Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
En el año 20081 se cumplen los primeros cien años de publicación de Blanca Olmedo,
escrita por Lucila Gamero de Medina (1873-1964), considerada por muchos como la
verde y Cipotes, de Ramón Amaya Amador— una de las obras más leídas por los
reconocimiento de propios y extraños, por lo que podríamos decir que, con Lucila
Gamero de Medina, la conocida y radical sentencia que “No hay profeta en su tierra”,
algunos detalles que evidencian las diversas posibilidades o aproximaciones que esta
novela permite.
novedoso: Blanca Olmedo, una joven de buena familia, ha perdido todos sus bienes por
1
L. H. Sevilla, J. R. Martínez y H. Umaña han demostrado que el año de publicación de Blanca
Olmedo es 1908 y no 1900, como se afirmó anteriormente.
obliga a trabajar como institutriz en la casa de la familia Moreno, donde conoce al que
será el amor de su vida: Gustavo Moreno. Por las intrigas de doña Micaela, madre de
Gustavo, así como las del padre Sandino —consejero espiritual de la Señora Moreno—,
y también por las influencias del mismo Elodio Verdolaga, el amor de los jóvenes no
Doña Micaela, al final, llena de remordimientos, funda un asilo para huérfanos con el
y muerto de tristeza.
enamoran, hay un obstáculo que los separa y finalmente, mueren sin consumar su amor.
del diario, la rebeldía romántica que se opondrá al orden establecido, pero que no
logrará vencerlo.
Muchos críticos han señalado que el romanticismo de Blanca Olmedo y de otras novelas
mitad del siglo XIX. En 1908, entonces, cuando surge la novela que nos ocupa en este
2
Pese a lo anterior, lo romántico sentimental —tardío pero atractivo a muchos lectores,
incluso del siglo XXI—, es el instrumento que la autora utiliza para comunicar otros
Novela autobiográfica
Existen evidencias abundantes para afirmar que Blanca Olmedo permite ser leída no
sólo como novela romántica, sino además como una novela autobiográfica.
1994 por la Editorial Universitaria, bajo el título Lucila Gamero de Medina. Una mujer
de 1873; fueron sus padres el Dr. Manuel Gamero y doña Camila Moncada de Gamero.
Su padre, quien estudió Medicina en Guatemala, fue uno de los grandes motivadores de
Sabemos además, que la escritora se casó en 1897 con Gilberto Lorenzo Medina, rico
hacendado de Danlí, once años mayor que ella, sin formación cultural, pero con el
claves importantes para la lectura de Blanca Olmedo. Para el caso, hace referencia a los
conflictos (litigios por tierras) que obligaron a su familia a abandonar su natal Danlí y a
exiliarse en Olancho por algún tiempo, elemento que se verá reflejado en la obra.
En las páginas previas al inicio de la novela, encontramos un texto que es una especie
de declaración de propósitos: “El estudio de la vida real y los ejemplos, harto dolorosos,
que de injusticia he visto cometidos, siendo víctimas, algunas veces, mi familia y yo,
3
De ahí que la cadena de injusticias vivida por la protagonista, tiene sus referentes
LGM se preocupa por autodefinirse, así como en la novela Blanca se confiesa, mediante
propia familia y, de hecho, parece que se mantuvo al margen de ellas: “La hostia no
de la obra, su actitud rebelde hacia las prácticas religiosas de la familia Moreno. Para el
caso, rehúsa ir a misa en reiteradas ocasiones y da sus razones: “¿A qué, si estas
prácticas no están conformes con mis creencias?”. También rehúsa confesarse: “—¿Mi
¿Cuáles son las creencias religiosas de Blanca (y las de Lucila)? Algunas veces
parecieran una especie de panteísmo. Blanca, por ejemplo, cree que la naturaleza está en
íntima relación con Dios y que no puede existir el uno sin el otro. Como observamos,
Blanca Olmedo y Lucila Gamero tienen un perfil bastante similar; ambas son cultas,
perfil —debe subrayarse—, es bastante avanzado para la mujer de principios del siglo
4
respecto a los hombres. No es sino hasta los años veinte y treinta que comienza a
Todo lo anterior hace que la lectura autobiográfica de Blanca Olmedo sea posible,
Novela experimental
La estructura de la obra también puede ser leída. Blanca Olmedo es, en su aspecto
no logró manejar una auténtica multiplicidad en las voces narrativas, pues en cada una
de ellas percibimos las mismas técnicas y lo que es más interesante, la misma actitud
ante lo narrado.
finalmente en los capítulos XLVIII-LII. Este narrador omnisciente pareciera ser un alter
ego (otro yo) de Blanca y de Lucila Gamero; éste no se mantiene tan “externo” a la
novela y no teme hacer las más fuertes críticas hacia los mismos sectores
diálogos, técnica que será constante en todas las variantes narrativas de la obra.
