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Fecha de recepción: 10 de julio de 2014 / Fecha de aprobación: 26 de septiembre de 2014

Público

La participación ciudadana ¿un baluarte de la


democracia?

Rosana Margarita Lizcano Orozco

Revisión de tema

DOI: http://dx.doi.org/10.15425/redepub.34.2015.13

Universidad de los Andes


Facultad de Derecho
Revista de Derecho Público N.o 34
Enero - Junio de 2015. ISSN 1909-7778
La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia?
Resumen
El artículo presenta una revisión a la institución de la participación ciudadana como ingrediente político y activo de los
modelos democráticos propuestos en la ciencia política. Inicialmente se abordan referentes teóricos que sustentan las
concepciones iniciales de democracia, para luego exponer las nuevas tendencias propuestas para materializar la parti-
cipación ciudadana, haciendo especial énfasis en la denominada democracia deliberativa. Finaliza con la presentación
de los avances que en cuanto a participación ciudadana se han logrado en Colombia, y que dan muestra, por un lado, de
experiencias satisfactorias de consenso para la construcción de políticas públicas a nivel local, pero por otro evidencian
a su vez un modelo democrático necesitado de la deliberación como elemento que le permita alcanzar su madurez,
siendo consciente de los obstáculos propios de esta dinámica en los Estados latinoamericanos.

Palabras clave: participación ciudadana, democracia deliberativa, participación ciudadana, teorías de la democracia.

People’s participation: Is it a bastion of democracy?


Abstract
The article presents an overview of the institution of citizen participation as active political and democratic models pro-
posed in Political Science ingredient. Initially theoretical framework underpinning the initial conceptions of democracy,
then expose new trends proposed to realize citizen participation, with particular emphasis on the so-called deliberative
democracy are addressed. It ends with the presentation of the progress in terms of citizen participation have been deve-
loped in Colombia, and that demonstrate the one hand, successful experiences of building consensus for public policy at
the local level, but show himself a democratic model of deliberation needed as evidence to reach maturity will be aware
of the obstacles themselves of this dynamic in Latin American States.

Keywords: citizen participation, deliberative democracy, democracy theories.

A participação cidadã: um baluarte da democracia?


Resumo
O artigo apresenta uma revisão da instituição da participação cidadã como ingrediente político e ativo dos modelos
democráticos propostos na ciência política. Inicialmente são abordados referentes teóricos que sustentam as concep-
ções iniciais de democracia, para depois expor as novas tendências propostas para materializar a participação cidadã,
dando ênfase especial na denominada democracia deliberativa. Finaliza-se com a apresentação dos avanços sobre a
participação cidadã que foram conquistados na Colômbia, e que dão mostra, por um lado, de experiências satisfatórias
de consenso para a construção de políticas públicas a nível local, mas por outro evidenciam um modelo democrático
necessitado de deliberação como elemento que lhe permita alcançar seu amadurecimento, sendo consciente dos obs-
táculos próprios desta dinâmica nos Estados latino-americanos.

Palavras-chave: participação cidadã, democracia deliberativa, participação cidadã, teorias da democracia.


La participación ciudadana ¿un baluarte de la
democracia?*

Rosana Margarita Lizcano Orozco**

Sumario

Introducción – I. PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LOS POSTULADOS DEMOCRÁTICOS – II. NUEVAS TENDENCIAS DE LA


DEMOCRACIA: DEMOCRACIA DELIBERATIVA Y EL ROL DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA – A. Participación política en la
democracia deliberativa. Contexto y aplicaciones prácticas – B. Algunas experiencias de participación ciudadana en
aplicación de la teoría democrática deliberativa – III. UNA REVISIÓN A LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN COLOMBIA Y
LATINOAMÉRICA – A. Estudio del rol de la participación en la democracia colombiana – B. Una mirada a la participación
ciudadana en Latinoamérica – IV. CONCLUSIONES – Referencias.

* Cómo citar este artículo: Lizcano Orozco, R. M. (Junio, 2015). La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia? Revista de Derecho Público,
34. Universidad de los Andes (Colombia).

Artículo preparado en el marco del proyecto “Implementación del observatorio del control social por usuarios de los prestadores de servicios públicos
domiciliarios en Santa Marta”, desarrollado por el grupo de investigación Gestión, Gobierno y Políticas Públicas de la Facultad de Humanidades, de la
Universidad del Magdalena, financiado por la mencionada Institución.

** Abogada y especialista en Derecho Administrativo de la Universidad Sergio Arboleda, sede Santa Marta. Magíster en Derecho Administrativo de la
Universidad Externado de Colombia. Docente catedrática de la Universidad del Magdalena. Correo: rosana.lizcano@hotmail.com.
tema político basado en la discusión racional
Rosana Margarita Lizcano Orozco

Introducción
entre iguales, tendiente no a la imposición o
agregación de intereses particulares, sino a la
El presente trabajo contiene una revisión siste-
consecución del bien común mediante el triun-
mática del significado de la participación ciuda-
fo del mejor argumento (2009, pág. 433).
dana como ingrediente político de los modelos
teóricos de la democracia, a partir de la informa- Finalmente, se aborda el estado del arte del
ción obtenida de fuentes secundarias (artículos alcance de la participación ciudadana en Co-
de revistas científicas y libros especializados), lombia.
y constituye uno de los resultados del proyecto
de investigación en el que se aborda el control
I. PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LOS
social como mecanismo de la participación ciu-
POSTULADOS DEMOCRÁTICOS
dadana frente a la prestación de los servicios
públicos domiciliarios.
Como lo afirma el profesor José Fernando Flórez
Esta revisión tiene mayor asidero al encontrar- Ruiz (2012), “mientras las demás asociaciones
nos en una época de experimentaciones demo- son voluntarias, si algo singulariza al Estado
cráticas en la que los Estados acuden a distin- como forma asociativa es que todas las perso-
tas metodologías y técnicas para consultar al nas que están dentro de sus fronteras no tienen
pueblo pero muchas veces con resultados su- legalmente alternativa distinta de obedecer sus
perficiales1 (Fischkin, 2009). mandatos” (pág. 109).

