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HÁBITOS DE ESTUDIO

Los hábitos son conductas que las personas aprenden por repetición. Se tienen
hábitos buenos y malos en relación con la salud, la alimentación y el estudio,
entre otros. Los buenos hábitos, sin duda, ayudan a los individuos a conseguir
sus metas siempre y cuando estos sean trabajados en forma adecuada durante
las diferentes etapas de la vida. El hábito, en sentido etimológico, es la manera
usual de ser y, por extensión, el conjunto de disposiciones estables que, al
confluir la naturaleza y la cultura, garantizan una cierta constancia de nuestras
reacciones y conductas. El hábito, es el conjunto de las costumbres y las
maneras de percibir, sentir, juzgar, decidir y pensar (Perrenoud, 1996).

El hábito es un tipo de conducta adquirido por repetición o aprendizaje y


convertido en un automatismo. El hábito, como la memoria y los instintos, es
una forma de conservación del pasado. Las dos fases del hábito son: 1) De
formación y 2) de estabilidad. La primera corresponde al periodo en que se
está adquiriendo el hábito y la segunda cuando ya se ha conseguido y se
realizan los actos de forma habitual con la máxima facilidad y de manera
automática (Velázquez, 1961).

Los hábitos son factores poderosos en la vida de las personas. Dado que se
trata de pautas consistentes, a menudo inconscientes, de modo constante y
cotidiano expresan el carácter y generan nuestra efectividad o inefectividad. El
hábito requiere de tres elementos para ponerlo en acción: a) el conocimiento,
b) las capacidades y c) el deseo (Covey, 2009). Autores como Bajwa, Gujjar,
Shaheen y Ramzan (2011) mencionan que un estudiante no puede usar
habilidades de estudio eficaces, hasta que no está teniendo buenos hábitos y
argumentan que un individuo aprende con mayor rapidez y profundidad que
otras personas debido a sus acertados hábitos de estudio. Además, reiteran
que el estudiar de forma eficaz y eficiente consiste más que en la
memorización de hechos, en saber dónde y cómo obtener la información
importante y la capacidad de hacer uso inteligente de la misma. Al igual que
cualquier otra actividad la habilidad y la dedicación son los puntos claves para
el aprendizaje.

Los hábitos de estudio son los métodos y estrategias que acostumbra a usar el
estudiante para asimilar unidades de aprendizaje, su aptitud para evitar
distracciones, su atención al material específico y los esfuerzos que realiza a lo
largo de todo el proceso (Cartagena, 2008).

Un hábito es un patrón conductual aprendido que se presenta mecánicamente


ante situaciones específicas generalmente de tipo rutinarias, donde el individuo
ya no tiene que pensar ni decidir sobre la forma de actuar. Los hábitos se
organizan en forma de jerarquías de familia, en función al número de refuerzos
que las conductas hayan recibido. Los hábitos de estudio son un conjunto de
hábitos de trabajo intelectual que capacitan al sujeto para una más fácil y
profunda asimilación, transformación y creación de valores culturales
(Fernández, 1988).

Los hábitos de estudio según Vinent (2006) deben ser entendidos como la
continua repetición de un acto, que hace posible lograr resultados positivos en
el aprendizaje y donde intervienen factores como el interés y la motivación
interna del estudiante que aprende y que se manifiestan por el hecho, en
primer lugar de que los estudiantes hagan mal uso de ellos, y en segundo
lugar, que carezcan de los mismos.

Los fundamentos teóricos que sustentan los hábitos de estudio están


enmarcados dentro del enfoque cognitivo, que centra su atención en el cómo
perciben, interpretan, almacenan y recuerdan la información los sujetos,
quienes son considerados entes activos capaces de intervenir en su proceso,
considera que el aprendizaje es un proceso activo que comprende el uso de
estrategias y de experiencias que se transforman en nuevas categorías y
concepciones organizadas.
Wrenn (2003) señala los hábitos de estudio constituyen la disposición adquirida
por el ejercicio constante de los individuos para aplicar acciones que le
permiten leer, tomar apuntes, concentrarse, distribuir el tiempo y trabajar de
manera efectiva.

En relación a los métodos de estudio, Tapia (2005), plantea tres clases de


métodos: total, por partes y mixto o de la medición. El método total, es muy
efectivo cuando se trata de estudiar temas cortos, su técnica requiere leer de
principio a fin todo el tema empleando la lectura comprensiva; volver a leer un
número suficiente de veces, según el grado de dificultad del tema, hasta lograr
su comprensión; y captar la idea general del tema. Método por partes, es
excelente en el estudio de temas amplios, la técnica a seguir consiste primero
en considerar cada párrafo tantas veces como sea necesario hasta captar su
significado y hacer lo mismo con cada párrafo hasta concluir el tema. Método
mixto, llamado así porque intervienen los dos anteriores, en un momento se
estudia empleando el método total y en otro, el por partes; es recomendable en
el estudio de temas muy extensos.

Hernández, (2005), manifiesta que el método de estudio Explorar, Preguntar,


Leer, Esquematizar, Recitar y Resumir (EPLERR), es una guía de ayuda que
permite aprender en forma activa y significativa; orienta el estudio en forma
organizada y sistemática, es eficaz sólo si se tiene el propósito de mejorar la
forma en que se está aprendiendo, no basta con poder aprender y querer
aprender, es necesario saber aprender, es decir poseer la capacidad de
aprender; tener la voluntad de aprender, estar motivado y mostrar una actitud
predispuesta hacia el estudio; y saber aprender, teniendo conocimiento de
cómo hacer el trabajo. Del mismo modo precisa que si la organización es
buena y se utilizan diversas estrategias, mejores son los resultados. Éste
método de estudio debe ser adaptado a las características personales y a las
demandas de las tareas que pretende realizar el estudiante; si se práctica lo
suficiente se convierte en un hábito el cual contribuye a adquirir una actitud
más metódica.
REFERENCIA

1. Bajwa, N., Gujjar, A., Shaheen, G., y Ramzan, M. (2011). A comparative


study of the study habits of the students from formal and non–formal
systems of education in Pakistan. International Journal Of Business &
Social Science,2(14), consultada del E–Journal database.
2. Cartagena, Mario (2008). "Relación entre la autoeficacia, el rendimiento
escolar y los hábitos de estudio de secundaria", Revista Iberoamericana
sobre Calidad, Eficacia y cambio en Educación, vol. 6 (3).
http://www.rinace.net/arts/vol6num3/art3.pdf, consulta: febrero 2018.

3. Covey, S. (2009). Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, Paidós,


Barcelona.

4. Fernández, F (1988). Técnicas de estudio en Diccionario de Ciencias de


la Educación, Santillana, Madrid.

5. Hernández, F. (2005). Métodos y técnicas de estudio en la universidad.


Colombia: Mc Graw Hill.

6. Perrenoud, P. (1996), La construcción del éxito y del fracaso escolar, 2a


ed., Morata, Madrid.

7. Tapia I. (2005). Métodos y Técnicas de Estudio. Lima. Ed. Corito.

8. Velázquez, J. (1961). Curso elemental de psicología, Selector, México.

9. Vinent, R (2006). Introducción a la metodología del estudio. Barcelona.


Editorial Mitre.

10. Wrenn (2003). Inventario de hábitos de estudio. México. Editorial Prentice


Hall.

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