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Número 52
Verano 2007
21 euros
Dirección
Rosalía Mayor Rodríguez
Subdirección
Elvira Rodríguez Fernández
Consejo Asesor
José Bauzá Llorca
Rosa María Castells González
Ana Melis Maynar
Rosa Mª Monzó Seva
Rafael Poveda Bernabé
Ángel Luis Prieto de Paula
Magdalena Rigual Bonastre
Fernando Rodes Lloret
Diseño
Espagrafic
Coordinado por:
José Hinojosa Montalvo
Agradecimientos:
A. Bazzana Bibliothèque Nationale de France, de París
Archivo Fotográfico de la Diputación C. Aranegui
Provincial de Alicante C. Pomares
Archivo General de Simancas C. Sanz
Arpa Patrimonio Catedral de Albi
Bayerisches Staatsbibliothek, de Munich Catedral de Orihuela
Biblioteca de El Escorial, de Madrid E. Abad Merino
Biblioteca de Orihuela, de Alicante Eduardo López Seguí
Biblioteca Laurenciana de Florencia J. A. Gisbert
Bibliothèque Municipale, de Amiens J. F. Jiménez Alcázar
Bibliothèque Municipale, de Bourges J. Pastor
Bibliotèque Municipale, de Chambéry J. Torró
Bibliothèque Municipale, de Dijon M. Sepúlveda
Bibliothèque Municipale, de Troyes M. Ortolà
Bibliotèque Municipale, de Valenciennes Pierpont Morgan Library, de Nueva York
Biblioteca Nacional, de Madrid Real Academia de la Historia, de Madrid
Índice
josé joaquín ripoll serrano
Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
josep martines
Notes lèxiques sobre el bell catalanesc del migjorn extrem del Regne de València
a l’Edat Mitjana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
ferran garcia-oliver
Viure en l’Edat Mitjana. La família rural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
flocel sabaté
La sexualidad en la sociedad alicantina bajomedieval. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254
Presentación
L
a revista Canelobre es una de tos más interesantes de la vida cotidiana de
las publicaciones más notables y nuestros antepasados alicantinos en la Edad
destacadas del Instituto Alicanti- Media: los asuntos domésticos, los viajes, la
no de Cultura «Juan Gil-Albert», concepción del tiempo y el espacio, el día
organismo de la Diputación Provincial de a día…
Alicante, a través del cual esta revista recoge Confío en que este monográfico de Ca-
en cada uno de sus números un pormeno- nelobre conseguirá cautivar la atención del
rizado estudio de un personaje o una época lector, adentrándole en un mundo lleno
concreta de nuestra tierra. de curiosidades y apasionante vida de una
Cada número, cada monográfico, se con- de las épocas más fascinantes de nuestro
vierte en un pequeño cofre en cuyas páginas pasado.
podemos leer los tesoros que alberga nues-
tra historia, nuestra cultura, nuestras parti-
cularidades, nuestro folclore… José Joaquín Ripoll Serrano
En esta ocasión les ofrecemos una elabo- Presidente de la Diputación Provincial
rada investigación que ahonda en los aspec- de Alicante
Prólogo
E
s frecuente que los his- sas obras como la de Enric Bagué Pequeña
toriadores nos encontremos historia de la Humanidad medieval (1953) o la
con que el denostado término del magnífico historiador Manuel Riu La
«medieval» aparezca a los ojos vida, las costumbres y el amor en la Edad Media
de las gentes como calificativo de cualquier (1959), un trabajo que, no hace mucho, su
situación obscurantista, de intolerancia, propio autor calificaba como «aventura de
como una «edad oscura», de gran pobre- juventud», pero que hoy sigue siendo váli-
za intelectual, en la que sólo brillan los se- da en sus planteamientos. Ningún manual
ñores de la guerra, los aborrecidos feuda- ni revista académica hablaba entonces del
les de los revolucionarios franceses. Nadie paisaje rural y el urbano, del tiempo y su
parece acordarse de Duns Scoto, Averroes, medición, de la gente y su labor, del amor,
Maimónides o Santo Tomás, por citar unos de la magia y las reliquias, y tantos otros
ejemplos. De las ciudades, las universidades, temas. Y lo más importante en esta obra:
los Parlamentos y Cortes o el Estado Mo- lo hacía utilizando las fuentes, los textos de
derno. Eso queda muy lejos en el tiempo, la época, para que el lector penetrara en el
un asunto de eruditos. Y, sin embargo, se pasado en primera persona.
olvidan quienes así piensan que la Histo- También en tierras valencianas tenemos
ria se construye ladrillo sobre ladrillo y que un antecedente muy importante como son
buena parte de nuestro presente hunde sus los estudios del canónigo archivero y erudi-
raíces en aquellos tiempos medievales. Baste to José Sanchis Sivera, quien en su obra Vida
recordar, como hizo el profesor J. A. Gar- íntima de los valencianos en la época foral (1932-
cía de Cortázar, la forma de nombrarnos 1935, reeditado en 1993) ofrece una amena
con nuestro nombre y apellido; el idioma aportación al conocimiento de la Valencia
en que nos expresamos; la religión cristiana, bajomedieval a partir de las fuentes de la
como conjunto de creencias y soporte de época y que sirvió de modelo al libro que
un sistema cultural; el dominio del espacio: en 1983 escribió Francisco Roca titulado
el reino, la ciudad o la aldea y la familia; el El tono de vida en la Valencia medieval. Para mu-
dominio del tiempo; la elaboración de una cha gente –entre los que me cuento– estas
concepción del poder y las concepciones obras despertaron la curiosidad y el amor
políticas nacionales. hacia la Edad Media, pero la «vida cotidia-
La preocupación del hombre por cono- na», como decía J. Valdeón seguía siendo
cer cómo vivían sus antepasados es muy an- la «pariente pobre de la investigación his-
tigua, aunque hasta no hace mucho quedaba tórica». Ahora, en cambio, ocupa un lugar
circunscrita casi al campo de la anécdota y privilegiado y proliferan las obras dedicadas
del folclore, al menos en España, pues en el a la vida cotidiana, sea de los Templarios o
resto de Europa este tipo de estudios cuen- de los caballeros de la Tabla del Rey Artu-
tan ya con más de un siglo de antigüedad. ro, de los cruzados, de los monjes, etc., así
No parecía muy científico estudiar la ali- como las reuniones científicas y monogra-
mentación o las fiestas de nuestros antepa- fías dedicadas a la alimentación, la muerte,
sados. Pero hubo eruditos e historiadores los juegos, el miedo, el infierno, el vestido
que intentaron y supieron captar el espíritu o cualquier faceta de la vida humana, con-
de la Edad Media y nos dejaron delicio- virtiéndose, además, en un territorio que
10 José Hinojosa Montalvo
Respecto al espacio cronológico que he- Cabezuelo, episodios de violencia que ge-
mos tratado en el presente monográfico se neraron un cautiverio de cristianos y una
reduce al período cristiano, el que se extien- mentalidad que marcó profundamente la
de entre la conquista cristiana del siglo XIII vida diaria de los alicantinos. Asimismo, el
al reinado de los Reyes Católicos, marco castillo será uno de los ejes articuladores de
elegido tradicionalmente por la historiogra- la vida feudal y su vida cotidiana intentare-
fía para señalar el comienzo de los Tiempos mos recuperarla, gracias a una visión fresca
Modernos. Es cierto que lo que conocemos y multidisciplinar de las variadas fuentes y
como Edad Media abarca un arco tempo- aspectos, de la mano de uno de los historia-
ral mucho mayor, desde finales del mundo dores que mejor conocen nuestros castillos,
antiguo o desde la invasión musulmana en el profesor Antonio Poveda.
el caso de la Península Ibérica, pero creo Por su parte, la doctora Maria Teresa Fe-
que los siglos de dominio islámico en estas rrer, del C.S.I.C., de Barcelona, es una de las
tierras del Sharq al-Andalus deben quedar ex- mejores conocedoras del pasado medieval
cluidas de estas páginas, dado que se trata de las comarcas que integraron la Goberna-
de una cultura diferente a la cristiana, que ción de Orihuela, y una vez más nos vuelve
se mantuvo en buena medida hasta comien- a recordar en su trabajo en torno a la mi-
zos del siglo XVII, con la expulsión de los noría islámica la importancia demográfica
moriscos, y que por sí misma merece otra y económica que los mudéjares tuvieron en
monografía. estas tierras, hasta la expulsión de 1609. Es
Para la realización de este número he la visión del «otro», diferente por su reli-
contado con la participación de profesores gión y cultura, al que se tolera y se discri-
e investigadores alicantinos y de otras re- mina porque es parte esencial de la renta
giones españolas, todos ellos especialistas señorial.
destacados en los temas que configuran el Infinitamente mejor era el panorama de
volumen, que de este modo tiene garan- la familia campesina, de ese mundo rural
tizada su solvencia científica y su solidez que todo lo preside y domina en estos si-
metodológica. glos. Casi todos los alicantinos viven rela-
¿Podemos aproximarnos y conocer la cionados con el mundo rural: unos, porque
lengua, las expresiones, las palabras de la es su trabajo diario, su modo de vida; otros,
sociedad medieval alicantina? Desde la Fi- porque viven de aquéllos, de lo que produ-
lología e Historia se han realizado muchos cen y de sus rentas. Señores y campesinos.
avances en las últimas décadas. El profesor El estudio de Ferran Garcia-Oliver nos
Josep Martines hace hincapié en las pecu- introduce en este marco campesino de las
liaridades del habla de los alicantinos en la relaciones entre padres e hijos, los matrimo-
Edad Media a partir de numerosos testimo- nios y solidaridades, las peleas domésticas,
nios escritos y a través de diversas y variadas en esa auténtica vida cotidiana tan difícil de
palabras. Por su parte, Santiago Ponsoda rastrear.
nos ofrece una aproximación y recuperación Otro rasgo social más que determinante
de los nombres de nuestros antepasados ali- en estos siglos fue la violencia cotidiana que
cantinos; tema muy interesante para ver su impregnaba a toda la sociedad medieval,
evolución y la movilidad de la población en este componente es analizado con detalle
el tiempo. por Rafael Narbona, en particular las lu-
Las tierras alicantinas fueron durante la chas de bandos en nuestras villas y ciudades
Edad Media, hasta la conquista del reino por el control del municipio, las disputas
de Granada, un espacio de frontera, tanto entre grupos étnicos diferentes, los enfren-
con el reino de Castilla como con el reino tamientos bélicos, los diversos delitos en las
granadino, sometidas a las continuas co- villas alicantinas con las consiguientes acti-
rrerías de sus ejércitos y de los bandoleros, vidades punitivas de los oficiales de justicia
como destaca en su estudio José Vicente y todo tipo de tensiones.
12 José Hinojosa Montalvo
tes a través de los cuales las comunidades ciudad de Alicante, vol. II Edad Media, coordina-
constituían un discurso político y propa- da por Rafael Azuar Ruiz y José Hinojosa
gandístico de raigambre real, nacional y Montalvo y editada con motivo del Quin-
municipal-urbana. to Centenario de la Ciudad de Alicante en
Como broche final y con el fin de facili- 1990 o la Historia de la Provincia de Alicante, de
tar la consulta de los títulos existentes sobre Fulgencio Pedreño Pérez.Los trabajos van
la vida en el Alicante Medieval, en esta oca- acompañados, como es habitual en la revis-
sión se ha recogido de forma conjunta una ta, con un excelente y abundante conjunto
única Bibliografía. Ardua tarea en la que se de ilustraciones que ayudan al lector a una
han intentado seleccionar sólo los títulos, mejor comprensión de los textos. Sólo me
aparecidos en los últimos veinticinco años, queda, querido lector, desearte que disfru-
que reflejan el devenir diario de aquella tes leyendo este Canelobre y que descubras, te
época en tierras alicantinas. Una Bibliogra- acerques o conozcas un poco mejor el apa-
fía selecta, precisa y específica en la que no sionante pasado medieval en estas tierras
se han relacionado otras referencias clásicas alicantinas.
más genéricas muy útiles, como la Chronica
de la Muy Ilustre, Noble y Leal Ciudad de Alicante,
de 1640; de Vicente Bendicho, Historia de la José Hinojosa Montalvo
Notes lèxiques sobre el bell
catalanesc del migjorn extrem del
Regne de València a l’Edat Mitjana
j o s e p m a rt i n e s
L
a reconstrucció del passat La llengua catalana, si llegim el cronista
és un vell anhel humà. Siga’m Ramon Muntaner, tantes vegades invocat
permés d’invocar una vegada més i tantes d’altres gens escoltat, havia arrelat
aquella dita redona del marqués fondament en la mateixa ciutat de Múrcia.
de Sant Jordi en el Tirant lo Blanc: «Qui obli- Després el regne de Múrcia va romandre
da lo passat oblida a si mateix». I és que hi durant uns anys (1296-1304) sota sobi-
ha molt (si no tot) de recerca dels orígens i rania catalanoaragonesa amb Jaume ii fins
de la pròpia identitat en aqueix esforç, so- que, amb el tractat de Torrelles, la frontera
vint titànic, de saber les dreceres del passat. amb Castella s’establí de manera que les ac-
No podem oblidar que ara som perquè hem tuals comarques de l’Alacantí, les Valls de
estat, perquè venim d’algun lloc. La memò- Vinalopó, el Baix Vinalopó i el Baix Segura
ria dels grans fets i dels petits, dels dies so- romangueren definitivament dins el Regne
lemnes i dels faeners, esdevé un mitjà per a de València.
entendre’ns com a individus i com a mem-
bres d’una col·lectivitat. Això pren un valor
particular en temps de canvi i de neguit amb
l’actual: temps governat per l’addicció a la
novetat constant, en què els llocs, els noms
dels llocs i els pobles que els habiten, els
costums, els records compartits... són flor
d’un sol dia. Ara que el país dels valencians
viu un moment de transformacions accele-
rades i pregones, ara és (més que mai?) un
temps per a reconstruir la memòria.
Deu haver-hi pocs llocs de tant d’interés
per a la història com les comarques meri-
dionals de l’antic Regne de València. Són
terres de frontera i, a més, d’una frontera
permeable i dibuixada moltes voltes. La pri-
mera fita d’aquell regne, la línia Biar-Busot,
fou ultrapassada pel mateix rei Conqueri-
Jaume II va
dor (1266) per ajudar Alfons x de Castella incorporar les terres
a sufocar la rebel·lió dels sarraïns murcians. al sud de la línia
Jaume i tornà aquelles terres al rei castellà, Biar-Busot a la
però prèviament les poblà amb catalans. Corona d’Aragó.
extret del Memorial de greuges presentat al rei per los de la Mola nos acogen e nos dan provisión
la ciutat d’Oriola. e lo que havemos menester, e han de venir por
vos ayudar» (Memorial de greuges, Oriola,
e que creya que·ls jurats de la dita ciutat per 1455, 4-5 i 8-9).
observació dels dits privilegis no permetrien
que·l dit sotsalcayt tragués lo dit presoner de En general, hi ha en la documentació un
la dita ciutat, puix era vehí de aquella, lo dit estat de coses, diguem-ne, normal, normalit-
don Loís dix al dit missatger: «si los jurats me zat, equiparable quant a l’ús de la llengua i,
impedexen que·l dit sotsalcayt no porte lo dit en general, quant als trets lingüístics al que
Tortosa al dit senyor, jo·ls pendré e·ls cusiré en podem trobar al nord de la ja mítica línia
una sàrria e·ls lançaré en lo riu» [...] Ítem Biar-Busot. Sí que constatem com traspu-
més, senyor, en aquests dies passats la gent del en en els textos la consciència de frontera i
adelantat del regne de Múrcia, axí de cavall notícies freqüents sobre el contacte amb al
com de peu, contínuament entrave en la Go- regne de Múrcia (anades i tornades de per-
vernació del dit don Loís per matar, cativar e sones i de mercaderies, captiveri de moros,
robar los vassalls de vostra senyoria, e staven conflictes de fites, etc...), tot reflex d’una
en los térmens dels lochs del dit Loís e de aquí realitat humana, geogràfica, política i eco-
exian als camins reals e robavan e cativaven los nòmica innegable. Un dels vessants de més
dits vassalls de vós, senyor, entre los quals foren interés d’una futura recerca centrada en el
pres e robat Farnós, vehí de la dita ciutat, e període medieval és esclarir el grau d’aqueix
molts altres, e diu lo dit Farnós que, tenint pres contacte, les línies de penetració, en els dos
a ell e altres prop lo castell de la Mola del dit sentits de la frontera, de les mercaderies,
don Loís, que és dins la dita Governació, lo dit dels camins, dels ramats, de les persones i,
Farnós dix: «som prop la Mola, que és terra de és clar, l’estatus de les llengües en contacte a
nostre governador, e los qui són en aquella ve- les dues bandes de la ratlla.
uen que·ns tenen presos e no·ns vénen ajudar», En els presents papers només pretenem
e los dits castellans digueren: «andar diablos, de mostrar alguns elements lèxics d’interés
Vista de la ciutat
d’Oriola
18 Josep Martines
fins ara: cf. en el Vocabulario navarro d’Iribar- Com veiem, aquest text oriolà de les dar-
ren, jarba ‘así llaman al turno de tres días reries del s. xiv ens presenta ficar en varia-
que para Valtierra y Arguedas rige en el ció amb fincar. Fincar o (afincar) es diu ara a
uso de las aguas de riego procedentes de Elx, sobretot amb el matís en què el mostra
la presa de Milagro’, jarbe ‘tiempo de riego aquest document de: ‘introduir amb força
que corresponde en un campo’, ‘turno de (un clau, una punxa)’. Joan Coromines ha
riego [Valtierra y Ablitas]’, jarve ‘turno de posat en dubte l’existència de fincar en ca-
riego o agua [Ribera]’ i jarbar ‘distribuir el talà antic i considera els exemples aportats
agua de riego entre las heredades [Valtierra, pel DCVB i el «fincant lo genoll» del Curial
Arguedas]’. I dins Aragó, ajarbe ‘ador [turno e Güelfa com a producte d’«edicions defici-
de riego]. Ribera del Jalón’ i ‘vez. Ariza y su ents». Les dades documentals i d’ús popu-
comarca’, segons el Vocabulario de Aragón de lar prenen, doncs, un interés particular en
Juan Moneva; jarbar ‘distribuir el agua por aquest cas.
horas para el riego’ (Ayerbe, Agüero, Ejea,
Valpalmas, Sos del Rey Católico), segons
el DAndolz; i jarbe ‘el tiempo de riego que follador
toca a un campo’ a Oseja y Trasobares, se-
gons Pérez Gil. 11. Ítem, en la casa dels cubs foren atro-
bats quatre cups, dos grans e dos
migans ab dos folladors [...] (Alacant,
fincar inventari de béns, 1483).
10. Manant encara a aquelles que di- Vol dir ‘lloc on es calciga el raïm per fer-ne
lluns primervinent de maytí sien ab vi’; és vocable antic i es diu encara a Elx
ell ensemps per què en llur presència (afollador), tot i que només ens constava mo-
finque e faça fincar una stacha [...] en dernament de Mallorca.
cascun dels lochs on és manat ésser
feyts e posats los dits mollons [...] E
primerament a la rambla desús dita llevar ‘portar, dur’
e en la loma sobre les dites roquetes
fon ficada una fita de tres pedres [...] E 12. mostraren et al·legaren moltes rahons
partint d’aquí e essent en lo pla e en per les quales me requeriren que yo
lo camí qui va de Nompot a la Mola no degés llevar la dita carta a execuçió
a prop lo dit camí fon ficada una fita [...] et altres rahons justes, que dien
de pedra e una estaca [...] on fon que an per què la dita carta no deu
trobada una fita de pedra fon ficada ésser menada a execuçió. Et per es-
una stacha [...] Ítem, avant en lo pi- tes rahons ssenyor e yo sobreseyt de
nar avant fon atrobada una altra fita llevar la dita carta a execuçió (Elx,
de pedra e aquí fon fincada una stacha carta adreçada a Jaume ii pel noble
Castell de (Oriola, 1382, delimitació del terme Berenguer de Puigmoltó, alcaid del
Guardamar d’Oriola). castell d’Oriola, 1305).
13. vos feem saber que En Gerau Vidal,
vehín nostre, [...] havia carregat en
un leyn d’en Anthoni Comí, vehín de
Paníscola, doents e quatre caffiz d’or-
di de Guardamar per portar a la ciutat
de Barchinona [...]/ requerim e de la
vostra pregam que al dit en Gerau
Vidal, vehín nostre donets e deliurets
lo dit seu ordi, bé e entegrament, e
Notes lèxiques sobre el bell catalanesc del migjorn extrem del Regne de València a l’Edat Mitjana 21
llata
agarrotxar
arrova
santa Bàrbera de la ciutat d’Alacant de què Confiem que aquestes notes sobre aspectes
provenen els exemples de [31], ens permet lèxics hagen servit per a il·lustrar la conveni-
fer recular considerablement aquest sentit i, ència d’estudiar la documentació històrica
a més, situar-lo en terres valencianes. medieval de l’antiga Governació d’Oriola.
‡
Els noms dels alacantins
s a n t i a g o p o n s o d a l ó p e z d e ata l aya
E
ls estudis relacionats amb Múrcia. Un fet aquest que va donar lloc a
l’antroponímia o l’anàlisi dels que l’origen dels nous repobladors fora dife-
noms de persones, es tracten rent, ja que mentre el nord rebia una afluèn-
d’una eina molt important per cia majoritària de catalans i aragonesos, a les
a l’historiador, perquè li proporcionen una terres del sud, en un primer moment, foren
informació molt valuosa i són diversos els els castellans el principal grup repoblador.
aspectes que es poden extraure, a partir de Respecte al territori sota poder de la
la identificació de les persones que habita- Corona d’Aragó, caldria dir que Jaume
ren a un lloc i en un moment precís de la I va tractar d’accelerar la repoblació des
Història. del començament a causa del seu caràcter
En el cas del País Valencià medieval, les fronterer. Tot i això, els assentaments van
anàlisis antroponímiques es revelen com ser febles al principi, com és el cas d’Alcoi,
una tasca imprescindible per tal de conèi- Cocentaina o Dénia, i no va ser fins des-
xer l’estructuració d’una nova comunitat a prés de la revolta mudèjar de 1276-1277
partir de la conquesta cristiana, ja que des quan hi va haver un nou impuls repoblador.
d’aquest moment les terres valencianes es- És a partir d’aquesta època quan trobem la
devingueren el destí de gents procedents concessió de cartes de poblament com la
de Catalunya, Aragó i Castella, entre altres de Teulada, Biar, Xixona, Castalla, Planes,
llocs. Així, a partir dels noms farem una Penàguila, Tàrbena, Finestrat, Guadalest,
petita aproximació a la societat alacantina Pego o Altea, les quals responien a una pla-
La localitat de
medieval, tractant d’esbrinar quines eren les nificació d’assentaments cristians. Aquesta Biar marca el límit
seues preferències alhora de nomenar-se i política repobladora recercava tant el con- valencià front a
d’on procedien els seus cognoms. trol de la frontera com l’allunyament dels Castella des de
pobladors musulmans de la costa, a causa temps de Jaume I
El fenomen de la repoblació
En el cas dels nous pobladors trobem 1270 i finalitza en 1314 i inclou les pobla-
abundants exemples de noms que poden re- cions de Pego (1279-1286), Alcoi (1296-
velar-nos quin és l’origen de la persona, o la 1314), Penàguila (1270-1295), Cocentaina
família que el porta, ja que hi ha alguns que (1290-1295) i Oriola (1300). En la se-
són característics d’una regió determinada. güent etapa, que abraçaria entre 1381 i
Aquest és el cas d’antropònims com Borrell, 1400, s’han analitzat les poblacions de
Arnau, Guerau, Miró o Berenguer, que són típi- Dénia (1381), Xàbia (1381), Calp (1381),
caments catalans, i d’altres com Sanxo, Blasco, Benissa (1381), Cocentaina (1396), Elda
Garcia, Ximeno o Fortun que responen a la tra- (1396) i Elx (1380-1400). L’última es
dició de llocs com Aragó, Navarra, el País correspon amb els llistats de pobladors que
Basc i La Rioja. A més, es donen altres que apareixen del segle XV i que corresponen a
podrien tenir un origen indistint com és el Pego (1488), Ibi (1421), Penàguila (1421),
cas de Pere o Joan, els quals aniran impo- Xixona (1421), Monfort (1421), Alacant
sant-se per quasi tots els àmbits geogràfics. (1421) i Oriola (1416-1458).
Pel que fa a l’anàlisi dels noms propis D’aquestes relacions hem extret els noms
que portaven els alacantins durant la Baixa propis i hem obtingut un total de dos mil
Edat Mitja, ens hem basat en algunes de les sis-cents seixanta-cinc entrades que suposen
llistes de veïns que Enric Guinot recull a un estoc total de cent trenta-quatre noms.
la seua obra Els fundadors del Regne de València. Cal assenyalar, però, que el conjunt de noms
Les relacions de pobladors elegides corres- es reparteix de manera desigual. Així per al
ponen a diferents localitats representatives primer període trobem cent dotze, una xi-
de les comarques alacantines: Dénia, Xàbia, fra que es redueix en poc més d’un 50%
Benissa, Pego, Calp, Alcoi, Penàguila, Ibi, (cinquanta set noms) per a la segona de
Cocentaina, Elda, Monfort, Alacant, Elx i les franges cronològiques, a penes un segle
Oriola, i ens ha servit per a establir tres pe- més tard. Potser açò vindria a confirmar la
ríodes cronològics per tal de realitzar una reducció de la quantitat de noms utilitzats
primera aproximació a l’evolució que van que es va donar amb la revolució onomàsti-
tenir els noms de bateig entre els alacantins ca dels segles XI i XII. Tot i això, el que po-
durant el segle XIV i XV. El primer dels dem assenyalar és que existeix una lleugera
períodes ens permet observar quina era la recuperació del nombre de noms durant el
situació antroponímica després dels primers tercer període analitzat, on quantifiquem la
moviments repobladors ja que comença en presència de setanta quatre noms.
La devoció a Sant
Joan, molt estesa a
l’època, es va traduir
en la dedicació al
sant de nombrosos
llocs de culte, entre
ells les ermites com
la que veiem en la
fotografia, situada al
terme de Dénia.
Des d’un punt de vista numèric destaca Hem comprovat com els casos de Pere i
l’existència de només dos casos majori- Joan són els majoritaris si comptabilitzem
taris que superen les tres-centes entrades els tres períodes analitzats. A aquests dos
i que suposen, junts, més del 25% dels els segueixen, en importància numèrica, un
registres: conjunt de noms que superen les cent men-
cions i que suposen el 34’4% del còmput
Nombre total Percentatge total: Bernat, Jaume, Domingo, Guillem, Berenguer
de registres total i Barthomeu.
Pere 336 12’6 % Dins d’aquest grup de noms podem ob-
Joan 340 12’8 % servar una evolució diferenciada respecte a
la difusió que tenen en les diverses etapes
Tal i com hem assenyalat, aquests dos estudiades. Per una banda Bernat, Domingo i
noms tenen una procedència indistinta i Berenguer, veuen com es produeix un retrocés
van anar imposant-se als llocs d’on proce- en el seu ús, mentre que altres com Guillem i
diren els repobladors des del segle X. En el Barthomeu fluctuen durant els períodes ana-
cas alacantí veiem com es dóna una evolució litzats i tant sols Jaume experimenta un crei-
diferenciada entre Pere i Joan, ja que el primer xement amb el temps.
d’ells (on també hem comptabilitzat les for-
Nombre total Percentatge
mes Pero, Pericó, Pedro i Peydro) és el nom ma- de registres total
joritari durant el primer període, amb cent Bernat 221 8’3%
quaranta-vuit mencions (12’8%), i es troba Jaume 185 6’9%
per davant de Joan (Johan i Juannes) que conta Domingo 184 6’9%
amb noranta-vuit entrades (8’5%). Aquesta Guillem 114 4’2%
situació canvia amb el pas del temps i així Berenguer 111 4’1%
Pere, tot i ser un dels més utilitzats, anirà Barthomeu 107 4%
a poc a poc perdent importància front a
Joan, el qual es convertirà en el segle XV Així en el cas de Bernat veiem com en l’eta-
en el nom més freqüent amb cent seixanta- pa de 1270 a 1314 es tracta del segon nom
quatre mencions (20’5%) per vuitanta-sis més utilitzat amb cent dinou registres, que
(10’7%) de Pere. significa un 10’3%, i que per tant el situa
34 Santiago Ponsoda López de Atalaya
obtinguts per al primer i tercer període se en el cinquè lloc de les preferències per
2’1% i 4’3%, respectivament, confirmen la darrere de Bernat.
fluctuació d’aquest nom. L’evolució d’Anthoni (Antonio, Antón) es
L’únic cas que trobem dins d’aquest grup molt semblant a la de Francesch, si bé caldria
de noms que experimenta un augment és el assenyalar que la presència en el primer pe-
de Jaume (Jacme). Aquest cas presenta un in- ríode és quasi inexistent, ja que només hem
crement del percentatge en totes les etapes. trobat un únic registre. Així, si analitzem les
Així per al primer període trobem seixan- dades en termes proporcionals, Anthoni su-
ta-tres mencions que suposen el 5’4% dels posa sols un 0’08% i és durant el segle XIV
noms mentre que per al segon representa quan passarà a equiparar-se amb Francesch
un 6’6%. Però, el creixement més destacat amb un 3’1%. Aquest augment continua en
el tenim en el segle XV, on arriba fins al el segle XV on representa un 5’1%. Segons
9’4%, convertint-se així en el tercer nom Enric Moreu-Rey l’èxit d’aquest nom tant
més important dins de les preferències de sols es podria explicar si tenim en compte
la població, la qual cosa el situa molt prop el factor religiós. Sant Miquel va
de Pere. Els altres noms en els quals es pot apre- tenir una devoció
Un tercer grup estaria format per aquells ciar un augment, encara que tímid, en la creixent en el regne
de València. En la
noms que apareixen més de trenta vegades, seua difusió són Alfonso (Alfons), que apa- foto veiem la taula
els quals representen més del 19%. En líni- reix majoritariament en la seua forma cas- dedicada a l’arcàngel
es generals, podríem dir que no existeixen tellano-aragonesa, i Nicolau (Nicolás). En el conservada a la
grans fluctuacions en l’ús d’aquests noms. sentit contrari, on es pot apreciar un feble Catedral d’Oriola.