Para el desarrollo de este escrito se procede de El anterior postulado de cierta manera queda
la siguiente manera: en primer lugar, se abor- replanteado, o adquiere un nuevo matiz, con la
dan los referentes teóricos de la evolución del aparición de un concepto moderno de democra-
concepto de democracia hacia una mayor efec- cia que como lo afirma Ugarriza:
tividad de la soberanía popular; seguidamente
toma forma con el triunfo de las revoluciones
se exponen las teorías que sustentan los nuevos
republicanas, que entregaron la responsabi-
modelos de democracia propuestos para mate-
lidad de la toma de las decisiones colectivas
rializar la participación ciudadana en las deci- al pueblo soberano, para que fueran legítimas.
siones políticas. Antes de las revoluciones estadounidense y
francesa, las decisiones soberanas tomadas
Ugarriza afirma: por un monarca gozaban de la legitimidad pro-
vista por su calidad de auténtico representante
Ante el fracaso de modelos que han buscado de Dios. Al menos en Occidente, con el triunfo
resolver este problema, la teoría de la delibe- de las revoluciones republicanas, tal conexión
ración política propone para el siglo XXI un sis- del gobernante con la divinidad fue definitiva-
mente cortada, y la responsabilidad de tomar
1 Traducción realizada por la autora del artículo.

4 Revista de Derecho Público N.o 34 - ISSN 1909-7778 - Enero - Junio de 2015 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho
las decisiones que afectan al colectivo recayó Por otro lado, Vieira señala que:

La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia?


en el ejercicio de la denominada “soberanía
popular”, que se constituye en fuente primaria El principio de la ciudadanía moderna, fundado
de legitimidad (2009, pág. 433). sobre la idea de humanidad, enfrentó muchas
dificultades para su aplicación. La primera se
Al respecto, Hans Kelsen (citado por Flórez, refiere al tamaño de las repúblicas modernas,
2012) señaló este escenario como una: que impide el ejercicio directo del poder por el
ciudadano. El Estado se destaca de la socie-
Divergencia entre ideología y realidad, que ro- dad civil, el poder no puede ya ser ejercido por
dea la aspiración democrática, para justificar todos. Para evitar el despotismo, el principio
su versión meramente representativa. (…) El republicano consagra la idea del control popu-
ideal democrático, según Kelsen, implicaría la lar por el sufragio universal, inspirándose en
ausencia de dirigentes, pero como en la prác- la visión de soberanía popular defendida por
tica esto no es ni remotamente realizable por- Rousseau (s.f., pág. 4).
que la realidad social impone la existencia de
un gobierno que tome las decisiones, la cues- En palabras del profesor Ugarriza:
tión que realmente importa resolver a la demo-
cracia en tanto técnica organizativa es cómo Desde el siglo XVIII, el intento por trasladar el
formar la “voluntad imperante (págs. 117-118). difuso concepto de soberanía popular al mun-
do real ha dado lugar a la instauración de di-
En el modelo liberal, el concepto de democra- versos sistemas políticos imperfectos. Los de-
cia se ve limitado a un conjunto de reglas para fensores de la democracia han fracasado en el
propósito de erigir modelos a la vez eficientes y
elegir un gobierno, según Schumpeter, o para
que garanticen la toma colectiva de decisiones
elegir unas mayorías, siguiendo a Bobbio. “En
de manera legítima; dado que la legitimidad
este sentido se entiende que la participación de democrática depende del ejercicio efectivo de
los ciudadanos se limita a unas elecciones pe- la soberanía popular, la gran pregunta ha sido
riódicas, con el fin de elegir a unos gobernantes, cómo llevar a la práctica institucional tal princi-
y que es fundamentalmente indirecta, es decir pio político (2009, pág. 434).
que se da a través de unos representantes”
(Massal, 2010, pág. 81). En la década de los noventa, la crisis de los par-
tidos políticos e incluso, la falta de legitimidad
Lo anterior muestra la democracia de las instituciones democráticas tradicionales,
“debido al clientelismo, a la corrupción, y a la
como un concepto propio del lenguaje político,
ineficacia del Estado para redistribuir recursos
en torno al cual se han creado posiciones con-
conllevó a la baja credibilidad de la democracia
trovertidas y hasta rivales, lo que ha llevado a
representativa lo que abrió espacio a una nueva
asegurar que existen “concepciones sobre la
democracia que aportan visiones algo distintas propuesta como remedio de la situación, la de-
sobre su alcance, procedimientos y objetivos” mocracia participativa” (Massal, 2010, pág. 80).
(Pérez de la Fuente, 2012, pág. 54).

