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amor,
odio y
miedo.
ISBN 978-9962-12-913-4
1
Índice
Información bibliográfica 1
Prólogo 6
Al rojo vivo 10
Sin título, número cinco 11
De piedra 12
De colores 15
¡Maldito amor! 16
La bruja 17
Violeta 20
Guerrero frustrado 21
Perdido 22
Fruto de la tentacion 23
Abandono con H bulliciosa 25
Pueblo 26
Ánima 27
Melancolía nublada con C negrita 29
Sabio urbano 30
Último árbol 31
Mi corazón 33
Oda al pedo 34
Mariposas en la barriga 34
Deseo sangriento 35
2
Imposible 38
Canción disonante en D al cuadrado 39
Jódete 40
Pienso en ti 41
Pseudoprosa vespertina en C menor 42
Corazones enamorados con P mayúscula 43
Mentira piadosa 45
Guerra 46
Sólo 47
Kronos 48
...al final... 49
Pleito en Re sostenido 53
Lado 54
Doliente 55
Intranquilidad en S mayúscula 62
Último aliento 63
Nostalgia en U minúscula 66
Nostalgia cósmica 67
Oda a Ñeque Art 69
Corazón raspado 70
Agonía en F bemol 71
Sabio loco 72
Staccato en H nublada 79
3
El cuento aburido 80
Pseudoverso vago 82
Infierno hibernal 82
Mi reflejo 83
Elemental 86
Confesión de un cafeinómano 87
Payaso solitario con S minuscula 88
Bon chance 89
Fantasía febril 90
La mentira y el simio 91
Musa indiferente 93
Amor gitano 94
Riña con B mayúscula 97
¡Me aburro! 98
El décimo tercer hijo 99
El camino difícil 104
Nocturno 105
Entrometida 109
Sueño de un día despejado 110
Incógnito 111
Oda a la... “cosa” 112
Contelación de ti 113
Mi periquita canalla 115
4
Vida mía 116
Cuento dulce 117
Pesar estóico 120
Musas 121
Blanco y negro 122
Sapo belllo 124
Haikús 125
¿y ahora qué? 127
Sobre el autor 130
5
Prólogo
6
De haber un agradecimiento para alguien, sería para
ti, querido lector, miembro de una agonizante
especie dentro del reino humano, que aún quieres
leer algo. Es por eso que te dedico todo esto a tí, en
celebración por tu naturaleza, en gratitud por tu
tiempo, en admiración a tu atención, en desafío al
conformismo, en un mundo plagado de hombres
españoles en pantalones cortos pateando un balón
de un lado al otro, memes cada vez menos sutiles y
graciosos, series de televisión sin gracia o
creatividad, películas de intensos efectos especiales
e insípidas tramas, mientras que al mismo tiempo
algún morón ingenuo comparte uno de los tantos
absurdos retos e ideas paranoicas.
7
amor, sino odio, pero impulsado hacia lo constructivo
y positivo.
8
Al igual que tu, tengo un trabajo que paga las
cuentas, que demanda mucho de mi tiempo. No
obstante, estoy en contra de obnubilarnos con
excesivo uso de alcohol y drogas, redes sociales y
televisión. Disfruto mucho mi estadía en mi provincia
adoptiva, Chiriquí, donde es posible que me
encuentres caminando las calles, escuchando
música y tomando foto de las curiosidades no
sensacionalistas a mi alrededor.
9
Al rojo vivo
Niña de fuego,
ojos de brasas,
cabello, lava.
Parque de juego,
en llamas danzas,
chispas creaba.
Pronto o luego,
campos arrasas,
candela canta.
10
Sin título, número cinco
El corazón no sobreviva
otro tropiezo u otra mirada,
que su llama ha de encender.
Ojos a los que ella motiva,
cautivos en cuenca cerrada,
acallados ahora por recorrer.
11
De piedra
12
perdiera todo, quedando convertido en mortal o
incluso morir en el proceso, y que ella sencillamente
no quisiera estar conmigo.
13
por mortales preocupados por sus pequeñeces.
Pequeñas vidas, pequeños problemas, pequeñas
victorias. Pero ¿quién era yo para juzgarlos ahora?
Era posible que fuera uno de ellos ahora... y estaba
la pregunta de mi amada encarnada. ¿dónde estaría
ahora? Alguien cuidó de mi este tiempo.