Però, tot i això, podríem destacar els casos
de Francesch i Anthoni front els altres, a causa
de la seua creixent evolució. Un augment
aquest, que només es veu seguit, en menor
proporció, per Alfonso i Nicolau.
La devoció a la
Verge Maria
Els noms de les dones
va tenir la seua
plasmació material Als llistats analitzats les referències que tro-
en nombroses taules bem de noms propis de dones són molt es-
pictòriques, de les casses, només cent trenta-una entrades que
quals es conserven suposen un estoc de seixanta-vuit noms. En
diverses mostres a
les terres alacantines,
molts dels casos el nom de la dona va lligat
com aquesta Mare al d’un home i s’especifica el seu estat civil,
de Deu del Miracle sobre tot en el cas de les viudes, «Francesch
de Cocentaina. Burgunyo i viuda Aldonça». En altres ocasions
Els noms dels alacantins 37
Amb el bateig
s’imposava el nom
i el cognom al
recent nascut. En
la imatge observem
una representació
del sagrament del
bateig en Las Cantigas
d’Alfons X el savi.
apareix sol, «dona Simona», mentre que en al- Geralda, Gisberta, Guisabel, Isabel, Juliana, Le-
tres sí que apareixen acompanyada d’un cog- xandria, Leonor, Magdalena, Major, Marcha, Mar-
nom «Tresa Sanxeç». També trobem registres garida, Marta, Martina, Milia, Monserrat, Nadala,
on la dona s’associa al cognom del marit Narbona, Orenga, Pasqualeta, Pera, Romea, Sal-
«na Caterina d’en Bernabeu» i com es produeix vadora, Saurina, Sebélia, Tomasa, Tràgia, Verduna,
una feminització dels noms d’home: Jacma, Violant i Vehinota.
Pasqualeta i Domenga.
Maria és de llarg el nom més utilitzat amb
vint-i-cinc registres. La gran difusió d’aquest Els cognoms
nom respondria a l’augment que va tenir el
culte marià des del segle XII, la qual cosa va Com hem explicat anteriorment, el sistema
donar lloc a una profusió d’iconografia i de onomàstic dels nous pobladors alacantins
santuaris dedicats a la devoció per la Verge era resultat de la revolució que es va donar
Maria que va contribuir a la popularitza- al segle XI i XII. Per tant, podem afirmar
ció d’aquest nom. El segueix, de ben lluny, que, majoritàriament, els habitants del sud
Elvira amb cinc mencions i Elisenda i Sança valencià contaven amb un sistema format
amb quatre. Uraca, Jacma, Guillema, Guilla, per un nom i un cognom. S’ha de destacar
Gostança, Ermessenda i Caterina apareixen tres que als llistats analitzats també hem trobat
vegades cadascuna, mentre que Agnés, Alegre- exemples de noms complexos, on al nom
ta, Alicsén, Barçalona, Dolça, Domenga, Francesca, propi se li afegeix un nom patronímic i un
Johanna, Menga, Ramona, Serena, Sibília, Simona i altre toponímic. A continuació, farem una
Tresa compten amb dues mencions. La res- anàlisi a partir d’una divisió seguint un dels
ta de noms només els trobem una vegada sistemes de classificació més utilitzats i que
Aldonça, Blanca, Botina, Cantusa, Cília, Elvendes, estableix cinc tipus de cognoms en funció
Espertona, Esthevania, Febrera, Flor, Florença, Gaya del seu origen. Si bé, s’ha d’assenyalar que
38 Santiago Ponsoda López de Atalaya
en una quantitat molt important de cog- aquests no són els únics casos, ja que el fet
noms, no es pot establir quina és la seua que la majoria dels pobladors de les terres
procedència. alacantines foren catalano-aragonesos va
En aquesta ocasió ens hem servit de les donar lloc a la presència d’altres noms co-
llistes de pobles alacantins recollides en muns a les àrees originaries com, Vidal, Ponç,
l’obra Els fundadors del regne de València, la rela- Gil, Martí, Esteve, Thomas, Mateu i Lorenç
ció de noms que apareix en El català i l’arago- Deixant de banda els noms peculiars de
nés en els inicis del Regne de València segons el Llibre cada territori, s’ha de dir que als pobles
de Cort de Justícia de Cocentaina (1265-1295), alacantins apareixen nombrosos cognoms,
de Joan J. Ponsoda, i l’anàlisi dels noms procedents de noms, en la seua forma ca-
que apareixen a la Crònica de Bellot. Aquestes talana, el que ens indica la procedència
fonts ens han permés fer una petita aproxi- de l’individu. Així trobem cognoms com
mació general per tal de conèixer quins eren Andreu, Albert, Romeu, Nadal, Mir, Ricart, Jacme,
els cognoms dels alacantins durant l’època Domènech, Gilabert, Jofre, Feliu, Bartomeu, Simó,
medieval. March. Aquest aspecte també es pot contem-
El primer dels criteris a partir dels quals plar pel que fa als cognoms d’origen cas-
es formarien els cognoms són els noms de tello-aragonés: Alfonso, Antón, Aparici, Aznar,
fonts o patronímics. Es tracta d’una formula Beneyto, Exameno, Lop, Pasqual, Vicent i Marco.
adoptada per moltes cultures, on el nom del Respecte al sufix castellano-aragonés
pare exercia un complement al del fill. En –ez, podem assenyalar que també es troba
Molts cognoms el cas dels noms d’origen català no existeix molt difós per les poblacions alacantines.
estaven formats a cap partícula que designe aquesta filiació. Així observem com, junt a la presència de
partir de topònims Un fet aquest, que sí que es dóna en alguns noms com Martí/Martín, Ferran/Ferrando,
d’origen, com el que cognoms d’origen aragonés i castellà, on la Pere/Pero/Pedro, Sanxo, Ximeno, Gonçalbo, Lope
fa referència a la fórmula –ez, (Pérez, Sánchez) designa la re- o Rodrigo, podem trobar la seua transforma-
localitat murciana
de Llorca, la
lació de parentiu. ció en els cognoms Martineç, Ferrandeç, Pereç,
fortalesa de la qual En l’apartat dedicat als noms de bateig Sanxeç, Ximeneç, Gonçalbeç, Lopeç i Rodrigueç. En
podem apreciar en la hem assenyalat com el cas de Joan i Pere po- ocasions el sufix –ez esdevé –is sense que per
imatge. dien tenir una procedència indistinta. Però això perda el seu significat: Llopis Lopis, Sanxis
o Peris.
Per últim, incloem ací alguns exemples
dels noms complexos abans esmentats, els
quals tenen majoritàriament un origen ara-
gonés, castellà i navarrés: Garcia de Aiala, Lo-
pes de Siurana, Martines de Terrer, Peres d’Aynet i
Sanxes d’Exea.
Un altre del tipus de cognoms que tro-
bem són els que es creen a partir de topònims,
gentilicis i elements topogràfics. Dins d’aquest
grup els dos primers ens resulten molt va-
luosos a l’hora de poder conèixer quin és
l’origen d’un individu, ja que ens revela un
lloc determinat: poble, comarca o país. En
el cas que estem tractant són nombrosos
els cognoms que fan referència a un indret
concret la qual cosa ens permet identificar
l’origen de molts dels nouvinguts. Així als
llistats treballats podem trobar topònims i
gentilicis catalans, aragonesos, navarresos,
castellans, bascos i fins i tot valencians, la
Els noms dels alacantins 39
Les característiques
personals també es
reflecteixen en els
cognoms, com per
exemple Falcó. En
la imatge veiem a un
cavaller amb el seu
falcó.
Manzanera, Manzano, Oliver, Soliveres, Olivares, malitzar la composició d’un nom doble. El
Oliva i Comí. fenomen del malnom encara el trobem viu
Un altre conjunt nombrós de cognoms avui a moltes localitats, on el malnom d’una
ens el proporcionen els basats en oficis i dig- persona pot fer a vegades el paper d’un ve-
nitats o càrrecs. Respecte a les formes relacio- ritable cognom.
nes amb la feina trobem la majoria en forma Per al cas que tractem hem pogut obser-
catalana: Argenter, Bover, Bastaix, Fuster, Metge, var la presència de cognoms referits al co-
Forner, Ortolà, Carnisser, Torner, Batle, Piquer, Sa- lor de la pell o dels cabells: Blanch, Brunet,
bater, Macip, Manyà, Jover, Escrivà i Moliner. Tam- Roig, Ros, Rosell, Vermell, Rubio i Pardo. Altres
bé apareixen alguns que responen a l’àmbit característiques utilitzades per a la forma-
aragonés, com per exemple Adalid, Ballestero, ció de cognoms eren els trets físics com
Cabonero i Molinero, i altres que podrien per- Calb, Calbo, Calvet i Petit (en aquest cas fa
tànyer a ambdós: Ferrer, Ballester, Sastre, Maestre, referència a la mida tot i que també podria
Pastor, Pellicer, Pintor i Teixidor. indicar una relació de parentiu com fill o
Quant als càrrecs hi ha exemples de cog- germà).
noms tant de l’àmbit de l’església Abat, Bis- Les virtuts morals també serviren com
be i Vicari, com de l’esfera civil Batlle, Claver a base per a la formació de cognoms com:
i Reig. Mentre que les dignitats les trobem Amorós, Alegre, Alegret, Amat, Amic, Bona, Bons-
relacionades amb l’estament nobiliari: Mar- homs, Bonfilla, Bonfill, Dolç i Dolcet. Però també
qués, Comte i Baró. els defectes com Adormit. Per altra banda,
Per últim tenim el tipus de cognoms existeixen alguns que fan referència al mo-
que inclou els malnoms o sobrenoms. L’origen ment del naixement com Bonanat, Bonencontre,
d’aquests podrien residir en la descripció Abril, Febrer, Gener i Giner (derivat de Gener)
d’alguna qualitat o característica física o i altres que expressen desig com Bonjorn o
de la personalitat, més o menys peculiar, Bonivern.
que serviria en un primer moment per a Les característiques físiques o de la per-
distingir l’individu i d’aquesta manera for- sonalitat també es relacionaven amb animals
Els noms dels alacantins 41
i així trobem cognoms com Bou, Burro, Cap Aquesta aproximació a l’antroponímia
de Bou, Cabra, Cavall, Colom, Conejo, Coniller, alacantina medieval, tot i que el conjunt de
Dezllobets, Llop, Falcó i Mula. població musulmana i jueva no hagen estat
Per últim, caldria afegir que tot i la for- objecte d’anàlisi, ens permet conèixer quin
ta implantació del sistema antroponòmic era el contingent humà que va anar confor-
del nom doble, als llistats estudiats podem mant la societat de les terres alacantines,
trobar encara alguns casos en els que tant quines eren les seues preferències en el mo-
sols s’indica el nom propi, sense cognom. ment de triar els noms o com aquests van
Així aquests individus s’identifiquen pel evolucionar al temps que ho feia la societat.
malnom, Garcia el Roig, per l’ofici, Pere el sas- A més l’anàlisi dels cognoms ens dóna algu-
tre, o per l’origen, lo Sardo, però sense que nes pinzellades sobre l’origen de molts dels
aquests elements hagen assolit la categoria nouvinguts i posa de manifest la pluralitat
de cognom. ‡ de la societat de l’època.
Guerra y violencia en un espacio
frontero
josé vicente cabezuelo pliego
U
no de los hitos definidores ción granadina o castellana de cinco o seis
de la sociedad valenciana en los días de duración entre ingreso y retirada.
siglos finales de la Edad Media Es por ello que las tierras que actualmen-
fue su doble carácter fronterizo te identificamos como «alicantinas» fuesen
y militar; hablamos de una sociedad milita- blanco perfecto de la actividad devastadora
rizada y de frontera «preparada para la gue- del enemigo, tanto por tierra como por mar,
rra», parafraseando el título del libro del y sus villas quedasen bajo la consideración
hispanista norteamericano James F. Powers. de frontera por ubicarse en la misma raya
Este hecho, del que según entiendo parti- fronteriza, como Orihuela o Biar, o frente
cipa todo el reino, es una constante en la al Mediterráneo, caso de Alicante, La Vila o
frontera meridional. Tres de sus cuatro pun- Dénia. Es por ello, igualmente, que en este La plaza de Dénia
tos cardinales revelan esa situación: frontera espacio geográfico, el elemento simbiótico siempre tuvo un gran
directa por el sur y por el oeste con una que surge de la conjugación de lo social y lo valor estratégico
como frontera
Corona de Castilla que no siempre estuvo a militar «stricto sensu» sea más fuerte, más marítima, siendo la
buenas; frontera indirecta, aunque más pe- radical, que en ámbitos donde se constru- alcazaba una pieza
ligrosa si cabe, con el reino nazarí de Gra- yen sociedades no tan marcadas por esos clave en la defensa
nada; y frontera abierta por mar a todos los aspectos. costera.
peligros cristianos y musulmanes. Tal fue la
percepción que los contemporáneos habi-
tantes cristianos de estas tierras tuvieron del
espacio en el que residían; espacio hostil a
todas luces, pues a ese enemigo externo se
unía otro más peligroso si cabe, el interno,
compuesto por la población islámica que
cohabitaba con los cristianos, mayoría nu-
mérica hasta bien entrado el siglo XIV, que
en más ocasiones de las deseadas se mostra-
ba como quinta columna de los granadinos,
espiando para ellos y/o protegiéndoles en
sus incursiones de saqueo y muerte a estos
dominios del rey de Aragón. Porque por
frontera los contemporáneos entendían,
como apunta M.ª T. Ferrer, no una simple
línea de separación entre reinos, sino todo
el territorio que podía ser recorrido, y con-
secuentemente saqueado, por una expedi-
La frontera como espacio del caudillo Ridwan a las tierras del Segu-
hostiL ra en otoño de 1331 y primavera del año
siguiente, trasladando consigo a dominio
Y es que, bajo el signo de estas característi- musulmán, bien voluntariamente o bien
cas, es razonable entender que la población por la fuerza, nunca lo sabremos con certe-
meridional del reino de Valencia, aquella za, cientos de personas y miles de cabezas
que podemos denominar de forma anacró- de ganado y cahíces de grano.
nica como «alicantina», estuvo expuesta a La puerta terrestre era una; la marina
un peligro constante, difícilmente calcula- otra, más grande y difícil de defender. Toda
do aunque sin duda asumido, relacionado la costa valenciana, pero especialmente el
con su situación de frontera. Así, pese a espacio entre Orihuela y Dénia, Cap Cer-
no contar con frontera directa con el reino ver y Sant Antoni, fue blanco de la actua-
de Granada, los no demasiados kilómetros ción depredadora musulmana, pirática por
que separaban las tierras de Orihuela de su procedencia marina, porque en muchos
Vera, Baza o los Vélez, enclaves nazaritas casos, sobre todo durante el primer siglo de
y puntos de partida de expediciones de sa- dominio feudal, el objetivo de tales expe-
queo, unido a lo despoblado del reino de diciones era, junto al saqueo y destrucción
Murcia, hacía que con machacona cadencia de campos y poblaciones, y en conjunción
almogávares granadinos se presentasen en con las fuerzas terrestres que penetraban
estas tierras, o en las vecinas del valle de por Murcia, el traslado de parte de la po-
Elda por el flanco jumillano, y contando blación islámica sometida, en clara conni-
con la inestimable y casi siempre dispuesta vencia con el agresor, con el fin de debilitar
colaboración de las aljamas moras del país las bases humanas y económicas de la mi-
arrasasen campos y alquerías capturando tad meridional del reino de Valencia y la
y portando consigo de retorno a sus ba- preparación de una gran invasión sobre el
Para defender la ses cosechas, animales y cautivos, que eran mismo.
costa de los ataques vendidos como esclavos allí mismo o en las Pero, el peligro no procedía únicamente
de piratas y corsarios plazas norteafricanas, o bien servían para del lado del Islam, pues lo cierto es que con
fue surgiendo una concertar canjes con compatriotas prisio- la misma insistencia las comarcas oriolanas,
red de torres vigías, neros en parecidas circunstancias en tierras L’Alcoià o las Marinas conocieron de otra
que se consolidará
en la Edad Moderna.
del rey de Aragón. Ello sin contar los pe- presencia incómoda, constante y no menos
En la imagen vemos ríodos de abierta hostilidad de la Corona dañina que la nazarita, nos referimos a la
la torre del Palmar de Aragón con el reino nazarí de Grana- de bandoleros castellano-murcianos, que
de Dénia. da, caso, por poner un ejemplo, del ataque guiados por el mismo espíritu de rapiña in-
gresaban en el reino de Valencia en busca de
su botín.
Desde luego que la vida en la frontera
era arriesgada. Los pobladores de las villas
estaban constantemente expuestos a ataques
foráneos que repercutían de forma muy ne-
gativa en su economía al ver las cosechas y
ganados arrebatados y en muchos casos las
estructuras de regadío desarticuladas y los
árboles talados. Pero todo era soportable si
al menos no se perdía la vida. Es por ello
que el mayor peligro corría a cargo de los
campesinos que, por imperante obligación,
habían de dejar atrás la seguridad de los
muros de la población y adentrarse, aun-
que fuese muy poco, en un espacio hostil.
Guerra y violencia en un espacio frontero 45
de enemigos, fuesen quienes fuesen. Los Cap Cerver, Torrevieja actual, que había de
principales viales de comunicación de la estar defendida por dos hombre de manera
frontera sur conocieron de la presencia de continuada.
torreones vigías para el control del tránsito Existían igualmente pequeñas edificacio-
de personas y mercancías, violentadas de nes emplazadas en puntos estratégicos de la
modo continuo por asaltantes de caminos. geografía comarcal, o bien lugares ocultos
Entre estos se ubicaban tres principales en en los pasos de montaña, en las veredas y en
las tierras del sur, uno denominado La To- los valles desde los que controlar los pasos
rreta, en la sierra del Portitxol o força d’Elda, del enemigo y con un sistema predetermi-
ordenado construir por Pedro el Ceremo- nado de señales de humo de día y de fuego
nioso en el camino que comunicaba a esta de noche informar a las poblaciones del pe-
población con la vecina y castellana plaza de ligro; se trata de lo que las fuentes denomi-
Sax; un segundo, también denominada del nan talaies y escoltes. Las primeras referían a
Portitxol, y dispuesto en 1401 por Martín la vigilancia diurna, emplazadas en puntos
el Humano en el camino que comunicaba de excelente visibilidad, mientras que las es-
Elche con Alicante pro seguritate itinerantium coltes o escuchas referían a la nocturna, y
transeuntium; mientras que el tercero refería como su propio nombre indica estaban en-
a la comunicación de Alicante con las tie- caminadas a escuchar cualquier ruido sos-
rras de la montaña a través de Xixona, co- pechoso, pues la oscuridad de la noche solía
nocido como El Molinell. Torres que con- ser utilizada por el enemigo para adentrarse
taban con una pequeña guarnición militar en el espacio donde quería producir daños.
y que habían de mantenerse con el peaje Pese a tales vigilancias, la inseguridad de
de los transeúntes. Más el añadido de em- los caminos era mucha, paralela a los asaltos
plazamientos a lo largo de la vía Augusta a viandantes, motivo que obligaba a quie-
por tierras del Comtat. Así como también nes tenían medios a procurarse un escolta
torres-defensa con guarnición a lo largo de en cada ocasión en que salían. Así procedía
la costa que tenían como misión avisar de Bernat Claver, receptor de los bienes de la
los posibles ataques piráticos al tiempo que reina Violante de Bar, en cada ocasión que
controlar el comercio de la región. La más transitaba por las posesiones de su señora,
importante de las de este tipo sería la de Cocentaina y el valle de Elda.
La imponente
fortaleza de
Sax, enriscada
en una peña de
difícil acceso, que
pertenecía en la
Edad Media al
reino de Castilla,
desempeñó un
importante papel
en los conflictos
fronterizos entre las
Coronas castellana y
aragonesa.
Vista longitudinal
del castillo.
Guerra y violencia en un espacio frontero 47
además de la temporalidad que ofrecía el Junto a la tropa en sí, la defensa del terri-
servicio feudal, se contaba la práctica muy torio se articulaba sobre la fortificación de
extendida de abandonar la hueste real antes los núcleos urbanos y los castillos. Acerca
de la finalización del tiempo estipulado de de los primeros, pese a mostrarse aislados
servicio militar por parte de alguno de sus del exterior y quedar comunicados a través
integrantes. Jaime II fue consciente de este de puertas, que se cerraban por la noche o
hecho a los pocos días de invadir Murcia, en los momentos de peligro, no podemos
solicitando al alcaide del castillo de Alican- decir que en todos los casos fuesen mura-
te y a otros nobles que capturasen a todos dos. Los grandes núcleos cristianos conta-
aquellos que decidiesen regresar a sus casas ron con muralla de calidad desigual –Dé-
sin licencia regia para ello. nia, Alcoi, Cocentaina, Alicante, Elche u
Con el fin de salvar algunos de estos Orihuela–, que se remozaba desde los pre-
problemas, al final de la guerra de Murcia supuestos municipales con alguna ayuda de
hubo un feliz intento por crear una milicia la Corona. De La Vila, Callosa o Crevillente
permanente, la Confraria del regne de Múrcia, también se mencionan muros, si bien no de
compuesta por doscientos caballeros que, la potencia de las plazas anteriores. Callosa
repartidos por las principales localidades d’Ensarrià, en cuanto dominicatus loci del no-
del territorio, desde Alicante hasta Lorca, ble Bernat de Sarrià también contaría con
tenían como misión fundamental la defen- ellos. El resto de emplazamientos rurales,
sa de toda esa frontera. Se trataba de una de mayoría musulmana, se cerrarían sobre
compañía de profesionales de la guerra que sí mismas a través de un engrosamientos de
recibían una remuneración por sus servicios las paredes de las casas que diesen al exte-
sobre la base del setmo o parte del botín de rior, dejando aperturas cerradas con puerta,
guerra que pertenecía al rey. Pero lo cierto caso por ejemplo de Elda, o bien su empla-
es que la división del reino murciano en dos zamiento representaba su principal defen-
mitades en 1304 aniquiló el proyecto, aun- sa, como sucede con Guadalest. El tapial,
que no la idea de remunerar a los hombres forma constructiva utilizada en estas tierras,
que prestaban un servicio militar en la fron- obligaba a los municipios a emplear recur-
tera, como se observará durante la Guerra de sos financieros para su remozado dado que
los dos Pedros. ligereza de los materiales y los peligros exi-
Guerra y violencia en un espacio frontero 51
Aunque el uso de la
pólvora se detecta
ya en el siglo XIV,
no será hasta el siglo
XV cuando su uso
sea habitual en los
enfrentamientos
bélicos y forme
parte del armamento
de las fortalezas
alicantinas más
importantes.
En la foto dos
cañones del siglo
XV.
bito rayano, fácil de ejecutar por lo numero- sobre cristianos castellanos, y obviamente
so de las víctimas, por más que fuese ilegal contra sus posesiones. Prácticamente to-
y que comportase penas de muerte caso de dos los linajes de las tierras de la Governació
producirse en tiempos de paz, originando d’Oriola participan de estos hechos delicti-
un delito muy frecuente en estas tierras, el vos. Las noticias al respecto son numero-
crim de plagi e collera. sísimas. Incluso algunos de esos hombres
Los pingües beneficios que reportaba son cargos públicos. En febrero de 1417,
esta actividad hizo que a lo largo de toda por ejemplo, en una reunión del Consell de
la frontera valenciana, desde Cocentaina y Orihuela irrumpe un grupo de jinetes mur-
Alcoi hasta Orihuela, por tierra, y por todo cianos procedentes de Caravaca para seña-
el litoral muchos y socialmente «buenos lar a los allí presentes que tenían intención
hombres» procediesen de forma delictiva de realizar una cabalgada a tierras de Los
sobre enemigos con el fin de apropiarse de Vélez con el fin de capturar granadinos e
sus bienes y extorsionarles. Surgen así ver- invitarles a unirse a su grupo. Tras el receso
daderas bandas armadas de profesionales la reunión no puede continuar por falta de
de la violencia multiétnicas y plurinacio- quorum dado de cuatro consellers, miem-
nales, agrupándose murcianos, lorquinos, bros de importantes linajes de la localidad,
alicantinos, oriolanos y villenenses, moros habían cogido caballos y armas y se habían
del país con extranjeros –castellanos–, que marchado a cavalcar. En 1460 el alcaide de
al calor del mucho dinero producto de la torre de Salinas, Ferrandito d’Albarrací,
la extorsión y la venta de la depredación, fue acusado de crim de plagi por capturar y
humana, animal y de bienes muebles en vender moros de forma ilegal. La nobleza
mercados extraoficiales y a mucho menor también participa de este lucrativo negocio.
precio que el legal, y ayudados por una red Tal es el caso de Carroç, señor de Rebollet,
de espías, encubridores e informadores, que en las primeras décadas del Trescientos Los almogávares, que
hicieron de la captura
actuaban habitualmente al otro lado de la se dedica a actividades piráticas en aguas de hombres y ganado
frontera. Aunque no siempre, encontrán- mediterráneas, tanto próximas a sus do- del enemigo su modo
donos casos en los que tales malhechores minios litorales como baleares, apresando de vida, fueron
proceden contra compatriotas, y en ocasio- con su galera armada cualquier barco que personajes habituales
nes familiares, como el moro eldense que encontrase y haciéndose con los bienes que en la frontera
ayudado por compinches de la vecinas y portase. Los constantes reproches de Jaime meridional valenciana
durante estos siglos
castellanas plazas de Sax y Villena, asalta II a sus actuaciones contra derecho no re- medievales.
a su propia esposa en un viaje programado condujeron al noble en su comportamiento En la imagen, pintura
entre Aspe y Elda. corsario, pues mucho era lo que ingresaba representando a unos
Y tal actividad, repito, no era practicada por esta vía. peones del siglo XIII.
sólo por almogávares, gentes de baja extrac-
ción cuyo medio de vida era la violencia,
sino también caballeros, cargos municipales
e incluso nobles. La principal razón de tal
proceder delictivo estribaba en la consecu-
ción de unas rentas extra con relativo poco
riesgo; si bien, no hay que desdeñar que el
origen miliciano de muchos de estos hom-
bres les inclinase hacia comportamientos
violentos, que en parte se podían mostrar
como un entrenamiento militar. Caballeros
oriolanos, ilicitanos y alicantinos, alcoyanos
y contestanos practican la rapiña durante
los siglos XIV y XV no sólo contra mo-
ros murcianos o granadinos, sino también
54 José Vicente Cabezuelo Pliego
coyuntural: Pedro Fernández de Híjar, Az- y que domina al resto de habitantes a tra-
bet de Mediona, Jaspert de Castellnou y al- vés del desempeño de los cargos públicos.
gún otro más sobre ciertas posesiones de las Desarrollada sobre estas bases pronto sus
Marinas. Sólo dos linajes establecerían en miembros, pocas familias dentro del con-
estas tierras extremas sus casas, los Llúria de junto de pobladores de las distintas villas,
la mano del almirante Roger en tierras con- disputan abiertamente por el control de los
testanas, y el también almirante entre otros resortes del poder. Primero con la Corona,
cargos y dignidades Bernat de Sarrià sobre el enfrentamiento visible en el asesinato por
espacio montuoso y litoral, más el añadido envenenamiento de Bernat Saportella, pro-
de los santiaguistas sobre ciertas posesio- curador regio del territorio, en 1324 en un
nes –Torres y Orcheta–. Ambos persona- intento claro de marcar una distancia polí-
jes establecieron una dialéctica de profunda tica sobre la base de cierta autonomía con
enemistad desde su más temprana relación, la monarquía, y manifiesto con posteriori-
quizá alentada por el propio rey de Aragón, dad en ulteriores actos de oposición frontal
Jaime II, que al situar uno a espaldas del a la voluntad centralista del rey, como en
otro sellaba la frontera sur con dos grandes la crisis política sucedida entre Orihuela y
militares al tiempo procedía a equilibrar el Alfonso V a mediados del Cuatrocientos. Y
poder de los feudales al facultar que uno posteriormente entre ellos mismos. Agru-
vigilase al otro. Los conflictos entre ambos pados en clanes, en familias políticas, cho-
se suscitaron de forma inmediata; asaltos can entre sí, en ocasiones de forma violenta.
alternos a sus posesiones, captura y asesi- Orihuela, Elche y Alicante muestran a par-
nato de vasallos musulmanes fueron la tó- tir de la segunda mitad del siglo XIV, pero
nica general de su relación que no cesó con fundamentalmente en el XV, el profundo
la muerte de Roger de Llúria a principios desencuentro político de sus élites con en-
del siglo XIV, pues el odio se extendió a la frentamientos sangrientos entre las distintas
familia y solo finalizó con el óbito treinta familias en calles y campos. La abundancia Los enfrentamientos
años después de Sarrià en 1335. de armas propiciaba que los resultados de nobiliarios
Bernat de Sarrià fue el verdadero señor las acciones violentas fuesen trágicos. Así, estuvieron a la orden
de las tierra de La Marina, así como el cau- ya en 1311 el rey apuntaba que para refre- del día, resolviéndose
habitualmente por
sante de un sin fin de agresiones a todos nar los enfrentamientos entre facciones en vía judicial, aunque
sus vecinos. Multitud de pequeños señores Elche se vedase la presencia de armas por no faltaron los
de la zona se quejarán constantemente al las calles salvo a los oficiales públicos. Esta choques armados o
rey y al procurador valenciano de actitu- ordenanza nunca se cumplió y la sangre en forma de torneos.
des violentas contra ellos, sus vasallos y sus
derechos con un fin último, la apropiación
de renta. Los conflictos le llevaron a chocar
incluso con los santiaguistas de Montalbán
en un pleito de más de treinta años por esas
posesiones, incluida La Vila, puebla por él
fundada en 1300, que originó ataques de
las fuerzas de Sarrià a esas poblaciones,
amedrentadas por la fuerza del señor.