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Al respecto, enfatiza la investigadora de la Uni- señala Schumpeter, (1988) al concebir “la de-
Rosana Margarita Lizcano Orozco

versidad Nacional de Colombia, Julie Massal, mocracia en clave de un mercado político don-
que aunque la democracia participativa de las diferentes formaciones políticas defien-
dan sus propuestas concibiendo a los votantes
genera una ampliación en la concepción de la como consumidores” (pág. 251).
acción política, y una apertura al menos formal
a nuevos actores sociales y políticos como los
Oscar Pérez de la Fuente (2012), sobre el tema,
movimientos sociales que aparecía, a media-
cita a Dahl, quien defiende la noción de “po-
dos de los años noventa, como una alternativa
liarquía donde se establecen unas reglas de
creíble y viable a los partidos en tanto repre-
sentantes de los intereses “auténticos” y de participación de los ciudadanos basadas en
las “necesidades inmediatas y reales” de la elecciones periódicas, libres y pluralistas y se
población, “dicha expectativa se desvaneció al defiendan principios de igualdad (de voto, para
evidenciarse la dificultad de los Movimientos ocupar cargos públicos) y libertad de expresión
Sociales para sustituir a los Partidos Políticos, (pluralismo informativo)” (pág. 57).
y la capacidad de estos últimos para recon-
quistar —aunque frecuentemente de manera A juicio de la autora argentina, Macarena Marey:
autoritaria y poco respetuosa de las reglas de
la democracia electoral— espacios políticos cla- Por ‘concepción agregativa’ de la democracia
ves (instituciones de control) y el dominio del se entiende en general una forma de compren-
debate político (2010, pág. 80). der el ideal democrático en el que la forma de-
mocrática de gobierno se considera un método
Sobre el tema se abrió un debate en el que se instrumental asociado intrínsecamente a la
analizan una serie de presupuestos y asuncio- idea de la sociedad como suma de preferen-
nes sobre la noción de individuo, el papel de la cias individuales aisladas (2011, pág. 160).
política y el alcance de la participación de los
Continúa la autora sosteniendo que esta con-
ciudadanos. Pérez de la Fuente explica:
cepción agregativa de la democracia, concibe
Que evidencia una dicotomía entre la esfera una visión de la participación ciudadana en la
pública y la esfera privada, donde los indivi- política fundada en la idea de que esta última
duos persiguen sus planes de vida en el ámbito responde solamente a la lógica de la mera com-
privado, según sus propios intereses, y su parti- petencia por el poder —o la soberanía—; en pa-
cipación política en la esfera pública se vincula
labras de Schumpeter:
a estos intereses y consiste básicamente en
la elección de los representantes (2012, pág. Debe entregarse la política en manos de una
54). élite compuesta por funcionarios, ya que los
ciudadanos sólo tendrían preferencias que de-
En cuanto a la democracia pluralista, también searían reflejar en la decisión colectiva, pero
llamada agregativa o realista, existen de igual no serían capaces de actuar con racionalidad,
manera diversas concepciones, como la que ni colectivamente, ni más allá de lo que atañe

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estrictamente a esas preferencias (1988, pág. cracia radical, en la que la esfera pública y la

La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia?


253). sociedad civil juegan un papel central (Kozlarek,
1999).
Dicha postura, que fue objeto de críticas y que
dio lugar a nuevas propuestas, debió replantear- En el marco de la democracia radical, el con-
se con miras a superar la tensión entre sobera- cepto de libertad dentro del liberalismo cambia
nía popular y derechos humanos (Marey, 2011). para posibilitar “mayores niveles de intervención
y control del poder por los ciudadanos” (Serna,
En la segunda mitad del siglo XX, surge lo que
2008, pág. 273).
algunos estudiosos del tema han llamado la crí-
tica consensual a la democracia liberal (Mejía Dubiel, sostiene Kozlarek (1999), critica la “mo-
y Jiménez, 2005), planteada por una parte por nopolización institucional de los procesos de
John Rawls, y por otra, como se expondrá en el formación de la voluntad política que han conlle-
título siguiente, por el sociólogo y filósofo ale- vado a la crisis de la legitimación de las institu-
mán Jürgen Habermas. ciones de los actores políticos convencionales”
y ubica la desobediencia civil como “estrategia
Rawls, luego de realizar una revisión a su Teo-
política para la participación ciudadana y la con-
ría de la Justicia expuesta en 1971, presenta en
secución de una verdadera sociedad democrá-
1999, como aporte a la democracia constitu-
tica” (pág. 119).
cional, una alternativa que él denominó “siste-
máticamente razonable al utilitarismo”, y a las Se resalta como diferencia frente a Habermas
doctrinas que por mucho tiempo han dominado su concepción de esfera pública no pertene-
la tradición filosófica con su nueva concepción ciente ni histórica ni funcionalmente a una clase
de justicia como equidad. o grupo social en particular.2

Rawls, en Political Liberalism, como lo afirma


II. NUEVAS TENDENCIAS DE LA
Mejía (2005), rompe definitivamente con el libe-
DEMOCRACIA: DEMOCRACIA
ralismo doctrinario al concretar su teoría en un
DELIBERATIVA Y EL ROL DE LA
modelo de sistema político normativamente in-
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
cluyente, donde el acento en la posibilidad de la
desobediencia civil planteada inicialmente se ve
reemplazado por la “capacidad de consensuali- El problema de la ilegitimidad de una democra-
zación política del sistema” (pág. 15). cia liberal, arrastrado desde el siglo XVIII, y agra-
vado por la crítica en el siglo XX, prescribe la ne-
El sociólogo Helmut Dubiel, de la tercera gene- cesidad de buscar un modelo democrático no
ración de la escuela de Frankfurt, a partir del
2 Debe recordarse que Habermas reconstruyó el concepto de esfera
análisis de las sociedades modernas existentes pública históricamente a partir de la cristalización de una esfera públi-
en los años 90 propone la teoría de la demo- ca burguesa.

