseñan claramente que hay un lugar llamado Cielo para todos los que conocen y aman a nuestro
Señor Jesucristo. El Cielo es un lugar. La palabra es usada en la Biblia de tres diferentes maneras: primero, la
zona de las nubes es llamada cielo (Génesis 1:8). Segundo, la zona donde las estrellas están localizadas es
conocida como cielo (Génesis 1:17). Tercero, la palabra es utilizada para describir el lugar de la morada de Dios.
Pablo llama a esto "el tercer cielo" y "Paraíso" (II Corintios 12:2-4).

Cielo es siempre mencionado como estando "arriba." Satanás dijo, en Isaías 14:13-14, "subiré al cielo". Nosotros
sabemos que nuestro Señor hoy está en el cielo. Después de Su resurrección de entre los muertos, Él ascendió
en un cuerpo de carne y huesos. Él subió con su humanidad glorificada al cielo (Lucas 24:38- 39, 51; I Pedro 3:22;
Hebreos 1:3).

Hay una gran multitud de creyentes en el cielo, porque cuando el verdadero cristiano muere, él está "ausente
del cuerpo y presente al Señor" (II Corintios 5:8). Estos creyentes están disfrutando la presencia de Cristo, lo cual
es muchísimo mejor (Filipenses 1:23).
¿Cómo es el Cielo? Es un lugar que Dios ha preparado para todos los que vienen a Él. Si el Creador del Universo
lo preparó, debe ser algo maravilloso. Los escritores de la Biblia no pudieron encontrar lenguaje para describirlo.
En Apocalipsis 21:10-27, Juan trató de describir sus cimientos, muro, puertas y calle de la ciudad celestial.
Sabemos de que no habrá enfermedad, tristeza, lágrimas, dolor o muerte en aquel bello lugar (Apocalipsis 21:4).
Lo que sabemos es que después de la tristeza y el sufrimiento por los dolores de la vida en esta tierra maldecida
por el pecado, estaremos “finalmente en casa”. Pero lo mejor de todo, el Señor Jesucristo, estará allá, y Él será
el supremo deleite del corazón de cada creyente.

Capítulo 17

Eventos Futuros

Capítulo 17

EVENTOS FUTUROS

Todo estudiante de La Biblia es estremecido al leer acerca de eventos que aún son futuros. Sólo en la Biblia el
futuro es revelado. Consideremos algunos de estos eventos en el orden en el cual sucederán.

I. VENIDA DE CRISTO POR SUS SANTOS

El próximo evento que ocurrirá en el calendario de Dios es la venida de Cristo para llevar a su pueblo al hogar
celestial (I Tesalonicenses 4:13-18). Esto es conocido como el “Arrebatamiento” de la iglesia. Cristo descenderá
del cielo, la trompeta sonará y los cuerpos de los creyentes que han muerto serán resucitados. Entonces los
creyentes que aún vivamos seremos arrebatados juntamente con ellos para encontrar al Señor en el aire.

Esto sucederá en un “abrir y cerrar de ojos”. Este pasaje de las Escrituras nos describe este evento acto por acto.
Léalo lenta y cuidadosamente, porque habla acerca de usted si es que conoce hoy a Cristo como su salvador (I
Corintios 15:51-58). ¡Puede ser hoy!
Note los siguientes aspectos sobre la venida de Cristo:

A. Puede suceder en cualquier momento. Apocalipsis 22:7


B. Sólo los verdaderos creyentes participaremos. I Corintios 15:23.
C. No todos los creyentes morirán pero todos seremos transformados. I Corintios 15:51.
D. Seremos como Cristo. I Juan 3:2; Romanos 8:16-25.

II. LA GRAN TRIBULACIÓN

Mateo 24:5-31 y gran parte del libro de Apocalipsis cubren este período de tiempo sobre la Tierra. Después del
arrebatamiento, la Tierra experimentará un período de gran sufrimiento y tristeza conocido como la Gran
Tribulación. Durante este período, el pueblo judío retornará a su tierra en incredulidad. Un gran gobernante
malvado conocido como el “Anticristo” (significa en contra de Cristo) se levantará. Él demandará adoración de la
gente y engañará a Israel. Será un tiempo de tan grande sufrimiento que si los días no fueran acortados, nadie
sobreviviría. De todos modos, Dios preservará aquellos judíos que hayan sido fieles a Él.

III. VENIDA DE CRISTO PARA REINAR


En los primeros 3 ½ años de la tribulación, el anticristo convencerá a los judíos que él es amigo de ellos y
arduamente trabajará por su protección. A la mitad de los siete años, se volverá a los judíos y mostrará quién
realmente es. La gran persecución y batallas tales como nunca se han conocido en la historia tendrán lugar,
finalizando todo con la batalla de Armagedón.

Malaquías 4:1-3. Al final del período de la Tribulación, el Señor Jesucristo, conjuntamente con aquellos que
fueron arrebatados, regresará a la tierra con gran poder y gloria, y reinaremos con Él. Él destruirá a Sus
enemigos, incluyendo al anticristo, y juzgará las naciones, las cuales persiguieron a los judíos fieles. Satanás será
atado en el abismo por 1000 años (Apocalipsis 20:1-3).

IV. EL MILENIO

Isaías 32:1; 35:1-7; 65:17-25. Cuando su trabajo de juicio haya sido completado, Cristo establecerá Su Reino
sobre la Tierra y Jerusalén será su capital. Él reinará sobre la tierra por 1000 años. Este período es conocido
como el Milenio. Será una era de paz y felicidad. Leemos que la naturaleza será enteramente diferente, porque
el león se acostará junto al cordero, el desierto florecerá como la rosa, el hombre vivirá por muchos años, será
un tiempo de gran prosperidad, no habrá guerras. Pese a todo, el pecado no estará enteramente ausente, será
juzgado inmediatamente en cualquier momento que ocurra.

V. EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO

Apocalipsis 20:11-I5. Al final del reinado de 1000 años de Cristo, tendrá lugar el juicio del Gran Trono Blanco:
este es el juicio de todos los muertos impíos. Todas las personas no salvas estarán involucradas. Las tumbas
devolverán los cuerpos de los no creyentes, el Hades o infierno devolverá las almas y comparecerán delante de
Cristo para ser juzgados. Los libros serán abiertos (Apocalipsis. 20:11-15) y serán juzgadas todas sus obras.
Finalmente, porque sus nombres no serán hallados en el libro de la Vida del Cordero, serán hallados culpables y
sentenciados al Lago de Fuego para sufrir conciente y eterna condenación.