En las tierras que se incorporan al reino
de Valencia tras la división de Torrellas su-
cederá algo similar a lo expuesto, sólo que
en la Governació d’Oriola la movilidad seño-
rial será menor y por tanto el arraigo de los
linajes más alto. Surgirá así una oligarquía
militar típica de un espacio de frontera que
obtiene sus rentas de la explotación del agro
56 José Vicente Cabezuelo Pliego
En la miniatura
podemos apreciar
un torneo a fines de
la Edad Media. En
tierras alicantinas
merecen destacarse
los desafíos
protagonizados por
el noble don Pero
Maá de Liçana,
señor, entre otros
lugares, de La Mola
y Novelda.
corría en cada ocasión en que las desavenen- Cocentaina también conoció, durante el
cias entre las partes por cualquier elección dominio de la reina Violante, de banderías
municipal traspasaba el umbral de la dialé- en las que intervenían los propios oficiales
ctica verbal. La dinámica fue a más confor- municipales.
me la Edad Media avanzaba hacia su fin, en Otras luchas, más relacionadas con las
tónica general de lo que sucedía en todo el sustentadas entre los dos almirantes a prin-
reino, donde el control político de determi- cipios del siglo XIV, se abrieron paso du-
nados grupos ahogaba las pretensiones de rante el siglo del descubrimiento de Amé-
alcanzar el poder del resto. La ciudades de rica. La aparición de una nobleza esta vez
Valencia y Xàtiva padecieron este fenómeno sí de alta dignidad en las tierras alicantinas,
de forma especialmente virulento, habiendo tras la llegada al valle del Vinalopó de dos
de nominarse desde la Corona funcionarios familias igualmente antagónicas, los Corella
con poderes especiales para atajarlo. La per- y los Maça de Liçana, que a su vez se ha-
versión de un sistema de promoción a los cen con los oficios de mayor rango del reino
oficios públicos a través de la cooptación, de Valencia, la Gobernación, hasta la línea
que ofrecía un férreo control de la hegemo- administrativa de Almizra por parte del
nía política ciudadana fosilizando el poder primero de los linajes a través de quien da
en quienes lo venían ejerciendo y coartando nombre a la estirpe, Ximen Pérez, consejero
a quienes aspiraban a él ocasionó multitud y amigo de Alfonso V, y de la de las tierras
de conflictos violentos que la Corona creyó dellà Xixona por los Maça. Y el antagonismo
ver resuelto con la introducción de la in- de sus miembros deriva la hostilidad polí-
saculación. Nuestro ámbito de estudio no tica y personal hacia una verdadera guerra
ofreció signos de violencia tales, aunque feudal, con la convocatoria de huestes seño-
junto a las villas apuntadas sabemos que riales en las que se integran musulmanes y la
Guerra y violencia en un espacio frontero 57
invasión de los dominios del otro provocan- de sociedad violenta por cuanto ubicada
do muerte y destrucción. Estos episodios en una frontera militarmente activa duran-
de violencia feudal fueron tónica general a te todo el período medieval, la sociedad
lo largo del Cuatrocientos, participando to- «alicantina» se construyó al tiempo con un
dos los principales linajes cristianos de las dinamismo económico quizá más elevado
villas, y siempre por el mismo motivo: las que en otras partes del reino, al dotarse de
rivalidades políticas y la lucha por el poder. instrumentos privilegiados que proyectaban
De entre los muchos ejemplos podemos sus ya de por sí potencialidades naturales:
destacar el asalto que el bando Rocafull la agricultura y el comercio. Es así que pro-
perpetró en 1470 contra La Daya, perte- ducciones especulativas, como higos y uva
neciente a uno de los líderes de la facción en su forma seca, en cuantía importante
contraria, Jaume Masquefa. En el ataque, y desparramadas por prácticamente todo
los agresores, además de incendiar el lugar el ámbito geográfico que tratamos, desde
procedieron contra sus habitantes de modo el Vinalopó hasta las Marinas, junto a un
infamante amputándoles orejas y apéndices abundante cereal en los campos de Orihue-
nasales. La ampliación de la contienda a los la, despensa del reino de Valencia, salieron
vasallos y vinculados de las principales casas al exterior a través de un rosario de puertos
nobiliarias o facciones políticas trajo con- y embarcaderos que comunicaban el lito-
sigo una concatenación de episodios vio- ral con la ciudad de Valencia y los grandes
lentos que intercalados con otros, ataques emporios comerciales mediterráneos. El
granadinos o murcianos, hicieron del siglo desarrollo de una red de ferias de alcance
XV un período de gran actividad militar en comarcal, asimismo, favoreció el consumo
la frontera sur valenciana. interno dinamizando a través del dinero y
No obstante lo aquí escrito, y en paralelo de las oportunidades económicas a una so-
a los considerandos ciertamente objetivos ciedad periférica.
‡
Las piedras hablan:
la vida cotidiana en un castillo
alicantino
El ejemplo del Vinalopó
a n t o n i o m a n u e l p o v e d a n ava r ro
E
l objetivo de este breve una comarca donde mi larga trayectoria de
trabajo es utilizar la rica y investigación arqueológica e histórica me
variada información que las permite un suficiente conocimiento para
investigaciones arqueológicas intentar aproximarme a la cuestión.
han ofrecido sobre los diversos aspectos
documentados de la actividad humana de-
sarrollada, por regla general, en los casti- SIGNIFICADO Y FUNCIÓN DE LOS
llos de las tierras de la actual provincia de CASTILLOS
Alicante, centrándonos para ello en el área
geográfica del corredor fluvial del Vinalopó, Los castillos de la Edad Media son el más
comarca que tiene la fortuna de poseer un claro ejemplo de cómo una realidad histó-
buen número de castillos entre los que des- rica sirve para dar personalidad y singula-
tacan varios que han podido ser excavados ridad a nuestros territorios, convirtiéndose La necrópolis de
en una parte significativa de su estructura en una imagen física con sus siluetas emer- la iglesia primitiva
arquitectónica (caso de las fortalezas de gentes en el horizonte, símbolo imperté- cristiana en el
Villena –interesa la de La Atalaya pues la rrito de lo que fueron nuestros pueblos y castillo de Elda
de la sierra de la Villa o Salvatierra es peor
conocida y tuvo vida corta–, Sax, Petrer,
Elda, Monóvar, Novelda, Aspe, Monforte y
Elche, principalmente). La elección de esta
comarca alicantina obedece en parte a esa
circunstancia, pero también porque hay una
importante información arqueológica y la
historia de sus castillos es bien conocida y
se ha aceptado siempre que son vivo ejem-
plo de una organización castral de frontera
medieval, asociada a una vía natural a pro-
teger y donde el fenómeno del incastellamento
está perfectamente identificado y conocido
desde la transición del mundo antiguo al
medieval, al menos en la cuenca media del
Vinalopó. También he de reconocer que es
Impactos de
proyectiles en la
torre del homenaje
del castillo de la
Atalaya. Villena.
y amorfa, adaptándose a las características sulmana, ven cómo la Corona realiza una
orográficas del terreno donde se erigen, en política de asentamientos o colonización
ellos se destacan generalmente una serie de cristiana, principalmente obra de la monar-
cubos o torres en saliente, cuya fábrica ha- quía catalano-aragonesa. Es entonces cuando
bitual es la técnica constructiva de tapial, se producen las mencionadas transforma-
los mejores ejemplos pueden ser las forta- ciones que en la mayoría de los casos servi-
lezas originales de Elda, Novelda, Aspe y rán para reforzar las preexistentes fortalezas
Elche. islámicas. Estas tareas serán acometidas por
Posteriormente, con la conquista cris- los nuevos señores feudales, así se observan
tiana del territorio, acontecida poco antes importantes modificaciones en los castillos,
de mediados del siglo XIII, se producirá la cuyos mejores ejemplos los ofrecen los de
transformación de esta organización castral, Sax, Petrer, Elche o Novelda, en este último
desmantelando la infraestructura construi- caso, en su llamada fortaleza de La Mola,
da hasta entonces, pues algunos castillos nos ilustra bien esta reestructuración la
se pudieron abandonar, sin embargo, en el construcción de una espectacular y singular
caso de las fortificaciones del Vinalopó, lo torre triangular.
que se produjo fue su modificación, desa- Más tarde, entre los últimos años del si-
rrollando una nueva arquitectura con nue- glo XIV y el siglo XV, la ya sólidamente
vos tipos de torres, lo que conducirá a la establecida clase feudal comenzará a hacer
ocultación de gran parte de su antigua fi- gala y expresión de su poder, de modo que
sonomía musulmana, así como la aparición algunas importantes y poderosas familias
de algunas torres o estructuras de formas nobiliarias comienzan a edificar sus pala-
circulares, más típicas de las formas arqui- cios fortificados, en la zona que tratamos
tectónicas cristianas. el mejor ejemplo lo ofrece Ximén Pérez de
Entre la segunda mitad del siglo XIII y Corella (quien más tarde sería el I Conde
el primer tercio del siglo XIV, los núcleos de Cocentaina), pués el y sus primeros des-
habitados del Vinalopó, de población mu- cendientes constituyeron un señorío feudal
62 Antonio Manuel Poveda Navarro
con las plazas y fortalezas de Salinas, Elda, tad del siglo XVI, lo que unido a la políti-
Petrer, Aspe e incluso durante cierto tiempo ca de los últimos monarcas de los Austrias,
de Sax, sobresaliendo la decisión de crear su así como de los posteriores Borbones, más
residencia palaciega en el castillo de Elda, preocupados por fortificar el litoral, cris-
que comenzó a reconvertirse en un palacio- talizaría en su total inactividad a lo largo
fortaleza. En la misma línea se puede inter- del siglo XVIII. El golpe definitivo para su
pretar la obra impulsada por Gutiérrez de irreversible abandono fue la política des-
Cárdenas en el castillo de Elche, conocido amortizadora de los gobiernos españoles
precisamente como palacio de Altamira o del siglo XIX, cuando muchos castillos
de la Senyoria. se vendieron a particulares que tendieron
Desde el final del siglo XV y duran- a expoliarlos para la venta de sus materia-
te buena parte del siglo XVI, el sistema les (piedra, madera, metal, obras de arte,
feudal estaba en crisis y transformación y etc...), como ilustra lamentablemente bien
cada vez más mediatizado por la conso- el caso del castillo de Elda.
lidación de una monarquía española cada A este contexto político, social y cultural
vez más centralista, como era la de la casa de los castillos del Vinalopó, como en los
de Austria; si a ello sumamos la generali- de otros lugares, se pueden asociar una se-
zación del uso de armas de pólvora para rie de elementos arqueológicos aparecidos
atacar las fortalezas, en ningún caso prepa- en ellos, que nos permite aproximarnos a la
radas para soportar esta nueva técnica de realidad cotidiana de algunos de los diversos
agresión bélica, se entenderá que fuese una ámbitos que sus propietarios y habitantes
etapa donde gran número de esos castillos conocieron. Por tanto, con la información
tuvieron que ser remozados y reforzados. arqueológica recabada en cada uno de estos
Fue en estos momentos en los que se rea- castillos ilustraré ciertos aspectos militares,
lizan profundas reformas en los castillos económicos y religiosos.
de Villena, Elda y Elche, algunas de cuyas
torres y murallas corresponden a esta fase
histórica. Es de destacar la obra de remode- ÁMBITO MILITAR
lación y reconversión en auténtica residen-
cia nobiliaria del alcázar-palacio de Elda, El corredor o vial terrestre que discurre en
sede de la familia Coloma, que en él y su paralelo a las cuencas del Vinalopó siempre
territorio constituyeron un condado, el de fue un típico territorio fronterizo, lo cual
Elda, formado por los castillos y plazas de fue una de las principales causas de apa-
Petrer, Salinas y la propia Elda. Otros cas- rición de castillos, atalayas y casas-torres.
tillos, como los de Sax, Petrer, Monóvar, Ello era a la vez consecuencia del frecuente
Novelda (La Mola) o Monforte, comenza- ambiente hostil, bélico, debido a los asal-
ban a languidecer mostrando una tendencia tos de bandidos o a los enfrentamientos
de infrautilización que les llevaría a diverso nobiliarios o incluso entre monarquías. La
grado de abandono durante la segunda mi- situación geográfica de los valles de Elda y
Novelda, incluidos en ese territorio, les hizo
sufrir esos enfrentamientos entre las coro-
nas de Castilla y Aragón, o las constantes
razzias que gentes llegadas del reino de Gra-
nada realizaban en esta zona de contacto
con el reino de Valencia, además, la existen-
cia de una mayoría poblacional musulmana,
Saetas de ballesta
pero bajo soberanía cristiana, daba lugar a
halladas en el importantes situaciones de tensión social.
castillo de La Mola. Todos estos factores consiguieron que las
Novelda. tierras interiores del Vinalopó estuvieran
Las piedras hablan: la vida cotidiana en un castillo alicantino 63
ÁMBITO ECONÓMICO-
DOMÉSTICO
dacsa y dos tinajas con arroz y mijo; en el interesantes datos. En el caso del castillo
de Petrer se contabilizan las siguientes pro- del Río de Aspe se observa que la mayoría
visiones: 7,5 grandes tinajas con mijo y dos de los desperdicios de comida se arrojaban
cahices de sal; en la fortaleza de Salinas se en el patio de la vivienda excavada, tanto en
almacenaban ocho cahices de centeno, cua- la época musulmana como en la cristiana,
tro de avena, una jarra de sal, una barsella de estando representadas todas las especies. La
comino, veintidos cahices de cebada, treinta situación en el castillo de La Mola de No-
de trigo, diez cahices y cuatro barsellas de velda es distinta, pues se excavó un vertedero
espeltos. y no una casa. El primer dato que destaca es
En cambio, para aproximarnos a la ali- el débil consumo de conejos. Por otro lado
mentación a partir de la fauna consumida las aves aparecen escasamente representadas
se ha de acudir a las excavaciones arqueoló- entre el total de la muestra, pues no supe-
gicas efectuadas en los castillos de La Mola ran el 6%. Son mayormente gallináceas, por
de Novelda y del Río de Aspe, en las que las tanto, aves de corral, aunque a su lado hay
piezas óseas recuperadas ofrecen una ines- otras aves más pequeñas, procedentes de la
timable información para conocer la apor- práctica de la cetrería. La contribución de
tación de la fauna a la dieta cotidiana de las aves a la dieta fue intensa el siglo XV,
los habitantes de los castillos del Vinalopó. reducida en el siglo XIV y nula en la fase is-
En el primero de las fortalezas se realizó lámica (XII-XIII). En cambio, en el castillo
una excavación en el año 1983, consisten- del Río, las aves están bien representadas en
te en dos cortes, A y B, que permitieron el nivel musulmán, lo que junto a la consi-
recoger un total de 1421 piezas óseas de derable presencia del conejo lleva a pensar
animales, si bien sólo se identificaron 864 en la habitual práctica de la cetrería entre
de las mismas, lo que supone el 60,80% del su comunidad islámica, pues hay un signifi-
total. La fauna distinguida en esta muestra cativo número de aves de pequeño tamaño,
se componía de caballo, asno, buey, oveja, salvajes, que debieron ser capturadas en los
cabra, cerdo, gato doméstico, ciervo, cabra humedales de las márgenes del río Vinalo-
montés, jabalí, conejo, liebre, aves (princi- pó, en su cuenca media.
palmente gallináceas) y peces. En el segun- Otro aspecto a resaltar en ese estudio de
do castillo, las excavaciones arqueológicas arqueozoología es la presencia de especies
fueron realizadas por el mismo investiga- marinas, como ilustran bien dos jibias de
dor, Rafael Azuar Ruiz, que desarrolló tres sepia común (sepia officinalis) halladas en el
campañas, en los años 1979, 1983 y 1984, nivel musulmán del castillo del Río, mos-
a las que pertenece el conjunto de piezas trando un comercio de importación desde
óseas tomadas en consideración, que suman la zona costera próxima. También se han
un total de 1349, de los que se identifica- recuperado restos de varios peces, entre los
ron 859, es decir el 63,67% de ese total. que destacan los pertenecientes a dos dora-
En este caso los animales identificados das, pez cuyo consumo también se atestigua
fueron caballo, buey, oveja, cabra, cerdo, en el castillo de La Mola, especialmente
perro, gato doméstico, ciervo, corzo, cabra
montés, conejo, liebre, aves (principalmente
gallináceas) y moluscos. Como se observa
con ambas muestras el ambiente faunístico
presente en estas fortalezas del interior del
Vinalopó era muy semejante, por lo que es
lícito pensar que también en los otros casti-
Impacto de
llos estarían presentes los mismos animales proyectiles en la
con muy pocas variaciones. torre del homenaje
De las significativas conclusiones apor- del castillo de la
tadas por Miguel Benito podemos extraer Atalaya. Villena.
68 Antonio Manuel Poveda Navarro
naturaleza del buey musulmán de este cas- en ambas fortalezas, parece evidente que se
tillo, pues su tamaño parece claramente más detecta un cambio del tipo de población
pequeño y menos robusto que en el caso de y sociedad generado a consecuencia de la
La Mola, esta cuestión se acentúa todavía conquista cristiana, el ganado refleja una
más en la fase cristiana. En el caso de este nueva implantación de la cabaña mostrando
animal en ese último castillo, es notable que una nueva estructura anatómica, aportada
su buey es mucho mayor en tamaño, indicio por los cristianos.
de ser de otra raza distinta. El uso del buey Respecto a los habitantes de esos casti-
en la fase islámica parece estar especializada llos parece que fueron más bien pocos, sien-
en la tarea agrícola, como parece reflejar su do fortalezas que por regla general estaban
bajo porcentaje (7,89%). Por el contrario, escasamente habitadas. Por otra parte, las
este animal en el período cristiano fue más comunidades medievales que se asociaban a
polivalente, ofreciendo la posibilidad de ellos practicaban unos sistemas económicos
obtener carne y curtidos, por una parte, y basados en la autosuficiencia y el autoabas-
explotación de la tierra por otra. tecimiento agropecuario, si bien se dispuso
Mejores condiciones para establecer de algún mecanismo que permitía ciertas
comparaciones ofrecen los ovicaprinos. En actividades comerciales de cierta relevancia.
la etapa musulmana se especializaron para En este sentido apuntan los animales o pro-
consumir su carne, siendo un importante ductos alimenticios foráneos pero que fue-
complemento para el resto de la dieta ali- ron consumidos en la comarca del interior
menticia. De los identificados sólo un 40% del Vinalopó e, igualmente, en el mismo
son individuos adultos, es decir, los que son sentido se ha de interpretar la llegada y uso
destinados al objetivo de la reproducción. de objetos cerámicos de cierto lujo, como
Se deduce por tanto, que estamos ante una las cerámicas maiolicas italianas (produc-
comunidad de claro matiz económico agrí- ciones marmorizzatas y de cerámica de la
cola, de gran estabilidad social, ambas cosas clase Montelupo, procedentes de la Toscana
le asemejan a la situación socioeconómica y otras de la Liguria), además de las de Ma-
de La Mola. Al entrar en el siguiente tiempo nises, Paterna y Murcia, aunque gran parte
cristiano se evidencia un profundo cambio de la vajilla de mesa, cocina, almacenaje o
estructural a la hora de disfrutar del gana- transporte parece de alfarerías locales. Con
do ovicaprino. Ahora parece que se dispo- estas diversas procedencias se han hallado
ne del mismo para elevar la producción de todas las cerámicas que eran necesarias para Pileta de abluciones
lana y derivados, a partir del sector ovino, la cocina, la mesa y los almacenes de todos almohade encontrada
mientras que las cabras se destinarían más estos castillos. en el castillo de Elda.
al consumo cárnico sus machos adultos, a
la vez que las hembras se destinan más a
la reproducción y producir lácteos. A ello
se ha de unir el papel jugado por el gana-
do vacuno, con lo que el ambiente parece
demostrar la existencia de una fase de eco-
nomía variada y en período de expansión,
que optimiza el cultivo de la tierra, desarro-
llaba una importante actividad de comercio
de productos derivados de origen animal y
conseguía satisfacer sus necesidades alimen-
ticias con su propia producción, sin despre-
ciar los aportes que llegaban de la riqueza
cinegética de la comarca.
A partir de la información obtenida de
la investigación arqueozoológica efectuada
70 Antonio Manuel Poveda Navarro
posteriormente utilizada por los siguientes del interior del castillo de Sax se sabe de la
últimos moradores nobles del castillo, los existencia, en esa misma época, de otra ca-
Coloma, algunos de cuyos miembros feme- pilla, en este caso bajo la advocación de Sent
ninos dejaron un par de grafitos con sus Jordi. Según estos datos parece lícito pen-
nombres en el enlucido de la pared norte sar que en prácticamente todos los castillos
de la sala. que tras la conquista ocupan los cristianos
También sabemos que sobre la sala prin- en el Vinalopó, sus nuevos señores deciden
cipal del castillo de Petrer, la misma familia tarde o temprano destinar un espacio al
Corella, a cuya baronía de Elda pertenecía culto cristiano, edificando pequeñas iglesias
dicha fortaleza y villa, fue construida una o capillas, que serán casi el único edificio
pequeña capilla, bajo la advocación de Senta parroquial durante buena parte de la Edad
Caterina. De igual modo, en una de las salas Media.
‡
La minoria islàmica a les
comarques meridionals valencianes
maria teresa ferrer i mallol
D
esprés de la conquesta del tia la càrrega dels impostos comunitaris
regne de València per Jaume I en- entre els membres de l’aljama. L’alfaquí,
tre 1232 i 1245, s’hi quedà molta en canvi, era el cap dels afers espirituals,
població de religió i cultura mu- l’encarregat de la mesquita i el mestre dels
sulmana i llengua àrab. Eren els que no nens. A les terres meridionals valencianes,
havien oposat resistència armada als con- la major part de la població islàmica es
queridors i que havien negociat la rendició trobava concentrada a la vall del Vinalopó
(els que havien lluitat foren expulsats). El des d’Elda a Elx; hi havia petites moreries
mateix procediment se seguí a la conquesta urbanes a Oriola i a Alacant, que desapa-
del regne de Múrcia (1265), regne al qual regueren durant el segle XIV, i nombrosos
pertanyien les comarques d’Alacant fins a moros a l’horta de totes dues viles, especi-
Oriola abans que fossin annexionades per alment a la d’Oriola.
Jaume II a la seva corona l’any 1296. La minoria islàmica del País Valencià de
Aquesta gent que es quedà a viure a procedència indígena s’havia arabitzat, de
les seves terres sota domini cristià tenia la mateixa manera que s’havia islamitzat;
el dret reconegut per la corona de practi- així doncs, quan foren conquerits els reg-
car la seva religió i costums, de conservar nes de València i de Múrcia, els seus ha-
les seves terres i béns, de mantenir la seva bitants parlaven un dialecte àrab. Els que
organització local pròpia i de ser jutjats residien a ciutats i viles o a les hortes més
segons les seves lleis; també tenien dret a immediates aprengueren el català per poder
viatjar i a emigrar, demanant autorització
i pagant algunes contribucions. Els nostres
documents els anomenen sarraïns o mo-
ros, paraules que no tenien cap connotació
pejorativa i que s’aplicaven també als que
vivien a països islàmics. A nivell local, les
comunitats islàmiques eren governades per
un nombre variable de persones, general-
ment dos, anomenats vells, que eren elegits
periòdicament pels membres de la comu-
nitat o aljama. També tenia un paper molt
important en el govern de la comunitat el La Vall del Vinalopó
va conservar un
cadi, que representava el rei o el senyor del nombrós grup de
lloc; jutjava les causes entre musulmans població mudèjar
segons la llei islàmica i solia acumular el després de la
càrrec d’escrivà o notari, a més, repar- conquesta cristiana
Ara el pentinat ens pot semblar un detall manaren a l’aljama de Crevillent que fessin
sense importància, però en els segles XIV i les festes de casament de dia. Barcelona go-
XV en tenia molta. Pot ser que, com que els vernava totes dues localitats, des de 1391,
homes moros ja no portaven vestit diferen- perquè l’infant Martí, que després esde-
ciat dels cristians, les autoritats insistissin vingué rei, les hi havia lliurades en penyora
tant en el pentinat perquè era l’únic element d’un préstec que la ciutat li havia conce-
diferenciador que quedava, o potser era per- dit per organitzar l’expedició a Sicília de
què un tall de cabell diferent era més per- 1392. Teòricament la ciutat podia fer tots
manent que un vestit, que es podia canviar els manaments que volgués per al bon go-
fàcilment. Les penes per als transgressors vern de tots dos llocs, però aquesta era
del pentinat assignat als moros podien ser una matèria delicada, que afectava costums
molt dures. Durant un temps era l’esclavi- molt arrelats i que els sarraïns consideraven
tud a perpetuïtat, però des de mitjan segle lligats als drets que mantenien segons els
XIV es deixà en una multa forta, que podia tractes de capitulació en el moment de la
ser substituïda per deu assots, bé que en di- conquesta cristiana. Així, doncs, els moros
verses ocasions es tornà a posar en vigor la de Crevillent enviaren un síndic als conse-
primera pena. llers de la ciutat de Barcelona per queixar-
No tenim notícies que al regne de Valèn- se d’aquest manament, que contravenia els
cia s’intentés imposar un signe distintiu als seus costums antics i que a més els discri-
moros, com s’intentà a Aragó i a Catalunya, minava i els tractava pitjor que els moros de
a partir de les Corts de Montsó de 1389: les localitats veïnes, que podien celebrar les
una cinta o bena groga de mig pam de llarg bodes de nit com sempre. Naturalment, el
per dos dits d’ampla, que havia de ser ver- síndic aprofità el viatge per presentar algu-
mella si el vestit era groc i que s’havia de nes altres queixes, però sembla que aquesta
portar al braç dret del vestit. És una mesura els havia ferit particularment. Sarraïns a taula,
que va tenir molt mala acollida i sembla que Altres precedents d’intervenció en l’or- retaule de Sant
no es complí. ganització d’aquestes festes eren de tipus Nicolau, Santa Clara i
Sant Antoni, mestres
fiscal. A Tortosa, en el segle XII, el rei de- de Castellitx, del
manava un impost sobre les bodes i més bisbe Galiana i de
El matrimoni. Les relacions concretament sobre l’actuació en aquestes Santa Margarida.
prohibides amb cristians o festes de joglars i cantores i, per tal de poder Segle XIV. MMca.
cristianes
Gressol, cànter,
morter i plat de
la tradició alfarera
mudèjar.
cobrar aquest impost, el batlle reial obliga- li havia estat ordenat que no la casés fins
va a comptar amb un joglar o cantora, tant que no es resolgués el procés amb el primer
si eren famílies riques com pobres i tant si marit; aquest darrer aconseguí la protecció
ho desitjaven com si no; l’obligació suscità del comte de Cocentaina i reclamà la seva
moltes protestes i finalment fou suprimida esposa. L’afer adquirí grans proporcions; es
bé que s’intentà posar-la novament en vigor reuní a València un gran consell de cadis i
en el segle XIV. alfaquís, gairebé tots els dels regne de Va-
A vegades, els pares abusaven del dret lència i fins i tot de Granada, amb un jurista
a disposar el matrimoni de les filles. Per que era l’advocat de la ciutat de Barcelona.
exemple, vers 1444, l’alfaquí d’Elx havia Aquest gran consell, després de debatre el
casat la seva filla Zoayra amb un moro de cas del doble matrimoni de Zoayra, deci-
d’Elx anomenat Muça Almuquetdem, que dí que era la muller del primer marit i que
aparentava ser ric i opulent. Més tard, l’al- era incorrecta la dissolució del matrimoni.
faquí descobrí que tenia molts deutes, es Disposaren que Zoayra sortís d’Elx i fos
considerà enganyat i, mitjançant el cadi, portada a Montfort, lloc neutral, on hauria
que era amic seu, féu anul·lar el matrimo- de romandre quaranta dies per comprovar
ni. L’exmarit fugí d’Elx i es refugià a Asp i si estava embarassada del segon marit i, si
poc després l’alfaquí casà la filla amb el cadi no ho estava, havia de ser lliurada al pri-
Axer Abenzacaria, malgrat que sembla que mer marit; com que efectivament ho estava,
La minoria islàmica a les comarques meridionals valencianes 77
no fou lliurada ni al primer ni al segon; fi- ons, Elvira abandonà els seus béns i fugí
nalment el comte de Cocentaina s’emportà amb les filles a Vera, en terres del regne de
Zoayra, el seu fillet i la seva mare a Nàpols, Granada, on abjurà de la religió cristiana i
on aquesta darrera i el fillet de Zoayra mo- es convertí a l’Islam. Ignorem si l’amant sar-
riren en un terratrèmol, l’any 1457, justa- raí la seguí.
ment quan l’alfaquí hi havia anat per tal de
recuperar la seva família.