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meramente agregativo, que corrija los defectos dana en esta nueva propuesta de modelo de-
Rosana Margarita Lizcano Orozco

de despolitización social y tiranía de mayorías y mocrático que, se alega, permite materializar la


minorías (Habermas, 1987 [1981]). soberanía popular.

Por ello, a finales del siglo XX, existían al menos A. Participación política en la
cuatro salidas teóricas a esta disyuntiva que democracia deliberativa. Contexto y
bien cita Ugarriza, a saber: aplicaciones prácticas

El modelo de democracia radical, que “promue- Es importante tener en cuenta, como lo resal-
ve la participación activa de todos los ciudada-
ta el autor colombiano Juan Esteban Ugarriza
nos en la toma de decisiones colectivas, en
(2009), que la teoría de la democracia delibera-
detrimento de la democracia representativa”;
tiva aparece de forma definitiva en los años 80
el modelo de democracia racional, en el que la
“fuente de legitimidad del sistema político radi- para “responder a los cuestionamientos sobre
ca en su estabilidad, en tanto ésta demuestra la legitimidad de la democracia moderna” (pág.
la aceptación soberana del pueblo”; el modelo 82), ante la imposibilidad de cumplir la promesa
de democracia participativa, que le “otorga al básica de adopción de decisiones colectivas de
ciudadano un papel menos activo que en la de- manera legítima, desde sus orígenes en el siglo
mocracia radical, pero más que en el modelo XVIII.
liberal agregativo, con el fin de reducir la bre-
cha entre los representantes y el pueblo”; por Luego de presentarse un proceso de moderniza-
último, el modelo de democracia deliberativa,
ción caracterizado por la dominación de la razón
“derivado de las críticas estadounidenses y eu-
instrumental de la ciencia y la tecnología sobre
ropeas a la democracia liberal agregativa, en
el que la deliberación política es el mecanismo
las demás esferas sociales, que acabó colabo-
legítimo de formación de la voluntad colectiva” rando con las guerras mundiales, el bombardeo
(2009, pág. 436). nuclear de Hiroshima y Nagasaki, los campos
de concentración, la miseria y la opresión de
En busca de la legitimidad en el modelo demo- las masas, Habermas, para buscar una salida a
crático, encontramos partidarios de la democra- este pesimismo, construyó un gigantesco y com-
cia deliberativa, concretada en el discurso ha- plejo sistema filosófico basado en su teoría de la
bermasiano, como modelo de mayor legitimidad acción comunicativa, en la que además de la ra-
que la democracia liberal, incluso pese a las zón instrumental habría una razón comunicati-
limitaciones que se le atribuyen como la incon- va, fundada en el lenguaje, que se expresaría en
mensurabilidad discursiva, el dilema discursivo la búsqueda de consenso entre los individuos,
y la falla discursiva (Spector, 2011). por intermedio del diálogo (Vieira, s.f).

En este punto se hace necesario, entonces, re- Siguiendo a Liszt Vieira (2013), Habermas seña-
visar cuál es el papel de la participación ciuda- la, que tanto el

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sistema como el mundo de la vida son atrave- lo que indica que puede incluir “todo” el pueblo,

La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia?


sados por las dimensiones de lo público y de lo pero al momento de decidir, lo que se cuestiona
privado. En el sistema, lo público es el Estado es la proporción del “pueblo” que ha de tomarse
y lo privado es la economía. En el mundo de la
sin que afecte la afirmación inicial (pág. 260).
vida, lo público es la participación política de los
ciudadanos y lo privado es la familia (pág. 9).
Así mismo, Fischkin (2009) se cuestiona sobre
la razón que dificulta lograr la deliberación con
Spector (2011) explica que la democracia deli-
equidad política. Por una parte, sostiene el men-
berativa presupone, en términos habermasia-
cionado autor, lo que los científicos sociales han
nos, que los participantes de los discursos co-
denominado “la ignorancia racional”, expresión
municativos abandonen los requerimientos de
utilizada por Anthony Downs en 1957 en su obra
una racionalidad instrumental que requiere la
An Economic Theory of Democracy, como ele-
elección de aquellos medios que maximizan la
mento básico de la economía política, y acuña-
obtención de fines personales y sectoriales, y
da diez años después por Gordon Tullock, cuyo
las instituciones de la democracia procuren que
significado se explica en esta frase definitiva:
las decisiones colectivas expresen las conclu-
“Es irracional ser políticamente bien informado
siones racionales de deliberaciones orientadas
porque los bajos rendimientos de la información
por la racionalidad comunicativa (pág. 437).
simplemente no justifican su costo en tiempo ni
Como bien lo explica el profesor Spector (2011), en otros recursos” (Caplan, 2007, pág. 94).
entre las condiciones procedimentales para
En segundo lugar, que los ciudadanos no están
que las deliberaciones respeten el modelo de
lo suficientemente informados de la realidad
racionalidad comunicativa, y uno sobre el cual
política, como a veces aparentan demostrarlo
ha hecho mayor énfasis Habermas y otros parti-
las encuestas; y como tercera limitación se en-
darios de la democracia deliberativa, es el ase-
cuentra que las personas entablan discusiones
guramiento de la participación de todas las per-
políticas con aquellos con los que comparten un
sonas afectadas por las decisiones colectivas
mismo origen, estrato social o perspectiva (Fis-
que se tomen, así como la “neutralización de la
chkin, 2009, pág. 260).
influencia de intereses sectoriales o personales
que están reñidos con el principio de universali-
En todo caso, los defensores de esta teoría con-
dad de las razones normativas” (pág. 438).
tinúan sosteniendo que la democracia dialógica
o discursiva o deliberativa es la única que puede
Ahora, en el tema de la participación ciudada-
hacer una verdadera oposición a la concepción
na en la democracia deliberativa, el problema
de aquella basada en la “competencia entre éli-
radica, como lo sostiene James Fishkin (2009),
tes, en el recuento de votos, y en la maximiza-
en cómo cumplir dos valores fundamentales: la
ción del interés privado” (De Cabo de la Vega,
equidad política y la deliberación, ya que la de-
2012, pág. 50).
mocracia suena a la voz de “nosotros, el pueblo”