14
De colores
15
¡Maldito amor!
16
La bruja
17
final del camino. La noche era fría y húmeda. La
extraña chica se detuvo, y me quite la chaqueta para
abrigarla. Ella se veía nerviosa, inquieta. No supuse
nada, pero algo me empujaba. El temor quedó atrás.
Pasó un momento, y fue cuando ella me agradeció
mi gesto. Me invitó a la cabaña, que resultó ser
suya. Todo en el interior contrastaba con su exterior.
Por fuera, parecía abandonada, pequeña y
polvorosa, mientras que por dentro estaba limpia,
cálida y hermosa.
18
a las brujas. Vi los cadáveres mutilados de aquellos
maleantes junto a mis pies y a ella desnuda,
embarrada de sangre. Por algún extraño motivo, me
acerqué y tomé su mano.
19
Violeta
Príncipe, no proxeneta,
que Sol y Luna prometa,
en vida real, no secreta,
holgada, que no aprieta.
20
Guerrero frustrado
21
Perdido
22
Fruto de la tentación
23
Extendí mi mano y en cuanto toqué el fruto de aquel
árbol sentí un frío que me recorría hasta los huesos.
Probé su fruto, que resultó estar podrido, pero tragué
un poco. Aquel fruto me ocasionó un malestar
terrible que me puso de rodillas, doblegándome por
dolor. Sentí cómo mi corazón se detenía, mi carne
se tornaba fría y el mundo continuaba a su ritmo,
olvidándose por completo de mi.
24
Abandono con H bulliciosa
25
Pueblo
26
Ánima
27
fantasma, pero no sentí miedo. Esperé hasta que
anocheciera, sólo para volverla a ver. En cuanto
cayó la penumbra, ella apareció. Continuamos
hablando como si nada hubiera pasado. Y así
seguimos, durante años. A medida que yo crecía,
ella se manifestaba mayor, ya no como una niña.
28
Melancolía nublada en C negrita
29
Sabio urbano
Guardados secretos
sin sañas o avaricias.
Esperando sin furia,
alma símil, semejante.
Maestro en harapos,
mago en inmundicias,
de esta nueva centuria,
deambulas caminante.
30
Último árbol
31
del cantar de aves y fresca brisa bajo la sombra.
Una mañana decidí talar aquel árbol para hacer las
hojas de papel para mi amada poeta.
32
Mi corazón
33
Oda al pedo
Un verde pedo
Que libre vuela
El mundo ronda.
Pálido quedo
Cuando huela
Nariz muy onda.
Muerto remedo
El ánimo muela
Natura hedionda.
Mariposas en la barriga
34
Deseo sangriento
35
Podrían decir que es amor a primera vista. Sentía
como que la conociera de toda mi vida, quizás de
miles de vidas pasadas encontrándonos una y otra
vez en este baile de cortejo. Se acercó a mi oído y
me susurró: "No tienes que hacerlo si no quieres.
Creo que dolerá poco, pero no quiero que estés
asustado". Esas palabras en su aliento frío en
aquella noche nublada era todo lo que necesita para
terminar de rendirme ante mi diosa de amor.
36
Ese había sido mi regalo para ella, amor verdadero,
aceptando ser mordido con gusto para liberarla de
su tortura. Ella viviría una sencilla vida mortal, llena
de pequeños placeres, y quizás encontraría con
quién tener una familia, envejecer juntos y morir,
hasta encontrarnos en otra vida.
37
Imposible
Me enamoré de ti,
dos opuestos somos.
Tu el día, yo la noche.
Contrariado sentí,
males y prodromos,
de locura, derroche.
Indefenso parecí,
Sesos sin aplomos,
me tientan de noche.
Débil, estremecí,
mis vértices romos.
Luego vendrá reproche.
Razón nublada,
corazón retorcido,
sueños muy dulces.
38
Canción disonante en D al cuadrado
39
Jódete
40
Pienso en ti
No me acuerdo de tu nombre,
nunca pienso en ti.
41
Pseudoprosa vespertina en C menor
42
Padecí fiebre, dolores y malestares.
43
Corazones enamorados con P mayúscula
No responden a razones,
No permiten negociación.
Sólo aceptan una tregua
Pagada sólo con amor.