VI. ETERNIDAD

Apocalipsis 21:1-8. El cuadro final del futuro es el Estado Eterno. La Tierra como sabemos será destruida por
fuego. El tiempo, tal como lo conocemos, cesará. Todos los creyentes verdaderos disfrutaremos felicidad sin fin
en el Cielo. Todos los que hayan rechazado al Salvador sufrirán en las oscuridades y tinieblas para siempre. La
pregunta clave que enfrenta cada uno de nosotros y debe ser respondida mientras nos acercamos al final de la
primera parte de Lo Que Enseña La Biblia es: "¿Dónde pasaré yo la eternidad?"
Capítulo 18

Triunfo sobre la Tentacion

Capítulo 18

TRIUNFO SOBRE LA TENTACIÓN

¿Cómo puede un cristiano resistir tentaciones pecaminosas? Al momento que una persona llega a ser salva, una
gran lucha comienza. Todavía tiene la vieja naturaleza, la pecaminosa naturaleza de Adán, la cual tratará de
llevarlo al pecado todo el tiempo. Pero también él tiene la nueva naturaleza, la vida de Dios, la cual odia el
pecado y quiere lograr que hagamos lo recto. Las dos naturalezas luchan una contra otra continuamente. La
cuestión es cual vencerá. La respuesta es: “la que alimentemos” (Gálatas 5:16-17; Romanos 8:5-8).
La vieja naturaleza es incurablemente mala, no puede ser mejorada y no será removida hasta que el cristiano
llegue al hogar celestial. Dios la condenó cuando Cristo murió en la cruz, y quiere que los cristianos la tratemos
como si estuviera muerta. ¡No la animes! ¡No la alimentes! ¡Nunca le des una oportunidad! (Romanos 13:14).

La nueva naturaleza inspira al cristiano a hacer lo bueno, debería ser motivada y alimentada. Esta, entonces, es
la manera como los cristianos resisten la tentación, diciendo "No" al mundo, a la carne y al diablo. Al mismo
tiempo el creyente debe nutrir la nueva vida que tiene en su interior. Las siguientes son sugerencias prácticas de
lo que podríamos hacer:

A. ¡Lee la Biblia! ¡Estúdiala! ¡Memorízala! ¡Medítala! ¡Obedécela! Salmos 119:9, 11.

Aprendemos que la Palabra de Dios nos ayuda a guardarnos del pecado. Debes estar seguro, por lo tanto, que
apartes un tiempo definido cada día para la lectura de la Palabra de Dios (Colosenses 3:16).

B. ¡Ora sin cesar!

Cada vez que te enfrentes a una tentación, clama a Dios por ayuda (Hebreos 4:16). Él te dará fuerzas para vencer
(I Corintios 10:13). Si tratas de resistir por tu propia fuerza, seguramente fallarás.

C. Busca el compañerismo de creyentes y no de los impíos!


Proverbios 1:10-16; Hebreos 10:24-25.

Frecuentemente es necesario trabajar y vivir con no creyentes, y en tales casos deberíamos testificarles con
nuestras bocas y con nuestras vidas. Pero no deberíamos unirnos a ellos en sus placeres y diversiones mundanos
(Efesios 5:10).
D. ¡Confiesa tus pecados inmediatamente! I Juan 1:9.

Tan pronto como seas conciente de que has ofendido a tu Padre por un pensamiento pecaminoso, palabra o
hecho, pide su perdón inmediatamente. No esperes hasta la noche o hasta el fin de semana. Proverbios 28:13.

E. ¡Mantente ocupado para el Señor!

Alguien ha dicho que manos ociosas son el taller del diablo. ¡Entrega tu cuerpo al Señor para usarlo como él
desea! (Romanos 6:19) Hay muchísimo trabajo para hacer, y estarás sirviendo al mejor de los maestros.

F. ¡Involúcrate en algún ejercicio físico!

El ejercicio físico es provechoso (I Timoteo 4:8). Debido a que el cuerpo del creyente es el Templo del Espíritu
Santo, deberíamos usar medios razonables para mantener nuestro cuerpo en buena salud y fortaleza. De todos
modos, no deberíamos permitir que el deporte asuma un lugar de tal importancia que las cosas espirituales sean
ahogadas (I Corintios 6:19-20).

G. ¡Deja pasar hambre a tu vieja naturaleza!

Sé cuidadoso con lo que lees, con lo que miras, a donde vas y con lo que escuchas (Colosenses 3:5-9).

H. ¡Alimenta la nueva naturaleza!


¡Ocúpate con Cristo! Cuando estás pensando acerca de Él, no puedes estar pensando en el pecado (Colosenses
3:10-14). Esto es realmente el secreto de una vida santa, ocuparnos de y con Cristo. Una regla fija en nuestra
vida es que llegamos a ser tal como es el objeto de nuestra adoración. II Corintios 3:18 nos enseña que llegamos
a ser como Jesucristo mientras le contemplamos en el espejo de Su Palabra. El Espíritu Santo que mora en
nosotros nos cambia a Su imagen y semejanza. Ocuparnos con otros nos trae distracción. Ocuparnos de
nosotros mismos nos trae tristeza. Ocuparnos de Cristo nos trae deleite.

¡Una palabra final! Notarás mientras avanzas que liberarse de la tentación no es una experiencia de una vez para
siempre sino un proceso continuo de dependencia de Dios. No importa cuan viejo eres o cuanto hayas
aprendido sobre la Biblia, todavía estamos en peligro de someternos a la tentación si quitamos los ojos del
Señor. Un hombre muy piadoso solía orar que Dios le guardara de morir como un viejo hombre impío. Todos
nosotros necesitamos orar la misma oración (Colosenses 3:1-4).