5
Además del narrador omnisciente, tenemos a Blanca como narrador protagonista,
desde el capítulo II hasta el XXII. Estos capítulos forman lo que la autora llama
el 14 de junio del mismo año. Pese a ser un diario, en el que esperaríamos un torrente
testigo, relata lo acontecido luego de la muerte de Blanca y tiene como propósito, según
Adela, que Gustavo sepa la verdad de lo ocurrido. En este apartado se relata todo el
ritual de la muerte de Blanca, quien murió sin confesión, porque no tenía pecados, y
Este epílogo, escrito por un narrador omnisciente, informa además del merecido castigo
que los culpables recibieron (el cura se volvió loco y Verdolaga fue a la cárcel) y de las
6
buenas obras que ahora practica doña Micaela. El narrador del epílogo cierra la obra con
el mismo tono señalado en otras voces narrativas: “Entre tanta asquerosidad humana,
de este epílogo, la única mención directa a Honduras y a la autora misma, ya que Lucila
Como hemos observado en los párrafos previos, LGM intentó dar a la novela un
carácter narrativo múltiple, no tradicional; sin embargo, mantuvo las mismas técnicas y
Argueta, p. 90).
Blanca Olmedo, aparte de ser leída como una novela romántica, autobiográfica y de
experimento formal, puede ser también considerada como una novela nacional, en el
sentido propuesto por Doris Sommer en su texto Ficciones fundacionales, donde define
aquellos libros cuya lectura es exigida en las escuelas secundarias oficiales como
libros escolares de lectura, y han sido dramatizadas para el escenario, películas y series
televisivas; las novelas nacionales pueden identificarse con la misma facilidad con que
En su estudio, Sommer analiza las relaciones entre las novelas de historias románticas y
la construcción de los estados nacionales; las obras que Sommer da como ejemplos de
7
lo anterior son María en Colombia, Amalia en Argentina y Doña Bárbara en
la juventud que aspira a vivir un ideal patriótico casándose con su novio (noble)
Gustavo Moreno y engendrando una nueva generación que eliminaría las viejas
estructuras opresivas. Pero esta unión se imposibilita por las estructuras arcaicas todavía
existentes que no permiten la unión entre los que son de diferentes clases. (…) En los
sociedad crean intriga que va a destruir el porvenir de la futura generación. (…) El fin
plantea la hipótesis de que la sociedad hondureña pueda “regenerarse”, para luego dar
lugar al “experimento” (de las nuevas generaciones) que podría ser el de salvar a Adela
sociedad con las mismas estructuras corruptas y tradicionales. Blanca Olmedo es,
entonces, una alegoría nacional, es Honduras la que está siendo representada en esta
dimensión romántica.
8
Novela de crítica social
Hemos mencionado anteriormente que Lucila Gamero hace fuertes críticas al sistema de
justicia (o injusticia) imperante en el país, así como a la corrupción con que se maneja
dicho sistema; sin embargo, subrayaremos el hecho de que uno de los sectores más
Blanca Olmedo no es antirreligiosa, ni atea ni mucho menos hereje; sin embargo, podría
Uno de los señalamientos que la autora hace a la institución católica tiene que ver con la
padre Sandino. Blanca, “librepensadora” como es, se refiere en una oportunidad al libro
influencia que los clérigos ejercen en las familias que se dejan gobernar por ellos”
religión. Doña Micaela es, en cierta forma, una víctima de esa manipulación pues,
muchas de las decisiones que toma, las hace bajo la guía espiritual del padre Sandino.
religiosa, y más bien propugna por una educación laica. Ella nos relata en su
memorándum que, en su infancia, una profesora católica la llamó hereje por discrepar
9
Si hubiera sido en tiempo del Santo Oficio, me queman viva con la más tranquila
ministro del Señor, a quien no conocía (…); pero sus hermosos ojos nacidos para
contemplar a la Virgen (…), me han visto como no deben ver los ojos de un
(…) ¿Qué me liga con la iglesia? ¡Un juramento que no es nada! ¿Y con usted?
¡El amor, que es todo! (…) ¡Porque la castidad en los sacerdotes es una farsa!
Finalmente, para cerrar este breve —aunque es muy amplio en la novela— retrato del
padre Sandino, observamos que no sólo manipula a la familia, falta a sus votos, sino que
Dios. Blanca, haciendo uso de la ironía comenta: “¡Oh, santos corderos, que en nombre
de Dios borran los pecados del mundo…! ¡Oh castos y humildes sacerdotes, que tan
bien imitan a Cristo!” (p. 202). La fuerte crítica social, a sectores como el de la justicia
y la religión, es, entonces, una más de las variadas facetas que nos presenta Blanca
1
0
Olmedo. Faceta, que la aleja de lo puramente romántico-sentimental y la acerca más a
Hemos visto hasta aquí que esta obra de Lucila Gamero de Medina, ha sido —y puede
ser— leída en sus primeros cien años de vida como una novela de tendencia romántica,
éstas no son las únicas ni las últimas lecturas, porque el singular reconocimiento que le
Así, Blanca Olmedo es la obra de una mujer admirable, de una escritora ambiciosa, de
1
1
Bibliografía
Alduvín, Carolina. “Entrelazando el amor y la muerte”. Introducción a Cuentos
completos de Lucila Gamero de Medina. Tegucigalpa: Editorial Universitaria, 1997.
Martínez, Juan Ramón. Lucila Gamero de Medina. Una mujer frente al espejo.
Tegucigalpa: Editorial Universitaria, 1994.
Shea, Maureen. “Blanca Olmedo: El amor erótico como alegoría nacional hondureña”.
(copia inédita, s.f.).
1
2