44
Mentira piadosa
Es dulce amarga
mentira piadosa,
conjura y alarga,
pesa y embarga.
Es rosa espinosa,
sentidos letarga,
obsesión afanosa,
cosa silenciosa.
Veneno descarga,
razón peligrosa,
prosa lengüilarga
que sólo sobrecarga
alma silenciosa,
el sueño encarga,
venganza furiosa
recibe dolorosa.
45
Guerra
46
Sólo
47
Kronos
El dictador incansable,
Titan entre los dioses.
Marchamos a tu ritmo,
sin retroceso o reposo.
Tu castigo: interminable.
Seré yo a quien acoses,
Verdugo veraz, legítimo,
Yo tu cautivo, temeroso.
48
...al final...
49
Nos escabullimos en silencio, intentando no dejar a
ninguno atrás, saliendo con cuidado. Fue entonces
cuando despertó de su letargo, listo para cazarnos,
como una bestia que juega con una presa muy tierna
para dar pelea aún. Nuestros padres intervinieron, al
llegar en ese momento, aterrorizados por lo que
acontecía. Nuestro padre fue el primero en caer, de
una mordida al cuello, con dientes que arrancaban la
carne y derramaban la sangre. A pesar de ser un
hombre fuerte, no ofreció mucha resistencia. Siguió
nuestra madre que gritaba, golpeando a nuestro
atacante con todo lo tenía a mano.
50
nuestras piernas, tuvimos que detenernos a tomar
aire. A lo lejos, una columna de fuego y humo se
levantaba sobre el horizonte. Abajo, podíamos
escuchar gritos y gruñidos, como una escena de la
peor de nuestras pesadillas. Nadie venía tras
nosotros entonces, pero continuamos hasta que no
pudimos más. Había anochecido y estábamos listos
para rendirnos.
51
llegar a tierra firme. Entonces, nadie creyó nuestra
historia. Navegantes, luego, volvieron con historias
de aquella maldita isla, ahora desierta, que no era
más que cenizas. Algunos decían que había sido un
castigo de los dioses, otros que un volcán. Mi
hermano y yo juramos nunca volver a hablar de esto
con nadie. Cambiamos nuestros nombres e
inventamos otro lugar de origen. Vivimos cerca uno
del otro hasta ser ancianos, y llegó el día en que lo vi
morir plácido en su lecho, en paz con nuestra
historia.
52
Pleito en Re sostenido
Malandros y no caballeros,
A todos hoy les advierto:
"Una paliza verbal profeso.
53
Lado
En todo lado,
otros ojos veo,
otras me arrullan,
otros me rozan.
Un mal creado,
secretos poseo,
dejo que influyan,
sueños sollozan.
En ningún lado,
siento ese deseo,
que sangre fluyan,
o sentidos gozan.
Yo, destrozado,
débil, yo flaqueo,
voces murmullan,
por dentro retozan.
Cuando a tu lado.
A veces me ideo,
razón destruyan,
sueños rebozan.
54
Doliente
55
alturas era el otro ocupante de aquella casa. Afuera
soplaba una feroz brisa que parecía aullar a través
de vidrios rotos en una oscura noche sin estrellas.
56
de aquel ridículo armario. Encontré pisadas
húmedas que parecían como si dos personas
hubieran camino los mismos pasos, uno detrás del
otro. Fue entonces cuando noté mis zapatos
mojados. No lo noté antes. ¿será que entré aquí
durante una tormenta?
57
Posó sus enrojecidos ojos sobre mi, y aunque
reconoció mi presencia, me ignoraba por completo,
estremeciéndose de un lugar a otro, maldiciendo sin
parar.
58
de locura y a la vez una hermosa casa, en medio de
un hermoso campo verde, adornada con flores
alrededor. La nota rezaba un mensaje de amor y
nostalgia, empañado por pérdida y dolor, sobre
bellos momentos vividos, extintos, y una despedida
parca. Entendí en ese momento todo lo acontecido y
lo que aquel terrible escenario representaba.