Capítulo 19

Conducta Cristiana

Capítulo 19

CONDUCTA CRISTIANA
¿Cómo puede saber un cristiano qué hacer o qué no hacer? ¿Es correcto para un creyente ir a bailar o ir al
teatro, jugar cartas, fumar, beber, escuchar música rock o participar en otros placeres o diversiones mundanas?
“No améis al mundo” (I Juan 2:15).
Muchos jóvenes convertidos están luchando por cuestiones similares a las planteadas. Ellos encuentran que
ciertas practicas están claramente condenadas en la Biblia, pero que hay muchas otras, que no están
mencionadas. Es el propósito de esta lección proveer al estudiante con una serie de estándares que pueden
ayudarle a decidir si deberían o no involucrarse en actividades cuestionables. Una pregunta que debes hacerte a
ti mismo es: “¿Lo haría Jesús?”.

A. Primero de todo, ¿está claramente prohibido por el Señor para los creyentes hoy?

Si así es, evítalo como una plaga mortal. Si tú no lo sabes, no lo hagas hasta que hayas tenido la oportunidad de
tener una respuesta (I Tesalonicenses 5:22).

B. Entonces, ¿hay algo en ello que pueda glorificar a Dios?

En I Corintios 10:31, leemos esta declaración plena: "Todo lo que hagas, hazlo para la Gloria de Dios". Antes de
involucrarte en la actividad en cuestión, ¿puedes honestamente pedir la bendición de Dios sobre ella, creyendo
que Él será honrado a través de tu participación?

C. ¿Es esto "del mundo"? Si lo es, entonces no es “de Cristo”.

Él dijo concerniente a Sus discípulos: "Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo" (Juan 17:16). Él
no era "del mundo" en absoluto. Él estaba aquí, pero no era de aquí (I Juan 2:15-17).

¿Lo hubiera hecho el Señor? Él nos ha dejado ejemplo para que sigamos sus pisadas. I Pedro 2:21.
D. ¿Te agradaría ser encontrado haciendo eso cuando el Señor regrese?

Alguien sabiamente ha remarcado: "¡No hagas nada, digo “nada”, ni vayas a ningún lugar que te causase
vergüenza si el Señor regresara en ese momento!" (I Juan 2:28)

¿Puedes sentir libertad de hacerlo cuando recuerdas que el Espíritu Santo de Dios mora en ti?

"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y
que no sois vuestros?" (I Corintios 6:19; Efesios 4:30).

E. ¿Es una conducta apropiada para un hijo de Dios?

Cuando un hijo del Rey procede de una manera indigna, acarrea desgracia sobre el nombre de su Padre. Así
hacen los cristianos que se comportan de una manera inapropiada (Romanos 2:24; Colosenses 1:10).

F. ¿Qué efectos tendrá tu conducta sobre otros?

¿Será un buen testimonio a los no salvos, o creerán que no hay realmente diferencia entre un cristiano y un
incrédulo? (II Corintios 5:17) Además, ¿será esto causa para que alguien nuevo en la fe tropiece? El apóstol
Pablo nos advierte que ninguno de nosotros debería ser "piedra de tropiezo o una ocasión de caer en el camino
de un hermano" (Romanos 14:13).

G. Finalmente, ¿hay la menor duda en tu mente acerca de eso?

Si la hubiera, entonces no lo hagas, porque "el que duda es condenado... porque todo lo que no proviene de fe
es pecado" (Romanos 14:23).

En conexión con este tema de lo que un cristiano puede o no puede hacer, es bueno recordar que "no estamos
bajo la Ley, sino bajo la Gracia" (Romanos 6:14-15). Esto no significa que podemos hacer lo que queremos, sino
mas bien significa que queremos hacer lo que a Dios le agrada porque él ha hecho tanto por nosotros. No
evitamos placeres y diversiones mundanas porque debemos evitarlas, sino porque queremos evitarlas. La razón
por la cual queremos hacerlo de esa manera es porque Cristo murió por nosotros, y ahora nuestras ambiciones
son para vivir de una manera agradable a Él (II Corintios 5:14-15). Dios no dice: "Si se privan de placeres
pecaminosos, entonces serán cristianos". Sino que Él dice, en efecto, a los creyentes: "¡Ustedes son cristianos!
Ahora vivan de una manera que sea consistente con su alto llamado" (Efesios 4:1). Existe la posibilidad que un
cristiano olvide su digna posición e ir en pos de las cosas del mundo. En tal caso, Dios le hará retornar con
amorosa corrección, como un pastor que trae de regreso a su oveja descarriada poniéndola sobre sus hombros
alrededor de su cuello. Así que, si la Gracia de Dios es olvidada por un creyente, él será restaurado por el
gobierno de Dios.

Capítulo 20

Sepultados en el Bautismo

Capítulo 20

SEPULTADOS EN EL BAUTISMO
¿Qué es el bautismo, y quién debería ser bautizado? Antes que el Señor Jesús ascienda al cielo, Él dio a sus
discípulos la Gran Comisión: "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he
aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." (Mateo 28:19-20)

Fue el deseo del Señor que, como Sus siervos, fuéramos por todo el mundo con el evangelio, bautizando a
aquellos que hubieran recibido el mensaje. El Bautismo es una ordenanza instituida por el Señor mismo. Esto
levanta dos preguntas: Primero, ¿cómo es la ordenanza del bautismo llevada a cabo? Segundo, ¿cuál es el
significado del bautismo?

En función de encontrar una respuesta verdadera al primer planteo, debemos ir a Hechos 8:26-39. Allí nos
encontramos con el siervo de la Reina de Etiopía viajando en su carro y leyendo el libro de Isaías, capítulo 53, en
el Antiguo Testamento. Este hombre era un sincero buscador de la verdad, y por eso Dios instruyó a Su siervo,
Felipe, para que hablara con él. Felipe le dijo como el Señor Jesús había muerto en el Calvario para que los
pecadores pudiesen ser salvados. El viajero creyó en el Señor Jesucristo, y luego le preguntó a Felipe si podía ser
bautizado. Puesto que el hombre ciertamente había creído en Cristo, Felipe estuvo de acuerdo en bautizarlo,
por lo tanto detuvo el carro cerca de un lugar de aguas. Ahora observa cuidadosamente los versículos 38 y 39: “Y
mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua,
el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino”. Ahora, ¿cuál es el
verdadero significado de esta ceremonia, la cual se llevó a cabo de manera tan simple en un camino desierto
hacia el sur de Jerusalén muchos años atrás, y la cual continúa siendo practicada hasta hoy?