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La democracia dialógica, afirma De Cabo de la este modelo un desarrollo de la teoría interme-
Rosana Margarita Lizcano Orozco

Vega (2012), en lugar de concentrase en el re- dia entre Rawls y Habermas, en el que se res-
sultado agregado del procedimiento (la decisión cata el valor epistémico de la democracia como
mayoritaria), se preocupa por la participación una solución más adecuada a partir de prácticas
deliberativa de todos, y en la “creación de pro- discursivas e individuales, y en la que se plantea
cedimientos considerados aceptables por todos que si los posibles afectados por una decisión
los actores sociales, que acaben con la exclu- han participado en el debate en igualdad de
sión, las asimetrías de poder y la desconfianza condiciones, la decisión tomada será probable-
mutua” (pág. 50). mente justa y moralmente correcta, siempre que
todos acepten libremente y sin coacción.
Por otro lado, la existencia del pluralismo como
clave en el desarrollo de mayores niveles de de- Sin embargo, asegura el mencionado autor,
mocracia, para Chantal Mouffe (1999) depende la puesta en marcha del proceso democrático
del intento de transformar el antagonismo en deliberativo con valor epistémico se enfrenta
agonismo, es decir, relación entre adversarios, a varias dificultades, ya señaladas en este ma-
solo así la democracia puede convertirse en el nuscrito en líneas anteriores. Por una parte, las
“espacio adecuado para el consenso como ele- diferencias abismales entre los ciudadanos y el
mento de la intervención y el control del poder tiempo casi inexistente que dedican a la defen-
por parte de los ciudadanos” (Atilli, 1996, pág. sa de sus intereses en el ámbito público; por
143). otra, los conocimientos técnicos como requisito
para la resolución de determinadas cuestiones,
B. Algunas experiencias de participación y por último, la inevitable formación de grupos
ciudadana en aplicación de la teoría orientados a la defensa de su propios intereses
democrática deliberativa (Gualano, 2011).

El autor brasilero Miguel Gualano de Godoy Otro caso de interés se encuentra en el trabajo
(2011), en su artículo titulado “La democracia realizado por Emefa S. A. Akortor (2012), quien
deliberativa como guía para la toma de decisio- indagó sobre los méritos o no de la democracia
nes legítimas. Análisis teórico a partir de Carlos deliberativa y su impacto en la mejora de la ca-
Santiago Nino y algunas prácticas institucio- lidad de vida en dos comunidades distintas de
nales en Brasil Contemporáneo”, muestra los Chipre del Norte; una, Buyukkonuk Village, aldea
“minipúblicos” como ejemplo de grupo de ciu- ecoturística en la que sus habitantes participan
dadanos organizado conscientemente para la activamente en la elección de los proyectos de
deliberación pública. desarrollo y en su ejecución; y en la ciudad amu-
rallada de Famagusta, donde usualmente no es-
Sostiene Gualano, que el abogado e investigador tán involucrados en la toma de decisiones, por
argentino Carlos Santiago Nino ha considerado lo que son tomadas por la autoridad municipal.

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En este ejercicio se concluyó, según Akortor cias de barreras a la comunicación ideal como la

La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia?