59
sabía lo que era amar realmente hasta que te
sostuve por primera vez en mis brazos. La muerte te
arrebató de mi, dejándome completamente
resquebrajado, incompleto y muerto en vida. No
puedo acompañarte en tu viaje, pero no puedo
continuar con el mío. No así. No ahora. No me ha
quedado más remedio que intentar borrar de la
historia el registro de tu existencia, al menos hasta
que mi corazón sane. Ahora cada recuerdo de ti es
una puñalada en mi corazón. No fui el mismo
después de conocerte, no seré el mismo luego de tu
partida. Me enseñaste todo lo que un hombre debe
aprender sobre el amor verdadero. Contigo aprendí
sobre cómo ver este mundo con nuevos ojos y los
pequeños placeres que hacen la vida más dulce.
Espero me puedas perdonar cuando nos volvamos a
encontrar por querer alejar tu recuerdo. Quizás,
entonces, puedas ser tu mi alumno y yo tu maestro.
Con amor, tu padre".
60
recordé los hermosos momentos que compartimos él
y yo, y decidí dejarlo como recordatorio de días de
juego, mañanas de aventura, tardes de ocio, sueños
alocados y fantasías de juegos. De pronto, todo no
me pareció tan sombrío.
61
Intranquilidad en S mayúscula
Nunca ya comeré,
Sueños y recuerdos.
Mi sangre usaré.
Demonios perversos.
Rimas escribiré,
En tramos reversos.
Amor liberaré,
Sentires adversos.
Triste me quedaré.
Sueltos y dispersos.
62
Último aliento
63
Así transcurrieron los años, viendo el ir y venir de
pacientes y trabajadores, que parecían enfermar,
empeorar o incluso morir, al mismo tiempo que algo
en aquel anciano mejoraba de forma sutil. Durante
todos esos años, no tuvo ningún visitante, pero
mejoró de forma significativa, incluso rejuvenecido.
Era un hombre sin gracia, que poco llamaba la
atención, sin ocasionar simpatía o antipatía. El
evento que suscitó mis sospechas fue cuando el
doctor enfermó, perdiendo la voz. Era un hombre
corpulento, de una profunda voz fuerte, que solía
expectorar maldiciones y obscenidades. Era el
cáncer el mal que lo afligía y a medida que se
consumía hasta matarlo.
64
reconocerlo, sin poder hablar. En silencio se sentaba
él en una silla y ella en su cama. Al principio, él la
miraba y luego ambos se miraban con un amor
ancestral, que no requiere muestras de afecto,
silencioso y profundo, desapegado de las
posesiones, desentendido de los juicios del mundo.
65
Nostalgia en U minúscula
Busco tu aroma
Es suave y dulzón
Cerca se asoma
Contengo reacción.
Dejo me carcoma
Palpita corazón
Cruel y dulce broma
Terrible decisión.
Mente se desploma
Casi pierdo razón
Esencia retoma
Siento una traición.
Amor es axioma
A vida da sazón
Lengua sin idioma
No sé su intención.
66
Nostalgia cósmica
67
Me consuelo con la idea de otro espacio, donde nos
volvamos a encontrar, cuando podamos volver a
escribir una nueva historia. Volverte a soñar,
volverme a enamorar... pero sabiendo que te volveré
a perderte, dispuesto a pagar aquel precio.
68
Oda a Ñeque Art
69
Corazón raspado
70
Agonía en F bemol
71
Sabio loco
72
en la siguiente generación.
73
monóxido de carbono, cuando un viajero les
recomendó conservar el humo de la estufa de leña
para mantener el interior caliente.
74
crueles que lo tildaban, y en cierta forma incluso
puntuaban si es que tal cosa es posible, de
fracasado y cobarde. Decidió posponer su suicidio
para otra ocasión, quizás a una hora con mayor
privacidad. Los estafadores tienen sentimientos,
¿saben?
75
Uno de ellos, un gran sabio ahora loco, pensó que si
sobrepasaba la posología de aquellas posiones,
lograría un conocimiento permanente y no sólo
pasajero. Calculó, planeó y ejecutó su misión. Fue al
lugar donde los demás sabios almacenaban sus
posiones, y las robó. Las trajo de vuelta a su torre,
donde la bebió en infusión, la inyectó en sus venas,
respiró sus vapores y la introdujo de forma repetida
en forma de enema. Ésta última, aunque muy
incómoda, era la que parecía tener el mayor efecto.