A. Primero de todo, es un acto de obediencia a la expresada voluntad del Señor Jesús. (Mateo 28:19)

El propósito no es quitar las inmundicias de la carne, sino mas bien dar al cristiano una buena conciencia hacia
Dios, sabiendo que ha obedecido la voluntad del Señor (I Pedro 3:2). Solamente aquellos que han oído y creído
deberían ser bautizados (Hechos 18:8).

B. En segundo lugar, Romanos 6:3-5 enseña de que es un símbolo o cuadro de una verdad espiritual.

(1) El agua es un cuadro de juicio y muerte.


(2) Cuando Cristo murió, Él fue bajo las aguas del juicio y de la muerte
para quitar nuestros pecados (Hebreos 9:26).
Puesto que Cristo murió como sustituto por el creyente, es igualmente cierto que el creyente murió con el Señor
Jesús. En otras palabras, cuando Cristo murió, yo morí. Cuando Él fue sepultado, yo fui sepultado. Cuando Él
resucitó, yo resucité.
El cristiano ha muerto al pecado, al mundo y al yo. Él ha muerto a todo lo que era por naturaleza, y desde ahora
en adelante Dios no lo ve más en sus pecados, sino que lo ve en Cristo, resucitado de los muertos, y poseyendo
la vida de resurrección de Cristo (Gálatas 2:20).
Por eso, cuando un cristiano es bautizado, está haciendo una confesión pública de que ha tomado su lugar con
Cristo en la muerte y sepultura, y que buscará mostrar a todos que ahora tiene una nueva vida en Cristo
(Colosenses 2:12; 3:1-2).

C. La persona bautizada es aquella que no sólo ha sido bautizada en agua literal, sino que cuya vida muestra que
la carne, o vieja naturaleza, ha sido puesta en el lugar de la muerte. El bautismo debe ser una cuestión del
corazón, así como una profesión de fe externa.
En los primeros días de la iglesia, cuando un creyente era bautizado, frecuentemente era perseguido y asesinado
a corto plazo. Aún hoy en tierras paganas, el bautismo puede ser la señal para el principio de una terrible
persecución. En muchos países un creyente sería tolerado mientras confiese a Cristo solamente con sus labios,
pero cuando públicamente confiesa a Cristo por el bautismo, los enemigos de la cruz abrirán batalla contra él.

Cualquiera sea el costo, cada uno que es bautizado disfruta la misma experiencia que el etíope disfrutó. Escrito
está de él: "siguió gozoso su camino" (Hechos 8:39)

Capítulo 21

Eligiendo una Iglesia

Capítulo 21

ELIGIENDO UNA IGLESIA

¿Cómo puede un cristiano saber en cual iglesia congregarse? A manera de introducción sobre este tema,
dejemos establecido que una persona es unida a la verdadera iglesia en el mismo momento de su conversión.
Esta iglesia está conformada de cada creyente en el Señor Jesucristo, sin importar la raza, color o cultura.
Miembros de esta iglesia son hallados por todo el mundo, no obstante la iglesia entera nunca ha sido reunida en
un solo lugar.

De todas maneras, es posible para los cristianos en muchas localidades reunirse juntos como miembros de una
iglesia local y ejercer las funciones establecidas en las Escrituras. Esta iglesia local es una expresión de la iglesia
mundial de todos los creyentes alrededor del mundo. Esta reunión se hace el primer día de la semana (Domingo)
y no en el Sábado lo cual era un mandato para los judíos del Antiguo Testamento. En los primeros días, los
santos se reunían en sus propias casas. Romanos 16:5; Filemón 2. Leemos que "ellos perseveraban en la doctrina
de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hechos 2:42).
Ahora obviamente la voluntad del Señor es que los cristianos deben reunirse regularmente como miembros de
una iglesia. Hebreos 10:25 contiene una advertencia contra abandonar esto, "no dejando de congregarnos,
como algunos tienen por costumbre”. Por otra parte, grandes porciones del Nuevo Testamento están dedicadas
a enseñar a creyentes sus privilegios y responsabilidades como miembros del cuerpo local de Cristo (I Corintios
12).

Sin embargo de alguna manera es un problema para un nuevo convertido hoy saber dónde debería unirse en
comunión. Hay muchos diferentes grupos de cristianos, y una amplia diferencia en algunas de sus enseñanzas.

La siguiente lista es por lo tanto designada para ayudar al nuevo creyente a encontrar el lugar correcto. Al
mismo tiempo, necesitamos enfatizar que el asunto por entero debería ser un tema de ferviente oración, para
que la voluntad de Dios pueda ser claramente conocida. Nuestro entendimiento de lo que la iglesia es, debe
provenir solamente de la Palabra de Dios. Tradiciones y costumbres de hombres deben ser puestas a prueba por
sus enseñanzas sobre este tema (Isaías 8:20). Recuerda que una falsificación está diseñada para ser lo más real
posible, sin embargo conociendo lo verdadero estaremos aptos para discernir la falsificación. Dios te guiará
mientras compruebas lo verdadero por la Palabra de Dios y de ese modo pruebas las iglesias por Sus
evaluaciones.

A. Debes estar seguro que el grupo con quien te identificas reconoce la Santa Biblia como la Inspirada e Infalible
Palabra de Dios, y se someten a las Escrituras como la final autoridad en todos los asuntos de la fe y de la
práctica. No es suficiente decir que la Biblia contiene la Palabra de Dios: la Biblia es la Palabra de Dios. Por lo
tanto es absolutamente verdadera, y debemos creerle y obedecerle (II Timoteo 3:16-17).

B. Debes estar seguro que aquellos con quienes te reúnes son absolutamente claros acerca de la persona de
Cristo. Muchos están dispuestos a admitir que Cristo fue un gran líder, un gran maestro, y tal vez el más grande
hombre que haya vivido, o aún pueden llegar a usar la palabra "divino" al describirle. Pero la gran verdad
concerniente a nuestro bendito Salvador es que Él es Dios, y no creeremos nada inferior a esto. Colosenses 2:9.