(2012), que si bien se trató de una comunidad manipulación y la distorsión de la información.
con pocos habitantes, para alcanzar el éxito en
la democracia deliberativa, siguiendo los mode- Otro modelo importante de deliberación se en-
los estudiados, se requiere de comunidades que contró en Estados Unidos, a propósito de las
trabajen en estrecha colaboración con las uni- manifestaciones de Occupy Wall Street contra la
versidades respecto a los proyectos específicos. avaricia corporativa, la desigualdad económica
Por ejemplo, si ha de ser un proyecto arquitectó- y la insuficiencia e ineficacia del sistema de re-
nico, las comunidades deben fraternizar con las presentación política, en un ejemplo de “demo-
facultades de arquitectura de las universidades cracia real” con nuevas prácticas democráticas
de la isla, para trabajar conjuntamente con el a partir de movimientos denominados “forma
municipio y las organizaciones de financiación, y de multitud”, caracterizados por las asambleas
por otra parte, el proceso administrativo de la de- frecuentes y las estructuras participativas de
mocracia deliberativa debe ser simple y gráfico, toma de decisiones (Hardt y Negri, 2011). Sin
así todo el mundo puede entender fácilmente. embargo, el estudio arrojó resultados similares
en cuanto a las barreras u obstáculos para lo-
Según Fast (2013), Eastern Ontario Highlands grar la deliberación ideal, como en las investiga-
(eoh), en la provincia de Ontario, Canadá, repre- ciones citadas anteriormente.
senta otro modelo de dinámica deliberativa en
cuanto a la construcción de programas que de- Resultados de investigaciones, como las citadas
sarrollen la producción de energías renovables. en este escrito, confirman de alguna manera lo
que Spector (2011) y Robles (2011) denominan
Señala Fast (2013), que un estudio reciente3 problemas para la concepción habermasiana
mostró que en eoh las decisiones políticas son de la democracia, teniendo en cuenta que se
construidas a partir de argumentos y respuestas trata, como lo explican Cohen (1986) y Bohman
altamente racionales discutidas en reuniones (1998), de un ideal democrático en el que se
públicas en las que participan representantes requiere que los ciudadanos de manera racio-
de la administración, de las empresas y de la nal vayan más allá de sus propios intereses y
ciudadanía, constituyendo un buen ejemplo de orienten sus preferencias hacia la idea de bien
acción comunicativa4 en términos habermasia- común, al aceptar aquellos argumentos que
nos, pero de igual modo se encontraron eviden- consideran libremente como válidos o justos,
siguiendo un procedimiento establecido previa-
mente para ello.
3 Realizado por el Departamento de Geografía de la Universidad de
Otawa, Canadá.
Por otra parte, en trabajos interdisciplinarios
4 Habermas (1998, pág. 325) sostuvo que la acción comunicativa ocu-
rre cuando los actores coordinan sus planes de acción con el otro, a
recientes en Canadá, como el del equipo de
través de procesos lingüísticos que permiten llegar a un entendimien-
científicos del Instituto de Investigación en Sa-
to.

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lud Pública de Montreal (irspum), o el de la Fun- III. UNA REVISIÓN A LA
Rosana Margarita Lizcano Orozco

dación Canadiense de Investigación en Servi- PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN


cios de Salud (chsrf), dedicados a fomentar la COLOMBIA Y LATINOAMÉRICA
innovación en salud a partir del mejoramiento
en la gobernanza de los sistemas de atención,
se ha llegado a conclusiones interesantes como A. Estudio del rol de la participación en
la democracia colombiana
el que en la creciente literatura que examina la
participación de los ciudadanos o los miembros
Como bien lo han explicado Amar y Echeverría
del público en la formulación de políticas, la
(2008):
comprensión de la forma que tal participación
debe tomar y quién debe participar debe ser de a partir de la expedición de la Constitución de
especial interés para los formuladores de políti- 1991 los temas de participación ciudadana,
cas y servicios y, en especial, políticas de salud participación social, la democracia participati-
(Lehoux, Daudelin y Abelson, 2012). va, y los servicios públicos se han convertido
en los aspectos más tratados y valorados en
Siguiendo esta perspectiva, Lehoux, Daudelin y los distintos espacios públicos y privados de la
Abelson revisan la discusión sobre la necesidad vida política, social, comunitaria e institucional
de una mayor atención académica a la pregunta del país (pág. 120).

de lo que significa ser un ciudadano dentro de


Sánchez al respecto ha expresado:
las iniciativas de participación pública. Sugieren
los investigadores, que tanto las conceptualiza- La participación ciudadana desde la década de
ciones académicas como las prácticas de “el los 80 constituye, después de la promulgación
ciudadano” son “ontológicamente superficia- de la Constitución de 1991, no sólo una de las
les”, positivas para la relación del término con innovaciones más importantes en el marco de-
las atribuciones jurídicas del ciudadano, pero mocrático sino también una perspectiva de or-
negativas para su comprensión como ese “otro” ganización de la sociedad, que amplía el espa-
cio de expresión ciudadana (1995, pág. 250).
distinto al profesional experto, y no permiten
comprender el complejo y rico material que po-
En Colombia la participación ciudadana se en-
drían aportar en los procesos de participación
marca en el contexto de la democracia partici-
para la elaboración de las políticas de salud
pativa, es decir, es entendida como interven-
(Martin, 2012).
ción, en la que no se niega la necesidad de la
realización y organización de algunas de las
actividades políticas a través de la mediación
de representantes, pero sí se postula la comple-
mentación de los mecanismos representativos,
con otros que permitan a los ciudadanos un pa-

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pel mucho más activo en el proceso de toma de Sin embargo, como lo afirman Velásquez y Gon-

La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia?