Luego de varias semanas de encierro, salió de su
torre un hombre cambiado. En efecto, tenía la
solución a todos los problemas de todos los seres de
la tierra, pero la solución del universo era eliminarlos
a todos como si se tratara de un satisfactorio
estornudo. Un simple limpiar de mocos galácticos
para aliviar un universo apesadumbrado.
76
Como una nota curiosa, cabe mencionar, que los
cínicos quedaron perplejos con las palabras del loco,
y no supieron si continuar o volver, de modo que
permanecieron estáticos criticándose y burlándose
entre ellos, hasta que una muy hambrienta bestia
salvaje apareció para comérselos. Los mató uno por
uno, pero los demás estaban tan ocupados
emitiendo comentarios sarcásticos y cínicos. El
último de los cínicos en aquella jauría fue devorado
por la bestia, ocasionando una terrible indigestión
que luego le ocasionó la muerte. Vinieron los buitres
y alimañas que merendaron los restos de la bestia y
a su vez también murieron, algunos de una terrible
fiebre y otros por gula.
77
El loco enojó por aquella terrible idea y se fugó una
noche. Por la mañana, nadie sabía qué había
sucedido, así que concentraron sus esfuerzos en
adorar al estafador. Sin saber qué hacer, y ahora con
una mayor ansía suicida, el estafador les instruyó
construir la más majestuosa creación que pudieran
idear, porque de seguro aquello complacería a su
líder, el loco, que había desaparecido sin razón
alguna. El estafador, iría en un recorrido espiritual, y
volvería cuando la creación estuviera completada. Y
así fue. Los tontos encontraron como propósito
aprender a construir, y pronto murieron de hambre,
insolación y sed. Este fue el fin de la partida de
tontos.
78
Staccato en H nublada
No lloro, no me retuerzo,
La pena pasará.
Tu terminas, yo empiezo.
Tu veneno, aderezo,
Fuerza me sobrará,
Tus golpes son mi almuerzo.
Agarraré tu pescuezo,
Paz ensordecerá,
Mis oídos a tu ruego.
79
El cuento aburrido
80
héroes y villanos, y los villanos también. Las mezcló,
empezando por el final y narrando hasta llegar al
principio.
81
Pseudoverso vago
Infierno hibernal
Días infernales,
noches hibernales.
Palabras fatales,
¿peor de los males?
82
Mi reflejo
83
lloró. Supongo estaba dormido. Para cuando alguien
se dio cuenta del incendio yo ya estaba lejos. Se
podía ver la columna de humo teñida de naranja
lejos en el firmamento.
84
Mientras mis pies guindaban y la soga tensaba mi
cuello, logré ver mi reflejo en una ventana, y al fin
me miró. Me miró fijamente, juzgándome con sus
ojos fijos, hasta que no pude ver más.
85
Elemental
86
Confesión de un cafeinómano
87
Payaso solitario con S minúscula
Ayer me he enamorado
Sin haber dado un paso
Temiendo, horrorizado,
Un terrible, triste fracaso.
88
Bon chance
89
Fantasía febril
90
La mentira y el simio
91
siempre había favorecido al sueño.
92
Musa indiferente
93
Amor gitano
94
aroma de comida caliente, escuchando el reir de
niños en la siguiente habitación.
95
pies de la vieja, que en ese momento confesaba era
una bendición, no un hechizo maldito, lo que había
conjurado para él. Con su último aliento, el hombre
rompió en llanto, y fue entonces cuando escuchó la
voz de su dulce amada, la hija de aquella vieja,
cuyos dedos lo habían dormido en sueños la noche
anterior.
96
Riña con B mayúscula
Me gustaría encontrarnos
Lejos de todo el mundo.
Para darte un puñetazo
En los huevos y el culo.
Gozaría al enfrentarnos
Embaucador, vagabundo.
Entre patada y codazo,
Muy lento te estrangulo.
97
¡Me aburro!
Conversación amigable.
De ambición reducido.
Maldición abominable.
En la historia, hundido.
98
El décimo tercer hijo
99
formaron filas de padres con hijos, listos para
dejarlos ir con la esperanza de una mejor vida para
ellos. Pero la reina era una mujer superficial y pronto
se aburrió de sus nuevos doce hijos, que también
eran infelices, pero cautivos en jaulas doradas. Al
capricho de la reina debían cantar, declamar o tocar
instrumento, a veces incluso muy tarde en la noche.