C. Una tercera cosa importante para observar es sana doctrina concerniente a la obra de Cristo. La Escritura nos
enseña que el Señor Jesucristo vivió una vida sin pecado, que Él voluntariamente murió por nuestros pecados en
la cruz del Calvario, que fue sepultado, que resucitó y ascendió al cielo, donde está ahora sentado a la diestra de
Dios el Padre (I Corintios 15:1-4). La salvación es obtenida sólo por fe en Él y aparte de toda obra o mérito
humano (Gálatas 2:16).
Debes averiguar con certeza lo que enseñan acerca de Su preciosa sangre, aparte de la cual no puede haber
perdón de pecados.
Además de verificar los 3 puntos primarios citados arriba, deberías asegurarte que esa iglesia local no
contradice, ni por palabra ni por práctica, las siguientes importantes verdades concernientes al cuerpo de Cristo:

ORDEN DE LA IGLESIA

A. Cristo es la cabeza de la iglesia. Colosenses 1:18-19; Efesios 1:22- 23.


Ningún hombre puede atribuirse esta posición. Donde Cristo es reconocido como Cabeza, la iglesia mirará a Él y
sólo a Él para determinaciones y guía.

B. Todos los creyentes son miembros del cuerpo de Cristo (I Corintios 12:12-13). Todos los hijos de Dios deberían
por lo tanto ser bienvenidos a la comunión de la iglesia. (Hay, de todos modos, 2 excepciones a esta regla.
Aquellos que tienen doctrina no sana, II Juan 10, o aquellos que están viviendo en pecado, I Corintios 5:13,
deberían ser excluidos hasta que sean restaurados al Señor.) Ningún no creyente debería ser recibido a
sabiendas en la comunión de la iglesia.

C. Todos los creyentes son sacerdotes (I Pedro 2:5-9). En el Nuevo Testamento, no hay distinciones entre
sacerdotes y pueblo. En el Antiguo Testamento un sacerdote era alguien colocado entre Dios y los hombres para
ofrecer sacrificios en nombre de ellos. Sin embargo, ante la muerte de Cristo, el velo del templo fue roto
mostrando que ahora cada cristiano tiene acceso directo a Dios en todo momento (Marcos 15:27-38). Todos
hemos llegado a ser sacerdotes delante de Él (Apocalipsis 1:5-6). Todos los cristianos pueden ahora entrar por fe
a la presencia de Dios, brindando sacrificios de alabanza, adoración y servicio. En los primeros días de la iglesia
todos los miembros eran estudiantes de la Palabra, todos eran ganadores de almas, todos estaban ocupados
para Dios. Eso mismo debería caracterizar a la iglesia de hoy.

D. La autoridad del Espíritu Santo debería ser reconocida. Ya sea en la adoración o en el servicio, ministerio o
disciplina, debería haber libertad para que el Espíritu Santo dirija a través de las Escrituras que Él mismo inspiró.
Su guía y autoridad no deberían ser limitados por ceremonias de hombres u organización humana (II Corintios
3:17; Efesios 4:3). Resumiendo, entonces, un nuevo creyente debería tener comunión con aquellos que
reconocen la Biblia como su única guía, con quienes tienen un sano concepto de la Persona y Obra de Cristo, y
buscan asumir las enseñanzas del Nuevo Testamento con respeto a la iglesia y sus funciones.

Capítulo 22
Esperando la Voluntad de Dios

Capítulo 22

ESPERANDO LA VOLUNTAD DE DIOS

¿Cómo puede un cristiano saber la voluntad de Dios para su vida? Todo cristiano debería estar intensamente
interesado en saber la voluntad de Dios para su vida. Si el Plan del Señor no es conocido y obedecido, entonces
nuestras vidas están malgastadas, y perderemos el “bien hecho” del maestro. Las Escrituras son enfáticas en
enseñar que Dios revela Su voluntad a aquellos que desean conocerla (Juan 7:17). Es un privilegio que debería
ser la experiencia normal de todo creyente (Romanos 12:2).

Ya sea que alguien busque guía para un problema momentáneo o para el curso de la vida, hay 5 pasos para
seguir. Pueden ser resumidos de la siguiente manera: RENDIRSE, CONFESAR, ORAR, ESTUDIAR, ESPERAR.

RENDIRSE. Rendirse es presentarse uno mismo al Señor. Significa dejar a un lado esperanzas personales,
ambiciones y deseos; es querer por sobre todo su voluntad. Pablo se rindió cuando él preguntó: "¿Qué quieres
que haga?" Isaías se rindió cuando dijo: "heme aquí; envíame a mí." Amasías se rindió cuando "voluntariamente
se ofreció a sí mismo al Señor." (II Crónicas 17:16)

CONFESAR. Si queremos estar en el centro de Su voluntad, debemos confesar y abandonar cualquier pecado
secreto. Recuerda las palabras del salmista: "Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me
habría escuchado" (Salmos 66:18). También deberíamos confesar nuestra propia incapacidad e inhabilidad, y
depender de Su poder (Salmos 139:23-24). También deberíamos confesar a Cristo delante de los hombres
(Hechos 1:8).

ORAR. Esto simplemente significa que debemos venir delante del Señor regularmente, pidiendo Su dirección.
Deberíamos suplicar Su promesa de guiarnos, pidiéndole que haga conforme a lo que ha dicho. Nuestras
oraciones deberían tener Su gloria como nuestra máxima meta. (Colosenses 1:9; 4:12)
ESTUDIAR. Pasar mucho tiempo en la Palabra de Dios. Léela mientras estás de rodillas pidiéndole a Dios que te
hable a través de ella. Léela lentamente. Léela plenamente. Léela con expectativa. (II Timoteo 2:15)

ESPERAR. Si Dios no responde inmediatamente, espera (Salmos 62:5). Si has pedido la dirección de Dios y no
llega la respuesta, entonces la guía de Dios para ti es que permanezcas donde estás. Si realmente estás
confiando en el Señor, no estarás en un apuro. "El que creyere, no se apresure" (Isaías 28:16). Dios nos revela Su
voluntad en diferentes maneras, puede usar una, o una combinación de los siguientes métodos:

1. Guía a través de la Biblia. Las Escrituras nos dan dirección en dos maneras. Primero de todo, ellas
definitivamente prohíben ciertos cursos de acción. Por ejemplo, si un cristiano está orando por guía mientras
intenta casarse con una joven no creyente, él puede encontrar la respuesta de Dios en II Corintios 6:14. Por otro
lado, Dios a menudo usa otros versículos de la Escritura para guiarnos para tomar un definitivo curso de acción.
Un versículo que nunca habías notado antes puede tomar un nuevo significado porque te dice lo que tienes que
hacer al mismo tiempo que estás orando por dirección (Salmos 119:105).