decisiones políticas, a través de una participa- zález (2003), el clientelismo y el autoritarismo
ción más directa o de mayor intervención (Amar que propiciaron como respuesta de la ciudada-
y Echeverría, 2008), lo que indica que el debate nía el abstencionismo, al no ver en las eleccio-
sobre el concepto de participación en el modelo nes un instrumento favorable a sus intereses,
deliberativo ha sido tímido aún. y la protesta ciudadana ante la incapacidad
del Estado de satisfacer las necesidades de la
La autora colombiana Rocío del Pilar Peña Huer- población exigieron reformas en el tema de la
tas (2003) sostiene que la Constitución se pre- participación.
senta como la culminación de un proceso de
descentralización e inclusión política y social, Ahora, tratándose del análisis concreto de la
donde las regiones, la multiculturalidad y la di- participación, se ha observado que existen dos
ferencia serían las protagonistas. conceptos que normalmente tienen un trato in-
distinto, pero que en su contenido comprenden
Desde el preámbulo, sostiene la investigadora, diferencias no menos importantes.
hasta el último de sus artículos, la Constitución
de 1991 legitima la diferencia y recupera el es- Al respecto Amar y Echeverría (2008), anali-
pacio público para el ciudadano. Así, con los me- zando las diferencias esbozadas por el profe-
canismos de participación, la Constitución bus- sor Vargas (1994), concluyeron que en un es-
có abrir la democracia y conjurar la crisis con cenario político la “participación ciudadana es
la inclusión de la mayoría de los colombianos. la posibilidad de intervenir en el gobierno o en
Sin embargo, asegura, la Carta no pasa de ser alcanzar el poder” (pág. 136), mientras que la
una herramienta necesaria, más no suficiente participación comunitaria, es la “posibilidad
en la construcción del Estado que ella consagra que tiene la comunidad de ser actor principal
(Peña, 2003). de sus soluciones cuando se organiza, iden-
tifica sus necesidades, emprende proyectos,
En este punto se hace importante señalar que gestiona recursos para el mejoramiento de sus
si bien se atribuye a la Constitución Política de condiciones de vida” (pág. 136). En Colombia,
1991 la apertura de nuevos espacios de parti- se cuenta con espacios legales para ejercer
cipación ciudadana, como lo afirma Zamudio una y otra participación.
(2003), ya en la vigencia de la Constitución an-
terior existían formas de expresión comunitaria De igual modo, algunos autores colombianos
que canalizaban en alguna medida las inquie- han incluido una tercera dimensión de la parti-
tudes de la población, tales como los partidos cipación, la llamada participación social, que si-
políticos, los sindicatos y las juntas de acción guiendo a Charles Debbasch (citado por Carlos
comunal. Ariel Sánchez, 2000) se refiere a la “asociación
de todas las células sociales de la Nación para

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participar en la forma como toman las decisio- rios públicos a que su gestión sea objeto de con-
Rosana Margarita Lizcano Orozco

nes sus dirigentes” (pág. 206). trol social” (Mosquera, Gutiérrez y Serra, 2009,
pág. 96).
Sea en uno u otro sentido, como lo manifestó el
profesor de la Universidad de Caldas, Alejandro Un resultado similar arrojó un estudio auspicia-
Guzmán Rendón (2011), “veinte años después, do por un grupo de entidades encabezado por la
es evidente que los mecanismos de participa- Fundación Corona, en las ciudades de Bogotá,
ción directa consagrados en la Constitución Medellín, Cali, Valledupar y Tarso (Antioquia), en
Política de 1991 no eran la solución al proble- el que Velásquez y González (2003) concluyeron
ma de la legitimidad en la toma de decisiones” que si bien se registran experiencias exitosas en
(pág. 31). incidencia de los ciudadanos y las ciudadanas
en la definición de políticas públicas o en el ejer-
En un documento preparado para el diálogo re- cicio del control social, estos
gional, Oviedo (2011, pág. 8), a propósito del
análisis de la participación ciudadana en Cú- no cuentan en general con los instrumentos
cuta, señaló que los obstáculos para lograr una (jurídicos, de información, técnicos y políticos)
necesarios para incidir en el contenido y orien-
mayor injerencia de la ciudadanía en lo público
tación de las políticas, lo que limita el alcance
pueden obedecer, por una parte, a que la com-
de su acción y de su incidencia en la planea-
prensión y utilización de los mecanismos resul-
ción y puesta en marcha de los procesos de
tan aún restringidas, así como la voluntad polí- gestión pública (pág. 26).
tica de aplicarlas fluidamente; y por otra, la pa-
radójica circunstancia de tener un marco cons- Lo anterior evidencia, como señaló Nuria Cunill
titucional generoso, limitado por una legislación Grau (2000) en un informe del Consejo Cien-
estatutaria restrictiva, ya que en muchos casos tífico del clad, que lo crítico de la participación
contempla condiciones que difícilmente pueden ciudadana, y en especial del control social en la
cumplir los potenciales participantes. institucionalidad republicana, “no es la creación
de los recursos que propicien su realización sino
Una investigación realizada por la Secretaría la disponibilidad que se tiene de los mismos”
de Salud de Cali y la Fundación fes arrojó que, (pág. 9).
si bien se comprende por la ciudadanía que su
participación activa a través del control social Asimismo, estudiosos de la ciencia política en
puede ayudar a mejorar servicios públicos tales Colombia sostienen que a pesar de que la Cons-
como el de la salud, existen serios obstáculos titución de 1991 introduce cambios importan-
para materializar ese activismo ciudadano, ta- tes en el diseño institucional-estatal y en la rela-
les como la dificultad para el “acceso a la infor- ción del Estado con los ciudadanos, existen ini-
mación, bajo liderazgo comunitario en el tema ciativas cada vez más recurrentes que buscan,
del control social y resistencia de los funciona- entre otros fines, limitar esta apertura y volver

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de alguna manera a la institucionalidad de la tema exclusivo de las élites” (Mardones, 2012,

La participación ciudadana ¿un baluarte de la democracia?


