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La educación prohibida.

Desde que el ser humano descubrió o apreció el término educación, hizo también un fuerte
énfasis en catalogarlo como un aspecto fundamental para el desarrollo de la sociedad, y
del medio por el que nos construimos como personas. Lo anterior, ha dado lugar a la
búsqueda incesante de encontrar la “mejor” manera de hacerlo, tratando de crear un
proceso estandarizado, como si se tratara de una exquisita receta en la cual el producto
terminado sería la persona que se instruyó. De ahí que el sistema educativo de la mayoría
de países, se enfoque en vernos como un objeto, al que se debe hacer algunas
modificaciones para que pueda relacionarse y enfrentarse a la sociedad que lo rodea,
desconociendo profundamente que la educación es un proceso y un aprendizaje
permanente. Siempre, independiente de la edad, la formación académica, o las
experiencias vividas, se tiene algo nuevo que aprender, que interiorizar, que explorar.

Si bien es cierto que la educación permite formar nuestras identidades, desarrollar nuestras
potencialidades y establecer nuestros valores, es necesario cuestionarse si son realmente
estos los objetivos de quienes intentan encaminarnos por dicho sendero y qué tanto se
están alcanzando. Ésta es, tal vez, una respuesta difícil de precisar, sin embargo y de
acuerdo a lo evidenciado a lo largo de la existencia, pueden hacerse algunas reflexiones y
críticas, que nos ayudan a aproximarnos de una manera adecuada a la realidad.

Asistir al colegio para la mayoría de los niños y adolescentes, se convierte en algo aburrido,
tedioso, poco interesante, en un compromiso prácticamente obligatorio impuesto por la
sociedad, pero, ¿por qué se aprecia de esta manera, si al colegio se va con el propósito de
educarse, de aprender, de mejorar? La respuesta es bastante sencilla: porque es
precisamente esto lo que no se hace cuando se va a la escuela. Nuestro sistema educativo
no permite hacer este tipo de cosas, tal vez porque para quienes lo diseñan, no es
conveniente formularlo de otra manera. vamos al colegio a recibir órdenes, a cumplir
horarios y contenidos establecidos, a que nos califiquen de excelentes o mediocres, a
memorizar y repetir conceptos, no a crear conocimiento. ¿Para quién va ser motivante
asistir a clases en estas condiciones?

Según Howard Gardner, el ser humano posee una gama de potenciales y capacidades que
se pueden explotar y emplear de manera productiva con cada individuo. En Colombia, y en
la mayoría de países, lamentablemente, este valioso aporte no es tenido en cuenta al
momento de formular un plan educativo, aquí las personas simplemente se catalogan como
inteligentes, cuando se destacan en lógica matemática o comprensión lectora, quiere decir
entonces, que los individuos que sobresalen en algún arte o deporte, para el medio en el
que nos desenvolvemos, son simplemente personas raras, perezosas, incapaces. ¿por qué
en el colegio, no nos ayudan y nos motivan a fortalecer esas potencialidades, teniendo en
cuenta que todos somos genios en distintas áreas?,¿por qué no se nos inculca por lo menos
tener una mirada crítica frente a las cosas y acontecimientos?, porque para el gobierno, los
grupos administrativos y la clase élite, tener a su alrededor personas inquietas, analíticas y
competitivas, sería perder su mandato, su postura, dejar acceder a los ciudadanos a la
democracia de la que tanto se habla, y por ende despojarse de los recursos que pertenecen
a la sociedad. Además, tomado el caso hipotético de que estas entidades cedieran a las
ideas anteriormente expuestas, ¿estarían los docentes capacitados para potenciar estas
fortalezas en los estudiantes?, tal parece que el problema es más complicado de lo que se
ve, pues la mayoría de estos profesores pasaron por el mismo sistema de educación, en el
que se les negó la opción de especializarse en lo que les apasionaba, y simplemente
eligieron su profesión como una manera fácil y oportuna de ganar dinero y de obtener los
bienes necesarios para subsistir en la sociedad, no como una manera de mejorar el mundo,
y de ser feliz.

Por otra parte, la educación no sólo puede ser vista como un proceso netamente académico
o escolarizado, la educación está compuesta por un sin número de aspectos de los cuales
el ser humano debe permearse día a día. Uno de estos, por ejemplo, es la educación como
formación de sujetos, entendiéndose como sujeto a aquella persona dotada de libertad y
de una razón iluminada. La tarea de formación de sujetos resulta casi imposible, las
condiciones para iniciar el proceso de identificarnos y de conocernos, que son detalles clave
para conseguir la autonomía, no es muy fructífero para la mayoría de la población y menos
cuando se vive en un mundo de embarazos no deseados, de padres sin tiempo y de
personas infelices que impiden brindar la atención y el amor que los individuos requieren.
De ahí que nuestro alrededor esté lleno de población sin identidad, aunque con cédula,
sometida fácilmente a discursos promeseros y engañosos, porque simplemente no sabe
identificar siquiera, lo que es más oportuno para su bienestar, una población sin
herramientas de lenguaje.

Finalmente, puede decirse que la educación está prohibida, que las cosas que realmente
importan y nos forman como seres humanos, no están escritas en ningún libro ni cuaderno,
en la academia nos deberían primero inculcar la importancia de conocernos, de ser
auténticos, libres, racionales, críticos, democráticos, de ser responsables y coherentes al
momento de enfrentarnos con las adversidades que se nos presentan y sobre todo de
encontrar y explotar todo aquello que amamos y nos hace felices, esto es lo realmente
urgente, los demás conocimientos se pueden ir adquiriendo de forma paulatina.
Necesitamos ser ante todo personas.

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