Informe
Especial
En los años 50, cuando se enfren-
taron encarniz adamente liberales
y conservadores, se estima que más
de 400.000 predios cambiaron de
manos, afectando las condiciones
de vida de más de dos millones de
personas
E C O N O M Í A C O L O M B I A N A
Protección de bienes
patrimoniales de la
población desplazada
L os conflictos de propiedad sobre
la tierra han sido constantes en la
historia de la violencia colombiana.
Episodios de confrontación como la
Guerra de los Mil Días o la violencia
partidista, a mediados del siglo XX,
estuvieron acompañados de proce-
sos de desplazamiento forzado de la
población campesina y reajustes dra-
máticos en las condiciones existentes
de propiedad de la tierra. La pérdida
de Panamá, en medio de una cruenta
guerra civil, es una buena muestra de
lo que nos ha costado esta mal avenida
relación entre tierra y violencia.
En los años 50, cuando se enfren-
taron encarnizadamente liberales y
conservadores, se estima que más de
400.000 predios cambiaron de manos,
afectando las condiciones de vida de
más de dos millones de personas que,
después de abandonar sus parcelas, se
fueron a vivir, o mejor, a sobrevivir en
las ciudades. Es decir, para la población
de entonces, un 10% de los colombia-
nos fueron desplazados forzosamente.
El gobierno del General Rojas Pinilla
y, unos cuantos años más tarde, el de
Alberto Lleras Camargo se preocupó
309
Jacquin Strouss de Samper1
por el impacto de la violencia sobre
las condiciones generales de propiedad
de la tierra, congeló transacciones y
reversó aquellas que habían sido rea-
lizadas por temor o bajo amenaza de
muerte. El presidente Lleras nombró
un comité de rehabilitación para que
se encargara, desde la Presidencia de
la República, de acometer la tarea de
devolver a los propietarios expulsados
de sus tierras, la propiedad y el disfru-
te de las mismas.
El fenómeno del desplazamiento for-
zado en Colombia no es nuevo, viene
presentándose desde mediados del
siglo XX e incluso antes. Sin embar-
go, a pesar de llevar más de 50 años
presente en la historia del país, hasta
el momento no se ha encontrado una
solución eficaz, y peor aún, las medi-
1 Exprimera Dama de la Nación. Este artículo se
basa en el estudio “Protección de bienes patri-
moniales de la población desplazada” publicado
por la Procuraduría General de la Nación en fe-
brero de 2005. Estudio realizado por la doctora
Jacquin Strouss de Samper y Camila Jaramillo
S., abogada especializada en prevención y
gestión de crisis internacionales.
...... 27
Informe
Especial
das que se toman siguen teniendo
vacíos y dejando desprotegidos a
muchos desplazados.
En la relación entre tierra y despla-
zamiento forzado ha sido constante
la indiferencia gubernamental por el
sector agropecuario, por una parte,
y, por otra, la utilización inadecuada
de la frontera agrícola por parte del
empresario del sector, convirtieron
al minifundio en una zona natural de
expulsión de los campesinos que, en
la búsqueda de su inclusión social,
optaron por buscar oportunidades en
los cascos urbanos.
En la década de los ochenta se presen-
taron concentraciones de la propiedad
territorial y en la década de los noven-
ta se dejaron de aprovechar cerca de
800.000 hectáreas por los procesos
de apertura económica y el conflicto
armado. Como consecuencia de ello
se da la poca rentabilidad del sector
agrícola.
Desde 1997, cerca del setenta por
ciento (70%) de los desplazados tienen
vínculos rurales y el cuarenta y dos por
ciento (42%) son propietarios, arren-
datarios, aparceros o colonos de la
tierra. Así mismo, los departamentos
en donde existían los mayores niveles
de concentración de la propiedad, ten-
dieron a ser los principales expulsores
de desplazados por la violencia.
Según la encuesta de Codhes-Sisdhes, se habla de que un setenta y dos por ciento
(72%) de los desplazados abandonó sus predios, mientras que solo un trece por
ciento (13%) los vendió
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Según la encuesta de Codhes-Sisdhes, se habla
de que un setenta y dos por ciento (72%) de los
desplazados abandonó sus predios, mientras que
solo un trece por ciento (13%) los vendió.
Estos episodios pueden considerarse anteceden-
tes inmediatos del estudio de Protección de bienes
patrimoniales de la población desplazada, realizado para
la Procuraduría General de la Nación y objeto del
presente artículo.
El estudio pretendió medir el impacto del fenó-
meno del desplazamiento masivo de población
en la estructura de tierras y los resultados de la
aplicación del Decreto 2007 de 2001 que buscaba
sacar las tierras amenazadas por la violencia armada
del mercado inmobiliario; con este propósito, la
norma determinó la creación de unos comités de
desplazamiento, integrados por autoridades muni-
cipales, que tenían la facultad de “congelar” dichas
transacciones. La cercanía de los alcaldes y los demás
miembros de la comunidad que conformaban los
comités, con los actores de la violencia local y las
acciones violentas que ellos estaban en capacidad
de perpetrar frente a una decisión administrativa
de esta naturaleza, prácticamente consiguió que el
decreto, con todas las buenas intenciones que lo
animaban, naciera muerto.
Quedó, empero, un “registro de tierras abando-
nadas” adelantado en el año 2002 por el Incora,
que reconstruimos con la dificultad resultante de
coincidir el estudio con el proceso de liquidación
del instituto. Vale la pena mencionar algunos de los
hallazgos de la investigación, que ojalá sirvan para
entender cabalmente las características actuales del
fenómeno.
309 E C O N O M Í A C O L O M B I A N A