100
talento, a lo que el chico respondió que no tenía
ninguno: no era hermoso, no bailaba, no tocaba
ningún instrumento, no podía hacer piruetas
gimnásticas, no sabía dibujar o pintar, no conocía
ningún verso o prosa que pudiera declamar... esto
enfureció a la reina, quien hacía mucho tiempo no
sentía esa emoción. Lo mandó de vuelta a su jaula
sin cena, con la amenaza de una paliza.
101
probablemente tras una penosa y prolongada
enfermedad, devolviendo a su pueblo la alegría de
vivir.
102
El día en que falleció, el fantasma de su hijo trece la
perdonó con un susurro al oído, lo que propició una
sonrisa en su lecho de muerte.
103
El camino difícil
104
Nocturno
105
hierro.
106
con mechones de canas, que parecían pintadas,
brillantes a la luz de las lámparas.
107
lente con el que se vea.
108
Entrometida
109
Sueño de un día despejado
A la sombra, somnoliento,
de penurias, males, exento.
110
Incógnito
111
Oda a la... "cosa"
112
Constelación de ti
113
más que contener la respiración durante algunos
millones más de atardeceres. En las noches, me
embelesaba con las estrellas de aquel vasto
universo.
114
Mi periquita canalla
115
Vida mía
La vida es preciosa,
muy mal apreciada.
Siempre única, fugaz.
Fuerte y peligrosa.
A veces maltratada,
persistente y tenaz
Bullicia, silenciosa,
corta o alargada,
de aferrarse incapaz.
Compleja, hermosa,
una idea gastada,
resiliente y audaz.
Pasajera deseada,
pulcra o manchada.
Tiene apetito voraz.
116
Cuento dulce
117
inmersa en el parche seco, y pronto se derrumbó.
Para ese entonces, ya estaba viviendo yo en una
cueva cercana. Vivía con lo que brotaba del bosque
cercano y no me preocupaba mucho, hasta que
empezó a secar granjas cercanas. Pronto se
mudaron a la cueva la mitad de los aldeanos, y para
cuando la otra mitad llegó, la destrucción había
tocado a la cueva.
118
siguientes aldeanos se hicieron cada vez más
fuertes y más sanos y, eventualmente, más felices.
119
Pesar estoico
Tu silencio me ensordece,
tu indiferencia flagela.
Quiero leer entre miradas,
pero tu lengua es foránea.
Oscuridad desobedece,
ya nada bueno me consuela.
Palabras veraces, sangradas.
Duda, gira, tartamudea.
Un pedazo desaparece,
ya es pasa, antes ciruela,
cuna de lanzas y espadas
en sala cristal estropea.
120
Musas
121
Blanco y negro
122
alrededor, posados en el techo, incluso en mi jardín.
También llegó una legión de gatos negros, que entre
gruñidos y zarpazos mantenían aquel perro blanco
lejos.
123
Sapo bello
Hermoso y bello,
Pobre y temeroso.
Huyes por tu vida.
Yo te veo, sapo,
Sutil, maravilloso,
Nunca como plaga.
Perro y humano,
Para sacarte ojo,
Te acosa, caza.
Te quiero, mi sapo,
Cantante amoroso,
Sin males ni maña.
124
Haikús
Ruidosa labor
sudor y dolor arduos
logros muy gratos.
Ironía de
historia repetida
no aprendemos.
Una apariencia
vale más que sustancia.
¡Mundo de locos!
Dia de fiesta
mañana celebramos
hijos y padres.
Dioses no teman:
La pizza adorada,
manjar divino.
Comida rica,
copiosa, deliciosa.
Alivia alma.
Razón nublada
corazón retorcido
sueños muy dulces
125
Lluvias frías
y abrazos cálidos
entre sábanas
Terrible ocio
mente muy intranquila
ideas locas.
Mañana es tímida
el Sol curioso
día prometedor
126
¿Y ahora qué?
127
"¿Y ahora qué?" Luego, mis ingenieros construyeron
un puente a la Luna donde se podía saludar al Sol y
las estrellas. Se crearon naves que expandieron mi
conquista a los mundos vecinos, que también fueron
conquistados y moldeados a mi capricho.
128
Sobre el autor
129