Constitución de 1886 (Peña, 2003). pág. 94).

En todo caso, autores como Cuchumbé (2010), Inclusive en Estados como Ecuador, explica Gill-
en el análisis de un horizonte para la democra- man (2010), se evidencian fenómenos como la
cia colombiana basada en la deliberación, sos- no concepción de la democracia como un siste-
tiene que: ma político que les permite ser actores políticos,
sino como un “régimen de valores o como una
La participación, la comunicación deliberativa, configuración colectiva de individuos que les
el uso público de la razón práctica, la auto-
permite una integración social en vez de una in-
nomía ciudadana y el respeto a los derechos
corporación a la vida política” (pág. 342).
fundamentales son supuestos ético-políticos
inevitables si se quiere construir una cultura
Por otra parte, la consolidación de la partici-
política democrática y pluralista, ya que no po-
tencian un control de opinión de las mayorías pación ciudadana en Latinoamérica podría en-
configurada desde la eficacia de la publicidad, frentarse a grandes obstáculos si se considera,
la apreciación particular de un gobernante y la como lo sostuvo Samuel Huntington (1991),
homogenización ideológica; sino, antes bien, que la “aparición de las democracias es un
posibilitan una opinión pública y voluntad po- acontecimiento cíclico” (pág. 15), ya que ello
lítica cimentada en la discusión pública, en el indicaría la tendencia a una reaparición de regí-
diálogo entre la pluralidad de actores sociales,
menes autoritarios que precedieron a los demo-
y en la idea de la política como un subsistema
cráticos (García Oñoro, 2012).
que se reforma constantemente a través de la
deliberación (pág. 87).
Lo cierto es que, mientras en algunos secto-
res la discusión gira en torno a la instalación
B. Una mirada a la participación
de una democracia que dé apertura a mayores
ciudadana en Latinoamérica
espacios de comunicación y construcción de la
voluntad política, hoy por hoy en Latinoamérica
Los dilemas producidos en torno a la participa-
se asiste al “surgimiento de nuevas dinámicas
ción ciudadana no son propios solo del Estado
políticas” (García Oñoro, 2012, pág. 15) forta-
colombiano, la falta de interés por lo público re-
lecidas a partir de la idea de que los liderazgos
presenta un mal que agobia a los Estados lati-
individuales son la alternativa en medio de la
noamericanos.
crisis (Ocampo, Méndez y Pavajeau, 2008, pág.
En países como Chile, luego de un estudio rea- 838) que viene transformando el mapa político
lizado en el 2006, se concluyó que la política, de la región y que muestra una nueva transi-
dentro de lo cotidiano, es el aspecto que tiene ción que signifique el final de esa tercera ola
menos importancia: “deja de ser relevante para democrática y el inicio de una contra ola autori-
los chilenos en su vida diaria y pasa a ser un taria (García Oñoro, 2012, pág. 17) que podría

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cercenar la consolidación de estos espacios de yectos ideológicos y de intereses políticos, así
Rosana Margarita Lizcano Orozco

participación. como conceptos distintos de democracia y de


participación (pág. 81).
Inclusive se ha venido señalando el surgimiento
de una nueva tipología de la democracia, deno- En todo caso, la participación ciudadana bajo
minada por Guillermo O´Donnell (1994) demo- el entendido de Lechner (1992), como “herra-
cracia delegativa, como una expresión del nue- mienta de apropiación y toma de decisión sobre
vo caudillismo y, a su vez, de un nuevo tipo de “lo público”” o como el “lugar de la deliberación
democracia, que en palabras de García (2012) colectiva de los ciudadanos” (Signorelli, 2012,
“es democrática en cuanto se basa en el apoyo pág. 5) parece constituir una buena opción para
de la mayoría, pero no lo es, en tanto menosca- frenar la tensión insostenible que señala Guari-
ba derechos individuales, debilita las institucio- glia (2012) entre “las exigencias domésticas de
nes de control y disminuye los mecanismos de cada Nación y las potentes contriciones prove-
responsabilidad política” (pág. 15). nientes de una economía globalizada que azota
a las democracias modernas basadas en la re-
presentación como recurso que permite la de-
IV. CONCLUSIONES
liberación y el acuerdo en un cuerpo colegiado
reducido” (pág. 115).
La revisión presentada nos arriba a una res-
puesta afirmativa frente a lo cuestionado en el Finalmente, como lo sostiene Rorty (1998), ci-
título de este artículo. tado por Cuchumbé (2010) “lo público debe ser
construido y no descubierto” (pág. 88).
La participación ciudadana o comunitaria, de-
pendiendo del contexto en el que se estudie,
Referencias
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(2006):
Amar A., J. J. y Echeverría, J. (2008). Participa-
ción comunitaria para el control ciudadano
parece existir un creciente y sorpresivo con-
senso al valorar la necesaria participación de de los servicios públicos domiciliarios. Revis-
la sociedad civil en la construcción democráti- ta de Derecho, (29), 129-152.
ca, pero como lo señalan dichos autores, este
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