El registro muestra que los mayores afectados por este fenómeno han sido
los medianos propietarios o poseedores, integrantes de la clase media cam-
pesina, con predios de 38 hectáreas en promedio por familia, donde tan
solo un 30% contaba con títulos de propiedad.
Es claro, en primer lugar, que en los
últimos años y como consecuencia del
conflicto armado y el desplazamiento
de la población civil inocente que se
vive en muchas regiones del país, se
ha producido un fenómeno de con-
centración de tierras, una especie de
“reforma agraria al revés”, que logró
revertir los índices de democratización
en el reparto de tierras conseguidos
por cuenta de los procesos anteriores
de reforma agraria a cuenta gotas.
El registro muestra que los mayores
afectados por este fenómeno han sido
los medianos propietarios o poseedo-
res, integrantes de la clase media cam-
pesina, con predios de 38 hectáreas en
promedio por familia, donde tan solo
un 30% contaba con títulos de pro-
piedad. Es un hecho que la defensa de
los derechos patrimoniales tiene que
ver fundamentalmente con la regula-
rización de la propiedad, sobre todo
considerando que más de un setenta
por ciento (70%) de los expulsados,
no tienen sino una simple posesión
sobre las tierras.
Por otro lado, también está claro que
los desplazamientos forzados con
sus reajustes de tierras, han estado
motivados más por la pretensión de
consolidar fundos de terratenientes o
asegurar zonas estratégicas de acción
militar o corredores que permitieran
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Informe
Especial
el movimiento de drogas y armas, que por simples
razones de enfrentamiento ideológico como, con
frecuencia, se pretende hacer ver a la opinión.
Frente a esta situación, se realizó un juicioso análisis
de la realidad normativa y la jurisprudencia expedida
en los últimos años sobre el tema del desplazamiento
y de la propiedad y la posesión, que concluye en
la necesidad de encontrar mecanismos jurídicos
eficaces y seguros que permitan, hacia el futuro, el
restablecimiento de los derechos de propiedad o
posesión de predios rurales por parte de las familias
colombianas que han sido afectadas por el despla-
zamiento forzado.
Estos derechos se encuentran protegidos como
fundamentales, según la jurisprudencia de la Corte
Constitucional, debido a que afectan otros derechos
esenciales como el de la libertad e incluso el de la
vida, y por contravenir los principios Deng 21 y
29, relativos a la protección de los bienes de los
desplazados. Estos principios, si bien no se encuen-
tran consagrados en ningún
acuerdo internacional, son
aplicables en Colombia debi-
do a que parten de tratados
internacionales ratificados
por el país, y por lo tanto, ha-
cen parte del llamado bloque
de constitucionalidad.
La disminución de la magni-
tud de los desplazamientos
forzados y una relativa recu-
peración de la seguridad en
zonas críticas del conflicto
indican que iniciar procesos de retorno de las po-
blaciones desplazadas mediante la regularización
de la tenencia de la tierra o a través de la devolu-
...... 29
Informe
Especial