Com veiem, els musulmans es casaven L’habitatge i la segregació
només amb musulmans. La por que les en la residència
creences dels cristians poguessin resultar
mistificades pel contacte amb gent d’altres Les cases dels moros, generalment agricul-
religions comportà la prohibició de tot tors i artesans, eren petites i fetes amb ma-
contacte sexual entre cristians i sarraïns. El terial senzill: paret de tàpia, reforçada a les
poder civil s’encarregà d’assegurar amb càs- cantonades amb fileres de pedres. La tàpia
tigs greus que les exigències de l’Església en era feta amb terra pastada i premsada, so-
aquesta matèria fossin respectades. Malgrat vint barrejada amb una mica de calç, que
la severitat del càstig, sempre hi havia qui el s’assecava a l’aire dins d’un motlle de fusta,
menystenia i seguia el camí marcat per les la tapiera. Han estat estudiades a partir de
seves passions o sentiments. les restes que van quedar després de l’expul-
La llei islàmica també castigava molt seve- sió dels moriscos, el 1609, en alguns llocs,
rament aquestes relacions. La dona adúltera com a Cocentaina, per exemple. En aquesta
era condemnada generalment a lapidació o a localitat se sap que, en el nucli urbà, te-
una pena d’assots molt alta. Però el rei, o en nien una altura de dues plantes sobre una
nom seu el batlle, tenia la facultat de poder parcel⋅la quadrada o trapezoïdal, de sis a
canviar aquestes penes per la d’esclavitud, si vuit metres per banda. S’ignora la distri-
l’acusada hi estava d’acord, que generalment bució interior que tenien, però se suposa
hi estava, ja que de l’esclavitud se’n podien que comptaven amb dues o tres habitacions
redimir. Al cristià culpable de relació amb i un petit corral. La coberta era de teula. Planta d’una casa
dona musulmana no li passava res. També han estat estudiades cases de mun- islàmica rural.
La relació sexual entre sarraí i cristiana tanya, especialment a la Vall de Gallinera, Alqueria de la
era castigada molt més severament; la soci- que tenien d’una a tres naus, disposades en Rambleta, Crevillent.
etat acceptava amb una gran comprensió la
relació d’un cristià amb una sarraïna, però
no pas a l’inrevés. Per al sarraí era la pena
de mort a la foguera. Així i tot alguns s’hi
arriscaven. Per a la cristiana, la llei indicava
la pena de mort, però calia que l’acusació
fos molt ben provada, cosa que era difícil.
No tenim notícies d’execucions de dones
cristianes per aquesta causa, mentre que sí
que n’hi ha de sarraïns.
Algun cas té l’aparença d’una veritable
història d’amor com la que fou protago-
nitzada per Elvira, vídua de Pere Vermell,
que residia a Catral, en el terme d’Oriola, a
començaments del segle XIV. Segons es di-
gué, tenia per amant un sarraí de Crevillent,
que era el pare de les dues filles d’Elvira,
Elisenda i Bonanada. Quan començà a es-
campar-se el rumor sobre aquestes relaci-
78 Maria Teresa Ferrer i Mallol
Els banys
L’alimentació
vien reservar aquestes fruites més aviat per Interior dels banys
El règim alimentari dels moros que vivien assecar-les i convertir-les en panses i figues àrabs del convent de
a les nostres terres era el mediterrani, basat seques, que proporcionaven un bon rendi- Santa Llúcia, Elx.
en el cereal, els llegums, les hortalisses i la ment econòmic.
fruita; com a aliments més consistents: la Pel que fa a la carn, menjaven general-
carn de moltó, els ous i algun pollastre per ment carn de moltó, els moros tenien inte-
a les festes i peix, de riu o de mar. rès a comprar-la a alguna taula de carnisse-
Sabem bé que conreaven cereals, blat, ria pròpia per tenir la seguretat de consumir
panís i l’alcandia o dacsa; aquests darrers carn morta segons els ritus islàmics. També
eren anomenats «blats menuts», es collien el rei o els diversos senyors tenien interès
una mica més tard que el blat, pel juliol o que hi haguessin carnisseries pròpies dels
l’agost, i feien farines de qualitat més baixa. moros perquè pagaven un impost per cada
L’alcandia o dacsa (la zahina o adaza caste- bèstia morta, mentre que si compraven a les
llana) es coneix ara com a sorgo i melca, és carnisseries cristianes aquests ingressos es
una gramínia que creix molt bé a les regions perdien.
àrides o semiàrides i actualment és a la base Les declaracions dels imputats i dels tes-
de l’alimentació de molts pobles d’Àsia i timonis en un procés per homicidi ens in-
d’Àfrica. Pel que fa al panís, és una gramí- formen d’un sopar concret d’una família de
nia que fou molt conreada a l’Edat Mitjana sarraïns de l’horta d’Alacant: fava fresa, és a
i que s’usà tant per a l’alimentació de les dir, faves pelades i esmicolades, cebes i pa.
persones com dels animals. La introducció Malgrat que la temporada de la fava és la
del blat de moro, després de la descoberta primavera, en menjaven tot l’any. Quan eren
d’Amèrica, la desplaçà i fins i tot en alguns seques les menjaven pelades i esmicolades, a
llocs del territori de parla catalana li prengué fi de fer-les més digeribles, bé que no sabem
el nom, per una certa similitud d’aspecte i com eren cuinades, si bullides, en forma de
de cicle de creixement. Amb algun d’aquests farinetes o guisades. La ceba, com a verdu-
cereals, o amb barreges, feien el pa. També ra, i el pa completaven l’àpat, pobre, però
conreaven sègol (centeno), ordi i civada nutritiu. Ignorem si la ceba fou consumida
Entre els llegums, les faves eren un dels com a amanida o formava part del guisat de
pilars de l’alimentació, tant tendres com as- les faves; no menjaren res més, ni carn, ni
secades i triturades; també trobem mencio- peix ni ous, però la mare de la família fregí
nats els alls, les cebes, el comí i la matafa- dos ous amb ceba (segurament doncs truita
luga. Per cuinar usaven l’oli d’oliva. Collien amb ceba) per a un altre fill que arribà tard i
també raïm i figues, però suposem que de- per a un altre moro que l’acompanyava.
80 Maria Teresa Ferrer i Mallol
per terra i per mar per bandolers i pirates, la pressió de forces diverses: d’una banda
feien que molts emprenguessin l’emigració l’Església, que exigia la segregació absoluta
clandestina. i que, a més, s’inquietava per les demostra-
Malgrat els avantatges que podia suposar cions externes de la religió islàmica i volia
viure en un país islàmic, molts no aconsegui- assegurar la primacia de la religió cristiana;
en aclimatar-se a una nova societat i tornaven d’una altra banda, la societat urbana cristia-
als llocs d’origen a terra cristiana: per això na, més radical i més intransigent encara que
havien de comptar amb una llicència especi- l’Església, que s’irritava per la proximitat de
al, sense la qual podien caure en l’esclavitud. les mesquites a les cases cristianes, pel so
L’interès a mantenir i augmentar la població dels anafils que cridaven a l’oració, pel so-
sarraïna assentada a terra cristiana va donar roll del treball dels moros en el silenci dels
lloc, fins i tot, a alguna operació de captació diumenges i dies festius cristians etc.; final-
d’immigrants a Granada i al nord d’Àfrica. ment, la noblesa pressionà perquè l’emigra-
En conjunt, les llibertats dels moros ció fos prohibida i la llibertat de canviar de
s’anaren limitant amb el pas del temps, sota lloc de residència també fos restringida.
‡
Viure en l’Edat Mitjana.
La família rural
f e r r a n g a rc i a - o l i v e r
degué obrar aconsellada per algú del seu en- a la riquesa: les més pobres solien esvair-se
torn més íntim, tal vegada per sa mare. amb més rapidesa i les traces que han dei-
Aquest incident, que d’una manera fugaç xat, quan n’han deixat, són espasmòdiques
i breu va ser anotat en les actes d’un Llibre del i desconcertants. Com que el llenguatge de
justícia de Cocentaina –el justícia és l’oficial l’interès mutu feia emmudir el de l’amor,
que presideix la cort local on es ventilen les una família era el resultat d’una transacció.
causes civils i criminals–, dóna ja, d’entrada, Després no es podia descartar que germi-
indicis de com era la família en els temps nara l’amor, però l’atzar no jugava precisa-
medievals: d’escassa estimació entre els seus ment amb benevolència. Quan se signava el
components. En el seu si els afectes se su- contracte nupcial, davant el notari, darrere
bordinen a aspectes més prosaics i al fred quedaven llargues i a voltes exasperants ne-
càlcul d’interès no sols dels contraients, la gociacions. No eren estranyes les mediaci-
veu dels quals és marginal, sinó de les dues ons d’amics i veïns, «corredors» i matrimo-
famílies a què pertanyen ambdós. I aquests niers, professionals en aquests menesters i
trets es repeteixen, amb matisos, no cal dir- que cobraven per la seua tasca delicada. De
ho, entre rics i pobres, camperols, nobles i vegades els tractes se saldaven amb fracassos
ciutadans, i també entre cristians, moros i –i amb rancúnies i potser bregues–, però a
jueus, mentre n’hi hagué, de jueus, cap a les nosaltres ens han arribat més que res els que
terres del sud valencià, abans dels pogroms van reeixir. La raó de tanta dilació i cautela
de 1391. no era altra que la de fixar l’import del dot
que havia de portar la jove. A mesura que
ascendim en l’escala social, les negociacions
Fer una família es compliquen. Resulta proverbial l’actitud
d’un tot Ausiàs Marc, reticent a casar-se
El sagrament Les famílies són com qualsevol organisme amb Isabel Martorell, mentre la família
de matrimoni
consagrava la família
viu. Naixen, es transformen i es reproduei- d’aquesta no donara seguretats sobre el dot
com una institució xen. Una selecció despietada les feia desapa- de 33.000 sous, cosa que finalment aconse-
fonamental de la rèixer més tard o d’hora, per bé que general- guí en assegurar-los sobre les alqueries del
societat. ment en relació inversament proporcional Ràfol, Cuta, Traella, Benibeder i el Rafalet
de Famut, totes en la vall de Xaló.
Reunit, doncs, el dot, el promès queda-
va obligat, pels Furs, a lliurar el «creix» o
donatio propter nuptias, una donació per raó
de les noces, estipulat en la meitat exacta
de l’aportació de la dona. En tots els ca-
sos, el dot era l’anticipació de l’herència:
quan, per aquest concepte, Alegreta rebé
de sa mare Guillelma 500 sous, a l’Alcoi de
1297, renuncià a l’instant a qualsevol dret
que poguera al·legar sobre els béns del seu
pare. Els progenitors del futur marit podi-
en afegir una sèrie de béns en funció de la
riquesa pròpia. El 1481, Guillem Sanç, un
llaurador de Cocentaina que havia progres-
sat espectacularment fins al punt de deixar
aquesta condició social subalterna, fou ca-
paç de donar béns al seu fill Joan per valor
de 25.000 sous –una fabulosa quantitat no-
més a l’abast de la cavalleria del país–, per
al seu casament amb Violant, filla d’Antoni
Viure en l’Edat Mitjana. La família rural 91
morir, estant, emperò, en mon bon e acos- casar. Curiosament, cap dels sis duia el nom
tumat seny e enteniment, e loqüela entegra dels progenitors.
e manifesta, de la qual cosa nostre senyor
Déu ne sia lloat e beneït, tement les penes
de infern e desitjant e ab gran goig esperant Inferns domèstics
pervenir als sants e benaventurats goigs de
paradís, precedent la misericòrdia infinida El matrimoni de Vidal Oltra i Joana de-
de nostre senyor Déu e mèrits gloriosos de gué funcionar ben travat. Ni l’un ni l’altre
la sua sagrada passió, confessants de cor e estiraren mai més el braç que la màniga, i
de boca los sants articles de la fe catòlica sols així pogueren reunir un capital enor-
e volent viure e morir en aquella», només, me per a una família de llauradors entorn
doncs, després d’exposar la seua fe, proce- o superior als 20.000 sous, només en do-
dia a confegir les seues últimes voluntats. nacions per a casar els fills. Entre els dos
El testament de Joana, confegit pel notari s’establiria una confiança mútua, tal vegada
Guillem Peris, és modèlic en l’àmbit de les una estimació sincera, cosa que explica la
viudes de famílies acomodades. Havia tin- voluntat expressada als marmessors de ro-
gut almenys sis fills, un nombre que només mandre junt amb el difunt espòs el dia de
podien permetre’s, en efecte, els rics. A cinc la sua mort: «que sia feita la sepultura del
d’ells, Joana i el seu difunt marit, ja els havi- meu cos e que aquell sia soterrat en lo ci-
en casat i tots ells havien rebut sumes consi- menteri o fossar de la dita vila e ecclèsia de
derables: Bartomeu més de 4.000 sous; Pere, Planes, en aquell túmol o fossa on jau lo cos
més de 3.000; Lluís, més de 3.000, Marga- del dit en Vidal Oltra, marit quondam meu».
rida i Violant els seus corresponents dots. ¿Fins a quin punt percebem el desig de re-
En conseqüència només rebrien legítimes unir-se una altra vegada en la mort, com a
de 3 a 5 sous, «com no sia ma intenció pus gest inequívoc dels afectes durant vida? Tots
donar a aquells del que en contemplació de els indicis semblen apuntar en la direcció
llur matrimoni han haüt». Tota la resta dels contrària. Dels quaranta-nou testaments il·
béns anirien a mans de Mateu, encara per licitans en què es fa menció a la sepultura,
només en dos casos el testador manifesta
aquest anhel. El cas d’Elx degué ser general
pertot arreu: Guillem Sanç i Violant, cam-
perols de Cocentaina, confegiren plegats el
testament davant el notari Guillem Peris,
però advertiren que «sia feta la sepultura de
nostres cossos e sien soterrats, ço és, jo, dit
en Guillem Sanç, al portal de les dones de la
església major de la dita vila, en aquella fos-
sa o ciminteri on jau mon pare e los meus,
e jo, dita na Violant, en lo fossar de la dita
ecclèsia, en aquella fossa o túmol on jau ma
mare e los meus».
La separació definitiva i per sempre més
moltes vegades no era sinó el corol·lari
d’una trajectòria matrimonial viscuda com
un malson. Si ens ateníem a les denúncies
presentades a les corts del justícia, arriba-
ríem a la conclusió que la família pagesa
naufragava en la violència del més fort con-
tra el més feble. Els febles eren, òbviament,
El càstig de la dona les dones i els fills. Però, les desavinences
Viure en l’Edat Mitjana. La família rural 99
l’adulteri soscavava famílies, sobretot quan en bragues, e la dita Catalina tota nua, ab un
el protagonitzava la dona. A fi de comptes, llençol en torn les anques».
qui més qui menys era conegut en la mesu- Els senyors d’alqueries i els consells lo-
ra que formava part d’una família, és a dir, cals hagueren de prendre mesures contra la
que havia acceptat les pautes acreditades de fornicació crapulosa. Estaven convençut que
la sociabilitat que consagraven un «ordre», les desgràcies contemporànies eren el càstig
una manera de ser i fer en la vida. Els que d’un Déu irritat. Davant la multiplicació
pul·lulaven als afores de la família no po- dels casos d’adulteri, i tement la persistència
dien sinó desvetlar sospites, perquè justa- d’una secada, el Consell d’Elx acordà el març
ment trencaven un dels pilars que sostenien de 1371, «que nenguna fembra que haja ma-
aquest ordre, que era el sexual. rit e faça adulteri en Elx o en son terme ab
Feia un any que Catalina havia abandonat alcun hom que haja muller, aquella passe la
el marit, Miquel Palasí, i havia fugit d’Alcoi vila assotant, sens tota mercè, e ell pac cent
darrere d’un macip de Caravaca. Segura- sous de sos béns». Vuit anys després, torna-
ment aquest la va deixar al cap de pocs me- va a fer-se ressò –i ara la por provenia de «les
sos, després d’haver incomplit les promeses pestilències– «que alcunes fembres fan adul-
amb què la va ensarronar. Per a Catalina ja teri ab hòmens casats et altres que són sens
era massa tard per a tornar a casa i s’amigà marit... e encara que clergues se jaguen ab
amb Eiximén Roís, on convisqué amb ell en fembres casades, e Bernat Maimó tinga una
un hostal de Callosa durant sis mesos. Te- fembra de Oriola casada per amiga». No
meràriament tornaren a la vila, a l’hostal de seria tampoc l’última vegada que una sessió
Bertolí Cardona, i tan bon punt la notícia del Consell s’acarara amb aquests desordres
arribà a oïda de Palasí, els denuncià al justí- alarmants. A Elx i arreu totes les mesures
cia, un 24 de juliol de 1330. El mateix dia entropessaven amb unes pràctiques ben ar-
els va empresonar i els va interrogar. Sense relades, impossibles d’eliminar de la nit al
cap rubor confessaren «aital crim e male- matí. Per a tallar el problema hauria calgut
fici». Demanats si volien afegir ni al·legar organitzar la família d’una altra manera.
res en defensa pròpia, respongueren que no, Això era impossible, perquè hauria significat
«ans volien estar a mercè de la cort e re- organitzar la societat distintament.
queriren sentència», com si tingueren pressa
per formalitzar d’una per totes la seua unió.
Pere Dolo, el justícia d’Alcoi, els condemnà Epíleg: una barcella de
Adulteri a córrer la vila assotats, Eiximén «tot nuu, forment i unes faldetes per
a Elionor
ses e dans a la casa sua»: els deutes, sens dos anys, li donarà a Elionor, «si viva serà,
dubte, l’aclaparaven. Imprevisiblement, una drap de color per a unes faldetes». I en ter-
incidència sobtada desestabilitzava la preca- cer lloc, Satorre renuncia als 130 sous que
rietat dels guanys d’aquesta llar de Gorga, resten als sogres per liquidar el dot de 390
agreujava encara més el que de per si ja era sous de la seua filla, però se’n queda els 260
una existència dura, oscil·lant i vulnerable. restants, sempre que el petit Lluís morira
Elionor degué encomanar-se als sants als abans d’atènyer la majoria d’edat i Elionor
quals tenia més devoció, segurament també morira també «sens haver disposts de llurs
a la Verge. Els resultats eren igualment dece- béns», l’eventualitat més probable si, com
bedors. Al cap de dos anys d’haver-se-li de- els seus pares havien reconegut «no sia per
clarat el mal, hi havia «perdut lo oir e quasi a cosa neguna». Sembla que la salut de Llu-
lo parlar», de manera que ja no estava «per ís també era fràgil i no li auguren una vida
a cosa neguna». La seua devia ser una ma- llarga i segura.
laltia degenerativa. La inversió més delicada Elionor: tan sols percebem els seus silen-
planificada per Satorre, el seu matrimoni, cis, aquesta hoste passatgera i desafortuna-
s’havia saldat amb un fracàs rotund. Tots els da que va de la casa paterna a la del marit
magres beneficis se’ls cruspia aquesta afec- i després de nou a la dels progenitors. Peó
ció estranya de la dona. Es convencé que el dues vegades d’una transacció: la pobresa,
millor per a ell i Elionor era tornar-la als certament, accentua els trets utilitaris del
pares. Però als pares calia persuadir-los amb matrimoni. Sens dubte hi hagué compassió
bones raons, és a dir, amb un bon arran- per la malalta. Però el marit es desentengué
jament econòmic, de la mateixa naturalesa de l’esposa. L’amor continuava sent una exò-
o semblant al que havien concertat quan tica figura literària. Així eren les famílies.
discutiren la suma del dot. Les primeres
converses no fructificaren. Fou necessari la
intervenció d’«algunes honrades persones a
benefici de concòrdia».
El 13 de setembre de 1480, els sogres,
Francesc Munyoç i Elionor, amb el mateix
nom que la filla, acudeixen a Gorga, on es
troba l’infatigable notari Guillem Peris.
Abans de pactar les condicions, aquests ad-
meten que «la sustància de dit en Çatorre
no sia per a sostenir a aquella –Elionor– ne
a ell sens treball e faena», i que s’avenen a fi
«que totalment lo dit Çatorre no·s destroís,
e la dita Elionor, muller de aquell, fos mils
e pus còmodament servida en casa dels dits
cònjuges». El pare i la mare accepten la filla,
i prometen que mentre visca «la tendran e
sostendran, alimentaran, calçaran e vesti-
ran e serviran». A canvi, Satorre, en primer
lloc, haurà d’ajudar en l’alimentació de la
seua esposa amb una barcella de forment
cada mes: –la ració exacta, ni més menys, Mistificació de
d’un adult–. En segon lloc, en el termini de l’amor
‡
Malos hombres, malos usos,
malas costumbres
r a fa e l n a r b o n a v i z c a í n o
D
ifícilmente podría conce- Valencia han insistido en la importancia
birse que las relaciones socio- cualitativa de aquel caudal humano y en las
lógicas de las villas meridio- pautas soberanistas que guiaron este flujo
nales del Reino de Valencia hacia el sur, a veces con las intermitencias
en la Edad Media presentaran unos rasgos espasmódicas de un torrente y, otras, con
específicos. Si el proceso de conquista y la regularidad de un apacible río, si bien su
de colonización de las tierras hasta enton- curso lograba conservarse intacto gracias a
ces islámicas fomentaron la ampliación de la constante guía que ejercieron un puñado
los confines geográficos de la Cristiandad de curas, de notarios y de guerreros, tras los
medieval en la Península Ibérica, el ininte- que venían otras gentes, que poblarían con
rrumpido fenómeno –no sin ciertos frenos mayor o peor fortuna las tierras que suce-
o retrocesos– supuso la incorporación de sivamente se iban arrebatando al Islam. En
ese espacio a los cánones culturales del Oc- consecuencia, ni las costumbres ni los usos
cidente medieval. La rotundidad del pro- de los recién llegados podrían desprenderse Tras la conquista
cristiana la llegada de
ceso arranca en la Corona de Aragón del de aquella pesada carga, a pesar de la pre- nuevos pobladores
siglo XII, primero con la ampliación de los sunta ligereza de su equipaje. Las peripecias fue precedida por
márgenes de los reinos originales, Cataluña de Guillem de Montblanc y las de aquéllos curas, notarios y
y Aragón y, después, con la construcción de que le rodearon hasta el final de su existencia guerreros.
nuevos espacios políticos, que con los reinos
de Mallorca y Valencia, ya en el siglo XIII,
consolidaron de forma cenital e irreversible
un fenómeno generalizable a toda Europa.
La civilización y los valores culturales
del Occidente medieval se extendieron de
forma lenta pero arrolladora sobre los es-
pacios consolidados por las victorias mili-
tares de los feudales. De modo que en la
Europa mediterránea, los reinos ibéricos
y las regiones más populosas terminaron
por conformar una cuenca demográfica
que desaguaba en aluvión hacia las tierras
meridionales, indefectiblemente hacia la
frontera del momento, que de manera im-
perecedera actuaba como acuciante desti-
no de esa vaguada tramontana. Los traba-
jos de Robert I. Burns sobre el Reino de
desprendiéndose gracias a la densificación así unos rasgos específicos, cada vez más di-
del tejido social. ferenciados de la retaguardia, capitalizando
En ningún caso las facetas que se pre- una inmigración asociada a los peligros de
sentan a modo de epígrafes a continuación la guerra, una perseverante amenaza que se
constituyeron secuencias cronológicas estan- prorrogó sin disolverse por completo hasta
cas sino más bien atemporales, endémicas e el siglo XV. Después, en 1304, la Sentencia
hipervinculadas, es decir, han sido concebi- Arbitral del Torrellas y el Acuerdo de Elche
das como perspectivas capaces de subrayar de 1305 reajustaron definitivamente los lí-
las especificidades regionales de una tierra mites del reino, trasladando a un nuevo con-
de frontera, cuyas poblaciones tuvieron una fín sur, desde la raya de Biar a la del Segura,
dedicación preferencial por las actividades la peligrosa e intermitente inseguridad. Los
agropecuarias, entre las que fue aflorando estragos de la Guerra de los dos Pedros a media-
la creciente complejidad del mundo urbano. dos del Trescientos o los vientos de guerra
Las localidades de finales del siglo XV no levantados por el Magnánimo para defen-
eran las del siglo XIII, y el camino recorrido der en Castilla la causa de sus hermanos, los
a lo largo de más de doscientos años puede infantes de Aragón, en la tercera década del
servirnos para aproximarnos al proceso de Cuatrocientos, causaron no pocas alarmas
cambio que experimentaron aquellas comu- para aprestarse al ataque o la defensa, según
nidades. Tras la guerra, los cultivos y la ur- el caso, manteniendo viva y constantemen-
banización, rastrearemos los conflictos, los te reactualizada la vieja llama del temor a
delitos, los castigos y los consensos. Tam- la belicosidad depredatoria de esas huestes.
bién los malos hombres y la mala vida. Además, las cabalgadas granadinas, opera-
ciones relámpago que en ocasiones podían
contar o no con el apoyo de galeras berbe-
Las gentes de la guerra riscas y la posible connivencia de los mudé-
jares locales, fueron una constante durante
La conquista o la rendición de las fortifica- toda la Edad Media, prorrogadas después
ciones al sur del río Júcar supuso la incor- con el angustioso temor hacia imprevisibles
poración al reino de un espacio que haría desembarcos norteafricanos.
las veces de nueva fontera, al menos entre De modo que fueron el avance militar
1245 y 1305, frente a Granada y frente a y la ocupación política, capitalizados por
Castilla. El mediodía valenciano adquiría el ejercicio de la soberanía real, los que
daban y obtenían préstamos, que aumenta- Reino de Valencia, del de Xixona enllà, de
ban sin pausa y sin tasa, sólo garantizados Alicante o de Orihuela, se integraban en
con los avales que proporcionaban los lotes las rutas del comercio regional. Esas naves
de inmuebles recibidos tras los repartos de fueron contratadas por la misma ciudad
la campaña inmediatamente anterior. Las de Valencia con el propósito de asegurar y
recompensas del rey permitían la supervi- proteger el tráfico de grano que convergía
vencia de los hombres de armas mientras es- hacia la capital y así garantizar su abasteci-
peraban un momento propicio y una nueva miento. Una salvaguarda necesaria que pre-
operación, dispuestos a abandonar cuanto tendía hacer valer la legislación foral y evi-
habían recibido para seguir el camino de la tar la exportación fraudulenta de cereales,
guerra. Si algunos de ellos se enraizaron en vía marítima, allende las fronteras del reino,
el solar donde fueron premiados, lo cierto sobre todo desde finales del siglo XIV. En
es que el grueso seguiría las rutas de la con- 1391, el infante Martín, duque de Mont-
quista. De este modo, una parte sustancial blanc, se vio obligado a enajenar parte de
de los patrimonios cedidos en los primeros su patrimonio para asegurar la financiación
repartimientos fueron desgranándose poco de la expedición a Sicilia que consolidara
a poco, parcela a parcela, y terminaron hi- en el trono insular a su hijo homónimo. De
potecados, vendidos, incautados y cedidos a este modo, las villas de Elx y Crevillent se
nuevos propietarios, los genuinos colonos. transformaron en baronía de la ciudad de
La liquidación de aquel caudal garantizaba Barcelona, proporcionando un suministro
la supervivencia ociosa de los hombres de de cereales suficiente a aquella metrópoli
armas y, además, los empujaba a abandonar como para considerarla una de sus posesio-
las localidades y marchar como vanguardia nes más preciadas, incluso cuando aquélla
de otras operaciones militares, nuevas pla- dejó de cobrar las antiguas rentas reales que
zas al sur o en las islas del Mediterráneo, amortizaban la inversión realizada con la
siempre enrolados en los nuevos proyectos compra. Si los marinos alicantinos, al ser- Imagen cotidiana
bélicos de la monarquía, como punta de vicio de la ciudad de Valencia, se dedicaron de la hostilidad
lanza de las conquistas. a interceptar el contrabando de grano pro- entre cristianos y
Esta vida turbulenta se prorrogó du- movido por los barceloneses que escapaba musulmanes.
rante la Baja Edad Media asociada a los
conflictos bélicos terrestres entre los reinos
peninsulares, pero cobró especial eferves-
cencia en el litoral, asociada a la pirate-
ría y al corso, que convirtieron las aguas
comprendidas entre Gibraltar, Alicante y
Orán, así como sus riberas inmediatas, en
un espacio de capturas marítimas o incluso
de desembarcos esporádicos en cualquiera
de sus orillas, tanto de berberiscos como
de cristianos, que con idéntico propósito
depredatorio conservaron casi intacta la
característica inseguridad de la región. Las
primeras décadas del siglo XV convirtieron
a Alicante en un puerto corsario de primer
orden, donde un grupo estable y profesio-
nalizado fletaba pequeñas embarcaciones
que partían en busca de presas entre los
enemigos del rey, capturando mercancías y
esclavos, que tras la pertinente declaración
–de buena guerra– del Baile General del
108 Rafael Narbona Vizcaíno
La dedicación
agrícola, junto a
la ganadera, fue la
principal actividad
económica de los
nuevos colonos.
impuesta por la fortuna entre los colonos. la cosecha fructífera, que en algunos casos
La menesterosidad nacida de la desgracia, necesitaba años de dedicación antes de pro-
una cultura del hambre en un mundo pau- ducir algún rendimiento, sobre todo en la
pérrimo e inseguro, formó parte del hori- viticultura y en todas las modalidades de ar-
zonte vital del grupo más humilde y desfa- boricultura. De todos modos, si nos atene-
vorecido en el proceso de radicación de los mos a los detallados estudios monográficos,
repobladores. La imposibilidad de vivir de parece demostrado que fueron las familias
lo propio sin recurrir al mercado, incluso más hacendadas las que más tempranamen-
en los períodos sin desgracias, llevaba a las te y mejor arraigaron con la instalación de
deudas no sólo por las carencias sino tam- la comunidad.
bién por la falta de liquidez monetaria en la En ese heterogéneo medio social, la con-
comunidad. El reconocimiento de las obli- flictividad se presentaba con unos rasgos
gaciones contraídas, los pagos en especie o cuanto menos carismáticos. La voracidad
el intercambio de productos valorados en del ganado proyectado sobre los cultivos,
idéntica cuantía, fueron habituales en las y en especial las destrozas causadas por el
relaciones económicas durante la primera bovino, dedicado al laboreo; la alteración
centuria de existencia de las comunidades de los turnos de riego, así como los perjui-
campesinas. cios ocasionados por los usuarios del agua
A menudo las En cualquier caso, las notables diferen- en campos, caminos o infraestructuras; la
condiciones cias patrimoniales en el seno de la comu- venta fraudulenta de ganado, que a la postre
climatológicas
dificultaban el
nidad no impidieron que la iglesia parro- no presentaba las condiciones convenidas
abastecimiento quial y el cementerio pronto ataran a los de salubridad, edad o estado; las desave-
alimentario de los colonos a su nuevo medio, tanto como la nencias con los aparceros; las apropiaciones
pobladores misma propiedad o como la esperanza en indebidas de frutos; las quejas derivadas del
incumplimiento de los pagos concertados;
los pleitos nacidos por la aplicación de de-
ducciones sobrecogedoras en la molienda;
las riñas de las comadres en el turno del
horno para cocer el pan; o las injurias pro-
feridas en la taberna o en la plaza pública;
cuando no disensiones originadas por me-
dianías entre propiedades; salida de aguas;
u otras fricciones convivenciales, constituye-
ron el grueso de los problemas en el seno
de aquellas hacendosas comunidades rura-
les. Las diligencias judiciales comprueban
que la misma cotidianeidad engendraba una
violencia tan espontánea como larvada en
rencores y odios, inevitables siempre en pe-
queños vecindarios.