2. Guía a través de otros cristianos. A veces ayuda buscar el consejo de cristianos maduros y espirituales. Sus
experiencias y consejos pueden a menudo salvar una persona más joven de serias caídas (Hebreos 13:7-17).
3. Guía a través de las circunstancias. Puesto que Dios controla el Universo entero, Él puede planear, y a menudo
lo hace, las circunstancias de nuestras vidas para revelar su voluntad. Una carta, un e-mail, un mensaje oído en
la radio o Internet puede llegar al justo momento con la justa información necesitada para marcar el rumbo.

4. Guía a través del Espíritu Santo. El Espíritu de Dios puede influenciar nuestras convicciones, nuestros deseos o
nuestras inclinaciones de tal manera de hacer clara la voluntad de Dios. En tales casos, la guía es tan obvia que
oponerse sería lo mismo que desobediencia (Hechos 11:12; 16:6-7).

5. Una palabra adicional. Cuando Dios da luz, camina en ella (Hechos 26:19). La guía debe ser obedecida para
tener continuidad. Obediencia es la base de una vida de verdadera felicidad y valores perdurables.

Capítulo 23

Practica de Oracion

Capítulo 23

PRÁCTICA DE ORACIÓN

¿Qué enseña la Biblia sobre la oración? No puede haber progresos en ningún aspecto de la vida cristiana sin
oración. Es por lo tanto importante para el nuevo creyente saber lo que la Biblia enseña sobre el tema. El
siguiente desarrollo intenta responder algunas preguntas básicas:

A. ¿Por qué orar?

Porque la Biblia nos manda que lo hagamos (I Timoteo 2:8). El Señor Jesús fue un hombre de oración. Si Él sentía
la necesidad de hacerlo, ¡cuánto más nosotros! I Tesalonicenses 5:17-18; Efesios 6:18.

B. ¿Cuán a menudo?

Deberíamos orar varias veces cada día. Es un buen plan orar al levantarse a la mañana y al ir a descansar a la
noche. Entonces durante el día, deberíamos buscar al Señor cuando surgen los problemas, cuando necesitamos
ayuda o sabiduría o cuando queremos agradecerle por algo. Nehemías a menudo elevó al cielo “oraciones en
pequeñas frases” mientras estaba en la lucha de la edificación de los muros. Ciertamente cada cristiano debería
inclinar su cabeza y dar gracias antes de comer sus alimentos, sea en público o en su hogar.

C. ¿En qué posición?

Daniel se arrodillaba cuando oraba (Daniel 6:10). Así también hizo el Señor Jesús (Lucas 22:41). Nehemías, por
otro lado, oró mientras estaba parado delante del Rey (Nehemías 2:4). En general, los cristianos se arrodillan
cuando están en casa, pero es aún su privilegio hablar con Dios mientras caminan por la calle o están en sus
actividades diarias.

D. ¿Para qué?

Entre las Escrituras que responden esta pregunta están Filipenses 4:6; I Timoteo 2:1-3; y Mateo 9:38. No hay
nada demasiado pequeño ni demasiado grande para orar. Muchos creyentes encuentran ayuda teniendo una
lista de oración sobre la cual registran ítems como: (1) nombres de parientes y amigos no salvos. (2) nombres de
aquellos que están enfermos o en necesidad. (3) nombres de aquellos que están sirviendo al Señor, tales como
misioneros, evangelistas, y maestros.

No olvides incluir también alabanzas al Señor en tus oraciones y asegurarte que nuestro enfoque sea “la Gloria
de Dios”. Cuando tus requerimientos sean específicos, verás respuestas específicas; si oras por la gente en
general, sin nombrarles, no tendrás manera de saber si tus oraciones fueron respondidas.

E. Condiciones para respuestas de oración.

Si nosotros permanecemos en Cristo, nuestras peticiones serán respondidas (Juan 15:7). Permanecer en Cristo
significa guardar sus mandamientos (I Juan 3:22): (1) Nuestras oraciones deberían ser de acuerdo a Su voluntad
(I Juan 5:14). Dado que el bosquejo general de la voluntad de Dios se encuentra en la Biblia, nuestras peticiones
deberían ser escriturales. Por lo tanto, debemos orar en el lenguaje de la Biblia. (2) Nuestras peticiones deberían
ser elevadas en el Nombre de Cristo (Juan 14:13; 16:23). Cuando nosotros realmente pedimos en Su Nombre, es
como si Él mismo estuviera haciendo a Dios la petición. (3) Nuestras motivaciones deben ser puras (Santiago
4:3). Si nuestras peticiones son egoístas y pecaminosas, no podemos esperar una respuesta.

F. ¿Lenguaje de oración?

Deberíamos dirigirnos a Dios reverentemente. Los cristianos comúnmente usan las palabras "tú" y "ti" en tono
familiar para dirigirse al Padre, pero no debemos olvidar la reverencia.

G. Peligros de la oración.

(1) No ores para ser visto de los demás. Mateo 6:5-6.


(2) No le pidas a Dios que haga algo que tú puedes hacer. Ningún cristiano sano se metería en la calle entre
autos en movimiento y luego le pediría a Dios que lo devuelva a la vereda. Dios le dio piernas para hacerlo por sí
mismo.
(3) ¡No pidas algo que sabes que no deberías tener! Dios a veces concede tales peticiones pero envía
frustraciones al alma. Salmos 106:15.
(4) Evita vanas repeticiones. Mateo 6:7; Eclesiastés 5:2.

H. Otras sugerencias.

1. Si tú encuentras que tu mente se distrae cuando estás de rodillas, trata de orar en voz alta. Esto te ayudará
grandemente a concentrarte.
2. No te desanimes si tu respuesta no llega inmediatamente. Las respuestas de Dios nunca son demasiado
tempranas como para perder la bendición de esperar en Él, y nunca demasiado tardías como para pensar que
hemos confiado en Él en vano.
3. Si la respuesta de Dios no es exactamente lo que has pedido, recuerda esto: Dios se reserva el derecho de
darnos algo mejor que lo que pedimos. No sabemos qué es lo mejor para nosotros, pero Él sí, y así Él nos da lo
que nunca podríamos pedir o pensar. II Corintios 12:8-9.