pesino es un proceso explicable por las

condiciones de violencia, marginalidad,
aislamiento y pobreza de estas comuni-
Así como los desplazamientos masivos han dades. De esta forma, las transforma-
disminuido, no sucede lo mismo con los ciones culturales, económicas, físicas y
desplazamientos gota a gota. personales de los desplazados al llegar a
las ciudades, se traducen en un cambio
de expectativas: así, según cifras de
la Pastoral Social, se observa que un
47,28% desea permanecer en el lugar
de desplazamiento, un 18,29% quiere
reubicarse en otro lugar y tan solo un
ción de predios abandonados, puede 11,35% quiere retornar a su lugar de
resultar más efectivo. Así mismo, la origen. De allí que las políticas guber-
reubicación de las familias mediante namentales de retorno deban diseñarse
la adjudicación de nuevas tierras con a la luz de las expectativas de todo el
proyectos productivos deberá ser una conjunto de población vulnerada, para
tarea prioritaria del Incoder. no caer en el error de satisfacer sola-
mente a una minoría.
En efecto, en la actualidad la mag-
nitud del desplazamiento ha bajado El Decreto 2007 de septiembre de
significativamente. Sin embargo, así 2001 es el único instrumento real
como los desplazamientos masivos han con el que se cuenta para prevenir los
disminuido, no sucede lo mismo con
los desplazamientos gota a gota. Sería
necesario observar detenidamente si
las causas de éstos últimos estarían
más relacionadas con la marginalidad,
la pobreza y el abandono del campo, y
no con el conflicto armado.
Así mismo la recuperación relativa de
la seguridad en algunas zonas críticas
puede explicarse por la presencia de
fuerza pública en doscientos (200)
municipios donde antes no la había;
la creación de las brigadas móviles; la
formación de los soldados campesinos;
la negociación con los grupos para-
militares y el cambio en las tácticas
de guerra de los grupos alzados en
armas.

El rápido “vaciamiento” del campo

colombiano y el desarraigo del cam-

30 ...... 309 E C O N O M Í A C O L O M B I A N A
 Informe
Especial

Resultará fundamental la vinculación de las autoridades

municipales en la presentación de proyectos que liberen
a los antiguos propietarios de cargas fiscales y de servicios
públicos que hoy gravitan sobre los predios; y la definición
de un procedimiento administrativo expedito para restituir
en forma rápida las tierras a sus anteriores propietarios o
poseedores.

desplazamientos, devolver los predios del Banco Mundial iniciado a finales

abandonados a sus propietarios o po-
seedores y adjudicar nuevos predios a
quienes deseen reubicarse o volver a
su lugar de origen.
Analizando los éxitos obtenidos en la
titulación y adjudicación colectiva a
las minorías étnicas, en donde cerca
de un 30% del país se le ha titulado
a las comunidades indígenas y un 5%
a las comunidades afrocolombianas,
se podría llegar a una titulación
campesina tan extraordinaria como
la que se ha logrado con los grupos
étnicos.
La intervención de los procuradores
agrarios, capacitados en el marco del
estudio como parte fundamental del
proceso de reconocimiento de dere-
chos de propiedad y posesión de los
desplazados, será definitiva para la
corrección de estos desequilibrios.
También resultará fundamental, la
integración de las entidades del Esta-
do con el Proyecto de Protección de
Bienes Patrimoniales de la Población
Desplazada y el Fortalecimiento del
Tejido Social, de la Red de Solidari-
dad Social y el Fondo Postconflicto
del año 2003. Así mismo, la vincula-
ción de las autoridades municipales
en la presentación de proyectos
de acuerdo ante sus respectivos
concejos de manera que liberen a
los antiguos propietarios de
cargas fiscales y de ser-
vicios públicos que hoy
gravitan sobre los pre-
dios; y la definición de
un procedimiento ad-
ministrativo expedito
para restituir en forma
rápida las tierras a sus
anteriores propietarios
o poseedores.
Precisamente, este último punto nos
lleva a sugerir la conveniencia de
que en la reglamentación de la Ley
de justicia y paz se incluyan, como
parte de la figura de la “restitución”,
disposiciones claras que permitan de
manera segura y rápida el proceso
de devolución de sus tierras a las
personas que fueron desplazadas de
ellas como consecuencia de la acción
de los actores armados violentos en
medio de la guerra.

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Informe
Especial
Hasta hace poco no se sentían siquie-
ra los vientos de reparación que se
escuchan hoy. Es por ello que quiero
recalcar la importancia de que el debate
se salga de consideraciones cuantita-
tivas y se centre en los mecanismos
que harán viable la restitución de los
derechos patrimoniales de las comuni-
dades desplazadas. El mito de las cifras,
retrasó por varios años la solución y
atención a los desplazamientos forzados
en nuestro país. Es decir, la magnitud
del problema del desplazamiento se
convirtió en el objeto fundamental de
la estrategia gubernamental y de las
organizaciones no gubernamentales,
rezagando los planes y programas para
Cortesía Le Monde Diplomatique - Colombia
Fernando Molina
32 ......
la estabilización económica y social de
los desplazados.
Darío Fajardo ha destacado la diferen-
cia entre tierra y territorio: la tierra
es un espacio físico, el territorio se
refiere a la compleja red de relaciones
sociales, económicas y políticas que se
producen alrededor de unas tierras.
Ayudar a resolver el problema de las
tierras afectadas por la violencia en
sus condiciones de propiedad, forma
parte de la reconstrucción del tejido
social, familiar, económico y cultural
que hace del entorno campesino un
espacio apto para la convivencia, como
lo era antes de que llegara la noche
oscura de la violencia.
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