El caso de Xixona nos permite com-
probar la perduración de las características
de aquella comunidad aldeana cuando no
se vio arrastrada por un arrollador creci-
miento urbano. A principios del siglo XV
la villa contaba con apenas cien fuegos, y
según la causística de las penas pecuniarias
impuestas por el Justicia, evidencia la feno-
menología de los pleitos característicos de
una pequeña comunidad de agricultores y
Malos hombres, malos usos, malas costumbres 111
La concesión de
cartas pueblas dio
un impulso a la
repoblación de las
tierras conquistadas
a los musulmanes
Malos hombres, malos usos, malas costumbres 113
que el tejido social de la población iría ad- número de fuegos; la creación de un burdel,
quiriendo consistencia gracias a la progresi- de un hospital o de una selectiva cofradía
va diversificación del trabajo. en la iglesia mayor, etc.; son indicios elo-
Así podemos comprobar cómo Con- cuentes que anunciaban el proceso de acen-
centaina, en una fecha tan temprana como tuación de algunos núcleos, ya destacados
1271, ya enviaba cuatro síndicos a la re- por los beneficios y exenciones fiscales de
unión del brazo real de las Cortes junto a la monarquía, así como por la concesión de
otras doce villas valencianas, entre las que privilegios para realizar de manera regular el
se contaban también Albaida y Ontinyent. mercado y la feria anual. Del mismo modo,
A las Cortes de 1281 fueron convocadas la frecuencia y la fluidez creciente de los
Ontinyent, Bocairent, Dénia, Alcoi y Con- movimientos comerciales, así como el de-
centaina, entre otras villas del reino de las sarrollo de un trabajo artesanal y especiali-
comarcas centrales y norteñas. Y del mismo zado en los sectores básicos (hierro, piedra,
modo, a todas ellas se les anunció la fallida madera, cuero y textil) apuntaban hacia un
reunión de 1286, pese a lo cual sus repre- estadio de desarrollo de la vida social y eco-
sentantes formaron parte del brazo real, nómica superior al de una villa rural, si bien
reunido a la sazón con el mismo monarca. sin desentenderse nunca de la principalidad
La señorialización de esas villas y su des- insoslayable del sector primario en la vida
aparición de las reuniones de Cortes en el económica.
Trescientos no supondría merma alguna de La intensidad del tráfico marítimo ad-
su adquirida centralidad. quirido por el puerto de Alicante durante
De hecho, el vanguardista régimen muni- el siglo XV, incorporado como escala en
cipal otorgado a Valencia en 1245, basado las operaciones y en las rutas del comer-
en la concesión de un elevado grado de au- cio internacional que unía al Mediterrá-
tonomía local mediante la creación de un neo occidental con el Atlántico y el Mar
gobierno renovable de prohombres en un del Norte, se sostenía por la concentración
organigrama colegial de magistraturas (Jus- regional de las exportaciones de fruta seca,
ticia, Jurados, Mostassaf, Consell y otros), vino, fibras vegetales y productos tintóreos.
fue trasladado ese mismo año a Dénia y El desarrollo de la industria textil lanera
Imagen de uno
pronto, en 1283, generalizado a todas las en el ámbito rural de la Vall d’Albaida, el de los juegos más
villas del reino con el fin de coordinar las Comtat y l’Alcoià, capitalizado en los prin- practicados durante
relaciones soberanas del poder real con las cipales núcleos de población, tuvo como estos siglos: los
comunidades vecinales. Sin embargo, ese protagonistas a un colectivo de artesanos dados.
programa institucional acotado entre 1245
y 1283 contó con un intermedio generali-
zado, sostenido en la dotación de escriba-
nías locales y en la creciente cohesión del
colectivo de prohombres bajo el ejercicio y
la renovación del justiciazgo local. Además,
la territorialización de los fueros de Valen-
cia al reino mediante la jurisdicción alfon-
sina permitió a todas las vecindades contar
con el mismo modelo de organización local,
en el realengo o en el señorío.
Otros rasgos de la embrionaria singu-
laridad urbana de las villas se detectan en
ciertos perfiles sociales. La existencia de
una morería para organizar la aljama mudé-
jar instalada en el suburbio; la presencia de
un grupo de familias hebreas residentes; el
114 Rafael Narbona Vizcaíno
Sarracenos. Retablo
de San Nicolás,
Santa Clara y San
Antonio, maestros
de Castellitx, del
obispo Galiana i de
Santa Margarita,
siglo XIV. MMca.
en los castigos corporales procurados a los hecho lo que se pretendía no era tanto im-
reos que, semidesnudos y montados sobre poner una norma moral como restringir su
mula, eran azotados y trasladados de una actividad a la tahurería, monopolio munici-
parte a otra de la villa para sufrir la infa- pal por ser fuente de ingresos arrendados,
mante vergüenza pública. que contribuía a los gastos de mantenimien-
El programa cívico de los consells encuen- to de la muralla. La regulación municipal de
tra en la regulación del juego y de la pros- la prostitución en un burdel, barrio o casa,
titución sus mejores expresiones. A media- constituye otra de las facetas indisociables a
dos del siglo XV en Elche y en Orihuela se la vida urbana. Su existencia en Elche, Ori-
autorizaba la práctica lúdica cuando remitía huela o Alcoy, exigía un libro de matrícula
a los bolos, el ajedrez, el truque, etc. Sin de fembres mundaries, un espacio acotado y vi-
embargo, el municipio preveía la entrega de gilado en la periferia, y unas normas de dife-
trofeos (una copa, un ánade, un carnero) y renciación social que indicasen con claridad
una estricta regulación de las modalidades la condición de la prostituta en ejercicio, a
de tiro a los vencedores en las competiciones quien se la identificaba por su vestuario e
de ballesta o de dardos, así como en las ca- incluso se la segregaba de la sociabilidad con
rreras de caballos, juegos que se celebraban las mujeres moralmente respetables.
en las principales fiestas del calendario –la Quizás el aspecto más llamativo que pre-
Virgen de septiembre en Alcoy o San Juan sentaron las tierras meridionales del Reino
en Elche– con el propósito de mantener de Valencia fue la coexistencia de las comu-
adiestrados y mejorar las aptitudes milita- nidades de musulmanes y cristianos. Si los
res de la población. Al mismo tiempo, los dictados de los frailes indujeron a las cor-
magistrados desautorizaban el juego de la poraciones municipales a prever la neta se-
pelota, horizonte común para las sociedades paración de las tres grandes confesiones re-
mediterráneas, por los problemas que cau- ligiosas, incluso topográficamente, lo cierto
saba, e incluso perseguían aquellos juegos es que los documentos judiciales, con sus
considerados perniciosos (los naipes o los quejas, denuncias, diligencias, testimonios,
dados) por las apuestas dinerarias que con- etc., ponen en evidencia una cotidiana convi-
llevaban, cuya práctica era considerada caldo vencia en el espacio fronterizo, tan vinculado
de cultivo de injurias y reyertas. Si el juego al mestizaje cultural como a la exclusión re-
con apuestas era especialmente perseguido ligiosa. Según la denuncia presentada ante el
si se practicaba en los espacios públicos, de Justicia de Valencia, Mahomet, hijo de Famet
Malos hombres, malos usos, malas costumbres 117
Chayuel, moro de Borja, en Aragón, se hacía necesidad. Una colaboración plena que no
llamar Garcia o Garciola en Alcoi, Biar y Xà- excluía tampoco el contraste y los conflictos,
tiva, pues parece que allí se hacía pasar por similares a los de los restantes conciudada-
cristiano hasta que fue prendido en Silla. nos. ¿Qué originó esa sustancial diferencia
Dos villas próximas, Alcoi y Concentai- en el tratamiento de la –finalmente– mino-
na, ponen de nuevo en evidencia dos formas ría islámica? ¿La exclusión y la convivencia
opuestas de interferencia entre mudéjares y estuvieron directamente relacionadas con
cristianos. Mientras que la primera conde- las condiciones de conquista y rendición?
nó con sus actuaciones a la emigración a los ¿Fue consecuencia de los intereses particu-
musulmanes, la segunda atesta una genuina lares de los recién llegados? ¿Podemos dife-
promiscuidad entre ambos: unos y otros renciar dos realidades distintas: el ámbito
comían, bebían y compartían conversación de acción de los poderes públicos y el de la
en las tabernas; los niños jugaban y crecían sensible cotidianeidad de las clases popula-
juntos; algunas labores artesanales impres- res? Todas estas preguntas, y otras, quedan
cindibles para la comunidad persistían en pendientes para conocer con mayor detalle
manos mudéjares; e incluso los cristianos a los malos hombres, los malos usos y las
resultaban fiadores de esos vecinos tan sin- malas costumbres de la sociedad medieval
gulares cuando se encontraban en estado de valenciana.
‡
La sexualidad en la sociedad
alicantina bajomedieval
f l o c e l s a b at é
E
l comportamiento sexual, también que todo lo creado por Dios debe
con sus prácticas y sus tabúes, de ser bueno y aceptable, siempre y cuando
sus reglamentaciones y sus se adecúe a la finalidad para la que ha sido
transgresiones, se erige en un creada, que en el caso de la sexualidad es
claro observatorio para poder escudriñar las la procreación. En este sentido, lo certifica
creencias, los temores y los condicionantes el más influyente de los teólogos del siglo
que marcaron la historia real, íntima y vital XIII, Tomás de Aquino: «al igual que el uso
de los hombres y mujeres que compartieron de los alimentos puede hacerse sin pecado
un tiempo y un espacio situado, precisa- si se realiza conforme al modo y orden de-
mente, en la base de nuestro presente. bido, porque se ordena a la conservación del
cuerpo, así también el uso del placer venéreo
puede darse sin pecado si se realiza confor-
La sexualidad aceptable, me a un modo y orden debidos, en cuanto
la desordenada y la
contranatura
que es conveniente para la conservación del teólogos, desde el siglo XII, vinculan a uno
género humano. de los siete pecados capitales, la lujuria, que
La sexualidad aceptable por tanto, es la precisamente se puede interpretar como un
que está abierta a la reproducción, es de- exceso del deseo sexual que lo desvía del
cir, la que garantiza el correcto recorrido equilibrio aristotélico.
del semen hasta el útero femenino. De otro
modo, se procedería contra la voluntad di-
vina. Por ello, a partir de ahora se agrava Salud, placer y amor
por su carácter contranatural la considera-
ción moral de la masturbación, el bestialis- Respetando su correcta orientación, se asu-
mo o la homosexualidad masculinas. Conse- me con gran naturalidad la práctica sexual,
cuentemente, los homosexuales masculinos en la que la mayoría de los varones ya se han
pasarán a ser penalizados con la pena de iniciado a los quince años de edad, según
muerte aplicada del modo más infamante, comenta Vicente Ferrer. La fisiología aris-
como es la hoguera. La gravedad inherente totélica y la difusión de la medicina árabe
a estas faltas no existe en otros usos inco- corroboran la relación entre sexualidad y
rrectos que respeten la finalidad que Dios salud. La relación sexual no sólo es acepta-
ha infundido al uso sexual, como son la for- ble sino que su abstinencia puede ser con-
nicación, el adulterio, el incesto, el estupro traproducente si comporta acumulación de
o el rapto, conjunto de desórdenes que los semen. Las poluciones nocturnas se alejan,
Los lujuriosos
encontrarán, tras la
muerte, su estancia
específica en el
infierno.
Fresco sobre el Juicio
final en la catedral de
Albi, 1477-1513.
La sexualidad en la sociedad alicantina bajomedieval 121
deshonor de nostre senyor Déu, car aquest combinando la autonomía papal, el peso
clarament ensenyen que ells no es tenen per episcopal, el desarrollo parroquial y la pro-
pagats de la forma natural que Ell los ha moción de un específico modelo de unión
dada, ans ells se’n fa altra que és mill a llur matrimonial, basado en la indisolubilidad, la
plaer». Coherentemente, el vizconde Ra- monogamia y la exogamia. Esta es definida
món de Perellós, al viajar al Purgatorio, se en 1215, por el IV concilio de Letrán, en
encuentra con su sobrina, conociendo que el cuarto grado de parentesco, dejando en
«la pena major que ma neboda havia era per manos de la Iglesia la penalización espiri-
les pinctures e emblanquiments que havia tual y las dispensas por incesto, a menudo
feits en sa cara quan vivia». concedidas tras la aportación de las debidas
En la mujer, en definitiva, no se puede ha- cantidades pecuniarias. En el mismo siglo
llar ninguna cualidad positiva: «Al món no és XIII, la simple consideración contractual
/ dona complida e proveïda / de saviea, vir- del matrimonio mantenida por espiritua-
tuts, bonea / o de seny clar. No.n cal cercar,/ listas como Pere Joan Olivi es elevada a un
car no n’hi ha». Se justifica de este modo la rango sacramental por escolásticos como
exclusión del género femenino de las organi- Tomás de Aquino. Éste también valora el
zaciones laborales, las representaciones mu- mutuo apoyo de los esposos como finalidad
nicipales o los estudios generales. Reducida secundaria del matrimonio, a continuación
a un ámbito doméstico, la mujer puede pare- de su función engendradora. La validez de la
cer, en algunos casos «cominal / tol·leradora, unión requiere el consentimiento de ambos
ordenadora / queucom curosa en abundosa contrayentes, como mantiene la doctrina
/ casa fornida», lo que en realidad, al decir cristiana y asumen los «Furs» valencianos.
del Jaume Roig, no refleja otra cosa que una Éstos exigen también, so pena de deshere-
mujer bien «regida per lo marit». damiento, que el asentimiento de la mujer
soltera vaya acompañado por el de su padre
o, si éste hubiera fallecido, el de la madre
Matrimonio y estrategias y dos parientes próximos por parte de pa-
familiares dre y madre. La exigencia se explica porque
el matrimonio enlaza, en todos los casos, a
Tras la reforma gregoriana del siglo XI la familias, convirtiéndose en instrumento de
Iglesia consigue una mayor incidencia social, relación y promoción social en el ámbito
El cuidado del
cuerpo persigue
alcanzar una belleza
sólo asequible a
quienes gozan de
tiempo y dinero para
seguir la moda.
New York, Pierpont
Morgan library, ms.
638 fol. 41v.
124 Flocel Sabaté
que se incluye «la muchacha forçada que En realidad, el rapto de doncellas com-
forçó Alfonso de Aranda». En realidad, porta diversas implicaciones, especialmente
los perseguidos por la justicia continúan al aceptarse que la deshonra de la afectada
buscando refugio en el cambio de juris- que ha perdido la virginidad puede ser repa-
dicción, a pesar de que el acuerdo entre rada con el matrimonio. Consecuentemen-
ambas poblaciones ya permitió en 1382 la te, el delito puede ser simulado por enamo-
extradición de un vecino de Orihuela que rados que, de este modo, pretenden forzar
pretendía refugiarse en Murcia tras haber la unión matrimonial, hasta el extremo que
efectuado «quebrantamiento de casos de en el siglo XIII Jaime I tendrá que legislar
fuerça e de corrompimiento e fuerça de contra los raptores y contra «las doncellas
una moça». Al complicarse con tensiones que se dejan raptar» («domicellas que se
de bandería puede incluso ignorarse, inten- rapti permitunt»). En la Cataluña del siglo
El matrimonio cionadamente, la justicia ordinaria, como XIV, una sexta parte de los raptos culminan
religioso comporta sucede en 1395, cuando Juan Fernández en boda entre el raptor y la raptada. Simu-
la bendición del se fuga de Murcia con una hija de Pedro laciones parecidas suceden con mujeres ca-
sacerdote, que de Villatorta, refugiándose en Guardamar, sadas, lo que a menudo se pretende arreglar
simbólicamente une por lo que éste, alegando tener que lim- con el acuerdo entre los dos hombres. En la
las manos de los
contrayentes.
piar el propio honor, le persigue con sus misma colisión de sentimientos, tanto Jai-
Troyes, Bibliothèque partidarios y acaba con la vida del fugado me I como Pedro el Ceremonioso y Juan I
Municipale, ms. 89, al margen de los requerimientos judiciales dictaminarán contra el matrimonio secreto
fol. 216r. ordinarios. –contraído sin la bendición eclesiástica–,
La sexualidad en la sociedad alicantina bajomedieval 127
aplicándole el desheredamiento, aún remar- recién nacido ha recibido el bautismo o si Los esposos se
cado con penas eclesiásticas de excomu- yace en tierra sagrada, es decir, que res- unen en la noche
nión. te «en loch que no puxa pendre mal». En de bodas y si Dios
quiere que esta
Ante embarazos no deseados, el aborto 1374 el infante Juan, como gobernador unión fructifique
se practica mediante preparados naturales, general, interviene en Alicante, al haber- inmediatamente
como los elaborados con ruda, ingeridos se producido una violación que conllevó envía el alma del
oral o vaginalmente, y también con presión un embarazo resuelto con infanticidio, ser acabado de
física sobre el vientre, ya sea golpeándolo o dejando el cuerpo sepultado en un lugar engendrar.
aplicándole agua muy caliente. Su práctica no sagrado: «quendam infantem eius vir- Valenciennes,
Bibliothèque
pone en peligro la vida de la madre y no ginitatem violando ab ipsa procreando et Municipale, ms.
permite distinguir el sexo del feto, extre- quod peius est, ipsum infantem tempore 240, fol. 18r.
mos que se evitan con el infanticidio. Éste eius nativitatis ne forum malitractatus de-
es selectivo: cinco de cada seis cadáveres veniret ad lucem interfecerunt et clandes-
de recién nacidos encontrados en la Cata- tine et in loco inhonesto sepelierunt aut
luña del siglo XIV son de sexo femenino. posuerunt». Una alternativa es el aban-
Si bien el control masculino de la medi- dono del recién nacido, como sucede ante
cina universitaria facilita intromisiones de incapacidad económica o en nacimientos
médicos, la práctica totalidad de abortos fuera del matrimonio o en religiosas. Se
y de infanticidios tienen lugar en un con- aprovecha el incremento de hospicios en
texto completamente femenino, donde los los centros urbanos, donde comparten
varones intervienen como familiares encu- una triste infancia, bajo un índice eleva-
bridores, como autoridades penalizadoras dísimo de mortalidad infantil y un escaso
o como eclesiásticos a menudo preocupa- porvenir, que en las niñas suele conducir
dos, desde el realismo teológico, por si el al servicio doméstico.
128 Flocel Sabaté
casades e Bernat Maymó tinga una fembra días «sien tenguts de anar al bordell e aquí
de Oriola, casada, per amiga; et per tals pe- star e gitar». Doce años después, en 1440,
cats a consentir venguen pestelènçies en la el consejo municipal adquiere un solar para
vila e nostre senyor Déu priva pluja e bon habilitarlo como burdel adecuado, que será
temps». Las actuaciones municipales y ju- debidamente arrendado: «fon asignat elet
diciales se ceban sobre la mujer, como se loch que fos fet hun bordell, lo qual bor-
constata en 1413 cuando, también en El- dell hi és stat fet per en Bernat Miralles,
che, «la Ceciliana ha fet e fa culpa de son ostaler». El arrendamiento de estos espa-
cors e haja parit una criatura la qual se diu cios aporta importantes beneficios al erario
ésser filla de Jacme Peres prevere, e sia cosa público. En Orihuela, el consejo municipal
de mal exemple sostindre en la dita vila tal alega una demanda superior a la capacidad
o semblant pecat entre les bones dones», del burdel para autorizar la actuación de
por lo que se advertirá a los oficiales or- prostitutas fuera del espacio propio, lo que
dinarios para proceder contra ella, sin que incrementa las ganancias municipales pero
la jurisdicción eclesiástica actúe contra el perjudica al arrendador del burdel, que en
clérigo con quien ha compartido el peca- 1451 eleva su queja ante el monarca. Éste se
do. Los oficiales regios proceden de forma pronuncia a su favor, impidiendo que «dic-
idéntica bajo el mismo temor de tolerar el tas feminas mundanas seu meretrices esse,
mal que enoja a Dios: en 1403 el lugar- stare, comedere, dormire, habitare atque
teniente del procurador general en Dénia vivere alibi que in dicto lupanari», y dispo-
recibe la orden de detener a la mujer que niendo que el justicia criminal actúe en este
mantiene relaciones con el vicario de la lo- sentido y no admita nuevas licencias muni-
calidad y de transmitir información sobre cipales, dando así lugar a un ordenamiento
la conducta del eclesiástico al obispo. que será recordado por los posteriores ti-
tulares del burdel, quienes previo el corres- Relación amorosa y
pondiente pago obtendrán la confirmación tierna entre Osías y
Prostitución regulada regia, como se efectúa en 1481. su esposa Gomer, que
había ejercido como
Las ordenanzas municipales penalizan prostituta.
Siendo la relación sexual un impulso nece- los proxenetas, si bien su expulsión a me- Bourges, Bibliothèque
sario para el cuerpo humano, la prostitu- nudo sólo significa su desplazamiento a po- Municipale, ms. 7, fol.
ción se erige como un mal necesario, como blaciones vecinas; limitan a los hostaleros, 147r.
indica Tomás de Aquino, para evitar males
mayores por parte de quienes, impulsados
por un deseo ardiente, impondrían actos
violentos sobre las mujeres. Es el silogis-
mo atribuido al pensamiento agustiniano:
la prostitución es a la sociedad lo que las
alcantarillas a los palacios. Por ello hay que
destinar un espacio concreto de la ciudad
al burdel. En 1371 el consejo municipal de
Elche razona que las prostitutas «no sia re-
honable que sien consentides llà on abiten
bones dones», y dispone que «no sien con-
sentides en la vila ni en los ravals, mes que.ls
sia asignat un carrer o loch apartat on estien
et abiten». Bajo una preocupación similar,
en 1428 dispone que ningún «ostaler ne
ostalera no gos tenir ne fer tenir fembra o
fembres bagasa o patanes notòries ni públi-
ques en son ostal», disponiendo que en seis
130 Flocel Sabaté
Sexualidad e identidad
étnico-cultural
Dos esposos.
Dijon, Bibliothèque
Municipale, ms. 3,
fol. 134v.
132 Flocel Sabaté
mezclada con otros alimentos. Algunos tex- disfunciones entre el modelo y la vivencia
tos son presentes en las diferentes culturas real. En este sentido, existe un claro legado
bajo las respectivas versiones, como el De del período que seguirá evolucionando en
coitu atribuido a Maimónides, o los diversos los siglos siguientes: la visión negativa de
tratados bajo la invocación de la supuesta la mujer la aboca a una diabolización que
Trótula, incluída una versión en catalán. con facilidad será asimilada a las prácticas
Las coincidencias denotan un claro trasvase de brujería; las pretendidas barreras entre
de conocimientos populares y, también, la colectivos etnicoreligiosos estallarán con
existencia del tronco común de la medicina la expulsión de aquellos inasimilables a un
árabe, en gran parte difundida desde Saler- modelo unívoco; la visión de una sexuali-
no en el siglo XII, a través de una diversidad dad teleológicamente orientada hacia la
de obras que abordan de modo distinto las reproducción alimentará seculares restric-
mismas problemáticas teóricas y prácticas. ciones morales; los papeles del hombre y
la mujer en la sociedad afianzarán una esta-
bilización avalada por el orden religioso y
Sexualidad y sociedad político y, en definitiva, el conjunto inserta
el ser humano en una relación social co-
Recorrer la sexualidad nos ha conducido herente con una cosmovisión de apariencia
a la esencia misma de la sociedad bajo- estable y segura hasta resquebrajarse siglos
medieval, percibiendo la proximidad y las después.
‡
Los juegos en la Baja Edad
Media
ángel luis molina molina
L
a psicología y la fisiología se suerte, para conocer el futuro. Los hombres
esfuerzan por observar, describir de la Edad Media y el Renacimiento tenían
y explicar el juego de los anima- una conciencia aguda del universalismo de
les, de los niños y de los adultos. las imágenes del juego, de su relación con
Tratan de determinar la naturaleza y la sig- el tiempo y el porvenir, el destino y el po-
nificación del juego para asignarle su lugar der estatal, y su valor como cosmovisión; y
en el plan de vida; para darle una función así, eran interpretadas las piezas del ajedrez,
biológica. Huizinga al afirmar que «el juego las figuras y los colores de los naipes y los
es más viejo que la cultura», definía la esen- dados. Las imágenes del juego eran consi-
cia y significación del juego, como un fenó- deradas como una fórmula concentrada y
meno cultural y social, en el que el hombre universalista de la vida y del proceso histó-
aparece definido como «homo ludens». El rico, felicidad-desgracia, ascenso-caída, ga-
juego hay que considerarlo como una es- nancia-pérdida, coronación-derrocamiento. Dos reyes juegan
un partida al
tructura social y como una forma de con- Una especie de vida en miniatura latía en juego llamado
vivencia, que permite al individuo escaparse los juegos de modo muy simple. Además, el «emperador».
de la vida cotidiana. El juego es movimien- juego permitía al hombre huir de los mol- Miniatura del Códice
to, es riesgo, es vida, es tensión y es orden, des convencionales, lo liberaba de las leyes Alfonsí, 1283.
ya que cada juego tiene sus propias reglas,
poseyendo dos cualidades nobles, como son
el ritmo y la armonía.
