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El órgano rector del CDB es la Conferencia de las Partes (COP). Esta autoridad suprema de todos
los Gobiernos (o Partes) que han ratificado el tratado se reúne cada dos años para examinar el
progreso, fijar prioridades y adoptar planes de trabajo.
La Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (SCDB) tiene su sede en Montreal,
Canadá. Su principal función es ayudar a los Gobiernos a aplicar el CDB y sus programas de
trabajo, organizar reuniones, redactar borradores de documentos, coordinar la labor del Convenio
con la de otras organizaciones internacionales, así como recopilar y difundir información. El
Secretario Ejecutivo es el director de la Secretaría.
La meta del CDB es lograr la conservación de la diversidad biológica mediante el uso sostenible
de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la
utilización de la utilización de los recursos genéticos.
Es el primer instrumento multilateral que aborda la biodiversidad como un asunto de importancia
mundial, que demuestra la preocupación ante su deterioro y reconoce su papel en la viabilidad de
la vida en la Tierra y en el bienestar humano. El CDB es el instrumento más importante en la
promoción de la conservación de la biodiversidad y el aprovechamiento sustentable del capital
natural, impulsando acciones para el desarrollo sustentable.
El CDB nace en un periodo en el que comenzábamos a reconocer, como humanidad, que preservar
la diversidad biológica es esencial para la subsistencia de las generaciones presentes y futuras,
siendo un bien mundial de valor inestimable, sin embargo, las amenazas de extinción a los
ecosistemas y especies aumentaban a un ritmo inconmensurable.
Esta problemática, junto con otras graves, como el agotamiento del ozono, el calentamiento de la
Tierra y la degradación de los bosques, llevó a una creciente atención al desarrollo sustentable y
expuso la necesidad de explorar convenios internacionales, en este caso uno sobre la diversidad
biológica. Fue entonces cuando el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) convocó a un Grupo Especial de Expertos sobre la Diversidad Biológica, en noviembre
de 1988, con el objeto de explorar este convenio. Llegado mayo de 1989, el PNUMA estableció
el Grupo de Trabajo Ad hoc de expertos jurídicos y técnicos para de preparar el instrumento
jurídico internacional para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica.
En 1992 se celebró en Río de Janeiro, Brasil, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo, también conocida como la "Cumbre de la Tierra". En esta reunión se
firmaron dos acuerdos jurídicamente vinculantes de gran importancia ambiental: la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) y
el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), siendo este último el primer acuerdo mundial
enfocado a la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. El CDB ganó rápidamente una
aceptación generalizada y más de 150 gobiernos firmaron el documento en el marco de la Cumbre
en Río de Janeiro. Actualmente 191 países lo han ratificado.
• La conservación de la biodiversidad,
• El uso sostenible de los componentes de la diversidad biológica, y
• La participación justa y equitativa en los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos.
Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible.
Datos y cifras
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) quedó listo para la firma el 5 de junio
de 1992 en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, y entró en vigor el 29 de
diciembre de 1993.
Hasta la fecha hay 193 Partes, Guatemala es una de ellas.
Los componentes de la diversidad biológica son todas las formas de vida que hay en la
Tierra incluidos ecosistemas, animales, plantas, hongos, microorganismos y diversidad
genética.
Con sus tres objetivos, el CDB es considerado a menudo como el principal instrumento
internacional para el desarrollo sostenible.
Los ecosistemas, las especies y los recursos genéticos deberían ser utilizados en beneficio
del ser humano, pero de manera que no lleve a la pérdida de diversidad biológica.
Para conservar la diversidad biológica hacen falta cuantiosas inversiones, pero se
obtendrán considerables beneficios ambientales, económicos y sociales
El enfoque por ecosistemas, una estrategia integrada para gestionar recursos, es el marco
de acción del Convenio.
Según el principio de precaución, cuando haya peligro de considerable reducción o pérdida
de diversidad biológica, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como
razón para postergar la adopción de medidas que impidan o minimicen ese peligro.
Estados Partes
Ciento noventa y seis estados y la Unión Europea son partes en el Convenio.1 Todos los
estados miembros de la ONU, con excepción de los Estados Unidos, han ratificado el tratado.
Los estados no miembros de las Naciones Unidas que han ratificado son las Islas Cook, Niue,
y el Estado de Palestina. La Santa Sede y los estados con reconocimiento limitado no son
partes. Los Estados Unidos han firmado, pero no ratificado el tratado, y hasta el momento, no
ha anunciado planes para ratificarlo.