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TRASTORNO ESQUIZOFRENIFORME

Es idéntico a la esquizofrenia, excepto en su duración.


Vuelven a su nivel de funcionamiento premórbido una vez resuelto el episodio
psicótico.
Usado por primera vez en 1939 por Langfeldt para describir psicosis agudas,
reactivas, frecuentemente asociada a sintomatología afectiva.
En general de buen pronóstico.

DIAGNOSTICO:
A. Se cumplen los criterios A, D, E para la esquizofrenia.
 A. Dos o más de los sgtes, cada uno de ellos presente durante una parte significativa
de un periodo de 1 mes (o menos si ha sido tratado con éxito):
 1. ideas delirantes
 2. alucinaciones
 3. lenguaje desorganizado
 4. comportamiento catatónico o gravemente desorganizado
 5. síntomas negativos
 D. Exclusión de trastornos esquizoafectivo y del estado de ánimo
 E. Exclusión de consumo de sustancias y de enfermedad médica

EPIDEMIOLOGÍA: incidencia, prevalencia y proporción por sexo desconocida.


– Probablemente más común en adolescentes y adultos jóvenes.
– Prevalencia a lo largo de la vida 0.2%.

ETIOLOGÍA: desconocida.
– Tendrían más síntomas afectivos (manía) y mejor evolución que la EQZ.
– Mayor prevalencia en familiares con trastornos afectivos.
– Neuroimagen:
Déficit relativo de activación de la región prefrontal inferior del
cerebro.

CURSO Y PRONÓSTICO:
– Pronóstico variable.
– Riesgo significativo de suicidio.
– Frecuente periodo de depresión posterior al episodio psicótico.
– Se resuelve en 6 meses, volviendo al nivel premórbido de funcionamiento.
Clínica:

Aparición brusca de ideas delirantes, alucinaciones, alteraciones en las


asociaciones u otros trastornos del curso formal del pensamiento.
Aplanamiento afectivo ocasional, perplejidad o confusión.
A veces, cambios conductuales como apatía, desconcentración, desmotivación por
las actividades habituales, pérdida del interés por el aseo personal, y aislamiento
social.

TRATAMIENTO:
– Hospitalización
– Fármacos antipsicóticos
– Psicoterapia.
TRATAMIENTO

La terapia para una persona que padezca una esquizofrenia, involucrará en todos los
casos farmacoterapia, basado principalmente en neurolépticos. Frente al diagnóstico
de la enfermedad, se encontrarán recurrentemente con resistencias dadas tanto por el
paciente como por los familiares, quienes dudarán del diagnóstico, atribuyéndolo a
“crisis de identidad”, “desorientación”, “problemas psicológicos”, entre otros. Por
parte del paciente mismo, su estado psicótico le impide en la mayoría de los casos
comprender la implicancia de dicha enfermedad. Dependiendo de la gravedad del
cuadro clínico, dado por la disruptibilidad del paciente, se considerará su
hospitalización en un Hospital Psiquiátrico, la que muchas veces se realizará contra
la voluntad del paciente. Otra de las indicaciones para su hospitalización es para
clarificar una sospecha diagnóstica en caso que no haya certeza del diagnóstico
mismo, para lo cual se mntendrá en observación al paciente y se realizarán
exámenes complementarios para descartar otras patologías que puedan presentar
síntomas similares (psicosis breves, pscosis de origen orgánico, psicosis por drogas,
etc.).
El uso de fármacos y cual se usará dependerá de las condiciones del paciente
y de los recursos existentes en el Centro asistencial.
En caso de un paciente agitado, que rechaza tratamiento y de difícil manejo
conductual, se preferirá el uso de neurolépticos por vía parental (haloperidol IM 5 a
20 mg/24 hrs) pudiendose asociar benzodiazepinas por vía parenteral (lorazepam 4
mg c/8-12 hrs IM o ev). Luego de su estabilización, se suele cambiar a
neurolépticos por via oral (risperidona, olanzapina, quetiapina, etc).

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