La vida medieval está impregnada de
juego. Unas veces es el juego popular desen
frenado, lleno de elementos paganos que
han perdido su significado sagrado y se han
transformado en pura broma; otras es el jue-
go de caballería pomposo y señorial, o es el
juego refinado de corte. Los juegos de todo
tipo, desde los de cartas a los deportivos,
las predicciones, adivinaciones y augurios
de toda clase, ocupaban un lugar preponde-
rante en la expresión popular y pública de la
fiesta. Pero, además, el juego está estrecha-
mente vinculado al tiempo y al futuro. No
es una casualidad que los instrumentos del
juego, es decir, las cartas, los dados, las ta-
bas, etc., se utilicen también para predecir la
preceptos legales vigentes en cada momen- En Elche están autorizados los de ballesta,
to. En lugar de estas distracciones nocivas, pelota, dardos, bolos, ajedrez, tarongeta, al-
los legisladores y moralistas aconsejaban fardó, truque y villa; también se mencionan
otras diversiones en las que se ejercitaba las carreras de caballos, naipes y dados. En
el músculo, como por ejemplo, arrojar bo- Orihuela se citan los juegos de la bufa, las
hordos o pequeñas lanzas a un tablero, o el treinta tablas, la bella (o villa), los dardos,
sesudo juego del ajedrez, juego de mesa de las cartas, las 30 cartas, la ballesta y las ca-
gran predicamento en la Edad Media, tan- rreras de caballos, también se mencionan
to entre moros como entre cristianos; juego los juegos de pelota, lanzamiento de dardos
tan noble que Alfonso X creyó oportuno y pesos, competiciones de palomas, perros
explicarlo en un libro donde mezcla la reali- y caballos.
dad de la vida con la ficción del deporte, o
de la estrategia militar.
El sentido utilitarista que caracteriza en Los juegos de caballeros
gran parte la cultura medieval determinó
que se fomentase la práctica del deporte y Los torneos, justas y otras actividades simi-
de los juegos de recreo como descanso de lares formaban parte de las fiestas cortesa-
los pesares y preocupaciones de la vida. Los nas, cívicas e incluso de muchas populares,
alicantinos, como el resto de los hispanos, tanto por su condición de magno espectá-
dedicaron parte de su tiempo de ocio a la culo como por ser motivo para ejercer la
práctica del juego, tanto en los espacios sociabilidad y mostrar las habilidades com-
públicos como en los privados, alcanzando bativas de los caballeros participantes, pues
una dimensión social extraordinaria, en la se consideraban como actividades propias
que están implicados todos los grupos so- de guerreros y como preparación para la
ciales y los individuos de cualquier índole o guerra. Los torneos fueron muy populares
condición –cristianos, moros y judíos–. y, en ellos, los caballeros ponían de mani-
Los documentos municipales citan di- fiesto los valores propios de su grupo so-
versos juegos –de algunos de ellos sólo cial, buscaban fama y gloria, ostentaban los
conocemos su nombre–, en ocasiones para rasgos de superioridad social y encontraban
prohibirlos, así ocurre en Agres cuando los una «válvula de escape para las tensiones
jurados en 1476 imponen una multa de 5 propias de una clase educada en las armas y
sueldos a los que jueguen «a joch ningú de para las armas; el juego se convierte en clave
daus, de naips ni altre de qualsevol mane- para desviar la dinámica en exceso agresiva
ra en la vila ni terme de aquella, exceptant de unos hombres que sólo tardíamente de-
chocs de marro, e tirar la senyal en ballesta». gustarían de los placeres de las artes».
El segundo tratado del Códice Alfonsí, está los dados pueden ser de «fuste o de piedra
dedicado al juego de los dados y abarca los o de hueso o de todo metal», dándole pre-
folios 65 al 71. Los dados posiblemente sea ferencia al hueso. Entre los diferentes juegos
el juego de azar más antiguo de la historia. contenidos en el texto, figuran: «El juego de
En el Rigveda se habla de ellos y se traza, mayores e de tanto en uno como en dos»;
también, una descripción del jugador y de las tres modalidades del «juego de triga»;
los funestos efectos de la pasión por el jue- «el juego que llama de azar»; el juego de
go. Los griegos tenían por inventor de los marlota»; «el juego de la rifa»; «el juego
dados al mítico Palamedes durante el sitio que llaman par con as»; «el panquist»; «el
de Troya, y en la Odisea se narra cómo se juego que llaman medio azar»; «el juego
jugaba a los dados en la puerta del palacio que llaman azar pujado»; y «este juego que
de Ulises en Ítaca. Durante la Alta Edad llaman guirguiesca», explicando cómo se
Media fue un vicio extendido por toda Eu- juega a cada uno de ellos.
ropa, y hasta la aparición del juego de nai- La actitud de la sociedad ante el juego y
pes, el juego de los dados fue el primero de los jugadores de dados, como puede apre-
los de azar, y de tal manera creció la pasión ciarse en las mismas miniaturas del códice,
por ellos que Luis IX de Francia y Alfonso es muy distinta a la que se observa para el
X de Castilla llegaron a prohibirlos en sus juego y jugadores de ajedrez; impresión que
reinos. se confirma en otros textos; por ejemplo, en
Alfonso X en su manuscrito describe Las Partidas, se prohibe a los prelados tomar
minuciosamente cómo han de hacerse los parte en aquellos juegos que «los sacassen
dados para que caigan «tan bien duna parte de sossegamiento» bajo pena de «ser ve-
como dotra», pues lo contrario, resultaría dados de su oficio, por tres años», entre
«enganno mas que ventura, siendo esta una esos juegos se incluyen los dados (Part. I,
de las maneras…con que fazen los dados tit. V; ley LVII); mientras que el ajedrez es
engañosos aquellos que quieren engannar tan noble que lo pueden jugar reyes, damas,
con ellos». Los puntos, 21 en cada dado, nobles, villanos, moros, judíos y hasta ecle-
deberán ponerse de la siguiente forma: «so siásticos y monjas.
la faz del seys, el as; e so el cinco, el dos; e El Libro de las Tablas está contenido en-
so el quatro, el tria». Respecto al material, tre los folios 72 y 80 del códice. En estos
juegos interviene tanto el «seso» como la
«uentura». Se inicia con la explicación de
cómo ha de ser el tablero «en que se han
de jugar» y de las tablas y sus colores, y
también de los dados, imprescindibles en
los juegos de tablas, porque «assi como el
cuerpo no se podrie mouer sin los pies, asi
ellas non se mouerien sin ellos», pues según
sus puntos han de jugar. A continuación,
siguiendo el mismo plan de los otros trata-
dos, se describen una serie de juegos, entre
otros se citan: el de las «quinze tablas»; el
de los «doze canes o doze hermanos»; el
que llaman «dobet»; el de «seys, dos e as»;
el denominado «emperador»; el «medio
emperador»; la «bufa cortesa»; la «bufa de
Tablero para jugar a
baldrac», etc. Los últimos folios de la obra
los dados. los dedica Alfonso X a describir el «gran
Miniatura del Códice ajedrez» y otras variedades del juego de
Alfonsí, 1283. ajedrez –el ajedrez de Tamorlán, el ajedrez
Los juegos en la Baja Edad Media 145
Una animada y
simbólica partida
de naipes en la que
participan el Papa, el
Emperador y varios
reyes y magnates.
Miniatura del
s. XVI.
Una partida de
dados que acaba,
como es frecuente
en los juegos de
apuestas, en pelea,
como se observa en
los dos personajes de
la derecha.
Miniatura del Códice
Alfonsí, 1283.
producido por algún predicador carismáti- de Orihuela de 1416, sólo permitían po-
co, por ejemplo, así ocurrió en numerosas ner en juego 3 dineros de envite, y en juego
poblaciones donde impartió Fray Vicente de la «bufa» cada jugador no podía poner
Ferrer sus sermones. Como la blasfemia era más de un dinero; sin embargo, los jurados
uno de los frecuentes pecados cometidos de Elche en ese mismo año, autorizaron los
durante la práctica del juego de apuesta, juegos de mesa pero sólo a un dinero el jue-
se estableció en Valencia la separación de go y otro de envite. En la vecina ciudad de
tahurerías para cristianos, musulmanes y Murcia se permitía jugar a cartas y tablas
judíos, pero lo más común era que com- «fruta, vino o dinero para comer o cenar
partieran local y juego. Las prohibiciones luego», es decir, lo que hoy sería una ronda,
se extendían, además de los naipes y da- en la que el perdedor corría con el coste de
dos, a otros juegos de azar: gresca, al calabroc, la consumición, siempre que se jugase «por
el tindaurell, la turumbella y el joc de la taronge pasatiempo».
–son algunos de los citados en Cataluña y
Mallorca–, o las rifas no autorizadas, toda-
vía incipientes a finales del siglo XV.
La transgresión de las normas muni-
cipales sobre el juego llevaba aparejada la
sanción pecuniaria, que en Elche y Orihuela
solía ser de 10, 20 o 60 sueldos para los
naipes y los dados. Tal sanción se distribuía
en tres partes, destinadas al acusador, al jus-
ticia de la villa y a la reparación de los mu-
ros. En caso de que el jugador no quisiese
pagar la multa estaría 30 días en la cadena.
Los jóvenes en edades comprendidas entre
los 12 y los 20 años pagarían 60 sueldos, y
si no pudieran o quisieran pagar la multa,
sus padres, según disposición del consell
ilicitano de 1421, permanecerían 10 días Hombres jugando a
en la cárcel. Las disposiciones del consell los dados
148 Ángel Luis Molina Molina
A las barajas preparadas se las llamaba de los peligros que el juego representaba, que
«naipes hechos». el Arcipreste de Hita lo condena y avisa de
Como hemos visto, el juego presenta dos sus graves consecuencias en los siguientes
vertientes muy distintas. Por una parte, el versos:
juego como entretenimiento, solaz, desa-
rrollo de la inteligencia, etc. Por otra, los Desde que están los hombres en juegos encendidos,
juegos de apuestas, que pueden llevar al vi- Se desnudan por dados; los dineros perdidos;
cio, a la pasión desenfrenada, la blasfemia, Se quedan para el coime dineros y vestidos,
las peleas, incluso, la muerte. Eran tantos Pues aun incluso éstos les son luego exigidos.
‡
La religiosidad popular:
la actitud de los alicantinos
ante la muerte en los siglos
bajomedievales
miguel-ángel gonzález hernández
L
a religión y la religiosidad es cantinas que han conservado parte de su
algo innato en el ser humano. For- documentación medieval, como los archi-
ma parte de su pensamiento, de su vos de Alcoy, Alicante, Biar, Cocentaina,
existencia y tiene sus manifestacio- Dénia, Elche, Orihuela, Villena y Xixona.
nes internas (privadas) y externas (públicas Especialmente las citas hacen referencia
y colectivas). Todas y cada una de esas ma- a una parte de sus protocolos notariales
nifestaciones requieren de un conjunto de donde se reflejan los miedos de la sociedad Muerte en el campo
rituales, de un modo concreto de expresar y medieval. de batalla
comportarse en esas situaciones. Es, en defi-
nitiva, algo no sólo personal sino colectivo,
por cuanto que las calles son el teatro escé-
nico de muchos de estos actos. Una de las
esencias principales de la religiosidad popular
está en la educación, en la enseñanza recibi-
da, ya que esas manifestaciones son recono-
cidas por el conjunto de la comunidad como
parte de su identidad como pueblo (lo que
les identifica y lo que les une y cohesiona).
En el período histórico comprendido en
la Edad Media los dos poderes medievales
fundamentales, Iglesia y Monarquía, utili-
zaban, en función de sus intereses y coyun-
turas, estas manifestaciones para conducir
o adoctrinar al pueblo. Cada momento
histórico tendrá un auge o decadencia de
cualquiera de estas manifestaciones. Por
ejemplo: la guerra de Granada (año 1492)
dio lugar a la extensión del simulacro de la
recreación festiva y religiosa de esa guerra
entre musulmanes y cristianos.
tot poderós... la senyal de la creu... temerosa de les pe- misas de aniversario de su muerte y los be-
nes infernals anar a la santa gloria de paradis a la neficios eclesiásticos para el mantenimiento
qual lo meu senyor jehu xrist a port la mia anima). de una devoción, de una capilla o instaura-
Na Barcelona firmó el texto en octubre de ción de una fiesta anual.
1445 ante el notario Apariçi Gonçalvez, de Entrando en el conjunto de los bienes
Orihuela (e yo Apariçi Gonçalvez notari receptor). materiales (fahen inventari capbreu... de totos los
Estos testamentos se hacían varias veces a lo bens), sólo como resumen se pueden citar:
largo de la vida ya que la supuesta grave en- - bienes rústicos: cinch taulles de terra poch mes
fermedad padecida no era sinónimo de que o menys situades en lo camí de guardamar sots rechs
se estuviera ante la muerte. del braçal que preu laygua de la cequia de Almoradí,
El documento sigue el patrón clásico de un tros de vinya tres taullas i mitjá situt prop lo camí
estos textos al dividirse en dos partes: las de Oriola sots rech de la cequia de la parada, entre
cláusulas piadosas con la cesión voluntaria otras parcelas más. Esta tierra era labrada
de una parte de los bienes en misas, aniver- por los cinch bous de laurada –bueyes–. En el
sarios y donaciones a la Iglesia pretendien- conjunto de enseres agrícolas se relacionan
do la salvación del alma; y la parte dedicada capazos de esparto para el almacenamien-
a la división de los bienes terrenales a los to de trigo (tres cafíz y mig de forment), tinajas
herederos (als hereus). Estos testamentos no para el vino (hun quarter pera vi) y útiles de
sólo se hacían por las enfermedades sino madera (banqueta de fust).
por los posibles peligros de invasiones de - bienes domésticos: juegos de cama, cor-
enemigos (guerras, cautiverios, etc.). Estos tinas, ropa de lino, de lana y una ballesta.
documentos sólo los realizaban las clases Estos enseres eran descritos como huna caxa
dominantes como el clero y la nobleza así blancha usada pera tenit pa, hun cofre quasi nou dins
como algunos grupos económicos como los lo qual foren atrobat les bens, huna cota de drap negre
maestros artesanos y los que ejercían algu- al cors forrat destopa pera dona quasi nova, altres
na profesión. El conjunto mayoritario de la tovalles destopa usades, dos çençerros de poch valor,
población, el campesinado, eran denomina- entre otros más.
dos como miserables persones y, al no disponer Lo que verdaderamente interesa, espe-
de bienes, no testaban. Lo que es indudable cialmente, desde el punto de vista práctico
es que mostraban la tristeza de la vida y la era el monopolio ejercido por la Iglesia –se-
alegría de afrontar la muerte –mentalidad cular y órdenes religiosas– frente a la muer- Enfermo esperando
medieval–. En esa mentalidad bajomedieval te. La asistencia al moribundo así como el la muerte
la muerte era una prolongación de la vida
en otro lugar (paradis), por ello era habitual
la presencia de personas ante el notario para
redactar las últimas voluntades terrenales
(darrera voluntat). Estas voluntades incluían
cláusulas que eran complejas por la diversi-
dad de temas tratados, por ello se han cla-
sificado de la siguiente manera para facilitar
su comprensión:
a) Cláusulas para la vida: la elección del
tipo de sepultura (primerament elig la sepultura);
el lugar de enterramiento (enterrament del meu
cos en lo cementeri de senyor sent salvador de la dita
ciutat de Oriola) y el reparto de bienes (partiçió
dels bens... joan e miquel martí fills meus... e la meua
filla).
b) Cláusulas para la muerte: las exequias
(per mi anima... en la novena... i cap de lany); las
158 Miguel-Ángel González Hernández
E
n el momento en que las gentes y paisajes. Era el reflejo de una so-
tierras alicantinas se incorpo- ciedad dinámica, de frontera en buena me-
raron a las Coronas de Aragón dida, que destacaba por el dinamismo de
y de Castilla, a mediados del los hombres y la fluidez de los contactos.
siglo XIII, la Cristiandad Occidental esta- Gentes y viajeros que dinamizaron la vida y
ba en plena expansión, quedando muy le- los horizontes mentales de nuestros antepa-
jos aquellos tiempos alto-medievales en los sados. Veamos en primer lugar los caminos
que viajar era toda una aventura, cuando a por los que circulaban estos viajeros.
los mercaderes se les conocía como «pies
polvorientos». Ahora, entre los siglos XIII
y XVI una buena parte de la población se DEL CAMÍ REAL A LA SENDA
desplazaba de un lado para otro, desde re- VECINAL
yes y mercaderes a clérigos y estudiantes,
sin que faltaran los extranjeros, que comen- Es evidente que los caminos de los siglos
zaron a dejarnos descripciones de nuestras bajo-medievales, a partir de la reconquista
Los mercaderes
tuvieron una
presencia constante
por todos los
caminos alicantinos
durante los siglos
medievales. En la
imagen, pintura con
el transporte de
grano a lomos de
animales.
simple cortijo con una torre que protegía colocara una cruz de piedra (peyró), símbolo
a pescadores, barcas y mercancías. Por este de la fe cristiana y límite de los términos
camino circulaba el pescado desembarcado municipales, como la que las autoridades
para abastecer la villa y otras localidades ilicitanas hicieron en 1400 y 1401 en los
próximas, además del trigo, la sosa, etc. des- caminos de Alicante y de Orihuela (1401),
tinadas a la exportación. como un manifiesto de piedra para remarcar
El dinamismo económico que se vivía en un paisaje cultural cristiano entre una abun-
las comarcas meridionales del reino en las dante población mudéjar.
primeras décadas del siglo XV fomentó la
construcción de nuevos caminos, pudiendo
ser los promotores los particulares. Es el Los puentes
caso de la petición hecha el 21 de marzo
de 1429 al Consell de Elche por mosén Exi- Un elemento fundamental en el camino
mén Roiç de Corella, conde de Cocentaina eran los puentes, la principal obra pública
y señor de Aspe, quien proponía construir de la época, de la que apenas nos han que-
un «carril» desde su tierra hasta el puerto dado restos, ya que por lo general eran de
del Cap de l’Aljup, para llevar y traer con madera o de tierra y losas, materiales frági-
carros mercancías desde su tierra al mar y les que se perdían a menudo con las aveni-
viceversa, con beneficio para ambas partes. das fluviales.
Recordemos que los Corella eran grandes Lo costoso de la empresa hacía que hu-
señores del Vinalopó, junto con los Maça biera pocos puentes de piedra. En Orihue-
de Liçana, y la vid y el cereal les propor- la, durante la mayor parte de estos siglos
cionaban saneados ingresos. La propuesta medievales, el puente que cruzaba el Segura
fue bien aceptada y las obras se llevaron a era de madera, lo que obligaba a frecuentes
cabo tras solucionar problemas de límites reparaciones, cada diez o doce años, ade-
de términos entre Aspe y Elche. más de cuando se veía dañado por las casi
Era habitual, como todavía puede con- anuales riadas. Aguas abajo de la villa se
templarse en algunos casos que, junto a los construyeron en el último tercio del siglo
caminos y a la salida de nuestros pueblos, se XIV otros puentes provisionales de barca y
Puente medieval
en el camino de
Alicante (Xàtiva).
Viajes y viajeros en el Alicante medieval 165
tablones, que fueron reparados por el mu- hasta 1448. Otras veces la iniciativa de es-
nicipio en 1415 y habilitados para la circu- tos puentes corría a cargo de los particula-
lación de carros. res, como el canónigo oriolano Enric Arbo-
El puente viejo de madera fue demolido reces, caballero, que dio en 1438 al Consell
y en su lugar se construyó otro de piedra, a un solar al lado de una almazara suya para
cargo del presupuesto municipal. Fue una hacer un puente.
obra lenta y costosa, que absorbió más de
la mitad de las inversiones del Consell en
obras públicas durante la primera mitad del EL VARIOPINTO ESPECTRO DE
siglo XV. Las obras se iniciaron en 1416 y LOS VIAJEROS
su construcción no fue fácil, pues los de-
rrumbes menudeaban a causa de las riadas y El hombre medieval era un homo viator, que
dificultades técnicas, con los consiguientes viajaba, que se desplazaba de un lado a otro,
muertos, ahogados y retraso de las obras. Al a veces eran viajeros sólo de ida, como los
fin, en 1445 la obra había finalizado, per- repobladores que venían a estas tierras tras
mitiendo una mayor fluidez y comodidad la conquista de Jaime I o Alfonso el Sabio,
en los viajes. miles de personas de ambos sexos que desde
El continuo tránsito de bestias y, so- las lejanas tierras de Cataluña, de Aragón y
bre todo, las carretas producían un fuerte Navarra, desde Castilla, buscaban mejorar
desgaste en las losas de los puentes en los sus condiciones de vida asentándose en las
caminos, o bien su estrechez impedía la cir- tierras de Valencia y Murcia. Una historia
culación, por lo que con frecuencia las au- de viajeros sin retorno.
toridades debían proceder a su reparación, Siglos después, entre los que utilizaban
como hicieron las de Orihuela en 1415 con los caminos alicantinos de la época hay que
todos los puentes entre esta villa y su aldea citar a aquéllos que lo hacían en función de
de Guardamar, con el fin de que pudieran los movimientos migratorios entre localida-
pasar los carros. En 1433 los jurados orio- des o países diferentes. La falta de fuentes
lanos acordaron hacer el puente de Almo- demográficas impide conocer estos flujos
radí, aunque no se puso en funcionamiento de viajeros con detalle, pero a través de los
166 José Hinojosa Montalvo
en los tempos de San Salvador, Santa Justa, cribe la comarca de Villena y del valle del
y los conventos de San Agustín y la Merced. Vinalopó como un auténtico paraíso cine-
Permaneció en la entonces villa algo más de gético, y pocos parajes había en la Penín-
un mes, hasta el 29 de enero de 1411. sula que lo igualaran en caza, desde garzas
Además de los agricultores que iban al y ánades a flamencos, avifauna que pobla-
trabajo a sus campos, todos los días se lan- ba la laguna allí existente y toda la marjal
zaban al camino los pastores seguidos por que bordeaba el cauce del río. También el
sus rebaños, unas veces en un viaje de cor- monarca aragonés Pedro IV nos cuenta en
to radio, de ida y vuelta en el mismo día, su Crònica la gran cantidad de caza menor
camino del bovalar, la dehesa boyal, o los que se encontró mientras viajaba por estas
pastos del término. Con todo, los que da- comarcas, cazando más de diez mil pares
ban tono a los caminos eran los ganaderos/ de perdices y quinientas cargas de conejos
pastores trashumantes que, procedentes de y liebres. El sueño imposible de cualquier
La Mancha, Aragón e incluso del norte del cazador actual.
reino de Valencia, bajaban a invernar a las Los viajes no eran cómodos ni fáciles,
tierras más cálidas de la gobernación orio- incluso entre localidades próximas, y así ve-
lana, acompañados de sus pastores y raba- mos el 25 de septiembre de 1401 el Consell
danes, con sus pertrechos a lomos de mula. ilicitano disponer que, dado que Pau Iba-
Si su presencia promovía una cierta circu- ñes, notario, tenía que ir al valle de Elda y Las comarcas
alicantinas fueron
lación monetaria, no es menos cierto que a Alicante a resolver asuntos de la villa, que durante la Edad
tales viajeros eran vistos con mucho recelo se le alquilara un hombre hasta el Portixol o Media el paraíso
por los lugareños, ya que eran una amena- hasta pasada la pedra scrita, dada la peligro- de los cazadores,
za para los sembrados de los agricultores o sidad de los caminos, acompañándole has- sobre todo para los
los bovalares locales, reservados a los veci- ta que el mensajero encontrara compañía. nobles, como don
nos. La documentación de Alicante, Elche Eran años de gran inquietud por esta zona Juan Manuel. El
jabalí era una de las
y Orihuela está plagada de estos choques despoblada, de frecuentes capturas de gen- piezas preferidas,
con los ganaderos forasteros, en particular tes que iban solas, lo que movió a la crea- como se aprecia en
los de la ciudad de Valencia, que alegaban ción de una hermandad cristiano-mudéjar esta escena de acoso
libertad de pastos en todo el reino, según para resolver el tema del bandolerismo. y persecución.
privilegio de Jaime I.
En determinadas fechas del año muchas
gentes se desplazaban por los caminos lleva-
dos por motivos piadosos, como era acudir
en romería a determinados santuarios, que
eran focos de religiosidad popular, como
sucedía con el de Nuestra Señora de las
Virtudes, de Villena, adonde acudían valen-
cianos de Caudete y quizá de Biar; o San
Ginés de la Jara, en el término de Orihuela;
por no hablar de la Santa Faz en Alican-
te, cuyo precedente está en la ermita de los
Ángeles en la segunda mitad del siglo XV
y que, desde comienzos del siglo XVI, se
convirtió en el eje en torno al cual pivotará
la religiosidad de los alicantinos.
También los caminos alicantinos fueron
hollados a menudo por los cazadores, en-
tre los que no faltaban personajes de alta
alcurnia como el famoso noble don Juan
Manuel, que en su Libro de la caza nos des-
170 José Hinojosa Montalvo
Elche y el río
Vinalopó, con
unos viajeros, en un
grabado del siglo
XIX.
Archivo Fotográfico
de la Diputación de
Alicante.
Viajes y viajeros en el Alicante medieval 171
si se supieran los peligros de cautiverio y para no pagarlo, por lo que el monarca dis-
muerte que acechaban al caminante en esta puso que los que hicieran esto fueran san-
zona, sería más provechoso que los tran- cionados con cinco sueldos.
seúntes pagaran un peaje entre 2 y 4 dineros
y fueran protegidos, que gastarse el dinero
en redimirse del cautiverio. Los peligros del camino: lobos, bandidos,
En algún caso eran los propios guar- almogávares, peajes, etc.
das los que violentaban a los caminantes,
como sucedió en 1419, en que Bertomeu Viajar en la Edad Media no era fácil ni có-
Bernabé y el síndico de Xixona se queja- modo, ya que a los gastos e incomodidades
ron al rey porque los guardas que había en propias del momento, sobre todo, para el
el término de Xixona-Alicante le quitaron viajero común, se añadían una serie de ries-
injustamente cierto trigo que transportaba, gos, que iban desde las fieras a los bandole-
cometiendo otros muchos abusos similares, ros, sin olvidar los posibles abusos de peaje-
por lo que el 19 de septiembre Alfonso V ros o señores por donde atravesaba la ruta.
ordenaba a las autoridades de Alicante que Los montes alicantinos estaban plagados de
le devolvieran dicho grano. animales salvajes, siendo el lobo el más peli-
El camino era también el lugar escogido groso, lo que explica las recompensas de las
para establecer las aduanas, donde viajeros autoridades locales a quienes presentaran
y mercaderes abonaban sus peajes, estando, estos animales muertos.
por lo general, en las fronteras del reino: Mayor era el riesgo de un asalto en el ca-
Biar, Orihuela, Jijona, etc. y en ocasiones mino por individuos o grupos marginales.
estos peajes se destinaban a mantener un El bandolerismo fue un fenómeno endémi-
servicio de vigilancia, como el creado por co en estos siglos medievales en todas las
orden de Juan I el 15 de diciembre de 1386 comarcas alicantinas, pero fue en la gober-
en el camino de Elda, entre esta localidad y nación de Orihuela, al sur de Jijona, donde
Sax (Castilla). Sin embargo, muchos se des- se dejó sentir con mayor intensidad, dada
viaban del camino y pasaban ocultamente la situación fronteriza del territorio, con
174 José Hinojosa Montalvo
Murcia, Granada y el mar. Esta violencia en a veces ni siquiera la autoridad era garantía
los caminos no distinguía de religiones y lo para el viajero atacado.
mismo eran cristianos que musulmanes sus Dada la proximidad de la frontera era
protagonistas. bastante común que estos bandoleros, cas-
Veamos un ejemplo muy ilustrativo de tellanos o valencianos, se refugiaran en terri-
lo que decimos. En septiembre de 1392 torio contrario, adonde llevaban sus presas.
Abdallá Manona, moro de Elda, regre- Así, vemos como el 25 de agosto de 1428
saba desde Alcoy a su lugar de residencia Alfonso V recordaba al gobernador y au-
por el camino de Ibi, en compañía de un toridades locales de Orihuela la orden que
cristiano logat e pagat per anar pus segur. Pero había dado de capturar a Alfonso de Baena
cuando llegaron a Ibi el cristiano, que en –nótese el apellido castellano–, acusado de
realidad era un almogávar de Orihuela, ata- diversos crímenes (ladrón, bandolero, cua-
có al musulmán y lo hirió de cuatro gol- trero) en los caminos del término oriolano,
pes, si bien éste pudo escapar, aunque tuvo pasando luego a Castilla el producto de sus
que dejar la mula, sus pertenencias y ropas fechorías. Y a la inversa, lo que robaba en
que llevaba, pudiendo llegar a Ibi, donde Castilla luego lo introducía en Valencia.
el baile de Planes, Guillem Ciurana, en lu- Los bandoleros musulmanes eran los
gar de apiadarse de él le robó 52 sueldos más peligrosos para los viandantes cristia-
que pudo salvar del ataque del almogávar nos, pues si se conseguía salvar la vida, lo
y le obligó a depositar grandes fianzas para habitual era terminar cautivo en el reino na-
poder marcharse. El 30 de septiembre los zarí de Granada. Los protagonistas podían
jurados de Valencia, a quienes pidió ayu- ser almogávares granadinos o bien mudéja-
da el mudéjar, le pedían al baile de Planes res del propio reino de Valencia. Las fuentes
–que dependía de Valencia– que, dado que de la época conocen a estos delincuentes de
era vasallo de la reina, le devolviera lo que caminos con el nombre de collerats. El collerat
le había tomado ilegalmente. Como se ve, era el individuo que formaba parte de una
banda o sociedad para llevar a cabo saltea-
mientos y cautivar gente libre. Desde me-
diados del siglo XIV era usada en el sentido
de malhechor o salteador. Los almogávares
valencianos, murcianos o granadinos se
dedicaban a menudo a esta actividad, con
lo que almogávar pasó a ser sinónimo de
collerat. El 1400, por ejemplo, se especifica:
almogàvers, vulgarment dits acollerats, y en la paz
de Granada de 1405 se añade: si durante la
dita paz algunos almogávares o collorados de la sen-
yoría de vos, dito rey de Granada... Los cristianos
sospechaban, y con razón, de la connivencia
de los moros valencianos con los almogáva-
res granadinos, y ello engendraba un recelo
y odio, visible en el Regiment de la cosa pública
de Francesc Eiximenis, quien exige que los
cullerats hi sien perseguits fins a la mort e aquells que
els favoregen axí mateix en la terra.