Capítulo 24

Testificando y Ganando

Capítulo 24
TESTIFICANDO Y GANANDO

¿Cómo puede un cristiano guiar a otros a Cristo? Ganar almas para Jesucristo es una de las más grandes
ocupaciones en el mundo hoy (Proverbios 11:30). Pese a que no hay estrictas ni rápidas reglas para asegurar
éxito en esta tarea, hay algunos principios generales que son extremadamente valiosos. Cuando testificas, estás
en una batalla espiritual. Antes de ir a esa batalla debes ponerte toda la armadura de Dios, una pieza a la vez
(Efesios 6:11-18).

A. Es de primera importancia que el ganador de almas esté espiritualmente sano: debe estar constantemente
alimentado de la Palabra, debe pasar mucho tiempo en oración, debe estar sometido a Dios, debe confesar y
abandonar todo pecado. Al andar en el Espíritu, el cristiano encontrará que el Señor proveerá oportunidades
para testificar efectivamente. Esta es indudablemente la Regla de Oro del ganador de almas: "Vive cerca de
Dios" (Mateo 4:19). Recuerda que tu vida es un testimonio continuo, bueno, malo o indiferente.

B. Es buena cosa empezar cada día pidiéndole a Dios que nos guíe a aquellos que Él quiere que contactemos. Es
obvio que no podemos hablarles a todos los que vemos. También es claro que no tenemos manera de saber por
nosotros mismos cual alma está "lista" para salvación. Pero si le permitimos al Señor guiarnos, trabajaremos más
eficientemente y cosecharemos más fruto para Él.

Entonces durante el día deberíamos aprovechar las oportunidades de hablar de Cristo. Cuando compañeros de
trabajo profanan el Nombre del Señor, por ejemplo, tenemos entonces oportunidad para una discreta y amable
palabra de testimonio. Frecuentemente los temas religiosos surgen en conversación, deberíamos preparar la
mayoría de ellos. No siempre tenemos que esperar por oportunidades: podemos generarlas nosotros mismos. El
hombre mundano habla libremente sobre política, el clima y los deportes. ¿Por qué nuestros labios estarían
cerrados acerca de Cristo, nuestro Redentor?

B. Mencione la Palabra de Dios lo más posible. Mejor aún, llévalos a leerla.

¡Es palabra Viviente! Es la Espada del Espíritu. Hebreos 4:12. Tiene poder para alcanzar a las almas más allá de
cualquier palabra que nosotros pudiésemos decir. Todo buen soldado de Jesucristo debería usar la más grande
de las armas. Los no salvos harán todo lo que puedan para pararte de recitarles versículos bíblicos, pero no te
detengas. Si ellos dicen que no creen en la Biblia, cítales más de ella. La Biblia nos enseña a sembrar y cosechar.
Hay un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar. Es Dios quien nos da la cosecha. Si no siembras no
habrá cosecha. Su Palabra es la semilla, así que espárcela a lo largo y a lo ancho (Mateo 13:4-8).

Sigue cada contacto. No muchas personas son salvos la primera vez que escuchan el Evangelio, usualmente
debemos hablarles una y otra vez, y tener muestra bondad hacia ellos. Entrégales buena literatura evangelística.
Invítales a asistir a reuniones evangelísticas contigo. Sobre todo, ora mucho por ellos. No seas descortés si
alguien es hostil contigo, la oposición es a menudo una señal de que ellos están siendo convencidos por el
Espíritu Santo, mientras que es casi imposible tratar con la indiferencia.

C. No les presiones para decisiones rápidas.

Una falsa profesión de fe no sólo es peor, sino que puede engañar al individuo en sí mismo y puede hacer
mucho daño a la causa de Cristo. Debes ser fiel en sembrar la semilla, y Dios será fiel en darte el incremento
(Juan 4:35-38).
Si encuentras dificultad en hablar a otros acerca del Señor, dile al Señor acerca de esto y pídele fuerzas y coraje
para testificar de Él. Si realmente lo quieres, Él te lo dará (Mateo 10:32).

Siempre lleva contigo una buena cantidad de literatura evangelística. No puedes sólo compartir folletos con
aquellos que te encuentras, sino que también puedes dejarlos en la calle, en los automóviles o en los
microbuses, en restaurantes, o en casi todo lugar público.

Las recompensas de los ganadores de almas son tremendas: (1) ¡El gozo de guiar personas a Cristo es
indescriptible! Lucas 15:10. (2) ¡Cuánto más grande será el gozo en el cielo cuando alguien te encuentre con
estas palabras: "fuiste tú quien me invitó a venir aquí!" (3) Finalmente, cuán incomparable será la emoción
cuando el Señor Jesucristo abiertamente te confiese delante de las multitudes en los cielos. Mateo 10:32.

En vista a todo esto, que nuestra constante oración sea:

Hazme mirar las multitudes como mi Salvador lo hizo,


Con lágrimas cultiva mis ojos oscurecidos.
Déjame contemplar con misericordia la oveja extraviada,
Y amarlos por amor de Él. Mateo 9:36.

Capítulo 25

Escudriñando las Escrituras

Capítulo 25

ESCUDRIÑANDO LAS ESCRITURAS

¿Qué debería saber un cristiano acerca de la Biblia? El estudio bíblico debería ser llevado a cabo en plena
dependencia del Espíritu Santo. Él es nuestro Maestro y constantemente deberíamos buscar su guía (Juan 14:26;
16:13). No hay un atajo, una manera fácil de aprender la Biblia. Involucra duro trabajo para cada uno. De todos
modos, nunca olvides que el Autor del libro está siempre presente, y nadie sabe más acerca de lo que está
escrito que el Autor mismo. Si no entiendes, ora y pídele a él que te enseñe lo que dice (Juan 14:26).

A. Lo primero para hacer es apartar un tiempo definido cada día para leer la Biblia.

Es un buen plan comenzar en Mateo y avanzar por el Nuevo Testamento. Luego comenzar en Génesis y leer la
Biblia entera. No leas sólo para decir que has ido por toda la Biblia, sino lee para conocer lo que la Biblia dice.