La justicia fue siempre particularmente
dura con este delito, a causa del clima de in-
Bandoleros seguridad social y de desorden que provoca-
condenados a morir ba. Se castigaba con la pena de muerte y los
ahorcados acusados no podían redimirla por ninguna
Viajes y viajeros en el Alicante medieval 175
N
ada gratuito hay en el títu- lidad confirma que lo hacían también según
lo escogido, correspondiente a sus intereses políticos particulares, ya desde
una carta de Pedro I de Castilla la época de D. Juan Manuel, y tremenda-
a diversos concejos alicantinos mente acusado el fenómeno con la Casa de
en 1364; guarda todos los objetivos del pre- Fajardo.
sente estudio. Por una parte, expone la rea- La plenitud de un reino de Murcia que
lidad de una gran región compartimentada englobara aquellas tierras definidas por la
tras unos sucesos políticos de hondo calado delimitación del obispado de Cartagena en
y cuyos resultados llegan hasta hoy y, por 1250 va a ser un mito al que se aspira por
otra, alude a la existencia de dos ámbitos ge- ambas coronas a lo largo de la Baja Edad
nerados a raíz de aquellos acontecimientos Media. Este hecho es clave, ya que expli-
y que vivieron en permanente observación ca la existencia de ese anhelo político. Se
el uno del otro. En este caso, me limitaré a desea completar lo que falta; para Castilla
la perspectiva del lado castellano, el defini- se trataba de recuperar lo perdido en 1304,
do por el territorio del reino de Murcia que
permaneció bajo control del rey de Castilla
tras los acuerdos de 1304-05.
Seguiré un guión cronológico, siempre
con el sustrato de la existencia de dos pla-
nos: el cotidiano entre los individuos, que
cruzaban el umbral fronterizo, iban y ve-
nían, pero con la presencia del otro perma-
nente (que no es el moro, aunque según qué Siendo infante, el
zona se prefiere a uno u otro, musulmán o futuro Rey Sabio
cristiano e incluso musulmán u oriolano), dirigió las campañas
y por otro lado, el oficial regional, donde que incorporaron el
la presencia de la institución del Adelan- amplio protectorado
tamiento Mayor del Reino de Murcia te- del Sureste peninsular
para Castilla después
nía mucho que decir, ya que se trataba de de lo pactado en
la referencia a la que se aludía e intervenía Alcaraz (1243).
en nombre de la Corona castellana, como Min. Las Cantigas.
debía de ser según su origen, aunque la rea- Cód. El Escorial.
y para el rey aragonés de reconstruir los 1304, y cuya solución, instada por la alta
límites naturales de su fragmentado reino; política, terminó generando dos entidades
no olvidemos que Pedro IV de Aragón te- que solo se miraban de cara en el plano de
nía muy claro que él se convertía en rey de las relaciones humanas (trasiego de personas
Murcia, constituido éste en una identidad –cristianos, judíos y mudéjares–, enlaces fa-
particular en el seno de su confederación de miliares, intereses económicos particulares,
coronas. Se prolongaban las diferencias con etc.). En ningún momento se aspiró inter-
la perspectiva de gobernar y aplicar políti- namente a la reunificación, ya que pertene-
ca (y la propia percepción que los súbditos cían a ámbitos políticos superiores distintos
y vasallos tenían de ese concepto) desde el y no hay que considerar la posibilidad de
momento de los repartos de mediados del entender un reino independiente al margen de
XIII, con la conocida aplicación de los mo- los poderes castellano y catalano-aragonés,
delos de El Sabio y de El Conquistador. pero de forma inevitable tienta a nuestros
En este sentido, el desasosiego de la Vega ojos la comparación más que matizada con
Baja, teniendo conocimiento de pertenecer la coyuntura alemana en la segunda mitad
a un ente distinto al reino de Valencia en del XX.
donde se encaja con la fórmula de la Procu-
ración General –Gobernación con posterio-
ridad–, tiene su correspondiente en el resto La génesis de la situación
del territorio valenciano, que contempló a
esta demarcación como un añadido. Y de- La firma de Almizra imprimió para las dos
jando de lado esta cuestión, centro mi obje- Coronas un sentido concreto de compren-
tivo sobre la óptica que tenían de esa tierra sión del territorio, más allá de los límites gu-
los naturales del reino de Murcia castellano, bernamentales acordados. La delimitación
identificados con su Corona y observando de un espacio político determinado, el del
con recelo al vecino a la par que asumido reino de Murcia cristiano, generó el concepto
El reino murciano de
como algo propio; ese comportamiento territorial de las tierras comprendidas en el
Alfonso X ciertamente esquizofrénico tiene mucho Sureste Peninsular como una demarcación
(Elab. J. F. Jiménez que ver con el carácter de guerra civil que identificada y definida por unos umbrales, y
Alcázar). encarnaron los acontecimientos de 1296- qué duda cabe, con la ayuda colateral de la
delineación del obispado de Cartagena.
Ese reino de Murcia alfonsí, en franca ho-
nestidad llamémosle así a pesar de que el
esfuerzo de la década de 1240 correspon-
dió a las políticas expansivas de Fernando
III, terminaba de incorporarse a la Corona
castellana tras la revuelta de 1266. Y esa es
la perspectiva adquirida en las tierras del
reino a partir de entonces: un único espacio
señorial donde el señor natural era el rey
de Castilla. Para incidir en lo dicho, baste
mencionar la hermandad firmada por diver-
sos concejos murcianos en 1295, donde se
aludía a la defensa del patrimonio real como
algo común y de interés compartido.
Es la idea de «unidad» que se fragua en
esos momentos pero que, inmediatamente,
los hechos van a conseguir que se fracture.
La propia irrupción de Jaime II se produjo
en el sector costero meridional del reino,
El regno de Murçia que yo gané del rey de Aragon. Las tierras oriolanas bajomedievales desde el otero murciano 179
La irrupción de
Jaime II de Aragón
en tierras murcianas
inició una guerra
abierta entre los dos
reinos cristianos
hasta el Tratado de
Torrellas de 1304.
Min. Las Cantigas.
Cód. Florencia.
delimitado por una línea imaginaria que y malas de las dos grandes células políticas
seguía en paralelo a la línea mediterránea peninsulares en la Baja Edad Media.
a la altura del Valle de Ricote y de Carava- Al margen de lo que pudo suponer el in-
ca-Cehegín. Porque no lo olvidemos nunca: trincado papel de la Orden santiaguista en
las ciudades y villas al norte de ese umbral el reino (incluido el asunto del comendador
también eran reino de Murcia y pertenecían Fernán Pérez, de Cieza), el tremendo y cos-
a ese reino de Murcia alfonsí al que hemos toso asedio a Lorca, el más corto a Alha-
aludido. ¿Era más reino murciano Alicante ma y la rebelión de Mula (y su permanente
que Chinchilla, Hellín, o Lorca? ¿Menos? cerco posterior hasta las mismas fechas de
Reflexión por lo pronto, pero que particu- Torrellas), la sensación de unicidad política
larmente contesto que es obvio que era el se vislumbra en la Corona aragonesa con la
mismo territorio en la concepción original génesis de una Procuración General especí-
de 1240-1250. fica para el reino, con la figura omnipresente
La llegada de grupos procedentes de las de Bernat de Sarriá en los primeros años
tierras del rey aragonés en los momentos de de la intervención. Los límites occidentales
la presencia de Jaime I y de su hijo, el infante estaban ciertamente difusos, con una línea
D. Pedro, introdujo un elemento novedoso indefinida con Granada, donde Tirieza o
en el proceso repoblador murciano. Murcia Nogalte suponen complejos núcleos de
fue y será a partir de entonces mezcla, po- adscripción a partir de 1300, y que llegará
siblemente la síntesis de las esencias buenas a su cénit con el asiento de los intereses de
180 Juan Francisco Jiménez Alcázar
La fortaleza de
Monteagudo fue
la referencia visual
oriolana de las
tierras murcianas a
partir de 1304
(Foto J. F. Jiménez
Alcázar).
El regno de Murçia que yo gané del rey de Aragon. Las tierras oriolanas bajomedievales desde el otero murciano 181
El brutal cerco de
Orihuela fue uno
de los episodios
más conocidos de la
Guerra de los dos Pedros.
Min. Las Cantigas.
Cód. El Escorial.
rona esperaba otro tipo de comportamiento fragmentada por un acuerdo final tras un
y rectitud, o lo que es lo mismo, esperaba enfrentamiento armado. En el caso de las
que no hubiera ningún tipo de colaboración hostilidades abiertas durante la Guerra de los
política posible con el otro lado. Una de dos Pedros encuentra aquí la explicación más
las respuestas más claras fue la reordenación plausible a la dureza y brutalidad con la que
demográfica por parte de los principales li- se desarrollaron, aflorando rencores arras-
najes, que marcharon a tierras valencianas trados (no los de 1304, sino los fraguados a
o castellanas al finalizar el enfrentamiento lo largo de años de vecindad forzada duran-
armado para ponerse bajo la protección de te las décadas siguientes a Torrellas).
quien consideraban su rey natural. Y aquí En el sentimiento de exclusión al otro,
está la primera gran cuestión: las tierras del los habitantes del reino de Murcia caste-
antiguo reino de Murcia conservadas por llano comenzaron a personalizar compor-
Aragón ya no eran reino de Murcia, ¿o sí? Era tamientos estereotipados con respecto a
obvio que no políticamente, tanto en cuanto los habitantes de Orihuela y Vega Baja. No
el único intitulado como tal seguía siendo el en vano, se había generado una frontera
monarca castellano. Pero en el sentimiento real en el mismísimo corazón de las tierras
de todo individuo ese reino de Murcia alfonsí conquistadas por Alfonso X en el Sureste.
seguía existiendo, pero compartimentado Y del otro lado, eran tierras ganadas a la
por la realidad de la política. No se trataba Cristiandad por el buen hacer del Conquis-
de un territorio compacto que había sido tador, buscado como el punto que concedía
desgranado por causas de política patrimo- legitimidad a la intervención, incluso más
nial real, sino que esa tierra única había sido que el pacto alegado por Jaime II y el de La
182 Juan Francisco Jiménez Alcázar
hoy podríamos hacer acerca de los ámbitos una diferencia marcada por la sencilla razón
de lengua identificados con las posiciones geográfica: la vanguardia frente a las posi-
políticas ya que no se sostendría, habida ciones avanzadas granadinas la sufrirán las
cuenta que las cartas de Gómez Manrique plazas castellanas de Lorca-Caravaca-Mo-
al consell oriolano están todas en castellano; ratalla, estas dos últimas pertenecientes a la
no se trataba pues de enfrentamiento polí- Orden santiaguista. Pero fue Lorca la que
tico donde la frontera sencillamente era una asumió su papel de llave del reino murciano
salvaguarda para determinada opción. Esa y, por defecto, de todo el territorio definido
situación anárquica se prolongará hasta la por la cuenca del Segura. Y así lo va a refle-
caída de Alonso el Bravo, cuando la facción jar la nutrida correspondencia cruzada entre
victoriosa de D. Pedro Fajardo y Quesada las dos cabezas de frontera: Orihuela pedirá
imponga una firme respuesta territorial a avisos a las autoridades murcianas (bien di-
los antiguos apoyos enemigos. La intro- rectamente a la por entonces villa del Gua-
misión granadina en los asuntos del reino dalentín, bien a la capital del reino o bien
había «decorado» todo el conflicto civil y al adelantado correspondiente), y de forma
esa realidad se hizo tangible en el saqueo a inversa, las advertencias hacia retaguardia
Cieza en 1448. La respuesta a esos aconte- llegaban sin problemas hasta la capital de la
cimientos la realizó el nieto del personaje Gobernación. No era extraño que el adelan-
vencedor, homónimo, cuando intervenga tado mayor del reino de Murcia propusie-
directamente en los asuntos propios de ra sistemas de defensa que cubrieran todos
Orihuela, su territorio y sus aspiraciones los intereses, de ahí que Bellot aluda a la
obispales. petición de Alonso Yáñez Fajardo II al con-
sell oriolano de contribución para sostener
la red de escuchas a lo largo de la frontera
La frontera con Granada terrestre con Granada e incluso para inter-
narse en las ta’as orientales nazaríes.
Esa presencia del granadino en comarcas En este sentido, Orihuela (insisto, como
cercanas va a representar el ambiente general núcleo de referencia territorial) se va a ofre-
que englobase todo el Sureste durante los si- cer a las autoridades militares murcianas
glos XIV y XV. Unirá ambos territorios la como fuente de recursos militares, siempre
sensación del peligro permanente, del páni- bajo el sufragio del coste pertinente. Po-
co a la algara y a la desagradable sorpresa del demos pensar que, en definitiva, se trataba
cautiverio y del robo fronterizo. Pero existió del infiel enemigo común, pero esto no era así
La fortaleza de
Lorca simbolizó
el poder militar
castellano frente a
Granada, asumiendo
en muchas
ocasiones papeles de
intermediación entre
nazaríes y oriolanos
(Plumilla de E. Abad
Merino).
188 Juan Francisco Jiménez Alcázar
Iglesia de Santiago,
en Orihuela
(Acuarela de E.
Abad Merino).
Orihuela se convertía
en la principal
plaza de referencia
aragonesa en su
sector meridional.
Será la capital de
la demarcación
(Acuarela de E.
Abad Merino).
El regno de Murçia que yo gané del rey de Aragon. Las tierras oriolanas bajomedievales desde el otero murciano 191
A
os estudios sobre las tierras frecuencia sus fábricas a causa del empleo
alicantinas en época medieval habitual de materiales como tierra o madera
nos describen un panorama procedentes del medio circundante y que,
muy similar al actual, típico del aunque económicos, resultaban poco resis-
sureste de la Península Ibérica y en el que un tentes ante los envites de las mismas aguas
clima subdesértico con escasas precipitacio- que dichas estructuras conducían, derivaban
nes y un alto grado de sequedad constituye o almacenaban.
la característica que define sin paliativos el La durabilidad de los espacios de regadío
entorno del que vamos a hablar. Si además se debía principalmente a la complejidad
lo que se pretende es abordar el tema del de trasladar sus trazados iniciales y al fre-
regadío en esta región, fijamos un reto in- no impuesto a su ampliación por el caudal
cuestionable al tener que conciliar la refe- inicial disponible, capaz de regar un terre-
rida aridez con el aprovechamiento de un no limitado y a la frecuente inexistencia de
recurso tan limitado, cuya escasez ha su- nuevas captaciones en la zona que pudiesen
puesto una de las motivaciones básicas a la enriquecer el sistema original, provocaba
hora de adoptar soluciones que aliviasen en que el crecimiento de la huerta se limitara
parte esa carencia que, en definitiva, van a simplemente a «yuxtaposiciones de espa-
formar parte de esa interferencia recíproca cios irrigados, generalmente dependientes
y constante que vincula al hombre con el de manantiales diferentes».
medio y dentro de la cual «el regadío de- A pesar de las dificultades, el objetivo
sarrolla unos paisajes propios, que en mu- último de los esfuerzos destinados a las
chos casos han llegado sin cambios sustan- áreas irrigadas siempre fue la mejora de las
ciales desde la Edad Media hasta nuestros condiciones existentes para conseguir unos
días». El conjunto de infraestructuras de beneficios cada vez mayores que justifica-
riego necesarias para poner en marcha un ran el tiempo, la energía y el dinero inver-
espacio agrícola de esta índole implicó un tidos. Pero en la actualidad la situación ha
impacto definitivo en el paisaje, pasando a cambiado mucho, habiéndose desplazado
convertirse en elementos inseparables del los focos de interés económico a otras ac-
perfil de aquellos lugares donde quedaron tividades en detrimento de la explotación
instaladas y dejando a su paso secuelas im- agraria. Por este motivo, ha sido en décadas
borrables a pesar del tiempo. Esta estabi- recientes cuando un arrollador (y, a veces,
lidad de sus diseños constituye una de las mal entendido) progreso ha empujado a la
características de los sistemas hidráulicos, mayoría de estos parajes hacia su progresiva
El río Segura a su
paso por Orihuela
(Foto C. Sanz).
Tras las huellas medievales del agua en tierras alicantinas 197
La acequia Mayor de
Elche a su paso por
el Parque Municipal.
Esta imagen de
canalización excavada
en la tierra era la más
habitual, exigiendo
por sus características
un mantenimiento
exhaustivo
(Foto C. Sanz).
el paso de más o menos agua. De los dos El análisis de la huerta primigenia here-
partidores fijos, Albinella servía para deri- dada tras la conquista en Alicante nos brin-
var el agua destinada al «consumo urbano da el azud antiguo o de Muchamiel como la
de la ciudad, y es por ello que se encuentra primera estructura a la que debemos hacer
situado en primer lugar. El segundo es el referencia. Se encuentra esta presa situada
que separa los dos fils de agua que corres- en el cauce del río Montnegre y las refe-
ponden a la acequia de Marchena y que rencias a su existencia se remontan por lo
sirven para regar el margen derecho del río menos a documentación del siglo XIV.
Vinalopó, correspondiente a la zona de Desde este azud partía la red de riego ali-
huerta que les fue asignada a los mudéjares cantina, en la que el papel de eje vertebra-
de Elx [...] a raíz de la conquista cristia- dor era ejercido por la acequia denominada
na del siglo XIII» Una vez rebasadas estas Mayor. En cuanto al resto de brazales de
dos tomas, la acequia Mayor continuaría origen islámico parece que pudieran serlo
su recorrido por las tierras de los cristia- Alfaz, Albercoquer, Torre o Carnicería, Ca-
nos, situadas en la orilla izquierda y con nelles o Lloixa y Racó en la margen derecha
un área cultivada de gran extensión, distri- de la acequia principal y Aljucer o Benitía
buyendo el riego por medio de 22 partido- en el lado izquierdo, teniendo este último
res móviles que daban inicio a otros tantos además la función de aliviadero en caso de
brazales: Carrell, Asuell, Anoi, Candalix, crecida. Ésta sería, a grandes trazos, la des-
Horts, Real, Vila, Alingasa o Nijasa, Ab- cripción del sistema islámico que «ocupaba
det o Abet (último de los situados al norte una superficie comprendida entre el azud de
de la ciudad), Matrof, Alcanà, Nafís, Atu- Mutxamel, en la parte alta, y el área de Sant
fà o Tufà, Cunyera, Saoní, Alàdia, Franc, Joan, abarcando, quizá, el territorio regado
Alausa, Alborrocat, Anacla, Palombar y por los seis brazales más altos de los nueve
Sinoga o Avall. que funcionaban aún en el siglo XVI».
200 Cristina Sanz Gándara
ÚLTIMAS REFLEXIONES
Paisaje natural
rico en vegetación.
Detalle de la Cantiga
CXLV.
L
os estudios de las relaciones co- cumentales que utilicemos, obtendremos
Dos imágenes de
merciales en la Baja Edad Media resultados diferentes pero en cualquier caso naves anclando en
en la península Ibérica han cono- complementables. Por un lado, atendiendo un puerto entre el
cido desde hace una década un al armazón institucional que los poderes ajetreo de marineros
auge importante. A las obras tradicionales y políticos establecen, adquirimos una visión y comerciantes
síntesis de referencia común se han sumado
numerosos trabajos de investigación. Ello
ha posibilitado un conocimiento mayor de
la realidad comercial de los diversos espa-
cios políticos peninsulares. Las estructuras
de mercado, la regulación fiscal por parte de
las jurisdicciones oportunas de la activida-
des comerciales, las relaciones entre lugares,
sobre todo en el espacio euromediterráneo,
las redes de producción, distribución y re-
distribución de productos, esto es, las rutas
comerciales, los mercaderes, su actividad y
cultura, auténticos protagonistas de estas
rutas, son aspectos que han sido recien-
temente analizados por la historiografía
actual.
Otros, como el aparato jurisdiccional
que los propios poderes políticos configu-
ran para regular y controlar las actividades
económicas, en concreto las comerciales,
también han sido actualmente destacados.
Si bien las rutas comerciales internacionales
y el papel de, fundamentalmente, las compa-
ñías italianas y los grandes mercaderes han
sido y siguen siendo objeto de investigación,
los aspectos institucionales cobran otra vez
importancia en el estudio de la economía
medieval. En el fondo, lo que se percibe es
el viejo debate Economía vs. Política; según
el prisma que tomemos y las fuentes do-
coyuntural y problemática, a veces, eso sí, di Prato, y sobre todo por los trabajos de
muy reglada, de las actividades comercia- S. R. Epstein. Paulino Iradiel ha resaltado
les. En cambio, una visión más estructural los tres niveles de análisis de las estructuras
y positiva resulta del análisis de las activi- de mercado y de comercio (local, regional
dades de grandes compañías y mercaderes. e internacional) en relación con la regula-
En cualquier caso, la actividad de las mo- ción institucional de los diferentes poderes
narquías y poderes señoriales, en pleno pro- políticos y también de la integración eco-
ceso de nacimiento y construcción de los nómica. A través de ellos, y tomando este
Estados bajomedievales, con la intención de modelo de análisis, trataré de ofrecer un
controlar y extraer beneficios de las activi- panorama sintético y global de la realidad
dades económicas, es indiscutible. comercial bajomedieval en las tierras ali-
Los puertos
medievales se
En este caso, sobre todo ferias y merca- cantinas. Asimismo, me gustaría destacar la
constituyeron como dos adquieren una importancia capital en importancia de los puertos y embarcaderos
grandes centros el estudio del comercio y son elementos que jalonan la costa levantina tuvieron en
de intercambio vitales de integración económica bajome- relación con las actividades comerciales. Es
de productos dieval sin embargo, hasta fechas recientes, obvio que son puntos de carga y descarga
concentrando y se había insistido en su desarrollo para los de productos, sin embargo no debemos de-
distribuyendo
productos de las
siglos precedentes. Este hecho, que ya fue jar de prestar atención a otros factores; ins-
ciudades, villas y reseñado por J. Heers, ha sido retomado talaciones, radio de distribución y concen-
espacios interiores en nuestros días en algún simposio especí- tración de productos y de qué productos,
conectándolos entre sí. fico, caso de la XXXII Settimana di Studi condición jurisdiccional; real o señorial y
legislación hacia ellos, condicionamiento
de las economías de las ciudades que po-
seen cargadores. Existe un debate abierto
acerca del significado y función de muchas
ciudades; en mi caso intentaré posicionar
los embarcaderos alicantinos dentro de
las reflexiones más amplias de los puertos
a nivel mediterráneo. De cualquier modo,
un estudio de conjunto y un trabajo de
geografía portuaria nos ayudarían a co-
nocer mejor las actividades de los puertos
medievales.
El puerto de Dénia
se constituyó como
el principal punto
de salida de los
productos del agro
de las comarcas de
La Marina.
y castellanas a través de las ferias de Alcalá, Por otro lado, y esto lo veremos al anali-
Brihuega– y los puertos atlánticos de An- zar el papel de ferias y mercados, el comer-
dalucía y Cádiz. cio interregional, dado el carácter fronteri-
De una forma u otra, más pronto o tar- zo del espacio a estudiar –la gobernación
díamente, las tierras hoy alicantinas, bien de Orihuela–, adquiere singular importan-
las de la gobernación del Júcar, bien las de cia en tanto en cuanto es una franja y lu-
la Gobernación de Orihuela, también par- gar fronterizo entre las coronas de Castilla
ticipan de los flujos comerciales mediterrá- y Aragón. En cualquier caso, a pesar de la
neos. Sus puertos son puntos de embarque dificultad de documentar relaciones comer-
y sobre todo de escala para los navíos que ciales terrestres y la existencia de toda una
recorren las rutas euromediterráneas como serie de impedimentos a la actividad mer-
también los que se dirigen al norte de Eu- cantil que aumentan de forma considerable
ropa. Sus productos, unas veces, se dirigen a en una economía de frontera, como el terri-
la capital del reino para su abastecimiento, torio oriolano, asolado por las correrías de
otras toman dirección de diversos puertos almogávares castellanos, granadinos y va-
franceses, italianos, mallorquines y norte lencianos y toda una serie de robos, ataques
africanos. Más difícil de documentar serían y violencia generalizada, debemos conside-
las relaciones mercantiles entre el propio rar estas relaciones existentes, cuanto menos
reino. En este caso, la red portuaria, la rí- fluidas, entre las comunidades en un mismo
Imagen actual de las gida política de abastecimiento de la capital espacio político con independencia si son
salinas de La Mata. del Turia y la especificidad de productos rurales o urbanas o étnicamente diferentes,
La sal alicantina, que se embargan en algunos puertos, caso en este caso mudéjares y cristianos, y con
junto con la del cereal de Guardamar, la sal de la Mata y sus vecinas.
ibicenca, se convirtió
en un producto
el vino de Morvedre, por citar algunos, nos
estrella en los invita a pensar en unas intensas relaciones
mercados italianos y de cabotaje entre los diversos cargadores El comercio en tierras
norteafricanos. –carregadors– valencianos. alicantinas.
Un espacio fronterizo
exenciones de 1252, 1257, 1269, 1271, de una forma u otra, concentraban la pro-
1296 y 1321 por citar algunos, estos se ducción rural de las áreas circundantes a las
referían a la exención de pago de ancora- villas, movilizaban los recursos del campo
jes, abusos de peajeros, libre exportación y a veces dirigían estos productos, no sólo
de productos, exenciones impositivas, etc. al propio mercado local, sino a mercados
Además, se observa como desde el monarca regionales.
hasta el consell de Alicante pretenden impul- En el caso de Alicante, Jaime II declaraba
sar la actividad económica a través de exen- francos a todos aquellos que acudieran a la
ciones a mercaderes valencianos y genove- feria, instaurada en 1296. Elche, a instan-
ses, para incentivar la comercialización de la cias de sus autoridades, obtuvo privilegio de
producción del agro alicantino. La segunda feria en noviembre de 1306, corroborado
mitad del Trescientos se nos presenta más por otro en 1322, que se conocerá como
desconocida, en cualquier caso la salida de fira de Sant Andreu o fira del franc. También se
la crisis no parece lenta. Ante la situación concentran un mayoría de productos agrí-
devastadora que había quedado en las tie- colas aunque cabe pensar la posibilidad de
rras de la Gobernación de Orihuela tras la comerciar con productos comunes en la vi-
guerra entre la Corona de Castilla y Aragón, lla y aljama de Elche, jabón, sosa, junco, etc.
pronto se dota de nuevo de exenciones a co- En Orihuela, por los datos que tenemos,
merciantes (por ejemplo en 1365 de lezda, las cronologías serían semejantes. Conoce-
peaje, peso, medida y portazgo) y vemos al- mos que su traslado al día de San Miguel
gunos intercambios aunque de cariz minús- en 1274, y su fundación dataría de 1272.
culo. Un buen ejemplo de la recuperación Se buscaba adaptar la cronología de las fe-
podría ser el comienzo de la construcción rias, dado su carácter anual, en una especie
de la lonja en 1370 que, aunque se alargaría de calendario regional. Se ha apreciado que
su final hasta el 1430, muestra la vitalidad todas estas ferias, Elche, Orihuela y Alican-
de la villa. Por otro lado, el Cuatrocientos te, se integraron en el circuito de las ferias
alicantino se ha considerado acertadamente del reino de Murcia. Tendrían lugar los úl-
un siglo de crecimiento. El volumen de pro- timos meses del año, y les precederían las
ductos agrícolas exportados, la presencia de de Lorca, Murcia, Jumilla, configurándose
mercaderes, sobre todo italianos, aunque sobre todo desde fines del Trescientos un
Vista de la ciudad
también de la propia Corona y alemanes, calendaro ferial supracomarcal que supera- de Dénia que
son muestra de ello. Llama la atención el ba el marco político fronterizo –reino de aún conserva la
escaso desarrollo de las manufacturas en Valencia y reino de Murcia–, y que la auto- realidad marítima y
tierras alicantinas. Ya desde inicios del Tres- ridad política, fundamentalmente durante portuaria.
cientos los mercaderes meridionales acu-
den a la capital del reino a adquirir pañería
occitana y valenciana; la humilde pañería
local hizo que los diferentes agentes socia-
les, sobre todo los mercaderes capitalinos,
movilizaran sus recursos para abastecer las
tierras meridionales de paños de la ciudad
del Turia.
En cualquier caso, las villas y poblaciones
de esta época necesitaban instrumentos e
instituciones que potenciaran los intercam-
bios. El papel jugado en este sentido por
ferias y mercados es extraordinario. En un
mercado local y dado el carácter rural de
la gobernación se observa una vinculación
clara del uno con el otro. Esto es, las ferias,
214 Juan Leonardo Soler Milla
Imagen-recreación
postmedieval de la
ciudad de Alicante:
puerto y castillo
sobresalen por su
importancia.
Intercambios
El comercio terrestre
era practicado a
través de mulos
y otros animales
que transportaban
acémilas entre las
villas y aldeas.
Las tierras alicantinas y el mar: vitalidad comercial durante la Baja Edad Media (ss. XIII-XV) 217
Imagen de Calpe
y el Peñón d’Ifach,
espacios marítimos
que fueron sacudidos
fuertemente
por la piratería
mediterránea.
menos bajo domino del Islam. La existencia pesquera. En cualquier caso, dentro de ese
de una buena red de infraestructuras urba- sistema portuario existen lugares más im-
nas y comunicaciones en al-Andalus permi- portantes y otros secundarios; entre los
tiría, al hilo de nuevas hipótesis, sugerir una primeros estaría Alicante junto a Valencia y
actividad comercial terrestre y marítima en Dénia, entre los segundos –simples carga-
el Sharq al-Andalus mayor del que se había dores-carregadors– los restantes de la Go-
pensado. bernación de Orihuela.
Los cargadores alicantinos se insertarían, Mucho se ha discutido sobre la actividad,
como D. Igual ha señalado, dentro de una función, relaciones, conexiones e instalacio-
realidad más amplia formada por un autén- nes de los puertos en el Mediterráneo me-
tico sistema portuario configurado en las dieval. Se han lanzado diversas hipótesis, y
costas valencianas. Los fondeaderos oriola- todo parece indicar que lejos de poseer unas
nos; el puerto de Alicante, el Cap del Aljup estructuras sólidas, unos contarían con un
–actual Santa Pola y cargador de Elche en muelle o carregador sencillo, mientras que
estos siglos, el varadero de la Mata, y los otros serían simples fondeaderos. Lugares
embarcaderos de Guardamar, salida natu- protegidos, no en todos lo casos, por de-
ral de los productos de Orihuela– y Cap fensas o abrigos naturales aptos para que las
de Cerver junto con los actuales del norte diferentes naves realizaran las operaciones
de la provincia: Dénia, Calpe, Altea, Jávea, de carga y descarga, casi siempre ayudadas
Villajoyosa, etc., eran parte de una red de por barcazas en las que se transportaba la
más de cuarenta lugares de carga y descarga mercadería a tierra firme.
que jalonaron las costas valencianas durante Por otro lado es difícil hablar de ciudades
la Baja Edad Media. En todos ellos, además portuarias salvo que nos refiramos solamen-
de las actividades mercantiles-intercambios te a una ciudad con puerto. Muchas veces
de productos, también se realizaron otras el desarrollo mercantil, gracias a un puerto,
como las de misiones militares o piráti- generaba el aumento demográfico y econó-
cas, protección de navíos, abastecimiento mico de un lugar. Otras veces no, es el caso
de agua y víveres, soporte de la actividad de puertos sin ciudades. En algún caso la
Las tierras alicantinas y el mar: vitalidad comercial durante la Baja Edad Media (ss. XIII-XV) 219
Conjunto de barcos
que navegaban por
los puertos del
mar Mediterráneo:
imágenes de nave,
coca y galeras.
existencia de un puerto determinaba la fun- posición como puerto más importante del
cionalidad de la ciudad la cual distribuía sus mediodía valenciano junto a Dénia. En las
recursos productivos, la organización de su primeras décadas del Trescientos, los mer-
trazado urbanístico y legislación municipal caderes de la Corona de Aragón y Narbo-
en pro de esta actividad económica. Esto se- na, cargan pricipalmente higos y pasas para
ría una auténtica ciudad portuaria, difícil de transportarlos a los puertos del Magreb o a
encontrar en el Mediterráneo medieval. Colliure, Aigües Mortes y Narbona. Otro
Alicante tuvo en los siglos bajomedievales ejemplo de lo anteriormente reseñado fue
un puerto de una importancia significativa. la disputa ganada a mediados del siglo XV
Segundo del reino, tras la capital, fue clave contra el cap del Aljup, cargador de Elche
para el crecimiento de la urbe en el Cuatro- sobre la salida de productos de la Gober-
cientos. Con unas estructuras sólidas –fon- nación. Si hiciéramos un recorrido por la
do de piedra–, bien emplazado –entre dos actividad del puerto sería análoga al realiza-
cabos– el puerto de Alicante tenía una situa- do para villas páginas atrás. Lo que nos in-
ción privilegiada. Así le pareció a Alfonso X teresa destacar son varias cosas. Primero, los
cuando afirmó: «e porque es puerto de mar productos exportados; aceite, vino, pescado
de os buenos et de los mas señalados que a fibras vegetales y sobre todo pasas, higos y
en Espanya». Dotado de unas instalaciones frutos secos predominan sobre una variada
simples, contaba solamente con un muelle o gama (de 81 a 131 productos o variedades
cargador. Desde un principio se exime a los de los mismos). Segundo, los destinos y con
mercaderes que vinieran a la villa a comer- ello podemos conocer las relaciones comer-
ciar de algún impuesto –como el ancoratge–. ciales terrestres y marítimas de estas tierras.
En época castellana fue con Cartagena la Por vía marítima, la Gobernación de Ori-
puerta de salida al mar para Castilla. En el huela tiene relaciones con los puertos pe-
dominio catalanoaragonés se consolida su ninsulares de la Corona catalanoaragonesa,
220 Juan Leonardo Soler Milla
entre los que destaca Valencia. Desde un viajero J. Munzer, pese a lo conocida, expli-
principio, siglo XIII, se observan dichas re- ca el crecimiento de la actividad comercial:
laciones a través del cabotaje. A partir de la «Aquel día había allí –en Alicante– veinti-
centuria siguiente observamos los destinos séis naves de Vizcaya, de Flandes, etc., que
clásicos del comercio internacional que se allí se cargan de vino y de otras cosas».
va desarrollando por parte de mercaderes Respecto al resto de cargadores de las
y patrones de nave de la capital valenciana; tierras oriolanas, el cap del Aljub, era la salida
desde la propia Corona junto con las Ba- natural de los productos de Elche. Contaba
leares (sobre todo Mallorca e Ibiza) y las con un moll o carregador, además de una espe-
costas del sur de Francia, italianas, granadi- cie de cortijo acompañado de alguna tienda
nas y norteafricanas. Más tardías serán las y almacén. Se dotó de privilegios a quien
relaciones con los puertos atlánticos, Por- fuera a poblar el enclave con intención de
tugal y Flandes. Alicante y Dénia fueron a generar una población además de disfru-
fines de la Edad Media puertos de escala en tar de exenciones y disfrute de franquicias
la ruta Levante-Flandes como lo había sido para impulsar la actividad comercial e in-
desde décadas atrás para los mercados me- cluso estableciendo una feria, si bien todo
diterráneos. En cuanto a las relaciones te- ello sería secundario respecto de Alicante.
rrestres, son las tierras castellanas (Murcia y Sabemos, por la pocas noticias conservadas,
Villena), los destinos de los productos, jun- que desde aquí exportaba productos como
to al propio ámbito gubernativo. Tercero, vino, azafrán, pasas, frutos secos e higos y
los mercaderes que frecuentan este puerto sus destinos serían Mallorca, Barcelona y
son los de la propia villa y Corona además Valencia, aunque la conexión principal de
de los italianos. Por último, el tráfico mer- este varadero con los anteriores venía dada
cantil generaba una serie de beneficios para por la frecuente salida de grano.
las arcas reales. Los principales impuestos Concluyendo con los embarcaderos más
eran el dret de treta de coses vedades, dret de duana, meridionales de la gobernación, el cap de
Ejemplo de dret del general y dret de moll. El Cuatrocientos Cerver, la actual Torrevieja, tuvo una trayec-
iconografía religiosa representa para Alicante en la Edad Media toria similar al cap del Aljup en cuanto a la
marítima su etapa de mayor esplendor. La frase del promoción de su hábitat y actividades eco-
nómicas. Con instalaciones análogas, poco
podemos decir de sus destinos y produc-
tos de exportación. Su actividad también
fue reducida, al igual que el Aljub entró en
competencia con Alicante, el Cap de Cerver
lo hizo con Guardamar, principal cargador
de Orihuela. Otras actividades de este lugar
fueron la pesca y secundariamente la explo-
tación salinera; desde muy pronto, décadas
posteriores a la conquista catalanoarago-
nesa, se exporta sal desde el Cap de Cerver
y también de La Mata para los mercados
italianos (Génova, Savona y Pisa) y norte-
africanos, además del abastecimiento regí-
cola. Mejor conocidas son las salinas de La
Mata. Durante la segunda mitad del siglo
XV asistimos a un verdadero interés por
parte de los genoveses y la familia Santán-
gel para arrendar dichas salinas (regalías de
la Corona); es en estos momentos cuando
adquiere esta actividad un cariz bastante
Las tierras alicantinas y el mar: vitalidad comercial durante la Baja Edad Media (ss. XIII-XV) 221
Para concluir
L
a redacción de un artículo de que aún hoy genera muchas cuestiones cier-
esta índole requiere un proceso tamente resbaladizas.
de relectura y de actualización Planteamos el tema como una secuencia
bibliográfica ciertamente one- diacrónica, cuyo inicio serían las vísperas o
roso. La diáspora de micro-publicacio- las últimas décadas anteriores a la conquista
nes que tratan aspectos a relacionar con cristiana. La populosa medina de Dénia y su
la temática crea un mapa complejo. En entorno, y un poblamiento rural estabiliza-
las tres últimas décadas, los avances en el do, estructurado fundamentalmente en hisn
conocimiento del poblamiento medieval y alquerías, son los rasgos más destacables.
en el norte de Alicante y, en concreto, en La conquista feudal origina y desarro-
la comarca de la Marina Alta, han sido lla cambios importantes. Son, de algún
ciertamente significativos. A la reinter- modo, críticos en cuanto a la concepción y Casa morisca,
pretación de los documentos de los siglos morfología de lo urbano, mientras que los alterada por sucesivas
remodelaciones, en
XIII al XV, muchos de ellos exhumados cambios en el territorio, en el medio rural, el yacimiento de
por Roque Chabás más de un siglo atrás ofrecen un ritmo más pausado y unas mani- l’Atzuvieta, Alcalà de
y multiplicados por una nutrida nómina festaciones menos evidentes, al menos des- la Jovada
de medievalistas, le acompaña la irrupción de la perspectiva material. (Foto J. A. Gisbert).
de los primeros trabajos y estudios de fá-
bricas y de tipologías arquitectónicas, así
como arqueológicos, que ofrecen y esbo-
zan la topografía y la urbanística de los
complejos urbanos y de los asentamientos
rurales en el medioevo.
No obstante, esta topografía o, más bien,
la imagen que trasciende de los mismos no
se halla exenta de sombras. Un caso ilus-
trativo es el del yacimiento de l’Atzuvieta;
un complejo patrimonial del que, pese a lo
mucho escrito y dibujado, es aún muy poco
lo que se puede confirmar y asegurar con
certeza. Enfrentarse a este despoblado, por
darle un apelativo, es adentrarse en un topos
Castell d’Alcalà en
la Vall de Gallinera
(Foto: J. A. Gisbert).
226 Josep A. Gisbert Santonja
LA CONQUISTA Y EL
NACIMIENTO DE LES VILES
Perspectiva de la
Vila de Dénia y su
puerto realizado por
Vespasiano Gonzaga
C. 1575.
Archivo General de
Simancas.
230 Josep A. Gisbert Santonja
LA VILA D’IFAC
No conocemos la planta del edificio, versas estancias del palau Vell, en el recinto
aunque las referencias apuntan a una iglesia superior del castell de Dénia. En la conta-
de planta rectangular, con nave única y ca- bilidad señorial de Alfons el Vell hay datos,
pillas laterales. El hallazgo de una clave con de 1386, sobre unas obras en el castell de
arranque de ocho nervaduras y de otra de Dénia: «porxet, cambra, cuina, estable»,
menores dimensiones, ligeramente ladeada, así como en el palau «reparar lo palau vell
con arranque de tres nervios, y la prolife- dins e de fora». Las excavaciones arqueo-
ración de piezas de aristones molduradas, lógicas realizadas en 1885 en al área de la
define una cubierta sustentada por arcos alcazaba-palau han permitido identificar en
ojivales y bóvedas de crucería sobre pilares, el complejo palacial situado en la cima del
estribos y contrafuertes. Ambas claves, de castell de Dénia, diversas estructuras perte-
forma circular y con perforación para la necientes al palacio medieval, adscribibles a
sujeción de ornamentación probablemente la segunda mitad del siglo XIV.
heráldica, pertenecerían al tramo del pres-
biterio. Estos elementos están tallados en
arenisca local. LA VILA DE XÀBIA
La Vila Vella de Dénia es un yacimien-
to arqueológico excepcional. El hecho de En 1307, ya muy avanzado el proceso de
haber cesado su actividad en 1708, con urbanización de la Vila de Dénia, tras des-
su bombardeo y destrucción a consecuen- echar el intento inicial de demolición de la
cia del tercer sitio de la ciudad durante la torre de Joan Cayrat, Jaume II ordena que
Guerra de Sucesión, le da una especial re- se haga en Xàbia una fortaleza con su foso.
levancia. Su localización en el interior del Según Josep Ivars, el primer recinto sería de
actual recinto del castillo, sin procesos de planta cuadrada y las calles de trazado or-
reurbanización de su solar, le convierte en togonal. Estaría delimitado por las actuales
un raro ejemplo de despoblado o de villa calles de Santa Clara y Sor Maria Gallart, al
medieval yerma. Ifac, en actividad desde fi- norte; San Isidro, Santa Teresa y Primicias,
nales del siglo XIII hasta la segunda mitad al oeste; Muret, al sur; y Canonge Pajarón
del XIV, también ofrece posibilidades en al este. Al ensancharse hacia el oeste el pe-
Plaza del Portal
del Clot de Xàbia.
este sentido. rímetro inicial, la topografía determina un
Postal C. 1905 De la segunda mitad del siglo XIV, dis- diseño más irregular de la fortificación. A
(Colección J. A. ponemos de fuentes sobre intervenciones este momento pertenecen el portal de Sant
Gisbert). de mantenimiento y de conservación en di- Vicent o de la Ferreria, el portal del Clot o
de Sant Jaume y el portal de la Mar.
Vivienda morisca
en el despoblado de
l’Atzuvieta, Alcalà de
la Jovada
(Foto J. A Gisbert).
La Marina Alta en la Edad Media. Siglos XIII-XIV 237
Excavaciones en una
vivienda mudéjar
descubierta junto
a la torre de la
Cremadella, El Verger
(Foto: J. A. Gisbert,
por cortesía de
Eduardo López
Seguí).
E
n el arranque del nuevo que nacieron o maduraron verdaderamente
milenio resulta muy oportuno la inmensa mayoría de los elementos que
analizar y debatir los concep- componen la realidad histórica originaria Soldados durante la
tos de identidad y mentalidad, de la España actual». Reconquista
en un momento como el actual, crucial en
la construcción de la Unión Europea.
Por lo que respecta al proceso histórico
de construcción de modelos de identidad
política urbana en la Edad Media, es un fe-
nómeno cada vez mejor conocido gracias a
estudios como los de Robert Bartlett y su
obra La formación de Europa.
Situamos el espacio objeto de estudio,
la Gobernación de Orihuela, en el marco
de la Europa Medieval, y singularizado en
los fenómenos específicos desarrollados en
la península Ibérica en los siglos finales de
la Edad Media, tomando como punto de
partida una afirmación vertida por Miguel
Ángel Ladero Quesada, en su obra La for-
mación medieval de España. «La España en la
que vivimos hoy se hizo en aquellos siglos:
en su territorio, en sus regiones, en su for-
ma geohistórica. Ningún otro período de la
historia española tiene tanta importancia en
estos aspectos. Pero además, la conquista, el
dominio y la regionalización del territorio
son sólo el aspecto externo, el más visible;
hay otros muchos más complejos y profun-
dos –sociales, políticos, culturales– que ha-
cen de la Plena Edad Media el tiempo en
Plano de la costa
alicantina en el siglo
XV.
(Francesco
Berlingheri,
Florencia, 1492).
occidental cristiana, reforzaba su identidad d’aquella vila sobre açò degudament provehir a la
y su cohesión, enfrentándose a comunidades dita supplicació, benignament inclinats, desijants,
que mantenían otra identidad. En palabras segons pertany a la dignitat reyal per Déu a nós
de Bartlett, «los hombres que se veían a sí comanada, que la dita vila d’Oriola, situada en
mismos como miembros de la Cristiandad les confines e fronteres dels regnes de Castella e Las localidades
eran conscientes de que el resto del mun- assats prop de Granada, la qual és insigne en lo más importantes
do no formaba parte de ella». En el ámbito dit regne e notablement ha servit a nostres loa- disfrutaban de un
circunmediterráneo, esta identificación de bles predecessors e per aquells ha sostenguts molt mercado semanal, en
el que se comerciaba,
los que no formaban parte de la cristiandad virtuosament e ab gran esforç diverses perills e sobre todo, con
occidental correspondía a los musulmanes damnatges, sia preservada de tot sinistre e con- productos locales y
y a los judíos especialmente y con una in- servada en bon regiment e que entre los habi- comarcales. Detalle
cidencia muy limitada en el tiempo y en el tants en aquella remoguda tota sintilla de divisió, de un fresco sienés.
espacio a los bizantinos-griegos-ortodoxos.
El mundo se veía como el escenario de
un choque de grandes esferas religioso-te-
rritoriales. En el siglo XIV, cuando agoni-
zaban las grandes cruzadas, las tierras que
hoy forman parte de la provincia de Ali-
cante, se encontraban en el centro de dicha
encrucijada de civilizaciones. Un mundo,
un espacio incorporado a la Cristiandad y
enfrentando a sus potenciales rivales, los
musulmanes y los judíos.
Un fragmento de un privilegio concedi-
do por Martín I a la villa de Orihuela en
1409 resume los principales argumentos
que vamos a exponer en nuestro trabajo.
La cuestión religiosa
rrectamente o cómo engalanar sus casas. Se Occidental, inmersa en un cisma, con la vía
aprobaron también disposiciones que obli- conciliar propugnada en Basilea, amén de la
gaban a judíos y musulmanes a arrodillarse política internacional de la Corona de Cas-
y adoptar una actitud solemne y devota ante tilla y la Corona de Aragón, facilitaron la
el paso del Santísimo Sacramento. Fiesta en efímera concesión de un Obispado propio
la que los oficiales y los prohombres de la para Orihuela en1442, cuyo titular iba a ser
ciudad desfilaban llevando en solmene pro- Pere Roiç de Corella, hijo del Gobernador
cesión el símbolo del Cuerpo de Cristo. Ximén Pérez de Corella.
Frente a la autoridad de un Obispo cuya
«...ara que deu ésser feta la festa de Corpus Crist sede residía en territorio del Reino de Mur-
en la dita vila, en la qual se fa solemne profesó que cia, extranjero y rival por tanto, y que ejer-
lleven lo Corpus en aquella ab lo paly e penó, los cía su jurisdicción sobre los territorios de
qual lleven los oficiales e los pus honrrats hòmens la Gobernación de Orihuela, las oligarquías
de aquesta vila...» locales urbanas reafirmaban su rechazo a
esta situación alegando reiterados conflic-
Durante la segunda mitad del siglo XIII Los relojes
tos de clara discriminación hacia los súb-
comenzaron a ser
y el siglo XIV se produce, por tanto, la ditos de la Corona de Aragón. El principal habituales en las
construcción y consolidación de una Uni- motivo de agravio vino provocado por las villas alicantinas
versitas cristiana, de la que mudéjares y ju- reiteradas condenas a entredicho y las ex- durante el siglo XV,
díos fueron excluidos políticamente tras la torsiones realizadas por el Obispo para sus- instalándose en las
conquista cristiana que se identificaba con pender el interdicto, como la petición de un torres de las iglesias
su posición de frontera de la Cristiandad o del Consell. En
retablo de plata para la Catedral de Murcia
la imagen, reloj
Occidental. Ello se tradujo en una actitud por valor de más de tres mil florines en con- mecánico de la torre
beligerante hacia los musulmanes que vivían cepto de óbolo. Para las autoridades de Ori- de la parroquia de
en comunidades señoriales en la Goberna- huela, esto era una provocación, ya que en Santa Justa y Rufina
ción de Orihuela. Esta posición excluyente 1433 todavía se encontraban en la Catedral de Orihuela.
de la oligarquía oriolana hacia las minorías
religiosas era extensiva a los judíos y a par-
tir del siglo XV a los judeoconversos que
tuvieron que protegerse y pedir amparo a la
Monarquía ante los intentos de agresión del
resto de la población y las dificultades que
tenían para su promoción política y social.
Tras la promulgación en 1304 de la Sen-
tencia de Torrellas, se planteaba una difícil
situación eclesiástica para los cristianos de
la Gobernación de Orihuela, ya que eran
súbditos de la Corona de Aragón, pero
dependientes de la jurisdicción eclesiásti-
ca del Obispo de Cartagena-Murcia, ubi-
cado en un reino extranjero, Castilla. Ello
provocó el pleito y la tensión secular que
mantuvieron las villas de Alicante, Elche y
Orihuela contra la diócesis de Cartagena-
Murcia. El objetivo final era conseguir la
segregación eclesiástica de dicha diócesis y
alcanzar el nombramiento de un Obispado
propio, produciéndose momentos de gran
tensión especialmente en la primera mitad
del siglo XV. La situación de la Cristiandad
246 Juan Antonio Barrio Barrio
lo largo de toda la Edad Media, caracteri- sangre, mismo país o de la misma villa. En
zaba a una nación. Pero el análisis del físico los siglos medievales y, especialmente en las
y de las costumbres se prestaba a discusio- últimas centurias del medievo, se aplicaba
nes y errores. En definitiva, el único carácter sobre todo a los componentes de un mismo
«nacional» que se imponía a todos, tanto al grupo en todos los géneros, universitarios,
sabio como al hombre sencillo, era la len- conciliares o mercantiles. El sentido políti-
gua. En la Edad Media, una nación era ante co actual aparece tarde y no se impone hasta
todo una lengua. el siglo XV.
A juicio de Colette Beaune, «la nación es Por ello, las identidades de tipo nacional,
una construcción imaginaria cuya existen- cuya realidad conocemos con más detalle
cia consolida el calor del grupo y legitima para los siglos finales de la Edad Media,
la autoridad del gobernante. Los elemen- son las comunidades de universitarios, las
tos de este imaginario político varían con de mercaderes, las de representación ecle-
cada pueblo y en relación a los problemas siástica y, finalmente y menos conocidas, las
de cada momento: una identidad étnica de carácter urbano.
(en parte ficticia), una identidad religiosa, De esta reflexión debemos sacar una pri-
una larga historia común, un territorio va- mera conclusión evidente, la identidad na-
lioso, una lengua y una cultura. Todos los cional, sea del tipo que sea, surge al socaire
compromisos y acuerdos con el Estado son de dos fenómenos estrechamente relaciona-
posibles. Los siglos finales del medievo bas- dos, el fortalecimiento de las monarquías y
culan entre dos naciones focalizadas sobre el importante desarrollo urbano y munici-
la dinastía (Francia y Castilla) y otras fun- pal acaecido en Europa Occidental durante
dadas sobre la comunidad (Inglaterra y la los siglos XI al XV. Todos los fenómenos
Corona de Aragón)». de carácter económico-comercial, educativo,
Durante los siglos
bajomedievales
En la Edad Media el significado de iden- cultural y político asociados a la expansión
se desarrolló la tidad nacional se percibe con unas dimen- urbana, producirán fenómenos de creación
heráldica municipal, siones muy alejadas de las que fue adqui- de identidades y mentalidades.
manifestada en sellos riendo este concepto a partir del siglo XIX Durante los siglos XIV y XV, los gra-
y banderas, como y especialmente durante el siglo XX. Pode- ves enfrentamientos bélicos entre estados
una de las señas mos considerar, aceptando la definición de condujeron a la construcción de un aparato
de identidad local.
Bandera de Orihuela,
Colette Beaune, el término nación como un propagandístico al servicio de las monar-
tradicionalmente «avispero» semántico. Su raíz u origen se quías que demonizaba al rival. Los ingleses,
conocida como «El encuentra en el término «nacer», y permite por ejemplo, en la guerra de los Cien Años,
Oriol». aplicar el término nación a los de la misma verbigracia, presentando a los franceses
como cobardes y afeminados a los ojos de
los ingleses, construyendo estereotipos na-
cionales profundamente negativos sobre los
rivales. De esta forma, todo un pueblo, visto
por un extraño, era condenado a través de
unas pocas palabras, de dos o tres adjeti-
vos peyorativos. Su misma identidad y sus
características eran reconocidas por otros a
los que, a su vez, se les imponía otra iden-
tidad. La forma en que una nación era vista
por otra influía en la creación de un sentido
de conciencia nacional. En la península Ibé-
rica fue decisivo el conflicto que enfrentó a
castellanos frente a aragoneses en la Guerra
de los dos Pedros. La guerra es uno de los ca-
talizadores de la formación de identidades
La construcción de modelos de identidad urbana en las villas y ciudades de la Gobernación de Orihuela, ss. XIII-XV 249
tecimientos con gran repercusión ideológi- do en todo momento los sacrificios reali-
ca en el Reino de Valencia, la guerra civil zados al servicio de la Corona de Aragón,
catalana (1462-1472) y la germanías, que como en un memorial de 1449 enviado al
pudieron suponer desde las tierras valencia- rey en el que las autoridades de Orihuela
nas una ruptura con la idea de una identi- invocaban los esfuerzos y padecimientos
dad nacional catalana unitaria, y la forja de soportados por sus antepasados para po-
una nueva identidad nacional, la valenciana. der obtener los privilegios reales, poniendo
La consulta de la documentación municipal como ejemplo un relato épico situado en
conservada en los archivos valencianos, sería la Guerra de los dos Pedros, en el que narraban
de gran utilidad para consolidar esta suge- como de siete mil combatientes que se en-
rente hipótesis. contraban en la ciudad de Orihuela asedia-
dos durante gran tiempo, tanto por el rey
don Pedro de Castilla como por el infante
La identidad fronteriza de Granada, quedaron sólo quinientos su-
y la construcción de una pervivientes, en una situación de tan grave
memoria histórica penuria que de pura hambre no encontra-
ron nada para comer ni bestias ni otras co-
En el sur del Reino de Valencia en la Baja sas, teniendo que comer carne de hombre,
Edad Media la frontera fue uno de los ele- actuación que consideraban inhumana, «per
mentos más característicos en la organiza- que nos lig del setge de jherusalem a ença vasallas per
ción social del espacio, por el peligro exte- senyor aver fet tant grans serveys e pesats tals marti-
rior de la amenaza granadina y la presión ris e congoxes com los d´Oriola an fer per servey de
castellana. Además, para localidades con la Corona d´Arago». Este tipo de expresiones
población mayoritaria cristiana como Ori- que, por otra parte, son frecuentes en la do-
huela y Alicante, la inquietud que provoca- cumentación oriolana del siglo XV, muestra El eje de la vida
ba la frontera interior por la presencia de las la necesidad de una afirmación ritual de su privada del individuo
transcurría en el
comunidades mudéjares de la Gobernación identidad colectiva, apelando a expedientes interior de la vivienda,
representaba un argumento ideológico de como la búsqueda de una herencia ances- que no sólo era
peso para sustentar y reforzar la consolida- tral y la celebración y reivindicación de un albergue familiar, sino
ción de una oligarquía armada. pasado mítico en nombre de la historia de que con frecuencia era
Se va a producir la confirmación de la su ciudad, recurriendo como en el ejemplo el obrador, el lugar
preeminencia del grupo social gobernante anterior a grandes episodios de la Historia de trabajo y venta del
producto elaborado.
y el afianzamiento de su prestigio mediante como el sitio de Jerusalén. Es una referencia En la foto se aprecian
la concesión gradual por parte de la Corona clara a la Historia de Orihuela, escrita en el si- las puertas de acceso
de privilegios exclusivos y la elaboración de glo XV, época en la que el estudio del pasa- de una vivienda
una mentalidad privilegiada como reafir- do se convirtió en un medio para expresar, medieval.
mación de su papel rector de la sociedad.
Este proceso es el que va a ir conforman-
do a partir de la segunda mitad del siglo
XIV y especialmente durante el siglo XV el
«empatriciamento» social de la oligarquía
en cuanto al desarrollo de una mentalidad
e ideología «nobiliaria» en su seno y que
tiende a diferenciarlo cada vez más del res-
to de la sociedad urbana en su vestimenta,
gestos, rituales y actitudes públicas, con un
permanente rearme ideológico sustentado
en la reiteración de la confirmación de sus
privilegios privativos y el papel «militar»
fundamental que desempeñaban, recordan-
252 Juan Antonio Barrio Barrio
Las murallas
disponían de puertas
de acceso al recinto
urbano en número
variable, y desde
ellas partían los
principales caminos,
llevando los nombres
de las poblaciones a
las que se dirigían,
como esta de
Crevillente, en la
muralla de Orihuela.
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