B. Cuando llegues a una palabra desconocida, búscala en el diccionario.

Si llegas a un pasaje que no puedes entender, primero trata de comprender el significado estudiándolo
cuidadosamente. Si esto no alcanza, escribe una nota sobre el problema, y consulta un comentario cuando
tengas oportunidad.

C. Compara Escritura con Escritura.


No trates de edificar una doctrina sobre un solo versículo. Encuentra la consistente enseñanza de la Biblia entera
sobre el tema. "La Verdad no contradice a la Verdad."

D. Serás bien recompensado si escribes un bosquejo de cada capítulo, respondiendo las siguientes preguntas:

1. ¿Qué aprendí acerca de Cristo? (Aún en el Antiguo Testamento hallarás al Salvador en tipos y sombras.)
2. ¿Cuál es el principal mensaje de este capítulo?
3. ¿Qué preciosa promesa puedo solicitar?
4. ¿Cuál es el versículo destacado?
5. ¿Cuál pecado fui enseñado a evitar?
6. ¿Qué ejemplo hay para que siga?
7. ¿Cuales son los versículos dificultosos?

E. Durante el día trata de discutir lo que has leído con alguien más. Esto te servirá en dos propósitos: te ayudará
a fijar la lección en tu propia mente y te ayudará a compartir con otro la bendición que has recibido de tu
estudio bíblico. Malaquías 3:16.

F. Trata de memorizar dos o tres versículos cada semana.

Comienza a compartir con familiares versículos del evangelio tales como: Juan 1:12; Juan 3:16; Juan 3:36; Juan
5:24; Romanos 10:9, etc. Repasa todos los versículos memorizados constantemente hasta que realmente hayan
sido puestos en tu mente y corazón. Escríbelos en tarjetitas y llévalos contigo para repasar durante el día.
Hallarás tu propia vida enriquecida, y estarás en mejores condiciones para hablar a otros.

G. La gran meta del estudio bíblico, por supuesto, es poner en práctica lo que has aprendido.

Deberíamos permitir a la Palabra redargüirnos, corregirnos y hacernos más como el Señor Jesús. Jeremías 15:16.
Recuerda cuando estudias la Biblia que estás estudiando un libro eterno. Todo lo que aprendas de ella aquí es
una inversión para la eternidad. Así que dale lo mejor de ti.
Capítulo 26

La Vida que Vale

Capítulo 26

LA VIDA QUE VALE

¿Cómo puede un cristiano hacer que su vida cuente? Pese a que un creyente no puede perder su salvación, es
completamente cierto que puede desperdiciar su vida tanto que no cuente para la eternidad. Ha sido
correctamente dicho: “Un necio es un hombre cuyos planes terminan en el tiempo”. Para evitar la tragedia de
una vida malgastada, la Biblia nos aconseja a cada cristiano lo siguiente:

A. Cuenta el costo de ser un discípulo de Cristo. Todos los creyentes son hijos de Dios, pero no todos son
discípulos. Los términos para el discipulado son dados en Mateo 10:16-42 y Lucas 14:25-35. Ser un discípulo
significa poner a un lado el confort y la seguridad terrenal, significa una vida de auto negación, significa la
enemistad y el ridículo del mundo, es abandonarlo todo para seguir al Señor Jesús.

B. Has un deliberado compromiso de tu vida a Él. Romanos 12:1.


Llega al punto de decisión donde entregas tu cuerpo en sacrificio vivo a Dios. Esa es la única cosa razonable para
hacer en vistas a todo lo que Él ha hecho. El gran misionero C. T. Studd una vez dijo: "Si Jesucristo es Dios y
murió por mí, entonces no hay sacrificio que pueda ser demasiado grande para que yo haga por Él".

C. Abandona tu propia vida para Cristo. El Salvador dijo: "todo aquel que pierda su vida por causa de mí la
hallará" (Mateo 16:25). En otras palabras, si quieres conocer el pleno gozo y felicidad de la vida, deberías vivir
para complacer al Señor Jesucristo y no a ti mismo. El que vive egoístamente es una persona miserable y no feliz.

D. Quema los puentes detrás tuyo. “Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar” (Salmos 118:27). Hazlo
tan difícil como sea por ti mismo, para no volver a conexiones que te alejarían de una vida de obediencia de
todo corazón y devoción a tu Señor (Lucas 9:23).

E. No te desvíes. Muchos comienzan muy bien pero pierden la visión y resbalan retornando a la vieja rutina.
Negocios bien pagos, materialismo, carreras interesantes, y muchas tentaciones morales te sacarán afuera.
Matrimonios no sabios han sido la caída de muchos que hubieran sido discípulos. El diablo usará a cualquiera y
cualquier cosa para desviarte de la senda de Dios para ti. El Señor Jesús dijo: "Ninguno que poniendo su mano
en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios" (Lucas 9:62).

F. Vive para servir. "El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir" (Mateo 20:28). La verdadera
grandeza está en servir a otros. No trates de estar en la línea donde se recibe. "Más bienaventurado es dar que
recibir" (Hechos 20:35).

G. Corónale a Él como Señor de todo. Si Cristo reina en tu vida, cada día realmente contarás para la eternidad. El
cristianismo es “no un placentero pasatiempo sino una búsqueda apasionante”. No es una vida fácil sino una
lucha. No cuesta nada llegar a ser un cristiano, pero cuesta todo ser uno. No es popularidad sino persecución; no
es confort sino una cruz. Pero es la mejor vida. Tú sirves al mejor de los Maestros. Tus recompensas son lo
mejor, y disfrutarás tu trabajo aún más que tus salarios. Tus recompensas son maravillosas, tanto ahora como
en la eternidad.

Te insistimos, por lo tanto, que des tu vida a Cristo. Dale lo mejor de ti, no retengas nada. Puede llegar a ser tu
supremo gozo escucharle decirte al fin: "Bien, buen siervo y fiel... entra en el gozo de tu Señor" (Mateo 25:21).

Este libro ha sido especialmente preparado para usted por la Red de Radiodifusión Bíblica de Charlotte, Carolina
del Norte, USA, y está puesto a su disposición para bajarlo en “www.rrb.org” para ayudarle en dos cosas:
Primero, “para estudiar a fin de presentarse a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la Palabra de Verdad” (II Timoteo 2: 15). Segundo “…para sufrir penalidades como buen soldado de
Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por
soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente” (II Timoteo 2:3-5).

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